miércoles, 24 de febrero de 2021

Domingo II Tiempo de Cuaresma. 28 de febrero de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura del libro del Génesis 22,1-2.9a.10-13.15-18.

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo:

-¡Abrahán!

Él respondió:

-Aquí estoy.

Dios dijo:

-Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré.

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:

-¡Abrahán, Abrahán!

Él contestó:

-Aquí estoy.

El ángel le ordenó:

-No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo.

Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. El ángel del Señor le dijo:

-Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz.

 

Textos paralelos.

Sb 10, 5: Cuando la barahúnda de los pueblos, concordes en la maldad, ella se fijó en el justo y lo preservó sin tacha ante Dios, manteniéndolo entero sin ablandarse ante su hijo.

Si 44, 20: Porque [Abrahán] cumplió el mandato del Altísimo y pactó una alianza con él, en su carne selló el pacto, y en la prueba se mostró fiel.

Hb 11, 17: Por fe sometido a prueba Abrahán, ofreció a Isaac, su hijo único.

St 2, 21-22: Nuestro padre Abrahán ¿no hizo méritos con las obras, ofreciendo sobre el altar a su hijo Isaac? Estás viendo que la fe operaba con las obras, y por las obras la fe llegó a su perfección.

Toma a tu hijo, al que amas.

Gn 31, 11:  El ángel de Dios me dijo en el suelo: “Jacob”. “Aquí estoy” le contesté.

Gn 46, 2: De noche, en una visión, Dios dijo a Israel: “¡Jacob, Jacob!”. Respondió: “Aquí estoy”.

Ex 3, 4: Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: “Moisés, Moisés”. Respondió él: “Aquí estoy”.

1 S 3, 4: El Señor llamó: “¡Samuel, Samuel! Y éste respondió: “¡Aquí estoy!”.

No me has negado tu único hijo.

Ex 20, 20: Moisés respondió al pueblo: “No temáis: Dios ha venido para probaros, para que tengáis presente su temor y no pequéis”.

Dt 6, 2: Que respetes al Señor, tu Dios, guardando toda la vida todos los mandatos y preceptos que te doy – y también tus nietos –, y te alargarán la vida.

Jn 3, 16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea no perezca, sino tenga vida eterna.

Alzó la vista y vio un carnero.

1 Jn 4, 9: Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que vivamos gracias a él.

Rm 8, 32: El que no reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos va a regalar todo lo demás con él?

Hb 11, 17: Por fe sometido a prueba Abrahán, ofreció a Isaac, su hijo único.

Yo te colmaré de bendiciones.

Gn 12, 2: Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y servirá de bendición.

Gn 15, 6: Abrahán creyó al Señor y se le apuntó en su haber.

Gn 16, 10: Y el ángel del Señor añadió: “Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar”.

Gn 32, 13: Tú me has prometido colmarme de beneficios y hacer mi descendencia como la arena incontable del mar.

Se adueñará tu descendencia desde la puerta.

Gn 24, 60: Y bendijeron a Rebeca: “Tú eres nuestra hermana, sé madre de miles y miles; que tu descendencia conquiste las ciudades enemigas”.

Is 14, 12: [contra Babilonia]. ¿Cómo has caído del cielo, lucero de la aurora, y esetás derrumbado por tierra, agresor de naciones”.

Gn 12, 3: Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldiga. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.

2 Cro 3, 1: Salomón comenzó a construir el templo del Señor en Jerusalén, en el monte Moria – donde el Señor se apareció a su padre, David, en el lugar que éste había preparado, en la era de ornán, el jebuseo.

 

Notas exegéticas.

22 1 Esta doble llamada, cosa bastante habitual aparece en Samaritano y en las versiones antiguas.

22 2 2 Cro 3, 1 identifica a Moria con la colina en que se levantará el templo de Jerusalén. La tradición posterior aceptó esta localización, pero el texto habla de un país de Moria, cuyo nombre no aparece en ninguna otra parte; el lugar del sacrificio sigue sin conocerse.

22 17 Es decir, sus ciudades, como interpreta el griego; ver 24, 60.

22 18 Esta nueva mención de las promesas en los vv. 15-18 ha sido insertada en el relato probablemente más tarde. El autor utiliza aquí el término del juramento que encontramos con frecuencia en la tradición deuteronómica. La ocupación de la puerta de los enemigos introduce un matiz bélico en la promesa, matiz que hallamos igualmente en el Deuteronomio.

 

Comentario.

-Dos versículos iniciales:

Iluminan todo el relato y aclaran su sentido.

Una prueba que Dios pone a Abrahán, con la que el patriarca debe acreditar su fidelidad al Señor:

Escandalosa:

Crueldad:

Evoca los sacrificios de niños frecuentes en ciertos pueblos del Oriente Antiguo y que la Biblia prohíbe (2 Re 16, 3).

Carácter contradictorio:

Dios anula la promesa de un hijo.

-Sobriedad del relato, desconcierto interior del patriarca y obediencia.

-Dios detiene la mano del patriarca:

Rechaza los sacrificios humanos.

La salvación de Dios llega hasta los confines del mundo (ver Hch 1, 8).

 

Salmo responsorial

Salmo 116 (114), 10.13-19

 

Caminaré en presencia del Señor

en el país de la vida. R/.

Tenía fe, aun cuando dije:

“¡Qué desgraciado soy”.

Mucho le cuesta al Señor

la muerte de sus fieles. R/.

 

Señor, yo soy tu siervo,

siervo tuyo, hijo de tu esclava:

rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor. R/.

 

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén. R/.

  

Textos paralelos.

Mucho le cuesta a Yahvé la muerte de los que lo aman.

Is 43, 4: Porque te aprecio y eres valioso y yo te quiero, entregaré hombres a cambio de ti; pueblos a cambio de tu vida.

Sal 72, 14: Qué lo rescate de la crueldad y violencia, que aprecie en mucho su sangre

Tú has soltado mis cadenas.

Sal 86, 16: Mírame y ten piedad, da fuerza al hijo de tu esclava.

Te ofreceré sacrificio de acción de gracias.

Lv 7, 12: Si es un sacrificio de acción de gracias, además de la víctima, se ofrecerán roscas ázimas amasadas con aceite, obleas ázimas untadas de aceite y flor de harina desleída en aceite.

Cumpliré mis votos a Yahvé.

Jon 2, 10: Yo, en cambio, te cumpliré mis botos, mi sacrificio será un grito de acción de gracias: la salvación viene del Señor.

1 Co 10, 16: La copa de la bendición que bendecimos ¿no es comunión con la sangre de Cristo? El pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

Sal 6, 6: Que en el reino de la muerte nadie te invoca, en el Abismo ¿quién te da gracias?

 

Notas exegéticas.

116 “Aleluya” según griego; unido por el hebreo al salmo anterior, como en los dos salmos siguientes.

16 10 Aquí empieza el Salmo 115 en griego y Vulgata.

16 13 Rito de acción de gracias conservado en las liturgias judías y cristiana, ver 1 Co 10, 16.

116 15 La muerte rompería toda la relación entre ellos y él, ver Sal 6, 6. Las versiones han interpretado este texto conforme a la idea de la resurrección: “preciosa es a los ojos de Yahvé la muerte de sus amigos”.

 

Tres lecturas.

Con Israel:  La comida de Pascua, o Seder, se tomaba en cada casa la primera noche de la fiesta. La mesa, en aquella ocasión estaba suntuosamente preparada. En un extremo de la mesa, delante del "dueño de casa", había tres matsoth ("pan de la miseria", sin levadura, porque la "masa de nuestros antepasados no tuvo tiempo de fermentarse cuando tuvieron que salir precipitadamente de la tierra de cautividad"). Sobre la mesa, "hierbas amargas" y lechuga, evocaban las amarguras de la vida de esclavitud... Y "el hueso carnudo, asado, de cordero pascual"... Ante cada comensal, una "copa de vino". En cuatro sorbos, durante la comida, cada uno debía vaciar su contenido recitando una bendición, testimonio de "felicidad" y de "gratitud" hacia Dios. Durante la comida, el niño más pequeño hace preguntas al "dueño de casa"; este responde mediante el Haggada o sea el relato de la "liberación de Egipto". Para finalizar la comida, se cantan los salmos de Hallel, es decir los salmos 112 al 117. El salmo 115 resume perfectamente el sentimiento de Israel en esta situación dolorosa. Horriblemente oprimido ("he sufrido mucho"), obtuvo del Faraón el permiso para salir de la hoguera. Pero de inmediato siente que le pisa los talones el ejército egipcio ("en mi confusión yo decía: ¡el hombre es sólo mentira!"). Experiencia profunda de la duplicidad humana. Morirían aprisionados entre el Mar Rojo a la espalda y los terribles carruajes del Faraón por delante... En ese momento se abre el mar ("mucho le cuesta al Señor ver morir a los suyos"). Con inmensa emoción, el salmista pasa de pronto, a la segunda persona: "yo soy, Señor, tu siervo, Tú has roto las cadenas que me ataban. Te ofreceré el sacrificio de alabanza, levantaré la copa de salvación... "

Con Jesús: Imaginémonos a Jesús, cantando, no abstractamente, sino en el contexto de esta "vigilia" de su propia muerte "estas palabras admirables: mucho le cuesta el Señor ver morir a los suyos" ¡No! Dios no goza viendo la muerte" Esta hace parte de la condición humana, hace parte de "todo lo que no es Dios"... Por esto es inevitable. Sólo Dios es Dios. Sólo Dios es perfecto. Sólo Dios es eterno.

Con nuestro tiempo:  La experiencia mortal de Jesús, es la nuestra, es la de todos los hombres. Toda ideología, toda concepción de la existencia humana que "descuide" este hecho evidente de la muerte (las civilizaciones también ¡son mortales! ¡todo lo que construimos es mortal! ¡Todo lo que hacemos en este mundo está destinado a morir!)... no es una concepción válida para el hombre. El hombre ateo de hoy, lúcidamente, saca esta conclusión inevitable: el mundo es absurdo... Y añadimos: "Si Dios no existe, el hombre tampoco tiene esperanza de vivir..." Vayamos con lucidez hasta las últimas consecuencias. Pero con Israel, con Jesús, somos de los pocos que "creen en Dios". Estamos felices de creer. Y nos atrevemos a pensar que es la única posibilidad de supervivencia que tiene el hombre. Podemos pues con alegría entonar este canto.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-34.

Hermanos:

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?

 

Textos paralelos.

Ante esto, ¿qué podemos decir?

1 Co 13, 1: Aunque hable todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy un metal estridente o un platillo estruendoso.

Si Dios está por nosotros.

Is 50, 7-9: El Señor me ayuda, por eso no me acobardaba; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¡quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mi? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará? Mirad, todos se gastan como ropa, los roe la polilla.

El que no perdonó a su propio hijo.

Gn 22, 16: Juro por mí mismo – oráculo del Señor –: Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu único hijo.

Jn 3, 16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea no perezca, sino que tenga vida eterna.

Rm 5, 6-11: Cuando todavía éramos inválidos, a su tiempo, Cristo murió por los malvados. Por un inocente quizá muriera alguien; por una persona buena quizá alguien se arriesgara a morir. Pues bien, Dios nos demostró su amor en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Con mayor razón, ahora que su sangre nos ha hecho justos, nos libraremos por él de la condena. Pues, si siendo enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, con mayor razón, ya reconciliados, nos salvará su vida. Hay más: por medio de Jesucristo, que nos ha traído al reconciliación, ponemos nuestro orgullo en Dios.

¿Cómo no va a darnos gratuitamente todas estas cosas?

2 Co 5, 14-21: Y murió por todos para que los que viven no vivan para sí, sino para quien por ellos murió y resucitó. De modo que nosotros en adelante a nadie consideramos con criterios humanos; y si un tiempo consideramos a Cristo con criterios humanos, ahora ya no lo hacemos. Si uno es cristiano, es criatura nueva. Lo antiguo pasó, ha llegado lo nuevo. Y todo es obra de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encomendó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios estaba, por medio de Cristo, reconciliando el mundo consigo, no apuntándole los delitos, y nos confió el mensaje de la reconciliación. Somos embajadores de Cristo y es como si Dios hablase por nosotros. Por Cristo os suplicamos: Dejaos reconciliar con Dios. Al que no supo de pecado, por nosotros lo trató como a pecador, para que nosotros, por su medio, fuéramos inocentes ante Dios.

1 Jn 4, 10: En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para expiar nuestros pecados.

¿Quién acusará a los elegidos de Dios?

Za 3, 1: Después me enseñó al sumo sacerdote, Josué, de pie ante el ángel del Señor. A su derecha estaba el Satán acusándolo. El Señor dijo a Satán: “El Señor te llama al orden, Satán, el Señor, que ha escogido a Jerusalén, te llama al orden. ¿No es ése un tizón sacado del fuego?

Is 50, 8: Tengo cerca mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Compadezcamos juntos, ¿quién tiene algo contra mí? Que se me acerque.

Hch 2, 23: A éste, entregado según el plan previsto por Dios, lo crucificasteis por mano de gente sin ley y le disteis muerte.

Sal 110, 1: Oráculo del Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos escabel de tus pies”.

Hb 7, 25: Así puede salvar plenamente a los que por su medio acuden a Dios, pues vive siempre para interceder por ellos.

 

Notas exegéticas[1].

8, 31-39 Dios está de nuestro lado. Nos entregó a su único Hijo, que asumió nuestra humanidad, murió por nosotros, resucitó de entre los muertos y ahora intercede por nosotros ante el Padre. Él nos ofrece libremente todas las gracias necesarias para nuestra conversión y salvación. Todo lo que necesitamos es responder a su amor esforzándonos por vivir el mensaje del evangelio.

 

Comentario.

-Formación de Pablo:

Religión: hebrea.

Filosófica: escuelas de Tarso.

Retórica[2] clásica.

-Pablo:

Enamorado de Jesucristo.

Entiende toda su vida desde el centro de su persona, en qien etá la salvación.

-Destinatarios:

“Nosotros”:

4 veces: con nosotros, contra nosotros, por nosotros.

Todos: Pablo, sus oyentes, los cristianos de entonces, los de ahora.

-Preguntas:

3.

De forma sucesiva.

“¿Quién estará contra nosotros? ¿Quién nos acusará? ¿Quién nos condenará?”.

-Lee la vida y muerte de Jesús desde el plan de Dios para salvar a la humanidad caída.

-Tiempos actuales:

Falta de sentido.

Abocados a la catástrofe, a la destrucción, a la nada, a la condena.

Respuesta de la fe:

El amor de Dios sobrepasa toda amenaza.

Estamos amenazados de amor de Dios.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-10.

En aquel tiempo Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

-Maestro, ¿qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:

-Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo.

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

 

Textos paralelos.

 

Mc 9, 2-10

Mt 17, 1-8

Lc 9, 28-36

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó a una montaña elevada.

 

 

En su presencia se transfiguró: sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente, como no los puede blanquear ningún batanero de este mundo.

 

Se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

-Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres tiendas: una para ti, una para Moisés y una para Elías.

 

(No sabía lo que decía pues estaban llenos de miedo).

 

Vino una nube que les hizo sombra, y salió una voz de la nube:

 

 

 

-Este es mi Hijo querido. Escuchadle.

 

De repente miraron en torno y no vieron más que a Jesús solo con ellos.

 

 

 

 

 

Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contarán a nadie lo que habían visto, si no era cuando aquel Hombre resucitara de la muerte. Se agarraron a estas palabras y discutían que significaba resucitar de la muerte.

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada.

 

Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandecía como el sol, sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

 

 

Se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

-Señor, qué bien se está aquí. Si te parece, armaré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

 

 

 

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube salió una voz que decía:

 

 

-Este es mi Hijo amado, mi predilecto. Escuchadle.

 

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces temblando de miedo. Jesús se acercó, los tocó y les dijo:

-¡Levantaos, no temáis!

Alzando la vista, no vieron más que a Jesús solo.

 

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó:

-No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que este Hombre resucite de la muerte.

 

Ocho días después de estos discursos, tomó a pedro, Juan y Santiago y subió a un monte a orar.

 

 

Mientras oraba, cambió de aspecto su rostro y sus vestidos resplandecían de blancura.

 

 

 

Dos hombres hablaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron gloriosos y comentaban la partida que iba a consumar en Jerusalén.

 

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño. Al despertar, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

 

Cuando se retiraron, dijo Pedro a Jesús:

-Maestro, que bien se está aquí. Armemos tres tiendas: una para ti, una para Moisés y una para Elías.

 

(No sabía lo que decía).

 

 

Apenas lo dijo, vino una nube que le hizo sombra. Al entrar en la nube, se asustaron. Y sonó una voz que decía desde la nube:

 

-Este es mi Hijo elegido. Escuchadle.

 

Al sonar la voz, se encontraba Jesús solo.

 

 

 

 

 

 

Ellos guardaron silencio y por entonces no contaron a nadie lo que habían visto.

Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan.

Mc 5, 37: No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan.

Se volvieron resplandecientes, muy blancos.

Mc 16, 5: Entrando en el sepulcro, vieron un joven vestido con un hábito blanco, sentado a la derecha; y se quedaron espantadas.

No sabían que responder.

Mc 14, 40: Al volver, los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados; y no supieron que contestar.

Llegó una voz desde la nube.

Mt 4, 3: Se aceró el tentador y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.

Dt 18, 15: Un profeta de los tuyos, de tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él le escucharéis.

Ex 34, 29-30: Cuando Moisés bajó del monte Sinaí llevaba las dos losas de la alianza en la mano; no sabía que tenía radiante la cara de habar hablado con el Señor.

Ex 40, 38: De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.

Lv 23, 34: Di a los israelitas: El día quince del séptimo mes comienza la fiesta de las chozas, dedicada al Señor, y dura siete días.

Lv 23, 36: Los siete días ofreceréis oblaciones al Señor. Al octavo volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y a ofrecer una oblación al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo alguno.

Mc 1, 11: Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto.

Mc 1, 34: Él curo a muchos enfermos de dolencias diversas, expulsó muchos demonios, y no les permitía hablar, porque lo conocían.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

9 2 (a) Este episodio cierra la primera parte del evangelio y hace inclusión con la escena del bautismo de Cristo, pero, ene l bautismo, se dirigía solo a Cristo, y aquí se dirige a los tres discípulos presentes, como para confirmar la profesión de fe de Pedro. En la escena del bautismo, Jesús aparecía como un nuevo Moisés; lo mismo aquí, como subraya la voz celeste al decir: “Escuchadle”, Dt 18, 15. El “monte alto” donde Cristo se “transfigura” evoca el Sinaí, donde Moisés se encontró con Dios y de donde bajó con el rostro irradiando la gloria divina. Ex 34, 29-30. La nube que cubre a los discípulos con su sombra evoca el texto de Ex 40, 38. Se comprende así por qué, después de la Transfiguración, Jesús se ocupa más de la formación de sus discípulos y les da algunos principios de una ética cristiana.

9 2 (b) En el evangelio esta precisión no tiene valor cronológico; el detalle puede aludir al desarrollo de la fiesta de las Tiendas, una alegre celebración popular que comenzaba seis días después del gran día de la Expiación y duraba siete días (Lv 23, 34.36). En la tradición anterior a la redacción evangélica, podría pues tratarse del primer día de la fiesta, que Jesús habría celebrado aparte con los suyos, o bien del último día, marcado por una alegría desbordante.

9 5 La gente solía dirigirse con este título respetuoso (lit. “mi señor”, de rab “grande”) a los doctores de la Ley y a otras personalidades. Dirigido a Jesús este título es traducido como “Maestro” (didaskale) en Jn 1, 38. Hacia finales del s. I, el término perdió su valor de vocativo y designaba sin más a los doctores de la Ley (de donde el empleo actual de la palabra “rabino”).

9 7 Esta declaración de filiación divina recuerda la pronunciada con ocasión del bautismo de Jesús (1, 11).

9 9 Esta obligación del secreto evoca otras recomendaciones parecidas (Mc 1, 34). Al precisar que el secreto solo podrá ser dado a conocer tras la resurrección, Mc intenta explicar que era imposible entender este episodio hasta que se revelase la gloria del Resucitado. Esto podría hacerse eco de las preocupaciones de la comunidad primitiva: ¿cómo era posible que, tras semejante manifestación, no fuera Jesús reconocido en vida como el Mesías?

9 10 Lo que sorprende a los discípulos no es el hecho de la resurrección (muchos judíos creían en ella), sino el modo en que Jesús habla de ella. La anuncia como algo próximo, cuando se esperaba que tendría lugar al final de los tiempos. Por otra parte, la idea de que el Hijo del hombre glorioso hubiese de experimentar la muerte y la resurrección no dejaba de ser sorprendente.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

2-13 La transfiguración coloca estratégicamente en un solo cuadro la gloria y la cruz; la enseñanza de este misterio, dirigida a los tres apóstoles más cercanos a Jesús, tampoco fue entendida por estos. Como en la oración en Getsemaní (4, 40), Pedro se durmió y, al despertar, “no sabía que decir”.

2 UNICAMENTE: lit. únicos, solos.

4 ELÍAS Y MOISÉS, representantes del AT (la Ley y los Profetas), también aparecían “transfigurados”; pero cf. 2 Cor 3, 7.18, donde san Pablo nos recuerda una diferencia: el resplandor del rostro de Moisés en el AT era pasajero, comparado con la gloria que ilumina la faz de Cristo. // QUE ESTABAN CONVERSANDO: lit. y estaban conversando. San Jerónimo, dice de sí mismo a propósito de la transfiguración: “Cuando leo el Evangelio y veo en él testimonios sobre la Ley y los Profetas, solo pienso en Cristo: de tal modo veo a Moisés y a los profetas que pueda entenderlos hablando de Cristo. Finalmente, cuando llegue el esplendor de Cristo y contemple la brillantísima luz del claro sol, no podré ver la luz de una lámpara. ¿Acaso puede lucir una lámpara si la enciendes en pleno día? […] Así, cuando Cristo está presente, comparados con él desaparecen la Ley y los Profetas. No quito nada a la Ley y a los Profetas, al contrario, los alabo porque predican a Cristo; pero leo la Ley y los Profetas de modo que no me quede en la Ley y los Profetas, sino que, a través de la Ley y los Profetas, llegue a Cristo!

9 Nuevamente con la consigna del silencio (cf. 1, 34) Jesús intenta prevenir una falsa interpretación de su exaltación, separada de su pasión y muerte.

10 GUARDARON AQUEL SECRETO: lit. la palabra guardaron.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

9, 2-13 Solo los apóstoles del círculo más íntimo de Cristo – Pedro, Santiago y Juan – tuvieron el privilegio de ver su gloria en la Transfiguración, que muestra el cumplimiento de la Ley (Moisés) y de los profetas (Elías). La voz de Dios Padre revela que Cristo es su Hijo amado y ordena que sus palabras sean tomadas en cuenta. Es una escena que recuerda a su bautismo: la Transfiguración fue una manifestación de la Santísima Trinidad. Cat. 151, 459, 554-556.

9, 2 Al igual que Moisés recibió la Ley en el Monte Sinaí, la Transfiguración tuvo lugar en una montaña prominente. El envolvimiento de Cristo en la luz apunta a la gloria de la resurrección. La transfiguración dio un especial énfasis a la gloria y la belleza de la divinidad de Cristo y, al mismo tiempo, preparó a los apóstoles para aceptar el escándalo de la cruz. Cat. 554, 555, 556.

9, 7 En la Transfiguración, el Padre confirmó que en su Hijo, Jesucristo, tenemos la plenitud de la Revelación. Cat 459.

9, 10 En la resurrección, anticipada por Cristo en su transfiguración, el cuerpo del hombre salvado, reunido ya con el alma para toda la eternidad, será cuerpo glorioso lleno de luz. Cat. 649, 997-999.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

En seis días, número perfecto, fue creado el mundo entero, la creación perfecta; por eso, pienso que las palabras “seis días después Jesús tomó consigo” a algunos de aquellos se refieren al que sobrepasa toda la realidad porque ha puesto la mirada no solo sobre las cosas visibles (las que suceden en un instante), sino sobre las invisibles (porque son eternas). Por tanto, si uno de nosotros desea que Jesús lo tome consigo, lo lleve sobre un monte alto y lo haga digno de contemplar aparte su transfiguración, que pase por encima de los seis días, no fije más la mirada en las realidades visibles; que no ame más al mundo y lo que hay en él, y que no desee ya más cosa alguna mundana.

Orígenes. Comentario al Ev. de Mateo, 12, 36. Pg. 174-175.

Así les manifestó de alguna manera su divinidad y que Dios habitaba en ellos.

Juan Crisóstomo. Sobre la vanidad de las riquezas, 10. Pg. 175.

Y cuando se transfigure, también su rostro brillará como el sol, pues se manifiesta a los hijos de la luz, que han abandonado las obras de las tinieblas y son revestidos de las armas de la luz.

Orígenes. Comentario al Ev. de Mateo, 12, 37. Pg. 176.

Lo que para los ojos de la carne es este sol, también lo es el Señor para los ojos del corazón.

Agustín, Sermón, 78, 2. Pg. 176.

Porque resplandeció más que el sol y que la nieve, por eso se cayeron, al no soportar el esplendor.

Juan Crisóstomo. Sobre la vanidad de las riquezas, 10. Pg. 176.

Si alguno preguntara qué significa simbólicamente el vestido del Señor, que se volvió blanco como la nieve, podemos entender con razón que se refiere a la Iglesia de sus santos… que en el momento de la resurrección serán purificados de toda mancha de pecado y de cualquier obscuridad de mortalidad.

Ningún médico de almas o purificador destacado de su propio cuerpo puede hacer en la tierra lo que el Señor hará en el cielo, cuando purifique su vestido, es decir, la Iglesia “de toda impureza de carne o del espíritu” y la restaure de nuevo con la bienaventuranza y la luz eterna de la carne y del espíritu.

Beda, Homilías sobre los Evangelios, 1, 24. Pg. 177.

Ambos se opusieron libremente a los tiranos: uno contra el de Egipto, y el otro contra Acab, y esto por hombres ingratos y desobedientes. Ambos eran hombres sin cargos públicos: uno era tartamudo y de voz débil; el otro, de porte rústico; grandes cultivadores de la pobreza, pues ni Moisés poseía nada, ni Elías tenía cosa alguna, fuera de su piel de oveja.

Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo, 56, 2. Pg. 177.

En Moisés y Elías se pueden ver a todos los que reinarán con el Señor; en Moisés que murió y fue sepultado, podemos entender a todos aquellos que resucitarán de la muerte en el juicio, mientras que Elías, que todavía no ha muerto, podemos entender a todos aquellos que a la llegada del Juez todavía se encuentran en vida.

Beda. Homilías sobre los Evangelios, 1, 24. Pgs. 177-178.

Oh Pedro, aunque hayas subido al monte, aunque estés viendo a Jesús transfigurado, aunque veas sus vestidos blancos, sin embargo, porque Cristo aun no ha muerto por ti, todavía no puedes conocer la verdad.

Jerónimo, Comentario al Ev. de Marcos, homilía 6. Pg. 178.

A mí me parece que esta nube era la gracia del Espíritu Santo. Una tienda ciertamente cubre y protege con su sombra a los que están dentro de ella. Pues bien, esto, que ordinariamente hacen las tiendas, lo hizo la nube. ¡Oh Pedro, que quieres hacer tres tiendas, mira la tienda del Espíritu Santo, que a todos nosotros igualmente nos protege!

Jerónimo, Comentario al Ev. de Marcos, homilía 6. Pg. 178.

No hagas tiendas igualmente para el Señor y para los siervos: “Este es mi Hijo amadísimo, escuchadle”. Este es mi Hijo: no Moisés ni Elías. Ellos son siervos, éste es mi Hijo.

Jerónimo. Comentario al Ev. de Marcos, homilía 6.

Allí estaban Moisés y Elías; sin embargo, no se dijo: “Estos son mis hijos amados”. Una cosa es ser Hijo Único, y otra distinta, hijos adoptivos. El designado por la voz era aquel de quien se gloriaban la ley y los profetas.

Agustín, Sermón, 78, 4. Pg. 179.

Yo, cuando leo el Evangelio y descubro allí el testimonio de la ley y los profetas pongo mi atención solamente en Cristo: veo a Moisés y veo a los profetas, de manera que comprendo, en tanto cuanto hablan Cristo… Si luce el sol, la luz de la lámpara no se percibe: de este mismo modo, estando Cristo presente, no se perciben a su lado la ley y los profetas, al contrario, hago de ellos una alabanza, porque anuncian a Cristo, pero yo leo la ley y los profetas, no para quedarme en ellos, sino para, a través de ellos, llegar a Cristo.

Jerónimo. Comentario al Ev. de Marcos, homilía 6. Pg. 179.

Les manda callar y no sin razón, porque de nuevo les recuerda la pasión, con lo que de forma velada les da a entender la causa por la cual les ordenaba callar. Ciertamente, no les mandó que guardaran silencio siempre, sino solo hasta que Él resucitara de entre los muertos. Y debemos darnos cuenta de cómo callando lo difícil, hace mención únicamente de lo agradable.

Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo, 56, 4. Pg. 180.

 

San Agustín.

Ve esto Pedro y, juzgando de lo humano a lo humano, dice: Señor, bueno es estarnos aquí. Sufría el tedio de la turba, había encontrado la soledad de la montaña. Allí tenía a Cristo, pan del alma. ¿Para qué salir de aquel lugar hacia las fatigas y los dolores, teniendo los santos amores de Dios y, por tanto, las buenas costumbres? Quería que le fuera bien, por lo que añadió: Si quieres, hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Nada respondió a esto el Señor, pero Pedro recibió, no obstante, una respuesta, pues mientras decía esto, vino una nube refulgente y los cubrió. Él buscaba tres tiendas. La respuesta del cielo manifestó que para nosotros es una sola cosa lo que el sentido humano quería dividir. Cristo es la Palabra de Dios, Palabra de Dios en la ley, Palabra de Dios en los profetas. ¿Por qué quieres dividir, Pedro? Más te conviene unir. Busca tres, pero comprende también la unidad.

Oído esto, cayeron a tierra. Ya se nos manifiesta en la Iglesia el reino de Dios. En ella está el Señor, la ley y los profetas; pero el Señor como Señor; la ley en Moisés, la profecía en Elías, en condición de servidores, de ministros. Ellos, como vasos; él, como fuente. Moisés y los profetas hablaban y escribían, pero cuanto fluía de ellos, de él lo tomaban.

Desciende, Pedro. Querías descansar en la montaña, pero desciende, predica la palabra, insta oportuna e importunamente, arguye, exhorta, increpa con toda longanimidad y doctrina. Trabaja, suda, sufre algunos tormentos para poseer en la caridad, por el candor y la belleza de las buenas obras, lo simbolizado en las blancas vestiduras del Señor.

 

San Juan de Ávila.

Y cierto, si con esos ojos miráredes a Cristo, no os parecerá feo, como a los carnales, que en su pasión le despreciaban; mas con los santos apóstoles que en el monte Tabor le miraron, pareceros ha su cara resplandeciente como el sol, y sus vestiduras blancas como la nieve (Mt 17, 2), y tan blancas, que, como dice San Marcos, ningún batanero sobre la tierra los pudiera emblanquecer tan bien (Mc 9, 2), lo cual significa que nosotros, que somos dichos vestidura de Cristo (Is 49, 18), porque le rodeamos y ataviamos con creerle y alabarle, y amarle, somos tan blanqueados por Él que ningún hombre sobre la tierra nos pudiera dar la hermosura que Él nos dio. Parézcaos Él como el sol, y las almas por Él redimidas blancas como la nieve. Aquellas, digo, que confesando y conociendo y aborreciendo su propia fealdad, piden cual salen tan hermoseadas por Él que basten para enamorar a Dios, y que les sean cantadas con gran verdad las palabras ya dichas: Deseará el Rey tu hermosura (Sal 44, 12).

Audi, filia [I]. Hermosura del alma, 36. OC I. Pg. 532.

Ningún batanero sobre la tierra las pudiera emblanquecer tan bien (Mc 9, 3). Lo cual significa que nosotros que somos dichos vestidura  de Cristo, porque le rodeamos y ataviamos con creerle y amarle y alabarle, somos tan blanqueados por él que ningún hombre sobre la tierra nos pudiera dar la hermosura que él nos dio de gracia y justicia (cf. Is 49, 18; Ef 2, 10). Parézcanos él como el sol y las ánimas por él redemidas, blancas como la nieve. Aquellas, digo, que, confesando y aborreciendo con dolor su propia fealdad, piden ser hermoseadas y lavadas en esta piscina de sangre del Salvador; de la cual salen tan hermosas, justas y ricas, con la gracia y dones que reciben por él, que bastan a enamorar los ojos de Dios, y que le sean cantadas con gran verdad y alegría las palabras ya dichas: Deseará el rey tu hermosura (Sal 44, 12).

Audi, filia [II], cap. 113, 5. OC I. Pg. 780.

Y pues, recibiendo el cuerpo del Señor, recebimos también su sangre, que en sus venas está, no se maraville nadie que metiéndonos en esta piscina, que, aunque roja en el color tiene virtud de emblanquecer, salgan nuestros vestidos limpios y sin manchas, que, como dice el evangelista San Marcos, ningún batanero sobre la tierra tan blancas las pudiera parar (Mc 9, 2). Y entonces obra el Señor lo que está escrito: Que se entregó a la muerte para parar a su Iglesia hermosa, que no tenga mancha ni ruga, ni cosa de esta hechura, para que sea santa y sin mancha de pecado venial (cf. Ef 5, 25-27); porque tales para a los que bien le reciben, que no les queda mancha de pecado venial y les quita las rugas de las imperfecciones.

51. Santísimo Sacramento, 42. OC III. Pg. 671.

Pues representada por la pureza de holanda[3] y ganada con trabajos como la blancura de la holanda, viste hoy el Señor benignísimo al ánima de su sacratísima Madre, y también hoy, o al tercero día, le resucita su santísimo cuerpo, y, vestido de gloria, lo junta con el ánima que tiene más gloria.

71. Asunción de María, 24. OC III. Pg. 985.

Sobre todo, metámonos, y no para luego salir, mas para morar, en las llagas de Cristo, y principalmente en su costado, que allí en su corazón, partido por nos, cabrá el nuestro y se calentará con la grandeza del amor suyo. Porque ¿quién, estando en el fuego, no se calentará siquiera un poquito? ¡Oh si allí morásemos, y qué bien nos iría! ¿Qué es la causa por que tan presto nos salimos de allí? ¿Por qué no tomamos estas cinco moradas en el alto monte de la cruz, adonde Cristo se transfiguró, no en hermosura, mas en fealdad, en bajeza, en deshonra? Las cuales moradas nos son otorgadas, y somos rogados con ellas, siendo negadas a Pedro las tres que pedía (cf. Mc 9, 4).

74. A una persona religiosa. OC IV. Pg. 320.

 

Papa Francisco. Fratelli tutti (propuesta de la revista Homilética)

55. Invito a la esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive. Nos habla de una sed, de una aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida lograda, de un querer tocar lo grande, lo que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes, como la verdad, la bondad y la belleza, la justicia y el amor. […] La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna»[52]. Caminemos en esperanza.

 

Comentario Homilética

-Entre los dos primeros anuncios de la Pasión (Mc 8, 31 y Mc 9, 31):

Primer anuncio:

Reacción negativa de Pedro:

No entiende que el Mesías tenga que sufrir.

-Después de la Transfiguración:

Curación del endemoniado epiléptico al que los discípulos no pueden curar por falta de fe y oración.

Segundo anuncio de la pasión:

Reacción negativa del grupo de discípulos.

-Acontecimiento que adelanta la resurrección de Jesús a un especial momento de dificultad en el discipulado:

Aceptar la pasión como etapa más del seguimiento de Cristo.

-Partes:

Centro: la voz e Dios.

1ª (vv. 2-3) y 5ª (vv.9-10): relacionadas:

El monte.

Transfiguración (1ª) – Mención a la resurrección (5ª).

2ª (vv. 4-6) y 4ª (v. 8):

Moisés y Elías:

Presencia (vv. 4-6) – ausencia (v. 8).

Ley y Profetas: desaparecen.

Jesús: permanece.

3ª: central:

La voz de Dios declara la identidad de Jesús y su autoridad.

-1ª parte:

Ambiente divino:

El monte: esfera de Dios en contacto con los seres humanos.

El blanco deslumbrador: la gloria de Dios.

-La mirada del transfigurado es una invitación a:

Creer en el traspasado, el crucificado.

Asumir su proyecto completo:

Persecución, sufrimiento, fracaso y muerte.

 

 

 

 

MISA DE NIÑOS. DOMINGO III TIEMPO DE CUARESMA.

Monición de entrada.

Sed bienvenidos, sobre todo nuestras madres y padres:

En todos los pueblos hay una iglesia y en las iglesias todos los domingos se hace misa.

En la misa lo primero que hacemos es pedirle perdón a Jesús.

Porque a veces entramos corriendo, hablamos en misa y no estamos en la iglesia como Jesús quiere.

Porque Jesús quiere que la iglesia sea una casa de silencio y oración.

 

Señor, ten piedad.

Tú que eres nuestra ley. Señor, ten piedad.

Tú que eres el templo de Dios. Cristo, ten piedad.

Tú que eres el amor de Dios. Señor, ten piedad.

 

Homilía:

La botella con los propósitos.

Les enseñamos unas cartulinas con los Diez Mandamientos y otros que nos inventamos. Tienen que escoger los Diez y ordenarlos, dividiéndolos en dos grupos: los 3 respecto de Dios y los 7 respecto de el ser humano. Escogerán entre todos el que quieren cumplir y lo colocarán en el altar para que Jesús esta semana cuando esté en la eucaristía les ayude.

Peticiones.

-Por el Papa Francisco que siga siendo un espejo de como ser cristiano. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que cada día sea más como Jesús quiere. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que hacen leyes, para que las hagan pensando en todas las personas. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que están en los hospitales, para que no estén solas. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros que venimos a misa, para que cada día amemos más a todos. Señor.

 

Acción de gracias.

San José este domingo es el sexto domingo. Y nos acordamos cuando volvisteis de Egipto y fuisteis a vivir a Nazaret. Allí vuestra casa era una cueva donde faltaban muchas cosas y había mucho amor.

 

 

 

EXPERIENCIA.

Entra en https://www.youtube.com/watch?v=L2prq3TMMno Presencia de lo sagrado.

Mira el vídeo con el audio en silencio, centrando tus ojos en las imágenes.

Cierra los ojos: ¿qué muestran? ¿cuáles son los sentimientos que generan? ¿qué sentimientos o estados de ánimo han despertado en ti? ¿Cómo lo titularías?

Pulsa al “play”. Cierra los ojos. Escucha. ¿Cuál es la frase que recuerdas?, ¿el sonido? ¿con qué color representarías la voz de esta mujer?

Imagina que estás en un campamento, convivencia o sesión del sábado. Antes de ver el vídeo les ofreces en una cucharita, una por cada miembro del grupo, un alimento con un sabor (chocolate, sal, azúcar, zumo de limón, refresco,…), ¿cuál escogerías acorde al sabor y textura que evoca el vídeo? Recuérdalo y siéntelo en la boca.

Vuelve a visionarlo con sonido las veces que necesites.

Recuerda en tu vida esos encuentros que la iluminaron. Si has sido madre o padre, vuelve a recuperar lo que sentiste cuando nació tu hija o hijo. Mentalmente o cuando tengas un rato escríbele una carta, contándole esa experiencia única que solo quienes habéis tenido hijos la habéis experimentado. En esta vida quedan muchas palabras si decir a quienes amamos, aprovecha para que esta no muera en el deseo.

¿Cuál es la frase más significativa?

 

REFLEXIÓN.

Busca la cita en tu Biblia (Marcos 9, 2-10), como quien va a iniciar un viaje, porque lo es, por los caminos de Jesús.

Párate un momento, realiza la señal de la cruz, pídele al Padre que te envíe el Espíritu Santo para que puedas descubrir lo que Jesús espera de ti con la lectura del texto.

Lee el texto:

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-10.

En aquel tiempo Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

-Maestro, ¿qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:

-Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo.

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

 

-“En lo cotidiano se que habita lo sagrado”: ¿cuáles son los momentos cotidianos en los que te has encontrado con Dios? ¿cuáles fueron en la vida de los apóstoles?

-Recorre el camino con ellos:

Antes de subir les ha anunciado que tiene que morir en la cruz. Ellos no lo aceptan, están tristes, desalentados, incluso enfadados con Jesús. Así se lo ha manifestado Pedro. ¿Cuáles son tus cruces? ¿Qué momentos dolorosos borrarías de tu vida? ¿qué te gustaría cambiar del momento presente? Si Dios te diese la oportunidad de no pasar por alguna experiencia dolorosa del futuro (fracasos, crisis, enfermedad, muerte,…), ¿cuál sería tu respuesta?

En el monte tiene lugar una experiencia sobrenatural: Jesús se muestra tal como será en la resurrección y provoca miedo pero también una sensación de gozo total. Recuerda los encuentros con Jesús que fueron muy felices (la primera comunión, una misa en la parroquia, una oración en el campamento, una procesión,…).

Tienen que descender y reemprender el camino hacia Jerusalén. Jesús por dos veces les anunciará su muerte, después la Última Cena, Getsemaní, la dormición de los tres testigos de la transfiguración mientras Jesús se debate en una terrible y agónica lucha, el prendimiento, las negaciones de Pedro, la crucifixión, el abandono de los discípulos, la resurrección, la no aceptación del testimonio de las mujeres, el encuentro y la misión. Es la vida de los apóstoles, la vida de cada uno de nosotros. Y siempre Jesús dando el primer paso para el encuentro, a pesar de nuestros enfados, indiferencias, miedos y dudas.

A continuación puedes ayudarte con los anexos 1 y 2.

 

COMPROMISO.

Dedica cada día 5 minutos + los que después necesites para permanecer en silencio, mirando la cruz, evitando todo pensamiento y toda palabra, como la madre mira a su hija recién nacida, sin discursos, simplemente sintiendo el amor que el pequeño y cálido cuerpo que ha gestado transmite. Ofrécele tu corazón para que él le dé la calidez. Amar es primero ser amado, acoger a quien te ama, sin más palabra que la escucha del silencio de quien te ama. La oración es tratar con Dios de amistad, es sentir la mirada de Dios, que te mantiene vivo.

 

CELEBRACIÓN.

 Dale gracias a Dios por esta experiencia, cuéntale como te sientes, si la Palabra de Dios te ha cambiado en algo. Dale gracias por el don de la oración, de las personas que cada día hacen posible tomes tu cruz y le sigas.

 

 

 

ANEXO 1.

TEMA 16. JESÚS ORA Y CUMPLE LA VOLUNTAD DE SU PADRE.

 

Síntesis del tema.

Jesús, con su oración confiada, está siempre unido a Dios, su Padre.

En la oración conocemos lo que Dios Padre quiere de nosotros.

Jesús siempre cumple la voluntad de su Padre.

 

Tema.

En la familia todos nos conocemos bien. Los padres a los hijos y los hijos a los padres. ¡Sabemos muchas cosas los unos de los otros! Pasamos mucho tiempo juntos. La familia es lo mejor que tenemos en la vida.

A Jesús le gusta estar con Dios, su Padre. Él lo conoce mejor que nadie, pues es su Hijo. Jesús sabe cuánto lo ama el Padre. Conoce su amor fiel. Jesús ora, escucha a su Padre y habla con Él.

Al levantarse, al acabar el trabajo, en los momentos importantes de su vida, bendice a su Padre, lo alaba, le pide ayuda... pero, sobre todo, quiere cumplir su voluntad.

Orar es abrir el corazón a Dios, ponerse ante Él, escucharlo y hablarle con confianza de hijos. Ser sus amigos para saber lo que Él quiere de nosotros.

Jesús nos enseñó a orar diciendo:

Oración.

Padre nuestro que estás en el Cielo,

santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,

no nos dejes caer en la tentación

y líbranos del mal. Amén. (Lucas 11, 2-4)

Frase de síntesis final.


La oración cristiana es la relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre,

infinitamente bueno.


Preguntas:
-¿Cómo está unido Jesús con su Padre?

-¿Por qué es importante la oración?

-¿Cómo es la relación de Jesús con su Padre?

-¿Cuando ora Jesús?

-¿Qué es orar?

 

 

 

 

 

 

 

ANEXO 2.


EN CLAVE JUNIORS:

Definición del itinerario de oración:

De oración Este itinerario busca hacer de la oración una experiencia auténtica de relación y comunión con el Señor, a recorrer un camino de crecimiento en el cual la oración se convierta en un rasgo típico de la propia existencia, donde la relación con el Señor es experimentada como el fundamento de la vida y es cultivada a través de una pluralidad de actitudes: la atención, la escucha, la expresión, el silencio, el canto, la acción de gracias, la invocación, la contemplación.

Rasgos de Identidad. Pg. 26.

Así, nuestra oración quiere ser un reflejo de la oración de Jesús: una expresión de la intimidad y la confianza con la que estamos llamados a tratar a Dios, pidiéndole que se haga su voluntad y que se vaya realizando cada vez más en nosotros.

Manual de Espiritualidad Juniors. Pg. 19.

Por eso, cuando decimos que la Palabra de Dios se encuentra en el fundamento de nuestra espiritualidad, estamos diciendo que nuestra espiritualidad no es una meditación vacía. No es la dinámica por la que buscamos una cierta quietud o tranquilidad, puesto que eso es una relajación que, si bien puede venirnos muy bien para desconectar o para prepararnos a la oración, no tiene ningún contenido. Nuestra oración es una relación con nuestro Padre a través del Camino que es Jesucristo a través de su Espíritu, que habita en nosotros y nos pone en diálogo con Dios. Así, en la base de nuestra espiritualidad está el mismo Jesús, que ha entrado en diálogo con nosotros, que es quien nos enseña cómo acercarnos a Dios y cómo tener una relación con Él. Nuestra espiritualidad necesita tener en la base la relación con Dios, a través de su Palabra, que es en quien se nos ha hecho comprensible: Jesús. No nos relacionamos con Dios como alguien abstracto, como una energía, sino que es una relación personal: Dios es Alguien para nosotros, como nos ha mostrado Jesús. Ahora bien, si nuestra relación con Dios es a través de su Palabra, también

Manual de Espiritualidad Juniors. Pg. 22.

La transfiguración Mt 17, 1-9

 Preguntas:

- El Día a Día es un camino, ¿Dios te acompaña? ¿Hacia dónde vas?

- ¿Qué cosas y actitudes me atan o no me permiten caminar?

- Compara tu camino cristiano con una marcha ¿En qué etapa estoy?

- ¿Soy consciente de que Dios me espera al final de ese camino?

Canción: Caminante no hay camino

Gesto: Deja tu huella y en ella escribe algo que te ha marcado en el camino cristiano que llevas recorrido.

El camino de cuaresma. Libro 9. Estilo de Vida IV. Pgs. 79-80. Actividad para realizar durante el tiempo de cuaresma en la que se propone un itinerario a recorrer a modo de desierto.

En el libro A quí busques? pgs. 45-47 se nos ofrece una oración ante el icono de la Trinidad, la presencia de Dios en el camino de Abraham.  http://recursos.juniorsmd.org/Otros%20Recursos/LLIBRE%20DE%20CREIXEMENT%20EN%20LA%20FE%20DEL%20JOVE/

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Robinson, Jame M.; Hoffmann Paul y John S., Kloppenborg. El Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

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Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

http://www.quierover.org

https://www.juniorsmd.org



[1] Biblia Didajé.

[2] Retórica: 4. Arte del bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover. https://dle.rae.es/ret%C3%B3rico#WISC3uX

[3] Holanda: 1. Lienzo muy fino de que se hacen las camisas, sábanas y otras cosas. https://dle.rae.es/holanda