miércoles, 28 de abril de 2021

Domingo 5º Tiempo Pascual.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo porque no se fiaban de que fuera discípulo. Entonces Bernabé, tomándolo consigo, lo presentó a los apóstoles y él les contó como había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y como en Damasco había actuado valientemente en el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía con libertad en Jerusalén, actuando valientemente en el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los helenistas, que se propusieron matarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.

 

Textos paralelos.

Ga 1, 18-19: Pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y me quedé quince días con él. De los otros apóstoles no vi más que a Santiago, el pariente del Señor.

Entonces Bernabé lo tomó consigo.

Hch 4, 36-37: Un tal José, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa Consolado), levita y chipriota de nacimiento, poseía un campo: lo vendió, llevó el precio y lo depositó a los pies de los apóstoles.

Cómo había predicado con valentía en Damasco.

Hch 13, 46: Entonces Pablo y Bernabé hablaron con franqueza: A vosotros los primeros tenía que anunciarse la palabra de Dios. Pero, puesto que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a Damasco.

Predicando con valentía en el nombre del Señor.

Hch 5, 41: Ellos se marcharon del tribunal contentos de haber sido considerados dignos de sufrir desprecios por su nombre.

También hablaba y discutía con los helenistas.

Hch 22, 17-21: Cuando volví a Jerusalén, estando en oración en el templo, caí en éxtasis y lo vi que me decía: Sal a toda prisa de Jerusalén porque no van a aceptar tu testimonio acerca de mí. Repliqué: Señor, ellos saben que yo arrestaba a los que creían en ti y los azotaba en las sinagogas. También que, cuando se derramaba la sangre de tu testigo Esteban, allí estaba yo aprobando y guardando la ropa de los que lo mataban. él me dijo: Ve, que yo te envío a pueblos lejanos.

Crecían y progresaban en el temor del Señor.

1 Co 8, 1: Sobre la carne inmolada a los ídolos: Es cosa sabida que todos tenemos conocimiento. Pero el conocimiento infla mientras que el amor edifica.

Hch 2, 41: Los que aceptaron sus palabras se bautizaron y aquel día se incorporaron unas tres mil personas.

 

Notas exegéticas.

9 26 Pablo refiere esta visita, Ga 1, 18-19. Indica que en aquel entonces las iglesias de Judea no le conocían aún de vista, pero jada dice de la intervención de Bernabé. Por lo que a apóstoles se refiere, declara no haber visto más que a Pedro, y también a Santiago, el hermano del Señor; los Hechos esquematizan hablando de los apóstoles en general.

9 30 Adonde irá a buscarle Bernabé, 11, 25. Comparar con Ga 1, 18-21 y con Hch 22, 17-21.

9 31 (a) “Las iglesias” texto accidental y antioqueno: “La Iglesia”, texto alejandrino.

9 31 (b) En ningún sitio hay noticia de la fundación de una iglesia en Galilea.

9 31 (c) Es la alegría de la fe. Otros traducen: “crecían por la consolación (o: por la asistencia; o: gracias a los estímulos) del Espíritu Santo.

 

Comentario.

-Previo:

Conversión y misión en Damasco.

-Pablo llega a Jerusalén:

Sospechas (v. 26).

Bernabé: garantiza su conversión.

Incorporado a la vida comunitaria y misión: “me movía con libertad” (v. 28).

Debate con los helenistas, judíos de lengua griega:

Mismo efecto que en Damasco: amenazado de muerte:

Enviado a Tarso, su ciudad natal, donde Bernabé irá a buscarlo para evangelizar Antioquía, la comunidad base (11, 25-26), desde la que se iniciará la evangelización de Asia Menor (Turquía) y Grecia.

-Sumario conclusivo de esta sección:

Típico en Hechos.

Idealizadamente generaliza y marca una transición (v. 31).

La Iglesia se iba construyendo tomando como guía “el temor del Señor”, es decir, la fidelidad a su Palabra.

Consuelo del Espíritu.

Nueva misión: Lida, Jafa y Cesarea (costa de Palestina):

Foco narrativo: vuelve a Pedro (hasta el final de Hch 11).

 

Salmo responsorial

Salmo 22 (21), 26b-28.30-32

 

El Señor es mi alabanza en la gran asamblea. R/.

Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan.

¡Viva su corazón por siempre! R/.

 

Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe

en su presencia se postrarán

las familias de los pueblos.

Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,

ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R/.

 

Mi descendencia lo servirá;

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

“Todo lo que hizo el Señor”. R/.

 

Textos paralelos.

Todos los confines de la tierra.

Is 45, 22: Acudid a mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro.

Is 52, 10: El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

Su descendencia le servirá.

Is 53, 10: El Señor quería triturarlo con el sufrimiento: si entrega su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años y por su medio triunfará el plan del Señor.

Hablará del Señor a la edad venidera.

Sal 48, 14: Fijaos en sus baluartes, observad sus palacios, para poder contarle a la próxima generación.

Sal 71, 18: ¡Bendito el Señor Dios de Israel, el único que hace maravillas!

Contará su justicia al pueblo que ha de nacer.

Sal 78, 6: De modo que lo conociera la generación siguiente, los hijos que habían de nacer.

Sal 102, 19: Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo recreado alabará al Señor.

Ef 2, 7: Para que se revele a los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia y la bondad con que nos trató por medio de Cristo Jesús.

 

Notas exegéticas.

Salmo 22 (21), 26b-28.30-32

22 La lamentación y la oración de un inocente perseguido, concluyen en acción de gracias por la liberación esperada, v. 23-2, y se adaptan a la liturgia nacional mediante el v. 24 y el final universalista, vv. 28-32, en que el advenimiento del reino de Dios al mundo entero aparece como consecuencia de las pruebas del siervo fiel. Afín al poema del Siervo doliente, Is 52, 13-32, 12, este salmo, cuyo comienzo pronunció Cristo en la cruz, y en el que los evangelistas han visto descritos por anticipado varios episodios de la Pasión, es por lo mismo mesiánico, al menos en sentido típico.

22 27 Alusión al banquete mesiánico, Is 55, 1s., más bien que a la comida ritual que sigue al sacrificio de comunión, Lv 3, 1.

22 28 Según versiones: “en tu presencia”, hebreo.

22 30 (a) “ante él” ’aklô conj.; “comerán” ’aklû hebreo.

22 30 (b) “los que duermen en la tierra”, “los que bajan al polvo” son los mortales.

22 31 Texto difícil. Puede también entenderse: “él (el impío) no vivirá, pero un linaje le servirá”. Algunos manuscritos y el griego dicen: “mi alma vivirá para él”, retoque añadido en función de la creencia en la resurrección.

22 32 “venidera” griego; “vendrán” hebreo.

 

Tres lecturas.

Con Israel:   Las últimas palabras de este salmo son las que le dan su sentido esencial: aunque parezca paradójico, se trata de un salmo de acción de gracias. El salmista canta la acción de gracias de Israel resucitado a la vuelta del exilio. Lo que más llama la atención, es que este poeta describe la liberaci6n de su pueblo, bajo el «ropaje» de un «crucificado vuelto a la vida».

Con Jesús:   El ritmo de este salmo nos permite llegar a lo profundo del alma de Jesús: «Tú estás lejos... no permanezcas alejado... me has respondido...» La Resurrección, la gloria, la alabanza, estaban en su corazón aun mientras permanecía en la cruz. Lee una vez más la tercera parte de este salmo, poniéndola en labios de Jesús en la cruz: es una explosión de acción de gracias (Eucaristía en griego). La víspera de su muerte, Jesús «mimó» su sacrificio en la «acción de Gracias» de la comida Pascual. Era consciente de la enorme fecundidad de su muerte; convidó a todos sus hermanos a tomar parte en la «comida de los pobres» para asociarlos a la alabanza del Padre: «¡Esta es la obra del Señor!» Cada Misa realiza este deseo.

Con nuestro tiempo:   «Por qué me has abandonado...» Esta oración la podemos hacer nuestra. Pero vayamos hasta el final y digamos: «¡los que buscan al Señor le alabarán... a vosotros, vida y felicidad... Yo vivo para El... He ahí la obra de Dios!».

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 18-24

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestro corazón ante él, en el caso de que nos condene nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, si el corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento; que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

 

Textos paralelos.

 Hijos míos, no amemos de palabra, solo con la boca.

St 1, 22: Sed ejecutores del mensaje y no solo oyentes que se hacen ilusiones.

Mt 7, 21: No todo el que me diga ¡Señor, Señor! entrará en el reino de Dios, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre del cielo.

Está por encima de nuestra conciencia.

1 Jn 4, 4: Nosotros lo hemos contemplado y atestiguamos que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo.

Obtendremos de él todo lo que pidamos.

Mt 7, 7-11: Pedid y os darán, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; pues quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama le abren. ¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra¿, ¿o si le pide pescado, le da una culebra? Pues si vosotros, con lo malo que sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más dará vuestro Padre del cielo cosas buenas a los que se las pidan!

Jn 14, 13-14: Y lo que pidáis alegando mi nombre lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre. Si pedís algo alegando mi nombre, yo lo haré.

Y hacemos lo que le agrada.

Jn 8, 29: El que me envió está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.

Según el mandamiento que Él nos dio.

Jn 13, 34: Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado: amaos así unos a otros.

Quien guarda sus mandamientos mora en Dios y Dios en él.

Jn 15, 17: Esto es lo que os mando, que os améis unos a otros.

Mora en Dios y Dios en él.

1 Jn 1, 3: Lo que vimos y oímos os lo anunciamos también a vosotros para que compartáis nuestra vida, como nosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

1 Jn 1, 7: Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, compartimos nuestra vida y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

En esto conocemos que mora en nosotros.

Jn 14, 21-23: Quien conserva y guarda mis mandamientos, ese si que me ama. A quien me ama lo amará mi Padre, lo amaré yo y me manifestaré a él. Le dice Judas (no el Iscariote): ¿Qué pasa que te vas a manifestar a nosotros y no al mundo? Jesús le contestó: Si alguien me ama cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en é.

En que nos hay dado el Espíritu.

Jn 4, 13: Le contestó Jesús: El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, pues el agua que le daré se convertirá dentro de él en manantial que brota dando vida eterna.

 

Notas exegéticas.

3 18 Esta fórmula propone dos aspectos esenciales del amor: para ser auténtico, debe traducirse en hechos concretos; pero solo será verdaderamente cristiano si prolonga en las vidas el amor de Dios manifestado en Cristo.

3 19 (a) Variante (Vulgata): “sabemos”.

3 19 (b) Juan da a la “verdad” un sentido muy amplio que abarca fe y amor. Son “de la verdad” los que creen, los que aman. Ver 2 Jn 4-6; 3 Jn 3-8.

3 20 El hombre que escucha los reproches de su conciencia (lit.: “su corazón” sabe que Dios lo conoce todo y que él es el Amor que por lo mismo es más clarividente y magnánimo que nuestra conciencia. Pero se presupone la práctica del amor y los mandamientos. Otra traducción: “y ante él persuadiremos a nuestra conciencia, en caso de que ésta nos condene, de que Dios es mayor que nuestra conciencia y que conoce todo”.

3 23 Lit. “que creamos en el nombre de su Hijo…”. Por primera vez en la epístola, el autor utiliza aquí el verbo “creer”, con el fin de preparar la sección dedicada a la fe y al discernimiento de los espíritus. Todavía no se trata propiamente de la fe interior cono en 5, 1-13, sino de la adhesión comunitaria a un credo. Como ocurre con el verbo “creer” en el v. precedente, también la palabra “Espíritu” es mencionada aquí por primera vez. Jn no alude a los dones carismáticos, ni siquiera directamente, al parecer, a la experiencia personal del Espíritu en nosotros (ver Rm 8, 16). Piensa más bien en el Espíritu que suscita nuestra confesión de fe y nuestro amor fraterno y, nos permite así reconocer que estamos en comunión con Dios.

 

Comentario.

-Pensamiento joánico:

Amor que procede de Dios.

Mandamiento del amor, como expresión máxima del conocimiento de Dios.

No se puede amar de palabras, sino de obras.

-Corazón:

4 veces.

Pensamiento bíblico:

Corazón:

Lugar de la interioridad, no de los sentimientos.

Lugar donde se juega la verdad o la mentira de la persona.

Dios juzga el corazón de las personas, su interioridad.

-Si el corazón no nos condena:

Si llevamos una vida conforme a los mandamientos de Dios: sencillez y honestidad.

Dios no nos va a condenar.

-Confianza en Dios:

Salmos: salmos de confianza.

Conexión entre corazón y mandamientos.

Patente en la obediencia a los mandamientos y la seguridad de que él no falla.

-Mandamientos:

En clave de amor.

-Permanencia:

Dios permanece en el creyente que ama.

El amor es permanente.

 

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

 

Textos paralelos.

Yo soy la vid verdadera.

Is 5,1-7: Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó[1] y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diera uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su cerca para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

El corta todo sarmiento.

Mt 15, 13: Él respondió: Toda planta que no plantó mi padre del cielo será arrancada.

Limpia todo el que da fruto.

Is 18, 5: Porque antes de la vendimia, concluida la floración, cuando la cierna se vuelve agraz que va madurando, cortará los zarcillos[2] con la podadera, arrancará y arrojará los sarmientos.

Vosotros estáis ya limpios.

Jn 13, 10: Le responde Jesús: El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, pues el resto está limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.

Gracias a la palabra que os he dicho.

Jn 3, 11: Te lo aseguro: hablamos de lo que sabemos, atestiguamos lo que hemos visto, y no aceptáis nuestro testimonio.

Permaneced en mí.

Jn 6, 56-57: Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí.

Dará mucho fruto.

Jn 15, 16: No me elegisteis vosotros; yo os elegí y os destiné a ir y dar fruto, un fruto que permanezca; así, lo que pidáis al Padre alegando mi nombre yo os lo concederé.

Porque separados de mí nada podéis hacer.

Jn 1, 3: Todo existió por medio de ella, y sin ella nada existió de cuanto existe.

Luego los recogen.

Ez 15, 1-8: Me dirigió la palabra el Señor: Hijo de Adán, ¿en qué gana la vid a los demás arbustos silvestres? ¿Sacan de ella madera para cualquier labor? ¿Sacan acaso clavos para colgar la vajilla? Si la echan a la lumbre para cebarla, y el fuego le devora las puntas y el centro se quema, ¿para qué labor valdrá? Si cuando estaba entera no hacía ningún avío, cuando la queme el fuego y la devore aún sacarán de ella menor partido. Por tanto, esto dice el Señor: Igual que el leño de la vid silvestre que echó a la lumbre para cebarla, así echaré a los habitantes de Jerusalén; me encararé con ellos.

Los echan al fuego para que ardan.

Mt 3, 10: El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca frutos buenos será cortado y arrojado al fuego.

Mt 13, 30: Dejad que crezcan juntas hasta la siega. Cuando llegue la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, atadla en gavillas y echadla al fuego; el trigo lo metéis en mi granero.

Mt 13, 40: Como se recoge la cizaña y se echa al fuego, así sucederá al fin del mundo.

Pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

Jn 14, 13: Y lo que pidáis alegando mi nombre lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre.

1 Jn 5, 14: Nos dirigimos a Dios con la confianza de que, si pedimos algo según su voluntad, nos escuchará.

La gloria del Padre está en que deis mucho fruto y seáis mis discípulos.

Mt 5, 16: Brille vuestra luz ante los hombres, de modo que, al ver vuestras obras, glorifiquen a vuestro Padre del cielo.

Rm 7, 4: Nos consta que la ley es espiritual, pero yo soy carnal y estoy vendido al pecado.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

15 1 Sobre la imagen de la viña, ver Jn 2, 21, Is 5. Jesús la emplea en los Sinópticos como parábola del Reino de los cielos y hace del “fruto de la vid” la eucaristía de la nueva alianza. Aquí se proclama a sí mismo la verdadera vid cuyo fruto, el verdadero Israel, no causará decepción a las esperanzas divinas.

15 2 El fruto es la santidad de una vida fiel a los mandamientos, especialmente al mandamiento del amor.

15 3 O bien: “podados”. La misma raíz designa en griego la poda y la pureza.

15 4 Para el ser humano “permanecer” consiste en referirse con firmeza a lo que se ha recibido en el pasado, mantenerlo en el presente y prever el futuro en función de ello. En este mismo sentido el creyente permanece en la palabra, en el amor, en la luz y en Dios. Por la otra parte, para Dios o para Jesús, “permanecer” expresa la estabilidad de los dones de la salvación concedidos a los creyentes.

15 5 Sin negar la realidad y el valor propio de las empresas humanas, hay que reconocer que pueden caer finalmente en el vacío, si quienes las realizan no están en comunión con Cristo, único que puede conferir a sus vidas un valor de eternidad.

15 8 Variante: “y así seréis mis discípulos”. – Y entonces el Padre es “glorificado en el Hijo”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

15 1 Nueva fórmula de revelación de Jesús (“YO SOY”). Ahora, con la imagen bíblica de LA VID, símbolo de la unión vital de Cristo y los cristianos, y de los cristianos entre sí. La comunidad de creyentes en Jesús es el nuevo Israel que sustituye al antiguo, viña devastada (cf. Is 5, 1-7). San Pablo habla del cristiano que se une a Cristo en el bautismo, con la imagen vegetal de una rama tierna que se injerta en el tronco (cf. Rm 6, 5); aunque prefiere expresar la misma realidad con otra imagen: la del “cuerpo místico”.

2-3 SIN DAR FRUTO: lit. no llevando fruto; en griego es participio con valor de oración condicional: si no da fruto… // En el original hay un juego de palabras: limpiar es poder (aquí se habla de la limpieza de un vegetal). // LA ENSEÑANZA: cf. “la doctrina que expuse”: 12, 47s. La adhesión a esa doctrina, la fe en Jesús al someterse a su palabra, es lo que limpia al discípulo. El FRUTO es el amor de caridad, manifestación externa de la fe  en Jesús.

4 QUEDAOS: permaneced, seguid. Diez veces usa Jn este verbo en los vs. 4-10, con el significado de adherirse a Cristo y perseverar fielmente a esa adhesión.

5-6 EL QUE SE QUEDA EN Cristo por la fe, vive y actúa como vive y actúa Cristo, movido por el mismo Espíritu. // SE LE ECHA FUERA…, SE SECA: lit. en tiempo verbal aoristo – quizás porque indica dramáticamente lo inmediato de la acción (Moule) - , que ha sido entendido diversamente por diversos gramáticos: como aoristo proléptico[3] (Mandilaras), o gnómico (V. Psani), etc.

7 El discípulo que permanece en Cristo, puede pedir lo que quiera; en realidad, pedirá lo que pide Jesús: en la línea del fruto (fe-caridad) que hay que producir, en sintonía con lo que agrada al Padre.

8 ES GLORIFICADO: lit. en tiempo verbal aoristo (aoristo proléptico).

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

15, 1-17 La alegoría de la vid y los sarmientos, tan arraigada en el Antiguo Testamento (Is 5, 1-7), ilustra las enseñanzas de Cristo sobre el buen discipulado. Para extender el reino de dios se requiere dar fruto, es decir, el arrepentimiento y el compromiso con la vida cristiana; requiere una unión íntima con Dios a través de la Eucaristía (la vid) y la palabra de Dios. Ser discípulo de Cristo implica estar unido a Cristo para recibir de él vida y alimento. Él vivirá en nosotros y nosotros en él, y, en Cristo, estaremos unidos los unos a los otros. El Catecismo caracteriza al Espíritu Santo como la “savia de la vid del Padre”, que nos ayuda a estar en comunión con Cristo y a dar fruto. Cat. 755, 859, 864, 1108, 1988.

15, 3 Escuchar la palabra de Dios con el deseo de conocer y vivir por la verdad purifica al que la escucha. Cat. 517.

15, 5 El éxito del trabajo de evangelización de la Iglesia pone en juego también las vidas espirituales de los evangelizadores. Por esa razón los santos han sido los mejores impulsores del Evangelio. Sin mí no podéis hacer nada: Un sarmiento no puede crecer separado de la vid. Solo podemos dar fruto, es decir, alcanzar la santidad personal, hacer buenas obras y guardar los mandamientos por medio de la gracia de Dios. Cristo es la fuente del trabajo de la Iglesia, tanto del ministerio llevado a cabo por los ministros ordenados, como del apostolado de los laicos, ya que ellos se esfuerzan por iluminar con la luz de Cristo a sus familias y amigos. El amor de Cristo en sus discípulos es lo que se transmite a otros corazones. Cat. 308, 737, 787, 2074, 2732.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

Con razón habló Jacob de “uva” (cf. Gn 49, 11), ya que Cristo fue colgado de la cruz como una uva. Él es la vid y la uva: vid atada a la cruz, porque de su costado abierto por la lanza del soldado manó sangre y agua (Jn 19, 34) … El agua nos ha lavado y la sangre nos ha rescatado.

Ambrosio, Sobre los patriarcas, 4, 24. 4b, pg. 217.

La vid produce el vino, como el Logos da la sangre, y ambos son bebida saludable para el hombre: el vino, para el cuerpo; la sangre, para el alma.

Clemente de Alejandría, El pedagogo, I, 15, 3. 4b, pg. 218.

El quiere mostrar lo provechoso que es amar, el estar atado al amor por Él y cuánto ganamos por estar unidos a Él. A modo de ilustración dice que Él es la vid y llama sarmientos a los que están unidos a Él, fijos y enraizados en cierto modo en Él, hechos ya partícipes de su naturaleza por la participación del Espíritu Santo.

Clemente de Alejandría, Comentario al Ev. de Juan, 10, 2. 4b, pg. 218.

Es propio de la vid alimentar a sus propios sarmientos y es propio del agricultor cuidarla. Pero si pensamos rectamente, pensaremos realmente que ni aquello sin el Padre ni esto otro sin el Hijo o sin el Espíritu Santo mantendría en pie al conjunto: en efecto, todo viene del Padre por medio del Hijo en el Espíritu, como habíamos dicho. Con grandísimo acierto, también ahora el Salvador llamó agricultor al Padre.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Juan, 10, 2. 4b, pg. 218.

El mismo Señor pone de manifiesto su modo de actuar al describir alegóricamente la multiplicidad y utilidad de sus cuidados… Si la vid no es podada se vuelve silvestre; y con el hombre pasa lo mismo. El Logos, que es el machete que poda, limpia cortando las ramificaciones lujuriosas y encauzando las energías vitales, para que den fruto y no se pierdan en simples deseos.

Clemente de Alejandría, El Pedagogo, I, 66, 4-5. 4b, pg. 220.

 

San Agustín.

Los sarmientos están en la vid de tal modo que, sin darle ellos nada a ella, reciben de ella la savia que les da vida; a su vez la vid está en los sarmientos proporcionándoles el alimento vital, sin recibir nada de ellos. De la misma manera, tener a Cristo y permanecer en Cristo es de gran provecho para los discípulos, no para Cristo; porque, arrancando un sarmiento, puede brotar otro de la raíz viva, mientras que el sarmiento cortado no puede tener vida sin la raíz.

Los sarmientos son tanto más despreciables fuera de la vid cuanto más gloriosos unidos a ella. Como dice el Señor por boca del profeta Ezequiel, cortados de la vid son enteramente inútiles para el agricultor y no sirven al carpintero. El sarmiento ha de estar en uno de esos dos lugares: o en la vid o en el fuego; si no está en la vid estará en el fuego. Permanezca, pues, en la vid para librarse del fuego.

Permaneciendo unidos a Cristo, ¿qué otra cosa puede querer sino lo que es conforme a Cristo? Estando unidos al Salvador, ¿qué otra cosa pueden querer sino lo que no es extraño a la salvación? En cuanto estamos unidos a Cristo queremos unas cosas y en cuanto estamos aún en este mundo queremos otras. Por el hecho de vivir en este mundo, a veces nos viene la idea de pedir algo cuyo daño desconocemos. Nunca tengamos el deseo de que se nos conceda, si queremos permanecer en Cristo, el cual no nos concede sino aquello que nos conviene. Permaneciendo pues, en él y reteniendo en nosotros sus palabras, pediremos cuanto queramos, y todo nos será concedido. Porque si no obtenemos lo que pedimos, es porque no pedimos lo que permanece en él ni lo que se encierra en sus palabras, que permanecen en nosotros, sino que pedimos lo que desea nuestra codicia y la flaqueza de la carne.

Comentario al evangelio de San Juan 81. I, pg. 555-558.

Si, pues, no dispones de tiempo para escudriñar todas las páginas santas, para quitar todos los velos a sus palabras y penetrar en todos los secretos de las Escrituras, mantente en el amor, del que pende todo; así tendrás lo que allí aprendiste y también lo que aún no has aprendido. En efecto, si conoces el amor, conoces algo de lo que pende también lo que tal vez no conoces. En lo que comprendes de las Escrituras, se descubre evidente el amor; en lo que no entiendes se oculta. Quien tiene el amor en sus costumbres posee, pues, tanto lo que está a la vista como lo que está oculto en la palabra divina.

Sermón 350. I, pg. 560.

 

S. Juan de Ávila

Y para declarar que era estar en él y en su amor, dijo: Si estuviéredes en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, cualquiera cosa que quisiéredes pediréis, y os será cumplida (Jn 15, 4-9). De manera que quien quebranta su palabra no piense que está en su amor, ni encorporado en su cuerpo como miembro vivo; porque fija está la sentencia de la divina Escritura, que dice: Aborrecible es a Dios el malo, y su maldad (Sab 14, 9).

Audi, filia (II), 90, 3. OC I, pg. 732.

Y a los de Corintio dijo: Vosotros estáis en Jesucristo (cf. 1 Cor 1, 30): El cual modo de hablar, por esta palabra “en”, nos da a entender esta unión de Cristo y su Iglesia. Y así lo dice el Señor por San Juan: Quien está en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí ninguna cosa podéis hacer (Jn 15, 5).

Audi, filia (II), 85, 8. OC I, pg. 721.

Frescos están los sarmientos, y llenos de fruto, cuando están vivos en la vid; y por esta comparación quiso Cristo que entendiésemos qué tal están los suyos que están en gracia encorporados en él (cf. Jn 15,5), porque están semejables a él, teniendo propios bienes que reciben de él y por él, para que así se cumpla lo que dice San Pablo, que los que han de ser salvos, ordenó Dios que fuesen conformes a la imagen de su Hijo (Rm 8, 29).

Audi, filia (II), 90, 2. OC I, pg. 732.

San Agustín, sobre aquello de San Juan: Ego sum vitis, vera[4] (Jn 15, 1): “El que está en la vid está en Cristo; el que está en Cristo llámase cristiano”. Recia palabra es ésta, mas verdadera.

Lecciones sobre 1 San Juan (II), 19. OC II, pg. 426.

Dos cosas habemos de decir en la presente lección, conformes a las dos cláusulas que pone el evangelista Sant Juan. La primera: En esto sabemos que estamos en Él. Y la otra, que dice: Que debe andar como Él anduvo. Esta palabra es mucho de San Juan: estar en Dios: Manete in Deo et Deus manet in vobis[5] (Jn 15, 4). Esta manera de hablar en ningún evangelista la hallaréis.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 8. OC II, pg. 166.

Gran consuelo es tener confianza en aquel día. Esto, que es estar en Dios o en Jesucristo, es término propio de San Juan, y es estar arrimado y engerido en Dios, del cual se recibe influjo de vida de gracia, como el sarmiento que está en la vid. Ego sum vitis vera, et vos palmites; manete in me, et ego in vobis[6] (Jn 15, 5). Que ni Él se deshaga de nosotros, ni nosotros de Él. Pues el que así estuviere unido e engerido[7] con Jesucristo por fe y amor y vida nueva, no será en el juicio avergonzado.

Lecciones sobre 1 San Juan (II), 16. OC II, pg. 415.

Ya os he dicho que San Juan tiene términos propios de hablar; “estar en Cristo”, “estar Dios en nosotros”, “estar en Cristo”, “estar arrimados a Cristo”. Es como un arco: está arrimado a un poste; como una vid: está arrimada a una cepa. Así lo dijo nuestro Señor: Yo soy vid y vosotros sois sarmientos; todo sarmiento que en mí no hiciere fructo, esrá cortado, y metido en el fuego (Jn 15, 5-6).

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 17. OC II, pg. 259.

Si queremos que Dios nos oiga en nuestras tribulaciones y oraciones, en tiempo de nuestra prosperidad oigamos sus mandamientos. Esto es lo que nos dijo el Señor: Si manseritis in me, et verba mea in vobis manserint, quocumque volueritis petetis et fiet vobis[8] (Jn 15, 7). Mirad lo que aquí os dice Jesucristo y después quejaos. Abrid las orejas a los mandamientos de Dios y abrirá Dios las suyas a vuestros trabajos. De esta manera, yo os doy por bien negociado.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg. 339.

Como lo dijo el Salvador el jueves de la Cena: Si estuviéredes en mí, y mis palabras quedaren en vosotros, todo lo que quisiéredes me pideréis, y os lo daré (Jn 15, 7). ¿Queréis que os oiga Dios? Cumplid sus mandamientos. No lo cumplís y ¿quejás que no os oye Dios? Abrid vos las orejas a la voz de Dios, que Él abrirá las suyas a la vuestra.

Lecciones sobre I San Juan (II), 24. OC II, pg. 456.

Mas ser cuerpo de Cristo y estar unido con él con tal unión que se llamen una persona y se llamen un Cristo, esta dignidad es cosa admirable; y este no estar el hombre arrimado así, ni tener nombre propio, ni sonar como tal, es grande ganancia y grande riqueza; porque, en lugar de ello, en levantando el hombre a ser miembro vivo de Jesucristo nuestro Señor y a ser llamado por nombre de Él; y por ser oca de Cristo, es mirando del Padre con amorosos ojos y tiene cuidado como de cosa tan conjunta a su Hijo. Y para certificarnos de aquesta verdad, dijo el mismo Señor: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador; y a todo sarmiento que no llevare fruto en mí, alimpiarlo ha; y a todo aquel que llevare fruto en mí, limpiarlo ha para que lleve más fruto (cf. Jn 15, 1-2). ¿Quién callará tales mercedes? ¿Quién agradecerá tales beneficios? ¿Quién será tan sabio que conozca el precio que vale tener Dios tal cuidado de un hombre incorporado en su Hijo como un sarmiento en su vid, para alimpiarlo, corregirlo, abrigarlo, a semejanza de lo que hace un podador con la vid?

Jueves Santo. OC III, pg. 424.

Así como un sarmiento no puede crecer si no está asido a su vid, sino que luego se seca, así Jesucristo predicó que es vid y que el que no estuviere asido en él, que se secará y arderá siempre en los infiernos (cf. Jn 15, 1-7). Esto es comulgar, ser participante de Jesucristo, ser hecho una cosa en Él.

Octava del Corpus. OC III, pg. 789.

Cosa es de considerar cuántas preparaciones se requieren para bien gozar de aqueste Señor, significadas en las santas palabras que el Señor a sus discípulos el Jueves Santo en la noche antes que los comulgarse les dijo, con las cuales les alimpió las ánimas de las inmundicias que se les habían pegado de las ordinarias flaquezas, y particularmente de la soberbia y contención[9] que habían tenido, deseando ser cada uno mayor y pensando que lo merecía ser en ausencia de su Maestro. Reprehendióles y enseñóles el Señor y no sin fruto, pues dijo: Vosotros limpios estáis por la palabra que os he hablado (Jn 15,3).

Santísimo Sacramento. OC III, pg. 665.

Vid y sarmientos con un jugo se mantienen; cabeza y cuerpo con una virtud[10] se sustentan: el Espíritu de Cristo y de los que en Él están incorporados todo es uno. El es la vid, y sus miembros son los sarmientos. Yo soy puerta (cf. Jn 15, 5), quien quisiere al Espíritu Santo, entre por mí.

Domingo de Pentecostés. OC III, pg. 356.

Decid: – ¿Quién sustenta a quién? ¿La cepa al sarmiento o el sarmiento a la cepa? ¿Quién recibe jugo de quién? ¿La cepa del sarmiento o el sarmiento de la cepa? – El sarmiento no sustenta a la cepa ni le da jugo, antes la cepa sustenta al sarmiento. Pues Cristo es la cepa, y Él os sustenta y da ser (cf. Jn 15, 5).

En la Infraoctava del Corpus. OC III, pg. 638.

Pues, si no estuviera en Él, ¿qué fuera de mí? Si el sarmiento no permaneciere en la vid, no escapará del fuego?; y si no estuvieres en Jesucristo, no escaparás del infierno.

Domingo infraoctava de la Ascensión. OC III, pg. 339.

 

San Juan de la Cruz.

Amado, y me dejaste con gemido? Llámale Amado para más moverle e inclinarle a su ruego, porque cuando Dios es amado, con grande facilidad acude a las peticiones de su amante. Y así lo dice él por san Juan diciendo: Si permaneciéredes en mí, todo lo que quisiéredes pediréis (15, 17) y hacerse ha.

Cántico espiritual 1, 12. Pg. 581.

 

Comentario Homilética

-“Levantaos, vámonos de aquí”:

Frase inmediatamente anterior al evangelio de hoy.

Juan 13 y 14:

Despedida de Jesús.

Promesa del Espíritu y la Paz.

Tiempo de los discípulos:

Levantarse e irse:

Llamada al compromiso discipular.

Permanecer en Cristo y dar fruto.

-Discursos de Jesús (Jn 13-17):

Preparación de:

La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

La futura misión de los discípulos.

-Partes:

1ª (vv. 1-4): permanecer en él.

2ª (vv. 5-7): destino infértil del que no permanece en Jesús (v. 6).

Conclusión (b.8): los frutos de los discípulos (finalidad).

-Palabras:

Permanecer en Cristo: 7 veces.

Dar frutos: 6 veces.

Padre: abre y cierra.

La vid:

Antiguo Testamento: imagen de Israel como Pueblo de Dios.

En Jesús nace el verdadero pueblo de Dios.

Creyente: radicado en su persona y proyecto.

 

MISA DE NIÑOS. VI DOMINGO DE T.P. VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS Y JORNADA DE VALENCIA MISIONERA..

Monición de entrada.

Buenos días.

La misa es la reunión de las personas que nos queremos como hermanas y hermanos, porque sabemos que donde hay amor allí está Jesús.

Además hoy es la fiesta de la Virgen de los Desamparados, la mamá de todos los valencianos que tiene una iglesia en Valencia y muchas capillas en las iglesias de la diócesis.

Y el Día de Valencia Misionera, en la que nos acordamos de los valencianos que están en otros países hablando de Jesús a las personas y ayudándoles a tener iglesias, escuelas, hospitales y todo lo que necesitan.

Por eso les vamos a ayudar con la colecta y rezando por las misioneras y misioneros valencianos.

 

 Señor, ten piedad.

Tú que eres el espejo de Dios. Señor, ten piedad.

Tú que nos quieres más que nadie. Cristo, ten piedad.

Tú que nos cuidas. Señor, ten piedad.

 

Homilía:

Les entregamos dos bloques de fichas. En la primera hay el nombre de una misionera o misionero valenciano con una pista y en la otra el nombre de un país. Pueden ser los que conozcamos o estos: Juan Salvador, vivo en un país que tiene un río muy grande y su selección de fútbol es de las mejores del mundo – Brasil; Esperanza Calabuig – el país ayudo a las personas que están solas es una isla con unas playas muy buenas, además hay muchos de ellos que viven en nuestros pueblos y barrios – Cuba; Mari Carmen Izquierdo, ayudo dando comida a las personas y en mi país se habla español, tiene un monte con unas ruinas de los incas y su nombre tiene estas consonantes PR – Perú; Carmen Sancho, ayudo a las personas con medicinas y mi país no hay indios, pero a los indios se les llama como si fuesen de él – India; Felisa Alcocer, ayudamos en la iglesia, en el catecismo y a las niñas y niños que nos necesitan, mi país es de África y tiene estas consonantes: BRKN FS – Burkina Faso; Enrique Sarneguet, soy sacerdote, antes de venir a este país a decir misa y ayudar a los pobres estuve en Alcoy, Montaverner, Alfarrasí y Bufali como sacerdote, el mío es un país muy, muy largo, su nombre se parece a chicle – Chile.

Después les hablamos de lo que ellos hacen, de la importancia que tiene el ayudar a las personas a conocer a Jesús y como gracias a las misioneras y misioneros, y a hablarles de Jesús, ahora que hay menos sacerdotes, tenemos ayuda de las personas a las que ellos ayudaron, como son los sacerdotes de fuera de España que están en las parroquias.

Lo relacionamos con las lecturas: ¿por qué hay valencianas y valencianos que se van de España a estos países? Porque se sienten muy queridos por Jesús que cuida de ellos y quieren hacer caso a lo que nos ha dicho san Juan en la segunda lectura.

Además ellos son como la Virgen de los Desamparados, cuidan de las personas que no tienen todo lo que nosotros tenemos.

Peticiones.

-Por el Papa Francisco para que lo cuides mucho. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que tienen cargos en la Iglesia, para que obedezcan lo que les dice el Espíritu Santo . Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que quieren que todos piensen como ellas, para que entiendan que Dios quiere a todas las personas que le aman y aman a los demás. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que están enfermas, para que sientan como la Virgen de los Desamparados les cuida y se curen. Te lo pedimos, Señor.

-Por las misioneras y misioneros valencianos, para que sigan dando ejemplo del amor que Dios tiene a los que viven en los países pobres. Te lo pedimos Señor.

-Por nosotros para que queramos a todos como Jesús nos quiere. Te lo pedimos Señor.

 Acción de gracias.

Ante la imagen de la Virgen de los Desamparados rezamos la oración de D. Marcelino Olaechea.

Ampáranos, Señora y Madre nuestra.

Ampara a nuestras familias,

a nuestra España,

a nuestro mundo actual.

Aleja guerras y discordias.

Une los corazones divididos

con la alegría de sentirse,

junto a Ti, hijos tuyos.

Da, a los que tienen y pueden,

ojos de misericordia y corazón abierto.

Da a todos pan, abrigo y amoroso hogar.

Da salud a los enfermos,

paciencia en el dolor a los que sufren,

consuelo a los tristes,

ilusión a quienes la han perdido.

Aparta de las mentes el error,

y de los corazones la debilidad.

Mueve a los pecadores a volver en sí,

y a los justos a virtud más alta.

Haz que vivamos cantándote y que vayamos,

con tu nombre en los labios,

a contemplarte en la Gloria

junto a tu Hijo Jesucristo,

que con el Padre y el Espíritu Santo

vive y reina Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

EXPERIENCIA.

Busca un lugar adecuado, tu habitación, tu rincón preferido de tu casa, el patio, un árbol, un sendero. Jesús te acompaña, está a tu lado. Escucha los sonidos del entorno. Acógelo realizando la señal de la cruz para que Él esté en tu mente, tu boca y tu corazón.

Pídele a Cristo que te envíe el Espíritu Santo, respira profundamente, al inspirar siente que su Espíritu, el aliento de vida de Dios sobre el barro del primer ser humano, Adán, entra en ti. Al expirar expulsa todo lo que hay de negatividad en tu interior, las toxinas que dañan tus neuronas.

Sobre una hoja de papel o pensándolo, a modo de lluvia de ideas, durante dos minutos responde a esta pregunta: ¿qué harías tú para cambiar el mundo?

Visualiza el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=rOCftVc8YS0

Por segunda vez míralo fijándote en las frases anotadas: ¿añadirías alguna a las tuyas?

Piensa el tiempo que necesites en ello, repite el vídeo completo las veces que consideres oportuno, sin prisas, con serenidad, pausadamente, tomando conciencia del ritmo de tu respiración, el soplo que mantiene en vida. Es Dios quien mantiene en funcionamiento el fuelle.

REFLEXIÓN.

Lee el evangelio de este domingo.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

Visualiza de nuevo el vídeo.

¿Qué relación hay entre el vídeo y el evangelio?

Imagina el lugar, Jesús, los Once, los manteles, sin las copas ni los platos ni las viandas.

Cierra los ojos, intenta recordar alguna frase. Si no lo consigues, búscala en el texto.

Pregúntate qué dice y qué te dice. Saboréala.

En el silencio de la oración siente esta unión con Jesús. Toma de nuevo conciencia de tu respiración, repite la frase acompasada con ella.

¿Qué te aporta ser Junior y de la parroquia a tu vida?

COMPROMISO.

¿Qué puedo hacer para intensificar mi relación con Jesús.

CELEBRACIÓN.

https://www.youtube.com/watch?v=zRyi3dPuo9k Entra aquí.

Es la Adoración Eucarística en Vivo retransmitida en directo por los Franciscanos Conventuales desde la Capilla de la Parroquia Inmaculada Concepción de Buenos Aires. Permanece en silencio el tiempo que necesites, abandonándote en el amor de Cristo como el sarmiento se abandona en la corriente de savia que discurre desde la cepa.

 

 BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va

Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

http://www.quierover.org

https://www.juniorsmd.org

http://www.vatican.va/content/vatican/es.html



[1] Descantar: 1. Limpiar de cantos (// trozos de piedra). www.rae.es

[2] Zarzillo: 3. Botánica. Cada uno de órganos largos, delgados y volubles que tienen ciertas plantas y que sirven a estas para asirse a tallos u otros objetos próximos, y que pueden ser de naturaleza caulinar [perteneciente o relativo a tallo], como en la vid, o foliácea [perteneciente o relativo a las hojas de lsa plantas], como en la calabacera o el guisante. www.rae.es

 

[3] Aoristo: forma verbal griega intemporal, se refiere generalmente al pasado, pero sin aspecto de duración. Aoristo gnómico (sentencioso): usado en máximas y frases sentenciosas; con frecuencia equivale a un presente (se trata de una acción que suele repetirse, etc.: “Un hombre echó en su huerto un grano de mostaza” (Lc 13, 19). Proléptico: anticipa una acción futura, normalmente momentánea, fulmínea. Otros lo denominan “profético” (“Se secó” = “Se secará”; Jn 15, 6. Nota del autor.

[4] Yo soy la vid verdadera. Traducción editor.

[5] Permaneced en Dios y Dios permanecerá en vosotros. Ib.

[6] Yo soy la vid verdadera y vosotros los sarmientos; permaneced en mí y yo en vosotros.

[7] Engerir: 1. Verbo transitivo desusado injerir. www.rae.es

[8] Si permanecéis unidos a mí y mi palabra permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo tendréis.

[9] Contención: 2. Contienda, disputa entre varios.

[10] Virtud: 4. Poder o potestad de obrar.