Primera lectura.
Lectura del
libro del Eclesiástico 3,2-6.12-14
El Señor honra
más al padre que a los hijos y afirma el derecho de la madre sobre ellos. Quien
honra a su padre expía sus pecados, y quien respeta a su madre es como quien
acumula tesoros. Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado. Quien respeta
a su padre tendrá larga vida, y quien honra a su madre obedece al Señor. Hijo,
cuida de tu padre en su vejez y durante su vida no le causes tristeza. Aunque
pierda el juicio, se indulgente con él y no lo desprecies aun estando tú en
pleno vigor. Porque la compasión hacia el padre no será olvidada y te servirá
para reparar tus pecados.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[1].
No te gloríes de la deshora
del padre.
Dt 33,1-25: Esta es la bendicón con la que Moisés, el hombre
de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir. Dijo: “El Señor vino
del Sinaí, / surgió ante ellos desde Seir, / irradió desde el monte Farán, / y
con él, di mil santos; / en su diestra, una ley íngea para ellos”.
La gloria de un hombre depende de la honra de su padre.
Prov 17,6:
Cornoa de los ancianos, sus nietos; / gloria de los hijos, sus padres.
Hijo, cuida de tu padre en la vejez
Mt 15,4-6: Pero
vosotros decís: “Si uno dice al padre o a la madre: “Los bienes con que podría
ayudarte son ofrenda sagrada”, ya no tiene que honrar a su padre o a su madre.
Y así invalidáis el mandato de Dios en nombre de vuestra tradición.
Prov 19,26: El
testigo perverso se burla del derecho, la boca del malvado se traga el delito.
Comentario[2].
-Primer
comentario del cuarto mandamiento (Ex 20,12):
Perspectiva
positiva (v.2-6):
La manera de
actuar de Dios.
Expía los
pecados (v.3).
Rasgo nuevo en
el pensamiento bíblico.
Antes: la
redención de los pecados se lograba mediante sacrificios en el Templo.
Perspectiva
negativa (v. 12-14):
No causar
tristeza al padre, ser indulgente con él, compadecerse de él y no abandonarlo.
Toda la vida,
sin echarse atrás cuando su debilidad mental pueda ser mal vista para la
sociedad.
Compasión con
los padres:
Reparar los
pecados.
Dios
perdonador.
Salmo
responsorial
Salmo 127
R/. Dichosos los que temen al Señor
y siguen sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Textos
paralelos[3].
¡Dichosos
los que temen a Yahvé!
Sal 112,1: Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón
sus mandatos.
Sal 27,3-5: Si un ejército acampa contra mí, / mi corazón
no tiembla; / si me declaran la guerra, / me siento tranquilo. // Una cosa pido
al Señor, / eso buscaré: / habitar en la casa del Señor / por los días de mi
vida; / gozar de la dulzura del Señor, / contemplando su templo. // El me
protegerá en su tienda / el día del peligro; / me esconderá en lo escondido de
su morada, / me alzará sobre la roca.
Tu esposo como parra fecunda.
Prov 31,10-12: Una mujer fuerte, ¿quién la hallará= /
Supera en valor a las perlas. / Su marido se fía de ella, / pues no le faltan
riquezas. Le trae ganancias, no
pérdidas, / todos los días de su vida.
Tus hijos como brotes de olivo.
Sal 144,12: Sean nuestros hijos un plantío, / crecidos
desde su adolescencia; / nuestras hijas sean columnas talladas, / estructura de
un templo.
Job 29,5: Cuando el Todopoderoso estaba conmigo / y me veía
rodeado de mis hijos.
¡Bendígate Yahvé desde Sión,
Sal 134,3: El Señor te bendiga desde Sión, / el que hizo
cielo y tierra.
Sal 122, 9: Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo
todo bien.
Gn 50, 23: José llegó a conocer a los descendientes de
Efraín, hasta la tercera generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de
Manasés, que nacieron sobre sus rodillas.
¡Paz a Israel!
Job 42,16: Job vivió otros ciento cuarenta años, y conoció
a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.
Prov 17,6: Corona de los ancianos, sus nietos; / gloria de
los hijos, sus padres.
Sal 125,5: Y a los que se desvían por sendas tortuosas, /
que los rechace el Señor con los malhechores. / ¡Paz a Israel!
Ga 6, 16: La paz y la misericordia de Dios vengan sobre
todos los que se ajustan a esta norma, también sobre el Israel de Dios.
Comentario[4].
Con Israel.
Este salmo
hace parte de los "salmos graduales" que los peregrinos cantaban
caminando hacia Jerusalén. Desde los 12, cada año, Jesús "subió" a
Jerusalén con motivo de las fiestas, y entonó este canto. La fórmula final es
una "bendición" que los sacerdotes pronunciaban sobre los peregrinos,
a su llegada: "Que el Señor te bendiga desde Sión, todos los días de tu
vida..."
Con Jesús.
"¡Feliz tú, que honras
al Señor y le eres obediente!" Con frecuencia dijo Jesús: "felices...
felices... felices...". Son las Bienaventuranzas.Jesús también prometió la
felicidad: "Felices aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en
práctica".
Con nuestro tiempo.
Adorar... Ir por el
camino de Dios... El Padre Teilhard de Chardin tiene un capítulo admirable sobre
las reglas fundamentales de la "felicidad", que resume en tres
palabras: "ser", "amar", "adorar".
Segunda
lectura.
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,12-21
Hermanos:
Como elegidos de
Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad,
mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga
quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por
encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta. Que la
paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un
solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre
vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría;
exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos,
himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea
todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres,
sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a
vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros
padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros
hijos, no sea que pierdan el ánimo.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[5].
Así que, como elegidos de
Dios
Ef 4,1-2.32:
Así, pues, yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la
vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed
comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor.
[…] Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os
perdonó en Cristo.
Soportándoos unos a otros
Mt 6,14: Porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre
celestial.
Mt 18,21-23:
Acercándose Pedro a Jesús le preguntó: “Señor, si mi hermano me ofende,
¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le contesta:
“No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.
Como el Señor os perdonó:
Rm 13,8-10ss: A
nadie le debáis nada, más que el amor mutuo, porque el que ama ha cumplido el
resto de la ley. De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás,
no codiciarás, y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal a su prójimo, por eso
la plenitud de la ley es el amor.
Y por encima de todo el amor.
1 Cor 13,4-8a:
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se
engríe, no es indecoroso ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal, no
se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo
lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Jn 14,27: La paz
os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. Que no tiemble
vuestro corazón ni se acobarde.
Flp 4,7: Y la
paz de Dios, que supera todo juicio,custodiará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Ef 2, 16:
Reconcilió con Dios a los dos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz,
dando muerte, en él, a los de cerca.
Cristo reine
Ef 4,3-4:
Esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Formando un solo cuerpo
1 Cor 12,12:
Pues lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los
miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también
Cristo.
Ef 5,20: Dad
siempre gracias a Dios Padre por todo, en
nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amonestaos con toda sabiduría
Ef 4,29: Malas
palabras no salgan de vuestra boca; lo que digáis sea bueno, constructivo y
oportuno, así hará bien a los que lo oyen.
Hacedlo todo en nombre del Señor
Ef 5,19-20:
Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con
toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en
nombre de nuestro Señor Jesucristo.
1 Cor 10,31: Así
pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de
Dios.
Mujeres, sed sumisas
Ef 5,21: Sed
sumisos unos a otros en el temor de Cristo.
1 Pe 3,1-4:
Igualmente, que las mujeres estén a disposición de sus propios maridos, de modo
que, si hay algunos que son reacios a la Palabra, se convenzan por la conducta
de las mujeres y sin necesidad de palabras.. Que vuestro adorno no sea lo
exterior, los peinados compicados, las joyas de oro, ni los vestidos lujosos, sino
la profunda humanidad del corazón en la incorruptibilidad de un espíritu
apacible y sereno, eso si que es valioso ante Dios.
Tit 2,1-5: Habla
de lo que es conforme a la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios,
respetables, sensatos, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia. Las
ancianas, igualmente, sean en su comportamiento, como conviene a las personas
religiosas; no sean columniadoras, ni se
envicien con el vino; sean maestras del bien, que inspiren buenos principios a
las jóvenes, enseñándoles a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser sensatas,
puras, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a sus maridos, para que
la palabra de Dios no sea maldecida.
1 Tim 2,9-11:
las mujeres convenientemente vestidas, arregladas con decencia y modestia; no
con peinados de trenzas y oro o perlas,
ni con ropa costosa, sino como conviene a mujeres que profesan la piedad
mediante las buenas obras.
Notas exegéticas[6]:
3,12 (a) Estos
calificativos caracterizan al pueblo de la alianza, llamado a imitar el
comportamiento de Dios en Cristo.
3,12 (b) Tras la
enumeración de los “vicios” llega la de las virtudes, conforme a su
procedimiento, que se encuentra tanto en el judaísmo tardío como entre los filósofos
griegos. No hay por qué individualizar estas cualidades: caracterizan en
conjunto a las obras del hombre nuevo.
3,14 O bien “vínculo
de perfección”. Como en 1 Cor 13, el amor es aquí el don por excelencia. Se ha
entendido de dos formas: une entre sí a todas las virtudes cristianas,
sujetando como un cinturón el vestido nuevo, o bien es el vínculo que une a los
miembros del cuerpo comunitario.
3,16 (a) Var: “del
Señor”, o “de Dios”. Probablemente el texto primitivo decía solo “la palabra”.
3,16 (b) Se trata, sin
duda, de improvisaciones “carismáticas” sugeridas por el Espíritu durante las
asambleas litúrgicas. Ver 1 Cor 12,7ss; 14,26.
3,18 Preceptos muy
sencillos de la moral corriente cristianizados por Pablo mediante la simple
fórmula “en el Señor”, que aquí equivale a “según la vida cristiana”. En Ef 5,21ss,
la elaboración cristiana está más desarrollada.
3,22 Cristo Señor,
único verdadero “amo” (igual palabra en griego) de señores y esclavos.
Comentario[7]:
.
-Carta a los
Colosenses:
Deuteropulina:
Segunda
generación cristiana:
Situaciones
nuevas a las que tienen que dar respuesta.
Colosas:
Ciudad griega
del Asia Menor (en el corazón de la actual Turquía).
Responde a una
teología de matriz paulina.
-Partes:
Catálogo de
virtudes propias de una comunidad que quiere vivir en paz y armonía con la
sociedad, a la vez que responder al alto nivel ético que le pide la fe.
A la luz de
estos catálogos de virtudes:
Por encima de
todas las virtudes está el amor como el vínculo de la unidad perfecta.
Mentalidad
social:
La esposa:
bajo la protección del marido, a quien le debe obediencia.
-Reto: fidelidad
a lo esencial.
-No podemos leer
literalmente estos textos sobre la relación hombre-mujer:
Serían anacrónicos.
Distorsionarían
la lectura actual de la Palabra de Dios.
-La comunidad
cristiana de Colosas nos recuerda:
Nuestra
verdadera condición: hijos de Dios.
Alto nivel ético
al que somos llamados.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 2, 13-15.19-23
Cuando se
retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-Levántate, toma
al niño y a su madre y huye de Egipto; quédate allí hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
José se levantó,
tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte
de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:
“De Egipto llamé a mi hijo. Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se
apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo:
-Levántate, coge
al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que
atentaban contra la vida del niño.
Se levantó, tomó
al niño y a su madre y volvió a la
tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como
sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se
retiró a Galilea y se estableció en una
ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que
se llamaría Nazareno.
Palabra del
Señor.
Textos
paralelos[8].
Cuando ellos se fueron
Mt 1,20ss: Pero,
apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del
Señor que le dijo: “José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer,
porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo”.
Prepárate, toma contigo al niño
Ex 2,15: Pero
Moisés huyó del faraón y se refugió en la tierra de Madián. Allí se sentó junto
a un pozo.
1 Re 11,17: Pero
Hadad huyó en dirección a Egipto, junto con algunos hombres edomitas servidores
de su padre.
2 Re 25,26:
Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño al mayor, y los jefes de tropas
se pusieron en marcha y fueron a Egipto, porque tuvieron miedo de los caldeos.
Jer 26,21:
Cuando el rey Joaquín, sus oficiales y sus dignatarios escucharon lo que decía,
el propio rey intentó matarlo. Pero Urías se enteró e, impulsado por el miedo,
se refugió en Egipto.
Jer 43,7:
También llevaron al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Narías. Y así,
desobedeciendo la voz del Señor, llegaron a Egipto y se instalaron en Tafne.
Ap 12, 6: Y la
mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser
alimentada mil doscientos sesenta días.
Él se preparó, tomo consigo al niño
Ex 4, 19-20: El
Señor dijo a Mosés en Madián: “Anda, vuelve a Egipto, porque han muerto todos
los que te buscaban para matarte”. Moisés tomó a su mujer y a su hijo, los
montó en un asno y regresó a la tierra de Egipto. Moisés tomó en su mano el
bastón de Dios.
Avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea
Lc 2,39: Y,
cuando se cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a
Galilea.
Será llamado Nazareno.
Lc 2,51: Él bajó
con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo
esto en su corazón.
Lc 4,16: Fue a
Nazaret, donde se había criado, entró en la Sinagoga, como era su costumbre los
sábados, y se puso en pie para hacer la lectura.
Lc 24,19: Jesús
les dijo: “¿Qué? Ellos le contestaron: “Lo de Jesús el Nazareno, que fue
profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo”.
Hch 2,22:
Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón acreditado por
Dios ante vosotros con milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio
de él, como vosotros mismos sabéis.
Hch 3,6: Pero
Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de
Jesucristo Nazareno, levántate y anda”.
Hch 6,14: Pues
le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará
las tradiciones que nos dio Moisés.
Hch 22, 8: Yo
soy el Nazareno a quien tú persigues.
Hch, 24 5: Hemos
encontrado que este hombre es una peste, que promueve alborotos contra todos
los judíos del mundo entero y que es el jefe de la secta de los nazarenos.
Hch 26,9: Yo
creí que era mi deber actuar con todos los medios contra el nombre de Jesús el
Nazareno.
Notas exegéticas Biblia de
Jerusalén[9].
2,13 Relato
literalmente relacionado con los relatos elohistas de los sueños de Abimélec
(Gn 20,3-7), de Labán (Gn 31,24) y, más en particular el de Jacob la noche de
su partida a Egipto (Gn 46,2-4). Encontramos el esquema mandato-ejecución.
Durante el sueño son recibidas las directrices de Dios, que guía a su pueblo.
Idéntica concepción que en Hechos (1,9; 18,9; 23,11), pero sin la nota de ánimo
de los sueños de Pablo.
2,14 Construcción
parecida a la de los relatos de la huida de Jacob (Gn 27,43-45), de Lot (Gn
19,15) o de Moisés (Ex 2,15). Pero, sobre todo, el relato de la huida de
Jeroboán a Egipto (1 Re 11,40), lugar tradicional de refugio en la Biblia.
2,15 Israel, el “hijo”
del texto profético, era, pues, figura del Mesías.
2,22 (a) Este hijo de
Herodes y de Maltaké (al igual que Herodes Antipas) fue etnarca de Judea del 4
a.C. al 6 d.C.
2,22 (b) Dominio de
Herodes Antipas, ver Lc 3,1ss.
2,23 “Nazareo” Nadsôraios (forma adoptada por Mt, Jn y
Hch) y su sinónimo Nadsarênos forma
adoptada por Mc; Lc emplea las dos formas) son dos transcripciones corrientes
de un adjetivo arameo (nasraya),
derivado a su vez del nombre del lugar “Nazaret” (Nasrath). Aplicado a Jesús, cuyo origen denotaba, Mt 26,29.71, y luego
a sus seguidores, Hch 24,5, este término se conservó en el mundo semítico para
designar a los discípulos de Jesús, mientras que el nombre de “cristiano”, Hch
11,25, prevaleció en el mundo grecorromano. No se ve claramente a qué oráculos
alude aquí Mt; se puede pensar en el nazir
de Jc 13,5.7, o en el neser
“vástago” de Is 11,1, o mejor todavía en el nasar
“guardar” de Is 42,6; 49, 8, de donde nasûr
= el Resto.
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[10]:
13-23 Prehistoria
sangrienta, que anuncia de algún modo la futura Pasión del Mesías. Apenas
nacido, es rechazado por Herodes, y Jerusalén se asusta (pero, ¿no lo habían
estado esperando largo tiempo?). Mt, que en 1-2 parece entrecruzar datos de dos
tradiciones orales próximas e independientes entre sí – una sobre José y otra
sobre Herodes - , anticipa así, literaria y teológicamente, el rechazo
posterior de Jesús por parte de los judíos.
13 Huye a Egipto, lugar clásico de
refugio. Belén, en el camino hacia Egipto, era final de etapa (cf. Jr 41,17).
El camino más corto y menos peligroso era el marítimo, embarcado en Ascalón,
ciudad libre a 57 kilómetros de Belén, a cuyo puerto llegaban naves fenicias de
cabotaje, que viajaban entre Egipto y Líbano (M. Ariza); de cualquier modo era
desterrarse – “¡qué mal le prueba la tierra al Rey del cielo!” (B. Gracián) –,
como si Dios, para defender a su Hijo, no tuviera más recurso que el de los
cobardes: huir.
15 Así revive Jesús,
en su propia historia, la historia de Israel, llamado de Egipto por Dios.
22 Arquelao (nombre griego: “jefe del
pueblo”): hijo de Herodes el Grande y de Maltace; sanguinario y violento; solo
desde el 4 al 6 d.C. , año en que fue depuesto por Augusto y desterrado a las
Galias [Viena], tuvo cierto poder sobre Judea, Samaría e Idumea.
En Galilea reinaba entonces Herodes
Antipas (cf. Mc 6,14 y Lc 3,1-2), menos sanguinario, al parecer.
23 Nazaret: cf. Lc 1,26. Termina el
Evangelio de la Infancia con una cita que, tal como está, no se encuentra en el
Antiguo Testamento.
Nazareno: Importa ese nuevo “nombre
de Cristo”, calificativo de Jesús, añadido a los que aparecen en los dos
primeros capítulos de Mt: “Jesús (Salvador)”, “Hijo de David”, “Cristo”, “Rey
de los judíos”, “Enmanuel· y, mas cercano aún: “el niñito”.
Notas exegéticas desde la Biblia
Didajé[11]:
2, 13-23 Huida a Egipto: la
estancia de la Sagrada Familia en Egipto es una reminiscencia del Antiguo
Testamento. Cristo es asociado a Moisés y a los israelitas (cf. Os 11,1; Mt
2,15): él libera al pueblo de Dios de la esclavitud y de la opresión, y les
conduce desde la oscuridad hacia la luz.
Notas del Catecismo de la Iglesia
Católica[12]
530 La
Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (cf. Mt 2,
13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: "Vino a su
Casa, y los suyos no lo recibieron"(Jn 1, 11). Toda la vida de
Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él
(cf. Jn 15, 20). Su vuelta de Egipto (cf. Mt 2,
15) recuerda el éxodo (cf. Os 11, 1) y presenta a Jesús como
el liberador definitivo.
Comentario José Luis Sicre[13]
Hasta ahora, la
imagen de Jesús Mesías no puede haber sido más positiva: culmen de la historia,
nacido de una virgen, honrado por los magos. El horizonte ha comenzado a
nublarse con el desinterés mostrado por las autoridades al no acudir a honrar
al niño. Ahora se oscurece por completo. Mateo no cuenta lo que ocurre en la
corte ni las órdenes impartidas por Herodes. Nos enteramos de forma indirecta.
Supone un paso
más delante con respecto de lo anterior. No solo se desprecia al Mesías, se
intenta matarlo, pero Dios lo salva milagrosamente. Igual que el faraón está a
punto de matar a Moisés, Herodes decide matar a Jesús. Pero Mateo introduce una
diferencia capital. A Moisés lo salvaron su familia y la hija del faraón. A
Jesús lo salva su padre, pero avisado y guiado en todo momento por Dios a
través de un ángel.
Vienen a la
memoria las historias patriarcales: cuando Abrahán y Jacob bajaron a Egipto fue
obligados por el hambre, pero allí germinó el pueblo de Israel. Allí también
crecerá el Mesías, para que pueda realizarse en él la profecía de Oseas: “Desde
Egipto llamé a mi hijo”. El profeta se refería al pueblo de Israel, recordando
la salida de Egipto en tiempos de Moisés. Mateo lo aplica a Jesús, para
sugerirnos una idea que desarrollará luego en su evangelio: Jesús no es solo el
nuevo Moisés, encarna también al nuevo Israel.
Mateo ofrece una
datación exacta: la muerte de Herodes, ocurrida en el año 4 a.C.
Esta vez no le
envía un ángel, le comunica en un sueño que se dirija a Galilea, la región que
terminará siendo el campo de actividad de Jesús.
Nazaret:
Encerrada en tres colinas, en la falda de una de ellas, carecía de horizonte.
Nisiquera se veían la cercana llanura de Esdrolón o el monte Tabor, si bien era
posible divisarlos desde un elevado monte situado al sureste. La aldea contaba
con unos doscientos habitantes, con las casas excavadas en ligera pendiente.
Nazaret nunca fue mencionada en el AT, ni en las obras de Flavio Josefo, que
conocía muy bien Galilea.
La idea de refugiarse en Nazaret es propia de
Mateo. Según Lucas, la familia era originaria de esa Aldea.
“Jesús el
nazoreo” lo llaman Lc 18,37; Hch 6,14; es el título que figura en la cruz (Jn
19,19); y el que él mismo se aplica en la aparición a Pablo (Hch 22,8).
Generalmente se traduce “nazareno”, considerándolo equivalente al “Jesús
nazareno” que aparece en Mc 1,24; 10,47; 14,67; 16,6; Lc 4,34; 24,19; pero
ninguna profecía dice que el Mesías fue de Nazaret. Otros lo relacionan con
Sansón, “consagrado naziraion a Dios
(Jue 13,5.7). Más adecuado resultaría, recordando el texto hebreo, no el
griego, ver una alusión a Is 11,1: “retoñará un tocón de Jesé, de su cepa
brotará un vástago (neser)”. De todos
modos, también Esd 9,10ss alude a la profecía de varios profetas que no se encuentra
en ningún libro del AT.
Comentario Marta García Fernández[14]
Dios habla en
sueños, pues cuando el hombre está completa pasivo. En este sentido, el sueño
pone de manifiesto que la decisión radica totalmente en Dios. Por otra parte,
el hecho de “soñar” establece una relación entre José y su homólogo, el
patriarca e hijo de Jacob quien igualmente viaja a Egipto y será
providencialmente su estancia allí la que traerá para sus hermanos la salvación
de la carestía (Gn 37-50).
Sobre la
cuestión de emigrar a Egipto, como notan algunos autores, aunque Egipto es
símbolo de la esclavitud, en tiempos de Jesús – y a partir del período de los
Macabeos – se convierte en tierra de refugio (cf. 1 Re 11,40).
Mateo solo
utiliza el término nazõraios aquí y
en la pasión (Mt 26,71). Además la cita bíblica es desconocida, ya que en
ningún lugar de la Escritura se encuentra un texto análogo. Por este motivo
algunos exégetas consideran que se alude no solo a un lugar (Nazaret) sino a la
identidad mesiánica de Jesús.
La etimología
del término podría remontarse a: 1) una raíz hebrea nãzir, que significa “consagrado” (cf. Nm 6); 2) a un sustantivo neser que tiene el sentido de “retoño” y
que evocaría a Is 11,1; 3; finalmente, a un adjetivo nasur o “preservado· como en el segundo cántico del siervo de
Isaías (Is 49,6). En cualquiera de estos tres casos, el título de “nazareno”
tendría una connotación mesiánica.
Comentario revista Homilética[15]
-El texto evangélico
consta de dos pequeñas unidades literarias:
vv.13-15: huida
de la familia de Jesús a Egipto.
vv.19-23: el
retorno de Egipto y el establecimiento en Nazaret.
Se omite la
matanza de los inocentes (vv.16-18).
-Como en
anteriores relatos del Evangelio de la Infancia toda la acción se presenta
dirigida por Dios:
Por medio de un
ángel.
Con la
colaboración obediente del ser humano (José).
Para cumplir el
plan de salvación establecido.
-Herodes y Arquelao:
Oposición real
al proyecto del reina de Dios.
Impotencia para
evitar que siga adelante la salvación de Dios.
-José:
Vida obediente.
Vida en
respuesta a la voluntad de Dios.
Vida activa y
comprometida con dicha voluntad.
Fruto de una
profunda y continuada actitud de reflexión y discernimiento (sueños).
-Nombres geográficos:
Geografía
habitada por Dios.
Egipto: éxodo y
la liberación.
Nazaret: signo
de la manifestación de Dios en las pequeñas cosas.
Comentarios patrísticos[16]:
Juan Taulero[17].
Hay tres
enemigos fuertes y encamizados que debes vencer en ti, y de los cuales difícilmente
se triunfa. Serás atacado por el orgullo de espíritu: quieres ser visto,
considerado, escuchado. El segundo enemigo es tu propia carne, que te acosa por
la impureza corporal y espiritual. El tercer enemigo es el que te ataca
inspirándote la maldad, los pensamientos amargos, las sospechas, los malos
juicios, el odio y los deseos de venganza; ¿quieres estar cada vez más cerca de
Dios? Debes renunciar completamente a todo esto, porque todo esto es Arquelao,
el malo. Teme y vigila, pues realmente quiere matar al niño.
San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 8,2.
Tú, que esto
oyoes, cuando hayas merecido desempeñar un asunto espiritual y luego te veas
entre sufrimientos intolerables y metido en peligros sin cuento, no te turbes
ni digas: “¿Qué es esto? ¿No merecía yo que se me coronara y proclamara, no
merecía ser ilustre y glorioso, puesto que estoy cumpliendo un mandato del
Señor?”. No, ahí tienes el ejemplo, que esto acompaña partiuclarmente a los
espirituales; que esa es su herencia: tentaciones y pruebas por todas partes.
Mira, si no, como así sucede con la madre del niño y con los magos. Estos
tienen que retirarse como fugitivos.
San Pedro Crisólogo. Sermones. 150,11.
Cristo huyó para
cumplir la verda de la ley, la fe de la profecía, el testimonio del salmo.
Cristo huyó para guardar los misterios dispensados en los tiempos. Cristo huyó
para absolver con futuros poderes a los perversos y dar pruebas de fe a los que
creerían. Y sobre todo Cristo huyó para darnos a nosotros confianza cuando
tengamos que huir, puesto que en tiempos de persecución es mejor huir que
negar. Así Pedro, que no quiso huir, le negó; en cambio Juan huyó para no negar
al Señor.
San Jerónimo. Comentario
al evangelio de san Mateo. 2,23[18]
Nazareo
significa santo. El Señor será santo, como lo recuerda toda la Escritura. Podemos
citar también lo que el original hebreo expresa con las mismas palabras en Isaías:
Saldrá un vástago de la raíz de Jesé y el
Nazareo se elevará de esta raiz.
Santa Teresa de Liseaux. Poesías. 5.[19]
Acuérdate, Jesús,
de que llamaste padre / al humilde José, quien, por orden del cielo / sin que
te despertases del maternal regazo, / te arrancó de la furia de un mortal
traicionero. / Verbo de Dios, acuérdate de aquel misterio extraño: / ¡Hiciste
hablar a un ángel, al guardar tu silencio! / De tu lejano exilio / a orillas
del Nilo / ¡acuérdate!
Santa Teresa de Liseaux. Poesías. 54, 12.13[20]:
¡Oh, Reina de
los mártires, hasta el fin de tu vida / la espada dolorosa, traspasará tu
pecho! / Habrás de abandonar el suelo de tu patria, / para evitar de un rey el
furor traicionero. / En paz duerme Jesús, a quien tu manto abriga, / cuando José
te avisa ue habéis de partir luego. / Tu obediencia es puntual y enseguida se
apresta, / y partís sin demora y sin razonamientos.
En la tierra de
Egipto, me parece, ¡oh, María! / que, alegre, en el apobreza, vive tu corazón.
/ ¿O no es Jesús, de todas las patrias, la más bella? / ¿Qué te importa el
destierro, si posees a Dios…? / Mas en Jerusalén una amarga tristeza, / como un
inmenso océano, te anega el corazón: / tu, Jesús, por tres días, se oculta a tu
ternura; / ¡tu destierro es entonces del máximo rigor…!
San Oscar Romero. Homilía. 30 diciembre 1979[21].
Hermanos, esta
es nuestra familia, una familia que peregrina en el mundo y donde hay toda
clase de miembros, pero que desde una perspectiva cristiana nos sentimos como
un núcleo muy cercano a Dios y somos la pequeña Iglesia en el hogar y la gran
Iglesia Universitaria en el mundo: la parroquia, la diócesis, la comunidad de
base.
Benedicto XVI. Angelus.
26 diciembre 2010[22]:
La Sagrada
Familia de Nazaret pasó por muchas pruebas, como la de la «matanza de los
inocentes» —nos la recuerda el Evangelio según san Mateo—, que
obligó a José y María a emigrar a Egipto (cf. 2, 13-23). Ahora bien, confiando
en la divina Providencia, encontraron su estabilidad y aseguraron a Jesús una
infancia serena y una educación sólida.
Benedicto XVI. La
Infancia de Jesús[23]:
Con la huida a
Egipto y su regreso a la tierra prometida, Jesús concede el don del éxodo
definitivo. Él es verdaderamente el Hijo. Él no se irá para alejarse del Padre.
Vuelve a casa y lleva a casa. Él está siempre en camino hacia Dios y con eso
conduce del destino al hogar, a lo que es esencial y propio. Jesús, el
verdadero Hijo, ha ido él mismo al “exilio” en un sentido muy profundo para
traernos a todos desde la alienación hasta casa.
Puesto que Mateo
se refiere explícitamente a Isaías 7
y 9, es lógico suponer también en él una insinuación a Isaías 11. La particularidad de esta promesa es que enlaza, más allá
de David, con el fundador de la estirpe de Jesé. Del tronco aparentemente ya
muerto, Dios hace brotar un nuevo retoño: pone un nuevo comienzo que, sin
embargo, permanece en profunda continuidad con la historia de la promesa. […]
Si a esto añadimos que, en la inscripción de la cruz, Jesús es denominado
Nazoreo (ho Nazõraios) (cf. Jn
19,19), el título adquiere su pleno significado: lo que inicialmente debía
indicar solamente su proveniencia, alude sin embargo al mismo tiempo a su
naturaleza, él es el “retoño”, el que está totalmente consagrado a Dios, desde
el seno materno hasta la muerte.
Papa Francisco. Angelus.
29 diciembre 2013[24]:
Vivamos
intensamente en este día en que la liturgia nos ofrece el bello mensaje de la
Sagrada Familia, cada uno en su propio puesto de familia universal siéntase
hermano y colabore con todos los otros hermanos ha hacer de este mundo no una
jauría de miedo, sino un paraíso, antesala de los hijos de Dios. Así sea…
En tierras
lejanas, incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los refugiados y los
inmigrantes encuentran auténtica acogida, respeto, aprecio por los valores que
llevan consigo. Sus legítimas expectativas chocan con situaciones complejas y
dificultades que a veces parecen insuperables. Por ello, mientras fijamos la
mirada en la Sagrada Familia de Nazaret en el momento en que se ve obligada a
huir, pensemos en el drama de los inmigrantes y refugiados que son víctimas del
rechazo y de la explotación, que son víctimas de la trata de personas y del
trabajo esclavo. Pero pensemos también en los demás «exiliados»: yo les
llamaría «exiliados ocultos», esos exiliados que pueden encontrarse en el seno
de las familias mismas: los ancianos, por ejemplo, que a veces son tratados
como presencias que estorban. Muchas veces pienso que un signo para saber cómo
va una familia es ver cómo se tratan en ella a los niños y a los ancianos.
Y hoy el
Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia por el camino doloroso del
destierro, en busca de refugio en Egipto. José, María y Jesús experimentan la
condición dramática de los refugiados, marcada por miedo, incertidumbre,
incomodidades (cf. Mt 2, 13-15.19-23). Lamentablemente, en nuestros días,
millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día
la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre,
de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida
digna para sí mismos y para sus familias.
Jesús quiso
pertenecer a una familia que experimentó estas dificultades, para que nadie se
sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. La huida a Egipto causada por
las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está allí donde el hombre está en
peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde huye, donde experimenta el
rechazo y el abandono; pero Dios está también allí donde el hombre sueña,
espera volver a su patria en libertad, proyecta y elige en favor de la vida y
la dignidad suya y de sus familiares.
Hoy, nuestra
mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida
que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras
familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de
reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón
recíproco. Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la
familia: permiso, gracias, perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y
se pide «permiso», cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir
«gracias», y cuando en una familia uno se da cuenta que hizo algo malo y sabe
pedir «perdón», en esa familia hay paz y hay alegría. Recordemos estas tres
palabras. Pero las podemos repetir todos juntos: permiso, gracias, perdón.
(Todos: permiso, gracias, perdón) Desearía alentar también a las familias a
tomar conciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad.
El anuncio del Evangelio, en efecto, pasa ante todo a través de las familias,
para llegar luego a los diversos ámbitos de la vida cotidiana.
[1] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[2] García Viana, L.F. (2019).
Homilética (2019/6). Sal
Terrae.
[3] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[4] Quesson, Noel. 50 salmos
para todos los días. Paulinas. Colombia. 1988. En www.mercaba.org
[5] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[6] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[7] Fraile Yécora, Pedro. (2019).
Homilética (2019/6). Sal
Terrae.
[8] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019. Traducción Sagrada
Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[9] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[10] Iglesias González, M. Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid.
2017.
[11] Biblia Didaje con
comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos
copiados de www.vatican.va
[12] Catecismo de la Iglesia
Católica. www.vatican.va Notas tomadas
de la Bíblia Didaje.
[13] Sicre, J.L. El evangelio de
Mateo. Un drama con final feliz. Verbo Divino. Estella. 2019. Pgs.214ss.
[14] García Fernández, M. Mateo.
Guías de lectura del Nuevo Testamento. Verbo Divno. Estella (Navarra).
2015.
[15] Badiola, J.A. (2019). Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg.
673-674
[16] Merino Rodríguez, M. La
Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1ª. Evangelio
según san Mateo (1-13). Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
[17] Magnificat. Diciembre 2019 (193). Pg. 401.
[18] Jerónimo. Comentario al
Evangelio de Mateo. Biblioteca Patrística. Ciudad Nueva. Madrid. 1999.
[19] Teresa de Lisieux. Obras
Completas. Monte Carmelo. Burgos. 2003.
[20] O.c.
[23] Benedicto XVI. La infancia
de Jesús. Planeta. Barcelona (España). 2012. Pgs. 116 ss.