Lectura del libro de las Crónicas 36, 14-16.19-23.
En aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo
multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y
profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén. El Señor,
Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su
pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se
reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor
se encendió irremediablemente contra su pueblo. Incendiaron el templo de Dios,
derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y
destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que
habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento
del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías: “Hasta
que tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta
cumplirse setenta años”. En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir
lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de
Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:
-Así dice Ciro, rey de Persia: el Señor, Dios del cielo, me ha
entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un
templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo puede
volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!
Textos
paralelos.
Les envió al principio
avisos por medio de sus mensajeros.
Hb 1, 1: Muchas veces y de muchas
formas habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas.
Despreciaron sus palabras.
Mt 23, 34-36: Mirad, para eso
os estoy enviado profetas, doctores y letrados: a unos los matáis y crucificáis,
a otros los azotáis en vuestras sinagogas y los perseguís de ciudad en ciudad.
Así recaerá sobre vosotros toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde
la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el
atrio y el altar. Os aseguro que todo recaerá sobre esta generación.
Incendiaron el templo de
Dios.
2 Re 25, 14: También llevaron
las ollas, palas, cuchillos, bandejas y todos los utensilios de bronce que
servían para el culto.
En el año primero de
Ciro.
Esd 1, 1-3: El año primero de Ciro,
rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de
Jeremías, movió a Ciro de Persia a promulgar de palabra y por escrito en todo
su reino: “Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor Dios del cielo, me ha
entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo
en Jerusalén de Judá. Los que entre vosotros pertenezcan a ese pueblo, que su
Dios lo acompañe y suba a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo de Dios,
Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén”,
Notas
exegéticas.
36 14 Juicio general sobre la
infidelidad del pueblo que causa la ruina de Judá. El Cronista se une aquí a
Jeremías y Ezequiel.
36 22 Estos dos últimos vv.
reproducen el comienzo de Esdras. Pero la utilización de este texto como conclusión
cambia su sentido. El anuncio de una labor penosa se convierte aquí en un grito
de triunfo sobre la restauración del Templo, por lo que se afirma la perennidad
de las instituciones davídicas.
Comentario.
-Texto que cierra el libro de
Crónicas.
-Fin del reino de Judá:
Reinado de Sedecías, que se
negó a escuchar al profeta Jeremías.
Infidelidades:
Rey, sacerdotes y pueblo.
Provoca la ruina de Jerusalén:
Dios va a castigar a Judá por
medio de los babilonios:
Grandes imperios:
Instrumentos que Dios utiliza
para castigar las infidelidades de Israel.
-Cumplimiento de la profecía de
Jeremías:
Jeremías 25, 11.
Teología de la retribución.
-Final del libro:
Retoma el comienzo de Esdras 1,
1-3.
Anuncia la restauración del
templo y el retorno de los exiliados.
El rey persa Ciro:
Derrotó a los babilonios y dio
la libertad a los judíos.
Instrumento de Dios para
liberar a su pueblo (v. 23).
Bendición para el pueblo: “Dios
está con él” (v. 23).
-Dominio persa:
Respetuoso con las costumbres y
creencias religiosas de los pueblos que formaban parte del imperio.
Reconstrucción del Templo.
Centro de la vida del pueblo:
Ley y culto.
Comienza el judaísmo del
segundo Templo:
Jesús y los cristianos de origen
judío crecieron en él.
Salmo responsorial
Salmo 137 (136), 1-6
Que
se me pegue la lengua al paladar
si
no me acuerdo de ti. R/.
Junto
a los canales de Babilonia
nos
sentamos a llorar
con
nostalgia de Sión;
en
los sauces de sus orillas
colgábamos
nuestras cítaras. R/.
Allí
los que nos deportaron
nos
invitaban a cantar;
nuestros
opresores, a divertirlos:
“Cantadnos
un cantar de Sión”. R/.
¡Cómo
cantar un cántico del Señor
en
tierra extranjera!
Si
me olvido de ti, Jerusalén,
que
se me paralice la mano derecha. R/.
Que
se me pegue la lengua al paladar,
si
no me acuerdo de ti,
si
no pongo a Jerusalén
en
la cumbre de mis alegrías. R/.
Textos paralelos.
A orillas de los ríos de Babilonia.
Ez 3, 15: Llegué a los
deportados de Tel-Abib (que vivían a orillas del río Quebar), que es donde
ellos vivían, y me quedé allí siete días abatido en medio de ellos.
Lm 3, 48: Lloramos arroyos de
lágrimas por la ruina de la capital.
Colgábamos nuestras
cítaras.
Is 24, 8: Cesa el alborozo de
los panderos, se acaba el bullicio de los que se divierten, cesa el alborozo de
las cítaras.
Allí mismo nos pidieron.
Jr 25, 10: Haré cesar la voz
alegre y la voz gozosa, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido del molino
y la luz de la lámpara.
Lm 5, 14: Los ancianos ya no se
sientan a la puerta, los jóvenes ya no cantan.
Si me olvido de ti,
Jerusalén.
Jr 51, 50: Los que evitasteis
su espada, marchad sin deteneos, invocando desde lejos al Señor, recordando a
Jerusalén.
Si no exalto a Jerusalén.
Sal 122, 1: ¡Qué alegría cuando
me dijeron “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus
umbrales, Jerusalén.
Notas
exegéticas.
137 Este salmo evoca el recuerdo de
la caída de Jerusalén el año 587 y del destierro en Babilonia.
137 3 “nuestros raptores” solelenû
Targum; hebreo tolalenû ininteligible.
137 5 “se me seque” tikehas conjunción:
“olvide” tiskah hebreo (que al parecer ha tratado adrede de suavizar
esta maldición).
Tres lecturas.
Con Israel: Este es uno de los más bellos poemas de la
literatura universal: quizá jamás el amor apasionado por la patria haya sido
cantado con acentos de tanta nostalgia y tanta violencia. Lo confesamos
abiertamente: este salmo nos desconcierta, a tal punto que quisiéramos suavizarlo
y conservar tan sólo las cuatro primeras estrofas. El deseo salvaje de
represalia que alientan las dos últimas estrofas es a menudo puesto entre
paréntesis, cuando se canta este salmo en público: es difícil "orar"
con estas dos últimas estrofas... Por esto, para no impresionar, se suprime. Se
reconoce en ellas la ley del Talión: "ojo por ojo, diente por diente"
(Génesis 4,23 - Éxodo 21,23-25 - Levítico 24,18-21). Este salmo es una forma de
súplica, utilizada probablemente cada año, el día del "duelo nacional" que Israel celebraba con
ocasión del aniversario de la destrucción de Jerusalén por los ejércitos de Nabucodonosor, en el
587. El profeta Jeremías, que vivió en carne propia el sitio de 18 meses, lo
describe en todo su horror, fechando minuciosamente el comienzo y el fin del
drama (/Jr/39/01-10). La catástrofe nacional estaba presente en todas las
mentes cuando se cantaba este salmo: el Templo incendiado a la par que los
palacios reales y las casas de las ciudades... Destrucción sistemática, a golpe
de pico, de todas las murallas (como se puede ver hoy en los bajos relieves
caldeos en el museo de Louvre) ...
"El rey de Babilonia hizo degollar a los hijos de Sedecías en
presencia de éste y luego les arrancó los ojos..." (Jeremías 39,6-7). Finalmente,
deportación masiva de toda la población... Un exilio que duró más de 50 años y
durante el cual Jerusalén fue tan sólo un montón de ruinas. Estos son los
hechos que dieron origen a este salmo candente y violento.
Con Jesús: ¿Podemos imaginar que
Jesús recitara este salmo? Sin duda alguna, pero lo hacía a su manera. Y ésta
para nosotros hoy día, la única forma de recitarlo con El. ¡Jamás pactar con el
mal! Jesús profirió palabras violentas para recordarnos la fidelidad a toda
prueba: "A cualquiera que haga caer en pecado uno de estos pequeños que
creen en Mí, más le valiera que lo hundieran en lo profundo del mar con una
gran piedra de molino atada al cuello" (Mateo 18,6). "Si tu mano o tu
pie te inducen al pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti" (Mateo 18,8).
Con nuestro tiempo: Querer
apasionadamente la destrucción del mal. So pretexto de tolerancia, nos quedamos mudos. Babel, el nombre peyorativo
de Babilonia, es la "anti-ciudad", la
"anti-paz", símbolo de violencia, de dominación y de opresión
injusta por la fuerza... En tanto que
Sión, el nombre amoroso de Jerusalén es "la ciudad-tipo", el lugar de
la paz, el símbolo de la comunión entre
los hombres... En nuestro mundo actual, existen "Babilonias" de
impiedad contra Dios y de injusticia contra los hombres: este salmo nos alienta
a orar y actuar para que el mal sea extirpado de la humanidad y ante todo de
nuestro propio corazón. No, no me instalaré en el exilio. La mayor tentación de
los judíos deportados, fue la de plegarse al paganismo babilónico e instalarse
en el exilio. La gran tentación del hombre es instalarse aquí abajo.
Segunda lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10.
Hermanos:
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,
estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo –
estáis salvados por pura gracia –; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha
sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa
riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En
efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de
vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda
presumir. Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que
nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que
practicásemos.
Textos paralelos.
Pero Dios, rico en misericordia.
Rm 1, 18: Desde el cielo se
revela la ira de Dios contra toda clase de hombres impíos e injustos que
cohíben con injustica la verdad.
Rm 2, 8: A los que por egoísmo
desobedecen a la verdad y obedecen a la injusticia, ira y cólera.
Movido por el gran amor
que nos tenía.
Ex 34, 6: El Señor pasó ante él
proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente, paciente,
misericordioso y fiel.
Estando muertos a causa
de nuestros delitos.
Rm 8, 8: Y los que siguen el
instinto no pueden agradar a Dios.
Col 2, 13: Vosotros estabais muertos
por vuestros pecados y la incircuncisión carnal; pero os ha vivificado con él,
perdonándoos todos los pecados.
Nos hizo sentar en los
cielos.
Col 2, 12: Que consiste en ser
sepultados con él en el bautismo y en resucitar con él por la fe en el poder de
Dios, que lo resucitó a él de la muerte.
Col 3, 1-4: Por tanto, si
habéis resucitado con Cristo, buscad lo de arriba, donde Cristo está sentado a
la diestra de Dios, aspirad a lo de arriba, no a lo terreno. Pues habéis muerto
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo,
vuestra vida, entonces vosotros apareceréis gloriosos junto a él.
De este modo puso de
manifiesto.
Rm 8, 11: Y si el Espíritu del
que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a
Jesucristo de la muerte dará vida a vuestros cuerpos morales, por el Espíritu
suyo que habita en vosotros.
La sobreabundante
riqueza.
Rm 1, 16: Yo no me avergüenzo
de la buena noticia que es una fuerza divina de salvación para todo el que cree
– primero el judío, después el griego –.
Para que nadie se gloríe.
Rm 3, 27: ¿Dónde, pues, queda
el orgullo? Queda excluido: ¿Por qué ley?, ¿de las obras? Nada de eso, por la
ley de la fe.
1 Co 1, 29: Y así nadie podrá
engreírse frente a Dios.
2 Co 8, 17: Y al aceptar mi
ruego, de buena gana y con toda diligencia se puso en camino hacia vosotros.
Notas
exegéticas.
2 5 (a) Nosotros, es decir, los
paganos, vv. 1-2, y los judíos conjuntamente, v. 3. La frase interrumpida por
la digresión del v. 3 prosigue aquí.
2 5 (b) “con Cristo”; variante: “en
Cristo” – “por gracia”; var. (Vulgata): “por cuya gracia”.
2 6 Aquí y en Col 2, 12; 3, 1-4,
son consideradas como realidades ya conseguidas (verbos en pretérito) la
resurrección y el triunfo celeste de los cristianos, mientras Rm 6, 3-11; 8,
11-17, los mira más bien como futuros (verbos en futuro). Esta escatología
realizada es una de las características de las Epístolas de la Cautividad.
2 7 Lit. “en los eones venideros”.
2 10 Lo mismo que la salvación, la
nueva vida que de ella deriva y las obras que la expresan proviene de la gracia
soberana de Dios. Al cristiano compite discernir y realizar lo que “dispuso
Dios”. Los vv. 8-10 recogen en algunas frases incisivas la predicación de la
gracia de Dios desarrollada en Romanos y Gálatas. Pero el tema de la justificación,
que constituye la base argumentativa de estas epístolas, no entra en las
perspectivas de Efesios.
Comentario.
-Efesios y
Colosenses:
Corpus Paulino: líneas
principales de la teología de Pablo:
Cristo es quien
salva.
La salvación es un
don, no mérito que consigue cada uno individualmente por su esfuerzos y logros.
Segunda generación
de cristianos.
-Dios rico en
misericordia:
Relación
misericordia-amor.
Muertos por el pecado.
Cristo nos ha hecho
vivir con él, resucitados y partícipes de su gloria.
Salvación por la pura
gracia:
No por el
cumplimiento de la Ley (Romanos y Gálatas).
Don de Dios.
Gratuidad.
Por la fe, no por
las obras.
Hacer el bien, no para
justificarnos a nosotros mismos, sino porque nosotros participamos de la obra
permanente de la creación.
Cristología – Creación
– Soteriología (salvación): unidas.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 3, 14-21.
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo:
-Lo mismo que Moisés elevó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para
que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo,
que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino
que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al
mundo, sino para que el mundo se salve por él. Él que cree en él no será juzgado;
el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de
Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Textos paralelos.
Y, del mismo modo que Moisés.
Jn 1, 18: Nadie ha visto jamás
a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.
Nm 21, 4-9: Desde el monte Hor
se encaminaron hacia el Mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo
estaba extenuado por el camino, y habló contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué
nos has sacado de Egipto, para morir en el desierto? NO tenemos ni pan ni agua,
y nos da náusea ese pan sin cuerpo”. El Señor envió contra el pueblo serpientes
venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo
acudió a Moisés, diciendo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti;
reza al Señor para que aparte de nosotros las serpiente”. Moisés rezó al Señor
por el pueblo, y el Señor le respondió: “Haz una serpiente venenosa y colócala
en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla”. Moisés
hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente
mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado”.
Sb 16, 5-7: Pues cuando les
sobrevino la terrible furia de las fieras y perecían mordidos por serpientes
tortuosas, tu ira no duró hasta el final; para que escarmentaran, se les asustó
un poco, pero tenían un emblema de salud como recordatorio del mandato de tu
ley; en efecto, el que se volvía hacia él sanaba, no en virtud de lo que veía,
sino gracias a ti, Salvador de todos.
Para que todo el que crea
tenga en él vida eterna.
Jn 1, 21: Le preguntaron: “Entonces,
¿eres Elías?”. Respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?”. Respondió: “No”.
Jn 12, 32: Cuando yo sea
elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Porque tanto amó Dios al
mundo.
1 Jn 4, 9: Dios ha demostrado
el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que vivamos
gracias a él.
Gn 22, 2: Dios dijo: “Toma a tu
hijo único, a tu querido Isaac, vete al país de Moria y ofrécemelo allí en
sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré”.
Gn 22, 13: Abrahán levantó los
ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abrahán se
acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
Que entregó a su Hijo
unigénito.
Mt 21, 37: Finalmente les envió
a su hijo.
Rm 8, 32: El que no reservó a
su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a
regalar todo lo demás con él?
Dios no ha enviado a su Hijo
al mundo.
Jn 1, 1: Al principio ya
existía la Palabra y la Palabra se dirigía a Dios y la Palabra era Dios.
Jn 4, 34: Jesús les dice: “Mi
sustento es cumplir la voluntad del que me envió y dar remate a su obra”.
Sino para que el mundo se
salve por él.
Jn 1, 9: La luz verdadera que
ilumina a todo hombre estaba viniendo al mundo.
Jn 12, 47: Al que escucha mis
palabras y no las cumple yo no lo juzgo; pues no he venido a juzgar al mundo,
sino a salvarlo.
2 Co 5, 19: Es decir, Dios
estaba, por medio de Cristo, reconciliando el mundo consigo, no apuntándole los
delitos, y nos confió el mensaje de la reconciliación.
Hch 4, 12: Ningún otro puede
proporcionar la salvación; no hay otro nombre bajo el cielo concedido a los hombres
que pueda salvarlos.
El juicio consiste en que
la luz vino al mundo.
Jn 1, 18: Nadie ha visto jamás
a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.
Jn 2, 23: Estando en Jerusalén
por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él al ver las señales que hacía.
Jn 1, 9: La luz verdadera que
ilumina a todo hombre estaba viniendo al mundo.
Jn 8, 12: Yo soy la luz del
mundo, quien me siga no caminará en tinieblas, antes tendrá la luz de la vida.
Pues todo el que obra el
mal.
Jb 24, 15-17: Al alba se levanta
el asesino para matar al pobre y al indigente; de noche ronda el ladrón. El
adúltero acecha el crepúsculo diciéndose: “Nadie me verá” y se emboza la cara.
A oscuras penetra en la casa. Durante el día se encierran, no quieren nada con
luz; a oscuras penetra en las casas. La mañana es oscura para ellos, acostumbrados
a los miedos de las tinieblas.
Para que nadie censure
sus obras.
Jn 7, 7: El mundo no puede
aborreceros; a mí me aborrece porque les echo en cara que sus acciones son
malas.
Pero el que obra la
verdad.
Para que quede de
manifiesto.
Ef 5, 13: Todo lo que se expone
a la luz queda patente.
Jn 8, 32: Entenderéis la verdad
y la verdad os hará libres.
1 Jn 3, 19: Pues, aunque la conciencia
nos acuse, Dios es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo.
Notas exegéticas
Biblia de Jerusalén.
3 14 En Daniel 7, 13-14 el Hijo del
hombre sube junto a Dios para recibir allí la investidura regia. Para Juan, el
Hijo del hombre debe ser elevado en la cruz, pero esto es el primer paso que
debe llevarle a Dios en la gloria, donde reinará después de destrozar al Príncipe
de este mundo. Al subir al cielo, el Hijo del hombre no hará sino retornar a su
lugar propio, recobrar la gloria que tenía antes de la creación del cosmos. Es
en esta línea de pensamiento como se puede comprender el paralelo entre 3, 14-15
y N 21, 4-9. Los hebreos debían mirar a la serpiente de bronce puesta por Moisés
sobre una señal para que Dios les perdonara su pecado y pudieran seguir con
vida. Así, el hecho de que el Hijo del hombre sea elevado en la cruz será lo
que permitirá reconocer que él podía atribuirse el Nombre divino “Yo soy”, y
por tanto el hombre podrá evitar el morir en razón de los pecados. Creer en el
Hijo del hombre elevado es creer en el nombre del Hijo, Unigénito de Dios, es,
por tanto, creer en el amor del Padre que ha sacrificado a su propio Hijo para
que nosotros nos salvemos. Si no se cree en que el Hijo del hombre es el
Unigénito, ¿cómo reconocer el amor del Padre para con nosotros? El peor de los
pecados es no creer ya en el Amor.
3 15 La sección 3, 16-21 tiene su
paralelo en 12, 46-50, pero parece de redacción más reciente. Un mismo tema joánico
se ha desarrollado en dos perspectivas diferentes. Esta sección desarrolla una
cristología elevada; la otra, que glosa a Dt 18, 15.18, presenta simplemente a
Cristo como nuevo Moisés.
3 18 Para el judaísmo y muchos textos
neotestamentarios, el juicio final es esperado para el fin de la historia. Para
Jn el juicio tiene ya lugar cuando el hombre se encuentra en presencia de Jesús
(especialmente de su cruz) y rechaza la revelación.
3 19 Una división entre los humanos
tiene lugar en función de la acogida o del rechazo. La revelación desenmascara
a la persona que hace el mal. La exposición de su conducta a la luz constituye en
sí misma el juicio o la condena de quien rechaza a Dios.
3 21 Giro típicamente hebreo (asâ ‘emet).
Para los judíos esta verdad se manifiesta en la Ley. Para Jn obrar la verdad significa
cumplir la voluntad de Dios, tal como haya podido recibirse, lo cual dispone a
creer en la revelación transmitida en Jesús y a practicar esa fe. Por otra
parte, y a tenor del mencionado giro hebreo, al expresión “obrar la ley” podría
equivaler más genéricamente a “mantenerse en la lealtad” a Dios.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica.
14 AQUELLA SERPIENTE
(lit. la serpiente): “Una serpiente no podía matar ni dar vida, pero
cuando Israel la miraba creía en aquél que había ordenado a Moisés que la
hiciera, y él los cura” (Mekiltá Éxodo, 27, 10). // ELEVADO: es elevado (en
cruz), y exaltado (en la resurrección y ascensión). en arameo targúmico,
yslq puede significar morir y también ser levantado, física
o espiritualmente (Díez Macho).
15 EN ÉL. gramaticalmente
puede ir unido a CREE o a TENGA.
16-21
Muy
en el estilo de Juan, la conversación no concluye, sino que deriva hacia
reflexiones meditativas del evangelista: la redención tiene su fuente en el
amor de Dios a los hombres, y la realiza el Hijo entregando su vida: su
finalidad es salvar; pero el hombre puede permanecer en la oscuridad y no creer
en el Hijo.
16 DE TAL MANERA AMNÓ
DIOS … QUE ENTREGÓ A SU HIJO: La admiración de santa Teresa: “Bendito seáis por
siempre, Señor mío, que tan amigo sois de dar que no se os pone cosa por
delante”, venía de siglos: “El que a su propio Hijo no lo perdonó, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo, junto con él, no va también a regalarnos
todo?” (Romanos 8, 32). “Dios ha dado al hombre la tierra, el mar, y cuanto hay
en ellos. Pero después de todo esto, se dio a sí mismo: De tal manera amó Dios
al mundo que le entregó a su Hijo unigénito para la vida de este mundo. Así,
pues, ¿qué cosa grande hará un hombre si se ofrece a Dios, cuando el mismo Dios
se ofreció antes a él” (Orígenes). // EL MUNDO: en los escritos de san Juan es
palabra polivalente: puede significar el universo (lo que un judío
llamaría “el cielo y la tierra”), o la humanidad , el género humano; y
este segundo significado se desdobla en dos: el conjunto de seres humanos,
objeto del amor salvador de Dios (así en este pasaje), o el mundo malo,
es decir, los seres humanos que, como seres libres, rechazan creer en Jesús,
revelador del Padre (cf. 1 Jn 2, 15-17; compárese con el término mundo en
el lenguaje de san Pablo (1 Cor 3, 19).
17 CONDENAR: lit. juzgar,
en sentido peyorativo. Lo mismo que en otros textos de Jn, como en: v. 18, 7,
51, 18,31.
18-21
El
misterio de la incredulidad de los hombres está en que, al no aceptar a Cristo,
el mensaje del Evangelio se les convierte en motivo de condenación; el
incrédulo se condena a sí mismo. Los tiempos gramaticales de los verbos
indican, conforme al pensamiento de Jn, que la vida y la condenación eternas
comienzan ya ahora, según que uno se decida en favor o en contra de
Jesús. Esta decisión adelanta al tiempo presente la sentencia del juicio futuro
(que Jn admite como tal: 5, 27-29).
18 EL NOMBRE que tiene
Jesús en los escritos de san Juan es “el Hijo”.
19 EN ESTO SE BASA LA
CONDENA: lit. este, ahora bien, es el juicio (se entiende: el juicio
condenatorio). Jesús no condena; son los hombres quienes, al no aceptar las
palabras de Jesús, convierten el juicio (krísis) en sentencia
condenatoria (katákrisis); cf. 12, 48. // SUS OBRAS: no creer en Jesús
es “las obras malas”; la fe en Jesús es “las obras buenas”.
21 “Obrar la verdad”
es aceptar la revelación de Cristo – condición para “ir a la luz”
–, asimilarla, “hacerla propia” en un proceso de crecimiento en la fe, y actuar
conforme a ella.
Notas exegéticas
desde la Biblia Didajé.
3, 14 En el desierto, los israelitas
que habían sido mordidos por serpientes venenosas evitaban la muerte al mirar
fijamente a la serpiente de bronce que Moisés “elevó” y colocó en un estandarte
(Números 21, 4-9). Ese acontecimiento prefiguró el sacrificio de Cristo, que
fue “elevado” en una cruz para salvar a la humanidad. Cat. 2130.
3, 16 El acto que realizó Dios de
mandar a su Hijo unigénito para nuestra redención y para otorgarnos vida eterna
fue fruto de su amor supremo. De hecho, Dios Padre nos entregó a Cristo en la
Encarnación precisamente para revelar su grandísimo amor. Aquellos que rechazan
este regalo de Cristo, de amor y redención, se privan a sí mismos de la vida eterna.
Aquellos que eligen caminar bajo la luz de Cristo obtendrán la felicidad en
esta vida y vida eterna en la siguiente. Cat. 219, 444, 454 y 458.
En este enlace se puede consultar
el catecismo íntegro.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Comentarios
de los Santos Padres.
Habiendo dicho a los hombres que
el bautismo es la mayor de las gracias que les ha sido concedida, añade cuál es
la causa de ello, que consisten en otra gracia no menor, a saber, la de la cruz…
Estos dos beneficios son los que, de un modo especialísimo, revelan el inefable
amor de Dios por nosotros: que sufrió por sus enemigos y que, tras haber muerto
por ellos, les otorgó una completa remisión de los pecados mediante el
bautismo.
Juan Crisóstomo. Homilías sobre
el Ev. de Juan, 27, 1. Pg. 194.
El Señor conduce con arte admirable
de magisterio celestial a un maestro de la ley mosaica, llevándolo al sentido
espiritual de esa ley al recordar una historia antigua, que le explica como
figura de su pasión y de la salvación humana.
Beda. Homilías sobre los Evangelios.
2, 18. Pg. 194.
Con razón el Señor mandó que las
heridas de los enfermos se curaran levantando una serpiente de bronce…. Por
tanto, el mundo fue crucificado en sus seducciones y por eso fue levantada no
una serpiente verdadera sino de bronce, porque el Señor asumió la forma de
pecador ciertamente en la realidad del cuerpo, pero sin la realidad del pecado,
de modo que mediante la fragilidad de la debilidad humana simulando a la
serpiente al deponer los despojos de la carne pudiera destruir las astucias de
la serpiente.
Ambrosio. El Espíritu Santo. 3,
8, 50. Pg. 195.
La cruz se levanta y se alza
sobre la tierra, que hasta poco antes había mantenido oculta por la envidia. La
cruz se levanta no para recibir gloria alguna (Cristo clavado en ella es la
mayor gloria), sino para glorificar a Dios y ser proclamado por ella.
Andrés de Creta. Homilía
sobre la exaltación de la santa cruz, 11. Pg. 195.
Con esto Dios anunciaba un misterio
por el que había de destruir el poder de la serpiente, que fue autora de la
transgresión de Adán.
Justino Mártir. Diálogo con el judío Trifón, 94, 2.5. Pg.
196.
Por las palabras: “Tanto amó Dios al mundo” se pone de relieve la
grandeza y la intensidad de ese amor. Grandísima era, en verdad, e infinita la
distancia entre Dios y el mundo. El inmortal, sin principio e infinitamente
grande, nos amó a quienes estamos hechos de tierra y cenizas, cargados de innumerables
pecados, porque continuamente le ofendemos.
Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Evangelio de Juan, 27, 2-3.
Pg. 197.
Alabemos, pues, que nada al Hijo, venerando su sangre, que expía
nuestros pecados. Sin haber perdido nada de su divinidad, me salvó; como médico
se inclinó sobre nuestras heridas malolientes.
Gregorio Nacianceno. Himnos dogmáticos. 2. Pg. 198.
Si el Padre no nos hubiese entregado la vida, no tendríamos vida.
Si la vida misma no hubiese muerto, no se hubiese dado muerte a la vida.
Agustín. Sermones, 265b, 51. Pg. 199.
El médico en cuanto tal viene a curar al enfermo. Quien se niega a
observar las prescripciones del médico se da muerte a sí mismo.
Agustín. Tratado sobre el Ev. de Juan, 12, 12. Pg. 199.
De nuevo el Señor revela con claridad que nuestros errores y
fallos dependen de nosotros.
Clemente de Alejandría. Stromata, 2, 69, 1-2. Pg. 201.
La causa del castigo de los hombres es que no quisieron abandonar
las tinieblas para acogerse a la luz… Así afirma: “Si yo hubiera venido para
pedirles cuentas de sus obras y castigarlos, abrían podido decir: por eso nos
hemos alejado. Pero he venido para librarlos de las tinieblas y llevarlos a la
luz”. ¿Cómo tener piedad de hombres que rechazan ir de las tinieblas a la luz?
Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Juan, 28, 2. Pg.
201.
Si quienes son adoradores del Dios verdadero viven entregados a
los vicios, serán despreciados y acusados por todos.
Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Juan, 28, 2. Pg.
203.
Muchos hay que aman sus pecados y muchos también que los
confiesan. Quien confiesa y se acusa de sus pecados hace las paces con Dios.
Dios reprueba tus pecados. Si tu haces lo mismo, te unes a Dios. Es preciso que
aborrezcas tus obras y que ames en ti la obra de Dios. Cuando empiezas a
detestar lo que hiciste, entonces empiezan tus buenas obras, porque repruebas
las tuyas malas. El principio de las buenas obras, es la confesión de las malas.
Practicas la verdad y vienes a la luz. ¿Qué es practicar tu verdad? No
halagarte, ni acariciarte, ni adularte a ti mismo, ni decir que eres justo,
cuando eres inicuo. Así es como empiezas tú a practicar la verdad; así es como
vienes a la luz, para que se muestran las obras que has hecho en Dios.
Agustín. Tratado sobre el Ev. de Juan, 12, 13-14. Pg. 203.
San Agustín.
Tomó, pues, la muerte y la
suspendió en la cruz. De esta manera los mortales son librados de la muerte. El
Señor recuerda lo que aconteció en figura a los antiguos. (…). Gran misterio es
este; quienes lo han leído, lo conocen. Por tanto, óiganlo ahora quienes no lo
han leído, o lo han olvidado después de haberlo leído u oído. (…) ¿Qué son las
serpientes que muerden? Los pecados de la carne mortal. ¿Qué es la serpiente
levantada en alto? La muerte del Señor en la cruz. La muerte fue simbolizada en
la serpiente porque procede de ella. La mordedura de la serpiente es mortal, la
muerte del Señor es vital. Se mira a la serpiente para aniquilar el poder de la
serpiente. ¿Qué es esto? Se mira a la muerte para aniquilar el poder de la
muerte. (…) Ten siempre en tu presencia lo que no quieres que esté en la
presencia de Dios. Porque si echas a la espalda tus propios pecados, Dios
volverá a ponerlos ante tus ojos cuando ya la penitencia sea infructuosa.
Corred, no sea que os sorprendan las tinieblas.
Comentarios sobre el evangelio de San Juan, 10, 4-8. Pg. 311.
San Juan de Ávila.
Mirad, pues,
doncella, a este hombre, porque no puede escapar de la muerte quien no lo
mirare, porque así como alzó en un palo Moisés la serpiente en el desierto,
para que los heridos mirándola viviesen, y quien no la mirase muriese, así
quien a Cristo puesto en el madero de la cruz no mirase, morirá para siempre. (…)
Mira, hombre, la haz de tu Cristo, y si quieres que mire yo a su cara para
perdonar él, mira tú a su cara, para pedir perdón por él. En la cara de Cristo
nuestro mediador se junta la vista del Padre y la nuestra. Allí van a parar los
rayos de nuestro creer y amar, y los rayos de su perdonar y hacer mercedes.
Audia, filia
(I). Hermosura del alma, 31. OC I. Pg. 528.
Porque, así
como alzó en un palo Moisén la serpiente en el desierto, para que los
heridos, mirándola viviese, y quien no la mirase muriese, así, quien a Cristo
puesto en el madero de la cruz no mirase con fe y con amor, morirá siempre.
Audia filia
(II). Cap. 112, 2. OC I. Pg. 776.
Mucha razón
tiene Dios de quejarse, y sus pregoneros para reprehender a los hombres, de que
tan olvidados estén de esta merced, digna que por ella se diesen gracias a Dios
de noche y de día. Porque, como dice San Juan, así amó Dios al mundo que dio
su unigénito Hijo, para que todo hombre que creyere en él y le amare no
perezca, mas tenga la vida eterna. Y en esta merced están encerradas las
otras, como menores en la mayor y efectos en causa. Claro es que quien dio el
sacrificio contra los pecados, perdón de pecados, dio cuanto es de su parte; y
quien el Señor dio, también dio el señorío; y, finalmente, quien dio su Hijo, y
tal hijo, dado a nosotros y nacido para nosotros, no nos negará cosa que
necesaria nos sea.
Audi, filia
(II). Cap. 19, 1. OC I. Pg. 578.
Y si a todas
estas cosas estás sordo, no es razón que lo estés a las voces que Dios te da en
el Evangelio, diciendo: En tanta manera amó Dios al mundo, que dio a su
único Hijo, para que todo el que creyere en Él no perezca, mas alcance vida
eterna. Todas estas son las señales de amor, y esta más que ninguna de
todas ellas, como escribe aquel muy amado y amador de Dios, su evangelista san
Juan diciendo: En este hemos conocido el amor que dios nos tiene, que nos dio
a su Hijo para que vivamos por él (1 Jn 4, 9).
Tratado del
amor de Dios, 3. OC I. Pg. 953.
No alcanza
ningún entendimiento angélico qué tanto arda este fuego ni hasta dónde llegue
su virtud. No es el término hasta donde llegue solamente la muerte y la cruz; porque
si, como le mandaron padecer una muerte, le mandaran millares de muertes, para
todo tenía amor (cf. Jn 3, 17). Y si lo que le mandaron hacer por la salud de
todos los hombres, le mandaran hacer por cada uno de ellos, así lo hiciera por
cada uno como por todos. Y si, como estuvo aquellas tres horas penando en la
cruz, fuera menester estar allí hasta el día del juicio, amor había para todo,
si nos fuera necesario. De manera que mucho más amó que padeció; muy mayor amor
le quedaba encerrado en las entrañas de lo que nos mostró acá de fuera en sus
llagas.
Tratado del
amor de Dios, 7. OC I. Pg. 962.
Responde san
Juan: Amaron más los hombres las tinieblas que la luz, porque eran sus obras
malas; y todo aquel que mal hace, aborrece la luz (Jn 3, 19-20). De manera
que, porque el Señor y su doctrina encaminaban a toda verdad y virtud, y ellos
amaban la mentira y la maldad, no lo podían oír ni mirar; ni quisieran que
hobiera luz ejemplo de perfecta vida, en comparación de la cual era condenada
la suya por mala. Y de la raíz de esta voluntad, así depravada, salió el fruto
de negar y matar al celestial médico, que los venía a curar.
Audi, filia
(II), cap. 48, 1. OC I. Pg. 638.
¿Qué justicia es
que haga yo pecados y pague Jesucristo? La justicia nació de la misericordia de
Dios. Dice David: Todos los caminos de Dios son misericordia y verdad (Sal
24, 10); primero misericordia y luego verdad.
Lecciones
sobre 1 San Juan (I). Lección 6. OC II. Pg. 150.
Con ser la verdad
una cosa tan alta y tan santa, tan hermosa y provechosa para el hombre, vemos
que no faltan hombres, ni han faltado, más aficionados a la mentira que a la
verdad, y se andaban perdidos tras los engaños: aficionados a las tinieblas y
aborrecedores de la luz. De estos se queja Cristo: Lux venit in mundum, et
dilexerunt homines magis tenebras quam lucem (Jn 3, 19).
Lecciones
sobre la Epístola a los Gálatas 4, 16. 45. OC II.
Pg. 84.
De manera que,
porque el Señor y su santa doctrina encaminaban a toda verdad y virtud, y ellos
amaban la mentira, la gloria vana y maldad, no lo podían ioír ni mirar, ni siquiera
que hubiera luz de doctrina que descubriera la santidad falsa de ellos; ni
ejemplo de perfecta vida, en comparación de la cual la vida de ellos era
condenada por mala.
Tratados de
reforma, 7. OC II. Pg. 527.
Ansí como
Moisén puso la serpiente encima del palo en el desierto, ansí conviene también
que el hijo de la Virgen sea puesto en una cruz, para que todo aquel que lo
mirare no se pierda, sino tenga vida eterna (cf.
Jn 3, 14). Para esto vine al mundo, para dar vida al mundo, dice en otra
part Jesucristo (cf. Jn 10, 10). Si estás muerto, vete a Cristo, que Él es el
manjar que te resucitará y dará vida. Sírvete de tu fe en esto que Jesucristo
sólo es tu arrimo, tu esfuerzo, tu remedio, tu vida, tu confianza, quien te
rige, te gobierna, te da ser y te sustenta. Échate a sus pies; dile: “Señor
mío, ¡cuántos milagros heciste en este mundo, cuántos muertos resucitaste,
cuántos cojos sanaste, a cuántos ciegos diste lumbre, a cuántos sordos diste
oídos!, ves aquí un muerto, que no tiene más que la lengua de vivo; aplica en
mí lo que padeciste; ayuda a mi flaqueza; alumbra mis ojos; haz que oigan mis
oídos tus palabras de vida; despierta mi ánima a tan profundo sueño; haz con mi
corazón que oigan tus palabras; da gusto a mi paladar, y haz que pierda el
sabor que toma de los pecados.
49. En la Infraoctava
del Corpus, 12. OC III. Pg. 640-641.
Por la salud de
sus vasallos nace pobre, y llora, y pasa trabajos, y derrama su sangre: posuit
animam suam pro ovibus suis, pro nobis omnibus tradidit illum[1]
(cf. Jn 10, 15; 3, 16). Ninguno se podía salvar sino naciendo y muriendo
Él. Y así mirad que debéis a Jesucristo, que, si os son perdonados todos
vuestros pecados, por él os son perdonados; y si tenéis gracia, por Él os la dieron:
si tienen merecimiento y valor vuestros trabajos, por Jesucristo nuestro Señor
es.
5. Epifanía,
4. OC III. Pgs. 81-82.
¿Qué sienten
vuestras orejas cuando oís decir: Ansí amó Dios al mundo, que dio un Hijo
que tenía, y sabiendo que le había de costar la vida lo que había de nacer
por el mundo? ¡Que sea yo amado de Dios! ¡Que parezca tan bien mi ánima a Dios,
que le es tan preciosa, que, porque no se pierda, envió a su único Hijo que
muriese por ella!
31. Lunes de
Pentecostés, 8. OC III. Pg. 380.
Grande gloria
fue esta de Dios, y muy ilustre parécese su perfección y bondad, pues amó
tanto al mundo, que le diese su unigénito Hijo (Jn 3, 16) para remedio de
él, y que lo entregase a muerte para que los pecadores fuesen justificados, y
los enemigos reconciliados, y los que estaban desheredados del cielo recobrasen
la herencia perdida. ¿Quién dirá que estos beneficios pueden crecer, ni que hay
más amor que enseñar a los hombres, ni que hay más que pedir ni desear?
53. En la Infraoctava
del Corpus, 26. OC III. pg. 697.
Decirlo he,
Señor; ¡bendígante los cielos y la tierra! ¡Yo haré que feo ames y hermoso te
parezca”. No hay más, fue casamiento por amores. Quísonos bien el Padre, que
tal casamiento y el Hijo nos dio. Sic Deus dilexit mundum, ut Filium suum
unigenitum daret (cf. Jn 3, 16). Quísonos bien el Padre, quísonos bien el
Hijo, que tal consintió; quísonos bien el Espíritu Santo, que tal ordenó.
65 (1). Anunciación
de Nuestro Señor, 22. OC III. Pg. 873.
Señor, cosa
recia dicir a un ladrón: el juez viene. Huirá como hizo Adam, que, en oyendo la
voz del Señor, echó a huir. Señor, ¿a qué venís? El mesmo lo dice por san Juan:
Non enim misit Deus filium in mundum ut iudicet mundum, sed ut salvetur
mundus per ipsum[2].
2. Domingo
III Adviento, 8. OC III. Pg. 38.
No envió Dios
al mundo a su Hijo para juzgar y condenar al mundo, sino para que el mundo se
salve por Él (Jn 3, 17). Gana lo debe de tener,
pues que tal pieza envía; gana tiene de esa joya, pues que tanto precio da por
ella. Por vuestra vida, que los que sabéis latín leáis este capítulo. Paréceme
que son las más dulces que hay en el Evangelio.
31. Lunes de
Pentecostés, 6. OC III. Pg. 379.
Esta locura y
presumpción, esta confianza en nuestras fuerzas nos tiene echados a perder. Al
fin perdióse el hombre por la honra, y vino a ser más bajo que la bestia. Y en
la séptima edad, desde que los hombres eran tratados como bestias de los
pecados, envía Dios al Salvador de los perdidos, no para que los juzgue y los
castigue – non enim misit Deus Filium suum, etc. –, para que el mundo
sea salvo, sea remediado (cf. 3, 17).
31. Lunes de
Pentecostés, 16. OC III. Pg. 382.
¿Por qué lo
hacen ansí? Vino la luz al mundo. ¡Sea Dios bendito por ello! ¿Quien es
la lumbre? Jesucristo; la palabra de Dios es la lumbre con que habéis de mirar vuestra
ánima si está buena o mala; y amaron las tinieblas más las tinieblas que la
lumbre. Dios os guarde de hombre que lo vais a llamar cuando está durmiendo,
porque le hace mal el dormir, y le ponéis un hacha delante los ojos y la apaga
para dormir más a su placer.
28. Domingo
infraoctava de la Ascensión, 24. OC III. Pg. 344.
Dejáislo
olvidar, porque os escuece la luz de la doctrina; no queréis que se os acuerde adrede,
por no pasar un mal rato; háceste olvidadizo de quién eres. Es el mayor mal que
hay el mundo; Dios, por quien Él es, lo remedie. Por esto se dijo: Amaron
los hombres más las tinieblas que la luz (Jn 3, 19); abrazaron más el
olvido de sí propios que el acordarse de quién son.
48. Día 2 de
la Octava del Corpus, 6. OC III. Pg. 630.
Y más: ¿queréis
ver si estáis mal o bien con ella? Mirad la tercera condición del alba, que es
ser enemiga de las tinieblas. Ya sabéis que estas tinieblas son aquellas de las
cuales es escripto: Via impiorum tenebrosa[3]
(Proverbios 4, 19), y: Dilexerunt homines magis tenebras quam
lucem (Jn 3, 19). En buen romance: “Los pecados, estos son los que nuestra
Señora aborrece sobre todas las cosas”.
61. Natividad
de la Virgen, 11. OC III. Pg. 820.
Y como uno que
está dormido y no quiere que le recuerden, apaga la lumbre que le ponen ante
los ojos y se enoja con quien se la puso, así estos, dignos de ser llorados con
lágrimas de sangre del corazón, han hecho concierto con el pecado e infierno, y
pésales tanto de quien los quiere apartar de sus malos caminos, que ni querrían
que hubiese verdad ni justicia, honestidad ni vergüenza, ni aun quien la
dijese. Viven en tinieblas; y todo hombre que hace mal, aborrece la luz y no
quiere venir a ella – dice san Juan – porque no parezcan sus grandes
maldades (cf. 3, 20). ¡Oh engañados hombres y desdichados.
60. Natividad
de la Virgen, 20. OC III. Pg. 810.
Y por no saberse
vuestra merced aprovechar de la consolación que trae esta nueva, viene a de ser
hollada[4]
de la desconsolación que tan demasiadamente la aflige, quitando los ojos de este
Señor puesto en cruz, para que todo hombre que con ojos de fe y de mor le
mirare, no perezca (Jn 3, 15), y poniéndolos en sí misma y en sus obras,
que es una vereda tan sin consuelo, que ningún hombre que por ella caminó a
solas, puede tener paz ni consuelo.
A una señora
afligida con trabajos corporales y tristezas espirituales. OC IV. Pgs. 225-226.
¡Oh abismo de
infinita bondad, del cual tan dádiva sale el mundo que así lo ames, que des
a tu unigénito Hijo, para que todo hombre que cree en Él y le ama no perezca,
mas tenga la vida eterna (cf. 3, 16). Alábente los cielos con todo lo que
en ellos está, y la tierra y la mar con todo su arreo, porque tú, tan grande,
has amado grandemente a los que eran dignos de desamor[5].
A unas
mujeres devotas que padecían trabajos. OC IV. Pg.264.
¡Oh bondad sin
término, y cuán sin término nos amaste, cuando tanto amaste al mundo que
diste a tu único Hijo para que todo hombre que en Él creyere se salve! (cf.
Jn 3, 16). Y siendo tú el injuriado y quejoso, rogaste al injuriador con
amistad; y porque esta no se podía hacer sin que la injuria a ti hecha se satisficiese,
tú mesmo diste al culpado con que pagase, para que viese que de verdad tenías
ganas de su amistad, pues de balde le perdonabas y tan a tu cosa le dabas con
que te pagase.
Para la villa
de Utrera. OC IV. Pg. 367.
Mas, ¡oh Señor!,
¿y quién osará quejarse de ti porque lo tratas con rigor, pues luego le atapas
la boca con que así amaste al mundo, que a tu Unigénito diste (cf. Jn 3,
16), para que a poder de trabajos, dolores y muerte que de Él cargase, el mundo
evitase los del infierno y gozase del cielo?
A un caballero
amigo suyo. OC IV. Pg. 550.
Papa Francisco. Fratelli tutti (propuesta de la revista
Homilética)
115.En estos
momentos donde todo parece diluirse y perder consistencia, nos hace bien apelar
a la solidez que surge de sabernos responsables de la fragilidad de los demás
buscando un destino común. La solidaridad se expresa concretamente en el
servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás.
El servicio es «en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a
los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». En
esta tarea cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de
omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. El servicio siempre
mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en
algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el
servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a
personas».
Comentario Homilética
-Continuación
del evangelio anterior.
-Segunda parte
de la conversación de Jesús con Nicodemo (Jn 3, 1-21):
Nacer de
nuevo:
Motivo
central de la conversación.
Creer en
Jesús para alcanzar vida eterna: fe.
-Le sigue:
Mención al
ministerio del Bautista (Jn 3, 22).
Último
testimonio del Bautista sobre Jesús (3, 23-36).
Temática del
evangelio de hoy (3, 27.31.36).
-Partes:
La fe en Jesús
(vv. 14-18):
Enviado por
Dios para salvar al mundo.
Por medio de
él se alcanza la vida eterna.
Origen: el
amor de Dios al mundo.
Juicio que la
venida de Jesús provoca (vv. 19-21):
Luz /
tinieblas.
Obras según
Dios / obras malas.
MISA DE NIÑOS. DOMINGO V TIEMPO DE
CUARESMA.
Monición de entrada.
Hola:
Estamos ya casi en Semana Santa, porque cuando volvamos a misa será Domingo
de Ramos.
En la primera lectura, un amigo de Jesús, que se llama Jeremías, nos dirá
que Dios nos perdona y no se acuerda de nuestros pecados.
Nosotros le contestaremos pidiéndole que cambie nuestro corazón.
Señor,
ten piedad.
Tú que aprendiste a ser obediente. Señor, ten piedad.
Tú que cuando nos confesamos quitas nuestros pecados. Cristo, ten piedad.
Tú que en la cruz nos acercas a Dios. Señor, ten piedad.
Homilía:
La botella con los propósitos.
Les mostramos una espiga de trigo, una cruz y cinco
frases: “Si el grano de trigo no caer en tierra y muere da mucho fruto”, “Si el
grano de trigo cae en el suelo no sirve para nada”, “El que quiera seguirme que
se porte mal”, “El que quiera seguirme que cargue con una mochila”, “El que
quiera seguirme que cargue con su cruz”.
Les explicamos las frases, relacionándolas con el trigo y
la cruz.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco le ayudes cada día a cargar con la cruz. Te lo pedimos
Señor.
-Por las personas que quieren conocer a Jesús, para que les ayudemos. Te lo
pedimos Señor.
-Por las personas que este año han ayudado a las personas enfermas de
coronavirus, para que les ayudes mucho. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas están solas, para que no se sientan solas. Te lo pedimos,
Señor.
-Por nosotros para que pensemos como ayudar a las personas que nos quieren
o viven en nuestro pueblo. Señor.
Acción de gracias.
Virgen María hoy domingo estamos en la semana en
la que te llamamos Virgen de los Dolores y en las iglesias se rezan los siete
dolores. Te damos gracias porque nos diste un gran ejemplo.
EXPERIENCIA.
Mira el vídeo de un
amanecer en Benicàssim las veces que necesites hasta que toque tu corazón: https://www.youtube.com/watch?v=rZyG6PR-vhE.
¿Qué te sugiere la
palabra amanecer?
Piensa en palabras
relacionadas con amanecer. ¿Con cuál te quedas?
El amanecer viene
después de la noche. En el mar a diferencia de la tierra todo esta a oscuras.
Cuando no había luz eléctrica, los faros era la única luz que veían los
marineros. ¿Qué palabras te sugieren oscuridad?
Aplícalo a tu vida:
¿cuándo has sentido la noche en tu corazón: la muerte de una persona querida,
la ruptura de una amistad, un fracaso en los estudios, la profesión, el
deporte,…?
¿Quiénes estuvieron
allí para ayudarte? Piensa en ellos, fueron los rayos de un nuevo amanecer que Dios
te envió?
Vuelve a mirar el vídeo:
¿Quiénes son los que encandilan y atraen a los demás?, ¿por qué son?, ¿qué son?,
¿cómo nos ayudan?, ¿qué han descubierto?, ¿qué implica vivir en la luz?, ¿a qué nos invita el locutor?
REFLEXIÓN.
Mira de nuevo el vídeo, sin
sonido.
Recógete y, en silencio, busca en
internet un rostro de Jesús. Míralo, siente su mirada.
Imagínate a Jesús hablando con
Nicodemo en mitad de la noche.
Pídele por llegar a un
conocimiento de Jesús desde tu corazón, de su bondad, su compasión, su
serenidad, su luz que irradia desde hace más de 2.000 años.
Lee el texto. Es preferible que
lo busques en la Biblia, con pausa, silencio, solemnidad.
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21.
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo:
-Lo mismo que Moisés elevó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para
que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo,
que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino
que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al
mundo, sino para que el mundo se salve por él. Él que cree en él no será juzgado;
el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de
Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
¿Quiénes son los personajes?,
¿qué sienten?, ¿qué hacen?, ¿cómo actúa Jesús?, ¿cómo debía sentirse?, ¿qué
dice?, ¿cómo te sientes? Cuéntaselo.
Deja que alguna frase te toque
el corazón, repítela varias veces, la que más te ha gustado, repítela el tiempo
que necesites, después si lo deseas puedes pasar a otra. Se trata que las
frases, las palabras de Jesús, se conviertan en rayos de luz para ti. “No el mucho
saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente”,
escribió san Ignacio de Loyola. Es decir, no es necesario que termines hasta el
final, si con lo que estás rezando sientes la presencia de Jesús, gustas de Él.
Cuéntale el vídeo, lo que te ha
gustado, lo que has aprendido, háblale de quienes han sido comprensivos
contigo, aquellas personas que no les gustaba lo que hacías, porque no era lo
correcto, pero a pesar de ello no te volvieron la espalda, sino que siguieron a
tu lado. Las que estuvieron ahí como la serpiente de bronce, cuando después de
una mala acción, sintiendo la mordedura de la culpabilidad, te sanaron con su
presencia, con un abrazo, con unas palabras. Háblale de ello a Jesús.
COMPROMISO.
El que Jesús y tú habéis acordado o mirar
todos los días la cruz, incluso buscar una pequeña y llevarla siempre en el
bolsillo. Puede ser la que recibiste con el rito de la Cruz al finalizar el
tiempo de Experiencia. Búscala, tómala en tus manos y llévala siempre contigo.
No es solo para que la cuelgues en la habitación o la guardes, sino para que la
tengas siempre cerca. Ella te ayudará en los momentos de desánimo y cansancio”.
CELEBRACIÓN.
Mira la cruz. Y escucha la canción de
MartínValverde “Nadie te ama como yo”, puedes verla aquí https://www.youtube.com/watch?v=Rfby6ujwKBU
ANEXO 1.
TEMA 2O. PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS.
Síntesis del tema.
Jesús murió en la cruz para salvarnos. Él dio
la vida por nosotros.
Con su amor hasta el extremo, Jesús reconcilia
con el Padre a todos los hombres y les abre a la Vida divina.
Tema.
El jueves por la noche, después de la Última
Cena, Jesús fue a orar a un lugar tranquilo llamado el Huerto de los Olivos.
Estaba muy triste porque sabía que lo
maltratarían y le darían muerte. De rodillas oraba así: “¡Abba! (Padre), Tú
lo puedes todo, aparta de mí este sufrimiento. Pero no sea lo que yo quiero
sino lo que Tú quieres” (Marcos 14,36).
Mientras estaban allí, unos hombres con
espadas y palos detuvieron a Jesús. Fue interrogado y juzgado injustamente. Los
soldados romanos golpearon a Jesús con látigos, le pusieron una corona de
espinas, le pegaron bofetadas y le escupieron en la cara. Luego Poncio Pilato,
gobernador romano, mostró a Jesús al pueblo para que se compadeciera de Él,
pero ellos gritaban: ¡Crucifícalo! Y se lo entregó para que lo
crucificaran.
El viernes por la mañana lo llevaron a un
monte llamado Calvario. Clavaron a Jesús en una cruz entre dos ladrones. Todos
se burlaban. Él decía: “Padre, perdónalos porque no saben o que hacen”
(Lucas 23,34). Al pie de la cruz estaban María, su Madre, y Juan, el discípulo
amado.
Llegado el mediodía, el cielo se oscureció.
Jesús dio un fuerte grito y exclamó: “Padre, a tus manos encomiendo mi
espíritu” (Lucas 23, 46). E inclinando la cabeza, Jesús murió. Al ver esto
un centurión romano dijo: “Verdaderamente Este era Hijo de Dios” (Mateo
27,54).
Ahora se cumple lo que Jesús había anunciado:
El Hijo del hombre va a ser entregado y
lo matarán
(Marcos
9,31)
Oración.
Jesús,
¿Cómo has podido acabar en la Cruz?
Tú
ha amado a todos, has curado a los enfermos,
has
perdonado a los pecador se... En la entrega de tu vida
en
la Cruz, vemos el amor de Dios por todos los hombres.
Te
damos gracias porque tu Sacrificio
nos
muestra cuánto nos amas. Y nosotros,
¿qué
podemos hacer por Ti?
Frase de síntesis final.
Jesucristo, por nuestra causa, fue
crucificado
en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado.
Preguntas:
-¿Para qué murió Jesús?
-¿Qué le ocurrió en el Huerto de los Olivos?
-¿Cómo fue el interrogatorio que sufrió?
-¿Qué dijo Jesús desde la cruz?
ANEXO 2.
EN CLAVE JUNIORS:
-Rasgos de
Identidad. Pg. 50. El rito de la entrega de la Cruz.
-Rasgos de
Identidad. Pg.70. El rito de la entrega de la Cruz en Experiencia y su relación
con la Ley Juniors y el Principio de Vida Juniors “Defender la justicia y
luchar por un mundo nuevo”.
-Manual de
Ritos Juniors. Rito de la Entrega de la Cruz: pgs. 5, 14-16.
-Manual de
Formador de Educadores. Pg. 132. Sesión final. En la celebración los educadores
han de formar una cruz con las velas que han tomado en las manos.
-Manual de
Espiritualidad Juniors. Pg. 41. Rito de la entrega de la cruz.
-Manual de
Espiritualidad Juniors. Pg. 93. La cruz y el 4º Principio de Vida Juniors.
-Proyecto Educativo Juniors M.D.:
Libro 5º. Experiencia II. La
tienda del cielo. Pg. 93. Actividad de Cuaresma.
Libro 5º. Experiencia II. Jesús
nos enseña a orar. Pg. 99. Actividad de preparación del rito de la Cruz.
Libro 7º. Estilo de Vida II. Pg.
92. El estilo de vida de Jesús. “Si llevas una cruz, no la escondas. Lleva
siempre la verdad de lo que eres por delante” (Diez Mandamientos para la “buena”
diversión): Diez mandamientos para la “buena” diversión: 1º. Controla en todo
momento tus cinco sentidos. 2º. No mortifiques tu cuerpo con excesos cargantes.
3º. Te lo pasarás bomba y el domingo Dios no te echará de menos. 4º. Harás que
los que están cerca se lo pasen bien. 5º. Respetarás a los que no están tan cerca
para que puedan ejercer sus derechos [por ejemplo dormir]. 6º. El sexo propio y
ajeno no es un juego, aunque esté a mano y conozcas las reglas de los que lo
han convertido en un juego. 7º. Gasta lo justo. Ni siquiera hay que fundir la
paga. 8º. Si llevas una cruz, no la escondas. Lleva siempre la verdad de lo que
eres por delante. 9º. No desees nada de lo que sabes que no necesitas. Nada. No
lo necesitas. 10. Si después de “divertirte.
Libro 9º. Estilo de Vida IV. El
camino de la Cuaresma. Pg. 79.
Libro 9º. Estilo de Vida IV. Cuaresma.
Pg. 89.
BIBLIOGRAFÍA.
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Española. BAC. Madrid. 2016.
Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
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Kloppenborg. El Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio
según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español.
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio
según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en
español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento.
4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.
San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi,
filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados
de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
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San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
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Homilética. Sal Terrae. 2020/6.
Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas.
Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.
[1] Dio su vida por sus
ovejas; lo entregó por todos nosotros. Traducción editor.
[2] No envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Ib.
[3] El camino de los impios
es tenebroso.
[4] Hollar: 3. Abatir,
humillar, despreciar. www.rae.es
[5] Arreo: 1. Atavío,
adorno. Ib.
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