viernes, 30 de octubre de 2009

Todos los Santos. 1 de Noviembre de 2009


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 7, 2-4. 9-14 Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo.
Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: — «No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.»
Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: — «¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: — «Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»
Y uno de los ancianos me dijo: — «Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: — «Señor mío, tú lo sabrás.»
Él me respondió: — «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.



MEDITACIÓN
Siguiendo la interpretación que ofrece Xavier Picaza en el libro Apocalipsis (Verbo Divino), el texto nos presenta a los cuatro ángeles, estos son los poderes cósmicos que dirigen a los cuatro vientos (Borear, Austo, Euro y Cefisc) del Norte, Sur, Éste y Oeste, cuya misión es contener el aire y por tanto matar a los vivientes. Los mártires frenan la destrucción de los verdugos.
La cifra 144.000 equivale a 122 x 1000, representan a las 12 tribus del Nuevo Israel, es decir, los cristianos que llevan el sello de Dios, frente a los que adoran a la bestia. Con ellos aparece la muchedumbre que acompaña al Cordero. Tras la batalla estos son los soldados de Jesús que, habiendo muerto en el martirio, reconocen junto a los seres celestiales (ancianos, ángeles y cuatro vivientes) la victoria del Dios y del Cordero.
Dos momentos y dos grupos representa esta escena. En el primero nos encontramos nosotros, los juniors y cristianos marcados por el bautismo con el sello de Jesús y que expresamos visiblemente al llevar las pañoleta y el crismón. Somos quienes cada día, viviendo el Evangelio y luchando contra la tentación de adorar a la bestia (el pecado) frenamos el avance del mal en el mundo. Y entre los cristianos los hay que dan la vida por Cristo, son los mártires.
El segundo momento ocurrirá al final del mundo y se anticipa en la Eucaristía. Nuestros esfuerzos tienen un horizonte, la victoria de Dios y del Cordero. Esta liturgia de alabanza sucederá al final de los tiempos. Pero en cuanto escatológica (ya...todavía no), se anticipa en la eucaristía, En ella nos unimos a los seres celestiales en el culto victorioso del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Vivimos ya lo que sucederá el Último Día
SALMO



Sal 125, l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 3)


Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.Del Señor es la tierra y cuanto la llena,el orbe y todos sus habitantes:él la fundó sobre los mares,él la afianzó sobre los ríos. R/.¿Quién puede subir al monte del Señor?¿Quién puede estar en el recinto sacro?El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R/.Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.Éste es el grupo que busca al Señor,que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.



MEDITACIÓN
4 lecturas.
Con Israel: este salmo del Reino describe laentrada de una procesión en el Templo. Es Dios quien viene a tomar posesión de su palacio y su ciudad. Al aclamarlo Israel lo hacía reinar efectivamente y le profesaba sumisión. Pero, ¿cómo reina Dios? A las puertas del templo se respondía mediante una catequesis: son los comportamientos morales del hombre los que hacen reinar a Dios. ¡Tener un corazón puro, las manos no manchadas de intrigas, el corazón libre de todo ídolo, liberado de todo aquello que no es Dios, leal al prójimo! Así cuandola procesión llega al atrio del templo, se entabla un diálogo entre la muchedumbre que entra y los guardianes del templo que velan por el carácter sagrado de este lugar Santo.
Con Jesús: un día muy próximo a su Pasión Jesús aceptó desempeñar el papel del Rey descrito en este salmo. Partió de Betfagé a varios kilómetros de Jerusalén, aclamado por la muchedumbre, avanzó haica la ciudad y entró hasta el gran recinto del Templo. Fue la entrada Mesiánica del Hijo de David, quien ante Pilato, reivindicó su título: “Yo soy Rey” (Jn 18, 33) y en la inscripción clavada en la cruz se reafirmó, explicitando su verdadero trono real, el Rey de los Judíos es el crucificado que se entrega como Señor y Dios por todos nosotros.
Con nuestro tiempo: el salmo trae a cuento una verdad esencial que Jesús repitió frecuentemente. Dios más que aclamaciones rituales espera de nosotros una rectitud de vida. La conciencia moral es lo primero. Seremos juzgados sobre el amor (Mt 25, 31-46) y no llegarán a la Montaña Santa aquellos que se contenten con decir “Señor, Señor” (Mt 7, 21) sino aquellos que tengan un corazón puro y las manos inocentes. ¿Quién puede estar cerca de Dios? Aquellos que viven guiados por el Amor verdadero.
Con los juniors: a los juniors nos encanta cantar y celebrar nuestra fe: la pequeña capilla del Centro Parroquial o del campamento, un ambiente recogido o en medio de la montaña y levantamos allí la Tienda del Encuentro, el espacio donde nos reunimos para con nuestras guitarras rezar, celebrar y vivir la eucaristía o una oración. Pero cabe preguntarnos ¿con qué actitud entramos en la celebración? Es ésta un momento intenso de vida espiritual vivido al margen de una vida en coherencia con el Evangelio? Reconocemos a Jesús como nuestro Rey y Señor, el centro de todo cuanto realizamos en el movimiento junior, pero ¿y nosotros? ¿Quién puede estar en el recinto sacro?, ¿quién puede participar en una oración? La respuesta es bien clara, los juniors que no se conforman con organizar actividades los sábados por la tarde o convivencias y campamentos, con celebrar los ritos juniors y frecuentemente oraciones y con recibir una buena formación, sino los juniors de manos inocentes y puro corazón, que no confían en los ídolos. Aquellos que viven lo que creen y celebran. ¿Lo somos nosotros? ¿Somos realmente del grupo que busca al Señor?
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/FIESTAS/TODOS%20LOS%20SANTOS/marcotodoslossantos.htm

CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
«Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro?».
La visión de tu majestad me llena el alma de reverencia, Señor, y cuando pienso en tu grandeza me abruma el sentido de mi pequeñez y el peso de mi indignidad. ¿Quién soy yo para aparecer ante tu presencia, reclamar tu atención, ser objeto de tu amor? Más me vale guardar distancias y quedarme en mi puesto. Lejos de mí queda tu sagrada montaña, tu intimidad secreta. Me basta contemplar de lejos la cumbre entre las nubes, como tu Pueblo en el desierto contemplaba el Sinaí sin atreverse a acercarse.
Pero, al pensar en tu Pueblo del Antiguo Testamento, pienso también en tu Pueblo del Nuevo. El recuerdo del Sinaí me atrae a la memoria la cercanía de Belén. Los que temían acercarse a Dios se encuentran con que Dios se ha acercado a ellos. Se acabaron las cumbres y las montañas. Ahora es una gruta en los campos, y un pesebre y un niño. Y la sonrisa de su madre al acunarlo entre sus brazos. Dios ha llegado hasta su pueblo.
Te has llegado hasta mí. El don supremo de la intimidad. Andas a mi lado, me tomas de la mano, me permites reclinar la cabeza sobre tu pecho. El milagro de la cercanía, la emoción de la amistad, el triunfo de la unidad. Ya no puedo dejar que mi timidez, mi indignidad o mi pereza nos separen. Ahora he de aprender el arte bello y delicado de vivir junto a ti.
Por eso necesito fe, ánimo y magnanimidad. Necesito la admonición de tu Salmo: «¡Portones, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la Gloria!». Quiero abrir de par en par las puertas de mi corazón para que puedas entrar con la plenitud de tu presencia. Nada ya de falsa humildad, de miedos ocultos, de corteses retrasos. El Rey de la Gloria está a la puerta y pide amistad. Dios llama a mi casa. Mi respuesta ha de ser la alegría, la generosidad, la entrega. Que se me abran las puertas del alma para recibir al huésped de los cielos.
Enséñame a tratar contigo, Señor. Enséñame a combinar la intimidad y el respeto, la amistad y la adoración, la cercanía y el misterio. Enséñame a levantar mis dinteles y abrir mi corazón al mismo tiempo que me arrodillo y me inclino en tu presencia. Ensé-
ñame a no perder de vista nunca a tu majestad ni olvidarme nunca de tu cariño. En una palabra, enséñame la lección de tu Encarnación. Dios y hombre; Señor y amigo; Príncipe y compañero.
¡Bienvenido sea el Rey de la Gloria!
CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/30B/marco_30b.htm



SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3
Queridos hermanos:Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.


MEDITACIÓN
Cuando nos preguntamos sobre la identidad del junior, podemos recurrir al libro de Rasgos e identidad y su definición. Ciertamente, somos lo que allí se indica.
Pero somos mucho más. Cada uno de nosotros cuando cerramos los ojos y nos decimos: “¿Quién soy yo?” podemos responder de muchas maneras: con nuestro nombre, lugar y fecha de nacimiento, cultura a la que pertenecemos, aficiones, estudios, ideas, valores, ideología política,…
Pero somos eso y mucho más, en la profundidad de nuestra persona hay una realidad que lo abarca todo y da sentido a todo cuanto somos: hijos de Dios.
El Padre podía habernos revelado nuestra identidad al morir, cuando nos encontrásemos cara a cara con Él y sin embargo a través de Jesúcristo ya nos ha dicho quienes somos.
Si nuestra vida es relación y la experiencia de encuentro con los demás la va marcando (hijo, hermano, amigo, novio, esposo de…) cuanto más saber que de cara a Dios somos hijos. Esta es nuestra identidad, la que ni siquiera nuestro pecado e infidelidad hacia el Padre puede quitarnos.
Y como juniors estamos llamados a ayudar a los niños a descubrirla y a que vivan como hijos de Dios, aunque el mundo no nos conoce realmente, es incapaz de descubrir la realidad profunda que hay en nosotros: hijos de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,porque ellos quedarán saciados.Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,porque de ellos es el reino de los cielos.Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»

MEDITACIÓN
Estamos llegando al final de este viaje hacia Jerusalén que hemos recorrido con Jesús. El domingo pasado nos invitaba a desprendernos de las riquezas para poder entrar en Jerusalén y compartir su destino.
Entre el fragmento del pasado domingo y éste se encuentra el tercer anuncio de la pasión (Mc 10, 32-34), en él describe con dramatismo los acontecimientos que se avecinan: “entregado a los sumos sacerdotes y escribas, condenarán a muerte, entregarán a los paganos, se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y lo matarán” vividos desde la total confianza en la resurrección: “a los tres días resucitará”.
Pero los discípulos siguen en sus esquemas y ambiciones. Tan sólo queda el pasaje del ciego de Jericó para entrar en la Ciudad Santa y en este momento, se acercan Santiago y Juan. A pesar del largo camino en el que ha sembrado la enseñanza del Reino de Dios entendido como total confianza en Dios y pequeñez ante el mundo, ellos han sido incapaces de despojarse de las expectativas y las ambiciones de gloria, exclusivamente humanas. Creen que su Maestro es el Mesías esperado como triunfador y, atestiguàndole su confianza, le piden tener una parte digna de consideración en el Reino que va a restrablecer. Jesús examina a sus aspirantes y les pregunta sobre su disponibilidad para pasar por el camino del sufrimiento, el del Siervo de Yahvé de la Primera Lectura y el del Jesús Sumo y Eterno Sacerdote de la carta a los Hebreos. Éste consiste en beber el cáliz y ser bautizado, es decir, beber la copa de la Pasión y Cruz y sumergirse en las profundas aguas de la muerte y del descenso a los infiernos.
Ellos con ingenioso atrevimiento aceptan. Pero Jesús les recuerda que es un don que sólo Dios puede otorgar gratuítamente.
¿Y quién se hace digno de recibirlo? Se lo explica a los Doce, a quienes el deseo de ser los primeros pone en conflicto y nos lo explica a nosotros: el humilde servicio recíproco, la entrega incondicionada de uno mismo para el bien de los hermanos es lo que nos hace grandes.
Toda una enseñanza de cara al comienzo de curso que nos cura de la ambición de querer ser los primeros en influencia en el barrio o pueblo, de ser apreciados y queridos por los demás. Lo fundamental es vivir la actitud de Cristo, asumiendo la experiencia dura de beber el cáliz y recibir el bautismo.

REVISIÓN DE HECHOS DE VIDA
VER:
En la televisión descubrimos toda clase de personajes y personajillos. Así por la tarde y los fines de semana por la noche las cadenas nos presentan personas cuyo único mérito es vivir de los chismes que se generan entorno a ellos o ellas o que difunden en estos “programas basura”, son los “personajillos”. También las series nos ofrecen modelos de jóvenes con unos valores concretos: la belleza, el sexo, la diversión, el triunfo,… Pero de vez en cuando en la misma televisión y en cine descubrimos personas diferentes, que viven en el anonimato, entregados de lleno a su trabajo y a su familia, sin buscar más recompensa que la satisfacción de hacer algo por los demás. Ellos es verdad que no conceden exclusivas ni presumen de lo que hacen, son los periodistas sensatos quienes los descubren y presentan a la audiencia su testimonio de vida.
JUZGAR:
El Apocalipsis nos presenta tres grupos de personas: los adoradores de la Bestia, los marcados en la frente y los que han lavado sus vestiduras con la sangre del cordero. Los dos últimos son aquellos que viven para los demás, desde unos valores y tomando como referencia en su vida a Dios. El Evangelio también nos los ha presentado, son los realmente felices porque en su pobreza, lágrimas, dificultades e incertidumbres confían en Dios. Los primeros aunque aparentemente triunfan, están condenados al fracaso y la oscuridad de una vida perdida y desaprovechada. Los segundos y terceros aunque sufren y muchas veces son víctimas de los primeros, saben que su meta se encuentra en la liturgia eterna de alabanza y adoración de quien al final vencerá el mal, el que está sentado en el Trono y el Cordero.
ACTUAR.
¿A qué grupo pertenezco yo? ¿cuáles son las aspiraciones de mi vida: el triunfo aunque sea haciendo sufrir a los demás y pisoteándoles o la entrega de mí por los otros? ¿En nuestro Centro Junior asumimos nuestra identidad de elegidos por Dios para alabarle y dar testimonio de otra forma de vivir hasta sufrir si llega el momento la persecución por el Cordero?

ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

AMBIENTACIÓN:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia, cartel y vela encendida.

Signo de esta semana: luminas encendidas y los nombres de los educadores, consiliarios, padres o niños vinculados al centro junior ya fallecidos.

Preparación: invitamos a recordar a aquellas personas que fueron significativas en nuestra vida o del Centro Junior y que ya han fallecido, pensando en un rasgo de su persona que nos ayudó e hizo mucho bien (entrega, amor a su esposa e hijos, incansable trabajador, persona de oración, confianza en Dios en medio de la enfermedad, alegría,…).

Proclamación del Evangelio: leemos el Evangelio del domingo. Podemos proyectar el powerpoint de este domingo (http://revistaecclesia.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1174&mosmsg=%A1Gracias+por+su+voto%21 o http://www.benedictinescat.com/Montserrat/imatges/xtaposwp.jpg
) y entregamos a cada uno de los participantes las bienaventuranzas.

Interiorización: Jesús dirige su palabra a mí aquí y ahora. Lee tres veces el texto. ¿Cuál de las bienaventuranzas es la mía, la que en este momento de mi vida experimento que me va a ayudar? ¿cuál de ellas es la que necesita vivir el equipo de educadores?

Puesta en común: respondemos a la segunda pregunta explicando brevemente por qué la hemos escogido.

Gesto: cada uno toma una lumina, la enciende, en silencio le da las gracias a Dios por esa persona y por aquello que representó para él (“gracias por mi abuelo, me transmitió ternura, bondad y amor a la tierra”) y la deposita entre los nombres.


Oración final: Terminamos rezando el Padrenuestro, fijándonos en la frase “Padrenuestro”.



GUIÓN CELEBRACIÓN
Monición de entrada.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy es un día de fiesta para todos y como no, para los niños que nos preparamos para la primera comunión. Además es un día muy especial porque nos acordamos de todas las personas buenas que han querido mucho a Dios y a los demás: los papás, las mamás, los abuelos y las abuelas, los maestros, las catequistas, los médicos, los sacerdotes, las monjas,… Así hoy miramos al cielo y estamos contentos al saber que ellos desde allí rezan por nosotros.

Acto penitencial.
Recitamos el Yo confieso, pidiendo la intercesión de María y los santos.

Monición al Evangelio.
Era un día de sol y toda la pradera estaba verde y bonita, los niños y los mayores esperaban a Jesús. Él subió a una pequeña montaña y allí dijo las palabras más bellas que se han dicho desde una montaña. Vamos a escucharlas.

Homilía : les mostramos fotografías de personas que ayudan a los demás, pueden ser las ofrecidas en la página siguiente, entre ellas la de Oscar Romero (obispo martirizado en El Salvador) y el Pare Curic (franciscano martirizado en Ruanda). A continuación les preguntamos porque esas personas son buenas. Seguidamente les comentamos los rasgos de las bienaventuranzas, indicándoles como Dios les da a ellas el ser las personas más felices del mundo, aunque no tengan ni “play”, ni “wi”,...


Preces:
Por el Papa, los Obispos, sacerdotes y todos los que formamos la familia de Jesús. Roguemos al Señor.
Por las personas buenas. Roguemos al Señor.
Por las personas que están enfermas. Roguemos al Señor.
Por nuestros padres y madres. Roguemos al Señor.
Por nuestros familiares que se han marchado al cielo.

Gesto:
En el ofertorio ofrecen las fotografías y sobre ellas encienden una llama.


ORACION

Esta mañana, Jesús,delante de la multitud de los humanosvolvemos a repetir las palabrasque Tú dijiste hace dos mil años: Éstos son mi CUERPO y mi Sangre.Los hermanos:de Guinea Ecuatorialtan injustamente maltratados, los del Congoen cruda guerra civil,los niños del Brasil,del Irack,del Afganistán,y los del conflicto entre Gaza e Israel-donde está tu pueblo implicadotodos estos pequeños del mundo sea cuál sea el color de su carne,y todos los que llevan en su corazón el fuego de un amor mayor,son migajas de tu Cuerpoy gotas de tu SANGRE. Esta mañana, Jesús, toma de nuevo el cálizen tus manosy lleno de toda esta multitud, vuelve a decir las palabrasque ya habías pronunciado antes:Éste es mi Cuerpolibrado para vosotrosque hoy se vuelve a ofrecer. Ésta es mi Sangrede la Alianza nueva que hoy se vuelve a derramar.Ésta es la memoriaque os queda de MÍ.
http://www.benedictinescat.com/Montserrat/indexceramcast.html


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Como cristianos, apoyados en la fe y sostenidos por la esperanza, vivimos en estos días unas fiestas profundamente populares: el día de los Todos Santos y el de los Fieles Difuntos. Como es tradición, visitamos los cementerios y columbarios. A nuestro corazón vuelve el recuerdo vivo de nuestros familiares y amigos difuntos. Pero debemos cuestionarnos, como creyentes, un tema que es el centro de la celebración de estos días: la resurrección de los muertos.
El libro del Apocalipsis, en una de sus visiones, nos narra la procesión de los resucitados, que será “una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblos y lenguas”. La resurrección es el punto central de nuestra fe: “si Cristo no hubiera resucitado, vana es nuestra fe”, dice san Pablo. Y ante el hecho de la resurrección sólo cabe una actitud de fe y esperanza, lejos de la pura razón de querer descubrir lo que va a ocurrir en el más allá. San Juan nos dice en su carta que “veremos a Dios cara a cara, tal cual es”. En esto consiste la gloria: en ver el Amor definitivo y vivir en Él para siempre. Los santos son aquellos que ya han visto a Dios y que la Iglesia nos propone como modelos a imitar y como intercesores nuestros ante Dios. Hoy, la Iglesia quiere conmemorar a todos los santos; muchos oficialmente canonizados y, muchos más, anónimos.
Los santos son los que han seguido en su vida el programa descrito en las Bienaventuranzas: son pobres, mansos y humildes, han llorado por el amor y sentido hambre por la justicia, conservaron su corazón limpio, lucharon por la paz y, sobre todo, han vivido como “auténticos hijos de Dios”, siguiendo el ejemplo de Jesús y las enseñanzas de su Evangelio.
El Concilio Vaticano II nos dejó una de sus páginas más bellas cuando nos urgió a que “todos estamos llamados a la santidad” (Lumen Gentium cap. V). Un santo obispo, el beato Manuel González nos decía: “bautizado, luego santo”. No sea tímido, atrévase a ser santo: ¡Bienaventurados los que aspiran a ser santos, porque se parecerán a Dios!
Alfonso Crespo, sacerdote
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio


SIEMPRE EN EL CORAZÓN DE CRISTO
Hablemos de amor… y de caminos.
Queridos: Hemos oído, como palabra del Señor, la revelación de un gran misterio: “Si Dios está a favor nuestro…”. Esas palabras no expresan una posibilidad entre otras, como si dijesen: “en el caso de que Dios esté a favor nuestro”. Al contrario, expresan una certeza, como si dijesen: “sabemos que Dios está a favor nuestro”. Y esa certeza sostiene la confianza del creyente, su esperanza, su firmeza, su fortaleza.
Si os preguntáis de qué manera está nuestro Dios “a favor nuestro”, no busquéis la respuesta en las ideas religiosas que cada uno pueda tener; buscadla más bien en lo que Dios mismo ha manifestado a todos al darnos a su Hijo Jesucristo.
El apóstol Juan lo contempló así: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único para que tenga vida eterna y no perezca ninguno de los que creen en él”.
La fe no nos enseña a decir grandes cosas sobre el amor de Dios, sino que nos lleva a reconocerlo y acogerlo en ese Hijo que se nos ha dado para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.
Si tal es el amor que Dios nos tiene, si de esa manera el Señor está a favor nuestro, me pregunto con el apóstol Pablo: “¿Quién estará contra nosotros?” Y la respuesta que se sobreentiende es: Nadie.
Si miramos al Padre del cielo, nos encontramos con la grandeza de su amor, revelado en el don de su Hijo: él no estará nunca contra nosotros.
Si miramos al Hijo de Dios, a Jesucristo nuestro Señor, nos encontramos con la grandeza de su amor, revelado en la entrega de su vida, en el misterio de su muerte, de su resurrección y de su ascensión a los cielos: él no estará nunca contra nosotros.
Queridos: conocéis de cerca, muy de cerca, por haberlo experimentado en vuestra carne, el sentido de las palabras “aflicción, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada”. Conocéis de cerca la soledad, el miedo, la clandestinidad. Muchos de vosotros sabrían describir el olor de la muerte, por haberla sentido al lado durante tiempos interminables. El apóstol, experto como vosotros de sufrimientos y naufragios, se pregunta y nos pregunta: “¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?” Y la respuesta que se sobreentiende es: Nadie. ¡Nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro!
Vosotros conocéis los caminos de sufrimiento de la humanidad: caminos en el desierto, caminos en la ciudad, caminos en los bosques, caminos en el mar. Vosotros entráis en esos caminos con la esperanza de que os lleven a una tierra mejor, a una mayor libertad, a un mundo más justo. Entráis en esos caminos con la decisión de quien todo lo arriesga por alcanzar una meta, que para muchos de vuestros hermanos ha sido sólo la muerte. Yo no puedo apartaros del riesgo de la vida, no puedo apartaros de vuestros sueños, no puedo protegeros de quienes os entregan a la muerte como si no fueseis sus hermanos. Pero puedo mostraros, entre tantos caminos de sufrimiento sin esperanza, un Camino trazado por quien os ama hasta dar la vida por vosotros, un Camino de esperanza con sufrimiento, un Camino que nunca termina en la muerte, pues el mismo que se ha hecho Camino para nosotros, en también nuestra Vida.
No tengáis miedo. Cristo os ama. Él es vuestro Camino de la Vida. En él viven para siempre todos los hermanos que nos han dejado. Feliz domingo. Feliz camino con Cristo.
+ Fr. Santiago Agrelo Martínez
Arzobispo de Tánger
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/10/29/hablemos-de-amor-y-de-caminos


CREER EN EL CIELO

En esta fiesta cristiana de Todos los Santos, quiero decir cómo entiendo y trato de vivir algunos rasgos de mi fe en la vida eterna. Quienes conocen y siguen a Jesucristo me entenderán.
Creer en el cielo es para mí resistirme a aceptar que la vida de todos y de cada uno de nosotros es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándome en Jesús, intuyo, presiento, deseo y creo que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el deseo de vida, de justicia y de paz que se encierra en la creación y en el corazón da la humanidad.
Creer en el cielo es para mí rebelarme con todas mis fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, hambre, humillación y sufrimientos, quede enterrada para siempre en el olvido. Confiando en Jesús, creo en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podré ver a los que vienen en las pateras llegar a su verdadera patria.
Creer en el cielo es para mí acercarme con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, minusválidos físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión y la angustia, ansadas de vivir y de luchar. Siguiendo a Jesús, creo que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: Entra para siempre en el gozo de tu Señor.
No me resigno a que Dios sea para siempre un "Dios oculto", del que no podamos conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos. No me puedo hacer a la idea de no encontrarme nunca con Jesús. No me resigno a que tantos esfuerzos por un mundo más humano y dichoso se pierdan en el vacío. Quiero que un día los últimos sean los primeros y que las prostitutas nos precedan. Quiero conocer a los verdaderos santos de todas las religiones y todos los ateísmos, los que vivieron amando en el anonimato y sin esperar nada.
Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsis pone en boca de Dios: «Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuente de la vida». ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay en nosotros.



José Antonio Pagola

http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1241&Itemid=26




SANTOS NIÑOS. BEATOS FRANCISCO Y JACINTA
Sencillos, traviesos, alegres y juguetones, hijos de campesinos pobres, quienes cultivaban unos pedazos de tierra donde plantaban hortalizas y frutas y cuidaban de unas cuantas ovejas que los niños sacaban a pastar por los valles cercanos.
Francisco y Jacinta nacieron el Aljustrel. El primero nació el 11 de Junio de 1908 y su hermana el 11 de Marzo de 1910. Ambos fueron bautizados en la iglesia parroquial de Fátima. Francisco era tranquilo y pacífico. Así cuando en los juegos (las chinas, las prendas, pasar el aro, el botón, la cuerda, la malla, la brisca,…) alguno se empeñaba en negarle sus derechos de ganador, cedía sin resistencia, limitándose a decir: “¿Piensas que has ganado tú? Está bien. Eso no me importa”. Lo que más le entretenía era sentarse en el peñasco más elevado de las montañas y tocar su flauta para cantar. Mientras su hermana y amigos corrían, él se quedaba entretenido allí con su música y sus cantos.
A Jacinta, por otra parte, le gustaba la danza y cuando se enfadaba enmudecía hasta que le dejaban escoger el juego y la pareja con la que quería jugar. Tenía muy buen corazón y el buen Dios le había dotado de un carácter dulce y tierno, que hacía de ella una muchacha amable y atractiva.
Su vida se desarrollaba en un ambiente cristiano. La oración en familia, especialmente el rezo del rosario, formaba parte de la jornada diaria, acompañada por los relatos de las vidas de santos.
Y así transcurría su infancia hasta que un día de la primavera de 1916, cuando los niños se encontraban a las afueras de Aljustrel, junto al pozo de la casa de Lucía, después de haber merendado y rezado el rosario breve vieron acercarse una figura de un joven de unos 14 ó 15 años, más blanco que la nieve, el sol lo hacía transparente, como si fuera de cristal, y de una gran belleza. Ellos se arrodillaron y rezaron.
El tiempo pasó y fueron a pastorear los rebaños a una propiedad de los padres de Lucía. Después de haber merendado fueron a rezar la oración que les había enseñado el ángel, a la gruta que quedaba al otro lado del monte. Allí se les apareció de nuevo el Ángel de la Paz, ofreciéndoles el cuerpo y la sangre de Jesús.
El 13 de Mayo de 1917 se encontraban jugando Lucía, Jacinta y Francisco encima de la pendiente de Cova de Iria. De repente contemplaron un relámpago, los niños huyeron, pero a mitad de la ladera, muy cerca de una encina grande vieron otro relámpago y unos pasos más adelante, sobre un carrasco, una Señora, vestida toda de blanca, más brillante que el sol, irradiando una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina. La Señora les habló y pidió que rezasen muchos rosarios. También les preguntó si querían ofrecerse a Dios para soportar muchos sufrimientos por los pecados de las personas y en favor de la conversión de los pecadores.
Ellos aceptaron. La Señora abrió por primera vez las manos comunicándoles una luz muy intensa que llegaba a su alma y se elevó.
Los niños decidieron no dcirlo a nadie, pero Jacinta se lo contó a su madre. Cuando los padres se enteraron no les creyeron, pensando que eran imaginaciones de pequeños. El párroco interrogó a los niños.
El 13 de Junio consiguieron en medio de numerosas dificultades llegar al lugar donde habían visto a la Virgen. Ella legó y les pidió que fuesen el 13 del mes siguiente al mismo lugar, rezasen todos los días el rosario, aprendiesen a leer y les anunció que Jacinta y Francisco irían pronto al cielo.
El 13 de Julio eran ya muchas las personas que se encontraban allí, a ellos se sumaron los periodistas. La Virgen de nuevo pidió rezasen el rosario todos los días para obtener la paz y el fin de la Primera Guerra Mundial y la conversión de Rusia. El 13 de Agosto se encontraban los niños en la cárcel y no pudieron ir al lugar.
El 13 de septiembre les anunció que realizaría el gran milagro y así ocurrió el 13 de Octubre.
Ese día caía una lluvia torrencial. Los niños llegaron al lugar. Allí la Virgen les pidió hiciesen una capilla en honor a quien era la Señora del Rosario, continuasen rezando el rosario todos los días y la guerra iba a finalizar. Tomando un aspecto más triste les dijo: “No ofendan más a Dios Nuestro Señor”. Y abriendo las manos las hizo reflejarse en el sol. Desaparecida en la inmensa lejanía vieron al lado del sol a San José con el Niño y a Nuestra Señora. Seguidamente vieron a Nuestro Señor y a Nuestra Señora. De repente el sol comenzó a dar vueltas sobre sí mismo y a iluminar el firmamento hasta ese momento nublado.
En diciembre de 1918 llegó a lo que los portugueses llamaban la “gripe española” y Francisco enfermó de ella. Después de confesar y recibir a Jesús, el 4 de abril de 1919, con gran alegría marchó al cielo.
Jacinta también enfermó y fue ingresada en el hospital durante los meses de julio y agosto de 1919. Allí sufría complacida y sonriente. Fueron 15 meses de intensos dolores, aceptados con serenidad, en los cuales fue operada sin anestesia para extraerle dos costillas. El 20 de febrero murió, ofreciendo todos sus sufrimientos por la conversión de los pecadores, la paz del mundo y el Papa.
Juan Pablo II beatificó a los dos niños el 13 de Mayo de 2000 en Fátima, ante la presencia de Lucía.
Y ellos nos enseñan a amar mucho a María y preocuparnos de rezar para que las personas malas sea buenas y ayuden a los demás.


CATEQUESIS DEL PAPA
San Bernardo de Claraval
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero hablar sobre san Bernardo de Claraval, llamado el "último de los Padres" de la Iglesia, porque en el siglo XII, una vez más, renovó e hizo presente la gran teología de los Padres. No conocemos con detalles los años de su juventud, aunque sabemos que nació en el año 1090 en Fontaines, en Francia, en una familia numerosa y discretamente acomodada. De joven, se entregó al estudio de las llamadas artes liberales —especialmente de la gramática, la retórica y la dialéctica— en la escuela de los canónigos de la iglesia de Saint-Vorles, en Châtillon-sur-Seine, y maduró lentamente la decisión de entrar en la vida religiosa. Alrededor de los veinte años entró en el Císter, una fundación monástica nueva, más ágil respecto de los antiguos y venerables monasterios de entonces y, al mismo tiempo, más rigurosa en la práctica de los consejos evangélicos. Algunos años más tarde, en 1115, san Bernardo fue enviado por san Esteban Harding, tercer abad del Císter, a fundar el monasterio de Claraval (Clairvaux). Allí el joven abad, que tenía sólo 25 años, pudo afinar su propia concepción de la vida monástica, esforzándose por traducirla en la práctica. Mirando la disciplina de otros monasterios, san Bernardo reclamó con decisión la necesidad de una vida sobria y moderada, tanto en la mesa como en la indumentaria y en los edificios monásticos, recomendando la sustentación y la solicitud por los pobres. Entretanto la comunidad de Claraval crecía en número y multiplicaba sus fundaciones.
En esos mismos años, antes de 1130, san Bernardo inició una vasta correspondencia con muchas personas, tanto importantes como de modestas condiciones sociales. A las muchas Cartas de este período hay que añadir numerosos Sermones, así como Sentencias y Tratados. También a esta época se remonta la gran amistad de Bernardo con Guillermo, abad de Saint-Thierry, y con Guillermo de Champeaux, personalidades muy importantes del siglo XII. Desde 1130 en adelante empezó a ocuparse de no pocos y graves asuntos de la Santa Sede y de la Iglesia. Por este motivo tuvo que salir cada vez más a menudo de su monasterio, en ocasiones incluso fuera de Francia. Fundó también algunos monasterios femeninos, y fue protagonista de un notable epistolario con Pedro el Venerable, abad de Cluny, del que hablé el miércoles pasado. Dirigió principalmente sus escritos polémicos contra Abelardo, un gran pensador que inició una nueva forma de hacer teología, introduciendo sobre todo el método dialéctico-filosófico en la construcción del pensamiento teológico.
Otro frente contra el que san Bernardo luchó fue la herejía de los cátaros, que despreciaban la materia y el cuerpo humano, despreciando, en consecuencia, al Creador. Él, en cambio, sintió el deber de defender a los judíos, condenando los rebrotes de antisemitismo cada vez más generalizados. Por este último aspecto de su acción apostólica, algunas decenas de años más tarde, Ephraim, rabino de Bonn, rindió a san Bernardo un vibrante homenaje. En ese mismo periodo el santo abad escribió sus obras más famosas, como los celebérrimos Sermones sobre el Cantar de los cantares. En los últimos años de su vida —su muerte sobrevino en 1153— san Bernardo tuvo que reducir los viajes, aunque sin interrumpirlos del todo. Aprovechó para revisar definitivamente el conjunto de las Cartas, de los Sermones y de los Tratados. Es digno de mención un libro bastante particular, que terminó precisamente en este período, en 1145, cuando un alumno suyo, Bernardo Pignatelli, fue elegido Papa con el nombre de Eugenio III. En esta circunstancia, san Bernardo, en calidad de padre espiritual, escribió a este hijo espiritual suyo el texto De Consideratione, que contiene enseñanzas para poder ser un buen Papa. En este libro, que sigue siendo una lectura conveniente para los Papas de todos los tiempos, san Bernardo no sólo indica cómo ser un buen Papa, sino que también expresa una profunda visión del misterio de la Iglesia y del misterio de Cristo, que desemboca, al final, en la contemplación del misterio de Dios trino y uno: "Debería proseguir la búsqueda de este Dios, al que no se busca suficientemente —escribe el santo abad—, pero quizá se puede buscar mejor y encontrar más fácilmente con la oración que con la discusión. Pongamos, por tanto, aquí término al libro, pero no a la búsqueda" (XIV, 32: PL 182, 808), a estar en camino hacia Dios.
Ahora quiero detenerme sólo en dos aspectos centrales de la rica doctrina de san Bernardo: se refieren a Jesucristo y a María santísima, su Madre. Su solicitud por la íntima y vital participación del cristiano en el amor de Dios en Jesucristo no trae orientaciones nuevas en el estatuto científico de la teología. Pero, de forma más decidida que nunca, el abad de Claraval relaciona al teólogo con el contemplativo y el místico. Sólo Jesús —insiste san Bernardo ante los complejos razonamientos dialécticos de su tiempo—, sólo Jesús es "miel en la boca, cántico en el oído, júbilo en el corazón" (mel in ore, in aure melos, in corde iubilum)". Precisamente de aquí proviene el título, que le atribuye la tradición, de Doctor mellifluus: de hecho, su alabanza de Jesucristo "fluye como la miel". En las intensas batallas entre nominalistas y realistas —dos corrientes filosóficas de la época— el abad de Claraval no se cansa de repetir que sólo hay un nombre que cuenta, el de Jesús Nazareno. "Árido es todo alimento del alma —confiesa— si no se lo rocía con este aceite; insípido, si no se lo sazona con esta sal. Lo que escribes no tiene sabor para mí, si no leo allí a Jesús". Y concluye: "Cuando discutes o hablas, nada tiene sabor para mí, si no siento resonar el nombre de Jesús" (Sermones in Cantica canticorum xv, 6: PL 183, 847). Para san Bernardo, de hecho, el verdadero conocimiento de Dios consiste en la experiencia personal, profunda, de Jesucristo y de su amor. Y esto, queridos hermanos y hermanas, vale para todo cristiano: la fe es ante todo encuentro personal íntimo con Jesús, es hacer experiencia de su cercanía, de su amistad, de su amor, y sólo así se aprende a conocerlo cada vez más, a amarlo y seguirlo cada vez más. ¡Que esto nos suceda a cada uno de nosotros!
En otro célebre Sermón en el domingo dentro de la octava de la Asunción, el santo abad describe en términos apasionados la íntima participación de María en el sacrificio redentor de su Hijo. "¡Oh santa Madre —exclama—, verdaderamente una espada ha traspasado tu alma!... Hasta tal punto la violencia del dolor ha traspasado tu alma, que con razón te podemos llamar más que mártir, porque en ti la participación en la pasión del Hijo superó con mucho en intensidad los sufrimientos físicos del martirio" (14: PL 183, 437-438). San Bernardo no tiene dudas: "per Mariam ad Iesum", a través de María somos llevados a Jesús. Él atestigua con claridad la subordinación de María a Jesús, según los fundamentos de la mariología tradicional. Pero el cuerpo del Sermón documenta también el lugar privilegiado de la Virgen en la economía de la salvación, dada su particularísima participación como Madre (compassio) en el sacrificio del Hijo. Por eso, un siglo y medio después de la muerte de san Bernardo, Dante Alighieri, en el último canto de la Divina Comedia, pondrá en los labios del Doctor melifluo la sublime oración a María: "Virgen Madre, hija de tu Hijo, / humilde y elevada más que cualquier criatura / término fijo de eterno consejo, ..." (Paraíso 33, vv. 1 ss).
Estas reflexiones, características de un enamorado de Jesús y de María como san Bernardo, siguen inspirando hoy de forma saludable no sólo a los teólogos, sino a todos los creyentes. A veces se pretende resolver las cuestiones fundamentales sobre Dios, sobre el hombre y sobre el mundo únicamente con las fuerzas de la razón. San Bernardo, en cambio, sólidamente fundado en la Biblia y en los Padres de la Iglesia, nos recuerda que sin una profunda fe en Dios, alimentada por la oración y por la contemplación, por una relación íntima con el Señor, nuestras reflexiones sobre los misterios divinos corren el riesgo de ser un vano ejercicio intelectual, y pierden su credibilidad. La teología remite a la "ciencia de los santos", a su intuición de los misterios del Dios vivo, a su sabiduría, don del Espíritu Santo, que son punto de referencia del pensamiento teológico. Junto con san Bernardo de Claraval, también nosotros debemos reconocer que el hombre busca mejor y encuentra más fácilmente a Dios "con la oración que con la discusión". Al final, la figura más verdadera del teólogo y de todo evangelizador sigue siendo la del apóstol san Juan, que reclinó su cabeza sobre el corazón del Maestro.
Quiero concluir estas reflexiones sobre san Bernardo con las invocaciones a María que leemos en una bella homilía suya: "En los peligros, en las angustias, en las incertidumbres —dice— piensa en María, invoca a María. Que Ella no se aparte nunca de tus labios, que no se aparte nunca de tu corazón; y para que obtengas la ayuda de su oración, no olvides nunca el ejemplo de su vida. Si la sigues, no puedes desviarte; si la invocas, no puedes desesperar; si piensas en ella, no puedes equivocarte. Si ella te sostiene, no caes; si ella te protege, no tienes que temer; si ella te guía, no te cansas; si ella te es propicia, llegarás a la meta..." (Hom. ii super "Missus est", 17: PL 183, 70-71).



CARTA DE D. CARLOS, ARZ. DE VALENCIA

¿Por qué quiero hablaros de la verdad? Creo que en nuestra cultura actual resulta prioritario vivir y alcanzar la verdad. Naturalmente que para nosotros los cristianos, la verdad la escribimos con mayúsculas, pues es Jesucristo mismo. La expresión del Evangelio de san Juan tiene una actualidad especial para nosotros hoy: “Yo soy la Verdad” (Jn 14, 6). ¡Qué expresión la que pronuncia Nuestro Señor Jesucristo y en la que Él mismo nos dice lo que es Él! Quisiera que entendieseis lo que significa y lo que implica para una persona, adherirse a quien se definió así. Porque Él, la Verdad, nos hace felices y capaces de vivir con los demás desde el amor. Y ello es así porque verdad y amor están íntimamente unidas. Es más, podemos afirmar que separadas, ni hay verdad ni hay amor.
Todo ser humano tiene una exigencia de verdad, quiere encontrarse con la verdad. Hay dos elementos que se relacionan entre sí en la búsqueda y en el encuentro con la verdad: en primer término, la verdad en sí misma que para nosotros los cristianos es Jesucristo y en segundo lugar, el modo en que una persona se prepara para su búsqueda o encuentro con la verdad. Y todo ello, porque la verdad no es solamente cuestión de contenidos o de teoremas filosóficos, la verdad no es una idea y menos una ideología. La verdad posee su estilo, su modo de ser, de afirmarse y de resplandecer. ¡Qué vida más diferente, cuando nos encontramos con Jesucristo, la Verdad!
La Verdad cristiana precisa ciertas condiciones para revelarse y darse a conocer. La Verdad no nace en cualquier parte, nació en Belén de Judá. Podemos decir que no todo contexto es terreno bueno para que florezca la semilla de la Verdad, no todo clima favorece su crecimiento. Aquí viene bien escuchar lo que Jesús nos dice acerca de la semilla del Reino de Dios, la cual es además “la más pequeña de todas las semillas” (Mc 4, 31). Precisamente por esto, necesita particulares atenciones.
El hombre es buscador de la verdad. Todo ser humano desde que viene a este mundo es buscador de la verdad, pero ésta no es externa a él. Como nos dice san Agustín: “No andes vagando fuera de ti, entra dentro de ti mismo, en lo más íntimo de ti habita la verdad” (San Agustín, De vera religión, 39). La cuna de la verdad está en Jesucristo, y Él mismo nos dice como se manifiesta: en el hombre abierto a la relación. Esto es lo que nos pide Jesucristo a nosotros para encontrarnos con la verdad: una relación clara, directa y honda con Él. Una relación que se convierte en comunión. No se hace y se experimenta como fruto de largos, elaborados y solitarios discursos intelectuales, sino que aparece en las vidas que no se cierran en sí mismas, en vidas que no cesan de ser curiosas y dejan interrogarse.
Aquí viene bien traer a la memoria el diálogo de Jesús con la Samaritana. Ella se encuentra con la Verdad, pero no fruto de un discurso, sino fruto de una relación, de un diálogo que se establece entre el Señor y ella. De tal manera que se llega a una situación que cuando ella comprende que la Verdad está en el Señor, es ella misma la que prorrumpe diciendo “dame de ese agua que quita la sed para siempre”. A la Verdad no se accede por propias elucubraciones, ni tampoco por confrontaciones con los demás. A la Verdad accede quien permanece a la escucha en lo más profundo de sí mismo, a la escucha de la vida y de los demás, quien sabe apreciar las palabras que resuenan a su alrededor y quien sabe disponerse a aprender de cualquier otro. A la Verdad se accede cuando un corazón se sabe poner en relación con otro. ¿Qué le sucedió a Zaqueo? ¿Cuándo descubrió la Verdad? Fue en el encuentro con el Señor, en el encuentro con quien dijo “Yo soy la Verdad”. En ese encuentro Zaqueo ve la Verdad y ante la Verdad, decide vivir en verdad.
La Verdad no se puede separar de las que von Baltasar denomina “sus dos hermanas”, es decir, la Bondad y la Belleza. La Verdad forma un todo con ellas, de tal manera que la Verdad se expresa en términos de Bondad y Belleza. ¿No lo descubrimos así en Jesucristo? ¿No es Jesucristo suprema Bondad y suprema Belleza? En una cultura como la nuestra en la que, por sí sola, la verdad no parece tener fuerza convincente, el lenguaje de la belleza y de la bondad puede convertirse en el camino para la contemplación de la verdad. Y es que la belleza y la bondad logran tocar aquellas cuerdas del ánimo humano que permanecen impermeables a un puro y denso razonamiento. ¡Qué fuerza tienen la Verdad, la Belleza y la Bondad! Lo bello y lo bueno, ciertamente atrae, fascina, emociona, rompe los esquemas construidos por esa obsesión por lo útil, por el ansia de hacer. Recordemos como después de la multiplicación de los panes, Jesús hace una pregunta provocadora y los discípulos responden: “¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 68).
“Conságralos en la verdad” pide Jesucristo al Padre para sus discípulos. ¿Qué significa esto? Nada menos que esto: haz que su vida entre en comunión conmigo que soy la Verdad, la Bondad y la Belleza. ¡Qué fuerza tiene decir que la verdad no se demuestra, sino que se muestra! ¡Qué hondura tiene saber que la verdad no se divide, sino que se comparte! ¡Qué verdad más grande es decir que lo contrario de la verdad no es sólo la mentira, sino la verdad sin amor! Por eso el Papa Benedicto XVI nos lo ha unido y nos ha dicho: “caritas in veritate”.
En los meses que llevo en la Archidiócesis de Valencia he podido apreciar cómo a través de los siglos el pueblo valenciano ha sabido rodear de particular belleza la devoción eucarística, la devoción al Santo Cáliz, a la Virgen de los Desamparados, a las celebraciones de la Semana Santa, y cómo ha sabido unir esa belleza con la verdad, con la bondad y la caridad de tantas instituciones benéficas y sociales nacidas a su alrededor que han ayudado a los enfermos mentales, a los niños huérfanos, o a los jóvenes con vocación. Verdad, belleza y bondad son realidades que debemos seguir cultivando en estos tiempos de dificultades para tantas familias que precisan, quizás como nunca, que cada uno de nosotros sepamos ofrecerles, como nos enseña Benedicto XVI, caridad en la Verdad.
Con gran afecto, os bendice
+Carlos, Arz. de Valencia.


RESSÓ DE LA PARAULA.
Anava ja alguns dies donant voltes a una frase que per casualitat havia llegit i que pensava tenia molt a veure amb l’objectiu que enguany ens proposem a la diòcesi: la transmissió de la fe. Em vaig alegrar quan, assistint a una pregària preparada per un grup de joves de l’Hospitalitat, a Lourdes, l’havien triada, formant part d’altres frases significatives per a meditar en una estona de silenci. La meva alegria venia de comprovar que els joves l’havien entès. Deia més o menys així:
«L’ocell no canta per a ésser escoltat. Canta perquè té un cant.»
Aplicar el símbol del cant de l’ocell a la transmissió de la fe és oportú i apropiat. Ho aprofitem per a fer un pas endavant en la resposta a la qüestió que ja ens havíem plantejat: «Per què hem de trametre la fe?». Com a primera aproximació hem dit que trametem la fe simplement per amor. Segons l’encíclica de Benet XVI Caritas in Veritate, si no mirem que l’altre arribi a creure, no l’estimem prou, perquè en creure està en joc la seva llibertat i la seva felicitat. Ho diu el Papa a partir d’aquella coneguda frase de sant Pau: «La caritat... troba el goig en la veritat» (1Co 13,6).
Alguns tradueixen en forma personal: «qui estima troba el goig en la veritat». No cal demostrar la relació que hi ha entre l’amor i el goig. L’alegria més profunda ve d’estimar i ésser estimat. Però sembla que l’amor basat en una mentida, un falsejament de la realitat i la veritat de les persones, és el desencís i la frustració més terrible. Així, l’alegria més profunda ve d’estimar i ésser estimat, però en la veritat.
Què vol dir estimar en la veritat? Vol dir estimar (i ésser estimat) no només segons la realitat del que som ja (amb les nostres imperfeccions), sinó també segons el que estem cridats a ser (l’ideal). I l’únic camí per accedir a aquesta veritat de les persones, que fa possible el goig de l’amor, és la fe. Doncs són els ulls de la fe els que ens permeten de conèixer l’altre, la seva realitat i la seva vàlua.
Aleshores, quan l’estimació es recolza en la veritat, l’alegria és completa i la vivència i la transmissió de la fe és com el cant d’un ocell. Més que un reclam, l’ocell canta com una efusió de joia incontenible.
—Així, la transmissió de la fe neix de la joia de creure, o millor, de la joia d’un amor que gaudeix de la veritat creguda.
—Així mateix, més enllà d’un objectiu calculat com pot ser fer que l’altre cregui, la transmissió de la fe és absolutament gratuïta, alhora que viscuda com una necessitat irresistible (1Co 9,16).
—Per això la transmissió de la fe no obeeix a càlculs, és generosa i sobreabundant, com la música dels ocells al bosc, com la llavor del qui sembra (Mt 13,1-9).
La fe vertadera no es pot amagar. Menys encara si aquesta fe suscita i alimenta l’amor. I si aquest amor es deixa portar pel goig de creure, aleshores la transmissió de la fe esdevé un esclat de joia.
† Agustí Cortés Soriano
Bisbe de Sant Feliu de Llobregat
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091101_6_44.pdf

SANTOS SACERDOTES: Santo Tomás de Villanueva
SANTOS SACERDOTES: San Juan de Ribera.
Nuestro santo nació en Sevilla, estudiando en Salamanca bajo la guía entre otros de S. Juan de Ávila y Domingo de Soto. Allí se entregó a la piedad, el estudio y el auxilio de los necesitados, llegado a vender cuanto su padre le había entregado para socorrer a los pobres.
En 1557 fue ordenado sacerdote llevando una vida que comenzaba a las 4 de la mañana, tras una hora de oración mental, rezo del oficio parvo de la Virgen María y del oficio divino, tiempo de confesiones, eucaristía, acción de gracias, confesiones y estudio. Después de la comida se entregaba a la atención de los pobres y el rezo del santo rosario.
Su vida fue tan ejemplar que le llevó, previa negativa del mismo, a ser nombrado obispo de Badajoz. Con tan sólo 29 años fue consagrado en Sevilla. En esta diócesis elevó la formación religiosa del pueblo y creó equipos de sacerdotes entregados a la predicación por los pueblos.
El Papa S. Pío V le nombró Patriarca de Antioquia y a los 36 años fue designado Arzobispo de Valencia.
Durante su pontificado en la Archidiócesis su vida estuvo marcada por la humildad, modestia, austeridad, piedad, vida interior, predicación de la Palabra de Dios, opción preferencial por los pobres y preocupación por la formación del clero y del pueblo.
Así realizó 11 visitas pastorales, recorriendo los pueblos, convocó 7 sínodos, fundó el Colegio Corpus Cristhi y trató a los sacerdotes de forma exquisita y delicada, a fin de que se sintiesen acompañados y queridos por su Arzobispo.
El 6 de Enero de 1611 murió, el 18 de Septiembre de 1796 Pío VI lo beatificó y el 12 de Junio de 1960 el beato Juan XXIII le canonizó.
El nos enseñó a amar a Eucaristía y a tener un gran celo pastoral.



APUNTES VOCACIONALES

Beato Manuel González.
Este mes el Seminario Menor ofrece su figura para meditar.
Nació en Sevilla el 25 de Febrero de 1877, fue ordenado sacerdote por el beato Cardenal Marcelo Spinola en 1901, siendo destinado a dar una misióon en Palomares del Río. En 1905 fue enviado como párroco de San Pedro de Huelva, donde atendió a las familias necesitadas y a los niños, para los que fundó escuelas. El 4 de Marzo de 1910 ante un grupo de fieles colaboradoras en su actividad apostólica fundó la Obra para los Sagrarios-Calvario, la Unión Eucarística Reparadora, con el fin de dar una respuesta de amor reparador al amor de Cristo en la Eucaristía, a ejemplo de María Inmaculada, el apóstol san Juan y las Marías que permanecieron fieles junto a Jesús en el Calvario. De allí surgieron numerosas familias entregadas a la adoración eucarística. Benedicto XV le nombró obispo auxiliar de Málaga en 1916 y en 1920 obispo residencial de esta sede, ofreciendo un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades, quienes con los sacerdotes y seminaristas sirvieron la comida a los tres mil niños. Desterrado de su Diócesis en 1931, fue nombrado obispo de Palencia en 1935, muriendo en 1940. El Papa Juan Pablo II lo beatificó en 2001.

Contexto histórico

Día 1 – ¡Sin sacerdotes!

Texto

¡Sin sacerdotes!. Ese grito que constantemente sale, más que de los labios, del corazón de los que estamos al frente de la Diócesis, expresa esa gran lástima.. que las estadísticas, desgraciadamente ciertas os revela, de hasta qué punto este grito es un hecho tan desconsolador como real.

¿Cómo se puede atender a tantas almas y a tantas necesidades con tan poco clero? Pues de ninguna manera.

Me cuesta cada vez que tengo que mandar desalojar un Sagrario, cerrar una iglesia, porque no tengo cura que la cuide. Se me parte el corazón al contemplar cómo cada día disminuyen las misas, las confesiones, las unciones a los enfermos, las predicaciones, la luz que acompañe y esclarezca los senderos, la sal que preserve de las corrupciones…

Palabra de Dios : Lc 10, 2-9



Día 2 – Causas (I) : Falta espíritu cristiano

Texto

Las causas de que no haya vocaciones son muchas, pero sin duda alguna la secularización, la identidad sacerdotal y los bienes de la iglesia son tres de las que debo señalar.

Fruto de esta sociedad se ha borrado el espíritu cristiano en la vida y en las costumbres de la familia moderna... Es cierto que no todas las familias han llegado a esta secularización absoluta de su vida y costumbres, pero también es cierto que entre este tipo de familia y el tipo de la familia cristiana, que no sólo se goza de dar al Señor las primicias que le pide, sino que con la oración y el ejemplo fomenta la entrega de sus miembros, hay un sinnúmero de familias que viven con mucha mediocridad su vocación.

Palabra de Dios : Ap 3,1-3


Día 3 – Causas (II): Falta identidad sacerdotal

Texto

Un sacerdote para un pueblo cristiano, es un hombre consagrado, con consagración oficial y solemne… de la que participa su palabra, su acción, su estar en medio del pueblo… el sacerdote cada vez que habla como uno más, viste como uno más, aspira y ambiciona como uno más, mira a sus superiores como uno más, se relaciona con sus hermanos como uno más… infringe al espíritu cristiano una derrota. No podemos olvidar que en servir y vivir como sacerdotes está toda la fecundidad y fuerza de la misión que Dios y la Iglesia nos ha encomendado.

Palabra de Dios: Ez 34, 2-8



Día 4 – Causas (III): La falta de compromiso de la comunidad cristiana

Texto

Por último eso que se dice de que el Estado paga el culto y el Clero, hace que la Iglesia se vea privada de los cuantiosos recursos que la piedad cristiana le diera para hacer entre otras, obras de caridad. Los fieles han aflojado y desviado el interés y el conocimiento de sus obligaciones para con su madre la Iglesia tratándola como a rica, desentendiéndose de prestarle su apoyo y dejándola al amparo de una doble pobreza: ¡ser pobre y pasar por rica para no poder contar con nada, ni con la esperanza del auxilio”

Palabra de Dios: Ap 2, 15-22


Día 5 – Respuesta ante la falta de sacerdotes

Texto
“Ante esta gran lástima, nos arranca nuestra fe, por la generosidad de nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos y hasta por el espíritu de nuestra vergüenza la necesidad de implicarnos en la promoción, formación y acompañamiento de los Sacerdotes.”

Palabra de Dios Dt 1, 8-12



Día 6 – promover, acompañar y formar…

Texto
Hay que promover, acompañar y formar sacerdotes que vayan sin vacilaciones a esos pueblos que no tienen fe, ni culto, ni pan, ni cariño a los sacerdotes, dispuestos a un a ganarse la vida con el trabajo de sus manos , y a no dejar mientras no vean llenas y rebosantes las casas del Señor y las almas de sus vecinos anegadas en paz y gracia de Dios.

Palabra de Dios I Sam 3,1-10



Día 7 – Oración por las vocaciones

Texto
¡Sacerdotes Apóstoles! La mies es abundante , los operarios son pocos” ese es el problema y la solución está “Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe operarios” ¿cómo no va a ser obra de gracia de Dios el envío de operarios a su mies, y por consiguiente obra que hay que realizar orando?

Palabra de Dios Mt 9, 35-38



Día 8 – Todos hemos de facilitar la llegada de nuevos operarios

Texto
Mientras se está pidiendo que vengan o que no se vayan los que vinieron ¿no nos queda nada que hacer para facilitar, preparar, acelerar y perfeccionar el aprendizaje del oficio de operario en la mies del Señor”

Esta misión la tienen que hacer todos, pero especialmente la familia y los sacerdotes… La familia cristiana como fruto maduro que se abre, produciendo nuevas semillas, y los sacerdotes que acojan, cuiden y trasplanten sin miedo esa semilla, y el obispo que poniendo todo el calor de su entusiasmo, todo el cariño de su corazón , todo el ingenio de su celo, todo el esfuerzo de su poder, y sobre esto, todo el influjo de su oración, que aunque de hombre pecador es de un Obispo y sin la cual aquello anterior no es nada… aquí me tenéis confiado en aquel en quien lo puede todo.

Palabra de Dios Jn 4, 35-38

http://www.seminariomenorvalencia.com/
NOTICIAS
REUNIÓN DE CONSILIARIOS
El pasado martes 27 se reunieron en la Sede Diocesana los consiliarios de las Zonas de la Ceba al Vino, Montcabrer, La Marina, La Ribera y La Safor con Fran.
En ella comenzaron rezando en el oratorio. Seguidamente Fran hizo un balance del Proyecto Togo y presentó las nuevas acciones a emprender en los próximos meses de cara a ayudar a crecer este árbol que plantamos el curso pasado. A continuación informó sobre el nuevo trienio, centrado en la vocación y el educador, sobre los cuales girarán los lemas (llamados, acompañados y enviados), teniendo como modelo a María y ofreciendo a los educadores un material nuevo e interactivo.
Finalmente abordaron Compromesos y el Encuentro de Consiliarios.

LA ZONA MONTCABRER
Él Consejo de Zona se reunió el pasado 19 en Cadena Forta. Allí se informó acerca del curso AJ, la reunión del Consejo de Vicaría y las conclusiones de la Asamblea Diocesana. También se abordó la visita del Padre Rafael a la Zona.
El sábado 24 con una oración fue inaugurado el Curso AJ en Flor de Neu. A continuación los alumnos asistieron a la primera clase.
Y el lunes 26 la Secretaría de Formación continuó la preparación del Encuentro de Monitores de FM en La Maiansa de Ontinyent, aprobándose el siguiente precio: 10 euros estancia completa y 5 estancia media.

viernes, 23 de octubre de 2009

Domingo XXX. 25 de Octubre de 2009


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 31, 7-9Así dice el Señor:«Gritad de alegría por Jacob,regocijaos por el mejor de los pueblos;proclamad, alabad y decid:El Señor ha salvado a su pueblo,al resto de Israel.Mirad que yo os traeré del país del norte,os congregaré de los confines de la tierra.Entre ellos hay ciegos y cojos,preñadas y paridas:una gran multitud retorna.Se marcharon llorando,los guiaré entre consuelos;los llevaré a torrentes de agua,por un camino llano en que no tropezarán.Seré un padre para Israel,Efraín será mi primogénito.»


MEDITACIÓN
El texto se encuentra inserto en el libro de la consolación u oráculos de salvación. En ellos descubrimos a un pueblo marcado por el sufrimiento. En su historia ha experimentado la división del Reino de David y Salomón en dos (Norte y Sur) y la deportación a Babilonia el año 582 a.C.
Ante esta situación marcada por la desolación Dios envía al profeta Jeremías para que dirija una palabra de esperanza.
Si las desgracias que ha sufrido Israel han sido como consecuencia de su infidelidad a Dios, ahora el mismo que castigó a su pueblo va a volcar en él toda su misericordia, como hizo en tiempos de Moisés.
Esto se expresa en la vuelta del destierro y la reunión de todos los que sufren y los que esperan. El camino de retorno será llano y experimentarán el amor paternal de Dios.
También nosotros como juniors muchas veces el pecado nos lleva a sentirnos extraños a nosotros mismos, a pasarlo mal, sin embargo Dios quiere que lloremos, nos arrepintamos, para así llevarnos a beber del torrente de su amor paterna.

SALMO



Sal 125, l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 3)
R/. El Señor ha estado grande con nosotros,y estamos alegres.Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,nos parecía soñar:la boca se nos llenaba de risas,la lengua de cantares. R/.Hasta los gentiles decían:«El Señor ha estado grande con ellos.»El Señor ha estado grande con nosotros,y estamos alegres. R/.Que el Señor cambie nuestra suerte,como los torrentes del Negueb.Los que sembraban con lágrimascosechan entre cantares. R/.Al ir, iba llorando,llevando la semilla;al volver, vuelve cantando,trayendo sus gavillas. R/.


MEDITACIÓN
4 lecturas.
Con Israel: este salmo es un “salmo gradual” o “canto de subida” perteneciente a los cantos que entonaban los judíos cuando subían a la ciudad de Jerusalén. Las expresiones hacen pensar en una inmensa procesión que avanza hacia el Templo, con los brazos cargados de gavillas para la fiesta en que se ofrendaban a Dios las cosechas. Por otra parte el sentido original del salmo fue el regreso de los desterrados en Babilonia el año 538 a.C. Al igual que ocurre con los torrentes del Negueb, secos durante gran parte del año, en inviernose llenan de agua y hacen florecer este desierto situado al sur de Palestina, fertilizando sus tierras. Por otra parte la semilla se transforma en gavilla, la muerte en vida.
Con Jesús: seguramente lo cantó cada vez que subió con sus padres, con sus discípulos o solo al templo. Pero sobre todo este es el salmo de la mañana de pascua, cuando acaba de resucitar y sube a la Jerusalén Celeste, donde el Padre habita. En el Domingo de Resurrección el Padre cambió la suerte del Hijo, mostrando su grandeza. En el desierto de la muerte floreció la vida y como bién había afirmado, Él es la semilla que muere y da fruto. Murió en la cruz, fue enterrado y en la pascua se transformó en la gavilla que alimenta al hombre y la mujer.
Con nuestro tiempo: la falta de esperanza es común a nuestro tiempo: la crisis en la economía, la educación, la sociedad, la Iglesia,… nos llevan a compartir con Israel la experiencia de fracaso del destierro. Sin embargo nuestros ojos se elevan a Dios que quiere cambiar nuestra suerte y llenar de vida los torrentes secos de nuestra persona, de la sociedad y la Iglesia. El sufrimiento y las crisis forman parte de la vida humana, pero no son la meta de la existencia. La semilla que muere está llamada a germinar y dar fruto, si de deja amar por Dios y transformar por quien es capaz de hacer florecer el desierto.

Con los juniors: el pasado fin de semana acogimos al Padre Rafael, misionero salesiano en Togo. ¡Cuántas veces habrá recitado este salmo como si hubiese sido escrito para él! En las dificultades y los momentos de tensión fruto de la guerra y las situaciones de penuria, como bien nos contó, experimentó el poder transformador de Dios, capaz de transformar el miedo ante la muerte y el dolor en serenidad y perdón. También los educadores que marcharon a Togo podrían cantar este salmo: “al ir, iba llorando, llevando la semilla”, partían dejando atrás sus familias, llevando incertidumbres y temores ante un reto difícil, adaptarse a un país completamente distinto en la lengua, cultura, sociedad, condiciones políticas,… “Al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas”, regresaron alegres y llevando en sus labios experiencias entusiasmantes.
Lo mismo nos ocurre a nosotros antes del campamento. Somos juniors, llamados a dar lo que tenemos, confiando totalmente en Dios que hará florecer nuestros centros.
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/30B/marco_30b.htm


CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
«Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares».
La vida es como marea que sube y baja, y yo he visto muchas mareas altas y mareas bajas en ritmo incesante a lo largo de muchos años y cambios y experiencias. Sé que la esterilidad del desierto puede trocarse de la noche a la mañana en fertilidad cuando se desbordan «los torrentes del Negueb». Torrentes secos del sur, a los que una súbita lluvia primaveral llenaba de agua, cubriendo de verde sus riberas en sonrisa espontánea de campos agradecidos. Ese es el poder de la mano de Dios cuando toca una tierra seca... o una vida humana.
Toca mi vida, Señor, suelta las corrientes de la gracia, haz que suba la marea y florezca de nuevo mi vida. Y, entretanto, dame fe y paciencia para aguardar tu venida, con la certeza de que llegará el día y los alegres torrentes volverán a llenarse de agua en la tierra del Negueb.
Es ley de vida: «Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares». Ahora me toca trabajar y penar con la esperanza de que un día cambiará la suerte y volveré a sonreír y a cantar. En esta vida no hay éxito sin trabajo duro, no hay avance sin esfuerzo penoso. Para ir adelante en la vida, en el trabajo, en el espíritu, tengo que esforzarme, buscar recursos, hacer todo lo que honradamente pueda. La tarea del sembrador es lenta y trabajosa, pero se hace posible y hasta alegre con la promesa de la cosecha que viene. Para cosechar hay que sembrar, y para poder cantar hay que llorar.
¿No es mi vida entera un campo que hay que sembrar con lágrimas? No quiero dramatizar mi existencia, pero hay lágrimas de sobra en mi vida para justificar ese pensamiento. Vivir es trabajo duro, y sembrar eternidad es labor de héroes. Sueño con que la certeza de la cosecha traiga ya la sonrisa a mi rostro cansado; y pido permiso para tomar prestado un canto de la fiesta del cielo para irlo ensayando con alegría anticipada mientras siembro aquí abajo.
«Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas».
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/30B/marco_30b.htm


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-6 Hermanos:Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mí Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

MEDITACIÓN
En este texto el autor nos presenta los rasgos del sacerdocio en el Antiguo Testamento para conducir al lector a Cristo. Su legitimidad era difícil demostrar puesto que Jesús no pertenecía a la familia de Aarón, el linage a quien la Biblia, concede el sacerdocio. Pero apoyándose en ella presenta otra moralidad diferente de servicio sacerdotal agradable a Dios, el llevado a cabo por Melquisedec, rey de Salén, y con el fin de fundamentarlo cita el salmo 109 donde el Mesías prometido es declarado por Dios no sólo su hijo, sino también sacerdote para siempre, como lo fue el rey Melquised (“Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”.
Por otra parte los rasgos del sacerdote son: es un hombre que representa a los hombres ante Dios, ofreciendo el sacrificio de expiación, por el perdón de los pecados propios y del pueblo, llamado por Dios, por tanto el sacerdocio es un don que Él concede.
El texto lo podemos aplicar a nuestros consiliarios. Ellos en cuanto sacerdotes, son personas como nosotros, con sus pecados, pero con una tarea encomendada por Dios: ser instrumentos de reconciliación. Y ellos representan a Cristo, Sumo sacerdote.


EVANGELIO

Al igual que la primera parte que concluía con la curación del ciego de Betsaida y la profesión de fe de Pedro (Mc 8,22-30), ésta concluye con otro milagro, el ciego Bartimeo.
En ésta curación responde a las dos preguntas que transversalizan todo el evangelio de Marcos: ¿Quién es Jesús? y en consecuencia, ¿quién es el discípulo?
Jesús es el que ilumina, la luz y el discípulo es el hombre que vive al margen del camino, que busca la luz capaz de iluminar su vida y, a pesar de los obstáculos que se interponen entre él y Jesús la encuentra, siendo curado y entrando a formar parte de los discípulos, cuya escuela no se desarrolla en un lugar estático sino en el camino. Y en todo ello hay un proceso, pues para pasar de la marginalidad al camino hay que desearlo, reconociendo en Jesús la única respuesta válida para mi vida, superando las dificultades, propias de todo proceso vital.


MEDITACIÓN
Estamos llegando al final de este viaje hacia Jerusalén que hemos recorrido con Jesús. El domingo pasado nos invitaba a desprendernos de las riquezas para poder entrar en Jerusalén y compartir su destino.
Entre el fragmento del pasado domingo y éste se encuentra el tercer anuncio de la pasión (Mc 10, 32-34), en él describe con dramatismo los acontecimientos que se avecinan: “entregado a los sumos sacerdotes y escribas, condenarán a muerte, entregarán a los paganos, se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y lo matarán” vividos desde la total confianza en la resurrección: “a los tres días resucitará”.
Pero los discípulos siguen en sus esquemas y ambiciones. Tan sólo queda el pasaje del ciego de Jericó para entrar en la Ciudad Santa y en este momento, se acercan Santiago y Juan. A pesar del largo camino en el que ha sembrado la enseñanza del Reino de Dios entendido como total confianza en Dios y pequeñez ante el mundo, ellos han sido incapaces de despojarse de las expectativas y las ambiciones de gloria, exclusivamente humanas. Creen que su Maestro es el Mesías esperado como triunfador y, atestiguàndole su confianza, le piden tener una parte digna de consideración en el Reino que va a restrablecer. Jesús examina a sus aspirantes y les pregunta sobre su disponibilidad para pasar por el camino del sufrimiento, el del Siervo de Yahvé de la Primera Lectura y el del Jesús Sumo y Eterno Sacerdote de la carta a los Hebreos. Éste consiste en beber el cáliz y ser bautizado, es decir, beber la copa de la Pasión y Cruz y sumergirse en las profundas aguas de la muerte y del descenso a los infiernos.
Ellos con ingenioso atrevimiento aceptan. Pero Jesús les recuerda que es un don que sólo Dios puede otorgar gratuítamente.
¿Y quién se hace digno de recibirlo? Se lo explica a los Doce, a quienes el deseo de ser los primeros pone en conflicto y nos lo explica a nosotros: el humilde servicio recíproco, la entrega incondicionada de uno mismo para el bien de los hermanos es lo que nos hace grandes.
Toda una enseñanza de cara al comienzo de curso que nos cura de la ambición de querer ser los primeros en influencia en el barrio o pueblo, de ser apreciados y queridos por los demás. Lo fundamental es vivir la actitud de Cristo, asumiendo la experiencia dura de beber el cáliz y recibir el bautismo.

REVISIÓN DE HECHOS DE VIDA
VER:
Nuestra vida de fe se encuentra muchas veces al margen del camino, bien por cansancio, bien por dudas o crisis de fe, lo cierto es que si hoy nos planteamos en la Iglesia dónde nos situamos, posiblemente nos coloquemos en el margen. Dentro del movimiento junior, pero sin sentirnos en nuestra forma de pensar y vivir cristianos coherentes con lo que enseña, celebra y vive la Iglesia. Por otra parte nuestra misión como movimiento que está por tanto en acción es en busca de aquellos que viven al margen, los niños y adolescentes que, después de haber recibido la Primera Comunión han dejado de participar en la misa dominical, han abandonado la parroquia. Son muchos los que se hallan por tanto al margen, sufriendo las consecuencias del alejamiento de Jesús: la oscuridad, manifestada en ausencia de valores, egoísmo,...
JUZGAR:
La Palabra de Dios sale este domingo a nuestro encuentro. Ella no se vive en un aula, aprendiendo unos conceptos, sino en el caminar de cada día. Dios es persona, no es un libro y por tanto en cuanto es persona es relación que lleva a caminar juntos, avanzando, permaneciendo quietos o avanzando. Al meditar la primera lectura descubrimos a este Dios que sale a nuestro encuentro para llenar nuestra vida, situada al margen, marcada por el desánimo y la desilusión, ciega e incapaz de ver a Dios actuando. Es en ese lugar donde Él se encuentra con nosotros. Sólo nos pide nos levantemos y estemos dispuestos a acercarnos a Él. Ver no es una acción humana, es el poder de Dios. Pensemos en la experiencia de los misioneros. A veces las circunstancias les llevan al margen, a lado no sólo de palabra sino totalmente, de los que sufren el hambre, el miedo a ser torturados, la malaria, la muerte,… Ellos, como bien nos ha contado el Padre Rafael, misionero salesiano en Togo, en esos momentos de oscuridad rezan y es en la oración donde experimentan el poder transformador y sanador de Jesucristo y su madre, María.
ACTUAR.
¿Dónde me encuentro dentro de la Iglesia? ¿deseo ser de los que viven al margen o de los que caminan con Jesús? Como el ciego, mis cegueras (dudas, egoísmo, deseo de vivir bien y con todos los caprichos) me impiden caminar con él, pero, ¿le pido con la misma insistencia que Bartimeo cure mi ceguera?



ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN
AMBIENTACIÓN:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia, cartel y vela encendida.

Signo de esta semana: la vela encendida la cubrimos con un tiesto vacío.

Preparación: esta vez nos colocamos alejados del “altar” y comenzamos preguntándonos: ¿cómo me siento dentro de la Iglesia? ¿dónde coloco a Jesús en mi vida (muy cerca de mi corazón, con los que trato ocasionalmente, al margen de mi vida)? ¿qué es lo que no entiendo del mensaje de Jesús?

Proclamación del Evangelio: leemos el Evangelio del domingo.

Interiorización: repetimos interiormente la expresión de Bartimeo: “Hijo de David, Jesús ten compasión de mí”. Se trata durante dos minutos de sentirme ese ciego al que le cuesta ver a Dios en su vida, entender el mensaje de Jesús, el que las dificultades de la vida le están llevando a vivir sólo, al margen del camino, aislándose, pero no se conforma con estar así y busca a Jesús para que lo cure, sentir la necesidad de Cristo.

Puesta en común: ¿qué he sentido en la oración?

Gesto: quitamos el tiesto, tomamos la vela, nos la pasamos unos a otros, tomándola en las manos, contemplando la luz y haciendo bien en silencio o en voz baja una oración (p.ej.: cúrame, ayúdame, ten compasión de mí,…) o la exclamación del ciego de Jericó.


Oración final: Terminamos rezando el Padrenuestro, fijándonos en la frase “perdona nuestras ofensas”.



GUIÓN CELEBRACIÓN
Monición de entrada.
Queridos hermanos y hermanas:
(Si se celebra la misa del envío)
El domingo pasado celebrábamos la misa de la inscripción. En ella los niños de comunión comenzábamos la catequesis, siendo acogidos por la comunidad parroquial presente en la misa. Hoy es la misma comunidad la que va a enviar a las catequistas a enseñarnos el mensaje de Jesús. Ellas como el Maestro nos curaran de la ceguera que nos impide ser amigos de Jesús y buenos niños, y nosotros como el ciego Bartimeo le pediremos a Jesús que sea como la linterna que nos ilumina cuando se va la luz.
(Si no se celebra la misa del envío),.
Nos reunimos en el nombre del Señor porque, el domingo es el día de su Resurrección, en el que Él nos ilumina con la luz que da vida y calor. Hoy, como Bartimeo, también queremos ver al Señor, queremos que nos abra los ojos para verle en su Palabra, la Eucaristía y los hermanos.
Iniciamos esta celebración con la esperanza de que, el Señor, siempre sale a nuestro encuentro para curarnos de aquello que nos impide caminar con paso firme.

Acto penitencial.
Tú, que eres nuestra luz. Señor, ten piedad.
Tú, que eres nuestra paz. Cristo, ten piedad.
Tú, que eres nuestra alegría. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
La Palabra del Señor, siempre que la escuchamos, debe de producir en nosotros consuelo, alivio y esperanza. Hoy, las tres lecturas que se van a proclamar nos hablan de eso: Dios es consuelo. Jesús es un sacerdote que asume toda la debilidad humana y, el Señor, siempre sale al encuentro de todas nuestras necesidades. Escuchemos con la misma fe que el ciego de Jericó.

Homilía : los niños han de buscar unas gafas oscuras y a partir de ahí comentar el Evangelio, tomando una ilustración del milagro.


Preces:
Para que el Papa, los obispos y sacerdotes sean personas que nos abran los ojos a Dios y nos iluminen. Roguemos al Señor.
Para que las catequistas permanezcan unidas a Jesús, a quien deben anunciar. Roguemos al Señor.
Para que se sientan arropadas por la comunidad parroquial: párroco, padres y madres y cuantos formamos la familia de Jesús en N. Roguemos al Señor.
Para que, cada día busquemos a Jesús con la fe del ciego. Roguemos al Señor.


Rito del envío

Llamada.
Sacerdote:
Antes de comenzar vuestro ministerio catequético en esta comunidad parroquial de N., es necesario que manifestéis ante el Pueblo de Dios reunido en el día del Señor, vuestra disponibilidad y vuestra fe Así pues, ¿estáis dispuestas a servir a la nuestra comunidad cristiana de N. en el ministerio catequético que se os confía?

Catequista:
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Estáis dispuestas a realizar vuestra tarea en el seno de la Parroquia con responsabilidad y celo, siguiendo las indicaciones catequéticas adoptadas por nuestro Obispo?

Catequista:
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Estáis dispuestas a ser catquistas no sólo con la transmisión de fe en el grupo, sino con el ejemplo de vuestra propia vida?
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Creéis en Dios, creador del Cielo y de la tierra, Padre de los niños a los que vais a catequizar?

Catequista:
Sí, creo.

Sacerdote:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió y fue sepultado, resucitó de entre los muertos, está sentado a la diestra de Dios padre y a través de la Iglesia os confía este ministerio?

Catequista:
Sí, creo.
Sacerdote:
¿Creéis en el Espíritu Santo, el principal catequista de estos niños, en la Santa Iglesia Católica, quien os confía estos niños, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

Catequista:
Sí, creo.

Acogida.

Sacerdote:
En nombre de Iglesia os acepto a N., N.,… como catequistas de la comunidad parroquial de N.

Todos:
Demos gracias a Dios.

Entrega de la Palabra de Dios (o cruz, vela, libro de catequesis, evangelio,….).
Recibe la Palabra para que puedas realizar tu ministerio confiando sobre todo en Dios.

Bendición:
Padre,
quien sigues actuando
hoy entre nosotros
te pedimos
abras sus oídos, mente y corazón
para que puedan acoger
el Espíritu de Jesús
con humildad y disponiblidad,
a fin de sembrar
la semilla del Evangelio
en la tierra
confiada a ellas por la
comunidad parroquial.
María, Madre y Maestra,
se su principal modelo
e intercesora,
en este ministerio
confiado hoy a ellas.


ORACION
Señor, al comienzo de este curso haz de mí…

Sal del mundo, añadiendo a la vida de cada día el único ingrediente que conserva en su totalidad todas sus propiedades: Dios.

Luz de las gentes, que nadie pase por mi vida sin contemplar el enorme voltaje de paz, amistad y amor que Tú has encendido en mí.

Cimiento sólido, que las inclemencias y las adversidades de cada día no permitan echar abajo la gran obra que Tú estás construyendo en mi vida.

Semilla que cae en tierra buena, que tu palabra cale profundamente en mi corazón y pueda dar fruto y fruto abundante.

Trigo en medio de la cizaña, que combata el mal a base de bien, sin violencia, sin críticas destructivas, sin uñetazos encima de la mesa, dejando que el Sembrador se encarge de la cosecha.

Grano de mostaza, que, desde el anonimato y los últimos puestos, pueda contribuir a acercar tu reino entre mi gente, creciendo en sabiduría, prudencia y amor de Dios.

Levadura en medio de la masa: que mi vida sea un fermento de buenas obras en medio de mis hermanos.

Tesoro a la vista de todos: que sean muchos los que encuentren y puedan adquirir a precio de hermano agradecido las maravillas que Tú depositas en mí.

Talento productivo que jamás entierre los dones que Tú me entregas casa día y tenga la valentía y la generosidad suficientes para compartirlos con mis hermanos.

Misión Joven Octubre 09


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Luces y sombras. Así es la vida. Y el pueblo de Israel, en su larga historia de amor y desamor hacia Dios, vive momentos de luz y de sombra. Coinciden con la cercanía y unión con Dios o con la separación y lejanía de la casa del Padre. Pero, siempre, el amor misericordioso de Dios se impone: la tiniebla es vencida y la luz nos muestra el rostro amable de Dios. Es la experiencia del pueblo que vuelve del destierro, donde marchó llorando, y ahora es guiado de nuevo, entre consuelos, a la tierra prometida.
La experiencia de salir de las tinieblas a la luz, hace gritar al salmista: “¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!” Es un cántico de alabanza al Dios de Israel, que vence la tiniebla, el pecado del mundo. La tiniebla es una condición externa al hombre: la falta de luz exterior hace que todos seamos ciegos, aunque tengamos la capacidad de ver. Hoy, nuestro mundo vive una especie de tiniebla ambiental, como una niebla baja que impide ver lo bueno, resaltar los valores que dignifican a las personas. A su vez, se esconde el Evangelio queriéndolo presentar como una bruma del pasado. Ya Jesús previno que “los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”.
Pero esta tiniebla ambiental, en el fondo no es sino la suma de muchas tinieblas personales: existen hoy muchos ciegos voluntarios. Y ya sabemos el refrán: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. El Evangelio de hoy personaliza las tinieblas en un ciego de nacimiento, ciego involuntario.
El pasaje lo hemos oído muchas veces: en la ciudad de Jericó, un ciego se acerca a Jesús, no es un ciego reclinado en su fatalismo, sino un ciego que quiere ver: “¡Señor, que vea!” Y Jesús, ante el grito de aquel hombre, abre su poder y le brinda el milagro: “¡Anda, tu fe te ha curado!”
De la tiniebla a la luz. Éste es el milagro de la conversión, que es el motivo central de la evangelización. La Buena Noticia es decirles a los hombres que el Dios de la luz quiere iluminar su inteligencia; que el Dios del amor quiere llenar su corazón. Dice el Evangelio que “aquel ciego, que recobró la vista, le seguía”. Aquel hombre no sólo vio sino que se le abrieron, también, los ojos del corazón y descubrió al Mesías Salvador. Y le seguía.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio

SIEMPRE EN EL CORAZÓN DE CRISTO
Aburrida la autoridad competente porque ya no hay muertos en carretera, la gente conduce con responsabilidad, tanto que de multas ni se habla, y peligran los puestos de trabajo de los adictos al control del tráfico rodado, se decide subir la adrenalina al personal y animar el trabajo de los agentes, con un proyecto de ley, por el que, en los tres primeros kilómetros de cualquier recorrido o viaje, algunas personas tendrán derecho a disparar sobre cualquier conductor al volante de un vehículo.
Los agentes velarán para que las personas con derecho a disparar puedan ejercerlo en las mejores condiciones posibles de visibilidad, de seguridad y de higiene, y se preocuparán asimismo con celo y diligencia de que el conductor lleve correctamente abrochado el cinturón de seguridad, los papeles del vehículo estén al día, la rueda de repuesto a punto para el uso, el triángulo reglamentario en su lugar, el chaleco reflectante al alcance de la mano, y el segundo par de gafas en la guantera, si el conductor hubiere de llevarlas por indicación del psicotécnico.
El viejo despertador me arrancó de aquella pesadilla. Respiré: Por ley nadie tiene todavía el derecho de matar a un conductor.
¿O tal vez sí?
La criatura indefensa que acaba de estrenar el día, y que, sin cordón umbilical, se dispone a recorrer el camino que la llevará hasta el final de su viaje, no es distinta de la criatura indefensa que, en el seno materno, recorrió durante nueve lunas el camino que la llevó hasta el trance sorprendente de nacer. Desde hace demasiado tiempo, por ley, había para ese conductor una muy arriesgada milla roja, que ahora alguien se dispone a transformar en tres interminables lunas de sangre.
Éste ya no es un mal sueño. Es una pésima realidad.
Fr. Santiago Agrelo Martínez. Arzobispo de Tánger
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/10/19/milla-roja-y-lunas-de-sangre

CURARNOS DE LA CEGUERA

¿Qué podemos hacer cuando la fe se va apagando en nuestro corazón? ¿Es posible reaccionar? ¿Podemos salir de la indiferencia? Marcos narra la curación del ciego Bartimeo para animar a sus lectores a vivir un proceso que pueda cambiar sus vidas.
No es difícil reconocernos en la figura de Bartimeo. Vivimos a veces como «ciegos», sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. «Sentados», instalados en una religión convencional, sin fuerza para seguir sus pasos. Descaminados, «al borde del camino» que lleva Jesús, sin tenerle como guía de nuestras comunidades cristianas.
¿Qué podemos hacer? A pesar de su ceguera, Bartimeo «se entera» de que, por su vida, está pasando Jesús. No puede dejar escapar la ocasión y comienza a gritar una y otra vez: «ten compasión de mí». Esto es siempre lo primero: abrirse a cualquier llamada o experiencia que nos invita a curar nuestra vida.
El ciego no sabe recitar oraciones hechas por otros. Sólo sabe gritar y pedir compasión porque se siente mal. Este grito humilde y sincero, repetido desde el fondo del corazón, puede ser para nosotros el comienzo de una vida nueva. Jesús no pasará de largo.
El ciego sigue en el suelo, lejos de Jesús, pero escucha atentamente lo que le dicen sus enviados: «¡Ánimo! Levántate. Te está llamando». Primero, se deja animar abriendo un pequeño resquicio a la esperanza. Luego, escucha la llamada a levantarse y reaccionar. Por último, ya no se siente solo: Jesús lo está llamando. Esto lo cambia todo.
Bartimeo da tres pasos que van a cambiar su vida. «Arroja el manto» porque le estorba para encontrarse con Jesús. Luego, aunque todavía se mueve entre tinieblas, «da un salto» decidido. De esta manera «se acerca» a Jesús. Es lo que necesitamos muchos de nosotros: liberarnos de ataduras que ahogan nuestra fe; tomar, por fin, una decisión sin dejarla para más tarde; y ponernos ante Jesús con confianza sencilla y nueva.
Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, el ciego no duda. Sabe muy bien lo que necesita: «Maestro, que pueda ver ». Es lo más importante. Cuando uno comienza a ver las cosas de manera nueva, su vida se transforma. Cuando una comunidad recibe luz de Jesús, se convierte.


José Antonio Pagola

http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=cat_view&Itemid=&gid=38&orderby=dmdate_published&ascdesc=DESC

SANTOS NIÑOS. SANTA BERNARDETTE
Queridos niños y niñas:
Si bien la santa de hoy murió siendo mayor fue una niña, entrando en la adolescencia, con catorce primaveras, cuando se le apareció la Virgen María.
Lourdes era por aquel entonces un pueblo pequeño e insignificante, de callejas enpinadas en el interior de un valle regado por el alegre río Gave.
Y allí nació Bernadette el 7 de Enero de 1844. Dos días después fue bautizada la primera de las hijas de Francisco y Luisa. Su padre era un hombre honesto, recto pero poco dotado para los negocios y su madre una joven de 17 años, que se había casado el año anterior. Pronto la familia, de la que nacerían nueve retoños, comenzó a sufrir la ruina, pasando un calvario que les llevará de una casa muy buena a una pequeña habitación en lo que fue la cárcel de Lourdes, cerrada por las malas condiciones del lugar.
Será viviendo allí, en el Cachot, donde a los catorce años aquella muchacha que no sabía leer ni escribir, pobre de solemnidad y enferma de asma, un 11 de Febrero de 1858 se le apareció la Virgen María.
Era un día lluvioso y frío que no aconsejaba a Bernardette salir de casa, pero hacía falta leña para el hogar y se fue con su hermana y una amiga.
Llegaron hasta la isla formada por un río. De repente, antes de cruzar el canal, miró a la gruta y vio un resplandor en torno a una Señora joven, de rostro angelical, cubierta con un velo, vestida de blanco, ceñida con una banda azul y un bello rosario entre las manos.
Podéis imaginaros lo que aquello representó para la muchacha. ¿Y qué hizo? Pues sacó el rosario y lo rezó ante esta Señora.
Después regresó a su casa, volviendo al lugar tres días después. En la tercera aparición, un 18 de febrero la Señor ale invitó a ir allí durante quince días. El 25 de febrero, ante más de trescientas personas que le acompañaban, escarba con la mano el suelo, aparece agua con fango que ella bebe y come las hierbas silvestres. El 28 de febrero ocurrió el primer milagro.
Las apariciones continuaron, unos lo creían y otros dudaban. La Virgen le pidió que organizara una procesión a la gruta y que edificasen allí una capilla. También le dijo su nombre: “la Inmaculada Concepción”.
Tras unos años ingresó como monja entregada a la oración en el convento de Nevers, era 1866. El 16 de abril de 1879 murió.
Para todos nosotros Bernardette fue ante todo una niña con un gran amor a la Virgen María, esa fue su gran enseñanza, el tenerla siempre en nuestro corazón.
Y por otra parte nuestra Madre escogió a esta niña para mostrarle su rostro y hablarle. Quién siglos atrás, siendo también una joven, pobre y humilde, había recibido la visita del ángel que le anunció la presencia de Jesús en sus entrañas, ahora se acercaba a otra muchacha pobre, convirtiendo Lourdes en un “trozo de Cielo”, un lugar bello, donde las personas nos encontramos con la Virgen María, aunque no la vemos, sentimos en aquella pobre gruta la presencia de nuestra Madre que se hace presente sobre todo en lo pequeño e insignificante, como es la gruta de Massabielle o fue la persona de Bernardette.
Ah y pensad en esos niños y niñas que a veces en la escuela son despreciados y rechazados porque no sacan buenas notas o no corren como vosotros.

CATEQUESIS DEL PAPA
San Pedro el Venerable
Queridos hermanos y hermanas:
La figura de Pedro el Venerable, que quiero presentar en la catequesis de hoy, nos lleva otra vez a la célebre abadía de Cluny, a su "decoro" (decor) y a su "esplendor" (nitor) —por utilizar términos recurrentes en los textos cluniacenses—, decoro y esplendor que se admiran sobre todo en la belleza de la liturgia, camino privilegiado para llegar a Dios. Sin embargo, más que estos aspectos, la personalidad de Pedro recuerda la santidad de los grandes abades cluniacenses: en Cluny "no hubo un solo abad que no fuera santo", afirmaba en 1080 el Papa Gregorio VII. Entre estos se sitúa Pedro el Venerable, que recoge en sí un poco todas las virtudes de sus predecesores, aunque ya con él Cluny, frente a las nuevas Órdenes como la del Císter, comienza a mostrar algún síntoma de crisis. Pedro es un ejemplo admirable de asceta riguroso consigo mismo y comprensivo con los demás.
Nacido alrededor del año 1094 en la región francesa de Alvernia, entró de niño en el monasterio de Sauxillanges, donde llegó a ser monje profeso y después prior. En 1122 fue elegido abad de Cluny y conservó este cargo hasta su muerte, que ocurrió en el día de Navidad de 1156, como él había deseado. "Amante de la paz —escribe su biógrafo Rodolfo— obtuvo la paz en la gloria de Dios el día de la paz" (Vita, i, 17:PL 189, 28).
Cuantos lo conocieron destacan su señorial mansedumbre, su sereno equilibrio, su dominio de sí, su rectitud, su lealtad, su lucidez y su especial aptitud para la meditación. "Mi propia naturaleza —escribía— me lleva a ser indulgente; a ello me incita mi costumbre de perdonar. Estoy acostumbrado a soportar y a perdonar" (Ep. 192, en: The Letters of Peter the Venerable, Harvard University Press, 1967, p. 446). Decía también:"Con aquellos que odian la paz quisiéramos, en lo posible, ser siempre pacíficos" (Ep. 100: l.c., p. 261). Y escribía de sí mismo:"No soy de aquellos que no están contentos con su suerte..., cuyo espíritu está siempre en ansia o en duda, y que se lamentan porque todos los demás descansan y ellos son los únicos que trabajan" (Ep. 182: l.c., p. 425). De índole sensible y afectuosa, sabía conjugar el amor al Señor con la ternura hacia sus familiares, especialmente hacia su madre y hacia sus amigos. Cultivó la amistad, de modo especial hacia sus monjes, que habitualmente confiaban en él, seguros de ser acogidos y comprendidos. Según el testimonio de su biógrafo, "no despreciaba y no rechazaba a nadie" (Vita, i, 3: PL 189, 19); "se mostraba amable con todos; en su bondad innata estaba abierto a todos" (ib., i, 1: PL, 189, 17).
Podríamos decir que este santo abad constituye un ejemplo también para los monjes y los cristianos de nuestro tiempo, marcado por un ritmo de vida frenético, donde no son raros los episodios de intolerancia y de incomunicación, las divisiones y los conflictos. Su testimonio nos invita a saber unir el amor a Dios con el amor al prójimo, y a no cansarnos de reanudar relaciones de fraternidad y de reconciliación. Así actuaba Pedro el Venerable, que tuvo que dirigir el monasterio de Cluny en años no muy tranquilos por razones externas e internas a la abadía, consiguiendo ser al mismo tiempo severo y dotado de profunda humanidad. Solía decir: "De un hombre se podrá obtener más tolerándolo que irritándolo con quejas" (Ep. 172: l.c., p. 409). Por razón de su cargo tuvo que afrontar frecuentes viajes a Italia, Inglaterra, Alemania y España. El abandono forzoso de la quietud contemplativa le costaba. Confesaba: "Voy de un lugar a otro, me afano, me inquieto, me atormento, arrastrado de un lado a otro; tengo la mente dirigida a veces a mis asuntos y a veces a los de los demás, no sin gran agitación de mi alma" (Ep. 91: l.c., p. 233). Aunque tuvo que actuar con astucia entre los poderes y señoríos del entorno de Cluny, gracias a su sentido de la medida, a su magnanimidad y a su realismo logró conservar una tranquilidad habitual. Una de las personalidades con las que entró en relación fue san Bernardo de Claraval, con el que mantuvo una relación de creciente amistad, a pesar de la diversidad de temperamentos y perspectivas. San Bernardo lo definía "hombre importante, ocupado en asuntos importantes" y lo tenía en gran estima (cf. Ep. 147, ed. Scriptorium Claravallense, Milán 1986, vi/1, pp. 658-660), mientras que Pedro el Venerable definía a san Bernardo "faro de la Iglesia" (Ep. 164: l.c., p. 396), "columna fuerte y espléndida de la Orden monástica y de toda la Iglesia" (Ep. 175: l.c., p. 418).
Con gran sentido eclesial, Pedro el Venerable afirmaba que los acontecimientos del pueblo cristiano deben sentirlos "en lo íntimo del corazón" quienes se cuentan entre "los miembros del Cuerpo de Cristo" (Ep. 164:l.c., p. 397). Y añadía:"No está alimentado por el espíritu de Cristo quien no siente las heridas del Cuerpo de Cristo", dondequiera que se produzcan (ib.). También mostraba atención y solicitud por quienes estaban fuera de la Iglesia, en particular por los judíos y musulmanes: para favorecer el conocimiento de estos últimos hizo traducir el Corán. Al respecto, observa un historiador reciente:"En medio de la intransigencia de los hombres medievales —incluso de los más notables— admiramos aquí un ejemplo sublime de la delicadeza a la que conduce la caridad cristiana" (J. Leclercq, Pietro il Venerabile, Jaca Book, 1991, p. 189).
Otros aspectos de la vida cristiana que le interesaban eran el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen María. Sobre el Santísimo Sacramento nos dejó páginas que constituyen "una de las obras maestras de la literatura eucarística de todos los tiempos" (ib., p. 267), y sobre la Madre de Dios escribió reflexiones iluminadoras, contemplándola siempre en estrecha relación con Jesús Redentor y con su obra de salvación. Baste citar estas inspiradas palabras suyas:"Salve, Virgen bendita, que has puesto en fuga la maldición. Salve, madre del Altísimo, esposa del Cordero mansísimo. Tú has vencido a la serpiente, le has aplastado la cabeza, cuando el Dios engendrado por ti la aniquiló... Estrella resplandeciente de oriente, que pones en fuga las sombras de occidente. Aurora que precede al sol, día que ignora la noche... Reza al Dios que nació de ti, para que perdone nuestro pecado y, después del perdón, nos conceda la gracia y la gloria" (Carmina: PL 189, 1018-1019).
Pedro el Venerable sentía también predilección por la actividad literaria y tenía talento para ella. Anotaba sus reflexiones, persuadido de la importancia de usar la pluma casi como un arado para "esparcir en el papel la semilla del Verbo" (Ep. 20: l.c., p. 38). Aunque no fue un teólogo sistemático, fue un gran investigador del misterio de Dios. Su teología hunde sus raíces en la oración, especialmente en la litúrgica; y entre los misterios de Cristo prefería el de la Transfiguración, en el que ya se prefigura la Resurrección. Fue precisamente él quien introdujo en Cluny esta fiesta, componiendo un oficio especial, en el que se refleja la característica piedad teológica de Pedro y de la Orden cluniacense, dirigida totalmente a la contemplación del rostro glorioso (gloriosa facies) de Cristo, encontrando en él las razones de la ardiente alegría que caracterizaba su espíritu y que se irradiaba en la liturgia del monasterio.
Queridos hermanos y hermanos, este santo monje es ciertamente un gran ejemplo de santidad monástica, alimentada en las fuentes de la tradición benedictina. Para él el ideal del monje consiste en "adherirse tenazmente a Cristo" (Ep. 53: l.c., p. 161), en una vida claustral caracterizada por la "humildad monástica" (ib.) y por la laboriosidad (Ep. 77: l.c., p. 211), así como por un clima de contemplación silenciosa y de alabanza constante a Dios. La primera y más importante ocupación del monje, según Pedro de Cluny, es la celebración solemne del Oficio divino —"obra celestial y la más útil de todas" (Statuta, I, 1026)— acompañada con la lectura, la meditación, la oración personal y la penitencia observada con discreción (cf. Ep. 20: l.c., p. 40). De esta forma toda la vida queda penetrada de amor profundo a Dios y de amor a los demás, un amor que se manifiesta en la apertura sincera al prójimo, en el perdón y en la búsqueda de la paz. Para concluir, podríamos decir que aunque este estilo de vida, unido al trabajo cotidiano, constituye para san Benito el ideal del monje, también nos concierne a todos nosotros; puede ser, en gran medida, el estilo de vida del cristiano que quiere ser auténtico discípulo de Cristo, caracterizado precisamente por la adhesión tenaz a él, la humildad, la laboriosidad y la capacidad de perdón y de paz
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2009/documents/hf_ben-xvi_aud_20091014_sp.html


CARTA DE D. CARLOS, ARZ. DE VALENCIA

Queridos hermanos y hermanas:
Todos los cristianos y todos los hombres de buena voluntad saben perfectamente lo que hace la Iglesia en medio de esta historia y al lado de todos los hombres, sin discriminar absolutamente a nadie. Quienes llaman a la “puerta de la Iglesia” saben que no se les pregunta cómo viven, qué es lo que hacen, cómo piensan o a qué grupo pertenecen.
Si "llaman a la puerta" para pedir ayuda, se abren las puertas sin más. Si se les "llama", es verdad que se les hace la propuesta que debe efectuar la Iglesia que es la persona de Jesucristo, y por consiguiente las consecuencias que trae aceptar e interiorizar en la vida y en el corazón a esta Persona. Pero siempre, para ayudar a los demás.
Son muchos los que últimamente están llamando a la "puerta de la Iglesia". La Iglesia que quiere vivir muy cerca de todos los hombres y ser sembradora de esperanza, hoy se acerca a todos para pedir ayuda económica y así poder sostener todo lo que hace a favor de las personas y su dignidad.
El anuncio del Evangelio, la atención espiritual y humana que realiza la Iglesia, manifiestan y hacen creíble el infinito amor de Jesucristo a los hombres. La Iglesia nos ayuda a vislumbrar el pleno sentido de nuestra vida y nos permite descubrir el Evangelio como Buena Noticia para todos los hombres. La Iglesia que camina en Valencia tiene que hacer posible esto cuando acompaña a los hombres en todos los momentos de nuestra existencia, sean alegres o tristes. ¡Qué belleza tiene la Iglesia cuando se la descubre como lo que es, como una Madre! Los cristianos sabemos que hemos nacido en su seno y que seguimos viviendo de Cristo por lo que a través de ella, Él nos regala.
En estos momentos de profunda crisis económica, el que la Iglesia se proponga acompañar y ayudar como lo hizo desde que fue fundada por Jesucristo, pero con una especial intensidad con aquellos que están más afectados por esta crisis, supone una gran esperanza para una sociedad que está dolorida. Estemos dispuestos los cristianos a escuchar, acompañar y ayudar. Me permito proponer a todos lo valencianos y valencianas algunas vías para actuar, que son invitaciones compartidas:
1. Invitemos a vivir en la Belleza: dejemos limpio lo que estamos encontrando sucio y nunca a la inversa.
2. Invitemos al civismo: evitemos el peligro a los demás como si del nuestro propio se tratara.
3. Invitemos a la generosidad: demos "nuestra sangre", renunciemos a nuestros intereses y pongamos por encima los intereses de los que más necesitan, quienes están sufriendo más.
4. Invitemos al esfuerzo: cultivemos nuestros talentos, sean muchos o pocos, si es que no queremos robar a los demás.
5. Invitemos a la verdad: que tiene un nombre y unas medidas, Jesucristo, esta Verdad nos hace libres.
6. Invitemos a tener una mirada universalizadora: todos los demás y muy especialmente los que más están sufriendo son hijos de Dios y por ello mis hermanos.
Cuando miramos la Iglesia Diocesana en su conjunto, o cuando vemos cada una de las parroquias que la componen, experimentamos y celebramos algo único: cómo el Amor de Dios lo hemos de transmitir a todos los hombres. Y una manera clara de vivir este Amor, es en el compromiso de ayudar a que la Iglesia pueda ofrecer una respuesta adecuada a todo lo que puede y debe realizar en medio de los hombres, que disponga de los medios necesarios para ello.
Por eso os invito a todos los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad, que reconocéis y creéis en el bien que hace la Iglesia con el prójimo, sea quien sea, a que participéis activamente en la Iglesia y colaboréis económicamente en su sostenimiento. Nadie debe quedar excluido de la posibilidad de participar en la expansión del amor a las personas que sufren en estos momentos de dificultades. Todos somos necesarios para hacer el bien. Todos somos necesarios para que sigan abiertas las puertas de la Iglesia a la llamada de los necesitados.
Con gran afecto y mi bendición.
+ Carlos, Arzobispo de Valencia
http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=3&pad=81&modulo=91&id=1544&v=41&id_autor=6

RESSÓ DE LA PARAULA.
Ens hem deixat il·luminar per l’encíclica La Caritat en la Veritat, i a la seva llum hem mirat d’entendre la tasca dels missioners, el seu servei a l’evangelització. Això ens ha obert la porta a la reflexió sobre l’objectiu que ens proposem enguanya la diòcesi: aprofundir en el repte de la transmissió de la fe. L’encíclica de Benet XVI, tot i referir-se fonamentalment a la doctrina social de l’Església, ens pot seguir ajudant. En efecte, ja hom pot albirar que, tant creure, com trametre la fe, tenen molt a veure amb l’amor i amb la veritat, que l’encíclica considera totalment vinculades, com cares d’una mateixa realitat.
La primera qüestió que se’ns planteja és ben elemental: perquè hem de trametre la fe? Perquè hem de esforçar-nos per a que altres creguin el que nosaltres creiem? No seria millor que cadascú pensi el que cregui convenient, sempre que sigui bona persona i respecti als altres? Al capdavall, creure o no creure, no és quelcom personal i lliure?
Aquestes preguntes se les plantegen els pares de família, quan comproven que els fills no tenen fe, o els agents de pastoral, quan experimenten la dificultat de l’anunci, o els cristians i preveres que es limiten a fer serveis humans en l’àmbit de l’ensenyament, l’educació, o de l’ajuda social, com a única activitat «possible» de la comunitat cristiana. El cas és que la resposta a aquestes preguntes, en el sentit que no cal o no és rellevant trametre la fe, és molt temptadora, perquè ens allibera d’una preocupació i una càrrega gens fàcil, que pesa sobre les nostres consciències.
Tanmaateix, si aquesta és la resposta, no trobaríem explicació a un fet decisiu: Jesucrist mateix i l’expansió del cristianisme per tot el món a partir d’un grup reduït de persones al llarg de més de dos mil anys. Quin sentit tindria Jesucrist i la seva obra? Com entendríem la seva crida a creure en Ell per «salvar-se»? Perquè tantes vides lliurades a l’evangelització per tot arreu del món?…
Diu l’encíclica Caritat en la Veritat: «Cadascú troba el seu bé assumint el projecte que Déu té sobre ell, per a realitzar-lo plenament: en efecte, troba en aquest projecte la seva veritat i, acceptant aquesta veritat, es fa lliure (cf. Jn 8,32). Per tant, defensar la veritat, proposar-la amb humilitat i convicció i testimoniar-la en la vida són formes exigents i insubstituïbles de caritat, la qual “troba el goig en la veritat”» (1Co 13,6) (n. 1).
Així doncs, hi ha una primera resposta ben senzilla, que podria resumir totes les altres possibles respostes o raons, per les quals trametem la fe: l’amor. Uns pares han de dir al seu fill, que no accepta que li proposin la fe: «Ho fem perquè t’estimem de debò; no t’estimaríem bé si no volguéssim la teva lliber tat i, per tant, si no miréssim que visquis la teva veritat (el projecte que Déu té sobre tu)… No podem deixar que el nostre amor no gaudeixi en la veritat i que tu mateix no siguis plenament feliç vivint la».
Paraules semblants han de dir tots el evangelitzadors. Ben entès que compleixen una condició lògica i prèvia: que vertaderament estimen i que estimen la Veritat en la qual creuen.
† Agustí Cortés Soriano
Bisbe de Sant Feliu de Llobregat
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091025_6_43.pdf



SANTOS SACERDOTES: Santo Tomás de Villanueva
El sábado 10 de Octubre se celebra la festividad de un santo arzobispo de Valencia, Santo Tomás de Villanueva.
Nuestro pastor nació en Fuenllana (Ciudad Real) el año 1485. Sus padres Tomás y Lucía, le inculcaron lo que serían dos rasgos de su persona: una fuerte vida interior y un vivo sentido de solidaridad. Así se cuenta como de pequeño regresaba a casa sin la merienda y sin el vestido que había entregado a los necesitados.
A los 15 años fue enviado a Alcalà de Henares, recibiendo una sólida formación filosófica y teológica, alimentada por la Sagrada Escritura y los Santos Padres (primeros escritores cristianos). Por otra parte se familiarizó con las tendencias espirituales de su tiempo, centradas en una vivencia más pura de la fe y se entregó a la predicación.
En 1516 tomó los hábitos de los frailes agustinos y en 1519 fue ordenado sacerdote, llevando una vida de oración continua, recogimiento, silencio, austeridad y caridad con los enfermos. Con tan sólo 33 años fue nombrado prior del Convento de Salamanca.
Después de haber rechazado el Obispado de Granada y en contra de su propia voluntad el emperador Carlos I le promovió a la Sede Valenciana. El 1 de Enero de 1545 tomó posesión de una Archidiócesis cuya situación, tras haber sufrido el absentismo de los Borgia, era como ovejas sin pastor, caótica. Un clero abundante, ignorante, mísero y dado al vicio y un pueblo que era un vivo retrato de las ovejas sin pastor.
El santo comenzó convocando el Sínodo Diocesano de 1548, obligando a los párrocos a residir en las parroquias e impulsando la catequesis. A fin de solucionar el problema del clero combatió la avaricia y les ayudó con limosnas, además fundó el Colegio de la Presentación, acogiendo allí a 10 estudiantes pobres a los que preparó para el sacerdocio.
Consideró a los necesitados los propietarios de las rentas del Arzobispado, repartiendo los bienes, creando un cuerpo de médicos y acogiéndoles siempre, aunque estuviese en oración, pues “siendo obispo, no soy mío, sino de mis ovejas”. El 8 de Septiembre de 1555 murió en Valencia.
En tiempos difíciles hacen falta no sólo sermones, sino santos que vivan lo que predican y amen a su pueblo.




APUNTES VOCACIONALES

Día 26 – En la humildad, la obediencia y la entrega es necesaria la confianza
“Confianza en el amor de Dios, que me ha perdonado. Que yo crea sin más en que me perdona porque, poniendo lo que está de mi parte, el acto mío de confianza de en que por la suya no ha de fallar, tanto le agrada que, aunque no estuviera dispuesto a perdonar, le arrancaría el perdón. Ante un gesto de tal confianza, fe, descanso en su amor, Él tendrá, forzosamente, que perdonar al alma que adopte esta postura de arrepentimiento, con humildad y sinceridad.”
Palabra: Pr 3, 3-8



Día 27 – Confianza
“Las almas tienen que tener una gran confianza en Dios. La bondad del Señor, su misericordia son infinitas en sí mismas. Pero tiene una limitación que la pone, no Él, porque es incapaz, porque su propio Ser es infinito e ilimitado. Pone límite a esa bondad y misericordia, la confianza del alma: si el hombre confía como cuarenta ¡que tacaño! El Señor no puede pasar de ahí. Pero si confía, diríamos, casi infinitamente, casi ilimitadamente, su confianza está a la altura de la bondad del Señor, que es ilimitada e infinita.”
Palabra: Is 26, 1-6

Día 28 – Confianza
“Nada permite Dios que no sea para nuestro bien: dolor y desgracia, penas y amarguras, llanto y lágrimas, orfandad y la misma muerte, todo es para nuestro bien. Entonces, cuando algo de esto que nos hace sufrir atenace nuestro ser, y la cruz pese, pensemos, para nuestro consuelo, que, con absoluta certeza, lo que nos está ocurriendo es lo mismo que nosotros habríamos dispuesto y elegiríamos, si supiéramos los motivos que tiene el Señor, para que las cosas sucedan así.”
Palabra: Job 31, 24

Día 29 – Confianza
“He de abundar, en medio de las pruebas, en un gozo interior inmenso, porque he de sentir que es él quien sufre en mí. Cantar siempre el Magnificat, o si hace falta, el O felix culpa. Pero siempre cantando. Cantando, aun por nuestros pecados, porque, habiendo, por la gracia de Dios, reaccionado bien, han servido para desprenderme de todo, para que no esté prendido más que de Dios, que es la santidad por esencia; para no estar lleno más que de Él.”
Palabra: Sal 33, 20-22

Día 30 – Porque del amor nace la confianza y de ahí la esperanza
“La esperanza pura tiene que tener un ambiente como para poder respirar. La confianza plena está anclada en el amor que el Señor nos tiene. Esperamos porque sabemos que Dios nos ama, y por consiguiente, todo va a ser para nuestro bien. La esperanza viene a ser el anillo de las tres grandes virtudes teologales. La fe, el apoyo. Y el amor, el ambiente que respire siempre nuestra alma.”
Palabra: Sal 62, 6-9


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CENTENARIO DE TERESA DE CALCUTA
4 ª semana(25 – 31 Octubre)

Escrituras:
"Pues tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Jesús decía, "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Y se repartieron sus vestidos echando suertes. (Lucas 23:34)
Por quien tenemos la redención, gracias a su sangre, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia. (Efesios 1:7)

Reflexiones de la Madre:
“¡Qué distintos somos a Él. Tenemos tan poco amor, tan poca compasión, tan poco perdón, tan poca bondad que no merecemos estar tan cercanos a Él, ni entrar en Su corazón. Su Corazón sigue abierto para abrazarnos. Aún hoy, Su cabeza tiene aún la corona de espinas, Sus manos tienen los clavos de la Cruz. Averigüemos, “¿Son míos los clavos? ¿Es mío ese esputo en Su cara? ¿Qué parte de Su cuerpo, de Su mente ha sufrido por mi culpa?” Sin ansiedad ni miedo, pero con un corazón humilde y manso, intentemos averiguar que parte de Su cuerpo [ha sufrido], [cuáles son] las heridas que infligió mi pecado. No lo hagamos solos, pongamos nuestra mano sobre la Suya. Está aquí para perdonar setenta veces siete; mientras mi Padre me ame, me llame de una manera especial dándome un nombre; pertenezco a Él con todas mis miserias, mis pecados, mis debilidades, mi bondad… Soy Suya . . .”

“La confesión es necesaria para nosotros. Se trata de humildad en acción. Le llamamos penitencia, pero en realidad es el sacramento del amor, del perdón. Por ello no debería tratarse del lugar donde hablar durante horas de nuestras dificultades. Debe ser el lugar donde permita que Jesús retire de mi todo lo que divide, lo que destruye. Cuando hay una brecha entre Cristo y yo, y mi amor está dividido, cualquier cosa puede rellenar el hueco. Si realmente quieres entender el amor de Cristo por los hombres, acude a confesión. Se sencillo como un niño durante la confesión. “Aquí estoy, como un hijo dirigiéndose a su Padre.” Si el niño no está mimado y no ha aprendido a mentir, lo dirá todo. A eso me refiero cuando digo que en la confesión debemos ser “como niños”.

“Permítenos corresponder a la gran sed de Dios a través de nuestra confianza en Su amor por nosotros y de nuestra total y alegre entrega a Su Voluntad. Permite que nos dirijamos a Dios con profunda fe y amor, arrepentidos por nuestros pecados y suplicando Su clemencia. Permite que nos dirijamos los unos a los otros pidiendo perdón por todo el daño que nos hayamos causado y perdonando el daño recibido.”

“Jesús quiere que nosotros seamos Su misericordia, Su compasión. Eso es una Misionera de la Caridad; alguien que porta Su amor y Su paz.”

http://www.motherteresa.org/Centenary/Spanish/October_sp.html


Bibliografía y webs de referencia.
NOTICIAS
NOS VISITÓ EL PADRE RAFAEL, MISIONERO SALESIANO EN TOGO
Todos recordamos la experiencia vivida en Togo. Los más afortunados allí, con los misioneros salesianos y los miembros del movimiento Coeurs Vaillants-AV, la mayoría unidos en la oración y acogiendo las experiencias que nos llegaban de allí.
Pero aquello no fue un punto y aparte en la historia de nuestro movimiento, sino el comienzo de una, esperamos larga amistad.
Pasados los meses, el padre Rafael, ha querido dedicar unos días de su estancia en España a nosotros.
Así el viernes llegó a nuestras tierras y por la tarde celebró la misa en la Parroquia de San Jerónimo de Alfarrasí y asistió a un encuentro en el Centro Parroquial Dr. Esplugues de Montaverner. En él participaron Fran, Carlos, Nacho, Dolo, Juan, Cecilio, Neus, educadores de los centros juniors de la Zona Montcabrer, adolescentes del grupo de confirmación con su catequista y feligreses de la parroquia.
Al día siguiente celebró la eucaristía en la ermita de N.Sra. de Loreto de Colata (Montaverner), dirigiéndose a Bocairent donde tuvo un encuentro con el Centro Junior, monjas del Convento y miembros de la Parroquia. Por la tarde conoció la experiencia del Centro Junior de Santa Catalina de Alzira, reuniéndose con los coordinadores del Proyecto Togo.
Finalmente el domingo ofreció su testimonio en la misa de las 9 de la Parroquia San Juan y Santiago de Montaverner.
Para todos los que hemos tenido la fortuna de compartir con él unas horas ha sido un tiempo de gracia.
He aquí algunas de las palabras que nos dirigió:
Piden ayuda los que pierden y están en peligro de muerte. Ser misionero es ser cristiano, amando como Cristo ama, es decir, dando la vida , el marido por la esposa e hijos. En África están enfermos y no se quejan,

REUNIÓN DE CONSILIARIOS DE LA ZONA MONTCABRER El pasado jueves en la Ermita de S. Vicente Ferrer se reunieron los consiliarios con Fran y el Vicario Episcopal, D. José Antonio Varela.
En ella el Consiliario Diocesano presentó el CD de la Campaña, destacando además de ésta, el material entorno a Compromesos a ser Llum, destinado no sólo a los juniors sino a todos los grupos de las parroquias y el Proyecto Familia.
Por otra parte informó sobre el nuevo trienio, centrado en María, el Fiat y la Jornada Mundial de la Juventud.
A continuación el Subdelegado de la Zona, Luis Vañó presentó las actividades del curso.
Así a lo largo de la reunión tanto el vicario episcopal como los consiliarios pudieron


Comentarios a las lecturas.
Nueva Biblia de Jerusalén. DDB.
Bibilia de la Iniciación Cristiana. Edice.
La Biblia Católica para jóvenes. Verbo Divino.
Lectio Divina para cada dia del año. 14. Verbo Divino.

Comentario al salmo
Carlos G. Vallés. Busco tu rostro.
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/24B/marco_24b.htm : comentario a los salmos (Noel Quesson y Carlos G. Vallés).

Orando con las lecturas de la misa.
http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1182&Itemid=26

Hoja para la celebración
Diálogos semanales con Jesús. Libro 4. Verbo Divino.
Misa Dominical. CPL.
http://www.mercaba.org/pagina_javier_leoz.htm

Oraciones.
Santa Teresa de Jesús. Obras Completas. Editorial de Espiritualidad.

Comentarios al Evangelio.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/09/10/la-experiencia-de-la-cruz-experiencia-de : comentario de Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger.
http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1180&Itemid=26: José Antonio Pagola.
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091011_6_41.pdf: Agustín Cortés

Santos Niños.
Nuevo Año Cristiano. Edibesa.
Carta de D. Carlos Osoro
http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=3&pad=81&modulo=91&id=1532&v=41&id_autor=6

Catequesis de Benedicto XVI.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2009/documents/hf_ben-xvi_aud_20090805_sp.html

Caritas in veritate
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate_sp.html

Apuntes vocacionales
http://www.seminariomenorvalencia.com/

Centenario del nacimiento de la madre Teresa de Calcuta
http://www.motherteresa.org/Centenary/Spanish/August_sp.html


Dibujos.
http://cruzblanca.org/hermanoleon/sem/b/to/24/sem24.htm: ofrece más dibujos sobre el evangelio del domingo.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=imagenes&id=93 : para cada domingo.

POWERS POINTS PARA MEDITAR LAS LECTURAS DEL DOMINGO.

En http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=39&Itemid=26