Lectura
del libro de Isaías 58, 7-10.
Esto dice el Señor:
-Parte tu pan con los hambrientos, hospeda a los pobres sin techo,
cubre a quien ves desnudo y no te desentiendas de los tuyos. Entonces surgirá
tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la
justicia, detrás de ti la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor y te
responderá; pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”. Cuando alejes de ti la
opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo
tuyo y sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad
como el mediodía.
Comentario.
-El
ayuno que agrada a Yahvé:
Ayuno:
Ritual
por medio del cual se expresaba el duelo por la muerte de una persona o por una
desgracia nacional.
Yahvé
propone otro medio para superar las crisis:
La
práctica de la compasión:
El pueblo brillará con luz propia y abandonará la oscuridad.
Sanación de las propias heridas.
Dirigir la mirada a las necesidades ajenas / las propias.
Salmo responsorial
Sal 110 (111)
El
justo brilla en las tinieblas como una luz. R/.
En
las tinieblas brilla como una luz
el
que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso
el que se apiada y presta,
y
administra rectamente sus asuntos. R/.
Porque
jamás vacilará.
El
recuerdo del justo será perpetuo.
No
temerá las malas noticias,
su
corazón está firme en el Señor. R/.
Su
corazón está seguro, sin temor.
Reparte
limosna a los pobres;
su
caridad dura por siempre
y
alzará la frente con dignidad. R/.
Notas exegéticas.
Este salmo hacía parte de las ceremonias en que Israel renovaba su
Alianza con Dios. Dos veces al año, el día de Pascua y el día de la Fiesta de
los Tabernáculos, Israel se comprometía, una vez más a ser fiel a Dios y a su
Ley... Una especie de "profesión de fe". Difícilmente podemos
imaginarnos en nuestro mundo actual el clima de inseguridad en que vivían los
antiguos pueblos. Las relaciones de "Alianza" de los pueblos débiles
con sus vecinos poderosos eran entonces cuestiones de vida o muerte. Todas las
relaciones inter-ciudades o inter-pueblos estaban regidas por un conjunto
complejo de lazos de soberanía y de vasallaje en que el "pequeño" se
sometía al más "fuerte" a cambio de la protección que éste le
prometía. Los tratados de "Alianzas" hititas son muy conocidos en la
historia. Sobre este modelo Israel concibió sus relaciones con Dios.
La realidad de la Alianza tenía entonces una extraordinaria carga
de afectividad y seguridad: admirable pensar (¡qué audacia!) que el
Todopoderoso se haya aliado "por amor" con el pueblo de Israel. ¡Qué
responsabilidad también! El Dios con quien se hacía la Alianza no era un
cualquiera, sino el Dios de la vida, el creador de la naturaleza y del hombre,
cuyas "Leyes" se debían respetar. Tal es el tema de este salmo 111
anunciado desde los dos primeros versos: "¡Aleluya! ¡Bienaventurado el que
teme al Señor y se deleita en su voluntad!". Hay que admirar el hecho de
que la Ley se resume prácticamente en estos dos amores esenciales: "Amarás
al Señor tu Dios... y a tu prójimo...".
Segunda
lectura.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 1-5.
Yo mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio
de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre
vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado.
También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi
predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y
el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los
hombres, sino en el poder de Dios.
Palabra de Dios.
Comentario.
-Principio de la cruz:
Aplicado a los miembros de la
comunidad y las relaciones intracomunitarias.
Dios valora lo que el mundo
desprecia:
La crucifixión.
-Fundamento de la autoridad de
Pablo:
Puntos débiles de Pablo.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Mateo 5, 13-16.
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
-Vosotros sois la
sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve
más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del
mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se
enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a todos los de la casa. Brille así vuestra luz ante los
hombres, para que vena vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que
está en los cielos.
Textos
paralelos.
Mc 9, 50; 4, 21 |
Mt 5, 13.15 |
Lc 14, 34-35; 8, 16 |
Buena es la sal;
pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre
vosotros y vivid en paz unos con otros. Les decía: -¿Se trae la
lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para
ponerla en el candelero? |
Vosotros sois la
sal de la tierra. Pero si la sal se
vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sierve más que para tirarla fuera y que
la pise la gente. Vosotros sois la
luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto del monte. Tampoco se
enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a todos los de la casa. |
La sal es buena,
pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve ni para el campo
ni para el estercolero, se tira afuera. El que tenga oídos
para oír, que oiga. Nadie que ha
encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama,
sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz. |
Vosotros sois la sal de la
tierra.
Lv 2, 13: Toda oblación la
sazonarás con sal; no permitirás que falte nunca la sal de la alianza de tu
Dios en ninguna de tus oblaciones; todas tus ofrendas llevarán sal.
Nm 18, 19: Es una alianza de sal,
para siempre, delante del Señor, para ti y tu descendencia.
Col 4, 6: Vuestra conversación
sea siempre agradable con su pizca de sal, sabiendo cómo tratar a cada uno.
Vosotros sois la luz del mundo.
Jn 8, 12: Jesús les habló de
nuevo diciendo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
Una ciudad en la cima del monte
Is 2, 2: En los días futuros estará
firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado
que las colinas. Hacía él confluirán las naciones.
Debajo del celemín.
Lc 11, 33: Nadie enciende una
lámpara y la pone en un lugar oculto o debajo del celemín, sino sobre el
candelero, para que los que entran vean la luz.
Vean vuestras buenas obras.
Jn 3, 21: En cambio, el que obra
la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según
Dios.
Jn 15, 8: Con esto recibe gloria
mi Padre, con que deis fruto abundante, así seréis discípulos míos.
Alaben a vuestro Padre.
1 Co 10, 31: Así pues, ya comáis,
ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén.
5 13
La
sal proporciona sabor a los alimentos (Jb 6, 6) y tiene la propiedad de
conservarlos (Ba 6, 27). De ahí que pueda significar el valor duradero de un
contrato como una “alianza de sal·; pacto perpetuo (2 Cro 13, 5). Mt interpreta
la palabra de Jesús afirmando que el creyente debe conservar y “dar sabor” al
mundo de los hermanos en su alianza con Dios. De lo contrario no sirve para
nada y los discípulos merecerán “ser tirados afuera”.
Jb 6, 6: ¿Come
alguien lo insípido sin sal o saca gusto al jugo de malva?
Ba 6, 27: Los
sacerdotes venden en provecho propio la carne de las víctimas sacrificadas; sus
mujeres, en lugar de repartirla a los pobres y enfermos, la salan para
conservarla.
2 Cro 13, 5: ¿A caso
no sabéis que Yahvé, Dios de Israel, dio el reino de Israel para siempre a
David y a sus descendientes, con pacto de sal?
5 15
En
la antigüedad, el celemín era un pequeño mueble de tres o cuatro patas. Solo se
trataría aquí, pues, de esconder la lámpara debajo de este mueblo, algo así
como debajo del lecho de Mc 4, 21p, no de apagarla cubriéndola con un celemín
moderno. Hoy diríamos tal vez “debajo del arca” (ese mueblo que suele haber en
las casas de pueblo”.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
13-16
Cf.
LG 34 y 36 sobre los cristianos en el mundo. // LA verdadera SAL..., LA verdadera
Luz (TÍTULO QUE Jesús se da a sí mismo en Jn 8, 12 y 9, 5). La sal y la luz
se aplicaban metafóricamente al antiguo Israel y a la Ley. Comparado este texto
con el paralelo de Mc, se entiende en línea del renunciamiento (la sal era
imprescindible en los sacrificios antiguos: cf. Lv 2, 13); e.d., siendo el pobre,
manso, misericordioso, etc. de las bienaventuranzas, el discípulo de Jesús
será LA SAL DE LA TIERRA. O dicho a la inversa, con las palabras de Orígenes: “·Si
yo creo en mi Señor Jesucristo, él me transformará en sal”. // SI... LA SAL SE
VOLVIERA INSÍPIDA: más exactamente: si se hiciere (la condición está formulada
en el texto griego como posible) loca, e.d., si se vuelve inservible. //
SE DARÁ SABOR: el texto griego de Mt y de Lc no habla de salar o sazonar la
sal, sino la comida. // PARA SER ECHADA AFUERA...: LIT, tirada fuera sea
pisoteada por los hombres.
15 EL CELEMÍN (el
griego módios es un latinismo: modius): medida de capacidad para
áridos; aquí no se alude al contenido (casi nueve litros), sino al recipiente
(una especie de artesa pequeña). // PARA QUE ILUMINE, o: y de esta manera
ilumina. El seguidor de Jesús “ha de ser vela encendida que a todos
resplandece y solo para si arde a sí [mismo] se gasta y a los demás alumbra”
(Quevedo).
16 VEAN... Y
GLORIFIQUEN: glorificar a Dios es reconocerlo como el Dios verdadero, que actúa
en quienes viven según el espíritu de las bienaventuranzas (cf. Ef 5, 8-9 y 1
Pe 2, 12). La gloria, el resplandor que reviste cualquier intervención divina
entre los hombres (“todo lo que es iluminado se convierte en luz”: Ef 5, 14),
es signo de su presencia activa en los cristianos y provoca en los paganos de
buena voluntad admiración y reconocimiento de la santidad divina. “Los buenos,
entre los malos, con su vida y obras predican más que los que predican en los púlpitos,
pues más es obrar que hablar “ (san Francisco Javier).
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
5,
13-16 Sal de la tierra... luz del mundo: estos elementos describen la
misión divina. La sal da sabor a los alimentos y los preserva de la
putrefacción. El papel de un cristiano en el mundo es sacar como la sal, el mejor
sabor de los prójimos, conduciéndolos hacia Cristo. Mediante su testimonio
personal, los fieles se convierten en el esplendor del cielo. La luz de las
velas en el bautismo nos recuerda al cristiano nuevo, después de haber sido
iluminado por Cristo, para ser luz del mundo. Cat. 1243, 2044 y 2821.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
1243 La vestidura blanca simboliza
que el bautizado se ha “revestido de Cristo”: ha resucitado con Cristo. El cirio
que se enciende es el Cirio Pascual, significa que Cristo ha iluminado al
neófito. En Cristo, los bautizados son “la luz del mundo” (Mt 5, 14).
2044 La fidelidad de los bautizados es
una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de
la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de
verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autentificado por
el testimonio de vida de los cristianos. “El mismo testimonio de la vida
cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces
para atraer a los hombres a la fe y a Dios” (Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam
Actuositatem, 6).
Concilio Vaticano II
Cristo, habiéndose hecho obediente hasta la muerte y
habiendo sido por ello exaltado por el Padre (Flp 2, 8-9), entró en la gloria
de su reino. A Él están sometidas todas las cosas, hasta que Él se someta a sí
mismo y todo lo creado al Padre, a fin de que Dios sea todo en todas las cosas
(cf. 1 Co 15, 27-28). Este poder lo comunicó a sus discípulos, para que también
ellos queden constituidos en soberana libertad y por su abnegación y santa vida
venzan en sí mismos el reino del pecado (cf. Rm 6, 12). Más aún, para que,
sirviendo a Cristo también en los demás, conduzcan en humildad y paciencia a
sus hermanos al rey, cuyo servicio equivale también a reinar. También por medio
de los fieles laicos el Señor desea dilatar su reino: reino de verdad y de
vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz
(Misal Romano, del prefacio de la fiesta de Cristo Rey). Un reino en el cual la
misma creación será liberada de la servidumbre de la corrupción para participar
la libertad de la gloria de los hijos de Dios (cf. Rm 8, 21).
Incluso en las ocupaciones seculares deben ayudarse
mutuamente a una vida mas santa, de tal manera que el mundo se impregne del
Espíritu de Cristo y alcance su fin con mayor eficacia en la justicia, en la
caridad y en la paz.
Coordinen los laicos sus fuerzas para sanear las
estructuras y los ambientes del mundo cuando inciten al pecado, de manera que
todas estas cosas sean conformes a las normas de la justicia y más bien
favorezcan que obstaculicen la práctica de las virtudes. Obrando de este modo,
impregnarán de valor moral la cultura y las realizaciones humanas. Con este proceder
simultáneamente se prepara mejor el campo del mundo para la siembra de la
palabra divina, y a la Iglesia se le abren más de par en par las puertas por las
que introducir en el mundo el mensaje de la paz.
Conforme lo exige la misma economía de la salvación,
los fieles aprendan a distinguir con cuidado los derechos y deberes que les
conciernen por su pertenencia a la Iglesia y los que les competen en cuanto
miembros de la sociedad humana. Esfuércense en conciliarlos entre sí, teniendo
presente que en cualquier asunto temporal debe guiarse por la conciencia
cristiana, do que ninguna actividad humana, ni siquiera en el dominio temporal,
puede substraerse al imperio de Dios.
Lumen gentium, 36
San Agustín
Quien obra por Cristo y según Cristo, para no ser
alabado más que en Cristo, es un candelero. Alumbre a todos, vean algo que
imitar; no sean perezosos ni áridos; les es útil el ver; no sean videntes con
los ojos y ciegos en el corazón.
El Señor no mandó que se ocultasen las buenas obras,
sino que no se pensase en la alabanza humana al realizarla. [...] Que no
esperen ninguna otra recompensa ni deseen ningún otro bien superior y
celestial. Si lo hacen solo para ser alabados, caen bajo la prohibición del
Señor: Guardaos de realizar. ¿Cómo? Para ser vistos por ellos. Guardaos
de realizar este fruto: els er bustos por los hombres.
Una cosa es buscar tu propia alabanza y otra buscar
en el bien obrar la alabanza de Dios. Cuando buscas tu alabanza, te has quedado
en la mirada de los hombres; cuando buscas la alabanza de Dios, has adquirido
la gloria eterna. Obremos así, no para ser vistos por los hombres; es decir,
obremos de tal manera que no busquemos la recompensa de la mirada humana. Al
contrario, obremos de tal manera que busquemos la gloria de Dios en quienes nos
vena y nos imiten, y caigamos en la cuenta que si él no nos hubiera hecho así,
nada seríamos.
Sermón 338.
Los Santos Padres.
Creo que como la sal preserva la carne de corromperse en mal olor y
gusanos y hace que sea utilizable por más tiempo, y si no, no duraría, de la
misma manera los discípulos de Cristo sostienen este mundo y vencen sobre el
mal olor de los pecados que proceden de la idolatría y la fornicación.
Orígenes, Fragmentos sobre el Ev. de Mateo, 91. 1a, pg. 145.
Llama sal a la prudencia, de la que está llena la palabra evangélica, que
una vez sembrada en nuestras almas establece en nosotros la palabra de la sabiduría
y que por su sabor agradable y su gracia se le parece. Por eso, del mismo modo que sin sal no es
comestible ni el pan ni el pescado, de igual modo sin la inteligencia de la
instrucción apostólica toda alma es sosa, insulsa y no grata ante Dios.
Cirilo de Alejandría, Fragmentos sobre el Ev. de Mateo, 41. 1a, pg.
146.
El Señor les hizo ver que toda la humana naturaleza estaba insípida y
totalmente podrida por sus pecados. De ahí justamente que de ellos exija
aquellas virtudes que señaladamente son necesarias y útiles para el aprovechamiento
de los otros.
Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo, 15, 6. 1a, pg.
146.
El que es manso, modesto, misericordioso y justo no encierra para sí solo
estas virtudes, sino que hace que estas bellas fuentes se derramen también copiosamente
para provecho de los demás. Del mismo modo el limpio de corazón, el pacífico y
el que es perseguido por causa de la verdad dispone también su vida para
utilidad común.
Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo, 15, 6. 1a, pg.
146.
San Juan de Ávila
Muy lejos, padres, estamos de aquella santidad que
nuestro oficio demanda; y si esto no cognocemos, ciegos estamos. Más limpios y resplandecientes
hemos de ser, dice San Crisóstomo, que los rayos del sol. Luz
del mundo y sal de la tierra nos llama Cristo (Mt 5, 13-14): lo primero, porque
el sacerdote es un espejo y una luz en al cual se han de mirar los del pueblo
y, viéndola, cognozcan las tinieblas que en ellos andan y remuerda en su
corazón diciendo: “¿Por qué no soy yo bueno como aquel sacerdote?”. Y llámanse sal, porque han de estar
convertidos en sabrosísimo gusto de Dios: tanto, que el que los tocare con la
habla y conversación, por derramado que esté y degustado de las cosas de Dios,
cobre el gusto de ellas y pierda el gusto de las cosas malas.
Plática a sacerdotes. I, pg. 791.
Si está un lego cristiano en pecado, ha de ser el
eclesiástico tantos rayos de luz, que alumbre las tinieblas de aquel cristiano
que está en pecado; que si le viere su buena vida, le dé tanta confusión que
diga: “¿Cómo aquel hombre, como yo, vive tan bien y yo tan mal?”. Que atine con
la claridad que el eclesiástico tiene; como cuando de noche ven en una poca de lumbre,
atinen acuyá está. que así atine el cristiano que estuviere en tinieblas con la
lumbre de tal eclesiástico. Por eso les llamó el Señor luz
del mundo y sal de la tierra y ciudad puesta en alto (Mt 5, 13-14), que
es refugio y amparo de los cristianos.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 130.
La honra de los ministros de Cristo es seguir a su
Señor, no solo en lo interior sino también en lo exterior; para así como (Él),
viviendo en el mundo, fue luz que desengañó a los mundanos y les dio a entender
con su palabra y, ejemplo que había otra vida muy más excelente, la cual se
había de desear y ganar con el desprecio de esta, así ellos fuesen luz del
mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13-14), que diesen a entender que su reino no
es de este mundo, y con su ejemplo moviesen al pueblo flaco a despreciar las
cosas de acá.
Reformación del estado eclesiástico. II, pg. 500.
Y de esta manera, tratándose cada año en el sínodo
obispal, y de tres en tres años en el concilio provincial, lo que conviene a la
disciplina eclesiástica, en breve tiempo estará tal el estado eclesiástico, que
sea con verdad luz del mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13-14).
Porque así como la luna participa de la lumbre del sol, y toda la tierra, y los
manjares se hacen sabrosos con echar en ellos la sal, así el estado secular
vive en luz y toma gusto en la guarda de los mandamientos de Dios y de su
Iglesia si el estado eclesiástico es el que debe; como, por el contrario,
recibe malas influencias de los malos ejemplos de los eclesiásticos.
De la veneración que se debe a los concilios. II, pg. 625.
La primera, que sean luz del mundo, siendo
ejemplares; que no se contenten con ser buenos para sí, sino para los tros. Y
esto se puede confirmar con autoridades, como aquella, Mateo 5: Vos
estis lux mundi; Vos estis sal terrae (Mt 5, 13-14).
Para el sermón a los clérigos. II, pg. 1045.
Por manera que Dios es luz que alumbra, sabiduría
que no puede ser engañada, verdad que ni tiene obscuridad ni tiene opiniones.
De esa manera de ser luz dice San Mateo: Vos estis luz mundi (Mt 5, 14).
Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 126.
Deben los prelados tener memoria de lo que el Señor
les manda por Isaías (c. 57), diciendo Auferte offendicula de via
populi mei (Is 57, 14, Quitad los tropiezos del camino de mi pueblo); y de lo que por
el mismo profeta se les dice: Preparate viam populo: planum facite iter, et
eligite lapides, et elevate signum ad populum (Is 62, 10, Allanad el camino
del pueblo, terraplenes, terraplenad la calzada, alzad bandera sobre los
pueblos); que por eso son ciudades puestas sobre el monte y velas sobre el
candelero, y merecieron oír de la boca del Señor: Vos estis lux mundi (Mt 5, 14).
Algunas advertencias al sínodo de Toledo. II, pg. 745.
Y así la Iglesia es cosa manifiesta y clara, que
aun los ciegos, si no quieren a sabiendas cegarse, encontraran con ella. Esta
es la ciudad puesta en lo alto (cf. Mt 5, 14), señal que aun
desde lejos atinan a ella los caminantes. Si ella estuviera escondida, todo
estuviera escondido; porque ella es la que da luz a todo.
Sermón del Jueves Santo. III, pg. 413.
Todos estos tienen por oficio encaminar las ánimas
para el cielo. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos (Jn 20, 21). Y, por
tanto, yo saco la conclusión que han de ser ejemplares, y que, si no lo son, se
perderán; porque, si el rey criase un capitán, no satisfaría si fuese solado. Ideo
vos estis lux mundi, salt terrae (cf. Mt 5, 14.13), etc. Pero
entra agora la duda cómo ha de ser ese ejemplo; porque hic
labor et dolor [Éste es un trabajo duro y penoso]. Lo que se os puede decir, hermanos,
es que, si sois clérigo, habéis de vivir, hablar y tratar y conversar, etc., taliter
[de
tal manera] que provoquéis a otros a servir a Dios. La candela, cuando la
encienden, no es para matalla y ponella debajo del medio
celemín, ut ait Christus (Mt 5, 15) y ansí, en ordenándoos, sois candela que
habéis de dar lumbre.
Plática a los sacerdotes. I, pg. 852.
Y no solamente estas personas [una persona que
tiene mando o estado de aprovechar a otros], mas generalmente todo cristiano
debe cumplir lo que está escrito: Ten cuidado de la buena fama (Eclo 41, 15). No
porque ha de parar en ella, mas porque ha de ser tal un cristiano que,
quienqueira que oyere o viere su vida, dé a Dios gloria como lo solemos dar
viendo una rosa o un árbol con fructo y frescura. Esto es lo que mandó el santo
Evangelio, que luzca nuestra luz delante de los hombres, de manera que
viendo nuestras buenas obras, den gloria al celestial Padre (Mt 5, 16), del
cual procede todo lo bueno.
Audi, filia (II), II, pg. 544-455.
Lo tercero, tener en grandísima veneración los
doctores aprobados por la Iglesia, y lo que enseñaron y sintieron, y los
ejemplos de su vida y de los demás santos canonizados por la santa Iglesia,
porque a ellos puso Dios por candelas encendidas con el fuego del Espíritu
Santo sobre el candelero de la Iglesia par alumbrarla
(cf. Mt 5, 15).
Dialogus inter confessarium et paenitentem. II, pg. 795.
También resplandece el espíritu, y hay muestras de
cómo son hijos de Dios: hay obras grandes, que muestran grande caridad y
descubren grande tesoro: Videant opera vestra bona et glorificent
patrem vestrum qui in caelis est (Mt 5, 16).
Lecciones sobre la Epístola a los Gálatas. II, pg. 96.
Et in Evangelio: Sic luceat lux vestra coram
hominibus, ut videant, etc. (Mt 5, 16). Habéis de dar tan buen ejemplo
entre los malos, que de ver vuestra vida se confundan.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pgs. 128-129.
Así como de ver un árbol hermoso y con fructa
alaban a Dios que lo crió, así digan: “¡Bendito sea Dios, que tan viertuoso te
hizo!”. El pecar desonra a los hombres: Sic luceat...” (Mt 5, 16).
Gloria del Padre es la bondad del hijo; y gloria de Dios la virtud del
cristiano. Procurad de ser buenos, siquiera porque no se pierda Dios esta
honra.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 218.
El pecar deshonra a los hombres, que no el traerse
llanamente y dejar las vanidades. Sic luceat... (Mt 5, 16). No nos encomienda
aquí, Jesucristo la buena fama por los atavíos, sino por las virtudes, por las
cuales es glorificado Dios en vos.
Lecciones sobre 1 San Juan (II). II, pg. 388.
Porque aun aquellos pecados que condenó la razón
natural, y la ley de los moros y el mesmo mundo, abundan en muchos de los
cristianos; y, en lugar de lo que el Señor nos mandó que luciesen nuestras
obras para que los que las viesen glorificasen a nuestro Padre celestial (cf.
Mt 5, 16), como a fuente de toda luz y todo bien que se devisaba en nosotros,
han sido tan feas y llenas de obscuridad, que han infamado a nuestro Dios entre
los infieles, dándoles causa que piensen, como gente ciega, que, si el Señor
fuera bueno, no fueran los criados tan malos.
Causas y remedios de las herejías. II, pg. 537.
Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto (cf. Mt 5, 46-48) y haced obras que imiten a su bondad, de las cuales
el mundo se admire, y den gloria a vuestro Padre, que está en los
cielos (Mt 5, 16), por veros a vosotros, aunque andéis en el mundo como ellos
andan, que no vivís según el mundo, mas en la vida sois celestiales.
En la infraoctava del Corpus. III, pg. 731.
Sed, pues, hermanos tales, que vuestra vida
glorifique a vuestro Padre que está en los cielos (cf. Mt 5, 16); sed
tales, que deis testimonio que sois hijos de Dios, y que esperáis su reino, que
nunca se acaba.
Para la villa de Utrera. IV, pg. 731.
San Oscar Romero.
Yo quisiera que de esta reflexión de hoy, hermanos, cuando
vamos a interrumpir el año litúrgico en su tiempo ordinario, rutinario,
monótono, vamos a introducirnos con un sincero deseo de renovación cristiana,
individual, familiar y colectiva, tuviéramos muy en cuenta este fragmento del
Sermón de la Montaña; seguirá siendo el tema de los domingos del tiempo
ordinario. El Sermón de la Montaña, donde Cristo inmediatamente después de
decirnos la Bienaventuranzas, como el domingo pasado, nos apostrofa
directamente y nos dice a nosotros Cristianos: Ustedes tienen que ser luz del
mundo, una luz no se enciende y se pone debajo de la mesa sino en alto para que
ilumine a toda la casa. Ustedes son como una ciudad iluminada, y una ciudad en
la montaña, no se oculta. Ustedes son sal de la tierra; la sal sirve para dar
sabor, pero cuando la sal se hace insípida, ¿para qué sirve? ¿para qué sirve
una Iglesia, un cristiano, cuando su predicación, su ejemplo se ha trastornado
en un servilismo, en adulación, en quedar bien con el mundo?. Sal insípida, luz
apagada Qué fácil es estar bien con todo el mundo, pero qué ineficaz ser
lámpara apagada, ¿para qué sirve?
La Iglesia necesita de cada uno de nosotros y de todos en
conjunto. Cada cristiano tiene que ser como una antorcha, y el conjunto de
cristianos, tiene que ser como una ciudad en la Montaña.
Papa Francisco.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el Evangelio de hoy (cf. Mateo 5, 13-16), Jesús
dice a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra [...]. Vosotros sois
la luz del mundo» (vv. 13,14). Utiliza un lenguaje simbólico para indicar a los
que tienen intención de seguirlo ciertos criterios de presencia y testimonio
vivo en el mundo.
Primera imagen: la sal. La sal es el elemento que
da sabor y conserva y preserva los alimentos de la corrupción. Por lo tanto, el
discípulo está llamado a mantener alejados de la sociedad los peligros, los
gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas. Se trata de
resistir a la degradación moral y el pecado, dando testimonio de los valores de
honestidad y fraternidad, sin ceder a los halagos mundanos del arribismo, el
poder y la riqueza. Es «sal» el discípulo que, a pesar de los fracasos
diarios ―porque todos los tenemos―, se levanta del polvo de sus propios
errores, comenzando de nuevo con coraje y paciencia, cada día, para buscar el
diálogo y el encuentro con los demás. Es «sal» el discípulo que no busca el
consentimiento y la alabanza, sino que se esfuerza por ser una presencia
humilde y constructiva, en fidelidad a las enseñanzas de Jesús que vino al
mundo no para ser servido, sino para servir. ¡Y hay mucha necesidad de esta
actitud!
La segunda imagen que Jesús propone a sus
discípulos es la de la luz: «Vosotros sois la luz del mundo». La luz dispersa
la oscuridad y nos permite ver. Jesús es la luz que ha disipado las tinieblas,
pero aún permanecen en el mundo y en las personas. Es la tarea del cristiano
dispersarlas haciendo brillar la luz de Cristo y proclamando su Evangelio. Es
una irradiación que también puede provenir de nuestras palabras, pero debe
fluir sobre todo de nuestras «buenas obras» (v. 16). Un discípulo y una
comunidad cristiana son luz en el mundo cuando encaminan a los demás hacia
Dios, ayudando a cada uno a experimentar su bondad y misericordia. El
discípulo de Jesús es luz cuando sabe vivir su fe fuera de los espacios estrechos,
cuando ayuda a eliminar los prejuicios, a eliminar la calumnia y a llevar la
luz de la verdad a situaciones viciadas por la hipocresía y la mentira.
Hacer luz. Pero no mi luz, es la luz de Jesús: somos instrumentos para que la
luz de Jesús llegue a todos.
Jesús nos invita a no tener miedo de vivir en el
mundo, aunque a veces haya condiciones de conflicto y pecado en él. Frente a
la violencia, la injusticia, la opresión, el cristiano no puede encerrarse en
sí mismo o esconderse en la seguridad de su propio recinto; la Iglesia
tampoco puede encerrarse en sí misma, no puede abandonar su misión de
evangelización y servicio. Jesús, en la última cena, pidió al Padre que no
sacara a los discípulos del mundo, que los dejara allí en el mundo, que los
protegiera del espíritu del mundo. La Iglesia se prodiga con generosidad y
ternura por los pequeños y los pobres: este no es el espíritu del mundo, esta
es su luz, es la sal. La Iglesia escucha el grito de los últimos y de los
excluidos, porque es consciente de que es una comunidad peregrina llamada a
prolongar en la historia la presencia salvadora de Jesucristo.
Que la Santísima Virgen nos ayude a ser sal y luz
en medio del pueblo, llevando la Buena Nueva a todos, con la vida y la palabra.
Papa Francisco. Audiencia. La pasión por la evangelización: el celo
apostólico del creyente 3. Jesús, maestro del anuncio.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El miércoles pasado reflexionamos sobre Jesús modelo del anuncio, sobre su
corazón pastoral siempre dirigido a los demás. Hoy nos fijamos en Él como
maestro del anuncio. Dejémonos guiar por el episodio en el que predica en la
sinagoga de su pueblo, Nazaret. Jesús lee un pasaje del profeta Isaías (cfr.
61,1-2) y después sorprende a todos con una “predicación” muy breve, de una
sola frase, una sola frase. Y dice así: «Esta escritura, que acabáis de oír, se
ha cumplido hoy» (Lc 4,21). Esta fue la predicación de Jesús: «Esta escritura,
que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Esto significa que para Jesús ese
pasaje profético contiene lo esencial de lo que Él quiere decir de sí. Por
tanto, cada vez que nosotros hablamos de Jesús, deberíamos recalcar su
primer anuncio. Veamos entonces en qué consiste este primer anuncio. Se
pueden identificar cinco elementos esenciales.
El primer elemento es la alegría. Jesús proclama: «El Espíritu del
Señor sobre mí, […] me ha enviado para anunciar a los pobres la Buena Nueva»
(v. 18), es decir un anuncio de leticia, de alegría. Buena Nueva: no se
puede hablar de Jesús sin alegría, porque la fe es una estupenda historia de
amor para compartir. Testimoniar a Jesús, hacer algo por los otros en su
nombre, es decir entre las líneas de la vida haber recibido un don tan hermoso
que ninguna palabra basta para expresarlo. Sin embargo, cuando falta la
alegría, el Evangelio no pasa, porque este ―lo dice la palabra misma― es buena
nueva, y Evangelio quiere decir buena nueva, anuncio de alegría. Un cristiano
triste puede hablar de cosas muy hermosas, pero todo es vano si el anuncio que
transmite no es alegre. Decía un pensador: “un cristiano triste es un triste
cristiano”: no olvidar esto.
Vamos al segundo aspecto: la liberación. Jesús dice que ha sido
enviado «a proclamar la liberación a los cautivos» (ibid.). Esto significa que quien
anuncia a Dios no puede hacer proselitismo, no, no puede presionar a los otros,
sino aligerarlos: no imponer pesos, sino aliviar de ellos; llevar paz, no
llevar sentimientos de culpa. Cierto, seguir a Jesús conlleva una ascesis,
conlleva sacrificios; por otro lado, si cualquier cosa hermosa lo requiere,
¡mucho más la realidad decisiva de la vida! Pero quien testimonia a Cristo
muestra la belleza de la meta, más que la fatiga del camino. Nos habrá
sucedido contarle a alguien sobre un bonito viaje que hemos hecho. Por ejemplo,
habremos hablado de la belleza de los lugares, de lo que hemos visto y vivido,
no del tiempo que tardamos en llegar ni de las colas del aeropuerto, ¡no! Así cada
anuncio digno del Redentor debe comunicar liberación. Como el de Jesús. Hoy
hay alegría, porque he venido a liberar.
Tercer aspecto: la luz. Jesús dice que ha venido a traer «la vista a
los ciegos» (ibid.). Llama la atención que, en toda la Biblia, antes de Cristo,
nunca aparece la curación de un ciego, nunca. De hecho, era un signo prometido
que llegaría con el Mesías. Pero aquí no se trata solo de la vista física, sino
de una luz que hace ver la vida de forma nueva. Hay un “venir a la luz”,
un renacimiento que sucede solo con Jesús. Si lo pensamos, así empezó para
nosotros la vida cristiana: con el Bautismo, que antiguamente se llamaba
precisamente “iluminación”. ¿Y qué luz nos dona Jesús? Nos trae la luz de la
filiación: Él es el Hijo amado del Padre, viviente para siempre; y con Él
también nosotros somos hijos de Dios amados para siempre, a pesar de nuestros
errores y defectos. Entonces la vida ya no es un ciego avanzar hacia la
nada, no: no es cuestión de suerte o fortuna. No es algo que dependa de la
casualidad o de los astros, y tampoco de la salud o de las finanzas, no. La
vida depende del amor, del amor del Padre, que cuida de nosotros, sus hijos
amados. ¡Qué hermoso es compartir con los otros esta luz! ¿Habéis pensado
que la vida de cada uno de nosotros ―mi vida, tu vida, nuestra vida― es un
gesto de amor? ¿Es una invitación al amor? ¡Esto es maravilloso! Pero muchas
veces lo olvidamos, frente a las dificultades, a las malas noticias, también
frente ―y esto es feo― a la mundanidad, la forma de vivir mundana.
Cuarto aspecto del anuncio: la sanación. Jesús dice que ha venido
«para dar libertad a los oprimidos» (ibid.). Oprimido es quien en la vida se
siente aplastado por algo que sucede: enfermedades, fatigas, angustias,
sentimientos de culpa, errores, vicios, pecados… Oprimidos por esto: pensemos,
por ejemplo, en los sentimientos de culpa por eso, por lo otro… Lo que nos
oprime, sobre todo, es precisamente ese mal que ninguna medicina o remedio
humano puede resanar: el pecado. Y si uno tiene sentido de culpa por
algo que ha hecho, y este se siente mal… Pero la buena noticia es que con
Jesús este mal antiguo, el pecado, que parece invencible, ya no tiene la última
palabra. Yo puedo pecar porque soy débil. Cada uno de nosotros puede
hacerlo, pero esta no es la última palabra. La última palabra es la mano
tendida de Jesús que nos levanta del pecado. Y padre, ¿esto cuándo lo
hace? ¿Una vez? No. ¿Dos? No. ¿Tres? No.
Siempre. Cada vez que tú estás mal, el Señor siempre tiene la mano tendida.
Solamente hay que aferrarse y dejarse llevar. La buena noticia es que con Jesús
este mal antiguo ya no tiene la última palabra: la última palabra es la mano
tendida de Jesús que te lleva adelante. Jesús nos sana del pecado siempre. ¿Y
cuánto debo pagar por la sanación? Nada. Nos sana siempre y gratuitamente. Invita
a los que están «fatigados y sobrecargados» ―lo dice el Evangelio― a ir a Él
(cfr. Mt 11,28). Y entonces acompañar a alguien al encuentro con Jesús es
llevarle al médico del corazón, que levanta la vida. Es decir: “Hermano,
hermana, yo no tengo respuesta a muchos de tus problemas, pero Jesús te conoce,
Jesús te ama, te puede sanar y serenar el corazón”. Quien lleva pesos
necesita una caricia sobre el pasado. Muchas veces oímos: “Pero yo
necesitaría sanar mi pasado… necesito una caricia sobre ese pasado que me pesa
tanto…”. Necesita perdón. Y quien cree en Jesús tiene precisamente eso para
donar a los otros: la fuerza del perdón, que libera el alma de toda deuda.
Hermanos, hermanas, no lo olvidéis: Dios lo olvida todo. ¿Por qué? Sí, olvida
todos nuestros pecados, de ellos no tiene memoria. Dios perdona todo porque
olvida nuestros pecados. Solamente hay que acercarse al Señor y Él nos
perdona todo. Pensad en algo del Evangelio, de ese que ha empezado a hablar:
“¡Señor, he pecado!”. Ese hijo… Y el padre le pone la mano en la boca. “No,
está bien, nada…”. No le deja terminar...Y esto es hermoso. Jesús nos espera
para perdonarnos, para resanarnos. ¿Y cuánto? ¿Una vez? ¿Dos veces? No.
Siempre. “Pero padre, yo hago las mismas cosas siempre…”. Y también él hará las
mismas cosas siempre: perdonarte, abrazarte. Por favor, no desconfiemos de
esto. Así se ama al Señor. Quien lleva pesos y necesita una caricia sobre el
pasado, necesita perdón, que sepa que Jesús lo hace. Y es esto lo que da Jesús:
liberar el alma de toda deuda. En la Biblia se habla de un año en el que se era
liberado del peso de las deudas: el Jubileo, el año de gracia. Es como el
último punto del anuncio.
Jesús, de hecho, dice que ha venido «a proclamar un año de gracia del
Señor» (Lc 4,19). No era un jubileo programado, como los que estamos haciendo
ahora, que todo está programado y se piensa en qué hacer, qué no hacer… No.
Pero con Cristo la gracia que hace nueva la vida llega y asombra siempre. Cristo
es el Jubileo de cada día, de cada hora, que se acerca a ti, para acariciarte,
para perdonarte. Y el anuncio de Jesús debe llevar siempre el asombro de la
gracia. Este asombro… “No me lo puedo creer, he sido perdonado, he sido
perdonada”. ¡Pero tan grande es nuestro Dios! Porque no somos nosotros los que
hacemos grandes cosas, sino que es la gracia del Señor que, también a través de
nosotros, realiza cosas imprevisibles. Y estas son las sorpresas de Dios. Dios es un maestro de las sorpresas. Siempre
nos sorprende, siempre nos espera. Nosotros llegamos y Él está esperando.
Siempre. El Evangelio va acompañado de un sentido de maravilla y de novedad que
tiene un nombre: Jesús.
Él nos ayude a anunciarlo como desea, comunicando alegría, liberación, luz,
sanación y asombro. Así se comunica Jesús.
Una última cosa: esta buena nueva, que dice el Evangelio, está dirigida «a
los pobres» (v. 18). A menudo nos olvidamos de ellos, sin embargo, son
destinatarios mencionados explícitamente, porque son los predilectos de Dios.
Acordémonos de ellos y recordemos que, para acoger al Señor, cada uno de
nosotros debe hacerse “pobre dentro”. Con esa pobreza que hace decir: “Señor
necesito perdón, necesito ayuda, necesito fuerza”. Esta pobreza que todos
nosotros tenemos: hacerse pobre dentro. Se trata de vencer toda pretensión de
autosuficiencia para saberse necesitado de gracia, y siempre necesitado de Él. Si
alguien me dice: Padre, pero ¿cuál es la vía más breve para encontrar a Jesús?
Hazte necesitado. Hazte necesitado de gracia, necesitado de perdón, necesitado
de alegría. Y Él se acercará a ti.
Comentario al evangelio del domingo.
Sermón del Monte, después de las bienaventuranzas.
Discípulos:
Mt 5, 1: “se acercaron sus discípulos”.
Los que en primer lugar han de asumir
el estilo de vida propio de esta proclamación gozosa.
Destinatarios.
-Verbos:
En presente: afirman la realidad.
-Finalidad:
Gloria de Dios / gloria propia.
ORACIÓN JUNIORS.
EXPERIENCIA.
Cierra los ojos y persígnate
implorando la asistencia del Espíritu Santo para que Él sea la luz que ilumine
este tiempo de encuentro con Cristo.
Mira el vídeo.
https://www.youtube.com/watch?v=5mIyrmZsrCs
¿Con qué estado
emocional te identificas en este momento?
Ora a Jesús, háblale y
cuéntale como te sientes y como te has sentido durante los últimos días. Pídele
ayuda.
Él no espera. Te ofrece
esta Palabra, la que será proclamada en todas las iglesias del mundo.
+REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 5, 13-16.
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
-Vosotros sois la
sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve
más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del
mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se
enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a todos los de la casa. Brille así vuestra luz ante los
hombres, para que vena vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que
está en los cielos.
¿Qué dice el texto? Repite
las palabras y verbos: sal, tierra, sosa, fuera, gente, luz, mundo,..; sois, vuelve,
salarán, sirve, tirarla, pise, sois, puede, ocultar,... Permite al Espíritu que
moldee tu pensamiento para comprender el significado de estas palabras.
¿Qué te dice? Vuelve
a leerlo fijando la mirada en Cristo y dirigido a ti. Saborea la Palabra de
Dios, repitiendo algunas frases, como un susurro, como las olas del mar que
acarician la arena seca y van depositando en ella la sal que contienen.
COMPROMISO.
En la mayoría de las ocasiones la respuesta a muchas situaciones que
aplastan nuestro corazón y carcomen nuestro cerebro se halla en cambiar de
pronombre: abandonar el yo para acoger el él. Es decir, preocuparnos por los
demás, personas concretas que viven a nuestro alrededor. La perdida de un ser
querido, la separación de las personas con las que hemos convivido largo
tiempo, la ruptura de un proyecto,... son situaciones que hemos de pasar sí o
sí, pero de nosotros depende cómo dediquemos el tiempo: obsesionarnos en el
ayer o, sin apagar la tristeza, aprovechar las nuevas oportunidades, es decir,
abrir ventanas hacia los demás. Siempre vas a encontrar personas que estaban o
están esperando tu luz, la vida que Dios te ha dado, tus palabras, tu
presencia. Y no olvides, una persona cuya vida ha sido truncada y no puede
ayudar físicamente a los demás, lo puede con la oración, rezando por ellas.
CELEBRACIÓN.
Escucha
esta canción:
https://www.youtube.com/watch?v=GSNof3deiKk
GUIÓN MISA NIÑOS.
DOMINGO
VI T.O. 12 de febrer de 2023
Monición de entrada.-
Bienvenidos
a misa:
Venimos
a misa porque queremos ser amigos de Jesús.
Queremos
escuchar a Jesús y tenerle por maestro.
Él
es el buen maestro, que nos enseña con el corazón.
Señor ten piedad.-
Tú eres la Palabra
de Dios. Señor, ten piedad.
Tú
eres la Ley de Dios. Cristo, ten piedad.
Tú
eres el Hijo de Dios. Señor, ten piedad.
Peticiones.-
Jesús, te pido por el Papa Francisco y el obispo
Enrique. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, te pido por la Iglesia, para que
sus leyes nazcan del Evangelio. Te lo pedimos,
Señor.
Jesús, te pido los que no conocen a
Jesús, para que te conozcan. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, te pido las personas que hacen las
leyes, para que las hagan pensando en todos. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, te pido por nosotros, para que
vivamos como nos pides. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.-
María, queremos darte las gracias por
esta semana por todas las cosas buenas que nos han pasado, por nuestra familia
y las personas que nos enseñan los mandamientos de Jesús.
GUIÓ
MISSA D’INFANTS. DIUMENGE VI T. O. 12 de febrer de 2023.
Monició d’entrada.-
Benvinguts
a missa:
Venim
a missa perquè volem ser amics de Jesús.
Volem
escoltar a Jesús i que siga el nostre mestre.
Ell
és el bon mestre, que ens ensenya amb el cor.
Senyor, tingueu
pietat.
Vos sou la Paraula
de Déu. Senyor, tingueu pietat.
Vos sou la Lei de
Déu. Crist, tingueu pietat.
Vos sou el Fill de
Déu. Senyor, tingueu pietat.
Plegaries.-
Jesús, et demane pel Papa Francesc i el
bisbe Enric. T’ho demane, Senyor.
Jesús, et demane per l’església, perquè
les seues lleis les facen pensant en les lleis de Jesús. T’ho demane, Senyor.
Jesús, et demane pels qui no et
coneixen, perquè et coneguen. T’ho demane, Senyor.
Jesús, et demane pels qui fan les lleis,
perquè les facen pensant en tots. T’ho demane, Senyor.
Jesús, et demane per nosaltres, perquè
vixca’m com ens demanes. T’ho demane, Senyor.
Acció de gràcies.
Maria, volem donar-te les gràcies per
aquesta setmana, per totes les coses bones que ens hi ha passat, la nostra
família i les persones que ens ensenyen els manaments de Jesús.
Lectura
del llibre de Jesús fill de Sira 15, 16-21.
Si
tu vols, guardaràs els manaments: ets tu qui has de decidir si et mantindràs
fidel. Tens al davant foc i aigua: pren el que vulgues. L’home té al davant la
vida i la mort: li donaran allò que voldrà. La saviesa del Senyor és gran: el
Senyor és molt poderós i tot ho veu. Els ulls de Déu veuen el que ell ha creat;
ell coneix tot el que fa cadascú. No mana a ningú que faça el mal ni autoritza
ningú a pecar.
Paraula
de Déu.
Sal 118
Feliços els qui
segueixen la llei del Senyor. R/.
Feliços els
hòmens de conducta irreprensible,
que segueixen la
llei del Senyor.
Feliços els
hòmens que guarden el seu pacte
i busquen el
Senyor amb tot el cor. R/.
Heu donat els
vostres preceptes
perquè siguen
observats fidelment.
Tant de bo que
els meus camins no és desvien
de guardar els
vostres decrets. R/.
Feu aquesta
gràcia al vostre servent:
que visca
pensant en la paraula que heu donat.
Obriu-me els
ulls i podré contemplar
les meravelles
de la vostra llei. R/.
Mostreu-me el
camí dels vostres decrets,
que el vull
seguir fins al final.
Feu-me entendre
la vostra llei,
que la vull
guardar amb tot el cor. R/.
Lectura
de la primera carta de sant Pau als cristians de Corint 2, 6-10.
Germans:
Als
qui tenen una fe prou madura, sí que els ensenyem una saviesa, però una saviesa
que no és del món present ni dels seus dirigents, que estan a punt de ser
destituïts, sinó la saviesa inclosa en el pla que Déu s’ha proposat, amagada
fins ara, però que abans de tots els temps Déu ja tenia decidida, perquè siga
la nostra glòria.
Cap
dels dirigents del món present no l’havia coneguda, perquè, si l’haguessen
coneguda, mai no haurien clavat a la creu el Senyor de la glòria.
Però,
tal com diu l’Escriptura: “Cap ull no ha vist mai, ni cap orella no ha sentit,
ni el cor de l’home somniava això que Déu té preparat per als qui l’estimen”,
però a nosaltres, Déu ens ho ha revelat per obra de l’Esperit, ja que l’Esperit
penetra a tot arreu, fins al més profund de Déu.
Paraula
de Déu.
X Lectura de l’Evangeli segons sant Mateu 5, 17-37.
En aquell temps, Jesús digué als seus
deixebles:
-No vos penseu que jo vinc a desautoritzar
els llibres de la Llei i dels Profetes. No vinc a desautoritzar-los, sinó a
completar-los.
Vos ho dic amb tota veritat: Mentre duren
el cel i la terra, no passarà per alt ni la lletra més menuda, ni el tret més
insignificant dels llibres de la Llei. Tot es complirà.
Per tant, aquell que deixe de complir un
dels manaments més petits, i ensenye els altres a fer el mateix, serà tingut
pel més xicotet en el Regne del cel; però aquell que els complisca i ensenye a
fer-ho, serà tingut per gran en el Regne del cel.
Jo vos dic que si no sou més justs del que
ho són els mestres de la Llei i els fariseus, no entrareu al Regne del cel.
Ja sabeu que als antics els van manar: “No
mates”, i tot aquell qui mate, serà reu davant el tribunal. Doncs jo vos dic:
El qui s’enfade amb el seu germà, serà reu davant el tribunal. El qui diga al
seu germà una paraula de menyspreu, serà reu davant el Sanedrí, i el qui l’insulte,
acabarà al foc de l’infern.
Per això, ni que et trobes ja a l’altar, a
punt de presentar l’ofrena, si allà et recordes que un germà teu té alguna cosa
contra tu, deixa allà mateix la teua ofrena, i ves primer a fer les paus amb el
teu germà. Ja tornaràs després, a presentar la teua ofrena.
Si algú et porta al jutjat mentre hi aneu,
entendeu-vos de seguida, abans que et pose en mans del jutge, i el jutge en
mans dels guardes, i et tanquen a la presó. T’ho dic amb tota veritat: una
vegada allà, no en sortiràs que no hages pagat fins l’últim cèntim.
Ja sabeu que està manat: “No cometes
adulteri”. Doncs jo vos dic: Tot el qui mira una dona amb mal desig, en el fons
del cor ja ha comés adulteri. Per això, si el teu ull dret et fa caure en
pecat, arranca-te’l i llança’l; val més que es perda un dels teus membres, que
no siga llançat a l’infern tot el teu cos. També està manat: “Si algú es
divorcia de la seua muller, que li done un document on conste el divorci. Doncs
jo vos dic: Tot el que es divorcia de la seua muller, fora del cas d’una unió
il.legal, es fa una adúltera, i el qui es casa amb una repudiada, comet
adulteri.
També sabeu que als antics els van manar: “No
trenques els juraments”. I també: “Compleix tot allò que has jurat en nom del
Senyor”. Doncs jo vos dic: “No jures mai: ni pel cel, que és el tron de Déu, ni
per la terra, que és l’escambell dels seus peus, ni per Jerusalem, que és la
ciutat del gran Rei, ni pel teu cap, ja que tu no pots ni fer tornar blanc o
negre un sol cabell. Digueu senzillament sí, quan és sí; no, quan és no. Tot
allò que dieu de més, ve del Maligne”.
Paraula del Senyor.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González.
BAC. Madrid. 2017.
Biblia
Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.
Catecismo
de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación
de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia.
Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Riutort Mestre, P. Llibre del poble de Déu.
Gorg. València. 1975.
Pío de Luis,
OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las
lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
San Juan de
Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid.
2015.
San Juan de Ávila. Obras
Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores.
BAC. Madrid. 2013.
San
Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid. 2015.
San
Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Eucaristía. Verbo Divino.
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