martes, 15 de marzo de 2022

Domingo 3º T.C. 20 de marzo de 2022.

 


 

Lectura del libro del Éxodo 3, 1-8a.13-15.

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián. Llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo:

-Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se quema la zarza.

Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:

-Moisés, Moisés.

Respondió él:

-Aquí estoy.

Dijo Dios:

-No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.

Y añadió:

-Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.

Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios. El Señor le dijo:

-He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.

Moisés replicó a Dios:

-Mira, yo iré a los hijos de Israel y les diré: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”. Si ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?, ¿qué les respondo?”. Dios dijo a Moisés:

-“Yo soy el que soy”; esto dirás a los hijos de Israel: “Yo soy” me envía a vosotros”.

Dios añadió:

-Esto dirás a los hijos de Israel: “El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre; así me llamaréis de generación en generación.

 

Textos paralelos.

Ex 6, 2-13: Dijo Dios a Moisés: “Yo soy el Señor. Yo me aparecí a Abrahán, Isaac y Jacob como ‘Dios Todopoderoso”, pero no les di a conocer mi nombre ‘Yahwé’. Yo hice alianza con ellos prometiéndoles la tierra de Canaán, tierra donde había residido como emigrantes. Yo también, al escuchar las quejas de los israelitas esclavizados por los egipcios, me acordé de la alianza; por tanto, diles a los israelitas: Yo soy el Señor, os quitaré de encima las cargas de los egipcios, os libraré de vuestra esclavitud, os rescataré con brazo extendido y haciendo justicia solmene. Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios, el que os quita de encima las cargas de los egipcios, os llevaré a la tierra que prometí con juramento a Abrahán, Isaac y Jacob, y os la daré en posesión. Yo, el Señor”. Moisés comunicó esto a los israelitas, pero no le hicieron caso, porque estaban agobiados por el durísimo trabajo. El Señor dijo a Moisés: “Ve al Faraón, rey de Egipto, y dile que deje salir de su territorio a los israelitas”. Moisés se dirigió al Señor en estos términos: “Si los israelitas no me escuchan, ¿cómo me escuchará el Faraón a mí, que soy tan torpe de palabra?”. El Señor habló a Moisés y a Aarón, les dio órdenes para el Faraón, rey de Egipto, y para los israelitas, y les mandó sacar de Egipto a los israelitas.

Ex 6, 28-7, 7: Cuando el Señor habló a Moisés en Egipto, le dijo: “Yo soy el Señor. Repite al Faraón de Egipto todo lo que te digo”. Y Moisés le respondió al Señor: “Yo soy torpe de palabra, ¿cómo me va a hacer caso el Faraón?”. El Señor dijo a Moisés: “Mira, te hago un dios para el Faraón. Tú dirás todo lo que yo te mande, y Aarón le dirá al Faraón que deje salir a los israelitas de su territorio. Yo pondré terco al Faraón y haré muchos signos y prodigios contra Egipto. El Faraón no os escuchará, pero yo extenderé mi mano contra Egipto y sacaré de Egipto a mis escuadrones, mi pueblo, los israelitas, haciendo solmene justicia. Para que los egipcios sepan que yo soy el Señor cuando extienda mi mano contra Egipto y saque a los israelitas de en medio de ellos”. Moisés y Aarón hicieron puntualmente lo que el Señor les mandaba. Cuando hablaron al Faraón, Moisés tenía ochenta años, y Aarón ochenta y tres.

Hch 13, 17-18: El Dios de este pueblo de Israel eligió a nuestros padres y exaltó al pueblo mientras residía en Egipto. Con brazo alzado los sacó de allí y durante cuarenta años los condujo por el desierto.

Llegó hasta Horeb.

Ex 19, 2: Saliendo de Rafidín llegaron al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente al monte.

Gn 16, 7: El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino del sur.

El ángel de Yahvé en una llama de fuego.

Dt 33, 16: Con lo mejor de la tierra y cuanto contiene y el favor del que habita en la zarza; bajen sobre la cabeza de José y coronen al escogido entre los hermanos.

En medio de las zarzas.

Jos 5, 15: El general del ejército del señor le contestó: “Descálzate, porque el sitio que pisas es sagrado”. Josué se descalzó.

Gn 28, 16-17: Despertó Jacob del sueño y dijo: “Realmente está el Señor en este lugar y yo no lo sabía”. Y añadió aterrorizado: “¡Qué terrible este lugar! Es nada menos que casa de Dios y Puerta del Cielo”.

Aquí estoy.

Lv 17, 1: Día a Aarón, a sus hijos y a los israelitas: Esto es lo que manda el Señor.

No te acerques aquí, quítate las sandalias.

Ex 19, 12: Traza un límite alrededor y avisa al pueblo que se guarde de subir al monte o acercarse a la falta; el que se acerque al monte es reo de muerte.

Moisés se cubrió el rostro.

Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.

Yo soy.

Jn 17, 6: He manifestado tu nombre a los hombres sacados del mundo, que me confiaste: eran tuyos y me los confiaste y han cumplido tus palabras.

Jn 17, 26: Les di a conocer tu nombre y se lo daré a conocer, para que el amor que me tuviste esté en ellos, y yo en ellos.

Jn 8, 24: Os dije que moriréis por vuestros pecados. Si no creéis que Yo soy, moriréis por vuestros pecados.

Is 42, 8: Yo soy el Señor, este es mi nombre, no cedo mi gloria a nadie ni mi honor a los ídolos.

Ap 1, 4: De Juan a las siete iglesias de Asia: os deseo el favor y la paz de parte del que es y era y será, de parte de los siete espíritus que están ante su trono.

 

Notas exegéticas.

3 Este primer relato de la vocación de Moisés combina elementos yahvistas, vv. 1-5.16-20 (teofanía y misión de Moisés), y elohísta, vv. 6.9-15 (revelación del nombre divino y de la vocación de Moisés, esta vez en Egipto, aparece en 6, 2-13 y 6, 28-7,7.

3 1 Horeb es el nombre de la montaña del Sinaí en el marco histórico del Deuteronomio y en la redacción deuteronomista del libro de los Reyes. Aquí es una glosa, como en 17, 6.

3 2 (a) En otros lugares de este pasaje, Yahvé se aparece directamente a Moisés. Aquí, la expresión “ángel” ( o más bien “enviado”) de Yahvé responde a la preocupación por la ortodoxia de algún corrector (a Yahvé no se le puede ver, cf. 3, 6).

3 2 (b) A lo largo del Antiguo Testamento, el fuego, entre otras connotaciones, es un elemento que describe tanto la naturaleza divina como su presencia. En este caso acompaña a una manifestación de Yahvé, que convierte en sagrado el suelo de los alrededores, v. 5. Esta escena, que tiene lugar en los aledaños de la montaña sagrada de Horeb, v. 1, pretende ser, desde el punto de vista de la estructura del relato, una prefiguración de la teofanía del Sinaí (=Horeb), donde Yahvé se manifiesta entre fuego, 19, 18, y no permite que la gente se aventure en territorio sagrado, 24, 2.

3 5 El rito de quitarse las sandalias fue practicado por los sacerdotes de la época del segundo Templo (actualmente por los musulmanes). Va unido al carácter sagrado del lugar y se explica probablemente por la impureza de las sandalias, hechas con piel de animales (muertos). La misma orden se da en Jos 5, 15.

3 6 (a) Un redactor tardío identifica el Dios del “padre” de Moisés con el de los patriarcas. Numerosos manuscritos y versiones han corregido este v. usando el plural “tus padres”, idéntico fenómeno de identificación de los padres de los israelitas con los patriarcas aparece en el vv. 15.16.

3 6 (b) Hasta tal punto es trascendente Dios, que una criatura no puede verle y vivir. El verbo “ver” (ra’a) es muy utilizado en esta perícopa (vv. 2-4.7.9). Son sujetos del verbo tanto Moisés como Yahvé. El temor de ver a la divinidad cara a cara es un tema clásico que subraya la trascendencia divina.

3 8 “Tierra que mana leche y miel” designación de la Tierra Prometida, frecuente en el Pentateuco, pero que probablemente proviene de una redacción deuteronomista. Podría ser que Nm 16 13, que dice lo mismo de Egipto, sea el texto más antiguo.

3 13 La tradición Yahvista hace remontarse el culto de Yahvé a los orígenes de la humanidad, Gn 4, 26, y emplea este nombre divino en toda la historia patriarcal. Según la tradición elohísta, a la que pertenece este texto, el nombre de Yahvé no fue revelado más que a Moisés, como el hombre de Dios de los Padres. La tradición sacerdotal, Ex 6, 2-3, concuerda con ella precisando únicamente que el nombre de Dios de los Padres era El Sadday; ver Gn 17, 1. Este relato, uno de los pasajes culminantes del AT, plantea dos problemas: el primer filológico, atañe a la etimología del nombre de “Yahvé·”; el segundo, exegético y teológico, atañe al sentido general del relato y al alcance de la revelación que transmite. 1º Se ha tratado de explicar el nombre de Yahvé por lenguas distintas a la hebrea o por diversas raíces hebraicas. Ciertamente debe verse en él una forma arcaica del verbo “ser”. Algunos reconocen aquí una forma factitiva de este verbo: “hacer ser”, “trae la existencia”. Con mucha mayor probabilidad se trata de una forma de tema simple, y la palabra significaría “es”. 2º En cuanto a la interpretación, la palabra se explica en el v. 14, que es una adición antigua de la misma tradición. Se discute sobre el sentido de esta explicación ’ehyhe’aser ’ehyeh. Dios, hablando de sí mismo, no puede emplear más que la primer a persona “Yo soy·. El hebreo puede traducirse literalmente: “Yo soy lo que soy” o “Yo seré quien seré”, y esto querría decir que Dios no quiere revelar su nombre; pero precisamente Dios da aquí su nombre que, según la mentalidad semítica, parece definirlo de alguna manera. Pero el hebreo también puede traducirse literalmente “Yo soy el que soy”, y según las reglas de la sintaxis hebrea, esto corresponde a “Yo soy el que es”. “Yo soy el existente”; así lo entendieron los traductores de los Setenta: Ego eimi ho ón, Dios es el único verdaderamente existente. Ello significa que es trascendente y sigue siendo un misterio para el hombre, y también que actúa en la historia hacia un fin. Este pasaje contiene en potencia los desarrollos que le conferirá la Revelación futura, véase Ap 1, 8: “Aquel que es, que era y que va a venir, el Todopoderoso”.

3, 15. Ya antes de la era cristiana, el judaísmo, había tomado paulatinamente la costumbre de no pronunciar el nombre propio YHWH, de modo que nos resulta difícil conocer con exactitud su primitiva pronunciación (¿Yahwé?, ¿Yaho?=. En su lugar se decía Adonai (el Señor), lo que indujo a la versión griega a utilizar Kyrios (el Señor), palabra adoptada en el NT (Hch 2, 36; Flp 2, 11). Las formas abreviadas Yah, Yahu, muy antiguas, son utilizadas en la aclamación Halelu-yah (“Alabad al Señor”) y en la formación de numerosos nombres propios: Eliyahu (=Elías, e.d. “mi Dios es el Señor”), Yehoshua (=Josué, Jesús, e.d. “el Señor salva”).

 

Comentario Homilética.

-Elementos:

Encuentro de Moisés con Dios: experiencia misteriosa y atractiva.

Fuego: una de las formas visibles que acompañan las teofanías.

Teofanía – llamamiento por su nombre – instrucciones – transformación del lugar en lugar sagrado – declaración de Dios – mandato – revelación del nombre de Dios.

Nombre de Dios: presente (Yo soy) – futuro (Yo seré) – pasado (Yo soy el Dios de vuestros padres).

 

Salmo responsorial

Salmo 103 (102), 1b-2.3-4.6-7.8.11 (R.: 8a)

 

El Señor es compasivo y misericordioso. R/.

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R/.

 

Él perdona todas tus culpas,

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa,

y te colma de gracia y de ternura.  R/.

 

El Señor hace justicia,

y defiende a todos los oprimidos;

enseñó sus caminos a Moisés

y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

 

El Señor es compasivo y misericordioso,

lento a la ira y rico en clemencia.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre los que lo temen. R/.

 

Textos paralelos.

El que tus culpas perdona.

Ex 15, 26: Si obedecéis al Señor, vuestro Dios, haciendo lo que él aprueba, esucchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no os enviaré las enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que te cura.

Cura todas tus dolencias.

Sal 41, 4: El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, volcará la camilla de su enfermedad.

Rescata tu vida de la fosa.

Jb 42, 10: Cuando Job intercedió por sus compañeros, el Señor cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones.

Yahvé es clemente y misericordioso.

Ex 34, 6-7: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel, que conserva la misericordia hasta la milésima generación, que perdona culpas, delitos y pecados, aunque no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos.

 

Notas exegéticas.

103 8 Son los atributos del nombre de Yahvé, revelados a Moisés, Ex 34, 6, que todo el salmo desarrolla acentuando la misericordia y la bondad, ver vv.17-18 y Ex 20, 6, preparando así 1 Jn 4, 8.

103 11 “Adeptos”, lit. “quienes lo temen”.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1-6.10-12.

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y por el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos. Y para que no murmuréis, como murmuraron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía alegóricamente y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se crea seguro, cuídese de no caer.

 

Textos paralelos.

Estuvieron todos bajo la nube.

Ex 13, 21: El Señor caminaba delante de ellos, de día en una columna de nubes para guiarlos; de noche, en una columna de fuego, para alumbrarles; así podían caminar día y noche.

Atravesaron el mar.

Ex 14, 22: Los israelitas entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.

Bautizados en la nube y en el mar.

Ex 16, 4-35: Los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron maná hasta atravesar la frontera de Canaán (v. 35).

Pues bebían de la roca espiritual.

Ex 17, 5-6: El Señor respondió a Moisés: “Pasa delante del pueblo, acompañado de las autoridades de Israel, empuña el bastón con el que golpeaste el Nilo y camina; yo te espero allí, junta a la roca de Horeb. Golpea la roca y saldrá agua para que beba el pueblo”.

Que les seguía.

Nm 20, 7-11: Y el Señor dijo a Moisés: “Agarra el bastón, reúne la asamblea tú con tu hermano Aarón, y en presencia de ellos ordenad a la roca que dé agua. Sacarás agua de la roca para darles de beber a ellos y a sus bestias”. Moisés retiró la vara de la presencia del Señor, como se lo mandaba; ayudado de Aarón, reunió la asamblea delante de la roca, y les dijo: “Escuchad, rebeldes: ¿Creéis que podemos sacarnos agua de esta roca? Moisés alzó la mano y golpeó la roca con el bastón dos veces, y brotó agua tan abundante que bebió toda la gente y las bestias.

Sirvieran de ejemplo.

Nm 14, 15-16: Si ahora das muerte a este pueblo como a un solo hombre, oirán la noticia las naciones y dirán: “El Señor no ha podido llevar a este pueblo a la tierra que les había prometido; por eso los ha matado en el desierto”.

Ni murmuréis como algunos de ellos.

Nm 17, 6-15: Al día siguiente toda la comunidad israelita protestó contra Moisés y Aarón, diciendo: “Estáis matando al pueblo del Señor” (v. 6).

Todo esto les acontecía en figura.

Ex 12, 23: El Señor va a pasar hiriendo a Egipto, y cuando vea la sangre en el dintel y las jambas, el Señor pasará de largo y no permitirá al exterminador entrar en vuestras casas para herir.

Ex 10, 6: “Llenarán tu casa, las casas de tus ministros y de todos los egipcios; algo que no vieron tus padres ni tus abuelos desde que poblaron la tierra hasta hoy”. Moisés dio media vuelta y salió de la presencia del Faraón.

Aviso a los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos.

Rm 15, 4: Lo que entonces se escribió fue para nuestra instrucción, para que por la paciencia y el consuelo de la Escritura tengamos esperanza.

El que crea estar de pie, mire no caiga.

Ga 6, 1: Hermanos, si alguien es sorprendido en un delito, vosotros, los espirituales, corregidlo con modestia. Pero vigílate tú, no vayas a ser tentado tú también.

Si 15, 11-20: No digas: “Mi pecado viene de Dios”, porque él no hace lo que odia; no digas: “Él me ha extraviado”, porque no necesita de hombres inicuos; el Señor aborrece la maldad y la blasfemia, los que lo respetan no caen en ellas. El Señor ve al hombre al principio y lo entregó en poder de su albedrío; si quieres, guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre. A nadie mandó pecar ni enseñó mentiras a los embusteros; no deja impunes a los embusteros ni se apiada del que practica el fraude.

 

Notas exegéticas.

10 Esta sección comenta la última palabra de la sección precedente: “descalificado”. Existe el peligro de ser reprobado: lo demuestran los ejemplos tomados de la historia de Israel. Y la causa de esta eliminación fue el orgullo y la presunción. Eviten pues, los “fuertes” esos vicios.

10 4 (a) Pablo evoca la nube y el paso del mar rojo – figuras del bautismo –, el maná y el agua de la roca – figuras de la Eucaristía – para invitar a los corintios a la prudencia y la humildad. Los hebreos en el desierto se beneficiaron en cierto modo de los mismos dones que ellos; sin embargo, en su mayoría, disgustaron a Dios.

10 4 (b) Según una tradición rabínica, la roca de Nm 20, 8 acompañaba a los israelitas en el desierto; Pablo usa el tiempo pasado porque la roca ya no existe en este tiempo.

10 6 Lit. “tipos”, que Dios suscitó para prefigurar las realidades espirituales de la era mesiánica (“antitipos”, 1 P 3, 21, pero ver Hb 9, 24). Este sentido “típico” (o “alegórico”, Ga 4, 24) de los Libros Sagrados, si bien superaba la conciencia clara de los autores inspirados, no por eso es menos escriturístico, puesto que lo quiso Dios, autor de toda la Escritura. Es un sentido ordenado a la instrucción de los cristianos: los autores del NT lo han utilizado a menudo. Pablo lo inculca en repetidas ocasiones y algunos escritos – como el cuarto evangelio y la epístola a los Hebreos – se fundan, en su totalidad, en una tipología del AT.

10 10 El exterminador es el ángel encargado de los castigos divinos. Es mencionado en Ex 12, 23, en la muerte de los primogénitos egipcios, pero no en el relato de Nm 17, 6-15.

 

Comentario Homilética.

-Contexto:

1 Co 8: los idolitos y elogio de la libertad.

Llamada a luchar y perseverar como los atletas.

-La historia de Israel:

Typikós: valor ejemplar, alegórico.

Puede repetirse.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1-9.

 En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió:

-¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.

Y les dijo esta parábola:

-Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

-Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?

Pero el viñador respondió:

-Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar.

 

Textos paralelos.

¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos?

Jn 5, 14: Mas tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: “Mira que te has curado. No vuelvas a pecar, no te vaya a suceder algo peor”.

Un hombre tenía plantada una higuera en su viña.

Mt 21, 19: Viendo una higuera junto al camino, se acercó, pero no encontró más que hojas. Le dijo: “Jamás vuelvas a dar fruto”. Al punto se secó la higuera.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

13 1 Episodio desconocido fuera de este texto, como ocurre también con el incidente mencionado en v. 4, Flavio Josefo informa de varias intervenciones sangrientas de Pilato en Jerusalén.

13 6 El episodio de la higuera que se secó es un acto de severidad; Lucas ha preferido esta parábola de la paciencia.

13 9 O bien “en el futuro”. En lugar de “en adelante”, algunos traducen “el año próximo”, dando por sobreentendido “año”, mencionado en el v. precedente.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

13, 1-5 Dos hechos trágicos contemporáneos (vs. 1 y 4) sirvieron a Jesús para iluminar un problema teológico: las desgracias – sean naturales o provocadas por los hombres – no vienen necesariamente como castigo automático por los pecados de quienes las padecen pero sí nos avisan: todos somos pecadores, todos necesitamos convertirnos.

1 SE PRESENTARON: lit. se presentaban. // CON… LAS VÍCTIMAS QUE SACRIFICABAN (lit. con los sacrificios de ellos): desconocemos el hecho exacto que se refería aquella noticia; las represalias violentas eran frecuentes en Palestina desde hacía años.

2 MÁS PECADORES: lit. pecadores en comparación con.

4 LA TORRE DE SILOÉ (lit. la torre en el Siloé, semitismo) defendía el acueducto del estanque “Siloé”. // ¿CREÉIS QUE FUERON…: lit. creéis que estos llegaron a ser deudores junto a (forma de comparativo, usada también en el v. 2) todos los habitantes de Jerusalén. MÁS CULPABLES es, lit., “más deudores”, debían más.

6 La parábola habla de la paciencia divina, que es ilimitada; pero nuestro tiempo tiene límite: hay que aprovechar este ahora para dar fruto “correspondiente al arrepentimiento” (cf. 3, 8).

7 “Ocupar TERRENO EN BALDE” no es hacer estéril la tierra, sino dejar sin aprovechar este trozo de terreno (lit. la tierra).

9 TENDRÁS QUE CORTARLA: lit. cortarás a ella, podrás cortarla; palabras apenadas en boca del viñador, que equivalen a “no tendrás más remedio que cortarla).

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

13, 1-5 Muchas personas en esa época creían que las enfermedades, accidentes y la desgracia estaban asociados a los pecados personales o de la familia. Aunque la enfermedad y la muerte son consecuencia del pecado original, y por tanto afectan a toda la humanidad, no son generalmente el resultado del mal personal. Cristo disipó la noción de que las personas que fueron trágicamente asesinadas habían muerto por causa de sus propios pecados. Sin embargo, su muerte es la llamada al arrepentimiento porque no sabemos cuando llegará a su fin nuestra vida. Cat. 1502.

13, 6-9 La parábola de la higuera trata del arrepentimiento y la misericordia. Dios, con su misericordia, nos da una gran oportunidad de arrepentirnos y dar frutos. Sin embargo, si perseveramos en el rechazo de su amor, moriremos de hecho por su propia elección. Cat. 402, 1008 y 1018.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

1502 El hombre del Antiguo Testamento vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se lamenta por su enfermedad y de Él, que es el Señor de la vida y de la muerte, implora la curación. La enfermedad se convierte en camino de conversión y el perdón de Dios inaugura la curación. Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: “Yo, el Señor, soy el que te sana” (Ex 15, 26). El profeta entrevé que el sufrimiento puede tener también un sentido redentor por los pecados de los demás. Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará venir un tiempo para Sión en que perdonará toda falta y curará toda enfermedad.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

13, 1-5 Aunque no vale la aplicación mecánica del principio de la retribución, las desgracias ajenas pueden conservar su fuerza de amonestación. Lo que para unos es desgracia, para otros sea escarmiento.


Comentarios de los Santos Padres.

Pasó tres años entre ellos para hacerles ver que era el Salvador. Y cuando quiso arrancar la higuera, sucedió lo mismo que anteriormente entre el Padre y Moisés: “Déjame que destruya a este pueblo” (Ex 32, 10). El Padre dio una oportunidad a Moisés para que intercediera mediante la oración. Lo mismo sucede aquí.

Efren de Nisibi. Comentario al Diatessaron, 14, 26-27. III, pg. 310.

Este árbol es el género humano. El Señor lo visita en la época de los patriarcas: el primer año, por así decir. Lo visitó en la época de la ley y los profetas: el segundo año. He aquí que amanece el tercer año; casi debió ser cortado ya, pero el misericordioso intercede ante el misericordioso. Quien quería mostrarse misericordioso, él mismo se presentó como intercesor.

Agustín. Sermón, 254, 3. III, pg. 310.

Si alguien dijese que el viñador es el Hijo, su punto de vista tendría una razón a su favor. Él es nuestro abogado ante el Padre, nuestro defensor y el jardinero de nuestras almas. Poda constantemente todo aquello que es dañino y nos colma de semillas racionales y santas, para que podamos ofrecerle los frutos.

Cirilo de Alejandría. Comentario al Ev. de Lucas, 96. III, pg. 311.

 

San Agustín

Con razón dice también el Señor en el evangelio a propósito de cierto árbol estéril: Hace ya tres años que me acerco a él sin encontrar fruto: lo cortaré para que no estorbe en el campo (Lc 13, 7). Intercede el colono; intercede cuando ya el hacha está a punto de caer, para cortar las raíces estériles; intercede el colono como intercedió Moisés ante Dios.

Sermón 254, 3-4. I, pg. 315-316.

 

San Juan de Ávila

No saquéis vos de oír estas caídas ajenas alguna soberbia de corazón, con que digáis: No soy yo como aquellos que tan feamente han perdido la fe. Acordaos de unos hombres que contaban a nuestro Señor que Pilato había muerto a cierta gente de Galilea en mitad de unos sacrificios que hacían (cf. Lc 13, 1), y llevaban lo que esto contaban un liviano complacimiento en su corazón, con que se tenían por mejores que aquellos que habían hecho cosas merecedoras de que los matase Pilato. Y como él soberano Maestro entendía la tal soberbia, sin que ellos la manifestase, quiriéndolos desengañar, les dijo de esta manera: ¿Pensáis que aquellos hombres de Galilea eran mayores pecadores que… (Lc 13, 2-5. Este mismo sentido tiene San Pablo cuando dice: Por la incredulidad fueron cortados, los judíos, que eran ramos en la oliva de los creyentes, y tú por la fe estás en pie. No quieras ensorbecerte, mas teme, porque de otra manera también serás tú cortado  (Rm 11, 19-21). Los castigos de Dios, hechos en otros, humildes y cautos nos deben hacer, no soberbios.

Audi, filia (II), 19. I, pg. 641.

Y para que no andemos en duda de qué quiere el Señor que hagamos los que quedamos en la Iglesia católica en este triste acaecimiento que a los que eran nuestros hermanos ha acaecido, callemos nuestras lenguas, porque no erremos, y abramos nuestras orejas para oír con reverencia lo que dice el evangelista San Lucas en el Evangelio que contaron una vez unos hombres a nuestro Señor: como Pilatos había muerto a cierta gente de Galilea que halló haciendo cierto sacrificio. Y los que esto contaban al Señor llevaban en sus corazones un liviano complacimiento, y por ventura tan secreto, que ellos mismos nos lo entendían: con el cual no se tenían por pecadores, como aquellos a quien por lo que habían hecho los había muerto Pilatos. Y como el sapientísimo maestro (al cual los rincones del corazón, por muy secretos que estén, son manifiestos) entendió aquella vanidad que traían, y, queriéndolos desengañar y liberar del peligro que por ello, como a soberbios y negligentes, les podía venir, díjoles de esta manera: Putatis quod hi galilei… (Lc 13, 2-5). ¡Oh Señor! ¡Cuán gran carga nos has echado en decirnos esta verdad y en cuán gran cuidado nos has puesto si la hemos de recibir y poner en obra y de manera que quedemos remediados y por razón de la pérdida grande ajena! Danos, Señor, humildad profunda de corazón, con que sintamos que el no haber caído como aquellos lo atribuyamos a tu gracia y misericordia y no a tenernos por menores pecadores que aquellos. Hágannos, Señor, tus castigos cautos y humildes y enmendados, porque no nos des en el rostro: Curavimus Babilonem et non est sanata (Jr 51, 9), y vengamos poco a poco a merecer que nos dejes. Mucho, mucho debemos mirar cuán a costa de otros nos ha querido Dios avisar, y de cómo en tiempos pasados dijo a Hierusalen que fuese a mirar el castigo recio que había ejercitado en Siloé por los pecados (cf. Lc 13, 4-5) y que se emendase ella, porque no le acaeciese otro tanto.

Causas y remedios de las herejías, 32. II, pg. 555-556.

Cuando el Señor nació, había mandado César que todos los de su reino se fuesen a escrebir, para que pagasen el tributo, ut habetur Lc 2 (cf. Lc 2, 1). Y levantóse alguna gente, de los cuales era el principal Judas Galileo. Y esta gente de esta secta sustentaba que no era lícito que ellos pagasen tributo a Cesar y decían: “¡Cómo! ¿Nosotros, que somos judíos y conocemos a Dios, es razón que paguemos tributo a un infiel que adora ídolos?”. No faltó gente que lo siguiese en el pueblo, porque defendían esto, ut habet Lucas 13 (cf. Lc 13, 1). Y entonces murieron Judas Galileo y Teodás, ut habebat Actuum 5 (cf. Hch 5, 36-37).

Domingo 22 después de Pentecostés. III, pg. 309.

 

San Oscar Romero.

Y ahora, queridos hermanos, mi tercer y último pensamiento yo lo acomodo a nuestro querido pueblo, preguntando como tercera idea de esta homilía: ¿qué significa hoy para El Salvador, convertirse al Señor por los caminos de Cristo? ¿Quién es el verdadero salvadoreño que se puede llamar hoy Pueblo de Dios? El que camina muy adherido a Cristo buscando esa Jerusalén Celestial trabajando por la tierra, pero no por sus propios proyectos sino según el proyecto de Dios trascendente y que nos acerca al Reino del Señor.

Homilía 9 marzo 1980.

Comentario Homilética.

-Contexto:

Camino de Jesús a Jerusalén (9, 51 – 19, 28):

Exigencia de un esfuerzo para interpretar los signos de los tiempos (12, 45-59).

Evangelio de este domingo (13, 1-9).

Curación en sábado de una mujer encorvada (13, 10-18).

-Estructura:

Vv. 1-5: recuerda dos hechos ocurridos para corregir e invitar a la conversión.

Vv. 6-9: explicita la conversión (dar frutos).

MISA DE NIÑOS. DOMINGO IV T. CUARESMA.

Monición de entrada.

Buenos días:

Ya quedan menos días para el Domingo de Ramos.

Y hoy Jesús nos va a contar una historia.

La de un hijo que se fue de casa y se gastó todo lo que le había dado su padre.

Pero al final volvió y su padre se puso muy contento.

Así nos pasa a nosotros cuando venimos a misa.

Nuestro Papá Dios siempre nos perdona y hace la fiesta de la misa.

 

Señor, ten piedad.

Tú que nos perdonaste. Señor, ten piedad.

Tú que no te portas con nosotros, como a veces nosotros nos portamos con los que se portan mal con nosotros. Cristo, ten piedad.

Tú que nos invitas a la misa, aunque tengamos pecados. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que siga enseñándonos a perdonar. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que sea casa de paz. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que sufren la guerra, para que tengan paz. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que se creen mejores, como el hijo mayor, para que cambien. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros  y las personas mayores para que nos confesemos más. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por enseñar a Jesús a perdonar y pedirle a Él que nos perdone. Gracias por ayudarnos a perdonar como tú lo haces.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO III T.C.

EXPERIENCIA.

Realiza la señal de la cruz mientras inspiras.

Toma conciencia de que te encuentras en un lugar sagrado, porque los lugares no son sagrados por unas piedras o porque tradicionalmente se ha considerado así, sino porque son lugares de encuentro con Dios.

Y Dios está aquí, ahora, contigo. Y tú vas a abrir tu corazón para escucharle.

Descálzate de tus pensamientos y prisas, del polvo que llevas acumulado en tu caminar por la vida.

Entra en este enlace, pero sin activar el sonido:

https://www.youtube.com/watch?v=PSuHKdxgRSI

Míralo las veces que necesites, déjate conducir por los pensamientos que te sugiere.

En el silencio de tu corazón háblale a Dios de lo que ves y mira el soplo del Espíritu modelando cada escena.

Activa la voz, escúchalo, permanece en silencio, cuéntale a Dios como te sientes, que te sugiere,…

¿Cuáles han sido los procesos lentos de tu vida? Sumérgete en ellos.

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1-9.

 En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió:

-¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.

Y les dijo esta parábola:

-Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

-Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?

Pero el viñador respondió:

-Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar.

 

¿QUÉ DICE? el evangelio de hoy tiene dos partes. En la primera Jesús clarifica el sentido de las desgracias humanas. Estas no nos deben conducir a pensar en si la causa se encuentra en un castigo divino sino a cuestionar nuestra forma de vida. La segunda parte concreta la conversión, la cual es un don y una tarea. El don de Dios que sigue cuidando de nuestra vida con mucha paciencia, pero si bien la vida de Dios es eterna, la nuestra está limitada. Por eso la conversión es una tarea: dar frutos antes de que nos sorprenda la muerte. Solo tenemos una vida y esta la debemos aprovechar no tanto en disfrutar nosotros sino en amar a los demás, en dar lo que recibimos de Dios y quienes nos cuidan. Imagina la escena y piensa en ella desde fuera.

¿QUÉ TE DICE?  Entra en la escena, lee las palabras dirigidas a ti. ¿Los momentos difíciles te han ayudado a replantearte tu modo de vivir, a descentrarte para centrarte en los demás?

 

COMPROMISO.

Márcate unas pocas pautas sencillas y concretas para mejor y dar más fruto. Revísalas cada semana.

 

CELEBRACIÓN.

Mira y escucha esta canción.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae.  

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

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