Lectura del libro de los Números 11, 25-29.
En aquellos días, el Señor bajó en la Nube, habló con Moisés y,
apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. En
cuanto se posó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar. Pero no
volvieron a hacerlo. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados
Eldad y Medad. Aunque eran de los designados, no habían acudido a la tienda.
Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el
campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:
-Eldad y Medad están profetizando en el campamento.
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:
-Señor mío, Moisés, prohíbeselo.
Moisés le respondió:
-¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor
recibiera el espíritu del Señor y profetizara!
Textos
paralelos.
Bajó
Yahvé en la Nube y le habló.
Nm 12, 6-8:
Les dijo: Escuchad estas palabras: cuando hay entre vosotros un profeta del
Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo
Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en
presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis
atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?
1 S 10,
9-13: Cuando Saúl dio la vuelta y se apartó de Samuel, Dios le cambió el
corazón, y todas aquellas señales le sucedieron aquel mismo día. De allí fueron
a Guibea, y de pronto dieron con un grupo de profetas. El espíritu de Dios
invadió a Saúl y se puso a danzar entre ellos. Los que lo conocían de antes y
lo veían danzando con los profetas, comentaban: “¿Qué le pasa al hijo de Quis?
¿Hasta Saúl anda con los profetas! Uno del pueblo replicó: “¡Pues a ver quién
es el padre de esos! (Así se hizo proverbial la frase: “¡Hasta Saúl anda con
los profetas!”.
1 S 19,
20-24: Encontraron a la comunidad de profetas en trance, presididos por Samuel;
el espíritu de Dios se apoderó de los emisarios de Saúl, y también ellos
entraron en trance. Se lo avisaron a Saúl, y mandó otros emisarios, que también
entraron en trance. Por tercera vez despachó unos emisarios, y también entraron
en trance. Entonces fue él en persona a Ramá y al llegar al pozo de la era
junto al cabezo, preguntó: “¿Dónde están Samuel y David?”. Le respondieron: “En
el convento de Ramá”. Siguió hasta el convento de Ramá, y también de él se
apoderó el espíritu de Dios, entró en trance y caminó así hasta el convento de
Ramá. Se quitó la ropa y estuvo en trance delante de Samuel, tirado por tierra,
desnudo, todo aquel día y toda la noche. (Por eso dicen: “¡Hasta Saúl está con
los profetas!”).
2 R 2, 9:
Mientras pasaban el río, dijo Elías a Eliseo: “Pídeme lo que quieras antes de
que me aparten de tu lado”. Eliseo pidió: “Déjame en herencia dos tercios de tu
espíritu”.
Josué,
hijo de Nun, estaba al servicio de Moisés desde su mocedad.
Jos 1,1:
Después que murió Moisés, siervo del Señor, dijo el Señor a Josué, hijo de Nun,
ministro de Moisés.
Mi señor
Moisés, prohíbeselo.
Mc 9, 38:
Juan le dijo: “Maestro, vinos a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo
impedimos, porque no va con nosotros?”.
¡Ojalá
que todo el pueblo de Yahvé profetizara!
Jl 3, 1-2:
Después derramaré mi espíritu sobre todos: vuestros hijos e hijas profetizarán,
vuestros ancianos soñarán visiones. También sobre siervos y siervas derramaré
mi espíritu aquel día.
Hch 2, 4:
Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas
extranjeras, según el Espíritu Santo le permitía expresarse.
Notas
exegéticas.
11 25 Reciben el don profético solo
temporalmente. Pero también se puede traducir (Vulgata) “sin poderse detener”.
Salmo
responsorial
Salmo 17 (18), 8.10.12-14.
Los
mandatos del Señor son rectos
y
alegran el corazón. R/.
La
ley del Señor es perfecta
y
es descanso del alma;
el
precepto del Señor es fiel
e
instruye a los ignorantes. R/.
El
temor del Señor es puro
y
eternamente estable;
los
mandamientos del Señor son verdaderos
y
enteramente justos. R/.
También
tu siervo es instruido por ellos
y
guardarlos comporta una gran recompensa.
“¿Quién
conoce sus faltas?
Absuélveme
de lo que se me oculta. R/.
Preserva
a tu siervo de la arrogancia,
para
que no me domine:
así
quedaré limpio e inocente
del
gran pecado. R/.
Textos
paralelos.
La
ley del Señor es perfecta.
Sal
119, 24: También tus preceptos son mi delicia, son mis consejeros.
Notas
exegéticas.
19 El himno celebra en Yahvé al
creador del cielo, especialmente del sol y al autor de la Ley: la naturaleza y
la Ley manifiestan las perfecciones divinas. En el Antiguo Oriente, el sol era
el símbolo de la justicia: así se explica la unión de las dos partes del salmo.
La liturgia de Navidad lo aplica al Verbo de Dios, sol de Justicia.
19 14 Lit. “de orgullosos” o “de las
cosas orgullosas”. Griego: “de los (dioses) extranjeros”. El Sal 119 contrapone
constantemente el orgullo a la práctica de la ley.
Segunda
lectura.
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,
1-6.
Atención, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que
os vienen encima. Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han
apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y su herrumbre se
convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego.
¡Habéis acumulado riquezas… en los últimos días! Mirad, el jornal de los
obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está
gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del
universo. Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran
vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis
condenado, habéis asesinado al inocente, el cual no os ofrece resistencia.
Textos
paralelos.
Is 5, 8-10.17: ¡Ay de los que
añaden casas a casas y juntan campos con campos, hasta no dejar sitio, y vivir
ellos solos en medio del país. Soy testigo: lo ha jurado el Señor de los
ejércitos: Sus muchas casas serán arrasadas, sus palacios magníficos quedarán
deshabitados, pastarán corderos como en praderas propias, chivos cebados
tascarán[1] en sus ruinas; diez yugadas de viña darán un tonel, una carga de
simiente dará una canasta.
Jr 5, 26-30: Porque hay en mi
pueblo criminales que ponen trampas como cazadores y cavan fosas para cazar
hombres; sus casas están llenas de fraudes como una canasta está llena de
pájaros, así es como medran y se enriquecen, engordan y prosperan; rebosan de
malas palabras, no juzgan según derecho, no defienden la causa del huérfano ni
sentencian a favor de los pobres. Y de todo esto, ¿no tomaré cuentas? – Oráculo
del Señor –; de un pueblo semejante, ¿no he de vengarme yo mismo? Espantos y
abominaciones suceden en el país.
Am 8, 4-8: Escuchadlo los que
exprimís a los pobres y elimináis a los miserables; pensáis: ¿Cuándo pasará la
luna nueva para vender trigo o el sábado para ofrecer grano y hasta el salvado
del trigo? Para encoger la medida y aumentar el precio, para comprar por dinero
al desvalido, y al pobre por un par de sandalias. ¡Jura el Señor por la gloria
de Jacob no olvidar jamás lo que han hecho! ¿Y no va a temblar la tierra, no
van a hacer luto sus habitantes? Se alzará toda como el Nilo, como el Nilo se
agitará y se calmará.
Así que vosotros, los
ricos, llorad.
Lc 6, 24: Pero ay de vosotros,
los ricos, porque recibís vuestro consuelo.
Pr 11, 4: No aprovecha la
fortuna el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte.
Pr 11, 28: Quien confía en sus
riquezas se marchita, los honrados brotarán como follaje.
Vuestro oro y vuestra
plata están llenas de herrumbre.
Mt 6, 19-21: No acumuléis
riquezas en la tierra, donde roen la polilla y la carcoma, donde los ladrones
abren brechas y roban. Acumulad riquezas en el cielo, donde no roe polilla ni
carcoma, donde los ladrones no abren brechas ni roban. Pues donde está tu
riqueza, allí estará tu corazón.
Esta herrumbre será
vuestro testigo de cargo.
Si 29, 10-12: Pierde tu dinero
por el hermano y el prójimo, no dejes que se oxide bajo una piedra; invierte tu
tesoro según el mandato del Altísimo y te producirá más que el oro; guarda
limosnas en tu despensa, y ellas te librarán de todo mal.
Pr 16, 27: Hombre depravado
cava zanjas funestas y lleva en los labios fuego abrasador.
El salario de los obreros
que segaron vuestros campos.
Lv 19, 13: No explotarás a tu
prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hata el día siguiente el jornal
del obrero.
Dt 24, 14-15: No explotarás al
jornalero, pobre y necesitado, sea hermano tuyo o emigrante que vive en tu
tierra, en tu ciudad; cada jornada le darás su jornal, antes que el sol se
ponga, porque pasa necesidad y está pendiente del salario. Si no apelará al
Señor, y tú serás culpable.
Los gritos de los
segadores han llegado a oídos del Señor.
Ex 22, 21-22: No explotarás a
viudas ni a huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí, yo les
escucharé.
Habéis hartado vuestros
corazones para el día de la matanza.
Sb 2, 10-11: Atropellemos al
justo que es pobre, no nos apiademos de la viuda, ni respetemos las canas
venerables del anciano; que sea nuestra fuerza la norma del derecho, pues lo
débil – es claro – no sirve para nada.
Notas
exegéticas.
5 1 Santiago no se dirige ahora a
hermanos llamados a convertirse, sino a ricos que oprimen a los pobres
enriqueciéndose a su costa reteniendo su salario. Hace suyo el grito de los
profetas (Isaías, Jeremías y Amós). El tesoro de los ricos reducido ya a nada
por la polilla y la herrumbre testificará contra ellos el día del juicio del
fin de los tiempos.
5 3 La perspectiva es escatológica:
las calamidades que aguardan a los ricos se sitúan en la perspectiva del
Juicio. Pero nos encontramos ya en los últimos tiempos.
5 5 Quizá alusión a las violencias
con que los ricos han abrumado a los justos.
5 6 Como opinan algunos autores,
este justo que no opone resistencia puede tener valor colectivo y designar a un
grupo más bien que a Jesús.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 9, 38-43.45.47-48.
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se
lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros.
Jesús respondió:
-No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no
puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor
nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en
verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de
estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una
piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela:
más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”,
al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te
vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y,
si tu ojo te induce a pecar, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el reino de
Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere
y el fuego no se apaga.
Textos
paralelos.
Mc 9, 38-43.45.47-48 |
Mt 18, 6-9 |
Lc 9, 49-50; 17, 1-2* |
Juan le dijo: -Maestro, vinos a uno que
echaba demonios en tu nombre, y se lo impedíamos, porque no va con nosotros. Jesús respondió: -No se lo impidáis. Uno que
haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. Quien no está
contra nosotros, está a nuestro favor. Quien os de a beber un vaso
de agua en atención a que sois cristianos os aseguro que no perderá su paga. Si uno escandaliza a uno de
estos pequeños creyentes, más le valdría que le encajasen una piedra de
molino en el cuello y lo arrojaran al mar. Si tu mano te hace caer,
córtatela. Más te vale entrar manco en la vida que con las dos manos ir a
parar al horno, al fuego inextinguible. Si tu pie te hace caer
córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que con los dos pies ser
arrojado al horno. Si tu ojo te hace caer,
arráncatelo. Más e vale entrar tuerto en el reino de Dios que con los dos
ojos ser arrojado al horno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. |
Pero a quien escandalice a
uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al
cuello una piedra de molino y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo
por los escándalos! Es inevitable que sucedan los
escándalos. Pero ¡ay del hombre por
quien viene el escándalo! Si tu mano o tu pie te son
ocasión de caer, córtatelo y tíralo. Más te vale entrar en la vida manco o
cojo que con dos manos o dos pies ser arrojado al fuego eterno. Si tu ojo te es ocasión de
caer, sácatelo y tíralo. Más te vale entrar en la vida tuerto que con dos
ojos ser arrojado al horno de fuego. |
Juan le dijo: -Maestro, hemos visto a uno
que arrojaba demonios en tu nombre y se lo impedimos, porque no va con
nosotros. Jesús replicó: -No se lo impidáis. Quien no
está contra vosotros está a favor nuestro. *A sus discípulos les dijo: -Es inevitable que haya
escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Más le valdría
que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar,
antes de escandalizar a uno de estos pequeños. |
Hemos tratado de impedírselo.
Nm 11, 28: Josué, hijo de Nun,
ayudante de Moisés desde joven, intervino: “Prohíbeselo tú, Moisés”.
Invocando mi nombre.
Hch 3, 16: ¿Por qué han creído
en su nombre este que conocéis y estáis viendo ha recibido de ese nombre vigor,
y la fe obtenida de él le ha dado salud completa en presencia de todos
vosotros.
1 Co 12, 3: Por eso os hago
notar que nadie, movido por el Espíritu de Dios puede decir ¡maldito sea Jesús!
Y nadie puede decir, ¡Señor Jesús! Si no es movido por el Espíritu Santo.
El que no está contra
nosotros, está por nosotros.
Mt 12, 30: El que no está
conmigo está contra mí. El que no reúne conmigo dispersa.
Lc 11, 23: Quien no está
conmigo está contra mí; quien no recoge conmigo desparrama.
Os aseguro que no se
perderá su recompensa.
1 Co 3, 23: Vosotros sois de
Cristo, Cristo es de Dios.
Ser arrojado con los ojos a la Gehenna.
Is 66, 24: Y al salir verán
cadáveres de los que se rebelaron contra mí: su gusano no muere, su fuego no se
apaga, y serán el horror de todos los mortales.
Todos han de ser salados
con fuego.
Lv 2, 13: Sazonaréis todas
vuestras ofrendas. No dejéis de echar a vuestras ofrendas la sal de la alianza
de Dios. Todas las ofrecerás sazonadas.
Buena es la sal, mas, si
la sal se vuelve insípida.
Mt 5, 13: Vosotros sois la sal
de la tierra: si la sal pierde el gusto, ¿con qué la sazonarán? Solo vale para
tirarla y que la pise la gente.
Lc 14, 34-35: Buena es la sal;
pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No vale ni para el campo ni
para el estercolero; hay que tirarla. Quien tenga oídos para oír que escuche.
Col 4, 6: Sea vuestra
conversación grata, con su pizca de sal, sabiendo responder a cada uno como
conviene.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
9 41 Mt 10, 42 expresa la misma idea
con ayuda de otra expresión.
9 42 Adicción: “en mí”.
9 43 Los vv. 44 y 45 (Vulgata)
[omitidos en las biblias y en la Biblia de la Conferencia Episcopal Española],
simples repeticiones del v. 48, se deben omitir con los mejores manuscritos.
9 49 Otros traducen “para el fuego” o
“por el fuego”. – Estas palabras solo se encuentran en Mc y presentan
dificultades. Se conoce la costumbre palestina de utilizar en los hornos sal
como catalizador, pero al cabo de los años perdía sus propiedades químicas y
era desechada. Basándose en esto algunos ofrecen esta explicación del v. 49:
“cada uno debe ser como la sal para el fuego”. Pero los diferentes textos
sinópticos que mencionan la sal consideran una representación de la renuncia,
cualidad sin la que el discípulo no podrá ser verdadero discípulo. Aquí lo
muestran claramente los vv. 42-48. Si el fuego es imagen de la prueba y de la
persecución, entonces el sentido sería: “cada uno debe aceptar el sacrificio
para poder pasar por la prueba”, para convertirse en víctima agradable a Dios
(cf. Lv 2, 13 y la adición “toda víctima será salada con sal”.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión
crítica.
38 DIJO… PROHIBIMOS:
lit. decía… prohibíamos (este segundo imperfecto podría ser de connato: intentábamos
prohibírselo). // EN TU NOMBRE (dativo instrumental): invocando tu hombre.
Hay que interpretar este pasaje teniendo en cuenta la costumbre de emplear
exorcismos para liberar a los posesos, aquel desconocido exorcista judío,
viendo que Jesús tenía tanto poder contra los malos espíritus, invocaba el
nombre de Jesús para expulsar al demonio.
39 NO SE LO PROHIBÁIS:
unas palabras de san Agustín que suenan a Concilio Vaticano II: “El bautismo
salvador solo existe en la Iglesia católica (…), pero puede haber algo católico
fuera de la Católica, como puede nombrarse a Cristo fuera de la compañía de Cristo
(…). La simulación puede darse también en la Iglesia católica, en los que
renuncian al mundo de palabra y no de obra, pero no por eso la simulación es
católica. Lo mismo que existe en la Católica algo que no es católico, así puede
darse algo católico fuera de la Católica”. // ENSEGUIDA: o fácilmente.
41 POR… QUE SOIS DE
CRISTO: lit. en nombre porque de Cristo sois, fórmula compendiosa que
incluye: 1º) En nombre (de mí), en mi nombre (=por mi causa). 2º) Una
explicación de este semitismo, para lectores de procedencia no judía: porque
sois de Cristo.
42 Cf. Mt 18, 2. // LE
ES MUCHO MEJOR: lit. hermoso es para él más. // “Encajar” es, lit.,
“poner en torno al cuello”, imagen un poco diversa de la de Mt 18, 6 (“colgar
al cuello” como se cuelga una medalla.). // LO ECHAN: el tiempo verbal griego,
en voz pasiva, es un perfecto, como si dijera: “si lo echan al mar y lo
dejan allí”.
43 LA GEHENA: cf. Mt 5,
22. A continuación de este versículo los mejores manuscritos omiten el v. 44,
lo mismo que el 46; su texto es repetición del v. 48.
48 EL GUSANO DE ELLOS:
el de los condenados. Una vez más, el NT prolonga y refuerza la revelación del
AT; en este caso, sirviéndose del ropaje apocalíptico de Is 66, 24. Aunque la
verdad de fe de la eternidad del infierno nos desconcierte a nuestra sensibilidad,
el texto de Mc afirma que la pena terrible no se extinguirá. Cf. Mt 23, 46.
Notas
exegéticas desde la Biblia Didajé.
9,
42 El
escándalo constituye un pecado que puede ser muy grave (Cat. 2284-2287). Cristo
hace hincapié en el gran daño espiritual causado por el escándalo y la
importancia de no escatimar esfuerzos en dar un buen ejemplo para animar a
otros a evitar las ocasiones de pecado. Habla de sacarse los ojos para dejar
bien claro que las virtudes exigen también una ascética de renuncia (Cat. 1034,
1056-1057).
9,
43 La
sucesión de ejemplos (mano, pie, ojo) podría explicar que algunos copistas
hayan repetido la conclusión de 9,48 en 9,44 y 9,46, donde, sin embargo, no la
leen muchos manuscritos.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
2284
El
escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a hacer el mal. El que
escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y
el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo
constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a
otro a una falta grave.
2285
El
escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo
acusan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta
maldición: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí (…), más
le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los
asnos y le hundan en lo profundo del mar” (Mt 18, 16). El escándalo es grave
cuando es causado por quienes, por naturaleza o función, están obligados a
enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y
fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos” (Mt 7, 15).
2286
El
escándalo puede ser provocado por la ley o por las instituciones, por la moda o
por la opinión. Así se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o
estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la
corrupción de la vida religiosa, o a “condiciones sociales que, voluntaria o
involuntariamente, hacen prácticamente ardua o prácticamente imposible una
conducta cristiana conforme a los mandamientos del Sumo legislador” (Pío XX).
Lo mismo ha de decirse de los empresarios que imponen procedimientos que
incitan al fraude, de los educadores que “exasperan” a sus alumnos, o de los
que, manipulando la opinión pública, la desvían de los valores morales.
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
9,
38-40 Podía tratarse de exorcistas profesionales (Hch 19, 13-14) que, al ver el
éxito de Jesús, meten su nombre en los conjuros. El proverbio final predica la
tolerancia. Hay que leerlo con su complementario de Mt 12, 30, advirtiendo la
diferencia “con nosotros/conmigo”.
9,
42-47 Escándalo es algo que hace tropezar y caer. El asunto es la fe. Es
agravante el que las víctimas sean “los pequeños creyentes”. Ello explica la
gravedad de la pena.
9,
43 Los
versos 44 y 46 son repetidos del 48.
9,
48 Es
cita de Is 66, 24 y no cambia sentido al ser citado. Habla de cadáveres
arrojados a una fosa, donde o se pudren comidos de gusanos, o son incineraros
hasta consumirse. El gusano no muere, el fuego no se apaga antes de concluir su
tarea.
Concilio Vaticano II
El Concilio exhorta
a los cristianos, ciudadanos de las dos ciudades, a que se afanen por cumplir
fielmente sus deberes temporales, guiados por el espíritu del Evangelio. Se
alejan de la verdad quienes, sabiendo que nosotros no tenemos aquí una ciudad
permanente, sino que buscamos la futura, piensan que pueden por ello descuidar
sus deberes terrestres, sin comprender que ellos por su misma fe están más
obligados a cumplirlos, cada uno según la vocación a la que ha sido llamado.
Pero no se equivocan menos quienes, por el contrario, piensan que pueden
sumergirse en los negocios terrestres, como si estos fuesen totalmente ajenos a
la vida religiosa, porque piensan que esta consiste solo en actos de culto y en
el cumplimiento de algunos deberes morales. La separación entre la fe que
profesan y la vida cotidiana de muchos debe ser considerada como uno de los
errores más graves de nuestro tiempo. Ya en el Antiguo Testamento los profetas
condenaban vehementemente este escándalo (cf. Is 58, 1-2), y mucho más en el
Nuevo Testamento, donde el mismo Jesucristo amenazaba con graves castigos (cf.
Mt 23, 3-13). Por consiguiente, no deben oponerse falsamente entre sí las
actividades profesionales y sociales, por una parte, y la vida religiosa por
otra. El cristiano que descuida sus deberes temporales, descuida sus deberes
con el prójimo, e incluso al mismo Dios y pone en peligro su salvación eterna.
Constitución Gaudium
et spes, 43.
Comentarios
de los Santos Padres.
El suyo era el caso frecuente de hombres que no se atreven aún a recibir
los sacramentos de Cristo y, sin embargo, favorecen al nombre cristiano, hasta
acoger a cristianos por el único motivo de que son cristianos.
Agustín. Concordancia de los evangelistas, 4, 6, 7. II, pg. 188.
Es verdad que el bautismo saludable solo existe en la Iglesia católica…
Puede haber, en cambio, algo católico fuera de la Católica, como puede estar el
nombre de Cristo fuera de la compañía de Cristo, y en ese nombre arrojaba los
demonios aquél que no le seguía con sus discípulos.
Agustín. Tratado sobre el bautismo, 7, 39, 77. II, pg. 188.
El centurión cornelio, antes de ser agregado a ese templo, por la
regeneración, vio que le enviaban un ángel y le oyó decir que habían sido
escuchadas sus oraciones y aceptadas sus limosnas.
Agustín. Carta a Dárdano, 187, 12, 36. II, pg. 188.
Hay quienes, fijándose en los preceptos de severidad, que nos recuerdan
que hay que reprender a los inquietos, no echar lo santo a los perros, tener
como pagano al que desprecia a la Iglesia, arrancar de la trabazón del cuerpo
el miembro que escandaliza, perturban la paz de la Iglesia de tal modo que se
empeñan antes de tiempo en separar la cizaña; y obcecados más bien con ese
error, ellos mismos se separan de la unidad de Cristo.
Agustín. La fe y las obras, 4, 16. II, pg. 188.
No se ruborizó de repetir en este lugar tres veces las mismas palabras.
¿A quién no hará temblar esta repetición y esta amenaza, salida con tal rigor
de la boca divina?
Agustín. La ciudad de Dios, 21, 9, 1. II, pg. 190.
No es pequeña la cuestión que aquí se nos propone, sino que es la más
necesaria de entre todas las que los hombres investigan, a saber: si el fuego
del infierno tiene fin o no. Parece que no tiene, puesto que así lo dio a
entender Cristo, cuando dijo: “No se extinguirá su fuego y su gusano no
morirá”. Me doy cuenta que un escalofrío recorre sobre los que escuchan estas
cosas, pero ¿qué voy a hacer? Dios ordena decir estas cosas con frecuencia…
Nosotros hemos sido constituidos para el ministerio de la Palabra, y es
necesario que sea incómodo para los que me escuchan, no de buena gana, sino
obligado.
Juan Crisóstomo, Homilía sobre la Carta 1ª a los Corintios, 9, 1.
II, pg. 192.
San Agustín
Cristo puso en venta el reino de los cielos y cifró su precio en un vaso
de agua fría. Cuando es un pobre quien da limosna, basta que dé un vaso de agua
fría. Quien más tiene, más dé. Así lo hizo la viuda de las dos monedas. Zaqueo
dio la mitad de sus bienes y reservó la otra mitad para cancelar sus fraudes.
La limosna aprovecha siempre a quienes cambiaron de género de vida. Das a
Cristo pobre para redimir tus pecados pasados. Pero si el motivo de tu donación
es para poder seguir pecando impúdicamente, no solo alimentas a Cristo, sino
que intentas sobornarlo en cuanto juez. Dad limosna, sí; mas para que vuestras
oraciones sean escuchadas y para que Dios os ayude a cambiar vuestra vida por
otra mejor. Por lo tanto, los que cambiáis de vida, cambiadla mejorándola. Por
vuestras limosnas y oraciones bórrense nuestros pecados pasados y lleguen a
vosotros los sempiternos bienes futuros.
Sermón 39,
6. II, pgs. 1331-1332.
San Juan de Ávila
[¿No deberías tú también tener compasión de tu
compañero; como yo tuve compasión de ti?] (Mt 18, 33). Para que veáis a
qué propósito se dijeron estas palabras es menester declarar el evangelio. Yo
suelo tomar el evangelio un poco antes. En este mismo capítulo dice nuestro
Redeptor una parábola que nos pone un poco de temor: Vae
mundo a scandalis! ¡Ay del mundo por los escándalos que le han de
venir, y ay de aquel por quien viene el escándalo, y de aquel que no
se guarda del escándalo que ve venir! Necesario es que haya escándalos
(Mt
18, 17), viviendo los hombres como viven. (No dice necesidad de consecuente). -
¿Qué son los escándalos? Estropiezos, pecados; que os han de hacer malas obras;
que os han de dar de bofetadas; que os han de llevar la capa y os han de dar
ocasión a que pequéis. Muchos habrá que, dándoles ocasión, pequen. Nunca oya el
mochacho a su padre jurar ni blasfemar, porque le dará ocasión que él flasfeme-
Grande males vernán al mundo por los escándalos.
25. Domingo 21 después de Pentecostés. III, pg. 299.
San Oscar Romero.
Cuando la tentación arrecia dentro de nosotros
mismos es, entonces, hermanos, la hora en que hay que cumplir con esa palabra
paradójica, oriental del Evangelio: Si tu pie te escandaliza, córtatelo; si tu
mano te estorba, arráncatela; si tu ojo te es ocasión de escándalo, es decir,
si los bienes de la tierra los quieres tanto como quieres una mano, un pie, un
ojo, no dudes en arrancártelos, por el gran bien. Si tú quieres salvar tus
ojos, tus manos, tus bienes y no quieres compartirlos ni someterlos a una justicia
según el pensamiento de Dios, lo perderás todo. Demos por amor para que no
tengamos que dar después por la fuerza y tener que entrar sin los bienes y sin
el bien, a la eternidad.
Los signos actuales nos urgen a una sociedad según
el pensamiento de Dios. Ojalá hagamos nuestra la frase de Moisés: "Ojalá
todo el pueblo profetizara", ojalá los dones del Señor no los
mezquináramos sino que deseáramos que vengan a todo el pueblo de Dios". Y
como Cristo, también: "el que no está contra nosotros, está con
nosotros".
Homilía. 30 septiembre
1979.
Papa Francisco. Angelus. 30 de
septiembre de 2018.
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El Evangelio de este domingo (cf. Marcos 9,
38-43.45.47-48) nos presenta uno de esos momentos particulares muy instructivos
de la vida de Jesús con sus discípulos. Estos habían visto que un hombre, el
cual no formaba parte del grupo de los seguidores de Jesús, expulsaba a los
demonios en el nombre de Jesús, y por eso querían prohibírselo. Juan, con el
entusiasmo acérrimo típico de los jóvenes, informa sobre el hecho al Maestro
buscando su apoyo; pero Jesús, al contrario, responde: «No se lo impidáis, pues
no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de
hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros» (vv.
39-40).
Juan y los demás discípulos manifiestan una actitud
de cerrazón frente a un suceso que no entra en sus esquemas, en esta caso la
acción, aunque sea buena, de una persona «externa» al círculo de seguidores.
Sin embargo Jesús aparece muy libre, plenamente abierto a la libertad del
Espíritu de Dios, que en su acción no está limitado por ningún confín o algún
recinto. Jesús quiere educar a sus discípulos, también a nosotros hoy, en esta
libertad interior. Nos hace bien reflexionar sobre este episodio, y hacer un
poco de examen de conciencia. La actitud de los discípulos de Jesús es muy
humana, muy común, y lo podemos encontrar en las comunidades cristianas de
todos los tiempos, probablemente también en nosotros mismos. De buena fe, de
hecho, con celo, se quisiera proteger la autenticidad de una cierta
experiencia, tutelando al fundador o al líder de los falsos imitadores. Pero al
mismo tiempo está como el temor de la «competencia» —esto es feo: el temor
de la competencia—, que alguno pueda robar nuevos seguidores, y entonces no se
logra apreciar el bien que los otros hacen: no va bien porque «no es de los
nuestros», se dice. Es una forma de autorreferencialidad. Es más, aquí
está la raíz del proselitismo. Y la Iglesia —decía el Papa Benedicto— no
crece por proselitismo, crece por atracción, es decir crece por el testimonio
dado a los demás con la fuerza del Espíritu Santo.
La gran libertad de Dios al donarse a nosotros
constituye un desafío y una exhortación a modificar nuestras actitudes y
nuestras relaciones. Es la invitación que nos dirige Jesús hoy. Él nos llama a no
pensar según las categorías de «amigo/enemigo», «nosotros/ellos», «quien
está dentro/quien está fuera», «mío/tuyo», sino para ir más allá, a abrir el
corazón para poder reconocer su presencia y la acción de Dios también en
ambientes insólitos e imprevisibles y en personas que forman parte de nuestro
círculo. Se trata de estar atentos más a la autenticidad del bien, de lo
bonito y de lo verdadero que es realizado, que no al nombre y a la procedencia
de quien lo cumple. Y —como nos sugiere la parte restante del Evangelio de hoy
—en vez de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos, y
«cortar» sin compromisos todo lo que puede escandalizar a las personas más
débiles en la fe. Que la Virgen María, modelo de dócil acogida de las
sorpresas de Dios, nos ayude a reconocer los signos de la presencia del Señor
en medio de nosotros, descubriéndolo allá donde Él se manifieste, también en
las situaciones más impensables y raras. Que nos enseñe a amar nuestra
comunidad sin envidias y clausuras, siempre abiertos al amplio horizonte de la
acción del Espíritu Santo.
Francisco. Angelus. 26 de
septiembre de 2021.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la Liturgia de hoy nos cuenta un
breve diálogo entre Jesús y el apóstol Juan, que habla en nombre de todo el
grupo de discípulos. Habían visto un hombre que expulsaba demonios en nombre
del Señor, pero se lo impidieron porque no formaba parte de su grupo. Jesús, a
este punto, les invita a no obstaculizar a quien trabaja por el bien, porque
contribuye a realizar el proyecto de Dios (cfr. Mc 9,38-41). Luego
advierte: en lugar de dividir a las personas en buenos y malos, todos
estamos llamados a vigilar nuestro corazón, para no sucumbir al mal y dar
escándalo a los demás (cfr. vv. 42-45.47-48).
Las palabras de Jesús desvelan una tentación y
ofrecen una exhortación. La tentación es la de la cerrazón. Los
discípulos querían impedir una obra de bien solo porque quien la realizaba no
pertenecía a su grupo. Piensan que tienen “la exclusiva sobre Jesús” y que son
los únicos autorizados a trabajar por el Reino de Dios. Pero así terminan por
sentirse predilectos y consideran a los otros como extraños, hasta convertirse
en hostiles con ellos. Hermanos y hermanas, cada cerrazón, de hecho, hace
tener a distancia a quien no piensa como nosotros, y esto —lo sabemos— es
la raíz de muchos males de la historia: del absolutismo que a menudo ha
generado dictaduras y de muchas violencias hacia quien es diferente.
Pero es necesario también velar sobre la cerrazón
en la Iglesia. Porque el diablo, que es el divisor —esto significa la
palabra “diablo”, que causa la división— siempre insinúa sospechas para
dividir y excluir a la gente. Tienta con astucia, y puede suceder como a
esos discípulos, ¡que llegan a excluir incluso a quien había expulsado al mismo
diablo! A veces también nosotros, en vez de ser comunidad humilde y abierta,
podemos dar la impresión de ser “los primeros de la clase” y tener a los otros
a distancia; en vez de tratar de caminar con todos, podemos exhibir nuestro
“carné de creyentes”: “yo soy creyente”, “yo soy católico”, “yo soy
católica”, “yo pertenezco a esta asociación, a la otra…”; y los otros
pobrecitos no. Esto es un pecado. Mostrar el “carné de creyentes” para
juzgar y excluir. Pidamos la gracia de superar la tentación de juzgar y de
catalogar, y que Dios nos preserve de la mentalidad del “nido”, la de
custodiarnos celosamente en el pequeño grupo de quien se considera bueno: el
sacerdote con sus fieles, los trabajadores pastorales cerrados entre ellos para
que nadie se infiltre, los movimientos y las asociaciones en el propio carisma
particular, etc. Cerrados. Todo esto corre el riesgo de hacer de las
comunidades cristianas lugares de separación y no de comunión. El Espíritu
Santo no quiere cierres; quiere apertura, comunidades acogedoras donde haya
sitio para todos.
Y después en el Evangelio está la exhortación de
Jesús: en vez de juzgar todo y a todos, ¡estemos atentos a nosotros mismos!
De hecho, el riesgo es el de ser
inflexibles hacia los otros e indulgentes hacia nosotros mismos. Y Jesús nos
exhorta a no pactar con el mal con imágenes que impactan: “Si hay algo en
ti que es motivo de escándalo, córtatelo!” (cfr. vv. 43-48). Si algo te hace
mal, ¡córtalo! No dice: “Si algo es motivo de escándalo, piensa sobre ello,
mejora un poco…”. No: “¡Córtatelo! ¡Enseguida!”. Jesús es radical en esto,
exigente, pero por nuestro bien, como un buen médico. Cada corte, cada poda, es
para crecer mejor y llevar fruto en el amor. Preguntémonos entonces: ¿Qué hay
en mí que contrasta con el Evangelio? ¿Qué quiere Jesús, en concreto, que
corte en mi vida?
Recemos a la Virgen Inmaculada, para que nos ayude
a ser acogedores hacia los otros y vigilantes sobre nosotros mismos.
Benedicto XVI. Angelus. 30 de
septiembre de 2012.
Queridos hermanos y hermanas:
El Evangelio de este domingo presenta uno de esos
episodios de la vida de Cristo que, incluso percibiéndolos, por decirlo así, en
passant, contienen un significado profundo (cf. Mc 9, 38-41). Se trata del
hecho de que alguien, que no era de los seguidores de Jesús, había expulsado
demonios en su nombre. El apóstol Juan, joven y celoso como era, quería
impedirlo, pero Jesús no lo permite; es más, aprovecha la ocasión para enseñar
a sus discípulos que Dios puede obrar cosas buenas y hasta prodigiosas
incluso fuera de su círculo, y que se puede colaborar con la causa del reino de
Dios de diversos modos, ofreciendo también un simple vaso de agua a un
misionero (v. 41). San Agustín escribe al respecto: «Como en la católica
—es decir, en la Iglesia— se puede encontrar aquello que no es católico, así
fuera de la católica puede haber algo de católico» (Agustín, Sobre el
bautismo contra los donatistas: pl 43, VII, 39, 77). Por ello, los miembros
de la Iglesia no deben experimentar celos, sino alegrarse si alguien externo a
la comunidad obra el bien en nombre de Cristo, siempre que lo haga con
recta intención y con respeto. Incluso en el seno de la Iglesia misma, puede
suceder, a veces, que cueste esfuerzo valorar y apreciar, con espíritu de
profunda comunión, las cosas buenas realizadas por las diversas realidades eclesiales.
En cambio, todos y siempre debemos ser capaces de apreciarnos y estimarnos
recíprocamente, alabando al Señor por la «fantasía» infinita con la que obra en
la Iglesia y en el mundo.
En la liturgia de hoy resuena también la invectiva
del apóstol Santiago contra los ricos deshonestos, que ponen su seguridad en
las riquezas acumuladas a fuerza de abusos (cf. St 5, 1-6). Al respecto,
Cesáreo de Arlés lo afirma así en uno de sus discursos: «La riqueza no puede
hacer mal a un hombre bueno, porque la dona con misericordia; así como no puede
ayudar a un hombre malo, mientras la conserva con avidez y la derrocha en la
disipación» (Sermones 35, 4). Las palabras del apóstol Santiago, a la vez que
alertan del vano afán de los bienes materiales, constituyen una fuerte llamada
a usarlos en la perspectiva de la solidaridad y del bien común, obrando siempre
con equidad y moralidad, en todos los niveles.
Queridos amigos, por intercesión de María
santísima, oremos a fin de que sepamos alegrarnos por cada gesto e iniciativa
de bien, sin envidias y celos, y usar sabiamente los bienes terrenos en la
continua búsqueda de los bienes eternos.
MISA DE NIÑOS. XXVII
T.O.
Monición de entrada.
Buenos días:
La misa es la manera que tenemos los cristianos de
enseñar a los demás lo que somos y debemos de ser: la gran familia de Jesús
donde todos somos hermanos e hijos de la Iglesia.
Además en el evangelio vamos a ver lo que hicieron unos
niños cuando se encontraron con Jesús y lo que les dijo.
Señor, ten
piedad.
Porque a veces solo pensamos en nosotros. Señor, ten
piedad.
Porque a veces no queremos darnos cuenta de los amigos
que están pasándolo mal. Cristo, ten piedad.
Porque a veces no entendemos tu ejemplo de amor. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que sea muchos años el papá
de los cristianos. Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que sea el hogar de Dios abierto a
todas las personas. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que se han casado, para que se quieran
mucho. Te lo pedimos, Señor.
-Por los papás y mamás que se han separado, para que les
ayudes a ayudar a sus hijas e hijos. Te lo pedimos, Señor.
-Por los novios y los cristianos que se encargan de
ayudarles a celebrar el matrimonio, para que les ilumines con el Espíritu
Santo. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, por nuestras familias y por nuestra
parroquia, para que cada día te hagamos más caso. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS CORBERA Y
PARROQUIAS DE CORBERA, FAVARA Y LLAURÍ. DOMINGO
XXVI T.O.
EXPERIENCIA.
Piensa en las últimas
noticias dramáticas que has escuchado en la radio o visto en televisión, las
redes sociales, etc.
¿Qué le dirías a Dios?
Díselo.
¿Estas personas que lo
sufrían estaban solas? ¿Contaban con la ayuda de otros seres humanos? ¿Eran
todos católicos o cristianos que creían firmemente en Jesús y cumplían sus
mandamientos?
¿Qué crees piensa Dios
de ellos? ¿Y tú?
Mira el vídeo publicado
por la Editorial Verbo Divino:
https://www.youtube.com/watch?v=21zGTj9BctU
Después de leer las
frases escoge dos o tres y piensa en ellas.
REFLEXIÓN.
Lectio.
Toma la Biblia y lee el
evangelio de este domingo:
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 9, 38-43.45.47-48.
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se
lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros.
Jesús respondió:
-No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no
puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor
nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en
verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de
estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una
piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela:
más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”,
al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te
vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y,
si tu ojo te induce a pecar, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el reino de
Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere
y el fuego no se apaga.
Imagina la escena, incluso
sitúate en el lugar del niño, siente el abrazo de Jesús.
En el texto se encuentra la
respuesta de Jesús sobre quienes sin creer en Él ayudan a los demás. ¿Cuál es?
Imagina la escena
contemplándola.
¿En cuántas partes se divide el
relato? ¿Cuál es la temática en cada una de ellas?
Quédate con una de las frases y
repítela en tu interior durante unos minutos. ¿Qué te dice?
¿Qué puede cambiar de tu forma
de pensar o amar el evangelio de hoy?
Dialoga con Jesús.
COMPROMISO.
Entra en la página, Facebook, Instagram,
Twitter, Tik Tok,… de una Ong que ayude a los demás.
CELEBRACIÓN.
Reza
por quienes allí encuentras y por esta Ong.
[1] Tascar: Quebrantar con
la espadilla [instrumento de madera a modo de machete que se usa para espadar
(macerar o quebrantar con la espadilla el lino o el cáñamo para sacarle el tamo
(pelusa que se desprende del lino, del algodón o de la lana) y poderlo hilar)]
o agramadera [instrumento para agramar (majar (machacar //golpear)) el cáñamo o
el lino para separar el tallo de la fibra) el lino o el cáñamo].
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