Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5.8b.12.14a.16
Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado
reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: “Mira, yo
habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda”.
Natán dijo al rey: “Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está
contigo”. Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán: ·Ve y habla a mi
siervo David: “Así dice el Señor. ¿Tú me vas a construir una casa para morada
mía? Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de
mi pueblo Israel. He estado a tu lado por dondequiera que has ido, he suprimido
a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la
tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida
en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño,
cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos
tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa. En
efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré
descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su
reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino
se mantendrá siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre.
Textos
paralelos.
// 1 Cro 17, 1-15: Cuando David se estableció en s casa, le dijo
al profeta Natán: “Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, y el arca de
la alianza del Señor está debajo de unos toldos”. Natán le respondió: “Anda,
haz lo que tienes pensado, que Dios está contigo”. Pero aquella noche recibió
Natán esta palabra de Dios: “Ve a decir a mi siervo David: Así dice el Señor:
No serás tú quien me construya la casa para habitar. Desde el día en que liberé
a Israel hasta hoy no he habitado en una casa, sino que he ido de tienda en
tienda, y de santuario en santuario. Y en todo el tiempo que viajé de acá para
allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que
mandé gobernar a mi pueblo, que me construyese una casa de cedro= Pues bien, di
esto a mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos,
de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel. Yo he estado
contigo en todas tus empresas, he aniquilado a todos tus enemigos. Te haré
famoso, como a los más famosos de la tierra; daré una tierra mi pueblo, Israel,
lo plantaré para que viva en ella sin sobresaltos, sin que vuelvan a abusar de
él los malvados como antaño, cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel, y
humillé a todos sus enemigos; además, te comunico que el Señor te dará una
dinastía. Y cuando te llegue el momento de irte con tus padres, estableceré
después de ti a un descendiente tuyo, a un hijo de tus hijos, y consolidaré su
reino. él me edificará un templo y yo consolidaré su trono para siempre. Yo
seré para él un padre, él será para mí un hijo, y no le retiraré mi lealtad,
como se la retiré a tu predecesor. Lo estableceré para siempre en mi casa y en
mi reino y su trono permanecerá eternamente.
Cuando el rey se estableció en su casa.
1 R 5, 4: Porque su poder [de Salomón] se extendía al otro lado
del Éufrates, desde Tapsaco hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del
río, y había paz en todas sus fronteras.
Dt 12, 10: Cuando crucéis el Jordán, y habitéis la tierra que el
Señor, vuestro Dios, va a repartiros en heredad, y ponga fin a las hostilidades
con los enemigos que os rodean, y viváis tranquilos.
Dt 25, 19: Cuando el Señor, tu Dios, ponga fin a las hostilidades
con los enemigos que te rodean, en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte
en heredad para que la poseas, borrarás la memoria de los amalecitas bajo el
cielo. No te olvides.
Mira yo habito en una mansión.
Sal 132, 1-5: Tenle en cuenta, Señor, a David / todos sus afanes.
/ Como juró al Señor /) e hizo voto al Paladín de Jacob: / “No entraré en la
tienda de mi casa, / ni subiré al lecho de mi descanso, / no concederé sueño a
mis ojos / ni reposo a mis párpados, / hasta que encuentre un lugar para el
Señor, / una morada para el Paladín de Jacob.
Así habla Yahvé Sebaot.
1 S 16, 11: Luego [Samuel] preguntó a Jesé: “¿Se acabaron los
muchachos?” Jesé respondió: “Queda el pequeño, que precisamente está cuidando
las ovejas”. Samuel dijo: “Manda a por él, que no nos sentaremos a la mesa
mientras no llegue”.
1 S 17, 15: Davie era el más pequeño. Los tres mayores habían
seguido a Saúl: David iba y venía del frente a Belén, para guardar el rebaño de
su padre.
1 S 17, 20: David madrugó, dejó el rebaño al cuidado de rabadán,
cargó y se marchó, según el encargo de Jesé.
Para que seas caudillo de mi pueblo Israel.
Sal 78, 70: Eligió a David, su siervo / sacándolo de los apriscos
del rebaño.
He estado contigo donde quiera que has ido.
Sal 89, 28: Yo lo nombraré mi primogénito, / excelso entre los
reyes de la tierra.
Cuando tu vida llegue a su límite.
2 S 23, 5: Mi casa está firme junto a Dios, / que me dio un pacto
eterno, / bien formulado y mantenido. / ¡Él hará prosperar mis deseos de
salvación!
Sal 89, 30-38: Le daré un linaje perpetuo / y un trono duradero
como el cielo. / “Si sus hijos abandonan mi ley / y no siguen mis mandamientos,
/ si profanan mis preceptos / y no guardan mis mandatos, / castigaré con vara
sus delitos / y a latigazos sus culpas; / pero no les retiraré mi lealtad / ni
desmentiré mi fidelidad; / no profanaré mi alianza / ni cambiaré mis promesas.
/ Una vez juré por mi santidad / no faltar a mi palabra con David. / Su linaje
será perpetuo / y su trono como el sol en mi presencia; / como la luna que
permanece siempre: / testigo fidedigno en las nubes”.
Sal 132, 11-12: El Señor juró a David / una promesa que no
retractará: / “un fruto de tus entrañas / colocaré en tu trono. / Si tus hijos
guardan mi alianza / y los mandatos que les enseño, / también sus hijos, por
siempre, / se sentarán en tu trono.
A la descendencia que saldrá de tus entrañas.
Hch 2 30: Pero [David] como era profeta y sabía que Dios le había
prometido con juramento que un descendiente carnal suyo se sentaría en su
trono.
1 R 5, 19: He pensado construir un templo en honor del Señor, mi
Dios, como dijo el Señor a mi padre, David: “Tu hijo, al que haré sucesor tuyo
en el trono, será quien construya un templo en mi honor”.
Yo seré para él un padre.
1 Cro 17, 11-14: Y cuando te llegue el momento de irte con tus
padres, estableceré después de ti a un descendiente tuyo, a uno de tus hijos, y
consolidaré su reino. Él me edificará un templo y yo consolidaré su trono para
siempre. Yo seré para él un padre, él será para mí un hijo; y no le retiraré mi
lealtad, como se la retiré a su predecesor. Lo estableceré para siempre en mi
casa y en mi reino y su trono permanecerá eternamente.
1 Cro 22, 10: Él edificará un templo para mi honor, será para mí
un hijo, yo seré para él un padre, y consolidaré por siempre su trono real en
Israel.
Será para mí un hijo.
1 Cro 28, 6: Y me dijo: “Tu hijo Salomón será quien edifique mi
templo y mis atrios, porque lo he escogido como hijo y seré un padre para él”.
Hb 1, 5: Pues, ¿a cuál de los ángeles le dijo jamás: Tú eres mi
hijo, yo te he engendrado hoy? Y en otro lugar: Yo seré para él un padre, él
será para mí un hijo.
Dt 8, 5: Para que reconozcas que el Señor, tu Dios, te ha educado
como un padre educa a su hijo.
Tu casa y tu reino permanecerán para siempre.
2 S 23, 5: Mi casa está firme junto a Dios, / que me dio un pacto
eterno, / bien formulado y mantenido, / ¡Él hará prosperar mis deseos de
salvación!
Lc 1, 32-33: Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David su padre, para que reine sobre la Casa
de Jacob por siempre y su reinado no tenga fin.
Notas
exegéticas.
7 La profecía es elaborada a base de
una contraposición: no será David quien edifique una casa (un templo) a Yahvé,
v. 5, sino que será Yahvé quien levante una casa (una dinastía) a David, v. 11.
La promesa concierne esencialmente a la permanencia del linaje davídico sobre
el trono de Israel, vv. 12-16. Así lo entienden David y los salmos. Es el texto
de la alianza de Yahvé con David y su dinastía. Así, pues, el oráculo rebasa la
persona del primer sucesor de David, Salomón, a quien se le aplica por medio de
la adicción del v. 13, por 1 Co 17, 11-14 y por 1 R 5, 19. Pero el claroscuro
de la profecía deja entrever un descendiente privilegiado en quien Yahvé se
complacerá. Es el primer eslabón de las profecías sobre el Mesías, hijo de
David (Is 7,m 14; Mi 4, 14; Ag 2, 23 y Hch 2, 30 aplicará el texto a Cristo.
7 14 Se trata de una fórmula de
adopción, como en Sal 2, 7; 110 3 (griego), pero también es la primera expresión
del mesianismo real: cada rey de la dinastía davídica será una imagen
(imperfecta, ver el final del v. y Sal 89, 31-34) del rey del futuro. Al
aplicarla al Mesías, 1 Cro 17, 13 ha suprimido la segunda parte del versículo.
Comentario.
-Es probablemente el pasaje teológicamente
más importante del libro de Samuel:
Dios anuncia, por medio del
profeta Natán, un compromiso de alianza con la dinastía de David:
Antes: alianza con Noé, Abrahám
y Moisés.
Alianzas:
Momentos claves del compromiso
de Dios con la experiencia histórica humana.
-Casa:
Palacio de David.
Templo:
Dios habitará por siempre en el
monte Sión.
Conquista por los babilonios:
Desaparición de la dinastía davídica.
Destrucción del Templo.
Primeros cristianos: vieron en
Jesús al Mesías, el hijo de David.
Salmo
responsorial
Salmo 89 (88), 1-5.27.29
Cantaré
eternamente tus misericordias, Señor. R/.
Cantaré
eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré
tu fidelidad por todas las edades.
Porque
dijiste: “La misericordia es un edificio eterno”,
más
que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.
“Sellé
una alianza con mi elegido,
jurando
a David, mi siervo:
Te
fundaré un linaje perpetuo,
edificaré
tu trono para todas las edades. R/.
Él
me invocará: “Tú eres mi padre,
mi
Dios, mi Roca salvadora”;
Le
mantendré eternamente mi favor,
y
mi alianza con él será estable. R/.
Textos paralelos.
Dije: “Una alianza pacté
con mi elegido”.
2 S 7, 8-16: Pues bien, di esto
a mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: “Yo te saqué de los
apriscos, de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel. Yo he
estado contigo en todas tus empresas; he aniquilado a todos tus enemigos; te
haré famoso como a los más famosos de la tierra; daré un puesto a mi pueblo,
Israel: lo plantaré, para que viva en él sin sobresaltos, sin que vuelvan a
humillarlo los malvados como antaño, cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel;
te daré paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará
una dinastía. Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus
antepasados, estableceré después de ti a una descendencia tuya, nacida de tus
entrañas, y consolidaré tu reino. él edificará un templo en mi honor y yo
consolidaré su trono real para siempre. Yo seré para él un padre, y él será
para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como suelen los
hombres; pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté
en mi presencia. tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu
trono permanecerá para siempre.
Él me invocará: ¡Padre
mío!
2 S 7, 14: Yo seré para él un
padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y
golpes, como suelen los hombres.
Sal 2, 7: Voy a recitar el decreto
del Señor. / Me ha dicho: “Tú eres mi hijo, / yo te he engendrado hoy”.
Jr 3, 19: Yo había pensado contarte
entre mis hijos, darte una tierra envidiable, la perla de las naciones en
heredad, esperando que me llamaras “padre mío” y no te apartaras de mí.
Jn 20, 17: Él, mirándolos
fijamente, les dijo: “Entonces, ¿qué significa eso que está escrito: la piedra
que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Quien tropiece en
esa piedra se estrellará, a quien le caiga encima lo aplastará”?
Col 1, 15: Él es imagen del
Dios invisible, primogénito de toda creación.
Col 1, 18: Él es cabeza del
cuerpo, de la Iglesia. Es el principio, primogénito de los muertos, para ser el
primero de todos.
Ap 1, 5: Y de parte de
Jesucristo, el testigo fidedigno, el primogénito de los muertos, el Señor de los
reyes del mundo. Al que nos amó y nos libró con su sangre de nuestros pecados.
Amor eterno te guardaré.
Is 55, 3: Prestad oído, venid a
mí, / escuchadme y viviréis. / Sellaré con vosotros alianza perpetua, / la
promesa que aseguré a David.
Notas
exegéticas.
89 El preludio, vv.2-3, seguido de
la evocación de la alianza davídica, vv. 4-5, y de un himno al Creador, vv.
6-19, introduce un oráculo mesiánico, vv. 20-38, y, por contraste, la evocación
de las humillaciones nacionales, vv. 39-46. El salmo concluye con una oración,
vv. 47-522. El binomio “amor-lealtad” es una constante del salmo.
Segunda lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27.
Hermanos.
Al que puede consolidaros según mi evangelio y el mensaje de
Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en
secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras
proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las
gentes llegaran a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo,
la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Textos paralelos.
Para que acojan la fe.
Rm 1, 5: Por medio de él
recibimos la gracia del apostolado, para que todos los pueblos respondan con la
fe en su nombre.
Amén.
1, 25: Como cambiaron la verdad
de Dios por la mentira, veneraron y adoraron la criatura en vez del Creador –
bendito por siempre, amén –.
Notas exegéticas.
16 25 (a) La doxología, puesta aquí por
la mayoría de los testigos, se encuentra en algunos al final del capítulo 15 o
del capítulo 14; otros la omiten. – De esta forma solemne, ver Ef. 3, 20; Judas
24-25, Pablo vuelve a los temas esenciales de la epístola.
16 25 (b) En la doctrina y en la práctica
de la vida cristiana. Ver 1, 11; 1 Ts 3, 2.13; 2 Ts 2, 17; 3, 3; 1 Co 1, 88; 2
Co 1, 21; Col 2, 7.
16 25 (c) Pablo toma de la apocalíptica
judía, Dn 2, 27, esta idea de un “misterio” lleno de sabiduría, largo tiempo
oculto en Dios y ahora revelado, pero la ahonda aplicándola al plan de
salvación en su etapa suprema: la salvación operada por la cruz de Cristo, el
llamamiento de los gentiles a esta salvación, objeto del Evangelio de Pablo, y
finalmente la restauración del universo en Cristo su única cabeza.
16 27 (b) El NT adopta las bendiciones y
doxologías de Israel, pero llamando a menudo Padre a Dios y asociando con él a
Jesucristo. Las doxologías posteriores mencionarán la mayoría de las veces a
las tres personas.
Comentario.
-Final de la carta de san Pablo
a los Romanos:
Una de las cartas consideradas
auténticas.
Añadido posteriormente como
colofón a toda la obra:
No hace referencia a aspectos
concretos de Romanos.
-Doxología (glorificación,
proclamación de alabanza).
-Función:
Dar conclusión a toda la carta.
-Contenido:
Referencias apocalípticas:
Apocalipsis: en griego
significa “revelación”.
El autor da gloria a Dios por:
Revelación de un misterio
escondido.
Manifestación ahora.
-Punto de vista teológico:
Importancia de las Escrituras
que a lo largo de los siglos se ha ido manifestando:
De forma progresiva y
paulatina.
Punto de partida: disposición
del Dios-eterno.
Misterio cristológico:
La gloria debida a Dios tiene
que ver con el mensaje de Jesucristo.
La salvación, presente y
urgente, se hace realidad en Jesús.
Obediencia de la fe:
No en sentido psicológico ni
moral.
Sentido teologal:
Si Dios pronuncia su palabra salvífica
en Jesús el creyente no puede ignorarla y no obedecerla, porque le importa a sí
mismo y a su salvación.
-Conclusión:
Formulación esperada:
A Dios (Sabio) por Jesucristo (único
mediador) a él la gloria.
Por los siglos de los siglos,
amén: sabor litúrgico.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 1, 26-38.
En el mes sexto, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la
virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo”. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y
se preguntaba que saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María, porque
has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo,
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al ángel: “¿Cómo será
eso, pues no conozco varón?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo
que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido
un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque
para Dios nada hay imposible”. María contestó: “He aquí la esclava del Señor,
hágase en mí según tu palabra”.
Textos paralelos.
A una virgen
desposado con un hombre llamado José.
Mt 1, 18: El
nacimiento de Jesús el Mesías sucedió así: Su madre, María, estaba prometida a
José, y antes del matrimonio, resultó que estaba en cinta, por obra del Espíritu
Santo.
Alégrate, llena de
gracia.
So 3, 14-15: ¡Grita,
ciudad de Sión: / lanza vítores, Israel; festéjalo exultante, Jerusalén
capital! / Que el Señor ha expulsado a los tiranos, / ha echado a tus enemigos;
/ el Señor dentro de ti es el rey de Israel / y ya no temerás nada malo.
Za 2, 14: Y el ángel
que me hablaba me ordenó proclamar: “Así dice el Señor de los ejércitos: Siento
celos de Jerusalén, celos grandes de Sión”.
Rut 2, 4: Y en aquel
momento llegaba él de Belén y saludó a los segadores: “¡A la paz de Dios!”
Respondieron: “¡Dios te bendiga!”
Vas a concebir en tu
seno.
Is 7, 14: Pues el
Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad, la joven está en cinta / y dará
a luz un hijo, / y le pondrá por nombre / Emanuel.
Le pondrás por
nombre Jesús:
Mt 1, 21: Dará a luz
un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
El Señor Dios, le
dará el trono.
2 S 7, 1: Cuando
David se estableció en su casa y el Señor le dio paz con sus enemigos de
alrededor.
Is 9, 6: Su glorioso
principado y la paz / no tendrán fin, / en el trono de David y en su reino; /
se mantendrá y consolidará / con la justicia y el derecho, / desde ahora y por
siempre. / El celo del Señor de los ejércitos / lo realizará.
Mt 9, 27: Mientras
Jesús seguía adelante, dos ciegos lo seguían dando voces: “¡Hijo de David! ten
piedad de nosotros.
Dn 7, 14: Le dieron
poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su
dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
El ángel respondió:
el Espíritu Santo vendrá sobre ti.
Mt 1, 20: Ya lo
tenía decidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José,
hijo de David, no tengas reparo en acoger a María como esposa tuya, pues lo que
ha concebido es obra del Espíritu Santo”.
Mc 1, 24: Que grito:
“¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿has venido a acabar con
nosotros? Sé quien eres: el Consagrado por Dios”.
Será santo y le
llamarán Hijo de Dios.
Hch 3, 14: Vosotros
rechazasteis al santo e inocente, pedisteis que os indultasen a un homicida.
Mt 4, 3: Se acercó
el tentador y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan
en pan”.
No hay nada imposible
para Dios.
Gn 18, 14: ¿Hay algo
difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo
de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
Jr 32, 27: Yo soy el
Señor, Dios de todos los humanos: ¿hay algo imposible para mí?
Notas exegéticas.
1 26
(a) La
representación de este acontecimiento se inspira en varios pasajes del AT, en
particular en la aparición del ángel a Gedeón, Jc 6, 11-24 (comparar con el
anuncio del nacimiento de Sansón, Jc 13, 2-7). La dignidad del niño se evoca
con alusiones a las promesas del AT, sobre todo a las hechas a David y a su
linaje, 2 S 7, 1ss.
1 26
(b) De
la concepción de Juan.
1 28
“Alégrate”
mejor que “Salve”. Llamada al júbilo mesiánico, icono de la llamada de los
profetas a la Hija de Sión, y como esta, motivada por la venida de Dios entre
su pueblo – “Llena de gracia” (kejaritomene). Este verbo está en
relación con el término jaris (“favor”, “gracia”), que casi siempre
traduce en los LXX la palabra hebrea heri. El cliché hebreo “encontrar
gracia a los ojos de (alguien)” (masa hen bene…) significa “contar con
todo el favor divino”. – Adición: “Bendita tú entre las mujeres”, por
influencia de 1, 42.
1 29
(a) El
verbo usado aquí (diatásso: agritarse por completo) es más fuerte que el
empleado para Zacarías en 1, 12 (tarásso), pues el saludo del ángel deja
entrever en María una vocación singular.
1 29
(b) Lc
no dice que María fuesa presa de temor como en el caso de Zacarías (1, 12). Más
bien la describe dispuesta a reflexionar en el mensaje del ángel (ver 1, 34 y
2, 19), intentando penetrar en el misterio de tan inesperada revelación.
1 31
Como
en 1, 13, el ángel reproduce el estilo de los oráculos de nacimiento del AT. El
texto más próximo aquí es el de Is 7, 14 (ver Mt 1, 23). El nombre de Jesús no
es explicado aquí, como lo es en Mt 1, 21 (“Dios salva”), pero se le llamará Salvador
en 2, 11.
1 32
A
diferencia de Juan el Bautista Jesús es “grande” absolutamente. – El título “Altísimo”,
normal para referirse a Dios en el helenismo y en el AT griego, solo es
empleado en el NT por Lc, junto con Mc 5, 7 y Hb 7, 31.
1 33
Las
palabras del ángel se inspiran en varios pasajes mesiánicos del AT. – Este mesianismo
nacional será superado en 2, 32.
1 34
(a) Como
Zacarías en 1, 18, María formula una pregunta. Pero, mientras que la pregunta
de Zacarías manifestaba su incredulidad, la de María es recibida por el ángel
como inspirada por una fe que trata de aclararse. En el relato esta pregunta
sirve para introducir una revelación más completa del misterio de Jesús.
1 34
(b) La
“virgen” solo está “desposada” y no tiene relaciones conyugales (sentido
semítico de “conocer”, ver Gn 4, 1, etc.). Este hecho, que parece contraponerse
al anuncio de los vv. 31-33, trae la explicación del v. 35. Nada hay en el
contexto que imponga la idea de un voto de virginidad.
1 35
(a) La
expresión evoca la nube luminosa, señal de la presencia de Yahvé, ver Ex 13, 22,
o las alas del pájaro que simboliza el poder protector. Sal 17, 8, y creador,
Gn 1, 2 de Dios. Comparar Lucas 9, 24. En la concepción de Jesús todo viene del
poder del Espíritu Santo.
1 34
(b) El
título “Hijo de Dios” es para Lc igual que para el AT (2 S 7, 14) una
designación del Mesías (ver Lc 4, 34). Pero Lc hace también de él la expresión por
excelencia de la misteriosa relación que une a Jesús con Dios: excepcionalmente
la pone en labios de personas, pero sobre todo en boca del Padre (3, 22), de un
ángel (aquí), de espíritus diabólicos (4, 3) y de Jesús (10, 22). Al final del
mensaje de Gabriel, “Hijo de Dios” pone más de relieve “Hijo del Altísimo” del
v. 32 y marca la plenitud nueva de la filiación divina de Jesús.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén.
1 6 Primitivamente, los vv. 6-8
debían de preceder inmediatamente a los vv. 19ss.
1 7 Juan el Bautista es considerado un
profeta, cuya enseñanza conservaba entonces todo su valor de testimonio. –
Queda aquí acentuado el contraste entre Juan y el revelador por excelencia,
Jesús.
1 19 En el evangelio de Juan, este
término tiene diferentes significados. Designa, a veces a los adeptos del
judaísmo, cuyos ritos se explican a los lectores de origen no judío; se los distingue
de los samaritanos y de los gentiles. Pero con más frecuencia la palabra tiene
un significado técnico que designa a los fariseos contemporáneos de la redacción
del evangelio, que representaban entonces, a partir del año 70, el judaísmo
frente a su rival el cristianismo, comparar 9, 22 con 12, 42.
1 20 En el momento del evangelio,
Juan Bautista quiere afirmar seguramente que él no es el Mesías esperado.
1 21 (a) Sobre la vuelta esperada de Elías,
ver Ml 3, 22-24.
1 21 (b) Apoyados en Dt 18, 5 (ver la
nota), los judíos esperaban al Mesías como a un nuevo Moisés (el profeta por
excelencia) que renovaría centuplicados los prodigios de Éxodo.
1 28 Significa “lugar de paso”,
recordando el paso del Jordán al final de Éxodo, Jos 3, Juan bautiza todavía al
otro lado del Jordán, pero este bautismo de penitencia prepara al pueblo de
Dios para “pasar” a la Tierra Prometida. – Variante más corrientemente
adoptada: Betania.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
26 Empieza una relato, no de anunciación (que
dice lo que va a suceder y no admite replica), sino de vocación (que expone
una misión y pide consentimiento, como por ejemplo, Jue 6, 11-24). // EN EL
SEXTO MES del embarazo de Isabel. // POR DIOS: o desde Dios, de parte de
Dios. // DE NOMBRE: puede hacerse pesada la insistencia (v. 27: “cuyo nombre…”,
“y el nombre…”), pero en este relato todo tiene nombre, aunque el nombre
sobre el que gravita al final la frase, es “María”, en realidad se trata de “poner
nombre” al que va a venir y ya se anuncia (cf. v. 31; y los “Nombres de Cristo”
en los vs. 32-33.35. // NAZARET, más bien que CIUDAD, era una pobre aldea, innominada
en todo el AT y en el Talmud, y despreciada por los habitantes de las aldeas
vecinas (cf. Jn 1, 46).
27 UNA DONCELLA: como en castellano
clásico: una virgen. Al principio y al fin de la presentación, Lc
insiste en un dato: María virgen concibió virginalmente. // PROMETIDA: o que
había sido dado a. También es posible: que había sido pedida en matrimonio
por un varón… (entendiendo “por un varón” como dativo agente, muy raro en
el NT). // UN VARÓN: casi: un marido. En los evangelios, el hombre
adulto, en cuanto distinto de la mujer y de los niños, suele designarse con el
vocablo griego anêr, que prácticamente equivale a marido, esposo.
// DE LA ESTIRPE DE DAVID: lit. de [la] casa de David, de la
dinastía de David, de quien JOSÉ era “hijo”. // El significado etimológico más
probable del nombre de MARÍA es excelsa, elevada.
28 SALVE: es más que el simple “¡alégrate!”
helenístico, saludo tan trivial como nuestro “¡hola!” (el vocablo griego es el
mismo de los soldados romanos burlándose ante Jesús: cf. Mt 27, 29; Mc 14,
17-19; Jn 19, 3; sería demasiado fuerte traducirlo: “¡Alégrate, rey de los
judíos!”). Es saludo religioso; por una parte, traduce el hebreo salôm,
deseo de la paz (vida total, plenitud de dones de Dios), y, por otra, alude
a Zac 9, 9 (invitación a la alegría mesiánica ante el rey que viene de parte de
Dios). // Sin artículo, sustituyendo el nombre propio, LLENA-DE-GRACIA es el
nombre de la doncella. GRACIA, no con el significado profano de kharis (amabilidad,
belleza), sino con el doble significado bíblico de: benevolencia divina, por
la que Dios concede benignamente un don gratuito (un favor, una “gracia”).
La forma gramatical griega es participio de perfecto (acción pasada cuyo efecto
perdura) en voz pasiva teológica: María había sido transformada por la
acción divina, “agraciada por Dios antes y en ella estaba remansada la gracia”,
preparándola para ser la madre del Mesías. El verbo griego kharistóô es
causativo; en el NT solamente aparece otra vez (Ef 1, 6), referido a los
cristianos que, gracias a Jesucristo, han entrado en el plan de Dios como
objeto de su benevolencia divina, mediante “el perdón de las ofensas” (Ef 1,
7); lo cual confirma que la plenitud de gracia de María está en función de su
hijo, de su maternidad divina. Este versículo de Lc, tal como lo ha entendido
la Iglesia católica, funda la verdad de fe de la Inmaculada Concepción de
María: no hubiera estado, ni sido, “Llena-de-gracia”, santificada por la
gracia, si la sombra de cualquier pecado la hubiera tocado. Orígenes
confesó, al hablar de esta “fórmula nueva” de saludar a alguien: “no recuerdo
haber encontrado esta expresión en otro lugar de la Escritura; nunca este
saludo fue dirigido a un varón: “¡Salve lleno de gracia!”; este saludo se
reservó solo para María”. // EL SEÑOR… CONTIGO: fórmula bíblica de los relatos
de vocación y de misión (cf. p.ej. Mt 28, 20: “Yo estoy con vosotros”), como
promesa de ayuda divina especial para una tarea difícil.
29 AQUELLAS PALABRAS: lit. la
palabra. // QUÉ… AQUEL SALUDO: lit. qué clase era (cf. Mt 13, 18) el
saludo este.
30 NO TE DÉ MIEDO: cf. vs. 12-13.
El imperativo de presente equivale a: deja de temer, o no sigas
temiendo. // HAS HALLADO GRACIA…: explicación, y consecuencia, del “Llena-de-gracia”
(v. 28): Dios te mira favorablemente, Dios te acoge benévolo, has obtenido su
favor, “eres grata a Dios”.
31 De los tres verbos griegos en
futuro que aparecen en el texto, los dos primeros son predicciones, el tercero
(AL QUE PONDRÁS POR NOMBRE: lit. y llamarás el nombre de él) es una
orden. Que sea precisamente la madre quien ponga el nombre es otra alusión a la
concepción virginal. // JESÚS: “Yahveh salva”. En el v. 47, María lo
llama “mi salvador”; y en el 2, 11, el ángel lo anuncia como “salvador”.
32-33 La traducción suprime tres “y”
del texto griego. // SERÁ LLAMADO: “será tenido por”; semitismo,
equivalente a: “será”. // [EL] HIJO DEL ALTÍSIMO: como en otras ocasiones
semejantes, aunque en el texto griego falte el artículo, se trata de alguien
tan “determinado” y concreto que hemos de ponerlo en nuestra lengua: no es “un
hijo” cualquiera, sino el Hijo por excelencia, el único Hijo
(cfr. el versículo siguiente: Isabel era [la] estéril” por antonomasia, el ejemplo
irrebatible de la incapacidad humana unida a la omnipotencia divina. // SU
REINO: o su reinado. Por los datos que dice el ángel, María se da cuenta
de que concebirá y dará a luz verdaderamente al Mesías-rey, anunciado y
esperado en Israel desde hacía siglos.
34 Con una expresión que, en una
mujer desposada, es única en toda la Biblia, María pregunta, pero no con la
duda escéptica de Zacarías (cf. v. 18) o la de Abrahán y Sara (cf. Gn 17, 17).
Para que su compromiso no sea improcedente, se informa. // NO CONOZCO:
eufemismo, por no tengo relación conyugal. MARIDO: lit. varón; es
decir, marido (“mi marido”: cf. v. 27). Por otra parte, la forma verbal del
griego en presente indica permanencia y continuidad de ese estado de virginidad.
En María, al ser transformada por la gracia Dios había hecho surgir el anhelo
de ser toda de Dios, el deseo profundo de virginidad; si María no tuviera ese
deseo, su objeción tenía réplica fácil por parte del ángel: “Espera, dentro de
poco podrás tener esas relaciones”. La afirmación de la concepción virginal de
Jesús, debida a la acción del Espíritu Santo, expresada en todos los símbolos
de la fe de la Iglesia, “excluye cualquier hipótesis de partenogénesis[1] natural, y rechaza los intentos de explicar la narración lucana como
explicitación de un tema judío, o como derivación de una leyenda mitológica
pagana. La estructura del texto lucano no admite ninguna interpretación
reductiva; su coherencia no permite sostener válidamente mutilaciones de los
términos o de las expresiones que afirman la concepción virginal por obra del
Espíritu Santo” (San Juan Pablo II). Sobre el misterio de esa virginidad dijo
san Ignacio de Antioquía: “La virginidad de María, y su dar a luz, lo mismo que
la muerte del Señor, quedó oculta al “jefe de este mundo”; tres misterios clamorosos,
que se realizaron en el sosegado silencio [característico] de Dios” (Ef 19,1).
35 LE RESPONDIÓ ASÍ: cf. Mt 3, 15
// El texto parece explicar “el Señor está contigo” (cf. v. 28). [EL] PODER:
algunos lo entienden como metonimia[2], sería el recurso para evitar pronunciar con poco respeto el nombre
divino (cf. 22, 69 y Mc 14, 62); en ese caso, DEL ALTÍSIMO sería un genitivo
explicativo: “El Poder, o sea, el Altísimo”. El paralelismo nos señala
como sinónimos ESPÍRITU SANTO Y PODER DEL ALTÍSIMO; y también: VENDRÁ en una
nube, signo bíblico tradicional para indicar la presencia de Dios, protector
constante y dinámico. Como la nube cubría, envolvía, el santuario o la Tienda
del Encuentro (cf. Ex 40, 34), María va a convertirse en el santuario de Dios
hecho hombre. // POR ESO TAMBIÉN: porque Jesús va a ser concebido
virginalmente, porque no va a tener un padre terreno. // LO QUE NACERÁ
SANTAMENTE (lit. lo nacido santo, o – si es un presente con valor de
futuro – lo nascituro santo): la traducción entiende el adjetivo como
valor adverbial (interpretación ya antigua, p.ej., en Maldonado en el siglo
XVI), según el proceso que los filólogos llaman adverbialización. Entendida así,
la frase habla también del nacimiento virginal de Jesús. // El título
HIJO DE DIOS, en el AT podía entenderse como apelativo simplemente mesiánico;
pero, al final de estas frases de Lc., resuena como afirmación de la filiación
singular de Jesús (el Hijo natural de Dios; la falta de artículo es un
semitismo). Para María, su concepción virginal es ya un signo revelador.
36 ESTE ES [EL] SEXTO MES…: lit. este
mes sexto es para ella la llamada estéril. “Llamar”: ser (cf. v. 32). Por esta
revelación divina conoce María el secreto que su prima Isabel no ha comunicado
a nadie (cf. v. 24). A su vez, antes que María pueda hablar con su prima,
Isabel sabrá, de parte de Dios, que María es “la madre del Señor” (cf. v. 43).
37 NADA: lit. no… toda palabra (semitismo),
e.d., ninguna palabra. No puede haber una “palabra”· imposible para quien ahora
mismo va a enviar al mundo su “Palabra·” hecha carne humana. Según san Clemente
de Roma, “lo único imposible para Dios es mentir” (Cor 29, 1).
38 OJALÁ ME SUCEDA (lit. sea
para mí, o hágase para mí): la forma gramatical no es el imperativo
de Mt 6, 10 (“hágase tu voluntad”), sino el optativo griego, modesta
expresión cortes de un deseo. Con su entrega de fe y su obediencia amorosa, “la
esclava” se convierte en “madre de su Señor· (cf. v. 43). Hasta quí llegaba la
antigua Alianza; lo mejor del AT se condensaba en aquella humilde hija de
Sioón; ahora empieza el NT, cuya puerta es María.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
1, 26-38. La cita de la Anunciación manifiesta
algunas verdades básicas sobre Cristo. Él es el Hijo de Dios concebido con una
naturaleza humana por una virgen mediante el poder del Espíritu Santo. La Encarnación
se realizó según el plan divino, que incluye el libre consentimiento de María,
Cat. 723. Mediante su “sí” desinteresado, María se convirtió en modelo de fe,
generosidad y completa conformidad con la voluntad santísima de Dios. Las palabras
del saludo del ángel a María son la introducción del Avemaría. La Anunciación
es el primer misterio gozoso del Rosario y también la base del Angelus,
Cat. 144, 484-490, 494-497.
1, 28 Llena de gracia: el griego kecharitomene indica
que María “ha estado y sigue estando” llena de la gracia de Dios, que es una
condición más apropiada para ser la Madre de Dios: kecharitomene también
nos lleva a la doctrina de la Inmaculada Concepción, que sostiene que María fue
concebida en plenitud de gracia sin la mancha del pecado original a través de
la redención de su Hijo. Reconocido durante largo tiempo en la tradición
católica, este dogma lo proclamó infaliblemente el papa Pío IX en Ineffabilis
Deus. Cat. 490-493, 722 y 2676.
1, 31 Jesús: este nombre hebreo significa
literalmente: “el Señor (YHVH) salva”, que subraya la identidad de Cristo y su
misión. Jesucristo – perfecto Dios y perfecto hombre – por su persona, sus palabras
y sus actos, es la plenitud de la revelación de Dios al pueblo, y su sacrificio
de la cruz trae la salvación del mundo. Cat. 30-431, 430, 435, 2812.
1, 32 David su padre: aunque Cristo no era hijo
nartural de José, bajo la ley judía fue considerado su hijo y, por lo tanto,
descendiente directo de David como padre. Enseguida (v. 33) se habla de su
pertenencia a la casa de Jacob: se refiere a todo el reino de Israel,
que representa los doce hijos de Jacob, que se habían transofromado en tierras
de gentiles por la conquista, el exilio. El nuevo reino fundado por Cristo será
obra del Espíritu Santo, Cat. 559, 09.
1, 34 Esta declaración señala la
virginidad de María. San Jerónimo y otros Padres de la antigüedad cristiana
pensaban que María había hecho un voto de virginidad y expresa con estas
palabras su perplejidad ante la noticia del ángel. La Encarnación es obra
divina y va más allá de la comprensión humana, cat. 484, 497-511.
1, 34 Te cubrirá con su sombra: en griego episkiasei es
la misma palaba que se utiliza en la Septuaginta para hablar de como Dios “cubrió”
el Santuario y se estableció en Israel (epeskiazen: Ex 40, 35). El
´termino aparece también en la Transfiguración (epeskiazen: Lc 9, 34) y
en la curación de Pedro (episkiasei; Hch 5, 15). Las teofanías de nube y
luz se utilizan a menudo en la Escritura para indicar el velo de la gloria de
Dios.
1, 37 Dios puede realizar obras que
van más allá del dominio del poder humano. La fe de María reconoce el poder
infinito de Dios. Nosotros también reconocemos la omnipotencia de Dios en la
misa cuando el sacerdote se dirige a Dios como “el Dios todopoderoso y eterno”.
Cat. 269-276, 437, 505-507, 697.
1, 38 Intacta de todo pecado, María se
consagró completamente a su Hijo, y a su obra. “El Padre de la misericordia
deseó que la Encarnación fuera precedida por el asentimiento de su madre
predestinada para que como mujer formara parte de la venida de su muerte, y
contribuyera también en la venida de su vida”. LG 56; cf. LG 61). María fue
considerada de esta forma como la nueva Eva, como explica san Ireneo: “El nudo
de la desobediencia de Eva se desató por la obediencia de María: lo que la virgen
Eva ató con su incredulidad, María lo desató con su fe”. (Adv. haeres. 3,
22, 4: PG 7, 1, 959). Cat. 64, 488-494, 508-510, 2617, 2827.
En este enlace se puede
consultar el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Gabriel significa “fuerza de
Dios”. Con razón resplandece llevando ese nombre quien da testimonio de que
Dios va a nacer en la carne. Sobre ello dijo el profeta en el salmo: “El Señor,
fuerte y valeroso, el Señor valeroso en la guerra” (Sal 24, 8). En esta guerra,
ciertamente, en la que [Cristo] vino a someter “los poderes del aire” y a
librar al mundo de su tiranía.
Beda. Homilías sobre los Evangelios,
1, 3.
Ignoras cómo sucedió y lo
atribuyes entonces al poder de Dios. Atribúyele también al poder de Dios el que
éste naciera de una virgen y el que esta virgen siguiera siendo virgen después
del parto.
Jerónimo. Homilía sobre el
evangelista Juan.
Aunque Dios convirtió a la
Virgen en su madre por un consolador movimiento y un piadoso afecto, y el Señor
convirtió a su sierva en familiar suyo, sin embargo el vientre de María tembló,
su mente se turbó y toda ella se estremeció, cuando Dios, a quien ninguna
criatura puede contener, fue recibido en el seno de la Virgen y se hizo hombre.
Pedro Crisólogo. Sermón, 140,
3-5.
El fuego tierno [del Espíritu
Santo] lo engendra, no la carne ni lka sangre de un padre ni el torpe placer.
La fuerza divina con su soplo puro fecunda en sus castas entrañas a una
doncella que no conoce el tálamo conyugal. La novedad desconocida de su
nacimiento nos manda creer que Cristo Dios ha sido concebida de esta manera.
Una doncella se desposa con el Espíritu Santo. […] ¿Quieres creerlo y abrir tus
oídos a las palabras del ángel? La misma Virgen sagrada creyó el aviso del
fúlgido mensajero, y pro su fe concibió a Cristo. Porque Cristo penetra en los creyentes
y menos precia el corazón que duda bajo una fe vacilante, rehusándole el honor
de su venida. Su virginidad y dócil fe recibe como licor a Cristo en la cuenca
del corazón y para darlo a la luz lo abriga en sus castas entrañas.
Efrén de Nisibi, Comentario
al Diatessaron, 1, 25.
El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo,
por el contrario, sobrepasa toda inteligencia y trasciende todos los ejemplos
que se podrían tomar.
León Magno, Sermón, 30,
4.
“¿Cómo tendré yo esto?”, dice la
santa Virgen, “porque no conozco varón”. Responde el arcángel Gabriel: “El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá”. Y ahora
preguntas, ¿cómo el pan se convierte en cuerpo de Cristo, y cómo el vino y el
agua se convierten en sangre de Cristo? Y yo te respondo: viene del Espíritu
Santo y hace aquello que está por encima de la razón y del entendimiento.
Juan Damasceno, Exposición de
la fe, 4, 13.
Así como el género humano había
sido atado a la muerte por una virgen, así también fuese desatado de ella, por
la Virgen, y que la desobediencia de una virgen fuese compensada por la
obediencia de otra virgen. Si, pues, el pecado de la primera criatura fue
enmendado por el recto proceder del Primogénito, y si la sagacidad de la serpiente
fue vencida por la simplicidad de la paloma (Mt 10, 16), entonces están
desatados los lazos por los que estábamos ligados a la muerte.
Ireneo de Lyón, contra las
herejías, 5, 19, 1.
San Agustín.
Queremos comprender, amadísimos,
que cuando Zacarías dijo ¿Cómo conoceré eso? Soy yo anciano y mi mujer entrada
en años (Lc 1, 18), lo dijo no preguntado, sino mostrando su falta de
esperanza. En cambio, María la decir: ¿Cómo sucederá eso, pues no conozco varón?
(Lc 1, 34) lo dijo preguntando, no porque no lo creyese. Hizo una pregunta
a Dios, sin dudar de la promesa. ¡Oh llena de gracia en verdad! Así la saludó
el ángel: Salve, llena de gracia (Ib., 28). ¿Quién sabrá explicar esta
gracia? ¿Quién será capaz de agradecer lo suficiente esta gracia? Tiene lugar
la creación del hombre; por su propia voluntad perece el hombre, y aparece
hecho hombre quien creó el hombre para que no pereciera el hombre que creó. La
Palabra, Dios junto a Dios desde el principio, por la que fueron hechas todas
las cosas, se hace carne: La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn
1, 14). La Palabra se hace carne, pero uniéndose la carne a la Palabra, sin que
desaparezca la Palabra en la carne. ¡Oh gracia! ¿Qué habíamos merecido para
tener esto?
Sermón 290, 4-5. Comentarios, pg.
133
Carta 140, 7-8.
San Juan de Ávila.
Y por eso no pide a Dios que tome en su mano
este hisopo y le rocíe con él, mas dícelo por la humanidad y humidad de
Jesucristo nuestro Señor, la cual se dice yerba; porque nacía de la tierra de
la bendita Virgen María, y porque nació sin obra de varón, como la flor nace en
el campo sin ser arada ni sembrada (cf. Lc 1, 35). Y por eso dice: Yo soy
flor del campo (Cantar de los Cantares 2, 1).
Audia filia [I], Hermosura del alma, 18; OC I, pg. 521.
Y de esta manera entendido el nombre de
esclavo, veréis que es nombre de humildad, obediencia, diligencia y amor. El
cual sentimiento tuvo la sagrada Virgen María cuando, enseñada por el Espíritu
Santo, respondió: He aquí la esclava del Señor; sea hecho en mí según tu palabra
(Lc 1, 38). Su propia bajeza confiesa; su servicio y amor liberalmente
ofrece, sin atribuirse a sí misma otra honra ni otro interese, más de tener
cuenta de servir como esclava en lo que el Señor le mandase, para gloria de él;
todo lo cual sintió y dijo en llamarse nombre de esclava. De este mismo
nombre se precia y se nombra San Pablo, cuando dice: Pablo, siervo de
Jesucristo (Rm 1, 1). Y, finalmente, así lo han de sentir todos los que
sirven a Dios, altos o bajos, si quieren que no se les torne en daño el
servicio.
Audi, filia [II]. 92, 5; OC I, pg. 739.
Viene Dios y cría una doncella; habla un buen
ángel, San Gabriel, con ella por mandado de Dios, diciéndole que sería madre de
Dios (cf. Lc 1, 31); creyó esta doncella, y cría Dios un ánima en cuerpo de
esta doncella, y junta su naturaleza, y hácese Dios hombre. Con esta arte
deshace los engaños que había hecho el diablo: Ipse lignum tunc notavit,
[damna] ligni ut solveret[3].
Después vino a remediar las ofensas que los hombres habían hecho, en el madero,
en el monte Calvario.
Lecciones sobre 1 San Juan (I), lección 20; OC II, pg. 287.
2. El santo Evangelio cuenta esta santa salutación y dichosa nueva. Vámonos
guiados por él y saludemos a la Virgen. Missus est angelus Gabriel a Deo (Lc 1, 26): “Cuando quiso Dios
hacer misericordias al mundo, cuando quiso mostrar hasta donde llegaba su amor·….
Anduve buscando que día fue este, cómo llamalle y no lo pude hallar ni le supe
dar el nombre. ¿Qué día es hoy? Día de tales nuevas llámase, día de las
misericordias de Dios, ¡Bendígangte los cielos, Señor! (cf. Dan 3, 59).
Si le llamamos día del remedio del mundo, eslo; si día de redempción de
captivos, eslo; si le llamamos día de desposorios, eslo; si día de dar grandes
limosnas, eslo también. El que supo la misericordia, aquel sea el que nos dé a
entender el día que es hoy y nos dé a entender cuán grande sea la gracia que
hoy recibió el mundo, y la ponga en nuestros corazones, para que la conozcamos.
5. Desque vino tiempo en que quiso Dios dar su misericordia y enseñar
hasta donde llegaba el amor que a los hombres tenía, envía Dios su mensajero,
un ángel, un arcángel con la embajada, que la venga a traer a la Virgen. Así
hizo Abraham cuando envió por esposa para su hijo Isaac. Llama Dios un grande
de su casa, un arcángel; dale una embajada que venga a traer para una
doncella desposada con un varón cuyo nombre era Josef, y el nombre de ella,
María (cf. Lc 1, 27). ‘Oh, bendito sea Dios”, ¿qué hay en Nazaret? A
una provincia, según la honra del mundo muy baja, allí pone Dios sus ojos, allí
vino su arcángel, y supo bien la causa. Tomaría figura de hombre; entra en la
casa, halla a la Virgen sola y en oración, híncase delante de ella de rodillas,
allí muy cerca de ella, que hasta hoy se ven las señales; un marmolito esta adonde
estaba la Virgen y otro adonde estaba el arcángel. Habla a la Virgen, propone
su embajada y dice: Ave, gratia plena, Dominus tecum: Salve, llena de
gracia, el Señor es contigo (Lc 1, 28); el Señor sea contigo, que todo está
bien. Saludóla como se usaba entonces saludar: Paz sea con vos. El Señor
lo mandó así: Cuando entraredes en alguna casa, decid: “·Paz, sea en esta
casa” (cf. Lc 10, 5). Dice la Glosa: “¿Quién dice paz, desea y dice
todos los bienes juntos”. “ Paz sea a ti, Señora·”. Sal Lucas dice gozo;
todo esto está bueno: “Gozo sea a ti, paz sea a ti, pues ha de venir a ti el
que pacificará, alegrará y dará gozo al mundo, razón es que os gocéis; razón
es, Señora, que probéis de la fruta que habéis de dar al mundo. Dios te
mantenga, Dios te salve, llena de gracia, el Señor sea contigo. Gran
salutación fue esta, buena nueva fue esta.
6. ¡Bienaventurada doncella! No fue liviana, como Eva, en el creer,
alzaría sus ojos y su corazón a Dios, y no respondió esto. Tenía virginal
pudicicia y limpieza, que luego se turba. Veía un hombre delante de sí la Virgen;
díjole que estaba llena de gracia, y era graciosa, y alabándola turbase, que no
hay cosa que tanto turbe el humilde y mas mal suene a sus orejas que verse
alabar. “¿Qué será esto?, ¿Si es de Dios o no es de Dios?”. Buen aviso. ¡Qué recio
engaño será pensar que venía a él el Espíritu Santo, y venir el espíritu malo!
Y por eso, cuando os viéredes en duda, pedid lumbre a nuestro Señor para
conocer si lo que os viene es espíritu bueno o espíritu malo. Y así la virgen
no responde nada.
Y como el arcángel
la vio así turbada, proveyole a su turbación, y díjole: Ne timeas, Maria,
invenisti enim gratiam apud Deum. Esta gracia que os digo no es acá a los ojos de los
hombres; no traigo embajada de hombres, no vengo de mala parte; la gracia que
os traigo no es de hombres, sino de Dios. Entonces asegúrala Dios. Propone el
ángel su embajada, la mayor embajada, la mayor y más alta que nunca se dio.
¡Bienaventurada mujer que tal oyó y vientre que tal recibió!
7. Estad atenta, doncella; el Señor os manda decir: Ecce concipies,
et paries. Oíd, Señor, estas grandezas: Concebiréis y pariréis un Hijo y
llámase Jesús, que quiere decir Salvador; este será grande, y llamarse
ha Hijo del Altísimo y reinará, y no habrá su reino fin para siempre. ¡Oh,
bendito sea quien tal Hijo nos dio, quien tal reino nos dio! Será grande, y
terná, no aquel reino cortillo de Judea de cien leguas. ¡Mirad qué grande
reino, mirad qué reino no de cien leguas! Dalle ha la silla del rey su Padre;
reino de David: no aquel reino, sino el figurado por él, que aquel reino David
era muy pequeño, este muy grande; el de David temporal, este espiritual; el de
David se acabó, el otro nunca se acabara. Darle han el reino de David y reinará
en la casa de Jacob para siempre.
Nuestro Rey y
nuestro Mesías para siempre ha de reinar, y su reino no se acabará; que allá
donde está en el reino, acá reina y rige, acá te mantiene, y te defiende, y sustenta,
y alcanza gracia y perdón de los pecados, y te libra de los demonios, te
consuela en los trabajos y, finalmente, te da todos los bienes.
9. ¿Qué mujer sin preguntar ni dudar no recibiera tal Hijo de buena gana?
Es tanto el contento que de su virginidad y limpieza tiene la Virgen que responde:
“Ángel, ¿cómo se hará esto? Espántame esto”.
10. Responde el ángel que no sabe, que no es él el que ha de entender
el negocio, que él por mensajero viene a negociallo, de parte de Dios viene,
que el que lo ha de hacer Espíritu Santo es, que Él solo es santo y la
carne es sucia; más: y la virtud y fuerza del Altísimo os hará
sombra, os esforzará, os enseñará, os sustentará, que no es tan bajo este negocio,
que basten vuestras fuerzas para ello, mas la virtud y fuerzas del
muy Alto os hará sombra (frasis hebrea es esta).
11.En aquel momento entró el Verbo divino en sus entrañas y quedó
hecha la mayor obra que se hizo ni hará para siempre jamás. ¿Pues por qué se
llama esclava y se abaja? Así lo quiere Dios, y es razón que la que tal
Hijo había de tener y tanto se abajó, que la ensalcen y la confiesen por Señora,
y la honren los hombres y los ángeles (Lc 1, 30-38), y por tal la tengan y
reverencien en los cielos y en la tierra, a la que tan bien supo abajarse y
recibir la embajada de parte de Dios. Grandísimo gozo recibió hoy la Virgen con
esta embajada; y pues agora cada vez que se la mentamos se alegra, y para que
la sepamos saludar y contar estos misterios, pidámosle que nos alcance la
gracia, y para que lo haga, digámosle con devoción: Ave, María.
Ciclo santoral.
Sermones de Nuestra Señora. 65 [I]. Anunciación de Nuestra Señora; OC III, pgs. 864-868.
21. Día de grandísima alegría es hoy. Día de la alegría de las
alegrías. Día de buenas nuevas. Día de todo nuestro bien. Si
calláremos, si fuéramos ingratos, si no diéremos gracias al Señor por este
día, de traición seremos argüidos. Demos gracias al Señor por este tan
gran bien que nos dio en este día, y a la Madre, por cuyas manos nos lo dio.
Que si llegáis a un árbol muy hermoso y veis una pera o manzana muy hermosa,
decís: “¡Bendito el árbol que tal fructo dio!”. Cuando viéredes a Jesucristo en
la hostia consagrada, cuando comulgáredes, cuando recibiéredes a nuestro Señor,
dad gracias al Padre Eterno, que os lo dio; decid: “¡Bendicto sea el árbol que
tal fructa dio, que es la Virgen bendictísima!”. Y darnos ha el Señor gracia y
gloria, ad quam nos perducat.
Ciclo
santoral. Sermones de Nuestra Señora. 65 [2]. Anuncia ción de Nuestra Señora; OC II, pg. 885.
13. Entra aquí el evangelio: Missus est angelus Gabriel a Deo.
Envió Dios a un ángel que se llamaba Gabriel (Lc 1, 26ss), el mejor de los
mensajeros. Aunque no sea San Gabriel el mejor de los serafines, es el mayor de
los mensajeros de Dios. Ángeles y arcángeles son los que Dios envía con
mensajes a sus negocios, y, según dicen los docgores, San Gabriel es el mayor
de los ángeles.
15. Erat nomen Virginis Maria. María
quiere decir en una lengua “mar de amargura”, y en otra, “princesa” o “estrella
del mar”. Todo le viene bien a la Virgen María: fue [mar] de “amargura” en la
pasión de su benedicto Hijoi, y “estrella” de los navegantes por este mar
grande y espacioso de este mundo, “norte” de los pecadores y “princesa” de los
serafines. Et ingressus angelus. Entró el ángel en el aposento de la
Virgen en figura de hombre muy honesto. Él hincóse de rodillas, y dícele:
Ave, Maria, gratia plena, Dominus tecum. Dios os salve, llena de gracia, el
Señor sea con vos. Declaran esto unos de presente y otros de optativo. Unos
dicen: “el Señor es contigo”; otros: “el Señor sea contigo”. Y
esto parece más conforme a la salutación: El Señor sea con vos.
Ciclo
santoral. Sermones de Nuestra Señora, 65 [2]. Anunciación de Nuestra Señora. OC III, pg. 883.
Palabras de la Virgen trujeron a Dios para
ella cuando por el Ecce ancilla (Lc 1, 38) encarnó Dios en ella; y por sus
palabras vino Dios en los otros.
Ciclo santoral. Sermones de Nuestra Señora.
66. Visitación de la Virgen. OC III, pg. 886.
Mucho has hecho
mujer, y mucho te lo debemos agradecer nosotros, de alabar al Señor en ti o a
ti en el Señor. Porque si el ángel San Gabriel llamó a quien tú agora “alabas bendita
entre las mujeres (Lc 1, 28), aquello fue a solas y no tenía a quien temer
por decirlo. Santa Elisabet también la alabó, y con grande voz, como tú, mas en
su casa estaba y sin miedo a nadie (Lc 1, 42ss.).
Ciclo santoral.
Sermones de Nuestra Señora. 68, 5. La Virgen de las Nieves. OC III, pg. 916.
La Virgen y
Madre de Dios, para siempre bendita, siempre fue santa, ansí en su santa
concepción como por toda su vida; mas ansí como fue llena de gracia (Lc
1, 28) y santidad, como el ángel dijo, así fue también en esta vida muy
lastimada con trabajos, según parece por las historias y por el santo
evangelio.
Ciclo
santoral. Sermones de Nuestra Señora. 71. Asunción de María, 1. OC III, pg. 974.
41. Perfectísimo dechado de toda virtud y de toda limpieza la ha hecho
Dios, y que sea mayor que la de los ángeles la que en su ánima tiene; y echase
de sí su conversación exterior resplandecientes rayos de tanta honestidad, que
ningún hombre otra cosa pensase si hablase de ella sino mucho bien y alabanzas,
cumpliéndose en ella muy por entero lo que le dijo el arcángel San Gabriel: Bendita
eres tú entre todas las mujeres (Lc 1, 28). Porque no solo fue bendita de
Dios, mas bendita de los hombres y de las mujeres; porque todos la estimaban
por persona llena de santidad, y hablaban bien de ella, dando gloria a Dios por
las buenas obras que le veían hacer.
Ciclo
santoral. Sermones de santos. 75. San José, 41. OC
III, pg. 1016.
Dícele el ángel:
Mira, Señora, que concebiréis, y pariréis virgen (cf. Lc 1, 31). ¿A
quien no le tomara alguna locurilla o la comunicada con su vecina? ¡Oh amigas,
qué prudencia la suya! ¿Qué es eso tan de peso? Diría eso: “Señores,
preguntaldo a los sabios y letrados de ley”.
Ciclo
temporal. Sermones de tiempo. 5 [2]. Epifanía, 16. OC III, pg. 93.
4. -¿Qué remedio? – Que nos vamos a la sacratísima Virgen. En gran
manera muy amiga del Espíritu Santo, y Él de ella. En sus entrañas el
incomprehensible cupo; su alteza, su grandeza bajó, e hizose temporal siendo
eterno, y el rico se hizo pobre y el muy alto se abajó, y esto todo por obra
del Espíritu Santo, por industria, orden y saber suyo. Dijo el ángel San
Gabriel a la Virgen: Spiritus Sanctus superveniet in te. El Espíritu Santo,
Señora, vendrá sobre vos, y la virtud del muy Alto, os hará sombra (Lc
1, 35). Conoce muy bien el Espíritu Santo las entrañas de la Virgen; conoce muy
bien aquel su corazón tan limpísimo, conoce muy bien aquel palacio donde tantos
y tan grandes misterios obró. No hizo la Virgen, ni pensó, ni habló cosa que en
un solo punto desagradase al Espíritu Santo; en todo le agradó, en todo hizo su
santa voluntad; por ruegos de esta gloriosa Virgen, por gemidos y deseos y
oraciones trajo el Verbo Eterno y lo metió en sus entrañas. Supliquémosla, pues
tan amiga es de este Santo Espíritu, nos comunique su gracia para hablar a tan
alto Huésped.
Ciclo
temporal. Sermones del Espíritu Santo. 30. Domingo de Pentecostés. OC III, pg. 364.
9.Ecce ancilla Domini; fiat mihi secundum verbum tuum. He aquí la
esclava del Señor; sea hecho en mí según su voluntad (Lc 1, 38). Palabra es esta que la habían de decir siempre los
cristianos y que nunca se había de quitar de su boca y que la dicen los buenos
y siervos de Dios en prosperidad y en adversidad. “He aquí el esclavo del
Señor; yo le he dado ya mi libertad; suyo soy en riquezas y en pobrezas;
servirle tengo en muerte y en vida; no me olvidaré de él en la prosperidad ni
desconfiaré de él en la adversidad e tribulación; cúmplase y hágase en mi todo
lo que él fuere servido, presto estoy a le obedecer.
10. Pues, fue, recibida la Virgen María nuestra Señora en lugar de Eva.
Agradó e obedeció a Dios que Eva desagradeció e desobedeció. Pareció más bien
en los ojos de Dios la grandísima humildad de esta benditísima Virgen, que le
pareció mal delante su acatamiento la mucha soberbia de nuestra primera madre.
Buscóla Dios cumplidísima de todas las virtudes. No hay que desear en ella. De
todo la dotó dios abundantemente.
Ciclo
temporal. Sermones del Santísimo Sacramento. 41. En la Infraoctava del Corpus. OC III, pg. 546.
La Virgen María,
nuestra señora, la cual no era estéril ni vieja; y ansí mayor milagro fue
concebir la Virgen y parir virgen, aunque era moza y no estéril, que no parir
Sara siendo vieja y estéril. Diose prisa Sara a obedecer el mandamiento de su
marido Abraham. Diose prisa la Virgen a decir: Ecce ancilla Domini (Lc
1, 38), y luego ino el Verbo de Dios. Veis aquí las tres medidas. – Tomó el
mozo de Abraham el becerro y aderezólo y cociólo a gran prisa, sin hacer proceso.
Ciclo temporal.
Sermones del Santísimo Sacramento. 49. En la infraoctava del Corpus, 3. OC III, pg. 636.
¡La humildad de
la Virgen, la esclava del Señor! (Lc 1, 38). Y así creo que la primera
sería en obedecer, y que tomaría la escoba para barrer, y siempre haría los
oficios mas bajos.
Ciclo
santoral. Sermones de Nuestra Señora. 63. Presentación de Nuestra Señora, 23. OC III, pg. 851.
Razón es que
como la Virgen María dice: Ecce ancilla Domini (Lc 1, 38), así como
Cristo dice: He aquí tu siervo, así tú digas: “He aquí que yo esclavo, no
se haga i voluntad, sino la vuestra” (Mt 26, 39), como Él dijo al Padre: “Yo
vuestro esclavo soy, hágase vuestra voluntad”. En tiempo próspero y adverso, en
la vida y en la muerte, ahora y para siempre llámate a boca llena esclavo de Dios,
pues que la Virgen así se llama.
Ciclo santoral.
Sermones de Nuestra Señora. 65 [1]. Anunciación de Nuestra Señora, 27. OC III, pg. 875.
34. Señora, aquí se cumple el Ecce ancilla (Lc 1, 38) del día
de la anunciación; que San Agustín dice que el mismo día que se encarno, ese
día murió. Cotejad, Señora, día con día y templad el alegría del uno con la
tristeza del otro. Acordaos, Señora, de la alegría que sintió vuestra ánima
cuando el ángel os dijo que habíades de ser parir al Hijo de Dios, que venía a
remediar el mundo perdido, que habíades de ser Madre de Dios, quedando virgen,
para que no desmaye vuestro corazón con lo que agora tenéis delante de vuestros
benditos ojos. Acordaos, Señora, de la alegría de aquel día, para que no desfallezcáis
en los trabajos de este. Aquí viene, Señora, Ecce ancilla, aquí
viene el conformaros con la voluntad de
Dios; alzad, Señora, los ojos al Eterno Padre y conformaros con su voluntad,
para sufrir estas angustias con paciencia. Como allí os conformastes con la
misma para acetar lo que el ángel de su parte os decía.
Ciclo
santoral. Sermones de Nuestra Señora, 67. Soledad de María, 34. OC III, pg. 908.
¿No bastaba
aquella obra, mayor que todas las que hecistes, mas digna de loor que ninguna
lengua puede contar, cuando, estando al pie de la cruz de vuestro Hijo
bendicto (cf. Jn 19, 25), amastes tanto al mundo, que por remedio de él
ofrecistes en vuestro corazón a muerte de cruz vuestro amantísimo Hijo,
obedeciendo como esclava a la voluntad del Señor (cf. Lc 1, 38) cuando
os lo quiso quitar como cuando en la encarnación fue servido de dároslo?
Ciclo santoral.
Sermones de Nuestra Señora. 69. Asunción de María, 27, OC III, pg. 940.
Y cuando ya vino
el punto que aquella dichosa ánima saliera de su virginal cuerpo, entonces su
Hijo bendito dijo aquello que mucho antes estaba profetizado para esta hora: Ven
del Líbano, Esposa mía, y serás coronada (Cant 4, 8). Ven a mi huerto,
hermana mía, Esposa (Cant 5, 1). Levántate y date priesa, paloma mía,
hermosa mía; que ya ha pasado el invierno de los trabajos, ya han venido
las flores del alegre verano de la gloria que te está aparejada (cf. Cant
2, 10-11): Vente a mí, que yo te recebiré en mi humanidad que de ti
recebí, y en mi divinidad con que te crié, y te terné siempre conmigo,
haciéndote bienaventurada para siempre jamás. A esta dulcísima voz y convite,
que sería la postrera que en esta vida la Virgen oyó, respondería su
acostumbrada palabra: He aquí la sierva del Señor; hágase en mí, etc, (Lc
1, 38).
Ciclo santoral.
Sermones de Nuestra Señora. 70. Asunción de María, 65, OC III, pg. 971.
Obra suya es; y
aunque yo sea esclava (cf. Lc 1, 38), Hiojo suyo es el que he concebido:
no es posible que Él olvide cosa que toque a su Hijo ni a mí, por ser esclava
suya. Y pues Él reveló a Santa Isabel lo que el ángel me había dicho en
secreto, y quién era el que estaba encerrado en mi vientre, y que ella y el
niño que tenía en su vientre lo adorasen.
Ciclo
santoral. Sermones de Santos. 75. San José, 24. OC
III, pg. 1009.
Oigamos este
mensaje de Dios, que quiere venir a nos, como lo oyó la bienaventurada María,
que toda se ofreció por esclava de Dios (cf. Lc 1. 39), y, conozcamos
esta merced; y tengámonos por indignos de ella, diciendo con San Juan: Yo
tengo de ir a ti, ¡y tú vienes a mí! (cf. Mt 3, 14).Y pónganos cuidado la
grandeza del Huésped para ataviarle la casa, aunque no como su alta dignidad
pide, mas a lo menos nuestra flaqueza pudiere; pues que en ninguna cosa nos podemos
y debemos mejor emplear que en dar posada apacible al que nos crió y a quien la
ha de ser nuestra en su reino.
Segunda
parte. 87. A una mujer devota en tiempo de Adviento. OC IV, pg. 372.
Y también traiga
en su memoria la palabra de nuestra Señora: He aquí la esclava del Señor (Lc
1, 38), y por tal se tenga, pues de su parte es esclava, y mala esclava, y toda
su honra es Dios, y así le llame.
Segunda
parte. 101. A una señora que se había consagrado a Dios. OC IV, pg. 411.
E así, señora,
vuestra merced se debe tener por indigna de tal misericordia, y agradecerla de
todo corazón al Señor que la hace, y acordarse de aquella palabra que la
Sacratísima Virgen María dijo: He aquí la sierva del Señor; sea hecho en mí
según tu palabra (Lc 1, 38). Y cuando David envió a decir a aquella buena y
prudente mujer Abigail que la quería tomar por mujer, ella, conociéndose por
indigna de tal dignidad, respondió: He aquí tu sierva para lavar los pies de
tus criados (cf. 1 Re 25, 41).
Segunda
parte. 104. A una señora afligida. OC IV, pg. 417.
Comentario Homilética
-La Anunciación: faro de la cuarta semana de
Adviento.
-Alégrate:
Una
vida habitada por Dios conlleva la alegría de las bienaventuranzas que no desparece
cuando aparecen los problemas o el sufrimiento.
Lucas:
evangelio de la alegría y alabanza.
La
presencia de Dios alegra por medio de Jesús, el Dios-con-nosotros.
BIBLIOGRAFÍA.
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Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
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Merino Rodriguez, Marcelo, dr. ed. en
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español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento.
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Noel Quesson. 50 salmos para todos los días.
Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
Monición de entrada.
Millones de años después de que
Dios creara la tierra.
Millones de años después de que
apareciéramos las personas.
Unos mil novecientos años después
de Abrahán.
Unos mil doscientos años después de
que Moisés y el pueblo de Dios saliera de Egipto.
Unos mil años después que David
fuera rey.
Unos quinientos años después que
los judíos volvieran a su país.
En la ciento noventa y cuatro olimpiada.
El año setecientos cincuenta y
dos de la fundación de Roma.
El año cuarenta y dos de reinado
del emperador Octavio Cesar Augusto.
Estando la tierra en paz.
El Hijo de Dios después de estar
nueve meses dentro de la tripa de su madre María, nació en Belén.
Hoy es Navidad. Como los pastores
también nosotros hemos venido a adorar al Niño Jesús.
Señor, ten piedad.
Tú que naces en Belén. Señor, ten
piedad.
Tú que recibes la visita de los
ángeles. Cristo, ten piedad.
Tú que eres adorado por los
pastores. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco y la
Iglesia, para que sepa hablarnos de Jesús. Te lo pedimos Señor.
-Por todos los pueblos, razas y
naciones, para que no tengan guerra. Te
lo pedimos Señor.
-Por el rey, la reina, la
princesa de Asturias y la infanta, para que les ayudes. Te lo pedimos, Señor.
-Por todas las personas que son
pobres como Jesús: los enfermos, los que no tienen comida, los que han venido
de otros países, los que están en la cárcel, los que tienen guerra, los que no
tienen casa, los niños que no tienen madre ni padre, para que hoy sientan que
Jesús les quiere mucho. Te lo pedimos, Señor.
-Por los abuelos que este año por
culpa del coronavirus no van a poder besar a los nietos, para que nos sientan
muy cerca. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que otras
navidades estuvieron en la cena o la comida, para que te tengan a su lado. Te lo
pedimos, Señor.
-Por nuestro pueblo, por nuestras
familias y por nosotros, para que vivamos todos los días la alegría de la
Navidad. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen
María, te damos gracias porque el niño tan precioso que
tuviste el día de Navidad. Este año no vamos a poder besarlo con los labios, pero
lo vamos a hacer con el corazón, porque le queremos muchísimo.
MISA DE NIÑOS. SAGRADA FAMILIA.
Monición de entrada.
Hoy es el primer domingo después del día de Navidad.
Y hoy en todas las iglesias miramos a Jesús con María y
José.
Ellos son la primera familia cristiana.
Señor, ten piedad.
Tú que fuiste obediente a María y José. Señor, ten piedad.
Tú que ayudaste a María y José. Cristo, ten piedad.
Tú que rezabas todos los días con María y José. Señor,
ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco y la Iglesia, para que sigan
siendo acogedores. Te lo pedimos Señor.
-Por las familias, para que no falte la fe, el amor, la sabiduría,
la salud y el trabajo. Te lo pedimos Señor.
-Por los novios, para que se preparen muy bien para
casarse. Te lo pedimos, Señor.
-Por todas las personas que este año celebran los
cincuenta y veinticinco años de casados, para que siempre se quieran mucho. Te
lo pedimos, Señor.
-Por los abuelos que este año por culpa del coronavirus
no van a poder besar a los nietos, para que nos sientan muy cerca. Te lo
pedimos, Señor.
-Por las personas que mandan en los gobiernos, para que
ayuden a las familias a tener casa y dinero para poder vivir. Te lo pedimos,
Señor.
-Por nosotros, para que la misa nos ayude a querer mucho
a nuestras madres, padres, hermanas, hermanos, abuelos y tíos. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, te damos gracias
por nuestras madres y padres, y por nuestra familia, porque en casa nos
sentimos tan queridos como se sentía Jesús por José y por ti.
[1] 1. f. Biol. Modo de reproducción de algunos animales y plantas,
que consiste en la formación de un nuevo ser por división reiterada de células
sexuales femeninas que no se han unido previamente con gametos masculinos. www.rae.es
[2] 1. f. Ret. Tropo que consiste en designar algo con el nombre de
otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras,
el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la
vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el
laurel por la gloria, etc. www.rae.es
[3] “La actuación (de Cristo) con que engañó la actuación (del demonio)”. Miss.
Rom. Mymn. Liturg. Feriae Vi in Parasceve. Nota editor.
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