martes, 8 de marzo de 2022

Domingo 2º T. Cuaresma. 13 marzo 2022.

 


Primera lectura.

Lectura del libro del Génesis 15, 5-12.17-18.

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo:

-Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.

Y añadió:

-Así será tu descendencia.

Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. Después le dijo:

-Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en posesión essta tierra.

Él replicó:

-Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?

Respondió el Señor:

-Tráeme una novilla de tres años, una tórtola y un pichón.

Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abran los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos:

-A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates.

 

Textos paralelos.

 Mira el cielo.

Dt 1, 10: Porque el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado y hoy sois más numerosos que las estrellas del cielo.

Cuenta las estrellas.

Hb 11, 12: Así, de uno solo, a los efectos ya muerto, se engendró una multitud como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.

Así será tu descendencia.

1 M 2, 52: Abraham demostró su fidelidad en la prueba, y se le apuntó en su haber.

Creyó Abrán en Yahvé.

Rm 4, 3: ¿Qué dice la Escritura? Creyó Abrahán a Dios y se le apuntó en su haber.

Ga 3, 6: Por ejemplo, Abraham se fio de Dios y se le apuntó a su haber.

Se lo reputó por justicia.

St 2, 23: Y se cumplió lo que dice la Escritura: Abrahán se fio de Dios y se le apuntó en su haber y se le llamó amigo de Dios.

Te saqué de Ur de los caldeos.

Gn 11, 31: Teraj tomó a Abrán, su hijo; a Lot, su nieto, hijo de Harán; a Saray, su nuera, mujer de su hijo Abrán, y con ellos salió de Ur de los Caldeos en dirección a Canaán; llegado a Jarán se estableció allí.

Invadió un gran sobresalto.

Hch 7, 6-7: Dios le habló así: Tus descendientes serán emigrantes en tierra extranjera; los esclavizarán y maltratarán cuatrocientos años. Al pueblo que lo esclavice lo juzgaré yo – dijo Dios –. Después saldrán y me darán culto en este lugar.

Voy a dar a tu descendencia esta tierra.

Gn 12, 7: El Señor se apareció a Abrán y le dijo: A tu descendencia le daré esta tierra. Él construyó allí un altar en honor al Señor, que se le había aparecido.

 

Notas exegéticas.

15 Relato de tradición yahvista, pero con indicios de origen reciente y de adiciones muy tardías. La fe de Abrahán es puesta a prueba, las promesas tarden en realizarse. Luego, son renovadas y selladas con una alianza. La promesa de la tierra está en primer lugar. El NT unirá la persona y la obra de Jesucristo a estas promesas hechas a los Padres y en las que ha empeñado su misericordia y su fidelidad.

15 6 La fe de Abrahán es la confianza en una promesa humanamente irrealizable. Dios le reconoció el mérito de este acto, se lo contó como justicia, ya que el “justo” es el hombre a quien su rectitud y su sumisión hacen grato a Dios. San Pablo utiliza el texto para poder probar que la justificación depende de la fe y no de las obras de la Ley; pero la fe de Abrahán determina su conducta, es principio de acción, y Santiago puede invocar el mismo texto para condenar la fe “muerta”, sin las obras de la fe.

15 7 Yahvé se presenta a Abraham como lo hará a Moisés con ocasión de la revelación en el Sinaí (“Yo soy Yahvé, que te ha hecho salir…”).

15 12 El texto añade aquí: “una gran oscuridad”, probablemente glosa para explicar el término raro “tinieblas”, v. 17.

15 17 Antiguo rito de alianza (Jr 34, 18): los contratantes pasaban entre las carnes sangrantes e invocaban sobre la cabeza la suerte sobrevenida a las víctimas, si transgredían su compromiso. Bajo el símbolo del fuego (ver la zarza ardiendo, Ex 3, 2; la columna de fuego, Ex 13, 21; el Sinaí humeante, Ex 19, 18), el que pasa es Yahvé, y pasa solo porque su alianza es un pacto unilateral. Es un compromiso solmene, sellado por un juramento imprecatorio (pasar entre los animales partidos).

 

Comentario Homilética.

-Afirmaciones teológicas:

Abram creyó en el Señor (v. 6):

Gran confianza en las promesas de Dios.

Y se le contó con justicia:

AT:

Justicia: vivir la vida de acuerdo con los mandamientos de la Ley (Ez 18, 5).

Justicia: fe en las promesas.

 

Salmo responsorial

Salmo 27 (26), 1bcde.7-8.9abcd.13-14 (R.: 1a).

 

El Señor es mi luz y mi salvación. R/.

El Señor es mi luz y mi salvación,

¡a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar? R/.

 

Escúchame, Señor, que te llamo;

ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón:

“Buscad mi rostro”.

Tu rostro buscaré, Señor.  R/.

 

No me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,

que tú eres mi auxilio;

no me deseches. R/.

 

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor. R/.

 

Textos paralelos.

Yahvé es mi luz y mi salvación.

Sal 18, 29: Tú, Señor, enciendes mi lampara, Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.

¿A quién temeré?

Sal 36, 10: Porque en ti está la fuente viva y a tu luz vemos la luz.

Sal 43, 3: Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.

Yahvé, el refugio de mi vida.

Mi 7, 8: No cantes victoria, mi enemiga: si caí, me alzaré; si me siento en tinieblas, el Señor es mi luz.

¿Ante quién temblaré?

Is 10, 17: La luz de Israel se convertirá en fuego, su Santo en una llama que arderá y devorará sus zarzas y cardos en un solo día.

Busca su rostro.

Sal 24, 6: Este es el grupo que lo busca; que viene a visitarte, Dios de Jacob.

Sí, Yahvé, tu rostro busco.

Sal 105, 4: Recurrid al Señor y a su poder, buscad siempre su presencia.

No me ocultes tu rostro.

Os 5, 15: Voy a volver a mi puesto, hasta que se sientan reos y acudan a mí, y en su aflicción madruguen en mi busca.

Creo que gozaré de la bondad de Yahvé.

Sal 116, 9: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Sal 142, 6: A ti grito, Señor, te digo: Tú eres mi refugio, mi lote en la tierra de los vivos.

 

Notas exegéticas.

27 8 “Busca su rostro” conj.: “buscad mi rostro” hebreo. – La expresión que en principio significaba “ir a consultar a Yahvé” en un santuario tomó un sentido más general: tratar de conocerlo, vivir en su presencia. “Buscar a Yahvé” es servirle fielmente.

27 13 Puede entenderse también: “¡Ah, si no pudiese gozar!”. Este pasaje se interpretó en la época macabea en función de la fe en la vida futura.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4,1.

Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque -como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos – hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, i alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

 

Textos paralelos.

 Hermanos, sed imitadores míos.

Flp 4, 9: Lo que aprendisteis y recibisteis y escuchasteis y visteis en mí ponedlo en práctica. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Fijaos en los que viven según el modelo que veis en nosotros.

1 Co 11, 1: Imitadme a mí como yo imito a Cristo.

Ga 4, 12: Por favor, poneos en mi lugar como yo me pongo en el vuestro: en nada me habéis ofendido.

2 Ts 3, 7: Vosotros sabéis cómo tenéis que imitarnos: no procedimos entre vosotros desordenadamente.

Cuyo final es la perdición.

Rm 16, 18: Que por salvarme la vida se jugaron la suya; no solo yo les estoy agradecido, sino toda la iglesia de los paganos.

Su apetencia, lo terreno.

Hb 11, 13: Con esa fe murieron todos esos sin haber recibido lo prometido, aunque viéndolo y saludándolo de lejos y confesándose peregrinos y forasteros en la tierra.

Somos ciudadanos del cielo.

Hch 3, 20-21: Y así recibáis del Señor tiempos favorables y os envíe a Jesús, el Mesías predestinado. El cielo tiene que retenerlo hasta el tiempo de la restauración universal que anunció Dios desde antiguo por medio de sus santos profetas.

Col 3, 1-4: Por tanto, si habéis resucitado con Cristo, buscad lo de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios, aspirad a lo de arriba, no a lo terreno. Pues habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces vosotros apareceréis gloriosos junto a él.

Esperamos como Salvador al Señor Jesucristo.

1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol del Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo nuestra esperanza.

Transfigurará nuestro pobre cuerpo a imagen de su cuerpo.

1 Co 15, 47-49: El primer hombre procede de la tierra y es terreno, el segundo hombre procede del cielo. Como fue el terrestre son los terrestres; como es el celeste serán los celestes. Como hemos llevado la imagen del terrestre, llevaremos también la imagen del celeste.

En virtud del poder que tiene.

Rm 8, 21: De que esa humanidad se emanciparía de la esclavitud de la corrupción para obtener la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

1 Co 15, 23-28: Cada uno en su turno: la primicia es Cristo, después vendrá el fin, cuando entregue el reino a Dios Padre y acabe con todo principado, autoridad y poder. Pues él tiene que reinar hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies; el último enemigo en ser destruido es la muerte. Todo lo ha sometido bajo sus pies: al decir que todo le está sometido, es evidente que se excluye aquel que se le somete. Cuando todo le quede sometido, también el Hijo se someterá al que le sometió todo, y así Dios será todo en todos.

 

Notas exegéticas.

3 17 Pablo esperaba que algunos miembros de la comunidad dieran pruebas de iniciativa y responsabilidad antes de promoverlos a dirigentes.

3 18 Pablo se refiere probablemente a los “judaizantes”, a los que se refería ya en el v. 2.

3 19 (a) Alusión a las observancias relativas a los alimentos que tanta importancia tenían en la religión judía.

3 19 (b) Probable alusión al miembro sometido a la circuncisión.

3 21 Lit.: “de la misma forma que su cuerpo glorioso”. El cuerpo resucitado de Cristo, en el que resplandece la gloria de Dios, es la forma a la que se conformará nuestro propio cuerpo (“cuerpo espiritual”).

 

Comentario Homilética.

-Filipos:

Antigua colonia romana en el norte de Grecia evangelizada por Pablo.

Población: soldados romanos en ejercicio o licenciados, sus familias, griegos, comerciantes judíos,…

-Situación de la comunidad de Filipos:

Preocupante y dolorosa.

Algunos miembros se resisten al anuncio de Pablo:

Enemigos de la cruz de Cristo.

Desórdenes sexuales, excesos culinarios, mundanidad.

Idolatrías, “carpe diem”

-Mensaje de Pablo:

No estamos apegados a los criterios terrenales.

Salvados por y para Cristo, ciudadanos del cielo.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36.

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:

-Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que lo cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía:

-Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo.

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie lo que habían visto.

 

Textos paralelos.

 

Mc 9, 2-10

Mt 17, 1-9

Lc 9, 28-36

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó a una montaña elevada.

 

En su presencia se transfiguró: sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente, como no los puede blanquear ningún batanero de este mundo.

 

Se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

 

-Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y una para Elías.

 

(No sabía lo que decía pues estaban llenos de miedo).

 

Vino una nube que les hizo sombra

 

 

y salió una voz de la nube:

 

 

-Este es mi Hijo querido. Escuchadle.

 

 

 

 

 

 

 

 

De repente miraron en torno y no vieron más que a Jesús solo con ellos.

 

Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, si no era cuando aquel Hombre resucitara de la muerte.

 

Se agarraron a esas palabras y discutían que significaba resucitar de la muerte.

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada.

 

Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandecía como el sol, sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

 

 

Se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

 

-Señor, qué bien se está aquí. Si te parece, armaré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

 

 

 

 

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra

 

 y de la nube saltó una voz que decía:

 

-Este es mi Hijo amado, mi predilecto. Escuchadle.

 

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces temblando de miedo.

Jesús se acercó, lo tocó y le dijo:

-¡Levantaos, no temáis!

 

Alzando la vista, no vieron más que a Jesús solo.

 

 

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó:

-No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que este Hombre resucite de la muerte.

 

Ocho días después de estos discursos, tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a un monte a orar.

 

Mientras oraba, cambió de aspecto su rostro y sus vestidos resplandecían de blancura.

 

 

 

Dos hombres hablaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron gloriosos y comentaban la partida que iba a consumar en Jerusalén.

 

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño. Al despertar, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

 

Cuando estos se retiraron, dijo Pedro a Jesús:

 

-Maestro, qué bien se está aquí. Armemos tres tiendas: una para ti, una para Moisés y una para Elías.

 

(No sabía lo que decía).

 

 

Apenas lo dijo, vino una nube que les hizo sombra. Al entrar en la nube, se asustaron.

 

Y sonó una voz que decía desde la nube:

 

-Este es mi Hijo elegido. Escuchadle.

 

 

 

 

 

 

 

 

Al sonar la voz, se encontraba Jesús solo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ellos guardaron silencio y por entonces no contaron a nadie lo que había visto.

 

Subió al monte a orar.

Lc 8, 51: Entrando en casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan, Santiago y los padres de la niña.

Mientras oraba.

Lc 3, 21: Mientras todo el pueblo se bautizaba, también Jesús se bautizó; y mientras oraba se abrió el cielo.

Sus vestidos eran blancos.

Mt 14, 23: Después de despedirla, subió él solo a la montaña a orar. Al anochecer estaba él solo allí.

Blancura fulgurante.

Lc 24, 16: Pero ellos tenían los ojos incapaces para reconocerlo.

Eran Moisés y Elías.

Lc 24, 4: Estaban desconcertadas por el hecho, cuando se les presentaron dos personajes con vestidos refulgentes.

Hablaban de su partida.

Hch 1, 10: Seguían con los ojos fijos en el cielo mientras él se marchaba, cuando dos personajes vestidos de blanco se les presentaron.

Iba a tener lugar en Jerusalén.

Jn 13, 1: Antes de la fiesta de Pascua sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre, después de haber amado a los suyos del mundo, los amó hasta el extremo.

Sus compañeros estaban cargados de sueño.

Lc 2, 38: Se presentó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos aguardaban el rescate de Jerusalén.

Permanecían despiertos.

Lc 22, 45: Se levantó de la oración, se acercó a sus discípulos y los halló dormidos de tristeza.

Los dos hombres que estaban con él.

Jn 1, 14: La Palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad.

Se llenaron de temor.

Lc 1, 35: El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te hará sombra; por eso, el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios.

Llegó una voz desde la nube.

Lc 1, 12: Al verlo, Zacarías, se asustó y quedó sobrecogido de temor.

Escuchadle.

Jn 1, 34: Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.

No dijeron a nadie nada.

Lc 9, 21: Él les amonestó encargándoles que no se lo dijeran a nadie.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

9 28 Muchos rasgos originales delatan aquí en Lc una fuente distinta a la de Mc. Del conjunto se desprende una presentación de la Transfiguración distinta de las de Mt y Mc. Mientras que Mt pone de relieve la manifestación de Jesús como nuevo Moisés y Mc describe una epifanía del Mesías oculto, o al menos la fuente que él combina con Mc, más bien pone su atención en una experiencia personal de Jesús que, durante una oración ardiente y transformadora, recibe la luz del cielo sobre la “partida” (lit. éxodo) es decir la muerte que debe cumplimentar en Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas.

9 30 Como Moisés y Elías solo se les nombra para identificar a los “dos hombres” mencionados al principio, podemos pensar que en la fuente combinada por Lc con Mc estos eran dos ángeles que instruían y confortaban a Jesús.

9 31 Lit. “éxodo”. Jesús debe realizar el nuevo éxodo mediante su muerte, su resurrección y su ascensión, que permitirán a los suyos tener acceso a Dios junto con él. Este misterio se cumplirá en Jerusalén, centro de la historia de la salvación.

9 32 O bien: “habiéndose despertado”. Ese sueño que abrumaba a los discípulos, propio de Lc, recuerda el de Getsemaní, 22, 45, donde parece más natural y de donde podría proceder.

9 34 Como en Lc 1, 35, estas palabras indican la venida de Dios a la manera de sus manifestaciones al pueblo del éxodo (Ex 40, 35; Nm 9, 18).

9 35 Var.: “mi Hijo amado”, ver Mt y Mc, - El título de “Elegido”, ver Is 42, 1, alterna con el de “Hijo del hombre” en las Parábolas de Henoc.

9 36 Siguiendo su costumbre, Lc distingue claramente el tiempo de la misión terrena de Jesús y el tiempo posterior a la Pascua, cuando los apóstoles proclamen su misterio.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

29 ESTABA REZANDO: como en el v. 28 (“para rezar”), de nuevo aparece este dato característico de Lc. Su oración es la que transfigura a Jesús, y lo hace aparecer con la luminosidad propia del Hijo de Dios. // EL ASPECTO DE SU ROSTRO CAMBIÓ: lit. el aspecto del rostro de él (llegó a ser) otro. Transitoriamente, la apariencia humilde y cotidiana de Jesús se transformó, ante sus más íntimos, en irradiación de la gloria divina, inseparable de su persona de Hijo de Dios.

31 LA SALIDA: lo que Jn llamará “el paso de este mundo al Padre” (Jn 13, 1) es, lit.: el éxodo, la muerte-resurrección-ascensión QUE JESÚS IBA A (lit. de Jesús que iba a) LLEVAR A CABO o cumplir (Verbo del “cumplimiento” de las profecías) EN JERUSALÉN. La muerte de Jesús es como la partida del justo, de la que habla Sab 3, 2: el tránsito que los insensatos considerarán “una desgracia”. Comparando este versículo con el 33, nuestro clásico juega con las palabras: “Unos tratan con Cristo de su partida, Pedro de su quedada” (Quevedo).

32 CARGADOS DE SUEÑO, como en otro momento clave de la vida de Jesús: la noche en Getsemaní. // VIERON EL ESPLENDOR DE JESÚS: lit. el esplendor de él.

33 LO QUE DECÍA: lit. lo que dice. // Precipitadamente, Pedro habla en términos de estabilidad, de vida feliz, como si todo pudiera arreglarse sin cruz: lo saca de sus fantasías la voz del Padre (v. 35). // DE MANERA QUE: Pedro da ya por decidida y aceptada su propuesta.

34 QUE LOS CUBRÍA: lit. y cubría a ellos.

35 ELEGIDO (lit. el que había sido elegido por mí: lo elegí, y mi elección permanece) equivale al adjetivo “querido”, que figura en el relato paralelo de Mc y Mt.

36 RESULTA QUE: lit. fue encontrado (semitismo). // LO QUE HABÍAN VISTO: como si la experiencia fuera muy reciente, o aún durara, el texto griego dice lit. lo que han visto.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

9, 28-36 La transfiguración permitió a sus discípulos más cercanos ver su rostro glorificado. Esta espectacular manifestación de la divinidad de Cristo reforzó su fe. Al igual que el bautismo, en este episodio se manifestó la Santísima Trinidad. También se confirmó el cumplimiento de la Ley y los profetas por parte de Cristo mostrándose con Moisés, el legislador, y Elías, el más grande de los profetas del Antiguo Testamento. Cat. 516, 554, 1151, 2583, 2600.

9, 34 En las Escrituras, la presencia de Dios a menudo se indica con una teofanía – manifestación visible de la presencia de Dios –, que en este caso fue una nube y otras veces era fuego, truenos o luz. Cat. 556, 659 y 697.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

516 Toda la vida de Cristo es Revelación del Padre: sus palabras y sus obras, sus silencios y sus sufrimientos, su manera de ser y de hablar. Jesús puede decir: “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14, 9), y el Padre: “Este es mi Hijo amado; escuchadle” (Lc 9, 35). Nuestro Señor, la haberse hecho hombre para cumplir la voluntad del Padre (cf. Hb 10, 5-7), nos “manifestó el amor que nos tiene (1 Jn 4,9) incluso con los rasgos más sencillos de sus misterios.

554 A partir del día en que Pedro confesó que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro “comenzó a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir (…) y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día” (Mt 16, 21): Pedro rechazó este anuncio, y los otros no lo comprendieron mejor. En este contexto se sitúa el episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús, sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le ·hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén” (Lc 4, 9). Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: “Este es mi Hijo, mi elegido, escuchadle” (Lc 9, 35).

555 Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para “entrar en su gloria” (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías. La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios. La nube indica la presencia del Espíritu Santo: Tota trinitas apparuit: Pater in voce; Filius in homine, Spiritus in nube clara (“Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa”, Sto. Tomás de Aquino, Summa theologiae). “En el monte te transfiguraste, Cristo Dios, y tus discípulos contemplaron tu gloria, en cuanto podían comprenderla. Así, cuando te vieses crucificado, entendería que padecías libremente y anunciarían al mundo que tú eres en verdad el resplandor del Padre” (Liturgia bizantina, himno).

556 En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de Jesús “fue manifestado el misterio de la primera regeneración”: nuestro Bautismo; la Transfiguración “es el sacramento de la segunda regeneración”; nuestra propia resurrección. Desde ahora nosotros participamos en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo “el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo” (Flp 3,21). Pero ella nos recuerda también que “es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios” (Hch 14, 22). “Pedro no había comprendido eso, cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña. Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?” (S. Agustín, Sermón).

2583 Solamente en el monte de la Transfiguración se dará a conocer aquel cuyo Rostro buscan: el conocimiento de la Gloria de Dios está en el rostro del crucificado y resucitado.

2600 El Evangelio según san Lucas subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de la oración en el misterio de Cristo. Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo y de su Transfiguración y antes de dar cumplimiento con su Pasión al designio de amor del Padre.

697 La nube y la luz. Estos dos símbolos son inseparables de las manifestaciones del Espíritu Santo. Desde las teofanías del Antiguo Testamento, la Nube unas veces oscura, otras luminosa, revela al Dios vivo y salvador, tendiendo así un velo sobre la trascendencia de su gloria: con Moisés en la montaña del Sinaí, en la Tienda de la Reunión y durante la marcha por el desierto; con Salomón en la dedicación del Templo. Pues bien, estas figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. él es quien desciende sobre la Virgen María y la cubre con su sombra para que ella conciba y dé a luz a Jesús. En la montaña de la Transfiguración es Él quien vino en una nube y cubrió con su sombra a Jesús, a Moisés y a Elías, a Pedro, Santiago y Juan, y se oyó una voz desde la nube que decía: Este es mi Hijo, mi elegido, escuchadle. Es, finalmente, la misma nube la que ocultó a Jesús a los ojos de los discípulos el día de la Ascensión, y la que lo revelará como Hijo del hombre en su Gloria el Día de su Advenimiento.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

9, 28-36 A la confesión de Pedro se añade y la desborda la declaración del Padre. El camino de la pasión se va a iluminar con el esplendor, anticipado y provisorio, de la transfiguración. Mientras Jesús ora lo penetra la gloria de Dios y transfigura luminosamente su rostro y vestidos. Como si la materia se convirtiese en energía luminosa.

9, 31 o: del éxodo.


Comentarios de los Santos Padres.

Lo que Moisés y Elías hablaban uno al otro delante de Cristo era una determinada providencia que demostraba muy oportunamente que nuestro Señor sería elevado con la majestad de la Ley y los Profetas, o sea, que era Señor de la Ley y de los profetas.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 51. III, pg. 230.

¿Por qué afirmó el evangelista: “a los ocho días de dichas estas palabras”? ¿No será, acaso, porque quien oye las palabras de Cristo y cree en ellas, verá su gloria en el tiempo de la resurrección? En realidad, la resurrección se llevó a cabo en el octavo día, y por eso muchas veces los salmos llevan como título “para la octava”.

Ambrosio, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 6-7. III, pg. 231.

¿Qué tiene de particular lo que proclamamos? Porque ofrecemos dos testigos que estuvieron con el Señor en el monte Sinaí; Moisés estaba en la hendidura de la roca, y Elías entonces estaba a la puerta de la cueva; ellos, compareciendo en el monte Tabor junto con el Señor transfigurado, anunciaban a los discípulos la muerte que iba a sufrir en Jerusalén.

Cirilo de Jerusalén, Las catequesis, 12, 16. III, pg. 231.

Es una nube luminosa que no daña con lluvias torrenciales ni con el aluvión de aguas que causan desperfectos, antes, por el contrario, su rocío, enviado por la voz del Dios omnipotente, impregna de fe las almas de los hombres.

Ambrosio, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 19-20. III, pg. 233.

 

San Agustín

Desciende, Pedro. Querías descansar en la montaña, pero desciende, predica la palabra, insta oportuna e inoportunamente, arguye, exhorta, increpa con toda longanimidad y doctrina. Trabaja, suda, sufre algunos tormentos para poseer en la caridad, por el candor y la belleza de las buenas obras, lo simbolizado en las blancas vestiduras del Señor.

Sermón 78, 3-4. I, pg. 283.

 

San Juan de Ávila

Y débeos bastar, que usaron este ejercicio todos los santos. Porque, como San Crisóstomo dice, “¿quién de los santos no venció orando?”. Y el mismo dice: “no hay cosa más poderosa que el hombre que ora”. Y bastarnos debe, y sobre, que Jesucristo, Señor de todo, oró en la noche de la tribulación, aun hasta derramar gotas de sangre. Y oró en el monte Tabor, para alcanzar el resplandor de su cuerpo (cf. Lc 9, 29).

Audi, filia (II). OC I, pg. 688.

Y después de recebido el anillo, que hermosea una parte del cuerpo, vístela su benditísimo Hijo de vestidura de muy blanca holanda, la cual color es la que usa en el cielo y significa la gracia, sin la cual el ánima está desnuda y ennegrecida, sigún Cristo lo dice: Aconséjote que te vistas de vestiduras blancas, porque no aparezca tu desnudez (cf. Ap 3, 18). Y también significa a la gloria, que es gracia acabada y preciosa vestidura del ánima, que se dará a los que bien vivieren, sigún lo ha prometido Jesucristo nuestro Señor, diciendo: Andarán conmigo y con vestiduras blancas (cf. Ap 3, 4). Y así los ángeles que aparecieron a los santos apóstoles en el día de la ascensión del Señor, vestiduras blancas traían (Hch 1,10); y cuando el Señor quiso declarar su gloria en el monte Tabor, fueron sus vestiduras hechas blancas, como la nieve (Lc 9, 29) con gloria.

Asunción de María, OC III, pgs. 984-985.

 

San Oscar Romero.

Oremos, hermanos, la situación de nuestro país es muy difícil pero la figura de Cristo transfigurado en plena Cuaresma no está lejos, es el camino que debemos de seguir. El camino de la transformación de nuestro pueblo no está lejos es el camino que nos señala la palabra de Dios este día: camino de cruz, de sacrificio, de sangre y de dolor, pero con la vista llena de esperanza puesta en la gloria de Cristo que es el Hijo elegido por el Padre para salvar al mundo. ¡Escuchémosle!

Homilía 2 marzo 1980.

Comentario Homilética.

-Contexto:

Primer anuncio de la Pasión y condiciones para seguir a Jesús.

Transfiguración.

Curación del endemoniado epiléptico y segundo anuncio de la Pasión.

Comienzo de la subida de Jesús a Jerusalén.

-Estructura:

Jesús y los tres discípulos van a orar (v. 28).

El rostro y la ropa de Jesús cambian (v. 29).

Aparición de Moisés y Elías quienes señalan el destino de Jesús (vv. 30-31).

Reacción de Pedro y sus compañeros (vv. 32-33).

Clímax: la nube y la voz de Dios (vv. 34-35).

Silencio como tiempo de reflexión y vivencia interior de lo sucedido (v. 36).

-Elementos:

Moisés y Elías:

La Ley y los profetas.

Hombres del monte: Sinaí (Moisés) y Horeb-Carmelo (Elías).

Jesús es más que la Ley y los Profetas.

Referencia al éxodo: la Pasión anunciada anteriormente.

Contraste: Jesús, Moisés y Elías (gloria) / Pedro, Santiago y Juan.

Escucha: como en el Éxodo Dios Padre manda escuchar al Hijo.

 

MISA DE NIÑOS. DOMINGO III T. CUARESMA.

Monición de entrada.

Buenos días:

Estamos en el tercer miércoles de cuaresma.

En la misa Jesús nos contará lo que hizo un labrador con una higuera.

Así nos dirá que Él nos cuida.

Y también nos dirá que nosotros tenemos que ser como la buena higuera, dar mucho.

Que en esta misa nos dejemos cuidar por Jesús que nos da su Palabra y la Comunión.

 

Señor, ten piedad.

Porque no te hemos escuchado. Señor, ten piedad.

Porque somos perezosos para hacer lo que tú nos dices. Cristo, ten piedad.

Porque no damos todo lo que tú nos pides. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que le ayudes a seguir dando fruto. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que escuche la llamada de Dios. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que mandan, para que ayuden a las personas a las que mandan. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que lloran, para que tengan al lado personas que les escuchen. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros para que tengamos un corazón bueno. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por estar a nuestro lado ayudándonos a ser buenos, a estar con los abuelos y no perder el tiempo en el ordenador o el móvil.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO VIII T.O.

EXPERIENCIA.

Prepara tu espacio de oración. Puedes buscarlo o sencillamente donde te encuentres coloca una cruz, una estampa y si la tienes cerca una Biblia.

Observa el pequeño altar que está sobre tu mesa o en el lugar donde te encuentras.

Haz de la señal de la cruz.

Entrelaza las manos, cierra los ojos, descálzate mediante sucesivas respiraciones en las que te vacíes y te llenes de Dios.

Toma conciencia de encontrarte en un lugar y tiempo sagrado.

Abre tu corazón a Dios.

Permanece en silencio un par de minutos, como mínimo.

Responde a estas preguntas: ¿en los momentos difíciles quién te ha ayudado? Reza por esas personas.

Entra en este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=DM7rEzhR25Q

No es lo mismo caminar solo que caminar con compañía.

Piensa en tu pasado: ¿quiénes te han acompañado?, ¿en qué momentos?, ¿cómo te has sentido a su lado?

¿Y Jesús? ¿Te ha ayudado en las dificultades? ¿Cuándo has sentido su fuerza o la de su Madre, María, o la de un santo que te ha llevado a Jesús?

REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36.

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:

-Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que lo cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía:

-Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo.

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie lo que habían visto.

 

¿QUÉ DICE? después de anunciar a los apóstoles que tiene que morir en la cruz Jesús sube al monte. Necesita respuestas, para Él y los apóstoles. Dios no se opone a los demás, no son dos opciones de vida, sino una misma. Necesitamos de la presencia de Dios y necesitamos de la presencia de quienes nos aman y amamos. Cierra los ojos e imagina la escena, situándote en el lugar de Pedro. Estáis a los pies del monte Tabor, Jesús se acerca, te pide le acompañes, comienzas a subir por el sendero, allí os sentáis,…

¿QUÉ TE DICE?  Relaciona el texto con tu vida: ¿en qué momentos has disfrutado de una oración?, ¿qué canción religiosa te ayuda en los malos momentos? Repite alguna de las frases del evangelio. Piensa en las frases del vídeo: “en medio de todo… la luz vence la oscuridad… la fe vence al miedo…y Jesús camina con el hombre…y al encontrarte con Él… el camino será más sencillo…

 

COMPROMISO.

Escribe una carta de agradecimiento a una de las personas que amas y te ayudaron en un momento difícil de tu vida. No es necesario que se la envíes.

 

CELEBRACIÓN.

Mira este vídeo. Son personas que tenido experiencia de Dios durante un retiro de Emaús.

https://www.youtube.com/watch?v=KzCjqGAiuXk&t=293s  

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae.  

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

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