Lectura del libro del Éxodo 3, 1-8a.13-15.
En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró,
sacerdote de Madián. Llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a
Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada
entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se
dijo:
-Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué
no se quema la zarza.
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la
zarza:
-Moisés, Moisés.
Respondió él:
-Aquí estoy.
Dijo Dios:
-No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio
que pisas es terreno sagrado.
Y añadió:
-Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de
Isaac, el Dios de Jacob.
Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios. El Señor le dijo:
-He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas
contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los
egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y
espaciosa, tierra que mana leche y miel.
Moisés replicó a Dios:
-Mira, yo iré a los hijos de Israel y les diré: “El Dios de
vuestros padres me ha enviado a vosotros”. Si ellos me preguntan: “¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les respondo?”. Dios dijo a Moisés:
-“Yo soy el que soy”; esto dirás a los hijos de Israel: “Yo soy”
me envía a vosotros”.
Dios añadió:
-Esto dirás a los hijos de Israel: “El Señor, Dios de vuestros
padres, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros.
Este es mi nombre para siempre; así me llamaréis de generación en generación.
Textos
paralelos.
Ex 6, 2-13:
Dijo Dios a Moisés: “Yo soy el Señor. Yo me aparecí a Abrahán, Isaac y Jacob
como ‘Dios Todopoderoso”, pero no les di a conocer mi nombre ‘Yahwé’. Yo hice
alianza con ellos prometiéndoles la tierra de Canaán, tierra donde había residido
como emigrantes. Yo también, al escuchar las quejas de los israelitas esclavizados
por los egipcios, me acordé de la alianza; por tanto, diles a los israelitas:
Yo soy el Señor, os quitaré de encima las cargas de los egipcios, os libraré de
vuestra esclavitud, os rescataré con brazo extendido y haciendo justicia
solmene. Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios; para que sepáis que
yo soy el Señor, vuestro Dios, el que os quita de encima las cargas de los
egipcios, os llevaré a la tierra que prometí con juramento a Abrahán, Isaac y
Jacob, y os la daré en posesión. Yo, el Señor”. Moisés comunicó esto a los
israelitas, pero no le hicieron caso, porque estaban agobiados por el durísimo
trabajo. El Señor dijo a Moisés: “Ve al Faraón, rey de Egipto, y dile que deje
salir de su territorio a los israelitas”. Moisés se dirigió al Señor en estos
términos: “Si los israelitas no me escuchan, ¿cómo me escuchará el Faraón a mí,
que soy tan torpe de palabra?”. El Señor habló a Moisés y a Aarón, les dio
órdenes para el Faraón, rey de Egipto, y para los israelitas, y les mandó sacar
de Egipto a los israelitas.
Ex 6, 28-7,
7: Cuando el Señor habló a Moisés en Egipto, le dijo: “Yo soy el Señor. Repite
al Faraón de Egipto todo lo que te digo”. Y Moisés le respondió al Señor: “Yo
soy torpe de palabra, ¿cómo me va a hacer caso el Faraón?”. El Señor dijo a
Moisés: “Mira, te hago un dios para el Faraón. Tú dirás todo lo que yo te
mande, y Aarón le dirá al Faraón que deje salir a los israelitas de su
territorio. Yo pondré terco al Faraón y haré muchos signos y prodigios contra
Egipto. El Faraón no os escuchará, pero yo extenderé mi mano contra Egipto y
sacaré de Egipto a mis escuadrones, mi pueblo, los israelitas, haciendo solmene
justicia. Para que los egipcios sepan que yo soy el Señor cuando extienda mi
mano contra Egipto y saque a los israelitas de en medio de ellos”. Moisés y
Aarón hicieron puntualmente lo que el Señor les mandaba. Cuando hablaron al
Faraón, Moisés tenía ochenta años, y Aarón ochenta y tres.
Hch 13, 17-18:
El Dios de este pueblo de Israel eligió a nuestros padres y exaltó al pueblo
mientras residía en Egipto. Con brazo alzado los sacó de allí y durante
cuarenta años los condujo por el desierto.
Llegó
hasta Horeb.
Ex 19, 2:
Saliendo de Rafidín llegaron al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente al
monte.
Gn 16, 7:
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del
camino del sur.
El ángel
de Yahvé en una llama de fuego.
Dt 33, 16:
Con lo mejor de la tierra y cuanto contiene y el favor del que habita en la
zarza; bajen sobre la cabeza de José y coronen al escogido entre los hermanos.
En medio
de las zarzas.
Jos 5, 15:
El general del ejército del señor le contestó: “Descálzate, porque el sitio que
pisas es sagrado”. Josué se descalzó.
Gn 28, 16-17:
Despertó Jacob del sueño y dijo: “Realmente está el Señor en este lugar y yo no
lo sabía”. Y añadió aterrorizado: “¡Qué terrible este lugar! Es nada menos que
casa de Dios y Puerta del Cielo”.
Aquí estoy.
Lv 17, 1:
Día a Aarón, a sus hijos y a los israelitas: Esto es lo que manda el Señor.
No te
acerques aquí, quítate las sandalias.
Ex 19, 12:
Traza un límite alrededor y avisa al pueblo que se guarde de subir al monte o
acercarse a la falta; el que se acerque al monte es reo de muerte.
Moisés
se cubrió el rostro.
Ex 33, 20:
Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.
Yo soy.
Jn 17, 6: He
manifestado tu nombre a los hombres sacados del mundo, que me confiaste: eran
tuyos y me los confiaste y han cumplido tus palabras.
Jn 17, 26:
Les di a conocer tu nombre y se lo daré a conocer, para que el amor que me
tuviste esté en ellos, y yo en ellos.
Jn 8, 24:
Os dije que moriréis por vuestros pecados. Si no creéis que Yo soy, moriréis
por vuestros pecados.
Is 42, 8:
Yo soy el Señor, este es mi nombre, no cedo mi gloria a nadie ni mi honor a los
ídolos.
Ap 1, 4: De
Juan a las siete iglesias de Asia: os deseo el favor y la paz de parte del que
es y era y será, de parte de los siete espíritus que están ante su trono.
Notas exegéticas.
3 Este primer relato de la vocación de Moisés combina elementos
yahvistas, vv. 1-5.16-20 (teofanía y misión de Moisés), y elohísta, vv. 6.9-15
(revelación del nombre divino y de la vocación de Moisés, esta vez en Egipto,
aparece en 6, 2-13 y 6, 28-7,7.
3 1 Horeb es el nombre de la montaña del Sinaí en el marco histórico del Deuteronomio
y en la redacción deuteronomista del libro de los Reyes. Aquí es una glosa,
como en 17, 6.
3 2 (a) En otros lugares de este pasaje, Yahvé se aparece directamente a
Moisés. Aquí, la expresión “ángel” ( o más bien “enviado”) de Yahvé responde a
la preocupación por la ortodoxia de algún corrector (a Yahvé no se le puede
ver, cf. 3, 6).
3 2 (b) A lo largo del Antiguo Testamento, el fuego, entre otras connotaciones,
es un elemento que describe tanto la naturaleza divina como su presencia. En
este caso acompaña a una manifestación de Yahvé, que convierte en sagrado el
suelo de los alrededores, v. 5. Esta escena, que tiene lugar en los aledaños de
la montaña sagrada de Horeb, v. 1, pretende ser, desde el punto de vista de la
estructura del relato, una prefiguración de la teofanía del Sinaí (=Horeb),
donde Yahvé se manifiesta entre fuego, 19, 18, y no permite que la gente se
aventure en territorio sagrado, 24, 2.
3 5 El rito de quitarse las sandalias fue practicado por los sacerdotes de
la época del segundo Templo (actualmente por los musulmanes). Va unido al
carácter sagrado del lugar y se explica probablemente por la impureza de las
sandalias, hechas con piel de animales (muertos). La misma orden se da en Jos
5, 15.
3 6 (a) Un redactor tardío identifica el Dios del “padre” de Moisés con el de
los patriarcas. Numerosos manuscritos y versiones han corregido este v. usando
el plural “tus padres”, idéntico fenómeno de identificación de los padres de
los israelitas con los patriarcas aparece en el vv. 15.16.
3 6 (b) Hasta tal punto es trascendente Dios, que una criatura no puede verle y
vivir. El verbo “ver” (ra’a) es muy utilizado en esta
perícopa (vv. 2-4.7.9). Son sujetos del verbo tanto Moisés como Yahvé. El temor
de ver a la divinidad cara a cara es un tema clásico que subraya la
trascendencia divina.
3 8 “Tierra que mana leche y miel” designación de la Tierra Prometida,
frecuente en el Pentateuco, pero que probablemente proviene de una redacción
deuteronomista. Podría ser que Nm 16 13, que dice lo mismo de Egipto, sea el
texto más antiguo.
3 13 La tradición Yahvista hace remontarse el culto de Yahvé a los orígenes
de la humanidad, Gn 4, 26, y emplea este nombre divino en toda la historia patriarcal.
Según la tradición elohísta, a la que pertenece este texto, el nombre de Yahvé
no fue revelado más que a Moisés, como el hombre de Dios de los Padres. La
tradición sacerdotal, Ex 6, 2-3, concuerda con ella precisando únicamente que
el nombre de Dios de los Padres era El Sadday; ver Gn 17, 1. Este relato, uno
de los pasajes culminantes del AT, plantea dos problemas: el primer filológico,
atañe a la etimología del nombre de “Yahvé·”; el segundo, exegético y
teológico, atañe al sentido general del relato y al alcance de la revelación
que transmite. 1º Se ha tratado de explicar el nombre de Yahvé
por
lenguas distintas a la hebrea o por diversas raíces hebraicas. Ciertamente debe
verse en él una forma arcaica del verbo “ser”. Algunos reconocen aquí una forma
factitiva de este verbo: “hacer ser”, “trae la existencia”. Con mucha mayor
probabilidad se trata de una forma de tema simple, y la palabra significaría “es”.
2º En cuanto a la interpretación, la palabra se explica en el v. 14, que es una
adición antigua de la misma tradición. Se discute sobre el sentido de esta
explicación ’ehyhe’aser ’ehyeh. Dios, hablando de sí mismo, no
puede emplear más que la primer a persona “Yo soy·. El hebreo puede traducirse
literalmente: “Yo soy lo que soy” o “Yo seré quien seré”, y esto querría decir
que Dios no quiere revelar su nombre; pero precisamente Dios da aquí su nombre
que, según la mentalidad semítica, parece definirlo de alguna manera. Pero el
hebreo también puede traducirse literalmente “Yo soy el que soy”, y según las
reglas de la sintaxis hebrea, esto corresponde a “Yo soy el que es”. “Yo soy el
existente”; así lo entendieron los traductores de los Setenta: Ego
eimi ho ón, Dios es el único verdaderamente existente. Ello significa que es
trascendente y sigue siendo un misterio para el hombre, y también que actúa en la
historia hacia un fin. Este pasaje contiene en potencia los desarrollos que le
conferirá la Revelación futura, véase Ap 1, 8: “Aquel que es, que era y que va
a venir, el Todopoderoso”.
3,
15. Ya antes de la era cristiana, el judaísmo, había tomado paulatinamente la
costumbre de no pronunciar el nombre propio YHWH, de modo que nos resulta
difícil conocer con exactitud su primitiva pronunciación (¿Yahwé?, ¿Yaho?=. En
su lugar se decía Adonai (el Señor), lo que indujo a la
versión griega a utilizar Kyrios (el Señor), palabra adoptada en
el NT (Hch 2, 36; Flp 2, 11). Las formas abreviadas Yah, Yahu, muy antiguas, son
utilizadas en la aclamación Halelu-yah (“Alabad al Señor”) y en la
formación de numerosos nombres propios: Eliyahu (=Elías, e.d. “mi
Dios es el Señor”), Yehoshua (=Josué, Jesús, e.d. “el Señor
salva”).
Comentario Homilética.
-Elementos:
Encuentro de Moisés con Dios: experiencia misteriosa y atractiva.
Fuego: una de las formas visibles que acompañan las teofanías.
Teofanía – llamamiento por su nombre – instrucciones –
transformación del lugar en lugar sagrado – declaración de Dios – mandato –
revelación del nombre de Dios.
Nombre de Dios: presente (Yo soy) – futuro (Yo seré) – pasado (Yo
soy el Dios de vuestros padres).
Salmo responsorial
Salmo 103 (102), 1b-2.3-4.6-7.8.11
(R.: 8a)
El
Señor es compasivo y misericordioso. R/.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y
no olvides sus beneficios. R/.
Él
perdona todas tus culpas,
y
cura todas tus enfermedades;
él
rescata tu vida de la fosa,
y
te colma de gracia y de ternura. R/.
El
Señor hace justicia,
y
defiende a todos los oprimidos;
enseñó
sus caminos a Moisés
y
sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
El
Señor es compasivo y misericordioso,
lento
a la ira y rico en clemencia.
Como
se levanta el cielo sobre la tierra,
se
levanta su bondad sobre los que lo temen. R/.
Textos
paralelos.
El que tus culpas perdona.
Ex 15, 26: Si obedecéis al Señor, vuestro Dios, haciendo lo que él
aprueba, esucchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no os enviaré las
enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que te
cura.
Cura todas tus dolencias.
Sal 41, 4: El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, volcará la
camilla de su enfermedad.
Rescata tu vida de la fosa.
Jb 42, 10: Cuando Job intercedió por sus compañeros, el Señor
cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones.
Yahvé es clemente y misericordioso.
Ex 34, 6-7: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor,
el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel, que conserva la
misericordia hasta la milésima generación, que perdona culpas, delitos y
pecados, aunque no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos,
nietos y bisnietos.
Notas exegéticas.
103 8 Son los atributos del nombre
de Yahvé, revelados a Moisés, Ex 34, 6, que todo el salmo desarrolla acentuando
la misericordia y la bondad, ver vv.17-18 y Ex 20, 6, preparando así 1 Jn 4, 8.
103 11 “Adeptos”, lit. “quienes lo
temen”.
Segunda
lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1-6.10-12.
No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron
todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en
Moisés por la nube y por el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual;
y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual
que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a
Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron
en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron
ellos. Y para que no murmuréis, como murmuraron algunos de ellos, y perecieron
a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía alegóricamente y fue escrito
para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las
edades. Por lo tanto, el que se crea seguro, cuídese de no caer.
Textos
paralelos.
Estuvieron todos bajo la
nube.
Ex 13, 21: El Señor caminaba
delante de ellos, de día en una columna de nubes para guiarlos; de noche, en
una columna de fuego, para alumbrarles; así podían caminar día y noche.
Atravesaron el mar.
Ex 14, 22: Los israelitas
entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas les hacían de muralla a derecha e
izquierda.
Bautizados en la nube y
en el mar.
Ex 16, 4-35: Los israelitas
comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada.
Comieron maná hasta atravesar la frontera de Canaán (v. 35).
Pues bebían de la roca
espiritual.
Ex 17, 5-6: El Señor respondió
a Moisés: “Pasa delante del pueblo, acompañado de las autoridades de Israel,
empuña el bastón con el que golpeaste el Nilo y camina; yo te espero allí, junta
a la roca de Horeb. Golpea la roca y saldrá agua para que beba el pueblo”.
Que les seguía.
Nm 20, 7-11: Y el Señor dijo a
Moisés: “Agarra el bastón, reúne la asamblea tú con tu hermano Aarón, y en
presencia de ellos ordenad a la roca que dé agua. Sacarás agua de la roca para
darles de beber a ellos y a sus bestias”. Moisés retiró la vara de la presencia
del Señor, como se lo mandaba; ayudado de Aarón, reunió la asamblea delante de
la roca, y les dijo: “Escuchad, rebeldes: ¿Creéis que podemos sacarnos agua de
esta roca? Moisés alzó la mano y golpeó la roca con el bastón dos veces, y
brotó agua tan abundante que bebió toda la gente y las bestias.
Sirvieran de ejemplo.
Nm 14, 15-16: Si ahora das
muerte a este pueblo como a un solo hombre, oirán la noticia las naciones y
dirán: “El Señor no ha podido llevar a este pueblo a la tierra que les había
prometido; por eso los ha matado en el desierto”.
Ni murmuréis como algunos
de ellos.
Nm 17, 6-15: Al día siguiente toda
la comunidad israelita protestó contra Moisés y Aarón, diciendo: “Estáis
matando al pueblo del Señor” (v. 6).
Todo esto les acontecía
en figura.
Ex 12, 23: El Señor va a pasar
hiriendo a Egipto, y cuando vea la sangre en el dintel y las jambas, el Señor
pasará de largo y no permitirá al exterminador entrar en vuestras casas para
herir.
Ex 10, 6: “Llenarán tu casa,
las casas de tus ministros y de todos los egipcios; algo que no vieron tus
padres ni tus abuelos desde que poblaron la tierra hasta hoy”. Moisés dio media
vuelta y salió de la presencia del Faraón.
Aviso a los que hemos
llegado a la plenitud de los tiempos.
Rm 15, 4: Lo que entonces se
escribió fue para nuestra instrucción, para que por la paciencia y el consuelo
de la Escritura tengamos esperanza.
El que crea estar de pie,
mire no caiga.
Ga 6, 1: Hermanos, si alguien
es sorprendido en un delito, vosotros, los espirituales, corregidlo con modestia.
Pero vigílate tú, no vayas a ser tentado tú también.
Si 15, 11-20: No digas: “Mi
pecado viene de Dios”, porque él no hace lo que odia; no digas: “Él me ha
extraviado”, porque no necesita de hombres inicuos; el Señor aborrece la maldad
y la blasfemia, los que lo respetan no caen en ellas. El Señor ve al hombre al
principio y lo entregó en poder de su albedrío; si quieres, guardarás sus mandatos,
porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua:
echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo
que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve
todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre.
A nadie mandó pecar ni enseñó mentiras a los embusteros; no deja impunes a los embusteros
ni se apiada del que practica el fraude.
Notas exegéticas.
10 Esta sección comenta la última
palabra de la sección precedente: “descalificado”. Existe el peligro de ser
reprobado: lo demuestran los ejemplos tomados de la historia de Israel. Y la
causa de esta eliminación fue el orgullo y la presunción. Eviten pues, los “fuertes”
esos vicios.
10 4 (a) Pablo evoca la nube y el paso del
mar rojo – figuras del bautismo –, el maná y el agua de la roca – figuras de la
Eucaristía – para invitar a los corintios a la prudencia y la humildad. Los
hebreos en el desierto se beneficiaron en cierto modo de los mismos dones que ellos;
sin embargo, en su mayoría, disgustaron a Dios.
10 4 (b) Según una tradición rabínica,
la roca de Nm 20, 8 acompañaba a los israelitas en el desierto; Pablo usa el
tiempo pasado porque la roca ya no existe en este tiempo.
10 6 Lit. “tipos”, que Dios suscitó
para prefigurar las realidades espirituales de la era mesiánica (“antitipos”, 1
P 3, 21, pero ver Hb 9, 24). Este sentido “típico” (o “alegórico”, Ga 4, 24) de
los Libros Sagrados, si bien superaba la conciencia clara de los autores
inspirados, no por eso es menos escriturístico, puesto que lo quiso Dios, autor
de toda la Escritura. Es un sentido ordenado a la instrucción de los
cristianos: los autores del NT lo han utilizado a menudo. Pablo lo inculca en
repetidas ocasiones y algunos escritos – como el cuarto evangelio y la epístola
a los Hebreos – se fundan, en su totalidad, en una tipología del AT.
10 10 El exterminador es el ángel
encargado de los castigos divinos. Es mencionado en Ex 12, 23, en la muerte de
los primogénitos egipcios, pero no en el relato de Nm 17, 6-15.
Comentario Homilética.
-Contexto:
1 Co 8: los idolitos y elogio
de la libertad.
Llamada a luchar y perseverar como
los atletas.
-La historia de Israel:
Typikós: valor ejemplar, alegórico.
Puede repetirse.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 13, 1-9.
En aquel momento se presentaron algunos a
contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de
los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió:
-¿Pensáis que esos
galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo
esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O
aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que
eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si
no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta
parábola:
-Uno tenía una
higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al
viñador:
-Ya ves, tres años
llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala.
¿Para qué va a perjudicar el terreno?
Pero el viñador
respondió:
-Señor, déjala todavía
este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si
da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar.
Textos
paralelos.
¿Pensáis que esos galileos
eran más pecadores que todos los demás galileos?
Jn 5, 14: Mas tarde
lo encuentra Jesús en el templo y le dice: “Mira que te has curado. No vuelvas
a pecar, no te vaya a suceder algo peor”.
Un hombre tenía
plantada una higuera en su viña.
Mt 21, 19: Viendo una
higuera junto al camino, se acercó, pero no encontró más que hojas. Le dijo: “Jamás
vuelvas a dar fruto”. Al punto se secó la higuera.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
13 1
Episodio
desconocido fuera de este texto, como ocurre también con el incidente
mencionado en v. 4, Flavio Josefo informa de varias intervenciones sangrientas
de Pilato en Jerusalén.
13 6
El
episodio de la higuera que se secó es un acto de severidad; Lucas ha preferido
esta parábola de la paciencia.
13 9
O
bien “en el futuro”. En lugar de “en adelante”, algunos traducen “el año próximo”,
dando por sobreentendido “año”, mencionado en el v. precedente.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
13,
1-5 Dos
hechos trágicos contemporáneos (vs. 1 y 4) sirvieron a Jesús para iluminar un
problema teológico: las desgracias – sean naturales o provocadas por los
hombres – no vienen necesariamente como castigo automático por los pecados de
quienes las padecen pero sí nos avisan: todos somos pecadores, todos
necesitamos convertirnos.
1 SE PRESENTARON: lit.
se presentaban. // CON… LAS VÍCTIMAS QUE SACRIFICABAN (lit. con los
sacrificios de ellos): desconocemos el hecho exacto que se refería aquella
noticia; las represalias violentas eran frecuentes en Palestina desde hacía
años.
2 MÁS PECADORES: lit. pecadores
en comparación con.
4 LA TORRE DE SILOÉ
(lit. la torre en el Siloé, semitismo) defendía el acueducto del estanque
“Siloé”. // ¿CREÉIS QUE FUERON…: lit. creéis que estos llegaron a ser deudores
junto a (forma de comparativo, usada también en el v. 2) todos los habitantes
de Jerusalén. MÁS CULPABLES es, lit., “más deudores”, debían más.
6 La parábola habla de
la paciencia divina, que es ilimitada; pero nuestro tiempo tiene límite: hay
que aprovechar este ahora para dar fruto “correspondiente al
arrepentimiento” (cf. 3, 8).
7 “Ocupar TERRENO EN
BALDE” no es hacer estéril la tierra, sino dejar sin aprovechar este trozo
de terreno (lit. la tierra).
9 TENDRÁS QUE
CORTARLA: lit. cortarás a ella, podrás cortarla; palabras apenadas en
boca del viñador, que equivalen a “no tendrás más remedio que cortarla).
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
13,
1-5 Muchas
personas en esa época creían que las enfermedades, accidentes y la desgracia
estaban asociados a los pecados personales o de la familia. Aunque la
enfermedad y la muerte son consecuencia del pecado original, y por tanto
afectan a toda la humanidad, no son generalmente el resultado del mal personal.
Cristo disipó la noción de que las personas que fueron trágicamente asesinadas
habían muerto por causa de sus propios pecados. Sin embargo, su muerte es la
llamada al arrepentimiento porque no sabemos cuando llegará a su fin nuestra
vida. Cat. 1502.
13,
6-9 La
parábola de la higuera trata del arrepentimiento y la misericordia. Dios, con
su misericordia, nos da una gran oportunidad de arrepentirnos y dar frutos. Sin
embargo, si perseveramos en el rechazo de su amor, moriremos de hecho por su
propia elección. Cat. 402, 1008 y 1018.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
1502
El
hombre del Antiguo Testamento vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se
lamenta por su enfermedad y de Él, que es el Señor de la vida y de la muerte,
implora la curación. La enfermedad se convierte en camino de conversión y el
perdón de Dios inaugura la curación. Israel experimenta que la enfermedad, de
una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a
Dios, según su Ley, devuelve la vida: “Yo, el Señor, soy el que te sana” (Ex
15, 26). El profeta entrevé que el sufrimiento puede tener también un sentido
redentor por los pecados de los demás. Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará
venir un tiempo para Sión en que perdonará toda falta y curará toda enfermedad.
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
13, 1-5 Aunque no vale la aplicación
mecánica del principio de la retribución, las desgracias ajenas pueden
conservar su fuerza de amonestación. Lo que para unos es desgracia, para otros
sea escarmiento.
Comentarios de los Santos Padres.
Pasó tres años entre
ellos para hacerles ver que era el Salvador. Y cuando quiso arrancar la
higuera, sucedió lo mismo que anteriormente entre el Padre y Moisés: “Déjame
que destruya a este pueblo” (Ex 32, 10). El Padre dio una oportunidad a Moisés
para que intercediera mediante la oración. Lo mismo sucede aquí.
Efren de Nisibi. Comentario
al Diatessaron, 14, 26-27. III, pg. 310.
Este árbol es el
género humano. El Señor lo visita en la época de los patriarcas: el primer año,
por así decir. Lo visitó en la época de la ley y los profetas: el segundo año.
He aquí que amanece el tercer año; casi debió ser cortado ya, pero el
misericordioso intercede ante el misericordioso. Quien quería mostrarse
misericordioso, él mismo se presentó como intercesor.
Agustín. Sermón, 254,
3. III, pg. 310.
Si alguien dijese
que el viñador es el Hijo, su punto de vista tendría una razón a su favor. Él
es nuestro abogado ante el Padre, nuestro defensor y el jardinero de nuestras
almas. Poda constantemente todo aquello que es dañino y nos colma de semillas
racionales y santas, para que podamos ofrecerle los frutos.
Cirilo de Alejandría.
Comentario al Ev. de Lucas, 96. III, pg. 311.
San Agustín
Con razón dice también el Señor en el evangelio a propósito de cierto árbol
estéril: Hace ya tres años que me acerco a él sin encontrar fruto: lo
cortaré para que no estorbe en el campo (Lc 13, 7). Intercede el colono;
intercede cuando ya el hacha está a punto de caer, para cortar las raíces
estériles; intercede el colono como intercedió Moisés ante Dios.
Sermón 254,
3-4. I, pg. 315-316.
San Juan de Ávila
No saquéis vos de oír estas caídas ajenas alguna soberbia de corazón,
con que digáis: No soy yo como aquellos que tan feamente han perdido la fe.
Acordaos de unos hombres que contaban a nuestro Señor que Pilato había muerto a cierta gente de Galilea en mitad de unos
sacrificios que
hacían (cf. Lc 13, 1), y llevaban lo que esto contaban un liviano
complacimiento en su corazón, con que se tenían por mejores que aquellos que
habían hecho cosas merecedoras de que los matase Pilato. Y como él soberano
Maestro entendía la tal soberbia, sin que ellos la manifestase, quiriéndolos
desengañar, les dijo de esta manera: ¿Pensáis que aquellos hombres de Galilea eran mayores pecadores
que… (Lc 13,
2-5. Este mismo sentido tiene San Pablo cuando dice: Por la incredulidad fueron
cortados, los judíos, que eran ramos en la oliva de los creyentes, y tú por la
fe estás en pie. No quieras ensorbecerte, mas teme, porque de otra manera también
serás tú cortado (Rm 11, 19-21). Los castigos de Dios, hechos
en otros, humildes y cautos nos deben hacer, no soberbios.
Audi, filia (II), 19. I, pg. 641.
Y para que no andemos en duda de qué quiere el Señor que hagamos los
que quedamos en la Iglesia católica en este triste acaecimiento que a los que
eran nuestros hermanos ha acaecido, callemos nuestras lenguas, porque no
erremos, y abramos nuestras orejas para oír con reverencia lo que dice el
evangelista San Lucas en el Evangelio que contaron una vez unos hombres a
nuestro Señor: como Pilatos había muerto a cierta gente de Galilea que halló
haciendo cierto sacrificio. Y los que esto contaban al Señor llevaban en sus
corazones un liviano complacimiento, y por ventura tan secreto, que ellos
mismos nos lo entendían: con el cual no se tenían por pecadores, como aquellos
a quien por lo que habían hecho los había muerto Pilatos. Y como el sapientísimo
maestro (al cual los rincones del corazón, por muy secretos que estén, son
manifiestos) entendió aquella vanidad que traían, y, queriéndolos desengañar y
liberar del peligro que por ello, como a soberbios y negligentes, les podía
venir, díjoles de esta manera: Putatis quod hi galilei… (Lc 13, 2-5). ¡Oh Señor! ¡Cuán gran carga
nos has echado en decirnos esta verdad y en cuán gran cuidado nos has puesto si
la hemos de recibir y poner en obra y de manera que quedemos remediados y por
razón de la pérdida grande ajena! Danos, Señor, humildad profunda de corazón,
con que sintamos que el no haber caído como aquellos lo atribuyamos a tu gracia
y misericordia y no a tenernos por menores pecadores que aquellos. Hágannos,
Señor, tus castigos cautos y humildes y enmendados, porque no nos des en el
rostro: Curavimus
Babilonem et non est sanata (Jr 51, 9), y vengamos poco a poco a merecer que nos dejes. Mucho,
mucho debemos mirar cuán a costa de otros nos ha querido Dios avisar, y de cómo
en tiempos pasados dijo a Hierusalen que fuese a mirar el castigo recio que
había ejercitado en Siloé por los pecados (cf. Lc 13, 4-5) y que se emendase ella,
porque no le acaeciese otro tanto.
Causas y remedios de las herejías, 32. II, pg. 555-556.
Cuando el Señor nació, había mandado César que todos los de su reino se
fuesen a escrebir, para que pagasen el tributo, ut habetur Lc 2 (cf. Lc 2, 1). Y levantóse alguna gente, de
los cuales era el principal Judas Galileo. Y esta gente de esta secta
sustentaba que no era lícito que ellos pagasen tributo a Cesar y decían: “¡Cómo!
¿Nosotros, que somos judíos y conocemos a Dios, es razón que paguemos tributo a
un infiel que adora ídolos?”. No faltó gente que lo siguiese en el pueblo,
porque defendían esto, ut habet Lucas 13 (cf. Lc 13, 1). Y entonces murieron Judas Galileo y Teodás, ut habebat Actuum 5 (cf. Hch 5, 36-37).
Domingo 22 después de Pentecostés. III, pg. 309.
San Oscar Romero.
Y ahora, queridos hermanos, mi tercer y último pensamiento yo
lo acomodo a nuestro querido pueblo, preguntando como tercera idea de esta
homilía: ¿qué significa hoy para El Salvador, convertirse al Señor por los
caminos de Cristo? ¿Quién es el verdadero salvadoreño que se puede llamar hoy
Pueblo de Dios? El que camina muy adherido a Cristo buscando esa Jerusalén
Celestial trabajando por la tierra, pero no por sus propios proyectos sino
según el proyecto de Dios trascendente y que nos acerca al Reino del Señor.
Homilía 9 marzo 1980.
Comentario Homilética.
-Contexto:
Camino de
Jesús a Jerusalén (9, 51 – 19, 28):
Exigencia de
un esfuerzo para interpretar los signos de los tiempos (12, 45-59).
Evangelio de
este domingo (13, 1-9).
Curación en
sábado de una mujer encorvada (13, 10-18).
-Estructura:
Vv. 1-5:
recuerda dos hechos ocurridos para corregir e invitar a la conversión.
Vv. 6-9:
explicita la conversión (dar frutos).
MISA DE NIÑOS. DOMINGO IV T. CUARESMA.
Monición de entrada.
Buenos días:
Ya quedan menos días para el Domingo de Ramos.
Y hoy Jesús nos va a contar una historia.
La de un hijo que se fue de casa y se gastó todo lo que le había dado su
padre.
Pero al final volvió y su padre se puso muy contento.
Así nos pasa a nosotros cuando venimos a misa.
Nuestro Papá Dios siempre nos perdona y hace la fiesta de la misa.
Señor, ten piedad.
Tú que nos perdonaste. Señor, ten piedad.
Tú que no te portas con nosotros, como a veces nosotros nos portamos con
los que se portan mal con nosotros. Cristo, ten piedad.
Tú que nos invitas a la misa, aunque tengamos pecados. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que siga enseñándonos a perdonar. Te lo pedimos
Señor.
-Por la Iglesia, para que sea casa de paz. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que sufren la guerra, para que tengan paz. Te lo pedimos,
Señor.
-Por las personas que se creen mejores, como el hijo mayor, para que
cambien. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros y las personas mayores
para que nos confesemos más. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO III T.C.
EXPERIENCIA.
Realiza la señal de la
cruz mientras inspiras.
Toma conciencia de que
te encuentras en un lugar sagrado, porque los lugares no son sagrados por unas
piedras o porque tradicionalmente se ha considerado así, sino porque son
lugares de encuentro con Dios.
Y Dios está aquí,
ahora, contigo. Y tú vas a abrir tu corazón para escucharle.
Descálzate de tus
pensamientos y prisas, del polvo que llevas acumulado en tu caminar por la
vida.
Entra en este enlace,
pero sin activar el sonido:
https://www.youtube.com/watch?v=PSuHKdxgRSI
Míralo las veces que
necesites, déjate conducir por los pensamientos que te sugiere.
En el silencio de tu
corazón háblale a Dios de lo que ves y mira el soplo del Espíritu modelando
cada escena.
Activa la voz,
escúchalo, permanece en silencio, cuéntale a Dios como te sientes, que te
sugiere,…
¿Cuáles han sido los
procesos lentos de tu vida? Sumérgete en ellos.
+REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 13, 1-9.
En aquel momento se presentaron algunos a
contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de
los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió:
-¿Pensáis que esos
galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo
esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O
aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que
eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si
no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta
parábola:
-Uno tenía una
higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al
viñador:
-Ya ves, tres años
llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala.
¿Para qué va a perjudicar el terreno?
Pero el viñador
respondió:
-Señor, déjala todavía
este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si
da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar.
¿QUÉ DICE? el evangelio de hoy tiene
dos partes. En la primera Jesús clarifica el sentido de las desgracias humanas.
Estas no nos deben conducir a pensar en si la causa se encuentra en un castigo
divino sino a cuestionar nuestra forma de vida. La segunda parte concreta la
conversión, la cual es un don y una tarea. El don de Dios que sigue cuidando de
nuestra vida con mucha paciencia, pero si bien la vida de Dios es eterna, la
nuestra está limitada. Por eso la conversión es una tarea: dar frutos antes de
que nos sorprenda la muerte. Solo tenemos una vida y esta la debemos aprovechar
no tanto en disfrutar nosotros sino en amar a los demás, en dar lo que
recibimos de Dios y quienes nos cuidan. Imagina la escena y piensa en ella
desde fuera.
¿QUÉ TE DICE? Entra en la escena, lee las palabras dirigidas
a ti. ¿Los momentos difíciles te han ayudado a replantearte tu modo de vivir, a
descentrarte para centrarte en los demás?
COMPROMISO.
Márcate unas pocas pautas sencillas y concretas para mejor y dar
más fruto. Revísalas cada semana.
CELEBRACIÓN.
Mira y escucha esta
canción.
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la
Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Homilética. Sal Terrae.
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