Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el
mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento
que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividía, postrándose
encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. residían
entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo
el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados,
porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos
y admirados, diciendo:
-¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo
es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre
nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y
Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia
que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como
prosélitos; también cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las
grandezas de Dios en nuestra propia lengua.
Textos
paralelos.
Al llegar el día de Pentecostés.
Ex 23, 14: Tres veces al año
vendréis en romería.
De repente vino del cielo
un ruido como una impetuosa ráfaga de viento.
Hch 4, 31: Al terminar la
súplica, tembló el lugar donde estaban congregados, se llenaron de Espíritu
Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza.
Jn 3, 8: El viento sopla hacia
donde quiere: oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así
sucede con el que ha nacido del Espíritu.
Sal 104, 30: Envías tu aliento
y los recreas y renuevas la faz de la tierra.
Sal 33, 6: Por la palabra del
Señor se hizo el cielo, por el aliento de su boca sus ejércitos.
Jn 20, 22: Dicho esto, sopló
sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Entonces quedaron todos
llenos de Espíritu Santo.
Hch 1, 5: Que Juan bautizó con
agua, vosotros seréis bautizados dentro de poco con Espíritu Santo.
Lc 1, 15: Será grande a juicio
del Señor; no beberá vino ni licor. Estará lleno de Espíritu Santo desde el
vientre materno.
Hablar diversas lenguas.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Residían en Jerusalén
hombres piadosos.
Mt 28, 19: Por tanto, id a
hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre
y al Hijo y al Espíritu Santo.
Col 1, 23: que por medio de él
todo fuera reconciliado consigo, haciendo las paces por la sangre de su cruz
entre las criaturas de la tierra y las del cielo.
Cada uno les oía hablar
en su propia lengua.
Gn 11, 7-9: Vamos a bajar y a
confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo. El
Señor los dispersó por la superficie de la tierra y dejaron de construir la
ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de
toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Les oigamos proclamar en
nuestras lenguas las maravillas de Dios.
1 Co 14, 23: Supongamos que se
reúne la iglesia entera y todos os ponéis a hablar en lenguas arcanas: si
entran algunos particulares y no creyentes, ¿no dirán que estáis locos?
Notas exegéticas.
2 1 (a) Es decir, concluido ya el
período de cincuenta días entre la Pascua y Pentecostés. Pentecostés, que primeramente
fue fiesta de la siega se había convertido también en fiesta de la renovación
de la Alianza, ver 2 Cro 15, 10-13; Jubileos 6, 20; Qumrán. Este nuevo valor
litúrgico pudo inspirar la escenificación de Lucas, que evoca la entrega de la
Ley en el Sinaí.
2 1 (b) No la asamblea de los ciento
veinte de 1, 15-26, sino el grupo apostólico presentado en 1, 13-14.
2 2 (a) Hay afinidad entre el
Espíritu y el viento: la misma palabra significa “espíritu” y “soplo”.
2 2 (b) Probablemente la misma vivienda que en 1, 13-14, lugar de reunión
y de oración del grupo apostólico.
2 3 La forma de las llamas se
relaciona aquí con el don de lenguas.
2 4 Según uno de los aspectos, vv. 4.11.13,
el milagro de Pentecostés es afín al carisma de la glosolalia, frecuente en los
comienzos de la Iglesia. Sus antecedentes se hallan en el antiguo profetismo israelita.
Ver Joel 3, 1-5.
2 5 “hombres piadosos”. El texto
occidental: “los judíos que residían en Jerusalén eran hombres venidos de todas
las naciones que hay bajo el cielo”. Los demás textos combinan “hombres
piadosos” y “judíos”.
2 6 La glosolalia utilizaba palabras
en lenguas extranjeras para cantar las alabanzas de Dios. Lucas ve en este
hablar en todas las lenguas del mundo la restauración de la unidad perdida en
Babel, símbolo y anticipación maravillosa de la misión universal de los
apóstoles.
2 11 (a) Los “prosélitos” son los
que, sin ser judíos de origen, han abrazado la religión judía y aceptado la
circuncisión, constituyéndose así en miembros del pueblo elegido. “Judíos” y “prosélitos”
no son, pues, nuevas denominaciones de pueblos: son palabras que califican a
los que se acaba de enumerar.
2 11 (b) Esta enumeración de los
pueblos del mundo mediterráneo que en conjunto se describe de este a oeste y de
norte a sur, sin duda se inspira en un antiguo calendario astrológico, conocido
por otros documentos, en los que los pueblos se hallaban relacionados con los
signos del zodiaco y enumerados por su orden. Lucas pudo haber adoptado como
una descripción cómoda de la oikumene de entonces. No se explica bien la
mención de Judea y ha suscitado desde la antigüedad varios intentos de
corrección.
Comentario.
-Diversos autores del NT:
Después de la muerte de Jesús
sus seguidores se volvieron a reunir bajo el impulso y la experiencia del
encuentro con el Resucitado:
Les dio el poder del Espíritu
para continuar su obra de proclamar la llegada del Reino.
Inicio de la Iglesia:
Presencia y poder de Dios (Resucitado
y Espíritu) / iniciativa humana.
-Hechos:
Narración de la experiencia
espiritual y carismática de la llegada del Espíritu a la Iglesia naciente.
-Durante la fiesta judía de las
Semanas:
50 días después de la Pascua.
Don de la Ley en el Sinaí.
Qumrán: renovación de la
Alianza.
-Signos que acompañan la venida
del Espíritu:
Viento y fuego.
-Pentecostés:
Mundialización del Evangelio
anunciada en 1,8.
Representa a la Iglesia como
una comunidad universal que trasciende lenguas y culturas.
Reverso del relato de la torre
de Babel (Gn 11, 1-9):
Derrota de Babel y surgimiento
de la Iglesia como comunidad universal.
Salmo responsorial
Salmo 104 (103) 1ab.24ab.29b-31.34
Envía
tu Espíritu, Señor,
y
repuebla la faz de la tierra. R/.
Bendice,
alma mía, al Señor:
¡Dios
mío, qué grande eres!
Cuántas
son tus obras, Señor;
la
tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les
retiras el aliento, y expiran
y
vuelven a ser polvo;
envías
tu espíritu, y los creas,
y
repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria
a Dios para siempre,
goce
el Señor con sus obras;
que
le sea agradable mi poema,
y
yo me alegraré con el Señor. R/.
Textos paralelos.
¡Cuán numerosas tus
obras, Yahvé!
Sal 8, 2: ¡Señor dueño nuestro,
que ilustre es tu nombre en toda la tierra! Quiero servir a tu majestad
celeste.
Pr 8, 23-31: Desde antiguo,
desde siempre fui formada, desde el principio antes del origen de la tierra; no
había océanos cuando fui engendrada, no había manantiales ni hontanares;
todavía no estaban encajados los montes, antes de las montañas fui engendrada;
no había hecho la tierra y los campos ni los primeros terrones del orbe. Cuando
colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del
océano, cuando sujetaba las nubes en la altura y reprimía las fuentes abismales
(cuando ponía su límite al mar, y las aguas no traspasan su mandato); cuando
asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba disfrutando cada día, jugando
todo el tiempo en su presencia, jugando con el orbe de su tierra, disfrutando
con los hombres.
Si escondes tu rostro
desaparecen.
Jb 34, 14-16: Si decidiera por
su cuenta retirar su espíritu y su aliento, expirarían todos los vivientes y el
hombre tornaría al polvo. Si eres inteligente, escúchame, presta oído a mis
palabras.
Gn 3, 19: Con el sudor de tu
frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron;
pues eres polvo y al polvo volverás.
Qo 12, 7: Y el polvo vuelva a
la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.
Sal 90, 3: Tú devuelves al
hombre al polvo, diciendo: ¡Volved, hijos de Adán!
Gn 1, 2: La tierra era un caos
informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía
sobre la faz de las aguas.
Gn 2, 7: Entonces el Señor Dios
modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el
hombre se convirtió en un ser vivo.
Hch 2, 2: De repente vino del
cielo un ruido, como un viento huracanado, que llenó toda la casa donde se
alojaban.
Gloria a Yahvé por siempre.
Gn 1, 31: Y vio Dios todo lo
que había hecho y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana, el día sexto.
¡Qué le sea agradable mi
poema!
Sal 7, 18: Yo confesaré la
justicia del Señor, tañendo en honor del Señor altísimo.
Notas exegéticas.
104 Este himno sigue el mismo orden
que la cosmogonía de Gn 1.
Tres lecturas.
Con Israel: El
autor de este salmo ha "copiado", purificando de toda idolatría un
himno egipcio en honor de Aton-Ra, el dios sol, compuesto por Amenofis IV.
Vació, grosso modo, su lenguaje en el molde de los seis días del Génesis,
introduciendo un gran optimismo ante la naturaleza... Poniendo en guardia
finalmente ante el "mal" que la libertad humana puede hacer, y que
finalmente debe desaparecer.
Con Jesús: Imaginemos a Jesús. "el hombre-Dios, que
vino a vivir en medio de los seres que había creado, paseándose en sus
dominios, en su obra maestra, mirando el mar, el sol, los animales, los seres
vivientes. ¡las parábolas nos hablan de muchos de ellos!
Con nuestro tiempo: Debemos
descubrir constantemente la belleza, la fecundidad, el poder de la creación: a
fuerza de vivir entre estas maravillas, nos habituamos a los paisajes, a los
bosques, a las flores... No somos sensibles a su mensaje.
Segunda
lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13,3b-7.12-13.
Hermanos:
Nadie puede decir: “Jesús es Señor”, sino por el Espíritu Santo. Y
hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios,
pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que
obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu
para el bien común. Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos
miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo
cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos
y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo
cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo espíritu.
Textos paralelos.
Nadie puede decir: “¡Jesús es Señor!”.
Hch 2, 21: Todos los que
invoquen el nombre del Señor se salvarán.
Hch 2, 36: Por tanto, que toda
la Casa de Israel reconozca que este Jesús que habéis crucificado, Dios lo ha
nombrado Señor y Mesías.
Rm 10, 9: Si confiesas con la
boca que Jesús es Señor, si crees de corazón que Dios lo resucitó de la muerte,
te salvarás.
Flp 2, 11: Y toda lengua
confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor!
A cada cual se le otorga
la manifestación del Espíritu.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
1 Co 12, 28: Dios los dispuso
en la Iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después
milagros, después carismas de curaciones, de asistencia, de gobierno, de
lenguas diversas.
1 Co 12, 30: ¿Tienen todos
carismas de curaciones?, ¿hablan todos lenguas arcanas?, ¿son todos
intérpretes?
Rm 12, 6-8: Usemos los dones
diversos que poseemos según la gracia que nos han concedido: por ejemplo, la
profecía regulada por la fe, el servicio, para administrar; la enseñanza, para
enseñar; el que exhorta, exhortando; el que reparte, con generosidad; el que
preside, con diligencia; el que alivia, de buen humor.
El cuerpo humano, aunque
tiene muchos miembros, es uno.
Rm 12, 4-5: Es como en un
cuerpo: tenemos muchos miembros, no todos con la misma función; así, aunque
somos muchos, formamos con Cristo un solo cuerpo, y respecto a los demás somos
miembros.
Ef 4, 4-6: Uno es el cuerpo,
uno el Espíritu, como es una la esperanza a que habéis sido llamados, uno el
Señor, una la fe, uno el bautismo, uno Dios, Padre de todos, que está sobre
todos, entre todos, en todos.
Porque hemos sido todos
bautizados en un solo Espíritu.
Ga 3, 28: Ya no se distinguen
judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, pues con Cristo Jesús todos sois
uno.
Col 3, 11: En la cual no se
distinguen griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro y escita, esclavo
y libre, sino que Cristo lo es todo para todos.
Flm 1, 16: Y no ya como
esclavo, sino mejor que esclavo: como hermano muy querido para mí y más aún
para ti, como hombre y como cristiano.
Notas
exegéticas.
12 4 Pablo pone los carismas en
paralelo con los “ministerios” (servicios) y la “diversidad de actuaciones” y
atribuye el conjunto de esta animación eclesial no solo al Espíritu, sino
también al Señor (Jesús) y a Dios (Padre). Anuncia ya los grandes temas de la
parábola del cuerpo: la diversidad y la unidad (oposición entre “diversidad de”
y “un mismo”).
12 6 Nótese la presentación
trinitaria del pensamiento.
12 12 (a) Aunque utilice el apólogo
clásico que compara a la sociedad con un cuerpo que teniendo miembros diversos
es uno, Pablo no se inspira en él para su doctrina sobre el cuerpo de Cristo.
Esta brota más bien de su peculiar modo de entender el amor como la base de la
existencia cristiana. En efecto, él veía a los creyentes como partes de una unidad
orgánica, y el cuerpo humano le brindaba una imagen perfecta de la diversidad
articulada en la unidad. Él designa aquí a “Cristo” como la realidad que
corresponde a ese hombre nuevo. Como cuerpo suyo, la Iglesia es la presencia
física de Cristo en el mundo en la medida en que prolonga su ministerio. Esta doctrina,
de tan gran realismo, que ya aparece en 1 Co, se repite y amplía en las epístolas
de la cautividad. Es cierto que la reconciliación de los hombres, que son
miembros de Cristo, se realiza siempre en el Cuerpo de Cristo crucificado según
la carne y vivificado por el Espíritu. Pero la unidad de este cuerpo que reúne
a todos los cristianos en el mismo Espíritu y su identificación con la Iglesia
adquieren mayor relieve. Así personalizado este cuerpo tiene en adelante a
Cristo por cabeza, por la influencia sin duda de la idea de Cristo Cabeza de
las potestades. Finalmente llega hasta englobar en cierto modo todo el universo
reunido bajo el dominio del Kyrios.
12 12 (b) Como el cuerpo humano da unidad
a la pluralidad de los miembros, así Cristo, principio unificador de su
iglesia, da unidad a todos los cristianos en su Cuerpo.
12 13 Literalmente este versículo es
un paréntesis: no forma parte del relato-parábola, sino que ofrece una
explicación teológica que remite al bautismo y a la eucaristía. El primer
miembro es paralelo de 10, 2: todos quedaron vinculados a Moisés al ser
bautizados en la nube y en el mar. “Bebieron la misma bebida espiritual” era
una alusión a la eucaristía.
Comentario.
-Comunidad cristiana
de Corinto:
Famosa por sus dones
y carismas:
Don del Espíritu
Santo / inteligencia superior, escuelas filosóficas, acciones mágicas.
-Pablo:
Recoloca a los
oyentes:
Fe: acoger el don
del Espíritu Santo para hacer la profesión de fe en Cristo.
Vincula los dones
con el Espíritu Santo y la diversidad, que revela la riqueza insondable de Dios:
Divisiones, odios,
injusticias: no proceden de Dios.
El Espíritu Santo
solo actúa para buscar el bien.
Cuerpo:
Corporeidad:
Muchos miembros
distintos y necesarios.
Nadie puede
despreciar a nadie.
Corporatividad:
Iglesia: cuerpo
místico de Cristo, su cabeza.
Si un miembro sufre,
todos sufren.
Dones: repartidos por
el Espíritu Santo para edificar ad intra y ad extra (la humanidad).
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en
esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos
se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío
yo.
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados,
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Textos paralelos.
Al atardecer de aquel día, el primero de la
semana.
Mc 16, 14-18: Por último se
apareció a los once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y
obstinación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado de la
muerte. Y les dijo: Id por todo el mundo proclamando la buena noticia a toda la
humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará. A
los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios,
hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les
hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se curarán.
Lc 24, 36-49: Estaban hablando
de ello, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con
vosotros. Espantados y temblando de miedo, pensaban que era un fantasma. Pero
él les dijo: ¿Por qué estáis turbados?, ¿por qué se os ocurren esas dudas?
Mirad mis manos y mis pies, que soy el mismo. Tocad y ved, que un fantasma no
tiene carne y hueso, como veis que yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y
los pies. Y, como no acababan de creer, de puro gozo y asombro, les dijo:
¿Tenéis aquí algo de comer? Le ofrecieron un trozo de pescado asado. Lo tomó y
lo comió en su presencia. Después les dijo: Esto es lo que os decía cuando
todavía estaba con vosotros: que tenía que cumplirse en mí todo lo escrito en
la ley de Moisés y en los profetas y salmos. Entonces les abrió la inteligencia
para que comprendieran la Escritura. Y añadió: Así está escrito: que el Mesías
tenía que padecer y resucitar de la muerte; que en su nombre se predicaría penitencia
y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. Vosotros
sois testigos de ellos. Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos
en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza.
La paz con vosotros.
Jn 14, 27: La paz os dejo, os doy
mi paz, y no os la doy como la del mundo. No os turbéis ni os acobardéis.
Jn 16, 33: Os he dicho esto
para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo pasaréis aflicción; pero tened
ánimo, que yo he vencido al mundo.
Lc 24, 16: Pero ellos tenían
los ojos incapacitados para reconocerlo.
Los discípulos se alegraron
de ver al Señor.
Jn 15, 11: Os he dicho esto
para que participéis de mi alegría y vuestra alegría sea colmada.
Jn 16, 22: Así vosotros ahora
estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría.
Como el Padre me envió
también yo os envío.
Jn 17, 18: Como tú me enviaste
al mundo, yo los envié al mundo.
Mt 28, 19: Por tanto, id a
hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre
y al Hijo y al Espíritu Santo.
Mc 16, 15: Y les dijo: Id por
todo el mundo proclamando la buena noticia a toda la humanidad.
Dicho esto, sopló y les
dijo.
Lc 24, 47: Que en su nombre se
predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por
Jerusalén.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Jn 1, 33:Yo no lo conocía; pero
el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y
posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
A quienes les perdonéis
los pecados.
Mt 16, 19: A ti te daré las
llaves del reino de Dios: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo;
lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Mt 18, 18: Os aseguro que lo
que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desatéis en la tierra
quedará desatado en el cielo.
Notas exegéticas Biblia de
Jerusalén
20 19 Saludo ordinario de los judíos.
Este saludo se repite en el v. 21, indicio quizá de una inserción más tardía de
los vv. 20-21a, bajo la influencia del relato paralelo de Lc.
20 20 Lc 24, 39 tiene una perspectiva
más apologética. Aquí se trata de poner de relieve la continuidad entre el
Jesús que ha sufrido y el que está para siempre con ellos. El Señor glorioso de
la Iglesia no es otro que el Señor crucificado.
20 22 El soplo de Jesús simboliza al
Espíritu (en hebreo: soplo) principio de vida. Igual verbo raro que en Gn 2, 7.
Cristo resucitado da a los discípulos el Espíritu que realiza como una
re-creación de la humanidad. Poseyendo desde ahora este principio de vida, el hombre
ha pasado de la muerte a la vida y no morirá jamás. Es el principio de una
escatología ya realizada. Para Pablo (al menos en sus primeras cartas) esta
re-creación de la humanidad no se producirá hasta la vuelta de Cristo. Jn hace
suya la fórmula tradicional que es necesario entender, en la medida de lo
posible, en el marco de su propia teología: los discípulos perdonarán o
retendrán los pecados en la medida en que prolonguen la misión de Jesús en el
mundo. Las tradiciones católica y ortodoxa piensan que el poder de perdonar los
pecados incumbe a los miembros del colegio apostólico, al que se encomienda, en
comunión con Jesús, la tarea pastoral. Para la tradición reformada este poder y
esta tarea pastoral compiten a todos los discípulos, es decir, a los creyentes
de todos los tiempos, y no a Pedro en particular o a un determinado orden
sacerdotal. Escuchando su testimonio, los hombres creerán (serán perdonados sus
pecados) o se escandalizarán (se juzgarán a sí mismos; sus pecados les serán
retenidos).
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
19 ESTANDO CANDADAS…
LAS PUERTAS… LLEGÓ…: el cuerpo glorioso y “espiritualizado” de Jesús queda
fuera de las leyes físicas del mundo material.
20 LES ENSEÑÓ… las
heridas de LAS MANOS Y DEL COSTADO, signos de identificación; el resucitado es el
mismo que fue crucificado. Y las huellas transfiguradas del sufrimiento
anterior ya no causan tristeza.
21-22
Para
la impresión de que resurrección, ascensión, venida del Espíritu y misión de la
Iglesia sucedieron en el mismo día, cf. Lc 24, 51. // ME ENVIÓ: el tiempo
verbal griego (perfecto*) equivale a “me envió y continúo siendo su enviado”.
// SOPLO: como en una nueva creación, es necesario “el aliento” (el espíritu)
de Dios. // ESPÍRITU SANTO: aliento divino, dador de vida sobrenatural, como el
soplo que infundió vida al primer hombre (cf. Gn 2, 7). Sin duda hay que sobrentender
dos artículos determinados en el texto griego (“el Espíritu el Santo”),
usados por Jn otras veces. Jesús les comunica el Espíritu Santo, primeramente
para suscitar y reafirmar en ellos la fe en su resurrección (para que vean,
e.d., para que crean); y luego, para hacer que otros vean, quitando la ceguera
del pecado.
12 Es verdad de fe
definida que las palabras de Jesús en estos versículos “hay que entenderlas de
la potestad de perdonar y de retener los pecados en el sacramento de la
penitencia” (DS 1703 y 1670). “Atar (retener) y desatar” se aplican aquí,
concretamente, a los pecados.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
20, 19-23 Cristo tiene un cuerpo
glorificado con las marcas de la crucifixión en una forma gloriosa como signo
de rotunda victoria. Los cuerpos de los justos serán glorificados del mismo
modo en el juicio final. Cat. 645, 659, 1042 y 1060.
20, 22-23 Inmediatamente después de la
Resurrección, el último signo de la victoria sobre el pecado y la muerte,
Cristo instituyó el sacramento de la penitencia y la reconciliación otorgando a
los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados en su nombre.
Soplando sobre los Apóstoles – denominado a veces como “El Pentecostés de Juan”
– fue un presagio de la venida del Espíritu Santo. Por lo tanto, ellos
recibieron el Espíritu Santo de Cristo y así están facultados para actuar en
su nombre. Para los Apóstoles, los
primeros sacerdotes ordenados, el poder de perdonar los pecados fue una parte
vital en su papel de santificar al pueblo. Al enviarlos al mundo, Jesús les
mandó continuar su misión de curación espiritual a través de los sacramentos
del Bautismo y la Penitencia. Creer en el perdón de los pecados es una declaración
esencial del Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea, que se rezan en la
liturgia de la Iglesia. Cat. 730, 858, 976-980, 1287, 1485-1488.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Era de noche, más por la
tristeza que por la hora. Era noche para las mentes obscurecidas por la sombría
nube de la tristeza y la pesadumbre, porque, aun cuando la noticia de su
resurrección les había dado una tenue claridad, sin embargo el Señor todavía no
había brillado con todo el resplandor de su luz.
Pedro Crisólogo, Sermones, 84,
2. IVb, pg. 451.
Yo os envío no con la autoridad
del que manda, sino con todo el afecto con que yo os amo. Os envío a soportar
el hambre, a sufrir el peso de las cadenas, la aspereza de la cárcel, a
sobrellevar toda clase de penas, a sufrir una muerte execrable[1] por todos: todas las coas que la caridad, no el poder, impone a las
almas humanas.
Pedro Crisólogo. Sermones, 84,
6. IVb, pg. 457.
Cristo envía a los discípulos lo
mismo que el Padre le había enviado a Él, para que mediante estas palabras
comprendieran la misión que les encomendaba, es decir, la de llamar a los
pecadores a la penitencia, curar, en el cuerpo y en el espíritu, a los que
estaban enfermos, y en el reparto de las cosas, no buscar ciertamente la propia
voluntad, sino la voluntad de aquellos a los que eran enviados y, en la medida
de lo posible, salvar con su enseñanza al mundo. Y no es difícil saber cuánto
se prodigaron los santos apóstoles en todo: basta leer los Hechos de los
Apóstoles y los escritos de san Pablo.
Cirilo de Alejandría, Comentario
al Ev. de Juan, 12, 1. IVb, pg. 457.
Los discípulos de Cristo
recibieron el Espíritu en tres ocasiones: antes de que Cristo fuera glorificado
en la pasión; después de haber sido glorificado por la resurrección, y después
de la ascensión del cielo. La primera manifestación era difícilmente
reconocible; la segunda era más expresiva, la de hoy es más perfecta.
Gregorio Nacianceno, Discurso
sobre Pentecostés, 41, 11. IVb, pg. 458.
San Agustín.
Todos los hombres, cuando hacen
un negocio y difieren el pagar, la mayor parte de las veces reciben o dan unas
arras, que dan fe de que luego llegará aquello a lo que anteceden como
garantía. Cristo nos dio las arras del Espíritu Santo; él, que no podía
engañarnos, nos otorgó la plena seguridad cuando nos entregó esas arras, aunque
cumpliría lo prometido, aun sin habérnoslas dejado. ¿Qué prometió? La vida
eterna, dejándonos las arras del Espíritu. Tenemos, pues, las arras; tengamos
sed de la fuente misma de donde manan las arras. Tenemos como arras cierta rociada
del Espíritu Santo en nuestros corazones, para que si alguien advierte este
rocío, desee llegar hasta la fuente. ¿Para que tenemos, pues, las arras sino
para no desfallecer de hambre y sed en esa peregrinación? Si reconocemos ser
peregrinos, sin duda sentiremos hambre y sed. Quien es peregrino y tiene
conciencia de ello desea la patria y, mientras dura su deseo, la peregrinación
le resulta molesta. Si ama la peregrinación, olvida la patria y no quiere
regresar a ella. Nuestra patria no es tal que pueda anteponerse alguna otra
cosa. Nosotros hemos nacido peregrinos lejos de nuestro Señor que inspiró el
aliento de vida al primer hombre. Nuestra patria está en el cielo, donde los
ciudadanos son los ángeles. Desde nuestra patria nos han llegado cartas
invitándonos a regresar, cartas que se leen a diario en todos los pueblos.
Resulte despreciable el mundo y ámese al autor del mundo.
Sermón 378. *, pg. 665.
S. Juan de Ávila
¿Qué hace que me siento con gran
flaqueza? Busca remedio donde os vino la llaga; buscad la gracia de Dios: Él os
la dará, que él dio la ley de la gracia para cumplirla: Gavisi
sunt discipuli, viso domino[2] (Jn 20, 20).
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 10. OC II, pg.
189.
Todos estos tienen por oficio
encaminar las ánimas para el cielo. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos[3]
(Jn
20, 21). Y, por tanto, yo saco la conclusión que han de ser ejemplares, y que,
si no lo son, se perderán; porque, si el rey criase un capitán, no satisfaría
si fuese soldado. Ideo vos estis lux mundi, sal terrae[4].
Plática: 6. A sacerdotes, 5. OC I, pg. 852.
Y luego tras este preámbulo,
podrá decirles cómo el fin del sacerdote es sacar almas de pecado, y que para
esto Cristo le instituyó en la Iglesia, según aquello de San Juan, capítulo 20,
como el Padre me envió, así os envío a vosotros. Y pues Cristo fue
enviado a sacar almas de pecado, así también ellos son enviados.
Siete nuevos escritos. Para el sermón a los clérigos. OC II, pg. 1044.
Que hallaréis en la Santa Madre
Iglesia de tradiciones que no están escriptas en los Evangelistas, como es la
forma de consagrar. Por eso nos dijo nuestro Señor: “Allá os
doy mi Espíritu Santo” (cf. Jn 20, 20); y donde se infunde este Espíritu
Santo y la práctica que procede del Espíritu Santo, habla Dios y es tradición
de Dios. Y por eso, lo que los santos Padres, alumbrados por el Espíritu Santo,
ordenaron, es ordenado por Dios; y por eso se escribió poco, porque lo remitió
a aquellos que fuesen ayuntados[5]
en el Espíritu Santo.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg.
334.
Dijo por San Joan: Sicut
misit me Pater, et ego mittam vos (Jn 20, 21). El corazón ardiendo
en celo de la hora del Padre y de la salvación de las ánimas le trajo al mundo.
Y aquel fuego del celo de la casa de Dios quemó todo el aparato mundano, que
pesado con justas balanzas, no es sino pajas y donde hay fuego de amor de Dios,
luego son quemadas con gran ligereza.
A un obispo de Córdoba. OC IV, pg. 603.
Sicut me misit[6]
(cf.
20, 21). No fue desamor de mi Padre, ni mío, enviaros a predicar mi nombre, poneros
a fuerza e violencia del mundo. Para tan gran hecho gran ayuda. Accipite
Spiritum Sanctum[7] (Jn 20, 22).
Extrañan largueza, que aquél poder que hasta aquel punto ante Dios quería dar a
entender que Dios le tenía, no usó de él: que un hombre pueda abrir e cerrar el
cielo.
Martes de Pascua, 1. OC III, pg. 227.
Item, el mismo Señor dijo a sus
apóstoles, cuando instituyó el sacramento de la penitencia: Cuyos
pecados perdonáredes, son perdonados (Jn 20, 23), etc. Y, por
consiguiente, se da gracia y justicia por este sacramento, pues no puede haber
perdón de pecados sin que se dé la gracia, la cual es significada y contenida
en todos los siete sacramentos de la Iglesia; y se da a quien bien los recibe,
y con mayor abundancia que la disposición de quien los recibe, por ser obras privilegiadas,
que por la misma obra que son, dan gracia. Por lo cual debe ser en gran manera
reverenciados y usados, como la Iglesia católica lo cree y nos lo enseña.
Audi, filia (II), 44, 8. OC I, pg. 631.
Si queréis confesar los pecados
veniales por las claves del sacramento son perdonados, porque son pecados.
Nuestro Señor dijo: Los pecados que perdonáredes serán perdonados (Jn 20, 23).,
pecados también se entienden los veniales, y es materia voluntaria.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 7. OC II, pg.
165.
Mirad que dijo Dios a los
sacerdotes: Cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados (Jn 20, 23). Dice
el confesor: “Yo te absuelvo de todos pecados”. Asíos a esa palabra: que veis
ahí los remedios que Dios dejó para los que le ofendieren.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg.
339.
Por el pecado venial no se quita
la amistad con Dios; y si pecastes mortalmente, remedio hay. ¿Quebrantastes la
palabra de la castidad, la de no jurar? Palabra hay con que se suelde y
remedie. ¿Qué palabra? Arrepentíos y confesaos, y con esta palabra se remediará
el mal de la otra. Conviene a saber: Quorum remiseritis peccata[8]
(Jn
20, 23). Que, si por pecar habéis de perder el esperanza, San Pedro pecó y
David. Levantaos, que Dios os da la mano.
Lecciones sobre 1 San Juan (II), 24. OC II,
pg. 456.
Y a quien le pareciere pequeña
la autoridad de ellos, oiga la palabra de Cristo nuestro Redemptor, que dice: Cuyos
pecados perdonáredes, serán perdonados; y los que retuviéredes, serán retenidos
(Jn
20, 23). En las cuales palabras instituyó el santísimo sacramento de la
Penitencia, por el cual son perdonados a los que vienen dispuestos, no solo los
mortales, mas aun los veniales; que muy mal se engañaron lso que pensaron que
los pecados veniales no son materia del santísimo sacramento de la Penitencia.
Si dijeran que no son materia necesaria, acertarán en ello, mas si se confiesan
verdaderamente obran en ellos las llaves y la verdad de este santísimo sacramento;
de manera que se comprehenden en aquellas palabras de Cristo nuestro Señor, cuyos
pecados perdonáredes, serán perdonados, aunque no se digan veniales.
Santísimo Sacramento, 6. OC III, pg. 657.
A quien perdonáredes sus pecados, serles han
perdonados, etc. (Jn 20, 23). - ¿Y, qué es confesión? - ¿Qué cosa? ¿Qué estando tú
muerto y en pecado, si vas al sacerdote y le dices tus pecados, y pides perdón a
Dios de ellos y te arrepientes, luego te serán perdonados, y quedas en paz con
Dios y no te demandará su justicia que le pagues; y de esta manera la confesión
resucita los muertos. Con venir tú a los pies del confesor, habiendo hecho lo
que en ti es, aunque no traigas todo el arrepentimiento que fuera razón por
virtud del sacramento vuelves de muerte a vida, y allí te dan el
arrepentimiento que basta para que tus pecados puedan ser perdonados.
Octava del Corpus, 7. OC III, pg.
784.
Diga misa cada día, aunque no
sienta devoción, y confiese a más tardar de tres a tres días, con profundo
conocimeinto de sus males y crédito que son muy más y mayores que él conoce, y
con entera fe y devoción en este sacramento, por la palabra del Señor: Quorum
remiseritis peccata, etc. (Jn 20, 23), y si Dios le da luz con que se
conozca y fe para esta palabra, serle ha este sacramento grandísima dulcedumbre
y seguridad. Si alguna persona le importunare mucho que la confiese, hágalo con
aquel aparejo como cuando va a decir misa; y no querría que fuesen mujeres ni
que fuesen muchos, sino a alguna cosa particular que parezca mandarla Dios.
A un predicador. OC IV, pg. 39.
Comentario Homilética
-Primera parte de la segunda aparición de Jesús resucitado,
después de la aparición a María Magdalena.
-A continuación: Tomas y primera conclusión del evangelio.
-Pentecostés:
Hch 2, 1-11: modelo diferente de la llegada del Espíritu
Santo.
Comunidades paulinas: sacramental.
Todos los relatos coinciden en:
Fuerza especial.
Capacitación para la misión y la vida cristiana que el
Espíritu obra en la comunidad.
-Partes:
Introducción narrativa:
Situación inicial (v. 19): cuándo, dónde, quiénes, cómo, …
1ª: intervención de Jesús con palabras y gestos (19b-20a).
2ª: reacción de los discípulos o corazón del texto(v. 20b).
3ª: segunda intervención de Jesús con palabras y gestos (vv.
21-23).
-Efectos de Jesús resucitado en los discípulos:
A nivel interior: miedo a la alegría.
A nivel exterior: de estar cerrados a ser enviados.
-Gestos de Jesús:
A nivel exterior: mostrar sus manos y costado.
A nivel interior: exhalar su aliento.
-Paz a vosotros:
2 veces.
Saludo pascual que se convierte en don del Resucitado.
-Añadidos:
Envío y don del Espíritu Santo: Pentecostés joánico.
MISA DE NIÑOS. SANTÍSIMA
TRINIDA.
Monición de entrada.
Buenos días.
Hoy celebramos la fiesta de la Santísima
Trinidad.
Cada vez que rezamos lo hacemos al Padre, por
Jesús, el Hijo, en el Espíritu Santo.
Y así hoy decimos que creemos que Dios es uno
familia de tres personas.
Y los tres nos quieren por igual, muchísimo.
Señor,
ten piedad.
A ti, Hijo de Dios vivo. Señor, ten piedad.
A ti, cara del Padre. Cristo, ten piedad.
A ti, que tienes el Espíritu Santo. Señor, ten
piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco. Te lo pedimos Señor.
-Por todos los cristianos que creemos en la
Santísima Trinidad. Te lo pedimos Señor.
-Por los judíos y musulmanes que creen en
Dios. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que no creen en Dios Te lo
pedimos, Señor.
-Por nosotros que rezamos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Te lo pedimos Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, tu
eres la hija de Dios Padre, la madre de Dios Hijo y la esposa de Dios Espíritu
Santo, hoy queremos darte gracias porque en esta familia también contáis con
cada uno de nosotros.
EXPERIENCIA.
Mira el vídeo https://www.youtube.com/watch?v=mcBpImsrnRk
Al principio aparecen
rostros tristes. ¿A quién o quiénes te recuerdan?
Después rostros de
personas alegres: ¿por qué lo están?
¿Quiénes son los
protagonistas? ¿los sacerdotes o los laicos, es decir, los que no son
sacerdotes, religiosas o religiosos?
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día,
el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les
dijo:
-Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les
enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver
al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros. Como el
Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu
Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengáis, les quedan retenidos.
Lee pausadamente el texto.
Imagina la escena: la casa, los
discípulos, Jesús, el soplo.
Entra dentro de tu corazón,
repite las palabras de Jesús: “Recibe el Espíritu Santo”. Este lo recibiste o
recibirás en el sacramento de la confirmación. Si bien él está ya en tu
corazón.
Respira y acompasa tu
respiración con las palabras de Jesús.
¿Por qué las personas del vídeo
trabajan por los demás?
Es el Espíritu quien les
impulsa.
Respira tomando conciencia de
la respiración. Él es el aire de tu alma. El que impulsa a creer en Jesús y
vivir según sus enseñanzas, a amar a Dios y a los demás anunciando el Evangelio.
COMPROMISO.
Jesús te lo ha dado todo, ¿qué estás dispuesto
a darle tú?
CELEBRACIÓN.
Recuerda en la
oración las personas que te han hablado de Jesús y los momentos en los que tú
has sido apóstol, enviada o enviado de Cristo como educadora o educador Juniors,
catequistas, en Cáritas, en la parroquia. Agradécele a Jesús haberte elegido y
haber tenido la oportunidad de hacer algo por los demás.
Escucha la
canción El Espíritu del Señor sobre mí. https://www.youtube.com/watch?v=4UYpCfZ22JA
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio
según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca.
1992.
Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va
Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
http://www.vatican.va/content/vatican/es.html
[1] Execrar: 1. Condenar o
maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas. 2. Vituperar o
reprobar severamente. 3. Aborrecer (//tener aversión).
[2] Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor. Trad. Biblia CEE.
[3] Como el Padre me ha
enviado, así también os envío yo. Trad. Biblia CEE.
[4] Port eso vosotros sois
la luz del mundo, la sal de la tierra. Trad. editor.
[5] Ayuntar: 2. Añadir. www.rae.es
[6] También os envío yo. Trad.
Biblia CEE.
[7] Recibid el Espíritu
Santo. Ib.
[8] A los que perdonéis los
pecados. Trad. del editor.
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