viernes, 28 de agosto de 2020

Domingo XXII T.O. 29 de agosto de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Jeremías 20, 7-9 

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más fuerte que yo y me has podido. He sido a diario el hazmerreír, todo el mundo se burlaba de mí. Cuando hablo, tengo que gritar, proclamar violencia y destrucción. La palabra del Señor me ha servido de oprobio y desprecio a diario. Pensé en olvidarme del asunto y dije: “No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre; pero había en mis entrañas como fuego, algo ardiente encerrado en mis huesos. Yo intentaba sofocarlo, y no podía.

 

Textos paralelos.

 Me has seducido, Yahvé.

Jr 15, 10: ¡Ay de mí, madre mía / que me engendraste / hombre de pleitos y contiendas / con todo el mundo!

Pero había en mi corazón algo / parecido a fuego ardiente.

Jr 23, 29: ¿no es mi palabra fuego /  – oráculo del Señor – / o martillo que tritura la piedra?

Prendido en mis huesos.

Jb 32, 19-20: Mis entrañas están como odres nuevos / que el vino encerrado revienta. / Hablaré y me desahogaré, / abriré los labios para responder.

Sal 39, 4: El corazón me ardía por dentro; / pensándolo me requemaba, / hasta que solté la lengua.

 

Notas exegéticas.

20 7 Estas imágenes de seducción y de lucha señalan la influencia de Yahvé sobre el profeta. Este parece que aquí se rebela contra un Dios al que considera responsable de su desdicha. Resulta rara en la Biblia la expresión de tamaña desesperación. Pero Jeremías mantiene la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia, y en lo más hondo de su angustia lanza un grito de esperanza.

 

Salmo responsorial

Sal 62, 2-6.8-9

 

R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

 

Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mislabios. R/.

 

Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

 

Porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo.

Mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene. R/.

 

 Textos paralelos.

Dios, tú mi Dios, yo te busco.

1 S 22, 1a: David marchó de allí a esconderse en el refugio de Adulán.

Sal 36, 6-10: Señor tu lealtad llega al cielo, / tu fidelidad hasta las nubes; / tu justicia es como las altas cordilleras, / tus juicios son un océano inmenso. / Tú socorres a hombres y animales / ¡qué inapreciable es tu lealtad, oh Dios! / Los humanos se acogen / a la sombra de tus alas, / se nutren de la enjundia de tu casa, / les das a beber del torrente de tus delicias; / porque en ti está la fuente viva / y a tu luz vemos la luz.

Mi ser tiene sed de ti.

Sal 42, 2: Como ansía la cierva corrientes de agua, / así mi alma te ansía, oh Dios.

Como un erial agotado, sin agua.

Sal 143, 6: Extiendo hacia ti las manos / y la garganta como tierra reseca.

Me saciaré como de grasa y médula.

Sal 36, 9: Se nutren de la enjundia de tu casa, / les das a beber del torrente de tus delicias.

Mi ser se aprieta contra ti.

Sal 17, 8: Guárdame como a la niña de los ojos, / a la sombra de tus alas escóndeme.

 

Notas exegéticas.

63 1 Este salmo ha sido aplicado a David errante por el desierto. Quizá ha sufrido retoques en función de esta relectura.

63 2 Versiones: “por ti madrugo”.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 1-2

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

 

Textos paralelos.

Como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

Hch 10, 35: [Dios] antes acepta a quien lo respeta y procede honradamente, de cualquier nación que sea.

Tal debería ser vuestro culto espiritual.

Rm 1, 9: Tomo como testigo a Dios, a quien doy culto espiritual anunciando la buena noticia de su Hijo, de que sin cesar os recuerdo siempre.

No os acomodéis a la forma de pensar en el mundo.

Rm 8, 5: En efecto, los que viven según el instinto se inspiran en el instinto; los que viven según el Espíritu se inspiran en el Espíritu.

Rm 8, 14: Cuantos se dejan llevar del Espíritu de Dios son hijos de Dios.

Rm 8, 26: De ese modo el Espíritu socorre nuestra debilidad. Aunque no sabemos pedir como es debido, el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inarticulados.

Transformaos mediante la renovación de vuestra mente.

Ef 4, 23-24: Renovaos en espíritu y mentalidad, revestíos de la nueva humanidad, creada a imagen de Dios con justicia y santidad auténticas.

Rm 2, 18: Estás convencido de ser guía de ciegos, luz de los que están a oscuras.

Ef 5, 10: Comprobad qué agrada al Señor.

Ef 5, 17:Por eso no seáis imprudentes, antes comprended lo que el Señor desea.

Podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios.

Flp 1, 10: Para que sepáis apreciar lo que vale más. Así llegaréis limpios y sin tropiezo al día de Cristo.

Hb 5, 14: El alimento sólido es para los maduros, que con la práctica y el entrenamiento de los sentidos, saben distinguir el bien del mal.

 

Notas exegéticas.

12 La comunidad cristiana sucede al Templo de Jerusalén y el Espíritu que mora en ella da una nueva intensidad a la presencia de Dios en medio del pueblo santo. También inspira un nuevo culto espiritual, porque los creyentes son los miembros de Cristo, quien, en su cuerpo crucificado y resucitado, se ha hecho el lugar de una presencia nueva de Dios y de un culto nuevo.

12 1 (a) Lit. “ofrezcáis vuestros cuerpos”. Pero no se trata del cuerpo en cuanto distinto del alma, sino de la persona como tal, que opera en y por el cuerpo, lugar necesario de su existencia y de su acción, de su relación con Dios, con los demás y con el mundo.

12 1 (b) El adjetivo “espiritual” traduce el griego logikós: “razonable”, “lógico”, “pertinente”. Pablo quiere decir a la vez que la ofrenda de sí mismo es verdadera y que responde adecuadamente al don mismo de Dios descrito en los capítulos 1-11.

12 2 “Mundo” o “siglo”: lit. “eón”. Los primeros cristianos adoptan del judaísmo su concepción de dos grandes periodos en la historia del mundo: el siglo presente, abiertamente dominado por el mal, y el siglo venidero, donde Dios, establecerá su reino. Pero para Pablo, como para la mayor parte de los primeros autores cristianos, el mundo futuro ha comenzado tras la llegada de Cristo. El mundo presente, sometido al siglo del pecado, solo persiste como prórroga, pues su fin está decidido: las arras del nuevo mundo ya están presentes. En consecuencia, el cristiano no debe permitir que una realidad marcada por el mal y condenada a su pronta desaparición dicte sus normas de vida.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 21-27

En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

-¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte.

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

-¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios.

Entonces dijo a los discípulos:

-Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

 

Textos paralelos.

Debía ir a Jerusalén.

Mt 17, 12: Pero os aseguro que Elías ya vino y no lo reconocieron y lo trataron a su antojo. Otro tanto ha de sufrir de ellos este Hombre.

Mt 17, 22-23: Mientras paseaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: “Este Hombre será entregado en manos de hombres que le darán muerte. Al tercer día resucitará”. Ellos se entristecieron profundamente.

Lc 2, 38: Se presentó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos aguardaban el rescate de Jerusalén.

Lc 13, 33: Con todo, hoy y mañana y pasado tengo que seguir mi viaje, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Resucitaría al tercer día.

Hch 10, 40-41: Pero Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se apareciese, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados de antemano por Dios.

Os 6, 2: En dos días nos hará revivir, / al tercer día nos restablecerá/ y viviremos en su presencia.

¡De ningún modo te sucederá eso!

Mt 4, 10: Entonces Jesús le replicó: “¡Vete, Satanás!, que está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, a él solo darás culto.

Volviéndose, dijo a Pedro.

1 Re11, 14: Así, suscitó el Señor a Salomón un adversario: Hadad, el idumeo, de la estirpe de Edom.

¡Solo me sirves de escándalo!

Is 8, 14: Él será para tropezar / y roca para despeñarse / para las dos casas de Israel, / será lazo y trampa.

Mc 4, 13: Y añadió: “Si no entendéis esta parábola, ¿cómo vais a entender las restantes?”.

Entonces dijo Jesús.

// Mc 8, 34: Y llamando a la gente con los discípulos, les dijo: “Quien quiera seguirme, niéguese a sí, cargue con su cruz y sígame”.

Mc 9, 1: Os aseguro que hay aquí algunos presentes que no sufrirán la muerte antes de ver llegar el reino de Dios con poder.

// Lc 9, 23-27: Y a todos les decía: “Quien quiera seguirme, niéguese a sí, cargue con su cruz cada día y venga conmigo. Quien se empeñe en salvar su vida la perderá; quien pierda su vida por mí la salvará. ¿Qué le aprovecha al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se malogra él. Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, este Hombre se avergonzará de él cuando vuelva con su gloria, la de su Padre y de los santos ángeles. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte antes de ver el reinado de Dios”.

Mt 10, 38-39: Quien no tome su cruz para seguirme no es digno de mí. Quien se aferre a la vida la perderá, quien la pierda por mí la conservará.

// Lc 14, 27: Quien no carga con su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío.

Porque quien quiera salvar su vida.

Lc 17, 33: Quien se empeñe en conservar la vida la perderá, quien la pierda la conservará.

// Jn 12, 25-26: El que se aferra a la vida la pierde, el que desprecia la vida en este mundo la conserva para una vida eterna. Quien me sirva que me siga, y donde yo estoy estará mi servidor, si uno me sirve, lo honrará el Padre.

Porque el Hijo del hombre ha de venir

Mt 25, 31: Cuando llegue el Hijo del Hombre con majestad, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y comparecerán ante él todas las naciones.

Dn 7, 13-14: Seguí mirando, y en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo una figura humana, que se acercó al anciano y fue presentada ante él. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

2 Ts 1, 7: Hasta el punto de convertiros en modelo de todos los creyentes de Macedonia y Asia.

Sal 62, 13: Que tuya, Señor, es la lealtad; / que tú pagarás a cada uno / según sus obras.

Ez 18, 21: Si el malvado se convierte / de los pecados cometidos / y guarda mis preceptos / y practica el derecho y la justicia, / ciertamente vivirá y no morirá

 

Los dichos de Jesús.

Q 14, 27 El que no toma su cruz y viene detrás de mí no puede ser discípulo mío.

Q 17, 33 [El que encuentre] su vida la perderá y [el que] pierda su propia vida [por mí] la encontrará.

  

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

16 21 (a) Después del momento crucial en el que los discípulos hacen la primera profesión de fe expresa en la mesianidad de Jesús, el evangelio introduce el primer anuncio de su Pasión: al papel glorioso del Mesías une el papel doloroso del Siervo doliente. Esta disposición de tradiciones, después de la cual viene la Transfiguración, seguida de una consigna de silencio y un anuncio similares prepara la fe de los discípulos para la crisis próxima de la muerte y Resurrección de Jesús.

16 21 (b) Este anuncio de la pasión, cuyo texto más antiguo conserva Mc, lo transforma Mt según la terminología de su tiempo. Jesús resucitará, no “a los tres días” (Mc 8, 31), sino “al tercer día”.

16 23 (a) Pedro al pretender atravesarse en el camino que debe seguir el Mesías, le sirve de “escándalo” ( es decir, “tropiezo”, sentido originario del griego skándalon) y se convierte en secuaz, aunque inconsciente, del mismo Satán.

16 23 (b) Esta oposición entre los pensamientos de Dios y los de los hombres tiene su origen en el AT y era conocida por el judaísmo del tiempo de Jesús.

16 25 Este logion de forma paradójica, y los que le siguen, juegan con dos etapas de la vida humana: la presente y la futura. El griego psyjé, equivalente aquí del hebreo nefês, combina los tres sentidos de vida, alma, persona. Ver Gn 2, 7.

16 27 “Su conducta”: var. “sus obras” – Para expresar la idea de la retribución personal Mt cita Sal 28, 4. Profundamente enraizada en el Antiguo Testamento esta idea presenta en Mt dos nuevas características: será Jesús, Hijo del hombre, quien juzgará a cada uno el último día: por otra parte Mt insiste constantemente en la importancia de las buenas obras, que hay que realizar pensando solo en Él que “te recompensará”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

21-28 Comienza la etapa más difícil en el crecimiento de la fe: los apóstoles han de purificar el seguimiento primero (4, 20); no sólo han de superar el sueño nacionalista de un triunfo político-religioso, sino que deberán superar el plano de la “sabiduría” de los hombres, para vivir en el plano de la sabiduría de Dios (lo que llama san Pablo “locura de la cruz”.

21 DESPERTAR: lit. ser despertado por Dios (voz pasiva teológica), es decir, resucitar.

22 Pedro empezó a ejercer precipitadamente los poderes que acababa de recibir, sin esperar la gracia de Pentecostés, y chocó con el escándalo de la cruz. // DIOS NO LO QUIERA. lit. es una expresión elíptica: Propicio para ti (se entiende: “… sea Dios, a fin de que”… no te suceda eso). Probablemente en el tiempo del NT no se percibía ya el origen religioso de esta expresión; lo mismo que ocurre con nuestra exclamación “ojalá” (=quiera Dios).

23 DETRÁS DE MÍ: expresión independiente de ¡VETE!, supone un verbo implícito. Fórmulas semejantes serían: “¡quítate de delante!”, “¡no quiero ni verte!”. // SATANÁS. Pedro ha vuelto a ser Simón Barjoná, se ha hecho “adversario” de Jesús, se ha colocado delante del Maestro y se ha convertido en obstáculo, en TROPIEZO en el “camino” hacia Jerusalén; para ser verdadero discípulo, Simón necesita de nuevo ponerse DETRÁS de Jesús y seguirlo.

27 VA A VENIR… (cf. 25, 31) CON (lit. en, que equivale a un he hebreo instrumental) EL ESPLENDOR, e.d., la gloria de la magnificencia (6, 29) propia del Padre (Jn 1, 14 habla del esplendor “propio del Hijo”). // PAGARÁ… SEGÚN SU CONDUCTA (lit. a la acción de él): cf. referencias bíblicas en 1 Pe 1, 17.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

16, 23 Jesús les reveló a Pedro que su misión de redención incluía un sufrimiento terrible, muerte y resurrección. Este es el primero de los tres anuncios de la Pasión (los otros dos: Mt 17, 22-23; 20, 17-19). Cuando Pedro se resistió ante esta revelación, Cristo le dirigió su más severa reprimenda, asociándole con Satanás, que también le tentó (Mt 4, 1). El mensaje de Cristo es que no pueda haber redención sin cruz. Catecismo de la Iglesia Católica 440, 540, 554 y 507.

16, 25 Para llegar a ser un verdadero discípulo de Cristo, se requiere un compromiso de sacrificio de amor en su forma de negación de sí mismo y voluntad de aceptar el sufrimiento por amor a Cristo. Una oración de san Nicolás de Flüe dice: “Mi Señor y mi Dios, sepárame de mí para darte todo a ti”. Cat. 617, 2029 y 2232.

 

San Jerónimo.

21 Desde aquel día Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir mucho. Aún hoy Jesús tiene mucho que padecer de parte de aquellos que crucifican de nuevo al hijo de Dios. Considerados en la Iglesia como ancianos y sumos sacerdotes, sin embargo, dado que siguen solamente la letra, matan al hijo de Dios que se comprende integralmente sólo en espíritu.

22.23 Tú eres para mí un obstáculo. Muchos piensan [Hilario de Poitiers] que el Señor no habría corregido a Pedro sino al espíritu enemigo que sugería esas palabras al apóstol. Pero yo no creería jamás que el error del apóstol, proveniente de un piadoso sentimiento, haya sido provocado por el diablo. Al diablo le dice: Retírate; Pedro oye que le dicen: ve detrás de mí, es decir, sigue mi decisión, porque no tienes el gusto de las cosas de Dios sino de las de los hombres. Mi voluntad y la del Padre – cuya voluntad he venido a cumplir – es que muera por la salvación de los hombres; pero tú, considerando sólo tu voluntad, no quieres que el grano de trigo caiga en tierra y produzca mucho fruto. Un lector atento podrá preguntarse cómo después de haber oído una tan grande bienaventuranzas: Feliz tú, Simón,… ¿Qué cambio tan repentino es este, que después de tan grandes recompensas tenga que ser llamado Satanás? Pero el que esto se pregunta considere que esa bendición, esa bienaventuranza, el poder y la edificación de la Iglesia fundada sobre él, le son prometidas a Pedro para el futuro, no concedidas para el presente. Todo esto se refiere al futuro; si se lo hubiera dado enseguida, jamás hubiera tenido lugar el error de su equivocada declaración.

27. Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles y entonces pagará a cada uno según sus propias obras. Pedro, escandalizado por el anuncio de la muerte del Señor, había sido reprendido duramente por las palabras de este; los discípulos eran invitados a negarse a sí mismos, a tomar su cruz y a seguir a su maestro dispuestos a morir. Grande es su terror al oír esto; después de haber espantado al príncipe de los apóstoles, podía inspirar temor también a los demás. Por eso a las tristes perspectivas le suceden las alegres. Temes la muerte, conoce cuál es la gloria del triunfador; recelas la cruz, escucha: los ángeles están a su servicio. No hay distinción entre judío y pagano, entre varón y mujer, entre pobres y ricos, porque aquí no se consideran las personas sino las obras.

 

San Agustín.

Hemos oído cómo suena la trompeta evangélica que exhorta a los mártires al combate en que han de vencer al mundo: Quien quiera salvar su alma la perderá; quien la pierda por mí la hallará (Mt 16, 25). Salvándola la pierde, perdiéndola la halla. ¿Qué significa esto, sino que hay una salud del alma según este mundo y otra según Dios? En el momento de la tentación con que fueron probados los mártires, presentándoseles la alternativa entre negar a Cristo y probar la muerte, quienes quisieron salvar sus almas según el mundo, negaron a Cristo, y las perdieron; en cambio, quienes las perdieron según el mundo, confesaron a Cristo y las hallaron. ¿A quién podían confiar su alma con más seguridad que a su creador? ¿Quién puede conservar lo que ya existía, sino quien pudo crear lo que no existía? […] ¡Dichósos ellos perdiendo sus almas! ¡Oh afortunadas pérdidas! Así arrojan, así pierden quienes siembran. ¿Quién duda de que en toda sementera, lo que se siembra es arrojado y cubierto de tierra? Pero ¡cuán grande es la esperanza de la mies a la que precede la del sembrador! Tampoco cuando se siembra ve nadie la mies; todo se deja en la mano de Dios, se le confía a la tierra. La tierra lo conserva, lo fecunda, lo multiplica; pero por obra de quien hizo el cielo y la tierra.

Sermón 306 C, 1.

 

San Juan de Ávila.

¿Qué además es ese, Señor? ¿Hablaros Sant Pedro aparte y respondéis en público? Para desengañar a muchos engañados; que aquesto que se dijo a los discípulos, a los frailes y clérigos, a todos habla el Señor: Que quien no llevare su cruz, no le seguirá. No es profesión, ser cristiano, de gente delicada en el sufrir; no es de gente delicada en la honra. Quien me quisiere seguir tome su cruz. Esta es la columna de fuego que Dios dio a su pueblo cuando lo sacó de Egipto: que cuando habían de parar, paraba la columna, y cuando habían de andar, andaba la columna.

Lecciones sobre 1 Juan (I). Lección 8.   OC II. Pg. 173.

 

Dios usa con nosotros al revés del mundo. El mundo tiene los principios sabrosos y los dejos amargos; nuestro Señor tiene los principios amargos y los dejos sabrosísimos, y de gran perpetuidad y descanso. ¿Qué nos dice el Señor? Primero, toma tu cruz, y sígueme (Mt 16, 24); sufre la tentación por amor de mí; sufre los trabajos por mi amor, que al fin será la gloria. Sufre aquella muestra trabajosa que la virtud tiene, que después os será mayor deleite, aun en esta vida, seguir la virtud. Hacer la voluntad de Dios da gran deleite a los que mucho tiempo lo han hecho. Tiempo os vendrá que os sea más deleite trabajar, sufrir injurias, seguir la virtud, que a los malos les es gusto seguir sus deleites. Tenéis aquí un peso con dos balanzas iguales; ¡no lleguéis a ellas, pésense ellas! No tienen los hombres paciencia para dejarlas pesar, sino luego echan mano de la cosa deleitable. Dejar pesar ese peso, no tengáis esa balanza. Vuestro amor es vuestro peso; adondequiera que sois llevados sois llevados por amor. El deleite os lleva; la honra os lleva. ¿No diréis: “Lo que me lleva quiero ver, quiero ver lo que no me dan”? ¡No echéis mano a la balanza! No tenéis paciencia para hacer eso. Ponéis vuestro amor y vuestro corazón en la cobdicia de la carne, o en la cobdicia de los ojos, en el fausto de la vida. No miréis el amargura que eso trae, porque no tenéis paciencia para pesarlo con la virtud.

Lecciones sobre 1 Juan (I). Lección 14.  OC II. Pg. 393.

¿Qué le aprovecha al hombre que gane todo el mundo, si su alma padece detrimento? (Mt 16, 26). ¿Sí su vida padece detrimento? ¿Si lo matan? Pues la vida del cuerpo, comparada a la vida del alma, ¡qué diferencia hay! En esto conocemos la caridad de Dios, en que puso su ánima por sus amigos: su vida.

Lecciones sobre 1 Juan (I). Lección 22. OC II. Pg. 305.

Los que ahora oyen y siguen de buena voluntad la palabra de la cruz, no temerán entonces oír la palabra de la eterna damnación; la señal de la cruz estará en el cielo cuando nuestro Señor vendrá a juzgar. Entonces todos los siervos de la cruz, que se conformaron en la vida con Jesucristo crucificado, se llegarán a Él con gran confianza. Pues así, ¿por qué temes tomar la cruz, por la cual van al reino? En la cruz es la salud y la vida. En la cruz es la defensa de los enemigos. En la cruz está la infusión de la suavidad soberana. En la cruz es la fortaleza del corazón. En la cruz está el gozo del espíritu. En la cruz está la suma virtud. En la cruz está la perfección de la santidad. No está la salud del alma ni la esperanza de la vida sino en la cruz. Toma, pues, la cruz, y sigue a Jesucristo, e irás a la vida eterna. Él vino primero, y llevó su cruz, y murió en la cruz por ti, porque tú también la lleves y desees morir en ella. Porque si murieses juntamente con Él, vivirás con él. Y si fueres compañero de la pena, serlo has también de la gloria. Mira que todo está en la cruz, todo está en morir en ella, y no hay otra vía para la vida y para la verdadera y entrañable paz, sino la vía de la santa cruz y continua mortificación. Ve donde quisieres, que no hallarás más alto camino en lo alto, ni más seguro en lo bajo. Dispone y ordena todas las cosas según tu parecer y querer, que no hallarás sino que has de padecer algo por fuerza o de grado, y así siempre hallarás la cruz. O sentirás dolor en el cuerpo, o tribulación en el espíritu; a veces te dejará Dios, a veces te perseguirá el prójimo. Y lo que peor es, muchas veces te descontentarás de ti mismo y no serás aliviado con ningún remedio ni consuelo: mas conviene que sufras hasta cuando Dios quisiere; porque quiere Dios que aprendas a sufrir la tribulación sin consuelo y te sujetes del todo a Él y te hagas más humilde con la tribulación.

Traducción de la “Imitación de Cristo”. Libro II, c. 12. OC II. Pg. 923

Mientras no dijéredes un no a vuestro sí y un sí a vuestro no, no habéis pasado a Cristo. Habéis de pasar por él: Cristo viva en mí, ya no yo. Quien a Cristo enoja, a mí enoja, y quien a Cristo alaba, a mí alaba; y quien a Cristo sirve, a mí sirve; porque ya no vivo en mí sino Él; ya se murió fulano, ya no soy yo, ya no vivo para mí, ni duermo para mí, ni trabajo para mí, ni hago cosas para mí. Viva Cristo y muera yo en mí, para que viva yo en Él. Esto es comulgar y esto habéis de pedir y desear. Señor, ¡qué me torne yo vos! ¡Qué de este altar no vuelva fulano, sino que, como él pan se muda en vos, así haga yo!

Ciclo temporal. Sermones del Santísimo Sacramento. 57. Octava del Corpus. OC III. Pg. 774.

¿Qué aprovecha al rico que tenga muchos tesoros, señoríos y reinos, si se mure y lo deja todo acá? Trocarlo ha todo de buena gana por un poco de vida, aunque fuese con trabajos, y pidiendo por amor de Dios de puerta en puerta. Sin vida, ninguna cosa se goza, y con ella de todas; y cuando todas fallecen, el mismo vivir da contentamiento, aunque tenga anejos muchos trabajos

Ciclo temporal. Sermones del Santísimo Sacramento. 45. Santísimo Sacramento. OC III. Pg. 593.

Si tú entonces no has obrado, ni has sido casto, ni tenido obediencia a Dios, ni hecho nada por su amor, ¿qué sentirás cuando diga: llama los obreros y págalos, y veas qué tú te quedas sin jornal, y que por no haber trabajado te envían a los trabajos incomportables del infierno, a do siempre trabajarás? Di: ¿qué placer sentirás entonces cuando te digan que, por la jarra de agua que diste, dirá Dios: “Denle su jornal?”. Y el jornal será el reino de Dios para siempre, adonde gozarás con Él y vivirás descansado, sin pensamiento de trabajo que jamás te venga, ni recelo que perderás aquel sumo bien que una vez te han dado. ¿Cuál valdría entonces más, el jarro de agua o el cuento de dineros que dejaste en el arca? ¿Quién es el que no alza las baldas y se apareja al trabajo, y le abraza de buena gana, pues jornal tan aventajado es para recebir en el cielo por su trabajar?

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 8. Domingo de Septuagésima. OC III. Pg. 120s.

¡Oh, válame Dios, y que de cosas pasamos por tan buenas y verdaderas, siendo tan malas y tan falsas! ¿Oh cuantas intitulamos por muy espirituales que son pura carne! Si no, echad el ojo a San Pedro, cuando Cristo trató de que había de morir y él le dijo: Tened, Señor, piedad de vos, ¿qué es razón que muráis? ¿Quién no dijera no proceder esta compasión de grande amor y caridad, y era eso de carne? Y fue respondido y reprehendido por el mismo Dios con la mesma reprehensión que hizo al diablo, que le probó a tentar en el monte, llamándole Satanás, que quiere decir acusador y adversario y contradecidor de las obras de Dios. Y si hubiéramos de juzgar aquel consejo, según seso de carne, diéramos voto que era muy justo y muy provechoso, pues era quitar cruz y muerte a quien tan mal la merecía. Y Cristo dice que es Satanás y que no sabe las cosas de Dios, sino de la carne, porque, a serlo, aceptará la cruz y abrazárala y amárala con Jesucristo, y, ansí, pues, era para remedio del mundo y así lo quería el Padre eterno.

184. A un mancebo. OC IV. Pg. 610.

Se prueba el amor en el proprio desprecio y propria abnegación, como el Señor dice, que quien quiere ir tras Él, se niegue a sí mismo.


103. A una señora. OC IV. Pg. 416.

Y aprovecharos ha que cada vez que comulgades hagáis renunciación de vuestra voluntad en la de nuestro Señor y el pedirle muchas veces que mereced que, pues vos no se la podéis dar, la tome Él. Y os dé la suya por vuestra. Y aunque sean pocas cosas, no dejéis salir a vuestra voluntad con lo que quiere, sino contradecilde; y amad a quien os la contradice, porque el ensayarse en las cosas aprovecha para mayores. Cristo os favorezca para que del todo seáis suya.

120. A una mujer devota. OC IV. Pg. 452.

Entended que la cosa en que más podéis agradar a Dios es tener vuestra ánima limpia delante su acatamiento; y la mayor misericordia que podáis hacer es tener vuestra ánima agradable a Él.

46. Al mismo Juan de Dios. OC IV. Pg. 239.

¿Qué aprovecha tenerlo todo bueno, si a ti solo tienes malo? ¿Qué aprovecha ganancia en la bolsa y daño en el ánima; y gran nombre delante de los hombres y ser ignorado delante los ojos de Dios? Vendrá día, y cierto vendrá, cuando destruya Dios todos los que obran maldad y ¿qué aprovechará entonces lo que aquí más buscaron? ¡Oh día de la cuenta de todos los días, y cuán poco eres mirado, y por eso tan poco temido!

149. A un su devoto. OC IV. Pg. 516.

Cierto no va engañando quien tal trueco hace, porque cuando aparezca Dios con sus santos, y venga a dar a cada uno según sus obras, entonces parecerá locura lo que agora es tenido en gran precio, y llorarán los que agora gastan su vida en deleites; y sólo aquel será conocido de Cristo que acá hiciere su santo voluntad.

64. A unos amigos suyos. OC IV. Pg. 285.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Domingo XXI T.O. 23 de agosto de 2020.

 

Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías 22, 19-23 

Esto dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio:

-Te echaré de tu puesto, te destituirán de tu cargo. Aquel día llamaré a mi siervo, a Eliaquín, hijo de Esquías, le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén y para el pueblo de Judá. Pongo sobre sus hombros la llave del palacio de David: abrirá y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá. Lo clavaré como una estaca en un lugar seguro, será un trono de gloria para la estirpe de su padre.

 

Textos paralelos.

 Aquel día llamaré a mi siervo Eliaquín.

Is 36, 3: Salieron a recibirlo Eliaquín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobna, el secretario, y Yoaj el canciller, hijo de Asaf.

Is 36, 11: Eliaquín, Sobná y Yoaj dijeron al copero mayor: “Por favor, háblanos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en hebreo ante la gente que está en las murallas.

Is 36, 22: Entonces Eliaquín, hijo de Jelcías, el mayordomo de palacio, Sobná, el secretario, y Yoaj el canciller, hijo de Asaf, se presentaron al rey Ezequías con las vestiduras rasgadas y le comunicaron las palabras del copero mayor.

2 R 18, 18: Llamaron al rey, y salieron a recibirlos Eliacín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobná, el secretario, y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf.

2 R 18, 26: Eliacín, hijo de Jelcías, Sobná y Yoaj dijeron al copero mayor: “Por favor, háblanos en arameo, que lo entendemos. No nos hables en hebreo, ante la gente que está en las murallas.

2 R 18, 37: Eliacín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobná, el secretario, y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, se presentaron al rey con las vestiduras rasgadas, y le comunicaron las palabras del copero mayor.

 

Notas exegéticas.

22 Este oráculo se sitúa después de la liberación de Jerusalén el 701, que puso fin a la campaña hasta entonces victoriosa de Senaquerib.

22 19 “te destituiré” versiones: “te destituirá”, hebreo.

22 22 Abrir y cerrar las puertas de la “casa del rey” era una función del visir egipcio; cuyo equivalente en Israel es el mayordomo del palacio. Esa será la función de Pedro en la Iglesia, reino de Dios. Mt 16 19, Ap 3 7 citará este texto y lo aplicará al Mesías como lo hace la liturgia en la antífona del Magnificat en las vísperas del 20 de diciembre: “O clavis David et sceptrum domuns Israel”.

  

Salmo responsorial

Sal 137, 1-3.6.8cd

 

R/. Señor, tu misericordia es eterna,

no abandones la obra de tus manos.

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

porque escuchaste las palabras de mi boca;

delante de los ángeles tañeré para ti;

me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre,

por tu misericordia y tu lealtad,

porque tu promesa supera tu fama.

Cuando te invoqué, me escuchaste,

acreciste el valor de mi alma. R/.

 

El Señor es sublime, se fija en el humilde,

y de lejos conoce al soberbio.

Señor, tu misericordia es eterna,

no abandones la obra de tus manos. R/.

 

 Textos paralelos.

Te doy gracias Yahvé de todo corazón.

Sal 9, 2: Te doy gracias, Señor, de todo corazón / contando todas tus maravillas.

Me postraré en dirección a tu santo Templo.

Sal 5, 8: Yo en cambio, por tu gran bondad, / puedo entrar en tu casa / y postrarme hacia tu santuario / con reverencia.

¡Excelso es Yahvé, y mira al humilde!

Is 57, 15: Porque así dice el Alto y Excelso, / Morador eterno, / cuyo nombre es Santo. / Yo moro en la altura sagrada, / pero estoy con los de ánimo / humilde y quebrantado, / para reanimar a los humildes, / para reanimar el corazón quebrantado.

Lc 1, 51-52: Su poder se ejerce con su brazo; / desbarata a los soberbios en sus planes.

¡Tu amor es eterno, Yahvé!

Sal 100, 5: “El Señor es bueno, su misericordia es eterna, / su fidelidad de edad en edad”.

 

Notas exegéticas.

Sal 137, 1-3.6.8cd

138 1 (a) Griego. Verso omitido por hebreo.

138 1 (b) En lugar de “ángeles” (griego, Vulgata, ver Sal 8 6 [el autor piensa en los seres misteriosos que componen la corte de Yahvé, los “ángeles” del griego y de la Vulgata]), se traduce a veces “dioses” (los ídolos a los que desafía el salmista): siriaco traduce “reyes”, ver Sal 45 7, y el Tárgum “jueces”, ver Sal 58 2.

138 2 Lit. “has engrandecido tu promesa por encima de tu renombre”. Texto dudoso.

138 3 “aumentaste”, siriaco; “me conturbaste” hebreo.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 33-36.

¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! En efecto, ¿quién le ha dado primero para tener derecho a la recompensa? Porque de él, por él y para él existe todo. A él la gloria por los siglos. Amén.

 

Textos paralelos.

 ¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de ciencia hay en Dios!

Sal 139, 6: Tanto saber me sobrepasa, / es sublime y no lo abarco.

¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!

Is 40, 28: ¿A caso no lo sabes, / es que no lo has oído? / El Señor es un Dios eterno / y creó los confines del orbe.

En efecto, ¿quién conoció el pensamiento del Señor?

Jb 15, 8: ¿Has asistido al consejo de Dios?, / ¿has acaparado la sabiduría?

Is 40, 13: ¿Quién ha medido / el espíritu del Señor? / ¿Quién le ha sugerido su proyecto?

1 Co 2, 11: Para no dar ocasión a Satanás, que se nos ocultan sus ardides.

1 Co 2, 16: Para estos hedor de muerte que mata, para aquellos fragancia de vida que purifica.

Porque todas las cosas provienen de él.

1 Co 8, 6: Para nosotros existe un solo Dios, el Padre, que es principio de todo y fin nuestro, y existe un solo Señor Jesucristo, por quien todo existe y también nosotros.

Col 1, 16-17: Pues por él fue creado todo, en el cielo y en la tierra: / lo visible y lo invisible, / majestades, señoríos, autoridades y potestades. / Todo fue creado por él y para él, él es anterior a todo y todo tiene en él su consistencia.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

-¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Ellos contestaron:

-Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

Él les preguntó:

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

-Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Jesús le respondió:

-Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

 

Textos paralelos.

// Mc 8, 27-30: Jesús emprendió el viaje con sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Felipe. Por el camino preguntaba a los discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?”. Respondieron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas”. Él les preguntó a ellos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Respondió Pedro: “Tú eres el Mesías”. Entonces los amonestó para que a nadie hablasen de ello.

// Lc 9, 18-21: Estando él una vez orando a solas, se acercaron los discípulos y él los interrogó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Contestaron: “Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha surgido un profeta de los antiguos”. Les preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Respondió Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”. Él los amonestó encargándoles que no se lo dijeran a nadie.

Unos que Juan el Bautista.

Mt 8, 20: Las zorras tienen madrigueras, los pájaros tienen nidos, pero este Hombre no tiene donde recostar la cabeza.

Mt 14, 2: Y [Herodes] dijo a sus cortesanos: “Este es Juan el Bautista, que ha resucitado, y por eso el poder milagroso actúa por medio de él”.

Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.

Mt 14, 28: Pedro le contestó: “Señor, si eres tú, mándame ir por el agua hasta ti”.

Mt 4 3: Se acercó el tentador y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.

Jn 6, 69: Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios.

Mt 11, 27: Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce al Hijo, sino el Padre, nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelárselo.

Gal 1, 15-16a: Pero, cuando el que me apartó desde el vientre materno y me llamó por puro favor, tuvo a bien revelarme a su Hijo para que yo lo anunciara a los paganos.

Rm 7, 5: Mientras vivimos bajo el instinto, las pasiones pecaminosas, incitadas por la ley, actuaban en nuestros miembros y dábamos fruto para la muerte.

Hb 2, 14: Como los hijos comparten carne y sangre, lo mismo las compartió él, apra anular con su muerte al que controlaba la muerte, es decir, al Diablo.

Gn 17, 5: Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de una multitud.

Is 28, 16: Él Señor dice así: Mirad, yo coloco en Sión una piedra / probada, angular, / preciosa, de cimiento: / “Quien se apoya no vacila”.

Jn 1, 42: Y lo condujo a Jesús. Jesús lo miró y dijo: “Tú eres Simón hijo de Juan; te llamarás Cefas (que significa piedra).

Gn 22, 17: Te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.

Is 45, 1-2: Así dice el Señor / a su ungido, Ciro, / a quien lleva de la mano. / Doblegaré ante él naciones, / desceñiré las cinturas de los reyes, / abriré ante él las puertas, / los batientes no se cerrarán. / Yo iré delante de ti / allanándote cerros:  haré trizas las puertas de bronce, / arrancaré los cerrojos de hierro.

Jb 38, 17: ¿Te han enseñado las puertas de la Muerte, / o has visto los portales de las Sombras?

Sal 9, 14: ¡Piedad, Señor! Mira mi desgracia, / tú que levantas del portal de la Muerte.

Sb 16, 13: Porque tú tienes poder sobre la vida y la muerte, / llevas a las puertas del infierno y haces regresar.

Lc 22, 32: Pero yo he rezado por ti para que no falle tu fe. Y tú, una vez convertido, fortalece a tus hermanos.

Is 22, 22: Le pondré en el hombre / la llave del palacio de David: / lo que él abra nadie lo cerrará, / lo que él cierre nadie lo abrirá.

Ap 3, 7: Al ángel de la iglesia de Filadelfia escríbele: Esto dice el Santo, el veraz, el que tiene la llave de David; el que abre y nadie cierra, cierra y nadie abre.

Mt 18, 18: Os aseguro que lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

Jn 20, 23: A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los mantengáis les quedan mantenidos.

Dt 17, 8-9: Si una causa te parece demasiado difícil de sentenciar, causas dudosas de homicidio, pleitos, lesiones, que surjan en tus ciudades, subirás al lugar elegido por el Señor, acudirás a los sacerdotes levitas, al juez que esté en funciones y les consultarás: ellos te comunicarán la sentencia.

Mc 1, 34: Él curó a muchos enfermos de dolencias diversas, expulsó muchos demonios, y no les permitía hablar, porque lo conocían.

  

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

 16 13 Encontramos en el Pentateuco paralelos sobre la institución de un “alto funcionario”.

16 14 Este título de “profeta”, que Jesús solo de manera indirecta y velada reivindica, pero que la gente le otorga claramente, tenía valor mesiánico. Pues el espíritu de profecía, extinguido desde Malaquías, debía reaparecer, según expertos del Judaísmo, como señal de la era mesiánica o en la persona de Elías, o, en forma de efusión general del Espíritu. De hecho muchos (falsos) profetas se presentaron en tiempo de Jesús. Juan Bautista fue, sí, verdadero profeta, pero el título de precursor venido con el espíritu de Elías y él mismo negó ser “el Profeta” que había anunciado Moisés. Solo Jesús es para la fe cristiana este Profeta. Sin embargo, habiéndose difundido el carisma profético en la Iglesia primitiva después de Pentecostés este título de Jesús cayó pronto en desuso ante otros títulos más específicos de la cristología.

16 16 A la confesión de la mesianidad de Jesús referida por Mc y Lc Mt añade la de la filiación divina.

16 17 Esta expresión designa al hombre, subrayando el aspecto material limitado de su naturaleza por oposición al mundo de los espíritus.

16 18 (a) Este cambio de nombre pudo haberse producido antes. El término griego Pétros no se usaba como nombre de persona antes que Jesús llamara así al jefe de los apóstoles para simbolizar su papel en la fundación de la Iglesia. Pero su correspondiente arameo Kefa (“piedra”) está atestiguado por lo menos una vez en un documento de Elefantita, en 416 a. de JC.

16 18 (b) El término semítico traducido por ekklesía significa “asamblea” y se encuentra con frecuencia en el AT para designar a la comunidad del pueblo elegido. Algunos círculos judíos, que se creían el Resto de Israel de los últimos tiempos, como la comunidad de Qumrán, denominaron así a su agrupación. El término ekklesía designa aquí a la nueva comunidad que Jesús va a crear y de la que san Pedro será los cimientos. Esta declaración de Jesús corresponde al papel eminente que, según el NT, ejerció Pedro en los primeros días de la Iglesia. La tradición católica se refiere a este texto para fundamentar la doctrina según la cual los sucesores de Pedro heredan su primado. La tradición ortodoxa considera que, en sus diócesis, todos los obispos que confiesan la verdadera fe están en la línea de sucesión de Pedro y en la del resto de los apóstoles. Los exégetas protestantes, al tiempo que reconocen el puesto y el papel privilegiado de Pedro en los orígenes de la Iglesia, creen que Jesús solo se refiere aquí a la persona de Pedro.

16 18 (c) Sobre el Hades (en hebreo el seol) designación de la mansión de los muertos. Aquí sus “puertas” personificadas evocan las potencias del Mal que, tras haber arrastrado a los hombres a la muerte del pecado, los encadenan definitivamente en la muerte eterna. A imitación de su Maestro, muerto, “descendido a los infiernos” y resucitado, la misión de la Iglesia será la de arrancar a los elegidos al imperio de la muerte temporal y sobre todo eterna, para hacerles entrar en el Reino de los Cielos.

16 19 Al igual que la Ciudad de la Muerte, también la Ciudad de Dios tiene puertas, que no dejan entrar más que los dignos de ella. “Atar” y “desatar” son dos términos técnicos del lenguaje rabínico que primeramente se aplicaban al campo disciplinar de la excomunión a la que se “condena” (atar) o de la que se “absuelve” (desatar) a alguien, y ulteriormente a las decisiones doctrinales o jurídicas, con el sentido de “prohibir” (atar) o “permitir” (desatar). Pedro, como mayordomo (cuyo distintivo son las llaves) de la Casa de Dios, ejercerá el poder disciplinar de admitir o excluir a quien le parezca bien, y administrará la comunidad por medio de todas las decisiones oportunas en materia de doctrina y de moral. Esta autoridad prometida a Pedro se amplía después al conjunto de los discípulos, el colegio apostólico; se le concede a los discípulos reunidos. Se manifiesta especialmente en el perdón de los pecados y permite el acceso al Reino de Dios. Este se halla, pues vinculado de algún modo a una Iglesia cuyos rasgos no son todavía precisos, pero que aparece ya aquí, con el poder de las llaves, como no desprovista de ciertas estructuras. – La exégesis católica sostiene que estas promesas eternas no valen solo para la persona de Pedro, sino también para sus sucesores, si bien esta consecuencia no está explícitamente indicada en el texto –. Dos textos más, Lc 22, 31s y Jn 21, 15s. subrayan que el primado de Pedro se ha de ejercer especialmente en el orden de la fe.

16 20 Vulgata: “Jesucristo”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

13-20 De los tres pasajes del NT sobre la primacía o primado de Pedro en la Iglesia (Mt 16, 13-20; Lc 22, 32; Jn 21, 15-17), este de Mt, críticamente seguro, es de especial importancia. Es de fe divina y católica, solemnemente definida (DS 3055), que Cristo, conforme a su promesa, concedió a Pedro el primado de jurisdicción sobre toda la Iglesia.

13 CESAREA DE: Herodes FILIPO: de construcción reciente, esta ciudad, llamada así en honor del emperador (=césar) Tiberio y de Filipo el tetrarca, daba nombre a su distrito; estaba en el norte de Palestina, al pie del monte Hermón, cerca del nacimiento del Jordán. // PREGUNTÓ: lit. preguntaba, los apremiaba o estimulaba con preguntas.

16 En la primera parte de su respuesta, Pedro confiesa la dignidad mesiánica de Jesús; en la segunda, la calidad mesiánica de Jesús: es más que “Hijo de David”, está en relación completamente única con Dios-Padre. “La primitiva forma del dogma cristiano es la profesión de fe, centran en el NT: Jesucristo es Hijo de Dios” (Comisión Teológica Internacional, 31 octubre 1989). // VIVO: en vez de esta palabra, el texto griego llamado “occidental” (códice D) traduce que salva; quizás leyó el arameo jyy, que puede significar las dos cosas.

17 FELIZ TÚ (lit. feliz eres), SIMÓN BARJONÁ: SIMÓN (o Simeón) es nombre hebreo de persona, frecuente en el NT; significa: “el Señor escucha”, BARJONÁ (aramaísmo) significa “hijo de Jonás” o “hijo de Juan”, Jn 1, 43). Al pronunciar ese nombre con su apellido, Jesús los inutiliza y los deja anticuados; en adelante, con la misma importancia y fuerza que revisten en la Biblia los cambios de nombre, SIMÓN se llamará y será Pedro, aunque, hasta la efusión del Espíritu en Pentecostés coexistirán en él el hombre viejo (el Simón de las negaciones en la pasión) con el hombre nuevo (el Pedro del arrepentimiento y del “Tú sabes que te amo”). // CARNE Y SANGRE (hebraísmo): la naturaleza humana, una criatura de carne y hueso con sus propias fuerzas naturales y con el matiz peyorativo de debilidad y limitación.

18 PEDRO Y PEÑA, traducen el arameo kêfa (“Cefas” 1 Cor 1, 12). El mejor equivalente griego sería pétra (“roca”, “peñasco”), no pétros, que significa “piedra”, “guijarro” (sin solidez), pero el masculino pétros pareció a los primeros cristianos más apto para nombre de varón, aunque, como tal, inusitado hasta entonces; así lo tradujeron al griego. “Dar Cristo a san Pedro este nuevo público nombre fue cierta señal [de] que en lo secreto del alma le infundía a él, más que a ninguno de sus compañeros, un don de firmeza no vencible” (fray Luis de León). // EDIFICARÉ la Iglesia, como plaza fortificada sobre roca (cf. 7, 24s), como ciudad en la cima de un monte (cf. 5, 14). En textos de Qumrán (como 4QpSI 37, col. III, 16) se habla del Maestro a quien Yahweh estableció para “edificar” la comunidad de los que pertenecen a la sociedad de salvación; en algún pasaje se habla de poner “sobre la roca” el cimiento de una “construcción solida que no se derrumbará”. // MI IGLESIA: solo Mt, entre los evangelistas, emplea este vocablo (cf. Hch 5, 11); aquí con el sentido de comunidad universal de los creyentes en Cristo (“mi Iglesia). En 18, 17 se trata de la comunidad local, dotada de cierta estructura. // LAS PUERTAS (metonimia = ciudad amurallada) DE LA MORADA DE LOS MUERTOS (cf. Ap 1, 17s): circunlocución hebrea, que significa las fuerzas de la muerte, de la destrucción; menos exactamente de la ciudad infernal, o el anti-reino. Esas fuerzas contrarias NO PODRÁN CONTRA ELLA, es decir, la Iglesia no morirá, no será destruida (menos exactamente: “la ciudad infernal no la vencerá”).

19 LAS LLAVES: símbolo de poder, en el AT y en el rabinismo; en particular, del poder de enseñar, de adoctrinar. Pedro administra un poder cuyo dueño es Jesús. EL REINO DE LOS CIELOS es aquí, por contexto, el reino de Dios existente en la tierra (cuyo instrumento de extensión, y su puerta de entrada, es la Iglesia). Jesús entregará a Pedro la suprema autoridad visible sobre su Iglesia; cuando Jesús se ausente visiblemente, Pedro quedará haciéndolo presente y visible, con una presencia singular. // LO QUE ATES… LO QUE DESATES (cf. 18, 18): esa bina de términos opuestos es un semitismo que indica totalidad de poder: todo poder. ¿En qué campo? En terminología rabínica, “atar y desatar” es “declarar lícito-declarar ilícito” en lo doctrinal, permitir-prohibir, y “admitir-rechazar” (in-comulgar y excomulgar) en la comunidad religiosa, sin duda, incluye plenos poderes para absolver o condenar; en N es frecuente la perífrasis “sry-sbq” para indicar el perdón (cf. Jn 20, 20). La afirmación de Lutero, de que estas palabras de Jesús solo se dirigían a Pedro, no a sus sucesores, es una de las proposiciones condenadas por la bula Exurge, Domine, de León X (DS 1476).

20 Sobre la consigna del silencio, cf. Mc 8, 29s; 9,9.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

16, 13-20 Simón Pedro fue el primero de los apóstoles en Mateo que reconoce verbalmente que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios (una verdad indispensable de la fe que le había sido revelada por el Padre a través del Espíritu). Cat. 50, 153, 298, 424, 440-442.

16, 18 Cristo cambió el nombre de Simón por Pedro, “piedra”, y designó a este como la piedra sobre la que edificaría su Iglesia. Pedro serviría como punto visible de unidad y sería pastor de los apóstoles y de la Iglesia entera. Esta llamada especial al Pedro es el origen del ministerio petrino, el oficio papal, que continua en el obispo de Roma en una línea ininterrumpida hasta nuestros días. La autoridad del obispo en su diócesis está representada por su sede (en latín, cathedra). Cat. 552-553, 816, 834, 881, 935-937.

16, 19 Estas “llaves” representan la autoridad otorgada a Pedro para regir la Iglesia e incluyen tanto el poder de absolver pecados como el de llevar a cabo pronunciamientos doctrinales y disciplinares. Por lo tanto, Pedro y sus sucesores, los obispos de Roma, son el signo de la unidad de la Iglesia entera. La Iglesia ha interpretado siempre que esta autoridad se ha entregado a los sucesores de Pedro, los papas. Esta garantía de verdad se vio reforzada con el dogma de la infalibilidad papal en materia de fe y de moral, formalmente definido en el Concilio Vaticano I en el año 1870. Cat. 85-86, 567, 869, 1444.

 

San Jerónimo.

13. No dijo: ¿quién dicen los hombres que soy yo? sino el hijo del hombre, para que no creyeran que s pregunta estaba inspirada por la vanidad. Y fíjate que en todas partes donde en el Antiguo Testamento figura “hijo del hombre”, el hebreo trae “hijo de Adán”, y allí donde leemos en el salmo: Hijos del hombre, ¿hasta cuándo vais a tener el corazón injurioso? (Sal 4,3), el hebreo dice “hijos de Adán”. La pregunta está, pues, bien planteada: ¿Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre? porque los que hablan del hijo del hombre son hombres, pero los que reconocen su divinidad ya no son hombres, sino dioses.

15.16. Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Prudente lector, fíjate que, según el contexto, los apóstoles no son llamados hombres sino dioses, pues después de estas palabras agregó, ¿quién decís que soy? Ellos, porque son hombres, opinan como hombres, pero vosotros que sois dioses, ¿quién creéis que soy? Pedro, en nombre de todos los apóstoles, hace esta profesión de fe: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Lo llama Dios vivo para distinguirlo de los otros dioses, que pasan por dioses pero están muertos: Saturno, Júpiter, Ceres, Baco, Hércules y todos los otros ídolos monstruosos.

17. De su profesión de fe proviene el nombre que indica que ha recibido su revelación del Espíritu Santo, de quien debe también ser hijo. En efeto, Bar Iona significa en nuestra lengua [latín] “hijo de la paloma”. Otros entienden simplemente que Simón, es decir Pedro, es hijo de Juan, según la pregunta hecha en otro pasaje: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? (Jn 21, 16), a lo que respondió: Ser, tú lo sabes y pretenden que hay un error de los copistas: en lugar de “Bar Iohanna”, es decir, hijo de Juan, omitiendo una sílaba, habrían escrito Bar Iona. Iohanna significa gracia del Señor. Los dos nombres admiten una interpretación mística porque la paloma designa al Espíritu Santo y la gracia de Dios un don del Espíritu. En cuanto a las palabras: Porque no te lo reveló la carne ni la sangre, compáralas al relato del Apóstol donde dice: De inmediato, sin consultar a la carne ni a la sangre (Ga 1, 16); aquí la carne y la sangre designa a los judíos, de modo que, con otros términos, se muestra que no es la doctrina de los Fariseos sino la gracia de Dios la que le ha revelado a Cristo, Hijo de Dios.

18. Que tú eres pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Así como él mismo dio la luz a los apóstoles para que fueran llamados luz del mundo (cf. Mt 5, 6) y también los otros nombres que recibieron del Señor, así a Pedro, que creía en la piedra que es Cristo, le fue concedido el nombre de Pedro y, siguiendo con la metáfora de Piedra le dice justamente: Edificaré mi Iglesia sobre ti. Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Por puertas del infierno yo entiendo los vicios y pecados o, al menos, las doctrinas de los herejes que seducen a los hombres y los conducen al infierno. Nadie crea, pues, que se trata de la muerte y que los apóstoles no estaban sujetos a la condición mortal ya que vemos resplandecer su martirio.

19. Te daré las llaves… No sea que al no comprender este pasaje los obispos y presbíteros adquieran un orgullo farisaico y condenen a los inocentes o juzguen que pueden absolver a los culpables, cuando Dios examina no la sentencia de los sacerdotes sino la vida de los acusados. Leemos en el Levítico, respecto de los leprosos, que deben mostrarse a los sacerdotes y, si tuvieran lepra, ellos lo declararán impuros. No se trata de que los sacerdotes los hagan leprosos o impuros, sino que, como saben distinguir el leproso del que no lo es, también puedan discernir el que es puro del que es impuro. De la misma manera que allí el sacerdote hace impuro a un leproso, también aquí el obispo o el sacerdote ata o desata, no indiferentemente a inocentes y culpables, sino, en virtud de su ministerio, después de haber oído los diversos pecados, sabe qué es lo que debe ser atado y qué desatado.

  

San Agustín.

¿Quién – pregunta – dicen los hombres que soy yo, el Hijo del hombre? Yo os digo lo que me hice por vosotros; di tú, Pedro, quien es el que os hizo. Por tanto, quién confiesa que Cristo vino en la carne, automáticamente confiesa que el Hijo de Dios vino en la carne. Diga ahora el arriano si confiesa que Cristo vino en la carne. Si niega que Cristo es hijo de Dios, desconoce a Cristo; confunde a una persona con otra, no habla de la misma. ¿Qué es, pues el Hijo de Dios? Como antes preguntábamos qué era Cristo y escuchamos que era el Hijo de Dios, preguntemos ahora qué es el Hijo de Dios. He aquí el Hijo de Dios: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba en Dios y la Palabra era Dios (Jn 1, 1).

Sermón 183, 3-4 

San Juan de Ávila.

Super hunc Ecce ego vobiscum sum usque ad consummationen seculi (Mt 28, 20) y Spuer petram aedificabo eclesiam meam, et portae inferi non praevalebunt adversus eam (Mt 16, 18). Claro es que, muertos los apóstoles, la Iglesia no se pasó a la gente que adoraba ídolos, sino a la que recibió la fe de Cristo, ensañada por los apóstoles, y permaneció en ella. Y, si estos en quien sucedió, fueron engañados, no ha habido Iglesia en todo este tiempo en la tierra, siendo imposible, de ley ordinaria de Dios, que haya tiempo, aunque muy breve, que haya estado sin ella, pues el Señor dijo que estaría con ella omnibus diebus (Mt 28, 20). Y, si no ha habido Iglesia, no hay fundamento para recibir alguna escriptura por de inefable, verdad, pues que por otro medio no tenemos los católicos ni los herejes a una escriptura por inefable sino porque la Iglesia la aprobó por tal.

Tratados de Reforma. Causas y remedios de las herejías, 19. O.C. II. Pg. 543.

Después de te haber humillado y abajado tus ojos con el publicano arrepentido (cf. Lc 18, 13), toma confianza cristiana para los alzar al Señor, y dije con muy firme fe: “Yo creo, Señor, que tú eres Cristo, Hijo de Dios vivo, como dijo San pedro (Mt 16, 16), y dile con todas tus entrañas: “Gracias te hago, Señor, porque derramaste tu sangre y perdiste tu vida por mí. También, Señor, te bendigo, y particularmente te agradezco, que por tu gran caridad te quisiste quedar con nosotros en manjar para vida, y en defensa de nuestros peligros, y en remedio cumplido de todas nuestras necesidades.

Ciclo temporal. Sermones del Santísimo Sacramento. Vísperas del Corpus, 90. OC III. Pg. 483

Y porque al mundo importaba la salvación, saber los hombres quién es Jesucristo, y ellos no lo podían saber, proveyó el Eterno Padre de lo decir por boca del apóstol San Pedro, diciendo: Tú eres Cristo, Hijo de Dios vivo (Mt 16, 16).

Ciclo santoral. Sermones a Nuestra Señora. Natividad de la Virgen, 1. OC III. Pg. 801.

Y si los pasados en alguna cosa como hombres faltaron, para eso está la Iglesia romana, a la cual en su Pontífice es dado poder de las llaves del reino del cielo y de apacentar la universal Iglesia (cf. Mt 16, 19); y a quien esto está dado, también le está dada la lumbre para discernir y juzgar cuál o cuál es la verdadera doctrina y verdadero sentido de la Escriptura; porque ¿cómo tiene llave, si no abre la verdad, por encerrada que esté? ¿Y cómo apacentará, si no me dice qué ha de creer, pues el pasto es de doctrina? Así que, en esto, señor haga lo que hace y busque oraciones que lo pidan al Señor, que Él tornará por su verdad, como lo ha hecho en otros mayores conflictos, y abajará toda ciencia, que con soberbia se ensalza, con la firmeza de la Piedra cristiana.

Primera parte. A un predicador. 9. OC IV. Pgs. 52-53.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.