DOMINGO DEL CORPUS CHRISTI– AÑO C
Lectura del libro del libro del Génesis 14, 28-20
En
aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo sacó pan
y vino, y le bendijo diciendo:
-Bendito
sea Abrán por el Dios altísimo, creador del cielo y tierra; bendito sea el Dios
altísimo, que te ha entregado tus enemigos.
Y Abrán
le dio el diezmo de todo.
Salmo 109
Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisec.
Oráculo del Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies”.
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
“Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisec”.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he
recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado tomó pan y,
pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
-Esto
es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Lo
mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
-Este
cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.
Por
eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte
del Señor, hasta que vuelva.
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas
9, 11b-17
En
aquel tiempo Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían
necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los
Doce, le dijeron:
-Despide
a la gente que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento
y comida, porque aí estamos en descampado.
Él les
contestó:
-Dadles
vosotros de comer.
Ellos
replicaron:
-No
tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos a comprar de comer
para toda esta gente.
Porque
eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos:
-Haced
que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.
Lo
hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, otmando él los
cinco panes y los dos peces, y alzando la mirada al cielo, pronunció la
bendición sobre ellos, los partió y se lo iba dando a los discípulos para que
se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que
les había sobrado: doce cestos de trozos.