Lectura del libro de Isaías 6, 1-2a.3-8.
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un
trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Junto a él estaban
los serafines, y se gritaban unos a otros diciendo:
-¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la
tierra de su gloria!.
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el
templo estaba lleno de humo. Yo dije:
-¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que
habito en medio de la gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey,
Señor del universo.
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano,
que había tomado del altar, con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
-Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está
perdonado tu pecado.
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
-¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?
Contesté:
-Aquí estoy, mándame.
Textos
paralelos.
Vi al Señor sentado en un trono.
Ap 4, 2: Al
punto se apoderó de mí el Espíritu. Vi un trono colocado en el cielo.
Santo,
santo, santo, Yahvé Sebaot.
Ap 4, 8:
Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas, cubiertas por dentro y entorno
de ojos. Ni de día ni de noche descansan diciendo: Santo, santo, santo, Señor
Dios todopoderoso, el que era y es y será.
Nm 14, 21: Perdono,
como me lo pides. Pero ¡por mi vida y por la gloria del Señor que llena la
tierra!
Se
conmovieron los quicios y los dinteles a la voz.
Ex 19, 16:
Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos y una nube espesa en el
monte, mientras el toque de la trompeta crecía en intensidad, y el pueblo se
echó a temblar en el campamento.
Ex 40,
34-35: Entonces la cubre cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor
llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la
nube se había apostado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.
El
templo se llenó de humo.
1 R 8,
10-12: Cuando los sacerdotes salieron de la nave, la nube llenó el templo, de
forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque
la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces Salomón dijo: El Señor puso el
sol en el cielo, el Señor quiere habitar en la
tiniebla.
Ay de
mí, estoy perdido.
Jn 12, 41:
Esto dijo Isaías porque vio su gloria y habló de él.
He visto
con mis propios ojos al rey Yahvé.
Ex 33, 20:
Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.
Con las
tenazas había tomado de sobre el altar.
Jr 1, 9: El
Señor extendió la mano, me tocó la boca y me dijo: Mira, yo pongo mis palabras
en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar,
destruir y demoler, edificar y plantar.
Dn 10, 16:
Una figura humana me tocó los labios: abrí la boca y hablé al que estaba frente
a mí: La visión me ha hecho retorcerme de dolor y no hallo fuerzas.
Notas exegéticas.
6 Esta visión debería hallarse normalmente
al comienzo del libro: pero este ha sido compuesto partiendo de colecciones
independientes y a esta visión le cuadra bien este lugar a la cabeza del Libro
de Enmanuel que agrupa los oráculos relativos a la guerra siro-efrainita en
la que se cumplen las amenazas de los vv. 11-13.
6 1 (a) Probablemente el año 740.
6 1 (b) El Hekal, sala que
precedía al Debir o “Santo de los Santos”.
6 2 (a) Etimológicamente, los “Ardientes”.
Estos seres alados solo el nombre tienen de común con las serpientes abrasadoras
de Nm 21, 6; o con el dragón volador de Is 14, 29. Son figuras humanas, pero provistas
de seis alas, que recuerdan a los seres misteriosos que tiran del carro de
Yahvé en Ez 1, y a las que Ez 10 llama “querubines”, como las figuras análogas
ligadas al arca, Ex 25, 18. La tradición posterior dio el nombre de Serafines y
Querubines a dos clases de ángeles.
6 3 Se trata probablemente de una
aclamación utilizada en el culto con anterioridad a Isaías, pues se encuentran
otras semejantes en Egipto. La santidad de Dios es un tema central de la
predicación de Isaías, que con frecuencia llama a Yahvé “el Santo de Israel”.
Esta santidad de Dios exige que también el hombre esté santificado, es decir,
separado de lo profano, purificado del pecado, aquí vv. 5-7, y que participe de
la “justicia” de Dios.
6 4 Señal de la presencia de Dios en
el Sinaí, en la Tienda del desierto y en
el Templo de Jerusalén.
6 7 El profeta es el mensajero de la
palabra de Dios, es su “boca”. Igualmente, Yahvé toca la boca de Jeremías y
Ezequiel come el rollo que contiene la palabra de Dios. El fuego es
purificador, con mucha más razón el fuego del altar.
6 8 La prontitud de Isaías recuerda
la fe de Abrahán y contrasta con los temores de Moisés y sobre todo de
Jeremías.
Comentario Homilética.
-Visión de Isaías:
Comienzo de una memoria del profeta.
Siglo VIII a.C.
Experiencia fundamental de la vocación profética.
-Dios descrito como rey:
Trono, manto.
Figura más poderosa conocida por el profeta.
-Experiencia de encuentro con Dios:
Misión y tarea.
Salmo responsorial
Salmo 138 (137), 1-5.7c-8.
Delante
de los ángeles tañeré para ti, Señor. R/.
Te
doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque
escuchaste las palabras de mi boca;
delante
de tus ángeles tañeré para ti;
me
postraré hacia tu santuario. R/.
Daré
gracias a tu nombre:
por
tu misericordia y tu lealtad,
porque
tu promesa supera tu fama.
Cuando
te invoqué, me escuchaste,
acreciste
el valor en mi alma. R/.
Que
te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al
escuchar el oráculo de tu boca;
canten
los caminos del Señor,
porque
la gloria del Señor es grande. R/.
Tu
derecha me salva.
El
Señor completará sus favores conmigo.
Señor,
tu misericordia es eterna,
no
abandones la obra de tus manos. R/.
Textos
paralelos.
Te doy gracias, Yahvé de todo corazón.
Sal 9, 2: Te doy gracias, Señor, de todo corazón contando todas
tus maravillas.
Me postraré en dirección a tu santo templo.
Sal 5, 8: Yo en cambio, por tu gran bondad, puedo entrar en tu
casa y postrarme hacia tu santuario con reverencia.
Aumentaste mi vigor interior.
Is 40, 29: El da fuerzas al cansado, acrecienta el vigor del
inválido.
Te dan gracias, Yahvé, los reyes de la tierra.
Sal 68, 33: Reinos del mundo, cantad a Dios, tañed para nuestro
Señor.
Cuando escuchan las palabras de tu boca.
Ml 1, 11: De levante a poniente es grande mi fama en las naciones,
y en todo lugar me ofrecen sacrificios y ofrendas, porque mi fama es grande en
las naciones, dice el Señor de los ejércitos.
Yahvé lo hará todo por mí.
Sal 57, 3: Invoco al Dios altísimo, a Dios que me completa sus
favores.
Tu amor es eterno, Yahvé.
Sal 100, 5: El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su
fidelidad de edad en edad.
Notas exegéticas.
138 1 (a) Griego. Verso omitido por
hebreo.
138 1 (b) En lugar de “ángeles”
(griego, Vulgata, se traduce a veces “dioses”) los ídolos a los que desafía el
salmista); siriaco traduce “reyes” y el Targum “jueces”.
138 2 Lit. “has engrandecido tu
promesa por encima de tu renombre”. Texto dudoso.
138 3 “Aumentaste” siriaco; “me
conturbaste” hebreo.
Segunda
lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11.
Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os anuncié y que vosotros
aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os
mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que
resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más
tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la
mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a
Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me
apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno
de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la
gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en
mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la
gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo
creísteis vosotros.
Textos
paralelos.
El
Evangelio que os prediqué.
1 Ts 2, 13: Por eso también
nosotros damos gracias incesantes a Dios, porque, cuando nos escuchasteis la
palabra de Dios, la acogisteis, no como palabra humana, sino como realmente es,
palabra de Dios, activa en vosotros, los creyentes.
En primer lugar os transmití
lo que a mí vez recibí.
1 Co 11, 2: Os alabo porque os acordáis siempre de mí y
mantenéis mis enseñanzas como yo os las trasmití.
1 Co 11, 23: Pues yo recibí del
Señor lo que os transmití: que el Señor, la noche que era entregado, tomó pan.
Lc 1, 2: Tal como nos lo
transmitieron los primeros testigos presenciales, puestos al servicio de la
palabra.
Cristo murió por nuestros
pecados.
Hch 2, 23: A este, entregado
según el plan previsto por Dios, lo crucificasteis por mano de gente sin ley y
le disteis muerte.
Apareció a Cefas y luego
a los Doce.
Mt 28, 10: Jesús le dijo: No
temáis: id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea, donde me verán.
Lc 24, 33-34: Se levantaron al
instante, volvieron a Jerusalén y encontraron a los once con los demás
compañeros, que afirmaban: Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a
Simón.
Aunque otros ya murieron.
Hch 12, 2: Hizo degollar a
Santiago, el hermano de Juan.
A Santiago más tarde.
Rm 1, 1: De Pablo, siervo de
Jesús Mesías, llamado a ser apóstol, reservado para anunciar la buena noticia
de Dios.
También a mí, que soy
como un aborto.
Ef 3, 8: A mí, el último de los
consagrados, me han concedido esta gracia: anu9nciar a los paganos la buena
noticia, la riqueza insondable del Mesías.
1 Tm 1, 15-16: Este mensaje es
de fiar y digno de ser aceptado sin reservas: que Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús
me tuvo compasión, para empezar conmigo a mostrar toda su penitencia, dando un
ejemplo a los que habrían de creer y conseguir vida eterna.
Indigno de tal nombre.
Ga 1, 13-14: Habéis oído hablar
de mi conducta precedente en el judaísmo: Violentamente perseguía a la iglesia
de Dios intentando destruirla; en el judaísmo superaba a todos mis paisanos de
mi generación, en mi celo ferviente por las tradiciones de mis antepasados.
Hch 8, 3: Saulo hostigaba a la
iglesia, se metía en las casas, agarraba a hombres y mujeres y los metía en la
cárcel.
Mas por la gracia de Dios
soy lo que soy.
2 Co 11, 23: ¿Qué son hebreos?
Yo también. ¿Qué son israelitas? Yo también. ¿Qué son del linaje de Abraham? Yo
también. ¿Qué son ministros de Cristo? – hablo como demente –. Más yo. Los gano
en fatigas, los gano en prisiones, aún más en glolpes, en peligros de muerte
frecuentes.
Notas
exegéticas.
15 Algunos cristianos de Corinto
negaban la resurrección de los muertos. Los griegos la consideraban como
inaceptable por excesivamente grosera, mientras que los judíos la habían ido
descubriendo paulatinamente y luego la enseñaron explícitamente. Para impugnar
el error de los corintios Pablo parte de la afirmación fundamental de la
proclamación evangélica, el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado que
desarrolla enumerando las apariciones del resucitado. Desde ahí muestra lo
absurdo de la opinión que impugna. Cristo es la primicia y la causa eficaz de
la resurrección de los muertos. Finalmente Pablo responde a las objeciones
sobre el “cómo· de la resurrección de los muertos y concluye con un himno de
acción de gracias.
15 3 (a) La palabra viva del Evangelio
es transmitida,
recibida y conservada, expresiones tomadas del vocabulario técnico rabínico. Pero sobre
todo, este Evangelio es anunciado, proclamado, el “kerygma” objeto de fe y portador de salvación.
15 3 (b) El carácter salvífico de la muerte de Cristo forma, pues, parte de
la proclamación evangélica anterior a Pablo.
15 4 Estas expresiones, fijas ya en
su formulación, son el germen de las futuras profesiones de fe (Credo).
15 6 (a) Pablo sobrentiende: Pueden hoy
todavía dar testimonio de lo que han visto; vuestra fe en la resurrección de
Cristo descansa en un testimonio seguro.
15 6 (b) Lit.: “se durmieron”. La misma
expresión en los vv. 18, 20, 51.
15 7 Los apóstoles aparecen como
formando un grupo más amplio que el de los Doce.
15 8 Alusión al carácter anormal,
violento, “quirúrgico” de su vocación. – Pablo no establece diferencia alguna
entre la aparición del camino de Damasco y las apariciones de Jesús, entre la
Resurrección y la Ascensión.
15 11 Valiosa afirmación desde el
punto de vista ecuménico: todos los testigos de Cristo resucitado proclaman el
mismo mensaje y todos los fieles la misma fe. Es, pues, imposible no buscar
esta unanimidad una vez que se ha perdido.
Comentario Homilética.
-Resurrección de Jesucristo:
Fundamento de la fe.
Piedra de toque para discernir
los creyentes en Cristo y los que no lo son.
En la comunidad de Corinto hay
un grupo de creyentes que no la aceptan.
-Pasos para aceptarla:
Primer anuncio cristiano (kerygma): Cristo muerto y sepultado ha
sido resucitado por Dios.
Testigos de la resurrección: a
quienes Cristo resucitado se ha manifestado.
Pablo: se encontró con Cristo
resucitado.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 5,1-11.
En aquel tiempo, la
gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de
pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los
pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. subiendo a una
de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a
Simón:
-Rema mar adentro, y
echad vuestras redes para la pesca.
Respondió Simón y
dijo:
-Maestro, hemos estado
bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré
las redes.
Y, puestos a la
obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a
reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra
barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos
barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó
a los pies de Jesús diciendo:
-Señor, apártate de
mí, que soy un hombre pecador.
Y es que el estupor se
había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que
habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo,
que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:
-No temas; desde
ahora serás pescador de hombres.
Entonces sacaron las
barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Textos
paralelos.
Mc 1, 16-20 |
Mt 4, 18-22 |
Lc 1, 1-11 |
Caminando junto al
lago de Galilea, vio a Simón y a su
hermano Andrés que echaban las redes al mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: -Veníos conmigo y
os haré pescadores de hombres. Al punto, dejando
las redes, lo siguieron. Un trecho más
adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes
en la barca. Los llamó. Ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los
jornaleros se fueron con él. Jesús les dijo: -Veníos conmigo y
os haré pescadores de hombres. Al punto, dejando
las redes, lo siguieron. Ellos, dejando a
su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron con él. |
Mientras paseaba
junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos
– Simón, apodado Pedro, y Andrés su hermano – que estaban echando una red al
agua, pues eran pescadores. Les dice: -Veníos conmigo y
os haré pescadores de hombres. Al punto dejaron
las redes y lo siguieron. Algo más adelante
vio a otros dos hermanos – Jacobo de Zebedeo y Juan su hermano – en la barca,
con su padre Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó, y ellos al punto,
dejando la barca y al padre, lo siguieron. Les dice: -Veníos conmigo y
os haré pescadores de hombres. Al punto dejaron
las redes y lo siguieron. |
La gente se agolpaba
junto a él para escuchar la palabra de Dios, mientras él estaba
a la orilla del lago de Genesaret. Vio dos barcas
junto a la orilla, pues los pescadores se habían bajado y estaban lavando las
redes. Subiendo a una de las barcas, la de Simón,
le pidió que se apartase un poco de tierra. Se sentó y se puso a enseñar a la
gente desde la barca. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: -Boga lago adentro
y echa las redes para pescar. Le replicó Simón: -Maestro, hemos
bregado toda la noche sin cobrar nada; pero, ya que lo dices, echaré las
redes. Lo hicieron y
capturaron tal cantidad de peces, que reventaban las redes. Hicieron señas a
los socios de la otra barca para que fueran a echarles una mano. Llegaron y
llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a
los pies de Jesús y dijo: -Apártate de mí,
Señor, que soy un pecador. Pues el estupor se
había apoderado de él y de todos sus compañeros por la cantidad de peces que
había pescado. Lo mismo sucedía a Juan y Santiago, que eran socios de Simón. Jesús dijo a
Simón: -No temas, en
adelante pescarás hombres. Entonces,
atracando las barcas en tierra, lo dejaron todo y lo siguieron. |
La gente se agolpaba a su
alrededor.
Mc 4, 1: En otra ocasión se puso
a enseñar junto al lago. Se reunió junto a él tal gentío, que hubo de subirse a
una barca metida en las aguas; se sentó mientras la gente estaba en tierra
junto al lago.
Los pescadores habían bajado de
ellas.
Mc 1, 16: Caminando junto al lago
de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes al mar,
pues eran pescadores.
Mc 1, 19: Un trecho más adelante
vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la
barca.
Subió entonces a una de las
barcas.
Mc 4, 1-2: En otra ocasión se
puso a enseñar junto al lago. Se reunió junto a él tal gentío, que hubo de subirse
a una barca metida en el agua; se sentó mientras la gente estaba en tierra
junto al lago. Les enseñaba muchas cosas con parábolas, les decía
instruyéndolos.
Echaré las redes.
Mt 8, 10: Al oírlo, Jesús se
admiró y dijo a los que lo seguían: Os aseguro, una fe semejante no la he
encontrado en ningún israelita.
Amenazaba con romperse.
Mt 8, 3: Él extendió la mano y le
tocó diciendo: Lo quiero, queda curado. Al punto se curó de la lepra.
Aléjate de mí, Señor.
Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo
puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.
El asombro se había apoderado.
Lc 1, 12: Al verlo, Zacarías se
asustó y quedó sobrecogido de temor.
Eran compañeros de Simón.
Mc 1, 17: Jesús les dijo: Veníos
conmigo y os haré pescadores de hombres.
Mc 1, 20: Los llamó. Ellos dejando
a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron con él.
Desde ahora serás pescador de
hombres.
Jn 21, 15-17: Cuando
terminaron de almorzar, dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me quieres
más que estos? Le responde: Sí, Señor,
tú sabes que te quiero. Le dice: Apacienta mis corderos. Le pregunta por
segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Le dice: Apacienta mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta: Simón de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció
de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: Señor, tú lo sabes
todo, tú lo sabes que te quiero. Le dice: apacienta mis ovejas.
Jn 21 19: Lo decía indicando con
qué muerte había de glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: Sígueme.
Dejándolo todo, le siguieron.
Lc 12, 33: Vended vuestros bienes
y dad limosna. Procuraos bolsas que no envejecen, un tesoro inagotable en el
cielo, donde los ladrones no llegan ni los roe la polilla.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
5 Lc ha agrupado en
este relato: 1º, una descripción de los lugares y una predicación de Jesús, v.
1-3, que recuerda a Mc 4, 1-2, la historia de una pesca milagrosa, vv. 4-10a,
que se parece a Jn 21, 4-11; el llamamiento a Simón, vv. 10b-11, afín a Mc 1,
17.20. Al narrar la vocación de los primeros discípulos después de un período
de enseñanza y de milagros, Lc ha querido hacer más verosímil su respuesta
inmediata a la llamada.
5 1 Lucas, de cultura
mediterránea, nunca da a este lago el nombre de “mar” como hacen Mc y Mt.
5 5 Este término (epistates)
solo se halla en Lc y siempre en labios de los discípulos, salvo en 17, 13.
Seguramente denota una fe más profunda en una autoridad de Jesús que el habitual
didáskalos, que también significa “maestro”.
5 8
(a) De
hecho, solo más tarde dará Jesús a Simón el sobrenombre de Pedro, 6, 14. Se trata,
pues de una anticipación literaria, y de carácter joánico (¿cómo la pesca
milagrosa?), porque la expresión “Simón Pedro” excepto en este caso de Lc y Mt
16, 16, solo se encuentra en Juan: 17 veces.
5 8
(b) Este
término puede inducir a equívocos. En realidad, Pedro descubre en el milagro el
poder divino de Jesús (“Señor”) y confiesa que es indigno de estar con él.
5 10
Los
“compañeros” del v. 7. Si no se nombra a Andrés es porque se encuentra en la barca
de Simón, que retiene toda la atención de Lucas.
5 11
Lc
es el único que menciona aquí, lo mismo que en los relatos de vocación, que los
discípulos deben dejar todo para seguir a Jesús.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
5
1-11 En Lc, el seguimiento definitivo de Jesús por parte de los primeros
discípulos va precedido de una etapa de enseñanza y milagros.
1 AL LAGO DE GENESARET
nunca Lc lo llama “mar” como hacen Mt y Mc, sino, con todo el rigor, simplemente
LAGO. Y también es lo más exacto llamarlo DE GENESARET (de Kinnéret en
hebreo; cf. Jos 13, 27), aunque es probable que popularmente lo llamaran de Tiberíades.
// ÉL: lit. y él mismo (Gr. 1: kaí=waw de apódosis.
3 AQUEL GENTÍO: lit. las
gentes.
5 FIADO EN TU PALABRA
(lit. sobre la palabra de ti): apoyado en la fuerza de esta orden suya.
7 PARA QUE FUERAN… UNA
MANO: lit. para habiendo ido coger-junto-con ellos. // ESTABAN CASI PARA
HUNDIRSE: la forma griega representa el valor de un imperfecto de conato: “casi
se hundían”.
8 A LOS PIES: lit. a
las rodillas (¿estaba Jesús sentado?). La reacción de Pedro nace del santo
temor: se ve demasiado cerca de lo sobrenatural – antes llamaba a Jesús “Maestro”
(v. 5), como a un rabino; ahora lo llama SEÑOR – y confiesa su condición de pecador.
Ante Dios, toda criatura es impura y necesita perdón, ya sea el “inocente” Job
(cf. Job 42, 6) o el “pecador” publicano (Lc 18, 13).
9 LA PESCA: lit., la
pesca de los panes.
10 ERAN SOCIOS DE : o formaban
sociedad con (¿se trataba de una especie de cooperativa de pescadores?).
11 LO SIGUIERON
físicamente, como discípulos.
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
5,
1-11 La llamada de Cristo a sus primeros discípulos muestra la esencia misma
de la vocación. El verdadero discipulado implica la separación radical de las
cosas de este mundo para dar nuestro corazón totalmente a Cristo y a su obra de
evangelización. Aquí la relación especial con Pedro es evidente, y son estos
tres primeros – Pedro, Santiago y Juan – los que formarán una especie de círculo
interior entre los Apóstoles. Cat. 208 y 1533.
5, 8
Consciente
de la santidad de Cristo, Pedro se experimenta con más radicalidad como hombre
pecador y reza con palabras parecidas a las palabras de Isaías (Is 6, 5). Esta
contrición profunda es vital para el discipulado efectivo. Cat. 208.
5,
10 Cristo
enviará a sus discípulos a predicar el Evangelio, ellos ganarían almas para
Cristo. Cat. 848.
Notas exegéticas
de la Biblia del Peregrino.
5,
1-11 Hasta ahora en el relato de Lucas Jesús actuaba solo, por el territorio
de Galilea. En adelante va a ensanchar su campo de acción y se va a rodear de colaboradores.
En esta primera sección escoge a tres; en 27-28 llama a Leví; en 6, 12-16
nombra a los Doce. Pescar es imagen de apostolado, como será después pastorear;
la abundancia de pesca puede simbolizar, para la comunidad, la expansiónd e la
iglesia. Simón es el primero.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
208 Ante la presencia
atrayente y misteriosa de Dios, el hombre descubre su pequeñez. Ante la zarza
ardiente, Moisés se quita las sandalias y se cubre el rostro delante de la
santidad divina. Ante la gloria de Dios tres veces santo, Isaías exclama: “¡Ay
de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros!” (Is 6, 5).
Ante los signos divinos que Jesús realiza, Pedro exclama: “Aléjate de mí,
Señor, que soy un hombre pecador” (Lc 5, 8). Pero porque Dios es santo, puede
perdonar al hombre que se descubre pecador delante de Él: ·No ejecutaré el
ardor de mi cólera (…) porque soy Dios, no hombre; en medio de ti yo el Santo”
(Os 11, 9). El apóstol Juan dirá igualmente: “Tranquilizaremos nuestras
conciencias ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios
es mayor que nuestra conciencia y conoce todo” (1 Jn 3, 19-20).
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
4, 16-30 Jesús se ajusta al ritual y lee
la perícopa señalada: Is 61, 1-2 según la versión griega, con un verso sustituido
por 58, 6 y con el verso final suprimido. Jesús no lee sin más un texto casual
de la Escritura. A la enseñanza polémica de Jesús, citando a Elías y Eliseo
como taumaturgos al servicio de los paganos (1 Re 17, 1-7; 2 Re 5, 1-27) responde
ya la indignación de los paisanos. Si Jesús no acredita su pretensión con un
milagro, es usurpador del título mesiánico y merece la muerte.
Comentarios
de los Santos Padres.
“Venid y os haré
pescadores de hombres”. Recibieron de Él las redes de la palabra de Dios, las
echaron al mundo como a un mar profundo, y capturaron la muchedumbre de
cristianos que vemos y nos causa admiración. Aquellas dos barcas simbolizaban a
dos pueblos, el de los judíos y el de los gentiles, el de la sinagoga y el de
la Iglesia, el de la circuncisión y el del prepucio”.
Agustín, Sermón 248,
1-2. III, pg. 143.
La barca navega
hacia el interior del mar de este mundo de manera que, mientras el mundo
perece, ella mantiene a salvo a todos los que están dentro de la barca. Vemos su
imagen ya en el Antiguo Testamento. En efecto, lo mismo que el arca de Noé,
mientras el mundo naufragaba, mantuvo a salvo a todos los que tenía dentro, así
también la Iglesia de Pedro, mientras el mundo perece entre llamas, mantendrá a
salvo a todos los que ella abraza.
Máximo de Turín, Sermón,
49, 1-3. III, pg. 144.
Mira no sea que esta
barca confiada al pilotaje de Pedro sea la Iglesia que también es confiada al
apóstol para ser gobernada. En efecto, ella es la nave que no da la muerte sino
la vida a quienes son arrastrados por los torbellinos del mundo como por las
olas. En efecto, lo mismo que una barca sostiene los peces agonizantes que ha
sacado de las olas, así también la nave de la Iglesia devuelve la vida a los
hombres liberados de la tempestad. Dentro de sí misma, repito, la Iglesia les
da la vida como a seres medio muertos.
Máximo de Turín, Sermón,
110, 1. III, pg. 146.
San Agustín
Nadáis en el interior de la misma red; pero llegaréis a la orilla y,
después de la resurrección, os hallaréis a su derecha. Allí nadie será malo. Si
no la cumplís, ¿de qué os sirve conocer la ley, conocer los mandamientos de Dios,
saber qué cosa es buena y cuál mala? ¿No reprueba la conciencia esa ciencia?
Aprended, mas para obrar.
Sermón 249,
2. II, pg. 798.
San Juan de Ávila
Antes hay muchos que, después de vivos deseos y grandes trabajos
pasados para que alcanzasen esta joya, se ven miserablemente caídos en el
lodoso cieno de su carne, y dicen con gran dolor: Trabajando hemos toda la noche, y ninguna cosa hemos
tomado (Lc 5,
5), y paréceles que se cumple en ellos lo que dice el sabio: Cuando yo más lo buscaba,
tanto más lejos huyó de mí.
Audi filia (I). I, pg. 416.
Todo lo dicho y más que se pueda decir, suelen ser medios para alcanzar
esta preciosa limpieza. Mas muchas veces acaece que, así como trayendo piedra y
madera y todo lo necesario para edificar una casa, nunca se nos endereza el
edificarla, así también acaece que, haciendo todos estos remedios, no
alcancemos la castidad deseada. Antes hay muchos que, después de vivos deseos
de ella y grandes trabajos pasados por ella, se ven miserablemente caídos o
reciamente atormentados de su carne, y dicen con mucho dolor: Trabajado hemos toda la
noche y ninguna cosa hemos tomado (Lc 5, 5). Y paréceles que se cumple en
ellos lo que dice el Sabio: Cuanto más yo la buscaba, tanto más lejos huyó de mí (Eclo 7, 23-34). Lo cual muchas
veces suele venir de una secreta fiducia[1], que
en sí mismos estos trabajadores soberbios tenían, pensando que la castidad era
fruto que nacía de sus solos trabajos y no dádiva de la mano de Dios. Y por no
saber a quien se había de pedir, justamente se quedaban sin ella. Porque mayor
daño les fuera tenerla y ser soberbios e ingratos a su Dador, que estar sin
ella llorosos y humillados, y perdonados por la penitencia. No es pequeña
sabiduría saber cuya dádiva es la castidad; y no tiene poco camino andado para
alcanzarla quien de verdad siente que no es fuerza del hombre, sino dádiva de
nuestro Señor.
Audi filia (II), I, pg. 567.
¿Qué diremos del bienaventurado padre nuestro San Pedro, que teniéndose
por indigno de estar en una navecilla, por estar en ella nuestro Señor, exclamó
diciendo: Exi a
me, Domine, quoniam homo peccator sum? (Lc 5, 8). Cuya profunda reverencia y
religioso temor dio el Señor a entender mucho tiempo antes por el profeta
Malaquías, diciendo: “Mi alianza con Leví fue de vida y de paz y efectivamente
así se lo concedí, para que me temiera, me respetara y reverenciara mi nombre”
(Ml 2, 5)[2].
Tratado sobre el sacerdocio. I, pg. 927.
¡Qué placer es ver llega la hora de Dios, en que las tales obras del
mal padre deshace! Señor, toda la noche trabajando, no hemos tomado nada (Lc 5, 5), dijo San Pedro a
nuestro Señor, el cual súbitamente sacó multitud grande de peces, echando la
red a mandamiento del Señor, el cual allí de nuevo crió para él milagro.
Lecciones sobre 1 San Juan (II), II, pg. 428-429.
Díjoles el Señor: Echad la red en mi nombre. Echaron la red, y sacaron tanta
multitud de peces, que no podían en la red con ellos (Lc 5, 5-6). Y está uno en
pecado uno y dos y diez y veinte años. Decísle: “Aborreced la maldad” – No quiero.
¡Qué contento está el diablo! Cuanto ha que tiene una ánima treinta o cuarenta
años, está muy contento con aquel miembro suyo.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), II, pgs. 286-287.
-Tu mihi lavas pedes? – Tenéis razón, San Pedro. Y ¡ay del desvergonzado
que, cuando comulga o dice misa, no se confunde, espanta y sale fuera de sí! Tu intrasti in stomachum
meum? ¿Yo
delante de ti? Exi
a me Domine, etc.
(cf. Lc 5, 8). – Quod ego facio tu nescis modo. Cree, obedece; no te lo quiero decir el porqué
lo hago, porque más merezcas con creer y obedecer sin saber; haz lo que mando.
Sufre, hombre, lo que Dios te envía, aunque no entiendas pel porqué; espera a
Dios, que antes de mucho verás – aquí o en el otro mundo – cómo en eso procuraba
Dios tu bien, aunque tú te quejabas de ello. Cree ahora; que scies autem postea[3].
Jueves Santo. III, pg. 415.
En grande aprieto estuvo San Pedro cuando se vio en una nao con el
Señor, por haberle visto hacer el milagro de que, echando la red en la palabra de Dios, se pescaron muchos
peces donde no lo había primero y, teniéndose por indigno de estar en la
compañía de Él, dijo con profunda humildad: Señor, apártate de mí, que soy hombre pecador (Lc 5, 8). Siente tú lo mismo
mañana; espántate y di: “Señor, ¡que vamos juntos vuestra alteza infinita y el
abismo de mi poquedad! Señor, ¿qué merced no merecida ni vista es aquesta? Yo
os confieso que no solo merezco estar lejos de vos los dos mil codos que antes mandábades, mas dos
mil leguas y doscientas más, porque vuestro lugar es el cielo, por ser vuestro
por muy justos títulos, y el mío es el infierno, que yo justamente merezco por
mis pecados. ¿Quién juntó en uno tanta alteza con tanta bajeza, al Criador con
la criatura, luz con tinieblas, verdad con mentira y, finalmente, una bondad
infinita con un abismo de nada y de maldad?”. Abaja, hermano, tus ojos y di: “Señor,
sed manso conmigo, dadme gracia para que sepa conocer y agradecer eta merced,
no atribuyéndola a mí, sino a vos, cuya es la gloria”.
Víspera del Corpus. III, pg. 482.
Señor, ¿quién te ha traído a manos de un tal pecador y otra vez a
destierro y portal de Betlem? (Lc 5, 8).
A un sacerdote. IV, pg. 49.
Si vuestra señoría mirare con ojos cristianos el valor de esta empresa,
el galardón de ella, y principalmente a la grandeza del Señor que se la
encomienda, no dudo sino que se tendrá por indigno de ella y dirá como San
Pedro: Exi a
me, Domine, quia homo peccator sum (Lc 5, 8), porque la humildad de vuestra
señoría le hará creer y confesar que la pudiera Dios encomendar a otros que tuvieran
más partes para la cumplir, mas si vuestra señoría con la humildad de San Pedro
y de Moisén dijere que no es para empresa tan grande, porque no tiene lengua y
habilidad para ella, decirle ha el Señor: Noli timere, ex hoc enim eris homines capiens (Lc 5, 10).
A un obispo de Cordoba. IV, pg. 601-602.
San Oscar Romero.
Dios nos llama a construir con él nuestra historia y la construcción de
Dios no quiere ser sobre sangre y dolor. Quiere ser una construcción de hijos
de Dios que hagan valer la característica más propia del hombre, la razón y la
libertad dada por la bondad. 10 febrero 1980.
Comentario Homilética.
-Contexto:
Presentación
programática en Nazaret (4, 14-30).
Realización
del programa:
Enseña y
cura en Cafarnaún (4, 31-39).
Sumario de
curaciones (4, 40-41).
Evangelización
de Judea (4, 42-44).
Llamada a
los primeros discípulos (5, 1-11).
Curación de
un leproso y un paralítico (5, 12-26).
Llamada a
Leví (5, 27-28).
-Estructura:
Introducción
(vv. 1-3): actividad de Jesús entre la muchedumbre.
Conversación
entre Jesús y Simón (vv. 4-5).
Resultado que
se obtiene obedeciendo a Jesús con elementos hiperbólicos (vv. 6-7).
Conversación
entre Simón y Jesús y oferta de Jesús (vv. 8-10).
Consecuencias
(v. 11): el discipulado).
-Temas:
Jesús es el
Jefe (epistates) y Señor (kyrios).
Fe y
confianza en su Palabra.
Reconocimiento
de la condición de pecadores fruto de la experiencia de Dios.
Temor: “No
temas”.
Renuncia y
seguimiento.
MISA DE NIÑOS. VI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO.
Monición de entrada.
Buenos días:
La misa es la fiesta de las personas que confiamos en Jesús.
De los que aceptamos el Evangelio e intentamos hacer caso a Jesús.
Además hoy es el día de Manos Unidas.
Y así en todas las iglesias el dinero de la bandeja será para ayudar.
Con el dinero se harán escuelas, hospitales y comedores en los países pobres.
Señor, ten piedad.
Porque a veces no nos fiamos de ti. Señor,
ten piedad.
Porque a veces no te queremos mucho. Cristo, ten piedad.
Porque a veces no somos obedientes. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que sigas ayudándole a ser como es, un buen Papa.
Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que dé a lo que tiene un fin pastoral y social. Te lo
pedimos Señor.
-Por las personas que se olvidan de los pobres, para que tengan un corazón
que los quiera. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas ayudan a los pobres, para que nadie las critique. Te lo
pedimos, Señor.
-Por los misioneros que ayudan en los países pobres, para que les ayudemos.
Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que viven esos países, para que no los olvidemos.
-Por nosotros, para que pensemos más en los demás que en tener cosas. Te lo pedimos,
Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO V T.O.
EXPERIENCIA.
Realiza sucesivas respiraciones,
profundas, lentas, tomando conciencia de tu cuerpo, los pies, piernas, tronco, manos,
brazos, cervicales, cabeza, los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el
gusto, el tacto,…
Mira la cruz, busca en
el Cristo los ojos.
Sígnate sintiendo
descansar en tu mano la mirada de Cristo, imaginando que es Él quien te signa,
como hacen las madres con sus hijos.
Entra en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=1k0e39gsDHg
Conecta el vídeo,
cierra los ojos y escucha la música. Cuando termine permanece en silencio, tomando
conciencia de las emociones que han brotado.
Vuelve a conectarlo
viéndolo. Y permanece en silencio pensando en las imágenes, después en las
palabras, los pensamientos que brotan tras la visualización.
Vuelve a verlo.
Responde a estas preguntas
con las frases del vídeo: ¿en estos días como está siendo tu vida?, ¿cómo está
siendo tu fe, tu amistad con Jesucristo?
Cuéntaselo a Jesús. En
silencio espera su respuesta. Deja que Él vaya trabajándote. A buen herrero no
hay hierro del que no pueda forjar una pieza hermosa y útil para los demás.
Y escucha a Jesús,
leyendo el evangelio de este domingo.
REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 5,1-11.
En aquel tiempo, la
gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de
pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los
pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. subiendo a una
de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a
Simón:
-Rema mar adentro, y
echad vuestras redes para la pesca.
Respondió Simón y
dijo:
-Maestro, hemos estado
bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré
las redes.
Y, puestos a la
obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a
reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra
barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos
barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó
a los pies de Jesús diciendo:
-Señor, apártate de
mí, que soy un hombre pecador.
Y es que el estupor se
había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que
habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo,
que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:
-No temas; desde
ahora serás pescador de hombres.
Entonces sacaron las
barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
¿QUÉ DICE? el evangelio de hoy narra
la vocación de los primeros discípulos. Jesús se dirige a unos pescadores
fracasados, derrotados, desanimados y sin esperanza. Es a ellos con quienes se
sube a la barca. Su presencia cambia la vida de aquellos cuatro hombres. La
acción de Dios siempre provoca temor, sentimiento de pequeñez, aceptación de la
propia realidad. Esta actitud es la necesaria para ser discípulo de Cristo. Él
no llama a los perfectos y los que se creen santos, sino a quienes en sus
pobrezas, miserias e incoherencias, le acogen y se fían de Él.
¿QUÉ TE DICE? Recrea en tu mente la
escena y después personalízala imaginando que eres Pedro. Recuerda lo orado en
el apartado de experiencia. ¿Cómo te encuentras? ¿Qué aporta Cristo a tu vida?
Si te has alejado de los Juniors y de la parroquia, no te sientas menos, deja
que Cristo entre de nuevo en la barca de tu vida, “deja trabajar al Maestro en
ti y vivirás de su fuente luminosa y cálida”. Sigues siendo necesario en la
parroquia, en los Juniors, en la Iglesia, en tu grupo parroquial.
COMPROMISO.
Di si a Jesús, empieza de nuevo. Para ello te propongo lo que hizo
Carlos de Foucauld, un aristócrata francés, quien totalmente vacío entró en una
iglesia, buscó un sacerdote, se confesó y comulgo. Haz lo mismo. Es el medio
que tenemos los cristianos para recomenzar: reconciliarnos con Cristo,
participar de la misa y comulgar.
CELEBRACIÓN.
Entra
y escucha esta canción del grupo argentino católico de Ciudad Resistencia Refugio
Band.
https://www.youtube.com/watch?v=A1m5-9tMx3k
Con
el rezo del Padrenuestro y la señal de la cruz.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la
Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.
Homilética. Sal Terrae.
https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA
[1] Fiducia: confianza. www.rae.es
[2] Trad. editor.
[3] Lo comprenderás mas
adelante. Trad. editor.
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