Lectura del libro del Génesis 22,1-2.9a.10-13.15-18.
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo:
-¡Abrahán!
Él respondió:
-Aquí estoy.
Dios dijo:
-Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de
Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó
allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el
altar, encima de la leña. Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo
para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
-¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
-Aquí estoy.
El ángel le ordenó:
-No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he
comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único
hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos
en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de
su hijo. El ángel del Señor le dijo:
-Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por
no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y
multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena
de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas
las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado
mi voz.
Textos
paralelos.
Sb 10, 5: Cuando la barahúnda
de los pueblos, concordes en la maldad, ella se fijó en el justo y lo preservó
sin tacha ante Dios, manteniéndolo entero sin ablandarse ante su hijo.
Si 44, 20: Porque [Abrahán]
cumplió el mandato del Altísimo y pactó una alianza con él, en su carne selló
el pacto, y en la prueba se mostró fiel.
Hb 11, 17: Por fe sometido a
prueba Abrahán, ofreció a Isaac, su hijo único.
St 2, 21-22: Nuestro padre
Abrahán ¿no hizo méritos con las obras, ofreciendo sobre el altar a su hijo
Isaac? Estás viendo que la fe operaba con las obras, y por las obras la fe
llegó a su perfección.
Toma a tu hijo, al que
amas.
Gn 31, 11: El ángel de Dios me dijo en el suelo: “Jacob”.
“Aquí estoy” le contesté.
Gn 46, 2: De noche, en una
visión, Dios dijo a Israel: “¡Jacob, Jacob!”. Respondió: “Aquí estoy”.
Ex 3, 4: Viendo el Señor que
Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: “Moisés, Moisés”.
Respondió él: “Aquí estoy”.
1 S 3, 4: El Señor llamó: “¡Samuel,
Samuel! Y éste respondió: “¡Aquí estoy!”.
No me has negado tu único
hijo.
Ex 20, 20: Moisés respondió al
pueblo: “No temáis: Dios ha venido para probaros, para que tengáis presente su
temor y no pequéis”.
Dt 6, 2: Que respetes al Señor,
tu Dios, guardando toda la vida todos los mandatos y preceptos que te doy – y también
tus nietos –, y te alargarán la vida.
Jn 3, 16: Tanto amó Dios al mundo,
que entregó a su Hijo único, para que quien crea no perezca, sino tenga vida
eterna.
Alzó la vista y vio un
carnero.
1 Jn 4, 9: Dios ha demostrado
el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que vivamos
gracias a él.
Rm 8, 32: El que no reservó a
su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos va a
regalar todo lo demás con él?
Hb 11, 17: Por fe sometido a
prueba Abrahán, ofreció a Isaac, su hijo único.
Yo te colmaré de
bendiciones.
Gn 12, 2: Haré de ti un gran
pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y servirá de bendición.
Gn 15, 6: Abrahán creyó al Señor
y se le apuntó en su haber.
Gn 16, 10: Y el ángel del Señor
añadió: “Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar”.
Gn 32, 13: Tú me has prometido
colmarme de beneficios y hacer mi descendencia como la arena incontable del
mar.
Se adueñará tu
descendencia desde la puerta.
Gn 24, 60: Y bendijeron a
Rebeca: “Tú eres nuestra hermana, sé madre de miles y miles; que tu
descendencia conquiste las ciudades enemigas”.
Is 14, 12: [contra Babilonia]. ¿Cómo
has caído del cielo, lucero de la aurora, y esetás derrumbado por tierra, agresor
de naciones”.
Gn 12, 3: Bendeciré a los que
te bendigan, maldeciré a los que te maldiga. Con tu nombre se bendecirán todas
las familias del mundo.
2 Cro 3, 1: Salomón comenzó a construir el templo del Señor en
Jerusalén, en el monte Moria – donde el Señor se apareció a su padre, David, en
el lugar que éste había preparado, en la era de ornán, el jebuseo.
Notas
exegéticas.
22 1 Esta doble llamada, cosa bastante
habitual aparece en Samaritano y en las versiones antiguas.
22 2 2 Cro 3, 1 identifica a Moria
con la colina en que se levantará el templo de Jerusalén. La tradición
posterior aceptó esta localización, pero el texto habla de un país de Moria,
cuyo nombre no aparece en ninguna otra parte; el lugar del sacrificio sigue sin
conocerse.
22 17 Es decir, sus ciudades, como
interpreta el griego; ver 24, 60.
22 18 Esta nueva mención de las
promesas en los vv. 15-18 ha sido insertada en el relato probablemente más
tarde. El autor utiliza aquí el término del juramento que encontramos con
frecuencia en la tradición deuteronómica. La ocupación de la puerta de los
enemigos introduce un matiz bélico en la promesa, matiz que hallamos igualmente
en el Deuteronomio.
Comentario.
-Dos versículos iniciales:
Iluminan todo el relato y
aclaran su sentido.
Una prueba que Dios pone a
Abrahán, con la que el patriarca debe acreditar su fidelidad al Señor:
Escandalosa:
Crueldad:
Evoca los sacrificios de niños
frecuentes en ciertos pueblos del Oriente Antiguo y que la Biblia prohíbe (2 Re
16, 3).
Carácter contradictorio:
Dios anula la promesa de un
hijo.
-Sobriedad del relato,
desconcierto interior del patriarca y obediencia.
-Dios detiene la mano del
patriarca:
Rechaza los sacrificios humanos.
La salvación de Dios llega hasta
los confines del mundo (ver Hch 1, 8).
Salmo responsorial
Salmo 116 (114), 10.13-19
Caminaré
en presencia del Señor
en
el país de la vida. R/.
Tenía
fe, aun cuando dije:
“¡Qué
desgraciado soy”.
Mucho
le cuesta al Señor
la
muerte de sus fieles. R/.
Señor,
yo soy tu siervo,
siervo
tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste
mis cadenas.
Te
ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando
tu nombre, Señor. R/.
Cumpliré
al Señor mis votos
en
presencia de todo el pueblo,
en
el atrio de la casa del Señor,
en
medio de ti, Jerusalén. R/.
Textos paralelos.
Mucho le cuesta a Yahvé
la muerte de los que lo aman.
Is 43, 4: Porque te aprecio y
eres valioso y yo te quiero, entregaré hombres a cambio de ti; pueblos a cambio
de tu vida.
Sal 72, 14: Qué lo rescate de
la crueldad y violencia, que aprecie en mucho su sangre
Tú has soltado mis
cadenas.
Sal 86, 16: Mírame y ten piedad,
da fuerza al hijo de tu esclava.
Te ofreceré sacrificio de
acción de gracias.
Lv 7, 12: Si es un sacrificio
de acción de gracias, además de la víctima, se ofrecerán roscas ázimas amasadas
con aceite, obleas ázimas untadas de aceite y flor de harina desleída en
aceite.
Cumpliré mis votos a Yahvé.
Jon 2, 10: Yo, en cambio, te
cumpliré mis botos, mi sacrificio será un grito de acción de gracias: la
salvación viene del Señor.
1 Co 10, 16: La copa de la
bendición que bendecimos ¿no es comunión con la sangre de Cristo? El pan que
partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
Sal 6, 6: Que en el reino de la
muerte nadie te invoca, en el Abismo ¿quién te da gracias?
Notas
exegéticas.
116 “Aleluya” según griego; unido por
el hebreo al salmo anterior, como en los dos salmos siguientes.
16 10 Aquí empieza el Salmo 115 en
griego y Vulgata.
16 13 Rito de acción de gracias
conservado en las liturgias judías y cristiana, ver 1 Co 10, 16.
116 15 La muerte rompería toda la
relación entre ellos y él, ver Sal 6, 6. Las versiones han interpretado este
texto conforme a la idea de la resurrección: “preciosa es a los ojos de Yahvé
la muerte de sus amigos”.
Tres lecturas.
Con Israel: La comida de Pascua, o Seder, se tomaba en
cada casa la primera noche de la fiesta. La mesa, en aquella ocasión estaba
suntuosamente preparada. En un extremo de la mesa, delante del "dueño de
casa", había tres matsoth ("pan de la miseria", sin levadura,
porque la "masa de nuestros antepasados no tuvo tiempo de fermentarse
cuando tuvieron que salir precipitadamente de la tierra de cautividad").
Sobre la mesa, "hierbas amargas" y lechuga, evocaban las amarguras de
la vida de esclavitud... Y "el hueso carnudo, asado, de cordero
pascual"... Ante cada comensal, una "copa de vino". En cuatro
sorbos, durante la comida, cada uno debía vaciar su contenido recitando una
bendición, testimonio de "felicidad" y de "gratitud" hacia
Dios. Durante la comida, el niño más pequeño hace preguntas al "dueño de
casa"; este responde mediante el Haggada o sea el relato de la
"liberación de Egipto". Para finalizar la comida, se cantan los
salmos de Hallel, es decir los salmos 112 al 117. El salmo 115 resume
perfectamente el sentimiento de Israel en esta situación dolorosa.
Horriblemente oprimido ("he sufrido mucho"), obtuvo del Faraón el
permiso para salir de la hoguera. Pero de inmediato siente que le pisa los
talones el ejército egipcio ("en mi confusión yo decía: ¡el hombre es sólo
mentira!"). Experiencia profunda de la duplicidad humana. Morirían
aprisionados entre el Mar Rojo a la espalda y los terribles carruajes del
Faraón por delante... En ese momento se abre el mar ("mucho le cuesta al
Señor ver morir a los suyos"). Con inmensa emoción, el salmista pasa de
pronto, a la segunda persona: "yo soy, Señor, tu siervo, Tú has roto las cadenas
que me ataban. Te ofreceré el sacrificio de alabanza, levantaré la copa de
salvación... "
Con Jesús: Imaginémonos a Jesús,
cantando, no abstractamente, sino en el contexto de esta "vigilia" de
su propia muerte "estas palabras admirables: mucho le cuesta el Señor ver
morir a los suyos" ¡No! Dios no goza viendo la muerte" Esta hace
parte de la condición humana, hace parte de "todo lo que no es
Dios"... Por esto es inevitable. Sólo Dios es Dios. Sólo Dios es perfecto.
Sólo Dios es eterno.
Con nuestro tiempo: La experiencia mortal de Jesús, es la nuestra,
es la de todos los hombres. Toda ideología, toda concepción de la existencia
humana que "descuide" este hecho evidente de la muerte (las
civilizaciones también ¡son mortales! ¡todo lo que construimos es mortal! ¡Todo
lo que hacemos en este mundo está destinado a morir!)... no es una concepción
válida para el hombre. El hombre ateo de hoy, lúcidamente, saca esta conclusión
inevitable: el mundo es absurdo... Y añadimos: "Si Dios no existe, el
hombre tampoco tiene esperanza de vivir..." Vayamos con lucidez hasta las
últimas consecuencias. Pero con Israel, con Jesús, somos de los pocos que
"creen en Dios". Estamos felices de creer. Y nos atrevemos a pensar
que es la única posibilidad de supervivencia que tiene el hombre. Podemos pues
con alegría entonar este canto.
Segunda lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-34.
Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que
no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que
justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía,
resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?
Textos paralelos.
Ante esto, ¿qué podemos
decir?
1 Co 13, 1: Aunque hable todas
las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy un metal estridente o un
platillo estruendoso.
Si Dios está por
nosotros.
Is 50, 7-9: El Señor me ayuda,
por eso no me acobardaba; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo
que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¡quién pleiteará contra
mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mi? Que se me acerque.
Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará? Mirad, todos se gastan como
ropa, los roe la polilla.
El que no perdonó a su propio
hijo.
Gn 22, 16: Juro por mí mismo –
oráculo del Señor –: Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu
único hijo.
Jn 3, 16: Tanto amó Dios al mundo,
que entregó a su Hijo único, para que quien crea no perezca, sino que tenga
vida eterna.
Rm 5, 6-11: Cuando todavía
éramos inválidos, a su tiempo, Cristo murió por los malvados. Por un inocente
quizá muriera alguien; por una persona buena quizá alguien se arriesgara a
morir. Pues bien, Dios nos demostró su amor en que, siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. Con mayor razón, ahora que su sangre nos ha hecho
justos, nos libraremos por él de la condena. Pues, si siendo enemigos, la
muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, con mayor razón, ya reconciliados,
nos salvará su vida. Hay más: por medio de Jesucristo, que nos ha traído al
reconciliación, ponemos nuestro orgullo en Dios.
¿Cómo no va a darnos
gratuitamente todas estas cosas?
2 Co 5, 14-21: Y murió por
todos para que los que viven no vivan para sí, sino para quien por ellos murió
y resucitó. De modo que nosotros en adelante a nadie consideramos con criterios
humanos; y si un tiempo consideramos a Cristo con criterios humanos, ahora ya
no lo hacemos. Si uno es cristiano, es criatura nueva. Lo antiguo pasó, ha
llegado lo nuevo. Y todo es obra de Dios, que nos reconcilió consigo por medio
de Cristo y nos encomendó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios
estaba, por medio de Cristo, reconciliando el mundo consigo, no apuntándole los
delitos, y nos confió el mensaje de la reconciliación. Somos embajadores de
Cristo y es como si Dios hablase por nosotros. Por Cristo os suplicamos: Dejaos
reconciliar con Dios. Al que no supo de pecado, por nosotros lo trató como a
pecador, para que nosotros, por su medio, fuéramos inocentes ante Dios.
1 Jn 4, 10: En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a
su Hijo para expiar nuestros pecados.
¿Quién acusará a los
elegidos de Dios?
Za 3, 1: Después me enseñó al
sumo sacerdote, Josué, de pie ante el ángel del Señor. A su derecha estaba el
Satán acusándolo. El Señor dijo a Satán: “El Señor te llama al orden, Satán, el
Señor, que ha escogido a Jerusalén, te llama al orden. ¿No es ése un tizón
sacado del fuego?
Is 50, 8: Tengo cerca mi
defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Compadezcamos juntos, ¿quién tiene algo
contra mí? Que se me acerque.
Hch 2, 23: A éste, entregado
según el plan previsto por Dios, lo crucificasteis por mano de gente sin ley y
le disteis muerte.
Sal 110, 1: Oráculo del Señor a
mi Señor: “Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos escabel de tus
pies”.
Hb 7, 25: Así puede salvar
plenamente a los que por su medio acuden a Dios, pues vive siempre para
interceder por ellos.
Notas
exegéticas[1].
8, 31-39 Dios está de nuestro lado. Nos
entregó a su único Hijo, que asumió nuestra humanidad, murió por nosotros,
resucitó de entre los muertos y ahora intercede por nosotros ante el Padre. Él
nos ofrece libremente todas las gracias necesarias para nuestra conversión y
salvación. Todo lo que necesitamos es responder a su amor esforzándonos por
vivir el mensaje del evangelio.
Comentario.
-Formación de Pablo:
Religión: hebrea.
Filosófica: escuelas
de Tarso.
Retórica[2] clásica.
-Pablo:
Enamorado de
Jesucristo.
Entiende toda su
vida desde el centro de su persona, en qien etá la salvación.
-Destinatarios:
“Nosotros”:
4 veces: con
nosotros, contra nosotros, por nosotros.
Todos: Pablo, sus
oyentes, los cristianos de entonces, los de ahora.
-Preguntas:
3.
De forma sucesiva.
“¿Quién estará
contra nosotros? ¿Quién nos acusará? ¿Quién nos condenará?”.
-Lee la vida y
muerte de Jesús desde el plan de Dios para salvar a la humanidad caída.
-Tiempos actuales:
Falta de sentido.
Abocados a la catástrofe,
a la destrucción, a la nada, a la condena.
Respuesta de la fe:
El amor de Dios
sobrepasa toda amenaza.
Estamos amenazados
de amor de Dios.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 9, 2-10.
En aquel tiempo Jesús tomó
consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte
alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco
deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les
aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la
palabra y dijo a Jesús:
-Maestro, ¿qué bueno es que
estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías.
No sabía qué decir, pues
estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
-Este es mi Hijo, el amado;
escuchadlo.
De pronto, al mirar alrededor,
no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte,
les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del
hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían
qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Textos paralelos.
Mc 9, 2-10 |
Mt 17, 1-8 |
Lc 9, 28-36 |
Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los
llevó a una montaña elevada. En su presencia se transfiguró: sus vestidos se volvieron de una
blancura resplandeciente, como no los puede blanquear ningún batanero de este
mundo. Se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: -Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres tiendas: una
para ti, una para Moisés y una para Elías. (No sabía lo que decía pues estaban llenos de miedo). Vino una nube que les hizo sombra, y salió una voz de la nube: -Este es mi Hijo querido. Escuchadle. De repente miraron en torno y no vieron más que a Jesús solo con
ellos. Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contarán a nadie lo
que habían visto, si no era cuando aquel Hombre resucitara de la muerte. Se
agarraron a estas palabras y discutían que significaba resucitar de la
muerte. |
Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan
y se los llevó aparte a una montaña elevada. Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandecía como el sol,
sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: -Señor, qué bien se está aquí. Si te parece, armaré tres tiendas: una
para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y
de la nube salió una voz que decía: -Este es mi Hijo amado, mi predilecto. Escuchadle. Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces temblando de miedo. Jesús
se acercó, los tocó y les dijo: -¡Levantaos, no temáis! Alzando la vista, no vieron más que a Jesús solo. Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó: -No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que este Hombre
resucite de la muerte. |
Ocho días después de estos discursos, tomó a pedro, Juan y Santiago y
subió a un monte a orar. Mientras oraba, cambió de aspecto su rostro y sus vestidos
resplandecían de blancura. Dos hombres hablaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron
gloriosos y comentaban la partida que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño. Al despertar,
vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Cuando se retiraron, dijo Pedro a Jesús: -Maestro, que bien se está aquí. Armemos tres tiendas: una para ti, una
para Moisés y una para Elías. (No sabía lo que decía). Apenas lo dijo, vino una nube que le hizo sombra. Al entrar en la
nube, se asustaron. Y sonó una voz que decía desde la nube: -Este es mi Hijo elegido. Escuchadle. Al sonar la voz, se encontraba Jesús solo. Ellos guardaron silencio y por entonces no contaron a nadie lo que
habían visto. |
Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan.
Mc 5, 37: No permitió que lo acompañase
nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan.
Se volvieron
resplandecientes, muy blancos.
Mc 16, 5: Entrando en el
sepulcro, vieron un joven vestido con un hábito blanco, sentado a la derecha; y
se quedaron espantadas.
No sabían que responder.
Mc 14, 40: Al volver, los
encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados; y no supieron que
contestar.
Llegó una voz desde la
nube.
Mt 4, 3: Se aceró el tentador y
le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.
Dt 18, 15: Un profeta de los
tuyos, de tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él le
escucharéis.
Ex 34, 29-30: Cuando Moisés
bajó del monte Sinaí llevaba las dos losas de la alianza en la mano; no sabía
que tenía radiante la cara de habar hablado con el Señor.
Ex 40, 38: De día la nube del
Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a
la vista de toda la casa de Israel.
Lv 23, 34: Di a los israelitas:
El día quince del séptimo mes comienza la fiesta de las chozas, dedicada al
Señor, y dura siete días.
Lv 23, 36: Los siete días
ofreceréis oblaciones al Señor. Al octavo volveréis a reuniros en asamblea
litúrgica y a ofrecer una oblación al Señor. Es día de reunión religiosa
solemne. No haréis trabajo alguno.
Mc 1, 11: Se oyó una voz del
cielo: Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto.
Mc 1, 34: Él curo a muchos
enfermos de dolencias diversas, expulsó muchos demonios, y no les permitía
hablar, porque lo conocían.
Notas exegéticas
Biblia de Jerusalén.
9 2 (a) Este episodio cierra la primera
parte del evangelio y hace inclusión con la escena del bautismo de Cristo,
pero, ene l bautismo, se dirigía solo a Cristo, y aquí se dirige a los tres discípulos
presentes, como para confirmar la profesión de fe de Pedro. En la escena del
bautismo, Jesús aparecía como un nuevo Moisés; lo mismo aquí, como subraya la
voz celeste al decir: “Escuchadle”, Dt 18, 15. El “monte alto” donde Cristo se “transfigura”
evoca el Sinaí, donde Moisés se encontró con Dios y de donde bajó con el rostro
irradiando la gloria divina. Ex 34, 29-30. La nube que cubre a los discípulos
con su sombra evoca el texto de Ex 40, 38. Se comprende así por qué, después de
la Transfiguración, Jesús se ocupa más de la formación de sus discípulos y les
da algunos principios de una ética cristiana.
9 2 (b) En el evangelio esta precisión
no tiene valor cronológico; el detalle puede aludir al desarrollo de la fiesta
de las Tiendas, una alegre celebración popular que comenzaba seis días después
del gran día de la Expiación y duraba siete días (Lv 23, 34.36). En la
tradición anterior a la redacción evangélica, podría pues tratarse del primer
día de la fiesta, que Jesús habría celebrado aparte con los suyos, o bien del
último día, marcado por una alegría desbordante.
9 5 La gente solía dirigirse con
este título respetuoso (lit. “mi señor”, de rab “grande”) a los doctores
de la Ley y a otras personalidades. Dirigido a Jesús este título es traducido
como “Maestro” (didaskale) en Jn 1, 38. Hacia finales del s. I, el
término perdió su valor de vocativo y designaba sin más a los doctores de la
Ley (de donde el empleo actual de la palabra “rabino”).
9 7 Esta declaración de filiación
divina recuerda la pronunciada con ocasión del bautismo de Jesús (1, 11).
9 9 Esta obligación del secreto
evoca otras recomendaciones parecidas (Mc 1, 34). Al precisar que el secreto
solo podrá ser dado a conocer tras la resurrección, Mc intenta explicar que era
imposible entender este episodio hasta que se revelase la gloria del Resucitado.
Esto podría hacerse eco de las preocupaciones de la comunidad primitiva: ¿cómo
era posible que, tras semejante manifestación, no fuera Jesús reconocido en
vida como el Mesías?
9 10 Lo que sorprende a los
discípulos no es el hecho de la resurrección (muchos judíos creían en ella),
sino el modo en que Jesús habla de ella. La anuncia como algo próximo, cuando
se esperaba que tendría lugar al final de los tiempos. Por otra parte, la idea
de que el Hijo del hombre glorioso hubiese de experimentar la muerte y la
resurrección no dejaba de ser sorprendente.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
2-13
La
transfiguración coloca estratégicamente en un solo cuadro la gloria y la cruz;
la enseñanza de este misterio, dirigida a los tres apóstoles más cercanos a
Jesús, tampoco fue entendida por estos. Como en la oración en Getsemaní (4,
40), Pedro se durmió y, al despertar, “no sabía que decir”.
2 UNICAMENTE: lit. únicos,
solos.
4 ELÍAS Y MOISÉS,
representantes del AT (la Ley y los Profetas), también aparecían “transfigurados”;
pero cf. 2 Cor 3, 7.18, donde san Pablo nos recuerda una diferencia: el
resplandor del rostro de Moisés en el AT era pasajero, comparado con la gloria
que ilumina la faz de Cristo. // QUE ESTABAN CONVERSANDO: lit. y estaban
conversando. San Jerónimo, dice de sí mismo a propósito de la
transfiguración: “Cuando leo el Evangelio y veo en él testimonios sobre la Ley
y los Profetas, solo pienso en Cristo: de tal modo veo a Moisés y a los
profetas que pueda entenderlos hablando de Cristo. Finalmente, cuando llegue el
esplendor de Cristo y contemple la brillantísima luz del claro sol, no podré
ver la luz de una lámpara. ¿Acaso puede lucir una lámpara si la enciendes en
pleno día? […] Así, cuando Cristo está presente, comparados con él desaparecen
la Ley y los Profetas. No quito nada a la Ley y a los Profetas, al contrario,
los alabo porque predican a Cristo; pero leo la Ley y los Profetas de modo que
no me quede en la Ley y los Profetas, sino que, a través de la Ley y los
Profetas, llegue a Cristo!
9 Nuevamente con la
consigna del silencio (cf. 1, 34) Jesús intenta prevenir una falsa
interpretación de su exaltación, separada de su pasión y muerte.
10 GUARDARON AQUEL
SECRETO: lit. la palabra guardaron.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
9, 2-13 Solo los apóstoles del círculo
más íntimo de Cristo – Pedro, Santiago y Juan – tuvieron el privilegio de ver su
gloria en la Transfiguración, que muestra el cumplimiento de la Ley (Moisés) y
de los profetas (Elías). La voz de Dios Padre revela que Cristo es su Hijo
amado y ordena que sus palabras sean tomadas en cuenta. Es una escena que
recuerda a su bautismo: la Transfiguración fue una manifestación de la Santísima
Trinidad. Cat. 151, 459, 554-556.
9, 2 Al igual que Moisés recibió la
Ley en el Monte Sinaí, la Transfiguración tuvo lugar en una montaña prominente.
El envolvimiento de Cristo en la luz apunta a la gloria de la resurrección. La
transfiguración dio un especial énfasis a la gloria y la belleza de la
divinidad de Cristo y, al mismo tiempo, preparó a los apóstoles para aceptar el
escándalo de la cruz. Cat. 554, 555, 556.
9, 7 En la Transfiguración, el Padre
confirmó que en su Hijo, Jesucristo, tenemos la plenitud de la Revelación. Cat
459.
9, 10 En la resurrección, anticipada
por Cristo en su transfiguración, el cuerpo del hombre salvado, reunido ya con
el alma para toda la eternidad, será cuerpo glorioso lleno de luz. Cat. 649,
997-999.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
En seis días, número perfecto,
fue creado el mundo entero, la creación perfecta; por eso, pienso que las
palabras “seis días después Jesús tomó consigo” a algunos de aquellos se
refieren al que sobrepasa toda la realidad porque ha puesto la mirada no solo
sobre las cosas visibles (las que suceden en un instante), sino sobre las invisibles
(porque son eternas). Por tanto, si uno de nosotros desea que Jesús lo tome
consigo, lo lleve sobre un monte alto y lo haga digno de contemplar aparte su
transfiguración, que pase por encima de los seis días, no fije más la mirada en
las realidades visibles; que no ame más al mundo y lo que hay en él, y que no
desee ya más cosa alguna mundana.
Orígenes. Comentario al Ev.
de Mateo, 12, 36. Pg. 174-175.
Así les manifestó de alguna
manera su divinidad y que Dios habitaba en ellos.
Juan Crisóstomo. Sobre la
vanidad de las riquezas, 10. Pg. 175.
Y cuando se transfigure, también
su rostro brillará como el sol, pues se manifiesta a los hijos de la luz, que
han abandonado las obras de las tinieblas y son revestidos de las armas de la
luz.
Orígenes. Comentario al Ev.
de Mateo, 12, 37. Pg. 176.
Lo que para los ojos de la carne
es este sol, también lo es el Señor para los ojos del corazón.
Agustín, Sermón, 78, 2.
Pg. 176.
Porque resplandeció más que el
sol y que la nieve, por eso se cayeron, al no soportar el esplendor.
Juan Crisóstomo. Sobre la
vanidad de las riquezas, 10. Pg. 176.
Si alguno preguntara qué
significa simbólicamente el vestido del Señor, que se volvió blanco como la
nieve, podemos entender con razón que se refiere a la Iglesia de sus santos…
que en el momento de la resurrección serán purificados de toda mancha de pecado
y de cualquier obscuridad de mortalidad.
Ningún médico de almas o
purificador destacado de su propio cuerpo puede hacer en la tierra lo que el
Señor hará en el cielo, cuando purifique su vestido, es decir, la Iglesia “de
toda impureza de carne o del espíritu” y la restaure de nuevo con la
bienaventuranza y la luz eterna de la carne y del espíritu.
Beda, Homilías sobre los Evangelios,
1, 24. Pg. 177.
Ambos se opusieron libremente a
los tiranos: uno contra el de Egipto, y el otro contra Acab, y esto por hombres
ingratos y desobedientes. Ambos eran hombres sin cargos públicos: uno era
tartamudo y de voz débil; el otro, de porte rústico; grandes cultivadores de la
pobreza, pues ni Moisés poseía nada, ni Elías tenía cosa alguna, fuera de su
piel de oveja.
Juan Crisóstomo, Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 56, 2. Pg. 177.
En Moisés y Elías se pueden ver
a todos los que reinarán con el Señor; en Moisés que murió y fue sepultado,
podemos entender a todos aquellos que resucitarán de la muerte en el juicio, mientras
que Elías, que todavía no ha muerto, podemos entender a todos aquellos que a la
llegada del Juez todavía se encuentran en vida.
Beda. Homilías sobre los
Evangelios, 1, 24. Pgs. 177-178.
Oh Pedro, aunque hayas subido al
monte, aunque estés viendo a Jesús transfigurado, aunque veas sus vestidos
blancos, sin embargo, porque Cristo aun no ha muerto por ti, todavía no puedes
conocer la verdad.
Jerónimo, Comentario al Ev.
de Marcos, homilía 6. Pg. 178.
A mí me parece que esta nube era
la gracia del Espíritu Santo. Una tienda ciertamente cubre y protege con su
sombra a los que están dentro de ella. Pues bien, esto, que ordinariamente hacen
las tiendas, lo hizo la nube. ¡Oh Pedro, que quieres hacer tres tiendas, mira
la tienda del Espíritu Santo, que a todos nosotros igualmente nos protege!
Jerónimo, Comentario al Ev.
de Marcos, homilía 6. Pg. 178.
No hagas tiendas igualmente para
el Señor y para los siervos: “Este es mi Hijo amadísimo, escuchadle”. Este es
mi Hijo: no Moisés ni Elías. Ellos son siervos, éste es mi Hijo.
Jerónimo. Comentario al Ev.
de Marcos, homilía 6.
Allí estaban Moisés y Elías; sin
embargo, no se dijo: “Estos son mis hijos amados”. Una cosa es ser Hijo Único,
y otra distinta, hijos adoptivos. El designado por la voz era aquel de quien se
gloriaban la ley y los profetas.
Agustín, Sermón, 78, 4.
Pg. 179.
Yo, cuando leo el Evangelio y
descubro allí el testimonio de la ley y los profetas pongo mi atención
solamente en Cristo: veo a Moisés y veo a los profetas, de manera que comprendo,
en tanto cuanto hablan Cristo… Si luce el sol, la luz de la lámpara no se
percibe: de este mismo modo, estando Cristo presente, no se perciben a su lado la
ley y los profetas, al contrario, hago de ellos una alabanza, porque anuncian a
Cristo, pero yo leo la ley y los profetas, no para quedarme en ellos, sino
para, a través de ellos, llegar a Cristo.
Jerónimo. Comentario al Ev.
de Marcos, homilía 6. Pg. 179.
Les manda callar y no sin razón,
porque de nuevo les recuerda la pasión, con lo que de forma velada les da a
entender la causa por la cual les ordenaba callar. Ciertamente, no les mandó
que guardaran silencio siempre, sino solo hasta que Él resucitara de entre los
muertos. Y debemos darnos cuenta de cómo callando lo difícil, hace mención
únicamente de lo agradable.
Juan Crisóstomo, Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 56, 4. Pg. 180.
San Agustín.
Ve esto Pedro y, juzgando de lo
humano a lo humano, dice: Señor, bueno es estarnos aquí. Sufría el tedio
de la turba, había encontrado la soledad de la montaña. Allí tenía a Cristo,
pan del alma. ¿Para qué salir de aquel lugar hacia las fatigas y los dolores,
teniendo los santos amores de Dios y, por tanto, las buenas costumbres? Quería
que le fuera bien, por lo que añadió: Si quieres, hagamos tres
tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Nada respondió a
esto el Señor, pero Pedro recibió, no obstante, una respuesta, pues mientras
decía esto, vino una nube refulgente y los cubrió. Él buscaba tres tiendas. La
respuesta del cielo manifestó que para nosotros es una sola cosa lo que el
sentido humano quería dividir. Cristo es la Palabra de Dios, Palabra de Dios en
la ley, Palabra de Dios en los profetas. ¿Por qué quieres dividir, Pedro? Más
te conviene unir. Busca tres, pero comprende también la unidad.
Oído esto, cayeron a tierra. Ya
se nos manifiesta en la Iglesia el reino de Dios. En ella está el Señor, la ley
y los profetas; pero el Señor como Señor; la ley en Moisés, la profecía en
Elías, en condición de servidores, de ministros. Ellos, como vasos; él, como
fuente. Moisés y los profetas hablaban y escribían, pero cuanto fluía de ellos,
de él lo tomaban.
Desciende, Pedro. Querías
descansar en la montaña, pero desciende, predica la palabra, insta oportuna e
importunamente, arguye, exhorta, increpa con toda longanimidad y doctrina.
Trabaja, suda, sufre algunos tormentos para poseer en la caridad, por el candor
y la belleza de las buenas obras, lo simbolizado en las blancas vestiduras del
Señor.
San Juan de Ávila.
Y cierto, si con
esos ojos miráredes a Cristo, no os parecerá feo, como a los carnales, que en
su pasión le despreciaban; mas con los santos apóstoles que en el monte Tabor
le miraron, pareceros ha su cara resplandeciente como el sol, y sus
vestiduras blancas como la nieve (Mt 17, 2), y tan blancas, que, como dice
San Marcos, ningún batanero sobre la tierra los pudiera emblanquecer tan
bien (Mc 9, 2), lo cual significa que nosotros, que somos dichos vestidura
de Cristo (Is 49, 18), porque le rodeamos y ataviamos con creerle y
alabarle, y amarle, somos tan blanqueados por Él que ningún hombre sobre la
tierra nos pudiera dar la hermosura que Él nos dio. Parézcaos Él como el sol,
y las almas por Él redimidas blancas como la nieve. Aquellas, digo,
que confesando y conociendo y aborreciendo su propia fealdad, piden cual salen
tan hermoseadas por Él que basten para enamorar a Dios, y que les sean cantadas
con gran verdad las palabras ya dichas: Deseará el Rey tu hermosura (Sal
44, 12).
Audi, filia
[I]. Hermosura del alma, 36. OC I. Pg. 532.
Ningún
batanero sobre la tierra las pudiera emblanquecer tan bien (Mc 9, 3). Lo cual significa que nosotros que somos dichos vestidura
de Cristo, porque le rodeamos y ataviamos
con creerle y amarle y alabarle, somos tan blanqueados por él que ningún hombre
sobre la tierra nos pudiera dar la hermosura que él nos dio de gracia y
justicia (cf. Is 49, 18; Ef 2, 10). Parézcanos él como el sol y las
ánimas por él redemidas, blancas como la nieve. Aquellas, digo, que,
confesando y aborreciendo con dolor su propia fealdad, piden ser hermoseadas y lavadas
en esta piscina de sangre del Salvador; de la cual salen tan hermosas, justas y
ricas, con la gracia y dones que reciben por él, que bastan a enamorar los ojos
de Dios, y que le sean cantadas con gran verdad y alegría las palabras ya
dichas: Deseará el rey tu hermosura (Sal 44, 12).
Audi, filia
[II], cap. 113, 5. OC I. Pg. 780.
Y pues,
recibiendo el cuerpo del Señor, recebimos también su sangre, que en sus venas
está, no se maraville nadie que metiéndonos en esta piscina, que, aunque roja
en el color tiene virtud de emblanquecer, salgan nuestros vestidos limpios y sin
manchas, que, como dice el evangelista San Marcos, ningún batanero sobre la
tierra tan blancas las pudiera parar (Mc 9, 2). Y entonces obra el Señor lo
que está escrito: Que se entregó a la muerte para parar a su Iglesia
hermosa, que no tenga mancha ni ruga, ni cosa de esta hechura, para que sea
santa y sin mancha de pecado venial (cf. Ef 5, 25-27); porque tales para a
los que bien le reciben, que no les queda mancha de pecado venial y les quita
las rugas de las imperfecciones.
51. Santísimo
Sacramento, 42. OC III. Pg. 671.
Pues
representada por la pureza de holanda[3]
y ganada con trabajos como la blancura de la holanda, viste hoy el Señor
benignísimo al ánima de su sacratísima Madre, y también hoy, o al tercero día,
le resucita su santísimo cuerpo, y, vestido de gloria, lo junta con el ánima
que tiene más gloria.
71. Asunción
de María, 24. OC III. Pg. 985.
Sobre todo,
metámonos, y no para luego salir, mas para morar, en las llagas de Cristo, y
principalmente en su costado, que allí en su corazón, partido por nos, cabrá el
nuestro y se calentará con la grandeza del amor suyo. Porque ¿quién, estando en
el fuego, no se calentará siquiera un poquito? ¡Oh si allí morásemos, y qué
bien nos iría! ¿Qué es la causa por que tan presto nos salimos de allí? ¿Por
qué no tomamos estas cinco moradas en el alto monte de la cruz, adonde Cristo
se transfiguró, no en hermosura, mas en fealdad, en bajeza, en deshonra? Las
cuales moradas nos son otorgadas, y somos rogados con ellas, siendo negadas a
Pedro las tres que pedía (cf. Mc 9, 4).
74. A una
persona religiosa. OC IV. Pg. 320.
Papa Francisco. Fratelli tutti (propuesta de la revista
Homilética)
55. Invito a la
esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del
ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los
condicionamientos históricos en que vive. Nos habla de una sed, de una
aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida lograda, de un querer tocar lo
grande, lo que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes, como
la verdad, la bondad y la belleza, la justicia y el amor. […] La esperanza es
audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas
seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes
ideales que hacen la vida más bella y digna»[52]. Caminemos en esperanza.
Comentario Homilética
-Entre los dos
primeros anuncios de la Pasión (Mc 8, 31 y Mc 9, 31):
Primer anuncio:
Reacción negativa
de Pedro:
No entiende
que el Mesías tenga que sufrir.
-Después de la
Transfiguración:
Curación del
endemoniado epiléptico al que los discípulos no pueden curar por falta de fe y
oración.
Segundo
anuncio de la pasión:
Reacción
negativa del grupo de discípulos.
-Acontecimiento
que adelanta la resurrección de Jesús a un especial momento de dificultad en el
discipulado:
Aceptar la
pasión como etapa más del seguimiento de Cristo.
-Partes:
Centro: la voz
e Dios.
1ª (vv. 2-3) y
5ª (vv.9-10): relacionadas:
El monte.
Transfiguración
(1ª) – Mención a la resurrección (5ª).
2ª (vv. 4-6) y
4ª (v. 8):
Moisés y Elías:
Presencia
(vv. 4-6) – ausencia (v. 8).
Ley y Profetas:
desaparecen.
Jesús:
permanece.
3ª: central:
La voz de
Dios declara la identidad de Jesús y su autoridad.
-1ª parte:
Ambiente
divino:
El monte:
esfera de Dios en contacto con los seres humanos.
El blanco
deslumbrador: la gloria de Dios.
-La mirada del
transfigurado es una invitación a:
Creer en el
traspasado, el crucificado.
Asumir su
proyecto completo:
Persecución,
sufrimiento, fracaso y muerte.
MISA DE NIÑOS. DOMINGO III TIEMPO DE
CUARESMA.
Monición de entrada.
Sed bienvenidos, sobre todo nuestras madres y padres:
En todos los pueblos hay una iglesia y en las iglesias todos los domingos
se hace misa.
En la misa lo primero que hacemos es pedirle perdón a Jesús.
Porque a veces entramos corriendo, hablamos en misa y no estamos en la
iglesia como Jesús quiere.
Porque Jesús quiere que la iglesia sea una casa de silencio y oración.
Señor, ten piedad.
Tú que eres nuestra ley. Señor, ten piedad.
Tú que eres el templo de Dios. Cristo, ten piedad.
Tú que eres el amor de Dios. Señor, ten piedad.
Homilía:
La botella con los propósitos.
Les enseñamos unas cartulinas con los Diez Mandamientos y
otros que nos inventamos. Tienen que escoger los Diez y ordenarlos,
dividiéndolos en dos grupos: los 3 respecto de Dios y los 7 respecto de el ser
humano. Escogerán entre todos el que quieren cumplir y lo colocarán en el altar
para que Jesús esta semana cuando esté en la eucaristía les ayude.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco que siga siendo un espejo de como ser cristiano. Te lo
pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que cada día sea más como Jesús quiere. Te lo pedimos
Señor.
-Por las personas que hacen leyes, para que las hagan pensando en todas las
personas. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que están en los hospitales, para que no estén solas. Te
lo pedimos, Señor.
-Por nosotros que venimos a misa, para que cada día amemos más a todos. Señor.
Acción de gracias.
San José este domingo es el sexto domingo. Y nos
acordamos cuando volvisteis de Egipto y fuisteis a vivir a Nazaret. Allí
vuestra casa era una cueva donde faltaban muchas cosas y había mucho amor.
EXPERIENCIA.
Entra en https://www.youtube.com/watch?v=L2prq3TMMno Presencia de lo
sagrado.
Mira el vídeo con el
audio en silencio, centrando tus ojos en las imágenes.
Cierra los ojos: ¿qué
muestran? ¿cuáles son los sentimientos que generan? ¿qué sentimientos o estados
de ánimo han despertado en ti? ¿Cómo lo titularías?
Pulsa al “play”. Cierra
los ojos. Escucha. ¿Cuál es la frase que recuerdas?, ¿el sonido? ¿con qué color
representarías la voz de esta mujer?
Imagina que estás en un
campamento, convivencia o sesión del sábado. Antes de ver el vídeo les ofreces
en una cucharita, una por cada miembro del grupo, un alimento con un sabor
(chocolate, sal, azúcar, zumo de limón, refresco,…), ¿cuál escogerías acorde al
sabor y textura que evoca el vídeo? Recuérdalo y siéntelo en la boca.
Vuelve a visionarlo con
sonido las veces que necesites.
Recuerda en tu vida
esos encuentros que la iluminaron. Si has sido madre o padre, vuelve a
recuperar lo que sentiste cuando nació tu hija o hijo. Mentalmente o cuando
tengas un rato escríbele una carta, contándole esa experiencia única que solo
quienes habéis tenido hijos la habéis experimentado. En esta vida quedan muchas
palabras si decir a quienes amamos, aprovecha para que esta no muera en el
deseo.
¿Cuál es la frase más
significativa?
REFLEXIÓN.
Busca la cita en tu
Biblia (Marcos 9,
2-10), como quien va a iniciar
un viaje, porque lo es, por los caminos de Jesús.
Párate un momento,
realiza la señal de la cruz, pídele al Padre que te envíe el Espíritu Santo para
que puedas descubrir lo que Jesús espera de ti con la lectura del texto.
Lee el texto:
X Lectura del santo evangelio según
san Marcos 9, 2-10.
En aquel tiempo Jesús tomó
consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte
alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco
deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les
aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la
palabra y dijo a Jesús:
-Maestro, ¿qué bueno es que
estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías.
No sabía qué decir, pues
estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
-Este es mi Hijo, el amado;
escuchadlo.
De pronto, al mirar alrededor,
no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte,
les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del
hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían
qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
-“En lo cotidiano se que habita
lo sagrado”: ¿cuáles son los momentos cotidianos en los que te has encontrado
con Dios? ¿cuáles fueron en la vida de los apóstoles?
-Recorre el camino con ellos:
Antes de subir les ha anunciado
que tiene que morir en la cruz. Ellos no lo aceptan, están tristes,
desalentados, incluso enfadados con Jesús. Así se lo ha manifestado Pedro. ¿Cuáles
son tus cruces? ¿Qué momentos dolorosos borrarías de tu vida? ¿qué te gustaría
cambiar del momento presente? Si Dios te diese la oportunidad de no pasar por
alguna experiencia dolorosa del futuro (fracasos, crisis, enfermedad, muerte,…),
¿cuál sería tu respuesta?
En el monte tiene lugar una
experiencia sobrenatural: Jesús se muestra tal como será en la resurrección y
provoca miedo pero también una sensación de gozo total. Recuerda los encuentros
con Jesús que fueron muy felices (la primera comunión, una misa en la parroquia,
una oración en el campamento, una procesión,…).
Tienen que descender y
reemprender el camino hacia Jerusalén. Jesús por dos veces les anunciará su
muerte, después la Última Cena, Getsemaní, la dormición de los tres testigos de
la transfiguración mientras Jesús se debate en una terrible y agónica lucha, el
prendimiento, las negaciones de Pedro, la crucifixión, el abandono de los
discípulos, la resurrección, la no aceptación del testimonio de las mujeres, el
encuentro y la misión. Es la vida de los apóstoles, la vida de cada uno de
nosotros. Y siempre Jesús dando el primer paso para el encuentro, a pesar de nuestros
enfados, indiferencias, miedos y dudas.
A continuación puedes
ayudarte con los anexos 1 y 2.
COMPROMISO.
Dedica cada día 5 minutos + los que después
necesites para permanecer en silencio, mirando la cruz, evitando todo
pensamiento y toda palabra, como la madre mira a su hija recién nacida, sin
discursos, simplemente sintiendo el amor que el pequeño y cálido cuerpo que ha
gestado transmite. Ofrécele tu corazón para que él le dé la calidez. Amar es
primero ser amado, acoger a quien te ama, sin más palabra que la escucha del
silencio de quien te ama. La oración es tratar con Dios de amistad, es sentir
la mirada de Dios, que te mantiene vivo.
CELEBRACIÓN.
Dale
gracias a Dios por esta experiencia, cuéntale como te sientes, si la Palabra de
Dios te ha cambiado en algo. Dale gracias por el don de la oración, de las
personas que cada día hacen posible tomes tu cruz y le sigas.
ANEXO 1.
TEMA 16. JESÚS ORA Y CUMPLE LA
VOLUNTAD DE SU PADRE.
Síntesis del tema.
Jesús, con su oración confiada, está siempre
unido a Dios, su Padre.
En la oración conocemos lo que Dios Padre
quiere de nosotros.
Jesús siempre cumple la voluntad de su Padre.
Tema.
En la familia todos nos conocemos bien. Los
padres a los hijos y los hijos a los padres. ¡Sabemos muchas cosas los unos de los
otros! Pasamos mucho tiempo juntos. La familia es lo mejor que tenemos en la
vida.
A Jesús le gusta estar con Dios, su Padre. Él
lo conoce mejor que nadie, pues es su Hijo. Jesús sabe cuánto lo ama el Padre.
Conoce su amor fiel. Jesús ora, escucha a su Padre y habla con Él.
Al levantarse, al acabar el trabajo, en los
momentos importantes de su vida, bendice a su Padre, lo alaba, le pide ayuda...
pero, sobre todo, quiere cumplir su voluntad.
Orar es abrir el corazón a Dios, ponerse ante
Él, escucharlo y hablarle con confianza de hijos. Ser sus amigos para saber lo
que Él quiere de nosotros.
Jesús nos enseñó a orar diciendo:
Oración.
Padre
nuestro que estás en el Cielo,
santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino,
hágase
tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos
hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas
como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no
nos dejes caer en la tentación
y
líbranos del mal. Amén. (Lucas 11, 2-4)
Frase de síntesis final.
La oración cristiana es la relación
personal y viva de los hijos de Dios con su Padre,
infinitamente bueno.
Preguntas:
-¿Cómo está unido Jesús con su Padre?
-¿Por qué es importante la oración?
-¿Cómo es la relación de Jesús con su Padre?
-¿Cuando ora Jesús?
-¿Qué es orar?
ANEXO 2.
EN CLAVE JUNIORS:
Definición del
itinerario de oración:
De oración Este
itinerario busca hacer de la oración una experiencia auténtica de relación y
comunión con el Señor, a recorrer un camino de crecimiento en el cual la oración
se convierta en un rasgo típico de la propia existencia, donde la relación con
el Señor es experimentada como el fundamento de la vida y es cultivada a través
de una pluralidad de actitudes: la atención, la escucha, la expresión, el
silencio, el canto, la acción de gracias, la invocación, la contemplación.
Rasgos de
Identidad. Pg. 26.
Así, nuestra oración
quiere ser un reflejo de la oración de Jesús: una expresión de la intimidad y
la confianza con la que estamos llamados a tratar a Dios, pidiéndole que se
haga su voluntad y que se vaya realizando cada vez más en nosotros.
Manual de
Espiritualidad Juniors. Pg. 19.
Por eso, cuando
decimos que la Palabra de Dios se encuentra en el fundamento de nuestra
espiritualidad, estamos diciendo que nuestra espiritualidad no es una
meditación vacía. No es la dinámica por la que buscamos una cierta quietud o
tranquilidad, puesto que eso es una relajación que, si bien puede venirnos muy
bien para desconectar o para prepararnos a la oración, no tiene ningún
contenido. Nuestra oración es una relación con nuestro Padre a través del
Camino que es Jesucristo a través de su Espíritu, que habita en nosotros y nos
pone en diálogo con Dios. Así, en la base de nuestra espiritualidad está el
mismo Jesús, que ha entrado en diálogo con nosotros, que es quien nos enseña
cómo acercarnos a Dios y cómo tener una relación con Él. Nuestra espiritualidad
necesita tener en la base la relación con Dios, a través de su Palabra, que es
en quien se nos ha hecho comprensible: Jesús. No nos relacionamos con Dios como
alguien abstracto, como una energía, sino que es una relación personal: Dios es
Alguien para nosotros, como nos ha mostrado Jesús. Ahora bien, si nuestra
relación con Dios es a través de su Palabra, también
Manual de Espiritualidad
Juniors. Pg. 22.
La transfiguración Mt 17, 1-9
Preguntas:
- El Día a Día es un camino, ¿Dios te acompaña? ¿Hacia dónde vas?
- ¿Qué cosas y actitudes me atan o no me permiten caminar?
- Compara tu camino cristiano con una marcha ¿En qué etapa estoy?
- ¿Soy consciente de que Dios me espera al final de ese camino?
Canción: Caminante no hay camino
Gesto: Deja tu huella y en ella escribe algo que te ha marcado en
el camino cristiano que llevas recorrido.
El camino de cuaresma. Libro 9. Estilo de Vida IV. Pgs. 79-80. Actividad para realizar durante el tiempo de cuaresma
en la que se propone un itinerario a recorrer a modo de desierto.
En
el libro A quí busques? pgs. 45-47 se nos ofrece una oración ante el icono
de la Trinidad, la presencia de Dios en el camino de Abraham. http://recursos.juniorsmd.org/Otros%20Recursos/LLIBRE%20DE%20CREIXEMENT%20EN%20LA%20FE%20DEL%20JOVE/
BIBLIOGRAFÍA.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego
de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de
la Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Robinson, Jame M.; Hoffmann Paul y John S.,
Kloppenborg. El Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en
español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento.
4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va
Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía
de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.
Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
[1] Biblia Didajé.
[2] Retórica: 4. Arte del
bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para
deleitar, persuadir o conmover. https://dle.rae.es/ret%C3%B3rico#WISC3uX
[3] Holanda: 1. Lienzo muy
fino de que se hacen las camisas, sábanas y otras cosas. https://dle.rae.es/holanda
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