miércoles, 25 de noviembre de 2020

Domingo 1 de Adviento. 29 de diciembre de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías 63, 16c-17.19c;64,2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre desde siempre es “nuestro Libertador”. ¿Por qué nos extravías, Señor, de tus caminos, y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses! En tu presencia se estremecerían las montañas. “Descendiste, y las montañas se estremecieron”. Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por quien espera en él. Sales al encuentro de quien practica con alegría la justicia y, andando en tus caminos, se acuerda de ti. He aquí que tú estabas airado y nosotros hemos pecado. Pero en los caminos de antiguo seremos salvados. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un vestido manchado, todos nos marchitábamos como hojas, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo para adherirse a ti, pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero; todos somos obra de tus manos.

 

Textos paralelos.

 Tú Yahvé eres nuestro Padre.

Is 41, 14: No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio – oráculo del Señor –, tu redentor es el santo de Israel.

¡Ah! si rompieses los cielos y bajases.

Ap 19, 11: Vi el cielo abierto y allí un caballo blanco. Su jinete de llama Fiel y Veraz, Justo en el gobierno y en la guerra.

Sal 144, 5: Señor, inclina tus cielos y desciende; toca las montañas y echarán humo.

Nunca ojo humano pudo ver.

1 Co 2, 9: Pero como está escrito: “Lo que ojo no vio, ni oído oyó, ni mente humana concibió, lo que Dios preparó para quienes lo aman”.

Nosotros la arcilla y tú el alfarero.

Is 29, 16: ¡Qué desatino! Como si el barro se considerara alfarero, como si la obra dijera al que la hizo: “No me ha hecho”, como si el cacharro dijera del alfarero: “No me entiende”.

 

Notas exegéticas.

63 7 El largo poema 63, 7-64,1 tiene la forma de un salmo de súplica colectiva, ver especialmente Sal 45 y 89 y Lamentaciones. Las referencias de 63, 18 y 65, 9-10 a la ruina de Jerusalén y del templo el 587 indican que el recuerdo de la catástrofe está aún próximo. El poema data de los comienzos del destierro. La evocación de la historia pasada, 63, 7-14 está conforme con la teología deuteronomista: Dios castiga a su pueblo rebelado, y luego lo salva.

64 19 La frase [Estamos igual que antaño] prosigue en 64 1b [como agua que el fuego evapora]. La evocación a los rasgos ordinarios de las teofanías interrumpe este llamamiento a la venida de Yahvé.

64 2 La glosa repite 63, 10.

64 3 San Pablo, 1 Co 2, 9, parece citar este texto en una fórmula más rítmica: “lo que ni el ojo vio ni el oído oyó…”. Es difícil asegurar si cita libremente o si poseía algún texto de Isaías diferente del nuestro.

64 4 “Borra nuestro pecado…”, leemos el verbo mahâ y el sustantivo ‘awôn. Otros traducen: “en ellos [nuestros pecados] estamos desde antiguo y seríamos salvados. En ambos casos se usaría de un clamor de desánimo. De todos modos, las traducciones son conjeturales, pues el texto se halla claramente corrompido.

64 5 “caemos” griego; hebreo dudoso.

64 6 “dejados” versiones: “nos haces temblar” (?) hebreo.

 

Comentario.

-Autor:

Tercer Isaías:

Profeta anónimo.

Poco después de la vuelta del exilio en Babilonia.

Panorama de Judá y Jerusalén finales s. VI o principios s. V a.C.:

No es el esperado: futuro esperanzador y lleno de consuelo (Segundo Isaías).

Nadie vuelve su mirada al Dios de Israel.

-Llama a Dios “nuestro Padre”:

Epíteto o adjetivo que el AT usa raramente:

Dt 32, 6; Sal 103, 13; Prov 3, 12; Jer 3, 19; Mal 2, 10.

-Un Dios que ha manifestado su paternidad sigue siendo el redentor de Israel.

Evoca la liberación de la esclavitud egipcia (Ex 6,16; 15, 13).

Segundo Isaías:

Dios redentor y liberador del exilio:

Inspirado en la liberación del éxodo.

El profeta piensa que es esa evocación del Dios redentor la que puede hacer que la situación cambie:

Los caminos de Dios vuelvan a ser los caminos de la alianza.

El corazón del pueblo abandone su dureza y reencuentre el temor de Dios, la obediencia.

Pide a Dios:

Se convierta forzado por su amor por Israel.

Se abran de nuevo los cielos.

-Final marcado por la esperanza:

Paternidad de Dios.

Dios alfarero.

 

Salmo responsorial

Salmo 80 (79), 2.3b.15-16.18-19

 

Oh Dios, restáuranos,

que brille tu rostro y nos salve. R/.

Pastor de Israel, escucha;

tú que te sientas sobre querubines, resplandece;

despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

 

Dios del universo, vuélvete:

mira desde el cielo, fíjate,

ven a visitar tu viña.

Cuida la cepa que tu diestra plantó

y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.

 

Que tu mano proteja a tu escogido,

al hombre que tú fortaleciste.

No nos alejaremos de ti:

danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

 

Textos paralelos.

Brilla, desde tu trono de querubes.

Ex 25, 18: Moisés se adentró en la nube y subió al monte, y estuvo allí cuarenta días con sus noches.

 

Notas exegéticas.

80 Este salmo se aplica tanto al reino del Norte (ver vv. 2-3), devastado por los asirios (mencionados en el título griego), ver Jr 31, 15s, como a Judá después del saqueo de Jerusalén el año 586, ver Jr 12, 7-13. El salmista, quizá un levita refugiado en Mispá de Benjamín en tiempos de Godolías, ver 2 R 25, 22-23.27, espera la restauración del reino unificado en sus límites ideales, v. 12.

80 16 El hebreo añade: “y sobre el hijo que fortaleciste”, anticipación de 18b.

80 18 Alusión probable a Zorobabel, Esd 3, 2; Ag 1,1.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 3-9

Hermanos:

A vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios continuamente por vosotros, por la gracia de Dios que se os ha dado en Cristo Jesús; pues en él habéis sido enriquecidos en todo: en toda palabra y en toda ciencia; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo, de modo que no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, el cual os llamó a la comunión con su Hijo.

 

Textos paralelos.

 Os ha otorgado por medio de Cristo Jesús.

2 Co 8, 7: Y como tenéis abundancia de todo, de fe, elocuencia, conocimiento, fervor para todo, afecto a nosotros, tened también abundancia de esta generosidad.

2 Co 8, 9: Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza.

Ya no os falta ningún don divino a los que esperáis la Revelación.

2 Co 6, 10: Como tristes y siempre alegres, como pobres que enriquecen a muchos, como necesitados que lo poseen todo.

Él os conservará irreprensibles hasta el fin.

2 Co 1,21: Es Dios quien nos mantiene a nosotros y a vosotros, fieles a Cristo, nos ha ungido.

Flp 1,7: Es justo que sienta esto de todos vosotros, ya que os llevo en el corazón, mientras que vosotros sois solidarios de mi gracia en la prisión y en la defensa y confirmación de la buena noticia.

Col 2, 7: Arraigados y cimentados en él, confirmados en la fe que os enseñaron, derrochando agradecimiento.

Habéis sido llamados a la comunión.

1 Jn 1, 2: Por la verdad que permanece en nosotros y permanecerá siempre.

Flp 3, 10: ¡Oh! conocerle a él y el poder de su resurrección y la participación en sus sufrimientos; configurarme con su muerte.

 

Notas exegéticas.

1 4 Otra lectura: “mi Dios”.

1 6 Es decir el testimonio que se da de Cristo, “entre vosotros” o “en vosotros”.

1 7 En el momento supremo de la revelación de los designios secretos de Dios Cristo se manifestará en su gloria al fin de los tiempos en su Venida y su “Manifestación”. Previamente se habrá “revelado” al Impío, a quien destruirá.

1 8 (a) Ver Flp 1, 10.

1 8 (b) Este “Día del Señor” llamado también “Día de Cristo” o simplemente 2El Día”, “el Día del Hijo del hombre”, el día de la Visita, “el último día”, es el cumplimiento de la era escatológica inaugurada por Cristo, del “Día de Yahvé” anunciado por los profetas. Realizada en parte con la primera venida de Cristo y el castigo de Jerusalén, esta última etapa de la historia de la salvación que dará consumada con la venida gloriosa del Soberano. Le acompañará una conmoción y una renovación cósmicas. Este día de luz se aproxima. Su fecha es incierta, y hay que prepararse para él por el tiempo que resta.

3 9 (a) Ver 10, 13; 2 Co 1, 18.

3 9 (b) La palabra “comunión” (koinônía) conserva en sus variados usos una acepción fundamental. La comunión brota de las realidades poseídas en común por varias personas, sean espirituales o materiales esas realidades compartidas. De hecho, los bienes materiales, nunca se encuentran entre cristianos sin los bienes espirituales. A veces se participa de las acciones o de los sentimientos. La comunión, de la que proceden todos los demás bienes, otorga una participación en los bienes propiamente divinos, nos une al Padre y a su Hijo Jesucristo a Cristo mismo, al Espíritu. Nos confiere una participación de la gloria futura. La palabra alude a una característica de la comunidad cristiana.

 

Comentario.

-Comienzo de la primera carta a los Corintios.

-Saludo:

Habitual y presente en otras cartas.

Deseo de “gracia y paz”:

Gracia:

Charis.

Deseo de “salud” y “alegría” en el bienestar.

Saludo griego.

Paz:

Shalom.

Ausencia de guerras y gratitud por la prosperidad que viene de Dios.

Saludo hebreo.

-Comunidad de Corinto:

Abundancia de dones:

Materiales:

Comunidad viva.

Implantada en una ciudad activa, con dos puertos y gran movimiento de mercancías y personas.

Espirituales:

Florecen las propuestas filosóficas.

Riqueza en el hablar (palabra) y en el saber (ciencia).

Comunidad que espera la manifestación definitiva de Dios con la dignidad de los hijos de Dios, evitando todo lo que distorsiona la imagen de Dios en el corazón humano o todo lo que destruye la comunidad.

Miembros adinerados y miembros pobres: tensiones graves.

-Pablo afronta directamente las tensiones internas: Dios es fiel.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Estad atentos, vigilad; pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!

 

Textos paralelos.

 Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento.

Mt 24, 42: Así pues, velad porque no sabéis el día que llegará vuestro Señor.

Mt 25, 13-14: Por tanto, vigilad, porque no conocéis el día ni la hora. Es como un hombre que se marchaba al extranjero; antes llamó a sus criados y les encomendó sus posesiones.

Lc 19, 12-13: Un hombre noble marchó a un país lejano para ser nombrado rey y volver. Llamó a diez empleados suyos, les entregó mil denarios y les encargó: negociad hasta que yo vuelva.

Lc 12, 38: Y si llega al segundo o tercer turno de vela y los encuentra así, dichosos ellos.

Lc 12, 40: Pues vosotros estad preparados, pues cuando menos lo penséis, llegará este Hombre.

 

Los dichos de Jesús.

12 … Un hombre al marcharse de viaje,

13 llamó a diez siervos suyos y les dio diez minas.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

13 35 Estas cuatro vigilias dividían la noche, ya que cada una de ellas era de tres horas.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

33 Después de ESTAD DESPIERTOS, algunos manuscritos añaden “yorad”.

35-36 La espiritualidad cristiana ha aplicado estas advertencias de Jesús a la escatología individual, ante lo que solemos llamar muerte repentina. La verdad es que “el justo nunca muere de improviso, porque previó la muerte perseverando en la justicia cristiana hasta el fin; muere, a veces, súbita y repentinamente; por eso la Iglesia, siempre sabia, en las letanías no nos hace pedir simplemente vernos libres de la muerte repentina, sino de la muerte repentina e imprevista (a subitanea et improvisa morte). La muerte no es mala por ser repentina, sino por ser imprevista” (san Francisco de Sales).

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

13, 37 Velad: esta última palabra resume el tema fundamental de este capítulo. Cristo advirtió a los fieles que fueron vigilantes y estuvieron siempre preparados para encontrarse con el Hijo del Hombre cuando venga de nuevo. La inminente destrucción de Jerusalén y la posibilidad del juicio en el fin del mundo sirven de incentivo para la fidelidad y la perseverancia. Cat. 673, 1014 y 2849.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

San Jerónimo.

31-33. Cuando el Hijo del hombre… El, que dentro de dos días va a celebrar la Pascua y será entregado a la cruz, insultado por los hombres, y le darán de beber vinagre y hiel, promete, con razón, la gloria de su triunfo para compensar los escándalos que van a seguir por la recompensa que promete. Observemos que el que debe aparecer en su majestad es el Hijo del hombre.

En cuanto a lo que sigue: colocará las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda, compréndelo según aquello que lees en otro lugar: El corazón del sabio está en su derecha y el del necio en su izquierda (Eclesiastés 10, 2), y más arriba en ese mismo Evangelio: Que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha. él ordena que las ovejas se coloquen del lado de los justos, a la derecha; los cabritos, es decir, los pecadores, a su izquierda, ellos que en la Ley son ofrecidos siempre por el pecado. No dijo las cabras que pueden tener crías y salen esquiladas del baño, todas son crías gemelas y ninguna entre ellas es estéril (Cantar de los Cantares 4, 2), sino cabritos, ese animal lascivo, agresivo, siempre en celo.

34. Venid, benditos de mi Padre. Esto se debe comprender según la presciencia [conocimiento de las cosas futuras, rae.es] de Dios para quien el futuro ya se ha realizado.

40. Os aseguro que en la medida que lo hicisteis. Éramos libres de comprender que en todo pobre alimentamos a Cristo que tiene hambre, le damos de beber cuando tiene sed, peregrino lo albergamos, desnudo lo vestimos, enfermo lo visitamos y le proporcionamos el consuelo de una visita cuando está encerrado en la cárcel. Pero según lo que sigue: En la medida que lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, lo hicisteis conmigo, me parece que no habla de los pobres en general sino de los que son pobres de espíritu, aquellos hacia los cuales había extendido su mano diciendo: Mis hermanos y mi madre son aquellos que hacen la voluntad del Padre.

46. Estos irán al castigo eterno, los justos en cambio a la vida eterna. Prudente lector, presta atención, los suplicios son eternos, pero la vida perpetua no tendrá que temer, en adelante, ninguna caída.

 

Comentarios de los Santos Padres.

Vigilad, pues, y orad, no sea que durmáis para vuestra muerte, pues no os servirán las obras buenas que antes hubiereis hecho, si al terminar vuestra vida os apartáis de la verdadera fe.

Anónimo. Constituciones Apostólicas, 7, 31.

 

San Agustín.

Cristo el Señor, Dios nuestro e Hijo de Dios, hizo la primera venida sin aparato; peor en la segunda vendrá de manifiesto. Cuando vino callando, no se dio a conocer más que a sus siervos; cuando venga de manifiesto, se mostrará a buenos y malos. Cuando vino de incógnito, vino a ser juzgado, cuando venga manifiesto, ha de ser para juzgar. Y, en fin, cuando se le juzgó a él, guardó silencio; silencio del que había hablado un profeta. Calló pues había de ser juzgado, pero no ha de callar así cuando él haya de juzgar. A decir verdad, ni aun ahora está callado para quien guste oírle y si dice que no callará entonces, lo dice para que entonces le oigan los que ahora le menosprecian.

Sermón, 18, 1-2.

¿Por quién dice todos, sino por sus elegidos y amados pertenecientes a su cuerpo, la Iglesia? No se dirigía solo a los que entonces escuchaban, sino también a los que vinieron luego, a nosotros mismos, y a los que llegarán después de nosotros, hasta el tiempo de la última venida. ¿Acaso aquel día nos encontrará a todos en esta vida? ¿Por qué se dirige a todos, si tan solo atañe a los que vivirán en este último día, sino porque, en el sentido que acabo de exponer, atañe a todos?

Vendrá para cada uno el día en que ha de salir de aquí tal cual será juzgado. Por eso debe vigilar todo cristiano, para que no le encuentre desprevenido la llegará del Señor. Y le hallará desprevenido ese día final si le encuentra desprevenido en el último día de su vida.

Los apóstoles sabían por lo menos que el Señor no vendría en su tiempo, mientras vivieran en carne. ¿Y quién duda de que se distinguieron vigilando y guardando lo que dijo a todos, para que, si el Señor venía de repente, no les hallase desapercibidos?

Voy a declararte, como hombre santo de Dios y sincerísimo hermano, mi opinión sobre este punto. Hay que evitar dos errores en cuanto el hombre puede evitarlos: creer que el Señor vendrá más pronto o más tarde de cuando en realidad vendrá. Me parece que yerra, no el que reconoce su ignorancia, sino el que se imagina saber lo que no sabe. Tal soy yo [el que ignora cuando vendrá el Señor].

Carrta 199, 1 3; XIII 52-54.

 

San Juan de Ávila.

¿Hasta cuando, Señor, te tengo de ofender con estos ojos, viendo cosas con que te ofenda, y con estos oídos, oyendo cosas con que me hagan pecar, y mis pies, andando en cosas deshonestas? Si siempre tengo de ofender a Dios, mejor fuera no haber nacido. Llora, hermano, tus pecados. Mira cómo llora Dios por ti. Respóndele, vuélvete a Él. ¿Cómo puedes vivir sin Él? Sea luego; no aguardes más; ¿qué esperas? ¿No basta el olvido que has tenido de los veinte años? Vela, hermano; no te descuides, que Jesucristo vela llamó a toda la vida del hombre (cf. Mc 13, 35), para darnos a entender el gran cuidado que habíamos de tener. Pues estemos siempre en vela.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 14. Viernes de la semana 4 de Cuaresma, 25. OC III. Pg. 203.

 

Comentario exegético.

Aparece un elemento nuevo que no existía en la parábola anterior: un portero encargado de vigilar. ¿Será un elemento de avance narrativo con respecto a la parábola de la viña, dado el cariz que han tomado las cosas desde entonces? Lo desfamiliarizador, sin embargo, se encuentra en varios elementos, como el encargo de vigilar, la mención del portero y en la misma secuencia, interrumpida para aplicar inmediatamente el imperativo a los oyentes, continuando la parábola dirigida a ellos, y por eso, constituyendo a su público en personajes de la historia.

La vigilancia que exige al portero ¿es la vigilancia sobre el resto de los siervos? Difícilmente, si tenemos en cuenta el resto del discurso y el sentido de las llamadas de alerta de Jesús. ¿Vigilancia de la casa? Podría tener sentido, dado que se trata de un portero… El sentido se concreta un poco más en lo que sigue, donde Jesús interpela a su público (¡vigilad!) que se extiende explícitamente, al final, de los discípulos a todos, que es decir a los lectores/as.

En esta aplicación inmediata de la comparación, Jesús continua la historia alargando la apertura de su final. Menciona de nuevo al dueño ausente, cuya vuelta no se sabe cuándo acaecerá y aquí restringe el escenario temporal a la noche, de la que nombra distintos momentos: la tarde, la medianoche, el alba (al canto del gallo) y la mañana (amanecer). De forma que une las dimensiones del espacio, el tiempo y las acciones, pero dando un giro a la normalidad. Si a cada siervo da poder sobre sus trabajos y estos se realizan durante el día, ¿es lógico que tengan que velar durante la noche, porque no saben cuando vendrá el señor (kyrios) y para que no los encuentre dormidos? La pequeña comparación, en su segundo momento de aplicación, solo tiene sentido si se lee en el contexto de todo el discurso. El lector queda invitado implícitamente a identificar al dueño o bien con Dios, o bien con el Hijo de lo Humano que, como el dueño ausente de su casa, puede interrumpir en medio de la noche, ya sea en sus comienzos (el atardecer) o en su final (amanecer). La noche reitera la conciencia de peligro, incertidumbre… pero contrasta con la confianza del dueño. Los nexos ha de establecerlos el lector interpretando la confianza a la luz de la incertidumbre y esta a la luz de la confianza, en un final abierto en el que solo queda la actitud de la vigilancia. Dicha vigilancia puede entenderse no solo en un sentido ético, sino también en una relación de cuidado y protección, como conviene al mismo contexto narrativo en el que Jesús pronuncia su discurso.

El contexto, el comienzo de esta segunda comparación acumulando los verbos de percepción e inteligencia, por tanto, no permiten realizar lecturas catastrofistas ni amenazantes y moralizantes del imperativo ¡vigilad! como resulta frecuente, pues el conjunto apela confiadamente a la capacidad perceptiva, inteligente y atenta de quienes escuchan y siguen a Jesús, para relacionar acontecimientos, signos, palabras… e interpretarlos autorizada y responsablemente, para cuidar y proteger lo valioso e importante, para no dejarse engullir por la primera impresión que causan ciertas realidades. De nuevo Jesús apela a la capacidad humana de atravesar la superficie y entrar en la dimensión de profundidad de la vida y sus acontecimientos.

-Para el trabajo:

Desde una aproximación pastoral:

Lectura de acontecimientos actuales a la luz de la lectura del discurso de Jesús: identificar los hechos y temores, las diferentes interpretaciones que se realizan de los mismos hechos, la función de los discursos catastrofistas y agoreros [que predice males o desdichas, rae.es].

Buscar signos de esperanza, de vigilancia, de resistencia activa y signos de creciente vitalidad en medio de situaciones duras y  de calamidad.

Desde una lectura experiencial:

Explorar la propia parte sombría, dedicando especial atención a identificar los miedos y sus consecuencias negativas y paralizantes en el avance de la propia vida espiritual, en el compromiso con la justicia y la igualdad humanas, en la expresión de una visión alternativa cristiana de la realidad.

Explorar, a la par, los signos de vida y esperanza presentes en la realidad que hacen presentes, a su vez, a la divinidad. Orar pidiendo la confianza que mueve montañas.

Desde una perspectiva cultural y de género:

Hacer un repaso de las películas de talante apocalíptico de los 10 últimos años y estudiar la función social de este tipo de narrativa. Prestar especial atención a la naturaleza pesimista y optimista, a sus tonos provocativos (por ejemplo ante la irresponsabilidad ecológica – el día después; el día de mañana… – ), al efecto producido en las personas, a las ideologías de fondo.

Realizar una lectura crítica de género de esta narrativa, en comparación con ciertas novelas de ciencia ficción futurista: qué aspectos destacan de lo masculino y los varones y qué aspectos de lo femenino y las mujeres. Volver al texto evangélico y realizar una lectura crítica del discurso de Jesús en clave de género.

 

Comentario Homilética

-Final del discurso escatológico de Marcos. Le sigue la pasión.

-Discurso:

Finalidad:

Responder a los interrogantes de los discípulos sobre el final de los tiempos.

Inclusión:

El término “cuando” se repite tres veces (v. 4.33.35):

Unidad literaria y temática.

Preocupación de la primera comunidad:

Cuándo sobrevendría el fin de los tiempos:

Primeras comunidades cristianas:

Gran expectativa escatológica.

Ardiente deseo por:

Volver a encontrarse con Jesús resucitado.

Experimentar la plenitud de Dios.

-Estructura:

Breve introducción (v. 33):

2 imperativos.

Motivación de los mismos.

Parte central:

Fragmentos unidos por el término “velar”.

Pequeña parábola del portero (v. 34).

Aplicación a los oyentes de Jesús (vv. 35-36).

Brevísima y terminante conclusión: “velad” (v. 37).

-Claves:

Abundancia de imperativos presentes: “mirad”, “vigilad”, “velad”, “velad”.

Repetición del verbo “velar” (3 veces) y sinónimos “vigilar”: mensaje principal.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). I. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Marcelo Merino Rodríguez, dr. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Mercedes Navarro Puerto. Marcos.Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Monición de entrada.

Hoy es el segundo domingo de Adviento.

En la primera lectura un amigo de Dios nos dirá que Dios va a venir a salvar a su pueblo y a llenar nuestro corazón de alegría.

Además vamos a encender la segunda vela, por eso le decimos a Jesús:

Jesús, hoy encendemos la segunda vela.

Tu primo y amigo Juan nos dirá que preparemos el camino.

Por eso al encender esta vela te pedimos que nos ayudes a ser mejores niños, portándonos bien.

 

Señor, ten piedad.

Tú que tienes paciencia con nosotros. Señor, ten piedad.

Tú que te esperas para que cambiemos. Cristo, ten piedad.

Tú que no nos castigas. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco y la Iglesia, para que prepare el camino a Jesús. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que mandan en Europa, España y Valencia, para que ayuden a los que viven en otros países. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que están en los hospitales y en las casas enfermas, para que se sientan ayudadas por ti. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que nos tomemos en serio lo que tú nos dices. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María, gracias por este día en el que hemos conocido a tu sobrino, Juan el Bautista. Él nos ha dicho que tenemos que intentar ser mejores niños. Gracias por lo que nos ha dicho.