jueves, 23 de febrero de 2023

Domingo 1º Tiempo de Cuaresma. 26 de febrero de 2023.

 


Primera lectura.

Lectura del libro del Génesis 2, 7-9; 3,1-7

El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la ida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer:

-¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?

La mujer contestó a la serpiente:

-Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín no nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis?

La serpiente replicó a la mujer:

-No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal.

Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió. Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se la ciñeron.

 

Textos paralelos.

 Entonces Yahvé Dios modeló al hombre con polvo del suelo

Qo 3, 20s: Todos caminan al mismo lugar, todos vienen del polvo y todos vuelven al polvo.

Qo 12, 7: Y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva al Dios que lo dio.

Sb 15, 8-11: Luego, malgastando esfuerzos, modela un dios falso con el mismo barro; / lo modela uno que poco antes nació de la tierra / y que pronto regresará al lugar de donde fue sacado / cuando le reclamen la vida prestada. / Pero no le preocupa tener que morir / ni que su vida sea efímera, / sino que compite con orfebres y plateros, / imita a los que forjan el bronce / y presume de modelar figuras falsas. / Su corazón es ceniza, / su esperanza, más vulgar que la tierra / y su vida, más despreciable que el barro, / porque desconoce al que lo modeló, / al que le infundió un alma activa / y le insufló un aliento vital.

Sal 104, 29s: Escondes tu rostro, y se espantan / les retiras el aliento, y expiran / y vuelven a ser polvo.

Jb 34, 14-15: Si decidiera por cuenta propia / retirar su espíritu y su aliento, / dejarían de respirar los vivientes, / y volverían los humanos al polvo.

Plantó Yahvé un jardín en Edén:

Jb 33, 4: El soplo de Dios me formó, / el aliento del Todopoderoso me dio vida.

1 Cor 15, 45: Efectivamente, así está escrito: el primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente. El último Adán, en espíritu vivificante.

La serpiente era el más astuto de todos los animales:

Sb 2, 23-24: Dios creó al hombre incorruptible / y lo hizo a imagen de su propio ser; / mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, / y la experimentan los de su bando.

Jn 8, 44: Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él era homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo porque es mentiroso y padre de la mentira.

Ap 12, 9: Y fue precipitado el gran dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el que engaña al mundo entero; fue precipitado a la tierra y sus ángeles fueron precipitados con él.

20, 2: Sujetó al dragón, la antigua serpiente, o sea, el Diablo o Satanás, y lo encadenó por mil años.

Rm 5, 12-21: Por lo tanto, lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.

No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte:

Gn 2, 17: Pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día en que comas de él, tendrás que morir.

Gn 3, 22: Y el Señor Dios dijo: “He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal no vaya ahora a alargar su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre.

 

Notas exegéticas.

2 7 (a) El hombre ‘adam, viene del suelo, ‘adamâ, ver 3, 19. Este nombre colecgtivo será el nombre propio del primer ser humano, Adán, ver 4, 25; 5, 12

2 7 (b) Es la palabra nefes, que designa al ser animado por un soplo (también manifestado por el “espíritu”, ruah, 6, 17; Is 11, 2), ver Sal 6, 5.

2 8 “Jardín” se traduce por “paraíso” en la versión griega, y luego en toda la tradición literaria. “Edén” es un nombre geográfico imposible de localizar, y tal vez, significa “estepa”. Podría compararse con el bit adimi asirio-babilónico, región a orillas del Éufrates de la que hablan también algunos textos bíblicos, Am 1,5; 2 Re 19, 12; Is 37, 12; Ez 27, 23. Pero los israelitas interpretaron la palabra según la raíz hebrea dn “delicias”. La distinción entre Edén y el jardín, expresada aquí y en el v.10, se difumina luego; se habla de “jardín de Edén·, v. 15; 3, 23.24. En Ez 28, 13 y 31,9. Edén es el “jardín de Dios” y en Is 51,3 Edén, el “jardín de Dios”, se corresponde al desierto y a la estepa.

2 9 Símbolo de la inmortalidad, ver 3, 22. Sobre el árbol de la ciencia del bien y del mal, ver v. 17ss.

3 1 ¿Sirve la serpiente de disfraz a un ser hostil a Dios y enemigo del hombre? Es sabido que la tradición sapiencial, y luego el NT y toda la tradición cristiana, han reconocido en ella al Adversario (o Tentador), al Diablo, véase Jb 1,6ss. En favor de esta identificación se puede aducir que la serpiente quiere rebatir la prohibición divina, haciendo ver que Dios intenta ocultar al hombre y a la mujer lo que ocurrirá si comen de la fruta prohibida; pero está en tensión con la descripción que la presenta como un simple animal, aunque astuto, y con la condena a caminar sobre su vientre y comer polvo, v. 14. Quizá la intervención de un animal astuto como tentador no es más que una manera de sugerir que el hombre y la mujer solo pueden acusarse a sí mismos por su transgresión. El autor presentaría como un diálogo entre la serpiente y la mujer lo que es el resultado de un proceso humano; la atracción del fruto prohibido conduce a la transgresión: 3, 6 describe el proceso.

3 4 La serpiente interpreta la advertencia divina como indicación de una muerte inmediata. El hombre y la mujer no morirán después de la transgresión, como predice la serpiente, pero la muerte se convertirá en el destino inevitable de los humanos.

3 5 Nótese la diferencia de perspectiva respecto de 1, 26-27: allí es Dios mismo el que crea al varón y a la mujer a su imagen, aquí el “ser como dioses” (o “como Dios”) sería una empresa humana.

3 6 Con frecuencia se ha visto el hecho de que la serpiente se dirija a la mujer la prueba de que es más fácil de seducir que los hombres. Sin embargo, hay que advertir que el hombre tiene un papel desdibujado en este relato, ya que come del fruto sin plantearse ninguna pregunta.

3 7 Lo que el hombre y la mujer perciben como novedad es en realidad una experiencia turbadora. En la conciencia de su desnudez habría ya una manifestación del desajuste introducido por el pecado en la armonía y el orden de la creación.

 

Comentario revista Eucaristía

-Preguntas que laten en el relato:

¿Cuál es nuestro origen?, ¿de dónde venimos?, ¿por qué existimos?, ¿cuál es nuestro destino?, ¿por qué somos tan limitados?

-El varón y la mujer abandonan la ingenuidad primigenia:

Comienza la historia humana con sus grandes posibilidades y limitaciones.

 

Salmo responsorial

Salmo 50

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.


Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado.

Contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad en tu presencia R/.

 

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme.

No me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R/.

 

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

 

Textos paralelos.

 2 S 11-12: el pecado de David.

Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad:

Ex 18, 23ss: Si haces lo que te digo, cumplirás lo que Dios te manda y podrás resistir, y el pueblo se volverá a casa en paz.

Pues yo reconozco mi delito:

Is 59, 12: Porque son muchas nuestras transgresiones contra ti, / nuestros pecados testimonian contra nosotros, / nos acompañan nuestros delitos, / y reconocemos nuestras culpas.

Ez 6, 9: Los que sobrevivan se acordarán de mí en las naciones adonde serán llevados cautivos. Quebrantaré su corazón adúltero que se apartó de mi, y sus ojos adúlteros, que se volvieron a sus ídolos, y tendrán horror de sí mismos por las maldades y acciones detestables que cometieron.

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro:

Ez 11, 19-20: Les daré otro corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis preceptos y cumplan mis leyes y las pongan en práctica: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Sb 1,5: Pues el espíritu educador y santo huye del engaño, / se aleja de los pensamientos necios / y es ahuyentado cuando llega la injusticia.

Sb 9, 17: ¿Quién conocerá tus designios, si tú no les das sabiduría / y les envías tu santo espíritu desde lo alto?

Rm 8, 9: Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros; en cambio, si alguien no posee el Espíritu de Cristo no es de Cristo.

Rm 8, 14-16: Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: “¡Abba, Padre!”.

Is 57, 15 s: Porque esto dice el Alto y Excelso, / que vive para siempre y cuyo nombre es “Santo”: / Habito en un lugar alto y sagrado, / pero estoy con los de ánimo humilde y quebrantado, / para reanimar a los humildes, / para reanimar el corazón quebrantado.

 

Notas exegéticas.

Este salmo penitencial, ver 6+, tiene un estrecho parentesco con la literatura profética, sobre todo con Isaías y Ezequiel.

50 6 Totalmente puro e íntegro, Dios, al perdonar, manifiesta su poder sobre el mal y su victoria sobre el pecado.

50 12 [crea en mí] Este verbo es exclusivo de Dios y designa el acto por el cual da excelencia a algo nuevo y maravilloso, Gn 1,1; Ex 34,m 10; Is 48, 7; 65, 17; Jr 31, 21-22. La justificación del pecador es la obra divina por excelencia, análoga al acto creador, ver Ez 36, 25s. – Ver también Jr 31, 33; 32,39-40.

50 13 Se trata del principio intrínseco al hombre, pero dado por Dios, de la vida moral y religiosa, ya no individual, Sal 143, 10; Sb 1,5; 9, 17, ya de todo el pueblo, Ne 9,20; Is 63, 11; Ag 2,5.

 

Tres lecturas con Noel Quesson.

Con Israel.

 Este salmo está dedicado a David. Este pecado del rey (2 Samuel 11 y 12) que hizo matar a Urías para tomar a su mujer Betsabé y el arrepentimiento admirable de David, son el símbolo del "mal" y del "perdón". Pero en el trasfondo de este salmo, está también la destrucción trágica de Jerusalén que inaugura la deportación a Babilonia: la repercusión del pecado es colectiva: lo es también la conversión ("... vuelve a levantar los muros de Jerusalén").

Con Jesús.

Para hacer comprender la maravilla del perdón de Dios, Jesús inventó la parábola del "Hijo pródigo", y espontáneamente utilizó expresiones del salmo 50: "He pecado contra el cielo y contra ti"... Como el salmista, expresó el perdón mediante "cantos festivos" y "danzas"...

Con nuestro tiempo.

Las raíces profundas del mal. La sicología moderna ha puesto en evidencia hasta qué punto el hombre está marcado por determinismos que provienen de condicionamientos corporales, de influencias sociales, de hábitos fundados en reflejos profundos. El salmista, se sentía aplastado por el peso de los determinismos: consciente del mal que había hecho, se sentía incapaz de realizar la reparación tan deseada. Por esto pide la intervención de Dios... Descubre que la raíz del pecado antes que en la culpabilidad personal, está en la misma condición humana: "soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre".

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19

Hermanos:

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron… Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó, desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una trasgresión como la de Adán, que era figura del que había que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgando en virtud de un hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos. Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno: pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados, acabó en justicia. Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo. En resumen: lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos. Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.

Palabra de Dios.

 

Textos paralelos.

 Por una persona entró el pecado en el mundo.

1 Co 15, 21-22: Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.

Sb 2, 23-24:Dios creó al hombre incorruptible / y lo hizo a imagen de su propio ser; / mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, / y la experimentan los de su bando.

Gn 3, 17: A Adán le dijo: “Por haber hecho caso a tu mujer / y haber comido del árbol del que te prohibí, / maldito el suelo por tu culpa: / comerás de él con fatiga mientras vivas”.

Gn 3, 19: “Comerás el pan con sudor de tu frente, / hasta que vuelvas a la tierra, / porque de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás”.

Rm 6, 23: Porque la paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Rm 3, 23: Y ahora, ¿dónde está la gloria? Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras? No, sino en virtud de la ley de la fe.

Rm 4, 15: Pues la ley provoca ira; ya que donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

Rm 7, 7: Entonces, ¿qué diremos?, ¿Qué la ley es pecado? ¡En absoluto! Pero ocurre que yo no he conocido el pecado sino a través de la ley. Pues yo no habría conocido el deseo, si la ley no dijera: No desearás.

Por la obediencia de uno todos serán constituidos justos.

Is 53, 11: Port trabajos de su alma verá la luz, / el justo se saciará de conocimiento. / Mi siervo justificará a muchos, / porque cargó con los crímenes de ellos.

 

Notas exegéticas:

5, 12 (a) El pecado habita en el hombre, Rm 7, 14-24, más como la muerte, castigo del pecado, ha entrado en el mundo a consecuencia del pecado de Adán, Sb 2, 24, Pablo deduce que el mismo pecado ha entrado en la humanidad por medio de esta falta inicial; es la doctrina del pecado original que interesa aquí al Apóstol por el paralelismo que ofrece entre la obra nefasta del primer Adán y la reparación sobreabundante del “último Adán”, vv. 15-19; 1 Co 15,21-25. Si Cristo salva a la humanidad, lo hace como “nuevo Adán”, imagen según la cual restaura Dios su creación. Rm 8,29; 2 Co 5, 17ss.

5 12 (b) El pecado separa al hombre de Dios. Esta separación es la “muerte”, muerte espiritual y “eterna”, cuya señal es la muerte física, ver Sb 1, 13; 2, 24; Hb 6, 1ss.

5 12 (c) La proposición del v. 12 d se puede interpretar como oración de relativo (“por lo cual”), o como una circunstancial causal (“por cuanto”, “por el hecho de que”), o consecutiva (“ya que”). La traducción propuesta aquí expresa el interés de Pablo en subrayar el hecho universal del pecado desde el principio: 1º pecado de uno solo (vv.12.15.17). 2º que tiene como consecuencia la muerte de todos (vv.12.13.17). 3º seguidamente la situación de pecado (vv.12.19), 4º y finalmente, la venida de la ley mosaica y su función (vv.13.20).

5 14 “figuras” ver 2 Co 10, 6, semejante pero imperfecta. Por lo mismo, la comparación, esbozada en el v. 12 e interrumpida por el largo paréntesis de los vv. 13 y 14 se transforma en v. 15 en un contraste.

5 15 Este “todos” incluye a todos los hombres, ver v.18; ver Mt 20, 28.

5 18 Tras los argumentos a fortiori de los tres versos precedentes Pablo retoma la comparación del v. 12

5 19 No sólo es el Juicio Final (para Pablo la justificación es actual, ver 5, 1, etc.), sino conforme los hombres van renaciendo en Cristo.

 

Comentario revista Eucaristía.

-Interpretación cristológica de los primeros capítulos del Génesis:

Surgimiento de la vida, origen del mal y la muerte, etc.

Adán a través de Cristo, nuevo Adán.

-Ser humano:

Vinculado a los demás:

Principio de solidaridad.

Libre.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado por el diablo. Y, después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se el acercó y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

Pero él le contestó:

-Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en tus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.

Jesús le dijo:

-También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:

-Todo esto te daré, si te postras y me adoras.

Entonces le dijo Jesús:

-Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás, y a él solo darás culto”.

Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

 

 

Evangelios paralelos.

Mc 1, 12-13:

Mt 4, 1-11

Lc 4, 1-13

A continuación, el Espíritu lo empujó al desierto.

 

 

 

 


Se quedó en el desierto cuarenta días,

 

 

 

 

siendo tentado por Satanás;

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 























vivía con las fieras y los ángeles le servían.

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo

 

 

 


Y, después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

 

 


para ser tentado por el diablo.

 

 

Y, después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

 

El tentador se el acercó y le dijo:

 


-Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

 

Pero él le contestó:

-Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

 



Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:

 

 

-Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en tus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.

 


Jesús le dijo:

-También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

 

 


De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:

 

-Todo esto te daré, si te postras y me adoras.

 

 

 

 


 

Entonces le dijo Jesús:

-Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás, y a él solo darás culto”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces lo dejó el diablo,

 

 




y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

 

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto,

 

En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre.

 

 

 

mientras era tentado por el diablo.

 


En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre.

 

Entonces el diablo le dijo:

 

 

-Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.

 

Jesús le contestó:

-Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”.

 

 

 

 

 

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:




-Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles también. “te sostendrán sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”.

 

Respondiendo Jesús, le dijo:

-Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

 

 

Después llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:

 

-Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo”.

 

Respondiendo Jesús, le dijo:

-Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”.

 

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles también. “te sostendrán sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”.

 

Respondiendo Jesús, le dijo:

-Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

 

Acabada toda la tentación se marchó hasta otra ocasión.

 

 

 

Textos paralelos.

Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto.

Dt 8, 2: Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho re correr estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer lo que hay en tu corazón: si observas sus preceptos o no.

El tentador se acercó:

Hb 2, 18: Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

Hb 4,15: No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.

Ex 24,18: Moisés se adentró en la nube y subió a la montaña. Moisés estuvo en la montaña cuarenta días y cuarenta noches.

Ex 34, 28: Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las Diez Palabras.

Dt 9, 9: Cuando yo subí al monte a recibir las tablas de piedra, las tablas de la alianza que concertó el Señor con vosotros, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua.

1 Re19,8: Elías se levantó, comió, bebió y, con la fuerza de aquella comida, caminó cuarenta días y cuanta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.

Jb 2, 6: El Señor respondió a Satán: “Haz lo que quieras con él, pero respétale la vida”.

No solo de pan vive el hombre.

Dt 8, 3: El te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no solo de pan vive el hombre, sino que vive de todo cuanto sale de la boca de Dios.

Sb 16, 23: Así aprenderán los hijos queridos, Señor, / que la variedad de frutos no alimenta al hombre, / sino tu palabra, que mantiene a los que creen en ti.

Lo puso sobre el alero del templo.

Dn 3,28: Has decretado sentencias justas / en todo lo que has hecho caer sobre nosotros / sobre la ciudad santa de nuestros padres, Jerusalén, / pues lo has hecho con rectitud y justicia / a causa de nuestros pecados.

A sus ángeles te encomendará.

Sal 91, 11-12: No se te acercará la desgracia, / ni la plaga llegará a tu tienda, / porque a sus ángeles ha dado órdenes / para que te guarden en tus caminos. / Te llevarán en sus palmas, / para que tu pie no tropiece en la piedra, / caminarás sobre áspides y víboras, / pisotearás leones y dragones.

No tentarás al Señor tu Dios.

Dt 6,16: No tentaréis al Señor, vuestro Dios, como lo habéis tentado en Masá.

Ap 21,10: Y me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios.

Dt 34,1-4: Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, frente a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan.

Todo esto te daré.

Mt 16, 23: Jesús se volvió y dijo a Pedro: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios”.

Dt 6, 13: Al Señor tu Dios, temerás, a él servirás y en su nombre jurarás.

1 Re 19, 5: [Elías] se recostó y quedó dormido bajo la retama, pero un ángel lo tocó y dijo: “Levántate y come”.

Mt 26, 53: ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría enseguida más de doce legiones de ángeles.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

4 Jesús es conducido al desierto para ser allí tentado durante cuarenta días, como lo había sido antes Israel durante cuarenta años. Dt 8,2-4; ver Nm 14,34. Allí sufre tres tentaciones, subrayadas por tres citas tomadas del Dt 6-8, capítulos dominados (como la ética de Mateo) por el mandamiento de amar a Dios: Dt 6,5. Las tres tentaciones, a primera vista enigmáticas, pueden entenderse (a la luz de la interpretación tradicional judía de Dt 6, 5) como tentaciones contra el amor de Dios, valor supremo: a) No amar a Dios “con todo el corazón”, esto es, no someter a Dios tus deseos interiores, revelarse contra el alimento divino. b) No amar a Dios con “toda el alma·”, esto es, con tu vida, con tu cuerpo físico hasta el extremo del martirio si es preciso. c) No amar a Dios “con todas las fuerzas”, esto es, con tus riquezas, lo que se posee, los bienes exteriores. Al final Jesús se muestra como uno que ama a Dios perfectamente.

4 1 (a) El Espíritu Santo, “Soplo” y energía creadora de Dios, que dirigía a los profetas, Is 11, 2; Jc 3,10, va a dirigir ahora a Jesús mismo en el cumplimiento de su misión, ver 3, 16; Lc 4,1, como más tarde dirigirá los comienzos y el desarrollo de la Iglesia, Hch 1,8.

4 1 (b) Este nombre, que quiere decir Acusador, Calumniador, ha traducido a veces el hebreo Satán (Adversario), Jb 1,6; ver Sb 2,24. El personaje que lo lleva es considerado responsable de todo lo que obstaculiza la obra de Dios y de Cristo: 13,39; Jn 8, 44; 13,2; Hch 10,38; Ef 6, 11; 1 Jn 3, 8; etc. Su derrota significará la victoria final de Dios, Mt 25,41; Hb 2, 14; Ap 12,9; 20,2.10.

4 3 El título bíblico de “Hijo de Dios” no expresa necesariamente una filiación de naturaleza, sino que puede indicar simplemente una filiación adoptiva resultante de una elección divina que establece entre Dios y su criatura relaciones de una protección particular. Así este título es aplicado a los ángeles, Jb 1,6, al pueblo elegido, Ex 4,22; Sb 18,13, a los israelitas Dt 14,1; Os 2,1; ver Mt 5,9.45, etc., a sus jefes Sal 82,6. Por tanto, cuando se dice del Rey Mesías 1 Cro 17, 13; Sal 2,7; 89, 27, no exige que este sea más que humano, y no es necesario suponer más en el pensamiento de Satán. Mt 4, 3.6, de los endemoniados Mc 3,11; 5,7; Lc 4,41, a fortiori del centurión Mc 15, 39, ver Lc 23,47. Incluso las palabras del Bautismo Mt 3,17 y de la Transfiguración 17, 5, no implicarían de suyo más que el favor especial otorgado al Mesías-Siervo y la pregunta del sumo sacerdote 26, 643 no parece que va más allá de esta significación mesiánica. Pero el título “Hijo de Dios” queda abierto en otros pasajes a la significación más elevada de una filiación propiamente dicha, y Jesús lo ha sugerido claramente al designarse como Hijo, 21,37, superior a los ángeles, 24,36, que tiene a Dios por Padre a título enteramente especial Jn 20, 17 y ver Padre mío, Mt 7,21, etc., porque sostiene con él relaciones únicas de conocimiento y de amor. Mt 11,2y. Estas declaraciones apoyadas por otras sobre el rango divino del Mesías 22, 42-46, y sobre el origen celestial del Hijo del hombre, 8, 20, confirmadas finalmente por el título de la Resurrección, han dado a la expresión  Hijo de Dios el sentido propiamente divino que se encontrará, pro ejemplo, en San Juan, Jn 1,18. Si los discípulos no tuvieron clara conciencia de ello en vida de Jesús (los textos de Mt 14, 33 y 16,16, al añadir esta expresión al texto más primitivo de Mc reflejan sin duda una fe más evolucionada), la fe que definitivamente adquirieron después de Pascua, con la ayuda del Espíritu Santo, se apoya no menos realmente en las palabras históricas del Maestro que expresó hasta donde podían captarlo sus contemporáneos, su conciencia de ser Hijo propio del Padre.

4 4 Mateo cita Dt 8, 3 según el griego; el texto hebreo no es tan preciso: “…de todo lo que sale de la boca de Yahvé”.

4 5 Podría tratarse de la cornisa superior de una de las grandes puertas de donde se esperaba que Jesús se tirase para demostrar su mesianismo ante la muchedumbre que habitualmente se arremolinaba en ese lugar, 4 6. El Sal 91, 11-12 es citado según el griego. Como Dt 8, 3, estas palabras del salmo no se referían precisamente al Mesías, sino a todo israelita fiel que solo espera ayuda de Dios.

4 7 Tentar a Dios es un tema recurrente en el AT (Ex 17,2-7; Nm 14,22; Sal 78, 18, etc.) con dos sentidos complementarios: desobedecerle para ver hasta donde llega su paciencia o, como aquí, valerse de su bondad con fines interesados.

4 9 Este verbo denota un acto de sumisión total de consecuencias concretas e inmediatas (ver 2, 2; 8, 2; 9, 18; Gn 37, 7-10). Idéntico sentido en 28, 17.

4 11 Este verbo significa servir la mesa, dar de comer (ver 8, 15). A Jesús le atienden ángeles (“mensajeros” de Dios) y le ofrecen comida que él había rechazado previamente desoyendo las palabras del diablo. Enseñará a sus discípulos a pedirla y recibirla igualmente del Padre (6, 11).

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

4 1-11 Las llamadas “tres tentaciones” – experiencia personal del Hijo de Dios que, en su humanidad, se vio sometido a pruebas (eso es una tentación) –, son variantes del mismo ataque diabólico, tendente a hacer que Jesús se presentara como Mesías político y predicara el Evangelio con métodos de “mundo”. Del texto de Mt, en el que abundan los presentes históricos, no puede deducirse si se trata de visiones corporales y tangibles o de visiones imaginarias experimentadas en la psicología humana de Jesús.

3 El tentador…: lit. y habiéndose acercado el tentador dijo a él.

Hasta en el Calvario se repite ese estribillo tentador: “Si… eres [el] Hijo de Dios…”. La forma gramatical griega es la de una oración condicional real: “Si eres, efectivamente, [el] Hijo de Dios”. El Hijo: porque se trata del Hijo de Dios por excelencia. Algunos opinan que el tentador pedía a Jesús, nuevo Moisés, algo parecido a un nuevo milagro del maná.

4 En respuesta dijo: lit. habiendo respondido dijo.

Está escrito: tiempo verbal griego de perfecto: “Se escribió en el pasado, y ahora sigue vigente esa escritura”.

5-6 La ciudad santa es Jerusalén. Frente a un camino fácil para atraer a las masas – lo espectacular – Jesús se adhiere a la voluntad del Padre, que quiere ganar cada corazón humano por la conversión y renovación de vida.

10 Servirás: o bien darás culto.

11 Se acercaron para asistirle (lit. se acercaron y servían a él). “Asistir” tiene el significado primitivo de servir a la mesa.

A continuación v. 12-17 Contra lo sugerido por el demonio, Jesús comienza su apostolado con medios humildes, obediente al Padre.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé:

4, 1-11 Cristo oró y ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches para prepararse a su ministerio. En las Escrituras, el número cuarenta simboliza un periodo de espera y de preparación. Moisés pasó cuarenta días y cuarenta noches en la montaña para prepararse para recibir la Ley (cf. Ex 34, 28), y Elías pasó cuarenta días en el desierto para prepararse para su misión (cf. 1 Re 19, 5-8). Los israelitas anduvieron errantes por el desierto durante cuarenta años para prepararse a la tierra prometida (cf. Dt 8, 1-6). A diferencia de los israelitas, que a menudo, caían en el pecado, Cristo salió victorioso en previsión de su victoria sobre el pecado y la muerte en el misterio pascual. Esto es rememorado durante la Cuaresma y el Triduo pascual, que incluye un periodo de cuarenta días de oración, ayuno y mortificación, como preparación para la resurrección de Cristo en la Pascua. Estas prácticas penitenciales constituyen también medios sobrenaturales para extender el reino de Dios en el mundo. Cat 333, 394, 538, 540.

4, 1 Tentado por el diablo: el diablo intentó desviar a Cristo de su misión, que era cumplir la voluntad del Padre. La oración es necesaria para vencer las tentaciones del diablo (cat. 394 y 2849). a diferencia de Adán que sucumbió a la tentación, Cristo, el nuevo Adán, superó la tentación (cat. 539). Cristo es “en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado”; aunque experimentó la tentación, su voluntad humana estaba perfectamente conformada con la voluntad de su Padre que no cometió pecado (cat. 470, 475, 482, 2849).

4, 2 El ayuno es un medio de preparación espiritual, disciplina y penitencia, que se practica sobre todo durante el tiempo de Cuaresma. Los católicos de rito latino están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y durante la hora previa a recibir la Sagrada Comunión. También se recomienda ayunar como práctica piadosa en otros momentos, según a uno le parezca (cat. 1387).

4, 4 No solo de pan: en la oración del Padrenuestro pedimos a Dios: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Dependemos de Dios para todas nuestras necesidades y reconocemos que, en último término, nuestro corazón hambrea a Dios mismo (cat. 2835).

4, 10 Cristo recordó el primer y segundo mandamiento del Decálogo y la Shemá (cf. Dt 6, 4-9). Adorar a Dios correctamente es cumplir con la virtud de la religión en obediencia al primer mandamiento. Satanás significa “adversario” y “oponente”, en hebreo y arameo (cat. 2083 y 2135).

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

333 De le Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y el servicio a los ángeles.

394 La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama “homicida desde el principio” (Jn 8, 44) y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre (cf. Mt 4, 1-11).

538 Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: “Impulsado por el Espíritu” al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él “hasta un tiempo oportuno” (Lc 4, 13).

540 La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf. Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha vencido al Tentador en beneficio nuestro: “Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado” (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.

2835 Esta petición y la responsabilidad que implica sirven además para otra clase de hambre de la que desfallecen los hombres: “No solo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4; Dt 8, 3), es decir, de su Palabra y de su Espíritu. Los cristianos deben movilizar todos sus esfuerzos para “anunciar el Evangelio a los pobres”. Hay hambre sobre la tierra, “mas no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios” (Am 8, 11).

2083 Jesús resumió los deberes del hombre para con Dios en estas palabras: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mt 22, 37). Estas palabras siguen inmediatamente a la llamada solemne: “Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor” (Dt 6, 34).

2135 “Al Señor tu Dios adorarás” (Mt 4, 10). Adorar a Dios, orar a Él, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos que se te han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituyen la obediencia al primer mandamiento.

 

Concilio Vaticano II

Tanto en la liturgia como en la catequesis litúrgica debe ponerse más de relieve el carácter doble del tiempo cuaresmal, que prepara a los fieles a oír la palabra de Dios más intensamente y a rezar, especialmente mediante el recuerdo o la preparación del bautismo y la penitencia, para celebrar el misterio pascual. Por consiguiente:

a)Deben usarse con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresmal, restaurándose, según las circunstancias, algunos elementos de la tradición anterior.

b)Dígase lo mismo de los elementos penitenciales. En lo referente a la catequesis, debe inculcarse a los fieles, juntamente con las consecuencias sociales del pecado, la naturaleza propia de la penitencia, que detesta el pecado por cuanto es ofensa a Dios; no debe olvidarse la participación de la Iglesia en la acción penitencial y recomiéndese la oración por los pecadores.

La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser solo interna e individual, sino también externa y social. Foméntese la práctica penitencial de acuerdo con nuestro tiempo y con las posibilidades de las diferentes regiones, así como con las situaciones de los fieles, y recomiéndese por parte de las autoridades [Sede Apostólica y obispos] mencionadas en el art. 22.

Sin embargo, considérese sagrado el ayuno pascual, que debe celebrarse en todas partes el viernes de la Pasión y Muerte del señor y que, según las circunstancias, debe extenderse también al sábado, de modo que se llegue al gozo del domingo de Resurrección con espíritu elevado y abierto.

Sacrosanctum Concilium, 109-110

En muchas ocasiones urge la necesidad de revisar las estructuras económicas y sociales; pero hay que estar en guardia frente a las soluciones técnicas prematuramente propuestas, sobre todo frente a aquellas que, dando al hombre ventajas materiales, se oponen a su índole y progreso espiritual. Pues “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4). Cualquier parcela de la familia humana en sí misma y en sus mejores tradiciones lleva consigo una parte del tesoro espiritual confiado por Dios a la humanidad, aunque muchos no sepan de dónde procede.

Gaudium et spes, 86

 

Los Santos Padres:

.San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 13,1.

Y ciertamente lo maravilloso es que le lleva el Espíritu Santo – así lo afirma expresamente el Evangelio –. Y es que, como el Señor todo lo hacía y sufría para nuestra enseñanza, quiso también ser conducido al desierto y trabar allí combate contra el diablo, a fin de que los bautizados, si después del bautismo sufren mayores tentaciones, no se turben por ello, como si fuera cosa que no era de esperar. No, no hay que turbarse, sino permanecer firme y soportarlo generosamente como la cosa más natural del mundo.

San Hilario de Poitiers. Sobre el Ev. de Mateo, 3, 1-2.

El haber sido conducido al desierto significa la libertad del Espíritu Santo, que siempre libera su humanidad del diablo. Él no tenía hambre del alimento de los hombres, sino de su salvación. En efecto, tuvo hambre después de los cuarenta días, no durante ellos; tampoco Moisés y Elías tuvieron hambre durante el mismo periodo de días.

San Máximo de Turín. Sermones, 51,2.

Quien se alimenta de la palabra de Cristo no necesita comida terrena. Tampoco puede desear el pan mundano quien se sacia con el pan del Salvador. En efecto, el Señor tiene su propio pan, es más, el Salvador mismo es el pan, como enseñó al decir: “Yo soy el pan que ha bajado del cielo” (Jn 6, 41). De este mismo pan dice también el profeta: “El pan fortalece el corazón del hombre” (Sal 104, 15).

San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 13,3.

¿Cómo es que el diablo incita cada tentación con las palabras: “Si eres Hijo de Dios”? Lo que hizo con nuestros primeros padres, eso mismo hace aquí. Alllí calumnió a Dios diciéndoles: “No, el mismo día en que comiereis se os abrirán los ojos”. Con lo que les quería dar a entender que habían sido engañados y eran unos ilusos, y que no le debían beneficio alguno. Aquí también viene a significar lo mismo, como si le dijera al Señor: “Vanamente te ha dado Dios nombre de Hijo, y te ha burlado con semejante don. Y, si, esto no es así, dame la prueba de que tú tienes el poder que corresponde al Hijo de Dios”.

No tentarás al Señor tu Dios. Es que quería enseñarnos que al diablo hay que vencerle no por medio de milagros, sino por la paciencia y la longanimidad; y que, por otra parte, nada absolutamente debemos hacer por ostentación y ambición de gloria.

San Hilario de Poitiers. Sobre el Ev. de Mateo, 3, 5.

Después de la huida del diablo, los ángeles se pusieron a servir a Cristo. Esto significa que si nosotros vencemos y pisoteamos la cabeza del diablo, tampoco a nosotros nos faltarán el servicio de los ángeles y de sus beneficios celestes.

 

San Jerónimo. Comentario al Evangelio de san Mateo.

Para ser tentado por el diablo. Es conducido no a pesar suyo ni como cautivo, sino con la voluntad de luchar.

Cuarenta días. En este número se manifiesta el misterio de la cuarentena, durante este lapso Moisés ayunó en el monte Sinaí y Elías junto al monte Horeb. El cuerpo es sometido al hambre para dar al diablo la ocasión de tentación.

No solo de pan vive el hombre. El Señor respondió así porque su intención era vencer al diablo por la humildad y no por el poder.

El que no se alimenta de la Palabra de Dios, no vive.

Lo puso en el alero del templo. Después de haberlo tentado con el hambre, lo tienta en la vanagloria.

Tírate abajo. Palabras del diablo, que siempre desea que todos caigan. Tírate, dice; puede persuadir, pero no precipitar.

A los ángeles te encomendará. Por tanto el diablo interpreta mal las Escrituras. Sin duda, si hubiera sabido verdaderamente que este salmo estaba escrito acerca del Salvador, debería haber agregado lo que sigue, que está dirigido contra él mismo: Pisarás sobre el león y la víbora, hollarás el leoncillo y al dragón. Habla de la ayuda de los ángeles como interpelando a un ser débil pero astuto como es, calla que será pisoteado.

No tentarás al Señor tu Dios. Destroza las flechas falsas que el diablo toma de las Escrituras con los escudos verdaderos de las Escrituras.

Le lleva el diablo a un monte muy alto. El Señor descendió a los lugares bajos y a las llanuras para vencer al diablo por la humildad.

Si postrándote me adoras. Por tanto el que va a adorar al diablo ya se está desmoronando.

Apártate Satanás. Vete al fuego eterno preparado para ti y tus ángeles.

Al Señor tu Dios adorarás. El diablo dice al Salvador: Si postrándote me adoras, y escucha que más bien es él quien debe adorarlo como su Señor y su Dios.

Se acercaron los ángeles y le servían. La tentación precede, para que siga la victoria. Los ángeles le sirven para demostrar la dignidad del vencedor

 

San Agustín. Comentario al salmo 90, II 6-7.

¿Por qué entonces, no hizo el milagro? Para enseñarte cómo debes responder al tentador. Suponte que te hallas afligido. Se te acerca el tentador y te sugiere: “Si fueras cristiano y en verdad pertenecieras a Cristo, ¿te abandonaría en este apuro? ¿No te hubiese enviado socorro?”. Quizá el médico está todavía sajando, y por eso te abandona; pero no te abandona. De la misma manera que Pablo no fue escuchado porque fue escuchado. En efecto, Pablo dice que no se le escuchó a propósito del aguijón de su carne, el ángel de Satanás, por quien decía que era abofeteado: Por lo cual rogué tres veces al Señor que me lo quitase y me respondió: Te basta mi gracia, pues la fortaleza llega a su plenitud en la debilidad (2 Cor 12, 7-9). Es como si el enfermo dijera al médico que le aplicó un cataplasma: “Este emplasto me molesta; te ruego que me lo quites”. El médico le responderá: “No, es necesario que lo tengas aún más tiempo; de otro modo no podrás curar”. El médico no escuchó al enfermo en ese deseo, porque le escuchó en su ansia de salud. Por tanto, hermanos, sed fuertes. Si alguna vez os veis tentados por alguna estrechez, es Dios quien os azota para probaros, él que os ha preparado y os reserva la herencia eterna. No permitáis que el diablo os diga: “Si fueses justo, ¿acaso no te mandaría Dios el pan por medio de un cuervo como lo mandó a Elías? (1 Re 17,6) ¿Acaso no has leído las palabras: nunca he visto al justo abandonado, ni a su descendencia mendigar el pan (Sal 36, 25).

 

San Juan de Ávila.

Así ganamos más con aquella paciencia que ganáramos con la devoción que nos quitó, y ayúdanos a crecer en el servicio de Dios el que pensaba estorbarnos. E hizo por su ocasión que, estando nuestra ánima en flor de principios, comience a dar frutos de hombres perfectos, porque nos hace desnudar de nosotros mismos y que, comiendo antes leche de devoción tierna, comemos ya pan con corteza, manteniéndonos con las duras piedras de las tentaciones; las cuales él nos traía para probarnos si éramos hijos de Dios (cf. Mt 4, 3), y sacamos de la ponzoña miel, de las llagas salud; y así de la tentación salimos probados y aprovechados.

Audi filia (I). I, pg. 430.

Y sucede de aquí que, estando nuestra ánima, en flor de principios, comience a dar fruto de hombres perfectos; pues, mamando antes leche de devoción tierna, comemos ya pan con corteza, manteniéndonos con las piedras duras de las tentaciones, las cuales él nos traía para probarnos si éramos hijos de Dios, como hizo con nuestro Señor (cf. Mt 4, 3). Y así sacamos de la ponzoñosa miel y de las heridas salud, y de las tentaciones salimos probados, con otros millones de bienes.

Audi filia (II). I, pg. 597.

Ductus est Iesus, etc. (Mt 4, 1), ubi supra. Muéstranos hoy el santo Evangelio una batalla que nuestro Señor Jesucristo con el demonio tuvo, cómo lo venció la mañana y el arte que en ello tuvo.

Sermón del Domingo I de Cuaresma. III, pg. 129.

Díjole el demonio a Jesucristo: Haz que estas piedras se vuelvan en pan. Responde Cristo: Non in solo pane vivit homo, etc. Quiso aquí dicir Cristo que no en solo pan vive el hombre (Mt 4, 4), mas con todo aquello que quiere y manda Dios que viva; de forma que para mantener a un hombre no es menester hacer de las piedras pan, sino mantenello en las mismas piedras (verbum pro re, venció a). Y más, que lo llevó al pináculo del templo y le dijo: Échate de aquí, que está escrito de ti que los ángelkes te servirán (Mt 4, 6). Notad y aprended de Cristo a responder al demonio con palabras santas de la sagrada Escritura. En los libros santos habíades de leer ciertas horas desocupadas, para entender en ello y para ejercitaros en las palabras del Señor, para hallarnos apercibidos en las tentaciones. No se hace ansí y por eso andáis como andáis. Llevólo también a un monte muy alto y dijole: Adórame y darte he cuanto veas; todo es mío (Mt 4, 9).

Mira en qué fue a acabar. Estas son sus salidas. Díjole Cristo: Vade retro; al Señor adorarás y a Él solo has de servir (Mc 8, 33). Confuso y avergonzado con las respuestas a sus tentaciones hizo Cristo, fuese y quedó Cristo en el campo como fuerte guerrero. Y vinieron los ángeles a lo servir (Mt 4, 11). ¿No os acordáis cómo se hubo Melquisedec cuando vencido hobo aquella batalla Abraham? Ofreció pan y vino.

Esfuérzate tú, hermano, el tiempo que en este mundo estuvieres, a pelear varonilmente contra los demonios y sus asechanzas. Y si ansí lo hiceres, vernán no solamente los ángeles a te servir y consolar, pero el mismo Jesucristo verná, y te consolará, y te esforzará y abrazará, y te dará gracia para este vencimiento y después su gloria, ad quam nos perducat.

Dijo el tentador a Jesucristo, mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria: Todo esto es mío (cf. Mt 4, 9). Y mintió la cabeza de la mentira y no dijo verdad, porque ninguna cosa criada es suya, ni tiene nada en ella, ni aun una hormiguita posee. ¡Qué de promesas hace, qué de apariencias nos pone para que lo creamos! Y en todo miente. Quien es nada no puede dar algo, y si algo da, es lo que él tiene, que es fuego y infierno. Convídate a deleites; dice que no se han de acabar, que te subirá a grandes honras, que te dará grandes riquezas, que te prosperará en esta vida. Y en todo falta, porque en nada tiene poder, ni puede dar sino de lo que no tiene, que es arder en los fuegos infernales.

Lo que hemos dicho hasta aquí es lo de menos con que nos puede dañar, porque, como estos son pecados claros, no puede él dañar con ellos sino, a quien él muy de su parte tuviere, a estos que tuviere muy metidos en las cosas de este mundo. Hace el demonio otra guerra muy más cruel y dañosa, y tanto más cruel y dañosa, cuanto más disimuladamente la hace contra espirituales personas y tiempos y lugares y con armas y cosas que parecen seguras, y es tanta su maldad y astucia, que no hay quien de sus lazos se pueda escapar.

Sermón Domingo 1 de Cuaresma. III, pgs. 138-139.

Estos son los tres panes [pago por nuestros pecados, fuerza para no pecar y esperanza para avanzar] que Jesucristo nos ganó por su misericordia, porque cuando el demonio os viniere a tentar, le digáis: Vade retro Satana (cf. Mt 4, 10), que no tengo temor ninguno de ti. ¿Qué es lo que temíades? ¿Qué? ¿Es la falta del primer pan? ¿Temíades de Dios que os castigase en el infierno para siempre? Pues decilde que ya habéis pagado lo que debíades de vuestro pecado, y como dice el profeta Oseas, no castiga Dios la cosa dos veces.

Sermón en vísperas de Navidad. III, pg. 63.

Enseñaos, pues, a manteneros de grueso manjares y esforzaos a convertir en pan las piedras de las tribulaciones, si queréis tener testimonio de que sois hija de Dios (cf. Mt 4, 3). Y si os da gana de pan blanco de consolaciones, remitid eso a la voluntad del Señor y contentaos con que ternéis tanto de eso en el cielo, que lo dulce de allá excede mucho lo amargo de acá, y en lugar de los duros huesos que acá daban a comer a los dientes del ánima, será allá el mesmo Dios sabrosísimo pan de vida que nunca se acabe. Esperad este y esforzaos con esto, porque este negocio no es para regalados ni para hombres de poca fe.

A una mujer que sentía mucha ausencia y disfavores de nuestro Señor. IV, pg. 122.

Coceos en el fuego de la tribulación, para que seáis fuerte, como ladrillo y no floja como adobe de barro, que en el agua se deshace, y seréis convenible para piedra del cielo. Avezaos a comer manjares generosos, y en eso se verá si sois hija de Dios, si convertís las piedras en pan (cf. Mt 4, 3). No os dé gana de pan blanco ni blando, mas dejá para el tiempo que está por venir y esforzaos a tener tan fuertes dientes que los duros güesos no los quebranten, porque no es este negocio para regalados ni para hombres de poca fe.

A una persona que estaba tentada. IV, pg. 130.

Diga, pues, vuestra merced al Señor: Pues eres Hijo de Dios, di a estas piedras que se me tornen pan. Di a este mar que se sosiegue (Mt 4, 3). Di a esta pena que no me parezca tan dura. Ella en sí no lo es, mas yo soy la niña y la flaca; pon fuerza de amor en mí, para que me alegre yo en ella por ti y la reciba por empresa de amor.

A una mujer devota que padecía trabajos. IV, 248.

El Señor lo dio, el Señor lo llevó; como al Señor plugo, así fue hecho; sea su nombre bendito (Jb 1, 21). Cante, Señora, este cantar, si quiere alegrar a sí y que se le tornen las piedras en pan (cf. Mt 4, 3); porque verná a tomar tanto sabor en las tribulaciones, que se mantenga y haga fuerte con ellas y las pida al Señor, como el niño pide pan a su madre. Ligeramente hará esto si ha dado a sí y a sus cosas a Dios; mas si en el hijo estaba algo que a Dios no le había dado, compasión he de verdad de vuestra merced cuanto le habrá atormentado, como herida en carne llagada.

A una mujer casada. IV, pg. 251.

Y [san Pedro] fue respondido y reprehendido por el mismo Dios con la mesma reprehensión que hizo al diablo, llamándole Satanás (cf. Mt 4, 10).

A un mancebo. IV, pg. 610.

 

San Oscar Romero.

Este es el segundo protagonista y el principal de la historia de la salvación. Los comentaristas dicen que San Mateo escribió esta página mirando sobre todo el sentido simbólico para su Iglesia de Cristo a lo largo de los siglos. No es propiamente la persona divina de Cristo que va a ser tentada en esa forma tan descarada por el demonio, pero si va a ser la prolongación de Cristo en la historia que es la Iglesia; ella sí va a sufrir estas tentaciones; y obispos, sacerdotes, religiosos, instituciones católicas, vamos a tener que sufrir estas tremendas tentaciones del poder; vamos a querer convertir nuestra misión mesiánica salvadora en la humildad, en la austeridad, en el sacrificio y quererla apoyar en el poder, en el dinero, en el bienestar. ¡Cuántas veces ha caído la pobre Iglesia en estas tentaciones!.

De esa queremos salvar a la Iglesia auténtica, que no haga consistir su prestigio en ser aplaudida, en ser apoyada por los triunfos fáciles. Queremos un cristianismo que de veras se apoye como el de Cristo, en la palabra de Dios; que no traicione por más que le ofrezcan ventajas, la verdad de la palabra divina; que sepa apoyar su propia hambre, su propia debilidad, su propio ocultamiento; no lo considere como un fracaso, como estar esperando días mejores. Ya los tenemos esos días, son los que se apoyan en Cristo en la medida en que hacemos nuestra fe consistir en la palabra de Dios, y nuestro poder no en hacer milagros ni en apoyarnos en triunfalismos y espectacularidad, sino en el sencillo cumplimiento del deber, en la fe sencilla a la palabra de Dios. ¡Esa es la redención que Cristo nos ofrece!

Homilía Domingo I de Cuaresma, 12 de febrero de 2078.

 

Papa Francisco.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio (cf. Mateo 4, 1-11) relata que Jesús, después de su bautismo en el río Jordán, «fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (v. 1). Se prepara para comenzar su misión como anunciador del Reino de los Cielos y, como Moisés y Elías (cf. Éxodo 24, 18; I Reyes 19, 8) en el Antiguo Testamento, lo hace con un ayuno de cuarenta días. Entra en “Cuaresma”.

Al final de este período de ayuno, el tentador, el diablo, irrumpe e intenta poner a Jesús en dificultades tres veces. La primera tentación se inspira en el hecho de que Jesús tiene hambre; el diablo le sugiere: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes» (v. 3). Un desafío. Pero la respuesta de Jesús es clara: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (4, 4). Hace referencia a Moisés, cuando recuerda al pueblo el largo viaje realizado en el desierto, en el que aprendió que su vida depende de la Palabra de Dios (cf. Deuteronomio 8, 3).

Entonces el diablo lo intenta por segunda vez (vv. 5-6), se hace aún más astuto, citando las Sagradas Escrituras él mismo. La estrategia es clara: si tienes tanta confianza en el poder de Dios, entonces experiméntalo, ya que la propia Escritura afirma que serás socorrido por los ángeles (v. 6). Pero, incluso en este caso, Jesús no se deja confundir, porque quien cree sabe que a Dios no se le somete a prueba, sino que se confía en su bondad. Por lo tanto, a las palabras de la Biblia, interpretadas instrumentalmente por Satanás, Jesús responde con otra cita: «También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios» (v. 7).

Finalmente, el tercer intento (vv. 8-9) revela el verdadero pensamiento del diablo: como la venida del Reino de los Cielos marca el comienzo de su derrota, el maligno quiere desviar a Jesús de su misión, ofreciéndole una perspectiva de mesianismo político. Pero Jesús rechaza la idolatría del poder y la gloria humana y, al final, expulsa al tentador diciéndole «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto» (v. 10). Y en este punto, los ángeles se acercaron a Jesús, fiel a la consigna del Padre, para servirle (cf. v. 11).

Esto nos enseña una cosa: Jesús no dialoga con el diablo. Jesús responde al diablo con la Palabra de Dios, no con su palabra. En la tentación muchas veces empezamos a dialogar con la tentación, a dialogar con el diablo: “Sí, pero puedo hacer esto..., luego me confieso, luego esto, luego lo otro...”. Nunca se habla con el diablo. Jesús hace dos cosas con el diablo: lo expulsa o, como en este caso, responde con la Palabra de Dios. Tened cuidado: nunca dialoguéis con la tentación, nunca dialoguéis con el diablo.

También hoy Satanás irrumpe en la vida de las personas para tentarlas con sus propuestas tentadoras; mezcla las suyas con las muchas voces que tratan de domar la conciencia. Desde muchos lugares llegan mensajes que invitan a la gente a “dejarse tentar” para experimentar la embriaguez de la transgresión. La experiencia de Jesús nos enseña que la tentación es el intento de tomar caminos alternativos a los de Dios: “Pero haz esto, no hay ningún problema, ¡luego Dios te perdona! Pero tómate un día de alegría...” – “¡Pero es un pecado!” – “No, no es nada”. Caminos alternativos, caminos que nos dan la sensación de autosuficiencia, de disfrutar de la vida como un fin en sí misma. Pero todo esto es ilusorio: pronto nos damos cuenta de que cuanto más nos alejamos de Dios, más impotentes y desamparados nos sentimos ante los grandes problemas de la existencia.

Que la Virgen María, la Madre de Aquel que quebró la cabeza a la serpiente, nos ayude en este tiempo de Cuaresma a estar vigilantes ante las tentaciones, a no someternos a ningún ídolo de este mundo, a seguir a Jesús en la lucha contra el mal; y también nosotros saldremos vencedores como Jesús.

 

Papa Francisco. Audiencia.  La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente 5. El protagonista del anuncio: el Espíritu Santo

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

En nuestro itinerario de catequesis sobre la pasión de evangelizar reflexionamos hoy sobre las palabras de Jesús que acabamos de escuchar: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Santo Espíritu» (Mt 28, 19). Id —dice el Resucitado—, no a adoctrinar, no a hacer proselitismo, no, sino a hacer discípulos, es decir, a dar a todos la oportunidad de entrar en contacto con Jesús, de conocerlo y amarlo libremente. Id bautizando: bautizar significa sumergir y, por tanto, antes de indicar una acción litúrgica, expresa una acción vital: sumergir la propia vida en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu Santo; experimentar cada día la alegría de la presencia de Dios que está cerca de nosotros como Padre, como Hermano, como Espíritu que actúa en nosotros, en nuestro propio espíritu. Bautizar es sumergirse en la Trinidad.

Cuando Jesús dice a sus discípulos —y también a nosotros—: “¡Id!”, no comunica sólo una palabra. No. Comunica también el Espíritu Santo, porque es sólo gracias a Él, al Espíritu Santo, que se puede recibir la misión de Cristo y llevarla adelante (cf. Jn 20, 21-22). Los Apóstoles, en efecto, permanecen encerrados en el Cenáculo por miedo hasta que llega el día de Pentecostés y desciende sobre ellos el Espíritu Santo (cf. Hch 2, 1-13). Y en ese momento desaparece el miedo y con su fuerza esos pescadores, en su mayoría analfabetos, cambiarán el mundo. “Pero si no saben hablar…”. Pero es la palabra del Espíritu, la fuerza del Espíritu que les lleva adelante para cambiar el mundo. El anuncio del Evangelio, por tanto, se realiza sólo en la fuerza del Espíritu, que precede a los misioneros y prepara los corazones: Él es “el motor de la evangelización”.

Lo descubrimos en los Hechos de los Apóstoles, donde en cada página se ve que el protagonista del anuncio no es Pedro, Pablo, Esteban o Felipe, sino el Espíritu Santo. También en los Hechos se relata un momento neurálgico de los inicios de la Iglesia, que también nos puede decir mucho a nosotros. Entonces, como hoy, junto a las consolaciones no faltaron las tribulaciones —momentos buenos y momentos no tan buenos—, las alegrías se acompañaban de las preocupaciones, ambas cosas. Una en particular: cómo comportarse con los paganos que se acercaban a la fe, con los que no pertenecían al pueblo judío, por ejemplo.  ¿Estaban o no obligados a observar las prescripciones de la Ley mosaica? No era un asunto menor para aquella gente. Se forman así dos grupos, entre los que creían que la observancia de la Ley era irrenunciable y los que no. Para discernir, los Apóstoles se reúnen en lo que se llama el “concilio de Jerusalén”, el primero de la historia. ¿Cómo resolver el dilema? Se podría haber buscado un buen acuerdo entre tradición e innovación: algunas normas se observan y otras se ignoran. Sin embargo, los Apóstoles no siguen esta sabiduría humana para buscar un equilibrio diplomático entre una y otra, no siguen esto, sino que se adaptan a la obra del Espíritu que les había anticipado, descendiendo tanto sobre los paganos como sobre ellos.

Y por eso, quitando casi toda obligación ligada a la Ley, comunican las decisiones finales, tomadas —y escriben así—: “el Espíritu Santo y nosotros” (cf. Hch 15,28), hemos decidido, el Espíritu Santo con nosotros, así actúan siempre los Apóstoles. Juntos, sin dividirse, a pesar de tener sensibilidades y opiniones diferentes, escuchan al Espíritu. Y Él enseña una cosa, que también es válida hoy: toda tradición religiosa es útil si facilita el encuentro con Jesús, toda tradición religiosa es útil si facilita el encuentro con Jesús. Podríamos decir que la histórica decisión del primer Concilio, de la que también nosotros nos beneficiamos, estuvo movida por un principio, el principio del anuncio: en la Iglesia todo debe ser conforme a las exigencias del anuncio del Evangelio; no a las opiniones de los conservadores o los progresistas, sino al hecho de que Jesús llegue a la vida de las personas. Por tanto, toda opción, todo uso, toda estructura, toda tradición debe ser evaluada en la medida en que favorezca el anuncio de Cristo. Cuando se encuentran decisiones en la Iglesia, por ejemplo, divisiones ideológicas: “Yo soy conservador porque… yo soy progresista porque…”. ¿Pero dónde está el Espíritu Santo? Estad atentos que el Evangelio no es una idea, el Evangelio no es una ideología: el Evangelio es un anuncio que toca el corazón y te cambia el corazón, pero si tú te refugias en una idea, en una ideología ya sea de derechas, ya sea de izquierdas, o de centro, tú estás haciendo del Evangelio un partido político, una ideología, un club de gente. El Evangelio siempre te da esta libertad del Espíritu que actúa en ti y te lleva adelante. Y qué necesario es hoy tomar de la mano la libertad del Evangelio y dejarse llevar adelante por el Espíritu.

Así el Espíritu ilumina el camino de la Iglesia, siempre. En efecto, no es sólo la luz de los corazones, es la luz que orienta a la Iglesia: esclarece, ayuda a distinguir, ayuda a discernir. Por eso es necesario invocarlo a menudo; hagámoslo también hoy, al comienzo de la Cuaresma. Porque como Iglesia podemos tener tiempos y espacios bien definidos, comunidades, institutos y movimientos bien organizados, pero sin el Espíritu todo queda sin alma. La organización no basta: es el Espíritu que da vida a la Iglesia. Si la Iglesia no le reza y no le invoca, se encierra en sí misma, en debates estériles y agotadores, en fatigosas polarizaciones, mientras se apaga la llama de la misión. Es muy triste ver a la Iglesia como si fuera un parlamento; no, la Iglesia es otra cosa. La Iglesia es la comunidad de hombres y mujeres que creen y anuncian a Jesucristo, pero movidos por el Espíritu Santo, no por las propias razones. Sí, se usa la razón, pero viene el Espíritu a iluminarla y a moverla. El Espíritu nos hace salir, nos empuja a anunciar la fe para confirmarnos en la fe, nos empuja a ir en misión para encontrar quién somos. Por eso el apóstol Pablo recomienda: «No extingáis el Espíritu» (1 Tes 5,19), no extingáis el Espíritu. Recemos a menudo al Espíritu, invoquémoslo, pidámosle cada día que encienda en nosotros su luz. Hagámoslo antes de cada encuentro, para convertirnos en apóstoles de Jesús con las personas que encontremos. No extingáis el Espíritu en las comunidades cristianas y tampoco dentro de cada uno de nosotros.

Queridos hermanos y hermanas, partimos y volvemos a partir, como Iglesia, desde el Espíritu Santo. «Sin duda es importante que en nuestras programaciones pastorales partamos de encuestas sociológicas, de análisis, de la lista de las dificultades, de la lista de expectativas y quejas. Sin embargo, es mucho más importante partir de las experiencias del Espíritu: este es el verdadero punto de partida. Y por eso es necesario buscarlas, enumerarlas, estudiarlas, interpretarlas. Es un principio fundamental que, en la vida espiritual, se llama primado de la consolación sobre la desolación. Primero está el Espíritu que consuela, reanima, ilumina, mueve; después vendrá también la desolación, el sufrimiento, la oscuridad, pero el principio para regularse en la oscuridad es la luz del Espíritu» (C.M. Martini, Evangelizar en la consolación del Espíritu, 25 de septiembre 1997).  Este es el principio para regularse en las cosas que no se entienden, en las confusiones, también en tantas oscuridades, es importante. Tratemos de preguntarnos si nos abrimos a esta luz, si le damos espacio: ¿yo invoco al Espíritu? Cada uno se responda dentro. ¿Cuántos de nosotros rezamos al Espíritu? “No, padre, yo rezo a la Virgen, rezo a los santos, rezo a Jesús, pero a veces, rezo el Padre Nuestro, rezo al Padre” – “¿Y al Espíritu?” ¿Tú no rezas al Espíritu, que es lo que te hace mover el corazón, que te lleva adelante, te lleva la consolación, te lleva adelante las ganas de evangelizar y de hacer misión? Os dejo esta pregunta: ¿Yo rezo al Espíritu Santo? ¿Me dejo orientar por Él, que me invita a no cerrarme sino a llevar a Jesús, a testimoniar el primado de la consolación de Dios sobre la desolación del mundo? Que la Virgen, que ha entendido bien esto, nos ayude a entenderlo.

 

Comentario al evangelio del domingo.

-Más largo que Marcos y Lucas:

Marcos y Lucas: dependen de una fuente común.

Elementos comunes:

Lugar: desierto.

Acción del Espíritu Santo: empuja a Jesús.

Número de días: 40.

Presencia del diablo.

Mt y Lc:

Triple tentación:

Hambre: pan.

Poderes sobrenaturales: arrojarse del alero del templo.

Dominio: sobre los reinos.

-Esquema:

Tentación – cita de las Escrituras.

2ª: el diablo cita el Salmo 91.

-Tema:

Identidad profunda de Jesús:

Hijo: ¿su propio beneficio? (emperadores) / ¿salvación del mundo?

Jesús es el Hijo de Dios “manso y humilde de corazón” (Mt 11, 29).

 

ORACIÓN JUNIORS.

EXPERIENCIA.

En este tiempo de Cuaresma coloca delante de ti una cruz.

Permanece en silencio contemplándola durante dos minutos.

Sígnate e implora la asistencia del Espíritu Santo: “Ven, Espíritu Santo, ilumíname,...”.

Toma un papel y un boli, o a través del ordenador/móvil/Tablet, en silencio permite que tus pensamientos aniden libremente y anótalos.

Mira el vídeo.

https://www.youtube.com/watch?v=Z6QPqej97kA

¿Con cuáles de los pensamientos te identificas?

 

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado por el diablo. Y, después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se el acercó y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

Pero él le contestó:

-Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en tus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.

Jesús le dijo:

-También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:

-Todo esto te daré, si te postras y me adoras.

Entonces le dijo Jesús:

-Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás, y a él solo darás culto”.

Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra del Señor.

¿Qué dice el texto? Bautizado por Juan Jesús se retira al desierto. Allí, siguiendo el modelo de Moisés (Ex 24, 18) y Elías (1 Re 19, 8) permanece en soledad durante cuarenta días y cuarenta noches. Durante este tiempo es tentado con falsos mesianismos, los que espera el pueblo y anidan en el corazón: gozo, riqueza y poder. Tentado como el pueblo de Israel durante cuarenta años, Él vence al demonio. Lee el texto repitiendo al ritmo de tu respiración las frases del demonio y de Jesús, sin prisa, una detrás de otra, varias veces, como la llovizna va empapando la tierra.

¿Qué te dice? Dios tiene un mensaje para ti. De nuevo implora la asistencia del Espíritu Santo. ¿Cuál es tu proyecto de vida? ¿En qué se asemeja a la propuesta del demonio y en qué a la de Jesús? ¿Ser servido o servir?, ¿disfrutar para ti mismo o sacrificarte por los demás? ¿tener o compartir?

 

COMPROMISO.

Antes de acostarte examina la jornada, revisando tus actitudes y en qué medida han seguido las inspiraciones del demonio o del Espíritu Santo.

CELEBRACIÓN.

Escucha la canción Con estas cenizas del Yuli y Josh.

https://www.youtube.com/watch?v=o3hSQqd83mo

 

GUIÓN MISA NIÑOS.

DOMINGO II DE CUARESMA. 5 de marzo de 2023.

 

Monición de entrada.-

Hola:

El domingo pasado Jesús se fue solo al desierto a rezar.

Este domingo Jesús sube con tres amigos a una montaña a rezar.

Y allí los amigos van a ver que tiene mucha luz y está con dos amigos de Dios: Moisés y Elías.

En el camino de la cuaresma que termina en la Pascua nosotros también necesitamos estar con Jesús.

 

 Señor ten piedad.-

Tú que nos ayudas. Señor, ten piedad.

Tú que nos iluminas. Cristo, ten piedad.

Tú que nos salvas. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.-

Jesús,  te pido por el Papa Francisco y el obispo Enrique. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la Iglesia, para que seamos cada día más parecidos a ti.  Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por las personas que viven sin ilusión, para que se encuentren contigo . Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por los poetas, artistas y maestros, para que hagan que la sociedad sea mejor. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por nosotros, para que no nos cansemos de ser amigos tuyos. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.-

María, queremos darte las gracias porque este domingo nos has ayudado a ver a Jesús con los mismos ojos que sus amigos.

 

GUIÓ MISSA D’INFANTS. DIUMENGE II T. QUARESMA.

 

Monició d’entrada.-

Hola:

El diumenge passat Jesús va anar sols al desert per resar.

Aquest diumenge Jesús puja amb tres amics a una muntanya a resar.

I allí els seus amics veuran que té molta llum i està amb dos amics de Déu: Moisés i Elies.

Al camí de la Quaresma que acaba a la Pasqua nosaltres també necessitem estar amb Jesús.

 

Senyor, tingueu pietat.

Tu ens ajudes. Senyor, tingueu pietat.

Tu ens il.lumines. Crist, tingueu pietat.

Tu ens salves. Senyor, tingueu pietat.

 

Plegaries.-

Jesús, et demane pel Papa Francesc i el bisbe Enric. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per l’església; perquè sigam cada dia més pareguts a tù. T’ho demane, Senyor.

 

Jesús, et demane per les persones que viuen sense il.lusió, perquè és trobem amb tu. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane pels poetes, artistes i mestres, perquè es troben amb tú. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per nosaltres, perquè no ens cansem de ser amics teus. T’ho demane, Senyor.

 

Acció de gràcies.

Maria, volem donar-te les gràcies perquè aquest diumenge ens has ajudat a veure a Jesús amb els mateixos ulls que els teus amics.

 

 BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Eucaristía. Verbo Divino.

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

www.vatican.va

https://destellosdelmontcabrer.blogspot.com/ : año 2020.