Lectura del libro del Éxodo 22, 20-26
Esto dice el Señor:
No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis
vosotros en la tierra de Egipto. No explotarás a viudas ni a forasteros. Si los
explotas y gritan a mí, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré
a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos. Si
prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás
con él un usurero cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo,
se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para
cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé,
porque yo soy compasivo.
Textos
paralelos.
No maltratarás al
forastero.
Ex 12, 48: La misma ley vale para el indígena y para el inmigrante
que vive con vosotros.
Lv 19, 33: Cuando un emigrante se establezca con vosotros en
vuestro país, no lo oprimiréis.
Dt 10, 18s: Hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al
emigrante, dándole pan y vestido.
Dt 24, 17s.: No defraudarás el derecho del emigrante y del
huérfano ni tomarás en prenda las ropas de la viuda; recuerda que fuiste
esclavo en Egipto, y que allí te redimió el Señor, tu Dios; por eso yo te mando
hoy cumplir esta ley. Cuando sigues la mies de tu campo y olvides en el suelo
una gavilla, no vuelvas a recogerla; déjasela al emigrante, al huérfano y a la
viuda, y así bendecirá el Señor todas tus tareas. Cuando varees tu olivar, no
repases las ramas; déjaselas al emigrante, al huérfano y a la viuda. Cuando
vendimies tu viña, no rebusques los racimos; déjaselos al emigrante, al
huérfano y a la viuda. Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto; por eso yo te
mando hoy cumplir esta ley.
Dt 27, 19: ¡Maldito quien defraude de sus derechos / al emigrante,
al huérfano y a la viuda!
Si lo vejas y claman a mí, yo escucharé su clamor.
Is 1, 17: Cesad de obrar mal, / aprended a obrar bien; / buscad el
derecho, / enderezad al oprimido; / defended al huérfano, / proteged a la
viuda.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo.
Dt 24, 10-13: Si haces un préstamo cualquiera a tu hermano, no
entres en su casa a recobrar la prenda; espera afuera, y el prestatario saldrá
a devolverte la prenda. Y si es pobre, no te acostarás sobre la prenda; se la
devolverás a la caída del sol, y así él se acostará sobre su manto y te
bendecirá, y tuyo será el mérito ante el Señor, tu Dios.
Dt 24, 17: No defraudarás el derecho del emigrante y del huérfano
ni tomarás en prenda las ropas de la viuda.
Notas
exegéticas.
22 25 En las ruinas de la fortaleza
de Mesad Hasbavyabu situada cerca de Yavne-Yam (entre Jaifa y Asdod), se
descubrió un texto del siglo VII a.C., en el que un segador reclama a un
oficial de justicia el manto que le había sido confiscado: “Tu siervo había
segado y ya había terminado, y esos días antes del sabbat entrojaba el grano:…
entonces llegó Hoshayahu, hijo de Shobay, y tomó el manto de tu siervo, cuando
había terminado mi siega. Hace ya varios días que tomó el manto de tu siervo, y
todos mis hermanos podrán ser testigos, ellos que siegan conmigo durante el
calor (de la siega) … Verdaderamente soy inocente de toda culpa. Haz, pues, que
me sea devuelto el manto”.
Comentario.
-Código de la Alianza:
Sigue a los Diez Mandamientos.
Leyes más concretas que los
principios más fundamentales de los mandamientos.
-Imperativos éticos centrales
de la ética del Antiguo Testamento:
Protección al extranjero, la
viuda y los huérfanos.
-Dios de la Biblia:
Un Dios que se pone siempre del
lado del pobre esperando que los creyentes sigan este camino.
El que maltrata al pobre ataca
a Dios mismo.
Un problema no solo ético, sino
teológico.
Salmo
responsorial
Salmo 17, 1-4.47.51b
Yo
te amo, Señor; tú eres mi fortaleza. R/.
Yo
te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor,
mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
Dios
mío, peña mía, refugio mío,
escudo
mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco
al Señor de mi alabanza
y
quedo libre de mis enemigos. R/.
Viva
el Señor, bendita sea un Roca,
sea
ensalzado mi Dios y Salvador:
Tú
diste gran victoria a tu rey,
tuviste
misericordia de tu ungido. R/.
Textos paralelos.
Yahvé, mi roca y mi
baluarte.
Gn 49, 24: Pero el arco se les
queda rígido / y les tiemblan manos y brazos / ante el Campeón de Jacob, / el
Pastor y Piedra de Israel.
Dt 32, 4: Él es la Roca, sus
obras son perfectas, / sus caminos son justos; / es un Dios fiel, sin maldad, /
es justo y recto.
Dt 32, 15: Como Jacob hasta
saciarse, / engordó mi cariño, y tiró coces / -estabas gordo y cebado y
corpulento – / y rechazó a Dios creador: / deshonró a su Roca salvadora.
Dt 32, 18: ¡Despreciaste a la Roca
que te engendró, / y olvidaste al Dios que te dio a luz!
Dt 32, 37: Dirá: “¿Dónde están
sus dioses / o la roca donde se refugiaba?”
Dt 33, 17: Bello como cría de vaca,
/ con grandes cuernos de búfalo, / con ellos embestirá a los pueblos / y
acosará a los confines de la tierra. / Así son las miríadas de Efraín, / así
son los millares de Manasés.
Invoco a Yahvé, digno de
alabanza.
Lc 1, 69: Nos ha suscitado una
eminencia salvadora / en la Casa de David, su siervo.
¡Viva Yahvé, bendita mi Roca!
Sal 18, 47: ¡Viva el Señor,
bendita sea mi Roca! ¡Sea ensalzado mi Dios y Salvador!
Notas
exegéticas.
18 Esta oda triunfal se compone de
una oración de acción de gracias, vv. 5-28, y un cántico real de victoria, vv.
23-51, con final mesiánico. La recensión paralela de 2 S 22 permite corregir el
texto, a menudo defectuoso.
18 2 Verso omitido en manuscrito
hebreo y colocado en 2 S 22 al final del v. 3. Lo unimos al v. 2, que es el
único donde se habla a Dios en segunda persona.
18 3 (a) Los salmos llaman
frecuentemente a Yahvé la Roca de Israel: baluarte de sus fieles y, ante todo,
del linaje davídico. Ver Mt 16, 18.
18 3 (b) Lit. “cuerno”, símbolo de
poder y de vigor, a veces con alcance mesiánico.
18 51 Final litúrgico que recuerda
las promesas de victoria y salvación hechas a la dinastía davídica.
Segunda lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10
Hermanos:
Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y
vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en
medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis
a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. No solo ha
resonado la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde nuestra comunidad,
sino que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que
nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan
los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a Dios, abandonando
los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir, aguardando la vuelta
de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y
que nos libra del castigo futuro.
Textos paralelos.
Os hicisteis imitadores nuestros y del Señor.
2 Ts 3, 7: Y así hermanos, en
medio de necesidades y tribulaciones nos consuela vuestra fe.
Mt 13, 20-21: El sembrado en
terreno pedregoso es el que escucha el discurso y lo acoge enseguida con gozo;
pero no echa raíz y resulta efímero. Llega la tribulación o persecución por el
mensaje, y falla.
Hch 17, 1-9: Atravesando
Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga judía.
Según costumbre, Pablo se dirigió a ella y, durante tres sábados, discutía con
ellos, citando la Escritura, explicándola y mostrando que el Mesías tenía que
padecer y resucitar al tercer día, y que ese Jesús que les anunciaba era el
Mesías. Alguno de ellos se dejaron convencer y se asociaron a Pablo y Silas;
también gran número de prosélitos, griegos y no pocas mujeres influyentes.
Llenos de envidia, los judíos reclutaron algunos maleantes del arroyo, amotinaron
a la plebe y perturbaron el orden de la ciudad y se presentaron en casa de
Jasón con el intento de hacer comparecer a Pablo y Silas ante la asamblea del
pueblo. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y algunos hermanos a la
presencia de los magistrados. Y grietaron: “Estos, que han revuelto el mundo,
se han presentado aquí y Jasón los ha acogido. Todos estos actúan contra los
edictos del emperador y afirman que hay otro rey, Jesús”. Al oírlo, la multitud
y los magistrados se asustaron, exigieron una caución [garantía o protección
prestada a alguien, rae.es] a Jasón y los soltaron.
Rm 14, 17: El reinado de Dios
no consiste en comidas ni en bebidas, sino en la justicia y la paz y el gozo
del Espíritu Santo.
Ga 5, 22-23: Por el contrario
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
fidelidad, modestia, dominio propio. Contra eso no hay ley que valga.
Partiendo de vosotros, en
efecto, ha resonado la palabra del Señor.
2 Co 9, 2: Nos consta de
vuestra buena disposición y presumo de ella ante los macedonios, diciéndoles
que Acaya está preparada desde el año pasado y que vuestro fervor ha espoleado
a muchos más.
Vuestra fe en Dios.
Rm 1, 8: Ante todo, por medio
de Jesucristo, doy gracias a mi Dios por todos vosotros, porque vuestra fe se
anuncia en todo el mundo.
Convertisteis a Dios,
tras haber abandonado los ídolos.
Hch 3, 19: Arrepentíos y convertíos
para que se os borren los pecados.
Hch 14, 15: Hombres, ¿qué hacéis?
Nosotros somos hombres, de vuesgtra misma condición, y os anunciamos que hay
que abandonar los ídolos para convertirse al Dios vivo, que hizo el cielo, la
tierra, el mar y cuanto contienen.
Para servir al Dios vivo
y verdadero.
Jr 10, 10: En cambio, el Señor
/ es Dios verdadero, / Dios vivo y rey de los siglos: / bajo su cólera tiembla
la tierra, / las naciones no soportan su ira.
1 Ts 4, 16-17: Pues el Señor
mismo, al sonar una orden, a la voz del arcángel y al toque de la trompeta
divina, bajará del cielo; entonces resucitarán primero los cristianos; después
nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados con ellos en nubes por el
aire, al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con el Señor.
Resucitó de entre los muertos
y que nos salva de la ira venidera.
Mt 3, 7: Al ver que muchos
fariseos y saduceos acudían a que los bautizase, les dijo: “¡Raza de víboras!
¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina?
Rm 1, 17: En ella se manifiesta
esa justicia de Dios que libera exclusivamente por la fe. Según aquel texto El que es justo por creer
salvará la vida.
Rm 2, 5-6: Con tu contumacia y
tu corazón impenitente te acumulas la cólera para el día de la cólera, cuando
se pronunciará la justa sentencia de Dios, que pagará a cada uno según sus
obras.
Notas exegéticas.
1 5 Variante: “el evangelio de Dios”
o “de nuestro Dios”. – El Evangelio no es solamente la predicación, es toda la
economía nueva de la salvación. Ga 1, 6 (b), cuya eficacia asegura el Espíritu.
1 6 (a) Los tesalonicenses han imitado
a Cristo y a los apóstoles porque, como ellos, han sufrido a causa del
Evangelio (1 Co 4, 16). Más tarde (2, 14) les dirá Pablo que ellos han imitado
a las iglesias de Judea, es decir, que también han sufrido la persecución a
causa del Evangelio. Se ve, pues, que en los primeros escritos paulinos, “imitar”
no significa “tratar de reproducir las actitudes o las virtudes morales de
alguien”. Para el discípulo de Cristo se trata de aceptar la condición de “Siervo
sufriente”, que fue la de Jesús: “Si a mí me han perseguido, también os
perseguirán a vosotros” (Jn 15, 20).
1 6 (b) El término “palabra” (lógos) adquirió sentido técnico en
la literatura cristiana primitiva. Aparece varias veces en los evangelios,
especialmente en la explicación de la parábola del sembrador y en textos relacionados
con ella. Sin complemento es casi sinónimo de “Evangelio”. El término es
precisado con frecuencia mediante un complemento: “palabra de Dios” o “palabra
del Señor”, indicando así el origen divino de la palabra dirigida a los hombres
por otros hombres. Pablo trata aquí el mismo tema que los sinópticos en la
explicación de la parábola del sembrador: la palabra solo da fruto entre
quienes la acogen con alegría, a pesar de los sufrimeintos y las persecuciones.
Tal actitud de adhesión total únicamente es posible si esta palabra es
reconocida como palabra de Dios, y no sola como una palabra sobre dios, con la que algunos predicadores podrían
expresar sus propias convicciones religiosas.
1 7 Macedonia y Acaya eran dos
provincias de la administración romana de Grecia. La expresión equivale, pues,
a “Grecia entera”.
1 8 Aun teniendo en cuenta la
exageración, se entiende de que la vida de los cristianos, conforme al Evangelio,
asegura por sí misma la difusión de su fe: es una forma de la palabra de Dios.
1 10 Los vv. 9-10 parecen
recapitular en un resumen muy denso frases repetidas en la predicación. Dos
datos centrales constituían el evangelio predicado por Pablo: una vigorosa
afirmación del monoteísmo y una cristología que insistía en el retorno del
Señor resucitado. – Nótese el título “su Hijo” aplicado a Jesús desde la
primera carta de Pablo.
Comentario.
-Reflexión acerca de:
Cómo los Tesalonicenses han
acogido la Palabra de Dios.
Testimonio que dicha acogida ha
propiciado.
-Punto de partida:
La memoria:
Ayuda a tomar conciencia de
cuanto Dios ha obrado.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 22, 34-40
-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?
Él le dijo:
-Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él;: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos
se sostienen toda la Ley y los Profetas.
Textos paralelos.
Mateo 22, 34-40: |
Marcos 12, 28-31: |
Lucas 10, 25-28: |
En aquel tiempo, los
fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en
un lugar y uno de ellos, un doctor de la
ley, le preguntó para ponerlo a prueba: -Maestro, ¿cuál es el
mandamiento principal de la ley? Él le dijo: -Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este
mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él;: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos
mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas. |
Un letrado que oyó la
discusión y apreció lo acertado de la respuesta se acercó y le preguntó: -¿Cuál es el mandamiento más
importante? Respondió Jesús: -El más importante es:
Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es uno solo. Amarás al Señor tu Dios
con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todas tus
fuerzas. El Segundo es: Amarás al prójimo
como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que
estos. |
En esto un jurista se levantó
y, para ponerlo a prueba, le preguntó: -Maestro, ¿qué debo hacer
para heredar la vida eterna? Le contestó: -¿Qué está escrito en la
Ley?, ¿qué es lo que lees? Replicó: -Amarás al Señor tu Dios de
todo corazón, con toda el alma, con toda la mente, y al prójimo como a ti mismo. Le respondió: -Has respondido
correctamente: hazlo y vivirás. . |
Mas los fariseos al
enterarse de que había tapado la boca a los saduceos.
// Jn 13, 34-35: Os
doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado así
unos a otros. En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a
otros.
¿Cuál es el
mandamiento mayor de la Ley?
Dt 6, 5: Amarás al
Señor, tu Dios, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Jos 22, 5: Cumplid a
la letra los mandatos y leyes que os dio Moisés, siervo del Señor: amar al
Señor, vuestro Dios, caminar por sus sendas, cumplir sus mandamientos y adherirse
a él, sirviéndole con todo el corazón y toda el alma.
Amarás a tu prójimo como
a ti mismo.
Lv 19, 18: No serás
vengativo ni guardarás rencor a tus ciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. Yo soy el Señor.
Lv 19, 33-34: Cuando
un emigrante se establezca con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis
Rm 13, 8-10: No tengáis
deudas con nadie, si no es la del amor mutuo. Pues el que ama al prójimo tiene
cumplida la ley. De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás,
no codiciarás y cualquier otro precepto, se resume en este: Amarás al prójimo
como a ti mismo.
Gn 5, 14: Pues la
ley entera se cumple con un precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Los
dichos de Jesús. Documento Q.
Q 6,
27 Amad
a vuestros enemigos.
Q 6,
28 Orad
por los que os [persiguen].
Q 6,
29 [A
quien te abofetee] en la mejilla, presénta[le] también la otra.
Q 6,
30 Al
que te pide, dale; y [a quien te pida prestado] no le reclames [lo tuyo].
Q 6,
31
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten a vosotros.
Q 6,
36 Sed
compasivos como… vuestro Padre es compasivo.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén.
22 35 (a) En Mt los vv. 35-40 forman parte
de los relatos de conflictos de Jesús con sus adversarios. En Mc y en Lc el
carácter polémico está más mitigado. La originalidad de este sumario evangélico
sobre la ley no está en las ideas del amor a Dios y al prójimo conocidas en el
Antiguo Testamento, sino en el hecho de que Jesús las relaciona dándoles la
misma importancia y, sobre todo, en la simplificación y la concentración de
toda la ley en estos dos mandamientos.
22 35 (b) Adicción: “un legista”, tomado
sin duda de Lc 19, 25.
22 39 Estos dos preceptos del amor a
Dios y al prójimo se hallan igualmente unidos en la Didajé 1, 2, que
podría recoger así un tratado judío sobre Dos Caminos. – Las palabras “como a
ti mismo” significan que hay que amar al prójimo totalmente “con todo el
corazón” (v. 37). No hay que ver aquí una recomendación a amarse antes a uno
mismo para amar después o igualmente al prójimo.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
34 TODOS A UNA: en un grupo; o todos
en el mismo sitio. Cf. la expresión “estaban unidos”, en Hch 2, 44-45.
35 EXPERTO EN LA LEY: sinónimo de escriba
(cf. Hch 5, 21), según algunos, su categoría era inferior a la de maestros
de la ley o profesor (nomodidáskalos).
36 MÁS IMPORTANTE: lit. grande (lo
mismo que en el v. 38); es un semitismo – “el más grande”; grado
positivo de comparación, en vez de superlativo –. Es, también, lenguaje de
escuela teológica en el rabinismo. Hay mandamientos “graves” (=grandes) y “leves”
(=pequeños).
37 DIJO: lit. decía.
39 [EL] SEGUNDO mandamiento no es igual
ni equivalente al primero, sino PARECIDO a él; ¡el primero siempre
es el primero!
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
22, 34-40 Los fariseos preguntan a Cristo
cuál es el precepto más importante (había 613 preceptos en la ley judía).
Cristo no menciona ninguno de los diez mandamientos, sino el gran precepto del
amor, que presupone fidelidad a los diez mandamientos. Los mandamientos sólo
pueden tener verdadero significado cuando están iluminados por los dos grandes
mandamientos del amor. Cat. 1824, 2055 y 2083.
En este enlace se puede
consultar el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
San
Jerónimo.
34-37 Cuando los fariseos se enteraron… Son adversarios entre ellos, pero
se ponen de acuerdo para tentar a Jesús. Lo que un poco más arriba habían sido
confundidos, cuando les pidió que le mostraran un denario, al ver derribado al
partido contrario, deberían de haber advertido, con ese ejemplo, que ya no
debían tender trampas, pero la mala voluntad y la envidia nutrían su descaro.
No le pregunta sobre los
mandamientos sino cuál es el primero y el más grande de los mandamientos. Como
todos los mandamientos de Dios son grandes, cualquiera fuera la respuesta,
encontrarían pretexto para calumniarlo, afirmando que entre todos, otro era el
mayor. El que sabe y pregunta, no por deseo de aprender sino por afán de
averiguar si sabe el que debe responder, a semejanza de los fariseos viene no
como discípulo sino como tentador.
San Agustín.
Los tres primeros mandamientos
de la ley de Dios se refieren a Dios mismo; al hombre los siete restantes. Si
amas a Dios no adorarás a ningún otro ni tomarás en vano su nombre, y le
dedicarás el sábado para que descanse en ti cuando te hace descansar. Si, por
el contrario, amas al prójimo, honrarás a tus padres y no adulterarás, ni
matarás, ni dañarás a nadie con tu falso testimonio, ni robarás, ni desearás la
mujer o los bienes de cualquier otra persona. Y por ello, amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente; y amarás a tu
prójimo como a ti mismo.
No te envió a cumplir muchos
preceptos: ni siquiera diez, ni siquiera dos; la sola caridad los cumple todos.
Pero la caridad es doble: hacia Dios y hacia el prójimo. Hacia Dios, ¿en qué
medida? Con todo. ¿A qué se refiere ese todo? No al oído, o a la
nariz, o a la mano, o al pie. ¿Con qué puede amarse de forma total? Con todo
el corazón, con toda el alma, con toda la mente. Amarás la fuente de la
vida con todo lo que en ti tiene vida. Si, pues, debo amar a Dios con todo lo
que en mí tiene vida, ¿qué me reservo para poder amar a mi prójimo? Cuando se
te dio el precepto de amar al prójimo no se te dijo: “con todo el corazón, con
toda el alma y con toda tu mente”, sino como a ti mismo. Has de amar a
Dios con todo tu ser, porque es mejor que tú, y al prójimo como a ti mismo,
porque es lo que eres tú.
Diciéndote que ames a tu Dios
con todo tu ser, se te dio al mismo tiempo la norma de cómo has de amarte a ti
mismo. ¿Quieres amarte a ti mismo? Ama a Dios con todo tu ser, pues allí te
encontrarás a ti, para que no te pierdas en ti mismo. Si te amas a ti en ti,
has de caer también de ti y larga ha de ser tu búsqueda fuera de ti.
Sermón 179 A, 3-5. Pg. 1457.
San Juan de Ávila.
12. Manda Dios que le amemos con todo nuestro corazón y con toda nuestra
voluntad, y con todas nuestras fuerzas (Mt 22. 37); y mi corazón que me ame
a mí y no cure de Dios ni de los prójimos. Dice Dios Aprended de mí que soy
manso y humilde de corazón (Mt 11, 29), y dice mi corazón que no me humille
a nadie ni me subjete.
Plática 16. A las monjas de Zafra. OC I. Pg. 894.
Esta es palabra más frecuente en su boca, y
debía de ser en su corazón, como hombre tan bien enseñando de su Maestro, que
dijo: Que nos amásemos unos a otros como él nos amó.
Entre todos los mandamientos le llama Dios a
este “mi mandamiento”: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros (Jn
15, 12). Ésta es la palabra que más veces repetía San Juan, y no nos haría mal
a nosotros, los predicadores, que desprendiésemos de este glorioso evangelista
y apóstol a encomendar a las gentes este mandamiento: que en gran manera tengan
cuenta con él.
Lecciones sobre 1 San Juan, 21.OC II. Pg. 296.
Siendo el mandamiento de amor a Dios mayor y
primero, ¿por qué nos encomienda Dios con tanta eficacia que amemos al prójimo,
y le llama: Este es nmi mandamiento? ¿Por qué?”. No sin causa: por la
dificultad que en él hay. Porque donde hay más dificultad, es más razón que se
pongan más fuerzas; adonde hay más estorbos para pasar adelante, allí es menester
mayor amonestación y fuerzas. No se encomienda tanto el amor del prójimo porque
sea mayor mandamiento que el mandamiento de amar a Dios, sino por más
dificultoso. ¿Había un hombre de correrse [avergonzarse, confundirse, rae.es] en
que le dice Dios: “Yo te mando que me ames como Señor?”. “¿Qué menester yo que
me mandéis Vos que os ame, y que me amenacéis si no os amo? ¿Y eso había yo
menester, teniendo tanta razón de os amar? ¿Qué soy yo tan tibio y tan desamorado
para con vos, que hay menester que me mandéis que os ame? ¡Afréntome yo de eso!”.
Bastábamos a nosotros saber quién es Dios,
para derretirnos en su amor. Esto no era menester que Dios nos lo mandase. Mas
amar al prójimo, es menester que Dios nos lo mande una y muchas veces; que nos
amenace si no lo hacemos, porque el prójimo es cosa pesada y va el amor hacia
él repugnante. Las corrientes del amor son a bondad o a la hermosura, o al
bienhechor. El prójimo no tiene esto; o, ya que tenga alguna cosa, no es
perfectamente. “¿Cómo amaré al prójimo que no tiene bondad, o si la tiene es
poquita? Y si es feo, ¿cómo lo amaré? ¿Y si me hace mal, ¿cómo le haré bien? ¿Cómo
le podré amar por esas dificultades que en él hay y otras?”. ¡Lo encarga Dios
tanto! Por muy escrupuloso que seáis, no hallaréis cosa en Dios que os estorbe
en amar. […] Si ama un hombre la tierra, es terreno; si la vanidad, es hecho
vano; y si a Dios amas, dijo San Agustín, “oso decir que Dios eres por
participación”.
Lecciones sobre el evangelio de San Juan. 21.
OC II. Pgs.
299-300
Amarás a Dios con toda tu ánima (Mt 22, 37); quiere decir con la
parte sensitiva. ¿Mucho os parece que es poner nosotros la vida por nuestros
prójimos? Mayor cosa es ponerla Dios por nosotros. ¡Cómo miramos lo que Dios
nos pide y nos parece cosa recia, y no miramos lo que Él nos dio! Amónos Dios
tanto, tan de verdad, que en testimonio que nos quería bien puso su vida por
nosotros. Porque supo de había de haber gente tan desconfiada de la misericordia
de Dios, quiso morir por nosotros para matar a nuestros enemigos. Como Sansón,
que, cuando murió, mató a todos sus enemigos (cf. Jue 16, 30). Muchos filisteos
mató Sansón viviendo, pero más mató muriendo. Cristo murió y, muriendo, mató a
todos nuestros enemigos, que son lso pecados. ¡Qué prueba nos dio para tener
confianza! Desconfiar los hombres de la misericordia de Dios, después de la
muerte de Cristo, blasfemias grandes. No pidáis a Dios cositas, ni penséis que
os ha de negar lo que le pidiéredes: que, pues os dio lo mucho, que es su vida,
no os negará lo poco.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 27. Pg. 306.
Luego, si Dios puso su vida por mí, ¿qué mucho
es que la ponga yo por mis prójimos, por los cuales Él también la puso? Mas,
porque no miramos lo que Él hizo, sino lo que nos manda, hácenos recio; que, si
cuando nos dicen que amemos a nuestros prójimos hasta poner la vida por ellos,
mirásemos que el mesmo que eso manda lo hizo primero por nosotros, no parecería
tan áspero.
Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 22. OC II. Pg. 438.
Haz de hacer con él lo que querrías que
hiciesen por ti. Quien quisiere contentar a Dios esto ha de hacer, esta luz ha menester
tener.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 4. OC II. Pg. 128.
Aunque el amor de Dios sea mayor, no falta
causa para encargar y encomendar tanto el del prójimo por la mayor dificultad
que tiene de ser cumplida. Que amar a Dios no parece hacerle fuerza ninguna al
corazón, porque se va naturalmente a él como a su corriente, por las grandes
razones que se muestran en Dios de bondad y de ser deseado. Lo cual todo
convida al corazón humano y tira por él que lo ame: tanto, que es grandísima
vergüenza de los hombres ver que haya mandamiento, y debajo de pena o de galardón,
para amar a Dios. En esto se muestra grandísimamente la miseria humana. Esta
fuerza a ser amando no hay en el prójimo: no es la razón tan violenta, en el
cual hay tantas cosas malas y pesadas y recias de sufrir. Y ansí parece correr
de nuestro corazón el amor al prójimo hacia arriba y muy forzado. Por lo cual
fue menester encomendarlo tanto, y animar y esforzar mucho a él, como a cosa dificultosísima;
y ansí lo es, que no es pequeño don de Dios el amor del prójimo. Mas Dios de si
mesmo se está amando. Que no era menester decir, sino “Dios hay”, para que
nunca las criaturas racionales lo dejaran de amar; porque todo cuanto en Él hay
es amable, y ninguna cosa hay en su divino ser que no sea amable.
Lecciones sobre 1 San Juan (II).
Lección 21. OC
II. Pg. 434.
En
esto conocemos la caridad y amor de Dios: en que puso su ánima por nosotros. De
ahí pendent leges et prophetae (Mt 22, 40). Pues esto hizo Dios con nosotros,
debemos nosotros poner nuestras vidas por nuestros hermanos.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 22. OC II. Pg. 311.
Ley es creer y amar. Ve ahí toda la ley y
profetas (Mt 22, 40); y quien guarda los mandamientos de Dios, está en él.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 24. OCII. Pg. 340.
Amar a
Dios con todo el corazón es amalle con toda nuestra voluntad y querer; amalle
con todo nuestro entendimiento es con todo nuestro pensar y entender; y amalle
con toda nuestra ánima es con todos nuestros sentidos (porque “anima” en la
Sagrada Escriptura quiere decir esta parte sensitiva), que quiere decir que
amemos a Dios, hermanos, con el ver y con el oír, con el hablar y con el andar:
esto es amar a Dios con toda su ánima. Y añade otro evangelista: con todas tus
fuerzas, que quiere decir que ames a Dios, hermano, con la casa, con la viña,
con el dinero y con toda vuestra hacienda, que esto es todas tus fuerzas.
23. Domingo 17 después de Pascua. 2. OC III. Pg. 279.
No os engañe nadie; ninguno tiene más
santidad de cuanto es junto con el Santo de los santos, que es Dios; y ninguno
se junta con él sino por el amor, y quien más ama, más junto está. Y esta es la
piedra con que el soberano Artífice toca los corazones de los hombres, y es la
señal con que Él, como el águila, examina a sus verdaderos hijos, recibiendo
por suyos a los [que], confortados los ojos del ánima con los resplandecientes
y encendidos rayos que de Dios a ellos descienden, imitaren según su manera al
dechado de su amor infinito, que es Dios, no espantándose ni teniendo por
imposible su mandamiento, en que manda amemos a Dios pues él primero nos amó
(Dt 6, 5; Mt 22, 37; 1 Jn 4, 10). Mi mandamiento es éste, que os améis unos a
otros, así como yo os amé (Jn 15, 12). De donde parece que, pues Jesucristo
nuestro Señor es más cercano, en cuanto hombre, a la Divinidad, fuego infinito
de amor, y tiene alteza sobre todos los hombres y sobre todos los ángeles, ha de
ser mayor que todos ellos en el amor, pues lo es en la santidad y en la
cercanía con Dios. Y así como a uno que mucho sabe le llaman Sabiduría, así a
Él le llaman Amor, solo porque, según Dios, le tiene mayor que se puede pensar.
30. En la Infraoctava del Corpus, 2. OC III. Pg. 643.
Acaece muchas veces, en el bien obrar; que
muchas veces tenemos una pereza, una mala gana de hacer una buena obra, y
cuando la comenzamos envíanos Dios devoción y buenos propósitos; y por eso
ninguno, aunque tibio se sienta, aunque pesado, deje de hacer buenas obras,
porque es Dios tan misericordioso, que quien a Él se llega no le deja frío ni
hambriento. Los que se dan muchas veces a la oración, experimenten esto y verán
cuán gran verdad es; que se llegan hambrientos a la mesa de Dios y van hartos.
Amad a Dios más que a vos, y a vuestro
prójimo como a vos mismo: que si vos deseáis ir al cielo, des[e]éis que él vaya;
si deseáis que Dios os perdone, desead también que le perdone a él. Y regla
general os doy: mirad, lo que querríades que con vos se hiciese y cómo os
tratasen los otros, y si errábades contra algún prójimo, querríades que os
perdonase, y haced así a vuestro prójimo y así lo amaréis.
22. Domingo 12 después de Pentecostés, 10. OC III. Pg. 268.
Cosa es digna de consideración y de llorar cómo
siendo el mandamiento de la caridad del prójimo semejable al mandamiento de
amar a Dios (cf. Mt 22, 39), y siguiendo después, lo haya hecho el descuido y
desamor de los hombres de tan poca estima, que no sólo no lo anteponen a los
otros, pero aun no lo igualan, y ponen a la postre [a lo último, al fin,
rae.es] de todos.
36. Vísperas del Corpus, 30. OC III. Pg. 459.
Comentario del padre José Luis
Sicre.
-Último enfrentamiento del día:
Con los fariseos.
Sigue a Marcos.
-Búsqueda del precepto más importante de la
Ley:
Legislación:
Código de la Alianza (Ex 20, 22-23,32).
Ley de Santidad (Lv 17-26).
Código deuteronómico (Dt 12-26).
Dodecálogo siquemita (Dt 27, 15-26).
Otros mandatos y prohibiciones esparcidos por
el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
Antigua Sinagoga:
613 mandamientos:
248 preceptos y 365 prohibiciones.
Divididos en:
Fáciles:
Poco esfuerzo o poco dinero.
Difíciles:
Mucho dinero y ponían en peligro la vida.
Los importantes.
Idolatría, lascibia, asesinato, profanación
del nombre divino, santificación del sábado, calumnia, desprecio de la Torá (la
Ley).
-Anécdota de dos rabinos:
Una vez se acercó un pagano a Shammay (hacia
30 a.C.) y le dijo: “Me haré prosélito con la condición de que me enseñes toda
la Torá mientras aguanto a pata coja”. Él lo echó con una vara de medir que
tenía en la mano.
Entonces fue a ver a Hillel (hacia el 20
a.C.), quien le dijo: “Lo que no te guste, no lo hagas al prójimo. En esto
consiste toda la ley, lo demás es interpretación” (Schabbat 31a).
-Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.):
Amarás a tu prójimo como a ti mismo, este es
el gran principio general de la Torá.
-Síntesis del final del Sermón del Monte:
Todo lo que querríais que hicieran los demás por
vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los
Profetas (Mt 7, 12).
-Novedad:
Añade un segundo, tan importante como el
primero.
-La respuesta entronca con la más auténtica
tradición profética:
Denunció el deseo del hombre de llegar a Dios
por un camino individual e intimista, olvidando al prójimo.
Muchos israelitas pensaban que a Dios se
llega por los actos de culto, peregrinaciones, ofrendas para el templo, etc.
Para llegar a Dios:
Hay que dar necesariamente el rodeo del prójimo.
Preocuparse por los pobres y oprimidos.
Buscar una sociedad justa
Ambos preceptos, en la mentalidad de Jesús y
los profetas, están al mismo nivel, deben ir siempre unidos.
-Con estas palabras podían haber terminado
todas las controversias del Dia. Pero Jesús, que hasta ahora ha estado
esperando las preguntas, pasa al contraataque. Primero, planteando el tema de
la filiación del Mesías; luego, con un extenso ataque a los escribas y
fariseos.
Comentario Homilética
-Controversias de Jesús con diversos grupos
judíos:
Tributo al César (domingo pasado).
Saduceos: resurrección (omitido).
Fariseos: mandamiento principal de la Ley.
-Estructura:
v. 34: versículo de transición.
Diálogo:
Exposición (v. 35).
Pregunta de un letrado fariseo (v. 36).
Respuesta muy larga de Jesús (vv. 37-40).
-Judíos:
613 mandamientos:
365 prohibiciones.
248 preceptos.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.
Jerónimo.
Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio
Agustiniano. Valladolid. 1986.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III.
Sermones. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Sicre, J.L. El evangelio de Mateo. Un drama para
ser feliz. Verbo Divino. Estella. 2019.
Homilética. Sal Terrae. 2020/5.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Monición de entrada.
Buenos días.
Hoy estamos muy contentos porque
celebramos la fiesta no de un santo, ni de dos, ni de tres, sino de todos los
santos.
Ellos vivieron como Jesús nos enseña
en misa, por eso nos enseñan que también nosotros podemos hacer lo que Jesús
nos dice.
Señor, ten piedad.
Tú eres el Santo. Señor, ten piedad.
Tú nos pides que seamos santos.
Cristo, ten piedad.
Tú eres el premio de los santos.
Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por la Iglesia; para que sea muy
santa. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan en
España; para que nos ayuden a que haya paz y que se vaya el virus. Te lo
pedimos Señor.
-Por las personas que no tienen
comida, las que están enfermas, las que tienen que dejar sus países; para que
no estén solas y les ayudes. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que están en el
cielo; para que le hablen a Dios de nosotros. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, para que hagamos
lo que Jesús nos enseña y seamos santos. Te lo pedimos, Señor.
-Por nuestras catequistas, para
que les ayudes cuando nos hablan de ti y nosotros les hagamos caso. Te lo
pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen
María, te damos gracias por los santos, tú que eres la más santa de todos.
Gracias porque nos ayudas a escuchar a Jesús y querer mucho a las personas.
Gracias por este mes de noviembre que empieza y por las personas que se han ido
al cielo y nos han querido mucho.
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