Lectura del libro de Josué 5, 9a.10-12.
En aquellos días, dijo el Señor a Josué:
-Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto.
Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la
Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. Al día
siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese día,
panes ácimos y espigas tostadas. Y desde ese día en que comenzaron a comer de
los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná,
sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.
Textos
paralelos.
El maná
cesó desde el día siguiente.
Ex 16, 4:
El Señor dijo a Moisés: Yo os haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a
recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o no.
Ex 12, 6:
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes; y entonces toda la asamblea de
Israel lo matará al atardecer.
Jos 4, 19: El
pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero y acampó en Guilgal, al
este de Jericó.
Lv 2, 14:
Si haces una ofrenda de primicias al Señor, esta será de granos de espigas
tiernas, tostados y machacados.
Notas exegéticas.
5 10 Esta fecha (la de la Pascua de Ex 12, 6) ha sido preparada por Jos 4,
19. La fiesta se celebraba en la llanura de Jericó y no en el santuario de
Guilgal, lo que se adecua a su carácter familiar (Ex 12, 1-11).
5 11 La mención de las espigas tostadas en el marco de la Pascua es propia
de este texto. En otros lugares se habla de ellas como ofrendas de las
primicias (Lv 2, 14).
5 12 La comida de ázimos y espigas tostadas, señal de la entrada de Israel
en país agrícola, tomaba carácter religioso a causa de la Pascua y exigía la
circuncisión. La cesación del maná significaba el fin del período del desierto.
Comentario Homilética.
-Pascua:
Período
nómada de la vida de los antepasados de Israel.
Rito
de pastores.
Momento
de abandonar los pastos de invierno.
Fiesta
familiar.
Centro:
ofrenda de uno de los animales del rebaño para obtener la protección divina
durante el desplazamiento.
Signo
de unidad entre los miembros del clan y con Dios.
-Celebración
de los panes ácimos:
Quizá
en la época sedentaria de Israel.
Fiesta
agraria.
Comienzo
de la siega.
-Pascua:
Se
unieron las dos celebraciones.
Asociada
a la historia de la salvación.
-Josué
5:
Celebra
la entrada en la tierra prometida.
Fruto
de una larga reflexión de Israel que culmina después del exilio, cuando surge
el Pentateuco tal como lo conocemos.
-Contexto:
Previo:
circuncisión del pueblo.
-Rito:
No
menciona la consumición del cordero.
Panes
ácimos y espigas tostadas.
-Cese
del maná:
Comienzo
de la vida agrícola y sedentaria.
Salmo responsorial
Salmo 34 (33), 2-7 (R.: 9a).
Gustad
y ved que bueno es el Señor. R/.
Bendigo
al Señor en todo momento,
su
alabanza está siempre en mi boca;
mi
alma se gloría en el Señor:
que
los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad
conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos
juntos su nombre.
Yo
consulté al Señor, y me respondió,
me
libro de todas mis ansias. R/.
Contempladlo,
y quedaréis radiantes,
vuestro
rostro no se avergonzará.
El
afligido invocó al Señor,
él
lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
Textos
paralelos.
Contempladlo y quedaréis radiantes.
Ex 34, 34-35: Cuando Moisés acudía al Señor para hablar con él, se
quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo
que le había mandado. Los israelitas veían la cada radiante, y Moisés se volvía
a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.
2 Co 3, 7: Pues si el ministerio de muerte, con sus letras
grabadas en piedra, se realizó con gloria, hasta el punto de que los israelitas
no podían fijar la mirada en el rostro de Moisés, por el resplandor
transitorio, de su rostro.
Gustad y ved que bueno que es Yahvé.
1 Pe 2, 3: Si es que habéis gustado qué bueno es el Señor.
Notas exegéticas.
34 Salmo penitencial “alfabético”,
ver Pr 31, 10 (pero el orden de las estrofas está alterado): acción de gracias,
vv. 2-11, e instrucción en el sentido de los Proverbios, sobre la suerte de los
justos y de los malvados, vv. 12-23.
Segunda
lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21.
Hermanos:
Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado,
ha comenzado lo nuevo. Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por
medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Porque Dios
mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de
sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. Por eso,
nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara
por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con
Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que
nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Textos
paralelos.
El que está en Cristo es una nueva creación.
Is 43, 18-19: No recordéis lo
de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está
brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo.
Todo proviene de Dios.
Rm 5, 10: Pues, si siendo
enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, con mayor razón, ya
reconciliados, nos salvará su vida.
En nombre de Cristo os
suplicamos.
Is 53, 5: Él, en cambio, fue
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Sobre él
descargó el castigo que nos sana y con sus cicatrices nos hemos curado.
Reconciliaos con Dios.
Rm 8, 3: Lo que no podía la
ley, por la debilidad de la condición carnal, lo ha hecho Dios enviando a su Hijo,
asemejado a nuestra condición pecadora para entendérselas con el pecado; en su
carne ha condenado el pecado.
Cristo, que no conoció
pecado.
Ga 3, 13: Cristo, sometiéndose
a la maldición, nos rescató de la maldición de la ley; como está escrito:
Maldito el que cuelga de un leño.
Lo hizo pecado por
nosotros.
1 Jn 3, 5: Y sabéis que aquél
apareció para quitar los pecados y él no tuvo pecado.
Viniésemos a ser justicia
de Dios en él.
1 P 2, 24: Nuestros pecados él
los llevó en su cuerpo al madero, para que, muertos al pecado, vivamos para la
justicia. Sus cicatrices nos curaron.
Notas exegéticas.
5 17 (a) El centro de esta “nueva
creación”, que afecta a todo el universo, es aquí y en Ga 6, 15, el “hombre
nuevo” creado en Cristo para una vida nueva de justicia y santidad. Compárese
el nuevo nacimiento del bautismo, Rm 6, 4.
5 17 (b) Lit.: “las (cosas) antiguas han
desaparecido, mirad, han surgido (cosas) nuevas. Var.: “todas las (cosas) son
nuevas.
5 18 La palabra “reconciliación”
podía evocar entre los corintios un recuerdo histórico preciso. Con ocasión de
la reconstrucción de la ciudad, Cesar había proclamado, en Grecia y en todo el
Imperio, una reconciliación que acogiese a personas de pasado dudoso y pudiesen
beneficiarse de una amnistía. Aquí la imagen es aplicada a Cristo. Pero el v.
21 indica lo mucho que costó a Dios esta reconciliación: “A Cristo… lo hizo
pecado por nosotros”.
5 21 Dios hizo a Cristo solidario de
la humanidad pecadora para hacer a los hombres solidarios de su obediencia y su
justicia. Puede ser que aquí “pecado” se tome en el sentido de “sacrificio-víctima
por el pecado”, puesto que la misma palabra hebrea hat ta‘t puede tener esos dos sentidos. Entre el
tiempo de la venida de Cristo al mundo y el de su vuelta discurre un tiempo
intermedio, que es el “día de salvación”. Tiempo apto para la conversión,
concedido para la salvación del “Resto” y de los gentiles. Aun siendo de
duración incierta este tiempo de peregrinación debe ser considerado como breve,
lleno de tribulaciones y de sufrimientos que preparan la gloria futura. Se
aproxima el fin, así como el día de plenitud de luz; hay que velar y emplear
bien el tiempo que resta para salvarse y salvar a los demás, dejando a Dios el
cuidado de la venganza postrera.
Comentario Homilética.
-Cristo:
Novedad absoluta.
Un antes y un después de la
historia de la humanidad.
Separa lo antiguo de lo nuevo.
Centralidad en las personas de
la que Pablo es testigo.
-Vida nueva:
Prometida por las filosofías y
propuestas de todo tipo (esoterismo, culto a los astros) que procedentes de
Oriente entraban por los puertos de Corinto.
No es una creencia ocultista ni
un sometimiento a los astros.
Capacidad de escuchar a Dios y
actuar en libertad y responsabilidad.
Vivir un modo nuevo en el mundo
/ enfrentarnos al mundo.
Experiencia del perdón de Dios
/ sentimiento de culpabilidad.
Obra de Dios en su Hijo /
esfuerzo sobrehumano.
-Pablo:
Ministro de reconciliación.
Pide a los corintios que se
reconcilien con Dios:
No es una imposición.
Abran el corazón y no se
cierren.
Fundamento: “a Jesús, que no conoció
el pecado, Dios lo hizo pecado para que todos alcanzáramos la salvación”.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32.
En aquel tiempo,
solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los
fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
-Este acoge a los
pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta
parábola:
-Un hombre tenía dos
hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de
la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo
menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su
fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella
tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se
contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a
apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos,
pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros
de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me
levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame
como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando
todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando
a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero
el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela;
ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y
sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba
muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a
celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba
a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha
sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó
y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él
respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer
nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete
con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus
bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo,
tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un
banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido y lo hemos encontrado.
Textos
paralelos.
Todos los publicanos
y los pecadores.
Ex 34, 6-7: El Señor
pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente,
paciente, misericordioso y fiel, que conserva la misericordia hasta la primera
generación, que perdona culpas, delitos y pecados, aunque no deja impune y
castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos.
Os 11, 8-9: ¿Cómo podré
dejarte, Efraín; entregarte a ti, Israel? ¿Cómo dejarte como a Admá, tratarte
como a Seboín? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas. No
ejecutaré mi condena, no volveré a destruir a Efraín, que soy Dios y no hombre,
el Santo en medio de ti y no enemigo devastador.
Os 2, 21: Aquel día
haré en su favor una alianza con los animales salvajes, con las aves del cielo y
los reptiles de la tierra. Arco y espada y armas romperé en el país, y los haré
dormir tranquilos.
Lc 6, 36: Sed
compasivos como vuestro Padre es compasivo.
Acoge a los
pecadores.
Mt 9, 10-13: Estando
Jesús en la casa, sentado a la mesa, muchos recaudadores y pecadores llegaron y
se sentaron con Jesús y sus discípulos. Al verlo, los fariseos dijeron a los
discípulos: ¿Por qué come vuestro maestro con recaudadores y pecadores? Él lo
oyó y contestó: Del médico no tienen necesidad los sanos, sino los enfermos. Id
a estudiar lo que significa misericordia quiero y no sacrificios. No vine a
llamar a justos, sino a pecadores.
Partió hacia su padre.
Is 58, 7: Partir tu
pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves
desnudo y no cerrarte a tu propia carne.
Jr 3, 12: Ve y
proclama este mensaje hacia el norte: Vuelve, Israel, apóstata – oráculo del
Señor –, que no os pondré mala cara, porque soy leal y no guardo rencor eterno –
oráculo del Señor –.
Se conmovió, corrió.
Is 49, 14-16: Decía
Sión: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. – ¿Puede una madre
olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque
ella se olvide, yo no te olvidaré.
Jr 31, 20: ¡Si es mi
hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que le reprendo me acuerdo
de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión – oráculo del Señor
–.
Ponedle un anillo en
el dedo.
Za 3, 4: Josué
estaba vestido con un traje sucio, en pie delante del ángel. Este dijo a los
que estaban allí delante: Quitadle el traje sucio. Y a él le dijo: Mira, aparto
de ti la culpa y te visto de fiesta. Y añadió: Ponedle en la cabeza una diadema
limpia. Le pusieron la diadema limpia y lo revistieron.
Todo lo mío es tuyo.
Jn 17, 10: Todo lo
mío es tuyo y lo tuyo es mío: en ellos se revela mi gloria.
Celebrar una fiesta.
Jn 1, 14: La Palabra
se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de
Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
15 Lc tiene varias
parábolas bastante desarrolladas que son exclusivas del tercer evangelio. Las
parábolas de Mc se refieren sobre todo a la naturaleza y la venida del reino.
Las que son propias de Mt conciernen en gran parte bien al juicio final, bien a
las relaciones fraternas dentro de la comunidad. Las parábolas de Lc se ocupan
de los individuos y de la moral personal; en el primer plano de ellas hay a
menudo un antagonista cuyo soliloquio resulta ser lo que determina el relato.
15 1
Como
en 5, 30 y 7, 34, estos recaudadores de impuestos son mencionados junto con los
pecadores públicos, condenados por los fariseos.
15 12
Esta
petición no es algo inaudito (ver Si 33, 20-34), pero su legitimidad es
discutida por los historiadores. El joven reconocerá más tarde que ha pecado
contra su padre pero no se precisa la naturaleza de su falta.
15
13 “Como
un libertino” o quizá mejor: “una vida desordenada”. El término de Lc (asotos)
es poco preciso. La traducción “libertino” se basa en el v. 30, ¿pero no
exagera quizá el hijo mayo?
15 15
Para
un judío era el colmo de la degradación, pues el puerco era un animal impuro.
15
16 Lit.:
“y nadie le daba”.
15
17 Jesús
no idealiza los sentimientos del desgraciado. La parábola no se centra en la
conversión del hijo, sino en el amor del padre.
15
20 La
prisa (“corrió”) es una actitud excepcional en un oriental. Como todo el v. y
su continuación, expresa el amor del padre. Los besos de este son signo de su
perdón.
15
21 Adic.:
“trátame como a uno de tus jornaleros”, ver v. 19. Pero el texto breve, mejor
atestiguado, pone mejor de relieve la prisa del padre y hace que su acogida
evite al hijo una degradante humillación.
15
22 El
anillo era signo de autoridad y las sandalias formaban parte del atuendo del
hombre libre, por oposición al del esclavo.
15
25 A
la actitud misericordiosa del padre, que simboliza la misericordia divina, se
opone en el hijo mayor la actitud de los fariseos y de los escribas, que se
jactaban de ser “justos porque no dejaban de cumplir ningún mandamiento de la
Ley”.
15 29
Estas
palabras parecen justas, pero responden a la seguridad que tenían los fariseos
de cumplir todas las exigencias de la ley.
15 31
Se
trata de una alegría esencial, de una invitación a ir más allá de las normas
jurídicas para abrirse al amor.
15
32 El
padre corrige la expresión de desprecio “ese hijo tuyo” por “este hermano tuyo”,
reconduciendo así la fraternidad.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
15 Al escándalo de los
fariseos (v. 2) no responde Jesús con tesis de cátedra, sino con tres parábolas
(cf. Mc 4, 2) que son joyas de la literatura universal, y autorretrato del
corazón de Jesús – misericordia del Padre con los pecadores –. Jesús hace lo
que hace le Padre, que actúa así con los pecadores arrepentidos: no aprueba
el envilecimiento en que cae el pecador, pero sigue teniendo para él los brazos
abiertos, lo acepta y lo comprende más que el pecador a sí mismo. La lección central
en las tres parábolas es: la alegría de Dios por el reencuentro (vs.
7.10.32). En Dios “sucede” algo así como lo que sucede en el corazón de un
padre humano: entre varios hijos fieles y uno descarriado, su preocupación
primordial es conseguir el retorno del descarriado, y su alegría al recobrarla
es tanto mayor cuanto mayor fue su disgusto al perderlo.
1-2 LOS PECADORES: los
de vida irregular (cf. 18, 11: adúlteros, defraudadores, etc.) y los que
ejercían una profesión considerada de mala fama (curtidores, marineros,
camelleros, etc.). La murmuración de LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS delata otro
misterio del corazón humano: ¿Por qué a aquellos hombres religiosos les
molestaba tanto la misericordia, por qué el amor de dios provocaba en ellos
juicios de condena? ¿Se consideraban, tal vez, “merecedores” exclusivos del
amor de Dios.
11-12
El
protagonista de esta parábola, también peculiar de Lc, es el padre. No
los hijos, pues el pródigo no es modelo ni de arrepentimiento (da la impresión
de que se arrepiente solo por el hambre, no por amor al padre, v. 17), y el
hermano mayor no sirve al padre con el corazón de hijo, sino de esclavo. Los
dos “se han perdido” para el padre, que tiene que “salir” a su encuentro (vs.
20 y 28). El diálogo final va directamente para los fariseos, pagados de sí
mismos y despreciadores de los demás.
13 “Recoger” es convertir
en dinero, o vender. // MARCHÓ… LEJANO: en expatriarse, en irse lejos
del padre, consiste propiamente le pecado del pródigo. Al marchar él, el
padre se quedó sin los dos hijos. // COMO UN PERDIDO: el adverbio que usa el
texto griego proviene de una adjetivo que significa “insalvable” o “que no
salva” (el dinero, etc.); el sustantivo correspondiente es nuestro vocablo desenfreno
o libertinaje.
15 FUE A ARRIMARSE.
lit. habiendo ido se adhirió. // QUE LO ENVIÓ…: lit. y envió a él. //
Si para un judío los CERDOS eran animales impuros según la Ley (Lv 11, 7),
quiere decir que el pródigo vivió como apóstata de la religión.
16 DESEABA: o hubiera
deseado. Algunos manuscritos, en vez de HARTARSE dicen llenar su estómago.
NADIE LE DABA: puede entenderse: no le daban permiso, no le
permitían comerlas.
17 ENTRANDO EN RAZÓN:
lit. a él mismo empero volviendo (semitismo), reflexionando en su
interior.
18 ME LEVANTARÉ PARA IR
A: lit. habiéndome levantado iré (semitismo: me pondré en camino) al
padre de mí y diré a él. // CONTRA TI (lit. ante ti, en tu
presencia) es expresión targúmica. Hoy diríamos directamente: “ofendí a Dios al
ofenderte a ti”.
19 TENME POR… (lit. hazme
como…): había perdido los derechos que tenía como hijo, y no sospechaba que
el padre no iba a rebajarlo al nivel de criado; seguía siendo “este hijo mío”
(v. 24).
20 LE DIO UN VUELCO EL
CORAZÓN: lit., en un solo vocablo griego, se conmovió-en-las-entrañas. //
CORRIÓ A… BESARLO INSISTENTEMENTE: lit. , habiendo corrido cayó sobre el
cuello de él y besó-mucho a él.
21 EMPEZÓ A DECIRLE: el
aoristo del texto griego es ingresivo.
22 LA TÚNICA MEJOR ES,
en el texto griego, la túnica primera, la principal. // PONEDLE UNA
SORTIJA…: lit. dad anillo (¿sortija?) para la mano (¿el dedo?) de
él y calzado para los pies.
23 HAGAMOS UN GRAN BANQUETE:
lit. comiendo banqueteemos (cf. 12, 19).
25 MÚSICA (¿de un
instrumento musical determinado?) Y CANTOS (lit. y coros: ¿de
danzantes?, ¿de cantores?), tal vez sea endíadis (repetición de un único
concepto mediate dos términos coordinados): “la música del baile”, o “los coros
que cantaban”.
28 MONTÓ EN CÓLERA.
sufrió un ataque de celos, a la manera de Caín frente a Abel (Gn 4, 5). //
SALIÓ Y LE SUPLICABA: ¿Cuál de los hijos estaba más lejos del padre? También el
mayor seguía distante; también el padre tuvo que salir a su encuentro. El
tiempo verbal griego (imperfecto) da a entender que “le suplicaba con insistencia”,
“le suplicaba repetidas veces”.
29 LLEVO SIRVIÉNDOTE: el
verbo griego es el propio de los esclavos; así, al decir “llevo trabajando para
ti como esclavo”, reconoce implícitamente: “no me considero hijo”.
// MIS AMIGOS: apelativo exagerado; a lo más, compañeros de diversión;
difícilmente podía vivir la verdadera amistad, ni la fraternidad, quien
no vivía la filiación.
30 El hijo mayor aún no
está convertido: sigue resentido y acusa al padre. ¿Por qué dice despectivamente
ESE HIJO TUYO, en vez de decir “este hermano mío”? El padre lo corrige (v. 32):
no se trata solo de “este hijo mío”, sino de “este hermano tuyo”. // MATAS:
lit. mataste.
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
15,
1 Compartir
la comida era un signo de amistad y reconciliación. Cristo aprovecha esta
comida para demostrar que su misión es la de llamar a los pecadores al
arrepentimiento. Cat. 937, 589, 545.
15,
11-32 Este pasaje lleva al corazón del Evangelio: la ilimitada misericordia de
Dios revelada a través de Cristo (cat. 1846-1848). La parábola del hijo prodigo
es también la del padre misericordioso y, quizá más en profundidad, la de los
dos hermanos. El tema de los dos hermanos (Caín-Abel, pasando por Isaac-Ismael,
Jacob-Esaú, o José y sus doce hermanos) desemboca en la fraternidad que se da
entre dos pueblos: el elegido (Israel: el hijo mayor) y el resto de los pueblos
paganos (los gentiles: el hijo menor). Ambos viven una filiación y responden de
modos diversos a la elección de uno y al amor incondicional del Padre a ambos.
La parábola pone de relieve la gran misericordia y perdón de Dios. Cat. 1436-1439,
2838-2839)
Catecismo
de la Iglesia Católica.
589 Jesús escandalizó sobre
todo porque identificó su conducta misericordiosa hacia los pecadores con la
actitud de Dios mismo con respecto a ellos. Llegó incluso a dejar entender que
compartiendo la mesa con los pecadores los admitía al banquete mesiánico.
545 Jesús invita a los
pecadores al banquete del Reino: “No he venido a llamar a justos sino a
pecadores” (Mc 2, 17). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede
entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia
sin límites de su Padre hacia ellos y la inmensa “alegría en el cielo por un
solo pecador que se convierta” (Lc 15, 7). La prueba suprema de este amor será
el sacrificio en su propia vida “para remisión de los pecados” (Mt 26, 28).
1846
El
Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los
pecadores.
1439
El
proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por
Jesús en la parábola llamada “del hijo pródigo”, cuyo centro es “el padre misericordioso”:
la fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna; la
miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna;
la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de
desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre
los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable
ante su padre, el camino del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría
del padre: todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor
vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva,
pura, digna, llena de alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al
seno de su familia, que es la Iglesia. Solo el corazón de Cristo, que conoce las
profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su
misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza.
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
15, 1-32 En esta sección se
reúnen las tres parábolas llamadas de la misericordia y otras dos sobre el uso
de los bienes. La tercera la solemos llamar “del hijo pródigo” y mejor sería
llamarla “del padre amoroso”.
15,
11 Aquí
Jesús está cumpliendo algo que lo dijo (10, 22): está revelando al padre. La
paternidad humana es reflejo de Dios y por eso sirve.
15,
20 El
padre no lleva el asunto por vía legal (Dt 21, 20), sino que se deja llevar del
afecto paternal: para hacerlo comprender.
15,
24 Es
un revivir: no la simple vuelta, sino el arrepentimiento y el perdón (Jr 3,
14).
15, 24-32
El
hermano mayor tiene que aceptar la misericordia del padre y reconciliarse con
su hermano arrepentido. Paternidad engendra fraternidad.
Comentarios
de los Santos Padres.
Dime, fariseo, ¿por
qué murmuras al ver que Cristo no desprecia el estar con publicanos y
pecadores, sino que decididamente les proporciona los medios de salvación? Para
salvar a las personas, se anonadó a sí mismo, se hizo como nosotros, y se
revistió a sí mismo de la pobreza humana.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 106. III, pg. 335.
Cuando algunos sean
llamados a la conversión, aunque tengan mala reputación, nosotros debemos más
bien alegrarnos y no dejarnos arrastrar por la irritación odiosa hacia ellos.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 107. III, pg. 340.
Tuvo dos hijos, es
decir, dos pueblos: judío el uno y gentil el otro; al pueblo judío le hizo más
adulto por el conocimiento de la Ley, al pueblo gentil más joven por la necedad
del paganismo.
Pedro Crisólogo, Sermón,
5, 2. III, pg. 341.
El que no sabe
saciarse con el alimento que no se corrompe, siempre estará hambriento.
Ambrosio. Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 7, 215. III, pg. 343.
Se te arroja al cuello
para levantarte porque estás caído, y para hacerte volver hacia el cielo, con
el fin de que allí tú, que estás cargado de pecados e inclinado hacia todo lo
terreno, busques a tu Creador. Cristo se lanza a tu cuello para quitar de él el
yugo de la esclavitud y poner sobre él su yugo suave.
Ambrosio, Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 7, 229-230. III, pg. 344.
San Agustín
El hombre que tuvo dos hijos es Dos que tuvo dos pueblos. el hijo mayor
es el pueblo judío; el menor, el gentil. La herencia recibida del padre es la
inteligencia, la mente, la memoria, el ingenio, y todo aquello que el Señor nos
dio para que le conociésemos y alabásemos. Tras haber recibido este patrimonio,
el hijo menor se marchó a una región lejana. Lejana, es decir, hasta olvidarse
de su Creador. (…) Aquí se alimentaba de bellotas que son, a nuestro parecer,
las doctrinas mundanas, que alborotan, pero no nutren. (…)
Sermón 112
A, 1-5. I, pgs. 340-341.
San Juan de Ávila
Es llamado príncipe de este mundo (Jn 12, 31); porque rige y manda a los malos.
El cual asítrata a los suyos que ni aun de manjares de puercos los harta; mas,
como otro Adonibecec, les tiene cortados los cabos de los pies y las manos, para hacer cualquier bien, y puestos debajo de la
mensa, para
que coman, no de plato entero, mas de migajas que le sobran a él (cf. Jue 1,
6-7). Hambrientos los tiene de presente, y después llevará consigo a donde haya
entera hambre y tormentos; porque él otra cosa no puede dar. Tal es su
tratamiento que bastaba, si los mundanos en ello mirasen, para salirse de la
compañía del demonio y del mundo, y allegarse a Dios; como hizo el hijo pródigo
que, de verse en oficio tan vil, y que de manjar de puertos aun no se hartaba,
cobró seso y consejo para ver qué diferencia iba de estar en la casa de su padre o en la casa del mundo, y dejó
el mal que tenía, y fuese a su padre, pidiéndole misericordia, y hallóla (cf.
Lc 15, 16ss).
Audi, filia (II), 98. I, pg. 750.
No cese el hombre de buscar el perdón, que, si en la demanda porfía, el Padre de las misericordias saldrá al encuentro a su
hijo pródigo, y
se lo dará y le vestirá con celestial ropa de gracia, y se holgará de ver ganado
a su hijo por
la penitencia, que
estaba perdido por
el pecado (cf. Lc 15, 20-24).
Audi, filia (II), 20. I, pg. 581.
Decís: Hágase
tu voluntad; pensad
cómo hicisteis la voluntad del demonio y buscastes las bellotas de los puertos
(cf. Lc 15, 16). Pedís al Señor que os perdone; pensad cuán poco perdonáis a vuestros prójimos. Pedís que no seáis vencido en
la tentación, y
vos os dejáis vencer muchas veces, etc.
Diálogos inter confessarium et paenitentem. II, pg. 780.
Item, porque a los pecadores no les es vedado el orar, antes concedido
y mandado y con esta oración enseñó Nuestro Señor Jesucristo a orar a todo el
bueno: buenos y malos. Item, el hijo pródigo, que representa un pecador sin
gracia, dijo: Padre,
pequé en el cielo y delante de ti (Lc 15, 18); y otros lugares en la Sagrada
Escritura donde los pecadores llaman padre a Dios, aunque le han ofendido.
Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 137.
Un solo hijo pródigo fue el perdido y el recibido con tantas
misericordias, con tantas fiestas y regocijos (cf. Lc 15, 22-24). Con un solo
hijo hace el padre tantos regocijos; y con sola o por sola una oveja y una
dracma. Para consuelo del hombre, y para que entienda el gran cuidado que Dios
tiene, no solamente de todos los hombres en general, sino de él en particular;
y que así como de él en particular tiene este cuidado, así le tiene en
particular este amor, y por él en particular se hizo aquella obra, y él en particular
está obligado a agradecerla y tenerla por propia. Por eso el Apóstol habla con
este lenguaje: Amóme a mí, y entregóse a la muerte por mí. Quiere decir: de mí
en particular se acordó; por mí en particular rogó, y a mí en particular lavó
con sangre.
Lecciones sobre la epístola a los Gálatas. II, pg. 56-57.
¿No sois vos aquel amorosísimo padre que con tanta alegría y regocijo
recibió al hijo perdido (Lc 15, 32), ¡y tan perdido!?
Oraciones. II, pg. 1004.
Iste peccatores recipit, etc. (Lc 15, 2). Estas palabras, que darán
fundamente a nuestro sermón, con el ayuda y favor del Espíritu Santo, son
tomadas del evangelio de la dominica tercera de Pentecostés; son palabras
dichas de unos malos hombres; dijéronse a Jesucristo, acusándole que era mal
hombre. Tomárselas hemos de la boca para entenderlas como se han de entender,
porque algunas veces decían unas sentencias del Espíritu santo, aunque eran
malos.
Domingo III después de Pentecostés. III, pg. 242.
Hasta que vino aquel verdadero samaritano Cristo, que quiere decir guarda, y hizo medicina para este
herido. No dice el texto que descendió por el mesmo camino del herido, sino,
haciendo camino, vino al herido. Allegóse, tomando carne semejante a la nuestra
pecadora, llegóse conversando con heridos de pecados; tanto, que le reprendía n
los fariseos, ya en casa de un publicano, ya en casa de un cambiador, ya con la
Madalena, ya con la mujer adúltera y, al fin, con los ladrones (Lc 15, 2). Así
había de ser, que el que venía para curarnos no hubiese asco de nuestras
llagas. Allegóse por sacramentos.
Domingo XII después de Pentecostés. III, pg. 271-272.
Justicia justísima es que, si el ciego quiere ir delante dele que sabe
el camino muy bien y le quiere guiar, que tropiece y se descalabre. Y el hijo
mozo que pidió la parte de su hacienda a su padre y quiso regirse por sí,
perdióla muy presto, y aun a sí mismo con ella, y de hijo muy honrado y
abastado en la casa de su padre, vino a ser guarda de puercos y a no hartarse
aun de lo que ellos comían (cf. Lc 15, 16). No le dañara ser mozo ni su poca
experiencia si quisiera vivir debajo del regimiento de su padre.
Santísimo Sacramento. III, pg. 749-750.
Hijos pródigos, que guardan los puercos de los demonios y aun no se hartan
de lo que comen los puercos (cf. Lc 15, 16).
Santísimo Sacramento, III, pg. 758.
Y para más memoria, es bien, si hubiere caído en alguna cosa grave o dudosa,
para preguntalla, que luego que caiga la escriba y la guarde, y el domingo por
la mañana se confiese por la misma orden que se examinó y reciba el santísimo
Sacramento, para que, por la virtud del santísimo cuerpo y sangre de Cristo
metido dentro de sus entrañas, alcance su gracia y amor. Antes que le reciba,
diga esta preparación, hiriendo sus pechos: Pater, peccavi incaelum et contra te, et non sum
dignus vocari filuus tuus… (cf. Lc 15, 17-10).
A un discípulo. IV, pg. 743.
San Oscar Romero.
Yo le invito, hermanos, a que en sus hogares o en una
Iglesia, en un lugar silencioso, lean esa parábola pero pensando en ustedes
mismos y pensando: ¿cuántas veces se ha realizado en mi vida la locura de haber
dejado a Dios, la ilusión de querer encontrar la dicha allá lejos del padre, y,
tal vez, mientras se tiene dinero, mientras se tiene salud, mientras lo pueden
explotar a uno, hay amigos y le ofrecen todo, pero cuando todo eso se acaba,
eso que llamábamos el todo, mi dinero es mi Dios, mi dinero, mi poder, los
idólatras, cuando caen en la cuenta que no estaba adorando más ídolos y caen en
un despertar duro ante la realidad? ¡Ah! no era dios.
¡Ah! el dinero no podía darme todas las satisfacciones. ¡Ah!
no puede hacer todo lo que yo quería con el poder. ¡Qué insensatos nos
sentimos! Nos parecemos el hijo pródigo en ese momento, queriendo comer el maíz
que le tiran a los cerdos. Sentía al hijo pródigo que los cerdos eran más
felices que él, ellos comían y a él no le daban ni siquiera las algarrobas de
los cerdos. Y por vergüenza de no comer en la misma canoa con los cerdos, quitaba
de escondidas unas mazorcas, unas algarrobas; allá escondido, como un cerdo
avergonzado, comiéndose su propia miseria.
¿Quién no ha sentido realizarse en su vida después del pecado
este asco, este sentirse cerdo, sentirse vacíos, sentirse sin Dios, sin nada,
sin amigos?
Homilía 16 marzo 1980.
Comentario Homilética.
-Parábolas de la misericordia:
De la alegría de Dios.
Oveja perdida (15, 5-7), dracma perdida (15, 8-10) e hijo pródigo (15,
11-32).
Le sigue la parábola del administrador infiel (16, 1-8):
Parábolas de la misericordia: dirigidas a los fariseos y escribas.
Parábola del administrador infiel: dirigida a los discípulos.
-Estructura:
Crescendo narrativo.
Presentación de la escena con dos tipos de personajes (vv. 1-3):
Pecadores: se acercan a Jesús y le escuchan.
Fariseos y escribas: murmuran de Jesús y le critican.
Situación del hijo más joven (vv.11-20a).
Reacción del Padre ante la llegada del hijo y celebración de la fiesta (vv.
20b-24).
Reacción del hijo y enseñanza del padre (vv. 25-32).
MISA DE NIÑOS. DOMINGO V T. CUARESMA.
Monición de entrada.
Buenos días:
Cada domingo venimos a misa porque Jesús quiere estar con nosotros.
Pero nos puede pasar una cosa que a Jesús no le gusta.
Que nos sintamos mejores que los niños que no vienen.
Por eso hoy en misa Jesús nos contará una historia.
En ella nos dirá que Dios es bueno y quiere a todos.
Y nosotros no tenemos que mirar mal a los niños que no vienen a misa.
Ni a los niños que no quieren recibir la primera comunión.
Señor, ten piedad.
Tú que no castigas. Señor, ten piedad.
Tú que nos amas. Cristo, ten piedad.
Tú que nos das la vida Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que siga enseñándonos a querer a todos y no
sentirnos mejores que los que no quieren a Dios. Te lo pedimos Señor.
-Por la Iglesia, para que acoja a todas las personas. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que vivimos en España, para que no hablemos mal de los
demás. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que están en la cárcel, para que cuando salgan de ella no
se les mire mal, sino que se les ayude. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros para que no acusemos, sino que seamos comprensivos. Te lo pedimos,
Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO IV T.C.
EXPERIENCIA.
Prepara tu lugar de
oración: una cruz, una estampa de la Virgen María, la Biblia y una pequeña vela
encendida.
Descálzate, no de forma
real, sino simbólica. Es decir, toma conciencia de que has entrado en un lugar y
un tiempo sagrado, distinto al que te ha precedido. Estás ante Dios, que es el
Sagrado, el Otro, el que no es material.
Cierra los ojos y
sígnate, tomando conciencia de hallarte en unas coordenadas diferentes.
Inspira y expira, pidiendo
a Cristo te envíe el Espíritu Santo para poder escuchar al Padre.
Permanece en silencio
unos minutos.
¿Dónde te gustaría
volver en estos momentos? ¿A qué lugares del pasado? Visualízalo, con las
personas con las que te gustaría reencontrarte. ¿Cómo te sientes?
¿Y del presente? ¿Con
quién te gustaría estar ahora? ¿Qué sientes? Imagínate con esa persona o esas
personas, el lugar, las acciones, las miradas, las palabras. Toma conciencia de
tus sentimientos.
Mira el vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=mQTBQ_jEE5U
¿Qué significa volver?
¿De dónde vuelven y a
dónde vuelven?
+REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 15, 1-3.11-32.
En aquel tiempo,
solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los
fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
-Este acoge a los
pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta
parábola:
-Un hombre tenía dos
hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de
la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo
menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su
fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella
tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se
contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a
apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos,
pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros
de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me
levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame
como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando
todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando
a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero
el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela;
ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y
sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba
muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a
celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba
a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha
sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó
y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él
respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer
nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete
con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus
bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo,
tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un
banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido y lo hemos encontrado.
¿QUÉ DICE? La perícopa o fragmento
de este domingo tiene dos partes: en la primera nos presenta una situación
vivida por Jesús, quien participa de una comida con publicanos y pecadores,
mientras él habla ellos le escuchan y los fariseos y escribas critican su
comportamiento; la segunda es la parábola del Padre misericordioso, donde
retrata, por una parte a los publicanos y pecadores, el hijo menor, y por otra
a los fariseos y escribas, el hijo mayor. Pero el centro no se encuentra en
ambos, sino en el Padre, quien no permanece impasible, sino a pesar de que
tanto un hijo como el otro no lo conocen y lo consideran amo y no padre, tirano
y no padre, sale en su busca. Los dos vuelven a casa, los dos tienen una imagen
falsa del padre y por los dos el padre sale y entra en su búsqueda para lograr
la conversión, es decir, que cambien de mentalidad y le descubran como padre
bueno, compasivo y misericordioso y desde él se descubran a sí mismos como
hijos y hermanos, liberándose de la también falsa imagen de sí mismos como
jornaleros de un frío propietario. Lee de nuevo el texto sirviéndote de la
composición de lugar, esto es, entrando en la escena y representando a los dos
hijos, a modo de “role playing”.
¿QUÉ TE DICE? Quédate con la frase que más te llame la
atención, repítela en silencio durante unos minutos. ¿Cuándo has actuado como
hijo menor?, ¿cuándo como hijo mayor? ¿En qué lugar te encuentras ahora: en la
Iglesia pero con la imagen de un Dios que premia y castiga, fuera de la
iglesia, de vuelta a la Iglesia? ¿Cómo juzgas al resto del equipo de monitores
o catequistas, a los niños, a los que van a la parroquia y los que solo se
acercan con motivo de una celebración familiar, social o festiva? Céntrate en
la figura del Padre, sus gestos, sus palabras, dirigidas a ti. Contémplalo en
toda su misericordia. Recuerda tu vida, tus pecados, tus abandonos. Siempre ha
estado a la puerta esperándote. Cuando te fuiste, antes de cerrar la puerta,
como afirmaba el Papa Francisco, te dijo: “la llave siempre estará puesta fuera”.
Él nunca se cierra por dentro.
COMPROMISO.
¿Y tú, a quién has cerrado la puerta por dentro? Proponte abrirle o
abrirles de nuevo la puerta, para que cuando quieran regresen a tu corazón.
Nunca podemos obligar a quienes se han ido de nuestra vida que regresen, eso
sería privarles de su libertad y convertirlos en nuestros esclavos sumisos.
Pero sí podemos no cerrar la puerta y cuando pase la vea siempre abierta.
CELEBRACIÓN.
Escucha esta canción.
Se dirige a María, pero también a Dios, quien es madre y padre. Sería bueno
visitar un sagrario y, con los auriculares, escucharla.
https://www.youtube.com/watch?v=7XGTciGU8Bw
Cuantas veces, siendo niño, te recé,
con mis besos te decía que te amaba,
poco a poco, con el tiempo alejándome de ti,
/ por caminos que se alejan me perdí. / (2)
HOY HE VUELTO, MADRE, A RECORDAR
CUANTAS COSAS DIJE ANTE TU ALTAR,
Y AL REZARTE PUEDO COMPRENDER
/ QUE UNA MADRE NO SE CANSA DE ESPERAR. / (2)
Al regreso me encendías una luz,
sonriendo desde lejos me esperabas,
en la mesa la comida aún caliente y el mantel,
/ y tu abrazo en mi alegría de volver. / (2)
ESTRIBILLO.
Aunque el hijo se alejara del hogar,
una madre siempre espera su regreso,
que el regalo más hermoso
que a los hijos da el Señor,
/ es su madre y el milagro de su amor. / (2)
ESTRIBILLO.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la
Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Homilética. Sal Terrae.
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