Lectura del libro de Josué 24, 1-2a.15-17.18b.
En aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en
Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los
magistrados. Y se presentaron ante Dios. Josué dijo a todo el pueblo:
-Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quien queréis
servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río,
o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa
serviremos al Señor”.
El pueblo respondió:
-¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros
dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros
padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos
aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre
todos los pueblos por los que atravesamos. También nosotros serviremos al
Señor, ¡porque él es nuestro Dios!
Textos
paralelos.
Nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres,
de la tierra de Egipto.
Ex 13, 3: Y Moisés dijo al
pueblo: Acuérdate siempre de este día, en que habéis salido de Egipto, de la
esclavitud, cuando con mano fuerte os sacó de allí el Señor.
Dt 5, 6: El Señor dijo: Yo soy
el Señor, tu Dios. Yo te saqué de Egipto, de la esclavitud.
Notas exegéticas.
24 Tres partes: 1º, Josué propone a
la fe de los asistentes las intervenciones de Yahvé en favor de Israel, vv.
2-13; ver las confesiones de fe del Dt 6, 1-24 y 26, 5-9; 2ª, la asamblea se
pronuncia por Yahvé y contra los dioses extranjeros, vv. 14-24; 3ª, se concluye
la alianza y se pone su ley por escrito, vv. 25-28. – Este capítulo se añadió
durante o después del destierro, pero la tradición que representa es antigua.
La fe en Yahvé, traída por el grupo que dirige Josué, es propuesta por él a
otros grupos que no han oído hablar de ella todavía. Estos no han estado en
Egipto y no se han beneficiado de los prodigios del Éxodo ni de la revelación
del Sinaí; sin embargo, no son cananeos y tienen un origen común con el grupo
de Josué: se trata de las tribus del norte, que con este pacto aceptan la fe en
Yahvé y llegan así a formar parte del pueblo de Dios.
24 1 Ver 8, 30-35. Siquén era, por
su posición central, un lugar apto para la reunión de las tribus, ver también 1
R 12, y, por su pasado, un escenario predestinado para la conclusión de este
pacto religioso: allí había levantado Abrahán un altar, Gn 12, 6-7, allí había
adquirido Jacob derechos, Gn 33, 18-20, y escondido los ídolos traídos de
Mesopotamia, Gn 35, 2-4.
Comentario.
-Tratados políticos del Antiguo
Oriente:
Varios de ellos aparecen en
esta narración:
Yahvé: soberano que establece la
alianza.
Prólogo histórico: nos sacó a
nosotros y a nuestros padres de Egipto:
Motivo por el que se pide al
pueblo lealtad y obediencia.
-Contexto:
Final de la conquista de
Israel.
Reunión de las tribus en Siquén,
lugar donde antes de la reunificación del culto en Jerusalén, existía un
santuario.
-Josué recita la lista de
acontecimientos en los que Dios benefició a Israel:
Israelitas: Dios / dioses del
este del Éufrates y Canaán = opción fundamental.
-Contexto histórico del autor:
Exilio de Babilonia: pide a los
desterrados vivan en lealtad a Yahvé.
Salmo responsorial
Salmo 33, 2.3.16-23.
Gustad
y ved qué bueno es el Señor. R/.
Bendigo
al Señor en todo momento,
su
alabanza está siempre en mi boca;
mi
alma se gloría en el Señor:
que
los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Los
ojos del Señor miran a los justos,
sus
oídos escuchan sus gritos;
pero
el Señor se enfrenta con los malhechores,
para
borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando
uno grita, el Señor lo escucha
y
lo libra de sus angustias;
el
Señor está cerca de los atribulados,
salva
a los abatidos. R/.
Aunque
el justo sufra muchos males,
de
todos los libra el Señor;
él
cuida de todos sus huesos,
y
ni uno solo se quebrará. R/.
La
maldad da muerte al malvado,
los
que odian al justo serán castigados.
El
Señor redime a sus siervos,
no
será castigado quien se acoge a él. R/.
Textos paralelos.
Yahvé está cerca de los desanimados.
Sal 51, 19: Para Dios
sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y triturado, tú,
Dios, no lo desprecias.
Mt 11, 29-30: Cargad con mi yugo
y aprended de mí, que soy tolerante y humilde, y os sentiréis aliviados. Pues
mi yugo es blando y mi carga es liviana.
Cuida de todos sus huesos,
ni uno solo se romperá.
Jn 19, 36: Esto sucedió de modo
que se cumpliera la Escritura: No le quebrarán ni un hueso.
Notas exegéticas.
34 Salmo penitencial “alfabético”,
ver Pr 31, 10 (pero el orden de las estrofas está alterado): acción de gracias,
vv. 2-11, e instrucción, en el sentido de los Proverbios, sobre la suerte de
los justos y de los malvados, vv. 12-23.
Tres lecturas.
Con Israel: Salmo alfabético. Cada versículo comienza con
una letra del alfabeto hebreo. ¿De quién habla este salmo? ¿Qué categoría es
invitada a dar gracias? Los "pobres", los "Anawim".
"Oiganlo y alégrense hombres humildes". Sí, los
"desgraciados", los "humildes", los "corazones que
sufren", son proclamados "dichosos", ¡en tanto que los ricos son
tildados de "desprovistos"!
Con Jesús: El evangelista San Juan cita explícitamente
este salmo cuando al explicar que se atravesó el costado de Jesús en la cruz en
lugar de romperle las piernas como se hizo con los otros crucificados dice:
"esto sucedió para que se cumpliera la escritura que dice: no le romperán
ni uno solo de sus huesos" (Salmo 33,21; Juan 19,36)
Con nuestro tiempo: Promesas de felicidad. Quien quiere ser feliz
debe "huir del mal", "practicar el bien", "adorar a
Dios", "buscar a Dios". ¡Ingenuidad! dirán ciertos espíritus
fuertes. ¡Y si esto es verdad! ¡Si los únicos felices son aquellos de quienes
habla el salmo! Hagamos la experiencia.
Segunda
lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21-32.
Hermanos:
Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo; las mujeres, a sus
maridos, como el Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es
cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se
somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a
vuestros mujeres como Cristo amó a su Iglesia: él se entregó a sí mismo por
ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para
presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e
inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos
suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado
su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la
Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. “Por eso dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”. Es
este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Textos paralelos.
Las mujeres a sus maridos, como el Señor.
Col 3, 18: Mujeres, someteos a
los maridos, como pide el Señor.
1 P 3, 1-6: Lo mismo vosotras,
mujeres, someteos a vuestros maridos, de modo que, aunque algunos no crean el
mensaje, por la conducta de sus mujeres, aun sin palabras, queden ganados al
observar vuestro proceder casto y respetuoso. No consista vuestro adorno en lo
exterior: cabellos trenzados, joyas de oro, trajes elegantes; sino en lo íntimo
y oculto: en la modestia y serenidad de ánimo incorruptible. Eso es lo que
estima grandemente Dios. Así se adornaban en otros tiempos las santas mujeres
que esperaban en Dios y se sometían a sus maridos. Como Sara, que obedecía a
Abrahán llamándolo señor. Obrando bien y no cediendo a ninguna intimidación, os
hacéis hijas de ella.
Como Cristo es cabeza de
la Iglesia.
1 Co 11, 3: Pero quiero que
comprendáis que el Mesías es cabeza de todo varón, el varón es cabeza de la
mujer y Dios es cabeza del Mesías.
Ef 1, 22-23: Todo lo ha
sometido bajo sus pies, lo ha nombrado cabeza suprema de la Iglesia, que es su
cuerpo y se llena del que llena de todo a todos.
Maridos, amad a vuestras
mujeres.
Col 3, 19: Maridos, amad a
vuestras mujeres y no las irritéis.
1 P 3, 7: Lo mismo vosotros,
maridos, que convivís con ellas, tened consideración en conciencia con la
condición más delicada de las mujeres, y estimadlas como coherederas de la
gracia de la vida. Así no estorbaréis vuestras oraciones.
Ef 5, 2: Proceded con amor,
como Cristo os amó hasta entregarse por vosotros a Dios como ofrenda y
sacrificio de aroma agradable.
Tt 2,14: Él se entregó por
nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad, para adquirir un pueblo purificado,
dedicado a las buenas obras.
Ef 3, 5-7: En generaciones
pasadas no se dio a conocer a los hombres; ahora en cambio se ha revelado a sus
santos apóstoles y profetas inspirados. Consiste en esto: que por medio de la
buena noticia los paganos comparten la herencia y las promesas de Jesucristo, y
son miembros del mismo cuerpo. Y yo soy su ministro por dond e la gracia de
Dios, otorgada según la eficacia de su poder.
Presentársela
resplandeciente a sí mismo.
Rm 6, 4: Por el bautismo nos
sepultamos con él en la muerte, para vivir una vida nueva, lo mismo que Cristo
resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre.
Ez 16, 9: Te bañé, te limpié la
sangre y te ungí con aceite.
Col 1, 22: Ahora, en cambio,
por medio de la muerte de su cuerpo de carne, os han reconciliado y os han
presentado ante él: santos, intachables, irreprochables.
2 Co 11, 7: Nuestra esperanza acerca
de vosotros es firme, pues sabemos que como compartís nuestros sufrimientos,
así compartiréis nuestro consuelo.
Santa e inmaculada.
Ap 19, 7-8: Hagamos fiesta
alegre dándole gloria, porque ha llegado la boda del Cordero y la novia está
preparada. La han vestido de lino puro resplandeciente (el lino de las obras
buenas de los santos).
Ap 21, 2: Vi la ciudad santa,
la nueva Jerusalén, bajando del cielo, de Dios, preparada como novia que se
arregla para el novio.
Ap 21, 9-11: Se acercó uno de
los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas plagas y me
habló así: Ven que te enseñe la novia, la esposa del Cordero. Me trasladó en éxtasis
a una montaña grande y elevada y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que
bajaba del cielo, de Dios, resplandeciente con la gloria de Dios. Brillaba como
piedra preciosa, como jaspe cristalino.
Pues somos miembros de su
cuerpo.
1 Co 12, 12: Como el cuerpo,
siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos , forman un
solo cuerpo así es Cristo.
Por eso dejará el hombre
a su padre.
Gn 2, 24: Por eso un hombre abandona
padre y madre, se junta a su mujer y se hacen una sola carne.
Mt 19, 5: Y dijo: por eso
abandona un hombre a sus padres, se junta a su mujer y los dos se hacen una
sola carne.
1 Co 6, 16: O ¿no sabéis que
quien se une a una prostituta se hace un cuerpo con ella? Pues se dice que
formarán los dos una sola carne.
Lo digo respecto a Cristo
y la Iglesia.
Rm 16, 25: Al que puede
confirmarnos según la buena noticia y la proclamación de Jesús como Mesías,
según el secreto callado durante siglos.
Notas
exegéticas.
5 21 Efesios retoma la exhortación
de Col 3 sobre las nuevas relaciones interpersonales, pero introduce en ella un
desarrollo característico sobre la unión de Cristo y de la Iglesia que confiere
al capítulo una dimensión totalmente nueva,
5 23 Los vv. 23-32 establecen un
paralelo entre el matrimonio humano y la unión de Cristo con la Iglesia. Los
dos términos de comparación se aclaran mutuamente: a Cristo se le puede llamar
esposo de la Iglesia, porque es su cabeza y la ama como a su propio cuerpo,
como sucede entre marido y mujer. Una vez expuesta esta comparación, ofrece de
rechazo un modelo ideal del matrimonio humano. El simbolismo empleado hunde sus
raíces en el AT, donde Israel aparece con frecuencia como esposa de Yahvé, Os
1, 2.
5 26 El bautismo exige, para su
plenitud, el acompañamiento de la proclamación de la palabra, concretada en la
evangelización del ministro y la profesión de fe del bautizado.
5 27 Según las costumbres del antiguo
Oriente, la novia, después de bañada y adornada, era presentada a su prometido
por los invitados a la boda. En el caso místico de la Iglesia, Cristo es quien
lava a su prometida de toda mancha con el barro del bautismo (nótese la mención
expresa de una fórmula bautismal) para presentársela a sí mismo, ver 2 Cor 11,
2.
5 30 Adicción (Vulgata): “de su
carne y de sus huesos”.
5 32 En el texto del Génesis, el
autor descubre una prefiguración profética de la unión de Cristo y de la
Iglesia, “misterio” largo tiempo oculto, y ahora manifestado, al igual que el “misterio”
de la salvación de los gentiles.
Comentario.
-Contexto social,
cultural y religioso de la carta:
Siglo I:
Sometimiento de la
mujer al marido.
-Carta a los
Efesios:
Reflexión sobre la
Iglesia y su relación con Cristo.
Texto eclesiológico
y cristológico.
Cristo = cabeza –
Iglesia = cuerpo.
Imágenes:
Sumisión y amor:
armonía / contradicción.
Amor:
Palabra más
repetida.
Amor de Cristo a su
Iglesia mediante la imagen del amor del esposo a la esposa.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 6, 60-69.
En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:
-Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:
-¿Esto os escandaliza? ¿y si vierais al Hijo del hombre subir
adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada.
Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de
entre vosotros que no creen.
Pues Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo
iba a entregar. Y dijo: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el
Padre no se lo concede”.
Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no
volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce:
-¿También vosotros queréis marcharos?
Simón Pedro le contestó:
-Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida
eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Textos paralelos.
Es duro este lenguaje.
Jn 3, 11: Te lo aseguro:
hablamos de lo que sabemos, atestiguamos lo que hemos visto, y no aceptáis
nuestro testimonio.
Jn 1, 48: Le pregunta Natanael:
¿De qué me conoces? Jesús le contestó: Antes de que te llamara Felipe, te vi
bajo la higuera.
Cuando veáis al Hijo del
hombre.
Mt 8, 20: Le contestó: Las zorras
tienen madrigueras, los pájaros tienen nidos, pero este Hombre no tiene donde
recostar la cabeza.
Jn 12, 32: Cuando yo sea
elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
El espíritu es el que da
vida.
Jn 20, 27: Después dice al
discípulo: Ahí tienes a tu madre. Desde aquel momento el discípulo la llevó a
su casa.
1 Co 15, 45: Así está escrito:
el primer hombre, Adán, se convirtió en un ser vivo, el último Adán se hizo un
espíritu que da vida.
2 Co 3, 6: Que nos capacitó
para administrar una alianza nueva: no de puras letras, sino de Espíritu;
porque la letra mata, el Espíritu da vida.
Jn 3, 11: Te lo aseguro:
hablamos de lo que sabemos, atestiguamos lo que hemos visto, y no aceptáis
nuestro testimonio.
Jn 12, 49-50: Porque yo no
hablé por mi cuenta; el Padre que me envió me encarga lo que he de decir y
hablar. Y sé que su encargo es vida eterna. Lo que digo lo digo como me lo ha
dicho el Padre.
Hay entre vosotros
algunos que no creen.
Jn 1, 48: Le pregunta Natanael:
¿De qué em conoces? Jesús le contestó: Antes de que te llamara Felipe, te vi bajo
la higuera.
Por eso os he dicho que
nadie puede venir a mí.
Jn 6, 44: Nadie puede acudir a
mí si no lo arrastra el Padre que me envió; y yo lo resucitaré el último día.
Jesús dijo entonces.
// Mt 16, 16 p
Mt 16, 15-16 |
Mc 8, 29 |
Lc 9, 20 |
Jn 6, 67-69 |
Les dice: -Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondió Simó Pedro: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. |
Él les preguntó a ellos: -Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondió Pedro: -Tú eres el Mesías. |
Les preguntó: -Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondió Pedro: -Tú eres el Mesías de Dios. |
Así que Jesús dijo a los doce: -¿También vosotros queréis marcharos? Le contestó Simón Pedro: -Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú dices palabras de vida eterna.
Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios. |
Tú tienes palabras de
vida eterna.
Dt 8, 3: Él te afligió,
haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná – que tú no conocías
ni conocieron tus padres – para enseñarte que el hombre no vie solo de pan,
sino de todo lo que sale de la boca de Dios.
Hch 7, 38: Este es el que en la
asamblea, en el desierto, trataba con el ángel que le había hablado en el monte
Sinaí a él y a nuestros padres; el que recibió palabras de vida para comunicárnoslas.
Hch 3, 14: Vosotros
rechazasteis al santo e inocente, pedisteis que os indultasen a un homicida.
Yo os he elegido.
Jn 13, 18: No hablo de todos
vosotros, pues sé a quienes he escogido. Pero se ha de cumplir aquello de la
Escritura: El que compartía mi pan me ha echado la zancadilla.
Hablaba de Judas.
Jn 13, 2: Durante la cena,
cuando el diablo había sugerido a Judas Iscariote que lo entregara.
Jn 13, 27: Detrás del bocado
entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que has de hacer hazlo pronto.
Notas exegéticas Biblia de
Jerusalén
6 60 Aquí se reanuda el diálogo
sobre Jesús-Sabiduría interrumpido por la inserción de la sección propiamente
eucarística. El escándalo de los discípulos obedece a que Jesús ha afirmado haber
bajado del cielo. Jesús responde anunciando su ascensión, que probará su
verdadero origen.
6 62 Frase inacabada. Al mismo
tiempo que constituye el escándalo supremo, la cruz aparece a los ojos de la
fe, como la vuelta del Hijo en la gloria que era suya antes de la creación.
Así, las palabras pronunciadas previamente adquirirán todo su sentido a la luz
de la glorificación de Jesús y del don del Espíritu que deriva de ella. A
través de la condición terrena de Jesús y de su cruz es necesario discernir su
gloria y reconocer la verdad y el poder de sus palabras y de sus gestos. Si los
vv. 51-58 forman parte íntegra del discurso se entenderá que es necesario haber
descubierto la gloria de Jesús para reconocer el poder de la vida de la
eucaristía.
6 63 (a) Al oponer carne y espíritu, Jn
no está distinguiendo dos partes de la persona, sino que describe dos formas de
vivir. La carne es el ser humano entregado a sí mismo y a los límites de sus
posibilidades: no puede por sí mismo percibir el sentido profundo de las palabras
y de los signos de Jesús, ni creer. El espíritu es el poder de vida que ilumina
al hombre, le abre os ojos y le permite discernir la Palabra que se expresa en
Jesús.
6 63 (b) Las palabras de Jesús respecto
del pan celestial manifiestan una realidad divina que solo el Espíritu puede
hacernos comprender y que es fuente de vida para el hombre.
6 64 Anuncio de la traición de Judas.
En Jn Jesús preside su propia Pasión, conoce su Hora y la precede.
6 69 Es decir: el enviado y elegido
de Dios, consagrado y unido a él de modo eminente, el Mesías. Variante: “tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios”, o “el Hijio de Dios vivo”.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
60 El comentario de los oyentes
suena así literalmente: dura es la palabra esta, quién puede a ella oír.
61 EN SU INTERIOR: lit. en sí mismo,
es decir, sin que nadie le informara; o: al tener conciencia de que… En
los vs. siguientes Jesús no retracta nada de lo que ha dicho, pero explica: él
se dará en alimento y bebida, aunque en la forma de existencia propia de su
dimensión divino-humana de resucitado.
62 Falta la apódosis[1]. La frase completa podría ser: “Si descubrierais la gloria del Hijo, si
entendierais que se trata de la carne glorificada del Hijo, ¿qué
pensaríais?, o “… ¿qué dificultad habría?”.
63 Recordemos que la tradición
judía pensaba que el alimento que Moisés trajo del cielo era la Ley, más bien
que el maná (cf. Pr 9, 4-6 y Sal 119). La Eucaristía recibida con fe – que,
gracias al Espíritu de Jesús nos hace captar las realidades “espirituales”, no
como la “carne” (el conocimiento meramente natural) – nos hace compartir la
vida del Hijo. Las palabras de este, “como él mismo dice por san Juan, son
espíritu y vida. Las cuales sienten las almas que tienen oídos para oírlas,
que, como digo, son las almas limpias y enamoradas; que las que no tienen el
paladar sano, sino que gustan de otras cosas, no pueden gustar el espíritu y
vida de ellas, antes les hace sinsabor. Y por eso, cuanto más altas palabras
decía el Hijo de Dios, tanto más algunos se desabrían por su impureza, como fue
cuando predicó aquella tan sabrosa y amorosa doctrina de la Sagrada Eucaristía,
que muchos de ellos volvieron atrás” (san Juan de la Cruz). No hay
contradicción con el realismo de los vs. 51-58, ya que precisamente las
palabras de Cristo son las que transforman el pan eucarístico en su
carne glorificada: “En la consagración actúan las palabras mismas del Señor
y Salvador; pues el sacramento que recibes (en la eucaristía) se hace por la
palabra de Cristo” (san Ambrosio).
66 DESDE ENTONCES: o por
aquello. // ATRÁS: lit. a lo de atrás, a la vida de antes.
69 ¿A QUIÉN VAMOS A IR? “¡Pobres
nosotros! ¿Y dónde iremos, o qué buscaremos fuera de Cristo? ¿Podremos hallar
quizá otro tal Señor, otro tan dulce compañero y amigo para trabajos y
descansos? ¿Dónde otro que sea tan manso en perdonar, tan hermoso para mirar,
tan sabio para aconsejar, tan bueno para amar? ¿Adónde otro que muera por mí
con tantos dolores y amores y que esté ahora con voluntad de tornar a morir, si
yo hubiese menester otra muerte? ¡Oh cuan verdad dijo san Pedro: ¿A dónde
iremos, tú tienes palabras de vida eterna?” (san Juan de Ávila). San Ignacio de
Antioquía dijo lo mismo con más brevedad: “¿Cómo podríamos vivir sin Él?” (A
los Magnesios, 9, 2). // Y POR ESO: Los verbos griegos, en tiempo
gramatical de perfecto, vienen a decir: “Nosotros estamos en posesión de
la fe de que tú eres….”. Creer y saber, fe y conocimiento, van
unidos, casi son idénticos. Juan suele anteponer la fe al conocimiento; la fe
es condición para poseer la vida (v. 47), y la vida eterna es “conocimiento” (17,
3). Lo dice frecuentemente san Agustín: “Entender es premio de la fe; por
consiguiente, no busques entender para luego creer, sino cree para que
entiendas”, “creyendo te haces capaz de entender”; “creemos para conocer, no
conocemos para creer”; “el hombre, si no va por delante la fe no podrá seguir
una vida buena”; “sin fe, ningún mortal fue justo, ni lo es, ni lo podrá ser
nunca”, etc. Por su parte, Benedicto XVI escribió: “El creer no suprime el
pensar, y tampoco necesita poner entre paréntesis la experiencia de nuestro
tiempo. Por el contrario, solamente la fe da al pensamiento su apertura y su
significado a la experiencia”. // EL SANTO DE DIOS: cf. Hch 3, 14.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
6,
60-71 La multitud (e incluso algunos discípulos de Cristo) pensaba que sus enseñanzas
eran demasiado difíciles de aceptar y decidió abandonarle en lo que parecía ser
la mayor deserción de seguidores durante su vida pública. Simón Pedro habló por
los discípulos proclamando su fidelidad a Cristo y su creencia en su identidad
como el “Santo de Dios” incluso aunque no entendieran perfectamente sus
enseñanzas. Al hacer esto, realizó la afirmación fundamental para creer en
Cristo: solo él tiene palabras de vida eterna. Cat. 438-440, 1336.
6, 63
La
razón humana puede hacer muchas cosas, pero no puede penetrar y acoger la revelación
de Dios, sin fe suficiente. La intervención del Espíritu Santo es necesaria
para aceptar los misterios de la fe, y es el mismo Espíritu Santo el que hace
fructífera nuestra oración. Cat. 1769 y 2766.
6,
66 Cabe
recalcar como Cristo, aquí y a través de su discurso, no intentó reformular sus
palabras para clarificar cualquier malentendido. Esto indica que no estaba
hablando metafóricamente; se refería a su cuerpo y sangre como comida y bebida
reales. También sería inequívoco al instituir el sacramento de la Eucaristía en
la Última Cena. Cat. 1339.
Comentarios
de los Santos Padres.
También dice lo que hay que entender por “Espíritu”:
“Las palabras que yo os he dicho son Espíritu y vida”. Así, al establecer que
sus palabras dan vida, porque el Verbo es Espíritu y vida, precisó que sus
palabras son carne, porque también el Verbo se hizo carne. El Verbo debe ser
considerado como necesario para tener la vida, y debe ser devorado con el oído
y rumiado con la mente y digerido con la fe.
Tertuliano. Sobre la resurrección de los
muertos, 37, 1-3. 4a, pg. 341.
Para enseñarnos que aun el mismo creer es don
y no merecimiento, dice: “Os digo que nadie puede venir a mí si no le ha sido
dado por mi Padre”. Haciendo memoria de lo que antecede, hallaremos el lugar
del Evangelio donde había dicho: “Nadie viene a mí si mi Padre no le trae”.
Violencia es esta que se hace al corazón, no a la carne. ¿De qué te admiras?
Cree, y vienes; ama y eres traído. No juzgues que se trata de una violencia
gruñona y despreciable; es dulce, suave; es la misma suavidad lo que te atrae.
Cuando la oveja tiene hambre, ¿no se la trae mostrándole hierba? Y me parece
que no se la empuja; se la sujeta con el deseo.
Agustín. Sermones, 131, 2. 4a, pg.
341.
Amós es expulsado de Samaría. Y todo esto, te
pregunto, ¿por qué? Porque eran cirujanos espirituales que cortaban los vicios
de los pecadores y exhortaban a la penitencia. El apóstol Pablo dice: “Me he
hecho enemigo vuestro por deciros la verdad”. Y, porque las palabras del
Salvador parecían duras, muchos de sus discípulos le volvieron la espalda.
Jerónimo. Cartas, 40, 1. 4a, pg. 343.
Tiene poca importancia que algunos, Figelo,
Hermógenes, Fileto e Himeneo, hayan abandonado a su Apóstol (2 Tm 1, 15): el
mismo que entregó a Cristo fue uno de los apóstoles. ¿Nos vamos a admirar de
que sus iglesias sean abandonadas por algunos, cuando todas esas cosas que padecemos
a ejemplo de Cristo mismo demuestran que somos cristianos? “De entre nosotros –
dice la escritura – salieron, pero no eran de los nuestros; si hubieran sido de
los nuestros, habrían permanecido, ciertamente, con nosotros (1 Jn 2, 19).
Tertuliano. Prescripción contra los
herejes, 3, 9-13. 4a, pg. 343.
“Tú tienes palabras de vida eterna”, no
duras, como dicen ellos, sino las que levantan a lo más excelso de todo, es
decir, a la vida inalcanzable, eterna, limpia de toda corrupción.
Cirilo de Alejandría. Comentarios al Ev.
de Juan, 4, 4. 4a, pg. 344.
San Agustín
Coman, por tanto, quienes lo comen y beban
los que lo beben; tengan hambre y sed; coman la Vida, beban la Vida. Comer esto
es rehacerse; pero de tal modo te rehaces, que no se deshace aquello con que te
rehaces. Y beber aquello, ¿qué cosa es sino vivir? Cómete la vida, bébete la
vida; tú tendrás vida sin mengua de la vida. Entonces será esto, es decir, el cuerpo
y la sangre de Cristo será vida para cada uno, cuando se coma espiritualmente
lo que en este sacramento se toma visiblemente, y se beba espiritualmente lo
que significa. Porque se lo hemos oído decir al Señor: El espíritu es el que
da vida, la carne no aprovecha nada. Las palabras que yo os he hablado son
espíritu y vida. Pero hay entre vosotros, dice, algunos que no creen (Jn
6, 64-65). Eran los que decían: ¡Cuán duras palabras son estas!, ¿quién las
puede aguantar? (Jn 6, 62). Duras, sí, más para los duros; es decir, son
increíbles, mas para los incrédulos.
Sermón 131, 1. II, pg. 1174.
San Juan de Ávila
El primer nacimiento es de
deshonra; el segundo es de honra. El primero de vileza; el segundo, de nobleza.
El primero de pecado; el segundo, de justificación de pecados. El primero, de carne
que mata; el segundo, de espíritu que aviva (cf. Jn 6, 63). Por
el primero somos hijos de hombres, por el segundo, hijos de Dios.
Audi, filia (II). OC I, pg. 753.
El primero de pecado; el segundo
de justificación de pecados. El primero, de carne que mata (cf. Jn 6, 64); el
segundo, de espíritu que aviva.
Audi, filia (I). OC I, pg. 511.
¿Dónde iremos, dijo san Pedro a Cristo, que
palabras de vida eterna tienes? (Jn 6, 68). ¿Dónde iremos, que fuente de vida
tienes, y tú solo la tienes? ¿Dónde iremos, alegre luz, sin la cual hay
tinieblas? ¿Dónde, pan vivo, sin el cual hay hambre mortal? ¿Dónde, firmísimo
amparo, sin el cual la seguridad está en peligro? En fin, ¿dónde irá la oveja,
estando en toda parte cercada de lobos, si el pastor la desabriga y alanza de
sí?
Audi, filia (II). OC I, pg. 659.
¿Dónde iremos, dijo san Pedro a Cristo, que
palabras de vida tenéis? (Jn 6, 69). ¿Dónde iremos, Señor, que fuente de
vida tienes, y tú solo la tienes?
Audi, filia (I). OC I, pg. 441.
Las palabras de Dios son de
sapientísimo, y no las puede nadie estimar; sino aquel que las pone por obra:
que las oye para guardarlas. Que también había en aquel tiempo, cuando Cristo
predicaba, quien dijese: “Muy estrecho nos pone el camino del cielo: durus
est hic sermo (Jn 6, 61)”. Dijeron los judíos a Cristo (San Juan lo cuenta).
Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg.
182.
Dirá el otro: “Padre, yo no
hurto, yo no tomo la mujer al otro, yo no levanto falsos testimonios, yo no
hago dioses ajenos: ¿qué me falta! – Con todo eso os podéis ir al infierno con
los fariseos. Dice San Pablo: El Espíritu es quien da vida, la carne no
sirve para nada (Jn 6, 64). – “Sí, pero los mandamientos de Dios tienen cuerpo y ánima
como nosotros”. El hombre que no tiene ánima está muerto. ¿Qué vale? – Nada. –
Dice Hugo de Santo Victo: Toda mi vida es tu vida y tu amor. El ánima que no
tiene amor, puesto caso que tenga la substancia de los mandamientos, que los
haga: como le falte el amor, no cumple en intención con que Dios lo mandó. Muerta
está: que aunque tiene el cuerpo de los mandamientos, no el espíritu que da
vida.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg.
161.
Lo principal de la nueva ley es
el amor: que la gracia del Espíritu Santo infundida en el corazón del
cristiano, el fructo que hace es que procede en amor. Aquello es lo que Dios
infunde en el ánima. Sant Pablo ad Romanos: La ley del Espíritu vivificador
me ha liberado por medio de Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte.
Pues lo que era imposible para la ley, a causa de la fragilidad humana, lo
realizó Dios enviando a su propio Hijo con una naturaleza semejante a la del pecado;
es más, se hizo sacrificio de explicación por el pecado y dictó sentencia
contra él a través de su propia naturaleza mortal, para que así no vivamos
según nuestros apetitos desordenados, sino según el Espíritu, y cumplamos la
ley en plenitud” (Rm 8, 2-4). Y en otra parte dice el mesmo Apóstol: La
carne no sirve para nada, el Espíritu es quien da la vida (Jn 6, 64).
Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg.
333.
El que guarda su palabra. – Porque algunos
podrían cumplir el cuerpo de los mandamientos, sin tener el
alma de
ellos, que es la caridad, o amor de Dios o del prójimo; lo cual todo no
aprovecha, porque la carne no sirve para nada (Jn 6, 64).
Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg. 365.
Gente grosera y tosca, sin fe y
sin prudencias; que ya que ellos se engañaban en la manera de entender,
preguntáranle al Señor, y dijérales que no entendía Él que había de comer su
carne sagrada así a bocados y a tajadas como la carne de un animal, que la
cortan en la carnicería. Fueronse del Señor, porque les parecía que esta doctrina
es dura (Jn 6,6), ¡y éranlo ellos! Porque San Pedro, como tenía lumbre del Señor,
siendo preguntados los apóstoles por el mismo Señor: ¿Y
vosotros queréis también iros como estos?, respondió: ¿A
quién iremos, que tienes palabras de vida eterna? (cf. Jn 6, 68).
Tanto va en disposición de quien recibe la doctrina que por una palabra de este
divino pan es de tan alto misterio, que sin lumbre de Espíritu Santo no se
puede creer. Que por ésta dijo el Señor: Ninguno puede venir a mí si mi
Padre no le trujere (Jn 6, 44). Enseñó el celestial Padre al
bienaventurado San Pedro allá dentro de su corazón la verdad de la fe, y con
aquella lumbre creía quién era nuestro Señor y ser verdad todo lo que decía,
ahora lo entendiese, ahora no, como ha de hacer el verdadero creyente.
Santísimo Sacramento. OC III, pg. 751.
¡Ay de nosotros hermanos, que
hay muchos entre nosotros que ni precian este sacratísimo Pan ni tienen gana de
comer! Y si lo comen, van tan mal aparejados, que siendo Él bastante en henchir
todos los deseos del hombre, se quedan tan vacíos que dicen: Seca
está nuestra ánima; no ven nuestros ojos sino maná (Nm 11, 6). Si
fuera aquel maná pasado, aunque fuera cumpla, tenía su excusa con decir: “Otros
manjares hay con que vivamos; no es mucho que tengamos aquéste en poco y
deseemos los otros”. Mas, ¡pobre de mí!, ¿adónde iremos, Señor, que tú
solo das la vida? (cf. Jn 6, 69), y tu cuerpo es manjar de vida, y sin él no hay sino
muerte y tinieblas? Y por eso de los tales se cumple muy bien lo que la
Escriptura dice: El ánima de ellos abominó todo el manjar, y
acercándose a las puertas de la muerte (cf. Sal 106, 18). No es cosa
peligrosa tener fastidio de un manjar y apetito de otro; mas tener abominación
de todo manjar, hace llegar a las puertas de la muerte, porque
sin comer no se puede vivir. Desengañaos; un manjar es aqueste que Dios nos ha
dado; mas tiene virtud de todos manjares; y quien de solo este tiene fastidio,
bástale para morir pues que fuera de él no hay manjar que dé vida.
Santísimo Sacramento, OC III, pg. 757.
¡Pobres de nosotros! ¿y dónde
iremos o qué buscaremos fuera de Cristo? ¿Podremos quizá hallar otro tal Señor,
otro tan dulce compañero y amigo para trabajos y placeres? ¿Dónde otro que tal
sea tan manso para perdonar, tan hermoso para mirar, tan sabio para aconsejar,
tan bueno para amar? ¿Adónde otro que muera por mí con tantos dolores y amores
y que esté agora de voluntad de tornar a morir, si yo hubiere menester otra
muerte? ¡Oh cuán gran verdad dijo San Pedro!: ¡Adónde iremos, Señor, que
palabras de vida eterna tienes! (Jn 6, 69). Hermano, bien estamos por Cristo adonde
Él por su misericordia nos puso. No queramos probar a qué sabe estar sin
Cristo, que es cosa muy amarga y se paga con más que setenas[2].
Miremos a sus trabajos que por nosotros sufrió, y con ellos consolemos los
nuestros, y por ellos le pidamos gracia y favor, y sernos ha dada, con la cual
venceremos mundo, carne y demonio, y nosotros viviremos en Dios, pues Él murió
por matar nuestra muerte y darnos su vida.
A un devoto. OC IV, pg. 273.
Comentario Homilética
-Séptimo diálogo de Jesús en el Discurso del pan de vida.
-Juan 6:
Termina con unos versículos siniestros, no
recogidos por el texto litúrgico: “Uno de vosotros es un diablo”:
Judas: ser discípulo de Jesús no garantiza
nada.
-Estructura:
Vv. 60-66:
V. 60: reacción final de “muchos discípulos”
ante el discurso: rechazo.
Vv. 61-65: palabras de Jesús.
V. 66: consumación de este rechazo.
Vv. 67-69:
V. 67: interpelación a los Doce.
Vv. 68-69: manifestación de fe de los Doce
por parte de Pedro.
-Encrucijada que pide una decisión:
Dureza de las palabras de Jesús, murmuración,
escandalizarse, no creer, volver atrás, no andar con Jesús / Pedro: palabras de
vida eterna, creer, saber, reconocimiento de la identidad de Jesús.
-Palabra – espíritu – vida:
Palabra de Dios:
No es una ideología, tradición o teoría.
Es Espíritu: un modo de conducirse por la vida
y de optar.
MISA DE NIÑOS. XXII
T.O.
Monición de entrada.
Buenos días:
Cada domingo venimos a misa para acordarnos
de Jesús y contar lo que Él hizo.
Somos Iglesia, la familia de Jesús, que
quiere hacerle caso y vivir como Él nos enseñó.
Y así enseñarlo a las personas que no conocen
a Jesús.
Señor,
ten piedad.
Porque a veces nos olvidamos de los
mandamientos de Dios. Señor, ten piedad.
Porque a veces no queremos a Jesús con todo
el corazón. Cristo, ten piedad.
Porque a veces vemos a misa sin poner el
corazón. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que estés
siempre en su corazón. Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que sepa guardar lo que
ha recibido de ti y renunciar a lo que le aparta de ti. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que se enfadan por haber
cambiado la misa y algunas leyes de la Iglesia, para que lo entiendan y
acepten. Te lo pedimos, Señor.
-Por los jóvenes, para que sean escuchados. Te
lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, para que vivamos la misa como
un acto de amor y no como una obligación. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen María, te damos gracias porque nos enseñas a querer a Jesús no de
palabra, sino con el corazón.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO XVI
T.O.
EXPERIENCIA.
-Cierra los ojos, toma
conciencia de tu respiración: ¿cómo es? Y tú corazón: ¿cómo late?
-Pon la mano cerca de
él, siente su latido: es la vida que fluye en tu interior y permite estés
leyendo esto.
-Mira el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=C9rhyv28DIo&t=48s
-Es la vida que fluye
en las corrientes de vida de las personas.
-¿Qué más te sugiere el
vídeo?
-¿Y estas palabras tomadas
de él: hambre, compartir mesa, recordar, entrega, tragarnos a Jesús y bendecir?
REFLEXIÓN.
Lee el evangelio de este domingo.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 6, 60-69.
En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:
-Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:
-¿Esto os escandaliza? ¿y si vierais al Hijo del hombre subir
adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada.
Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de
entre vosotros que no creen.
Pues Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo
iba a entregar. Y dijo: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el
Padre no se lo concede”.
Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no
volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce:
-¿También vosotros queréis marcharos?
Simón Pedro le contestó:
-Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida
eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
El texto forma parte del final
del discurso del Pan de Vida, leído en los domingos anteriores. Ante Jesús no
valen las medias opciones. Hay que responder sí o no.
Imagina la escena, píntala en
tu mente, fíjate en los personajes, los gestos y el tono de las palabras.
Toma conciencia de estar ante
Jesús: Él habita en tu corazón y desde allí te pregunta: “¿También, tú quieres
marcharte?”.
Seguramente no te has marchado
ni alejado de Él de manera formal, pero ¿qué es lo que te impide aceptarle tal
como es, creer en Él y en sus palabras?
Los doce dudaron, pero al final
Pedro, en nombre de ellos respondió: “Señor, ¿a quién vamos a acudir?Tú tienes
palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de
Dios”.
Repite en tu interior: “Señor, ¿a
quién voy a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.
COMPROMISO.
Durante esta semana repite estas palabras y entra
una iglesia y comulga. Si hace tiempo que no lo has hecho o tienes conciencia
de pecado mortal, busca al sacerdote y
acoge el sacramento del perdón, recibe el Pan de Vida.
CELEBRACIÓN.
Entra en https://www.youtube.com/watch?v=wFiRJvPaXoQ
Es la capilla de adoración del Santísimo 24 horas ubicada
en la parroquia Inmaculada Concepción de Buenos Aires (Argentina). Permanece en
silencio, acercándote a Cristo quien desde allí te mira. Contémplalo, háblale.
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio
según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de
reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca.
1992.
Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va
Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
http://www.vatican.va/content/vatican/es.html
[1] Apódosis: 2. Retórica. Segunda parte del discurso, en que se completa
o cierra el sentido que queda pendiente en la prótasis (primera parte del discurso).
www.rae.es
[2] Pagar a alguien con las
setenas: sufrir un castigo superior a la culpa. Setena: pena que obligaba a
pagar el séptuple de una cantidad determinada. www.rae.es
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