Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 25-25.44-48
Cuando iba a entrar Pedro, Cornelio le salió al encuentro y,
postrándose, le quiso rendir homenaje. Pero Pedro lo levantó, diciéndole:
-Levántate, que soy yo un hombre como tú.
Pedro tomó la palabra y dijo:
-Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de
personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la
nación que sea.
Todavía estaba hablando Pedro, cuando bajó el Espíritu Santo sobre
todos los que escuchaban la palabra, y los fieles de la circuncisión que habían
venido con Pedro se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara
también sobre los gentiles, porque los oían hablar en lenguas extrañas y
proclamar la grandeza de Dios. Entonces Pedro añadió:
-¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el
Espíritu Santo igual que nosotros?
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Entonces le regaron
que se quedara unos días con ellos.
Textos
paralelos.
Levántate, que también yo soy un hombre.
Hch 3, 12: Pedro al verles les
dirigió la palabra: Israelitas, ¿por qué os asombráis y os quedáis mirándonos
como si hubiéramos hecho a andar a este con nuestro propio poder o
religiosidad?
Hch 14, 15: Hombres, ¿qué
hacéis? Nosotros somos hombres, de vuestra misma condición, y os anunciamos que
hay que abandonar los ídolos para convertirse al Dios vivo, que hizo el cielo,
la tierra, el mar y cuanto contienen.
Ap 19, 10: Caí a sus pies en
adoración. Pero me dijo: ¡No lo hagas! Soy siervo como tú y como tus hermanos
que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios has ade adorar (Él testimonio de Jesús
es espíritu profético).
Pedro, tomó entonces la
palabra.
Hch 2, 22: Israelitas, escuchad
mis palabras. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante vosotros
con los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por su medio, como bien
sabéis.
Verdaderamente comprendo
que Dios no hace acepción de personas.
Dt 10, 17: Que el Señor,
vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, fuerte y
terrible, no es parcial ni acepta soborno.
Ga 2, 6: En cuanto a los “respetables”
– hasta qué punto lo eran no me importa, pues Dios no es parcial con los
hombres – esos respetables, no me impusieron nada.
Rm 2, 11: Que Dios no es
parcial.
1 P 1, 17: Y si llamáis Padre
al que juzga imparcialmente las acciones de cada uno, proceded con cautela
durante vuestra permanencia en la tierra.
Cuando el Espíritu Santo
cayó sobre todos.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Hch 8, 16: Pues todavía no
había bajado sobre ninguno; solo estaban bautizados para el nombre del Señor
Jesús.
Quedaron atónitos al ver
que el don del Espíritu Santo.
Hch 2, 33: Exaltado a la diestra
de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado.
Es lo que estáis viendo y oyendo.
Pues les oían hablar en
lenguas.
Hch 2, 4: Se llenaron todos del
Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu
Santo les permitía expresarse.
Hch 2, 11: Judíos y prosélitos,
cretenses y árabes: todos los oímos contar, en nuestras lenguas, las maravillas
de Dios.
¿Acaso puede alguno negar
el agua del bautismo a estos?
Hch 11, 17: Ahora bien, si Dios
les concedió el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor, Jesús
el Mesías, ¿quién era yo para estorbar a Dios?
Hch 8, 36: Siguiendo camino
adelante llegaron a un lugar donde había agua, y el eunuco le dijo: Ahí hay
agua, ¿qué impide bautizarme?
Así que mandó que fueran
bautizados.
Hch 1, 5: Que Juan bautizó con
agua, vosotros seréis bautizados dentro de poco con Espíritu Santo.
Hch 2, 38: Pedro les contestó:
Arrepentíos, bautizaos cada uno invocando el nombre de Jesucristo, para que se
os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Notas exegéticas.
10 25 Variante occidental: “Cuando
Pedro se aproximaba a Cesarea, uno de los siervos se adelantó a anunciar su
llegada. Cornelio salió a su encuentro…”.
10 35 Terminología cultual. Es grato
a Dios el sacrificio irreprochable o el que lo ofrece (Lv 1, 3). Isaías (Is 56,
7) había anunciado que, al fin de los tiempos, los sacrificios de los gentiles
serían gratos a Yahvé.
10 44 Es “el Pentecostés de los
gentiles”, análogo al primer Pentecostés, como lo comprueba Pedro.
10 48 (a) Los apóstoles generalmente
no administraban por sí mismos el bautismo.
10 48 (b) Según 1, 2-3, lo que
pareció insólito e ilegítimo a los “hebreos” de Jerusalén, es la estancia de
Pedro en casa de incircuncisos, más aún que la autorización de bautizarlos. El
mismo problema dio ocasión al conflicto de Antioquía, Ga 2, 11.
Comentario.
-Relato de la apertura de la
comunidad de Jerusalén a la misión de los paganos:
Centurión Cornelio:
Representa a todos ellos.
Hombre justo y temeroso de Dios
(10, 22).
Escucha y aceptación de su mensaje
mesiánico.
Le acompañan su familia y
servidores.
-Proceso de conversión del
apóstol Pedro:
Comprensión de un Dios
imparcial:
No hace distinciones entre
personas.
Deuteronomio 10, 17; Job 34;
Eclesiástico 35, 13.
Dios retribuye a cada uno según
sus obras: Colosenses 3, 25; Efesios 6, 9; 1 Pedro 1, 17.
-Condiciones para que un no
judío fuese agradable a Dios:
Temer a Dios.
Practicar la justicia.
= respuesta vital del creyente
después del bautismo.
Salmo responsorial
Salmo 98 (97), 1-4
El
Señor revela a las naciones su salvación. R/.
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
porque
ha hecho maravillas;
su
diestra le ha dado la victoria,
su
santo brazo. R/.
El
Señor da a conocer su victoria,
revela
a las naciones su justicia.
Se
acordó de su misericordia y su fidelidad
en
favor de la casa de Israel. R/.
Los
confines de la tierra han contemplado
la
victoria de nuestro Dios.
Aclama
al Señor, tierra entera;
gritad,
vitoread, tocad. R/.
Textos paralelos.
¡Cantad a Yahvé un nuevo canto!
Sal 96, 1: Cantad al Señor un
cántico nuevo, cantad al Señor, la tierra entera.
Le sirvió de ayuda su
diestra.
Is 52, 10: Pero yo, como verde
olivo en la casa de Dios, he confiado en la lealtad de Dios por siempre.
Sal 59, 16: Vagabundos,
buscando comida, y hasta que no se hartan, andan gruñendo.
Sal 63, 5: Así te bendeciré
mientras viva, alzando las manos en tu nombre.
Yahvé ha dado a conocer
su salvación.
Sal 96, 2: Cantad al Señor,
bendecid su nombre, pregonad día tras día su victoria.
Gritad alegres, gozosos,
cantad.
Sal 96, 1: Cantad al Señor un
cántico nuevo, cantad al Señor, la tierra entera.
Notas exegéticas.
98 Himno escatológico inspirado en
la última parte del libro de Isaías (caps. 56-66), y muy afín al salmo 96.
Tres lecturas.
Con Israel: Este es un "salmo
del reino": una vez al año, en la fiesta de las Tiendas (que recordaban
los 40 años del Éxodo de Israel, de peregrinación por el desierto), Jerusalén,
en una gran fiesta popular que se notaba no solamente en el Templo, lugar de
culto, sino en toda la ciudad, ya que se construían "tiendas" con
ramajes por todas partes... Jerusalén festejaba a "su rey". Y la
originalidad admirable de este pueblo, es que este "rey" no era un
hombre (ya que la dinastía Davídica había desaparecido hacía largo tiempo),
sino Dios en persona. Este salmo es una invitación a la fiesta que culminaba en
una enorme "ovación" real: "¡Dios reina!", "¡aclamad a
vuestro rey, el Señor!" Imaginemos este "Terouah", palabra
intraducible, que significa: "grito"... "ovación"...
"aclamación".
Con Jesús: ¡La "venida" de
Dios! Israel no podía ni mucho menos adivinar hasta qué punto esto sería
cierto. Lo que celebra este canto, es realmente la Navidad, la venida del Hijo
de Dios en persona: este salmo 97 se utiliza en la Misa del día de Navidad... Y
en la Misa de media noche, encontramos un salmo que tiene exactamente el mismo
sentido (salmo 95).
Con nuestro tiempo: Escuchemos al
escritor francés Paul Claudel, que vive a su manera este salmo: "¿Qué
canto, oh Dios mío, podemos inventar al compás de nuestro asombro? El ha roto
todos los velos. Se ha mostrado. Se ha manifestado tal como es a todo el mundo.
La misma caridad, la misma verdad, todo semejante, a lo que quiso con Israel,
¡helo aquí, doquier, brillando a los ojos de todo el mundo! ¡Tierra,
estremécete! ¡Que oiga en tus profundidades el grito de todo un pueblo que
canta y que llora y que patalea! ¡Adelante, todos los instrumentos! ¡Adelante
la cítara y el salmo! ¡Adelante, la trompeta en pleno día con sonido claro, y
esta trompeta, la otra, muy bajo, como un hormigueo de trompetas que yo creía
escuchar durante la noche! ¡Adelante el mar, para sumirme! ¡Adelante, la
redondez de la tierra como un canasto que se sacude! ¡Ríos, aplaudid, y que se
alisten las montañas, porque ha llegado el momento en que Dios va a
"juzgar" a la tierra! ¡Ha llegado el día del rayo del sol, y de la
radiante nivelación de la justicia!".
Segunda
lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de
Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha
conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos
tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de
él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros
pecados.
Textos paralelos.
Amémonos unos a otros.
1 Ts 4, 9: Acerca del amor fraterno
no hace falta escribiros, pues vosotros habéis aprendido de Dios a amaros
mutuamente.
Todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios.
1 Jn 1, 3: Lo que vimos y oímos
os lo anunciamos también a vosotros para que compartáis nuestra vida, como
nosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Quien no ama no ha
conocido a Dios.
1 Jn 1, 7: Pero si caminamos en
la luz, como él está en la luz, compartimos nuestra vida y la sangre de su Hijo
Jesús nos limpia de todo pecado.
Dios es amor.
1 Jn 4, 16: Nosotros hemos
conocido y hemos creído en el amor que dios nos tuvo. Dios es amor: quien conserva
el amor permanece con Dios y Dios con él.
En que Dios envió al
mundo.
Jn 3, 16: Hemos conocido lo que
es el amor en aquél que dio la vida por nosotros. Pues también nosotros debemos
dar la vida por los hermanos.
En esto consiste el amor.
Rm 8, 31: Teniendo esto en
cuanta, ¿qué podemos decir? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién estará en
contra?
Sino en que él nos amó.
Rm 5, 8: Pues bien, Dios nos
demostró su amor en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Como víctima de
expiación.
1 Jn 2, 2: El expía nuestros
pecados y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.
Para el perdón de los
pecados.
Rm 3, 25: Dios lo destinó a ser
con su sangre instrumento de expiación para los que creen. Dios mostraba así su
justicia cuando pacientemente pasaba por alto los pecados de antaño.
Notas
exegéticas.
4 7 Aquí, como en el v. 6, la
traducción reproduce en presente el matiz del verbo “conocer”. Este empleo
destaca el carácter progresivo de tal conocimiento. El creyente, si
verdaderamente ha nacido de Dios y practica el amor fraterno, descubre lo que
Dios es en realidad (ver v. 8) y experimenta su amor (agape).
4 8 Dios amaba a Israel, Is 54, 8.
La misión del Hijo único como Salvador del mundo manifiesta que el amor es de
Dios, porque el mismo Dios es amor y hace participar en el amor al creyente hijo
de Dios.
Comentario.
-Exhortación previa
a la meditación de Dios y su verdadera identidad.
-Petición:
Teológica / moral,
psicológica, táctica, práctica o pragmática.
-Paralelismo:
Antitético: el que
ama conoce a Dios / el que no ama no conoce a Dios.
El que ama ha nacido
de Dios – el amor es de Dios.
Quien no ama no
conoce a Dios – Dios es amor.
-El amor:
Solo él nos adentra
en el conocimiento de Dios.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Como el Padre me ha
amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté
en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que
os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a
vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido
y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De
modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os
améis unos a otros.
Textos paralelos.
Como el Padre me amó.
Jn 3, 35: El Padre ama al Hijo
y todo lo pone en sus manos.
Jn 10, 14-15: Yo soy el buen
pastor: conozco a las mías y ellas me conocen, como el Padre me conoce y yo
conozco al Padre; y doy la vida por las ovejas.
Yo también os he amado.
Jn 17, 23: Yo en ellos y tú en
mí, para que sean plenamente uno; para que el mundo conozca que tú me enviaste
y los amaste como me amaste a mí.
Permaneced en mi amor.
Jn 13, 1: Antes de la fiesta de
Pascua, sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre,
después de haber amado a los suyos del mundo, los amó hasta el extremo.
Como yo los he guardado.
Jn 8, 29: El que me envió está
conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Jn 6, 38: Porque no bajé del
cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Os he dicho esto para que
mi gozo esté en vosotros.
Jn 3, 29: Quien se lleva a la
novia es el novio. El que está escuchando se alegra de oír la voz del novio. Y
en esto consiste mi gozo colmado.
Jn 16, 21: Cuando una mujer va
a dar a luz, está triste, porque le llega su hora. Pero, cuando ha dado a luz a
la criatura, no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un hombre le
haya nacido al mundo.
Jn 16, 22: Así vosotros ahora estáis
tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría, y nadie os
quitará vuestra alegría.
Jn 17, 13: Ahora voy hacia ti;
y todavía en el mundo digo esto para que posean mi alegría completa.
1 Jn 1, 4: Os escribimos esto
para que se colme vuestra alegría.
Os améis los unos a los
otros.
Jn 13, 34: Os doy un
mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado: amaos así
unos a otros.
Nadie tiene mayor amor
que el que da su vida por sus amigos.
1 Jn 3, 16: Hemos conocido lo
que es el amor en aquel que dio la vida por nosotros. Pues también nosotros
debemos dar la vida por los hermanos.
Rm 5, 6-8: Cuando todavía éramos
inválidos, a su tiempo, Cristo murió por los malvados. Por un inocente quizá
muriera alguien; por una persona buena quizá alguien se arriesgara a morir.
Pues bien, Dios nos demostró su amor en que, siendo aun pecadores, Cristo murió
por nosotros.
A vosotros os he llamado
amigos.
Lc 12, 4: A vosotros mis amigos
os digo que no temáis a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada
más.
porque todo lo que he
oído a mi Padre.
Ex 33, 11: El Señor hablaba a Moisés
cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento,
mientras que Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la
tienda.
Os he elegido yo a vosotros.
Dt 7, 6: Porque tú eres un
pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras, entre todos
los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
1 Jn 4, 10: En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a
su Hijo para expiar nuestros pecados.
Para que vayáis y deis
fruto.
Rm 6, 20-23: Mientras erais
esclavos del pecado, os emancipabais de la justicia. ¿Y qué sacabais en limpio?
Resultados que ahora os confunden, porque acaban en la muerte. Pero ahora,
emancipados del pecado y esclavos de Dios, vuestro fruto es una consagración que
desemboca en vida eterna. Pues el salario del pecado es la muerte; el don de
Dios, por Jesucristo Señor nuestro, es la vida eterna.
Jn 15, 2: Los sarmientos que en
mí no dan fruto los arranca; los que dan fruto los poda, para que den más
fruto.
Al Padre en mi nombre.
Jn 14, 13: Y lo que pidáis
alegando mi nombre lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del
Padre.
Os améis los unos a los
otros.
Jn 13, 34: Os doy un
mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado: amaos así
unos a otros.
Notas exegéticas
Biblia de Jerusalén.
15 11 El gran gozo mesiánico, el del
Hijo de Dios. – En el AT el gozo (o la alegría) era concebido como la característica
del tiempo de la salvación y la paz escatológica (Is 9, 2; So 3, 14, Sal 126,
3-5). El tema reaparece en los evangelios.
15 16 (a) Toda amistad supone una elección
mutua libre, pero Jn subraya el hecho de la prioridad absoluta de la elección llevada
a cabo por Jesús. Retoma así un tema importante del AT (Dt 7, 6-8; Am 3, 2; Is 41,
8), que los evangelios sinópticos conocen bien. En Jn la elección de Jesús es
expresión de la elección del Padre.
15 16 (b) El verbo tithemi, asi
como su correspondiente fórmula hebrea (sîm ’al), expresa el hecho de
establecer a alguien en su cargo y dotarle de los medios para ejercerlo
adecuadamente (Hch 13, 47; Co 12, 28; 2 Tm 1, 11).
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
9 EN MI AMOR: en el
amor que yo os tengo; en el texto griego la colocación de las palabras da
énfasis a MI: “en el amor, el mío”.
10 EN SU AMOR: en el
amor que él me tiene.
12 QUE (el griego usa
la partícula híha, equivalente de hoti (explicativo) OS AMÉIS…
CON AMOR DE CARIDAD: no pide Jesús el amor de amistad (no siempre está en
nuestro poder que exista o no). Sobre el “amor de caridad” cf. 1 Jn 4, 8.
13 SU VIDA: lit. el
alma de él. // AMIGOS: la palabra griega es ambivalente: los que quieren
afectivamente (sentido activo) y los que son queridos (sentido
pasivo, que parece el más adecuado aquí: “los que son queridos” por el que da
su vida).
14 SI HACÉIS LO QUE YO
OS MANDO: cf. Didajé 11, 8, 10 (No todo el que habla en espíritu es [verdadero]
profeta, sino a condición de que tenga las costumbres del Señor”, “todo profeta
que enseña la verdad si no practica lo que enseña, es profeta falso”); y los
criterios de discernimiento en 1 Jn 3, 23: fe y caridad que procede de
la fe.
16 Este versículo rectifica
una posible interpretación errónea de lo que acaba de decirse: los amigos se
eligen mutuamente, pero con Jesús no es así: el Hijo, siempre más grande que
nosotros, nos llama amigos suyos, nunca se llama a sí mismo amigo
nuestro, menos aún compañero. Además, el alumno de los rabinos podía
elegir un maestro entre los diversos escribas; pero no se es discípulo de Jesús
por decisión propia, sino porque YO OS ELEGÍ. // OS [LO] DÉ el Padre.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
15, 12 El mandamiento nuevo del amor
resume el mensaje de todo el Evangelio. Esta exigencia de amar como Cristo lo
hizo implica que nuestra disposición y conducta deben reflejar las que tuvo
Cristo. Cristo debe convertirse en nuestra guía interna sobre cómo vivir y
sobre lo que elegimos hacer. Las bienaventuranzas están elaboradas según el
mandamiento nuevo, y nos ofrecen el camino a la perfección que podemos obtener
con la gracia de Dios. Cat. 459, 1823-1824, 1970 y 2074.
15, 13 Amar como Cristo amó quiere
decir amar al prójimo incondicionalmente. Cuando Cristo manifestó su amor al
dar su vida, nos enseñó que la caridad implica darse totalmente a uno mismo por
el bien de aquellos con los que nos encontramos, empezando por los más cercanos
a nosotros. La Iglesia siempre ha venerado a los mártires que, muriendo por
Cristo, están mucho más conformados con él. Cat. 609 y 614.
15, 15 Cristo llamó a sus apóstoles una
vez más para orar al Padre en su nombre. En la señal de la cruz, que se dice
antes y después de cada oración, los fieles ofrecen sus oraciones en nombre de
las tres personas de la Trinidad. La oración es esencial en una vida de
discipulado, ya que permite que el Espíritu Santo nos una cada vez más a Cristo
y, por ello, nos identifiquemos más con la voluntad del Padre. Para un
cristiano, la oración es una comunión de amor con el Padre, en Cristo y a
través de él, por el poder del Espíritu Santo. Cat. 434, 2157, 2615, 2745 y
2815.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Si la observancia de los
mandamientos es una prueba necesaria de nuestro amor, hay que tener mucho
cuidado, ya que sin amor ni las acciones más brillantes de los carismas mejores,
ni las facultades más elevadas, ni la fe misma, ni el mandamiento hacen
perfecto ni es útil.
Basilio de Cesarea, Sobre el
bautismo, 1, 2. 4b, pg. 230.
¿Qué gozo puede tener Cristo en
nosotros si no es que Él se digna cozarse con nosotros? Cuál es ese nuestro
gozo que ha de ser colmado, sino tener participación con Él?... Su gozo en
nosotros es la gracia, que nos ha dado; y esa gracia es nuestro gozo.
Agustín. Tratados sobre el
Ev. de Juan, 83, 1. 4b, pg. 231.
La discordia no puede llegar al
reino de los cielos. Y no podrá llegar al premio de Cristo, que dijo: “Este es
mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado”, quien con pérfidas[1] disensiones violó el amor de Cristo. Quien no tiene caridad, no tiene a
Dios.
Cipriano, Sobre la unidad de
la Iglesia, 14. 4b, pg. 232-233.
El demonio cree, pero no ama;
nadie ama, si no cree. El que no ama puede esperar, aunque inútilmente, el perdón;
pero el que ama no puede desesperar de alcanzarlo. Por lo tanto, donde está la
caridad, están también la fe y la esperanza; y allí donde está el amor al prójimo,
necesariamente está también el amor a Dios.
Agustín. Tratados sobre el
Ev. de Juan, 83, 3. 4b, pg. 233.
Para que en tiempo de
perturbación se mantenga invicta la virtud de la caridad, debe nutrirse de
misericordia en el tiempo tranquilo, de manera que aprenda a dar a Dios
primeramente sus cosas y después a sí mismo.
Gregorio Magno, Homilías sobre
los evangelios, 2, 27, 3. 4b, pg. 234.
¡Cuánta es la misericordia de
nuestro Creador! ¡No somos siervos dignos, y nos llama amigos! ¡Cuánta es la
dignidad de los hombres! ¡Ser amigos de Dios! Mas, ya que habéis oído la gloria
de la dignidad, oíd también a costa de que se gana: “Si hacéis lo que yo os
mando”.
Gregorio Magno, Homilías
sobre los evangelios, 2, 27, 4. 4b, pg. 236.
Se ama al prójimo como a sí
mismo si se ama a Dios, porque el que no ama a Dios, tampoco se ama a sí mismo.
De estos dos preceptos de la caridad dependen toda la ley y los profetas: este
es nuestro fruto.
Agustín, Tratados sobre el
Ev. de Juan, 87, 1. 4b, pg. 239.
San Agustín.
El amor es, pues, nuestro fruto
que, según el Apóstol, nace de un corazón puro, de una conciencia recta y
de una fe no fingida (1 Tm 1, 5).
Con este amor nos amamos unos a otros y amamos a Dios.
¿Quién puede tener verdadera
paz, si no la tiene en aquel a quien ama de verdad? ¿Quién puede tener longanimidad[2]
para permanecer en el bien, sino es por el amor? ¿Quién es benigno si no ama al
que socorre? ¿Quién se hace bueno, si no es por el amor? ¿De qué provecho puede
ser la fe que no obra por el amor? ¿Qué utilidad puede haber en la mansedumbre
si no es gobernada por el amor? ¿Quién huye de lo que puede mancharle si no ama
lo que le hace casto? Con razón, pues, encarece[3]
el amor el maestro bueno, como si solo él mereciese ser encarecido, y sin el
cual no pueden ser de utilidad los otros bienes ni puede estar separado de los
otros bienes que hacen bueno al hombre. En virtud de ese amor debemos soportar
con paciencia el odio del mundo.
Comentarios sobre el evangelio de San Juan 87, 1-2. I, pg.
589.
S. Juan de Ávila
Trabaja de estar unido, con este
por fe y amor (cf. Jn 15, 9), así como lo estás con el otro por vínculo de parentesco;
porque si lo estuvieres ansí como el deudo natural, participas la culpa de
transgresor; así, por el deudo espiritual, comunicarás las gracias del Justo.
Si con Él estuvieres de esta manera unido cree cierto que lo que de Él fuere
será de ti, lo que fuere del Padre será de los hijos, lo que fuere de la cabeza
será de los miembros.
Tratado del amor de Dios. OC I, pg. 973.
Y, porque nadie en esto se engañase,
habiendo dicho primero: Estad en mí, e yo en vosotros, dijo después: Estad
en mi amor. Y para declarar que era estar en él y en su amor, dijo: Si
estuviéredes en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, cualquiera cosa que
quisiéredes pediréis y os será cumplida (Jn 15, 4-9).
Audi, filia (II), 89, 3. OC I, pg. 732.
Y como oye de la boca de él que
los prójimos son su esposa y hermanos, y entrañablemente amados de él, ocúpase
con grande alegría en provecho de ellos por él, pareciéndole el trabajo pequeño
y los años breves por la grandeza del amor, y trayendo a la continua en su
corazón lo que el Señor amoroso tan estrechamente mandó, cuando dijo: Mi
mandamiento es aqueste, que os améis unos a otros como yo os amé (Jn 15, 12).
Audi, filia (I), III, 67. OC I, pg. 474.
Y trae a la continua en su
corazón lo que el Señor amoroso tan estrechamente mandó, cuando dijo: Mi
mandamiento es aquéste: que os améis unos a otros como yo os amé (Jn 15, 12).
Audi, filia (II), 95, 1. OC I, pg. 743.
Y tal es el modo que tomó,
haciéndose hombre y muriendo en la cruz. Porque no hay mayor señal de amor que
morir un hombre por sus amigos (cf. Jn 15, 13). Y aun el Señor murió por sus
enemigos, por hacerlos amigos. El cual amor tan excelente no nació de que ellos
lo mereciesen, mas de su excelente bondad.
Audi filia (II), 40, 2. OC I, pg. 620.
Esta es la mayor señal que puede
haber de amor, poner la vida por sus amigos (cf. Jn 15, 13); mas es señal y
no igualdad. Pues si tanto te debo por
lo que heciste por mí, ¿qué tanto más te deberé por lo que deseaste hacer? Si
tanto es lo público que ven los ojos de los hombres, ¿qué tanto más es esto que
ven los ojos de Dios solamente? ¡Oh piélago de amor! ¡Oh abismo sin suelo, todo
lleno de amor! ¿Quién dudará ya del amor de Cristo? ¿Quién no se tendrá por el
más rico del mundo, pues de tal Señor es amado?
Tratado del amor de Dios, 7. OC I, pg. 963.
La primera condición para gozar
de Cristo: amor Dei super omnia[4], y cumplir lo que
manda. Si vis ad vitam ingredi serva mandata[5]
(cf.
Mt 19, 17), etc. Estos son diez, Explica singula[6],
y
todos se reducen a dos. El del prójimo es por Dios, y así, el primero de todos
es amar a Dios. Este amor ha de ser como el de dos amigos. Ideo
vos amici mei eritis, si feceritis quae ego praecipio vobis[7]
(cf. Jn 15, 14). Salvo que el uno es inferior respecto
del otro, que es superior; y así habéis de amar a Dios como a supremo Señor. Y
notá que no pide amor de afecto, sino de voluntad; y este es el principal, y el
otro ha de ser accesorio.
Seréis mis amigos si guardáis mis mandamientos, 1. OC I, pg. 867.
Pues, como dice el Señor, a
vosotros he llamado amigos, porque os he declarado las cosas que yo oí de mi
Padre (Jn 15, 15). Y así como al sacerdote se le ha de preguntar la Ley del
Señor, porque es mensajero suyo, según Malaquías dice (cf. Mal 2, 7), así
también se le ha de preguntar qué es la voluntad de Dios que se haga en esto o
en aquello, como a persona que tiene con el Señor particular amistad y particular
trato, y que se cree que no dejará el Señor de decirle cosa que desee saber para
el bien de sus prójimos.
Tratado sobre el sacerdocio, 9. OC I, pg. 914.
Contad por vuestro el mal estado
en que estábades, y contad al infierno por lugar debido a vuestros merecimientos,
que lo que demás de esto es a Dios y a su gracia es conocer por deudora. Oíd lo
que dice el Señor a sus amados discípulos y a nosotros en ellos: No
vosotros me escogisteis a mí, mas yo a vosotros (Jn 15, 16). Mirad lo que dice
el apóstol San Pablo: Justificados sois de balde por la gracia de
Dios, por la redención que está en Jerusalén (Rm 3, 24). Y asentad en vuestro
corazón que así como tenéis de Dios el ser, sin que atribuyáis
a Dios gloria de ello, así tenéis de Dios el ser algo delante de sus ojos, todo para gloria y
traed en la lengua y en el corazón lo que dice San Pablo: Por
gracia de Dios soy el que soy (1 Cor 15, 10).
Audi filia (I), II, 41. OC I, pg. 455.
Que lo que demás de esto tenéis,
a Dios y a su gracia os conoced por deudora. Oíd lo que dice el Señor a sus
amados discípulos, y a nosotros en ellos: No vosotros escogisteis a mí,
mas yo a vosotros (Jn 15, 16). Mirad lo que dice el apóstol San Pablo: Justificados
sois de balde por la gracia de Dios, por la redempción que está e Jesucristo (Rm 3, 24). Y asentad
en vuestro corazón que, así como tenéis de Dios el ser, sin que atribuyáis a
vos gloria de ello, así tenéis de Dios el buen ser; y lo uno y lo otro para
gloria suya. Y traed en la lengua y el corazón lo que dice San Pablo: Por
la gracia de Dios soy lo que soy (1 Cor 15, 10).
Audi, filia (II), cap. 66, 4. OC I, gol. 675.
-¿Y quién está en Cristo? – Ya lo
hemos dicho atrás. Dice San Juan: Si guardáredes mis mandamientos, permaneceréis
en mí (Jn 15, 10). Aquel es miembro de Cristo, que guarda sus palabras.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 17. OC II, pg.
260.
Él lo dijo: Si
praecepta mea servaveritis, manebitis in dilectione mea, sicut et ego praecepta
Partris mei servavi, et maneo in eius dilectione[8]
(Jn
15, 10). Este seguro estará que no será condenado en el juicio.
Lecciones sobre 1 San Juan (II), 17. OC II,
pg. 415.
¿Qué hizo en el sermón de la
cena, sino desengañar gente engañada? Este es mi mandamiento: que os
améis unos a otros como yo os amé (Jn 15, 132). Y amónos tanto,
que murió por nosotros en una cruz.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 7. OC II, pg.
160.
Pues sabed que hemos de imitar a
Cristo y hemos de andar como Él anduvo. Lo primero en obras, lo otro en
padecer. Él dijo: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón
(Mt
11, 29). Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os amé (Jn
15, 12).
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 8. OC II, pg.
172.
Entre todos los mandamientos le
llama Dios a este “mi mandamiento”: Este es mi mandamiento: que os améis unos a
otros (Jn 15, 12). Esta es la palabra que más veces repetía San Juan, y no nos
haría mal a nosotros, los predicadores, que deprendiésemos[9]
de este glorioso evangelista y apóstol a encomendar a las gentes este
mandamiento: que en gran manera tenga cuenta con él.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 21. OC II, pg.
296.
¿No es cosa de decir el poco
cuidado que tenemos de los prójimos, habiéndonos dicho Jesucristo: Este
es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os amé (Jn 15, 12); y en
esto os conocerán si sois mis discípulos, si hay amor entre vosotros? (Jn 13, 35). El
que errare en este mi mandamiento, de tener amor y entrañas de piedad con el prójimo,
perdido va. Plega a Dios que nos dé su gracia para que siempre las tengamos;
para que, después de esta vida, vayamos con Él a gozar de su gloria. La cual
nos dé por su infinita bondad. Amen.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 23. OC II, pg.
329.
Charissimi, novum mandatum[10]
(1
Jn 2, 7). – Es muy usada la habla del amor en San Juan; que aun de él se dice que,
siendo ya viejo, lo llevaban en una silla a la iglesia a predicar, y en el
camino, donde paraban, luego decía: Hijuelos, amaos. Y, preguntado por qué
encargaba tanto esto, decía que porque era el mandamiento de nuestro Señor: Hoc
est mandatum meum, ut diligatis invicem[11]
(Jn
15, 12).
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 9. OC II, pg.
370.
In hoc manifesti sunt, filii Dei et filii
diaboli. Omnis qui non facit iustitiam, non est ex Deo, et qui non diligit
fratrem suum[12]. – Prosigue lo que
comenzó atrás del amor del prójimo, como persona enseñada del celestial
Maestro, el cual dijo: Hoc est mandatum meum, ut diligatis invicem[13]
(Jn
15, 12).
Lecciones sobre 1 San Juan (II), 21. OC II,
pg. 432.
Todo esto habla el glorioso Sant
Juan en la declaración del amor de los prójimos. Que este es su tema: Ut
diligatis invicem[14](Jn 15, 12.17).
Ayer vimos en la lección cómo nos manda Dios que amemos a nuestros prójimos con
obra, deciéndonos que, si vemos a nuestros prójimos en necesidad y cerramos las
entrañas a ellos, no mora en nosotros, el amor de Dios.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg.
330.
Nosotros también, a semejanza de
Él, debemos poner nuestras vidas por nuestros hermanos. Mucho pide y mucho
dice, porque ninguna cosa, fuera de la gloria del cielo, nos deja retener, que
no ofrezcamos por nuestros prójimos, como Él hizo. Ánima, en la Escriptura,
las más veces se toma por vida. Maiorem dilectionem nemo habet quam ut animam
suam ponat pro amicis suis[15].
Lecciones sobre 1 San Juan (II), 22. OC II, pg.
438.
Y aunque la soberbia de estos
inventores de errores sea tan grande que parece no poder más subir, pues adoran
como a ídolos sus pareceres y desprecian toda la Iglesia con sus santos
varones, mártires, confesores y doctores, cuya vida ha sido muy excelente y más
que humana, hechos familiares a Dios y declarados por sus amigos con muchos y
diversos milagros, y de altos ingenios ejercitados en la divina Escriptura (cf.
Jn 15, 15).
Causas y remedios de las herejías, 20. OC II, pg. 544.
El humilde no vuelve por su
honra. El manso ama. Mi mandamiento es este: que os améis unos a
otros. (Jn 14, 12). Porque, como Dios es caridad, convierte en caridad y fuego
de amor a quien lo ama, como el fuego a la leña. Y el humilde no se indigna,
aunque lo menos precien y aborrezcan los hombres.
Domingo 19 después de Pentecostés. OC III, pg. 292.
Ten compasión y con esto haz las
obras de misericordia (cf. Jn 13, 34; 15, 12). ¿Qué te aprovecha llorar con tu
prójimo? NO hagas mal a la viuda, ni al huérfano, ni al pobre.´
Domingo 21 después de pentecostés. OC III, pg. 306.
Si tenéis frío de ciciones[16],
por falta de caridad con vuestros prójimos, comed de este árbol divino, y
seréis sanos; la cual [hoja] es: Amaos como yo os amé (Jn 15, 12). Y de
esta manera, si conociéredes vuestras enfermedades y entre las hojas de sus
palabras buscáredes las recetas convenientes, si las quisiéredes poner en obra
con su gracia, cierto, experimentaréis que las hojas de este árbol de
vida dan salud a las gentes.
Santísimo Sacramento, 45, 16. OC III,
pg. 599.
Mi mandamiento es este: que os améis unos a
otros, así como yo os amé (Jn 15, 12). De donde parece pues Jesucristo
nuestro Señor es más cercano, en cuanto hombre, a la Divinidad, fuego infinito
de amor, y tiene alteza sobre todos los hombres y sobre todos los ángeles, ha
de ser mayor que todos ellos en el amor, pues lo es en la santidad y en la
cercanía con Dios.
En la Infraoctava del Corpus, 50, 2. OC III, pg.
643.
Veis aquí que es comulgar. Tanto
tenéis de buen cristiano, cuanto tenéis de la condición de Jesucristo. Deprended
de mí, que soy humilde y manso de corazón (Mt 11, 29). Deprended del amor
que os tengo: Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros de la
manera que yo os amé (Jn 15, 12). ¿Qué es eso, sino tener su corazón?
Octava del Corpus, 57, 20. OC III,
pg. 776.
-¿Qué haréis, Señor, que no hay
cuerda que lleve a vos gente tan desagradecida? El yugo rompen; de vos se
olvidan días sin cuento – Yo los atraeré – dice Dios – con
prisiones[17] de amor. - ¿Y qué son estas
sino los beneficios que Dios nos hizo descendiendo del cielo, haciéndose
nuestro hermano y trabajando y muriendo por nos? Estas cadenas son prisiones
hechas con amor, y tal amor que no lo hay mayor, pues quiso dar su vida por el
bien de los que amó?
Santísimo Sacramento, 42, 3. OC III, pg.
566.
Atended, hombres, qué gana tiene
de amigos el que murió, ¡y tal muerte!, por hacer de enemigos amigos y tener a
quien amar y le amasen: Ninguno tiene mayor amor, dijo Él, que
poner su ánima – que quiere decir su vida – por los amigos (Jn 15, 13);
porque, aunque murió por los enemigos, fue a fin de cobrar amigos.
En la infraoctava del Corpus, 30, 3. OC III, pg. 644.
Y pues fueron aquéllos más
amigos, a aquellos reveló sus secretos; que cada uno descubre su corazón a su amigo
mejor que a quien no lo es: Vos autem dixi amicos (Jn 15, 15).
Visitación de la Virgen, 66, 10. OC III, pg.
891.
Frasis es de la Sagrada
Escriptura, ut ait Dominus: Non vos me elegiste, sed ego elegi vos (Jn 15, 16). Que
cuando uno hace algo por la gracia de Dios, dícese Dios hacerlo y no el hombre,
porque el hombre no tiene fuerza de sí para desechar el mundo si no se la da
Dios. Por eso dice: Non vos me elegiste, sed ego elegi vos. Ansí que la
penitencia obra es de Dios y no del hombre. Quiere decir que por mucho que
trabajemos, si la mano de Dios no anda por nuestras entrañas, por demás nos es
pensar que haremos penitencia que nos aproveche. El que mortalmente peca, en un
pozo se echa hondo, de donde no podrá salir si Dios con su misericordia no le
da la mano y lo saca.
Miércoles de ceniza, 1. OC III, pg. 103.
Él les influye virtud,
movimiento y espiritual sentido, a semejanza de la cabeza corporal a su cuerpo.
Él habla en ellos, como lo testifica san Pablo, diciendo: ¿Por
ventura queréis tomar experiencia de que Cristo habla en mí? (2 Co 13, 3). Y
el Señor dijo a los suyos: No vosotros elegistes a mí, mas yo escogí a
vosotros (Jn 15, 16).
Santísimo Sacramento, 40, 17. OC III, pg.
539.
No se engañe nadie pensando que
se enamora Dios de donaires y niñerías o que han de reinar con Él cualesquiera.
El favor de Dios es para los amadores de los trabajos. No ha de reinar sino el
crucificado, para que los hombres sepan que, pues acá les pide tanto, aquel
reino no es como quiera, sino muy abundante en riqueza y descanso, pues es Dios
su joya, y se esfuercen con nuevos alientos a despreciar todo descanso presente
y sufrir todo trabajo. ¿Qué quiere vuestra merced que haga nuestro Señor, sino lo
que con sus amados hijos hace y hará? ¿Qué quiere que haga, sino tratarla como
el Padre suyo lo trató a Él? Como el Padre me amó, os amo Yo a vosotros, dijo Él (Jn 15,
9). Pues quien se parare a mirar el tratamiento de tal Padre a tal Hijo, sufrirá
con paciencia el suyo, por áspero que parezca.
A una señora. OC IV, pg. 143.
Estemos muy aparejados y sin
resistencia para que nosotros, tiernos por el amor, que hace
derretirse en oyendo hablar al Amado (cf. Ct 5, 6), estemos muy
aparejados y sin resistencia para que Cristo imprima en nosotros la imagen que
Él quiere; y la que quiere es la del mismo Cristo, que es la del amor; porque
Cristo es el mismo amor, y Él nos mandó que nos amásemos como Él nos amó (Jn 15, 12).
A una persona religiosa. OC IV, pg. 519.
Y aunque tenga deseos y obras,
no se contenta si no han florecido las granadas, que quiere decir
si tiene deseos de derramar la sangre por Jesucristo; porque aquello es darle
verdaderamente el amor, pues ninguno lo tiene mayor que dar su vida por
quien ama (cf. Jn 15, 13). Y aunque demos la vida por Cristo, aún es poco,
debemos desear tener muchas, para darlas todas por él, pues una sola que Él por
nos dio, vale más que todas las de los hombres y ángeles.
A una señora. OC IV, pg. 472.
San Juan de la Cruz.
Llámale Amado para más moverle e
inclinarle a su ruego, porque cuando Dios es amado, con grande facilidad acude
a las peticiones de su amante. Y así lo dice él por san Juan diciendo: Si
permaneciéredes en mí, todo lo que quisiéredes pediréis (15, 17) y hacerse
ha. De donde entonces le puede el alma de verdad llamar Amado, cuando ella está
entera con él.
Comentario Homilética
-Términos
claves del domingo 5º:
Permanecer en
Jesús, dar frutos, pedir al Padre y ser concedido.
-Temas
significativos:
Amor entre:
Padre –
Hijo.
Hijo – discípulos.
Discípulos.
Guardar los
mandamientos de Jesús.
Alegría,
amistad, elección y envío.
= itinerario
espiritual:
Origen:
Experiencia del
amor teologal.
-Partes:
vv. 9-11:
Permanecer en
el amor.
Cadena de
doble dirección:
Padre – Hijo.
Hijo –
discípulos.
Gozo colmado.
vv. 12-17:
Qué os améis (vv. 12 y 17).
Fuente del amor mutuo:
Amor que Jesús nos tiene:
Dar la vida por nosotros.
Elegirnos.
Destinarnos a dar frutos.
Amor recíproco:
Expresión y consecuencia de la experiencia teologal.
-Amor del Padre:
Fuente de todo.
Mandamientos: expresión de amor y camino de vida:
Permanecer = perseverar.
Frutos:
Escucha (acogida de la Palabra)-vocación-misión.
MISA DE NIÑOS. ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
Monición de entrada.
Buenos días.
Como a los primeros amigos de Jesús, también a nosotros
nos ha llamado Jesús a la Iglesia.
La iglesia es como la montaña donde Jesús nos habla y
está con nosotros.
Aquí hoy recordamos cuando él subió al cielo para estar
con su Papá.
Y envió a sus amigos a contar lo que les había pasado
estando con Él.
Señor, ten piedad.
Tú que estás por encima de todo. Señor, ten piedad.
Tú que acercas a todas las personas a Dios. Cristo, ten piedad.
Tú que estás al lado del Padre para rezar por nosotros.
Señor, ten piedad.
Homilía:
A (Alto) S (Señor) C (Compartir) E (Encuentro) N (Nube) S (Subir) I (Interceder) O (Obedecer)
N (Necesitar).
Con la primera letra tienen que formar la palabra ASCENSIÓN.
Les explicamos el significado. Se puede formar un puzle y cuando le dan la
vuelta que aparezca un corazón.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco para que siempre te sienta muy
querido por ti Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que siga la tarea que tú le
mandaste de anunciarte. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan para que hagan que todas las
niñas y niños tengamos paz Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que están enfermas, para que tengan
siempre personas que cuiden de ellas. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros para que comprendamos que contigo somos las
niñas y los niños más felices del mundo. Te lo pedimos Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, hoy dejaste de
ver a Jesús. Sin embargo no te enfadaste, sino que ayudaste a sus amigos a que
cada día te sintiesen en su corazón y sintiesen que estabas cada vez que iban a
misa.
EXPERIENCIA.
Mira el vídeo https://www.youtube.com/watch?v=FFt4Eetik_k Solo te pide una cosa.
En un folio en blanco
escribe tu frase.
Pregúntate: ¿qué puedo
hacer yo para saciar la sed de… (personas cercanas que tienen sed de ser queridas?
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Como el Padre me ha
amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté
en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que
os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a
vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido
y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De
modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os
améis unos a otros.
Lee pausadamente el texto.
Imagínate sentado a la mesa con
los apóstoles. Fija los ojos en Jesús.
¿Cómo te ama Jesús?
¿Quién eres tú para Jesús?
¿Qué te pide Jesús?
Recuerda las personas a las que
en tu vida has dado de beber con tu presencia, apagando la sed de soledad.
COMPROMISO.
Piensa en lo que necesitan quienes forman
parte de tu familia y tu calle (¿un buenos días?).
Proponte ayudar a una de ellas, o esmerarte
más con ella.
CELEBRACIÓN.
Escucha la
canción de Kairoi Como el Padre me amó. https://www.youtube.com/watch?v=NamgwwSCsKc
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio
según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca.
1992.
Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va
Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
http://www.vatican.va/content/vatican/es.html
[1] Perfidia: 1. Deslealtad,
traición o quebrantamiento de la fe debida. www.rae.es
[2] Longanimidad: 1.
Grandeza y constancia de ánimo en las adversidades. www.rae.es
[3] Encarecer: Ponderar,
alabar mucho. Ib.
[4] El amor de Dios sobre
todo. Traducción editor.
[5] Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Traducción
Biblia CEE.
[6] Explicar cada uno.
Traducción editor.
[7] Por eso, vosotros
seréis mis amigos, si hacéis lo que os mando.
[8] Si guardáis mis mandamientos
permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre
y permanezco en su amor. Ib.
[9] Deprender: 1. Verbo transitivo
poco usado. Aprender. www.rae.es
[10] Carísimos, un mandamiento
nuevo. Trad. editor.
[11] Este es mi mandamiento,
que os améis unos a otros. Ib.
[12] La distinción entre los
hijos de Dios y los del diablo es esta: quien no practica la justicia y quien
no ama a su hermano, no es Dios (1 Jn 3, 10). Ib.
[13] Este es mi mandamiento,
que os améis unos a otros. Ib.
[14] Que os améis unos a
otros. Ib.
[15] Nadie tiene amor más
grande que el que da su vida por los amigos. Ib.
[16] Cición: 2. Calentura
intermitente que entra con frío. o.c.
[17] Prisión: 6. Aquello que
une estrechamente las voluntades y afectos. Id.
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