domingo, 25 de octubre de 2020

XXX Tiempo Ordinario. 25 de octubre de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro del Éxodo 22, 20-26

Esto dice el Señor:

No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. No explotarás a viudas ni a forasteros. Si los explotas y gritan a mí, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.

 

Textos paralelos.

 No maltratarás al forastero.

Ex 12, 48: La misma ley vale para el indígena y para el inmigrante que vive con vosotros.

Lv 19, 33: Cuando un emigrante se establezca con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis.

Dt 10, 18s: Hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al emigrante, dándole pan y vestido.

Dt 24, 17s.: No defraudarás el derecho del emigrante y del huérfano ni tomarás en prenda las ropas de la viuda; recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que allí te redimió el Señor, tu Dios; por eso yo te mando hoy cumplir esta ley. Cuando sigues la mies de tu campo y olvides en el suelo una gavilla, no vuelvas a recogerla; déjasela al emigrante, al huérfano y a la viuda, y así bendecirá el Señor todas tus tareas. Cuando varees tu olivar, no repases las ramas; déjaselas al emigrante, al huérfano y a la viuda. Cuando vendimies tu viña, no rebusques los racimos; déjaselos al emigrante, al huérfano y a la viuda. Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto; por eso yo te mando hoy cumplir esta ley.

Dt 27, 19: ¡Maldito quien defraude de sus derechos / al emigrante, al huérfano y a la viuda!

Si lo vejas y claman a mí, yo escucharé su clamor.

Is 1, 17: Cesad de obrar mal, / aprended a obrar bien; / buscad el derecho, / enderezad al oprimido; / defended al huérfano, / proteged a la viuda.

Si tomas en prenda el manto de tu prójimo.

Dt 24, 10-13: Si haces un préstamo cualquiera a tu hermano, no entres en su casa a recobrar la prenda; espera afuera, y el prestatario saldrá a devolverte la prenda. Y si es pobre, no te acostarás sobre la prenda; se la devolverás a la caída del sol, y así él se acostará sobre su manto y te bendecirá, y tuyo será el mérito ante el Señor, tu Dios.

Dt 24, 17: No defraudarás el derecho del emigrante y del huérfano ni tomarás en prenda las ropas de la viuda.

 

Notas exegéticas.

22 25 En las ruinas de la fortaleza de Mesad Hasbavyabu situada cerca de Yavne-Yam (entre Jaifa y Asdod), se descubrió un texto del siglo VII a.C., en el que un segador reclama a un oficial de justicia el manto que le había sido confiscado: “Tu siervo había segado y ya había terminado, y esos días antes del sabbat entrojaba el grano:… entonces llegó Hoshayahu, hijo de Shobay, y tomó el manto de tu siervo, cuando había terminado mi siega. Hace ya varios días que tomó el manto de tu siervo, y todos mis hermanos podrán ser testigos, ellos que siegan conmigo durante el calor (de la siega) … Verdaderamente soy inocente de toda culpa. Haz, pues, que me sea devuelto el manto”.  

 

Comentario.

-Código de la Alianza:

Sigue a los Diez Mandamientos.

Leyes más concretas que los principios más fundamentales de los mandamientos.

-Imperativos éticos centrales de la ética del Antiguo Testamento:

Protección al extranjero, la viuda y los huérfanos.

-Dios de la Biblia:

Un Dios que se pone siempre del lado del pobre esperando que los creyentes sigan este camino.

El que maltrata al pobre ataca a Dios mismo.

Un problema no solo ético, sino teológico.

 

Salmo responsorial

Salmo 17, 1-4.47.51b

 

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza. R/.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;

Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.  R/.

 

Dios mío, peña mía, refugio mío,

escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.

Invoco al Señor de mi alabanza

y quedo libre de mis enemigos. R/.

 

Viva el Señor, bendita sea un Roca,

sea ensalzado mi Dios y Salvador:

Tú diste gran victoria a tu rey,

tuviste misericordia de tu ungido. R/.

 

Textos paralelos.

Yahvé, mi roca y mi baluarte.

Gn 49, 24: Pero el arco se les queda rígido / y les tiemblan manos y brazos / ante el Campeón de Jacob, / el Pastor y Piedra de Israel.

Dt 32, 4: Él es la Roca, sus obras son perfectas, / sus caminos son justos; / es un Dios fiel, sin maldad, / es justo y recto.

Dt 32, 15: Como Jacob hasta saciarse, / engordó mi cariño, y tiró coces / -estabas gordo y cebado y corpulento – / y rechazó a Dios creador: / deshonró a su Roca salvadora.

Dt 32, 18: ¡Despreciaste a la Roca que te engendró, / y olvidaste al Dios que te dio a luz!

Dt 32, 37: Dirá: “¿Dónde están sus dioses / o la roca donde se refugiaba?”

Dt 33, 17: Bello como cría de vaca, / con grandes cuernos de búfalo, / con ellos embestirá a los pueblos / y acosará a los confines de la tierra. / Así son las miríadas de Efraín, / así son los millares de Manasés.

Invoco a Yahvé, digno de alabanza.

Lc 1, 69: Nos ha suscitado una eminencia salvadora / en la Casa de David, su siervo.

¡Viva Yahvé, bendita mi Roca!

Sal 18, 47: ¡Viva el Señor, bendita sea mi Roca! ¡Sea ensalzado mi Dios y Salvador!

 

Notas exegéticas.

18 Esta oda triunfal se compone de una oración de acción de gracias, vv. 5-28, y un cántico real de victoria, vv. 23-51, con final mesiánico. La recensión paralela de 2 S 22 permite corregir el texto, a menudo defectuoso.

18 2 Verso omitido en manuscrito hebreo y colocado en 2 S 22 al final del v. 3. Lo unimos al v. 2, que es el único donde se habla a Dios en segunda persona.

18 3 (a) Los salmos llaman frecuentemente a Yahvé la Roca de Israel: baluarte de sus fieles y, ante todo, del linaje davídico. Ver Mt 16, 18.

18 3 (b) Lit. “cuerno”, símbolo de poder y de vigor, a veces con alcance mesiánico.

18 51 Final litúrgico que recuerda las promesas de victoria y salvación hechas a la dinastía davídica.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10

Hermanos:

Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. No solo ha resonado la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde nuestra comunidad, sino que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a Dios, abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir, aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

 

Textos paralelos.

 Os hicisteis imitadores nuestros y del Señor.

2 Ts 3, 7: Y así hermanos, en medio de necesidades y tribulaciones nos consuela vuestra fe.

Mt 13, 20-21: El sembrado en terreno pedregoso es el que escucha el discurso y lo acoge enseguida con gozo; pero no echa raíz y resulta efímero. Llega la tribulación o persecución por el mensaje, y falla.

Hch 17, 1-9: Atravesando Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga judía. Según costumbre, Pablo se dirigió a ella y, durante tres sábados, discutía con ellos, citando la Escritura, explicándola y mostrando que el Mesías tenía que padecer y resucitar al tercer día, y que ese Jesús que les anunciaba era el Mesías. Alguno de ellos se dejaron convencer y se asociaron a Pablo y Silas; también gran número de prosélitos, griegos y no pocas mujeres influyentes. Llenos de envidia, los judíos reclutaron algunos maleantes del arroyo, amotinaron a la plebe y perturbaron el orden de la ciudad y se presentaron en casa de Jasón con el intento de hacer comparecer a Pablo y Silas ante la asamblea del pueblo. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y algunos hermanos a la presencia de los magistrados. Y grietaron: “Estos, que han revuelto el mundo, se han presentado aquí y Jasón los ha acogido. Todos estos actúan contra los edictos del emperador y afirman que hay otro rey, Jesús”. Al oírlo, la multitud y los magistrados se asustaron, exigieron una caución [garantía o protección prestada a alguien, rae.es] a Jasón y los soltaron.

Rm 14, 17: El reinado de Dios no consiste en comidas ni en bebidas, sino en la justicia y la paz y el gozo del Espíritu Santo.

Ga 5, 22-23: Por el contrario el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio propio. Contra eso no hay ley que valga.

Partiendo de vosotros, en efecto, ha resonado la palabra del Señor.

2 Co 9, 2: Nos consta de vuestra buena disposición y presumo de ella ante los macedonios, diciéndoles que Acaya está preparada desde el año pasado y que vuestro fervor ha espoleado a muchos más.

Vuestra fe en Dios.

Rm 1, 8: Ante todo, por medio de Jesucristo, doy gracias a mi Dios por todos vosotros, porque vuestra fe se anuncia en todo el mundo.

Convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos.

Hch 3, 19: Arrepentíos y convertíos para que se os borren los pecados.

Hch 14, 15: Hombres, ¿qué hacéis? Nosotros somos hombres, de vuesgtra misma condición, y os anunciamos que hay que abandonar los ídolos para convertirse al Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto contienen.

Para servir al Dios vivo y verdadero.

Jr 10, 10: En cambio, el Señor / es Dios verdadero, / Dios vivo y rey de los siglos: / bajo su cólera tiembla la tierra, / las naciones no soportan su ira.

1 Ts 4, 16-17: Pues el Señor mismo, al sonar una orden, a la voz del arcángel y al toque de la trompeta divina, bajará del cielo; entonces resucitarán primero los cristianos; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados con ellos en nubes por el aire, al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con el Señor.

Resucitó de entre los muertos y que nos salva de la ira venidera.

Mt 3, 7: Al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizase, les dijo: “¡Raza de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina?

Rm 1, 17: En ella se manifiesta esa justicia de Dios que libera exclusivamente por la fe. Según aquel texto El que es justo por creer salvará la vida.

Rm 2, 5-6: Con tu contumacia y tu corazón impenitente te acumulas la cólera para el día de la cólera, cuando se pronunciará la justa sentencia de Dios, que pagará a cada uno según sus obras.

 

Notas exegéticas.

1 5 Variante: “el evangelio de Dios” o “de nuestro Dios”. – El Evangelio no es solamente la predicación, es toda la economía nueva de la salvación. Ga 1, 6 (b), cuya eficacia asegura el Espíritu.

1 6 (a) Los tesalonicenses han imitado a Cristo y a los apóstoles porque, como ellos, han sufrido a causa del Evangelio (1 Co 4, 16). Más tarde (2, 14) les dirá Pablo que ellos han imitado a las iglesias de Judea, es decir, que también han sufrido la persecución a causa del Evangelio. Se ve, pues, que en los primeros escritos paulinos, “imitar” no significa “tratar de reproducir las actitudes o las virtudes morales de alguien”. Para el discípulo de Cristo se trata de aceptar la condición de “Siervo sufriente”, que fue la de Jesús: “Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros” (Jn 15, 20).

1 6 (b) El término “palabra” (lógos) adquirió sentido técnico en la literatura cristiana primitiva. Aparece varias veces en los evangelios, especialmente en la explicación de la parábola del sembrador y en textos relacionados con ella. Sin complemento es casi sinónimo de “Evangelio”. El término es precisado con frecuencia mediante un complemento: “palabra de Dios” o “palabra del Señor”, indicando así el origen divino de la palabra dirigida a los hombres por otros hombres. Pablo trata aquí el mismo tema que los sinópticos en la explicación de la parábola del sembrador: la palabra solo da fruto entre quienes la acogen con alegría, a pesar de los sufrimeintos y las persecuciones. Tal actitud de adhesión total únicamente es posible si esta palabra es reconocida como palabra de Dios, y no sola como una palabra sobre dios, con la que algunos predicadores podrían expresar sus propias convicciones religiosas.

1 7 Macedonia y Acaya eran dos provincias de la administración romana de Grecia. La expresión equivale, pues, a “Grecia entera”.

1 8 Aun teniendo en cuenta la exageración, se entiende de que la vida de los cristianos, conforme al Evangelio, asegura por sí misma la difusión de su fe: es una forma de la palabra de Dios.

1 10 Los vv. 9-10 parecen recapitular en un resumen muy denso frases repetidas en la predicación. Dos datos centrales constituían el evangelio predicado por Pablo: una vigorosa afirmación del monoteísmo y una cristología que insistía en el retorno del Señor resucitado. – Nótese el título “su Hijo” aplicado a Jesús desde la primera carta de Pablo.

 

Comentario.

-Reflexión acerca de:

Cómo los Tesalonicenses han acogido la Palabra de Dios.

Testimonio que dicha acogida ha propiciado.

-Punto de partida:

La memoria:

Ayuda a tomar conciencia de cuanto Dios ha obrado.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?

Él le dijo:

-Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él;: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas.

 

Textos paralelos.

 

Mateo 22, 34-40:

Marcos 12, 28-31:

Lucas 10, 25-28:

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y

 

uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

 

 

-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?

 

 

 

 

Él le dijo:

-Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero.

 

 

El segundo es semejante a él;: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas.

 

 

 

 

Un letrado que oyó la discusión y apreció lo acertado de la respuesta se acercó y le preguntó:

 

 

-¿Cuál es el mandamiento más importante?

 

 

 

 

 

Respondió Jesús:

-El más importante es: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es uno solo. Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todas tus fuerzas.

 

El Segundo es: Amarás al prójimo como a ti mismo.

 

No hay mandamiento mayor que estos.

 

 

 

 

En esto un jurista se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó:

 

 

 

-Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

 

 

Le contestó:

-¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué es lo que lees?

Replicó:

-Amarás al Señor tu Dios de todo corazón, con toda el alma, con toda la mente,

 

 

 

 

 y al prójimo como a ti mismo.

 

 

 

Le respondió:

-Has respondido correctamente: hazlo y vivirás.

 

 

 .

 

Mas los fariseos al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos.

// Jn 13, 34-35: Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado así unos a otros. En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros.

¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?

Dt 6, 5: Amarás al Señor, tu Dios, con toda el alma, con todas las fuerzas.

Jos 22, 5: Cumplid a la letra los mandatos y leyes que os dio Moisés, siervo del Señor: amar al Señor, vuestro Dios, caminar por sus sendas, cumplir sus mandamientos y adherirse a él, sirviéndole con todo el corazón y toda el alma.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Lv 19, 18: No serás vengativo ni guardarás rencor a tus ciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Lv 19, 33-34: Cuando un emigrante se establezca con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis

Rm 13, 8-10: No tengáis deudas con nadie, si no es la del amor mutuo. Pues el que ama al prójimo tiene cumplida la ley. De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro precepto, se resume en este: Amarás al prójimo como a ti mismo.

Gn 5, 14: Pues la ley entera se cumple con un precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

 

Los dichos de Jesús. Documento Q.

Q 6, 27 Amad a vuestros enemigos.

Q 6, 28 Orad por los que os [persiguen].

Q 6, 29 [A quien te abofetee] en la mejilla, presénta[le] también la otra.

Q 6, 30 Al que te pide, dale; y [a quien te pida prestado] no le reclames [lo tuyo].

Q 6, 31 Tratad a los demás como queréis que ellos os traten a vosotros.

Q 6, 36 Sed compasivos como… vuestro Padre es compasivo.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

22 35 (a) En Mt los vv. 35-40 forman parte de los relatos de conflictos de Jesús con sus adversarios. En Mc y en Lc el carácter polémico está más mitigado. La originalidad de este sumario evangélico sobre la ley no está en las ideas del amor a Dios y al prójimo conocidas en el Antiguo Testamento, sino en el hecho de que Jesús las relaciona dándoles la misma importancia y, sobre todo, en la simplificación y la concentración de toda la ley en estos dos mandamientos.

22 35 (b) Adicción: “un legista”, tomado sin duda de Lc 19, 25.

22 39 Estos dos preceptos del amor a Dios y al prójimo se hallan igualmente unidos en la Didajé 1, 2, que podría recoger así un tratado judío sobre Dos Caminos. – Las palabras “como a ti mismo” significan que hay que amar al prójimo totalmente “con todo el corazón” (v. 37). No hay que ver aquí una recomendación a amarse antes a uno mismo para amar después o igualmente al prójimo.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

34 TODOS A UNA: en un grupo; o todos en el mismo sitio. Cf. la expresión “estaban unidos”, en Hch 2, 44-45.

35 EXPERTO EN LA LEY: sinónimo de escriba (cf. Hch 5, 21), según algunos, su categoría era inferior a la de maestros de la ley o profesor (nomodidáskalos).

36 MÁS IMPORTANTE: lit. grande (lo mismo que en el v. 38); es un semitismo – “el más grande”; grado positivo de comparación, en vez de superlativo –. Es, también, lenguaje de escuela teológica en el rabinismo. Hay mandamientos “graves” (=grandes) y “leves” (=pequeños).

37 DIJO: lit. decía.

39 [EL] SEGUNDO mandamiento no es igual ni equivalente al primero, sino PARECIDO a él; ¡el primero siempre es el primero!

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

22, 34-40 Los fariseos preguntan a Cristo cuál es el precepto más importante (había 613 preceptos en la ley judía). Cristo no menciona ninguno de los diez mandamientos, sino el gran precepto del amor, que presupone fidelidad a los diez mandamientos. Los mandamientos sólo pueden tener verdadero significado cuando están iluminados por los dos grandes mandamientos del amor. Cat. 1824, 2055 y 2083.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

San Jerónimo.

34-37 Cuando los fariseos se enteraron… Son adversarios entre ellos, pero se ponen de acuerdo para tentar a Jesús. Lo que un poco más arriba habían sido confundidos, cuando les pidió que le mostraran un denario, al ver derribado al partido contrario, deberían de haber advertido, con ese ejemplo, que ya no debían tender trampas, pero la mala voluntad y la envidia nutrían su descaro.

No le pregunta sobre los mandamientos sino cuál es el primero y el más grande de los mandamientos. Como todos los mandamientos de Dios son grandes, cualquiera fuera la respuesta, encontrarían pretexto para calumniarlo, afirmando que entre todos, otro era el mayor. El que sabe y pregunta, no por deseo de aprender sino por afán de averiguar si sabe el que debe responder, a semejanza de los fariseos viene no como discípulo sino como tentador.

 

San Agustín.

Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios se refieren a Dios mismo; al hombre los siete restantes. Si amas a Dios no adorarás a ningún otro ni tomarás en vano su nombre, y le dedicarás el sábado para que descanse en ti cuando te hace descansar. Si, por el contrario, amas al prójimo, honrarás a tus padres y no adulterarás, ni matarás, ni dañarás a nadie con tu falso testimonio, ni robarás, ni desearás la mujer o los bienes de cualquier otra persona. Y por ello, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

No te envió a cumplir muchos preceptos: ni siquiera diez, ni siquiera dos; la sola caridad los cumple todos. Pero la caridad es doble: hacia Dios y hacia el prójimo. Hacia Dios, ¿en qué medida? Con todo. ¿A qué se refiere ese todo? No al oído, o a la nariz, o a la mano, o al pie. ¿Con qué puede amarse de forma total? Con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente. Amarás la fuente de la vida con todo lo que en ti tiene vida. Si, pues, debo amar a Dios con todo lo que en mí tiene vida, ¿qué me reservo para poder amar a mi prójimo? Cuando se te dio el precepto de amar al prójimo no se te dijo: “con todo el corazón, con toda el alma y con toda tu mente”, sino como a ti mismo. Has de amar a Dios con todo tu ser, porque es mejor que tú, y al prójimo como a ti mismo, porque es lo que eres tú.

Diciéndote que ames a tu Dios con todo tu ser, se te dio al mismo tiempo la norma de cómo has de amarte a ti mismo. ¿Quieres amarte a ti mismo? Ama a Dios con todo tu ser, pues allí te encontrarás a ti, para que no te pierdas en ti mismo. Si te amas a ti en ti, has de caer también de ti y larga ha de ser tu búsqueda fuera de ti.

Sermón 179 A, 3-5. Pg. 1457.

 

San Juan de Ávila.

12. Manda Dios que le amemos con todo nuestro corazón y con toda nuestra voluntad, y con todas nuestras fuerzas (Mt 22. 37); y mi corazón que me ame a mí y no cure de Dios ni de los prójimos. Dice Dios Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29), y dice mi corazón que no me humille a nadie ni me subjete.

Plática 16. A las monjas de Zafra. OC I. Pg. 894.

Esta es palabra más frecuente en su boca, y debía de ser en su corazón, como hombre tan bien enseñando de su Maestro, que dijo: Que nos amásemos unos a otros como él nos amó.

Entre todos los mandamientos le llama Dios a este “mi mandamiento”: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros (Jn 15, 12). Ésta es la palabra que más veces repetía San Juan, y no nos haría mal a nosotros, los predicadores, que desprendiésemos de este glorioso evangelista y apóstol a encomendar a las gentes este mandamiento: que en gran manera tengan cuenta con él.

Lecciones sobre 1 San Juan, 21.OC II. Pg. 296.

Siendo el mandamiento de amor a Dios mayor y primero, ¿por qué nos encomienda Dios con tanta eficacia que amemos al prójimo, y le llama: Este es nmi mandamiento? ¿Por qué?”. No sin causa: por la dificultad que en él hay. Porque donde hay más dificultad, es más razón que se pongan más fuerzas; adonde hay más estorbos para pasar adelante, allí es menester mayor amonestación y fuerzas. No se encomienda tanto el amor del prójimo porque sea mayor mandamiento que el mandamiento de amar a Dios, sino por más dificultoso. ¿Había un hombre de correrse [avergonzarse, confundirse, rae.es] en que le dice Dios: “Yo te mando que me ames como Señor?”. “¿Qué menester yo que me mandéis Vos que os ame, y que me amenacéis si no os amo? ¿Y eso había yo menester, teniendo tanta razón de os amar? ¿Qué soy yo tan tibio y tan desamorado para con vos, que hay menester que me mandéis que os ame? ¡Afréntome yo de eso!”.

Bastábamos a nosotros saber quién es Dios, para derretirnos en su amor. Esto no era menester que Dios nos lo mandase. Mas amar al prójimo, es menester que Dios nos lo mande una y muchas veces; que nos amenace si no lo hacemos, porque el prójimo es cosa pesada y va el amor hacia él repugnante. Las corrientes del amor son a bondad o a la hermosura, o al bienhechor. El prójimo no tiene esto; o, ya que tenga alguna cosa, no es perfectamente. “¿Cómo amaré al prójimo que no tiene bondad, o si la tiene es poquita? Y si es feo, ¿cómo lo amaré? ¿Y si me hace mal, ¿cómo le haré bien? ¿Cómo le podré amar por esas dificultades que en él hay y otras?”. ¡Lo encarga Dios tanto! Por muy escrupuloso que seáis, no hallaréis cosa en Dios que os estorbe en amar. […] Si ama un hombre la tierra, es terreno; si la vanidad, es hecho vano; y si a Dios amas, dijo San Agustín, “oso decir que Dios eres por participación”.

Lecciones sobre el evangelio de San Juan. 21. OC II. Pgs. 299-300

Amarás a Dios con toda tu ánima (Mt 22, 37); quiere decir con la parte sensitiva. ¿Mucho os parece que es poner nosotros la vida por nuestros prójimos? Mayor cosa es ponerla Dios por nosotros. ¡Cómo miramos lo que Dios nos pide y nos parece cosa recia, y no miramos lo que Él nos dio! Amónos Dios tanto, tan de verdad, que en testimonio que nos quería bien puso su vida por nosotros. Porque supo de había de haber gente tan desconfiada de la misericordia de Dios, quiso morir por nosotros para matar a nuestros enemigos. Como Sansón, que, cuando murió, mató a todos sus enemigos (cf. Jue 16, 30). Muchos filisteos mató Sansón viviendo, pero más mató muriendo. Cristo murió y, muriendo, mató a todos nuestros enemigos, que son lso pecados. ¡Qué prueba nos dio para tener confianza! Desconfiar los hombres de la misericordia de Dios, después de la muerte de Cristo, blasfemias grandes. No pidáis a Dios cositas, ni penséis que os ha de negar lo que le pidiéredes: que, pues os dio lo mucho, que es su vida, no os negará lo poco.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 27. Pg. 306.

Luego, si Dios puso su vida por mí, ¿qué mucho es que la ponga yo por mis prójimos, por los cuales Él también la puso? Mas, porque no miramos lo que Él hizo, sino lo que nos manda, hácenos recio; que, si cuando nos dicen que amemos a nuestros prójimos hasta poner la vida por ellos, mirásemos que el mesmo que eso manda lo hizo primero por nosotros, no parecería tan áspero.

Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 22. OC II. Pg. 438.

Haz de hacer con él lo que querrías que hiciesen por ti. Quien quisiere contentar a Dios esto ha de hacer, esta luz ha menester tener.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 4. OC II. Pg. 128.

Aunque el amor de Dios sea mayor, no falta causa para encargar y encomendar tanto el del prójimo por la mayor dificultad que tiene de ser cumplida. Que amar a Dios no parece hacerle fuerza ninguna al corazón, porque se va naturalmente a él como a su corriente, por las grandes razones que se muestran en Dios de bondad y de ser deseado. Lo cual todo convida al corazón humano y tira por él que lo ame: tanto, que es grandísima vergüenza de los hombres ver que haya mandamiento, y debajo de pena o de galardón, para amar a Dios. En esto se muestra grandísimamente la miseria humana. Esta fuerza a ser amando no hay en el prójimo: no es la razón tan violenta, en el cual hay tantas cosas malas y pesadas y recias de sufrir. Y ansí parece correr de nuestro corazón el amor al prójimo hacia arriba y muy forzado. Por lo cual fue menester encomendarlo tanto, y animar y esforzar mucho a él, como a cosa dificultosísima; y ansí lo es, que no es pequeño don de Dios el amor del prójimo. Mas Dios de si mesmo se está amando. Que no era menester decir, sino “Dios hay”, para que nunca las criaturas racionales lo dejaran de amar; porque todo cuanto en Él hay es amable, y ninguna cosa hay en su divino ser que no sea amable.

Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 21. OC II. Pg. 434.

En esto conocemos la caridad y amor de Dios: en que puso su ánima por nosotros. De ahí pendent leges et prophetae (Mt 22, 40). Pues esto hizo Dios con nosotros, debemos nosotros poner nuestras vidas por nuestros hermanos.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 22. OC II. Pg. 311.

Ley es creer y amar. Ve ahí toda la ley y profetas (Mt 22, 40); y quien guarda los mandamientos de Dios, está en él.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 24. OCII. Pg. 340.

 Amar a Dios con todo el corazón es amalle con toda nuestra voluntad y querer; amalle con todo nuestro entendimiento es con todo nuestro pensar y entender; y amalle con toda nuestra ánima es con todos nuestros sentidos (porque “anima” en la Sagrada Escriptura quiere decir esta parte sensitiva), que quiere decir que amemos a Dios, hermanos, con el ver y con el oír, con el hablar y con el andar: esto es amar a Dios con toda su ánima. Y añade otro evangelista: con todas tus fuerzas, que quiere decir que ames a Dios, hermano, con la casa, con la viña, con el dinero y con toda vuestra hacienda, que esto es todas tus fuerzas.

23. Domingo 17 después de Pascua. 2. OC III. Pg. 279.

 

No os engañe nadie; ninguno tiene más santidad de cuanto es junto con el Santo de los santos, que es Dios; y ninguno se junta con él sino por el amor, y quien más ama, más junto está. Y esta es la piedra con que el soberano Artífice toca los corazones de los hombres, y es la señal con que Él, como el águila, examina a sus verdaderos hijos, recibiendo por suyos a los [que], confortados los ojos del ánima con los resplandecientes y encendidos rayos que de Dios a ellos descienden, imitaren según su manera al dechado de su amor infinito, que es Dios, no espantándose ni teniendo por imposible su mandamiento, en que manda amemos a Dios pues él primero nos amó (Dt 6, 5; Mt 22, 37; 1 Jn 4, 10). Mi mandamiento es éste, que os améis unos a otros, así como yo os amé (Jn 15, 12). De donde parece que, pues Jesucristo nuestro Señor es más cercano, en cuanto hombre, a la Divinidad, fuego infinito de amor, y tiene alteza sobre todos los hombres y sobre todos los ángeles, ha de ser mayor que todos ellos en el amor, pues lo es en la santidad y en la cercanía con Dios. Y así como a uno que mucho sabe le llaman Sabiduría, así a Él le llaman Amor, solo porque, según Dios, le tiene mayor que se puede pensar.

30. En la Infraoctava del Corpus, 2. OC III. Pg. 643.

Acaece muchas veces, en el bien obrar; que muchas veces tenemos una pereza, una mala gana de hacer una buena obra, y cuando la comenzamos envíanos Dios devoción y buenos propósitos; y por eso ninguno, aunque tibio se sienta, aunque pesado, deje de hacer buenas obras, porque es Dios tan misericordioso, que quien a Él se llega no le deja frío ni hambriento. Los que se dan muchas veces a la oración, experimenten esto y verán cuán gran verdad es; que se llegan hambrientos a la mesa de Dios y van hartos.

Amad a Dios más que a vos, y a vuestro prójimo como a vos mismo: que si vos deseáis ir al cielo, des[e]éis que él vaya; si deseáis que Dios os perdone, desead también que le perdone a él. Y regla general os doy: mirad, lo que querríades que con vos se hiciese y cómo os tratasen los otros, y si errábades contra algún prójimo, querríades que os perdonase, y haced así a vuestro prójimo y así lo amaréis.

22. Domingo 12 después de Pentecostés, 10. OC III. Pg. 268.

Cosa es digna de consideración y de llorar cómo siendo el mandamiento de la caridad del prójimo semejable al mandamiento de amar a Dios (cf. Mt 22, 39), y siguiendo después, lo haya hecho el descuido y desamor de los hombres de tan poca estima, que no sólo no lo anteponen a los otros, pero aun no lo igualan, y ponen a la postre [a lo último, al fin, rae.es] de todos.

36. Vísperas del Corpus, 30. OC III. Pg. 459.

 

Comentario del padre José Luis Sicre.

-Último enfrentamiento del día:

Con los fariseos.

Sigue a Marcos.

-Búsqueda del precepto más importante de la Ley:

 Legislación:

Código de la Alianza (Ex 20, 22-23,32).

Ley de Santidad (Lv 17-26).

Código deuteronómico (Dt 12-26).

Dodecálogo siquemita (Dt 27, 15-26).

Otros mandatos y prohibiciones esparcidos por el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).

Antigua Sinagoga:

613 mandamientos:

248 preceptos y 365 prohibiciones.

Divididos en:

Fáciles:

Poco esfuerzo o poco dinero.

Difíciles:

Mucho dinero y ponían en peligro la vida.

Los importantes.

Idolatría, lascibia, asesinato, profanación del nombre divino, santificación del sábado, calumnia, desprecio de la Torá (la Ley).

-Anécdota de dos rabinos:

Una vez se acercó un pagano a Shammay (hacia 30 a.C.) y le dijo: “Me haré prosélito con la condición de que me enseñes toda la Torá mientras aguanto a pata coja”. Él lo echó con una vara de medir que tenía en la mano.

Entonces fue a ver a Hillel (hacia el 20 a.C.), quien le dijo: “Lo que no te guste, no lo hagas al prójimo. En esto consiste toda la ley, lo demás es interpretación” (Schabbat 31a).

-Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.):

Amarás a tu prójimo como a ti mismo, este es el gran principio general de la Torá.

-Síntesis del final del Sermón del Monte:

Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas (Mt 7, 12).

-Novedad:

Añade un segundo, tan importante como el primero.

-La respuesta entronca con la más auténtica tradición profética:

Denunció el deseo del hombre de llegar a Dios por un camino individual e intimista, olvidando al prójimo.

Muchos israelitas pensaban que a Dios se llega por los actos de culto, peregrinaciones, ofrendas para el templo, etc.

Para llegar a Dios:

Hay que dar necesariamente el rodeo del prójimo.

Preocuparse por los pobres y oprimidos.

Buscar una sociedad justa

Ambos preceptos, en la mentalidad de Jesús y los profetas, están al mismo nivel, deben ir siempre unidos.

-Con estas palabras podían haber terminado todas las controversias del Dia. Pero Jesús, que hasta ahora ha estado esperando las preguntas, pasa al contraataque. Primero, planteando el tema de la filiación del Mesías; luego, con un extenso ataque a los escribas y fariseos.

 

Comentario Homilética

-Controversias de Jesús con diversos grupos judíos:

Tributo al César (domingo pasado).

Saduceos: resurrección (omitido).

Fariseos: mandamiento principal de la Ley.

-Estructura:

v. 34: versículo de transición.

Diálogo:

Exposición (v. 35).

Pregunta de un letrado fariseo (v. 36).

Respuesta muy larga de Jesús (vv. 37-40).

-Judíos:

613 mandamientos:

365 prohibiciones.

248 preceptos.

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Sicre, J.L. El evangelio de Mateo. Un drama para ser feliz. Verbo Divino. Estella. 2019.

Homilética. Sal Terrae. 2020/5.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Monición de entrada.

Buenos días.

Hoy estamos muy contentos porque celebramos la fiesta no de un santo, ni de dos, ni de tres, sino de todos los santos.

Ellos vivieron como Jesús nos enseña en misa, por eso nos enseñan que también nosotros podemos hacer lo que Jesús nos dice.

 

Señor, ten piedad.

Tú eres el Santo. Señor, ten piedad.

Tú nos pides que seamos santos. Cristo, ten piedad.

Tú eres el premio de los santos. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por la Iglesia; para que sea muy santa. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que mandan en España; para que nos ayuden a que haya paz y que se vaya el virus. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que no tienen comida, las que están enfermas, las que tienen que dejar sus países; para que no estén solas y les ayudes. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que están en el cielo; para que le hablen a Dios de nosotros. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que hagamos lo que Jesús nos enseña y seamos santos. Te lo pedimos, Señor.

-Por nuestras catequistas, para que les ayudes cuando nos hablan de ti y nosotros les hagamos caso. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María, te damos gracias por los santos, tú que eres la más santa de todos. Gracias porque nos ayudas a escuchar a Jesús y querer mucho a las personas. Gracias por este mes de noviembre que empieza y por las personas que se han ido al cielo y nos han querido mucho.