Lectura del libro del Deuteronomio 4,
32-34.39-40
Moisés habló al pueblo diciendo:
-Pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el
día en que Dios creó al hombre sobre la tierra; pregunta desde un extremo al
otro del cielo, ¿sucedió jamás algo tan grande como esto o se oyó cosa
semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú has escuchado, la voz de Dios,
hablando desde el fuego, y ha sobrevivido? ¿Intentó jamás algún dios venir a
escogerse una nación entre las otras mediante pruebas, signos, prodigios y
guerras y con mano fuerte y brazo poderoso, con terribles portentos, como todo
lo que hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?
Así pues, reconoce hoy, y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá
arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos
y preceptos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos,
después de ti, y se prolonguen tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te
da para siempre.
Textos
paralelos.
¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has
oído la voz del Dios vivo?
Dt 4, 7: Pues ¿qué nación
grande tiene un dios tan cercano como está el Señor, nuestro Dios, cuando lo
invocamos?
Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo
puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.
Dt 7, 6: Porque tú eres un
pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras entre todos
los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
¿Algún Dios intentó jamás
venir a buscarse una nación?
Jr 32, 21: Sacaste de Egipto a
tu pueblo, Israel, con prodigios y portentos, con mano fuerte y brazo
extendido, y con gran terror.
Sal 40, 6: ¡Cuántas maravillas
has hecho tú, Señor Dios mío, cuántos planes en favor nuestro! Eres
incomparable.
Yahvé es el Dios allá
arriba.
Dt 6, 4: Escucha, Israel, el
Señor, nuestro Dios, es solamente uno.
1 Re 8, 23: Y dijo: “¡Señor,
Dios de Israel! Ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como
tú, fiel a la alianza con tus vasallos, si proceden de todo corazón como tú
quieres.
2 Cro 20, 6: Señor, Dios de
nuestros padres. ¿No eres tú el Dios del cielo, el que gobierna los reinos de
la tierra, lleno de fuerza y de poder, al que nadie puede resistir?
No hay otro.
Sal 83, 19: Y reconozcan que tu
nombre es Señor, solo tú Soberano de toda la tierra.
Prolongues tus días en la
tierra.
Is 65, 20: Ya no habrá allí
niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que
muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito.
Za 8, 4: Así dice el Señor de
los ejércitos: Otra vez se sentarán ancianos y ancianas en las calles de
Jerusalén, y habrá hombres tan ancianos, que se apoyen en cayados.
Notas exegéticas.
4 32 Este pasaje es el único del Dt
en que Dios es reconocido como creador, algo que encontramos ya en Amós 4, 13
y, sobre todo, en el Deuteroisaías (Is 40, 28), así como en la tradición
sacerdotal (Gn 1, 1).
4 33 “vivo” griego; omitido por
hebreo.
Comentario.
-Deuteronomio. Primer gran
discurso de Moisés.
-Material tardío incorporado al
núcleo más antiguo del libro durante el exilio o poco después.
Contexto:
Época en la que se forzaba a
Israel a reconsiderar el significado de su relación con Dios y la respuesta que
el pueblo debía dar a esa relación.
Después de la catástrofe del
exilio.
Relación de Israel con Dios:
Clave: donde de Dios, su amor
por Israel.
Respuesta del pueblo:
Ética al don de Dios.
Don-respuesta.
-Don de Dios:
Por iniciativa absolutamente
gratuita de Dios / méritos del pueblo.
Escuchó su voz hablando desde
el fuego.
Todo lo que hizo en Egipto para
salvarlos de la esclavitud.
Por amor.
-El Señor es el único Dios:
Una de las afirmaciones más
claras del AT que confiesan que el Señor, el Dios de Israel, es el único y
verdadero Dios.
Señorío: totalidad del
universo.
Exilio (Deuteroisaías): Israel
toma conciencia de que su Dios es único y universal.
Salmo responsorial
Salmo 33 (32), 4-6.9.18-20.22
Dichoso
el pueblo que el señor
se
escogió como heredad. R/.
La
palabra del Señor es sincera,
y
todas sus acciones son leales;
él
ama la justicia y el derecho,
y
su misericordia llena la tierra. R/.
La
palabra del Señor hizo el cielo;
el
aliento de su boca, sus ejércitos.
Porque
él lo dijo y existió,
él
lo mandó y todo fue creado. R/.
Los
ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en
los que esperan en su misericordia,
para
librar sus vidas de la muerte
y
reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros
aguardamos al Señor:
él
es nuestro auxilio y escudo.
Que
tu misericordia, Señor,
venga
sobre nosotros,
como
lo esperamos de ti. R/.
Textos paralelos.
Es recta la palabra de
Yahvé.
Dt 32, 4: Él es la Roca, sus
obras son perfectas, sus caminos son justos; es un Dios fiel, sin maldad, es
justo y recto.
Sal 89, 15: Justicia y Derecho
sostienen tu trono, Lealtad y Fidelidad se presentan ante ti.
Del amor de Yahvé está
llena la tierra.
Sal 119, 65: Trataste bien a tu
siervo, Señor, según tu palabra.
Por la palabra de Yahvé
fueron hechos los cielos.
Gn 2, 1: Y quedaron concluidos
el cielo, la tierra y sus muchedumbres.
Jn 1, 1: Al principio ya
existía la Palabra y la Palabra se dirigía a Dios y la Palabra era Dios.
Pues él habló y así fue.
Gn 1, 3: Dijo Dios: Que exista
la luz. Y la luz existió.
Is 58, 13-14b: Si detienes los
pies el sábado, y no traficas en mi día santo; si llamas al sábado tu delicia,
y honras el día consagrado al Señor; si lo honras absteniéndote de viajes, de
buscar tu interés, de tratar tus negocios, entonces el Señor será tu delicia.
Sal 148, 5: Alaben el nombre
del Señor, porque él lo mandó y quedaron creados.
Los ojos de Yahvé sobre sus
adeptos.
Sal 32, 8: Te instruiré, te señalaré
el camino que has de seguir te aconsejaré, fijaré en ti mis ojos; cuando llegue
la tribulación, no se acercará a ti.
Sal 34, 16: El Señor está cerca
de los atribulados y salva a los abatidos.
Él es nuestra ayuda y
nuestro escudo.
Sal 115, 9: Israel, confía en
el Señor; él es su auxilio y escudo.
Notas exegéticas.
Salmo 33 (32), 4-6.9.18-20.22
33 9 Los tiempos empleados en hebreo
remiten al primer acto creador; pero también a la actividad de Yahvé en el
momento presente.
33 18 Lit: “los que le temen”.
Tres lecturas.
Con Israel: La poesía hebrea utiliza
constantemente el paralelismo: los versos van siempre de dos en dos. El segundo
retoma la idea del primero. Ejemplos: 1. El Señor frustró los planes de las
naciones, 2. Y aniquiló los proyectos de los pueblos. 1. El Señor hizo los
cielos con su palabra, 2. Y el universo con el soplo de su boca.
Con Jesús: Él nos
revela: "el Padre os ama" (Juan 16,17). La tierra está llena de su
amor... Los proyectos de su corazón subsisten de generación en generación.
"¡He aquí este corazón que tanto ha amado a los hombres!".
Con nuestro tiempo: He aquí un ejemplo de personalización... He
aquí como Paul Claudel "releía" este salmo a su manera, vigorosa,
truculenta, poética: "Escuchad, pájaros cantores, el ímpetu que doy a mi
canto: lo que llaman en música la
anacrusa. Mirad mis dedos que sin hacer ruido en los rayos del sol,
pulsan el arpa entre mis rodillas: hay diez cuerdas, ¡Atentos cuando levante la
mano! Yo también canto muy suave, y os ojos bien abiertos, llevo el compás, el
oído atento a vuestra vociferación. Dios es hombre de bien: se escucha la
conciencia en todo lo que El ha hecho.
Segunda
lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 14-18
Hermanos:
Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de
Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el
temor, sino que habéis recibido un espíritu de hijos de adopción, en el que
clamamos: “¡Abba, Padre!”. Ese mismo Espíritu da testimonio, a nuestro espíritu
de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos de Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también
glorificados con él.
Textos paralelos.
Todos los que se dejan guiar por el Espíritu de
Dios son hijos de Dios.
Ga 4, 4-8: Pero cuando se
cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley;
para que rescatase a los súbditos de la ley y nosotros recibiéramos la
condición de hijos. Y como sois hijos, Dios infundió en vuestro corazón el
Espíritu de su Hijo que clama Abba Padre. De modo que no eres esclavo, sino
hijo; y si eres hijo, eres heredero por disposición de Dios. Antes, cuando no
conocíais a Dios, venerabais a los que realmente no son dioses.
Vosotros no habéis
recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor de Dios.
Ga 5, 18: Pero si os guía el
Espíritu, no estáis sometidos a la ley.
Jn 1, 12: Pero a los que la
recibieron los hizo capaces de ser hijos de Dios: a los que creen en él.
Habéis recibido un espíritu
de hijos adoptivos.
Jn 15, 15: Ya no os llamo
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace el amo. A vosotros os llamo amigos
porque os comuniqué cuánto escuché a mi Padre.
1 Jn 4, 18: En el amor no cabe
el temor, antes bien, el amor desaloja el temor. Pues el temor se refiere al
castigo, y quien teme no ha alcanzado un amor perfecto.
El Espíritu mismo se une
a nuestro espíritu.
1 Jn 5, 5: ¿Quién vence al
mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Ga 4, 6: Y como sois hijos,
Dios infundió en vuestro corazón el Espíritu de su Hijo que clama Abba Padre.
Herederos de Dios.
Ga 3, 16: Ahora bien, las
promesas se le hicieron a Abrahán y a su descendencia: no dice descendientes en
plural, sino en singular y a tu descendiente, que es Cristo.
Ga 3, 26-29: Por la fe en
Cristo Jesús todos sois hijos de Dios. Los que os habéis bautizado
consagrándoos a Cristo os habéis revestido de Cristo. Ya no se distinguen judío
y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, pues con Cristo Jesús todos sois
uno.
Ap 21, 7: El vencedor heredará
todo esto. Yo seré su Dios y él será mi hijo.
Ser también con él
glorificados.
Lc 22, 28-30: Vosotros sois los
que habéis permanecido conmigo en las pruebas, y yo os encomiendo el reino como
mi Padre me lo encomendó: para que comáis y bebáis y os sentéis en doce tronos
para regir a las doce tribus de Israel.
Lc 24, 26: ¿No tenía que
padecer eso para entrar en la gloria?
Flp 3, 10-11: ¡Oh! conocerle a
él y el poder de su resurrección y la participación en sus sufrimientos;
configurarme con su muerte para ver si alcanzo la resurrección de la muerte.
1 P 4, 13: Por tanto, ceñidos
mentalmente y sobrios, esperad de lleno esa gracia que se os concederá cuando
se revele Jesucristo.
Notas
exegéticas.
8 14 Mas que simple “maestro
interior”, el Espíritu es el principio de una vida propiamente divina en Cristo.
8 15 La misma oración de Cristo en
Getsemaní, Mc 14, 36. El término arameo “Abbá” expresa una intimidad filial,
llena de familiaridad y ternura, entre Jesús y su padre. Es posible que Pablo
aluda al comienzo del Padrenuestro en la tradición lucana (Lc 11, 2).
8 16 O (Vulgata): “testifica a
nuestro espíritu”.
Comentario.
-Aspectos:
Acción del Espíritu
Santo:
Nos eleva a la
categoría de hijos de Dios.
Espíritu de Dios.
Contenido central
del texto:
Nuestra condición
personal:
Hijos / esclavos.
Por obra del Espíritu
de Dios.
Nuestra propia
suerte:
Coherederos con
Cristo.
-Dignidad de la
persona:
Proviene de Dios.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 28, 16-20 .
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte
que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
-Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y
haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y
sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos.
Textos paralelos.
Al verlo, lo adoraron, si
bien algunos dudaron.
Mt 8, 10: Al oírlo, Jesús se
admiró y dijo a los que lo seguían: Os lo aseguro, una fe semejante no la he
encontrado en ningún israelita.
Me ha sido dado todo
poder en el cielo.
2 Cro 36, 23: Ciro, rey de
Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de
la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Todos,
los de este pueblo que viven entre nosotros pueden volver. Y que el Señor, su
Dios, esté con ellos.
Dn 7, 14: Le dieron poder real
y domino: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es
eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Jn 3, 35: El Padre ama al Hijo
y todo lo que pone en sus manos.
Mc 16, 15-16: Id por todo el
mundo proclamando la buena noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice
se salvará; quien no crea se condenará.
Lc 24, 47: Que en su nombre se
predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por
Jerusalén.
Hch 2, 38: Pedro les contestó: arrepentíos,
bautizaos cada uno invocando el nombre de Jesucristo para que se os perdonen
los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en Jerusalén,
Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Enseñando a guardar todo
lo que yo os he mandado.
Dt 34, 9: Josué, hijo de Nun,
poseía grandes dotes de prudencia, porque Moisés le había impuesto las manos.
Los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a
Moisés.
Jos 22, 2: Y les dijo:
Obedecisteis las órdenes de Moisés, siervo del Señor, y a mí también me habéis
obedecido en lo que os he mandado.
Yo estaré con vosotros
día tras día.
Nm 35, 34: No contaminéis la
tierra en que vivís y en la que yo habito. Porque yo, el Señor, habito en medio
de los israelitas.
Mt 1, 23: Mira, la virgen está
encinta, dará a luz a un hijo que se llamará Emanuel (que significa
Dios-con-nosotros).
Mt 18, 20: El joven le dijo:
Todo eso lo he cumplido, ¿qué me queda por hacer?
Jn 14, 18-21: No os dejo
huérfanos, volveré a visitaros. Dentro de poco el mundo ya no me verá;
vosotros, en cambio, me veréis, porque yo vivo y vosotros viviréis. Aquel día
comprenderéis que yo estoy en el Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. Quien
conserva y guarda mis mandamientos, ese sí que me ama. A quien me ama lo amará
mi Padre, lo amaré yo y me manifestaré a él.
Dn 2, 44: Durante esos
reinados, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su
dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos,
pero él durará por siembre.
Dn 12, 12: Dichoso el que
aguarde hasta que pasen mi trescientos treinta y cinco días.
Notas exegéticas Biblia de
Jerusalén
28 16 Monte imposible de identificar,
aunque puede ser que Mt se refiera al monte de la Tentación (4, 8) o al de la
Transfiguración (17, 1).
28 17 Otra traducción menos
autorizada por la gramática: “ellos que habían dudado”. – Sobre estas dudas que
Mt tiene que mencionar aquí por no haber narrado otra aparición a los
discípulos, ver Mc 16, 1.14.
28 18 En estas últimas instrucciones
de Jesús, con la promesa que les sigue, está condensada la misión de la Iglesia
apostólica. El Cristo glorioso ejerce tanto en la tierra como en el cielo el poder
sin límites que ha recibido de su padre. Sus discípulos ejercerán, “pues”, este
poder en nombre de él por el bautismo y la formación de los cristianos. Su misión
es universal: después de haber sido anunciada primeramente al pueblo de Israel,
como lo pedía el plan divino, la salvación debe ser en adelante ofrecida a
todas las naciones. En esta obra de conversión universal, por larga y laboriosa
que pueda ser, el Resucitado estará vivo y operante con los suyos.
28 19 Es posible que esta fórmula se
resienta, en su precisión, del uso litúrgico establecido más tarde en la
comunidad primitiva. Es sabido que los Hechos habían de bautizar “en el nombre
de Jesús”. Mas tarde se habrá hecho explícita la vinculación del bautizado con
las tres personas de la Trinidad. Sea lo que fuere de estas variaciones
posibles, la realidad profunda sigue siendo la misma. El bautismo vincula con
la persona de Jesús Salvador, ahora bien, toda su obra de salvación procede del
amor del Padre y culmina con la efusión del Espíritu.
28 20 Con estas palabras, el
Resucitado realiza la promesa de la presencia divina en el AT. No solo asegura
dones particulares o una presencia continua, sino una asistencia eficaz “día
tras día”, incluso en la persecución. Por otra parte, esta presencia es análoga
a la del Paráclito joánico.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
16-20
Las
apariciones de Jesús, revelaciones de su gloria, no tuvieron como destinatarios
a cualquiera, sino a los testigos elegidos por Dios (cf. Hch 10, 41). Este Jesús
todopoderoso, es el mismo de corazón manso y humilde que hablaba en 11, 27-30;
ambas escenas siguen en realidad el mismo esquema: a) Una orden o
invitación de Jesús (“… les había ordenado”, “venid a mí”); b) un
encargo apremiante (“id… bautizad… enseñad…”, “aprended de mí”; c)
reafirmado con una promesa consoladora (“sigo estando con vosotros”, “hallaréis
descanso… mi carga es ligera”).
17 AUNQUE ALGUNOS DUDARON
(o aunque otros dudaron): es decir, tuvieron un momento de vacilación.
Las manifestaciones de Jesús resucitado, por lo mismo que eran revelación, no
forzaban a nadie a creer; la fe es acto libre, una adhesión libre.
18-20
Para
bien de toda la Iglesia, Cristo concedió a los apóstoles: a) El
magisterio autoritativo (“Se me dio toda autoridad… por lo tanto, id…”), no
para impartir cualquier enseñanza, sino para “hacer discípulos” de Cristo. b)
El magisterio infalible, por su asistencia ininterrumpida y perenne “todos los
días hasta el fin del mundo”. c) La íntima conexión entre predicación
del Evangelio, fe y bautismo. Aún dicen más estos versículos; la Iglesia: 1) Forma
una comunidad universal 2) de discípulos de Jesús 3) que observan lo que el
Señor ha mandado, 4) a la que se agregan mediante la fe y el signo eficaz del
bautismo, 5) y en la que viven orientados hacia la manifestación definitiva del
Señorío de Jesús sobre toda la creación.
18 ME DIO (o, si se
entiende como aoristo ingresivo: Acaba de darme) en voz pasiva “teológica”:
Dios me dio, Dios acaba de darme. // TODA AUTORIDAD posible (sin
artículo). Quien habla es “el Hijo del Hombre”, recientemente entronizado por
Dios en la resurrección, como dueño del universo: realeza de Cristo por “derecho
de conquista”.
19 Este es uno de los
textos que sirvieron al Concilio de Trento (DS 1526-1527) para definir la
validez y necesidad de nuestra preparación a la gracia de la justificación; a
impulsos de Dios y con su ayuda, el hombre se abre a la fe por la predicación,
y se mueve libremente hacia Dios. // El original dice lit.: habiendo ido, pues,
haced discípulos…, con lo cual, el peso de la frase, y lo más importante en
la orden de Jesús, recae directamente sobre HACED DISCÍPULOS. La sintaxis está
violentada, pues los DISCÍPULOS no son LOS PUEBLOS, propiamente, sino los
individuos, y porque sigue una concordancia ad sensum: BAUTIZÁNDOLOS (el
texto griego pasa del neutro plural al masculino plural) EN EL NOMBRE (lit. al
nombre) DEL…: consagrándolos al culto y servicio de Dios, que es PADRE, Y
es HIJO, Y es ESPÍRITU SANTO. Otros significados menos probables de esta frase
apretada: relacionándolos con…, o bautizándolos a la intención de…,
o bautizándolos invocando el nombre de… // Sobre la mención del ESPÍRITU
SANTO en el bautismo, cf. en Hch 19, 1-6 la extrañeza de Pablo, porque ni siquiera
habían oído hablar del Espíritu Santo, lo cual supone la referencia al Espíritu
Santo en la fórmula bautismal; o, al menos, en la enseñanza impartida al catecúmeno,
o en su profesión de fe al ser bautizado.
20 ENSEÑÁNDOLES… TODO
LO QUE OS MANDÉ: la predicación apostólica no debía solamente dar testimonio de
la resurrección de Jesús, sino también transmitir las enseñanzas de Jesús en su
vida eterna. // YO SIGO ESTANDO : o, con significado de futuro: estaré,
seguiré estando. // HASTA EL FIN DEL MUNDO: en sentido temporal: hasta el
final de los tiempos.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
28, 17 A pesar de todas las
predicciones y apariciones de Cristo, los discípulos dudaban todavía de la
resurrección. Esta duda evidencia que la resurrección física de Cristo tuvo
lugar verdaderamente y no fue un engaño conspirativo o una extravagante
expresión de la fe de los discípulos. Cat 644-645.
28, 18 Al ser hijo de Dios, Cristo
poseía la facultad de delegar o compartir su poder con sus apóstoles y sus
sucesores, que confieren la gracia mediante los sacramentos y actúan en nombre
de Cristo. Cat. 1444-1445; 1049-2051, 2156, 2165.
28, 19 La Iglesia es misionera por
naturaleza, ya que fue Cristo quien la envió a sus apóstoles a ir por el mundo
proclamando el Evangelio, al decirles “haced discípulos a todos los pueblos”.
Llamamos a la Iglesia “católica” (“universal”) porque Cristo, a través de la
Iglesia, busca la salvación de todos los pueblos. La gracia de la redención
llega a las personas a través de los sacramentos de la Iglesia, comenzando por
el Bautismo. Cristo está con nosotros de muchas maneras, pero especialmente a
través de los sacramentos de la Iglesia. También está presente en la doctrina
de la Iglesia, que él protege de todo error (Cat. 767, 2, 1257, 189, 831, 730,
1122, 788, 860). En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo:
esta fórmula trinitaria que nos dejó Cristo constituye el inicio de toda
oración cristiana, incluyendo la oración litúrgica de la Iglesia. La solemnidad
de la Santísima Trinidad, a menudo llamada Domingo de la Trinidad, se celebra
el domingo después de Pentecostés.
29, 20 La promesa de Cristo de
permanecer con la Iglesia se cumple con su presencia mística entre nosotros y
en los sacramentos, especialmente la Eucaristía; también se manifiesta en el Espíritu
Santo, que protege del error al magisterio de la Iglesia. Cat. 1-2, 80-83,
849-850, 1223, 2743.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Esta es, a mi parecer, la última
aparición en Galilea, cuando los envió para bautizar. Y si algunos dudaron,
admiremos también aquí la sinceridad de los evangelistas, pues ni en el último
momento ocultan sus propios defectos. Sin embargo, aun estos, a su vista
hubieron de quedar fortificados en la fe.
Juan Crisóstomo, Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 90, 2. 1b, pg. 380.
Les ha sido dado poder en el
cielo y en la tierra para que aquel que antes reinaba en el cielo, por la fe de
los creyentes reine sobre la tierra.
Son bautizados en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo para que sea único el don de aquellos
cuya divinidad es una. El nombre de la Trinidad es el nombre del Dios único.
Y para que no pensemos que sus
mandamientos no tienen importancia y son pocos agregó: “Todo lo que yo os he
mandado”, a fin de que los que han creído, que han sido bautizados en la
Trinidad, cumplan todos sus preceptos.
Jerónimo, Comentario al Ev.
de Mateo, 4, 28, 18-20. 1b, pg. 380.
No me vengáis, pues – parece decirles
–, con la dificultad de lo que os mando, porque yo estoy con vosotros para
facilitároslo todo. Lo mismo decía constantemente a los profetas en el Antiguo
Testamento: a Jeremías, que le oponía su juventud; a Moisés y a Ezequiel, que
rehusaban su misión: “Yo – les dice – estoy con vosotros”. Algo así hace con
sus apóstoles.
Mas no nos contentemos con temer
y estremecernos, sino convirtamonos mientras es tiempo y levantémonos de la
maldad. Porque, si queremos, podemos hacerlo. Muchos lo hicieron antes de la
gracia; mucho mejor lo podremos hacer nosotros después de la gracia.
Juan Crisóstomo, Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 90, 2. 1b, pg. 381.
San Agustín.
Dame fuerzas para la búsqueda,
tú que hiciste que te encontrara y me has dado esperanzas de un conocimiento
más perfecto. Ante ti está mi firmeza y mi debilidad; sana esta, conserva
aquella. Ante ti está mi ciencia y mi ignorancia; si me abres, recibe al que
entra; si me cierras, abre al que llama. Haz que me acuerde de ti, te comprenda
y te ame. Acrecienta en mí estos dones hasta la reforma completa.
Hablanbdo el sabio de ti en su
libro, hoy conocido con el nombre de Eclesiástico, dice: Muchas
cosas decimos, sin acabar nunca; sea la conclusión de nuestro discurso él mismo
(43,
29). Cuando arribemos a tu presencia, cesarán estas muchas cosas que ahora
hablamos sin entenderlas, y tú permanecerás todo en todos, y entonces
modularemos un cántico eterno, loándote a un tiempo todos unidos en ti. Señor,
Dios uno y Dios Trinidad, cuanto queda dicho en estos mis libros porque tú me
lo has inspirado, conózcanlo los tuyos; si algo hay en ellos de mi cosecha,
perdónalo tú, Señor, y perdóname los tuyos. Así sea.
La Trinidad, XV, 28, 51. I, pg. 663-664.
S. Juan de Ávila
Y si esto es así, menester es
buscar dónde se pasó la Iglesia que estaba en los santos apóstoles y en los
cristianos de su tiempo, y de la que dice el Señor: Ecce ego vobiscum sum, usque ad
consummationem seculi[1]
(Mt
28, 20).
Causas y remedios de las herejías, 3, 19. OC II, pg. 543.
Yo voy glorioso al cielo. Voy a
reinar allá, porque todo el poder me es dado, en el cielo y en la tierra (Mt
28, 18): desde allá lo mandaré todo, el cielo y la tierra, y el mar y el
infierno.
Jueves de la Ascensión, 2. OC III, pg.
228.
Mas porque su morada según el
cuerpo en este destierro convenía – sigun la ordinación de Dios – que fuese por
pocos años y en pequeña parte de la tierra, y había de tener en todo el mundo
hijos que mantener, ordenó su amor que ya subido – resucitado y glorioso – a las
alturas del cielo, descendiese a la tierra, no a aquesta parte ni a aquélla,
sino a todo el mundo universo donde hijos tuviese, y no por tiempo de treinta
años, sino por todo el tiempo que el mundo durare, hecho manjar de ellos según
su divina palabra, más firme que el cielo y la tierra: Yo con vosotros estoy
todos los días hasta que el mundo se acabe (Mt 28, 30).
En la infraoctava del Corpus, 12. OC III, pg.
719.
Comentario Homilética
-Perícopa final de Mateo:
Condensa el evangelio de Mateo.
Final abierto:
Todo el que las lea o escuche llamado a poner en práctica
las palabras de Jesús.
-Clave: autoridad de Jesús.
-Partes:
Introducción narrativa (vv. 16-17):
Los Once:
Herida abierta:
Historia imperfecta / ámbito idílico.
Duda / arrogancia espiritual.
Galilea y el monte:
Comienzo de la actividad de Jesús.
Recomenzar la andadura.
Discurso (vv.16-17):
Breve e impactante.
Adjetivo:
Todo:
Plenitud, compromiso misionero y asistencia.
Jesús pantocrátor.
Verbos auxiliares:
Ir: salir al encuentro de todos.
Bautizar: hacer presente a Jesús mediante el bautismo para
recorrer el camino del discipulado.
Enseñar: vivir el espíritu del discipulado.
Yo estoy con vosotros:
Emmanuel (Mt 1, 23).
MISA DE NIÑOS. CORPUS
CHRISTI.
Monición de entrada.
Buenos días.
Hoy es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de
Jesús.
Él, en la Última Cena, dijo a los apóstoles
que repitieran lo mismo que Él había hecho.
Además hoy los cristianos colocamos el pan,
que es Jesús, en la custodia, para que así rezarle y llevarlo en procesión por
la iglesia.
Señor,
ten piedad.
Tú que estás con nosotros en la comunión. Señor,
ten piedad.
Tú que nos alimentas en la comunión. Cristo,
ten piedad.
Tú que nos ayudas en la comunión. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que no le falte nunca
tu alimento. Te lo pedimos Señor.
-Por todos los cristianos para que formemos
una sola familia. Te lo pedimos Señor.
-Por Cáritas, que ayuda a los pobres, para
que siga ayudándonos a querer a los pobres. Te lo pedimos, Señor.
-Por las niñas y los niños que no tienen
comida, para que los queramos. Te lo pedimos, Señor.
-Por las niñas y los niños que están tomando
la Primera Comunión, para que sean siempre tus amigos. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros para que siempre queramos
recibir a Jesús en la comunión... Te lo pedimos Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, hoy
vamos a hacer lo que tu hiciste cuando tenías a Jesús en la tripa. Vamos a
llevar a Jesús por la iglesia en la custodia. Cuando lo vemos le diremos que
queremos que esté siempre en nuestro corazón.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO
DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
EXPERIENCIA.
Mira el vídeo sin
sonido https://www.youtube.com/watch?v=HTud082tLXE
Cierra los ojos: ¿qué
te sugieren las imágenes?
Escoge una de ellas, la
que más te sugiera, realiza una copia de
pantalla, piensa en un título, guárdala.
Vuelve a conectar el
vídeo. Escúchalo con los ojos cerrados.
Escoge 2-3 frases,
piensa en ellas.
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 28, 16-20 .
En aquel tiempo, los once
discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al
verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les
dijo:
-Se me ha dado pleno poder
en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos.
Imagina la escena: un valle verde,
rebosante de trigo esperando la cosecha, una montaña, el mar de Galilea a los
pies; los Once esperando toda la mañana, el mediodía y al atardecer, entre los
rayos del sol Jesús, unos se arrodillan, otros permanecen indiferentes, llenos
de dudas; Jesús se acerca a todos, les habla. ¿Con quiénes de los Once te
sientes más cómodo? ¿Con los que dudan o con los que creen?
Imagínate allí. Jesús se
acerca, confía en ti, estés de pie o de rodillas, con el corazón abierto o
dubitativo. Escucha la Palabra de Jesús dirigida a ti. De nuestra
madre la Iglesia, a través de los sacerdotes, has recibido el bautismo. Este es
un don gratuito, gratis. A ti te corresponde enseñar en los Juniors, la
catequesis, allí donde te encuentres, que hay otra forma de vida, donde hay
primacía del amor y de la otra persona.
Es difícil ser diferente, pensar
de manera diferente a quienes colocan los propios intereses a los de Jesús, díselo.
Él siempre está con nosotros. Concreta lo que él nos ha mandado en una de las
frases del vídeo.
COMPROMISO.
Busca la imagen que has guardado, recórtala y
envíala a una persona que aprecies.
CELEBRACIÓN.
Este cuadro
representa a la Santísima Trinidad. Reza el Padrenuestro mirándolo.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
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de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
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San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
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