jueves, 3 de febrero de 2022

Domingo 5º T. Ordinario. 6 de febrero de 2022.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías 6, 1-2a.3-8.

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Junto a él estaban los serafines, y se gritaban unos a otros diciendo:

-¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!.

Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije:

-¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de la gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo.

Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado del altar, con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:

-Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.

Entonces escuché la voz del Señor, que decía:

-¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?

Contesté:

-Aquí estoy, mándame.

 

Textos paralelos.

 Vi al Señor sentado en un trono.

Ap 4, 2: Al punto se apoderó de mí el Espíritu. Vi un trono colocado en el cielo.

Santo, santo, santo, Yahvé Sebaot.

Ap 4, 8: Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas, cubiertas por dentro y entorno de ojos. Ni de día ni de noche descansan diciendo: Santo, santo, santo, Señor Dios todopoderoso, el que era y es y será.

Nm 14, 21: Perdono, como me lo pides. Pero ¡por mi vida y por la gloria del Señor que llena la tierra!

Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz.

Ex 19, 16: Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos y una nube espesa en el monte, mientras el toque de la trompeta crecía en intensidad, y el pueblo se echó a temblar en el campamento.

Ex 40, 34-35: Entonces la cubre cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había apostado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.

El templo se llenó de humo.

1 R 8, 10-12: Cuando los sacerdotes salieron de la nave, la nube llenó el templo, de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces Salomón dijo: El Señor puso el sol en el cielo, el Señor quiere habitar en la  tiniebla.

Ay de mí, estoy perdido.

Jn 12, 41: Esto dijo Isaías porque vio su gloria y habló de él.

He visto con mis propios ojos al rey Yahvé.

Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.

Con las tenazas había tomado de sobre el altar.

Jr 1, 9: El Señor extendió la mano, me tocó la boca y me dijo: Mira, yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, destruir y demoler, edificar y plantar.

Dn 10, 16: Una figura humana me tocó los labios: abrí la boca y hablé al que estaba frente a mí: La visión me ha hecho retorcerme de dolor y no hallo fuerzas.

 

Notas exegéticas.

6 Esta visión debería hallarse normalmente al comienzo del libro: pero este ha sido compuesto partiendo de colecciones independientes y a esta visión le cuadra bien este lugar a la cabeza del Libro de Enmanuel que agrupa los oráculos relativos a la guerra siro-efrainita en la que se cumplen las amenazas de los vv. 11-13.

6 1 (a) Probablemente el año 740.

6 1 (b) El Hekal, sala que precedía al Debir o “Santo de los Santos”.

6 2 (a) Etimológicamente, los “Ardientes”. Estos seres alados solo el nombre tienen de común con las serpientes abrasadoras de Nm 21, 6; o con el dragón volador de Is 14, 29. Son figuras humanas, pero provistas de seis alas, que recuerdan a los seres misteriosos que tiran del carro de Yahvé en Ez 1, y a las que Ez 10 llama “querubines”, como las figuras análogas ligadas al arca, Ex 25, 18. La tradición posterior dio el nombre de Serafines y Querubines a dos clases de ángeles.

6 3 Se trata probablemente de una aclamación utilizada en el culto con anterioridad a Isaías, pues se encuentran otras semejantes en Egipto. La santidad de Dios es un tema central de la predicación de Isaías, que con frecuencia llama a Yahvé “el Santo de Israel”. Esta santidad de Dios exige que también el hombre esté santificado, es decir, separado de lo profano, purificado del pecado, aquí vv. 5-7, y que participe de la “justicia” de Dios.

6 4 Señal de la presencia de Dios en el Sinaí,  en la Tienda del desierto y en el Templo de Jerusalén.

6 7 El profeta es el mensajero de la palabra de Dios, es su “boca”. Igualmente, Yahvé toca la boca de Jeremías y Ezequiel come el rollo que contiene la palabra de Dios. El fuego es purificador, con mucha más razón el fuego del altar.

6 8 La prontitud de Isaías recuerda la fe de Abrahán y contrasta con los temores de Moisés y sobre todo de Jeremías.

 

Comentario Homilética.

-Visión de Isaías:

Comienzo de una memoria del profeta.

Siglo VIII a.C.

Experiencia fundamental de la vocación profética.

-Dios descrito como rey:

Trono, manto.

Figura más poderosa conocida por el profeta.

-Experiencia de encuentro con Dios:

Misión y tarea.

 

Salmo responsorial

Salmo 138 (137), 1-5.7c-8.

 

Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. R/.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

porque escuchaste las palabras de mi boca;

delante de tus ángeles tañeré para ti;

me postraré hacia tu santuario. R/.

 

Daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad,

porque tu promesa supera tu fama.

Cuando te invoqué, me escuchaste,

acreciste el valor en mi alma. R/.

 

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,

al escuchar el oráculo de tu boca;

canten los caminos del Señor,

porque la gloria del Señor es grande. R/.

 

Tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo.

Señor, tu misericordia es eterna,

no abandones la obra de tus manos.  R/.

 

Textos paralelos.

Te doy gracias, Yahvé de todo corazón.

Sal 9, 2: Te doy gracias, Señor, de todo corazón contando todas tus maravillas.

Me postraré en dirección a tu santo templo.

Sal 5, 8: Yo en cambio, por tu gran bondad, puedo entrar en tu casa y postrarme hacia tu santuario con reverencia.

Aumentaste mi vigor interior.

Is 40, 29: El da fuerzas al cansado, acrecienta el vigor del inválido.

Te dan gracias, Yahvé, los reyes de la tierra.

Sal 68, 33: Reinos del mundo, cantad a Dios, tañed para nuestro Señor.

Cuando escuchan las palabras de tu boca.

Ml 1, 11: De levante a poniente es grande mi fama en las naciones, y en todo lugar me ofrecen sacrificios y ofrendas, porque mi fama es grande en las naciones, dice el Señor de los ejércitos.

Yahvé lo hará todo por mí.

Sal 57, 3: Invoco al Dios altísimo, a Dios que me completa sus favores.

Tu amor es eterno, Yahvé.

Sal 100, 5: El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad de edad en edad.

 

Notas exegéticas.

138 1 (a) Griego. Verso omitido por hebreo.

138 1 (b) En lugar de “ángeles” (griego, Vulgata, se traduce a veces “dioses”) los ídolos a los que desafía el salmista); siriaco traduce “reyes” y el Targum “jueces”.

138 2 Lit. “has engrandecido tu promesa por encima de tu renombre”. Texto dudoso.

138 3 “Aumentaste” siriaco; “me conturbaste” hebreo.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11.

Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano. Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

 

Textos paralelos.

  El Evangelio que os prediqué.

1 Ts 2, 13: Por eso también nosotros damos gracias incesantes a Dios, porque, cuando nos escuchasteis la palabra de Dios, la acogisteis, no como palabra humana, sino como realmente es, palabra de Dios, activa en vosotros, los creyentes.

En primer lugar os transmití lo que a mí vez recibí.

1 Co 11, 2:  Os alabo porque os acordáis siempre de mí y mantenéis mis enseñanzas como yo os las trasmití.

1 Co 11, 23: Pues yo recibí del Señor lo que os transmití: que el Señor, la noche que era entregado, tomó pan.

Lc 1, 2: Tal como nos lo transmitieron los primeros testigos presenciales, puestos al servicio de la palabra.

Cristo murió por nuestros pecados.

Hch 2, 23: A este, entregado según el plan previsto por Dios, lo crucificasteis por mano de gente sin ley y le disteis muerte.

Apareció a Cefas y luego a los Doce.

Mt 28, 10: Jesús le dijo: No temáis: id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea, donde me verán.

Lc 24, 33-34: Se levantaron al instante, volvieron a Jerusalén y encontraron a los once con los demás compañeros, que afirmaban: Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

Aunque otros ya murieron.

Hch 12, 2: Hizo degollar a Santiago, el hermano de Juan.

A Santiago más tarde.

Rm 1, 1: De Pablo, siervo de Jesús Mesías, llamado a ser apóstol, reservado para anunciar la buena noticia de Dios.

También a mí, que soy como un aborto.

Ef 3, 8: A mí, el último de los consagrados, me han concedido esta gracia: anu9nciar a los paganos la buena noticia, la riqueza insondable del Mesías.

1 Tm 1, 15-16: Este mensaje es de fiar y digno de ser aceptado sin reservas: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me tuvo compasión, para empezar conmigo a mostrar toda su penitencia, dando un ejemplo a los que habrían de creer y conseguir vida eterna.

Indigno de tal nombre.

Ga 1, 13-14: Habéis oído hablar de mi conducta precedente en el judaísmo: Violentamente perseguía a la iglesia de Dios intentando destruirla; en el judaísmo superaba a todos mis paisanos de mi generación, en mi celo ferviente por las tradiciones de mis antepasados.

Hch 8, 3: Saulo hostigaba a la iglesia, se metía en las casas, agarraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.

Mas por la gracia de Dios soy lo que soy.

2 Co 11, 23: ¿Qué son hebreos? Yo también. ¿Qué son israelitas? Yo también. ¿Qué son del linaje de Abraham? Yo también. ¿Qué son ministros de Cristo? – hablo como demente –. Más yo. Los gano en fatigas, los gano en prisiones, aún más en glolpes, en peligros de muerte frecuentes.

 

Notas exegéticas.

15 Algunos cristianos de Corinto negaban la resurrección de los muertos. Los griegos la consideraban como inaceptable por excesivamente grosera, mientras que los judíos la habían ido descubriendo paulatinamente y luego la enseñaron explícitamente. Para impugnar el error de los corintios Pablo parte de la afirmación fundamental de la proclamación evangélica, el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado que desarrolla enumerando las apariciones del resucitado. Desde ahí muestra lo absurdo de la opinión que impugna. Cristo es la primicia y la causa eficaz de la resurrección de los muertos. Finalmente Pablo responde a las objeciones sobre el “cómo· de la resurrección de los muertos y concluye con un himno de acción de gracias.

15 3 (a) La palabra viva del Evangelio es transmitida, recibida y conservada, expresiones tomadas del vocabulario técnico rabínico. Pero sobre todo, este Evangelio es anunciado, proclamado, el “kerygma” objeto de fe y portador de salvación.

15 3 (b) El carácter salvífico de la muerte de Cristo forma, pues, parte de la proclamación evangélica anterior a Pablo.

15 4 Estas expresiones, fijas ya en su formulación, son el germen de las futuras profesiones de fe (Credo).

15 6 (a) Pablo sobrentiende: Pueden hoy todavía dar testimonio de lo que han visto; vuestra fe en la resurrección de Cristo descansa en un testimonio seguro.

15 6 (b) Lit.: “se durmieron”. La misma expresión en los vv. 18, 20, 51.

15 7 Los apóstoles aparecen como formando un grupo más amplio que el de los Doce.

15 8 Alusión al carácter anormal, violento, “quirúrgico” de su vocación. – Pablo no establece diferencia alguna entre la aparición del camino de Damasco y las apariciones de Jesús, entre la Resurrección y la Ascensión.

15 11 Valiosa afirmación desde el punto de vista ecuménico: todos los testigos de Cristo resucitado proclaman el mismo mensaje y todos los fieles la misma fe. Es, pues, imposible no buscar esta unanimidad una vez que se ha perdido.

 

Comentario Homilética.

-Resurrección de Jesucristo:

Fundamento de la fe.

Piedra de toque para discernir los creyentes en Cristo y los que no lo son.

En la comunidad de Corinto hay un grupo de creyentes que no la aceptan.

-Pasos para aceptarla:

Primer anuncio cristiano (kerygma): Cristo muerto y sepultado ha sido resucitado por Dios.

Testigos de la resurrección: a quienes Cristo resucitado se ha manifestado.

Pablo: se encontró con Cristo resucitado.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 5,1-11.

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

-Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.

Respondió Simón y dijo:

-Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

-Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador.

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:

-No temas; desde ahora serás pescador de hombres.

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

Textos paralelos.

 

Mc 1, 16-20

Mt 4, 18-22

Lc 1, 1-11

 

 

 

 

Caminando junto al lago de Galilea,

 

 

 

 

 

 

 

vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes al mar, pues eran pescadores.

 

 

 

Jesús les dijo:

-Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.

Al punto, dejando las redes, lo siguieron.

 

Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la barca. Los llamó. Ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron con él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús les dijo:

-Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.

 

 

 

Al punto, dejando las redes, lo siguieron.

 

 

Ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron con él.

 

 

 

 

 

Mientras paseaba junto al lago de Galilea,

 

 

 

 

 

 

 

vio a dos hermanos – Simón, apodado Pedro, y Andrés su hermano – que estaban echando una red al agua, pues eran pescadores.

 

 Les dice:

-Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.

Al punto dejaron las redes y lo siguieron.

 

Algo más adelante vio a otros dos hermanos – Jacobo de Zebedeo y Juan su hermano – en la barca, con su padre Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó, y ellos al punto, dejando la barca y al padre, lo siguieron.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Les dice:

-Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.

 

 

 

Al punto dejaron las redes y lo siguieron.

 

La gente se agolpaba junto a él para escuchar la palabra de Dios,

 

mientras él estaba a la orilla del lago de Genesaret.  

 

Vio dos barcas junto a la orilla, pues los pescadores se habían bajado y estaban lavando las redes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Subiendo a una de las barcas, la de Simón, le pidió que se apartase un poco de tierra. Se sentó y se puso a enseñar a la gente desde la barca. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

-Boga lago adentro y echa las redes para pescar.

Le replicó Simón:

-Maestro, hemos bregado toda la noche sin cobrar nada; pero, ya que lo dices, echaré las redes.

Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces, que reventaban las redes. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que fueran a echarles una mano. Llegaron y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús y dijo:

-Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.

Pues el estupor se había apoderado de él y de todos sus compañeros por la cantidad de peces que había pescado. Lo mismo sucedía a Juan y Santiago, que eran socios de Simón.

 

Jesús dijo a Simón:

-No temas, en adelante pescarás hombres.

 

 

Entonces, atracando las barcas en tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.

La gente se agolpaba a su alrededor.

Mc 4, 1: En otra ocasión se puso a enseñar junto al lago. Se reunió junto a él tal gentío, que hubo de subirse a una barca metida en las aguas; se sentó mientras la gente estaba en tierra junto al lago.

Los pescadores habían bajado de ellas.

Mc 1, 16: Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes al mar, pues eran pescadores.

Mc 1, 19: Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la barca.

Subió entonces a una de las barcas.

Mc 4, 1-2: En otra ocasión se puso a enseñar junto al lago. Se reunió junto a él tal gentío, que hubo de subirse a una barca metida en el agua; se sentó mientras la gente estaba en tierra junto al lago. Les enseñaba muchas cosas con parábolas, les decía instruyéndolos.

Echaré las redes.

Mt 8, 10: Al oírlo, Jesús se admiró y dijo a los que lo seguían: Os aseguro, una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita.

Amenazaba con romperse.

Mt 8, 3: Él extendió la mano y le tocó diciendo: Lo quiero, queda curado. Al punto se curó de la lepra.

Aléjate de mí, Señor.

Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.

El asombro se había apoderado.

Lc 1, 12: Al verlo, Zacarías se asustó y quedó sobrecogido de temor.

Eran compañeros de Simón.

Mc 1, 17: Jesús les dijo: Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.

Mc 1, 20: Los llamó. Ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron con él.

Desde ahora serás pescador de hombres.

Jn 21, 15-17: Cuando terminaron de almorzar, dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me quieres más que estos?  Le responde: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dice: Apacienta mis corderos. Le pregunta por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Le dice: Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le pregunta: Simón de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú lo sabes que te quiero. Le dice: apacienta mis ovejas.

Jn 21 19: Lo decía indicando con qué muerte había de glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: Sígueme.

Dejándolo todo, le siguieron.

Lc 12, 33: Vended vuestros bienes y dad limosna. Procuraos bolsas que no envejecen, un tesoro inagotable en el cielo, donde los ladrones no llegan ni los roe la polilla.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

5 Lc ha agrupado en este relato: 1º, una descripción de los lugares y una predicación de Jesús, v. 1-3, que recuerda a Mc 4, 1-2, la historia de una pesca milagrosa, vv. 4-10a, que se parece a Jn 21, 4-11; el llamamiento a Simón, vv. 10b-11, afín a Mc 1, 17.20. Al narrar la vocación de los primeros discípulos después de un período de enseñanza y de milagros, Lc ha querido hacer más verosímil su respuesta inmediata a la llamada.

5 1 Lucas, de cultura mediterránea, nunca da a este lago el nombre de “mar” como hacen Mc y Mt.

5 5 Este término (epistates) solo se halla en Lc y siempre en labios de los discípulos, salvo en 17, 13. Seguramente denota una fe más profunda en una autoridad de Jesús que el habitual didáskalos, que también significa “maestro”.

5 8 (a) De hecho, solo más tarde dará Jesús a Simón el sobrenombre de Pedro, 6, 14. Se trata, pues de una anticipación literaria, y de carácter joánico (¿cómo la pesca milagrosa?), porque la expresión “Simón Pedro” excepto en este caso de Lc y Mt 16, 16, solo se encuentra en Juan: 17 veces.

5 8 (b) Este término puede inducir a equívocos. En realidad, Pedro descubre en el milagro el poder divino de Jesús (“Señor”) y confiesa que es indigno de estar con él.

5 10 Los “compañeros” del v. 7. Si no se nombra a Andrés es porque se encuentra en la barca de Simón, que retiene toda la atención de Lucas.

5 11 Lc es el único que menciona aquí, lo mismo que en los relatos de vocación, que los discípulos deben dejar todo para seguir a Jesús.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

5 1-11 En Lc, el seguimiento definitivo de Jesús por parte de los primeros discípulos va precedido de una etapa de enseñanza y milagros.

1 AL LAGO DE GENESARET nunca Lc lo llama “mar” como hacen Mt y Mc, sino, con todo el rigor, simplemente LAGO. Y también es lo más exacto llamarlo DE GENESARET (de Kinnéret en hebreo; cf. Jos 13, 27), aunque es probable que popularmente lo llamaran de Tiberíades. // ÉL: lit. y él mismo (Gr. 1: kaí=waw de apódosis.

3 AQUEL GENTÍO: lit. las gentes.

5 FIADO EN TU PALABRA (lit. sobre la palabra de ti): apoyado en la fuerza de esta orden suya.

7 PARA QUE FUERAN… UNA MANO: lit. para habiendo ido coger-junto-con ellos. // ESTABAN CASI PARA HUNDIRSE: la forma griega representa el valor de un imperfecto de conato: “casi se hundían”.

8 A LOS PIES: lit. a las rodillas (¿estaba Jesús sentado?). La reacción de Pedro nace del santo temor: se ve demasiado cerca de lo sobrenatural – antes llamaba a Jesús “Maestro” (v. 5), como a un rabino; ahora lo llama SEÑOR – y confiesa su condición de pecador. Ante Dios, toda criatura es impura y necesita perdón, ya sea el “inocente” Job (cf. Job 42, 6) o el “pecador” publicano (Lc 18, 13).

9 LA PESCA: lit., la pesca de los panes.

10 ERAN SOCIOS DE : o formaban sociedad con (¿se trataba de una especie de cooperativa de pescadores?).

11 LO SIGUIERON físicamente, como discípulos.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

5, 1-11 La llamada de Cristo a sus primeros discípulos muestra la esencia misma de la vocación. El verdadero discipulado implica la separación radical de las cosas de este mundo para dar nuestro corazón totalmente a Cristo y a su obra de evangelización. Aquí la relación especial con Pedro es evidente, y son estos tres primeros – Pedro, Santiago y Juan – los que formarán una especie de círculo interior entre los Apóstoles. Cat. 208 y 1533.

5, 8 Consciente de la santidad de Cristo, Pedro se experimenta con más radicalidad como hombre pecador y reza con palabras parecidas a las palabras de Isaías (Is 6, 5). Esta contrición profunda es vital para el discipulado efectivo. Cat. 208.

5, 10 Cristo enviará a sus discípulos a predicar el Evangelio, ellos ganarían almas para Cristo. Cat. 848.

Notas exegéticas de la Biblia del Peregrino.

5, 1-11 Hasta ahora en el relato de Lucas Jesús actuaba solo, por el territorio de Galilea. En adelante va a ensanchar su campo de acción y se va a rodear de colaboradores. En esta primera sección escoge a tres; en 27-28 llama a Leví; en 6, 12-16 nombra a los Doce. Pescar es imagen de apostolado, como será después pastorear; la abundancia de pesca puede simbolizar, para la comunidad, la expansiónd e la iglesia. Simón es el primero.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

208 Ante la presencia atrayente y misteriosa de Dios, el hombre descubre su pequeñez. Ante la zarza ardiente, Moisés se quita las sandalias y se cubre el rostro delante de la santidad divina. Ante la gloria de Dios tres veces santo, Isaías exclama: “¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros!” (Is 6, 5). Ante los signos divinos que Jesús realiza, Pedro exclama: “Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador” (Lc 5, 8). Pero porque Dios es santo, puede perdonar al hombre que se descubre pecador delante de Él: ·No ejecutaré el ardor de mi cólera (…) porque soy Dios, no hombre; en medio de ti yo el Santo” (Os 11, 9). El apóstol Juan dirá igualmente: “Tranquilizaremos nuestras conciencias ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo” (1 Jn 3, 19-20).

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

4, 16-30 Jesús se ajusta al ritual y lee la perícopa señalada: Is 61, 1-2 según la versión griega, con un verso sustituido por 58, 6 y con el verso final suprimido. Jesús no lee sin más un texto casual de la Escritura. A la enseñanza polémica de Jesús, citando a Elías y Eliseo como taumaturgos al servicio de los paganos (1 Re 17, 1-7; 2 Re 5, 1-27) responde ya la indignación de los paisanos. Si Jesús no acredita su pretensión con un milagro, es usurpador del título mesiánico y merece la muerte.

 

Comentarios de los Santos Padres.

“Venid y os haré pescadores de hombres”. Recibieron de Él las redes de la palabra de Dios, las echaron al mundo como a un mar profundo, y capturaron la muchedumbre de cristianos que vemos y nos causa admiración. Aquellas dos barcas simbolizaban a dos pueblos, el de los judíos y el de los gentiles, el de la sinagoga y el de la Iglesia, el de la circuncisión y el del prepucio”.

Agustín, Sermón 248, 1-2. III, pg. 143.

La barca navega hacia el interior del mar de este mundo de manera que, mientras el mundo perece, ella mantiene a salvo a todos los que están dentro de la barca. Vemos su imagen ya en el Antiguo Testamento. En efecto, lo mismo que el arca de Noé, mientras el mundo naufragaba, mantuvo a salvo a todos los que tenía dentro, así también la Iglesia de Pedro, mientras el mundo perece entre llamas, mantendrá a salvo a todos los que ella abraza.

Máximo de Turín, Sermón, 49, 1-3. III, pg. 144.

Mira no sea que esta barca confiada al pilotaje de Pedro sea la Iglesia que también es confiada al apóstol para ser gobernada. En efecto, ella es la nave que no da la muerte sino la vida a quienes son arrastrados por los torbellinos del mundo como por las olas. En efecto, lo mismo que una barca sostiene los peces agonizantes que ha sacado de las olas, así también la nave de la Iglesia devuelve la vida a los hombres liberados de la tempestad. Dentro de sí misma, repito, la Iglesia les da la vida como a seres medio muertos.

Máximo de Turín, Sermón, 110, 1. III, pg. 146.

 

San Agustín

Nadáis en el interior de la misma red; pero llegaréis a la orilla y, después de la resurrección, os hallaréis a su derecha. Allí nadie será malo. Si no la cumplís, ¿de qué os sirve conocer la ley, conocer los mandamientos de Dios, saber qué cosa es buena y cuál mala? ¿No reprueba la conciencia esa ciencia? Aprended, mas para obrar.

Sermón 249, 2. II, pg. 798.

 

San Juan de Ávila

Antes hay muchos que, después de vivos deseos y grandes trabajos pasados para que alcanzasen esta joya, se ven miserablemente caídos en el lodoso cieno de su carne, y dicen con gran dolor: Trabajando hemos toda la noche, y ninguna cosa hemos tomado (Lc 5, 5), y paréceles que se cumple en ellos lo que dice el sabio: Cuando yo más lo buscaba, tanto más lejos huyó de mí.

Audi filia (I). I, pg. 416.

Todo lo dicho y más que se pueda decir, suelen ser medios para alcanzar esta preciosa limpieza. Mas muchas veces acaece que, así como trayendo piedra y madera y todo lo necesario para edificar una casa, nunca se nos endereza el edificarla, así también acaece que, haciendo todos estos remedios, no alcancemos la castidad deseada. Antes hay muchos que, después de vivos deseos de ella y grandes trabajos pasados por ella, se ven miserablemente caídos o reciamente atormentados de su carne, y dicen con mucho dolor: Trabajado hemos toda la noche y ninguna cosa hemos tomado (Lc 5, 5). Y paréceles que se cumple en ellos lo que dice el Sabio: Cuanto más yo la buscaba, tanto más lejos huyó de mí (Eclo 7, 23-34). Lo cual muchas veces suele venir de una secreta fiducia[1], que en sí mismos estos trabajadores soberbios tenían, pensando que la castidad era fruto que nacía de sus solos trabajos y no dádiva de la mano de Dios. Y por no saber a quien se había de pedir, justamente se quedaban sin ella. Porque mayor daño les fuera tenerla y ser soberbios e ingratos a su Dador, que estar sin ella llorosos y humillados, y perdonados por la penitencia. No es pequeña sabiduría saber cuya dádiva es la castidad; y no tiene poco camino andado para alcanzarla quien de verdad siente que no es fuerza del hombre, sino dádiva de nuestro Señor.

Audi filia (II), I, pg. 567.

¿Qué diremos del bienaventurado padre nuestro San Pedro, que teniéndose por indigno de estar en una navecilla, por estar en ella nuestro Señor, exclamó diciendo: Exi a me, Domine, quoniam homo peccator sum? (Lc 5, 8). Cuya profunda reverencia y religioso temor dio el Señor a entender mucho tiempo antes por el profeta Malaquías, diciendo: “Mi alianza con Leví fue de vida y de paz y efectivamente así se lo concedí, para que me temiera, me respetara y reverenciara mi nombre” (Ml 2, 5)[2].

Tratado sobre el sacerdocio. I, pg. 927.

¡Qué placer es ver llega la hora de Dios, en que las tales obras del mal padre deshace! Señor, toda la noche trabajando, no hemos tomado nada (Lc 5, 5), dijo San Pedro a nuestro Señor, el cual súbitamente sacó multitud grande de peces, echando la red a mandamiento del Señor, el cual allí de nuevo crió para él milagro.

Lecciones sobre 1 San Juan (II), II, pg. 428-429.

Díjoles el Señor: Echad la red en mi nombre. Echaron la red, y sacaron tanta multitud de peces, que no podían en la red con ellos (Lc 5, 5-6). Y está uno en pecado uno y dos y diez y veinte años. Decísle: “Aborreced la maldad” – No quiero. ¡Qué contento está el diablo! Cuanto ha que tiene una ánima treinta o cuarenta años, está muy contento con aquel miembro suyo.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), II, pgs. 286-287.

-Tu mihi lavas pedes? ­– Tenéis razón, San Pedro. Y ¡ay del desvergonzado que, cuando comulga o dice misa, no se confunde, espanta y sale fuera de sí! Tu intrasti in stomachum meum? ¿Yo delante de ti? Exi a me Domine, etc. (cf. Lc 5, 8). – Quod ego facio tu nescis modo. Cree, obedece; no te lo quiero decir el porqué lo hago, porque más merezcas con creer y obedecer sin saber; haz lo que mando. Sufre, hombre, lo que Dios te envía, aunque no entiendas pel porqué; espera a Dios, que antes de mucho verás – aquí o en el otro mundo – cómo en eso procuraba Dios tu bien, aunque tú te quejabas de ello. Cree ahora; que scies autem postea[3].

Jueves Santo. III, pg. 415.

En grande aprieto estuvo San Pedro cuando se vio en una nao con el Señor, por haberle visto hacer el milagro de que, echando la red en la palabra de Dios, se pescaron muchos peces donde no lo había primero y, teniéndose por indigno de estar en la compañía de Él, dijo con profunda humildad: Señor, apártate de mí, que soy hombre pecador (Lc 5, 8). Siente tú lo mismo mañana; espántate y di: “Señor, ¡que vamos juntos vuestra alteza infinita y el abismo de mi poquedad! Señor, ¿qué merced no merecida ni vista es aquesta? Yo os confieso que no solo merezco estar lejos de vos los dos mil codos que antes mandábades, mas dos mil leguas y doscientas más, porque vuestro lugar es el cielo, por ser vuestro por muy justos títulos, y el mío es el infierno, que yo justamente merezco por mis pecados. ¿Quién juntó en uno tanta alteza con tanta bajeza, al Criador con la criatura, luz con tinieblas, verdad con mentira y, finalmente, una bondad infinita con un abismo de nada y de maldad?”. Abaja, hermano, tus ojos y di: “Señor, sed manso conmigo, dadme gracia para que sepa conocer y agradecer eta merced, no atribuyéndola a mí, sino a vos, cuya es la gloria”.

Víspera del Corpus. III, pg. 482.

Señor, ¿quién te ha traído a manos de un tal pecador y otra vez a destierro y portal de Betlem? (Lc 5, 8).

A un sacerdote. IV, pg. 49.

Si vuestra señoría mirare con ojos cristianos el valor de esta empresa, el galardón de ella, y principalmente a la grandeza del Señor que se la encomienda, no dudo sino que se tendrá por indigno de ella y dirá como San Pedro: Exi a me, Domine, quia homo peccator sum (Lc 5, 8), porque la humildad de vuestra señoría le hará creer y confesar que la pudiera Dios encomendar a otros que tuvieran más partes para la cumplir, mas si vuestra señoría con la humildad de San Pedro y de Moisén dijere que no es para empresa tan grande, porque no tiene lengua y habilidad para ella, decirle ha el Señor: Noli timere, ex hoc enim eris homines capiens (Lc 5, 10).

A un obispo de Cordoba. IV, pg. 601-602.

 

San Oscar Romero.

Dios nos llama a construir con él nuestra historia y la construcción de Dios no quiere ser sobre sangre y dolor. Quiere ser una construcción de hijos de Dios que hagan valer la característica más propia del hombre, la razón y la libertad dada por la bondad. 10 febrero 1980.

 

Comentario Homilética.

-Contexto:

Presentación programática en Nazaret (4, 14-30).

Realización del programa:

Enseña y cura en Cafarnaún (4, 31-39).

Sumario de curaciones (4, 40-41).

Evangelización de Judea (4, 42-44).

Llamada a los primeros discípulos (5, 1-11).

Curación de un leproso y un paralítico (5, 12-26).

Llamada a Leví (5, 27-28).

-Estructura:

Introducción (vv. 1-3): actividad de Jesús entre la muchedumbre.

Conversación entre Jesús y Simón (vv. 4-5).

Resultado que se obtiene obedeciendo a Jesús con elementos hiperbólicos (vv. 6-7).

Conversación entre Simón y Jesús y oferta de Jesús (vv. 8-10).

Consecuencias (v. 11): el discipulado).

-Temas:

Jesús es el Jefe (epistates) y Señor (kyrios).

Fe y confianza en su Palabra.

Reconocimiento de la condición de pecadores fruto de la experiencia de Dios.

Temor: “No temas”.

Renuncia y seguimiento.

 

 

MISA DE NIÑOS. VI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO.

Monición de entrada.

Buenos días:

La misa es la fiesta de las personas que confiamos en Jesús.

De los que aceptamos el Evangelio e intentamos hacer caso a Jesús.

Además hoy es el día de Manos Unidas.

Y así en todas las iglesias el dinero de la bandeja será para ayudar.

Con el dinero se harán escuelas, hospitales y comedores en los países pobres.

 

 

 Señor, ten piedad.

Porque a veces no nos fiamos de ti.  Señor, ten piedad.

Porque a veces no te queremos mucho. Cristo, ten piedad.

Porque a veces no somos obedientes. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que sigas ayudándole a ser como es, un buen Papa. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que dé a lo que tiene un fin pastoral y social. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que se olvidan de los pobres, para que tengan un corazón que los quiera. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas ayudan a los pobres, para que nadie las critique. Te lo pedimos, Señor.

-Por los misioneros que ayudan en los países pobres, para que les ayudemos. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que viven esos países, para que no los olvidemos.

-Por nosotros, para que pensemos más en los demás que en tener cosas.   Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por estar en las iglesias que no tienen agua ni luz, gracias por vivir allí donde hay pobres.

 

 

 

 

 

 

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO V T.O.

EXPERIENCIA.

Realiza sucesivas respiraciones, profundas, lentas, tomando conciencia de tu cuerpo, los pies, piernas, tronco, manos, brazos, cervicales, cabeza, los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto,…

Mira la cruz, busca en el Cristo los ojos.

Sígnate sintiendo descansar en tu mano la mirada de Cristo, imaginando que es Él quien te signa, como hacen las madres con sus hijos.

Entra en este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=1k0e39gsDHg

Conecta el vídeo, cierra los ojos y escucha la música. Cuando termine permanece en silencio, tomando conciencia de las emociones que han brotado.

Vuelve a conectarlo viéndolo. Y permanece en silencio pensando en las imágenes, después en las palabras, los pensamientos que brotan tras la visualización.

Vuelve a verlo.

Responde a estas preguntas con las frases del vídeo: ¿en estos días como está siendo tu vida?, ¿cómo está siendo tu fe, tu amistad con Jesucristo?

Cuéntaselo a Jesús. En silencio espera su respuesta. Deja que Él vaya trabajándote. A buen herrero no hay hierro del que no pueda forjar una pieza hermosa y útil para los demás.

Y escucha a Jesús, leyendo el evangelio de este domingo.

 

REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 5,1-11.

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

-Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.

Respondió Simón y dijo:

-Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

-Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador.

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:

-No temas; desde ahora serás pescador de hombres.

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

¿QUÉ DICE? el evangelio de hoy narra la vocación de los primeros discípulos. Jesús se dirige a unos pescadores fracasados, derrotados, desanimados y sin esperanza. Es a ellos con quienes se sube a la barca. Su presencia cambia la vida de aquellos cuatro hombres. La acción de Dios siempre provoca temor, sentimiento de pequeñez, aceptación de la propia realidad. Esta actitud es la necesaria para ser discípulo de Cristo. Él no llama a los perfectos y los que se creen santos, sino a quienes en sus pobrezas, miserias e incoherencias, le acogen y se fían de Él.

¿QUÉ TE DICE? Recrea en tu mente la escena y después personalízala imaginando que eres Pedro. Recuerda lo orado en el apartado de experiencia. ¿Cómo te encuentras? ¿Qué aporta Cristo a tu vida? Si te has alejado de los Juniors y de la parroquia, no te sientas menos, deja que Cristo entre de nuevo en la barca de tu vida, “deja trabajar al Maestro en ti y vivirás de su fuente luminosa y cálida”. Sigues siendo necesario en la parroquia, en los Juniors, en la Iglesia, en tu grupo parroquial.

 

COMPROMISO.

Di si a Jesús, empieza de nuevo. Para ello te propongo lo que hizo Carlos de Foucauld, un aristócrata francés, quien totalmente vacío entró en una iglesia, buscó un sacerdote, se confesó y comulgo. Haz lo mismo. Es el medio que tenemos los cristianos para recomenzar: reconciliarnos con Cristo, participar de la misa y comulgar.

 

CELEBRACIÓN.

Entra y escucha esta canción del grupo argentino católico de Ciudad Resistencia Refugio Band.

https://www.youtube.com/watch?v=A1m5-9tMx3k

Con el rezo del Padrenuestro y la señal de la cruz.

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Homilética. Sal Terrae.  

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA



[1] Fiducia: confianza. www.rae.es

[2] Trad. editor.

[3] Lo comprenderás mas adelante. Trad. editor.

No hay comentarios: