martes, 24 de septiembre de 2024

226. Domingo 26. 29 de septiembre de 2024.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de los Números 11, 25-29.

En aquellos días, el Señor bajó en la Nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. En cuanto se posó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar. Pero no volvieron a hacerlo. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque eran de los designados, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:

-Eldad y Medad están profetizando en el campamento.

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:

-Señor mío, Moisés, prohíbeselo.

Moisés le respondió:

-¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!

 

Textos paralelos.

Bajó Yahvé en la Nube y le habló.

Nm 12, 6-8: Les dijo: Escuchad estas palabras: cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?

1 S 10, 9-13: Cuando Saúl dio la vuelta y se apartó de Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le sucedieron aquel mismo día. De allí fueron a Guibea, y de pronto dieron con un grupo de profetas. El espíritu de Dios invadió a Saúl y se puso a danzar entre ellos. Los que lo conocían de antes y lo veían danzando con los profetas, comentaban: “¿Qué le pasa al hijo de Quis? ¿Hasta Saúl anda con los profetas! Uno del pueblo replicó: “¡Pues a ver quién es el padre de esos! (Así se hizo proverbial la frase: “¡Hasta Saúl anda con los profetas!”.

1 S 19, 20-24: Encontraron a la comunidad de profetas en trance, presididos por Samuel; el espíritu de Dios se apoderó de los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. Se lo avisaron a Saúl, y mandó otros emisarios, que también entraron en trance. Por tercera vez despachó unos emisarios, y también entraron en trance. Entonces fue él en persona a Ramá y al llegar al pozo de la era junto al cabezo, preguntó: “¿Dónde están Samuel y David?”. Le respondieron: “En el convento de Ramá”. Siguió hasta el convento de Ramá, y también de él se apoderó el espíritu de Dios, entró en trance y caminó así hasta el convento de Ramá. Se quitó la ropa y estuvo en trance delante de Samuel, tirado por tierra, desnudo, todo aquel día y toda la noche. (Por eso dicen: “¡Hasta Saúl está con los profetas!”).

2 R 2, 9: Mientras pasaban el río, dijo Elías a Eliseo: “Pídeme lo que quieras antes de que me aparten de tu lado”. Eliseo pidió: “Déjame en herencia dos tercios de tu espíritu”.

Josué, hijo de Nun, estaba al servicio de Moisés desde su mocedad.

Jos 1,1: Después que murió Moisés, siervo del Señor, dijo el Señor a Josué, hijo de Nun, ministro de Moisés.

Mi señor Moisés, prohíbeselo.

Mc 9, 38: Juan le dijo: “Maestro, vinos a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo impedimos, porque no va con nosotros?”.

¡Ojalá que todo el pueblo de Yahvé profetizara!

Jl 3, 1-2: Después derramaré mi espíritu sobre todos: vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán visiones. También sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu aquel día.

Hch 2, 4: Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu Santo le permitía expresarse.

 

Notas exegéticas.

11 25 Reciben el don profético solo temporalmente. Pero también se puede traducir (Vulgata) “sin poderse detener”.

 

Salmo responsorial

Salmo 17 (18), 8.10.12-14.

 

Los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón. R/.

La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye a los ignorantes. R/.

 

El temor del Señor es puro

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos.  R/.

 

También tu siervo es instruido por ellos

y guardarlos comporta una gran recompensa.

“¿Quién conoce sus faltas?

Absuélveme de lo que se me oculta.  R/.

 

Preserva a tu siervo de la arrogancia,

para que no me domine:

así quedaré limpio e inocente

del gran pecado.  R/.

 

Textos paralelos.

La ley del Señor es perfecta.

Sal 119, 24: También tus preceptos son mi delicia, son mis consejeros.

 

Notas exegéticas.

19 El himno celebra en Yahvé al creador del cielo, especialmente del sol y al autor de la Ley: la naturaleza y la Ley manifiestan las perfecciones divinas. En el Antiguo Oriente, el sol era el símbolo de la justicia: así se explica la unión de las dos partes del salmo. La liturgia de Navidad lo aplica al Verbo de Dios, sol de Justicia. 

19 14 Lit. “de orgullosos” o “de las cosas orgullosas”. Griego: “de los (dioses) extranjeros”. El Sal 119 contrapone constantemente el orgullo a la práctica de la ley.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6.

Atención, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que os vienen encima. Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y su herrumbre se convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. ¡Habéis acumulado riquezas… en los últimos días! Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo. Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, el cual no os ofrece resistencia.

 

Textos paralelos.

Is 5, 8-10.17: ¡Ay de los que añaden casas a casas y juntan campos con campos, hasta no dejar sitio, y vivir ellos solos en medio del país. Soy testigo: lo ha jurado el Señor de los ejércitos: Sus muchas casas serán arrasadas, sus palacios magníficos quedarán deshabitados, pastarán corderos como en praderas propias, chivos cebados tascarán[1] en sus ruinas; diez yugadas de viña darán un tonel, una carga de simiente dará una canasta.

Jr 5, 26-30: Porque hay en mi pueblo criminales que ponen trampas como cazadores y cavan fosas para cazar hombres; sus casas están llenas de fraudes como una canasta está llena de pájaros, así es como medran y se enriquecen, engordan y prosperan; rebosan de malas palabras, no juzgan según derecho, no defienden la causa del huérfano ni sentencian a favor de los pobres. Y de todo esto, ¿no tomaré cuentas? – Oráculo del Señor –; de un pueblo semejante, ¿no he de vengarme yo mismo? Espantos y abominaciones suceden en el país.

Am 8, 4-8: Escuchadlo los que exprimís a los pobres y elimináis a los miserables; pensáis: ¿Cuándo pasará la luna nueva para vender trigo o el sábado para ofrecer grano y hasta el salvado del trigo? Para encoger la medida y aumentar el precio, para comprar por dinero al desvalido, y al pobre por un par de sandalias. ¡Jura el Señor por la gloria de Jacob no olvidar jamás lo que han hecho! ¿Y no va a temblar la tierra, no van a hacer luto sus habitantes? Se alzará toda como el Nilo, como el Nilo se agitará y se calmará.

Así que vosotros, los ricos, llorad.

Lc 6, 24: Pero ay de vosotros, los ricos, porque recibís vuestro consuelo.

Pr 11, 4: No aprovecha la fortuna el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte.

Pr 11, 28: Quien confía en sus riquezas se marchita, los honrados brotarán como follaje.

Vuestro oro y vuestra plata están llenas de herrumbre.

Mt 6, 19-21: No acumuléis riquezas en la tierra, donde roen la polilla y la carcoma, donde los ladrones abren brechas y roban. Acumulad riquezas en el cielo, donde no roe polilla ni carcoma, donde los ladrones no abren brechas ni roban. Pues donde está tu riqueza, allí estará tu corazón.

Esta herrumbre será vuestro testigo de cargo.

Si 29, 10-12: Pierde tu dinero por el hermano y el prójimo, no dejes que se oxide bajo una piedra; invierte tu tesoro según el mandato del Altísimo y te producirá más que el oro; guarda limosnas en tu despensa, y ellas te librarán de todo mal.

Pr 16, 27: Hombre depravado cava zanjas funestas y lleva en los labios fuego abrasador.

El salario de los obreros que segaron vuestros campos.

Lv 19, 13: No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hata el día siguiente el jornal del obrero.

Dt 24, 14-15: No explotarás al jornalero, pobre y necesitado, sea hermano tuyo o emigrante que vive en tu tierra, en tu ciudad; cada jornada le darás su jornal, antes que el sol se ponga, porque pasa necesidad y está pendiente del salario. Si no apelará al Señor, y tú serás culpable. 

Los gritos de los segadores han llegado a oídos del Señor.

Ex 22, 21-22: No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí, yo les escucharé.

Habéis hartado vuestros corazones para el día de la matanza.

Sb 2, 10-11: Atropellemos al justo que es pobre, no nos apiademos de la viuda, ni respetemos las canas venerables del anciano; que sea nuestra fuerza la norma del derecho, pues lo débil – es claro – no sirve para nada.

 

Notas exegéticas.

5 1 Santiago no se dirige ahora a hermanos llamados a convertirse, sino a ricos que oprimen a los pobres enriqueciéndose a su costa reteniendo su salario. Hace suyo el grito de los profetas (Isaías, Jeremías y Amós). El tesoro de los ricos reducido ya a nada por la polilla y la herrumbre testificará contra ellos el día del juicio del fin de los tiempos.

5 3 La perspectiva es escatológica: las calamidades que aguardan a los ricos se sitúan en la perspectiva del Juicio. Pero nos encontramos ya en los últimos tiempos.

5 5 Quizá alusión a las violencias con que los ricos han abrumado a los justos.

5 6 Como opinan algunos autores, este justo que no opone resistencia puede tener valor colectivo y designar a un grupo más bien que a Jesús.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43.45.47-48.

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:

-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros.

Jesús respondió:

-No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

 

Textos paralelos.

 

Mc 9, 38-43.45.47-48

Mt 18, 6-9

Lc 9, 49-50; 17, 1-2*

Juan le dijo:

-Maestro, vinos a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo impedíamos, porque no va con nosotros.

 

Jesús respondió:

-No se lo impidáis. Uno que haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. Quien no está contra nosotros, está a nuestro favor.

 

Quien os de a beber un vaso de agua en atención a que sois cristianos os aseguro que no perderá su paga.

 

 

 

 

 

Si uno escandaliza a uno de estos pequeños creyentes, más le valdría que le encajasen una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran al mar.

 

 

 

 

 

 

 

 

Si tu mano te hace caer, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida que con las dos manos ir a parar al horno, al fuego inextinguible.

 

Si tu pie te hace caer córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que con los dos pies ser arrojado al horno.

 

Si tu ojo te hace caer, arráncatelo. Más e vale entrar tuerto en el reino de Dios que con los dos ojos ser arrojado al horno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero a quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos!

 

Es inevitable que sucedan los escándalos. Pero  ¡ay del hombre por quien viene el escándalo!

 

Si tu mano o tu pie te son ocasión de caer, córtatelo y tíralo. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que con dos manos o dos pies ser arrojado al fuego eterno.

 

 

 

 

 

 

 

Si tu ojo te es ocasión de caer, sácatelo y tíralo. Más te vale entrar en la vida tuerto que con dos ojos ser arrojado al horno de fuego.

Juan le dijo:

-Maestro, hemos visto a uno que arrojaba demonios en tu nombre y se lo impedimos, porque no va con nosotros.

 

 

Jesús replicó:

-No se lo impidáis. Quien no está contra vosotros está a favor nuestro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*A sus discípulos les dijo:

-Es inevitable que haya escándalos;

 

 pero ¡ay del que los provoca! Más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar, antes de escandalizar a uno de estos pequeños.

 

 Hemos tratado de impedírselo.

Nm 11, 28: Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: “Prohíbeselo tú, Moisés”.

Invocando mi nombre.

Hch 3, 16: ¿Por qué han creído en su nombre este que conocéis y estáis viendo ha recibido de ese nombre vigor, y la fe obtenida de él le ha dado salud completa en presencia de todos vosotros.

1 Co 12, 3: Por eso os hago notar que nadie, movido por el Espíritu de Dios puede decir ¡maldito sea Jesús! Y nadie puede decir, ¡Señor Jesús! Si no es movido por el Espíritu Santo.

El que no está contra nosotros, está por nosotros.

Mt 12, 30: El que no está conmigo está contra mí. El que no reúne conmigo dispersa.

Lc 11, 23: Quien no está conmigo está contra mí; quien no recoge conmigo desparrama.

Os aseguro que no se perderá su recompensa.

1 Co 3, 23: Vosotros sois de Cristo, Cristo es de Dios.

 Ser arrojado con los ojos a la Gehenna.

Is 66, 24: Y al salir verán cadáveres de los que se rebelaron contra mí: su gusano no muere, su fuego no se apaga, y serán el horror de todos los mortales.

Todos han de ser salados con fuego.

Lv 2, 13: Sazonaréis todas vuestras ofrendas. No dejéis de echar a vuestras ofrendas la sal de la alianza de Dios. Todas las ofrecerás sazonadas.

Buena es la sal, mas, si la sal se vuelve insípida.

Mt 5, 13: Vosotros sois la sal de la tierra: si la sal pierde el gusto, ¿con qué la sazonarán? Solo vale para tirarla y que la pise la gente.

Lc 14, 34-35: Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No vale ni para el campo ni para el estercolero; hay que tirarla. Quien tenga oídos para oír que escuche.

Col 4, 6: Sea vuestra conversación grata, con su pizca de sal, sabiendo responder a cada uno como conviene.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

9 41 Mt 10, 42 expresa la misma idea con ayuda de otra expresión.

9 42 Adicción: “en mí”.

9 43 Los vv. 44 y 45 (Vulgata) [omitidos en las biblias y en la Biblia de la Conferencia Episcopal Española], simples repeticiones del v. 48, se deben omitir con los mejores manuscritos.

9 49 Otros traducen “para el fuego” o “por el fuego”. – Estas palabras solo se encuentran en Mc y presentan dificultades. Se conoce la costumbre palestina de utilizar en los hornos sal como catalizador, pero al cabo de los años perdía sus propiedades químicas y era desechada. Basándose en esto algunos ofrecen esta explicación del v. 49: “cada uno debe ser como la sal para el fuego”. Pero los diferentes textos sinópticos que mencionan la sal consideran una representación de la renuncia, cualidad sin la que el discípulo no podrá ser verdadero discípulo. Aquí lo muestran claramente los vv. 42-48. Si el fuego es imagen de la prueba y de la persecución, entonces el sentido sería: “cada uno debe aceptar el sacrificio para poder pasar por la prueba”, para convertirse en víctima agradable a Dios (cf. Lv 2, 13 y la adición “toda víctima será salada con sal”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

38 DIJO… PROHIBIMOS: lit. decía… prohibíamos (este segundo imperfecto podría ser de connato: intentábamos prohibírselo). // EN TU NOMBRE (dativo instrumental): invocando tu hombre. Hay que interpretar este pasaje teniendo en cuenta la costumbre de emplear exorcismos para liberar a los posesos, aquel desconocido exorcista judío, viendo que Jesús tenía tanto poder contra los malos espíritus, invocaba el nombre de Jesús para expulsar al demonio.

39 NO SE LO PROHIBÁIS: unas palabras de san Agustín que suenan a Concilio Vaticano II: “El bautismo salvador solo existe en la Iglesia católica (…), pero puede haber algo católico fuera de la Católica, como puede nombrarse a Cristo fuera de la compañía de Cristo (…). La simulación puede darse también en la Iglesia católica, en los que renuncian al mundo de palabra y no de obra, pero no por eso la simulación es católica. Lo mismo que existe en la Católica algo que no es católico, así puede darse algo católico fuera de la Católica”. // ENSEGUIDA: o fácilmente.

41 POR… QUE SOIS DE CRISTO: lit. en nombre porque de Cristo sois, fórmula compendiosa que incluye: 1º) En nombre (de mí), en mi nombre (=por mi causa). 2º) Una explicación de este semitismo, para lectores de procedencia no judía: porque sois de Cristo.

42 Cf. Mt 18, 2. // LE ES MUCHO MEJOR: lit. hermoso es para él más. // “Encajar” es, lit., “poner en torno al cuello”, imagen un poco diversa de la de Mt 18, 6 (“colgar al cuello” como se cuelga una medalla.). // LO ECHAN: el tiempo verbal griego, en voz pasiva, es un perfecto, como si dijera: “si lo echan al mar y lo dejan allí”.

43 LA GEHENA: cf. Mt 5, 22. A continuación de este versículo los mejores manuscritos omiten el v. 44, lo mismo que el 46; su texto es repetición del v. 48.

48 EL GUSANO DE ELLOS: el de los condenados. Una vez más, el NT prolonga y refuerza la revelación del AT; en este caso, sirviéndose del ropaje apocalíptico de Is 66, 24. Aunque la verdad de fe de la eternidad del infierno nos desconcierte a nuestra sensibilidad, el texto de Mc afirma que la pena terrible no se extinguirá. Cf. Mt 23, 46.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

9, 42 El escándalo constituye un pecado que puede ser muy grave (Cat. 2284-2287). Cristo hace hincapié en el gran daño espiritual causado por el escándalo y la importancia de no escatimar esfuerzos en dar un buen ejemplo para animar a otros a evitar las ocasiones de pecado. Habla de sacarse los ojos para dejar bien claro que las virtudes exigen también una ascética de renuncia (Cat. 1034, 1056-1057).

9, 43 La sucesión de ejemplos (mano, pie, ojo) podría explicar que algunos copistas hayan repetido la conclusión de 9,48 en 9,44 y 9,46, donde, sin embargo, no la leen muchos manuscritos.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

2284 El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.

2285 El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo acusan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí (…), más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar” (Mt 18, 16). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos” (Mt 7, 15).

2286 El escándalo puede ser provocado por la ley o por las instituciones, por la moda o por la opinión. Así se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la corrupción de la vida religiosa, o a “condiciones sociales que, voluntaria o involuntariamente, hacen prácticamente ardua o prácticamente imposible una conducta cristiana conforme a los mandamientos del Sumo legislador” (Pío XX). Lo mismo ha de decirse de los empresarios que imponen procedimientos que incitan al fraude, de los educadores que “exasperan” a sus alumnos, o de los que, manipulando la opinión pública, la desvían de los valores morales.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

9, 38-40 Podía tratarse de exorcistas profesionales (Hch 19, 13-14) que, al ver el éxito de Jesús, meten su nombre en los conjuros. El proverbio final predica la tolerancia. Hay que leerlo con su complementario de Mt 12, 30, advirtiendo la diferencia “con nosotros/conmigo”.

9, 42-47 Escándalo es algo que hace tropezar y caer. El asunto es la fe. Es agravante el que las víctimas sean “los pequeños creyentes”. Ello explica la gravedad de la pena.

9, 43 Los versos 44 y 46 son repetidos del 48.

9, 48 Es cita de Is 66, 24 y no cambia sentido al ser citado. Habla de cadáveres arrojados a una fosa, donde o se pudren comidos de gusanos, o son incineraros hasta consumirse. El gusano no muere, el fuego no se apaga antes de concluir su tarea.

 

Concilio Vaticano II

El Concilio exhorta a los cristianos, ciudadanos de las dos ciudades, a que se afanen por cumplir fielmente sus deberes temporales, guiados por el espíritu del Evangelio. Se alejan de la verdad quienes, sabiendo que nosotros no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la futura, piensan que pueden por ello descuidar sus deberes terrestres, sin comprender que ellos por su misma fe están más obligados a cumplirlos, cada uno según la vocación a la que ha sido llamado. Pero no se equivocan menos quienes, por el contrario, piensan que pueden sumergirse en los negocios terrestres, como si estos fuesen totalmente ajenos a la vida religiosa, porque piensan que esta consiste solo en actos de culto y en el cumplimiento de algunos deberes morales. La separación entre la fe que profesan y la vida cotidiana de muchos debe ser considerada como uno de los errores más graves de nuestro tiempo. Ya en el Antiguo Testamento los profetas condenaban vehementemente este escándalo (cf. Is 58, 1-2), y mucho más en el Nuevo Testamento, donde el mismo Jesucristo amenazaba con graves castigos (cf. Mt 23, 3-13). Por consiguiente, no deben oponerse falsamente entre sí las actividades profesionales y sociales, por una parte, y la vida religiosa por otra. El cristiano que descuida sus deberes temporales, descuida sus deberes con el prójimo, e incluso al mismo Dios y pone en peligro su salvación eterna.

Constitución Gaudium et spes, 43.

 

Comentarios de los Santos Padres.

El suyo era el caso frecuente de hombres que no se atreven aún a recibir los sacramentos de Cristo y, sin embargo, favorecen al nombre cristiano, hasta acoger a cristianos por el único motivo de que son cristianos.

Agustín. Concordancia de los evangelistas, 4, 6, 7. II, pg. 188.

Es verdad que el bautismo saludable solo existe en la Iglesia católica… Puede haber, en cambio, algo católico fuera de la Católica, como puede estar el nombre de Cristo fuera de la compañía de Cristo, y en ese nombre arrojaba los demonios aquél que no le seguía con sus discípulos.

Agustín. Tratado sobre el bautismo, 7, 39, 77. II, pg. 188.

El centurión cornelio, antes de ser agregado a ese templo, por la regeneración, vio que le enviaban un ángel y le oyó decir que habían sido escuchadas sus oraciones y aceptadas sus limosnas.

Agustín. Carta a Dárdano, 187, 12, 36. II, pg. 188.

Hay quienes, fijándose en los preceptos de severidad, que nos recuerdan que hay que reprender a los inquietos, no echar lo santo a los perros, tener como pagano al que desprecia a la Iglesia, arrancar de la trabazón del cuerpo el miembro que escandaliza, perturban la paz de la Iglesia de tal modo que se empeñan antes de tiempo en separar la cizaña; y obcecados más bien con ese error, ellos mismos se separan de la unidad de Cristo.

Agustín. La fe y las obras, 4, 16. II, pg. 188.

No se ruborizó de repetir en este lugar tres veces las mismas palabras. ¿A quién no hará temblar esta repetición y esta amenaza, salida con tal rigor de la boca divina?

Agustín. La ciudad de Dios, 21, 9, 1. II, pg. 190.

No es pequeña la cuestión que aquí se nos propone, sino que es la más necesaria de entre todas las que los hombres investigan, a saber: si el fuego del infierno tiene fin o no. Parece que no tiene, puesto que así lo dio a entender Cristo, cuando dijo: “No se extinguirá su fuego y su gusano no morirá”. Me doy cuenta que un escalofrío recorre sobre los que escuchan estas cosas, pero ¿qué voy a hacer? Dios ordena decir estas cosas con frecuencia… Nosotros hemos sido constituidos para el ministerio de la Palabra, y es necesario que sea incómodo para los que me escuchan, no de buena gana, sino obligado.

Juan Crisóstomo, Homilía sobre la Carta 1ª a los Corintios, 9, 1. II, pg. 192.

 

San Agustín

Cristo puso en venta el reino de los cielos y cifró su precio en un vaso de agua fría. Cuando es un pobre quien da limosna, basta que dé un vaso de agua fría. Quien más tiene, más dé. Así lo hizo la viuda de las dos monedas. Zaqueo dio la mitad de sus bienes y reservó la otra mitad para cancelar sus fraudes. La limosna aprovecha siempre a quienes cambiaron de género de vida. Das a Cristo pobre para redimir tus pecados pasados. Pero si el motivo de tu donación es para poder seguir pecando impúdicamente, no solo alimentas a Cristo, sino que intentas sobornarlo en cuanto juez. Dad limosna, sí; mas para que vuestras oraciones sean escuchadas y para que Dios os ayude a cambiar vuestra vida por otra mejor. Por lo tanto, los que cambiáis de vida, cambiadla mejorándola. Por vuestras limosnas y oraciones bórrense nuestros pecados pasados y lleguen a vosotros los sempiternos bienes futuros.

Sermón 39, 6. II, pgs. 1331-1332.

 

San Juan de Ávila

[¿No deberías tú también tener compasión de tu compañero; como yo tuve compasión de ti?] (Mt 18, 33). Para que veáis a qué propósito se dijeron estas palabras es menester declarar el evangelio. Yo suelo tomar el evangelio un poco antes. En este mismo capítulo dice nuestro Redeptor una parábola que nos pone un poco de temor: Vae mundo a scandalis! ¡Ay del mundo por los escándalos que le han de venir, y ay de aquel por quien viene el escándalo, y de aquel que no se guarda del escándalo que ve venir! Necesario es que haya escándalos (Mt 18, 17), viviendo los hombres como viven. (No dice necesidad de consecuente). - ¿Qué son los escándalos? Estropiezos, pecados; que os han de hacer malas obras; que os han de dar de bofetadas; que os han de llevar la capa y os han de dar ocasión a que pequéis. Muchos habrá que, dándoles ocasión, pequen. Nunca oya el mochacho a su padre jurar ni blasfemar, porque le dará ocasión que él flasfeme- Grande males vernán al mundo por los escándalos.

25. Domingo 21 después de Pentecostés. III, pg. 299.

 

San Oscar Romero.

Cuando la tentación arrecia dentro de nosotros mismos es, entonces, hermanos, la hora en que hay que cumplir con esa palabra paradójica, oriental del Evangelio: Si tu pie te escandaliza, córtatelo; si tu mano te estorba, arráncatela; si tu ojo te es ocasión de escándalo, es decir, si los bienes de la tierra los quieres tanto como quieres una mano, un pie, un ojo, no dudes en arrancártelos, por el gran bien. Si tú quieres salvar tus ojos, tus manos, tus bienes y no quieres compartirlos ni someterlos a una justicia según el pensamiento de Dios, lo perderás todo. Demos por amor para que no tengamos que dar después por la fuerza y tener que entrar sin los bienes y sin el bien, a la eternidad.

Los signos actuales nos urgen a una sociedad según el pensamiento de Dios. Ojalá hagamos nuestra la frase de Moisés: "Ojalá todo el pueblo profetizara", ojalá los dones del Señor no los mezquináramos sino que deseáramos que vengan a todo el pueblo de Dios". Y como Cristo, también: "el que no está contra nosotros, está con nosotros".

 Homilía. 30 septiembre 1979.

 

Papa Francisco. Angelus. 30 de septiembre de 2018.

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

El Evangelio de este domingo (cf. Marcos 9, 38-43.45.47-48) nos presenta uno de esos momentos particulares muy instructivos de la vida de Jesús con sus discípulos. Estos habían visto que un hombre, el cual no formaba parte del grupo de los seguidores de Jesús, expulsaba a los demonios en el nombre de Jesús, y por eso querían prohibírselo. Juan, con el entusiasmo acérrimo típico de los jóvenes, informa sobre el hecho al Maestro buscando su apoyo; pero Jesús, al contrario, responde: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros» (vv. 39-40).

Juan y los demás discípulos manifiestan una actitud de cerrazón frente a un suceso que no entra en sus esquemas, en esta caso la acción, aunque sea buena, de una persona «externa» al círculo de seguidores. Sin embargo Jesús aparece muy libre, plenamente abierto a la libertad del Espíritu de Dios, que en su acción no está limitado por ningún confín o algún recinto. Jesús quiere educar a sus discípulos, también a nosotros hoy, en esta libertad interior. Nos hace bien reflexionar sobre este episodio, y hacer un poco de examen de conciencia. La actitud de los discípulos de Jesús es muy humana, muy común, y lo podemos encontrar en las comunidades cristianas de todos los tiempos, probablemente también en nosotros mismos. De buena fe, de hecho, con celo, se quisiera proteger la autenticidad de una cierta experiencia, tutelando al fundador o al líder de los falsos imitadores. Pero al mismo tiempo está como el temor de la «competencia» —esto es feo: el temor de la competencia—, que alguno pueda robar nuevos seguidores, y entonces no se logra apreciar el bien que los otros hacen: no va bien porque «no es de los nuestros», se dice. Es una forma de autorreferencialidad. Es más, aquí está la raíz del proselitismo. Y la Iglesia —decía el Papa Benedicto— no crece por proselitismo, crece por atracción, es decir crece por el testimonio dado a los demás con la fuerza del Espíritu Santo.

La gran libertad de Dios al donarse a nosotros constituye un desafío y una exhortación a modificar nuestras actitudes y nuestras relaciones. Es la invitación que nos dirige Jesús hoy. Él nos llama a no pensar según las categorías de «amigo/enemigo», «nosotros/ellos», «quien está dentro/quien está fuera», «mío/tuyo», sino para ir más allá, a abrir el corazón para poder reconocer su presencia y la acción de Dios también en ambientes insólitos e imprevisibles y en personas que forman parte de nuestro círculo. Se trata de estar atentos más a la autenticidad del bien, de lo bonito y de lo verdadero que es realizado, que no al nombre y a la procedencia de quien lo cumple. Y —como nos sugiere la parte restante del Evangelio de hoy —en vez de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos, y «cortar» sin compromisos todo lo que puede escandalizar a las personas más débiles en la fe. Que la Virgen María, modelo de dócil acogida de las sorpresas de Dios, nos ayude a reconocer los signos de la presencia del Señor en medio de nosotros, descubriéndolo allá donde Él se manifieste, también en las situaciones más impensables y raras. Que nos enseñe a amar nuestra comunidad sin envidias y clausuras, siempre abiertos al amplio horizonte de la acción del Espíritu Santo.

 

Francisco. Angelus. 26 de septiembre de 2021.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de la Liturgia de hoy nos cuenta un breve diálogo entre Jesús y el apóstol Juan, que habla en nombre de todo el grupo de discípulos. Habían visto un hombre que expulsaba demonios en nombre del Señor, pero se lo impidieron porque no formaba parte de su grupo. Jesús, a este punto, les invita a no obstaculizar a quien trabaja por el bien, porque contribuye a realizar el proyecto de Dios (cfr. Mc 9,38-41). Luego advierte: en lugar de dividir a las personas en buenos y malos, todos estamos llamados a vigilar nuestro corazón, para no sucumbir al mal y dar escándalo a los demás (cfr. vv. 42-45.47-48).

Las palabras de Jesús desvelan una tentación y ofrecen una exhortación. La tentación es la de la cerrazón. Los discípulos querían impedir una obra de bien solo porque quien la realizaba no pertenecía a su grupo. Piensan que tienen “la exclusiva sobre Jesús” y que son los únicos autorizados a trabajar por el Reino de Dios. Pero así terminan por sentirse predilectos y consideran a los otros como extraños, hasta convertirse en hostiles con ellos. Hermanos y hermanas, cada cerrazón, de hecho, hace tener a distancia a quien no piensa como nosotros, y esto —lo sabemos— es la raíz de muchos males de la historia: del absolutismo que a menudo ha generado dictaduras y de muchas violencias hacia quien es diferente.

Pero es necesario también velar sobre la cerrazón en la Iglesia. Porque el diablo, que es el divisor —esto significa la palabra “diablo”, que causa la división— siempre insinúa sospechas para dividir y excluir a la gente. Tienta con astucia, y puede suceder como a esos discípulos, ¡que llegan a excluir incluso a quien había expulsado al mismo diablo! A veces también nosotros, en vez de ser comunidad humilde y abierta, podemos dar la impresión de ser “los primeros de la clase” y tener a los otros a distancia; en vez de tratar de caminar con todos, podemos exhibir nuestro “carné de creyentes”: “yo soy creyente”, “yo soy católico”, “yo soy católica”, “yo pertenezco a esta asociación, a la otra…”; y los otros pobrecitos no. Esto es un pecado. Mostrar el “carné de creyentes” para juzgar y excluir. Pidamos la gracia de superar la tentación de juzgar y de catalogar, y que Dios nos preserve de la mentalidad del “nido”, la de custodiarnos celosamente en el pequeño grupo de quien se considera bueno: el sacerdote con sus fieles, los trabajadores pastorales cerrados entre ellos para que nadie se infiltre, los movimientos y las asociaciones en el propio carisma particular, etc. Cerrados. Todo esto corre el riesgo de hacer de las comunidades cristianas lugares de separación y no de comunión. El Espíritu Santo no quiere cierres; quiere apertura, comunidades acogedoras donde haya sitio para todos.

Y después en el Evangelio está la exhortación de Jesús: en vez de juzgar todo y a todos, ¡estemos atentos a nosotros mismos! De  hecho, el riesgo es el de ser inflexibles hacia los otros e indulgentes hacia nosotros mismos. Y Jesús nos exhorta a no pactar con el mal con imágenes que impactan: “Si hay algo en ti que es motivo de escándalo, córtatelo!” (cfr. vv. 43-48). Si algo te hace mal, ¡córtalo! No dice: “Si algo es motivo de escándalo, piensa sobre ello, mejora un poco…”. No: “¡Córtatelo! ¡Enseguida!”. Jesús es radical en esto, exigente, pero por nuestro bien, como un buen médico. Cada corte, cada poda, es para crecer mejor y llevar fruto en el amor. Preguntémonos entonces: ¿Qué hay en mí que contrasta con el Evangelio? ¿Qué quiere Jesús, en concreto, que corte en mi vida?

Recemos a la Virgen Inmaculada, para que nos ayude a ser acogedores hacia los otros y vigilantes sobre nosotros mismos.

 

Benedicto XVI. Angelus. 30 de septiembre de 2012.

Queridos hermanos y hermanas:

El Evangelio de este domingo presenta uno de esos episodios de la vida de Cristo que, incluso percibiéndolos, por decirlo así, en passant, contienen un significado profundo (cf. Mc 9, 38-41). Se trata del hecho de que alguien, que no era de los seguidores de Jesús, había expulsado demonios en su nombre. El apóstol Juan, joven y celoso como era, quería impedirlo, pero Jesús no lo permite; es más, aprovecha la ocasión para enseñar a sus discípulos que Dios puede obrar cosas buenas y hasta prodigiosas incluso fuera de su círculo, y que se puede colaborar con la causa del reino de Dios de diversos modos, ofreciendo también un simple vaso de agua a un misionero (v. 41). San Agustín escribe al respecto: «Como en la católica —es decir, en la Iglesia— se puede encontrar aquello que no es católico, así fuera de la católica puede haber algo de católico» (Agustín, Sobre el bautismo contra los donatistas: pl 43, VII, 39, 77). Por ello, los miembros de la Iglesia no deben experimentar celos, sino alegrarse si alguien externo a la comunidad obra el bien en nombre de Cristo, siempre que lo haga con recta intención y con respeto. Incluso en el seno de la Iglesia misma, puede suceder, a veces, que cueste esfuerzo valorar y apreciar, con espíritu de profunda comunión, las cosas buenas realizadas por las diversas realidades eclesiales. En cambio, todos y siempre debemos ser capaces de apreciarnos y estimarnos recíprocamente, alabando al Señor por la «fantasía» infinita con la que obra en la Iglesia y en el mundo.

En la liturgia de hoy resuena también la invectiva del apóstol Santiago contra los ricos deshonestos, que ponen su seguridad en las riquezas acumuladas a fuerza de abusos (cf. St 5, 1-6). Al respecto, Cesáreo de Arlés lo afirma así en uno de sus discursos: «La riqueza no puede hacer mal a un hombre bueno, porque la dona con misericordia; así como no puede ayudar a un hombre malo, mientras la conserva con avidez y la derrocha en la disipación» (Sermones 35, 4). Las palabras del apóstol Santiago, a la vez que alertan del vano afán de los bienes materiales, constituyen una fuerte llamada a usarlos en la perspectiva de la solidaridad y del bien común, obrando siempre con equidad y moralidad, en todos los niveles.

Queridos amigos, por intercesión de María santísima, oremos a fin de que sepamos alegrarnos por cada gesto e iniciativa de bien, sin envidias y celos, y usar sabiamente los bienes terrenos en la continua búsqueda de los bienes eternos.

 

MISA DE NIÑOS. XXVII T.O.

Monición de entrada.

Buenos días:

La misa es la manera que tenemos los cristianos de enseñar a los demás lo que somos y debemos de ser: la gran familia de Jesús donde todos somos hermanos e hijos de la Iglesia.

Además en el evangelio vamos a ver lo que hicieron unos niños cuando se encontraron con Jesús y lo que les dijo.

 

 Señor, ten piedad.

Porque a veces solo pensamos en nosotros. Señor, ten piedad.

Porque a veces no queremos darnos cuenta de los amigos que están pasándolo mal. Cristo, ten piedad.

Porque a veces no entendemos tu ejemplo de amor.  Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que sea muchos años el papá de los cristianos. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que sea el hogar de Dios abierto a todas las personas.  Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que se han casado, para que se quieran mucho. Te lo pedimos, Señor.

-Por los papás y mamás que se han separado, para que les ayudes a ayudar a sus hijas e hijos. Te lo pedimos, Señor.

-Por los novios y los cristianos que se encargan de ayudarles a celebrar el matrimonio, para que les ilumines con el Espíritu Santo. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, por nuestras familias y por nuestra parroquia, para que cada día te hagamos más caso. Te lo pedimos, Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María, te damos gracias porque como Jesús también tú eres feliz con nosotros y te gusta que cada noche nos acordemos de rezar las oraciones que nos han enseñando.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS CORBERA Y PARROQUIAS DE CORBERA, FAVARA Y LLAURÍ.  DOMINGO XXVI T.O.

EXPERIENCIA.

Piensa en las últimas noticias dramáticas que has escuchado en la radio o visto en televisión, las redes sociales, etc.

¿Qué le dirías a Dios? Díselo.

¿Estas personas que lo sufrían estaban solas? ¿Contaban con la ayuda de otros seres humanos? ¿Eran todos católicos o cristianos que creían firmemente en Jesús y cumplían sus mandamientos?

¿Qué crees piensa Dios de ellos? ¿Y tú?

Mira el vídeo publicado por la Editorial Verbo Divino:

https://www.youtube.com/watch?v=21zGTj9BctU

Después de leer las frases escoge dos o tres y piensa en ellas.

 

REFLEXIÓN.

Lectio.

Toma la Biblia y lee el evangelio de este domingo:

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43.45.47-48.

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:

-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros.

Jesús respondió:

-No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Imagina la escena, incluso sitúate en el lugar del niño, siente el abrazo de Jesús.

En el texto se encuentra la respuesta de Jesús sobre quienes sin creer en Él ayudan a los demás. ¿Cuál es?

Imagina la escena contemplándola.

¿En cuántas partes se divide el relato? ¿Cuál es la temática en cada una de ellas?

Quédate con una de las frases y repítela en tu interior durante unos minutos. ¿Qué te dice?

¿Qué puede cambiar de tu forma de pensar o amar el evangelio de hoy?

Dialoga con Jesús.

 

COMPROMISO.

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CELEBRACIÓN.

Reza por quienes allí encuentras y por esta Ong.

 



[1] Tascar: Quebrantar con la espadilla [instrumento de madera a modo de machete que se usa para espadar (macerar o quebrantar con la espadilla el lino o el cáñamo para sacarle el tamo (pelusa que se desprende del lino, del algodón o de la lana) y poderlo hilar)] o agramadera [instrumento para agramar (majar (machacar //golpear)) el cáñamo o el lino para separar el tallo de la fibra) el lino o el cáñamo].