Lectura del
libro del Génesis 3,9-15.20
Después de comer
Adán del árbol, el Señor lo llamó y le dijo:
-¿Dónde estás?
Él contestó:
-Oí tu ruido en
el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
El Señor Dios le
replicó:
-¿Quién te
informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te
prohibí comer?
Adán respondió:
-La mujer que me
diste como compañera me ofreció del futo y comí.
El Señor dijo a
la mujer:
-¿Qué has hecho?
La mujer
respondió:
-La serpiente me
sedujo y comí.
El Señor dijo a
la serpiente:
-Por haber hecho
eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te
arrastrarás sobre el vientre y comerás pllvo toda tu vida; pongo hostilidad
entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará
la cabeza cuando tú la hieras en el talón.
Adán llamó a su
mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[1].
Yahvé Dios que se paseaba
por el jardín a la hora de la brisa.
1 Re 19,12-13:
[Manifestación a
Elías en el monte Horeb] Después del terremoto, fuego. Pero en el fuego no
estaba Yahvé. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías
enfundó su rostro con el manto.
Dijo Yahvé Dios a la mujer: “¿Por qué lo has hecho?”.
2 Cor 11,3:
Pero temo que,
al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras
mentes apartándose de la sinceridad debida a Cristo.
Sobre tu vientre caminarás.
Is 65,25:
Lobo y cordero
pacerán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará
de polvo.
Enemistad pondré entre ti y la mujer.
Ap 12,17.
Entonces,
despechado contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de sus hijos; los
que guardan los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en el testimonio de
Jesús.
El hombre llamó a su mujer “Eva”.
Rm 5,12:
Por un hombre
entró el pecado en el mundo y, por el pecado, la muerte; y así la muerte
alcanzó a todos los hombres, puesto que todos pecaron.
Notas
exegéticas[2].
3,15. Yahvé Dios dijo a la serpiente…: Este
versículo, conocido como “Protoevangelio” o primer buen anuncio, afirma la
aversión radical entre la serpiente y la humanidad, pero deja entrever la
superioridad y la victoria final de esta. La traducción griega, al comenzar la
última frase con un pronombre masculino, atribuye esa victoria no al linaje de
la mujer en general, sino a uno de los descendientes de la mujer. Así queda
esbozada la interpretación mesiánica de este texto, presente ya en la exégesis
judía antigua, y recogida y explicitada luego por muchos Padres de la Iglesia. Junto
con el Mesías va incluida su madre, de ahí que la interpretación mariológica de
la traducción latina ipsa conteret caput
tuum se haya hecho tradicional en la Iglesia.
3,20 El hombre llamó a su mujer “Eva”…:
etimología popular: el nombre de Eva, hawwâ,
es explicitado por la raíz hãyâ,
“vivir”.
Comentario[3].
-El texto
pertenece al relato de las consecuencias del pecado, llamado también de la “caída”
del paraíso.
-En él ofrece la
respuesta a dos preguntas:
Antropológica:
¿Qué es el pecado de la humanidad de todos los tiempos?
Teológica: ¿Cómo
es la relación del hombre pecador con Dios?
-Propósito del
interrogatorio al hombre y la mujer:
Obtener de ellos la admisión de su pecado.
Sin embargo Adán acusa a la mujer y a Dios y la mujer a la
serpiente.
Ninguno de los dos es capaz de asumir su error y su culpa.
-Maldición de la
serpiente:
Rasgo etiológico
que pretende explicar un hecho natural.
La serpiente en
este relato no se identifica con Satán. Será el libro de la Sabiduría (s.I
a.C.) quien la identifique, siendo asumido por la tradición cristiana.
Sí habrá lucha
entre ella y la humanidad, venciendo la segunda mediante Cristo, descendencia
de Adán y Eva.
Adán llama a su
mujer Eva, cuyo término en hebreo tiene un sonido semejante: a pesar de la caída
la mujer es fuente de la vida. El pecado no ha cortado la fuente de la vida que
viene por medio de Adán y Eva.
Salmo
responsorial
Salmo 97
R/. Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Textos
paralelos[4].
Cantad a Yahvé un nuevo canto.
Sal 96,1:
Cantad a Yahvé
un nuevo canto / cantad a Yahvé, tierra entera / cantad a Yahvé, bendecid su
nombre.
Le sirvió de ayuda su diesta.
Is 52,10:
Yahvé desnudó
su santo brazo / ante los ojos de todas las naciones, / y han visto los
confines de la tierra / la salvación de nuestro Dios.
Is 59,16;
Vio que no
había un solo hombre / se extrañó de que nadie interviniese. / Entonces recibió
la ayuda de su brazo, / su propia justicia lo sostuvo.
Is 63,5:
Miré bien, sin
encontrar ayudante;/ me asombré de que nadie me apoyase. / Así que me salvó mi
propio brazo, / y fue mi furia la que me sostuvo.
Yahvé ha dado a conocer su salvación.
Sal 96,2:
Cantad a Yahvé,
bendecid su nombre. / Anunciad su salvación día a día.
¡Aclama a Yahvé tierra entera!
Sal 96,1:
¡Cantad a Yahvé
un nuevo canto, / cantad a Yahvé, tierra entera!
¡Gritad alegres, gozosos, cantad!
Is 52,9:
Prorrumpid a
una en gritos de júbilo, / soledades de Jerusalén, / pues Yahvé ha consolado a
su pueblo / ha rescatado a Jerusalén.
Notas exegéticas[5]:
Himno escatológico
inspirado en la última parte del libro de Isaías (caps.56-66), y muy afin al
salmo 96.
Comentario[6].
Primera lectura. Con israel.
No olvidemos nunca que el sentido original de los
salmos es aquel querido y orado por el pueblo de Israel. Este es un "salmo
del reino": una vez al año, en la fiesta de las Tiendas (que recordaban
los 40 años del Éxodo de Israel, de peregrinación por el desierto), Jerusalén,
en una gran fiesta popular que se notaba no solamente en el Templo, lugar de
culto, sino en toda la ciudad, ya que se construían "tiendas" con
ramajes por todas partes... Jerusalén festejaba a "su rey". Y la
originalidad admirable de este pueblo, es que este "rey" no era un
hombre (ya que la dinastía Davídica había desaparecido hacía largo tiempo),
sino Dios en persona. Este salmo es una invitación a la fiesta que culminaba en
una enorme "ovación" real: "¡Dios reina!", "¡aclamad a
vuestro rey, el Señor!" Imaginemos este "Terouah", palabra
intraducible, que significa: "grito"... "ovación"...
"aclamación".
Segunda lectura. Con Jesús.
¡La "Nueva Alianza", la "Nueva Liberación"!
Hay que cantar un "canto nuevo, porque Dios renueva su Alianza: la
celebración de la "venida" de Dios es un "signo", un
"sacramento" que realiza lo que significa. Cuando se aclama a Dios
como Rey, no se le confiere la realeza (El lo es desde siempre), sin embargo se
"actualiza" esta "realeza" se "urge la venida del
reino escatológico". Festejar la Navidad, es en un sentido real,
sacramental, "hacer que Dios venga hoy". "¡La salvación
que tú preparaste ante todos los pueblos!" Así se expresa Simeón en su
canto de alabanza (Lucas 2,30) "Atraeré hacia mí a todos los hombres"
(Grita Jesús en proximidad de la Pascua). (Juan 12,32). "¡Jesús había de
morir por el pueblo de Israel, y no solamente por él, sino para reunir en uno
todos los hijos de Dios que están dispersos!" En expresión de San Juan
(11,52). Y esta visión universal, realizada en Cristo, era anunciada en la
esperanza de todo un pueblo, que se atrevía a convidar a "toda la
tierra", "todas las naciones", "todos los habitantes del
mundo" a su propio "Terouah". ¡Una fiesta mundial! ¡Vamos hacia
una fiesta en que todos los hombres estarán felices y cantarán todos juntos, el
mismo día, el mismo Dios, el mismo amor que los habrá salvado ¡Salvado!
Tercera lectura. Con nuestro tiempo.
¡Vamos, no lo
dudemos. Dejémonos "invitar" a la fiesta! ¡Vamos! Saquemos todos los
instrumentos, trompetas, bocinas, guitarras, panderetas, flautas... Y nuestras
voces y aplausos. ¿Hay personas que se escandalizan por la "alegría"
y el "ruido" que hacen los muchachos de hoy en sus fiestas? Hay un
tiempo para la oración silenciosa. Sí. Hay un tiempo para la meditación y la
oración íntima. ¡Sí. Pero hay también un tiempo para la oración de aclamación!
Segunda
lectura.
Lectura de la
carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6.11-12
Bendito sea
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con
toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo
antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él
por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito
de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que
tan generosamente nos ha concedido en el Amado. En él hemos heredado también,
los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su
voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el
Mesías.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[7].
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Tob 13,1:
Y dijo: /
Bendito sea Dios, /que vive eternamente, / y bendito sea su reinado!
2 Cor 1,3:
¡Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda
consolación.
1 Pe 1,3:
Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien por su gran misericordia y
mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha
reengendrado a una esperanza viva.
Dios nos ha elegido en él
Jn 17,24:
Padre, deseo /
que los que tú me has dado / estén también conmigo / allí donde yo esté.
1 Pe 1,20:
Él nos ha
predestinado antes de la creación del mundo.
para que vivamos ante él
Ef 5,27:
Y presentársela
[la Iglesia] resplandeciente a sí mismo, sin mancha ni arruga ni cosa parecida,
sino santa e inmaculada.
Col 1,22:
Os ha
reconciliado ahora, por medio de la muerte de su cuerpo de carne, para
presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de Él.
Nos ha elegido de antemano.
1 Jn 3,1:
Mirad que amor
nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
Rm 8,29:
Pues Dios
predestinó a reproducir la imagen de su Hijo a los que conoció de antemano,
para que así fuera su Hijo el primogénito entre muchos hermanos.
Jn 1,12:
Pero a todos los
que la recibieron / les dio poder de hacerse hijos de Dios, / a los que creen
en su nombre.
A él, por quien somos herederos
Dt 7, 6ss:
No penséis que
Yahvé se ha prendado de vosotros y os ha elegido porque seáis el más numeroso
de todos los pueblos, pues de hecho sois el menos numeroso.
Conforme a la decisión de su voluntad.
Dn 4,32:
Nada cuentan
ante él todos los habitantes de la tierra / y hace lo que quiere con el
ejército del cielo / y con los habitantes de la tierra.
Ap 4,11:
Eres digno,
Señor y Dios nuestro / de recibir la gloria, el honor y el poder / porque tú
has creado el universo; 7 por tu voluntad, existe y fue creado.
Notas exegéticas[8]:
1,3 Bendito sea el Dios y Padre…El autor se
eleva desde el principio al plano celeste en el que se mantendrá toda la
epístola, 1,20; 2,6; 3,10; 6,12. De este plano proceden desde toda la eternidad
las “bendiciones espirituales” que detallará en los versículos siguientes, y en
ese mismo plano conocerán su realización al fin de los tiempos.
1,4 Dios nos ha elegido antes de la fundación
del mundo. Primera bendición el llamamiento de los elegidos a la vida
bienaventurada, incoada ya de una manera mística por la unión de los fieles con
Cristo glorioso. El “amor” designa, ante todo, el amor de Dios para con
nosotros, que provoca “elección” y su llamamiento a la santidad, ver Col 3,12; 1
Ts 2,13; Rm 11,28, pero no hay por qué excluir nuestro amor para con un Dios
que deriva de aquel amor y a él responde, ver Rm 5,5.
1,5 Nos ha elegido de antemano. Segunda
bendición: el modo elegido para esta santidad, que es el de la filiación
divina, cuya fuente y modelo es Jesucristo, el Hijo único, ver Rm 8,29.
1,6 Para que alabemos su gloriosa benevolencia. El
término griego charis designa aquí el
favor divino en cuanto gratuito; si bien incluye la noción de “gracia”, en
cuanto don santificante e intrínseco al hombre. En el sentido primero su
alcance es más amplio. Manifiesta la misma “gloria” de Dios, ver Ex 24,16ss.
Tenemos aquí los dos estribillos que dan ritmo a toda la exposición de las
bendiciones divinas, estas no tienen más origen que la liberalidad de Dios, ni
más finalidad que la exaltación de su Gloria por las criaturas. Todo procede de
Él y a Él debe volver.
1,6 Nos agració en el Amado. Variante
(Vulgata), “en su Hijo amado”.
1,11 A él. A Cristo.
1,11 por quien somos herederos. Quinta
bendición: la elección de Israel, “herencia”, “porción” de Dios como testigo en
el mundo de la espera mesiánica. Pablo forma parte de ese pueblo, por eso dice
“nosotros”.
Comentario[9]:
.
-El texto tiene como
centro las relaciones debidas entre los miembros de la comunidad:
Pablo insta a
que la armonía, el pensar y los seguimientos mutuos sean todos según
Jesucristo. La referencia no es nadie de la comunidad sino Cristo.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Lucas 1,26-38
En aquel tiempo,
el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el
nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
-Alégrate, llena
de gracia, el Señor está contigo.
Ella se turbó
grandemente ante estas palabras y se preguntaba que saludo era aquel. El ángel
le dijo:
-No temas,
María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás
a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su reino no tendrá fin.
Y María dijo al
ángel:
-¿Cómo será eso,
pues no conozco varón?
El ángel le
contestó:
-El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente
Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban
estéril, “porque para Dios nada hay imposible”.
María contestó:
-He aquí la
esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel se
retiró.
Palabra del
Señor.
Textos
paralelos[10].
Llamado Nazaret.
Mt 1,18:
Su madre, María, estaba desposada
con José; pero antes de empezar a estar juntos, se encontró encinta por obra
del Espíritu Santo.
Cuando entró le dijo: “Alégrate…”.
So 3,14-15:
¡Grita alborozada, Sión, / lanza
clamores, Israel / celébralo alegre de todo corazón, / ciudad de Jerusalén!
Zac 2,14:
Grita de gozo y alborozo, Sión
capital / pues vengo a morar dentro de ti / -oráculo de Yahvé-.
Rut 2,4:
Llegaba entonces Booz de Belén y
dijo a los segadores: “Yahvé con vosotros.” Le respondieron: “Que Yahvé te
bendiga.”
Vas a concebir en tu seno.
Is 7,14ss:
Pues bien, el Señor mismo va a
daros una señal: Mirad una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, al
que pondrá por nombre Emmanuel.
Mt 1,21ss:
José, hijo de David, no temas tomar
contigo a María tu mujer; porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
El será grande:
2 Sam 7, 12-14a:
Y cuando tu vida llegue a su límite
y te acuestes con tus padres, confirmare después de ti a la descendencia que
saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono de su realeza. Él constituirá una
casa para mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo
seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Is 9,5:
Porque una criatura nos ha nacido,
/ un hijo se nos ha dado. / En su hombro traerá el señorío, / y llevará por
nombre: / “Maravilla de Consejero”, / “Dios Fuerte”, / “Siempre Padre”, /
“Príncipe de Paz”.
Mt 9,27ss:
Cuando Jesús se iba de allí, le
siguieron dos ciegos gritando: “¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!”.
Dn 7,14:
Le dieron poder; / honor y reino, /
y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. / Su poder es eterno / y
nunca pasará, / y su reino no será destruido.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti:
Hch 3,14-15:
Vosotros
renegasteis del Santo y del Justo y pedisteis que os dejaran en libertad a un
asesino. Matasteis al jefe que conduce a la vida, pero Dios lo resucitó de
entre los muertos; nosotros somos testigos de ello.
Mt 4,2ss:
Si eres Hijo de
Dios, di que estas piedras se conviertan en panes,…
Porque no hay nada imposible para Dios:
Gn 18,13-14:
Dijo Yahvé a
Abrahám: “¿Por qué se ha reído Sara, pensando que ahora de vieja no puede parir
¿Hay algo difícil para Yahvé? En el plazo fijado volveré, al término de su
embarazo, y Sara tendrá un hijo.
Jer 32,27:
Mira que yo soy
Yhavé, el Dios de toda carne. ¿Habrá algo que me resulte extraordinario?
Notas exegéticas [11].
1,26 La
representación de este acontecimiento se inspira en varios pasajes del Antiguo
Testamento, en particular de la aparición del ángel a Gedeón Jue 6, 11-24
(comparar con el anuncio del nacimiento de Sansón Jue 13,2-7). La dignidad del
niño evoca con alusiones a las promesas del Antiguo Testamento sobre todo a las
hechas a David y su linaje.
1,26 Al sexto mes: de la concepción de Juan.
1,28 Cuando
entró le dijo “Alégrate, llena de gracia”: “Alégrate” mejor que “Salve”.
Llamada al júbilo mesiánico, eco de la llamada de los profetas a la Hija de
Sión, y como ésta, motivada por la venida de Dios entre su pueblo; ver Is 12,6;
So 3,14-14; Jl 2,21-27; Zac 2,14.9.9 – “Llena de gracia”, lit. “tú que has estado
y sigues estando llena del favor divino”. Adicción: “Bendita tú entre las
mujeres”, por influencia de 1,42.
1,33 reinará sobre la casa de Jacob por los
siglos y su reino no tendrá fin: las palabras del ángel se inspiran en
varios pasajes mesiánicos del Antiguo Testamento.
1,34 María respondió al ángel: “¿Cómo será esto
posible, si no conozco varón?”:La “virgen” solo está “desposada” (v.27) y
no tiene relaciones conyugales (sentido semítico de “conocer”, ver Gn 4,1,
etc.). Este hecho que parece contraponerse al anuncio de los vv. 31-33 trae la
explicación del v. 35. Nada hay en el contexto que imponga la idea de un voto
de virginidad.
1,35 El Espíritu Santo vendrá sobre ti: Le
expresión evoca la nube luminosa, señal de la presencia de Yahvé, ver Ex
13,22ss; 19,16ss; 24,16ss. o las alas del pájaro como simbóliza el poder
protector. Sal 17,8; 57,2; 140, 8 y creador Gn 1,2 de Dios. Comparar Lc 9,34.
En la concepción de Jesús todo viene del poder del Espíritu Santo.
Notas exegéticas 2[12]:
26. Empieza un
relato, no de anunciación (que dice lo que va a suceder y no admite réplica),
sino de vocación (que expone una misión y pide consentimiento, como por ej.,
Jue 6,11-24.
En el sexto mes
del embarazo de Isabel.
Por Dios o desde
Dios, de parte de Dios.
De nombre: puede
hacerse pesada la insistencia (v.27: “cuyo nombre…”, “y el nombre…”), pero en
este relato todo tiene nombre, aunque el nombre sobre el que gravita al final
la frase, es “María”, en realidad se trata de “poner nombre” al que va a venir
y ya se anuncia (cf.v.31; y los “Nombres de Cristo” en los vs.32-33.35).
Nazaret, más
bien que ciudad, era una pobre aldea, innominada en todo el Antiguo Testamento
y en el Talmud, y despreciada por los habitantes de las aldeas vecinas (cf. Jn
1,46).
27. Una doncella:
como en castellano clásico, una virgen. Al principio y al fin de la
presentación, Lc insiste en un dato: María virgen concibió virginalmente.
Prometida: o que
había sido dada a. También es posible: que había sido pedida en matrimonio por
un varón… (entendiendo “por un varón como dativo agente, muy raro en el Nuevo
Testamento.
Un varón: casi un
marido. En los evangelios, el hombre adulto, en cuanto distinto de la mujer y
de los niños, suele designarse por el vocablo griego anêr, que prácticamente
equivale a marido, esposo.
De la estirpe de
David: lit. de [la] casa de David, de la dinastía de David, de quien José era
“hijo”.
El significado
más probable de María es excelsa, elevada.
28.Salve: es más
que el simple “¡alégrate!” helenístico, saludo tan trivial como nuestro
“¡hola!” (el vocablo griego es el mismo de los soldados romanos burlándose ante
Jesús: cf. Mt 27, 29; Mc 15,17-19; Jn 19, 3; sería demasiado fuerte traducirlo:
“¡Alégrate, rey de los judíos!”). Es saludo religioso; por una parte, traduce
el hebreo salôm, deseo de la paz (vida otal, plenitud de dones de Dios), y por
otra, alude a Zac 9,9 (invitación a la alegría mesiánica ante el rey que viene
de parte de Dios).
Sin artículo,
sustituyendo el nombre propio, llena de gracia es el nombre de la doncella. Gracia,
no con el significado profano de kharis (amabilidad, belleza), sino con el
doble significado bíblico de: benevolencia divina, por la que Dios concede
benignamente un don gratuito (un favor, una “gracia”). La forma gramatical
griega es participio de perfecto (acción pasada cuyo efecto perdura) en voz
pasiva teológica: María había sido transformada por la acción divina,
“agraciada por Dios desde antes, y en ella estaba remansada la gracia”,
preparándola para ser la madre del Mesías. El verbo griego kharitóo es
causativo; en el Nuevo Testamento solamente aparece una vez (EF 1,6) referido a
los cristianos que, gracias a Jesucristo, han entrado en el plan de Dios como
objeto de su benevolencia divina, mediante “el perdón de las ofensas” (Ef 1,7);
lo cual confirma que la plenitud de gracia de María está en función de su Hijo,
de su maternidad divina. Este versículo de Lc, tal como lo ha entendido la
Iglesia católica, funda la verdad de fe de la Inmaculada Concepción de María:
no hubiera estado, ni sido “Llena-de-gracia”, santificada por la gracia, si la
sombra de cualquier pecado la hubiera tocado. Orígenes confesó, al hablar de
esta “fórmula nueva” de saludar a alguien: “no recuerdo haber encontrado esta
expresión en otro lugar de la Escritura; nunca este saludo fue dirigido a un
varón: “¡Salve, lleno de gracia!”; este saludo se reservó solo para María.
El Señor contigo:
fórmula bíblica en los relatos de vocación y misión (cf.p.ej. Mt 28, 20: “Yo
estoy con vosotros”, como promesa de ayuda divina especial para una tarea
difícil.
30: No te dé
miedo: cf.vs.12-13. El imperativo de presente equivale a: deja de temer, o no
sigas temiendo.
Has hallado
gracia…: explicación y consecuencia de “Llena de gracia” (v.28): Dios te mira
favorablemente, Dios te acoge benévolo, has obtenido su favor, “eres grata a
Dios”.
31.De los tres
verbos griegos en futuro que aparecen en el texto, los dos primeros son
predicciones, el tercero (al que pondrás por nombre: lit. y llamarás el nombre
de él) es una orden. Que sea precisamente la madre quien ponga el nombre al
niño es otra alusión a la concepción virginal.
Jesús: “Yahveh
salva”. En el v.47, María lo llama “mi salvador”; y en 2,11, el ángel lo
anuncia como salvador.
32-33: La
traducción suprime tres “y” del texto griego.
Hijo del Altísimo:
como en otras ocasiones semejantes, aunque en el tesxto griego falte el
artículo se trata de alguien tan “determinado” y concreto que hemos de ponerlo
en nuestra lengua; no es “un hijo cualquiera, sino el Hijo por excelencia, el unico
Hijo (cf. el versículo siguiente: Isabel era “la estéril” por antonomasia, el
ejemplo irrebatible de la incapacidad humana unida a la omnipotencia divina.
Su reino: o su
reinado. Por los datos que dice el ángel, María se da cuenta de que concebirá y
dará a luz verdaderamente al Mesías-rey, anunciado y esperado en Israel desde
hacía siglos.
34.Con una
expresión que, es una mujer desposada, es única en toda la Biblia, María
pregunta, pero no con la duda escéptica de Zacarías (cf.v.18) o la de Abrahán y
Sara (cf.Gn 17,17; 18, 10-14). Para que su compromiso no sea imprudente, se
informa.
No conozco:
eufemismo, por no tengo relación conyugal.
Marido: lit. varón;
e.d. marido (“mi marido”: cf.v.27). Por otra parte, la forma verbal griega en
presente indica permanencia y continuidad de ese estado de virginidad. En
María, al ser transformada por la gracia (v.28), Dios había hecho surgir el
anhelo de ser toda de Dios, el deseo profundo de virginidad; si María no
tuviera ese deseo, su objeción tenía
réplica por parte del ángel: “Espera, dentro de poco podrás tener esas
relaciones”. La afirmación de la concepción virginal de Jesús debida a la
acción del Espíritu Santo, expresada en todos los Símbolos de la fe de la
Iglesia, “excluye cualquier hipótesis de partenogénesis natural, y rechaza los
intentos de explicar la narración lucana como explicitación de un tema judío, o
como derivación de una leyenda mitológica pagana. La estructura del texto
lucano no admite ninguna interpretación reductiva; su coherencia no permite
sostener válidamente mutilaciones de los términos o de las expresiones que
afirman la concepción virginal por obra del Espíritu Santo” (Juan Pablo II).
Sobre el misterio de esa virginidad dijo san Ignacio de Antioquía: “La
virginidad de María, y su dar a luz, lo mismo que la muerte del Señor, quedó
oculta al “jefe de este mundo”; tres misterios clamorosos que se realizaron en
el sosegado silencio de Dios.
35.El poder del
Altísimo: como la nube cubría, envolvía, el santuario o la Tienda del Encuentro
(Ex 40,34) María va a convertirse en el santuario del Dios hecho hombre.
Por eso también:
porque Jesús va ser concebido virginalmente, porque no va a tener padre
terreno.
El título Hijo
de Dios, en el Antiguo Testamento podía entenderse como apelativo simplemente
mesiánico; pero, al final de estas frases de Lc, resena como afirmación de la
filiación singular de Jesús. Para María, su concepción virginal es ya un signo
revelador.
Este es sexto
mes: lit. este mes sexto es para ella la llamada estéril. Por esta revelación
divina conoce María el secreto que su prima Isabel no ha comunicado a nadie.
Asu vez, antes que María pueda hablar con su prima, Isabel sabrá, de parte de
Dios que María es “la madre del señor” (v.43).
Nada: lit. no…
toda palabra (semitismo), es decir, ninguna palabra. No puede haber una
“palabra” imposible para quien ahora mismo va a enviar al mundo su “Palabra”
hecha carne humana. Según san Clemente de Roma “lo único imposible para Dios es
mentir” (Cor 29,1).
38. Ojalá me
suceda (lit. sea par amí, o hágase para mí): la forma gramatical no es el
imperativo de Mt 6,10 (“hágase tu voluntad”), sino el optativo griego, modesta
expresión cortés de un deseo. Con su entrega de fe y su obediencia amorosa, “la
esclava” se convierte en “madre de mi Señor”. Hasta aquí llegaba la antigua
Alianza; lo mejor del Antiguo Testamento se condensaba en aquella humilde hija
de Sión; ahora empieza el Nuevo Testamento, cuya puerta es María.
Notas exegéticas desde la Biblia
Didajé[13]:
1,25-38: la cita
de la Anunciación manifesta algunas verdades básicas sobre Cristo. Él es el
Hijo de Dios concebido con una naturaleza humana por una virgen mediante el
poder del Espíritu Santo. La Encarnación se realizó según el plan divino, que
incluye el libre consentimiento de maría. Mediante su “sí” desinteresado, María
se convirtió en modelo de fe, generosidad y completa conformidad con la
voluntad santísima de Dios. Las palabras del saludo del ángel a María son la
introducción del Avemaría. La
Anunciación es el primer misterio gozoso del Rosario y también la base del
ángelus.
1,28 Llena de gracia: el griego kecharitomene indica que María “ha
estado y sigue estando” llena de la gracia de Dios, que es una condición más
apropiada para er la Madre de Dios. Kecharitomene
también nos lleva a la doctrina de la Inmaculada Concepción, que sostiene
que María fe concebida sin la mancha del pecado original a través de la
redención de su hijo. Reconocido durante largo tiempo en la tradición católica,
esste dogma lo proclamo infaliblemente el papa Pío IX en Ineffabilis Deus.
1,31 Jesús: este nombre hebreo significa
literalmente “el Señor (YHVH) salva”, que subraya la identidad de Cristo y su
misión. Jesucristo –perfecto Dios y perfecto hombre- por su persona, su palabra
y sus actos, es la plenitud de la revelación de Dios al pueblo, y su sacrificio
de la cruz trae la salvación del mundo.
32.David su padre: aunque Cristo no era
hijo natural de José, bajo la ley judía fue considerado su hijo y, por lo
tanto, descendiente directo de David como su padre. Enseguida se habla de su
pertenencia a la casa de Jacob: se
refiere a todo el reino de Israel, que representa los doce hijos de Jacob, que
se habían transformado en tierras de gentilkes por la conquista, el exilio. El
nuevo reino fundado por Cristo sería obra del Espíritu Santo.
1,34: Esta
declaración señala la virginidad de María. San Jerónimo y otros Padres de la
antigüedad cristiana pensaban que María había hecho un voto de virginidad y
expresa con estas palabras su perplejidad ante la noticia del ángel.. La
encarnación es obra divina y va más allá de la comprensión humana.
1,35: Te cubrirá con su sombra: en griego episkiasei es la misma palabra que se
utiliza en la Septuaginta para hablar de como Dios “cubrió” el Santuario y se
estableció en Israel (epeskiazen, Ex
40,35). El ´termino aparece también en la Transfiguración (epeskiazen, Lc 9,34) y en la curación de Pedro (episkiasei: Hch 5,15). Las teofanías de
nube y luz se utilizan a menudo en la Escritura para indicar el velo de la
gloria de Dios.
1,37 Dios puede
realizar obras que van más allá del dominio del poder humano. La fe de María
reocnoce el poder infinito de Dios. Nosotros también reconocemos la
omnipotencia de Dios en la misa cuando el sacerdote se dirige a Dios como “el
Dios todopoderoso y eterno”.
1,38: Intacta de
todo pecado, María se consagró completamente a su Hijo, y a su obra. “El Padre
de las misericordias deseó que la encarnación fuera precedida por el
asentimiento de su madre predestinada, para que como mujer formara parte de la
venida de su muerte, y contribuyera también a la venida de su vida” (Concilio
Vaticano II LG 56 y 61). María fue considerada de esta forma como la nueva Eva,
como explica san Ireneo: “El nudo de la desobediencia de Eva se desató con la
obediencia de María: lo que la virgen Eva ató con su incredulidad, María lo
desató con su fe”.
Notas del Catecismo de la Iglesia
Católica[14]
144 Obedecer
(ob-audire) en la fe es someterse libremente a la palabra escuchada,
porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma. De esta
obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La
Virgen María es la realización más perfecta de la misma.
484 La
Anunciación a María inaugura "la plenitud de los tiempos"(Ga 4,
4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es
invitada a concebir a aquel en quien habitará "corporalmente la plenitud
de la divinidad" (Col 2, 9). La respuesta divina a su
"¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?" (Lc 1,
34) se dio mediante el poder del Espíritu: "El Espíritu Santo vendrá sobre
ti" (Lc 1, 35).
485 La
misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo
(cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para
santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es
"el Señor que da la vida", haciendo que ella conciba al Hijo eterno
del Padre en una humanidad tomada de la suya.
486 El Hijo
único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es
"Cristo", es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1,
20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana,
aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores
(cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2,
1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos
(cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo
manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10,
38).
488 "Dios envió a su Hijo" (Ga 4,
4), pero para "formarle un cuerpo" (cf. Hb 10, 5)
quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad,
Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía
de Nazaret en Galilea, a "una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la casa de David; el nombre de la virgen era María" (Lc 1,
26-27):
«El Padre de
las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a
ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer
contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56;
cf. 61).
489 A lo largo de toda la Antigua Alianza,
la misión de María fue preparada por la misión de algunas santas mujeres. Al
principio de todo está Eva: a pesar de su desobediencia, recibe la promesa de
una descendencia que será vencedora del Maligno (cf. Gn 3, 15)
y la de ser la madre de todos los vivientes (cf. Gn 3, 20). En
virtud de esta promesa, Sara concibe un hijo a pesar de su edad avanzada (cf. Gn 18,
10-14; 21,1-2). Contra toda expectativa humana, Dios escoge lo que era tenido
por impotente y débil (cf. 1 Co 1, 27) para mostrar la
fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel (cf. 1 S 1),
Débora, Rut, Judit, y Ester, y muchas otras mujeres. María "sobresale
entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de él con confianza la
salvación y la acogen. Finalmente, con ella, excelsa Hija de Sión, después de
la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan
de salvación" (LG 55).
490 Para
ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la
medida de una misión tan importante" (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación
la saluda como "llena de gracia" (Lc 1, 28). En efecto, para
poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso
que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.
491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha
tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1,
28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la
Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:
«... la
bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado
original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo
Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS,
2803).
492 Esta "resplandeciente santidad del
todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer
instante de su concepción" (LG 56),
le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime
en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53).
El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a
ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación
del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor"
(cf. Ef 1, 4).
493 Los Padres de la tradición oriental
llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la
celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una
nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56).
Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo
largo de toda su vida.
494 Al anuncio de que ella dará a luz al
"Hijo del Altísimo" sin conocer varón, por la virtud del Espíritu
Santo (cf. Lc 1, 28-37), María respondió por "la
obediencia de la fe" (Rm 1, 5), segura de que "nada hay
imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí
según tu palabra" (Lc 1, 37-38). Así, dando su consentimiento
a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo
corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera,
se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para
servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la
Redención (cf. LG 56):
«Ella, en
efecto, como dice san Ireneo, "por su obediencia fue causa de la salvación
propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres
antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar "el nudo de la
desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva
por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con
Eva, llaman a María "Madre de los vivientes" y afirman con mayor
frecuencia: "la muerte vino por Eva, la vida por María"». (LG.
56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4).
495 Llamada
en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25;
cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del
Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su
hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como
hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo
según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de
la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre
de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).
496 Desde
las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que
Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del
Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue
concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán,
año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo.
Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el
Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:
Así, san Ignacio de Antioquía
(comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro
Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1,
3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1,
13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por
nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como
también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).
497 Los
relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1,
26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda
comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34):
"Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José
a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en
ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He
aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14)
según la versión griega de Mt 1, 23.
722 El
Espíritu Santo preparó a María con su gracia . Convenía que
fuese "llena de gracia" la Madre de Aquel en quien "reside toda
la plenitud de la divinidad corporalmente" (Col 2, 9). Ella
fue concebida sin pecado, por pura gracia, como la más humilde de todas las
criaturas, la más capaz de acoger el don inefable del Omnipotente. Con justa
razón, el ángel Gabriel la saluda como la "Hija de Sión":
"Alégrate" (cf. So 3, 14; Za 2,
14). Cuando ella lleva en sí al Hijo eterno, hace subir hasta el cielo con su
cántico al Padre, en el Espíritu Santo, la acción de gracias de todo el pueblo
de Dios y, por tanto, de la Iglesia (cf. Lc 1, 46-55).
723 En
María el Espíritu Santo realiza el designio benevolente del
Padre. La Virgen concibe y da a luz al Hijo de Dios por obra del Espíritu
Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad única por medio del poder del
Espíritu y de la fe (cf. Lc 1, 26-38; Rm 4,
18-21; Ga 4, 26-28).
2571 Habiendo
creído en Dios (cf Gn 15, 6), marchando en su presencia y en
alianza con él (cf Gn 17, 2), el patriarca está dispuesto a
acoger en su tienda al Huésped misterioso: es la admirable hospitalidad de
Mambré, preludio a la anunciación del verdadero Hijo de la promesa (cf Gn 18,
1-15; Lc 1, 26-38). Desde entonces, habiéndole confiado Dios
su plan, el corazón de Abraham está en consonancia con la compasión de su Señor
hacia los hombres y se atreve a interceder por ellos con una audaz confianza
(cf Gn 18, 16-33).
2676 Este
doble movimiento de la oración a María ha encontrado una expresión privilegiada
en la oración del Avemaría:
“Dios te salve, María (Alégrate,
María)”. La salutación del ángel Gabriel abre la oración del Avemaría. Es Dios
mismo quien por mediación de su ángel, saluda a María. Nuestra oración se
atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Dios ha puesto sobre su
humilde esclava (cf Lc 1, 48) y a alegrarnos con el gozo que
Dios encuentra en ella (cf So 3, 17)
“Llena de gracia, el Señor es
contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel se aclaran mutuamente. María es
la llena de gracia porque el Señor está con ella. La gracia de la que está
colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia. “Alégrate
[...] Hija de Jerusalén [...] el Señor está en medio de ti” (So 3,
14, 17a). María, en quien va a habitar el Señor, es en persona la hija de Sión,
el Arca de la Alianza, el lugar donde reside la Gloria del Señor: ella es “la
morada de Dios entre los hombres” (Ap 21, 3). “Llena de gracia”, se
ha dado toda al que viene a habitar en ella y al que entregará al mundo.
Comentario exegético[15]
Texto.
Anunciación de
Juan Bautista: se trata de un texto hagádico que sigue el esquema de las
anunciaciones, semejante al empleado para Ismael (Gn 16,7-13), Isaac (17,1-21),
Sansón (Jue 13,3-20) y Samuel (1 Sam 1): presentación de padres estériles;
aparición de un personaje celestial y reacción de temor anteel mundo divino; el
mensajero capacita para superar el temor y poder escuchar, y expone su anuncio
del nacimiento del niño y del nombre que le ha de imponer; objeción por parte
del destinatario o petición de señal, finalmente la mujer estéril concibe.
Anunciación de
Jesús: con los mismos elementos para realzar el contraste entre Zacarías y María:
Gabriel:
mensajero escatológico, del fin de los tiempos.
Pone en boca
de la Hija de Sión (Sofonías 3,14-17; Joel 2,21-27; Zacarías 9,9), la promesa
de Natán (1 Sam 7,5-16)y alude a la gloria de Dios que da sombra (Ex 40, 35; 1
Re 8,10; Ag 2,6-9) y a Abraham y Sara (Gn 18,14).
María: esclava
aludiendo a la esteril Ana (1 Sam 1,11).
Comentario revista Homilética[16]
-Estructura:
vv.26-27:
introducción, presentación de los personajes y las circunstancias.
vv.28-38a: tres
anuncios del ángel y tres reacciones de María.
vv.38b:
conclusión.
-Mensajes:
Ángel:
Triple
refencia a María, a Jesús y a Isabel.
Punto centra:
Jesús revestido de poder para quien nada es obstáculo.
María:
Evolución como
signo y señal de nuestra propia experiencia de creyente, que debe ir a más: se
preguntaba - ¿cómo será esto? – hágase en mí.
-Alegría:
característica propia de la fe.
Comentarios patrísticos:
Beda. Homiklías
sobre los Evangelios. 56[17]:
Gabriel
significa “fuerza de Dios”. Con razón resplandece llevando ese nombre quien da
testimonio de que dios va a nacer en la carne. Sobre ello, dijo el profeta en
el salmo: “El Señor, fuerte y valeroso, el Señor valeroso en la guerra” (Sal
24, 8). En esta guerra, ciertamente, en la que [Cristo] vino a someter “los
poderes del aire” (Ef 2,2) y a librar al mundo de su tiranía.
San Beda. Homilías
sobre los Evangelios[18]:
“Entró el ángel
donde ella estaba y le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es
contigo”. Saludo tan inaudito para el uso humano como adecuado para la dignidad
de santa María. verdaderamente estaba llena de gracia quien, por vaor divino,
fue hecha la primera entre las mujeres y ofreció a Dios el más precioso don de
su virginidad. De ahí que la que procura imitar la vida angélica mereciera
gozar justamente de la visión y palabras del ángel.
San Jerónimo.Homilía
sobre el evangelista Juan[19]:
¿Quieres saber
como Aquél nació de la virgen y, después de darle a luz, esa madre continuó
siendo virgen? Las puertas estaban cerradas pero Jesús pudo entrar a través de
ellas (Jn 20,19.26). No hay duda alguna que las puertas estaban cerradas. Quien
entró por aquellas puertas cerradas no era un fantasma ni un espíritu, sino
realmente un cuerpo humano. […] Atribúyele también el poder de Dios el que este
naciera de una virgen y el que esta virgen siguiera siendo virgen después del
parto.
San Ambrosio. Exposición
sobre el Ev. de Lucas[20]:
Reconoce a la
Virgen en su conducta, reconoce a la Virgen en su modestia, reconoce a la
Virgen en sus palabras, reconócela en el misterio.
San León Magno. Sermón[21].
El nacimiento de
nuestro Señor Jesucristo, por el contrario, sobrepasa toda inteligencia y
trasciende todos los ejemplos que se podrían tomar.
S.Juan de Ávila. Domingo
I de Adviento[22]:
Envió Dios a un ángel que se llamaba Gabriel (Lc 1,26ss.), el mejor de los mensajeros. Aunque no sea San
Gabriel el mejor de los serafines, es el mayor de los mensajeros de Dios.
Ángeles y arcángeles son los que Dios envía con mensajes a sus negocios, y,
según dicen los doctores, San Gabriel es el mayor de los ángeles.
A una ciudad de Galilea que se llamaba Nazaret. A una tierra pobre. Judá era tierra honrada; Galilea, baja y
pobre.
A una virgen desposada con un varón que se llamaba José. Pues veis el Todopoderoso, Rey, Emperador, que podía tomar a
quien quisiera de madre, y escogió a una pobre mujer y de un carpintero. […]
Escogió Dios las cosas bajas.
María quiere
decir en su lengua “mar de amargura”, y en otra, “princesa” o “estrella del
mar”. Todo le viene bien a la Virgen María: fue [mar] de “amargura” en la
pasión de su bendito Hijo, y “estrella” de los navegantes por este mar grande y
espacioso de este mundo, “norte” de los pecadores y “princesa” de los
serafines.
Día de
grandísima alegría es hoy. Día de la alegría de las alegrías. Día de buenas nuevas. Día de todo
nuestro bien. Si calláremos¸si
fuéramos ingratos, si no diéremos gracias al Señor por este día, de traición seremos argüidos. Demos
gracias al Señor por este tan gran bien que nos dio en este día, y a la Madre,
por cuyas anos nos lo dio. Que si llegáis a un árbol muy hermoso y veéis una
pera o manzana muy hermosa, decís: “¡Bendito el árbol que tal fructo dio!”.
Cuando viéredes a Jesucristo en la hostia consagrada, cuando comulgáredes,
cuando recibiéredes a nuestro Señor, dad gracias al Padre Eterno, que os lo
dio; decid: “¡Bendicto sea el árbol que tal fructa dio, que es la Virgen
bendictísima!”. Y darnos ha el señor gracia y gloria.
Misa de Niños
Monición de entrada:
Buenos días:
En medio del Adviento hoy tenemos la fiesta de la
Inmaculada en la que con toda la Iglesia miramos a la Virgen María.
Porque ella nos ayuda a recibir a Jesús con el corazón.
Además hoy vamos a recibir la medalla que nos hará
acordarnos de que ella es nuestra madre.
Señor, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase en el
Adviento. Señor, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase a preparar la
Navidad. Cristo, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase a
esperarte. Señor, ten piedad.
Peticiones.-
Te pedimos por el papa Francisco y la iglesia , para que
como la Virgen María abra su corazón a ti. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por los chicos que en el Seminario, para que
quieran mucho a nuestra madre. Te lo
pedimos, Señor.
Te pedimos por nuestro país, España, para que siempre haya
trabajo, paz y mucho amor a ti y María. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por todas las mujeres, para que nadie les pegue
ni insulte ni les haga sufrir. Te lo
pedimos, Señor.
Te pedimos por nuestras madres, para que siempre las
queramos mucho. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por nosotros, para que como la Virgen María
nuestro corazón sea como un cristal limpio. Te lo pedimos, Señor.
Oración:
María, queremos felicitarte por tu fiesta. Hoy queremos
felicitarte y además darte las gracias por nuestras madres. Porque ellas
siempre tienen los ojos abiertos y llenos de amor, porque ellas tienen siempre
las manos abiertas para abrazarnos y los oídos para escucharnos.
También porque ellas nos enseñan a ser niños educados y a
rezar, hablándote como les hablamos a ellas y sintiendo que tu nos miras como
nos miran ellas.
Gracias María por nuestras madres.
Homilía
de niños[23].
-Les pedimos que busquen una serpiente que está en la
iglesia.
-Cuando encuentran la serpiente en la imagen de la
Inmaculada lo relacionamos con la primera lectura.
-Les preguntamos que describan la imagen y les explicamos
el significado de cada elemento: las doce estrellas, la luna, el color blanco y
azul y la serpiente.
[1] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2009.
[2] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2009.
[3] García Viana, L.F. (2019).
Homilética (2019/6). Sal
Terrae. Pg. 672.
[4] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2009.
[5] Id.
[6] Quesson, Noel. 50 salmos
para todos los días. Paulinas. Colombia. 1988. Pgs. 240-243. En
mercaba.org
[7] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2009.
[8] Ibidem.
[9] Fraile Yécora, Pedro. (2019).
Homilética (2019/6). Sal
Terrae. Pg. 673.
[10] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2009. Traducción Sagrada
Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[11] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2009.
[12] Iglesias González, M. Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid.
2017.
[13] Biblia Didaje con
comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos
copiados de www.vatican.va
[14] Catecismo de la Iglesia
Católica. www.vatican.va Notas tomadas
de la Bíblia Didaje.
[15] García Fernández, Marta. Mateo.
Guías de lectura del Nuevo Testamento Verbo Divino. Pamplona. 2015
[16] Badiola, J.A. (2019). Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 673-674
[17] Merino Rodríguez, M. La
Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1b. Evangelio
según san Mateo (14-28). Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
[18] Ibidem.
[19] Ibidem.
[20] Ibidem.
[21] Ibidem.
[22] San Juan de Ávila. Obras
completas. Nueva edición crítica. III. Sermones. BAC. Madrid. 2015. Pg.883-885
[23] Homilética (2019/6).
Sal Terrae. Pg. 761-763
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