Lectura del libro del Eclesiástico 27,
30-28,7
Rencor e ira también son detestables, el pecador los posee. El
vengativo sufrirá la venganza del Señor que llevará cuenta exacta de sus
pecados. Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán
perdonados. Si un ser humano alimenta la ira contra otro, ¿cómo puede esperar
la curación del Señor? Si no se compadece de su semejante, ¿cómo pide perdón
por sus propios pecados? Si él, simple mortal, guarda rencor, ¿quién perdonará
sus pecados? Piensa en tu final y deja de odiar, acuérdate de la corrupción y
de la muerte y se fiel a los mandamientos. Acuérdate de los mandamientos y no
guardes rencor a tu prójimo; acuérdate de la alianza del Altísimo y pasa por
alto la ofensa.
Textos paralelos.
Perdona la ofensa a
tu prójimo.
Mt 6, 12: Perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Y cuando reces, tus
pecados te serán perdonados.
Mt 5, 23-24: Si
mientras llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene queja
de ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu
hermano y después ve a llevar tu ofrenda.
Si 6, 14-15:
¿Cómo pide perdón
por sus propios pecados?
Mt 18, 23: Te digo
que no siete veces, sino setenta y siete.
Recuerda la
corrupción y la muerte.
Si 7, 36: En todas
las acciones piensa en el desenlace y nunca pecarás.
Si 38, 20: Recuerda su
ley, que es la tuya: el ayer, hoy tú.
Recuerda la alianza del
Altísimo y pasa por alto la ofensa.
Ex 23, 4-5: Cuando
encuentres extraviados el toro o el asno de tu enemigo, se los llevarás a su
dueño. Cuando veas el asno de tu adversario caído bajo la carga, no pases de
largo; préstale ayuda.
Notas
exegéticas.
28 3 Es decir, la curación
espiritual por el perdón de los pecados. Se puede observar la calidad moral de
esta doctrina, que prepara las exigencias del NT.
Comentario.
-Ámbito teológico:
Pecador: rencor, ira y venganza.
-Eclesiástico:
Se acerca al tono de la enseñanza de Jesús sobre el perdón.
Perdonar a otro es condición para recibir el perdón divino (cf. Mc
11, 25).
Negarse a la misericordia hace improbable la recepción de la
misericordia divina (cf. Mt 18, 23-35).
Para Ben Sira, el autor, los pecados son castigados antes de la muerte.
-En el judaísmo del siglo II a.C., cuando escribe el Sirácida, ya
mantenía el perdón poniéndolo en relación con el perdón divino. Pero incluso
desde una perspectiva humanista y no creyente, el perdón deberá estar presente
en una humanidad justa y equilibrada.
Salmo
responsorial
Sal 102, 1-4.9-12
R/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento
a la ira y rico en clemencia.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
no olvides sus beneficios. R/.
Él
perdona todas tus culpas
y
cura todas tus enfermedades;
él
rescata tu vida de la fosa,
y
te colma de gracia y de ternura. R/.
No
está siempre acusando
ni
guarda rencor perpetuo;
no
nos trata como merecen nuestros pecados
ni
nos paga según nuestras culpas. R/.
Como
se levanta el cielo sobre la tierra,
se
levanta su bondad sobre los que lo temen;
como
dista el oriente del ocaso,
así
aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
Textos paralelos.
Él, que todas tus culpas perdona.
Ex 15, 26: Si obedecéis al Señor, vuestro Dios, haciendo lo que él
aprueba, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no os enviaré las
enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que te
cura.
Rescata tu vida de la fosa.
Sal 41, 13: Tú me has conservado mi integridad, / me establecerás
en tu presencia para siempre.
Jb 42, 10: Cuando Job intercedió por sus compañeros, el Señor
cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones.
Tu juventud se renueva como la del águila.
Is 40, 31: Pero los que esperan en el Señor / renuevan sus
fuerzas, / echan alas como águilas, / corren sin cansarse, / marchan sin
fatigarse.
No se querella eternamente.
Sal 145, 8: El Señor es clemente y compasivo, / paciente y
misericordioso.
Jr 3, 12: Ve y proclama este mensaje / hacia el norte: / Vuelve,
Israel, apóstata / – oráculo del Señor –
, que no os pondré mala cara, / porque soy leal / y no guardo rencor eterno –
oráculo del Señor –.
Is 52, 16: No estaré en pleito perpetuo / ni me irritaré por
siempre, / porque ante mí sucumbirán el espíritu / y el aliento que yo he
creado.
No nos trata según nuestros yerros.
Jon 4, 2: ¡Ah, Señor, ya me lo decía yo cuando estaba en mi
tierra! Por algo me adelanté a huir a Tarsis; porque sé que eres “un Dios
compasivo y clemente, paciente y misericordioso”, que te arrepientes de las amenazas.
Jl 2, 12: Pues ahora – oráculo del Señor –, / convertíos a mí / de
todo corazón, con ayuno, / con llanto, con luto. / Rasgad los corazones / y no
los vestidos; / convertíos al señor Dios vuestro; / que es compasivo y
clemente, / paciente y misericordioso, / y se arrepiente de las amenazas.
Notas
exegéticas.
103 8 Son los atributos del nombre
de Yahvé, revelados a Moisés, Ex 34, 6, que todo el salmo desarrolla acentuando
la misericordia y la bondad, preparando así 1 Jn 4, 8
Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 14, 7-8
Hermanos:
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí
mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor;
así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor. Pues para esto murió y resucitó
Cristo, para ser Señor de muertos y vivos.
Textos paralelos.
Tampoco nadie muere para sí mismo.
Rm 8, 10-11: Pero vosotros no
seguís el instinto, sino el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu del Mesías, no le pertenece. Pero si
el Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo muera por el pecado, el espíritu
vivirá por la justicia. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte
habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de la muerte dará vida a
vuestros cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en vosotros.
Lc 20, 38: No es Dios de
muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.
Ga 2, 19-20: Por medio de la
ley morí a la ley para vivir para Dios. He quedado crucificado con Cristo, y ya
no vivo yo, sino que vive Cristo en mí.
Comentario.
-Este texto cierra la lectura
litúrgica de la carta a los Romanos.
-Brevísima afirmación paulina
que tiene por finalidad completar el argumentario de la exhortación a actuar en
conciencia y respetar la conciencia de los demás.
-Conceptos:
Expropiación: pertenencia a
Cristo por el bautismo.
Rescate: el Señor Jesús nos ha
comprado, ha pagado nuestra libertad con su sangre.
Señorío de Cristo: exaltado,
después de su abajamiento hasta la muerte, Jesús se ha constituido en el Señor de
todo, de vivos y muertos.
-Controversia entre los débiles
y fuertes de la comunidad cristiana de Roma:
En ocasiones la vida
comunitaria está condicionada por el juzgar a los otros y el despreciar sus
opiniones.
Ante ello: actitud existencial
de la “auto-expropiación”, fijando la mirada en el Señor.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 18, 21-35
En aquel tiempo, acercándose
Pedro a Jesús le preguntó:
-Señor, si mi hermano me
ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
Jesús le contesta:
-No te digo hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un
rey que quiso ajustar las cuentas con los criados. Al empezar a ajustarlas, le
presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor
mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones y
que pagara así. El criado arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia
conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que
pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados
y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el Señor lo llamó y
le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste.
¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión
de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a sus verdugos hasta que pagara toda
la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no
perdona de corazón a su hermano.
Textos paralelos.
// Lc 17, 4: Si siete veces al
día te ofende y siete veces vuelve a ti diciendo que se arrepiente, perdónale.
// Mt 6, 12: Perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
¿Cuántas veces tengo que
perdonar?
Lc 23, 34: Te digo Pedro que no
cantará hoy el gallo antes de que hayas negado que me conoces.
Gn 4, 24: Si la venganza de Caín valía por siete, / la de
Lamec valdrá por setenta y siete.
El Reino de los Cielos es
semejante a un rey.
Mt 25, 19: Pasado mucho tiempo se
presentó el amo de los criados para pedirles cuentas.
Movido a compasión el
señor de aquel siervo.
Lc 7, 42a: Supongo que aquel a
quien le perdonó más.
Que le debía cien
denarios.
Mt 24, 49: Se pone a pegar a
los compañeros, a comer y beber con los borrachos.
Entonces fue y lo metió
en la cárcel.
Rm 13, 7: No tengáis deudas con
nadie, si no es la del amor mutuo. Pues el que ama al prójimo tiene cumplida la
ley.
Siervo malvado, yo te
perdoné a ti.
Mt 22, 7: El rey se encolerizó
y, enviando sus tropas, acabó con aquellos asesinos e incendió su ciudad.
¿No debías tú también
compadecerte?
Mt 5, 7: Dichosos los
misericordiosos, / porque los tratarán con misericordia.
Mt 7, 3: ¿Por qué te fijas en la
mota en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga del tuyo?
Lo entregó a los
verdugos.
Mt 8, 29: ¡Hijo de Dios! ¿qué
tienes con nosotros? ¿Has venido antes de tiempo para atormentarnos?
Mt 5, 26: Te aseguro que no
saldrás hasta haber pagado el último céntimo.
Si no perdonáis de
corazón.
Mt 6, 12-14: Perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes sucumbir a
la prueba y líbranos del maligno.
Lc 23, 34: Jesús dijo: “Padre,
perdónales, porque no saben lo que hacen”. Se repartieron su ropa echándola a
suerte.
Los dichos de Jesús.
Q 17, 3-4
3 Si tu hermano peca [contra ti],
repréndele; y si [se arrepiente], perdónale.
4 Y si peca contra ti siete veces
al día, perdónale siete veces.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén.
18 21 A ejemplo de Dios y de Jesús Lc
23, 34 y como lo hacían ya entre sí los israelitas, Lv 19, 18-19, los
cristianos deben perdonarse mutuamente, pero “el prójimo· se extiende a todo
hombre, incluidos aquellos a los que hay que devolver bien por mal. Así el amor
cubre multitud de pecados. Pr 10, 12 citado por 4, 20.
18 22 Otros entienden “hasta setenta y
siete veces”.
18 24 Unos trescientos mil euros oro:
suma escogida a propósito como exorbitante.
18 28 Unos cincuenta céntimos de euro
oro.
18 32 Este elemento de la parábola
recuerda los términos en que se expresa la quinta petición del Padre Nuestro.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
21 SE ACERCÓ PEDRO A DECIRLE: lit. habiéndose
acercado el Pedro dijo a él. // La pregunta lit. es: ¿Cuántas veces
pecará contra mi el hermano de mí y perdonaré a él? // HERMANO cf. 15. La
parábola prolonga en cierto sentido la enseñanza anterior sobre el perdón: el perdón
fraterno ha de ser a imagen y semejanza del perdón de Dios, que no lleva cuenta
de las veces que perdona.
22 SETENTA Y SIETE. mejor que setenta
veces siete.
23 UN REY: lit. un hombre (que
es) rey. // El término lit. esclavo (s), que aparece
repetidamente en la parábola, equivale a FUNCIONARIOS, empleados regios, casi ministros
del gobierno.
24 DIEZ MIL TALENTOS: cantidad de
dinero desorbitante (25, 15); equivale a nuestra expresión: “una millonada”,
algo que es imposible pagar.
25 QUE LO VENDIESEN: la orden
completa añadiría: “como esclavos”.
26 Lit. cayendo pues, el esclavo
se postraba [ante] él diciendo.
28 COMPAÑEROS (como en los vs.
siguientes): lit. co-esclavos o cosiervos; altos funcionarios
reales. // CIEN DENARIOS (la palabra griega dênárion es un latinismo;
del latín denarius vine también nuestra palabra dinero): un
denario era el jornal diario de un trabajador ocasional en el campo (cf. 20,
2); aquí, CIEN DENARIOS tiene el matiz de “una cantidad ridícula” comparada con
“la millonada” que debía el anterior. // SI ES QUE DEBES ALGO: lo que me debas,
sea lo que sea; con un dejo de ironía, Jesús pinta al acreedor ni siquiera
seguro de la cantidad que le debe el compañero.
29 CAYENDO [AL SUELO]: algunos
manuscritos añaden, concretando: “a sus pies”.
35 DE CORAZÓN: lit. desde los
corazones de vosotros.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
18, 22 El perdón siempre está disponible
para cualquier persona que es´te arrepentida de sus pecados y tenga propósito
de enmienda, es decir, la intención de no cometer un pecado en el futuro. El
perdón de nuestros pecados también depende de nuestra voluntad de perdonar a
los que nos hayan ofendido. Esta voluntad de perdonar debe ser incondicional y
habitual (siete es el número bíblico de la totalidad y la integridad). Cat.
982, 2227 y 2845.
Comentario.
-Continuación del evangelio del
domingo anterior y final del discurso comunitario.
-Anterior a la sección narrativa
(Mt 19-22) con diversos temas que culminan con la entrada de Jesús en Jerusalén
(Mt 21, 1).
-Perícopas:
Diálogo con Pedro: el perdón sin
límites.
Parábola del siervo sin
entrañas:
Prólogo: título.
Tres escenas:
Diálogo entre el rey y su
siervo.
Diálogo entre el siervo y el
compañero.
Diálogo entre el rey y su
siervo.
Conclusión: corolario, la
enseñanza del relato.
San
Jerónimo.
23 Por eso el Reino de los cielos
se parece… Es
común en Siria y especialmente en Palestina agregar parábolas a cualquier
conversación de modo que lo que el auditorio no puede retener por una simple instrucción,
lo retenga por la comparación y los ejemplos. Si alguno de entre nosotros cometiera
un adulterio, un homicidio, un sacrilegio, crímenes de más de diez mil
talentos, por sus ruegos les serán perdonados siempre que él perdone faltas más
leves; en cambio, si somos implacables con el que nos ha hecho una ofensa y por
una palabra incisiva tenemos discordias interminables, ¿no nos parece que con
justicia deberían meternos en la cárcel y siguiendo el ejemplo de nuestra
conducta nos sea negado el perdón por nuestras faltas más graves?
35 Lo mismo hará…Sentencia temible si el juicio
de Dios se acomoda y cambia de acuerdo a las disposiciones de nuestro espíritu.
Si no perdonamos una pequeñez a nuestros hermanos, las cosas grandes no nos
serán perdonadas por Dios.
San Agustín.
No te hastíes de
perdonar siempre al que se arrepiente. Si no fueras también tú deudor, podrías
ser impunemente un severo acreedor, pero si tienes un deudor, tú que eres
también deudor y de quien no tiene deuda alguna, pon atención a lo que haces
con el tuyo. Lo mismo hará Dios con el suyo.
Si te alegras
cuando se te perdona teme el no perdonar.
Su corazón se
alegró cuando le fue perdonada la deuda, pero no de manera que temiera al
nombre del Señor su Dios.
¡Cuánto hemos de
temer, hermanos, si tenemos fe, si creemos en el evangelio, si no creemos que
el Señor es un mentiroso! Temamos, prestemos atención, tomemos precaución,
perdonemos. ¿Pierdes acaso algo de aquello que perdonar? Otorgas perdón, no
dinero.
Si te apena
otorgar dinero al indigente, otorga el perdón al que se arrepiente.
¿Qué pierdes, si
lo das? Sé lo que pierdes, sé lo que dejas; lo veo, pero lo abandonas para tu
bien. Abandonas la ira, la indignación, alejas de tu corazón el odio hacia tu
hermano.
Esté en vela la
corrección, pero no dormite la benevolencia. Suaviza de vez en cuando la
corrección con mansedumbre, pero haz la corrección. Una cosa es eliminarla por
negligencia y otra suavizarla con la mansedumbre. Esté en vela la disciplina:
perdona y castiga.
Sermón 114 A. 2-5-
San Juan de Ávila.
Considerad, pues, a vos y considerad a Cristo
y los bienes de él recebidos, y engendrarse ha en vuestro corazón un limpio y
fortísimo amor con todos los prójimos, que ningún trabajo que por ellos
pasáredes, y ningunos males que ellos os hagan, os lo puedan quitar; mas,
ardiendo este amor como viva llama, vencerá siempre los males que hicieron con
bienes que él haga. Y mirando que no los amáis por ellos, no los dejaréis de
amar por las malas obras de ellos; mas considerando a Cristo en ellos, aunque
os veáis desechada, no os airaréis; aunque recibáis mal por bienes, no os
enrojaréis, porque los ojos que ternéis puestos en Cristo, por cuyo amor los
amáis, os darán tanta luz que en ninguna cosa que los prójimos hagan sentiréis
tropiezo.
Y este es el amor y respeto que a los prójimos
habéis de tener, fundado en vos y fundado en Cristo. Y el que de estas fuentes
no nace es muy flaco y luego se cansa. Y como casa edificada sobre movediza
arena, a cualquier combate y ocasión da consigo en el suelo.
Audia filia (I). La Sagrada Escritura. OC I. Pgs. 474-475.
Si yo, siendo rey, te perdoné tan grande
deuda: diez mil talentos; de igual a igual, siervo a siervo, ¿no perdonará cien
dineros? No había misericordia de igual a igual, pues la hobo mayor con menor y
en deudas grandes, y de que poca gente hace misericordia.
Dios nos perdona grandes deudas que son
nuestros pecados y no ha menester Dios retorno de las buenas obras que nos
hace; mas halo menester el prójimo, hanlo menester sus hijos. Tenéis un hijo en
Salamanca; viene aquí un hombre de Salamanca, venís vos y lleváislo a vuestra
casa y hacéisle mil servicios y regalos. ¿Por qué lo hacéis? “Porque tengo un
hijo en Salamanca, y porque esto que yo hago con este hombre que lo haga él
allá con mi hijo”. Si este hombre allá no hiciese otro tanto con vuestro hijo,
terníades razón de quejaros de él. Las obras que Dios nos hace y el perdón de
nuestros pecados que nos da, es con obligación y cargo que hagamos otro tanto
con sus hijos, que son los prójimos.
Lecciones sobre 1 San Juan (l). Lección 23. OC II. Pg. 316.
Entended que las mercedes que Dios os hace
son para que las gratifiquéis en vuestros prójimos, midiéndolos con la misma
medida que fuistes medido de Dios. Y si ansí no lo hiciéredes, mediros ha Dios
con la mesma medida que vos midiéredes a vuestros hermanos. ¡Justa justicia de
Dios, de la cual dice David: Los cielos cantaron la justicia! (Sal 96,
6). Porque será tan justa y tan divina, que ellos y todas las cosas la
aprobarán, y se tornarán lenguas para cantar. Si vos no queréis perdonar a
vuestro prójimo, ¿cómo esperáis que os perdonará Dios? Si sois desabridos con
él, ¿cómo esperáis que os consuele Dios?
Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 22. OC II. Pg. 444
“El que dijere / a su prójimo / loco o necio,
/ no por castigallo / mas por injuriallo, / digno es / del fuego del infierno”.
/ Y, pues esto es así, / mira por ti / y ten caridad, / como Dios lo manda, / y
ternás sana tu alma / de esta enfermedad; / porque quien ama / no quiere mal,
/ ni sabe injuriar, / ni herir ni matar,
/ mas antes sufrir / sin volver mal por mal, / mas perdonar / de buena
voluntad. / Y si aquesto / te parece recio, / más te parecerá / cuando Cristo
te dirá: / “Vete al infierno / pues heciste mal / yo quieres perdonar. / Allí
será el temblar.
Tratados menores. Doctrina cristiana. OC II. Pg. 817
Aunque no fuera sino por la reverencia de
ellas, no le habías de tratar así. Porque sea castigo a los desagradecidos y
ejemplo a mis criados, échenlo en la cárcel y entréguenlo a los
atormentadores, y esté allí hasta que pague el postor cornado [moneda
que circuló en Castilla desde Sancho IV hasta Isabel la Católica]. ¿Habéis
oído? Dice Jesucristo. ¡Qué palabras! De esta manera que habéis oído, hará
mi Padre celestial a todos vosotros si no perdonare cada uno de corazón a su
prójimo? (Mt 18, 23-35). Consolado nos habéis y espantado. ¡Qué consuelo
para adeudados y qué espanto para nuestra dureza! En ver vuestra misericordia
nos hemos consolado y en ver vuestra dureza nos hemos espantado. – ¿Quién es este
rey? – Dios. – ¿Sus criados? – Nosotros. Los talentos son hacienda, letras y
ánima, etc.; aquello en quien tienes habilidad para servir a Dios, aquello es
talento. ¿Tienes lengua? Entiende en hacer amistades. ¿Tienes lengua? Enseña al
que no sabe. ¿Tienes hacienda? Provee al necesitado. No hay hombre que haya
recebido de Dios talento.
Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25.
Domingo 21 después de Pentecostés. OC III. Pg. 300.
–¿Cómo lo que una vez perdonáis, castigáis? –
Cuando después que te ha castigado Dios, digo perdonado, haces un pecado, por
la circunstancia del desagradecimiento del perdón, parece que vuelven todos los
pecados perdonados. Ansí hará mi Padre celestial, dice Jesucristo, si
no perdonáredes uno a otro de corazón. (cf. Mt 18, 32-35). Plega a Dios que
nadie esté en tan gran pecado como éste, y si pecado hubiéremos de hacer, no
sea éste.
– ¿Allí tan manso y aquí tan bravo? – No hay
quien tan barato venda y tan caro compre como Dios. Si miras lo que te da y lo
que te pide, no te pide sino: “¿Cómo yo te trato a ti, trata a tu prójimo”, y
en esto es muy escrupuloso.
Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25. Domingo
21 después de Pentecostés. OC III. Pgs. 304-305.
El evangelio de hoy también habla de caridad.
¿No fuera razón, pues yo hube misericordia de ti, la hicieras tú a tu
prójimo? (cf. Mt 18, 33); ¿No fuera bueno, pues yo te quiero bien, quieras
tú bien a tu prójimo? Si esta ley guardáis, guardalla ha Dios de vos. Guarda
Dios tanto esta ley, que el bien que os hace quiere lo hagáis a vuestro
prójimo; ni en el cielo ni en la tierra la deja de guardar. Cuando uno fuere
más alto delate de Dios, tanto es más bajo con sus prójimos; cuando es más privado
[de privanza o primer lugar en la gracia y confianza de un príncipe o alto
personaje, rae.es] con Dios, entonces queda hecho esclavo de sus prójimos. No
como en las cortes, que, si uno es privado del rey, súbese a lo alto y olvídase
de los pequenos.
Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25. Domingo
21 después de Pentecostés. OC III. Pg. 298.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia
Católica. BAC. Madrid. 2016.
Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.
Jerónimo.
Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio
Agustiniano. Valladolid. 1986.
San Juan de Ávila. Obras Completas i.
Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III.
Sermones. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Homilética. Sal Terrae. 2020/5.
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