Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35
El grupo de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma:
nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho
valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados,
pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo
vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno
según lo que necesitaba.
Textos
paralelos.
La multitud de los creyentes tenía un solo
corazón.
Hch 2, 42-47: Eran asiduos en
escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la solidaridad, la fracción del pan
y las oraciones. Ante los prodigios y señales que hacían los apóstoles, un sentido
de reverencia se apoderó de todos. Los creyentes estaban todos unidos y poseían
todo en común; vendían bienes y posesiones y las repartían según la necesidad
de cada uno. A diario acudían fielmente y unánimes al templo, en sus casas
partían el pan, compartían la comida con alegría y sencillez sincera. Alababan
a Dios y todo el mundo los estimaba. El Señor iba incorporando a la comunidad a
cuantos se iban salvando.
Hch 5, 12: Por mano de los
apóstoles sucedían muchas señales y milagros entre el pueblo. Todos de común
acuerdo acudían al pórtico de Salomón; de los extraños nadie se atrevía a
juntarse con ellos aunque el pueblo los elogiaba. Se les iban agregando un
número creciente de creyentes en el Señor, hombres y mujeres; hasta el punto
que sacaban los enfermos a la calle y los colocaban en literas y camillas, para
que al pasar Pedro, al menos, su sombra los cubriese. También los vecinos de
los alrededores de Jerusalén llevaban enfermos y poseídos de espíritus inmundos
Flp 1, 27: Una cosa importa,
que vuestra conducta sea digna de la buena noticia de Cristo; de modo que, sea
que vaya a veros o que siga ausente, tenga noticias vuestras de que os
mantenéis unidos en espíritu y corazón, luchando juntos por la fe en la buena noticia.
Jn 17, 11: Ya no estoy en el
mundo, mientras que ellos etán en el mundo; yo voy hacia ti, Padre Santo,
guárdalos con tu nombre, el que me diste, para que sean uno como nosotros.
Jn 17, 21: Que todos sean uno,
como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste.
Los apóstoles daban
testimonio de la resurrección del Señor.
Hch 2, 44-45: Los creyentes
estaban todos unidos y poseían todo en común; vendían bienes y posesiones y las
repartían según la necesidad de cada uno.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Y gozaban de gran
simpatía.
Hch 4, 30: Extiende tu mano
para que sucedan curaciones, señale sy prodigios por el nombre de tu santo
siervo Jesús.
No había entre ellos
ningún necesitado.
Dt 15, 4: Es verdad que no
habrá pobres entre los tuyos, porque te bendecirá el Señor, tu Dios, en la
tierra que el Señor, tu Dios, va a darte para que la poseas en heredad.
Traían el importe de las
ventas y lo ponían a los pies de los apóstoles.
Lc 12, 33: Vended vuestros
bienes y dad limosna. Procuraos bolsas que no envejezcan, un tesoro inagotable
en el cielo, donde no llegan ni los roe la polilla.
Notas exegéticas.
4 32 Resumen análogo al de 2, 42-47.
Aquí el tema es el de la comunidad de bienes; sirve de introducción a los dos
ejemplos que siguen: el de Bernabé, y el de Ananías y Safira. La insistencia en
la renuncia efectiva de las riquezas caracteriza la religión de Lucas.
4 33 (a) Un poder que se manifiesta
en los milagros.
4 33 (b) Ante el pueblo.
Comentario.
-Sumario:
Vida de la comunidad de
Jerusalén.
Primer sumario (2, 42-47):
Estado de comunión de la
iglesia de Jerusalén.
Segundo sumario (4, 32.35):
Comunión: “el grupo de los
creyentes tenían un solo corazón y una sola alma” (v. 32).
Corazón y alma:
Lenguaje bíblico: centro más
íntimo de la persona.
Iglesia:
Comunidad de creyentes que
participan de una misma fe y misión.
Movimiento carismático.
Unidad, no unicidad (comunidad
de Jerusalén, paulinas, etc.).
-Todo en común:
Vida nueva después de la
conversión.
-Propuesta para la Iglesia del
futuro: unidad de corazón y alma.
-Propiedades vendidas: don
compartido por todos.
Salmo responsorial
Salmo 118 (117), 1-4.16-18.22-24
Dad
gracias al Señor porque es bueno,
porque
es eterna su misericordia. R/.
Diga
la casa de Israel:
eterna
es su misericordia.
Diga
la casa de Aarón:
eterna
es su misericordia.
Digan
los que temen al Señor:
eterna
es su misericordia. R/.
La
diestra del Señor es poderosa,
la
diestra del Señor es excelsa.
No
he de morir, viviré
para
contar las hazañas del Señor.
Me
castigó, me castigó el Señor,
pero
no me entregó a la muerte. R/.
La
piedra que desecharon los arquitectos
es
ahora la piedra angular.
Es
el Señor quien lo ha hecho,
ha
sido un milagro patente.
Este
es el día que hizo el Señor:
sea
nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
Textos paralelos.
Dad gracias a Yahvé,
porque es bueno.
Sal 100, 5: El Señor es bueno,
su misericordia es eterna, su fidelidad de edad en edad.
Sal 136, 1: Dad gracias al
Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Sal 115, 9-11: Israel, confía
en el Señor: él es su auxilio y escudo. Casa de Aarón, confía en el Señor: él
es su auxilio y escudo. El Señor se acuerda y nos bendice. Bendiga a la Casa de
Israel, bendiga a la Casa de Aarón.
Sal 135, 19-20: A Sijón, rey
amorreo, porque es eterna su misericordia. Y a Og, rey de Basán, porque es
eterna su misericordia.
No he de morir, viviré.
Sal 115, 17-18: Los muertos ya
no alaban al Señor, ni los que bajan al silencio. Pero nosotros bendeciremos al
Señor, ahora y por siempre. Aleluya.
Is 38, 19: Los vivos, los vivos
son quienes te dan gracias: como yo ahora. El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
La piedra que desecharon
los arquitectos.
Is 28, 16: El Señor dice así:
Mirad, yo coloco en Sión una piedra probada, angular, preciosa, de cimiento: “quien
se apoya no vacila”.
Za 3,9: Mirad la piedra que
presento a Josué: es una y lleva siete ojos. Tiene una inscripción: “En un día
removeré la culpa de esta tierra” – oráculo del Señor de los ejércitos.
Za 4, 7: ¿Quién eres tú,
montaña señera? Ante Zorobabel serás allanada. Él sacará la piedra de remate
entre aclamaciones: “¡Qué bella, qué bella!”.
Mt 21, 42: Jesús les dice: ¿No
habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular; es el Señor quien lo ha hecho y nos parece un
milagro?”.
Hch 4, 11: Él es la piedra
desechada por vosotros, los arquitectos, que se ha convertido en piedra angular.
Ef 2, 20: Edificados sobre el
cimiento de los Apóstoles, con Cristo Jesús como piedra angular.
Este es el día que hizo
Yahvé.
1 Co 3, 11: Nadie puede poner
otro cimiento que el ya puesto, que es Jesús Mesías.
Notas exegéticas.
118 Este canto cierra el Hallel. Un
invitatorio precede al himno de acción de gracias puesto en labios de la
comunidad personificada, completando con la serie de responsorios recitados por
diversos grupos cuando la procesión entraba en el templo. El conjunto se
utilizó quizá para la fiesta descrita en Ne 8, 13-18.
118 2 “la casa”, ver v. 3, omitido
por códice hebreo.
118 22 “aleja” versiones; “abre”
hebreo.
118 23 El Templo ha sido
reconstruido, ver Ag 1, 9. La “piedra angular” (o “clave de bóveda”) que puede
convertirse en “piedra de escándalo”, es un tema mesiánico y designará a
Cristo.
Tres lecturas.
Véase número anterior.
Segunda lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-6.
Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo
el que ama al que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos
que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus
mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el
que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el
que vino por el agua y la sangre: Jesucristo. No solo en el agua, sino en el
agua y en la sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu
es la verdad.
Textos paralelos.
Ha nacido de Dios.
1 Jn 1, 3: Lo que vimos y oímos
os lo anunciamos también a vosotros para que compartáis nuestra vida, como
vosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Cumplimos sus
mandamientos.
Rm 13, 9: De hecho, el no
cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro
precepto, se resumen en este: Amarás al prójimo como a ti mismo.
2 Jn 1, 6: El amor consiste en
proceder según sus mandatos; y ese es el mandato que oísteis al principio para
que procedáis de acuerdo con él.
Ga 5, 14: Así la bendición de
Abrahán, por medio de Cristo Jesús se extiende a los paganos, para que podamos
recibir por la fe el Espíritu prometido.
1 Jn 3, 23: Y este es su
mandato: que creamos en la persona de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a
otros como él nos mandó.
Dt 30, 11: Porque el precepto que
yo te mando hoy no es cosa que te exceda ni inalcanzable.
Mt 11, 30: Pues mi yugo es
blando y mi carga es liviana.
Vence al mundo.
Jn 16, 33: Os he dicho esto
para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo pasaréis aflicción; pero tened
ánimo, que yo he vencido al mundo.
1 Jn 2, 14: Os escribo, muchachos,
que conocéis al Padre. Os escribo, jóvenes, que sois fuertes, conserváis el
mensaje de Dios y habéis vencido al Maligno.
No solamente con agua.
Jn 19, 34: Pero un soldado le
abrió el costado de una lanzada. Al punto borró sangre y agua.
Jn 4, 23: Pero llega la hora,
ya ha llegado, en que los que dan culto auténtico darán culto al Padre en espíritu
y de verdad.
El Espíritu da testimonio
de ello.
Jn 1, 33: Yo no lo conocía;
pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y
posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
Jn 14, 26: El valedor, el
Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, os lo enseñará todo y os
recordará todo lo que yo os dije.
1 Jn 2, 20: Vosotros habéis
recibido del Espíritu la unción y todos sois expertos.
1 Jn 2, 27: Vosotros conservad
la unción que recibisteis de él y no tendréis necesidad de que nadie os enseñe;
pues su unción, que es verdadera e infalible, os instruirá acerca de todo. Lo
que os enseñe conservadlo.
Notas
exegéticas.
5 1 El que ama a Dios ama también a
los hijos de Dios. El amor de Dios se consuma en el amor al prójimo, criterio
de sinceridad, y primero de los mandamientos a los que el amor de Dios nos
obliga. La fe, por tanto, es la que finalmente juzga del amor, la fe por la que
el hombre nace de Dios.
5 2 En este versículo fundamental
aparece el vínculo entre la dimensión horizontal del amor, el amor a los
hermanos, y su dimensión vertical, el amor a Dios. El amor a los hermanos
deriva del amor a Dios; es su expresión misma. En efecto, el cristiano ama a
sus hermanos en cuanto hijos de Dios. Su amor hunde sus raíces en su fe. Por
otra parte, el criterio de autenticidad del amor a Dios debe ser siempre el
cumplimiento de su voluntad, la observancia de sus mandamientos, que
precisamente prescriben al cristiano el amor fraterno.
5 5 Ver Rm 1, 4. Esta conclusión
brota de dos principios: todo el que cree ha nacido de Dios; el que ha nacido
de Dios es vencedor del mundo.
5 6 La mención del agua y de la
sangre en este v. ha sido entendida de dos formas: 1. El agua recordaría el bautismo
de Jesús y la sangre, su muerte en la cruz. 2. El agua y la sangre evocarían el
episodio narrado en Jn 19, 34. Los datos del texto invitan a sintetizar las dos
explicaciones. Frente a la herejía que disociaba al Cristo glorioso manifestado
en el jordán (el agua) del hombre Jesús, muerte en la cruz (la sangre), Jn
afirma la realidad del sacrificio de Jesús, Cristo e Hijo de Dios. Pero estos
acontecimientos históricos son recordados mediante el simbolismo del agua y de
la sangre en la cruz, donde el autor ha percibido signos de realidades
eclesiales.
Comentario.
-Autor:
Avanza en espiral:
toma, retoma, recupera, nueva vuelta a una serie de términos clave.
-Palabras clave:
Creer, nacer de
Dios, amar/amor, hijos de Dios, mandamientos, victoria y mundo, agua y sangre,
testimonio de la verdad:
Referidos a: Dios,
Jesús-Cristo y Espíritu.
-Paralelismo
creer-amar:
Amor a Dios y al
prójimo.
-Cumplir los mandamientos:
A la luz del
mandamiento decisivo: el del amor.
Amar y llevar una
vida honesta.
Fe y amor.
Ortodoxia y ortopraxis.
Dos alas de una
misma vida cristiana.
-Procedencia de
Dios:
Victoria-mundo.
Mundo: todo aquello
que quiere impedir la presencia de Dios.
Creyente: vence.
-Jesús es el
vencedor:
En la cruz: salió
agua y sangre.
Da testimonio de Él:
el Espíritu de la Verdad.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en
esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los
discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío
yo.
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
-Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
-Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo
en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás
con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
-Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
-Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
-¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
-¿Por qué me has visto has creído? Bienaventurados los que crean
sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo
Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que veáis que
Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su
nombre.
Textos paralelos.
Mt 28, 16-30 |
Mc 16, 14-18 |
Lc 24, 36-49 |
Jn 20, 19-24 |
Los once discípulos fueron a Galilea, al monte
que les había indicado Jesús. Al verlo, se postraron, pero algunos dudaron. Jesús se acercó y les
habló: -Me han concedido plena autoridad en cielo y
tierra. Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los
pueblos, bautizadlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y
enseñadlos a cumplir cuanto os he mandado. Yo estaré, con vosotros siempre,
hasta el fin del mundo. |
Por último se apareció a los once cuando estaban
a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obstinación por
no haber creído a los que lo habían visto resucitado de la muerte. Y les dijo: -Id por todo el mundo proclamando la buena
noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea
se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre
expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben
algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se curarán. |
Estaban hablando de ello, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: -La paz esté con vosotros. Espantados y temblando de miedo, pensaban que era
un fantasma. Pero él les dijo: -¿Por qué estáis turbados?, ¿por qué se os
ocurren esas dudas? Mirad mis manos y mis pies, que soy el mismo.
Tocad y ved, que un fantasma no tiene carne y hueso, como veis que yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y, como no acababan de creer, de puro gozo y
asombro, les dijo: -¿Tenéis aquí algo de comer? Le ofrecieron un trozo de pescado asado. Lo tomó
y lo comió en su presencia. Después les dijo: -Esto es lo que os decía cuando todavía estaba
con vosotros: que tenía que cumplirse en mí todo lo escrito en la ley de Moisés
y en los profetas y los salmos. Entonces les abrió la inteligencia para que
comprendieran la Escritura. Y añadió: -Así está escrito que el Mesías tenía que padecer
y resucitar de la muerto; que en su nombre se predicaría la penitencia y
perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. Vosotros
sois testigos de ello. Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos
en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza. |
Al atardecer de aquel día, el primero de la
semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los
judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice: -Paz con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
Jesús repitió: -Paz con vosotros. Como el Padre me envió, yo os
envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo. A quienes
les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los mantengáis
les quedan mantenidos. Tomás (que significa Mellizo), uno de los doce,
no estaba con ellos cuando vino Jesús. |
La paz con vosotros.
Jn 14, 27: La paz os dejo, os
doy mi paz, y no os la doy como la da el mundo. No os turbéis ni os acobardéis.
Jn 16, 33: Os he dicho esto para
que gracias a mí tengáis paz. En el mundo pasaréis aflicción; pero tened ánimo,
que yo he vencido al mundo.
Lc 24, 16: Pero ellos tenían los
ojos incapacitados para reconocerlo.
Jn 15, 11: Os he dicho esto para
que participéis de mi alegría y vuestra alegría se colmada.
Jn 16, 22: Así vosotros ahora
estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría, y nadie os
quitará vuestra alegría.
Como el Padre me envió.
Jn17, 18: Como me enviaste al
mundo, yo los envié al mundo.
Mt 28, 19: Por tanto, id a hacer
discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo.
Mc 16, 15: Y les dijo: Id por
todo el mundo proclamando la buena noticia a toda la humanidad.
Lc 24, 47: Que en su nombre se
predicaría penitencia y perdón de los pecados a todas las naciones, empezando
por Jerusalén.
Hch 1, 8: Pero recibiréis la
fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos en
Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.
Recibid el Espíritu Santo.
Jn 1, 33: Yo no lo conocía; pero
el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y
posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
A quienes les perdonéis los
pecados.
Mt 16, 19: A ti te daré las
llaves del reino de Dios: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo;
lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
Mt 18, 18: Os aseguro que lo que
atéis en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desatéis en la tierra
quedará desatado en el cielo.
Tomás, uno de los Doce, llamado
el Mellizo.
Jn 11, 16: Tomás (que significa
Mellizo), dijo a los demás discípulos: Vamos también nosotros a morir con él.
Jn 14, 5: Le dice Tomás: Señor,
no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?
La paz con vosotros.
Jn 14, 27: La paz os dejo, os
doy mi paz, y no la doy como la da el mundo. No os turbéis ni os acobardéis.
Trae tu mano y métela en mi
costado.
Jn 19, 34: Pero el soldado le
abrió el costado de una lanzada. Al punto brotó sangre y agua.
Dichosos los que no ha visto y
ha creído.
Lc 1, 45: ¡Dichosa tú que creíste!
porque se cumplirá lo que el Señor te anunció.
Jesús realizó en presencia de
los discípulos otros muchos signos.
Jn 2, 11: En Caná de Galilea
hizo Jesús esta primera señal, manifestó su gloria y creyeron en él los
discípulos.
Dt 34, 10-12: Pero ya no surgió
en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni
semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en
Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los
terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.
Para que creyendo tengáis vida
en su nombre.
Hch 3, 16: Porque ha creído en
su nombre, este que conocéis y estáis viendo ha recibido de ese nombre vigor, y
la fe obtenida de él le ha dado salud completa en presencia de todos vosotros.
Notas exegéticas
Biblia de Jerusalén.
20 19 Saludo ordinario de los judíos.
Este saludo se repite en el v. 21a, bajo la influencia del relato paralelo de
Lc.
20 20 Lc 24, 39 tiene una perspectiva
más apologética. Aquí se trata de poner de relieve la continuidad entre el
Jesús que ha sufrido ye l que está para siempre con ellos. El Señor glorioso de
la Iglesia no es otro que Jesús crucificado.
20 22 El soplo de Jesús simboliza al
Espíritu (en hebreo: soplo) principio de vida. Igual verbo raro que en Gn 2, 7:
Cristo resucitado da a los discípulos el Espíritu que realiza como una recreación
de la humanidad. Poseyendo desde ahora este principio de la vida, el hombre ha
pasado de la muerte a la vida y no morirá jamás. Es el principio de una
escatología ya realizada. Para Pablo (al menos en sus primeras cartas) esta recreación
de la humanidad no se producirá hasta la vuelta de Cristo. Jn hace suya una fórmula
tradicional que es necesario entender, en la medida de lo posible, en el marco
de su propia teología: los discípulos perdonarán o retendrán los pecados en la
medida en que prolonguen la misión de Jesús en el mundo. Las tradiciones
católica y ortodoxa piensan que el poder de perdonar los pecados incumbe a los
miembros del colegio apostólico, al que se encomienda, en comunión con Jesús,
la tarea pastoral. Para la tradición reformada, este poder y esta tarea
pastoral compiten a todos los discípulos, es decir, a los creyentes de todos
los tiempos, y no a Pedro en particular o a un determinado orden sacerdotal.
Escuchando su testimonio, los hombres creerán (serán perdonados sus pecados) o
se escandalizarán (se juzgarán a sí mismos; sus pecados les serán retenidos).
20 24 Esta segunda aparición de Cristo
a los discípulos es literalmente un calco de la primera. Cristo reprocha en
ella a Tomás el no haber creído en el testimonio de los otros discípulos y
haber exigido “ver” para creer. Como 4, 48 este relato se dirige a los
cristianos de la segunda generación.
20 27 Juan, al fin de su evangelio,
vuelve una vez más su mirada de creyente hacia la llaga del costado.
20 28 Esta última confesión de fe del
evangelio asocia a los títulos “Señor” y “Dios”. Quizá estamos ante el eco de
una aclamación litúrgica.
20 29 Sobre el testimonio de los Apóstoles,
ver Hch 1, 8.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
19 ESTANDO CANDADAS…
LAS PUERTAS… LLEGÓ…: el cuerpo glorioso y “espiritualizado” de Jesús queda
fuera de las leyes físicas del mundo material (cf. 1 Cor 15, 44).
20 LES ENSEÑÓ: las
heridas de LAS MANOS Y del COSTADO, signos de identificación; el resucitado es el
mismo que fue crucificado. Y las huellas transfiguradas del sufrimiento anterior
ya no causan tristeza.
21-22
Para
la impresión de que resurrección, ascensión, venida del Espíritu y misión del
la Iglesia sucedieron en el mismo día, cf. Lc 24, 51. // ME ENVIÓ: el tiempo verbal
griego (perfecto) equivale a “me envió y continúo siendo enviado”. //
SOPLÓ: como en una nueva creación, es necesario “el aliento” (el espíritu) de Dios.
// ESPÍRITU SANTO: aliento divino, dador de vida sobrenatural, como el soplo
que infundió vida al primer hombre (cf. Gn 2,7). Sin duda hay que sobre entender
dos artículos determinados en el texto griego (“el Espíritu el Santo),
usados por Jn otras veces (cf. 14, 26). Jesús les comunica el Espíritu Santo,
primeramente para suscitar y reafirmar en ellos la fe en su resurrección (para
que vean, e.d., para que crean y luego, para hacer que otros vean,
quitando la ceguera del pecado.
23 Es verdad de fe
definida que las palabras de Jesús en estos versículos “hay que entenderlas de
la potestad de perdonar y de retener los pecados en el sacramento de la
penitencia” (H. Denzinger – A. Schönmetzer). “Atar (retener y desatar” se
aplican aquí, concretamente a los pecados.
25 EN VEZ DE LA MARCA
(en griego týpon), algunos manuscritos leen el sitio (en griego tópon).
// NI MUCHO MENOS: en el original hay una negación enfática reforzada.
27-29
Jesús
condesciende con las exigencias de Tomás, sin forzarlo a convencerse. La fe
sigue siendo libre. // MEJOR: ¡(SÉ) CREYENTE!: lit. antes bien creyente. //
¡SEÑOR MÍO…!: esta espléndida confesión de fe en la divinidad de Jesús es,
lit., el Señor de mí y el Dios de mí (vocativo semítico: artículo + nominativo).
// FELICES LOS QUE… SIN EMBARGO, CREEN: el Señor “se deja encontrar por quienes
no exigen pruebas, se revela a los que no desconfían de él” (Sabiduría 1, 2).
30-31
LLEGUÉIS
A CREER: la traducción lee un aoristo griego; si, con algunos manuscritos, se
lee el verbo griego en presente, la traducción sería: “para que sigáis
creyendo”. // PERSEVERANDO EN LA FE: así da la
lectura en participio de presente; si se lee el aoristo griego, como ocurre en
algunos manuscritos, la traducción sería: abrazando la fe, empezando a
creer. // EN SU NOMBRE: de Hijo.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
20, 19-23 Cristo tiene un cuerpo
glorificado con las marcas de la crucifixión en una forma gloriosa como signo
de rotunda victoria. Los cuerpos de los justos serán glorificados del mismo
modo en el juicio final. Cat. 645, 659, 690, 1042 y 1060.
20, 22-23 Inmediatamente después de la Resurrección,
el último signo de la victoria sobre el pecado y la muerte, Cristo instituyó el
sacramento de la penitencia y la reconciliación otorgando a los Apóstoles y a
sus sucesores el poder de perdonar los pecados en su nombre. Soplando sobre los
Apóstoles – denominado a veces como “El Pentecostés de Juan” – fue un presagio
de la venida del Espíritu Santo. Por lo tanto, ellos recibieron el Espíritu Santo
de Cristo y así están facultados para actuar en su nombre. Para los Apóstoles,
los primeros sacerdotes ordenados, el poder de perdonar los pecados fue una
parte vital en su papel de santificar al pueblo. Al enviarlos al mundo, Jesús
les mandó continuar su misión de curación espiritual a través de los
sacramentos del Bautismo y la Penitencia. Creer en el perdón de los pecados es
una declaración esencial del Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea, que se
rezan en la liturgia de la Iglesia. Cat. 730, 858, 976-980, 1287, 1485-1488.
20, 24-29 La obstinada incredulidad de
Tomás mostró como incluso algunos de los discípulos de Cristo tuvieron
dificultades para creer que había resucitado de entre los muertos. ¡Señor mío y
Dios mío!: la exclamación de Tomás fue no solo una expresión de reconocimiento,
sino también de adoración. A través de los ojos de la fe, los cristianos son
capaces de reconocer a Cristo vivo en la Eucaristía. Cat. 448, 643-645, 659 y
1381.
20, 30s. Juan explica aquí sus
intenciones al escribir el Evangelio. Como testigo presencial de la vida de
Cristo, deseaba desafiar a sus lectores con una narrativa convincente que
llevara al lector a creer en Jesús como Cristo, el Hijo de Dios. Su Evangelio –
y por extensión los otros Evangelios – no es una historia o biografía completa
de Cristo ya que hay muchas cosas que no se presentan aquí, como Juan dejó bien
claro. Lo que aparece está escrito con el fin de inspirar fe en el lector más
que el hecho de una biografía comprensiva. Cat. 105, 124-126, 442 y 514.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Era de noche, más por la
tristeza que por la hora. Era de noche para las mentes obscurecidas por la
sombría nube de la tristeza y la pesadumbre, porque, aun cuando la noticia de
su resurrección les había dado una tenue claridad, sin embargo el Señor todavía
no había brillado con todo el resplandor de su luz.
Pedro Crisólogo, Sermones, 84,
2. 4b, pg. 451.
Con el saludo de su paz les
infunde ánimos y tranquilidad, a la vez que les concede el Espíritu Santo.
Máximo el Confesor. Capítulos
sobre el conocimiento, 2, 46. 4b, pg. 454.
Ciertamente, después de la
resurrección tendremos los mismos cuerpos que ahora, aunque con mayor gloria.
También el Salvador bajó a los infiernos con el mismo cuerpo con que le
crucificaron, y mostró a los discípulos sus manos perforadas por los clavos y
su costado herido.
Jerónimo. Contra Joviano,
1, 36. 4b, pg. 455.
Yo os envío no con la autoridad
del que manda, sino con todo el afecto con el que yo os amo. Os envío a
soportar el hambre, a sufrir el peso de las cadenas, la aspereza de la cárcel,
a sobrellevar toda clase de penas, a sufrir una muerte execrable por todos:
todas las cosas que la caridad, no el poder, impone a las almas humanas.
Pedro Crisólogo. Sermones, 84,
6. 4b, pg. 457.
San Agustín.
¿Qué hubiese pasado si el Señor
hubiese resucitado sin las cicatrices? ¿o es que no podía haber suscitado su
carne sin que quedaran en ella rastro de las heridas? Lo podía; pero si no hubiese
conservado las cicatrices en su cuerpo, no hubiera sanado las heridas de
nuestro corazón.
Sermón 145 A.
S. Juan de Ávila
Todos estos tienen por oficio
encaminar las ánimas para el cielo. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos (Jn 20, 21). Y por
tanto, yo saco la conclusión que han de ser ejemplares, y que, si no lo son, se
perderán; porque si el rey criase un capitán, no satisfaría si fuese soldado.
Plática 6. A sacerdotes. OC I, pg. 852.
El mismo Señor dijo a sus
apóstoles, cuando instituyó el sacramento de la penitencia: Cuyos
pecados perdonáredes, son perdonados (Jn 20, 23)
etc. Y, por consiguiente, se da gracia y justicia por este sacramento, pues no
puede haber perdón de pecados sin que se dé la gracia, la cual es significada y
contenida en todos los siete sacramentos de la Iglesia; y se da a quien bien
los recibe, y con mayor abundancia que la disposición de quien los recibe, por
ser obras privilegiadas, que por la misma obra que son dan gracia. Por lo cual
deben ser en gran manera reverenciados y usados, como la Iglesia católica lo
cree y nos lo enseña.
Audi, filia (II), cap. 44. OC I, pg. 631.
¿Qué hace que me
siento con gran flaqueza? Busca el remedio donde os vino la llaga; buscad la
gracia de Dios: Él os la dará, que él dio la ley de la gracia para cumplirla: Gavisi
sunt discípuli, viso Domino (Jn 20,20).
Lecciones
sobre 1 San Juan, 10. OC II, pg. 189.
Y luego tras
este preámbulo, podrá decirles cómo el fin del sacerdote es sacar almas de
pecado, y que para esto Cristo le instituyó en la Iglesia, según aquello de San
Juan, capítulo 20, como el Padre me envió, así os envío a vosotros. Y
pues Cristo fue enviado a sacar almas de pecado, así también ellos son
enviados.
Siete nuevos
escritos. IV. Para el sermón a los clérigos. OC
II, pg. 1044.
Que hallaréis en
la Santa Madre Iglesia de tradiciones que no están escriptas en los Evangelistas,
como es la forma de consagrar. Por eso nos dijo nuestro Señor: “Allá os doy
mi Espíritu Santo” (cf. Jn 20, 22); y donde se infunde este Espíritu Santo
y la práctica que procede del Espíritu Santo, habla Dios y es tradición de
Dios.
Lecciones sobre
1 San Juan (I), 24. OC II, pg. 333.
Si queréis
confesar los pecados veniales por las claves del sacramento, son perdonados,
porque son pecados. Nuestro Señor dijo: Los pecados que perdonáredes serán
perdonados (Jn 20, 23), pecados también se entienden veniales, y es materia
voluntaria.
Lecciones
sobre 1 San Juan, 7. OC II, pg. 165.
Mirad que dijo
Dios a los sacerdotes: Cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados (Jn
20, 23). Dice el confesor: “Yo te absuelvo de todos pecados”. Asíos a esa
palabra: que veis ahí los remedios que Dios dejó para los que le ofendieren.
Lecciones
sobre 1 San Juan, 24. OC II, pg. 339.
Por el pecado
venial no se quita la amistad con Dios; y si pecaste mortalmente, remedio hay.
¿Quebrantastes la palabra de la castidad, la de no jurar? Palabra hay con que
se suelde y remedie. ¿Qué palabra? Arrepentíos y confesaos, y con esta palabra
se remediará el mal de la otra. Conviene a saber: Quorum remiseritis peccata
(Jn 20, 23). Que, si por pecar habéis de perder el esperanza, San Pedro
pecó y David. Levantaos, que Dios os da la mano.
Lecciones
sobre 1 San Juan (II), 24. OC II, pg. 456.
Sicut me
misit (cf. Jn 20, 21). No fue desamor de mi
Padre, ni mío, enviaros a predicar mi nombre, poneros fuerza e violencia del
mundo. Para tan gran hecho gran ayuda. Accipite Spiritum Sanctum (Jn 20,
23). Extraña largueza, que aquel poder que hasta aquel punto ante Dios quería
dar a entender que Dios le tenía, no usó de él: que un hombre puede abrir e
cerrar el cielo.
Ansí llamándole
Cristo: ¡Ven acá! - ¡Oh Señor mío! (cf. Jn 20, 28). Es lo que veo Dios. Confieso,
creo e adoro. ¡Oh bondad de Dios inmensa! Como trata de ganar, gana a todos. A
mí, a mí. No hay palabra baldía. Él ,como águila, trata cosas subidas:
regeneración doblada investigación.
Martes de
Pascua, 1.3. OC III, pg. 227.
Y a quien le
pareciere pequeña la autoridad de ellos, oiga la palabra de Cristo nuestro
Redemptor, que dice: Cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados; y los que
retuviéredes, serán retenidos (Jn 20, 23). En las cuales palabras instituyó
el santísimo sacramento de la Penitencia, por el cual son perdonados a los que
vienen dispuestos, no solo los mortales, mas aun los veniales; que muy mal se
engañaron los que pensaron que los pecados veniales no son materia del
santísimo sacramento de la Penitencia.
Santísimo
Sacramento, 6. OC III, pg. 657.
Pues ansí lo
hizo Jesucristo con nosotros, que nos dio poder para que negocien con nosotros
todo lo que a su hacienda y honra tocare; y que por soberbio, por sucio, por
abominable, por endiablado que sea el hombre, por deshonra que haya hecho a
Dios y con ellos al hombre, dirá Dios: “Id a un sacerdote, pues le he dado poder
para que de mi parte os perdone y absuelva de todos vuestros pecados, y él os
perdonará en su nombre”. - ¿Quién lo dijo, padre? ¿Es por ventura Escoto, es
San Agustín? – Más que eso, es el mismo Jesucristo. ¡Bendito Él sea! Amén. Quorum
remiseritis peccata, remittuntur eis; et quorum retinueritis, retenta erunt. A
quien perdonáredes sus pecados, serles han perdonados (Jn 20, 23).
Octava de
Pascua, 7. OC III, pg. 783.
¡Oh,
bienaventurado aquel que entiende qué cosa es fe! Bien lo dijiste, niño, cuando
fuiste grande: ¡Bienaventurados los que no vieron y creyeron! (Jn 20,
29). Lo que aquesta estrella dice aquello es. Dice la razón de los Reyes que
está el niño en casas altas ya ricas; dice la estrella que no, sino en aquellas
pajas, en aquel pesebre. Dice la razón natural: ¿Cómo un cuerpo tan grande
puede estar en una hostia chiquita? Dice la fe que si puede.
Epifanía, 16. OC III, pg. 92.
Así que no
habéis de querer ver nada, sino procura de ser fiel en creer que no faltará la
palabra de Jesucristo, porque más vale creer que ver (cf. Jn 20, 29).
En la
infraoctava del Corpus, 26. OC III, pg. 553.
Cierto es que
nació en pobreza y aspereza, y de la misma manera vivió, y con crecimiento de
esto murió. Y habiendo Él traído la embajada del Padre con este tan humilde
aparato, no se agradará que su embajador, pues es del rey celestial, vaya con
aparato de mundo, pues dijo por San Joan: Sicut misit me Pater, et ego
mittam vos (Jn 20, 21). El corazón ardiendo en celo de la honra del Padre y
de la salvación de las ánimas le trajo al mundo. Y aquel gran fruto del celo de
la casa de Dios quemó todo el aparato mundano, que, pesado con justas balanzas,
no es sino pajas y donde hay fuego de amor de Dios, luego son quemadas con gran
ligereza.
A un obispo
de Córdoba. OC IV, pg. 603.
Diga misa cada
día, aunque no sienta devoción, y confiese a más tardar de tres a tres días,
con profundo conocimiento de sus males y crédito que son muy más y mayores que
él conoce, y con entera fe y devoción en este sacramento, por la palabra del
Señor: Quorum remiseratis peccata, etc. (Jn 20, 23), y si Dios le da luz
con que se conozca y fe para esta palabra, serle ha este sacramento grandísima
dulcedumbre y seguridad. Si alguna persona le importunare mucho que la
confiese, hágalo con aquel aparejo como cuando va a decir misa; y no querría
que fuesen mujeres ni que fuesen muchos, sino a alguna cosa particular que
parezca mandarla Dios.
A un
predicador. OC IV, pg. 39.
Y todo esto se
alcanza con humilde oración y con perseverante cuidad. Más se recibe en el
ánima que se hace del ánima; más en ser movida y dispuesta que obrar ella de
sí. Y por tanto, quitemos los impedimentos
nosotros y soseguemos nuestro corazón dentro de nos; esperemos allí a Cristo,
el cual entra, las puertas cerradas, a visitar (cf. Jn 20, 26) y alegrar
a sus discípulos, y sin duda será con nosotros, porque de Él dice David: Oyó
el Señor el deseo de los pobres, y el aparejo de su corazón oyó su oído (Sal
9, 17). Y pues Cristo principalmente ha de obrar esto en nosotros, no hay por
qué desconfiemos; mas fuertes en la fe de gal guiador, comencemos con fervor esta
carrera, que lleva hasta alcanzar a Dios.
A una persona
religiosa. OC IV, pg. 320.
Encastíllese en
su corazón, que, aunque es flaqueza de vidrio, el que a él vendrá a morar lo
hará tan poderoso, que todo lo que quiera combatir será vidrio, y él más fuerte
que acero. Y por no hacer esto hay flaqueza en el corazón cuando la hay, según
está escrito: Divisum est cor eorum; nunc interibunt (Oseas 10, 2). No
hay lugar seguro donde asentar el corazón, sino en el secreto encerramiento y
escondrijo interior, donde no entra sino solo Cristo ianuis clausis (cf.
Jn 20, 26). Y fuera de aquí andan a tanto peligro como moza liviana fuera de
casa entre malos hombres.
A un
caballero de estos reinos discípulo suyo. OC IV,
pg. 531.
Comentario Homilética
-Final del
evangelio de Juan:
Antes:
Sepulcro
vacío (Jn 20, 1-10).
Aparición de
Jesús a María Magdalena (Jn 20, 11-18).
Después:
Aparición de
Jesús en el lago Tiberiades (21, 1-23).
Segundo final
del evangelio:
Hipérbole acerca
de las acciones del Resucitado.
Abierta la
puerta de una relación abierta e interminable del creyente con Jesús, Señor de
la Vida (21, 24-25).
-Escenas:
El primer día
de la semana:
Día de la
resurrección.
Domingo.
Día de la
asamblea cristiana.
Momentos:
Presencia de
Jesús sin Tomás.
Diálogo de
los discípulos con Tomás.
Ocho días
después:
Presencia de
Jesús.
Diálogo con
Tomás. ´
Primera
conclusión del evangelio.
-Movimientos:
Miedo-alegría.
Cerrados-enviados.
No ver-ver-creer-vivir.
Se inicia un
nuevo itinerario transformado y transformador.
-Nivel
cristológico:
Bondad de
Cristo Jesús:
Regala las
primicias de la Pascua:
Paz.
Espíritu
Santo con perdón de los pecados.
Jesús:
crucificado – Mesías, Señor, Hijo de Dios y Dios mismo.
-Nivel
teológico:
Misterio de
Dios:
Padre que
envía.
Hijo y Señor.
Espíritu
Santo.
-¡Paz a
vosotros!:
Tres veces.
Marca de los
discípulos habitados por Jesús.
Don del Resucitado.
Tarea: envío.
MISA DE NIÑOS. III DOMINGO DE PASCUA.
Monición de entrada.
Buenos días:
Jesús que está vivo está en la iglesia, con nosotros.
Aunque no le veamos está en las lecturas que vamos a
escuchar.
Y está en el pan y vino que se convierten en su cuerpo y
sangre, en la comunión.
Pero para verlo tenemos que abrir los ojos.
No los ojos de la cara, sino los del corazón, los de la
fe.
Señor, ten piedad.
Tú que eres el Señor. Señor, ten piedad.
Tú que eres el justo. Cristo, ten piedad.
Tú que eres el defensor. Señor, ten piedad.
Homilía:
Comparan la imagen de Jesús en la cruz y el resucitado,
descubriendo las diferencias y semejanzas.
Después han de encontrar el signo que recuerda a Jesús
resucitado, es decir, el cirio pascual. Les explicamos el significado de este,
la cruz, el alfa y la omega, el año.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco para le ayudes a alimentarnos con la
palabra de Dios y su enseñanza. Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que cada día se encuentre con Jesús
resucitado. Te lo pedimos Señor.
-Por todas las personas, para que ninguna se quede sin
vacuna. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que buscan a Jesús, para que lo
encuentren en la misa. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros que escuchamos a Jesús en las lecturas y
nos alimentamos de él en la comunión, para que nos abra cada día más los ojos
de la fe. Te lo pedimos Señor.
Acción de gracias.
Virgen María este domingo queremos
darte las gracias porque nos ayudas a sentir en nuestro corazón que Jesús está
y a quererle cada día más, como tú lo querías cuando estaba dentro de tu tripa
y no lo veías.
EXPERIENCIA.
https://www.youtube.com/watch?v=yLKTMqiCHW8
¿Cómo te has sentido mientras
escuchabas el vídeo?
¿Cuál es la primera
imagen que te viene a la memoria? ¿Por qué? ¿Qué expresa? ¿Cómo te sientes al
recordarla?
¿Recuerdas alguna de las
frases? ¿Qué expresan? ¿Iluminan algún momento de tu vida? ¿Qué te aporta ahora?
Si no recuerdas alguna, vuelve a mirar el vídeo.
Mira el vídeo,
deteniéndote en las frases. Escoge con la que más te identifiques.
¿Qué te aporta creer en
Jesús resucitado?
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en
esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los
discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío
yo.
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
-Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
-Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo
en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás
con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
-Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
-Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
-¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
-¿Por qué me has visto has creído? Bienaventurados los que crean
sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo
Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que veáis que
Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su
nombre.
Pídele a Dios que te envíe el
Espíritu Santo para que te de conocimiento interno de Jesús, es decir, a través
de esta oración experimentar el misterio de la Resurrección.
Sitúate en la escena, mediante
la composición de lugar: el cenáculo, la anchura y altura de la sala, la
puerta, las ventanas, la penumbra iluminada por un candil, a los personajes,
sus movimientos, Jesús entrando, dialogando con ellos, solos, la llegada de
Tomás, la conversación, los días escondidos allí, el miedo, la segunda
aparición, las miradas entre Jesús y Tomás, el ambiente, Tomás tocando las
llagas,…
Imagínate que eres Tomás:
¿cuáles son tus dudas? ¿Cómo te mira Jesús?
Las palabras del Resucitado en
estos momentos están siendo dirigidas a ti, con tus heridas, llagas, faltas de
fe y dudas. Escúchalas de esta manera.
Repite la frase “Señor mío y Dios
mío”.
Mantén un coloquio con Jesús, háblale
de todo ello, de como te encuentras. Y si no surgen en ti palabras, toma una
cruz o una fotografía de internet, míralo, transmítele con la mirada lo que tu
corazón desea decirle.
COMPROMISO.
Durante esta semana repite la oración de
Tomás.
CELEBRACIÓN.
Busca durante la
semana un momento para visitar el sagrario de una iglesia o capilla. Si no
puedes porque está cerrada, detente cuando pases por una y repite las palabras
de Tomás.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio
según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va
Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
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