jueves, 19 de diciembre de 2019

IV domingo de Adviento. 22 de diciembre de 2019.


Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías   7,10-14
En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
-Pide un signo al Señor, tu Dios; en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondió Ajaz:
-No lo pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Isaías:
-Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[1].
 Respondió Acaz: “No la pediré, no tentaré a Yahvé”.
Dt 6,16: No tentaréis al Señor, vuestro Dios, como lo habéis tentado en Masá.
El mismo Señor va a daros una señal. Mirad, una doncella está en cinta.
Mt 1,23: “Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel que significa “Dios con nosotros”.
Miq 5,2: Por eso, los entregará / hasta que dé a luz la que debe dar a luz, / el resto de sus hermanos volverá / junto con los hijos de Israel.
Is 9,5: Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: / lleva a hombros el principado, y es su nombre: / “Maravilla de Consejero, Dios fuerte. / Padre de eternidad, Príncipe de la paz”.
Is 7,22: Aquel día cada uno mantendrá una ternera y dos ovejas, / y como abundará la leche comerán requesón; / todo el que quede en el país comerá cuajada y miel.

Comentario[2].
7,14 (a) A pesar de todo, Dios da a Ajaz la señal que se ha negado a pedirle. Es el nacimiento de un hijo cuyo nombre, Emmanuel, es decir, “Dios con nosotros”, ver 8, 8.10 es profético, ver 1,26ss. y anuncia que Dios protegerá y bendecirá a Judá. En otros textos 9,1-6; 11,1-9 Isaías descubrirá con más precisión algunos aspectos de la salvación traída por este niño. Estas profecías son expresión del mesianismo real esbozado ya por el profeta Natán 2 Sam 7, y que más tarde reiterarán Mi 4,14; Ez 34,23; Ag 2,23, ver Sal 2; 45; 72; 110. Dios concederá la salvación por medio de un rey, sucesor de David: la esperanza de los fieles de Yahvé descansa en la permanencia del linaje davidico. Incluso si Isaías se refiere inmediatamente al nacimiento de un hijo de Ajaz, por ejemple Ezequías (y esto parece probable a pesar de las incertidumbres de la cronología y, si parece, así lo entendió el griego, al leer v.14 “tú le pondrás por nombre..”) se presiente, por la solemnidad dada al oráculo y por el sentido estricto del nombre simbólico dado al niño, que Isaías atisba en este nacimiento real , por encima de las circunstancias presentes, una intervención de Dios encaminada al reino mesiánico definitivo. De este modo, la profecía del Emmanuel rebasa su realización inmediata y los evangelistas (Mt 1,23, citando a I 7,14; Mt 4,1-16, citando a Is 8, 23-9,1), y posteriormente toda la tradición cristiana han reconocido legítimamente en aquella el anuncio del nacimiento de Cristo.
7,14 (be). La traducción griega dice “la virgen”, precisando con ello el término hebreo almâh, que designa a una muchacha o a una joven recién casada sin concretar más. Pero el texto de los LXX es un testigo de alto valor de la antigua interpretación judía, que quedará consagrada en el Evangelio: Mt 1,23 ve aquí el anuncio de la concepción virginal de Cristo.

Comentario[3].
-Contexto histórico:
El rey de Judá es invitado por los reyes de Israel y Siria a unirse en la guerra contra Asiria.
Isaías se opone y, acompañado por su hijo, se presenta ante el rey proponiéndole un signo de la ayuda divina:
Posiblemente este signo sea el nacimiento del rey Ezequías.
-Comerá requesón y miel:
La comida de los nómadas.
Signo de la destrucción de Jerusalén y el destierro en Babilonia, cuando el pueblo tendrá experiencia de la presencia de Dios que no le abandona.
-Enmanuel:
Símbolo de la esperanza en la debilidad, de vida nueva en la destrucción.
Jesús será el Dios-con-nosotros, el signo de la presencia de Dios en medio de la historia humana.  

Salmo 23

R/. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede entrar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos R/.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.

Textos paralelos[4].
De Yahvé es la tierra y cuanto la llena.
Is 66,1-2: Esto dice el Señor: “El cielo es mi trono, / y la tierra, el estrado de mis pies; / ¿Qué templo podréis construirme / o qué lugar para mi reposo? / Todo esto lo hicieron mis manos, / todo es mío – oráculo del Señor -. /En ese pondré mis ojos: / en el humilde y el abatido / que se estremece ante mis palabras.
Sal 89,12: Tuyo es el cielo, tuya es la tierra;  / tú cimentaste el orbe y cuanto contiene.
Dt 10,14: Del Señor son los cielos, hasta el último cielo, la tierra y todo cuanto la habita.
1 Cor 10,26: Todo lo que se compra en la carnicería, comedlo, sin poneros a investigar nada por razones de conciencia, pues del Señor del Señor es la tierra y cuanto contiene.
Sal 75,4: Aunque tiemble la tierra con sus habitantes,  / yo he afianzado sus columnas.
Is 42,5: Esto dice el Señor, Dios, / que crea y despliega los cielos, / consolidó la tierra con su vegetación, / da respiro al pueblo que la habita / y el aliento a quienes caminan por ella.
Esta es la generación que busca al Señor
Sal 27,8-9: Oigo en mi corazón: / “Buscad mi rostro”, / Tu rostro buscaré, Señor. / No me escondas tu rostro. / No rechaces con ira a tu siervo, / que tú eres mi auxilio; / no me deseches, no me abandones, / Dios de mi salvación.

Notas exegéticas[5]:

24,2. La tierra es descrita descansando sobre las aguas del océano inferior, ver Ex 20,4
24,6. “tu presencia, Dios de Jacob” 2 mss.hebr; “tu presencia, Jacog” TM; “la presencia del Dios de Jacob” griego.


Comentario[6].
Con Israel.
Este "salmo del Reino" describe la entrada de una procesión en el Templo... Es Yahveh,  el Dios creador del Universo, nuestro Rey Yahveh, que viene a tomar posesión de su palacio  y de su ciudad. Al aclamarlo Israel lo hacía reinar efectivamente y le profesaba sumisión.  Pero ¿cómo reina Dios? A las puertas del templo se respondía mediante una catequesis:  son los comportamientos morales del hombre los que hacen reinar a Dios. ¡Tener un  corazón puro, las manos no manchadas de intrigas, el corazón libre de todo ídolo, liberado  de todo aquello que no es Dios, leal al prójimo, sediento de justicia, ávido de Dios.. . !Este  es el hombre que construye el Reino de Dios en sí mismo y en la sociedad. 
Con Jesús.
Un día, un día muy próximo a su Pasión, Jesús aceptó desempeñar el papel del Rey  descrito en este salmo. Partió de Betfagé a varios kilómetros de Jerusalén, aclamado por la  muchedumbre, avanzó hacia la ciudad y entró hasta el gran recinto del Templo. Entrada  real, entrada Mesiánica del "Hijo de David, Rey de Israel" (Juan 12,13). San Juan que asistió  a este triunfo pasajero relievó este tema de la realeza de Jesús. Delante de Pilato, Jesús  reivindica este título: "Yo soy Rey, pero mi Reino no es de este mundo, pues vine a este  mundo para dar testimonio de la verdad". (Juan 18,33-37) Y la inscripción clavada en la  cruz, "Jesús Nazareno Rey de los Judíos" (Juan 19,19) reafirma que su verdadero trono real,  la verdadera grandeza de este "Rey de la gloria", es precisamente la cruz, es decir su amor  infinito, su amor sacrificado. 
Con nuestro tiempo.
La reforma conciliar revalorizó la "liturgia penitencial" al principio de cada Misa.  ¿Quién puede acercarse a Dios? Quien esté libre de toda mancha consciente o  inconsciente, que esté dispuesto a luchar contra su egoísmo, y toda forma de idolatría. Sólo  así Dios se hace fiador de la dignidad humana y de la conciencia. Decir: "Venga tu Reino",  es comprometerse a hacer cualquier cosa para vivir según sus exigencias. 

Segunda lectura.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1,1-7
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol escogido para el evangelio de Dios, que fue prometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor. Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo. A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
Textos paralelos[7].
Pablo, siervo de Cristo Jesús
Ga 1,10: Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?, ¿o trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres no sería siervo de Cristo.
Flp 1,1: Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo que residen en Filipos, con sus obispos y diáconos.
Ga 1,15-16: Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí para que lo anunciará entre los gentiles.
Hch 26,16-18: Pero levántate y ponte en pie, pues me he aparecido a ti precisamente para elegirte como servidor y testigo tanto de las cosas que de mí has visto como de las que te manifestaré. Te libraré de tu pueblo y de los gentiles, a quienes te envío.
La promesa era relativa
Mt 9,27: Cuando Jesús salía de allí, dos ciegos lo seguían gritando: “Ten compasión de nosotros, hijo de David”.
2 Tim 2,8: Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio.
Ap 22,16: Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para dar testimonio de esto a las iglesias, Yo soy la raíz y la descendencia de David, la estrella radiante de la mañana.
Rm 9,5: Suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo,según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos, amén.
destinado a promover la obediencia de la fe
Hch 9,15: Anda ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel.
A todos los amados de Dios
1 Cor 8,6: Para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede todo y para el cual somos nosotros, y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe todo y nosotros por medio de él.

Notas exegéticas[8]:
1.Según un formulario usual en su tiempo, Pablo da comienzo a sus epístolas con la dirección (nombre del remitente y del destinatario: saludo) seguida de una acción de racias y una súplica. Pero da a estas fórmulas un sentido cristiano y, sobre todo, las amplía llenándolas de contenido teológico, anunciando de ordinario los grandes temas de cada epístola. Los temas de la presente Carta son: gratuidad de la elección divina, función de la fe en la justificación, salvación por la muerte y resurrección de Cristo, armonía de los dos testamentos.

1.1Título de origen judío que significa “enviado”, ver Jn 13,16; 2 Cor 8,23; Flp 2,25: en el NT se aplica unas veces a los Doce discípulos elegidos por Cristo, Mt 10,2; Hch 1,26; 2,37, etc.; 1 Cor 15,7; Ap 21,14, para que fueran sus testigos, Hch 1,8 ss.; otras veces de una manera más amplia a los predicadores del Evangelio Rm 16,7; 1 Cor 12,28; Ef 2,20; 3, 5; 4,11. Aunque Pablo no perteneció al colegio de los Doce, es, sin embargo, verdadero apóstol, porque Cristo resucitado le envió a los gentiles, Hch 26,17; Rm 11,13; 1 Cor 9,2; Gal 2, 8; 1 Tim 2,7; Rm 1,1; 1 Cor 1,1; etc., en nada inferior a los Doce. Como ellos, Hch 10,40-41, vio a Cristo resucitado, 1 Cor 9,1, recibiendo de él, Rm 1,5; Gal 1,16, la misión de ser su testigo, Hch 26,16. Y aun reconociéndose como el último de los apóstoles, 1 Cor 15,9, indica claramente que es igual a ellos, 1 Cor 9,5; Gal 2,6-9; y no les es deudor de su evangelio, Gal 1,1.17.19
1,4 (a) Vulg. “predestinado”.
1,4 (b) Pablo atribuye siempre la resurreción de Cristo a Dios, 1 TYs 1,10; 1 Cor 6,14; 15,15; 2 Cor 4,14; Gal 1,1; Rm 4,24; 10,9; Hch 2,24ss; 1 Pe 1,21. el cual manifiesta de esta manera su “poder” 2 Cor 13,4; Rm 5,4; Flp 3,10; Col 2, 12; Ef 1,19ss; Heb 87,16. El Espíritu Santo es el que le ha devuelto a la vida, Rm 8,11, constituyéndole en su glorioso estado de “Kyrios”, Flp 2,9-11ss; Hch 2,36ss; Rm 14,9, que merece por nuevo título –el mesiánico- su nombre eterno de Hijo de Dios, Hch 13,33; Heb 1,1-5; 5. Ver Rm 8,11ss; 9, 5ss.
1, 5 (a) “Obediencia de la fe”: no precisamente como sumisión al mensaje evangélico, sino como adhesión de fe. Ver Hch 6,7; Rm 6,16-1; 10,16; 15,18; 16, 19-26; 2 Cor 10, 5-6; 2 Ts 1,8; 1 Pe 1, 22; Hb 5,9; 11,8.
1, 5 (b) El término griego ethne  puede tener connotación negativa (paganos, los que adoran a los ídolos) o una connotación neutra (los demás pueblos fuera del judío), es decir, los no-judíos. En Rm debe traducirse por “naciones gentiles” y no por “paganos” en la medida en que Pablo aplica el término a los creyentes venidos ciertamente del paganismo, pero que ya no son paganos, adoradores de divinidades paganas; los únicos pasajes en que el término significa “paganos” son 2,14.24. En lenguaje bíblico español se ha generalizado el término “gentiles” (normalmente en plural) para traducir dicho término griego. Por eso, se ha mantenido siempre un único término gentiles, como en el original, dejando que el contexto decida si debe leerse con connotación negativa o neutra.

Comentario[9]: .
-La carta es dirigida a los cristianos de Roma, una comunidad no fundada por Pablo.
-En la presentación se sirve de tres títulos:
Siervo (doûlos).
Llamado (kletós).
Enviado (apóstolos).
-El triple título necesita un contenido al que dedica su vida: el evangelio:
Este término lo utiliza más de setenta veces en sus cartas.
Mensaje en continuidad con el Antiguo Testamento y en cumplimiento de las promesas de los profetas.
Textos sobre alguien, no sobre algo, Jesús: estirpe de David e Hijo de Dios.
-Lo ha recibido de Jesús: la “gracia del apostolado”.
-Y tiene como misión la “obediencia de la fe” (tema central en Pablo) dirigida a los gentiles.

Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado, Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
-José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: “Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a María.
Palabra del Señor.


Textos paralelos[10].
Su madre, María
Lc 1,27: A una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Lc 2,5: Para empadronarse con su esposa María, que estaba en cinta.
Cuando el ángel del Señor se le apareció
Gn 16,7: El ángel del Señor la encontró junto a una fuente en el desierto, la fuente del camino del Sur.
Jn 5, 43: Yo he venido en nombre de mi Padre.
Lo ha engendrado el Espíritu Santo
Lc 1,31: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo,  y le pondrás por nombre Jesús.
Porque él salvará
Sal 130,8: Y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Si 46,1: Valiente guerrero fue Josué, hijo de Nun, / sucesor de Moisés en la dignidad de profeta. / De acuerdo con lo que su nombre indica, / se mostró grande para salvar a los elegidos del Señor, / para tomar venganza de los enemigos sublevados / e introducir a Israel en su heredad.
Hch 3,12: al verlo, Pedro dirigió la palabra a la gente: “Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud?
La virgen concebirá
Is 7,14: Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel.
Is 8,8: Irrumpirá en Judá, desbordará, / crecerá hasta alcanzar el cuello / y sus alas desplegadas cubrirán toda la anchura de tu tierra, / ¡oh Enmauel!
Is 8,10: Trazad planes, que fracasarán, haced promesas, que no se mantendrán, / porque con nosotros está Dios.
No la conocía hasta que ella dio a luz un hijo
Lc 2, 7: Y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén[11].
1 18 Los desposorios judíos suponían compromiso tan real que al prometido de llamaban ya “marido” y no podía quedar libre más que por el “repudio” (v.1).
1 19 La justicia de José consiste en que no quiere dar nombre a un niño a cuyo padre no conoce, pero también en que, por compasión, rechaza entregar a María al riguroso procedimiento de la Ley, la lapidación Dt 22,20ss Por eso, la repudia “en privado”: contraste con la ordalía prescrita en Nm 5,11-31
1 20 (a) El “ángel del Señor”, en los textos antiguos, Gn 16,7ss, representaba primitivamente el mismo Yahvé. Diferenciado cada vez más de Dios por los progresos de la angeología ver Tb 5,4ss, sigue siendo el tipo del mensajero celeste y como tal aparece con frecuencia en los Evangelios de la Infancia: Mt 1,20.24; 2,13.19; Lc 1,11; 2,9; ver también Mt 28,2; Jn 5,4; Hch 5, 19; 8,26; 12, 7, 23
1 20 (b) Como en el AT Si 34,1ss  Dios puede dar a conocer sus designios por un sueño: Mt 2,12.13.19.22.27,19; ver Hch 16,9; 18,9; 23,11; 27,23, y las visiones paralelas de Hch 9,10ss; 10,3 ss 11ss.
1 21 “Jesús” (hebreo Yehosu’a) quiere decir Yahvé salva.
1 22 Esta fórmula y otras afines serán frecuentes en Mt 2,15.17.23; 8, 17; 12,17; 13,35; 21,4; 26,54-56; 27, 9; ver 3,3; 11,10;13,14 etc. Pero Mt no es el único en pensar que las Escrituras se cumplen en Jesús. Jesús mismo declara que ellas hablan de él, Mt 11,4-6; Lc 4,21; 18,31ss; 24,44; Jn 5,39ss; 8, 56; 17,12; etc. Ya en el AT la realización de las palabras de los profetas era uno de los criterios de la autenticidad de su misión. Dt 18,20-22ss A los ojos de Jesús y de sus discípulos, Dios ha anunciado sus designios, con palabras y con hechos, y la fe de los cristianos descubre que el cumplimiento literal de los textos en la persona de Jesucristo o en la vida de la Iglesia manifiesta el cumplimiento real de las intenciones de Dios. Jn 2,22; 20,9; Hch 2,23ss; 2,31.34-35; 3,24; Tm 15,4; 1 Cor 10,11; 15,3-4; 2 Cor 1,20; 3,14-16

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[12]:
18-25   José no transmite a Jesúslos derechos de descendiente davídico por medio de la naturaleza, engendrándolo, sino aceptando a María como esposa y poniéndolo el nombre.
18 Origen o nacimiento.
Una desposada: era ya, jurídica y socialmente, esposa, pero faltaba la boda propiamente dicha, el rito de “llevar consigo” a casa el desposado a la desposada.
Del espíritu Santo: no como padre o principio generante, sino como fuerza divina que actuó en la concepción de Jesús milagrosamente.
19 Justo: en Mt significa más que “honrado” o “bueno”; es observante de la ley, cumplidor fiel de la voluntad de Dios (Mt 27,52); lo opuesto a impío. Como justo debía entregar a María para que fuera apedreada (Dt 22,20-21); pero, con una “justicia” superior, no quería dejarla en evidencia.
20 Hijo de David: título mesiánico frecuente en Mt, que José transmitirá a Jesús y que Jesús no rechazó nunca, aunque desconfiara de quienes lo aclamaban así.
21 Le pondrás por nombre: lit. y llamarás el nombre de él. El nombre para un semita, definía lo que llevaba y marcaba su destino.
23 Enmanuel: tiene importancia en la relación de Jesús glorificado con su Iglesia y con la misión que a esta le ha encomendado.

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé[13]:
1,18 Antes de vivir juntos: María eera virgen en el momento de la concepción de Cristo.
Por obra del Esp´ritu Santo: Dios Espíritu Santo causó la concepción virginal de Cristo en el seno de María; con esto se cumple la profecía de Isaías y se afirma la divinidad de Cristo (c.Is 7,14; Mt 1,23). Dios eligió a José como esposo de María y custodio de la Sagrada Familia.
1,19 Conforme a la ley judía, el adulterio estaba penado con la muerte. Algunos sostiene que José sospechó que María había cometido adulterio pero como hombre justo decidió tratar el asunto en privado. Otros sostienen que José comprendió que el Espíritu Santo había ofrado en María (cf.1,18) y por lo tanto pensó en retirarse, juzgando que ya no tenía ningún papel en la vida de ella.
1,20 Un ángel del Señor: el Nuevo Testamento narra frecuentemente la importante función que desempeñan los ángeles en la vida y en la misión de Cristo. El ángel le habla en sueños (cf.2.13.19.22) como había hecho con el patriarca José (cf. Gn 37,5-1).
1,23 Dios con  nosotros: la Encarnación y el Nacimiento de Cristo hecho hombre anuncian la presencia de Dios entre su pueblo, una presencia que perdura (cf.28,20).
1,25 Sin haberla conocido: La Iglesia confiesa la virginidad perpetua de María; ella era virgen antes, durante y depsués del nacimiento de Cristo.
El nombre de Jesús  expresa su misión y su identidad, “salvará a su pueblo de sus pecados”. Dado que su identidad es divina, puede perdonar los pecados. Cristo revela el regalo de Dios de la misericordia hacia los pecadores. El nombre de Jesús está en el corazón mismo de la oración cristiana, porque dirigirse a Jesús en la oración es reconocer su divinidad, su poder de salvación y su omnipotencia.

Notas del Catecismo de la Iglesia Católica[14]
Antes de vivir juntos
495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).
496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:
Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).
 497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.

Un ángel del Señor
333 De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios introduce «a su Primogénito en el mundo, dice: "adórenle todos los ángeles de Dios"» (Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios..." (Lc 2, 14). Protegen la infancia de Jesús (cf Mt 1, 20; 2, 13.19), le sirven en el desierto (cf Mc 1, 12; Mt 4, 11), lo reconfortan en la agonía (cf Lc 22, 43), cuando Él habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos (cf Mt 26, 53) como en otro tiempo Israel (cf 2 M 10, 29-30; 11,8). Son también los ángeles quienes "evangelizan" (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnación (cf Lc 2, 8-14), y de la Resurrección (cf Mc 16, 5-7) de Cristo. Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles (cf Hb 1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor (cf Mt 13, 41; 25, 31 ; Lc 12, 8-9).
486 El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es "Cristo", es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores (cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2, 1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos (cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38).
497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.
Dios con nosotros.
744 En la plenitud de los tiempos, el Espíritu Santo realiza en María todas las preparaciones para la venida de Cristo al Pueblo de Dios. Mediante la acción del Espíritu Santo en ella, el Padre da al mundo el Emmanuel, "Dios con nosotros" (Mt 1, 23).
Sin haberla conocido
430 Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión (cf. Lc 1, 31). Ya que "¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?"(Mc 2, 7), es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres.
1507 El Señor resucitado renueva este envío ("En mi nombre [...] impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien", Mc 16,17-18) y lo confirma con los signos que la Iglesia realiza invocando su nombre (cf. Hch 9,34; 14,3). Estos signos manifiestan de una manera especial que Jesús es verdaderamente "Dios que salva" (cf Mt 1,21; Hch 4,12).
1846 El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores (cf Lc 15). El ángel anuncia a José: “Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 21). Y en la institución de la Eucaristía, sacramento de la redención, Jesús dice: “Esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados” (Mt 26, 28).
2663 En la tradición viva de la oración, cada Iglesia propone a sus fieles, según el contexto histórico, social y cultural, el lenguaje de su oración: palabras, melodías, gestos, iconografía. Corresponde al Magisterio (cf. DV 10) discernir la fidelidad de estos caminos de oración a la tradición de la fe apostólica y compete a los pastores y catequistas explicar el sentido de ello, con relación siempre a Jesucristo.
2664 No hay otro camino de oración cristiana que Cristo. Sea comunitaria o individual, vocal o interior, nuestra oración no tiene acceso al Padre más que si oramos “en el Nombre” de Jesús. La santa humanidad de Jesús es, pues, el camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre.
2665 La oración de la Iglesia, alimentada por la palabra de Dios y por la celebración de la liturgia, nos enseña a orar al Señor Jesús. Aunque esté dirigida sobre todo al Padre, en todas las tradiciones litúrgicas incluye formas de oración dirigidas a Cristo. Algunos salmos, según su actualización en la Oración de la Iglesia, y el Nuevo Testamento ponen en nuestros labios y graban en nuestros corazones las invocaciones de esta oración a Cristo: Hijo de Dios, Verbo de Dios, Señor, Salvador, Cordero de Dios, Rey, Hijo amado, Hijo de la Virgen, Buen Pastor, Vida nuestra, nuestra Luz, nuestra Esperanza, Resurrección nuestra, Amigo de los hombres...
2666 Pero el Nombre que todo lo contiene es aquel que el Hijo de Dios recibe en su encarnación: JESÚS. El nombre divino es inefable para los labios humanos (cf Ex 3, 14; 33, 19-23), pero el Verbo de Dios, al asumir nuestra humanidad, nos lo entrega y nosotros podemos invocarlo: “Jesús”, “YHVH salva” (cf Mt 1, 21). El Nombre de Jesús contiene todo: Dios y el hombre y toda la Economía de la creación y de la salvación. Decir “Jesús” es invocarlo desde nuestro propio corazón. Su Nombre es el único que contiene la presencia que significa. Jesús es el resucitado, y cualquiera que invoque su Nombre acoge al Hijo de Dios que le amó y se entregó por él (cf Rm 10, 13; Hch 2, 21; 3, 15-16; Ga 2, 20).
2812 Finalmente, el Nombre de Dios Santo se nos ha revelado y dado, en la carne, en Jesús, como Salvador (cf Mt 1, 21; Lc 1, 31): revelado por lo que Él es, por su Palabra y por su Sacrificio (cf Jn 8, 28; 17, 8; 17, 17-19). Esto es el núcleo de su oración sacerdotal: “Padre santo ... por ellos me consagro a mí mismo, para que ellos también sean consagrados en la verdad” (Jn 17, 19). Jesús nos “manifiesta” el Nombre del Padre (Jn 17, 6) porque “santifica” Él mismo su Nombre (cf Ez 20, 39; 36, 20-21). Al terminar su Pascua, el Padre le da el Nombre que está sobre todo nombre: Jesús es Señor para gloria de Dios Padre (cf Flp 2, 9-11).

Comentario José Luis Sicre[15]
-Mateo terminó la lista genealógica diciendo que Jesús nació de María, y que su esposo era José.
Si José es el padre Jesús no puede ser el Mesías:
Este debía nacer de una virgen, como profetizó Isaías.
Esta objeción se la habrían planteado los judíos a los cristianos antes que Mateo escribiese el evangelio.
-El nacimiento de Jesús el Mesías:
Para un judío evoca esperanzas y misterio.
También para el miembro de la comunidad de Mateo.
-Esquema del relato:
Planteamiento:
Parte de unos personajes (María y José) y una costumbre (desposorios).
María espera un hijo:
Responsable: el Espíritu Santo
En Mateo está exclusivamente en relación con Jesús, sobre el que baja en el bautismo, lo impulsa al desierto y mora dentro de él (los fariseos lo confundirán con Belcebú).
Con los cristianos: predicación del bautista y al final en la misión de los apóstoles. En ambas ocasiones a través del bautismo.
Nudo:
La duda de José.
Desenlace:
José despierta, obedece, acoge a María, pero no tiene relaciones con ella. Debe quedar claro que el niño es hijo de una virgen. Cuando nace, él le pone por nombre Jesús.
-¿Qué pretende decirnos en este episodio Mateo?
¿Quién es Jesús?:
Es verdadero israelita y verdadero descendiente de David.
Viene del Espíritu Santo: estrecha relación con Dios.
Se llamará Jesús, salvará a su pueblo de los pecados.
¿Qué repercusiones tiene la aparición del Jesús?
Al escribir el relato parte de la experiencia de su comunidad, perseguida y rechazada por aceptar a Jesús como Mesías, algo que la desconcierta.
Le indica que las dificultades son normales: sus propios padres sufren problemas desde que es concebido.
El cristiano debe ver en José un modelo que le ayuda y le anima.
-¿Por qué el Mesías debía nacer de una virgen?
Según la tradición de los judíos de lengua griega, el Mesías debía ser concebido por una virgen.
Forma parte de la cultura de su época: Buda, Platón, Alejandro Magno, Zoroastro.
Si bien ningún nacimiento de estos corresponde exactamente a lo que cuenta Mateo.
Idea de fondo:
Un hombre excepcional debe nacer de madre virgen, porque el papel que desempeña el hombre lo desempeña un dios. De esta forma el  niño que nace no es un hombre ordinario, tiene un contacto estrechísimo con la divinidad.
-Nacimiento virginal de Jesús:
En ciertas iglesias protestantes: simbólico, lo importante es aceptar la divinidad de Jesús.
Católicos y ortodoxos: sí, apoyados en la tradición de la Iglesia. Puesto que a partir del siglo II interpreta los textos bíblicos en sentido literal y termina formulando la virginidad de María antes del parto, en el parto y después del parto.

Comentario revista Homilética[16]
-Precedido por la geneología de Jesús y seguido por el episodio de los magos:
Raíces judías: particularismo.
Adorado por los no judíos: universalismo.
-Estructura:
vv.18-19: situación desconcertante a nivel humano que desencadena todo.
vv.20-21: anuncio del ángel a José.
vv.22-23: cita de cumplimiento, característica típica y propia de Mateo.
vv.24-25: reacción obediente de José.
-Presencia de personas:
Humanas: José, María y Jesús.
Divinas: Jesucristo, Espíritu Santo, el Señor Dios.
El misterio de Dios actúa en personas humanas concretas:
Comunicación de Dios.
Colaboración humana.
Mediaciones de Dios:
Ángel del Señor.
Profeta.
-Nombres de Jesús:
Jesús: Dios salva.
Enmanuel: Dios con nosotros.
-Actuación de Dios:
Provoca una situación irregular a nivel humano:
Normalmente utilizamos a Dios para mantener nuestro propio orden.
Sin embargo Dios desbarata nuestra vida.
-José:
Reacción compasiva.
Obediencia estricta a lo anunciado por el ángel del Señor.
Tiene que interpretar los sueños.
También nosotros estamos llamados a interpretar la presencia y la voluntad de Dios en la vida, escudriñando la realidad, leyéndola en profundidad, descubriendo en ella lo que Dios espera y nos pide.
-Mediaciones de Dios (profeta y ángel):
Presentes en nuestra vida.
Llamados a ser profetas y/o ángeles de Dios para el mundo.

Comentarios patrísticos[17]:
San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo.
¿Cómo podemos explicar un prodigio del Espíritu Santo? Para que no te burlaras del evangelista y le molestaras con continuas preguntas, él se contentó con decirte quien era el autor del prodigio. “No sé nada más – parece decirte – sino que lo sucedido aconteció por obra del Espíritu Santo”. […] Y no penséis que porque se nos dice que fue obra del Espíritu Santo ya lo sabemos todo. Aun sabiendo esto ignoramos muchas cosas todavía.
[…] Mas antes de introducir al profeta, el ángel nos anuncia de antemano los bienes que habían de venir a la tierra por medio de Cristo. ¿Qué bienes son esos? Dicho en una palabra: la destrucción del pecado: “Porque Él salvará –dice- a su pueblo de sus pecados”. También aquí se nos muestra otra maravilla. No se nos habla de guerras temporales ni de liberar al pueblo del dominio extranjero, sino que se nos da la buena noticia de algo mucho más importante: la liberación de nuestros pecados, cosa que a nadie antes había sido posible.

San Agustín. Sermón 343,3.
El mismo que libró a Susana, mujer casta y esposa fiel, del falso testimonio de los viejos libró también a la virgen María de la falsa sospecha de su esposo. […] También la Virgen cayó, pues, bajo la falsa sospecha. Mas del mismo modo que el Espíritu de Daniel se hizo presente en favor de Susana, así también el ángel se apareció a José en favor de María: No temas acoger a María como tu esposa, pues lo que de ella va a nacer es del Espíritu Santo (Mt 1,18-20). Se eliminó la sospecha, al descubrirse la redención.
San Jerónimo. Comentario al evangelio de san Mateo. 1, 18ss.
El mártir Ignacio agrega un cuarto motivo: Cristo fue concebido por una desposada para que su nacimiento permaneciera oculto al diablo, ya que este lo creía nacido no de una virgen si no de una mujer casada.
San Juan de Ávila. San José.
Esto le dijo, y con tanta claridad, que el santo Josef fue tan certificado de aquella verdad, que ninguna duda le quedó, chica ni grande, ni más tinieblas en su corazón; porque todo aquello huyó con el resplandor de la luz celestial, que mediante la habla del ángel del Señor obró a su entendimiento, como hacía a los santos profetas, que les daba lumbre evidente de que aquello que les decía era verdad y no engaño.

Misa de Niños
Monición de entrada:
Buenos días:
Estos domingos hemos conocido a san Juan el Bautista y a la Virgen María. Hoy vamos a conocer a un santo muy bueno, san José. Él está en todos los belenes.
Y en esta queremos que esté en nuestro corazón.
Oración de la corona de Adviento.
Jesús
vamos a encender la cuarta vela, y con esta ya tenemos encendida la corona de adviento.
Te pedimos que también nosotros tengamos el corazón encendido para cuando tu vengas.
Señor, ten piedad.
Tú que tenías a san José por papá.  Señor, ten piedad.
Tú que eras obediente a san José. Cristo, ten piedad.
Tú que fuiste muy feliz con san José.   Señor, ten piedad.
Peticiones.-
Por la Iglesia, para que como san José nos dé a Jesús. Te lo pedimos, Señor.
Por el país de Jesús, para que esta navidad haya paz.  Te lo pedimos, Señor.
Por todos los niños del mundo, para que esta navidad se sientan muy queridos por sus papás.  Te lo pedimos, Señor.
Por las personas que pasarán la navidad solas o fuera de sus países, para que te sientan muy cerca. Te lo pedimos, Señor.
Por los niños que pasarán esta navidad en los hospitales, para que se curen y puedan estar en reyes en su casa. Te lo pedimos, Señor.
Por las personas que estarán con nosotros en la cena y en la comida de navidad, para que entres en su corazón. Te lo pedimos, Señor.
Por nosotros, para que esta navidad nuestros ojos sean como los del Niño Jesús.  Te lo pedimos, Señor.
 Acción de gracias.
Gracias san José
por haber hecho caso
al ángel.
Gracias por ir a buscar
a la Virgen María.
Gracias por estar con ella
cuando nació Jesús.
Y gracias por ayudarnos
cuando te rezamos.



[1] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.  Pg.1130.
[2]  Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.  Pg.1130.
[3] García Viana, L.F. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 683
[4] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.   Pg. 815
[5] O.c. Pg. 815
[6] Quesson, Noel. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Colombia. 1988.   En www.mercaba.org   

[7] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. 
[8] O.c. Pgs. 1786-1787.
[9] Fraile Yécora, Pedro. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 683-684

[10] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. Traducción Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. Pg.1434-1435.
[11] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.
[12] Iglesias González, M. Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[13] Biblia Didaje con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de www.vatican.va 
[14] Catecismo de la Iglesia Católica. www.vatican.va Notas tomadas de la Bíblia Didaje.
[15] Sicre, J.L. El evangelio de Mateo. Un drama con final feliz. Verbo Divino. Estella. 2019. Pgs.214ss.
[16] Badiola, J.A. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 673-674
[17] Merino Rodríguez, M. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1ª. Evangelio según san Mateo (1-13). Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

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