Lectura del libro del Génesis 15, 5-12.17-18.
En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo:
-Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.
Y añadió:
-Así será tu descendencia.
Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. Después le dijo:
-Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en
posesión essta tierra.
Él replicó:
-Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?
Respondió el Señor:
-Tráeme una novilla de tres años, una tórtola y un pichón.
Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente
a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abran
los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y
un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso y vino la oscuridad;
una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros
descuartizados. Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos
términos:
-A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al
gran río Éufrates.
Textos
paralelos.
Mira el cielo.
Dt 1, 10:
Porque el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado y hoy sois más numerosos que
las estrellas del cielo.
Cuenta
las estrellas.
Hb 11, 12: Así,
de uno solo, a los efectos ya muerto, se engendró una multitud como las
estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Así será
tu descendencia.
1 M 2, 52:
Abraham demostró su fidelidad en la prueba, y se le apuntó en su haber.
Creyó
Abrán en Yahvé.
Rm 4, 3:
¿Qué dice la Escritura? Creyó Abrahán a Dios y se le apuntó en su haber.
Ga 3, 6:
Por ejemplo, Abraham se fio de Dios y se le apuntó a su haber.
Se lo
reputó por justicia.
St 2, 23: Y
se cumplió lo que dice la Escritura: Abrahán se fio de Dios y se le apuntó en
su haber y se le llamó amigo de Dios.
Te saqué
de Ur de los caldeos.
Gn 11, 31:
Teraj tomó a Abrán, su hijo; a Lot, su nieto, hijo de Harán; a Saray, su nuera,
mujer de su hijo Abrán, y con ellos salió de Ur de los Caldeos en dirección a Canaán;
llegado a Jarán se estableció allí.
Invadió
un gran sobresalto.
Hch 7, 6-7:
Dios le habló así: Tus descendientes serán emigrantes en tierra extranjera; los
esclavizarán y maltratarán cuatrocientos años. Al pueblo que lo esclavice lo
juzgaré yo – dijo Dios –. Después saldrán y me darán culto en este lugar.
Voy a
dar a tu descendencia esta tierra.
Gn 12, 7:
El Señor se apareció a Abrán y le dijo: A tu descendencia le daré esta tierra. Él
construyó allí un altar en honor al Señor, que se le había aparecido.
Notas exegéticas.
15 Relato de tradición yahvista, pero con indicios de origen reciente y de
adiciones muy tardías. La fe de Abrahán es puesta a prueba, las promesas tarden
en realizarse. Luego, son renovadas y selladas con una alianza. La promesa de
la tierra está en primer lugar. El NT unirá la persona y la obra de Jesucristo
a estas promesas hechas a los Padres y en las que ha empeñado su misericordia y
su fidelidad.
15 6 La fe de Abrahán es la confianza en una promesa humanamente
irrealizable. Dios le reconoció el mérito de este acto, se lo contó como
justicia, ya que el “justo” es el hombre a quien su rectitud y su sumisión
hacen grato a Dios. San Pablo utiliza el texto para poder probar que la justificación
depende de la fe y no de las obras de la Ley; pero la fe de Abrahán determina
su conducta, es principio de acción, y Santiago puede invocar el mismo texto
para condenar la fe “muerta”, sin las obras de la fe.
15 7 Yahvé se presenta a Abraham como lo hará a Moisés con ocasión de la
revelación en el Sinaí (“Yo soy Yahvé, que te ha hecho salir…”).
15 12 El texto añade aquí: “una gran oscuridad”, probablemente glosa para
explicar el término raro “tinieblas”, v. 17.
15 17 Antiguo rito de alianza (Jr 34, 18): los contratantes pasaban entre las
carnes sangrantes e invocaban sobre la cabeza la suerte sobrevenida a las
víctimas, si transgredían su compromiso. Bajo el símbolo del fuego (ver la
zarza ardiendo, Ex 3, 2; la columna de fuego, Ex 13, 21; el Sinaí humeante, Ex
19, 18), el que pasa es Yahvé, y pasa solo porque su alianza es un pacto
unilateral. Es un compromiso solmene, sellado por un juramento imprecatorio
(pasar entre los animales partidos).
Comentario Homilética.
-Afirmaciones teológicas:
Abram creyó en el Señor (v. 6):
Gran confianza en las promesas de Dios.
Y se le contó con justicia:
AT:
Justicia: vivir la vida de acuerdo con los mandamientos de la Ley
(Ez 18, 5).
Justicia: fe en las promesas.
Salmo responsorial
Salmo 27 (26),
1bcde.7-8.9abcd.13-14 (R.: 1a).
El
Señor es mi luz y mi salvación. R/.
El
Señor es mi luz y mi salvación,
¡a
quién temeré?
El
Señor es la defensa de mi vida,
¿quién
me hará temblar? R/.
Escúchame,
Señor, que te llamo;
ten
piedad, respóndeme.
Oigo
en mi corazón:
“Buscad
mi rostro”.
Tu
rostro buscaré, Señor. R/.
No
me escondas tu rostro.
No
rechaces con ira a tu siervo,
que
tú eres mi auxilio;
no
me deseches. R/.
Espero
gozar de la dicha del Señor
en
el país de la vida.
Espera
en el Señor, sé valiente,
ten
ánimo, espera en el Señor. R/.
Textos
paralelos.
Yahvé
es mi luz y mi salvación.
Sal
18, 29: Tú, Señor, enciendes mi lampara, Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
¿A
quién temeré?
Sal
36, 10: Porque en ti está la fuente viva y a tu luz vemos la luz.
Sal
43, 3: Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu
monte santo, hasta tu morada.
Yahvé,
el refugio de mi vida.
Mi
7, 8: No cantes victoria, mi enemiga: si caí, me alzaré; si me siento en
tinieblas, el Señor es mi luz.
¿Ante
quién temblaré?
Is
10, 17: La luz de Israel se convertirá en fuego, su Santo en una llama que
arderá y devorará sus zarzas y cardos en un solo día.
Busca
su rostro.
Sal
24, 6: Este es el grupo que lo busca; que viene a visitarte, Dios de Jacob.
Sí,
Yahvé, tu rostro busco.
Sal
105, 4: Recurrid al Señor y a su poder, buscad siempre su presencia.
No
me ocultes tu rostro.
Os 5,
15: Voy a volver a mi puesto, hasta que se sientan reos y acudan a mí, y en su aflicción
madruguen en mi busca.
Creo
que gozaré de la bondad de Yahvé.
Sal
116, 9: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Sal
142, 6: A ti grito, Señor, te digo: Tú eres mi refugio, mi lote en la tierra de
los vivos.
Notas exegéticas.
27 8 “Busca su rostro” conj.: “buscad
mi rostro” hebreo. – La expresión que en principio significaba “ir a consultar
a Yahvé” en un santuario tomó un sentido más general: tratar de conocerlo,
vivir en su presencia. “Buscar a Yahvé” es servirle fielmente.
27 13 Puede entenderse también: “¡Ah,
si no pudiese gozar!”. Este pasaje se interpretó en la época macabea en función
de la fe en la vida futura.
Segunda
lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4,1.
Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el
modelo que tenéis en nosotros. Porque -como os decía muchas veces, y ahora lo
repito con lágrimas en los ojos – hay muchos que andan como enemigos de la cruz
de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus
vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, en cambio, somos
ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él
transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con
esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos
y añorados, i alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.
Textos
paralelos.
Hermanos, sed imitadores míos.
Flp 4, 9: Lo que aprendisteis y
recibisteis y escuchasteis y visteis en mí ponedlo en práctica. Y el Dios de la
paz estará con vosotros.
Fijaos en los que viven
según el modelo que veis en nosotros.
1 Co 11, 1: Imitadme a mí como
yo imito a Cristo.
Ga 4, 12: Por favor, poneos en
mi lugar como yo me pongo en el vuestro: en nada me habéis ofendido.
2 Ts 3, 7: Vosotros sabéis cómo
tenéis que imitarnos: no procedimos entre vosotros desordenadamente.
Cuyo final es la
perdición.
Rm 16, 18: Que por salvarme la
vida se jugaron la suya; no solo yo les estoy agradecido, sino toda la iglesia
de los paganos.
Su apetencia, lo terreno.
Hb 11, 13: Con esa fe murieron todos
esos sin haber recibido lo prometido, aunque viéndolo y saludándolo de lejos y confesándose
peregrinos y forasteros en la tierra.
Somos ciudadanos del
cielo.
Hch 3, 20-21: Y así recibáis
del Señor tiempos favorables y os envíe a Jesús, el Mesías predestinado. El
cielo tiene que retenerlo hasta el tiempo de la restauración universal que
anunció Dios desde antiguo por medio de sus santos profetas.
Col 3, 1-4: Por tanto, si habéis
resucitado con Cristo, buscad lo de arriba, donde Cristo está sentado a la
diestra de Dios, aspirad a lo de arriba, no a lo terreno. Pues habéis muerto y
vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo,
vuestra vida, entonces vosotros apareceréis gloriosos junto a él.
Esperamos como Salvador
al Señor Jesucristo.
1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol
del Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo
nuestra esperanza.
Transfigurará nuestro
pobre cuerpo a imagen de su cuerpo.
1 Co 15, 47-49: El primer
hombre procede de la tierra y es terreno, el segundo hombre procede del cielo.
Como fue el terrestre son los terrestres; como es el celeste serán los
celestes. Como hemos llevado la imagen del terrestre, llevaremos también la
imagen del celeste.
En virtud del poder que
tiene.
Rm 8, 21: De que esa humanidad
se emanciparía de la esclavitud de la corrupción para obtener la libertad
gloriosa de los hijos de Dios.
1 Co 15, 23-28: Cada uno en su
turno: la primicia es Cristo, después vendrá el fin, cuando entregue el reino a
Dios Padre y acabe con todo principado, autoridad y poder. Pues él tiene que
reinar hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies; el último enemigo en ser
destruido es la muerte. Todo lo ha sometido bajo sus pies: al decir que todo le
está sometido, es evidente que se excluye aquel que se le somete. Cuando todo
le quede sometido, también el Hijo se someterá al que le sometió todo, y así
Dios será todo en todos.
Notas exegéticas.
3 17 Pablo esperaba que algunos
miembros de la comunidad dieran pruebas de iniciativa y responsabilidad antes
de promoverlos a dirigentes.
3 18 Pablo se refiere probablemente
a los “judaizantes”, a los que se refería ya en el v. 2.
3 19 (a) Alusión a las observancias
relativas a los alimentos que tanta importancia tenían en la religión judía.
3 19 (b) Probable alusión al miembro
sometido a la circuncisión.
3 21 Lit.: “de la misma forma que su
cuerpo glorioso”. El cuerpo resucitado de Cristo, en el que resplandece la
gloria de Dios, es la forma a la que se conformará nuestro propio cuerpo (“cuerpo
espiritual”).
Comentario Homilética.
-Filipos:
Antigua colonia romana en el
norte de Grecia evangelizada por Pablo.
Población: soldados romanos en
ejercicio o licenciados, sus familias, griegos, comerciantes judíos,…
-Situación de la comunidad de
Filipos:
Preocupante y dolorosa.
Algunos miembros se resisten al
anuncio de Pablo:
Enemigos de la cruz de Cristo.
Desórdenes sexuales, excesos
culinarios, mundanidad.
Idolatrías, “carpe diem”
-Mensaje de Pablo:
No estamos apegados a los
criterios terrenales.
Salvados por y para Cristo,
ciudadanos del cielo.
Evangelio.
X Lectura del
santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36.
En aquel tiempo,
tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar.
Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de
resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías,
que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en
Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron
su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de
él, dijo Pedro a Jesús:
-Maestro, ¡qué bueno
es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías.
No sabía lo que
decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que lo cubrió con su
sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube
decía:
-Este es mi Hijo, el
Elegido, escuchadlo.
Después de oírse la
voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no
contaron a nadie lo que habían visto.
Textos
paralelos.
Mc 9, 2-10 |
Mt 17, 1-9 |
Lc 9, 28-36 |
Seis días más
tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó a una montaña
elevada. En su presencia se
transfiguró: sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente, como
no los puede blanquear ningún batanero de este mundo. Se les aparecieron
Moisés y Elías hablando con Jesús. Pedro tomó la
palabra y dijo a Jesús: -Maestro, ¡qué
bien se está aquí! Vamos a armar tres tiendas: una para ti, otra para Moisés
y una para Elías. (No sabía lo que
decía pues estaban llenos de miedo). Vino una nube que
les hizo sombra y salió una voz de
la nube: -Este es mi Hijo
querido. Escuchadle. De repente miraron
en torno y no vieron más que a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban
de la montaña les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, si no
era cuando aquel Hombre resucitara de la muerte. Se agarraron a
esas palabras y discutían que significaba resucitar de la muerte. |
Seis días más tarde
tomó Jesús a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una
montaña elevada. Delante de ellos
se transfiguró: su rostro resplandecía como el sol, sus vestidos se volvieron
blancos como la luz. Se les aparecieron
Moisés y Elías conversando con él. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: -Señor, qué bien
se está aquí. Si te parece, armaré tres tiendas: una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías. Todavía estaba hablando,
cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube saltó una voz que decía: -Este es mi Hijo
amado, mi predilecto. Escuchadle. Al oírlo, los
discípulos cayeron de bruces temblando de miedo. Jesús se acercó,
lo tocó y le dijo: -¡Levantaos, no
temáis! Alzando la vista,
no vieron más que a Jesús solo. Mientras bajaban
de la montaña, Jesús les ordenó: -No contéis a
nadie lo que habéis visto hasta que este Hombre resucite de la muerte. |
Ocho días después
de estos discursos, tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a un monte a orar. Mientras oraba,
cambió de aspecto su rostro y sus vestidos resplandecían de blancura. Dos hombres
hablaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron gloriosos y comentaban
la partida que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus
compañeros estaban cargados de sueño. Al despertar, vieron su gloria y a los
dos hombres que estaban con él. Cuando estos se
retiraron, dijo Pedro a Jesús: -Maestro, qué bien
se está aquí. Armemos tres tiendas: una para ti, una para Moisés y una para
Elías. (No sabía lo que
decía). Apenas lo dijo,
vino una nube que les hizo sombra. Al entrar en la nube, se asustaron. Y sonó una voz que
decía desde la nube: -Este es mi Hijo
elegido. Escuchadle. Al sonar la voz,
se encontraba Jesús solo. Ellos guardaron
silencio y por entonces no contaron a nadie lo que había visto. |
Subió al monte a
orar.
Lc 8, 51: Entrando
en casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan, Santiago y los padres
de la niña.
Mientras oraba.
Lc 3, 21: Mientras
todo el pueblo se bautizaba, también Jesús se bautizó; y mientras oraba se
abrió el cielo.
Sus vestidos eran
blancos.
Mt 14, 23: Después
de despedirla, subió él solo a la montaña a orar. Al anochecer estaba él solo
allí.
Blancura fulgurante.
Lc 24, 16: Pero
ellos tenían los ojos incapaces para reconocerlo.
Eran Moisés y Elías.
Lc 24, 4: Estaban
desconcertadas por el hecho, cuando se les presentaron dos personajes con
vestidos refulgentes.
Hablaban de su
partida.
Hch 1, 10: Seguían
con los ojos fijos en el cielo mientras él se marchaba, cuando dos personajes
vestidos de blanco se les presentaron.
Iba a tener lugar en
Jerusalén.
Jn 13, 1: Antes de
la fiesta de Pascua sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo
al Padre, después de haber amado a los suyos del mundo, los amó hasta el
extremo.
Sus compañeros
estaban cargados de sueño.
Lc 2, 38: Se presentó
en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos aguardaban
el rescate de Jerusalén.
Permanecían
despiertos.
Lc 22, 45: Se
levantó de la oración, se acercó a sus discípulos y los halló dormidos de
tristeza.
Los dos hombres que estaban
con él.
Jn 1, 14: La Palabra
se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de
Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad.
Se llenaron de
temor.
Lc 1, 35: El ángel
le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te hará
sombra; por eso, el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios.
Llegó una voz desde
la nube.
Lc 1, 12: Al verlo,
Zacarías, se asustó y quedó sobrecogido de temor.
Escuchadle.
Jn 1, 34: Yo lo he
visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.
No dijeron a nadie
nada.
Lc 9, 21: Él les amonestó
encargándoles que no se lo dijeran a nadie.
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.
9 28
Muchos
rasgos originales delatan aquí en Lc una fuente distinta a la de Mc. Del
conjunto se desprende una presentación de la Transfiguración distinta de las de
Mt y Mc. Mientras que Mt pone de relieve la manifestación de Jesús como nuevo
Moisés y Mc describe una epifanía del Mesías oculto, o al menos la fuente que
él combina con Mc, más bien pone su atención en una experiencia personal de
Jesús que, durante una oración ardiente y transformadora, recibe la luz del
cielo sobre la “partida” (lit. éxodo) es decir la muerte que debe cumplimentar
en Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas.
9 30
Como
Moisés y Elías solo se les nombra para identificar a los “dos hombres”
mencionados al principio, podemos pensar que en la fuente combinada por Lc con
Mc estos eran dos ángeles que instruían y confortaban a Jesús.
9 31
Lit.
“éxodo”. Jesús debe realizar el nuevo éxodo mediante su muerte, su resurrección
y su ascensión, que permitirán a los suyos tener acceso a Dios junto con él.
Este misterio se cumplirá en Jerusalén, centro de la historia de la salvación.
9 32
O
bien: “habiéndose despertado”. Ese sueño que abrumaba a los discípulos, propio
de Lc, recuerda el de Getsemaní, 22, 45, donde parece más natural y de donde
podría proceder.
9 34
Como
en Lc 1, 35, estas palabras indican la venida de Dios a la manera de sus
manifestaciones al pueblo del éxodo (Ex 40, 35; Nm 9, 18).
9 35
Var.:
“mi Hijo amado”, ver Mt y Mc, - El título de “Elegido”, ver Is 42, 1, alterna
con el de “Hijo del hombre” en las Parábolas de Henoc.
9 36
Siguiendo
su costumbre, Lc distingue claramente el tiempo de la misión terrena de Jesús y
el tiempo posterior a la Pascua, cuando los apóstoles proclamen su misterio.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.
29 ESTABA REZANDO: como en el v.
28 (“para rezar”), de nuevo aparece este dato característico de Lc. Su oración
es la que transfigura a Jesús, y lo hace aparecer con la luminosidad propia del
Hijo de Dios. // EL ASPECTO DE SU ROSTRO CAMBIÓ: lit. el aspecto del rostro
de él (llegó a ser) otro. Transitoriamente, la apariencia humilde y cotidiana
de Jesús se transformó, ante sus más íntimos, en irradiación de la gloria
divina, inseparable de su persona de Hijo de Dios.
31 LA SALIDA: lo que Jn llamará “el
paso de este mundo al Padre” (Jn 13, 1) es, lit.: el éxodo, la muerte-resurrección-ascensión
QUE JESÚS IBA A (lit. de Jesús que iba a) LLEVAR A CABO o cumplir (Verbo
del “cumplimiento” de las profecías) EN JERUSALÉN. La muerte de Jesús es como
la partida del justo, de la que habla Sab 3, 2: el tránsito que los insensatos
considerarán “una desgracia”. Comparando este versículo con el 33, nuestro
clásico juega con las palabras: “Unos tratan con Cristo de su partida, Pedro de
su quedada” (Quevedo).
32 CARGADOS DE SUEÑO, como en otro
momento clave de la vida de Jesús: la noche en Getsemaní. // VIERON EL
ESPLENDOR DE JESÚS: lit. el esplendor de él.
33 LO QUE DECÍA: lit. lo que
dice. // Precipitadamente, Pedro habla en términos de estabilidad, de vida
feliz, como si todo pudiera arreglarse sin cruz: lo saca de sus fantasías la
voz del Padre (v. 35). // DE MANERA QUE: Pedro da ya por decidida y aceptada su
propuesta.
34 QUE LOS CUBRÍA: lit. y
cubría a ellos.
35 ELEGIDO (lit. el que había
sido elegido por mí: lo elegí, y mi elección permanece) equivale al
adjetivo “querido”, que figura en el relato paralelo de Mc y Mt.
36 RESULTA QUE: lit. fue
encontrado (semitismo). // LO QUE HABÍAN VISTO: como si la experiencia
fuera muy reciente, o aún durara, el texto griego dice lit. lo que han
visto.
Notas exegéticas
de la Biblia Didajé.
9,
28-36 La transfiguración permitió a sus discípulos más cercanos ver su rostro
glorificado. Esta espectacular manifestación de la divinidad de Cristo reforzó
su fe. Al igual que el bautismo, en este episodio se manifestó la Santísima
Trinidad. También se confirmó el cumplimiento de la Ley y los profetas por
parte de Cristo mostrándose con Moisés, el legislador, y Elías, el más grande
de los profetas del Antiguo Testamento. Cat. 516, 554, 1151, 2583, 2600.
9, 34
En
las Escrituras, la presencia de Dios a menudo se indica con una teofanía –
manifestación visible de la presencia de Dios –, que en este caso fue una nube
y otras veces era fuego, truenos o luz. Cat. 556, 659 y 697.
Catecismo
de la Iglesia Católica.
516 Toda la vida de
Cristo es Revelación del Padre: sus palabras y sus obras, sus silencios
y sus sufrimientos, su manera de ser y de hablar. Jesús puede decir: “Quien me
ve a mí, ve al Padre” (Jn 14, 9), y el Padre: “Este es mi Hijo amado;
escuchadle” (Lc 9, 35). Nuestro Señor, la haberse hecho hombre para cumplir la
voluntad del Padre (cf. Hb 10, 5-7), nos “manifestó el amor que nos tiene (1 Jn
4,9) incluso con los rasgos más sencillos de sus misterios.
554 A partir del día en
que Pedro confesó que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro “comenzó
a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir (…) y ser
condenado a muerte y resucitar al tercer día” (Mt 16, 21): Pedro rechazó este
anuncio, y los otros no lo comprendieron mejor. En este contexto se sitúa el
episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús, sobre una montaña, ante
tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos
de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le ·hablaban
de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén” (Lc 4, 9). Una nube les
cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: “Este es mi Hijo, mi elegido,
escuchadle” (Lc 9, 35).
555 Por un instante, Jesús
muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra
también que para “entrar en su gloria” (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz
en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la
ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías. La Pasión de
Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de
Dios. La nube indica la presencia del Espíritu Santo: Tota trinitas apparuit:
Pater in voce; Filius in homine, Spiritus in nube clara (“Apareció toda la Trinidad:
el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa”,
Sto. Tomás de Aquino, Summa theologiae). “En el monte te transfiguraste,
Cristo Dios, y tus discípulos contemplaron tu gloria, en cuanto podían
comprenderla. Así, cuando te vieses crucificado, entendería que padecías
libremente y anunciarían al mundo que tú eres en verdad el resplandor del Padre”
(Liturgia bizantina, himno).
556 En el umbral de la
vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por
el bautismo de Jesús “fue manifestado el misterio de la primera regeneración”:
nuestro Bautismo; la Transfiguración “es el sacramento de la segunda
regeneración”; nuestra propia resurrección. Desde ahora nosotros participamos
en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos
del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de
la gloriosa venida de Cristo “el cual transfigurará este miserable cuerpo
nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo” (Flp 3,21). Pero ella nos recuerda
también que “es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en
el Reino de Dios” (Hch 14, 22). “Pedro no había comprendido eso, cuando deseaba
vivir con Cristo en la montaña. Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de
la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para
servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida
desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino
desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir sed; y tú,
¿vas a negarte a sufrir?” (S. Agustín, Sermón).
2583
Solamente
en el monte de la Transfiguración se dará a conocer aquel cuyo Rostro buscan:
el conocimiento de la Gloria de Dios está en el rostro del crucificado y
resucitado.
2600
El
Evangelio según san Lucas subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de
la oración en el misterio de Cristo. Jesús ora antes de los momentos decisivos
de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo y de su
Transfiguración y antes de dar cumplimiento con su Pasión al designio de amor
del Padre.
697 La nube y la luz. Estos dos símbolos
son inseparables de las manifestaciones del Espíritu Santo. Desde las teofanías
del Antiguo Testamento, la Nube unas veces oscura, otras luminosa, revela al
Dios vivo y salvador, tendiendo así un velo sobre la trascendencia de su gloria:
con Moisés en la montaña del Sinaí, en la Tienda de la Reunión y durante la
marcha por el desierto; con Salomón en la dedicación del Templo. Pues bien,
estas figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. él es quien
desciende sobre la Virgen María y la cubre con su sombra para que ella conciba
y dé a luz a Jesús. En la montaña de la Transfiguración es Él quien vino en una
nube y cubrió con su sombra a Jesús, a Moisés y a Elías, a Pedro, Santiago y
Juan, y se oyó una voz desde la nube que decía: Este es mi Hijo, mi elegido,
escuchadle. Es, finalmente, la misma nube la que ocultó a Jesús a los ojos de
los discípulos el día de la Ascensión, y la que lo revelará como Hijo del hombre
en su Gloria el Día de su Advenimiento.
Notas exegéticas Biblia del Peregrino
9, 28-36 A la confesión de Pedro se añade
y la desborda la declaración del Padre. El camino de la pasión se va a iluminar
con el esplendor, anticipado y provisorio, de la transfiguración. Mientras
Jesús ora lo penetra la gloria de Dios y transfigura luminosamente su rostro y
vestidos. Como si la materia se convirtiese en energía luminosa.
9, 31 o: del éxodo.
Comentarios de los Santos Padres.
Lo que Moisés y
Elías hablaban uno al otro delante de Cristo era una determinada providencia
que demostraba muy oportunamente que nuestro Señor sería elevado con la
majestad de la Ley y los Profetas, o sea, que era Señor de la Ley y de los profetas.
Cirilo de
Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 51. III, pg. 230.
¿Por qué afirmó el
evangelista: “a los ocho días de dichas estas palabras”? ¿No será, acaso,
porque quien oye las palabras de Cristo y cree en ellas, verá su gloria en el
tiempo de la resurrección? En realidad, la resurrección se llevó a cabo en el
octavo día, y por eso muchas veces los salmos llevan como título “para la
octava”.
Ambrosio, Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 7, 6-7. III, pg. 231.
¿Qué tiene de
particular lo que proclamamos? Porque ofrecemos dos testigos que estuvieron con
el Señor en el monte Sinaí; Moisés estaba en la hendidura de la roca, y Elías entonces
estaba a la puerta de la cueva; ellos, compareciendo en el monte Tabor junto
con el Señor transfigurado, anunciaban a los discípulos la muerte que iba a
sufrir en Jerusalén.
Cirilo de Jerusalén,
Las catequesis, 12, 16. III, pg. 231.
Es una nube luminosa
que no daña con lluvias torrenciales ni con el aluvión de aguas que causan
desperfectos, antes, por el contrario, su rocío, enviado por la voz del Dios
omnipotente, impregna de fe las almas de los hombres.
Ambrosio, Exposición
sobre el Ev. de Lucas, 7, 19-20. III, pg. 233.
San Agustín
Desciende, Pedro. Querías descansar en la montaña, pero desciende,
predica la palabra, insta oportuna e inoportunamente, arguye, exhorta, increpa
con toda longanimidad y doctrina. Trabaja, suda, sufre algunos tormentos para
poseer en la caridad, por el candor y la belleza de las buenas obras, lo
simbolizado en las blancas vestiduras del Señor.
Sermón 78,
3-4. I, pg. 283.
San Juan de Ávila
Y débeos bastar, que usaron este ejercicio todos los santos. Porque,
como San Crisóstomo dice, “¿quién de los santos no venció orando?”. Y el mismo
dice: “no hay cosa más poderosa que el hombre que ora”. Y bastarnos debe, y sobre,
que Jesucristo, Señor de todo, oró en la noche de la tribulación, aun hasta
derramar gotas de sangre. Y oró en el monte Tabor, para alcanzar el resplandor
de su cuerpo (cf. Lc 9, 29).
Audi, filia (II). OC I, pg. 688.
Y después de recebido el anillo, que hermosea una parte del cuerpo,
vístela su benditísimo Hijo de vestidura de muy blanca holanda, la cual color
es la que usa en el cielo y significa la gracia, sin la cual el ánima está
desnuda y ennegrecida, sigún Cristo lo dice: Aconséjote que te vistas de vestiduras blancas,
porque no aparezca tu desnudez (cf. Ap 3, 18). Y también significa a la gloria, que es gracia acabada
y preciosa vestidura del ánima, que se dará a los que bien vivieren, sigún lo
ha prometido Jesucristo nuestro Señor, diciendo: Andarán conmigo y con vestiduras blancas (cf. Ap 3, 4). Y así los
ángeles que aparecieron a los santos apóstoles en el día de la ascensión del Señor,
vestiduras
blancas traían
(Hch 1,10); y cuando el Señor quiso declarar su gloria en el monte Tabor, fueron sus vestiduras
hechas blancas, como la nieve (Lc 9, 29) con gloria.
Asunción de María, OC III, pgs. 984-985.
San Oscar Romero.
Oremos, hermanos, la situación de nuestro país es muy difícil
pero la figura de Cristo transfigurado en plena Cuaresma no está lejos, es el
camino que debemos de seguir. El camino de la transformación de nuestro pueblo
no está lejos es el camino que nos señala la palabra de Dios este día: camino
de cruz, de sacrificio, de sangre y de dolor, pero con la vista llena de
esperanza puesta en la gloria de Cristo que es el Hijo elegido por el Padre
para salvar al mundo. ¡Escuchémosle!
Homilía 2 marzo 1980.
Comentario Homilética.
-Contexto:
Primer
anuncio de la Pasión y condiciones para seguir a Jesús.
Transfiguración.
Curación del
endemoniado epiléptico y segundo anuncio de la Pasión.
Comienzo de
la subida de Jesús a Jerusalén.
-Estructura:
Jesús y los
tres discípulos van a orar (v. 28).
El rostro y
la ropa de Jesús cambian (v. 29).
Aparición de
Moisés y Elías quienes señalan el destino de Jesús (vv. 30-31).
Reacción de Pedro
y sus compañeros (vv. 32-33).
Clímax: la
nube y la voz de Dios (vv. 34-35).
Silencio como
tiempo de reflexión y vivencia interior de lo sucedido (v. 36).
-Elementos:
Moisés y
Elías:
La Ley y los
profetas.
Hombres del
monte: Sinaí (Moisés) y Horeb-Carmelo (Elías).
Jesús es más
que la Ley y los Profetas.
Referencia
al éxodo: la Pasión anunciada anteriormente.
Contraste:
Jesús, Moisés y Elías (gloria) / Pedro, Santiago y Juan.
Escucha:
como en el Éxodo Dios Padre manda escuchar al Hijo.
MISA DE NIÑOS. DOMINGO III T. CUARESMA.
Monición de entrada.
Buenos días:
Estamos en el tercer miércoles de cuaresma.
En la misa Jesús nos contará lo que hizo un labrador con una higuera.
Así nos dirá que Él nos cuida.
Y también nos dirá que nosotros tenemos que ser como la buena higuera, dar
mucho.
Que en esta misa nos dejemos cuidar por Jesús que nos da su Palabra y la
Comunión.
Señor, ten piedad.
Porque no te hemos escuchado. Señor, ten piedad.
Porque somos perezosos para hacer lo que tú nos dices. Cristo, ten piedad.
Porque no damos todo lo que tú nos pides. Señor, ten piedad.
Peticiones.
-Por el Papa Francisco, para que le ayudes a seguir dando fruto. Te lo pedimos
Señor.
-Por la Iglesia, para que escuche la llamada de Dios. Te lo pedimos Señor.
-Por las personas que mandan, para que ayuden a las personas a las que
mandan. Te lo pedimos, Señor.
-Por las personas que lloran, para que tengan al lado personas que les
escuchen. Te lo pedimos, Señor.
-Por nosotros para que tengamos un corazón bueno. Te lo pedimos, Señor.
Acción de gracias.
ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT
JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO VIII T.O.
EXPERIENCIA.
Prepara tu espacio de
oración. Puedes buscarlo o sencillamente donde te encuentres coloca una cruz,
una estampa y si la tienes cerca una Biblia.
Observa el pequeño
altar que está sobre tu mesa o en el lugar donde te encuentras.
Haz de la señal de la
cruz.
Entrelaza las manos,
cierra los ojos, descálzate mediante sucesivas respiraciones en las que te
vacíes y te llenes de Dios.
Toma conciencia de
encontrarte en un lugar y tiempo sagrado.
Abre tu corazón a Dios.
Permanece en silencio
un par de minutos, como mínimo.
Responde a estas
preguntas: ¿en los momentos difíciles quién te ha ayudado? Reza por esas
personas.
Entra en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=DM7rEzhR25Q
No es lo mismo caminar
solo que caminar con compañía.
Piensa en tu pasado:
¿quiénes te han acompañado?, ¿en qué momentos?, ¿cómo te has sentido a su lado?
¿Y Jesús? ¿Te ha
ayudado en las dificultades? ¿Cuándo has sentido su fuerza o la de su Madre,
María, o la de un santo que te ha llevado a Jesús?
REFLEXIÓN.
Toma la Biblia y lee :
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 9, 28b-36.
En aquel tiempo,
tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar.
Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de
resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías,
que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en
Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron
su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de
él, dijo Pedro a Jesús:
-Maestro, ¡qué bueno
es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías.
No sabía lo que
decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que lo cubrió con su
sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube
decía:
-Este es mi Hijo, el
Elegido, escuchadlo.
Después de oírse la
voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no
contaron a nadie lo que habían visto.
¿QUÉ DICE? después de anunciar a los
apóstoles que tiene que morir en la cruz Jesús sube al monte. Necesita
respuestas, para Él y los apóstoles. Dios no se opone a los demás, no son dos
opciones de vida, sino una misma. Necesitamos de la presencia de Dios y necesitamos
de la presencia de quienes nos aman y amamos. Cierra los ojos e imagina la
escena, situándote en el lugar de Pedro. Estáis a los pies del monte Tabor,
Jesús se acerca, te pide le acompañes, comienzas a subir por el sendero, allí os
sentáis,…
¿QUÉ TE DICE? Relaciona el texto con tu vida: ¿en qué
momentos has disfrutado de una oración?, ¿qué canción religiosa te ayuda en los
malos momentos? Repite alguna de las frases del evangelio. Piensa en las frases
del vídeo: “en medio de todo… la luz vence la oscuridad… la fe vence al miedo…y
Jesús camina con el hombre…y al encontrarte con Él… el camino será más sencillo…
COMPROMISO.
Escribe una carta de agradecimiento a una de las personas que amas
y te ayudaron en un momento difícil de tu vida. No es necesario que se la
envíes.
CELEBRACIÓN.
Mira este vídeo. Son
personas que tenido experiencia de Dios durante un retiro de Emaús.
https://www.youtube.com/watch?v=KzCjqGAiuXk&t=293s
Sagrada
Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
BAC. Madrid. 2016.
Biblia
de Jerusalén. 5ª
edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.
Biblia
del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero.
Bilbao. 1995.
Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de
M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.
Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica.
BAC. Madrid. 2016.
Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva
Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.
Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la
Sede. Primera
edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.
Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de
San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano.
Valladolid. 1986.
Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por
los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad
Nueva. Madrid. 2009.
San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan
de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados
y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.
San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones.
BAC. Madrid. 2015.
San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.
Homilética. Sal Terrae.
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