Lectura de la profecía de Amós 7, 12-15
En aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, dijo a Amós:
-Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el
pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el
santuario del rey y la casa del reino.
Pero Amos respondió a Amasías:
-Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y un
cultivador de sicomoros[1]. Pero el Señor me arrancó
de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”.
Textos
paralelos.
No sigas profetizando, porque es el santuario
real y la Casa del reino.
Am 2, 12: Pero vosotros
emborrachabais a los nazireos y a los profetas les prohibíais profetizar.
1 R 12, 29: Luego colocó un
becerro en Betel y el otro en Dan.
Am 3, 3-8: ¿Caminan juntos dos
que no se han citado? ¿Ruge el león en la espesura sin tener presa?, ¿grita el
cachorro en la guarida sin haber cazado?, ¿cae el pájaro al suelo sin haber
atrapado?, ¿suena la trompeta en la ciudad sin que el vecindario se alarme?,
¿sucede una desgracia en la ciudad que no la mande el Señor? No hará cosa el Señor
sin revelar su plan a sus siervos los profetas. Ruge el león, ¿quién no temerá?
Habla el Señor, ¿quién no profetizará?
Soy vaquero y picador de
sicómoros.
2 S 7, 8: Pues bien, di esto a
mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: “Yo te saqué de los
apriscos, de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel”.
Sal 78, 70-71: Eligió a David,
su siervo sacándolo de los apriscos del rebaño; de andar tras las ovejas lo
llevó a pastorear a Jacob, su pueblo, a Israel, su heredad.
Notas exegéticas.
7 12 (a) El término (vidente) lleva aquí tal vez un matiz
despectivo (“visionario”).
7 12 (b) Amasías equipara a Amós con
los profetas de carrera que viven de su profesión, ver 1 S 9 7, pero no le
acusa de ser falso profeta: al contrario, con su intervención y su acusación de
conspiración, muestra que teme las consecuencias de la predicación del profeta:
la palabra de Amós, eficaz, es considerada como la causa directa de las
desgracias que anuncia.
7 14 “Hijo de profeta”, semitismo
que indica la pertenencia a un grupo – “vaquero”, lit. “que se ocupa del ganado”,
con un término que designa normalmente el ganado mayor; ver 1 1 (donde hay un
término diferente). – Picando el tallo de los frutos del sicómoro, que sirven
de forraje, se acelera su maduración.
Comentario.
-Amós:
Profeta que había hecho una
crítica de la situación del reino de Israel en época del rey Jeroboán II:
Tiempo de aparente prosperidad.
Enriquecimiento de los ricos a
costa de los pobres.
Anunció:
Llegada del juicio de Dios.
Destrucción de la casa de
Israel y sus santuarios.
Dominio por otros pueblos.
Años después:
Conquista asiria del reino.
-Enfrentamiento con Amasías:
Sacerdote del templo de Betel.
Anteriormente:
Amasías envió un mensaje a
Jeroboán denunciando una conspiración del profeta Amós que había anunciado la
muerte violenta del rey y la deportación de Israel.
Representante de la institución
político-religiosa de Israel.
-Concepción del culto:
Amasías: magia.
Amós: respuesta agradecida de
la comunidad de Israel que ha recibido la salvación de Dios.
-Concepción del profetismo:
Amasías: profesional que cobra
por sus servicios.
Amós: obediencia a la palabra
de Dios.
Salmo responsorial
Salmo 85 (84), 9-14
Muéstranos,
Señor, tu misericordia
y
danos tu salvación. R/.
Voy
a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios
anuncia la paz
a
su pueblo y a sus amigos”.
La
salvación está cerca de los que lo temen,
y
la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
La
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la
justicia y la paz se besan;
la
fidelidad brota de la tierra,
y
la justicia mira desde el cielo. R/.
El
Señor nos dará la lluvia,
y
nuestra tierra dará su fruto.
La
justicia marchará ante él,
y
sus pasos señalarán el camino. R/.
Textos paralelos.
Su salvación se acerca a
sus adeptos.
Ex 24, 16: Y la gloria del
Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días.
Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube.
Ez 11, 23: La gloria del Señor
se elevó sobre la ciudad y se detuvo en el monte, al oriente de la ciudad.
Ez 43, 2: Vi la gloria del Dios
de Israel que venía de oriente, como estruendo de aguas caudalosas; la tierra
reflejó su gloria.
Amor y Verdad se han dado
cita.
Sal 89, 15: Justicia y Derecho
sostienen su trono, Lealtad y Fidelidad se presentan ante ti.
Sal 97, 2: Nubes y nubarrones
lo rodean, Justicia y Derecho sostiene su trono.
Is 45, 8: Cielos, destilad el
rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y
con ella germine la justicia: yo, el Señor, lo he creado.
Yahvé mismo dará prosperidad.
Sal 67, 7: ¡Que te den gracias
los pueblos, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias!
Za 8, 12: Sembrarán tranquilos,
la cepa dará su fruto, la tierra dará su cosecha, el cielo dará su rocío; todo
se lo lego al resto de este pueblo.
Is 58, 8: Entonces romperá tu
luz como la aurora, en seguida te brotará la carne santa; te abrirá camino tu justicia,
detrás irá la gloria del Señor.
Notas exegéticas.
85 Este salmo promete a los
repatriados la paz mesiánica anunciada por Isaías y Zacarías.
86 10 (a) “Sus adeptos”, lit. “los
que le temen”.
86 10 (b) La Gloria de Yahvé, Ex 24,
16, que había abandonado el Templo y la ciudad santa, Ez 11, 23, volverá al
Templo restaurado.
85 1 Los atributos divinos
personificados vienen a instaurar el reinado de Dios en la tierra y en los
corazones de los hombres.
85 14 La justicia divina abre el
camino: ella es la condición de la paz y de la felicidad.
Tres lecturas.
Con Israel: este salmo está marcado
en su totalidad por el tema del "retorno". La situación que dio
origen a este salmo no es otra que el regreso de los deportados de Babilonia.
Con base en este acontecimiento histórico, considerado como un acto de perdón
de Dios, se le pide una nueva gracia. Luego del entusiasmo por el retorno de
las primeras caravanas de prisioneros liberados, se encuentra uno súbitamente
ante la decepción de lo "cotidiano": la reconstrucción del Templo
tomaba tiempo y los enemigos hostigaban sin cesar a los nuevos repatriados
(Esdras 4,4).
Con Jesús: Cuando Jesús recitaba este salmo, debía pensar
que El era en persona, la "realización" perfecta de lo esperado y
deseado. La humanidad decía: "¿volverás Tú, Señor?". No sabía aún,
que Dios había ya decidido "venir". Jesús sabía que El era "la venida
de Dios" "germen de la tierra" por María su madre, pero también
"la pendiente del cielo" por su origen divino.
Con nuestro tiempo: El pasado, el
presente, el porvenir. Así como el pueblo de Israel recordaba los beneficios
que Dios le había hecho en el pasado, para tener seguridad de su protección en
el futuro, nosotros también, en los días de prueba, debemos recordar las
gracias que han marcado nuestra infancia, nuestra juventud, nuestro pasado.
Es necesario por otra parte reconciliar la "justicia" y la
"paz". El mundo moderno habla mucho de "luchas", de
"combates", de "justicia"... Y esto está bien. Pero también
hay que construir la "paz", el "diálogo", la
"concordia"... Detrás de las palabras de este salmo, avizoramos los
conflictos sociales que sacuden nuestro mundo, nuestras familias, nuestras
empresas, nuestra Iglesia.
Segunda
lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-14.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él
nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e
intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad a ser sus hijos, para alabanza de la gloria
de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado. En él, por su
sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza
de la gracia que en su sabiduría y prudencia ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar
por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las
cosas del cielo y de la tierra. En él hemos heredado también los que ya estábamos
destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos
alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías. En él también
vosotros, después de haber escuchado la palabra de la verdad – el evangelio de
vuestra salvación –, creyendo en él habéis sido marcados con el sello del
Espíritu Santo prometido. Él es la prenda de nuestra herencia, mientras llega
la redención del pueblo de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Textos paralelos.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo.
Tb 13, 2: Tobit dijo: Bendito
sea Dios, que vive eternamente, y su reinado. Él azota y se compadece: Hunde en
el Abismo, saca lo hondo de la tierra y levanta de la gran Destrucción. Nadie
escapa de su mano.
2 Co 1, 3: Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre compasivo y Dios de todo consuelo.
1 P 1, 3: Bendito sea Dios,
padre de nuestro Señor Jesucristo, que, según su gran misericordia y por la
resurrección de Jesucristo de la muerte, os ha regenerado para una esperanza
viva.
Ga 3, 14: Así la bendición de
Abrahán, por medio de Cristo Jesús se extiende a los paganos, para que podamos
recibir por la fe el Espíritu prometido.
Dios nos ha elegido en él
antes de la fundación del mundo.
Jn 17, 24: Padre, los que me
confiaste, quiero que estén conmigo, donde yo estoy; para que contemplen mi
gloria; la que me diste, porque me amaste antes de la creación del mundo.
1 P 1, 20: Predestinado antes de
la creación del mundo y revelado al final de los tiempos en favor vuestro.
Hch 1, 7: Les contestó: “No os
toca a vosotros saber los tiempos y circunstancias que el Padre ha fijado con
su exclusiva autoridad”.
Ef 5, 27: Para presentar una Iglesia
gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e irreprochable.
Col 1, 22: Ahora, en cambio,
por medio de la muerte de su cuerpo de carne, os ha reconciliado y os ha
presentado ante él: santos, intachables, irreprochables.
1 Jn 3, 1: Ved qué grande amor
nos ha mostrado el Padre: que nos llamamos hijos de Dios y lo somos. Por eso el
mundo no nos reconoce, porque no lo reconoce a él.
Rm 8, 29: A los que escogió de
antemano los destinó a reproducir la imagen de su Hijo, de modo que fuera él el
primogénito de muchos hermanos.
Jn 1, 12: Pero a los que la
recibieron los hizo capaces de ser hijos de Dios: a los que creen en él.
Con que nos agració en el
Amado.
Mt 3, 17: Se oyó una voz del
cielo que decía: Este es mi Hijo querido, mi predilecto.
Por medio de su sangre
conseguimos la redención.
Col 1, 13-14: Que os arrancó del
poder de las tinieblas y os trasladó al reino de su Hijo querido. Por el cual
obtenemos el rescate, el perdón de los pecados.
Rm 3, 24: Dios lo destinó a ser
con su sangre instrumento de expiación para los que creen. Dios mostraba así su
justicia cuando pacientemente pasaba por alto los pecados de los demás.
El perdón de los delitos.
Col 1, 14: Por el cual
obtenemos el rescate, el perdón de los pecados.
Gracias a la inmensa
benevolencia.
Ef 2, 7: Para que se revele a
los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia y la bondad con que
nos trató por medio de Cristo Jesús.
Nos ha dado a conocer el
misterio de su voluntad.
Rm 16, 25: Al que puede
confirmaros según mi buena noticia y la proclamación de Jesús como Mesías,
según el secreto callado durante siglos.
Con el fin de realizarlo
en la plenitud de los tiempos.
Mc 1, 15: Decía: Se ha cumplido
el plazo y está cerca el reinado de Dios: arrepentíos y creed la buena noticia.
Ga 4, 4: Pero cuando se cumplió
el plazo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley.
Lo que está en los cielos
y lo que está en la tierra.
Col 1, 16: Pues por él fue
creado todo, en el cielo y en la tierra: lo visible y lo invisible, majestades,
señoríos, autoridades y potestades.
Col 1, 20: Que por medio de él
todo fuera reconciliado consigo, haciendo las paces por la sangre de la cruz entre
las criaturas de la tierra y las del cielo.
A él, por quien somos
herederos.
Dt 7, 6: Porque tú eres un
pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras, entre todos
los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
Según el previo designio
del que realiza todo.
Is 46, 10: De antemano yo
anuncio el futuro; por adelantado, lo que aún no ha sucedido. Digo: “Mi
designio se cumplirá, mi voluntad la realizo”.
Conforme a la decisión de
su voluntad.
Dn 4, 32: Su reino es eterno,
su imperio dura de edad en edad; no cuentan los que habitan la tierra, y trata
como quiere al ejército del cielo; nadie puede atentar con tra él ni exigirle
cuentas de lo que hace.
Ap 4, 11: Digno eres, Señor
Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque creaste el
universo y por tu voluntad fue creado y existió.
Tras haber oído la
Palabra de la verdad.
Col 1, 5: Fruto de la esperanza
que os está reservada en el cielo, de la cual habíais oído hablar cuando os
llegó el mensaje verdadero de la buena noticia.
1 Ts 2, 13: Por eso también nosotros
damos gracias incesantes a Dios, porque, cuando nos escuchasteis la palabra de
Dios, la acogisteis, no como palabra humana, sino como realmente es, palabra de
Dios, activa en vosotros, los creyentes.
Fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa.
Ef 4, 30: No aflijáis al Espíritu
de Dios, que os selló para el día del rescate.
2 Co 1, 22: Nos ha sellado y ha
puesto en nuestro corazón como prenda el Espíritu.
Hch 2, 23: A este, entregado según
el plan previsto por Dios, lo crucificasteis por mano de gente sin ley y le
disteis muerte.
Rm 5, 5: Y la esperanza no
defrauda, porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón por el don del
Espíritu Santo.
2 Co 1, 22: Nos ha sellado y ha
puesto en nuestro corazón como prenda el Espíritu.
Hasta que el pueblo de su
posesión sea redimido.
Rm 3, 24: Pero son absueltos
sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.
Y su gloria sea así
alabada.
Is 43, 21: El pueblo que yo me
formé, para que proclamara mi alabanza.
1 P 2, 9: Pero vosotros sois
raza escogida, sacerdocio real, nación santa y pueblo adquirido para que
proclame las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.
Notas
exegéticas.
1 3 El autor se eleva desde el
principio al plano celeste en el que se mantendrá en toda la epístola. De ese
plano proceden desde toda la eternidad las “bendiciones espirituales” que
detallará en los versículos siguientes, y en ese mismo plano conocerán su
realización al fin de los tiempos.
1 4 Primera bendición: el
llamamiento de los elegidos a la vida bienaventurada incoada ya de una manera
mística para la unión de los fieles con Cristo glorioso. El “amor” designa,
ante todo, el amor de Dios para con nosotros, que provoca su “elección” y su
llamamiento a la “santidad”; pero no hay po qué excluir nuestro amor para con
Dios que deriva de aquel amor y a él responde.
1 5 Segunda bendición: el modo
elegido para esta santidad, que es el de la filiación divina, cuya fuente y modelo
es Jesucristo, el Hijo único.
1 6 (a) El término griego charis designa aquí el favor divino en
cuanto gratuito; si bien incluye la noción de “gracia”, en cuanto don
santificante e intrínseco al hombre. En el sentido primero su alcance es más
amplio. Manifiesta la misma “gloria” de Dios. Tenemos aquí los dos estribillos
que dan ritmo a toda la exposición de las bendiciones divinas: estas no tienen
más origen que la liberalidad de Dios, ni
más finalidad que la exaltación de su Gloria
por las criaturas. Todo procede de Él y a Él debe volver.
1 6 (b) Variante (Vulgata): “en su Hijo
amado”.
1 7 Tercera bendición: la obra
histórica de la redención por la cruz de Cristo.
1 8 El sujeto es Dios Padre.
1 9 Cuarta bendición: la revelación
del “misterio”. Rm 16, 25.
1 10 (a) Lit.: “para la dispensación de
la plenitud de los tiempos·. Esta expresión ha sido entendida de dos maneras:
1. Como el texto citado de Gálatas: “cuando ha llegado al cumplimiento del tiempo,
Dios ha enviado a su Hijo, con el acento puesto en la encarnación, al final de
las expectativas del AT; 2. En un sentido peculiar de la carta: la “plenitud de
los tiempos” designa al tiempo de la Iglesia inaugurada en la Resurrección y la
“dispensación” (o “economía”) el modo en que Dios conduce la historia hacia su
meta.
1 10 (b) Lit. : “recapitular todas las
cosas en Cristo”. El verbo griego compuesto (ana-kefalaicó) implica dos ideas que se desprenden de la
traducción: la de reunir o compendiar (cf. la palabra “capítulo”) y la de
colocar bajo la soberanía de alguien (idea presente en el equivalente griego de
“jefe”). Este v. ha jugado considerable papel en la teología cristiana desde
Ireneo (tema de la recapitulación).
1 10 (c) Este es el tema central de toda
la epístola: Cristo que regenera y reagrupa bajo su autoridad, para llevarlo a
Dios, el mundo creado que el pecado había corrompido y disgregado: el mundo de
los hombres, en que los judíos y gentiles se unen en una misma salvación y
también el mundo de los ángeles.
1 11 (a) A Cristo.
1 11(b) Quinta bendición: elección de
Israel, “herencia”, “porción” de Dios, como testigo en el mundo de la espera
mesiánica. Pablo forma parte de ese pueblo; por eso dice “nosotros”.
1 12 Los vv. 11-12 introducen ya la
idea de Israel y las naciones, tema que ocupa un lugar relevante en la carta.
El “nosotros”, que asocia al autor y a los judeocristianos, contrasta con el “vosotros”
del v. 13, que designa a los lectores paganocristianos. Otros opinan que la
bendición en su conjunto concierne a todos los cristianos y que termina, como
es habitual, con una breve interpelación, que explicaría “el vosotros”. En este
caso, la distinción entre Israel y las naciones no aparecería hasta el cap. 2.
1 13 (a) Sexta bendición: el llamamiento
de los gentiles a participar de la salvación en otro tiempo reservada a Israel.
Al recibir el Espíritu prometido, los gentiles reciben la certeza de esta
participación.
1 13 (b) El don del Espíritu da alma a la
ejecución del plan divino y a su exposición en forma trinitaria. Iniciando ya
desde ahora, en forma misteriosa, mientras dura todavía el mundo viejo, conseguirá su plena
realización cuando se establezca el Reino de Dios en forma gloriosa y
definitiva, en la Parusía de Cristo.
1 14 Lit.: “del pueblo de la
posesión”, es decir, el pueblo que Dios ha adquirido para sí a costa de la
sangre de su Hijo: el pueblo de los elegidos. Después de las expresiones de “bendición”,
“santos”, “elección”, “adopción”, “redención”, “herencia”, “promesa”, Pablo
emplea aquí otra idea del AT, que amplía y perfecciona aplicándola al nuevo Israel,
comunidad de los salvados, que es la Iglesia.
Comentario.
-Himno cristológico
de Efesios:
Uno de los textos
fundamentales de la teología bíblica y de la cristología.
Prepaulino.
Reflexión teológica
de las primeras comunidades cristianas.
Enraizado en la
tradición bíblica.
Himno a Dios, Único,
Creador, Santo.
Promesa del Mesías.
Plan de salvación
que no concluye en Israel.
La historia camina a
su cumplimiento en Cristo y por Cristo.
-Partes:
Bendición (berakah):
Sabor hebreo.
Para Dios:
Padre de nuestro
Señor Jesucristo: diferencia con el judaísmo.
Nos bendice en
Cristo.
Himno:
Centro: la persona
de Cristo.
Elección:
En Cristo.
Anterior a la
creación.
Para ser santos.
Destino:
Ser hijos.
Redención:
En Cristo.
Herencia:
En Cristo.
Marcados con el
sello del Espíritu Santo.
Nosotros:
beneficiarios, pueblo de su propiedad.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 6, 7-13.
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos
en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que
llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni
dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel
sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo
de los pies, en testimonio contra ellos.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios,
ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Textos paralelos.
Mc 6, 7-13 |
Mt 10, 1. 5-15 |
Lc 9, 1-6. |
Llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos, confiriéndoles
poder sobre los espíritus inmundos. Les encargó que no llevaran más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en
la faja, que calzasen sandalias pero que no llevasen dos túnicas. Les decía: -Cuando entréis en una casa, quedaos allí hasta que os marchéis. Si un lugar no os recibe ni os escucha, salid de allí y sacudíos el
polvo de los pies para que les conste. Se fueron y predicaban que se arrepintieran; expulsaban muchos
demonios, ungían con aceite muchos enfermos y los curaban. |
Y llamando a sus doce discípulos, les confirió poder sobre espíritus
inmundos, para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y
dolencias. A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: -No os dirijáis a países de paganos, no entréis en ciudades de
samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas descarriadas de la Casa de
Israel. Y de camino proclamad que el reinado de Dios está cerca. Curad
enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De balde lo
recibisteis, dadlo de balde. No llevéis en el cinturón oro ni plata ni cobre, ni alforja para el
camino ni dos túnicas ni sandalias ni bastón. Que el obrero tiene derecho al
sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, preguntad por alguna persona
respetable y hospedaos con él hasta que os marchéis. Al entrar en la casa,
saludadla: si lo merece, entrará en ella vuestra paz; si no la merece,
vuestra paz retornará a vosotros. Si alguien no os recibe ni escucha vuestro mensaje, al salir de
aquella casa o ciudad, sacudíos el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio
la suerte de Sodoma y Gomorra será más llevadera que la de aquella ciudad. |
Convocó a los doce y les confirió poder y autoridad sobre todos los
demonios y para curar enfermedades. Y los envió a proclamar el reinado de
Dios ya curar enfermos. Les dijo: -No toméis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni
dinero, ni dos túnicas. En la casa en que entréis permaneced hasta que os marchéis. Si no os reciben, al salir de la ciudad sacudíos el polvo de los pies
como prueba contra ellos. Cuando salieron, recorrieron las aldeas anunciando la buena noticia y
curando enfermos. |
Llamó a los
Doce.
Mc 3, 14: Subió a la montaña,
fue llamando a los que él quiso y se fueron con él.
Curaban a muchos enfermos
ungiéndolos con aceite.
St 5, 14: ¿Qué uno de vosotros cae
enfermo? Llame a los ancianos de la comunidad para que recen por él y lo unjan
con aceite invocando el nombre del Señor.
Notas exegéticas Biblia de
Jerusalén
6 7 La primera parte del evangelio
está salpicada de relatos relativos a los Doce. Su misión, su regreso y su
informe de la actividad misionera van a traer aparejada una serie de episodios
en los que Mc los mostrará cerrados a la revelación del secreto de Jesús.
6 8 Según Mt y Lc, ni siquiera
bastón. En Mc, sandalias y bastón evocan el texto de Ex 12, 11.
6 13 La unción con aceite no es mencionada
aquí como un remedio medicinal, sino como gesto de un poder milagroso, como
podía ser la imposición de manos.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
7-9 El equipaje de los predicadores
del evangelio es el mismo de Jesús: pobreza incluso material, confianza en
Dios, y el respaldo de quien los envía. Algunas diferencias entre el v. 9 y Mt
10, 10 o Lc 9, 3; 10, 4, podrían explicarse por alguna acomodación posterior a
misioneros cristianos fuera de Palestina. En el texto griego se mezclan el
estilo directo y el indirecto.
11 COMO TESTIMONIO: o como advertencia
para ellos; o también para (que sirva de) testimonio contra
ellos.
13 UNGÍAN CON ÓLEO o aceite, como
signo externo que refuerza el poder de la palabra portadora de la salvación.
Tal como está, el texto indica que esa unción que hacían los apóstoles estaba
incluida en el encargo misional dado por Jesús.
Notas exegéticas Biblia del
Peregrino
6, 7-13
Vocación
y misión o llamada y envío son dos momentos complementarios. Así el presente envío
es complemento de 3, 13-16. El estilo de estos misioneros mantiene su validez
en la sustancia: sencillez y desprendimiento. Nada que sepa a interés y pueda
desacreditar el mensaje.
6, 8-9
No
han de llevar dinero ni provisiones de reserva, porque han de vivir del jornal
y de la hospitalidad generosa.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
6,
7-13 Los doce apóstoles fueron enviados a enseñar y predicar el Evangelio, a
curar a los enfermos y expulsar demonios en el nombre de Cristo. Al invitar a
los apóstoles a compartir en su misión, les estaba preparando para su futuro
papel en la Iglesia y para el encargo que les daría antes de su Ascensión: una
clara extensión y continuación de su propia misión. Para cumplir con su misión,
los Apóstoles recibieron la autoridad de Cristo. Cat. 765, 1506 y 1673.
6,
13 Ungían con aceite… y los curaban: el aceite se usaba en la
Escritura para ungir a los reyes y sacerdotes, así como en la curación. El
aceite se continua utilizando en los sacramentos de la Iglesia de varias
maneras. Significa limpieza y fortalecimiento cuando se usa en el momento de la
unción de catecúmenos que se preparan para el bautismo; significa curación y
consuelo en el sacramento de la unción de los enfermos; y significa
consagración a la sagrada misión en los sacramentos del bautismo, en la
confirmación y en el orden sacerdotal. En todos los casos, indica la presencia
y actividad del Espíritu Santo, que se simboliza por la unción con aceite. Cat.
1183, 1241-1242, 1294, 1506, 1511 y 1574.
Comentarios
de los Santos Padres.
¿Acaso se manda a todos no tener más que dos
túnicas, ni comida en la despensa, ni dinero en la bolsa, ni un bastón en la
mano, ni calzado para los pies (cf. Mc 6, 8)? ¿Qué vendan todo lo que poseen,
lo den a los pobres, y sigan a Jesús? Ciertamente no, sino solo a los que
quieran ser perfectos… En el Evangelio, el Señor dice al muchacho que se
jactaba de haber cumplido la ley: “Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que
tienes, dalo a los pobres, y ven y sígueme”. Parece que no desea imponer una
carga pesada a los que no quieren, por eso lo dejó a la propia voluntad del que
oía, diciendo: “Si quieres ser perfecto”.
Jerónimo, Contra Joviniano, 2, 6. II,
pg. 138.
El sumo descanso es no querer nada más que lo
que piden las necesidades naturales, como el alimento sencillo y un vestido que
cubra y sustente los miembros débiles, y no busques nada más allá que el
satisfacer esa necesidad de la naturaleza. Cuando hayas de emprender el camino
no tomes bastón ni andes solícito de llevar una segunda túnica, no te preocupes
demasiado del día de mañana, creyendo que te va a faltar el alimento. El alimento
diario vuelve con el sol.
Prudencio. Combate en torno al alma,
609-618. II, pg. 138.
Con el hecho de prohibir vestir, no solo
llevar o tener, dos túnicas con estas palabras: “Y no vistan dos túnicas”, ¿a
qué les exhorta sino a caminar en la sencillez, no en la doblez?
Agustín, Concordancias de los
evangelistas, 2, 30, 75. II, pg. 138.
San Juan de Ávila
No fue desamor de mi Padre, ni
mío, enviaros a predicar en mi nombre, poneros a fuerza e violencia del mundo.
Para tan gran hecho gran ayuda. Accipte Spiritum Sanctum (Jn 20, 23). Extraña
largueza, que aquel poder que hasta aquel punto ante Dios quería dar a entender
que Dios le tenía, no usó de él: que un hombre pueda abrir e cerrar el cielo.
Martes de Pascua, 1. III, pg. 227.
Comentario Homilética
-Tercera sección :
Comienzo: envío misionero de los discípulos.
Conclusión: negativa de Pedro a aceptar el destino
sufriente de Jesús.
Paradoja del evangelio de Marcos:
Más manifestación de Jesús – mayor hostilidad y rechazo.
-Partes:
Convocatoria de los Doce y palabras de Jesús sobre los
medios para la misión (vv. 7-9).
Palabras de Jesús sobre cómo han de actuar los misioneros
(vv. 10-11).
Cumplimiento de la misión (vv. 12-13).
-Labor de Jesús:
Convocar, enviar y dar autoridad (autenticidad, coherencia
y verdad).
MISA DE NIÑOS. XVI T.ORDINARIO.
Monición de entrada.
En la misa nos pasa como a los amigos de Jesús.
El domingo pasado se fueron a hablar de él a
los pueblos.
Este domingo regresan y Jesús se va con ellos
a descansar y hablarles.
También Jesús ha venido a la iglesia para que
descansemos y le escuchemos.
Que la misa sea como el rato que estuvieron
los apóstoles con Jesús.
Señor,
ten piedad.
Tú que has roto lo que nos separaba. Señor, ten
piedad.
Tú que abriste los brazos en la cruz para
perdonarnos. Cristo, ten piedad.
Tú que nos das mucha paz. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, los obispos, los
sacerdotes y catequistas. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan en los países. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que no son escuchadas por
los que mandan. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, que hemos venido para estar
con Jesús. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen María,
queremos darte las gracias porque en la misa nos hemos encontrado con Jesús, le
hemos escuchado y le hemos recibido en la comunión.
EXPERIENCIA.
Piensa en personas de
tu pueblo o barrio que hacen o han hecho cosas por los demás: ¿cómo se
llamaban?, ¿dónde vivían?, ¿que hacían?, ¿a quienes ayudaban?
¿Y en la parroquia?
Recuerda a esas personas que están ahí, colaborando desde que eran niños. El y
la catequista de toda la vida, el educador y la educadora referente en tu
centro que ha perdido la cuenta de los campamentos en los que ha participado, o
el cocinero o cocinera.
Mira el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=RRAZy1oCETI
¿Qué hacen estas
personas? ¿Qué dicen? ¿Por qué lo hacen? ¿Para qué lo hacen?
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 6, 7-13.
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos
en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que
llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni
dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel
sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo
de los pies, en testimonio contra ellos.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios,
ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Sitúate en la escena: el lugar,
el ambiente, Jesús y los personajes.
Lee el texto varias veces: ¿qué
dice?
Quédate con alguna de las
frases, la que más te ayude a pensar.
Repítela en tu interior las
veces que necesites.
Sigue con otra.
Recuerda a las personas en las
que pensaste al inicio de la oración y las del vídeo. Piensa en las semejanzas
con el evangelio: enviados por la parroquia; tenían autoridad, es decir, se
ganaban el respeto porque hablaban con convicción y su vida se asemejaba a lo
que enseñaban; estaban al lado de quienes les necesitaban; su vida era austera,
con poco hacían mucho; no imponían, sino proponían; eran un reto para cambiar;
intentaban cambiar su entorno; con sus palabras y presencia echaban los
demonios de la soledad, los malos entendidos, las críticas sin compasión, las
dudas, los enfados,…; curaban con la oración, las palabras, los abrazos, etc.
COMPROMISO.
De todas las cualidades que has recordado proponte
trabajar para tenerla.
CELEBRACIÓN.
Coméntaselo a Jesús. No es necesario que se lo digas con
muchas palabras. Cierra los ojos o toma una cruz, míralo y déjale que te mire y
lea en tu interior tus pensamientos.
Entra y escucha la canción Si vienes conmigo del Coro
Diocesano Juniors M.D.: https://www.youtube.com/watch?v=L-QXUh-ZWqE
BIBLIOGRAFÍA.
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Española. BAC. Madrid. 2016.
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BAC. Madrid. 2016.
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Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
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Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
http://www.vatican.va/content/vatican/es.html
[1] Sicomoro: Árbol de la
familia de las moráceas, que es una higuera propia de Egipto, con algunas hojas
algo parecidas a las del moral (árbol oriundo de Asia, de la familia de las
moráceas) , fruto pequeño, de color blanco y amarillento, y madera
incorruptible, que usaban los antiguos egipcios para las cajas donde enterraban
a las momias. www.rae.es
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