domingo, 30 de noviembre de 2008

Domingo II de Adviento (7 de Diciembre)º

PRIMERA LECTURA.

Lectura del Profeta Isaías (Is 40, 1-5. 9-11)
Consolad,
consolad a mi pueblo,
dice vuestro Dios;
hablad al corazón de Jerusalén,gritadle:
que se ha cumplido su servicio,
y está pagado su crimen,
pues de la mano del Señor
ha recibido doble paga por sus pecados.

Una voz grita:
En el desierto preparadle
un camino al Señor;
allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten,
que los montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor,
y la verán todos los hombres juntos
—ha hablado la boca del Señor—.

Súbete a lo alto de un monte,
heraldo de Sión,
alza con fuerza la voz,heraldo de Jerusalén,
álzala, no temas,
di a las ciudades de Judá:
aquí está vuestro Dios.
Mirad: Dios, el Señor,
llega con fuerza,
su brazo domina.
Mirad: le acompaña el salario,
la recompensa le precede.
Como un pastor apacienta el rebaño,
su mano los reúne.
Lleva en brazos los corderos,
cuida de las madres.
Palabra de Dios

VER:
El pueblo de Israel ha estado sometido a Babilonia, sufriendo la deportación. Sin embargo esto cambia con la llegada de Ciro y el edicto

martes, 25 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

Campanya Junior 2008

Taller de Oración. II. Día 4º. Levántate.


Día 4º.


Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.

¡Álzate y brilla, que llega tu luz,
la gloria de Yahvé amanece sobre ti!
Mira: la oscuridad cubre la tierra,
y espesa nube a los pueblos,
más sobre ti amanece Yahvé
y su gloria sobre ti amanece.
Caminarán las naciones a tu luz,
los reyes al resplandor de tu aurora.
Alza los ojos entorno y mira:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos vienen de lejos,
y tus hijas son traídas en brazos.
Al verlo te pondrás radiante,
tu corazón se ensanchará estremecido,
pues vendrán a ti los tesoros del mar,
te traerán las riquezas de los pueblos.
Isaías 60, 1-5

Sigo escuchando.

VER: Jerusalén había sido destruida por el rey de Babilonia (Irak) Nabucodonosor y las clases dirigentes y cultas deportadas a esta ciudad. El profeta proclama un canto de esperanza dirigido a la ciudad desolada y abatida. Es Dios quien va a actuar. Después de sufrir el castigo por el pecado, Jerusalén volverá a llenarse de gente y todos los pueblos rendirán homenaje a esta ciudad. La profecía se cumplió con el nacimiento de Jesús, los Magos simbolizando a todos los pueblos llegan a Jerusalén con sus tesoros (oro, incienso y mirra), gentes de diversas lenguas se acercan al Cenáculo el domingo de Jerusalén. Y hoy en día Jerusalén recibe a cientos de miles de peregrinos procedentes de todo el mundo. En resumen, en la oscuridad Dios llega con su luz.

JUZGAR: lo primero que te dice el profeta es que te levantes. Acostados están los que duermen y los muertos. Así pues, escucha la voz de Dios y levántate. ¿De qué? de tus pocas ganas de rezar, de tus pensamientos egoístas, de tu comodidad, en definitiva de tu pecado que oscurece tu persona. Escucha su voz. La Palabra de Dios que has leído es el amanecer sobre ti, es la luz que brilla y llega a tu corazón, es la gloria que habita en ti. Por eso de nuevo mira tu situación presente, tus oscuridades, tu pecado y deja que Dios te ilumine. Dios no va a ti sólo cuando estás en los juniors, en un campamento o en una misa. Dios sale a tu encuentro en tu pecado, como hizo Jesús con muchas personas (Zaqueo, los ciegos, María Magdalena, Mateo,...), en el pecado también hay luz, el amor de Dios, el Dios que se acerca a ti para decirte, levántate. Piensa, analiza tu vida, ¿cuándo has pecado y has sentido que no estabas sólo, que Dios estaba junto a ti, advirtiéndote, amándote, y acogiéndote después, cuando te has sentido mal por una palabra inoportuna, un suspenso, una justa bronca de tus padres o una borrachera? Dios se acerca como luz, la luz que se concreta en unos valores, una vida libre de todo lo que te esclaviza (el sexo desenfrenado, el alcohol, el consumo excesivo de tabaco, la velocidad, la diversión sin límites, la lengua fanfarrona y murmuradora, los enfados,...). Por eso es tan importante la Biblia, de manera especial, la constante lectura del Evangelio, porque ella es la luz.

ACTUAR: háblale y repite alguna de las frases. ¿Hasta cuando? Ya sabes que San Ignacio recomendaba todos los días una hora de oración, si bien, como mínimo si quieres rezar de veras, pasando por supuesto por la aridez en forma de aburrimiento, tienes que procurar superar la media hora.

Y después...
En los momentos de “bajón” que puedes tener durante el día repite esta oración: ¡álzate y brilla que llega tu luz!

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

Taller de Oración. II. Día 3º. Nada nos separá del amor de Dios.




Día 3º.




Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.



Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman, de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues Dios predestinó a reproducir la imagen de su Hijo a los que conoció de antemano, para que así fuera su Hijo el primogénito entre muchos hermanos. Y as los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los hizo justos: y a los que hizo justos, también los glorificó.
Ante esto, ¿qué podemos decir? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Si Él no perdonó ni a su propio Hijo (antes bien lo entregó por todos nosotros), ¿cómo no va a darnos con él gratuitamente todas las cosas ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más aún, que resucitó, que está a la diestra de Dios y que intercede por nosotros?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?,¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? Como dice la Escritura: Por ti nos matan cada día, nos tratan como a ovejas de matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó.
Pues estoy seguro que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
Rm 8, 28-39

Sigo escuchando.



VER: San Pablo fue una persona que se entregó totalmente al anuncio de Jesús y por ello sufrió azotes, cárcel y todo tipo de sufrimientos. En estas bellísimas líneas de la carta a los romanos resume lo que es el cristiano y por tanto el junior: una persona totalmente unida a Cristo que experimenta el amor de Dios, un amor que está por encima del propio pecado. Es la unión a Cristo la que hace posible pasar por todo tipo de pruebas.

JUZGAR: lee el texto desde tu momento presente. ¿Cómo te encuentras ahora de cara a Dios?, ¿frío, sin ganas de continuar en el junior y la Iglesia?, ¿cansado de que se te rían por ser junior?, ¿dudando acerca de la existencia de Dios?, ¿rebelde ante Dios porque no comprendes sus mandamientos? Dedica unos momentos a revisar tu estado actual: tus sentimientos, tus valores, tus ideas,... Ponte ante Dios y desnúdate ante Él. Dile, mira este soy yo, así, sin ninguna hoja de higuera que cubra tu persona, tal como eres. Después lee el texto, recuerda lo que muchas veces los juniors cantamos: “nada nos separará, nada nos separará del amor de Dios”. Dios nunca se separará de ti. Repite en tu interior alguna frase de las del texto. En mi oración me han ayudado las siguientes: sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?; ¿quién nos condenará?; ¿quién nos separará del amor de Cristo?; pues en todo esto salimos vencedores gracias al amor a aquel que nos amo.

ACTUAR: es el momento de rezar, puedes escribir una oración, repetir durante unos minutos la frase que más te halla llamado la atención y dejar que repose en tu interior, mirar una imagen de Jesús y permanecer en silencio. Actuar no significa sólo hacer algo, sino en cristiano actuar es dejar que el Espíritu Santo actúe en ti, en tu interior, es ser la roca que deja le acaricien las olas del mar. No se trata tanto de pensar como de amar, eso es lo más importante, amar y amar muchas veces no consiste en hacer sino en dejar que la persona amada te ame, en dejarse amar. Y esto en Dios también, pues no olvides, el amor humano tiene su origen en el Espíritu Santo. Si dos personas se aman es porque tienen dentro el Espíritu que les lleva a dar y entregarse. Los animales, en cuanto no tienen el Espíritu, son incapaces de amar como amamos las personas.


Y después...
En este día, cada vez que te ocurra algo, agradable y especialmente desagradable, repite en tu interior: “todo es para mi bien”

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

martes, 18 de noviembre de 2008

Bendición de los evangelios


En este enlace encontraréis la noticia.

http://www.juniorsmd.org/web/ver_documento.php?id=529

Taller de Oración. II. Día 2º: no te dejaré


Día 2º.



Preparo el corazón.

Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.

Escucho a Dios.
Después de la muerte de Moisés, siervo de Yahvé, habló Yahvé a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés. Le dijo:
-Moisés, mi siervo, ha murto. Prepárate para pasar ese Jordán, junto con toda esta gente, hacia la tierra que yo voy a darles a los israelitas. Voy a entregaros todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. Vuestro territorio se extenderá desde el desierto y el Líbano hasta el Río Grande, o sea, el Éufrates (toda la tierra de los hititas), y hasta el mar Grande de poniente. Nadie podrá resistirte en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Se fuerte y valiente, porque tú eres quien va a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. Basta que seas muy fuerte y valiente, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni un ápice, para que tengas éxito adondequiera que vayas. Que el libro de esta Ley no se aparte de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. ¿No te he mandado que seas fuerte y valiente? Pues no tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé tu Dios estará contigo adondequiera que vayas.
Josué 1, 1-9

Sigo escuchando.

VER: con estas palabras comienza el libro de Josue, en el que se narra la conquista de la Tierra Prometida. Dios promete a su pueblo darle una gran extensión, la que abarca desde el Mediterráneo hasta el Eufrates (actual Irak), desde el Líbano hasta el Sinaí. En él es importante destacar tres acentos: promesa de la tierra, confianza en la protección y presencia de Dios y cumplimiento de la Ley. Así pues comienza viendo la escena, dibujando en tu imaginación a Josué escuchando la voz de Dios quien le pinta en un cuadro el mapa de cuanto va a entregarle y le señala la ley. Te puede servir los gestos, ¿cómo se lo diría Dios a Josué mediante mímica? Lo importante es que te sumerjas en la escena, ésta es Palabra de Dios, actual, dirigida a ti.


JUZGAR: analiza el texto, quédate con las palabras que más te llamen la atención, repítelas, hazlas propias. A ti también te promete la tierra, ésta ya no es un territorio físico, sino el mismo Dios. Para el cristiano la tierra prometida es Dios que se deja conquistar. Él quiere que lo conquistes, que entres en el apasionante mundo de su Palabra, donde te sumergirás en su corazón. Quiere que entres en el Reino de Dios. Para ello, este Dios que se te da totalmente te pide dos mandatos: confíes en él y cumplas la Ley, es decir, le ames y ames al prójimo. ¿Vives así tu ser junior?, ¿para ti ser monitor o educador significa sobretodo amar a Dios?, ¿lees, escuchas y meditas la Ley de Dios expresada de forma única e insuperable en el Evangelio, en textos como el Sermón de la Montaña?


ACTUAR: no me lo digas a mí, díselo a Dios. Reza, sencillamente. Escribe una oración como respuesta a su palabra.


Y después...
Mira a los demás, a todos los demás desde la mirada de Dios: al peridoista de la TV, al ministroq eu acaba de hablar, a este actor/actriz que aparece en la serie que te gusta, al empleado de la tienda, al profesor, al amigo, a tus padres,... al mirarlos dile a Dios: “Padre, también yo los amo”.


Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

lunes, 17 de noviembre de 2008

Taller de Oración. II. Día 1º: dame la parte de la hacienda


II. Día 1º

El Padre, su casa, cada uno de sus hijos.



Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.

Escucho a Dios.


Les contó también lo siguiente:
Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo al padre:
-Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.
Y el padre les repartió la hacienda
Lc 15, 11-12

Sigo escuchando.


VER: apenas son cuatro líneas las que nos propone para este ejercicio el Seminario Menor y sin embargo son muy sustanciosas. Constituyen la introducción de la Parábola del Padre Misericordioso, conocida tradicionalmente como Hijo Pródigo. En ella el Padre respeta la voluntad del hijo menor, le da la herencia. Éste marchará a un país lejano donde derrochará los bienes, hasta acabar en la ruina, cuidando cerdos. Allí recapacitará y volverá al Padre, quien le estará esperando, abrazándole y acogiéndole en casa. Pero en este ejercicio nos centramos en los dos primeros versículos.


JUZGAR: en este hijo menor estamos tú y yo. Es la actitud del adolescente que quiere dejar el hogar paterno, ser él, ir a su aire. Sin embargo no renuncia a la familia, a lo que ha recibido. Podía haberse marchado con los bolsillos vacíos. Él quiere sencillamente vivir su vida, ser ya adulto y administrar lo que ha recibido de su Padre. En el fondo somos nosotros cuando queremos ser nosotros mismos, pensar al margen de Dios, amar sin Dios, aunque somos conscientes que el amor que tenemos procede de Dios, la vida que queremos vivir sin Él es de Dios. No rechazamos las cosas del Padre, sino que queremos vivirlas sin contar con Él. Es en definitiva el pecado de Adán y Eva. Ellos no rechazan el Paraíso, quieren vivir en Él pero sin Dios. También nosotros queremos vivir nuestra vida sin Él. Por eso analízate, mira en tu vida cuantas veces has pretendido ser tú mismo, al margen de las enseñanzas de Jesús. Y Dios lo ha permitido. Así es Dios. También puedes compararlo con los juniors. Este es un monitor que quiere tener un grupo y llevarlo como a él le parece, sin contar con el consiliario y el equipo de monitores. Les pide su herencia y les dice que el grupo lo va a llevar acorde a la herencia recibida, la formación que le dio la parroquia y el centro. Pero no quiere contar con el centro. Es el monitor “franco-tirador” que va a la suya. Y el Centro acepta. Pero llegará un día en que se sentirá solo, incapaz de poder realizar el proyecto soñado y entonces regresará al equipo, volverá a trabajar y a sentirse feliz dentro de la parroquia. Este peligro es propio de todos nosotros, de los sacerdotes cuando nos montamos nuestra parroquia y no participamos de las reuniones de vicaría, no nos formamos con el estudio de la teología y los documentos del Magisterio, no rezamos,... Todos tenemos esta tentación, ir a la nuestra con la herencia de otro. Analiza tu vida y mira en qué momento te ha pasado esto o puede que te esté pasando ahora, que vayas a la tuya, sin dedicar un tiempo a la oración, participando poco en las reuniones del centro, en las convivencias de la zona, despreocupándote de la formación, ignorando las campañas,...


ACTUAR: sobre todo reza, dale las gracias a Dios por ser como es y por supuesto, ya sabes el final de la historia, el abrazo con el Padre, la reconciliación, pero antes la soledad más absoluta, ¿por qué no vuelves al grupo, a sentirte Iglesia, Parroquia, Junior?

Y le hablo.

Una forma de hablarle a Dios es mediante la oración escrita. Se trata de escribir aquello que quisieras decirle a Dios. Ayuda mucho al principio, cuando no sabes que rezar o se hacen eternos los treinta minutos, el mínimo que debe durar la oración personal, también en los momentos en que te cuesta rezar o en los que te distraes mucho. Con este tipo de oración se centra la atención, se objetiviza lo que pensamos y experimentamos y nos ayuda a recordar y hacer memoria.

Y después...
Durante este día al contemplar a los que te rodean o con los que te encuentras, piensa que son seres amados por Dios y di en tu interior: “Padre, yo también los amo”.



Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

viernes, 14 de noviembre de 2008


I Dios de la Ternura.
Día 5º.



Preparo el corazón.


Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.


¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en la estepa y va a buscar la que se perdió, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la pone muy contento sobre los hombros. Luego, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice:
-Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.
Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.
O ¿qué mujer, si tiene diez dracmas y pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y les dice:
-Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.
Os digo, que del mismo modo, habrá mas alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Lucas 15,4-10

Sigo escuchando.


VER: con la imaginación mira las dos escenas, al pastor y a la mujer, buscando la oveja perdida y el dracma o moneda. Pero sobretodo observa y contempla el rostro de ambos. Seguidamente cambia al pastor y la mujer por el rostro de Cristo y contempla el gozo que tiene al encontrar un pecador. Trata de bucear en el corazón de Jesús tan bien retratado en esta parábola, de sentir lo que él siente, compartir la alegría de Jesús, representada en las palabras que dirige el pastor a sus amigos y vecinos y la mujer a sus amigas y vecinas.

JUZGAR: Busca en tu memoria una situación en la que te apartaste de Dios y tuviste conciencia de estar a mal con Él. Lee el texto pensando en ello y pregúntate: ¿cómo se sentía Dios?, ¿cómo te sentías tú? Seguidamente recuerda la vez en que volviste a Dios. Puede ser mediante el sacramento de la reconciliación, o en una convivencia o campamento, también gracias a una oración. Hay momentos en la vida cristiana en los cuales sentimos que regresamos a los brazos de Dios Padre, experimentamos nuestra lejanía y regreso a él y en nuestro corazón hay una gran alegría porque de nuevo estamos cerca de Dios. Recuerda esos momentos y déjate contagiar por la alegría de Jesús. Y finalmente puede ocurrir que sea ahora, en este rato de oración cuando dentro de ti haya un deseo de no volver a apartarte de Dios. Siente la alegría de Jesús.
Como juniors siempre estamos llamados a volver hacia Dios, a reemprender el camino que Él nos marca, escrito en el Evangelio y resumido en nuestra ley y principios de vida juniors.
ACTUAR: háblale con el corazón, dándole gracias porque su mirada no es de condena, sino la mirada del gozo por haberte recuperado y pídele que nunca más permita te separes de Él. Y sobretodo deja espacio de silencio para que el Espíritu sea quien actúe en ti.

Y después...

Repite hoy durante todo el día esta oración: “Soy un hijo de Dios, un hijo amado del Padre”

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

jueves, 13 de noviembre de 2008

Taller de Oración. I - Día 4. Llevo tu nombre tatuado.


I Dios de la Ternura.
Día 4º.



Preparo el corazón


Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.


Decía Sión:
-Me ha dejado Yahvé,
el Señor se ha olvidado de mí.
-¿Acaso olvida una mujer a su niño,
sin dolerse del hijo de sus entrañas?
Pues aunque esas personas se olvidasen,
yo jamás te olvidaría.
Aquí estás, tatuada en mis manos,
tengo siempre presentes tus murallas.
Que aventajen los que te reedifican
a la gente que te destruye;
que salgan de ti los que te asolaron.
Isaías 49, 14-17

Sigo escuchando.


VER: leo el pasaje y escucho lo que Dios dice a su pueblo, quien se queja ante las circunstancias adversas que sufre y Dios le responde, al igual que en los días anteriores, mostrándole su amor maternal. Se trata sobretodo que paladees las palabras más significativas, aquellas que son como dardos lanzados por Dios dirigidos al centro de tu corazón.


JUZGAR: compara tu vida, piensa en alguna circunstancia cercana en la cual te has sentido abandonado por Dios y escucha lo que Él te dice. Como monitor o educador junior que eres, Dios es el centro de todo tu ser junior. Piensa en lo que significa saber que tu nombre no está solo en el junior sino en las manos de Dios. Él te lleva en la pala de tus manos, pero... ¿lo llevas su nombre en la palma de tus manos para darlo? ¿Qué es más importante para ti en el junior: pasártelo bien y que los niños se diviertan o sentir que Dios se lo pasa bien contigo, sentirle como Él nunca te olvida y te ama y pasártelo bien hablando a los niños de Dios?

ACTUAR: dile aquello que te dicta tu corazón y sobretodo repite muchas veces la frase que más te llama la atención. A mí personalmente “aquí estás, tatuado en mis manos”. ¿O no? ¿No es impresionante pensar que tu nombre y el mío y el de todos los monitores y niños del Centro están tatuados en las manos de Dios?

Y después...
Percibe todo lo que te rodea como regalo de Dios. En cada flor, amanecer y estrella hay una palabra de Dios: porque te amo es para ti.
Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Taller de Oración. I - Día 3º. Te atraía con lazos de amor.


I Dios de la Ternura.
Día 3º.



Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.
Cuando Israel era niño, lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo.
Y cuando más los llamaba,
más se alejaban de mí:
ofrecían sacrificios a los Baales
e incienso a los ídolos.
Yo enseñé a caminar a Efraín,
tomándole por los brazos,
pero no sabían que yo los cuidaba.
Los atraía con cuerdas humanas,
con lazos de amor;
yo era para ellos como las personas
que alzan a un niño contra su mejilla;
me inclinaba y le daba de comer.
Oseas 11, 1-4

Sigo escuchando.
VER: el texto hace referencia a la historia de Israel: cuando se encontraba esclavo en Egipto (niño) fue llamado por Dios, Él le enseñó durante cuarenta años a caminar, tomándole de los brazos, por el desierto del Sinaí, pero allí ya fabricaron un ídolo al que adoraron, el becerro de oro. Llegados a Palestina les entregó la tierra y ellos, lejos de reconocerle, se apartaron. Es la historia de amor entre un Dios que llama, enseña a caminar, toma en brazos, atrae con cuerdas de amor, alza contra su mejilla, se inclina y le da de comer a su pueblo, mientras éste prefiere los dioses y los ídolos al amor de Yahvé, el Dios de Israel.
JUZGAR: también a mí Dios me ha llamado del no ser, de la no existencia a la vida y sigue llamándome en la realidad de pecado y esclavitud. Como Israel puedo yo encontrarme apartado de Dios, esclavo del afán de consumir, del disfrute con el alcohol, el sexo o el tabaco y de ser el que más en todo, aunque sea pisando a los que están cerca de mí. Es ahí, en mi indiferencia ante Dios y mis esclavitudes donde Dios me llama. Pero posiblemente nuestra vida, como juniors es más la de Israel en Canaán, la Tierra Prometida. Hemos seguido la llamada de Dios y caminamos con él en el Centro Junior. Aquí experimentamos en momentos determinados como una oración, un campamento, una convivencia o una celebración, a Dios atrayéndonos con lazos de amor. Sin embargo nos alejamos de Él.
ACTUAR: mira tu vida, pídele perdón a Dios porque en este texto está tu historia y tú también a pesar de todo lo que Él hace por ti, te alejas. Siente que Dios te ama con esta ternura.

Y le hablo.

Réspondele con este salmo:

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo:
mi garganta tiene sed de ti,
mi carne desfallece por ti,
en un páramo reseco, sin agua.

Así te contemplé en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria.
Pues vale más tu lealtad que la vida,
te elogiarán mis labios;
así te bendeciré mientras viva,
alzando las manos en tu nombre.
Como de enjundia y de manteca
se saciará mi garganta,
y con labios jubilosos
te alabará mi boca.

Si en el lecho me acuerdo de ti,
velando medito en ti:
que fuiste mi auxilio
y exulto a la sombra de tus alas.
Mi aliento se pega a ti
y tu diestra me sostiene.

Los que buscan mi perdición
entrarán en lo profundo de la tierra,
serán entregados a la espada
y echados como pasto a las raposas.
Pero el rey celebrará a Dios,
se gloriarán los que juran por él,
cuando tapen la boca a los mentirosos.

Y después...
Considera que cada cosa agradable que ves, sientes, oyes y gustas es un regalo especial, un mensaje de amor que el Padre Dios te envía expresamente a ti.

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

martes, 11 de noviembre de 2008

Taller de Oración. I - Día 2º. Muestrame tu gloria


I Dios de la Ternura.
Día 2º.



Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.

Escucho a Dios.

Entonces Moisés dijo a Yahvé:
-Déjame ver tu gloria.
Él le contestó:
Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre de Yahvé; pues concedo mi favor a quien quiero y tengo misericordia con quien quiero.
Y añadió:
-Pero mi rostro no podrás verlo, porque nadie puede verme y seguir con vida.
Yahvé añadió:
-Aquí hay un sitio junto a mí; ponte sobre la roca. Al pasar mi roca, te meteré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no lo verás.
Éxodo 33, 18-23

Sigo escuchando.
Lee el texto, imaginando el lugar, a Moisés ante Dios, metido en la hendidura, su gloria pasando delante de él, su mano cubriéndole.
Se trata que reces, hagas tuyas las palabras de Moisés, el deseo de ver su rostro, de conocerle, un deseo humano.
Y escucha dirigidas a ti las palabras de Dios: ¿qué te dice?, ¿cómo te hace sentir?.

Y le hablo.


Al final el salmista pone en tu corazón y en tus labios lo importante de nuestra fe. Ésta no es tanto curiosear acerca de Dios y el Misterio que Él representa, cuanto su cercanía. Haz tuyo y medita, dejando que la frase que más te llame la atención sea como una roca que cae de la montaña y suena el eco.

Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.

Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.

Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.

Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.

Y después...
Busca el rostro de Dios no sólo en quienes te caen bien, sino en quienes te caen mal.

En clave junior:
Y como junior recuerda que nosotros somos al igual que Moisés amigos de Dios, llamados a llevar una vida de oración, de amistad con quien cada día en su Palabra nos habla.

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

lunes, 10 de noviembre de 2008

Taller de Oración. I - Dia 1º





Comenzamos una nueva etapa.


Curso nuevo y el Seminario Menor en su web nos ofrece este guión de oraciones. Atrás quedan las meditaciones del año pasado, inspiradas en los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Espero que te guste y lo más importante, te ayude a orar, como a mí me esta ayudando. Pues en la oración necesitamos la ayuda de Dios y Él nos llega a través de su Palabra, la Biblia.




I Dios de la Ternura.




Preparo el corazón.


Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.

Escucho a Dios.

Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián. Trashumando con el rebaño por el desierto, llegó hasta Horeb, la montaña de Dios.
allí se le pareció el ángel de Yahvé en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés vio que la zarza ardía, pero no se consumía. Pensó, pues, Moisés:
-Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza.
Cuando Yahvé vio que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza:
-¡Moisés, Moisés!
Él respondió:
-Aquí estoy.
Le dijo:
-No te acerques aquí; quita las sandalias que llevas puestas, porque el lugar que pisas es suelo sagrado.
Y añadió:
Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios.
Yahvé le dijo:
-He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto; he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto la opresión con que los egipcios los afligen. Así que ponte en camino: yo te envío al faraón para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.
Moisés dijo a Dios:
-¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los israelitas?
Dios le respondió:
-Yo estaré contigo, y ésta será al señal de que yo te envío: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte.
Contestó Moisés:
-Si, cuando vaya a los israelitas y les diga: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, ellos me preguntan: ¿cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Dijo Dios a Moisés:
-Yo soy el que soy.
Y añadió:
-Esto dirás a los israelitas: Yo soy me ha enviado a vosotros.
Éxodo 3,1-14

Sigo escuchando.
En este relato Dios se dirige a Moisés para encomendarle una misión: liberar al pueblo de la esclavitud.
El sufrimiento de los hebreos, esclavos en Egipto, ha provocado en Dios la compasión. Por este motivo decide actuar y liberarles y para ello se sirve de un hombre, Moisés.
El sufrimiento de la humanidad, el pecado personificado en el faraón, ávido de riquezas y de poder, provoca el dolor en los pobres. Hoy también el sufrimiento de los millones de hombres y mujeres suscita en Dios la compasión y envía personas que estando a su lado les libere de este sufimiento. Durante el siglo XX dos personajes fueron estos profetas: el pastor protestante Martin Luther King y el obispo católico Oscar Romero. A ellos podemos añadir el obispo Helder Camara, la madre Teresa de Calcuta,... y tantos hombres y mujeres que lo dejaron todo para levantar la voz en favor de los que no tienen derechos.
Y a mí, ¿qué me dice el texto?
Personalmente me he detenido en dos frases: Moisés, Moisés y aquí estoy.
Puedes seguir este método:
deja que el silencio llene tu alma,
pídele a Dios te ayude a orar,
lee muy despacio vivenciando,
asumiendo, haciendo tuyas las Palabras,
ante algo que te dice mucho para y repítelo muchas veces,
ante lo leído deja que el Espíritu te evoque.
Como nos decía el padre Manuel Tercero, franciscano, la oración es como el niño que lanza piedras a un estanque tranquilo. La piedra provoca las hondas y se hunde. Y ya está. Así en este tipo de oración, repitiendo en nuestro interior una frase que nos dice mucho, Dios va lanzando las piedras de su palabra, provoca una pequeña honda y va llenando el estanque de nuestro corazón con piedras cálidas.

Y le hablo.

Y si aún te queda tiempo o este texto hoy por lo que sea no te dice nada, reza con el Salmo 16:

Guárdame, oh Dios, que en ti me refugio.

Digo a Yahvé: Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti.
Pero ellos dicen a los santos de la tierra:
¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!

Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Pero no les haré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.

Yahvé es la parte de mi herencia y mi copa,
tú aseguras mi suerte:
me ha tocado un lote precioso,
me encanta mi heredad.

Bendigo a Yahvé, que me aconseja;
aun de noche me instruye la conciencia;
tengo siempre presente a Yahvé,
con él a mi derecha no vacilo.

Por eso se me alegra el corazón,
sienten regocijo mis entrañas,
todo mi cuerpo descansa tranquilo;
pues no me abandonarás al Seol,
no dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de la vida,
me hartarás de gozo en tu presencia,
de dicha perpetua a tu derecha.

Y después...
Durante este día repite, cuando estés solo, caminando,... la frase “Aquí estoy” y trata de percibir el amor de Dios en cada cosa, en la mirada de las personas que amas, en el sol,...

En clave junior:
Como juniors también a nosotros Dios nos llama a liberarnos y liberar a los demás de la esclavitud. Ésta hoy se expresa en una vida sin Dios, sometida a los ídolos del poder, el creer que la felicidad está en las tiendas y en consumir, en vivir a merced de nuestros caprichos.
“En el comienzo de mi juventud voy hacia ti Jesús”. Sitúa esta oración en la escena que has meditado, vas hacia Dios que como a Moisés te llama a ti, que eres joven y no lo tienes muy claro, para que seas su profeta, anuncies a Jesús.
Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/