viernes, 7 de agosto de 2020

Domingo XIX T.O. 9 de agosto de 2020.

 

Primera lectura.

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a.11-13a. 

En aquellos días, cuando Elías llegó hasta el Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la noche. Le llegó la palabra del Señor, que le dijo: “Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor”. Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor. Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, se cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva.

 

Textos paralelos.

Allí se introdujo en la cueva.

Ex 33, 18: Entonces él pidió: “Enséñame tu gloria”.

Ex 34, 9: Y le dijo: “Si gozo de tu favor, venga mi Señor con nosotros, aunque seamos un pueblo testaruro; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya”.

Sal y permanece de pie en el monte.

Ex 13, 22: No se apartaba delante de ellos ni la columna de nube de día ni la columna de fuego de noche.

Ex 19, 16: Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos y una nube espesa en el monte, mientras el toque de la trompeta crecía en intensidad, y el pueblo se echó a temblar en el campamento.

Después del terremoto, fuego.

Gn 3, 8: Oyeron al Señor Dios, que se paseaba por el jardín tomando el fresco. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín, para que el Señor no los viera.

Al oírlo Elías enfundó su rostro.

Ex 3, 6: Y añadió: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”.

Ex 33, 20: Pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.

 

Notas exegéticas.

19 8 Ver Ex 19 1. Elías, queriendo salvaguardar la alianza y restablecer la pureza dela fe, se dirige al lugar donde se ha revelado el verdadero Dios y donde se ha concluido la alianza. Relacionados por la teofanía del Horeb, Moisés y Elías lo estarán también en la Transfiguración de Cristo, teofanía del N.T. Las investigaciones arqueológicas recientes han descubierto en Kuntillet Ajrud, camino del Sinaí, una especie depuesto fortificado o estación para peregrinos israelitas, que, a comienzos del siglo XVIII a.C., acudían allí procedentes del Reino del Norte.

19 9 La “hendidura de la peña”, donde se metió Moisés durante la aparición divina.

19 12 Huracán, temblor de tierra, fuego, que en Ex 19 manifestaban la presencia de Yahvé, aquí no son más que los signos precursores de su paso, que está envuelto en el silencio. Es difícil la traducción precisa de la fórmula (Elías oye “la voz” de este silencio), pero se trata claramente de establecer la oposición entre este paso discreto de Yahvé y los terribles fenómenos cósmicos precedentes.

19 13 Ninguna creatura puede ver a la divinidad cara a cara: es preciso ocultar el rostro ante ella. Pero Ex 33 11 es una excepción.

 

Salmo responsorial

Sal 84, 9-14

 

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia

y danos tu salvación.

 

Voy a escuchar lo que dice el Señor:

Dios anuncia la paz

a su pueblo y a sus amigos.

La salvación está cerca de los que lo temen,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,

y la justicia mira desde el cielo. R/.

 

El Señor nos dará la lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,

y sus pasos señalarán el camino. R/.

 

 Textos paralelos.

 Su salvación se acerca a sus adeptos.

Ex 24, 16: Y la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube.

Ez 11, 23: La gloria del Señor se elevó sobre la ciudad y se detuvo en el monte, al oriente de la ciudad.

Ez 43, 2: Vi la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosos; la tierra reflejó su gloria.

La Gloria morará en nuestra tierra.

Jn 1, 14: La Palabra se hizo hombre / y acampó entre nosotros. / Contemplamos su gloria, / gloria como de Hijo único del Padre, / lleno de lealtad y fidelidad.

Sal 89, 15: Justicia y derecho sostienen su trono. / Lealtad y Fidelidad se presentan ante ti.

Sal 97, 2: Nubes y nubarrones lo rodean, / Justicia y Derecho sostienensu trono.

Is 45, 8: Cielos, destilad el rocío; / nubes, derramad la victoria; / ábrase la tierra y brote la salvación; / y con ella germine la justicia: / yo, el Señor, lo he creado.

Yahvé mismo dará prosperidad.

Sal 67, 7: La tierra ha dado su cosecha: / nos bendice Dios, nuestro Dios.

Za 8, 12: Sembrarán tranquilos, / la cepa dará su fruto, / la tierra dará su cosecha, / el cielo dará su rocío; / todo se lo lego / al resto de este pueblo.

Is 58, 8: Entonces romperá tu luz / como la aurora, / enseguida te brotará la carne sana; / te abrirá camino tu justicia. / detrás irá la gloria del Señor.

 

Notas exegéticas.

85 Este salmo promete a los repatriados la paz mesiánica anunciada por Isaías y Zacarías.

85 10 (a) “Sus adeptos”, lit. “los que le temen”.

85 10 (b) La gloria de Yahvé. Ex 24 16, que había abandonado el Templo y la ciudad santa, Ez 11 23, volverá al templo restaurado, Ez 43 2.

85 11 Los atributos divinos personificados vienen a instarurar el reinado de Dios en la tierra y en los corazones de los hombres.

85 14 La justicia divina abre el camino, ella es la condición de la paz y de la felicidad.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5.

Hermanos:

Digo la verdad en Cristo, no miento – mi conciencia me atestigua que es así, en el Espíritu Santo –: siento una gran tristeza y un dolor incesante en mi corazón; pues desearía ser yo mismo un proscrito, alejado de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne: ellos son israelitas y a ellos pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos.

 

Textos paralelos.

Mi conciencia guiada por el Espíritu Santo.

2 Co 12, 7: Pues bien, par que no me envanezca, me han clavado en las canes un aguijón, un emisario de Satanás que me abofetea.

Ex 32, 32: Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del registro.

Separado de Cristo.

Ef 2, 12: Que entonces vivíais sin Mesías, excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a la alianza y sus promesas, sin esperanza, sin Dios en el mundo.

El cual está por encima de todas las cosas.

Rm 1, 3 Acerca de su Hijo, nacido por línea carnal del linaje de David.

 

Notas exegéticas:

9 La afirmación de la justificación por la fe llevaba a Pablo a evocar la justicia de Abrahán. De igual modo, la afirmación de la salvación otorgada en el Espíritu por el amor de Dios le obliga a tratar el caso de Israel, infiel a pesar de las promesas de salvación que le hicieron. No se trata, pues, en estos casos del problema de la predestinación de los individuos a la gloria ni aun a la fe, sino del problema del papel histórico de Israel.

9 3 Es decir, objeto de maldición, ver Jos 6 17 y Lv 27 28. El término hebreo correspondiente (herem “anatema”) implica en el AT la destrucción total de los enemigos de Yahvé y de sus bienes (Dt 7, 26). En el NT encierra la idea de maldición. Quien es objeto de un anatema no solo es excluido de la comunidad, sino que él mismo es un maldito. Esta declaración de Pablo pone de manifestó el amor que sentía por el pueblo judío.

9 4 Los auténticos descendientes de Jacob-Israel Gn 32 29. De este privilegio brotan todos los demás: la adopción filial, la gloria de Dios que había en medio del pueblo, las alianzas con Abrahán, Jacob-Israel, Moisés, el culto tributado al único Dios verdadero: la Ley expresión de su voluntad; las promesas mesiánicas y la pertenencia al linaje de Cristo.

9 5 El contexto y el mismo ritmo de la frase suponen que la doxología se dirige a Cristo. Si es raro que Pablo dé a Jesús el título de Dios y le dirija una doxología, lo es porque de ordinario reserva este título para el Padre y porque considera las personas divinas, más que en el aspecto abstracto de su naturaleza en el aspecto concreto de sus funciones en la obra de salvación. Además, siempre tiene presente al Cristo histórico en su realidad concreta de Dios hecho hombre. Por eso le muestra subordinado, tanto en la obra de la creación como en la restauración escatológica, etc. Sin embargo, el título de Kyrios  recibido por Cristo en la resurrección es nada menos que el título divino dado a Yahvé en el AT. Para Pablo Jesús es esencialmente ·el ·”Hijo de Dios”, su “propio Hijo”, el “Hijo de su amor” que pertenece de derecho al mundo divino, de donde ha venido, enviado por Dios. Si ha sido investido del título de ·Hijo de Dios· de un modo nuevo por la resurrección no lo ha recibido en ese momento, porque ya preexistía de manera no sólo escriturística, sino ontológica. Él es la Sabiduría, la imagen por quien todo ha sido creado y por quien todo se recrea, porque él ha reunido en su persona la plenitud de la Divinidad y del mundo. En él ha concebido Dios todo su plan de salvación y él es también su fin, al igual que el Padre. Si el Padre resucita y juzga, también él resucita y juzga. En una palabra, es una de las Tres Personas asociadas en las fórmulas trinitarias.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 14, 22-33

Después de que la gente su hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida:

-¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!

Pedro le contestó:

-Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua.

Él le dijo:

-Ven.

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:

-Señor, sálvame.

Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:

-¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado? En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo:

-Realmente eres Hijo de Dios.

 

Textos paralelos.

// Mc 6, 45-52: Enseguida obligó a sus discípulos a embarcarse y pasar por delante a la otra orilla, a Betsaida, mientras él despedida a la multitud. Después de despedirse, subió al monte a orar. Anochecía y la barca estaba en medio del lago y él solo en la costa. Viéndolos fatigados de remar, porque tenían viento contrario, hacia la cuarta vela de la noche se acerca a ellos caminando sobre el agua, intentando adelantarlos. Al verlos caminar sobre el lago, creyeron que era un fantasma y dieron un grito. Pues todos lo vieron y se espantaron. Pero él al punto les habló y les dijo: “¡Ánimo!, soy yo, no temáis”. Subió a la barca con ellos y el viento cesó. Ellos no cabían en sí de estupor; pues no habían entendido lo de los panes, tenían la mente obcecada.

// Jn 6, 16-21: Al atardecer los discípulos bajaron hasta el lago. Montaron en la barca y atravesaron el lago hacia Cafarnaún. Había oscurecido y Jesús no los había alcanzado aún. Soplaba un viento recio y el lago se encrespaba. Cuando habían remado unos cinco o seis kilómetros, ven a Jesús que se acercaba al barco caminando sobre las aguas, y se asustaron. Él les dice: “Soy yo, no temáis”. Quisieron subirlo a bordo, y enseguida la barca tocó tierra, donde se dirigían.

Mientras despedía a la gente.

Mt 15, 39: Despidió a la multitud, montó en la barca y se dirigió al territorio de Magadán.

Mt 5, 1: Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos.

Subió al monte a solas.

Jn 6, 15: Jesús, conociendo que pensaban venir para llevárselo y proclamarlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.

Mc 1, 35: Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando.

La barca, que se hallaba ya muchos estadios.

Mt 8, 23-27: Cuando subía a la barca lo siguieron los discíipulos. De pronto se levantó tal tempestad en el lago, que las olas cubrían la embarcación, mientras, él seguía durmiendo. Se acercaron y lo despertaron diciendo: “Señor, sálvanos, que nos hundimos”. Les dice: “¡Qué cobardes y desconfiados sois!”. Levantó, increpó a los vientos y al lago, y sobrevino una calma perfecta. Los hombres decía asombrados: “¿Qué clase de individuo es este, que le obedecen hasta los vientos y el lago?”.

Sal 107, 23-32: Se adentraron en naves por el mar, / comerciando por la extensión del océano. / Contemplaban las obras de Dios, / sus maravillas en lo profundo. / Mandó alzarse un viento tormentoso / que hinchaba el oleaje. / Subían a los cielos, bajaban al abismo, / el estomago revuelto por el mareo. / Rodaban y se tambaleaban como borrachos, / y no les valía su pericia. / Pero gritaron al Señor en su angustia / y los libró de la tribulación. / Apaciguó la tormenta en suave brisa / y enmudeció el oleaje. / Se alegraron de aquella bonanza, / y los condujo al ansiado puerto. / Den gracias al Señor por su misericordia, / por las maravillas que hace por los hombres. / Aclámenlo en la asamblea del pueblo, & alábenlo en el consejo de los ancianos.

Caminando sobre el mar.

Jb 9, 8: Él solo despliega el cielo / y camina sobre el dorso del mar.

Sal 77, 20: Tu camino por el mar, / un vado por las aguas caudalosas / y no quedaba rastro de tus huellas.

Is 43, 16: Así dice el Señor, / que abrió camino en el mar / y senda en las aguas impetuosas.

Al instante les habló así Jesús.

Ex 3, 14: Dios dijo a Moisés: “Soy el que soy. Esto dirás a los israelitas: “Yo soy” me envía a vosotros.

Tendió al punto la mano.

Mt 8, 25-26: Se acercaron y lo despertaron diciendo: “Señor, sálvanos, que nos hundimos”. Les dice: “¡Qué cobardes y desconfiados sois!”. Levantó, increpó a los vientos y al lago, y sobrevino una calma perfecta.

¿Por qué dudaste?

Mt 8,10: Al oírlo, Jesús se admiró y dijo a los que lo seguían: “Os aseguro, una fe semejante no he encntrado en ningún israelita”.

Se postraron ante él diciendo: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”.

Mt 4, 3: Se acercó el tentador y le dijo: “Si eres Hijo de Dios haz que estas piedras se conviertan en pan”.

Mt 16, 16: Respondió Simón Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

14 22 El sentido de este relato, muy impregnado de la piedad salmista, Sal 107 23-32, consiste esencialmente en presentar a Jesús ejerciendo el control divino sobre las aguas del caos, símbolos de las potencias del mal. Jesús tiene el poder de salvar a sus discípulos. La forma narrativa puede haber sido influida por los Testamentos de los 12 Patriarcas, Neftalí 6.

14 23 Los evangelistas, sobre todo Lucas, señalan a menudo que Jesús ora en la soledad o en la noche, en el momento de las comidas y en acontecimientos importantes: en el bautismo, antes de la elección de los Doce, de la enseñanza del Padrenuestro, y de la confesión de Cesárea, en la Transfiguración, en Getsemaní, en la cruz. Ora por sus verdugos, por Pedro, por sus discípulos y los que les seguirán. También ruega por sí mismo. Estas oraciones manifiestan una comunicación permanente con el Padre, quien nunca le abandona y le escucha siempre. Con este ejemplo, así como con su enseñanza, Jesús inculca a sus discípulos la necesidad y el modo de orar. Y ahora en la gloria, continua intercediendo por los suyos como lo prometió.

14 24 Var. “en medio del mar”.

14 25 De tres a seis de la mañana.

14 28 Tres episodios referentes a Pedro, este y 16, 16-20 y 17, 24-27, jalonan intencionadamente la parte histórica del libro de Mt, el evangelio de la Iglesia.

14 33 Ni marcos ni Jn reproducen esta aclamación de tono litúrgico (como el grito de Pedro en 14 30). Quizá es necesario, por tanto, relacionarla con el episodio de Pedro salvado del mar. Jesús es el Hijo de Dios por haber sacado del abismo a quienes estaban en él en la barca (probable símbolo de la Iglesia).

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

24 VENÍA DE FRENTE: lit. era frontero.

MUCHOS ESTADIOS: veinticinco o treinta, según Jn 6, 19; un “estadio” (medida griega de longitud): 185 metros.

25 [LA] HORA CUARTA DE LA NOCHE: desde las tres a las seis de la mañana. La división de la noche en cuatro partes era de origen romano: los cuatro turnos militares de guardia (las vigilias).

27 Es el centro del relato. Jesús se revela a los suyos con la fórmula Yo sy, que dice mucho más que la vulgar “soy yo”: es fórmula típica del AT referida a Yahveh (cf. Jn 4, 26). Se entiende, por eso, la confesión de fe de Pedro en los vs. 28 y 30 (“Señor”) y de los discípulos.

NO TENGÁIS MIEDO: si se quiere expresar mejor el matiz del imperativo griego de presente, la traducción puede ser: dejad de tener miedo, o basta de temer.

28 El versículo comienza, lit.: habiendo respondido empero a él el Pedro dijo.

SI TÚ ERES: el orden de palabras, que disuena unpoco en nuestros oídos, hace eco de la revelación de Jesús: Yo soy.

LAS OLAS (también en el versículo siguiente): lit. las aguas, que parece un plural a la manera hebrea.

30 EL VIENTO FUERTE: e.d., la fuerza del viento. (Algunos omiten la palabra fuerte).

33 Cf. Parecidas confesiones de fe en 16, 16; 27, 54; Mc 15, 39; Jn 1, 49. Aquí probablemente debería traducirse, como en las confesiones de fe en boca de los apóstoles: “… eres el Hijo de Dios” (Joüon). Jesús siempre distinguió su personal filiación di vina de la filiación de los demás; la intensidad de esa conciencia de Jesús, mkanfiestada sobre todo ante los Doce, explica que la Iglesia primitiva encontrara en el título Hijo de Dios la fórmula más directa para confesar su fe en Jesucristo.

34 LLEGARON A LA COSTA, A GENESARET: lit. llegaron sobre la tierra hacia Genesaret, e.d., desembarcaron en Genesaret (en la orilla del lago, al noreste, entre Cafarnaún y Magdala).

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

14, 22-36 La barca de Pedro en el mar embravecido es una imagen de la Iglesia. A pesar de los numerosos obstáculos y luchas, la ayuda y la protección del Señor no faltarán nunca. La Iglesia de Cristo nunca será superada. La fórmula Señor, en griego Kyrios, repetida por Pedro (v. 28.30) es un título divino. Cat. 447-500.

14, 23 Con su ejemplo, Cristo enseñó a sus discípulos el valor de la oración personal. Cat. 2740.

14, 33 Es la primera ocasión en Mateo en la que los apóstoles se dirigen a Cristo con este título divino (Cat 454). Probablemente ellos no comprenden todavía el alcance de este título mesiánico, que interpretan simplemente desde las categorías de la tradición del Antiguo Testamento (donde el rey o el justo son hijos de Dios), sin alcanzar la radicalidad de la filiación divina de Jesús.

 

San Jerónimo.

22. Y obligó a los discípulos que subieran a la barca. Estas palabras muestran que los discípulos muy a pesar suyo se alejaron del señor, ya que en su amor por su Maestro no quieren separarse de él ni por un instante.

24 La barca en medio del mar era sacudida por las olas. Con razón los apóstoles se habían alejado del Señor a pesar de ellos, contra su voluntad; temían que estando él ausente podrían naufragar. Así mientras que el Señor se demora en la cumbre de la montaña, repentinamente se levanta un viento contrario que agita al mar. Los apóstoles están en peligro y hasta la venida de Jesús los amenaza el naufragio.

25 A la cuarta vigilia de la noche fue hacia ellos caminando sobre el mar. Las guardias y velas de los soldados están divididas en espacios de tres horas. Por tanto cuando el evangelista dice que el Señor fue a ellos a la cuarta vigilia de la noche, muestra que han estado en peligro toda la noche y que él les prestará uxilio al fina de la noche y en la consumación del mundo.

27 Pero enseguida Jesús les habló diciendo: Tened confianza, Yo soy; no temáis. Pone remedio a lo que interesaba en primer lugar; a los que tienen miedo les manda: tened confianza, no temáis. En cuanto a lo que sigue: Yo soy, sin especificar a quien es podía conocer por la voz que les era conocida a quien les hablaba en las oscuras tinieblas de la noche, o bien se acordaban de aquel que sabían había hablado a Moisés: Así dirás a los israelitas: Yo soy me ha enviado a vosotros.

30 Gritó: ¡Señor, sálvame! Era ardiente la fe de su alma pero la gragilidad humana lo arrastraba hacia las profundidades. Es abandonado por un momento a la tentación para que aumente su fe y para que comprenda que ha sido salvado no por una oración fácil sino por el poder del Señor.

34. Y terminada la travesía llegaron a la región de Genesaret. Si supiéramos que significa Genesaret [“hortus principium”] en nuestra lengua, comprenderíamos como Jesús es la figura de sus apóstoles y la nave conduce a la Iglesia, liberada del naufragio de la persecución, a la orilla y la hace descansar en un puerto totalmente tranquilo.

 

San Agustín.

¡Ea, hermanos!, acabemos el sermón. Contemplad el siglo como un mar: el viento es fuerte y la tempestad violenta. La concupiscencia es como una tempestad para cada uno. Amas a Dios: caminas sobre el mar, la hinchazón del siglo cae bajo tus pies. Amas al siglo: te engullirá. Sabe devorar a sus amadores, no soportarlos. Pero cuanto tu corazón fluctúe, invoca la divinidad de Cristo. ¿Pensáis que el viento contrario es la adversidad de este siglo? Cuando hay guerras, tumultos, hambre, peste; cuando aun a cada hombre privado le sobreviene una calamidad, se piensa que el viento es adverso y se estima que entonces hay que invocar a Dios. En cambio, cuando el mundo sonríe con la felicidad temporal, se estima que el viento no es contrario. Pero tú no has de mirar a la tranquilidad temporal; mira a tu concupiscencia. Mira si reina en ti la tranquilidad; mira si no te dobla un viento interior; eso has de mirar. Gran virtud es luchar contra la felicidad para que no te domine, para que no te corrompa, para que no te sumerja. Gran virtud es, repito, luchar con la felicidad. Gran felicidad es dejarse vencer por la felicidad. Aprende a conculcar el siglo: acuérdate de confiar en Cristo. Y si tu pie se mueve, si vacila, si no logras superar algo, si comienzas a hundirte di: ¡Señor, perezco; sálvame! Di: Perezco, para no perecer. Solo te libera de la muerte de la carne quien murió por ti en la carne.

 

San Juan de Ávila.

Como mandarle Jesucristo que anduviese sobre las aguas, y con ver el milagro y experimentarle San Pedro, está tan flaca la fe en él, aunque confirmada por tan grande señal, que un ventecillo que ve venir le desbarata y le enflaquece su fe, y le pone en duda de una cosa que él había de tener por cierta cuanto la palabra de Dios pedía y el milagro de verse así andar sobre las aguas, que él experimentaba, en sí le daba, etc. Y pónenos ejemplo Dios en San Pedro; muestra en él tan poca fe y tan flaca, para que estimemos el don de su fe en mucho y para que le roguemos con los apóstoles diciendo: Adauge nobis fidem (Lc 17, 5). Y para que entendamos cuán débiles somos y cuán flacos somos de nuestra cosecha para tan alto don.

Lecciones sobre la Epístola a los Gálatas, 3, 7.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid. Madrid. 2015.

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