Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b-10.19
En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor,
donde se encontraba el Arca de Dios. Entonces el Señor llamó a Samuel. Este
respondió:
-Aquí estoy.
Corrió adonde estaba Elí y dijo:
-Aquí estoy, porque me has llamado.
Respondió:
-No te he llamado. Vuelve a acostarte.
Fue y se acostó. El Señor volvió a llamar a Samuel. Se levantó
Samuel, fue adonde estaba Elí y dijo:
-Aquí estoy, porque me has llamado.
Respondió:
-No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte.
Samuel no conocía aún al Señor, ni se le había manifestado todavía
la palabra del Señor. El Señor llamó a Samuel, por tercera vez. Se levantó, fue
adonde estaba Elí y dijo:
-Aquí estoy, porque me has llamado.
Comprendió entonces Elí que era el Señor el que llamaba al joven.
Y dijo a Samuel:
-Ve a acostarte. Y si te llama de nuevo, di:
-Habla, Señor, que tu siervo escucha.
Samuel fue a acostarse en su sitio. El Señor se presentó y llamó
como las veces anteriores:
-Samuel, Samuel.
Respondió Samuel:
-Habla, que tu siervo escucha.
Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara
ninguna de sus palabras.
Textos
paralelos.
Samuel estaba acostado en el santuario donde se encontraba el arca
de Dios.
Ex 25, 22: Allí me encontraré contigo, y desde encima de la placa,
en medio de los querubines del arca de la alianza, te diré todo lo que tienes
que mandar a los israelitas.
Samuel crecía y Yahvé estaba con él.
1 Sam 2, 21: El Señor se cuidó de Ana, que concibió y dio a luz
tres niños y dos niñas. El niño Samuel crecía en el templo del Señor.
Gn 39, 2: El Señor estaba con José y le dio suerte, de modo que lo
dejaron en casa de su amo egipcio.
Jc 20, 1: Todos los israelitas, desde Dan hasta Berseba, incluido
el país de Galaad, fueron como un solo hombre a reunirse ante el Señor en Mispá.
Notas
exegéticas.
3 Primera revelación que consagra a
Samuel como profeta, v.20. No se trata de un sueño, ya que la voz despierta a
Samuel, ni de una “visión” más que en sentido Iato, porque Samuel no ve a Yahvé;
solo oye.
3 3 (b) Yahvé se hace presente
encima del arca, desde donde comunica sus órdenes.
3 19 Fórmula que expresa el fiel cumplimiento
de la palabra de Dios.
Comentario.
-Momento crucial de la historia
de Israel:
Poco antes el texto nos decía
que escaseaba la Palabra de Dios.
Va a surgir en el pueblo de
Dios el movimiento profético cuyo iniciador es Samuel.
Salmo responsorial
Salmo 40 (39), 2.4.7-10
Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad. R/.
Yo
esperaba con ansia al Señor;
él
se inclinó y escuchó mi grito;
me
puso en la boca un cántico nuevo,
un
himno a nuestro Dios. R/.
Tú
no quieres sacrificios ni ofrendas,
y,
en cambio, me abriste el oído;
no
pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces
yo digo: “Aquí estoy”. R/.
-Como
está escrito en mi libro –
para
hacer tu voluntad.
Dios
mío, lo quiero,
y
llevo tu ley en las entrañas. R/.
He
proclamado tu justicia
ante
la gran asamblea;
no
he cerrado los labios,
Señor,
tú lo sabes. R/.
Textos paralelos.
No has querido sacrificio
ni oblación.
Hb 10, 5-7: Por eso dice al
entrar en el mundo: No quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un
cuerpo. No te agradaron holocaustos ni sacrificios expiatorios. Entonces dije:
Aquí estoy, he venido para cumplir, oh Dios, tu voluntad – como está escrito de
mí en el libro –. Primero dice que no ha querido ni le han agradado ofrendas,
sacrificios, holocaustos ni sacrificios expiatorios (que se ofrecen
legalmente); después añade aquí estoy para cumplir tu voluntad. Excluye lo
primero para afirmar lo segundo. Pues según esa voluntad, quedamos consagrados
por la ofrenda, hecha una vez para siempre, del cuerpo de Cristo.
Pero me has abierto el
oído.
Is 50, 5: El Señor me abrió el
oído: yo no me resistí ni me eché atrás.
No pedías holocaustos ni
víctimas.
Am 5, 21: Detesto y rehúso
vuestras fiestas, no me aplacan vuestras reuniones litúrgicas.
Sal 50, 8-9: No te reprocho tus
sacrificios / pues a diario tengo presentes tus holocaustos. / No me llevaré un
novillo de tu casa / ni machos cabríos de tus rebaños.
Sal 51, 18-19: Un sacrificio no
te satisface; / si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas. / Para Dios
sacrificio es un espíritu quebrantado, / un corazón quebrantado y triturado, /
tú, Dios, no lo desprecias.
Sal 69, 31-32: Alabaré el
nombre de Dios con cantos; / te engrandeceré con acción de gracias: / le agradará
a Dios más que un toro, / que un novillo con cuernos y pezuña partida.
He proclamado tu
justicia.
Sal 37, 31: Lleva en el corazón
la ley de su Dios: / sus pasos no vacilarán.
Jn 4, 34: Mi sustento es
cumplir la voluntad del que me envió y dar remate a su obra.
Jn 8, 29: El que me envió es
veraz, y yo he de decir al mundo lo que he escuchado.
Sal 22, 23: Contaré tu fama a
mis hermanos, Y en plena asamblea te alabaré.
Sal 35, 18: Y te daré gracias
en la gran asamblea, / ante un pueblo numeroso te alabaré.
Sal 149, 1: ¡Aleluya! Cantad al
Señor un cántico nuevo, / resuene su alabanza en la asamblea de los leales.
Notas
exegéticas.
40 Al himno de acción de gracias,
vv. 2-12, sigue un grito de angustia, vv.14-18, compartido en el Sal 70. En el
conjunto actual, la primera parte aparece como un examen del pasado, opuesto a
las miserias del presente y que justifica el recurso a Yahvé.
40 7 Lit. “cavado”, Dios comunica su
voluntad al fiel, ver Is 50, 5. Una variante del griego: “Tú me has formado un
cuerpo” fue interpretada en sentido mesiánico y aplicada a Cristo, Hb 10, 5s.
40 9 La obediencia vale más que el
sacrificio, 1 S 14, 22. Los profetas alertaron con frecuencia a Israel contra
prácticas que no empeñaban el corazón o contra una confianza presuntuosa en la
presencia de Dios en su templo. En el judaísmo posteiror al destierro, sea cual
fuere aún la importancia del Templo, como señal de salvación, el culto interior
se va afinando más y más, y las disposiciones del corazón, lka oración, la
obediencia, el amor, cobran por sí mismas valor de culto. Esta evolución
prepara la supervivencia del Judaísmo después de la destrucción del templo y
proseguirá en el Nuevo Testamento.
Tres lecturas.
Con Israel: el movimiento de este
salmo de acción de gracias es admirable: primero un grito de plegaria en una
situación dramática, luego una acción de gracias por ser escuchado. Pero no
está todo terminado: nueva súplica en medio de nuevas desgracias.
Con Jesús: la epístola a los Hebreos,
comentando el sacrificio que Jesús hizo de sí mismo, toma las palabras de este
salmo. Es la oración misma de Jesús.
Con nuestro tiempo: Es nuestra
oración, a condición de no caer en el ritualismo: lo que Dios espera de
nosotros no son los sacrificios externos, las oraciones ajenas a nosotros,…
Sino, el ofrecimiento de nuestra carne y sangre, de nuestra vida cotidiana, del
sacrificio espiritual.
Segunda lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c-15a.17-20
Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el
Señor, para el cuerpo. Y Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a
nosotros con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la inmoralidad. Cualquier
pecado que cometa el hombre que da fuera del cuerpo. Pero el que fornica peca
contra su propio cuerpo. ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios? Y no os
pertenecéis, pues habéis sido comprados a buen precio. Por tanto, ¡glorificad a
Dios con vuestro cuerpo!
Textos paralelos.
El cuerpo no es para la
fornicación, sino para el Señor.
1 Co 10, 31: Pues bien, ya
comáis o bebáis o hagáis lo que sea, hacedlo todo a gloria de Dios.
Dios que resucitó al Señor
nos resucitará.
1 Co 15, 12: Ahora bien, si se
proclama que Cristo resucitó de la muerte, ¿cómo decís algunos que no hay
resurrección de los muertos?
Rm 1, 4: A partir de la
resurrección, establecido por el Espíritu Santo Hijo de Dios con poder.
Rm 8, 11: Y si el Espíritu del
que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a Jesús de
la muerte dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que
habita en vosotros.
¿No sabéis que vuestros
cuerpos son miembros de Cristo?
1 Co 12, 12: Como el cuerpo,
siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un
solo cuerpo, así es Cristo.
Mas el que se une al
Señor, se hace un solo espíritu con él.
Rm 8, 9-10: Pero vosotros no
seguís el instinto, sino al Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu del Mesías, no le pertenece. Pero si
el Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo muera por el pecado, el espíritu
vivirá por la justicia.
¿No sabéis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo?
Rm 3, 16-17: Sus pies corren
para derramar sangre, sus caminos están sembrados de ruina y destrucción. No
conocen la ruta de la paz ni tienen el temor de Dios.
Rm 5, 8: Pues bien, Dios nos
demostró su amor en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
1 Ts 4, 4-8: Que cada uno sepa
usar de su cuerpo con respeto sagrado, no por pura pasión, como los paganos que
no conocen a Dios; que en este asunto nadie ofenda o perjudique a su hermano,
porque el Señor castiga tales ofensas, como os lo tenemos dicho e inculcado.
Dios no os ha llamado a la impureza, sino a la santificación. Por tanto, quien
lo desprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que además os dio su Espíritu.
1 Co 3, 23: Vosotros sois de
Cristo, Cristo es de Dios.
1 Co 7, 23: Os compraron
pagando un precio; no seáis esclavos de hombres.
Habéis sido comprados a buen
precio.
Rm 3, 24: Pero son absueltos
sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.
Rm 6, 15: Entonces, ¿qué? Como
no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia, ¡a pecar! ¡De ningún modo!
Usad, pues, vuestro cuerpo
para honrar a Dios.
Flp 1, 20: Espero y aguardo no
arredrarme por nada; antes bien, con mi valentía, ahora como siempre, Cristo
será engrandecido con mi vida corporal o con mi muerte.
Notas exegéticas.
6 13 Pablo impugna una opinión según
la cual no existe diferencia alguna entre las necesidades alimenticias y la
vida sexual. Y responde: las primeras están ligadas al mundo presente y
desaparecerán con él; pero la vida sexual afecta a la pertenencia a Cristo y
debe ser tal y como conviene a un miembro de Cristo.
6 14 La resurrección demuestra la
importancia del cuerpo, que no es destruido por la muerte.
6 15 El verbo griego correspondiente
(aireo) significa también “arrancar”,
“quitar”. Existe, pues, una oposición absoluta entre la unión con Cristo y la
unión sexual ilegítima. El argumento implica, por oposición, que la unión
conyugal de los cristianos debe comprometerles en la unión con Cristo.
6 17 Cabía esperar: un solo cuerpo.
Pablo quiere evitar que el realismo físico de la unión con Dios sea entendido
de forma demasiado material.
6 18 (a) Para los que en Corintio no daban
al cuerpo ningún valor permanente todas las acciones corporales eran moralmente
irrelevantes. El pecado era solo posible en el nivel espiritual de las
motivaciones.
6 18 (b) La finalidad sexual del cuerpo
es hacer de dos personas una.
6 20 Lit.: “Habéis sido comprados a
precio”.
Comentario.
-Ciudad de Corintio:
Capital de Acaya, una de las
tres provincias griegas, por iniciativa de Augusto (27 a.C.).
Cerca del istmo que lleva su nombre,
entre dos puertos (Lequeo y Cencreas) que separaban en pocos kilómetros dos
mares: el Adriático (al occidente) y el Egeo (al oriente).
Ciudad populosa y llena de
vida: soldados, comerciantes, marineros, viajantes.
En la Acrópolis (parte alta) se
levantaba un templo dedicado a la diosa Afrodita con hieródulas o “cortesanas
sagradas” que practicaban la prostitución sagrada y recibían el nombre de “las
santas”, por eso san Pablo no utilizaba este nombre para denominar a las
cristianas).
Junto a esta prostitución
sagrada se practicaba en la ciudad la prostitución profana: “vivir a la
corintia” = desorden sexual en la vida.
El cuerpo ha perdido todo su
valor positivo, simbólico y religioso.
-Pablo manifiesta el valor
simbólico y religioso del cuerpo desde distintas perspectivas:
Para el Señor / esclavo y al
servicio de los excesos sexuales.
Los cristianos son miembros de
Cristo en virtud de su Resurrección y muerte (cristología).
El cuerpo es Templo del Espíritu
Santo.
¡Glorificad a Dios con vuestros
cuerpos!
Cristiano: dejar atrás sus antiguas
costumbres para iniciar el nuevo camino de fe.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba Juan
con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
-Este es el Cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus
palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les
pregunta:
-¿Qué buscáis?
Ellos le contestaron:
-Rabí (que significa Maestro),
¿dónde vives?
Él les dijo:
-Venid y veréis.
Entonces fueron, vieron donde
vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. Andrés, hermano
de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús;
encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
-Hemos encontrado al Mesías
(que significa Cristo).
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le
quedó mirando y le dijo:
-Tú eres Simón, el hijo de Juan;
tu te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro).
Textos paralelos.
Mt 4, 18-20. |
Mc 1, 16-20. |
Lc 5, 1-11. |
Mientras paseaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos – Simón, apodado Pedro, y a Andrés su hermano –
que estaban echando una red al agua, pues eran pescadores. Les dice: “Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres”. Al punto dejaron las redes y lo siguieron. |
Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar,
pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres”. Al punto, dejando las redes, lo siguieron. Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan,
que arreglaban las redes en la barca. Los llamó. Ellos dejaron a su padre
Zebedeo en la barca con los jornaleros y se fueron con él. |
La gente se agolpaba junto a él para escuchar la palabra de Dios,
mientras él estaba a la orilla del lago de Genesaret. Vio dos barcas junto a la orilla, pues los pescadores se habían
bajado y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, la de Simón,
le pidió que se apartase un poco de tierra. Se sentó y se puso a
enseñar a la gente desde la barca. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Boga
lago adentro y echa las redes de pescar”. Le replicó Simón: “Maestro, hemos
bregado toda la noche sin cobrar nada; pero, ya que lo dices, echaré las
redes. Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces, que reventaban las redes.
Hicieron señas a los socios de la otra barca para que fueran a echarles una
mano. Llegaron y llenaron las dos barcas que casi se hundían. Al verlo, Simón
Pedro cayó a los pies de Jesús y dijo: “Apártate de mí, Señor, que soy un
pecador”. Pues el estupor se había apoderado de él y de todos sus compañeros
por la cantidad de peces que había pescado. Lo mismo sucedía a Juan y
Santiago, que eran socios de Simón. Jesús dijo a Simón: “No temas, en
adelante pescarás hombres”. Entonces, atracando las barcas en tierra, lo
dejaron todo y lo siguieron. |
Tú eres Simón, el hijo de
Juan.
Mt 16, 18-19: Pues te digo que
tú eres Pedro y sobre esta Piedra construiré mi iglesia y el imperio de la
Muerte no la vencerá.
Mc 3, 16: A Simón lo llamó
Pedro.
Notas exegéticas
Biblia de Jerusalén.
1 36 Los vv. 35-36 y 33a son un
duplicado de los vv. 29 y 31a. Provienen de dos tradiciones joánicas paralelas,
que aquí ha fundido el evangelista. Es posible que el v. 15, duplicado del v.
30 y 1u3 en el Prólogo se halla fuera de contexto, se leyera primitivamente después
de los vv. 35-36.
1 37 Ver Mc 1, 18. El relato joánico
de la vocación de Pedro y Andrés no tiene en común con el de Mc 1, 16-18 = Mt
4, 18-20 (Lc lo omite) más que la expresión “siguieron a Jesús”, característica
del discípulo. La tradición joánica parece preferible. En Mc y Mt la vocación
de Pedro y Andrés es un calco de la de Santiago y Juan, que presenta rasgos más
primitivos.
1 39 Hacia las cuatro de la tarde.
Todo el relato está estilizado para describir la condición del discípulo de
Cristo. En el At para encontrar a Dios había que buscarle, ahora, el que “busca”
a Cristo lo “encuentra”; y porque “sigue” “encuentra”, el discípulo llega
adonde el vive. En el extremo opuesto de los discípulos están los judíos que se
niegan a creer en Jesús.
1 40 Se piensa a menudo que el otro discípulo
era el apóstol Juan. Pero ¿no sería más bien Felipe, el compañero habitual de
Andrés y que va a reaparecer a partir del v. 43? Eta interpretación supone la
variante textual del v. 41: “Este, el primero, encuentra…”. Según 1, 7, todos
van a creer por el testimonio del Bautista, primero Andrés y Felipe, después,
gracias a ellos, el mundo judío (las dos escenas están constituidas de manera
similar) y después el mundo pagano.
1 41 Juan se dirige probablemente a
lectores de habla griega. Sin embargo, en distintos momentos, utiliza vocablos hebreos
o arameos que luego traduce. De este modo, quiere posiblemente poner de relieve
que, en este momento concreto de la historia, en Palestina, entre los humanos,
se ha encarnado la Palabra de Dios, “Cristo” (chistós) es traducción de “Mesías”
(masîah), que significa “Ungido”. En la tradición judía este título
designaba al nuevo David, esperado al final de los tiempos.
1 42 Jesús conoce misteriosamente a
cuantos se le acercan. Al dar un nuevo nombre a Simón (Cefas en arameo), le
confiere una nueva vocación.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
38 AL…
VER QUE LO SEGUÍAN: lit. contemplando a ellos siguientes. // QUÉ
BUSCÁIS: o qué queréis. // SIGNIFICA: lit. es dicho. // DÓNDE
VIVES: lit. dónde permaneces, verbo muy del vocabulario de Juan.
39 VENID
A VER… FUERON A VER: con el verbo ver comenzó para ellos el itinerario
de la fe. // DONDE VIVÍA: lit. donde vive, REFLEJANDO EL ESTILO DIRECTO.
// CON ÉL: o en su casa, que sería una tienda, o choza de ramaje. // [LA]
HORA DÉCIMA: hacia las cuatro de la tarde.
40-42: A JESÚS: lit. a él (pronombre que puede crear ambigüedad): no a
Juan. // ENCONTRÓ… Y LE DICE (lo mismo que en los vs. 43-45): en el texto
griego está en presente narrativo o histórico. // HEMOS ENCONTRADO: el vocablo
griego heurêkamen recuerda el famoso grito de Arquímedes; pero, en la
historia humana, el descubrimiento de una persona por otra siempre es de más
valor que descubrir un principio hidrostático; más aún, si la persona encontrada
es “CRISTO” // El MESÍAS: es casi
transliteración griega (Messías) de un vocablo hebreo-arameo que
significa ungido; nunca aparece en la LXX, solo dos veces en el Nuevo
Testamento, y las dos en Jn (aquí y en boca de la Samaritana: 4, 25); la
traducción “normal” en griego es Christós (=ungido).
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
1, 35-41 Es interesante notar que algunos
de los primeros discípulos acudieron a Cristo por invitación de otros que ya se
eran seguidores suyos. Este es un claro ejemplo de que el apostolado o la
evangelización tienen lugar de modo natural a través de las amistades y de las
relaciones personales. Este pasaje también incluye muchos de los títulos que
Jesús tendría: Cordero de Dios, Rabí, Mesías, Rey de Israel, Hijo del hombre.
Cat. 3, 520, 608, 878, 1618.
1, 42 Cefas: proviene del arameo y
significa “roca”; en griego es Petros, de donde viene “Pedro”. En la
Sagrada Escritura, el poder de nombrar a alguien indica “tomar posesión” de esa
persona e indica el nuevo papel o misión que Dios le asigna. Su papel especial
será ejercer de roca sobre la que Cristo construirá su Iglesia. Cat. 552, 881.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
La voz no podía retener a sus
discípulos junto a ella y les envió hacia el Verbo. En efecto, cuando aparece
la luz del sol conviene apagar la luz del farol.
Efrén de Nisibi. Comentario
al Diatessaron, 4, 17.
El que sigue al Señor es el que
lo imita; sigue al Señor el que en cuanto lo permite la fragilidad humana, no
descuida los ejemplos de humildad que el Hijo de Dios manifestó en su
naturaleza humana; y le sigue quien, por participar en la vida de sus padecimientos,
anhela llegar a participar de su resurrección y ascensión al cielo.
Beda. Homilías sobre los Evangelios,
1, 7.
La hora era como las diez. Este
número significa le ley. Por eso se dio en diez mandamientos. Pero había
llegado ya el tiempo de cumplir la ley por el amor, ya que los judíos no podían
cumplirla por el temor. Por eso dice el Señor: “No he venido a destruir la ley,
sino a cumplirla” (Mt 5, 17).
Agustín. Tratados sobre el Ev.
de Juan, 7, 10.
También las almas afligidas
deseaban escuchar noticias de Él. Ellas eran instrumentos del Señor, conforme a
sus mismas palabras: “Yo os elegí angtes del mundo”. Eligió a los galileos, un
pueblo rudo, a quien los profetas habían llamado un pueblo tosco y que vivían
en tinieblas, pero son los que han visto la luz, mientras que los doctores de
la ley estuvieron confundidos: “Dios eligió la flaqueza del mundo para
confundir a los fuertes” (1 Co 1, 27).
Efrén de Nisibi, Comentario
al Diatessaron, 4, 18.
A él le dio ese nombre. A Santiago
y a su hermano, el de “hijos del trueno”. ¿Por qué hizo eso? Para demostrar que
Él era el mismo Dios que estableció la Antigua Alianza y cambió mu9chísimos
nombres, pues llamó Abrahán a Abram, a Saray Sara y a Jacob, Israel.
Juan Crisóstomo. Homilías sobre
el Ev. de Juan, 19, 2-3.
San Agustín.
¡Qué día tan feliz y qué noche tan dichosa
pasaron! ¿Quién podrá decirnos lo que oyeron de boca del Señor? Edifiquemos y
levantemos también nosotros una casa en nuestro corazón a donde venga él a
hablar con nosotros y a enseñarnos.
Él es el maestro de su ley y él mismo la
enseña. Como la misericordia está en sus labios, la enseña misericordiosamente.
Así lo dice la Escritura hablando de su sabiduría: Lleva en su lengua la ley
y la misericordia (Prov 31, 26). No temas que no puedas cumplir la ley;
huye a la misericordia. Si te parece demasiado para ti el cumplir la ley, utiliza
aquel pacto, aquella firma, aquellas palabras que compuso para ti el abogado celestial.
Comentario sobre el evangelio de San Juan 7, 7-10. Pg. 715-717.
San Juan de Ávila.
¡Oh Jesús bonitísimo, Hijo de Dios Padre y
de la bendita Madre Virgen María, Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo (cf. Jn 1, 29.36), abogando y
amansamiento delante del Padre por nosotros tus siervos, consuelo de tristes,
riqueza de pobres, poderoso esfuerzo de los enriquecidos!
¡Oh casa dichosa donde, Señor, visitas! Y
otra vez lo diré: Venerunt mihi omnia bona pariter cum illa[1] (cf. Sab 7, 11). San Andrés y
otro discípulo preguntaron a vuestro Hijo bendito: Ubi habitas? (Jn 1, 39). Señora, preguntamos a vuestros
indignos siervos: “¿Dónde visitáis?”.
Visitación de la Virgen. OC III. Pg. 892.
Comentario Homilética
-Evangelio
de Juan:
Prólogo
(1, 1-18).
Primera
parte de la semana inaugural (1,1-28).
Primer
día: testimonio de Juan Bautista ante los sacerdotes y levitas (1, 19-28).
Segundo
día, “al día siguiente”: Juan califica a Jesús “cordero de Dios que quita el
pecado del mundo” y es bautizado (1, 29-34).
Tercer
día: comienza el seguimiento, el discipulado, a iniciativa de Andrés (1, 35-42).
Cuarto
día, “al día siguiente”: Jesús llama a Felipe y habla con Natanael (1, 43-51).
El
séptimo día, “tres días después”: la boda de Caná, donde Jesús dio comienzo a “los
signos” y “manifestó su gloria” (2, 1-12).
-Estructura
del texto:
Presentación
de Juan y Jesús y transición de los discípulos de Juan a Jesús (vv. 35-37).
Diálogo
entre Jesús y los que habían sido discípulos de Juan (vv. 38-39).
Andrés
lleva a Simón donde Jesús (vv. 40-42).
-Texto:
Transiciones
y movimientos.
Miradas
en dos direcciones.
Traducción
de nombres.
-Verbos:
De
mirada: fijarse (vv. 36.42), venir y ver, fueron y vieron.
Oír-seguir
(vv. 37.40).
Buscar-encontrar.
Permanecer (vivir y quedarse):
En la teología del cuarto evangelio es
discípulo el que permanece en Jesús (15, 4-5), en su palabra (8, 31; 15, 7) y
en su amor (15, 10).
Supone aprender de Él, vivir de Él y como Él.
BIBLIOGRAFÍA.
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Española. BAC. Madrid. 2016.
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Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
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Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
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edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
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de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Mercedes Navarro Puerto. Marcos.Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
MISA DE NIÑOS. III TIEMPO ORDINARIO.
Monición de entrada.
Este domingo vamos a escuchar lo que dijo Jesús después de ser bautizado y
pasar cuarenta días en el desierto.
Él llamó a las personas a convertirse.
Esto significa que los llamó a estar con él.
También nos llama a nosotros a estar con él.
Y le hemos dicho que sí viniendo a misa.
Además estamos en la semana en la que todas las personas que amamos a
Jesús, los que tienen al Papa Francisco como jefe y los que tienen a otras
personas, como el patriarca Bartolomé, rezamos juntos.
Señor, ten piedad.
Porque te escuchamos a ti en misa. Señor, ten piedad.
Porque no hacemos caso a lo que Tú nos dices en misa. Cristo, ten piedad.
Porque tenemos tiempo para jugar y hacer los deberes, pero no para rezar
todos los días las oraciones. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, el patriarca Bartolomé y los jefes de las otras
iglesias cristianas. Te lo pedimos Señor.
-Por los cristianos que amamos a Jesús y le escuchamos en la Biblia. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan en las escuelas, institutos y universidades.
Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que no quieren escuchar a Jesús. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, que venimos los domingos a misa. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, te damos gracias por nosotros, tus
hijos, ya no nos peleamos entre nosotros ni nos insultamos. Gracias por todos
los que cada día en Taizé y otros sitios rezan juntos.
[1] Con ella vinieron todos
los bienes juntos, tiene en sus manos riquezas incontables. Traducción: Sagrada
Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal.
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