Lectura del libro de Isaías 40, 1-5.9-11
“Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios –; hablad al
corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio y está pagado su
crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”. Una
voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas
se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la
gloria del Señor, y verán todos juntos – ha hablado la boca del Señor –”.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de
Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: “Aquí está vuestro
Dios. Mirad, el Señor Dios llega con su poder y con su brazo manda. Mirad, viene
con él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el
rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él
mismo a las ovejas que crían.
Textos
paralelos.
Consolad, consolad a mi pueblo.
Is 52, 7-12: ¡Qué hermosos son sobre los montes / los pies del
heraldo que anuncia la paz, / que trae la buena nueva, / que pregona la
victoria, / que dice a Sión: “Ya llega tu Dios”! / Escucha: tus vigías gritan,
/ cantan a coro, / porque ven cara a cara / al Señor, que vuelve a Sión. /
Romped a cantar a coro, / ruinas de Jerusalén, Y/ que el Señor consuela a su
pueblo, / rescata a Jerusalén. / El Señor desnuda su santo brazo / a la vista
de todas las naciones, / y verán los confines de la tierra / la victoria de
nuestro Dios. / ¡Fuera, fuera! Salid de allí, / no toquéis nada impuro. / ¡Salid
de ella, purificados, / portadores del ajuar del Señor! / No saldréis
apresurados / ni os iréis huyendo, / pues en cabeza marcha el Señor, / y en la
retaguardia, el Dios de Israel.
Una voz clama.
Mt 3, 3: Es lo que había anunciado el profeta Isaías “Una voz
clama en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad su calzada”.
Ml 3, 1: Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De
pronto entrará en el santuario el Señor que buscáis; el mensajero de la alianza
que deseáis, miradlo entrar – dice el Señor de los ejércitos –.
Ml 3, 23-24: Y yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue
el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos
con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra.
Abrid en el desierto.
Si 48, 10: Está escrito que te reservan para el momento / de
aplacar la ira antes de que estalle, / para reconciliar a padres con hijos, /
para restablecer las tribus de Israel.
Lc 1, 76: Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, / porque
caminarás delante del Señor, / preparándole el camino.
Is 45, 2: Yo iré delante de ti / allanándote cerros; / haré trizas
las puertas de bronce, / arrancaré los cerrojos de hierro.
Lc 3, 4-6: Como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Una
voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas. Todo
barranco se llenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y
lo escabroso se igualará, y verá todo mortal la salvación de Dios”.
Una calzada recta a nuestro Dios.
Ba 5, 7: Dios ha mandado abajarse / a los montes elevados / a las
colinas perpetuas, / ha mandado llenarse a los barrancos / hasta allanar el
suelo, / para que Israel camine con seguridad / guiado por la gloria de Dios.
Lo escabroso se vuelva llano.
Ex 24, 16: Y la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí,
y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la
nube.
Is 35, 2: Como flor de narciso florecerá, / desbordado de gozo y
alegría; / tiene la gloria del Líbano, / la belleza del Carmelo y del Sarón; /
ellos verán la gloria del Señor, / la belleza de nuestro Dios.
Is 58, 8: Tras las jambas de la puerta / colocabas tu emblema; /
prescindiendo de mí, te desnudabas, / subías al lecho y hacías sitio; sacabas
partido de tus amantes, / con los que te gustaba acostarte; / mirando el falo,
/ fornicabas con ellos sin cesar[1]
Is 60, 1: ¡Levántate, brilla, / que llega tu luz; / la gloria del
Señor / amanece sobre ti!
Is 1, 20: Si rehusáis y os rebeláis, / la espada os comerá. / Lo
ha dicho el Señor.
Is 58, 14: Entonces el Señor será tu delicia. / Te pondré a
caballo / de las alturas de la tierra, / te alimentaré con la herencia / de tu
padre Jacob / – ha hablado la boca del Señor.
Vedlo, su salario le acompaña.
Is 62, 11: El Señor envía un pregón / hasta el confín de la
tierra: / Decid a la ciudad de Sión: / Mira a tu Salvador, que llega, / el
premio de su victoria lo acompaña, / la recompensa lo precede.
Como pastor pastorea su rebaño.
Ez 34, 1-2a: Me dirigió la palabra el Señor: “Hijo de Adán, profetiza
contra los pastores de Israel.
Dt 32, 11: Como el águila incita a su nidada / revolando sobre los
polluelos, / así extendió sus alas, los tomó / y los llevó sobre sus plumas.
Lc 15, 5: Al encontrarla, se la hecha a los hombros contento.
Notas
exegéticas.
40 (a) Este es el título que se da a
la segunda parte del libro de Isaías, ver cap. 40-55, inspirándose en los
primeros versículos. La “consolación” es en efecto el tema principal de estos
capítulos. Se atribuye este libro al “Segundo Isaías”, un profeta anónimo del
fin del Destierro.
40 (b) Esta cantata a varias voces
sirve de obertura al libro: la esclavitud del pueblo ha concluido; se prepara
un nuevo Éxodo bajo la guía de Dios. Este tema, que impregna todo el libro,
volverá en la conclusión de 55, 12-13.
40 2 Jerusalén ha estado sujeta a la
“milicia” de un mercenario o esclavo; ha pagado el doble de su falta, como un
ladrón, ver Ex 22.
40 3 (a) El profeta deja
deliberadamente en el anonimato y el misterio esta voz que obedece la orden del
v. 2. Los evangelistas citando el texto según los LXX (“Voz que clama en el
desierto”), lo han aplicado a Juan el Bautista, que anunciaba la próxima venida
del Mesías.
40 3 (b) Hay textos babilónicos que
hablan en términos análogos de caminos procesionales o, triunfales preparados
por el dios o por el rey victorioso. Aquí es el camino por el que Yahvé
conducirá a su pueblo a través del desierto en un nuevo Éxodo. Ya Is 10, 25-27
había evocado los prodigios del Éxodo como prenda de la protección divina. Los
profetas del Destierro amplían este tema. Como antaño, Dios va a venir a salvar
a su pueblo, Jr 16, 14-15 (que vuelven sobre Ex 19, 4). El primer Éxodo, con
sus prodigios, el paso del mar Rojo, el agua milagrosa, la nube luminosa, la
marcha por el desierto, se convierten a la vez en tipo y prenda del nuevo Éxodo,
de Babilonia a Jerusalén. Sobre este tema del Éxodo ver asimismo Os 2, 16.
40 11 Es el tema del buen pastor,
formulado por Jr 23, 1-6, desarrollado por Ez 34, y continuado por Jesús, Mt
18, 12-14; Jn 10, 11-18.
Comentario.
-Comienzo de la predicación del
profeta anónimo al que llamamos segundo Isaías.
-Mensaje de consuelo al pueblo:
Vive en el exilio de Babilonia.
Se anuncia el fin del
sufrimiento y el comienzo de la redención.
Responden a las lamentaciones que
el pueblo de la ciudad de Jerusalén entonaba en las ruinas del Templo
(Lamentaciones, 1; 2, 13).
El crimen de Israel, los
pecados que llevaron el exilio, ya han sido pagados con una doble paga (Ex 22,4-9;
Jer 16, 18).
-Retorno de Israel:
No se está hablando solo de elementos
geográficos.
Nueva experiencia en la vida de
Israel:
Se revelará la gloria de Dios
como en el primer éxodo: mar Rojo (Ex 14, 17) y Sinaí (Ex 19).
-Profeta:
Heraldo de Sión.
El que anuncia las buenas
noticias al inaugurar una nueva etapa en la Historia de la Salvación:
La llegada del Señor con el
poder de su brazo.
Como un pastor.
Salmo
responsorial
Salmo 84 (83), 9-14.
Muéstranos,
Señor, tu misericordia
y
danos tu salvación. R/.
Voy
a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios
anuncia la paz
a
su pueblo y a sus amigos”. R/.
La
salvación está cerca de los que lo temen,
y
la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
La
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la
justicia y la paz se besan;
la
fidelidad brota de la tierra,
y
la justicia mira desde el cielo. R/.
El
Señor nos dará la lluvia,
y
nuestra tierra dará su fruto.
La
justicia marchará ante él,
y
sus pasos señalarán el camino. R/.
Textos paralelos.
No recaerán en la torpeza.
Ex 24, 16: La gloria del Señor
descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo
día llamó a Moisés desde la nube.
Ez 11, 23: La gloria del Señor
se elevó sobre la ciudad y se detuvo en el monte, al oriente de la ciudad.
Ez 43, 2: Vi la gloria del Dios
de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas; la tierra
reflejó su gloria.
Su salvación se acerca a
sus adeptos.
Jn 1, 14: La palabra se hizo
hombre / y acampó entre nosotros. / Contemplamos su gloria, / gloria como de
Hijo único del Padre, / lleno de lealtad y fidelidad.
Amor y Verdad se han dado
cita.
Sal 89, 15: Justicia y Derecho
sostienen tu trono, / Lealtad y Fidelidad se presentan ante ti.
Sal 97, 2: Nubes y nubarrones
lo rodean, / Justicia y Derecho sostienen tu trono.
Is 45, 8: Cielos, destilad el
rocío; / nubes, derramad la victoria; / ábrase la tierra y brote la salvación,
/ y con ella germine la justicia: / yo, el Señor, lo he creado.
Yahvé mismo dará
prosperidad.
Sal 67, 7: La tierra ha dado su
cosecha: / nos bendice Dios, nuestro Dios.
Za 8, 12: Sembrarán tranquilos,
/ la cepa dará su fruto, / la tierra dará su cosecha, / el cielo dará su rocío;
/ todo se lo legó / al resto de este pueblo.
Is 58, 8: Entonces romperá tu
luz / como la aurora, / en seguida te brotará la carne sana; / te abrirá camino
tu justicia, / detrás irá la gloria del Señor.
Notas
exegéticas.
85 Este salmo promete a los
repatriados la paz mesiánica anunciada por Isaías y Zacarías.
85 10 (a) “sus adeptos”, lit. “los
que le temen”.
85 10 (b) La Gloria de Yahvé, Ex 24,
16, que había abandonado el templo y la ciudad santa, Ez 11, 23, volverá al
Templo restaurado, Ez 43, 2; Ag 2, 9.
85 11 Los atributos divinos
personificados vienen a instaurar el reinado de Dios en la tierra y en los
corazones de los hombres.
85 14 La justicia divina abre el
camino: ella es la condición de la paz y de la felicidad.
Tres lecturas.
Con Israel: la situación que dio
origen a este salmo es el regreso de los deportados de Babilonia, considerado como
un acto de perdón de Dios. Después del entusiasmo por el retorno el pueblo
sufre la decepción de lo cotidiano: reconstrucción del Templo y hostigamiento
de los enemigos.
Con Jesús: cuando Jesús recitaba
este salmo, debía pensar que Él era en persona, la realización perfecta de lo
esperado y deseado en este salmo.
Con nuestro tiempo: así como Israel
recordaba los beneficios que Dios le había hecho en el pasado nosotros también,
en los días de prueba, debemos recordar las gracias que han marcado nuestra
vida.
Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3, 8-14
No olvidéis una cosa, queridos míos, que para el Señor un día es
como mil años y mil años como un día. El Señor no retrasa su promesa, como
piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que
nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión. Pero el Día del Señor
llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los
elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella
quedará al descubierto. Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este
modo, ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y
apresuráis la llegada del Día de Dios! Ese día los cielos se disolverán
incendiados y los elementos se derretirán abrasados. Pero nosotros, según su
promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la
justicia. Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos,
procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.
Textos paralelos.
No se retrasa el Señor en su cumplimiento.
Sal 90, 4: Para ti mil años son
un ayer que pasó, / una vela nocturna.
Si 35, 19: Mientras le corren
las lágrimas.
Lc 18, 7: Pues Dios ¿no hará justicia
a sus elegidos si gritan a él día y noche?, ¿les dará largas?
Ha 2, 2-3: El Señor me
respondió: / - Escribe la visión, grábala en tablillas, / de modo que se lea de
corrido: / la visión tiene un plazo, / jadea hasta la meta, / no fallará; aunque
tarde, espérala, / que ha de llegar sin retraso.
No quiere que algunos
perezcan.
Rm 2, 4-5: ¿O despreciáis su
tesoro de bondad, su paciencia y aguante, olvidando que su bondad quiere
conducirte al arrepentimiento? Con tu contumacia y tu corazón impenitente te
acumulas cólera para el día de la cólera, cuando se pronunciará la justa
sentencia de Dios.
1 P 3, 20: Los que un tiempo no
creían, cuando la paciencia de Dios daba largas y Noé fabricaba el arca, en la
cual unos pocos, ocho personas, se salvaron atravesando el agua.
Entonces los cielos se
desharán.
Mt 24, 43: Y sabéis que, si el
amo de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría
velando para que no le abran un boquete en la pared.
1 Ts 5, 2: Pues vosotros sabéis
exactamente que el día del Señor llegará como ladrón nocturno.
Se disolverán.
Mt 24, 29: Inmediatamente
después de esa tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no irradiará su
resplandor; las estrellas caerán del cielo y los ejércitos celestes temblarán.
Ap 20, 11: Vi un trono grande y
blanco y a uno sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo sin
dejar rastro.
Ap 21, 1: Vi un cielo nuevo y
una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra han desaparecido, el mar
ya no existe.
Afincados en vuestra
santa conducta.
Hch 3, 19-20: Arrepentíos y
convertíos para que se os borren los pecados, y así recibáis del Señor tiempos
favorables y os envíe a Jesús, el Mesías predestinado.
El momento en que los cielos
se disolverán.
Is 34, 4: El cielo se enrolla
como un pliego / y se marchitan sus pámpanos, / como se alacian[2] los pámpanos, / como se alacia la hoja de higuera.
Is 65, 17: Mirad, yo voy a
crear un cielo nuevo / y una tierra nueva; / de lo pasado no hay recuerdo / ni
venga pensamiento.
Is 66, 22: Como el cielo nuevo
y la tierra nueva, / que voy a hacer, durarán ante mí / – oráculo del Señor –, así
durará vuestra estirpe / y vuestro nombre.
Ap 21, 1: Vi un cielo nuevo y
una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra han desaparecidos, el mar
ya no existe.
Ap 21, 27: No entrará en ella
nada profano, ni depravados ni mentirosos; solo entrarán los inscritos en el
libro de la vida del Cordero.
Is 60, 21: En tu pueblo todos
será justos / y poseerán por siempre la tierra: / es el brote que yo he
plantado, / la obra de mis manos, para gloria mía.
Rm 8, 19: La humanidad aguarda
expectante a que se revelen los hijos de Dios.
Esforzaos porque él os
encuentre en paz.
Judas 1, 24: Al que puede
custodiaros sin tropiezos y presentaros ante su gloria sin mancha y gozosos.
1 Tm 1, 15-16: Este mensaje es
de fiar y digno de ser aceptado sin reservas: que Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús
me tuvo compasión, para empezar conmigo a mostrar toda su paciencia, dando un
ejemplo a los que habrían de creer y conseguir vida eterna.
Notas exegéticas.
3 10 “se consumirá”, corr.: “será
descubierta” griego. – Esta destrucción del mundo por el fuego es tema corriente
entre los filósofos de la época grecorromana, como en los apocalipsis judíos o
algunos documentos de Qumrán, ver 1 Co 3. 15; Dn 7, 9
Comentario.
-Segunda carta de san Pedro:
Contexto literario, social y
teológico propios:
Comunes a 1 Pedro: la esperanza
en medio de las tribulaciones.
Carácter apologético:
Defensa de la primitiva
escatología cristiana frente a quienes ridiculizaban la esperanza en la venida
de Jesucristo.
Paciencia de Dios:
Pedagógica, teológica y
pastoral.
No quiere que nadie se pierda.
Quiere que todos accedan a la
conversión.
Contenido y vocabulario
apocalíptico:
El “Día del Señor”:
Antiguo Testamento.
Dios juzga la historia.
Inesperado y terrorífico.
Los cielos se derrumban y la
tierra queda al descubierto.
Frase principal: esperamos los
cielos nuevos y una tierra nueva, donde habite la justicia.
Permanecer intachables e irreprochables.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 1, 1-8
Comienza el evangelio de
Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: “Yo envío a
mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz del que grita en
el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”; se presentó
Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el
perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de
Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados. Juan iba
vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
-Detrás de mí viene el que es
más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus
sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu
Santo.
Textos paralelos.
Marcos 1, 1-8 |
Mt 3, 1-12 |
Lc 3, 1-18 |
Comienza el
evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta
Isaías: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino;
voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus
senderos”; se presentó Juan en el desierto bautizando y
predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda
la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río
Jordán y confesaban sus pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una
correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: -Detrás de mí
viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la
correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará
con Espíritu Santo. |
Por entonces se
presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea proclamando: -Arrepentíos, que está
cerca el reinado de Dios. Es lo que había
anunciado el profeta Isaías: Una voz clama en
el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad su calzada. El tal Juan
llevaba un vestido de pelo de camello, se ceñía un cinturón de cuero y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudían a él de Jerusalén, de
toda la Judea y de la comarca del Jordán, y se hacían bautizar por él en el
Jordán confesando sus pecados. Al ver que muchos
fariseos y saduceos acudían a que los bautizase, les dijo: -¡Raza de víboras!
¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina? Dad frutos
válidos de arrepentimiento y no os imaginéis que basta deciros: Nuestro padre
es Abrahán; pues os digo que de esas piedras puede sacar Dios hijos para
Abrahán. El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca
frutos buenos será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo con agua
en señal de arrepentimiento. Detrás de mí viene uno con más autoridad que yo,
y yo no tengo derecho a llevarme sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu
Santo y fuego. Ya empuña el bieldo para aventar su era: el trigo lo reunirá
en el granero, la paja la quemará en un fuego que no se apaga. |
El año quince del
reinado del emperador Tiberio, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato,
tetrarca de Galilea Herodes, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconída
y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, la palabra del Señor se dirigió a Juan hijo
de Zacarías en el desierto. Recorrió toda la cuenca del Jordán predicando un
bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados, como está escrito
en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en
el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas. Todo barranco
se rellenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo
escabroso se igualará, y verá todo mortal la salvación de Dios. A las multitudes
que habían salido a que los bautizara les decía: -¡Camada de
víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina? Dad
fruto válido de arrepentimiento y no os pongáis a deciros: Nuestro padre es
Abrahán; pues os digo que de esas piedras puede sacar Dios hijos de Abrahán.
El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca frutos
buenos será cortado y arrojado al fuego. Entonces le preguntaba la multitud: -¿Qué hemos de
hacer? Les respondía: -El que tenga dos
túnicas, dé una al que no tiene; otro tanto el que tenga comida. Fueron también
algunos recaudadores a bautizarse y le preguntaban: -Maestro, ¿qué hemos
de hacer? Él les contestó: -No exijáis más de
lo que está ordenado. También los soldados
le preguntaban: -Y nosotros, ¿qué
hemos de hacer? Les contestó: -No maltratéis ni
denunciéis a nadie y contentaos con vuestra apaga. Como el pueblo
estaba a la expectativa y todos discurrían por dentro si sería Juan el
Mesías, Juan se dirigió a todos: -Yo os bautizo con
agua; pero está para llegar el que tiene más autoridad que yo, y yo no tengo
derecho a desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Espíritu
Santo y fuego. Ya empuña el bieldo para aventar su era: el trigo lo reunirá
en el granero, la paja la quemará en un fuego que no se apaga. Con estas y otras
muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena noticia. |
Voy a enviar a mi
mensajero delante de ti.
Ml 3, 1: Mirad, yo
envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el santuario el
Señor que buscáis; el mensajero de la alianza que deseáis, miradlo entrar – dice
el Señor de los ejércitos –.
Voz del que clama en
el desierto.
Is 40, 3: Una voz
grita: En el desierto / preparad un camino al Señor; / allanad en la estepa /
una calzada para nuestro Dios.
Jn 1, 23: Yo soy la
voz del que clama en el desierto: Allanad el camino del Señor (según dice el
profeta Isaías).
apareció Juan.
Lc 3, 3: Recorrió
toda la cuenca del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón
de los pecados.
Proclamaba: “Detrás
de mí…”.
Jn 1, 27: Que viene
detrás de mí; y yo no soy quién para soltarle la correa de la sandalia.
Yo os he bautizado
con agua.
Jn 1, 26: Juan les
respondió: Yo bautizo con agua. Entre vosotros está uno que no conocéis.
Jn 1, 33: Yo no lo
conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que
veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
Hch 1, 5: Que Juan
bautizó con agua, vosotros seréis bautizados dentro de poco con Espíritu Santo.
Hch 1, 16: Queridos
hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo profetizó por medio de
David acerca de Judas, el que guió a los que arrestaron a Jesús.
Los dichos de Jesús.
Q 7 Dijo a la (gente que
venía a) ser bauti(zada): raza de víboras, ¿quién os advirtió para huir de la
cólera que se acerca?
8 Dad, pues, un fruto
digno de conversión y no os gloriéis diciendo en vuestro interior: Tenemos por
padre a Abrahán. Porque os digo que Dios puede sacar de estas piedras hijos de
Abrahán.
9. Ya está puesta el
hacha junto a la raíz de los árboles. Y todo árbol que no dé buen fruto será
cortado y arrojado al fuego.
16b Yo os bautizo (con)
agua, pero el que viene detrás de mí es más fueerte que yo. Yo no soy digno de
(quitarle) las sandalias. Él os bautizará con Espíritu (santo) y fuego.
17 Tiene su bieldo en
la mano y aventará su parva, y reunirá el trigo en su granero, pero la paja la
quemará en un fuego que no se apaga.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén.
1 1 (a) Transcripción de una palabra
griega que significa “Buena Nueva·; es la venida, en la persona de cristo del
reinado de Dios que va a reemplazar al de Satán, causa de todos los males que
se abaten sobre el mundo. Después de Cristo, sus discípulos proclamarán el
evangelio al mundo entero. Creer en el evangelio exige arrepentimiento y
renuncia. Predicada primero, y luego puesta por escrito poco a poco, esta Buena
Nueva ha quedado fijada en nuestros cuatro evangelios canónicos. Término
técnico en Mc y Mt que se transcribe siempre por “Evangelio”, no es utilizado
por Lc, que prefiere el verbo derivado de él, tomado de Is 61, 1 y que se
traduce mejor por “anunciar la Buena Nueva”.
1 1 (b) Transcripción de una palabra
giega que significa “Ungido”. Se aplica ante todo a aquel que ha recibido la
unción real. Los dos títulos de “Cristo” y de “Mesías” son equivalentes.
1 1(c) Este título no indica una
filiación de naturaleza, sino simplemente una filiación adoptiva que expresa
una protección de Dios sobre el hombre a quien declara “hijo suyo”,
especialmente sobre el rey a quien ha elegido. – Omisión: “hijo de Dios”.
1 4 (a) Este verbo (Kerysso)
empleado con frecuencia para el anuncio público del Evangelio sirve para
publicar los actos que Dios realiza a través de Jesús y designa la predicación
pública del propio Jesús y de sus enviados. Aquí y en el v.7 sugiere que Juan
está encargado de una misión divina en favor de todo el pueblo: por su predicación
se cumplen las profecías.
1 4 (b) La palabra “bautismo”, empleada
en el NT con referencia a la actividad de Juan y al bautismo cristiano, está
emparentada con las que designan los baños o abluciones practicadas en el
judaísmo para la purificación de las impurezas rituales. Desde finales del s. I
está atestiguado un rito de inmersión para la integración de los prosélitos en
el judaísmo. Y en la época de Juan había movimientos religiosos caracterizados
por esta práctica. Es el caso de la comunidad de Qumrán, donde los baños
diarios, reservados a los miembros profesos, expresaban su ideal de pureza, sin
suplir, naturalmente la necesaria conversión interior, en espera de una
purificación radical en el futuro (Regla de la comunidad). El bautismo
de Juan diverge: es ofrecido a todos, quien bautiza es Juan y solo se recibe
una vez como preparación última al juicio, al bautismo del final de los
tiempos. Su condición esencial es la conversión o el arrepentimiento y tiene
por finalidad el perdón de los pecados, esperado en ese mismo memento, o más
probablemente como don del Reino de Dios anunciado (cf. las promesas de
purificación de Israel: Is 1, 16).
1 5 El verbo exomoloéo parece
indicar que los pecados se reconocían de palabra y no simplemente mediante un
gesto. En el judaísmo de la época, la confesión de los pecados era practicada
en determinadas circunstancias (con ocasión de las liturgias de explicación o
de renovación de la alianza (Jubileos, Regla de Qumrán, Documento de
Damasco). Expresa la vuelta a Dios para obtener su perdón.
1 6 Variante: “Juan llevaba un
vestido de piel de camello y un cinturón de cuero a sus lomos”, ver Mt 3, 4.
1 7 La expresión “detrás de mí” es
indicativa de rango, como ocurre en un cortejo. Resalta el contraste entre Juan
y Jesús: el que viene detrás es en realidad “más fuerte”. La fuerza, atributo
del Mesías, se manifestará en lucha de Jesús contra Satán. Por el contrario,
quien viene delante es en realidad un siervo: poner o quitar las sandalias era
una tarea de esclavo.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
[EVANGELIO] DE MARCOS: el
encabezamiento, en este y en los otros evangelios, data probablemente del s. II
y es, por lo tanto, posterior al texto. Si lo que llamamos “ cuatro Evangelios”
se considera como cuatro variantes del único Evangelio, puede traducirse
el encabezamiento: “[Evangelio] según Marcos” (o según Mateo, o
Lucas, o Juan); pero en el griego del período helenístico la preposición kata
en los títulos de escritos se usaba en vez del genitivo de autor (=de N.N.).
1 Este versículo es, propiamente,
el título original de Marcos. COMIENZO (quizás en el sentido de “primera
exposición”, “rudimentos”) DEL EVANGELIO – de “la noticia” de la predicación –
acerca DE JESUCRISTO (cf. Mt 1, 16: en la persona de Jesucristo, más que en su
mensaje, está la novedad de la buena noticia que predica el evangelista). En
pocas palabras queda indicada la finalidad de Mc: poner progresivamente ante
los ojos del lector a Jesús el Mesías (=JESUCRISTO), HIJ DE DIOS; esa
revelación tuvo comienzo en el ministerio del Bautista (vs. 4ss), y culminó en
la exclamación de un pagano en el momento en que Jesús aparecía como “Hijo del
Hombre” en el sufrimiento (15, 39).
2-3 Mc, a diferencia de Mt y Lc,
empieza directamente con la actividad de Juan el Bautista: la salvación
profetizada en el AT, y preparada a las inmediatas por Juan (vs. 4, 7s), llega
plenamente con Jesús (vs. 14-15), es confirmada por la actividad apostólica de
los discípulos (3, 14; 6, 12), y llevada hasta el confín de la tierra por la Iglesia
(13, 10; 14, 9; 16, 15s.20). // VOZ… QUE GRITA: en los siglos IV-V escribió san
Máximo de Turín: “No dijo solamente… “una voz”, sino “la voz de uno que grita”,
es decir, una voz que entre en los oídos para conseguir la fe, un grito que
sacuda los corazones; la voz predicará el Reino, el grito amenazará con el
Juicio”.
4 BAUTIZANDO: algunos manuscritos
anteponen el artículo, lo que daría: “Juan el bautizador”, Juan el
que bautizaba. // EL DESIERTO de Judea: cf. Mt 3, 1. // PREDICANDO:
proclamando, anunciando a la manera de un heraldo en nombre del emperador. //
BAUTISMO: baño o rito de inmersión, símbolo visible de purificación interior,
signo externo DE ARREPENTIMIENTO.
6 VESTIDO CON PELOS DE CAMELLO: Mt
3, 4 ofrece este dato de forma más inteligible: su vestido estaba hecho de
pelos (e.d., de piel) de camello. // SALTAMONTES: la Misná (Hull III, 7)
permite comer los saltamontes “que tienen cuatro patas y cuatro alas… y cuyas
alas cubren la mayor parte del cuerpo”, también en Qumrán existían normas para
comer los saltamontes “metidos en fuego o en agua cuando aún están vivos”
(Documento de Damasco col. XXII; 14-15). // MIEL DEL CAMPO: ¿era hidromiel[3]?; ¿o el mosto (tîros), bebida regular en Qumrán?
7 ANTE ÉL QUE… DESATAR: lit. del
que no soy digno de, habiéndome agachado, desatar (menester propio de esclavos).
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
1, 1 El Evangelio es la buena noticia
confiada a la Iglesia para que la dé a conocer a todo el mundo. Cat. 422, 515,
571 y 763.
1, 4 Con Juan Bautista se cumple la
profecía de Isaías del predicador en el desierto, que llama a la gente para que
prepare el camino para su Salvador (Is 40, 3). Juan es considerado el último y
el más grande de los profetas. La vida austera de Juan, basada en la oración y
la penitencia, lo convierte en un fuerte testigo de la venida del Señor. Juan,
sin embargo, se considera indigno incluso a ser relacionado con el Mesías. Aunque
el bautismo de Juan era “de penitencia” más que sacramental, llamaba a la
conversión y señalaba al definitivo Bautismo de Cristo, que perdonaría los
pecados por medio del Espíritu Santo. Cat 523 y 719-720..
1, 6 La vestimenta de Juan nos
recuerda al profeta Elías, que vestía túnica de piel de camello y un cinto de
cuero. El profeta Malaquías había predicho que Elías volvería a anunciar la
llegada del Salvador (Mal 4, 1-5). Cristo identificó a Elías con Juan el Bautista
en el sentido de que el “espíritu” de Elías descansaba sobre él. Estaba colmado
del Espíritu Santo, que hizo que Juan se asemejase a Cristo. La santidad de
Juan era, en sí misma, una preparación para el Señor. Cat. 719.
En este enlace se puede
consultar el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
El Señor desea abrir en vosotros
un camino por el que pueda penetrar en vuestras almas y hacer su viaje… El
camino por el que ha de penetrar la palabra de Dios consiste en la capacidad
del corazón humano. El corazón del hombre es grande, espacioso y capaz, como si
de un mundo se tratara…. Mira que el corazón humano no es algo pequeño, al
caber tantas cosas. Comprende que su grandeza no reside en las dimensiones
físicas, sino en la fuerza de su pensamiento, capaz de abarcar el conocimiento
de tantas verdades… Prepara un camino al Señor mediante una conducta honesta, y
con acciones irreprochables allana tú el sendero, para que la Palabra de Dios
camine en ti sin obstáculo.
Orígenes. Homilías sobre el
Ev. de Lucas, 21, 5-7.
El evangelio, en primer lugar,
se refiere a aquél que es cabeza de todo el cuerpo de los salvados, es decir,
de Cristo Jesús, como dice Marcos: “Comienzo del evangelio de Jesucristo”. Así,
el “comienzo del evangelio” (en cuanto que tiene unas dimensiones, principio,
continuación, medio y fin) se refiere o a todo el Antiguo Testamento, del que
Juan es figura, o a la conexión existente entre el Nuevo y el Antiguo Testamento,
cuya parte final de este último está representada precisamente por Juan.
Orígenes. Comentario al Ev.
de Juan, 1, 13, 79-82.
Al final de la Antigua y al
principio de la Nueva Alianza está un bautismo. Porque Juan era el iniciador –
sin que hubiera otro mayor entre los nacidos de mujer –, el último de los
profetas: “Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan”. También
es el comienzo de los sucesos del Evangelio: “Comienzo del Evangelio de
Jesucristo”, dice, y a continuación: “Estaba Juan bautizando en el desierto”.
Cirilo de Jerusalén, Las catequesis,
3, 6.
Con toda claridad, coloca el
comienzo del evangelio en las palabras de los santos profetas, e indica desde
el principio que Aquel que ellos han reconocido como Señor y como Dios es el
Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien les prometió enviar un mensajero
delante de él; y este era Juan que “en el Espíritu Santo y en el poder de Elías”
gritaba en el desierto.
Ireneo de Lyon. Contra las
herejías, 3, 10, 6.
Le llamó su mensajero por las
maravillas que habría de realizar y por su ministerio profético, en virtud del
cual ha promulgado la voluntad divina.
Tertuliano, Contra los judíos,
9, 23.
¡Fijaos lo que dijo! No mencionó
únicamente yo soy una voz, sino la voz del que grita; o sea, una voz que
penetre los oídos a fin de conseguir la fe, un grito que golpee los corazones;
la voz predicará el reino, el grito conminará al juicio.
Máximo de Turín. Sermón, 6,
1.
El bautismo de Juan no consistió
tanto en el perdón de los pecados, cuanto en ser un bautismo de penitencia con
miras a la remisión de los pecados, es decir, la que habría de venir después
por medio de la santificación de Cristo.
Jerónimo. diálogo con los
luciferianos, 7.
Juan Bautista tuvo una santa
madre y era hijo de un pontífice, y, sin embargo, ni el cariño de la madre ni
las riquezas del padre fueron bastantes a determinarlo a vivir en casa de sus
padres con riesgo de su castidad. Allí viví en el yermo y, con ojos que echaban
menos a Cristo, ninguna otra cosa se dignaba mirar. Su vestido era áspero; su
cinto de piel; su manjar, langostas y miel silvestre; todo acomodado a la
virtud y a la continencia. Los hijos de los profetas, que son los monjes que
leemos en el Antiguo Testamento, se construían pobres chozas junto a las corrientes
del Jordán, huían del bullicio de las ciudades y se alimentaban con tortas de
cebada y hierbas agrestes. Mientras permanezcas en tu patria, ten tu celda por
un paraíso o vergel, del que cortes los frutos varios de las Escrituras. Esas
sean tus delicias, del abrazo de ellas goza.
Jerónimo. Carta a Rústico, 125,
7.
Como precursor de quien tantas
cosas antiguas venía a destruir: el trabajo, la maldición, la tristeza, el
sudor, tenía que llevar en sí mismo algunas señales de este don divino y estar
por encima de la maldición primera del paraíso. Así, Juan, ni aró la tierra, ni
abrió surcos en ella, ni comió el pan con el sudor de su frente. La mesa la
tenía siempre puesta; aun era más fácil que su mesa su vestido, y más que su vestido
su casa, y es que no necesitaba ni de techo, ni de lecho, ni de mesa, ni de
nada semejante, sino que llevaba en carne humana, una especie de vida de ángel.
Por ello llevaba también un manto de pelos, enseñando por sola su figura a
apartarse de las cosas humanas y a no tener nada de común con la tierra, sino
volver a aquella primera nobleza en que se hallara Adán antes de que necesitara
mantos y vestidos.
Juan Crisóstomo. Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 10, 4.
De igual manera que Juan fue el
precursor del Señor, así también su bautismo fue previo al bautismo del Señor.
Jerónimo. Diálogo contra los
luciferianos, 7.
Aquí establece una comparación
entre la ley y el Evangelio. Y dice también: “Yo os bautizo con agua”, esto es
la ley, “pero él os bautizará con Espíritu Santo”, esto es, el Evangelio.
Jerónimo. Comentario al Ev.
de Marcos, homilía 2.
No puede llamarse bautismo
perfecto, sino en virtud de la cruz y de la resurrección de Cristo.
Jerónimo. Diálogo contra los
luciferianos, 7.
San Agustín.
Observa que Juan es la voz. ¿Qué
es Cristo sino la Palabra? Primero se envía la voz para que luego se pueda entender
la palabra. ¿Qué Palabra? Escucha lo que te muestra con claridad: En el
principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era
Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo fue hecho por ella y sin
ella nada se hizo. Si todo, también Juan. ¿Por qué nos extrañamos de que la
Palabra haya creado su voz? Mira junto al río una y otra cosa: la voz y la
Palabra, Juan es la voz, Cristo la Palabra.
Todo hombre que anuncia la
Palabra es voz de la Palabra.
Envió a los patriarcas, a los
profetas; envió a tan numerosos y grandes pregoneros suyos. La Palabra que
permanece envió las voces y después de haber enviado delante muchas voces, vino
la misma Palabra en su voz, en su carne, cual en su propio vehículo. Recoge,
pues, como en una unidad, todas las voces que antecedieron a la Palabra
San Juan de Ávila.
Y mírese cuán mal y deshonestamente se pinta
la imagen de San Juan Baptista, dejándole desnudos los brazos y piernas y
poniéndole un pellejo entero de camello con su cabeza, no entendiendo que en el
Evangelio dice que habebat vestimentum de pilis cameli, que era vestido
de penitencia y no de pieles.
Tratados de reforma. Lo que se debe avisar a
los obispos. 11.
OC II. Pg. 517.
-No soy, dice San Joán, el que pensáis. –
Pues, ¿quién sois? – Aquel de quien profetizó Esaías: Vox clamantis in
deserto; y mi oficio, mi honra y mi dignidad y mi ser este es; yo no soy el
Mesías, sino voz del Señor que quiere venir a vosotros, aparejad la casa para
el Señor.
¡Pobre de mí y de otros como yo, que tenemos
el oficio de San Joán y no tenemos su santidad! Labia sacerdotes custodiunt
scientiam et legem requirunt ex ore eius (cf. Mal 2, 7). El sacerdote, el
predicador, ángel; quia angelus significat nuntius, y el predicador es
mensajero de Dios y hablaos Dios por su boca. Somos mensajeros de Dios, aposentadores
de la persona real, y no sé si por no saber nosotros representar este oficio o
por qué, los oyentes no nos miran con más de con ojos e carne y no miran más de
esto exterior. Que si el predicador se llorase primero por indigno de tal
oficio y suplicase a Dios que les diese gracia para venir a los sermones y
dijesen: “A Dios voy a oír”, y os parejásedes para oír bien la palabra de Dios;
que, aunque las predica un hombre pecador y miserable como yo, palabras son de
Dios, que no suyas, y en nombre de Dios os las dice.
Yo no soy San Joán Baptista; mas, por ser
predicador, tengo su oficio, y os digo de parte de Dios y en nombre suyo que
aparejéis vuestras ánimas. Quiere Dios venir a morar en cada uno de los que
estáis aquí.
Vox clamantis in deserto, etc. (Jn 1, 23). Agora estaba
pensando que no sé si este sermón ha de ir en balde, con otros. Sois tan enemigos
de huéspedes, que aunque os digan que aparejéis vuestra casa, que quiere Dios
venir a ella, no sé si lo habéis de querer hacer.
Comentario exegético.
El prólogo del evangelio de Marcos
estrictamente hablando abarca los 13 primeros versículos. Razones para esta
delimitación son la localización del desierto (2.4.12) y las alusiones al
Espíritu (8.10.12), pero, particularmente que los vv. 1-13 se desarrollan en off,
en el nivel del discurso, como en privado, para el lector. A partir del v. 14
la historia se torna pública, abierta a destinatarios del mundo de la historia.
El narrador de esta historia nos ofrece el
título de su libro y la peussta en marcha de la narración. Se nos mencionan
lugares que serán importantes en la historia, como el desierto, el río Jordán,
el camino, la región de Judea, Jerusalén, Galilea… y algunos de los personajes
fundamentales: Jesús, el protagonista; sus grandes aliados, la voz del cielo y
el Espíritu Santo, que sugieren la presencia visible e invisible de Dios;
Satanás, su antagonista y Juan Bautista, cuya función será anticipar rasgos relacionados
con el profetismo de Jesús.
Marcos titula su libro con el nombre y
atributos de su protagonista Así no solamente orienta al lector sobre el
contenido, que en su caso se refiere a una persona, sino que en él sintetiza
obra y personaje expresando su identidad en una sola frase. En el título está
todo lo que Marcos piensa sobre Jesús.
El título incluye a los que vienen del mundo
judío y a los que proceden del paganismo. Mesías no decía gran cosa a un
pagano, en cambio en los judíos sugería todo un mundo. Hijo de Dios, por
su parte, evocaba mucho para los gentiles del mundo grecorromano y, de modo
diferente, también para los judíos, como muestra Salmo 2, 7: tú eres mi
Hijo, yo te he engendrado hoy.
Marcos parece indicar que para conocer la
identidad de Jesús es preciso comprender lo que significa Mesías y su relación
con su Padre Dios.
La cita profética sitúa a los protagonistas
que vienen a continuación, Juan y Jesús, en una historia más amplia hacia
detrás y hacia delante. En lugar de proponer, como hacen otros evangelios, una
genealogía del personaje, el narrador pone una palabra de un profeta como el
suelo en el que se enraízan sus personajes y su historia. La cita es una
condensación de un texto de Isaías, Malaquías y Éxodo 23, 30, constituida por
unas breves frases, coincidentes en la dirección que va del presente (apostello,
boontos) al futuro, pero de una manera indeterminada.
La profecía según Malaquías se encuentra en
un contexto de expectativas escatológicas, en el que se acentúa el universalismo
de Israel. El mensajero guía y prepara a los creyentes en el día final, el día
de Yhwh. Pero en el Éxodo el mensajero se refiere al guía y protector de Israel
durante la marcha en el desierto hacia la tierra prometida. E Isaías 40, 3 es
el comienzo vocacional del llamado Libro de la Consolación, del Segundo Isaías.
Comentario Homilética
-Texto inicial del evangelio de Marcos.
-Versículo 1:
Título de la obra.
Comienzo:
La primera palabra de la Biblia (Gn 1,1).
Nueva creación inaugurada por Jesús.
Inicio que tiene que continuar.
Evangelio:
La Buena Noticia que trae Jesús es Jesús:
Salvador de Dios en la historia.
Jesús = “Dios salva”.
Títulos principales:
Mesías.
Hijo de Dios.
-Estructura ternaria:
Introducción (v. 1).
Presentación de Juan el Bautista, en
continuidad con la experiencia profética (vv. 5-6).
Conclusión: anuncio de Juan (vv. 7-8).
-2 bautismos:
Presente.
Futuro.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Robinson, Jame M.; Hoffmann Paul y John S.,
Kloppenborg. El Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). I.
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Marcelo Merino Rodríguez, dr. La Biblia
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San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
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San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
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San Juan de Ávila. Obras Completas III.
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San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Mercedes Navarro Puerto. Marcos.Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días.
Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
Monición de entrada.
Este domingo es el tercero. El
domingo de la alegría.
La alegría que es la felicidad
porque la Navidad está cerca y Jesús va a nacer.
La alegría porque cada vez que
venimos a misa Jesús nace en el altar.
Y cuando tomemos la primera
comunión entrará en nuestro corazón.
Así que vamos a encender la
tercera vela, la que nos dice: estad alegres y contentos.
Señor, ten piedad.
Tú nos hablas en misa. Señor, ten
piedad.
Tú vives en la iglesia. Cristo,
ten piedad.
Tú estás en la comunión. Señor,
ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco y la
Iglesia, para que con las cosas buenas enseñemos a las personas que Jesús está en
la Iglesia. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan para
que hagan que ningún niño sufra hambre. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que sufren,
para que sientan que no están solos, que te tiene a ti, a su familia y a la Iglesia.
Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, para que hagamos
que quienes nos quieren estén alegres. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen
María, te damos gracias porque nos enseñas a ser niñas y
niños alegres, que quieren mucho a Jesús y a las personas.
[1] Se trata del culto a
Baal, en altozanos coronados de árboles sagrados, quizá con prostitución sacra.
Son ritos de fecundidad. Biblia del Peregrino.
[2] Marchitar. cf. www.rae.es
[3] Agua mezclada con miel.
www.rae.es
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