Lectura del primer libro de Samuel 26,
2.7-9.12-13.22-23.
En aquellos días, Saúl emprendió la bajada al desierto de Zif,
llevando tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David allí. David
y Abisay llegaron de noche junto a la tropa. Saúl dormía, acostado en el
cercado, con la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa dormían
en torno a él. Abisay dijo a David:
-Dios pone hoy al enemigo en tu mano. Déjame que lo clave de un golpe
con la lanza en la tierra. No tendré que repetir.
David respondió:
-No acabes con él, pues ¿quién ha extendido su mano contra el
ungido del Señor y ha quedado impune?
David cogió la lanza y el garro de agua de la cabecera de Saúl, y
se marcharon. Nadie los vio, ni se dio cuenta, ni se despertó. Todos dormían,
porque el Señor había hecho caer sobre ellos un sueño profundo. David cruzó al
otro lado y se puso en pie sobre la cima de la montaña, lejos, manteniendo una
gran distancia entre ellos, y gritó:
-Aquí está la lanza del rey. Venga por ella uno de sus servidores.
Y que el Señor pague a cada uno según su justicia y su fidelidad. Él te ha
entregado hoy en mi poder, pero yo no he querido extender mi mano contra el
ungido del Señor.
Textos
paralelos.
Hoy ha copado Dios a tu enemigo.
1 Sam 18,
11: Saúl llevaba la lanza en el manto y la arrojó, intentando clavar a David en
la pared, pero David la esquivó dos veces.
1 Sam 19,
10: El cual intentó clavar a David en la pared con la lanza, pero David la
esquivó. Saúl clavó la lanza en la pared y David se salvó huyendo.
No
tendré que repetir.
1 Sam 24, 7:
Pero él les respondió: ¡Dios me libre de hacer eso a mi señor, el ungido del
Señor, extender la mano contra él! ¡Es el ungido del Señor!
No lo
mates.
1 Sam 9,
26: Al despuntar el sol, Samuel fue a la azotea a llamarlo: Levántate, que te
despida.
1 Sam 10, 1a:
Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó.
Nadie se
despertó. Todos dormían.
Gn 2, 21:
Entonces el señor Dios echó sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió.
Le sacó una costilla y creció carne desde dentro.
Se había
abatido sobre ellos el sopor profundo de Yahvé.
1 Sam 14,
12: Luego dijeron a Jonatán y a su escudero: Subid acá, que os contamos una
cosa. Jonatán ordenó entonces a su escudero: Sube detrás de mí, que el Señor se
los entrega a Israel.
Yahvé
pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad.
Sal 7, 9:
El Señor es juez de los pueblos. Júzgame, Señor, según mi justicia, según mi honradez,
a mi favor.
Sam 18, 21:
El Señor me pagó mi rectitud, retribuyó la pureza de mis manos.
Notas exegéticas.
26 El relato de este capítulo es muy
parecido al del cap. 24. Se trata o de sucesos similares, moldeados de forma
idéntica por la tradición oral y luego escrita, o bien, con mayor probabilidad,
de un duplicado, dos formas paralelas de referir la generosidad de David y su respeto
religioso del carácter sagrado del rey, “el ungido de Yahvé”.
26 13 A la otra vertiente del valle.
Comentario Homilética.
-Saúl:
Considerado tradicionalmente como el primer rey.
Era más bien un caudillo similar a los jueces con un territorio
limitado a la Cisjordania central, entre Judea y Samaría.
Fuentes:
Favorables a Saúl: victorias de Saúl.
Favorables a David: celoso por los triunfos de David (esta
sección).
-Contexto: David perseguido por Saúl.
-Enseñanzas:
Yahvé protege a David y por tanto el intento de Saúl fracasa.
David era inocente de todo daño que sufriera Saúl.
No se puede poner obstáculos a la perspectiva que Yahvé ha
realizado ungiendo a Saúl.
Salmo responsorial
Salmo 103 (102), 1b-4.8-10.12-13.
El
Señor es compasivo y misericordioso. R/.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
no olvides sus beneficios. R/.
Él
perdona todas tus culpas
y
cura todas tus enfermedades;
él
rescata tu vida de la fosa,
y
te colma de gracia y de ternura. R/.
El
Señor es compasivo y misericordioso,
lento
a la ira y rico en clemencia.
No
nos trata como merecen nuestros pecados
ni
nos paga según nuestras culpas. R/.
Como
dista el oriente del ocaso,
así
aleja de nosotros nuestros delitos.
Como
un padre siente ternura por sus hijos,
siente
el Señor ternura por los que lo temen. R/.
Textos
paralelos.
El que tus culpas perdona.
Ex 15, 26: Si obedecéis al Señor, vuestro Dios, haciendo lo que él
aprueba, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no os enviaré las
enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que te
cura.
Que cura todas tus dolencias.
Sal 41, 4: El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, volcará la
camilla de su enfermedad.
Rescata tu vida de la fosa.
Jb 42, 10: Cuando Job intercedió por sus compañeros, el Señor
cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones.
Yahvé es clemente y misericordioso.
Ex 34, 6-7: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor,
el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel, que conserva la
misericordia hasta la milésima generación, que perdona culpas, delitos y
pecados, aunque no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos
y bisnietos.
Sal 86, 15: Pero tú, Dueño mío, Dios compasivo y piadoso,
paciente, misericordioso y fiel.
Sal 145, 8: El Señor es clemente y compasivo, paciente y
misericordioso.
Ni para siempre guarda rencor.
Jr 3, 12: Ve y proclama este mensaje hacia el norte: Vuelve,
Israel, apóstata – oráculo del Señor –, que no os pondré mala cara, porque soy
leal y no guardo rencor eterno – oráculo del Señor.
Is 57, 16: No estaré en pleito perpetuo ni me irritaré por
siempre, porque ante mí sucumbirán el espíritu y el aliento que yo he creado.
No nos trata según nuestros yerros.
Jon 4, 2: ¡Ah Señor, ya me lo decía yo cuando estaba en mi tierra!
Por algo me adelanté a huir a Tarsis; porque sé que eres “un Dios compasivo y
clemente, paciente y misericordioso”, que te arrepientes de las amenazas.
Ni nos paga según nuestras culpas.
Jl 2, 13: Rasgad los corazones y no los vestidos; convertíos al
Señor Dios vuestro; que es compasivo y clemente, paciente y misericordioso, y
se arrepiente de las amenazas.
Así es tierno con sus adeptos.
Sal 145, 9-10: El Señor es clemente y compasivo, paciente y
misericordioso. El Señor es bueno con todos, se compadece de todas sus
criaturas.
Notas exegéticas.
103 8 Son los atributos del nombre
de Yahvé, revelados a Moisés, que todo el salmo desarrolla acentuando la
misericordia y la bondad y preparando así 1 Jn 4, 8.
103 11 “adeptos”, lit. “quienes le
temen”.
Segunda
lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 45-49.
Hermanos:
El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente. El último
Adán, en espíritu vivificante. Pero no fue primero lo espiritual. El primer
hombre, que proviene de la tierra, es terrenal; el segundo hombre es del cielo.
Como el hombre terrenal, así son los de la tierra; como el celestial, así son
los del cielo. Y lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre terrenal,
llevaremos también la imagen del hombre celestial.
Textos
paralelos.
En efecto, así como dice la Escritura: La
primera persona, Adán, fue hecho alma viviente.
Gn 2, 7: Entonces el Señor Dios
modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el
hombre se convirtió en ser vivo.
1 Co 15, 20-28:
La primera persona,
salida de la tierra, es terrestre.
Dn 7, 13: Seguí mirando, y en
la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo una figura humana, que se
acercó al anciano y fue presentada ante él.
Jn 3, 13: Nadie ha subido al
cielo sino es el que bajó del cielo: este Hombre.
Hemos llevado la imagen
terrestre.
Flp 3, 21: El cual transformará
nuestro cuerpo humilde en la forma de su cuerpo glorioso, con la eficacia con
que puede someterse a todo.
Rm 8, 29: A los que escogió de
antemano los destinó a reproducir la imagen de su Hijo, de modo que fuera él el
primogénito de muchos hermanos.
Notas
exegéticas.
15 45 Es decir, un ser dotado de vida
por su psychê, pero de una vida puramente
natural, y sometido a las leyes del desgaste y de la corrupción.
15 49 Var.: “ojalá podamos llevar”.
Comentario Homilética.
-Argumentación sobre la
resurrección de los muertos:
Continuidad y transformación
radical.
Semilla: germina y se
transforma en una planta nueva manteniendo su identidad.
Evoca el segundo relato de la
Creación:
Adán (hombre terrenal) –
Jesucristo (hombre espiritual).
Por la fe llamados a participar
de la realidad espiritual de Cristo.
Acento en la condición material
/ imagen y semejanza de Dios:
El hombre no tiene futuro.
Acento en la condición
espiritual / carnalidad:
Falso, porque somos terrenos.
Hombres y mujeres terrenos a
imagen de Dios.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 6, 27-38.
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
-A vosotros los que
me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os
odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te
pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le
impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo
tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores
aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué
mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de
los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros
pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros
enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra
recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque é es bueno con los malvados y
desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no
juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad,
y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa,
colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá
a vosotros.
Textos
paralelos.
Amad a vuestros enemigos.
Mt 5, 44: Pues os
digo: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen.
Al que te hiera en
una mejilla, preséntale también la otra.
Mt 5, 39-40: Pues yo
os digo que no opongáis resistencia al malvado. Antes bien, si uno te da un
bofetón en la mejilla derecha, ofrécele la izquierda. Al que quiera ponerte
pleito para quitarte la túnica, déjale también el manto.
Al que tome de lo
tuyo, no se lo reclames.
Mt 5, 42: Da a quien
te pide y no rechaces a quien te pide prestado.
Tratad a los demás
como queréis que ellos os traten.
Lc 12, 33: Vended
vuestros bienes y dad limosna. Procuraos bolsas que no envejezcan, un tesoro
inagotable en el cielo, donde los ladrones no llegan ni los roe la polilla.
Mt 7, 12: Tratad a los
demás como queréis que os traten a vosotros. En eso consiste la ley y los
profetas.
Si amáis a los que
os aman, ¿qué mérito tenéis?
Tb 4, 15: Ni hagas a
otro lo que a ti no te agrada. No bebas hasta embriagarte, que la embriaguez no
te acompañe en el camino.
Mt 5, 46: Si amáis
solo a los que os aman, ¿qué premio merecéis? También lo hacen los
recaudadores.
¿Qué mérito tenéis?
Lc 14, 12-14: Al que
lo había invitado le dijo: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a
tus amigos o hermanos o parientes o a los vecinos ricos; porque ellos a su vez
te invitarán y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres,
lisiados, cojos y ciegos. Dichoso tú, porque no pueden pagarte, pues te pagarán
cuando resuciten los justos.
Él es bueno con los
desagradecidos y perversos.
Mt 5, 45: Así seréis
hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y
hace llover sobre justos e injustos.
Si 4, 11: La sabiduría
instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden.
Sed compasivos como
vuestro Padre es compasivo.
Ex 34, 6-7: El Señor
pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente,
paciente, misericordioso y fiel, que conserva la misericordia hasta la milésima
generación, que perdona culpas, delitos y pecados, aunque no deja impune y
castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos.
Mt 7, 1: No juzguéis
y no seréis juzgados.
Rebosante pondrán en
el halda de vuestros vestidos.
Mt 7, 2: La medida
que uséis para medir la usarán con vosotros.
Mc 4, 24: Cuidado
con lo que oís: la medida con que midáis la usarán con vosotros con creces.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
6 31
Mt
7, 12 dice que se trata de la Ley y los Profetas, e.d., del resumen de la
revelación del AT. Lc abandona esta fórmula, pues para él la Ley y los Profetas
son esencialmente profecías relativas a Jesús.
6 33
Este
término genérico y moral (agathopoteo) reemplaza en Lc al saludo
oriental de Mt 5, 47.
6 36
Mientras
en Mt 5, 48 dice “perfecto” conforme al vocabulario legalista judío. Lc define
a Dios como “compasivo”. Se trata de una expresión tradicional del AT (Ex 34,
6; Dt 4, 31; Sal 78, 38, etc.) y podría ser el término original usado por
Jesús. Representa bien la idea de toda la sección (vv. 36-42).
6 37
En
estas frases, las formas pasivas expresan el juicio de Dios.
6 38
(a) En
los pliegues de la túnica o del manto, doblado hasta la cintura, que servían de
bolso o de alforja para las provisiones. Ver Rt 3, 15.
6 38
(b) Este
término (gar) falta en algunos testigos textuales.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
27-49
Lc
parece combinar varias fuentes; o conoció el texto de Mt 5-7, o suprimió lo que
en Mt tiene color judío, para quedarse con lo más universal.
32-34
MÉRITO
(lit. gracia, en el sentido de agradecimiento): casi sinónimo,
aquí, de “derecho a ser recompensados”, “recompensa” (cf. Mt 5, 46. Jesús vendría
a decir: “¿Qué gracia o favor divino merecéis a cambio de eso?”.
36 Lc concreta la “perfección”
(cf. Mt 5, 46) que pide Jesús. Hay otras sentencias semejantes en la literatura
judía, p.ej., esta del TjI a Lv 22, 38: “Hijos de Israel: como nuestro Padre es
misericordioso en los cielos, así sed vosotros misericordiosos en la tierra”.
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
6, 27-38
La
enseñanza central del ministerio de Cristo es lo que comúnmente se llama la
regla de oro y es una extensión del Shemá (Dt 6, 4-9); es una llamada a
un amor incondicional a nuestros enemigos y a una generosidad desinteresada hacia
aquellos que están en necesidad. Cat. 1789, 1970, 2510.
6,
28 Una
bendición es un ejemplo sacramental, acto piadoso que no dispensa la gracia
pero nos propone a recibirla. Cualquier cristiano bautizado puede otorgar una
bendición, pero las bendiciones vinculadas a los sacramentos se reservan
generalmente a los obispos, sacerdotes y diáconos. Cat. 1669-1670.
6,
35 Hijos del Altísimo: del mismo modo que los padres humanos transferían
rasgos físicos a sus hijos, aquellos que son fieles a las palabras de Cristo
reflejan el amor y la misericordia de Jesucristo, Hijo de Dios hecho carne.
Cat. 1303.
6,
36 Cristo
utiliza, de fondo, una referencia del Antiguo Testamento que aquí sirve para
definir la santidad de Dios (Lv 19, 2). Con ello define la santidad divina en términos
de misericordia. Cristo manda a sus fieles ser misericordiosos, según el
ejemplo del Padre que perdona nuestros pecados. Cat. 1457-1458, 2842.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
1789
Decidir
en conciencia: en todos los casos son aplicables algunas reglas: Nunca está
permitido hacer el mal para obtener un bien; la “regla de oro”: “Todo (…)
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros” (Mt 7, 12;
Lc 6, 31; Tb 4, 15); la caridad debe actuar con respeto hacia el prójimo y
hacia su conciencia: “Pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su
conciencia, pecáis contra Cristo” (1 Co 8, 12). “Lo bueno es (…) no hacer cosa
que sea para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad” (Rm 14, 21).
1970
La
ley evangélica entraña la elección decisiva entre los dos caminos y la práctica
de las palabras del Señor, está resumida en la regla de oro: “Todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros; porque
esta es la ley y los profetas” (Mt 7, 12; Lc 6, 31). Toda la Ley evangélica está
contenida en el “mandamiento nuevo” de Jesús: amarnos los unos a los
otros como Él nos ha amado (cf. Jn 14, 12).
2510
La
regla de oro ayuda a discernir en las situaciones concretas si conviene o no
revelar la verdad a quien la pide.
2842
Este
“como” (nosotros perdonamos a los que nos ofenden) no es el único en la
enseñanza de Jesús: “Sed perfectos ·como· es perfecto vuestro Padre celestial”
(Mt 5, 48); “Sed misericordiosos, “como” vuestro Padre es misericordioso” (Lc
6, 36); “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis también vosotros los unos a
los otros “ (Jn 13, 34). Observar el mandamiento del señor es imposible si se
trata de imitar desde fuera el modelo divino. Se trata de una participación,
vital y nacida “del fondo del corazón”, en la santidad, en la misericordia y en
el amor de nuestro Dios. Solo el Espíritu que es “nuestra Vida” (Ga 5, 25)
puede hacer nuestros los mismos sentimientos que hubo en Cristo Jesús. Así, la
unidad del perdón se hace posible, “perdonándonos mutuamente “como” nos
perdonó Dios en Cristo” (Ef 4, 32).
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
4, 16-30 Jesús se ajusta al ritual y lee
la perícopa señalada: Is 61, 1-2 según la versión griega, con un verso sustituido
por 58, 6 y con el verso final suprimido. Jesús no lee sin más un texto casual
de la Escritura. A la enseñanza polémica de Jesús, citando a Elías y Eliseo
como taumaturgos al servicio de los paganos (1 Re17, 1-7; 2 Re 5, 1-27) responde
ya la indignación de los paisanos. Si Jesús no acredita su pretensión con un milagro,
es usurpador del título mesiánico y merece la muerte.
Comentarios de los Santos Padres.
La Ley prescribe la
venganza de la injuria (cf. Ex 21, 23-36); el Evangelio ofrece la caridad a las
enemistades, la benignidad a los odios, los buenos deseos a las maldiciones, la
ayuda a los perseguidores, la paciencia y el favor del beneficio a los
hambrientos. El atleta es más perfecto si no siente la injuria.
Ambrosio, Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 5, 73. III, pg. 168.
Se refiere a la
compasión, muy relacionada con las buenas disposiciones ya mencionadas. En
efecto, es una virtud importantísima, muy admirada por Dios y muy conveniente a
las almas piadosas. “Sed misericordiosos como vuestro Padre (celestial) es
misericordioso.
Cirilo de Alejandría,
Comentario al Ev. de Lucas, 6, 38. III, Pg. 170.
El que tiene dominio
sobre sí mismo no mira los pecados de los demás y no se ocupa en ver qué hay de
malo en el amigo, sino que medita en sus propias malas acciones.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 6, 37. III, pg. 171.
“Perdonad, y se os
perdonará; dad, y se os dará”. Estas son las dos alas de la oración con las que
se vuela hacia Dios: perdonar al culpable su delito y dar al necesitado.
Agustín, Sermón
205, 3. III, pg. 171.
Pensad en los
pobres. Os lo digo a todos: dad limosnas hermanos míos; dadlas, que no perdéis.
Creed a Dios. No os digo solo que no perdéis nada de lo que dáis a los pobres;
os digo más; no solo no perdéis eso, sino que no perdéis todo lo demás. Ya
veremos si hoy sois causa de alegría para los pobres; vosotros sois sus
graneros, para que Dios os dé con qué dar y os perdone vuestros posibles
pecados.
Agustín, Sermón
375 A, 3. III, pg. 172.
Con mano generosa
recibiremos la recompensa de Dios, quien reparte todo con abundancia a los que
le aman.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 6, 38. III, pg. 172.
San Agustín
Añadamos a nuestras oraciones la limosna y el ayuno, cual alas de piedad
con que puedan llegar más fácilmente a Dios. A partir de ahí puede comprender
la mente cristiana cuán lejos debe mantenerse de robar lo ajeno, si advierte
que es una especie de robo el no dar al necesitado lo que sobra. Dad y se os
dará, perdonad y seréis perdonados (Lc 6, 37-38). Entregémonos con fervor a
estos dos modos de limosna: el dar y el perdonar. (…) Por tanto, no despreciemos a nuestro Dios
necesitado en la persona del pobre, para que cuando nos sintamos necesitados,
nos saciemos en quien es rico. Se nos presentan personas necesitadas, y también
nosotros lo somos; demos, pues, para recibir.
Sermón 206,
2. II, pgs. 843-844.
San Juan de Ávila
Y habéis de saber que estos soberbios, unas veces lo son para consigo
solos, y otras, despreciando a los prójimos, por verlos faltos en la virtud y
especialmente en la castidad. Mas, ¡oh Señor, y cuán de verdad mirarás con ojos
airados aqueste delicto! ¡Y cuán desgraciadas te son las gracias que el fariseo
te daba, diciendo: No soy malo como los otros hombres, ni adúltero, ni robador, como
es aquel arrendador que allí está ¡ (Lc 18, 11). No lo dejas, Señor, sin
castigo; castigado, y muy reciamente, con dejar caer al que estaba en pie, en
pena de su pecado, y levantas al caído por satisfacerle su agravio. Sentencia
tuya es, y muy bien la guardas: No queráis condenar, y no seréis condenados (Lc 6, 37). Y: Con la misma medida que
midiéredes seréis medidos, y quien se ensalza será abajado (Mt 7, 2; 23,12). Y mandaste
decir tú parte al que desprecia a su prójimo: ¡Ay de ti que desprecias, porque serás despreciado! (cf. Is 33, 1). ¡Oh, cuántos
han visto mis ojos castigados con esta sentencia, que nunca habían entendido cuánto
aborrece Dios aqueste pecado hasta que se vieron caídos en lo que de otros
juzgaron, y aun en cosas peores! “En tres cosas – dijo un viejo de los pasados –
juzgué a mis prójimos, y en todas he caído”.
Audia, filia (II), cap. 12. OC I, pg. 564-565.
Sí, que de eso se espantaba Isaías, cuando decía: ¿Dónde están tus entrañas
de misericordia? (Is
63, 15; trad. editor). En testo quiere Dios que le parezcamos: en tener
entrañas de misericordia. Y así nos dice: Quered bien a vuestros enemigos; hacé bien a quien
os hace mal, y orá por los que os persiguen y calunian: para que seáis hijos de
vuestro Padre que está en los cielos, y hace salir su sol sobre buenos y sobre
malos, y llueve sobre justos e injustos (Mt 5, 45-45, 48). San Lucas: Sed perfectos, así como
vuestro Padre es perfecto. Sed misericordiosos, a semejanza de vuestro Padre,
que está en los cielos (Lc 6, 36). Tened misericordia, a semejanza de vuestro Padre, que llueve
en el campo malo y da sol en la heredad del malo. Para convidallo a ser bueno,
viendo que tiene Dios que, aunque le ofende, le hace mercedes.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 22. OC II, pg. 319.
Cuando quisiéredes alcanzar alguna cosa de Dios, para que os la pueda
negar, conjuradle: Por aquellas entrañas de misericordia, Señor, que te trujeron al
mundo, me otorga esto. Pues en estas entrañas de misericordia, quiere Dios que le parezcamos, y ansí nos lo
manda: Ego
autem dico vobis: Diligite inimicos vestros, benefacite his qui oderunt vos, et
orate pro persequentibus et calumniatibus vos, ut sitis filii Patris vestre,
qui solem suum
(Mt 5, 44-45). Para
que seáis sus hijos, y le parezcáis a vuestro Padre Celestial; que eso es ser hijos, parecerle. Y San Lucas: Estote ego misericordes,
sicut Pater vester misericors est (Lc 6, 36).
Lecciones sobre 1 San Juan (II). OC II, pg. 445.
Si algunos les predicaban la palabra de Dios con aquella entereza que
ella pide: Estote
misericordes, sicut Pater vester misericors est (Lc 6, 36); buscad su santo contentamiento;
huid de dalle enojos grandes y chicos; sentid de los cristianos como de
vuestros proprios hermanos y como miembros de vuestro cuerpo; tened todos uno y
ánima una; amaos unos a otros como Cristo os amó; imitadle en sus virtudes y desprecio
del mundo.
Causas y remedios de las herejías, 12. OC II, pg. 534.
Cincuenta mil enojos que te hagan, tantos has de perdonar. ¡Bendito sea
Dios y bendita sea tal ley, tan llena de amor! Mas adelante ha de ir tu
paciencia que tu malicia; antes se ha de cansar el otro de hacerte mal que tú
de sufrillo. Si
te hirieren en el un carrillo, vuelve el otro (Lc 6, 29). Si te hicieren algún mal, sufre
aquel mal y ten paciencia para recebir otro. Si viniere, siempre vaya tu
paciencia delante de tu maldad. – Señor, recia ley es ésa. ¿Habemos de ser de
piedra? ¿No terné licencia de vengar, siquiera a cabo de cien enojos? -
¿Paréceos recia ley? ¿Queréis que no se guarde? (El injuriado dirá que sí). Si os
parece recia, oíd: Semejante es el reino de los cielos a un rey, etc. Porque no se olvide, y porque
le conviene a Cristo, lo dice por una parábola, que es como conseja y de dentro
lleva grandes misterios.
Sermón. Domingo 21 después de Pentecostés. OC III, pgs. 299-300.
Aquí cumplió Él a la letra lo que Él había mandado: El que te hiere en el
carrillo, vuélvele el otro (Lc 6, 29). Anda, pues, hermano mío, vete al Santísimo Sacramento, vete
a Jesucristo crucificado, vete a morar a las cuevas de la piedra (Ct 2, 14), vete a meter las
llagas de Cristo, y todos cuantos trabajos hay te parecerán pocos.
Sermón. Santísimo Sacramento. OC III, pg. 621.
Mis ovejas, dice el Señor, oyen mi voz. ¿Pensáis que sois ovejas de Dios no
oyendo a Dios? Vengáisos por una parte, estáis en vuestras enemistades, y por otra
parte decís: recemos un poco. No sois ovejas de Dios, andáis de un rebaño en
otro, no oiréis la voz del Señor, y no la oyendo, no sois de Él; no conoce. Él
a la oveja que solo oye la palabra, porque aquella palabra le aplace a él. Amar a vuestros amigos,
haced bien a quien os hace bien, no es eso ser oveja de Jesucristo, eso quienquiera lo hace (Mt 5,4; Lc 6, 33). Si yo quiero
bien a Pedro, y él me quiere bien, pocas gracias. Amar a vuestros enemigos, amar y querer bien a quien
os quiere mal (Lc
6, 27ss.), esto es ser oveja de Jesucristo.
Sermón. Miércoles de la semana de Pasión. OC III, pg. 210.
Dice San Pablo que los que según la carne viven no pueden agradar a
Dios. ¿Para qué queréis vivir, si no habéis de agradar a Dios, pues más vale
agradar a Dios con muerte y trabajos que vivir, con cuantos bienes hay, en su
desgracia? ¿Traéis bestia de malquerencia? Mostradla acá, y matarla he: Si no perdonáredes las
injurias, ni vuestro Padre perdonará vuestros pecados (cf. Mt 6, 15). Y en otra parte
dice: Perdonad,
y perdonaros han (Lc
6, 37). Si alguno trae lo ajeno, San Agustín dice que no se perdona el pecado
si no se restituye lo tomado.
Sermón. Purificación de Nuestra Señora. OC III, pg. 861.
San Oscar Romero.
La justicia de Dios es liberación del hombre. De su pecado, en primer
lugar, para capacitarlo a hacer la ley de Dios. Sólo el hombre que se ha
liberado del pecado, y que trata de santificarse en el cumplimiento de la ley
de Dios, sólo ése tiene derecho a hablar de una auténtica liberación. Homilía, 4 junio 1978.
Comentario Homilética.
-Sermón del Llano:
Bienaventuranzas.
Aamor a los
enemigos.
Parábola del
ciego que guía a otro ciego.
Dichos de
Jesús: paja ajena/viga propia, árbol bueno/árbol malo, persona buena/persona
mala.
-Estructura:
V. 27a: introducción.
Vv. 27b-31:
9
imperativos:
4 solemnes
y concluyentes.
Concreción
en segunda persona singular.
“Regla de
oro”.
Vv. 32-34:
Razonamiento
lógico, sin imperativos.
3 ejemplos.
Vv. 35-38:
8 imperativos.
Altura ética
inaudita.
Fundamento
teológico:
La
misericordia de Dios Padre.
-Elementos:
Gran
cantidad de pronombres personales de segunda persona:
Carácter
apóstrofe (interpelación vehemente).
Gran
cantidad de imperativos (17 en el original):
Alcance
ético.
“Yo os digo”:
Jesús es el maestro que enseña lo que él mismo vive.
Experiencia
de Dios como Padre misericordioso.
Amor a los
enemigos:
Gran novedad
de la ética cristiana.
Actitud
característica de los discípulos de Jesús que experimentan el amor paterno de
Dios / norma ética.
Resultado / condición:
Lo primero:
experiencia del amor del Padre y la fidelidad en el seguimiento de Jesús.
MISA DE NIÑOS. VIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO.
Monición de entrada.
Buenos días:
Venimos a misa porque queremos ser amigos de Jesús.
Y para ser amigos de Jesús tenemos que estar con él.
Y es lo que hacemos en misa: estamos con él y le escuchamos.
Porque Él es nuestro maestro.
Señor, ten piedad.
Tú eres la verdad. Señor, ten piedad.
Tú eres el camino. Cristo, ten piedad.
Tú eres la vida. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que siga defendiendo a las personas que sufren.
Te lo pedimos Señor.
-Por la familia de Jesús, que somos la Iglesia, para que sea un ejemplo
para todas las personas. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que estamos en la tierra, para que no seamos como las
pocas personas malas que hay en la tierra. Te lo pedimos, Señor.
-Por los que con el móvil y el ordenador insultan a los demás, para que no
lo hagan. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, para que no nos enfademos cuando los mayores no nos dan la
razón. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO VI T.O.
EXPERIENCIA.
Coloca las manos en tu
corazón, cierra los ojos y siente su latido.
Con los ojos cerrados sígnate
en la frente, los labios y el pecho.
Pide a Jesús te conceda
el Espíritu Santo para que tu mente se abra a la escucha, tus labios al diálogo
con él y tu corazón a la acción.
¿Quiénes te aceptan?,
¿quiénes te rechazan?, ¿a quiénes aceptas? y ¿a quiénes no aceptas? ¿Por qué?
Entra en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=zn2gVEedpfg
Míralo las veces que
necesites.
Los encuentros con
personas que nos aman y amamos no se encierran en el abrazo sino que alcanzan lo
profundo de nuestro corazón, iluminan nuestras mentes y son capaces de cambiar
nuestra vida. Uno y uno no suman dos, sino tres: yo y tú y nosotros. Un
nosotros abiertos a los demás, porque quien tiene luz ilumina a quienes le
rodean.
Ora con el vídeo, con
las notas del silencio o las palabras.
REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 6, 27-38.
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
-A vosotros los que
me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os
odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te
pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le
impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo
tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores
aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué
mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de
los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros
pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros
enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra
recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque é es bueno con los malvados y
desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no
juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad,
y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa,
colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá
a vosotros.
¿QUÉ DICE? después de las
bienaventuranzas Jesús dirige a los discípulos el llamado Sermón del Llano. En
él nos presenta las actitudes del cristiano, la “regla de oro” en las
relaciones con quienes se encuentran con nosotros “tratad a los demás como
queréis ellos os traten” y el precepto del amor al enemigo que brota no de una
opción ética o moral sino de la experiencia del encuentro con Él, que siempre
tiene misericordia hacia nosotros, siempre nos perdona. Lucas modifica el mandato
de Jesús “sed perfectos” por “sed misericordiosos”, porque la perfección humana
se encuentra en la misericordia. Nadie puede ser perfecto sino es capaz de
compadecerse hasta de sus enemigos. Pero esto solo es posible si se tiene
humildad y capacidad para acoger la compasión de Dios.
¿QUÉ TE DICE? Lee y relee las veces que necesites. Relaciónalo
con el vídeo y las preguntas de la primera parte. ¿Cómo te ayuda este texto a
ti? Considéralo la carta que Dios te ha dirigido hoy.
COMPROMISO.
Escribe el nombre de aquellas personas que te hacen daño y de
aquellas a las que no perdonan. Dibuja alrededor un corazón con una cruz.
CELEBRACIÓN.
Habla
con Jesús, pídele te ayude, se sincero con estas palabras, contándole si las
compartes o no. Mira a Jesús. Haz un examen serio de conciencia, puedes
servirte de este evangelio reelaborándolo a modo de cuestionario. Acércate a
una iglesia, reconcíliate con Él en el sacramento del perdón, para tener
experiencia de este amor total a ti.
Con
el rezo del Padrenuestro y la señal de la cruz.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la
Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.
Homilética. Sal Terrae.
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