Lectura del libro de Isaías 40, 1-5.9-11.
“Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios –; hablad al
corazón de Jerusalén, gritadle, que se h cumplido su servicio y está pagado su
crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”. Una
voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas
se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la
gloria del Señor, y la verán todos juntos – ha hablado la boca del Señor –“.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sion; alza fuerte la voz, heraldo de
Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: “Aquí está vuestro
Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder y su brazo manda. Mirad, viene con
él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el
rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él
mismo a las ovejas que crían”.
Textos
paralelos.
Consolad, consolad a mi pueblo.
Is 52,
7-12: ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del heraldo que anuncia la
paz y trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión “Ya reina
tu Dios”! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al
Señor, que vuelve a Sion. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el
señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén. El Señor desnuda su brazo a la
vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de
nuestro Dios. ¡Fuera, fuera! Salid de allí, no toquéis nada impuro. ¡Salid de
ella, purificaos, portadores del ajuar del Señor! No saldréis apresurados ni os
iréis huyendo, pues en cabeza marcha el Señor y en la retaguardia, el Dios de Israel.
Una voz
clama.
Mt 3, 3: Es
lo que había anunciado el profeta Isaías: Una voz clama en el desierto. Preparad
el camino al Señor, allanad su calzada.
Ml 3, 1:
Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el
santuario el Señor que buscáis; el mensajero de la alianza que deseáis, miradlo
entrar – dice el Señor de los ejércitos –.
Ml 3, 23-24:
Y yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y
terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré
yo a exterminar la tierra.
Abrid en
el desierto.
Si 48, 10:
Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que
estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de
Israel.
Un
camino a Yahvé.
Lc 1, 76: Y
a ti niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque caminarás delante del
Señor, preparándole el camino.
Is 45, 2:
Yo iré delante de ti allanándote cerros; haré trizas las puertas de bronce, arrancaré
los cerrojos de hierro.
Trazad
en la estepa.
Lc 3, 4-6:
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto:
Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas.
Ba 5, 7:
Dios ha mandado abajase a los montes elevados y a las colinas perpetuas, ha
mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine
con seguridad guiado por la gloria de Dios.
Se
revelará la gloria de Yahvé.
Ex 24, 16: Y
la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió
durante seis días.
Is 35, 2:
Como flor de narciso florecerá, desbordando de gozo y alegría; tiene la gloria
del Líbano, la belleza del carmelo y del Sarón; ellos verán la gloria del
Señor, la belleza de nuestro Dios.
Is 58, 8: Entonces
romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá
camino tu justicia, detrás irá la gloria del Señor.
Is 60, 1:
¡Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Is 1, 20:
Si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor.
Is 58, 14:
Entonces el Señor será tu delicia. Te pondré a caballo de las alturas de la
tienda, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob – ha hablado la boca
del Señor –.
Vedlo,
su salario le acompaña.
Is 62, 11:
El Señor envía un pregón hasta el confín de la tierra: Decid a la ciudad de
Sión: Mira a tu Salvador, que llega, el premio de su victoria lo acompaña, la
recompensa lo precede.
Como
pastor pastorea su rebaño.
Ez 34, 11-12:
Así dice el Señor: Yo mismo buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro. Como
sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se le dispersan, así
seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré sacándolas de todos los
lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones.
Dt 32, 11:
Como el águila incita a su nidada revolando sobre los polluelos, así extendió
sus alas, los tomó y los llevó sobre sus plumas.
Lc 15, 5:
Al encontrarla, se la echa a los hombres contento.
Notas exegéticas.
40 (a) Este es el título que se da a
la segunda parte del libro de Isaías, inspirándose en los primeros versículos.
La “consolación” es en efecto el tema principal de estos capítulos. Se atribuye
este libro al “Segundo Isaías”, un profeta anónimo del fin del destierro.
40 (b) Esta cantata a varias voces
sirve de obertura al libro: la esclavitud del pueblo ha concluido; se prepara
un nuevo Éxodo bajo la guía de Dios. Este tema, que impregna todo el libro,
volverá en la conclusión de 55, 12-13.
40 2 Jerusalén ha estado sujeta a la
“milicia” de un mercenario o esclavo; ha pagado el doble de su falta, como
ladrón.
40 3 (a) El profeta deja
deliberadamente en el anonimato y el misterio esta voz que obedece la orden del
v. 2. Los evangelistas citando este texto según los LXX (“Voz que clama en el
desierto”), lo han aplicado a Juan el Bautista, que anunciaba la próxima venida
del Mesías.
40 3 (b) Hay textos babilónicos que
hablan en términos análogos de caminos procesionales o, triunfales preparados
por el dios o por el rey victorioso. Aquí es el camino por el que Yahvé
conducirá a su pueblo a través del desierto en un nuevo Éxodo. Ya Is 10, 25-27
había evocado los prodigios del Éxodo como prenda de la protección divina. Los
profetas del Destierro amplían este tema. Como antaño, Dios va a venir a salvar
a su pueblo (Jr 16, 14-15 e Is 63, 9 (que vuelven sobre Ex 19, 4). El primer
éxodo con sus prodigios (Mi, el paso del mar rojo, Is, el agua milagrosa, la nube
luminosa, la marcha por el desierto, se convierten a la vez en tipo y prenda
del nuevo Éxodo de Babilonia a Jerusalén. Sobre este tema del Éxodo, ver asimismo
Os 2, 16).
40 11 Es el tema del buen pastor,
formulado por Jr 23, 1-6, desarrollado por Ez 34, y continuado por Jesús.
Salmo responsorial
Salmo 104 (103) 1-4.24-25.27-30.
Bendice,
alma mía, al Señor:
¡Dios
mío, qué grande eres! R/.
¡Dios
mío, qué grande eres!
Te
vistes de belleza y majestad,
la
luz te envuelve como un manto.
Extiendes
los cielos como una tienda. R/.
Construyes
tu morada sobre las aguas;
las
nubes te sirven de carroza,
avanzas
en las alas del viento;
los
vientos te sirven de mensajeros,
el
fuego llameante, de ministro. R/.
Cuántas
son tus obras, Señor,
y
todas las hiciste con sabiduría;
la
tierra está llena de tus criaturas.
Ahí
está el mar: ancho y dilatado,
en
él bullen, sin número,
animales
pequeños y grandes. R/.
Todos
ellos aguardan
a
que les eches comida a su tiempo:
se
la echas, y la atrapan;
abres
tu mano, y se sacian de bienes. R/.
Escondes
tu rostro, y se espantan,
les
retiras el aliento, y expiran
y
vuelven a ser polvo;
envías
tu espíritu, y los creas
y
repueblas la faz de la tierra. R/.
Textos
paralelos.
Gn 1,1: Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
Hch 17, 28: En él vivimos y nos movemos y existimos, como dijo uno
de vuestros poetas: pues somos de su raza.
Te arropa la luz como un manto.
Gn 1, 3: Dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió.
Sal 19, 2: Los cielos proclaman la gloria de Dios, pregona el
firmamento la actividad de sus manos.
Gn 1, 6-7: Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que
separe aguas de aguas. E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo
de la bóveda, de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue.
Levantas sobre las aguas tus moradas.
Am 9, 6: Que construye en el cielo su escalinata y cimenta su
bóveda sobre la tierra; que convoca las aguas del mar y las derrama sobre la
superficie de la tierra, se llama El Señor.
Te sirven las nubes de carroza.
Sal 68, 5: Cantad a Dios, tañed en su honor, apisonad un camino al
que cabalga en la estepa; en nombre del Señor, regocijaos.
Tomas por mensajeros a los vientos.
Hb 1, 7: Y a los ángeles les dice: Hace de los vientos sus
ángeles, de las llamas de fuego sus ministros.
¡Cuán numerosas son tus obras, Yahvé!
Sal 8, 2: ¡Señor, dueño nuestro, qué ilustre es tu nombre en toda
la tierra! Quiero servir a tu majestad celeste.
Pr 8, 22-23: El Señor me creó como primera de sus tareas, antes de
sus obras; desde antiguo, desde siempre fui formada, desde el principio, antes
del origen de la tierra.
Si escondes tu rostro, desaparecen.
Jb 34, 14-15: Si decidiera por su cuenta retirar su espíritu y su
aliento, expirarían todos los vivientes y el hombre tornaría al polvo.
Gn 3, 19: Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas
a la tierra, porque de ella te sacaron, pues eres polvo y en polvo te
convertirás.
Qo 12, 7: Y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu
vuelva a Dios, que lo dio.
Retornan al polvo que son.
Sal 90, 3: Tú devuelves el hombre al polvo, diciendo: ¡Volved,
hijos de Adán!
Gn 1, 2: La tierra era un caos informe, sobre la faz del abismo,
la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Gn 2, 7: Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo,
sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo.
Renuevas la faz de la tierra.
Hch 2, 2: De repente vino del cielo un ruido, como de viento
huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban.
Notas exegéticas.
104 Este himno sigue el mismo orden
que la cosmogonía de Gn 1.
104 3 Se trata de las aguas
superiores, situadas encima del cielo. La morada divina está por encima de
todo.
104 4 Targum destruye la imagen: “Hace
a sus mensajeros rápidos como el viento y a sus ministros fuertes como el fuego”.
104 30 El espíritu de Dios
interviene en el origen del ser y de la vida.
Segunda
lectura.
Lectura del apóstol san Pablo a Tito 2,
11-14; 3, 4-7.
Querido hermano:
Se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para
todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobra, justa y piadosa, aguardando
la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador
nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a
las buenas obras. Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y
su amor al hombre, no por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros,
sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento
y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros
por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia,
seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna.
Textos
paralelos.
Porque se ha manifestado
la gracia salvadora de Dios a toda persona.
Tt 3, 4: Pero cuando apareció
la bondad de nuestro Dios y Salvador y su amor al hombre.
1 Tm 1, 1-2: De Pablo, apóstol
de Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo
nuestra esperanza, a Timoteo, hijo suyo engendrado por la fe: gracia, misericordia
y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús Señor nuestro.
2 Tm 2, 10: Pero todo lo sufro
por los elegidos de Dios, para que, por medio de Jesucristo, también ellos
alcancen la salvación y la gloria eterna.
Sal 130, 8: El redimirá a
Israel de todos sus delitos.
Él se entregó por
nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad.
Rm 3, 24: Pero son absueltos
sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.
Ex 19, 5: Por tanto, si queréis
obedecerme y guardar mi alianza, entre todos los pueblos seréis mi propiedad,
porque es mía toda la tierra.
Dt 7, 6: Porque tú eres un
pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras, entre todos
los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
Ef 5, 25: Hombres, amad a
vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella.
Mas cuando se manifestó
la bondad de Dios.
Rm 3, 25: Dios los destinó a
ser con su sangre instrumento de expiación para los que creen. Dios mostraba
así su justicia cuando pacientemente pasaba por alto los pecados de antaño.
1 Co 6, 11: Algunos, antes,
erais de esos; pero habéis sido lavados y consagrados y absueltos por la invocación
del Señor nuestro Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
Tt 2, 11: Se ha manifestado la
gracia de Dios que salva a todos los hombres.
1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol
del Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo
nuestra esperanza.
2 Tm 1, 9: Él nos salvó y llamó
con una vocación santa, no por mérito de obras nuestras, sino por su designio y
gracia, que se nos concede desde la eternidad en nombre de Jesús.
Ef 5, 26: Para limpiarla con el
baño del agua y la palabra, y consagrarla.
Jn 3, 3: Jesús le respondió: Te
aseguro que, si uno no nace de nuevo, no puede ver el reinado de Dios.
Jn 3, 5: Le contestó Jesús: Te
aseguro que, si uno no nace de agua y Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios.
Jn 3, 8: El viento sopla hacia
donde quiere: oyes su rumor, pero no sabes de donde viene ni adónde va. Así
sucede con el que ha nacido del Espíritu.
La renovación operada por
el Espíritu Santo.
Rm 6, 4: Por el bautismo nos
sepultamos con él en la muerte, para vivir una vida nueva, lo mismo que Cristo
resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre.
Rm 5, 5: Y la esperanza no
defrauda, porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón con el don del
Espíritu Santo.
Rm 7, 6: Pero ahora,
emancipados de la ley, al morir para el que nos tenía presos, servimos con un
espíritu nuevo, no según un código caduco.
Ef 4, 23: Renovaos en espíritu
y mentalidad.
Justificados por su
gracia.
1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol de
Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo nuestra
esperanza.
Rm 3, 24: Pero son absueltos
sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.
Rm 8, 17: Si somos hijos,
también somos herederos: herederos de Dios, coherederos con Cristo; si
compartimos su pasión, compartiremos su gloria.
Rm 8, 24: Con esta esperanza
nos han salvado. Una esperanza que ya se ve, no es esperanza; pues, si ya no lo
ve uno, ¿a qué esperarlo?
Notas
exegéticas.
2 11 La gracia, misericordia eficaz
de Dios y su bondad, su amor de os hombres se han “manifestado”, como preludio
de “la Manifestación”. De nuevo dos exposiciones muy densas de la obra de
salvación, de sus efectos y exigencias. La liturgia de la Navidad utiliza estos
dos pasajes.
2 13 Clara afirmación de la divinidad
de Cristo; al “Salvador” también se le llama el “gran Dios”.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 3, 15-16.21-22.
En aquel tiempo, el
pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si
no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
-Yo os bautizo con
agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la
correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Y sucedió que, cuando
todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba,
se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal
semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
-Tú eres mi Hijo, el
amado, en ti me complazco.
Textos
paralelos.
Como la gente andaba
expectante.
Jn 1, 19-20: Este es
el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron desde Jerusalén sacerdotes
y levitas a preguntarle quien era. Él confesó sin reticencias, confesó que no
era el Mesías.
Jn 3, 28: Esto
sucedía en Betania, junto al Jordán, donde Juan Bautizaba.
Hch 13, 25: Hacia el
fin de su carrera mortal dijo: No soy el que pensáis; detrás de mí viene uno al
que no tengo derecho a quitarle las sandalias de los pies.
Jn 1, 26-27: Juan
respondió: Yo bautizo con agua. Entre vosotros está uno que no conocéis, que
viene detrás de mí; y yo no soy quien para soltarle la correa de la sandalia.
Esto sucedía en Betania, junto al Jordán, donde Juan bautizaba.
Jn 1, 33: Yo no lo
conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que
veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
Mc 1, 9-11 |
Mt 3, 13-17 |
Lc 3, 21-22 |
Por entonces vino
Jesús de Nazaret de Galilea y se hizo bautizar
por Juan en el Jordán. En cuanto salió
del agua, vio el cielo abierto y al Espíritu bajando sobre él, como una
paloma. Se oyó una voz del cielo: -Tú eres mi Hijo querido,
mi predilecto. |
Por entonces fue Jesús
desde Galilea al Jordán y se presentó a
Juan para que lo bautizara. Juan se lo impedía
diciendo: -Soy yo quien
necesito que me bautices tú, ¿y tú acudes a mí? Jesús le
respondió: -Ahora cede, pues
de este modo conviene que realicemos la justicia plena. Ante esto acaeció.
Jesús se bautizó: salió del agua y
al punto se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una
paloma y se posaba sobre él; se oyó una voz del cielo que decía: -Este es mi Hijo
querido, mi predilecto. |
Mientras todo el
pueblo se bautizaba, también Jesús se bautizó; y mientras oraba,
se abrió el cielo, bajó sobre él el Espíritu Santo en figura corpórea de
paloma y se oyó una voz del cielo: -Tú eres mi hijo
querido, mi predilecto. |
Cuando se abrió el
cielo.
Jn 1, 32-34: Juan
dio este testimonio: Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una
paloma y se posaba sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar
em había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que
ha de bautizar con Espíritu Santo. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo
de Dios.
Tú eres mi hijo, hoy
te he engendrado.
Sal 2, 7: Voy a
recitar el decreto del Señor: Me ha dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado
hoy.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
3 15
O “el
Mesías”, es decir, el Ungido (de Dios): el griego christos equivale al hebreo:
masîah (ungido). Los judíos conferían a este título un sentido nacional
y político (lo mismo en 22, 67). La traducción “Cristo” refleja la novedad
cristiana del título.
3 16
(a) Gesto
de esclavo que un judío de entonces no podía exigir a un siervo compatriota,
pues también este formaba parte del pueblo elegido.
3 16
(b) Aquí,
como en Hch 1, 5, Lucas opone el bautismo de agua (o “con agua), practicado por
Juan Bautista, al bautismo “en Espíritu Santo”, que será inaugurado en
Pentecostés. Esto hace pensar que, en Lc, la preposición “en” no debería traducirse
“con”, pues el Espíritu no es un instrumento, sino una presencia activa. – En
estas palabras, Lc percibe probablemente un anuncio de Pentecostés; en efecto,
narrará la venida del Espíritu en forma de lenguas de fuego. Para Lc
significaría la acción purificadora del Espíritu.
3 21
(a) Al
recibir el bautismo de Juan, Jesús entra a formar parte del movimiento de conversión
de su pueblo. Con ocasión de este hecho público, recibe una misteriosa
revelación que será el punto de partida de su predicación, como lo fue para los
profetas su vocación: es el profeta sobre el que reposa el Espíritu, el Hijo de
Dios, el Mesías anunciado en el AT.
3
21(b) La oración de Jesús es un tema predilecto de Lucas.
3,
22 Variante:
“Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”, sospechosa de armonización con Mt
y Mc. La literalidad probablemente original de la voz del cielo en Lucas no
hace referencia a Is 42 como en Mt y Mc, sino al Sal 2, 7; más bien que
reconocer en Jesús al “Siervo”, le presenta como el Rey-Mesías del Salmo,
entronizado en el Bautismo para establecer el Reino de Dios en el mundo.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
15 EN SU INTERIOR: lit.
en los corazones de ellos.
21-22
En
la narración del bautismo, a Lc le ha llamado la atención un dato: la oración
de Jesús, hecho que se repetirá en todos los grandes acontecimientos de su vida
terrena. // EN FIGURA CORPORAL. Mt 3, 16: COMO desciende, suavemente, UNA
PALOMA (Lc 3, 22 amplifica con más realismo); esa paloma, ¿simbolizaba a Israel
(escritos rabínicos?, ¿al Espíritu divino, que actúa en la “nueva creación”
(cf. Gn 1, 2). // TÚ ERES… ME COMPLAZCO: Mc 1, 11: lit. tú eres el hijo de
mí, el (hijo) querido. “El hijo querido” equivale a “el únicamente querido”,
e.d., “el hijo único”. De este apelativo no está ausente, ni siquiera en esta
ocasión, un trasfondo de sacrificio y de muerte; el sacrificio de Isaac – “el
hijo querido” –, que tanto influyó en la literatura rabínica, posiblemente
tiene algo que ver con estas palabras. EN TI ME COMPLAZO: el tiempo verbal
griego es aoristo, a modo de perfecto estativo hebreo: “Me agradé en ti y mi
agrado permanece, por eso te elegí”.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
3,
16 Juan
aclaró que él no era el Mesías, que tendría la capacidad divina para perdonar
los pecados. Señaló también que su propio bautismo era simbólico y, por tanto,
prefiguraba el bautismo instituido por Cristo, que implicaría la gracia
santificadora del Espíritu Santo. Cat. 696.
3,
21-22 El bautismo de Cristo confirmó su divinidad y reveló explícitamente por
primera vez las tres personas de la Trinidad. También inauguró la
reconciliación de Dios con la humanidad ya que su bautismo demostró que él se
identificaba con la humanidad pecadora aunque él no tuviera pecado. Cristo,
aunque sin pecado, tomaría sobre sí los pecados del mundo para nuestra
salvación. La venida del Espíritu Santo sobre Cristo es significativa, ya que
la misión del Hijo y del Espíritu se conjugan siempre. En este pasaje vemos
otro detalle que Lucas muestra a menudo: Cristo oraba frecuentemente para
prepararse ante las decisiones importantes y los acontecimientos de su misión.
Cat. 535-536, 608, 743, 2600.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
696,
535-536,
608, 743, 2600.
696 El fuego. Mientras que el
agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo,
el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo.
El profeta Elías que “surgió (…) como el fuego y cuya palabra abrasaba como
antorcha (Si 48, 1), con su oración atrajo el fuego del cielo sobre el
sacrificio del monte Carmelo, figura del fuego del Espíritu Santo que
transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y
el poder de Elías” (Lc 1, 17), anuncia a Cristo como el que “bautizará en el
Espíritu Santo y el fuego” (Lc 3, 17), Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido
a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido”
(Lc 12, 49). En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre
los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él. La tradición espiritual
conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la
acción del Espíritu Santo. “No extingáis el Espíritu” (1 Ts 5, 19).
535 El comienzo de la
vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba “un
bautismo para el perdón de los pecados” (Lc 3, 3). Una multitud de pecadores,
publicanos y soldados, fariseos y saduceos y prostitutas viene a hacerse
bautizar por él. “Entonces aparece Jesús”. El bautista duda, Jesús insiste y
recibe el bautismo. Entonces el Espíritu Santo, en forma de paloma, viene sobre
Jesús, y la voz del cielo proclama que él es “mi Hijo amado” (Mt 3, 13-17). Es
la manifestación (“Epifanía” de Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios.
536 El bautismo de Jesús
es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo
doliente. Se deja contar entre los pecadores: es ya “el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29); anticipa ya “el bautismo” de su muerte sangrienta.
Viene ya a cumplir la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte
para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del
Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en
plenitud desde su concepción viene a “posarse” sobre él. De él manará este
Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, “se abrieron los cielos” (Mt 3,
16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el
descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación.
608 Juan Bautista,
después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores, vio y señaló
a Jesús como el “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Manifestó
así que Jesús es a la vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al
matadero y carga con el pecado de las multitudes, y el cordero pascual símbolo
de la redención de Israel cuando celebró la primera Pascua. Toda la vida de
Cristo expresa su misión: “Servir y dar su vida en rescate por muchos”.
743 Desde el comienzo y
hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre
a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.
2600
El
Evangelio según san Lucas subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de
la oración en el ministerio de Cristo. Jesús ora antes de los momentos
decisivos de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo
(Lc 3, 21),…
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
3, 1-20 Juan es introducido con la
fórmula profética tradicional: denuncia pecados y propone enmiendas
específicas. Pero es un profeta único: no uno en la serie anunciada (Dt 18, 5),
sino anunciado por Isaías 40, 3-5. A los que acuden Juan no les pide que se
aparten del mundo, sino que cumplan con justicia su respectivo oficio: no
abusar, no extorsionar, compartir. Además de profeta Juan es heraldo de buenas
noticias (cf. Is 40, 9), por sus últimas palabras, anunciando la proximidad del
Mesías.
3, 21-22 Jesús recibe el doble testimonio
del Espíritu y del Padre. Testimonio, por autoridad y contenido, muy superior
al del Bautista. El Espíritu se manifiesta en imagen (la paloma del arca Gn 8,
12 o el amor Cantar de los cantares 2, 10), el Padre es la voz (Jn 12, 28.30).
El testimonio del Padre sobre el Hijo ha de orientar e iluminar la entera
narración que sigue.
Comentarios
de los Santos Padres.
Si Juan no hubiera
sido para consigo mismo como un valle, no habría estado lleno de gracia; y así,
para manifestar lo que era, dijo: “Detrás de mí viene el que es más fuerte que
yo, a quien no soy digno de desatar la correa de su calzado” (Mc 1, 7).
Gregorio Magno, Homilías
sobre los Evangelios, 1, 20, 4. III, pg. 115.
Nuevamente ofrece
otro argumento, diciendo: “En verdad, yo os bautizo con agua, pero Él os
bautizará en el Espíritu Santo”. Este es el mayor argumento para convencer y
probar que Jesús es Dios y Señor. En efecto, es propio de la sustancia única
que se encuentra por encima de todas las cosas el poder infundir el Espíritu en
los hombres y hacer que participen de la naturaleza divina a los que se acercan
a ella. Ahora bien esto se encuentra en Cristo, no como algo que ha recibido o
se le ha comunicado, sino como algo propio que pertenece a su misma sustancia.
Realmente bautiza en el Espíritu Santo.
Cirilo de Alejandría,
Comentario al Ev. de Lucas, 3, 10. III, pg. 115.
Descendió el
Espíritu Santo sobre el Salvador en forma de paloma, que es el ave de la
dulzura, símbolo de la inocencia y de la sencillez. También a nosotros se nos
ha mandado imitar “la inocencia de las palomas” (Mt 10, 16). Así es el Espíritu
Santo: puro, veloz, que se eleva a las alturas.
Orígenes, Homilías
sobre el Ev. de Lucas, 27, 5. III, pg. 118.
Para que aprendamos
el poder mismo del santo bautismo, y cuánto ganamos al aproximarnos a semejante
gracia, él mismo comienza bautizándose, y una vez bautizado, ruega para que tú,
querido, aprendas que la oración continua es lo más adecuado para los que han
sido considerados dignos del santo bautismo una vez.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 3, 21. III, pg. 119.
Si deseas el testimonio
del Padre, lo has oído de Juan: ten confianza en aquel a quien Cristo se ha
confiado para ser bautizado, ante el cual el Padre ha acreditado al Hijo con su
voz venida del cielo.
Ambrosio, Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 2, 94. III, pg. 120.
San Agustín
Si vino a mostrarnos el camino de la humildad y a hacerse él mismo ese
camino, era necesario que practicase la humildad en toda circunstancia de su
vida. Así él quiso otorgar autoridad a su bautismo, para que nosotros, sus
siervos, comprendiésemos con cuánta ansia se debe correr al bautismo del Señor,
si él no tuvo a menos recibirlo de manos de un siervo suyo. (…) El bautismo
vale tanto como vale aquel en cuyo nombre se confiere, y no tanto cuanto vale
quien, como ministro, lo otorga. Era un bautismo santo, porque era conferido
por un santo, pero siempre hombre; aunque un hombre que había recibido del
Señor la gracia extraordinaria de preceder al juez, indicarlo con el dedo,
cumpliendo así la profecía: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Preparad
el camino del Señor (Jn 1, 23). El bautismo del Señor, en cambio valía tanto
cuanto el Señor: era, por tanto, un bautismo divino, porque el Señor es Dios.
Comentario sobre el evangelio de San Juan, 5, 3-6. I, pg. 232 y 234.
San Juan de Ávila
Como dice San Agustín, que, como Cristo solo descendió del cielo, solo Cristo sube al cielo (Sermón 91). Y conforme a esta sentencia, dice San
Mateo que siendo Cristo baptizado le fueron abiertos los cielos (Mt 3, 16).
En la infraoctava del Corpus, OC III, pg. 697.
Acordarse de Cristo, mirando qué obró en la tierra del Jordán, donde fue bautizado para nuestro provecho y le fueron abiertos los
cielos (Mt 3,
16), no para Él, que abiertos le estaban, mas para nosotros, a quien por Adán
estaban cerrados. Y porque se nos abrieron por Cristo, dice el Evangelio que le
fueron los cielos abiertos, porque aquél se dice hecha una merced por cuyo amor
se hace, aunque él no llevase parte de ella. Pues mirando… A quien mira que por
Cristo le son los cielos abiertos y que por el santo bautismo es tomado por
hijo de Dios, osa esperar como hijo la herencia del cielo viviendo en
obediencia de los mandatos de Dios.
A un señor de estos reinos, OC IV, pg. 92.
Mas mirad, que cuan grandes fueron estas mercedes, así fue grande la
tribulación que tras ellas el Señor envió, cuya costumbre es enviar hiel
después de la miel y probar a sus amigos tentándolos, como hizo a Abraham (cf.
Gn 22). Del Señor leemos que en su santo baptismo fue declarado por la voz
celestial por Hijo
carísimo del
Eterno Padre (Mt 3, 17), mas tras este favor se siguió ser llevado al desierto a ser
tentado por el enemigo (Mt 4, 1). No se engañe nadie ni se detenga por seguro porque sea
recreado del Señor con mercedes y consolaciones, ahora sean espirituales, ahora
corporales. Menester es entender muy bien este negocio; y por no lo haber hecho
así, han venido desastres no pequeños a muchos que, holgándose con lo próspero,
dijeron lo que David: Yo dije en mi abundancia: no seré movido para siempre (Sal 29, 7).
San Oscar Romero.
Que cada salvadoreño haga honor, no solamente a su compromiso político,
concreto, sino a su compromiso de cristiano para que sea de verdad, desde la
fuerza salvadora de Cristo, un elemento vivo en la salvación de su propio país.
Homilía 13 enero 1980.
Comentario Homilética.
-Estructura:
Vv. 15-16: dudas
del pueblo y declaración de Juan.
Vv. 21-22: Jesús
(bautismo, oración, apertura del cielo, descenso del Espíritu Santo, voz de
Dios).
MISA DE NIÑOS. BAUTISMO DEL SEÑOR.
Monición de entrada.
Buenos días:
Hace unos días vinieron los Reyes Magos a nuestro pueblo.
Y nos acordamos de la visita que hicieron a Jesús.
Este domingo vamos a acordarnos de cuando Jesús se bautizó.
Él lo hizo siendo mayor, no como nosotros que nos bautizamos cuando somos
niños.
Y en su bautismo veremos que pasaron unas cosas muy grandes.
Estemos atentos a la misa y pongamos el corazón muy cerca de Jesús.
Señor, ten piedad.
Tú que fuiste bautizado por Juan. Señor,
ten piedad.
Tú que recibiste el Espíritu Santo. Cristo, ten piedad.
Tú que eres el Hijo más querido de Dios Padre. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que siempre se sienta querido por ti. Te lo pedimos
Señor.
-Por las personas que hemos sido bautizadas, para que hagamos el bien a nuestra
familia, amigos y todos los que nos piden ayuda. Te lo pedimos Señor.
-Por los padres cristianos, para que ayuden a sus hijos a conocerte. Te lo
pedimos, Señor.
-Por las personas que sufren, para que te abran las puertas del corazón Te lo
pedimos, Señor.
-Por nosotros, para que seamos como Jesús. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
Virgen María. Gracias por hablarle
a Jesús de Dios. Porque así le ayudaste a buscar a su Padre, Dios, y escucharle
en el bautismo.
MISA DE NIÑOS. II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO.
Monición de entrada.
Buenos días:
Ya ha pasado la Navidad, han venido a nuestro pueblo los Reyes Magos y se
han terminado las vacaciones.
Además ya no estamos en el tiempo de Navidad, sino en el tiempo Ordinario.
Por eso el sacerdote ha cambiado el color blanco de la estola y casulla por
el verde.
Y en el Evangelio nos contará que Jesús y su madre María fueron a una boda.
Allí convirtió el agua en vino.
Y aquí en misa Jesús nos invita también a una boda.
No convierte el agua en vino sino que hace un milagro más grande.
Convierte el pan en su cuerpo y el vino en su sangre.
Que esta fiesta nos llene de alegría y paz.
Señor, ten piedad.
Porque a veces no nos preocupamos de los demás. Señor, ten piedad.
Porque a veces no ayudamos a los amigos que nos piden ayuda. Cristo, ten piedad.
Porque a veces pasamos cuando algún compañero está pasándolo mal. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que le ayudes a seguir haciéndonos felices. Te
lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que escuche a las personas que la necesitan. Te lo pedimos
Señor.
-Por los cristianos para que nos queramos y estemos unidos. Te lo pedimos,
Señor.
-Por las personas que están enfermas, para que tengan personas que les
cuiden Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros, invitados a la fiesta de Jesús, para que consolemos a las
personas que están tristes. Te lo pedimos,
Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. BAUTISMO DEL SEÑOR.
EXPERIENCIA.
Realiza la señal de la
cruz en la frente, los labios y el corazón.
Toca tu cabeza con las
dos manos. Acaríciala, descansa en las manos la cabeza.
Traza la señal de la
cruz en la crisma, la parte superior de la cabeza.
Piensa en el cerebro, ese
bosque de millones de neuronas, donde se halla la conciencia de ti mismo, tus
recuerdos, tus deseos, ilusiones, fracasos, la capacidad para percibir el mundo
exterior y sentirte único y diferente, para organizar tu organismo, el motor
que mueve todos los órganos.
Entra en internet y mira
este vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=tgyaU5IHXRs
¿Las personas que nos
muestra en qué se parecen a tu vida?
Trata de reproducirlo
pero con imágenes de tu vida.
REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 3, 15-16.21-22.
En aquel tiempo, el
pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si
no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
-Yo os bautizo con
agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la
correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Y sucedió que, cuando
todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba,
se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal
semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
-Tú eres mi Hijo, el
amado, en ti me complazco.
Pide a Dios la gracia del Espíritu Santo para que te conceda
escuchar interiormente la voz del cielo.
Imagina la escena: el río Jordán, las gentes, el Bautista, Jesús sumergido
por Juan en las aguas, surgiendo de estas, sus gestos en silencio, orando, los
cielos abiertos, la paloma, la voz.
¿De qué trata el evangelio de este domingo? ¿en cuántas partes se divide?,
¿cuáles son los verbos que van vertebrando el fragmento?
Repite las palabras del Padre de forma repetitiva y pausada
durante unos minutos. ¿Qué te dice?
Tu vida también está enmarcada por rostros, miradas, caminos,
ilusiones, cargas, preocupaciones, afanes, mensajes, trabajos y proyectos.
Todo esto tiene un hilo que impide termines desparramado y
desvertebrado: es la vida de un hijo de Dios a quien Él Siempre Ama.
COMPROMISO.
Durante los próximos días mira a las personas
que caminan contigo con sus heridas interiores y exteriores, grandezas y miserias,
como hijos de Dios. Cuando te surja un pensamiento crítico hacia alguien, detén
la espiral y repite esta frase, como si proviniese de Dios: ya, pero es mi hijo.
CELEBRACIÓN.
Si te es posible acércate a la iglesia
parroquial donde fuiste bautizado, busca la pila bautismal y dale gracias a
Dios por este sacramento que te abrió las puertas a los otros, reza por el
sacerdote o diácono que te bautizo, tus padres y padrinos, tu familia. Si no es
posible busca la pila en una iglesia y reza recordando el bautismo y
agradeciéndole a Dios haberte tomado como hijo.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.
Homilética. Sal Terrae. Noel Quesson. 50 salmos para todos los
días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.http://www.quierover.org
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