jueves, 5 de diciembre de 2019

8 diciembre 2019. Inmaculada Concepción.


Primera lectura.

Lectura del libro del Génesis   3,9-15.20
Después de comer Adán del árbol, el Señor lo llamó y le dijo:
-¿Dónde estás?
Él contestó:
-Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
El Señor Dios le replicó:
-¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?
Adán respondió:
-La mujer que me diste como compañera me ofreció del futo y comí.
El Señor dijo a la mujer:
-¿Qué has hecho?
La mujer respondió:
-La serpiente me sedujo y comí.
El Señor dijo a la serpiente:
-Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás pllvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón.
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[1].
 Yahvé Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa.
1 Re 19,12-13:
[Manifestación a Elías en el monte Horeb] Después del terremoto, fuego. Pero en el fuego no estaba Yahvé. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías enfundó su rostro con el manto.
Dijo Yahvé Dios a la mujer: “¿Por qué lo has hecho?”.
2 Cor 11,3:
Pero temo que, al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras mentes apartándose de la sinceridad debida a Cristo.
Sobre tu vientre caminarás.
Is 65,25:
Lobo y cordero pacerán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo.
Enemistad pondré entre ti y la mujer.
Ap 12,17.
Entonces, despechado contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de sus hijos; los que guardan los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en el testimonio de Jesús.
El hombre llamó a su mujer “Eva”.
Rm 5,12:
Por un hombre entró el pecado en el mundo y, por el pecado, la muerte; y así la muerte alcanzó a todos los hombres, puesto que todos pecaron.

Notas exegéticas[2].
3,15. Yahvé Dios dijo a la serpiente…: Este versículo, conocido como “Protoevangelio” o primer buen anuncio, afirma la aversión radical entre la serpiente y la humanidad, pero deja entrever la superioridad y la victoria final de esta. La traducción griega, al comenzar la última frase con un pronombre masculino, atribuye esa victoria no al linaje de la mujer en general, sino a uno de los descendientes de la mujer. Así queda esbozada la interpretación mesiánica de este texto, presente ya en la exégesis judía antigua, y recogida y explicitada luego por muchos Padres de la Iglesia. Junto con el Mesías va incluida su madre, de ahí que la interpretación mariológica de la  traducción latina ipsa conteret caput tuum se haya hecho tradicional en la Iglesia.
3,20 El hombre llamó a su mujer “Eva”…: etimología popular: el nombre de Eva, hawwâ, es explicitado por la raíz hãyâ, “vivir”.

Comentario[3].
-El texto pertenece al relato de las consecuencias del pecado, llamado también de la “caída” del paraíso.
-En él ofrece la respuesta a dos preguntas:
Antropológica: ¿Qué es el pecado de la humanidad de todos los tiempos?
Teológica: ¿Cómo es la relación del hombre pecador con Dios?
-Propósito del interrogatorio al hombre y la mujer:
Obtener de ellos la admisión de su pecado.
Sin embargo Adán acusa a la mujer y a Dios y la mujer a la serpiente.
Ninguno de los dos es capaz de asumir su error y su culpa.
-Maldición de la serpiente:
Rasgo etiológico que pretende explicar un hecho natural.
La serpiente en este relato no se identifica con Satán. Será el libro de la Sabiduría (s.I a.C.) quien la identifique, siendo asumido por la tradición cristiana.
Sí habrá lucha entre ella y la humanidad, venciendo la segunda mediante Cristo, descendencia de Adán y Eva.
Adán llama a su mujer Eva, cuyo término en hebreo tiene un sonido semejante: a pesar de la caída la mujer es fuente de la vida. El pecado no ha cortado la fuente de la vida que viene por medio de Adán y Eva.

Salmo responsorial

                   Salmo 97

R/. Cantad al Señor un cántico nuevo
      porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

 Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Textos paralelos[4].
Cantad a Yahvé un nuevo canto.
Sal 96,1:
Cantad a Yahvé un nuevo canto / cantad a Yahvé, tierra entera / cantad a Yahvé, bendecid su nombre.
Le sirvió de ayuda su diesta.
Is 52,10:
Yahvé desnudó su santo brazo / ante los ojos de todas las naciones, / y han visto los confines de la tierra / la salvación de nuestro Dios.

Is 59,16;
Vio que no había un solo hombre / se extrañó de que nadie interviniese. / Entonces recibió la ayuda de su brazo, / su propia justicia lo sostuvo.
Is 63,5:
Miré bien, sin encontrar ayudante;/ me asombré de que nadie me apoyase. / Así que me salvó mi propio brazo, / y fue mi furia la que me sostuvo.
Yahvé ha dado a conocer su salvación.
Sal 96,2:
Cantad a Yahvé, bendecid su nombre. / Anunciad su salvación día a día.
¡Aclama a Yahvé tierra entera!
Sal 96,1:
¡Cantad a Yahvé un nuevo canto, / cantad a Yahvé, tierra entera!
¡Gritad alegres, gozosos, cantad!
Is 52,9:
Prorrumpid a una en gritos de júbilo, / soledades de Jerusalén, / pues Yahvé ha consolado a su pueblo / ha rescatado a Jerusalén.

Notas exegéticas[5]:
Himno escatológico inspirado en la última parte del libro de Isaías (caps.56-66), y muy afin al salmo 96.

Comentario[6].
Primera lectura. Con israel.
 No olvidemos nunca que el sentido original de los salmos es aquel querido y orado por el pueblo de Israel. Este es un "salmo del reino": una vez al año, en la fiesta de las Tiendas (que recordaban los 40 años del Éxodo de Israel, de peregrinación por el desierto), Jerusalén, en una gran fiesta popular que se notaba no solamente en el Templo, lugar de culto, sino en toda la ciudad, ya que se construían "tiendas" con ramajes por todas partes... Jerusalén festejaba a "su rey". Y la originalidad admirable de este pueblo, es que este "rey" no era un hombre (ya que la dinastía Davídica había desaparecido hacía largo tiempo), sino Dios en persona. Este salmo es una invitación a la fiesta que culminaba en una enorme "ovación" real: "¡Dios reina!", "¡aclamad a vuestro rey, el Señor!" Imaginemos este "Terouah", palabra intraducible, que significa: "grito"... "ovación"... "aclamación".
Segunda lectura. Con Jesús.
¡La "Nueva Alianza", la "Nueva Liberación"! Hay que cantar un "canto nuevo, porque Dios renueva su Alianza: la celebración de la "venida" de Dios es un "signo", un "sacramento" que realiza lo que significa. Cuando se aclama a Dios como Rey, no se le confiere la realeza (El lo es desde siempre), sin embargo se "actualiza" esta "realeza" se "urge la venida del reino escatológico". Festejar la Navidad, es en un sentido real, sacramental, "hacer que Dios venga hoy".  "¡La salvación que tú preparaste ante todos los pueblos!" Así se expresa Simeón en su canto de alabanza (Lucas 2,30) "Atraeré hacia mí a todos los hombres" (Grita Jesús en proximidad de la Pascua). (Juan 12,32). "¡Jesús había de morir por el pueblo de Israel, y no solamente por él, sino para reunir en uno todos los hijos de Dios que están dispersos!" En expresión de San Juan (11,52). Y esta visión universal, realizada en Cristo, era anunciada en la esperanza de todo un pueblo, que se atrevía a convidar a "toda la tierra", "todas las naciones", "todos los habitantes del mundo" a su propio "Terouah". ¡Una fiesta mundial! ¡Vamos hacia una fiesta en que todos los hombres estarán felices y cantarán todos juntos, el mismo día, el mismo Dios, el mismo amor que los habrá salvado ¡Salvado!
Tercera lectura. Con nuestro tiempo.
¡Vamos, no lo dudemos. Dejémonos "invitar" a la fiesta! ¡Vamos! Saquemos todos los instrumentos, trompetas, bocinas, guitarras, panderetas, flautas... Y nuestras voces y aplausos. ¿Hay personas que se escandalizan por la "alegría" y el "ruido" que hacen los muchachos de hoy en sus fiestas? Hay un tiempo para la oración silenciosa. Sí. Hay un tiempo para la meditación y la oración íntima. ¡Sí. Pero hay también un tiempo para la oración de aclamación!

Segunda lectura.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6.11-12
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado. En él hemos heredado también, los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[7].
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Tob 13,1:
Y dijo: / Bendito sea Dios, /que vive eternamente, / y bendito sea su reinado!
2 Cor 1,3:
¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación.
1 Pe 1,3:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien por su gran misericordia y mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva.
Dios nos ha elegido en él
Jn 17,24:
Padre, deseo / que los que tú me has dado / estén también conmigo / allí donde yo esté.
1 Pe 1,20:
Él nos ha predestinado antes de la creación del mundo.
para que vivamos ante él
Ef 5,27:
Y presentársela [la Iglesia] resplandeciente a sí mismo, sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino santa e inmaculada.
Col 1,22:
Os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte de su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de Él.
Nos ha elegido de antemano.
1 Jn 3,1:
Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
Rm 8,29:
Pues Dios predestinó a reproducir la imagen de su Hijo a los que conoció de antemano, para que así fuera su Hijo el primogénito entre muchos hermanos.
Jn 1,12:
Pero a todos los que la recibieron / les dio poder de hacerse hijos de Dios, / a los que creen en su nombre.
A él, por quien somos herederos
Dt 7, 6ss:
No penséis que Yahvé se ha prendado de vosotros y os ha elegido porque seáis el más numeroso de todos los pueblos, pues de hecho sois el menos numeroso.
Conforme a la decisión de su voluntad.
Dn 4,32:
Nada cuentan ante él todos los habitantes de la tierra / y hace lo que quiere con el ejército del cielo / y con los habitantes de la tierra.
Ap 4,11:
Eres digno, Señor y Dios nuestro / de recibir la gloria, el honor y el poder / porque tú has creado el universo; 7 por tu voluntad, existe y fue creado.

Notas exegéticas[8]:
1,3 Bendito sea el Dios y Padre…El autor se eleva desde el principio al plano celeste en el que se mantendrá toda la epístola, 1,20; 2,6; 3,10; 6,12. De este plano proceden desde toda la eternidad las “bendiciones espirituales” que detallará en los versículos siguientes, y en ese mismo plano conocerán su realización al fin de los tiempos.
1,4 Dios nos ha elegido antes de la fundación del mundo. Primera bendición el llamamiento de los elegidos a la vida bienaventurada, incoada ya de una manera mística por la unión de los fieles con Cristo glorioso. El “amor” designa, ante todo, el amor de Dios para con nosotros, que provoca “elección” y su llamamiento a la santidad, ver Col 3,12; 1 Ts 2,13; Rm 11,28, pero no hay por qué excluir nuestro amor para con un Dios que deriva de aquel amor y a él responde, ver Rm 5,5.
1,5 Nos ha elegido de antemano. Segunda bendición: el modo elegido para esta santidad, que es el de la filiación divina, cuya fuente y modelo es Jesucristo, el Hijo único, ver Rm 8,29.
1,6 Para que alabemos su gloriosa benevolencia. El término griego charis designa aquí el favor divino en cuanto gratuito; si bien incluye la noción de “gracia”, en cuanto don santificante e intrínseco al hombre. En el sentido primero su alcance es más amplio. Manifiesta la misma “gloria” de Dios, ver Ex 24,16ss. Tenemos aquí los dos estribillos que dan ritmo a toda la exposición de las bendiciones divinas, estas no tienen más origen que la liberalidad de Dios, ni más finalidad que la exaltación de su Gloria por las criaturas. Todo procede de Él y a Él debe volver.
1,6 Nos agració en el Amado. Variante (Vulgata), “en su Hijo amado”.
1,11 A él. A Cristo.
1,11 por quien somos herederos. Quinta bendición: la elección de Israel, “herencia”, “porción” de Dios como testigo en el mundo de la espera mesiánica. Pablo forma parte de ese pueblo, por eso dice “nosotros”.

Comentario[9]: .
-El texto tiene como centro las relaciones debidas entre los miembros de la comunidad:
Pablo insta a que la armonía, el pensar y los seguimientos mutuos sean todos según Jesucristo. La referencia no es nadie de la comunidad sino Cristo.






Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
-Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba que saludo era aquel. El ángel le dijo:
-No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel:
-¿Cómo será eso, pues no conozco varón?
El ángel le contestó:
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”.
María contestó:
-He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor.

Textos paralelos[10].
Llamado Nazaret.
Mt 1,18:
Su madre, María, estaba desposada con José; pero antes de empezar a estar juntos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.
Cuando entró le dijo: “Alégrate…”.
So 3,14-15:
¡Grita alborozada, Sión, / lanza clamores, Israel / celébralo alegre de todo corazón, / ciudad de Jerusalén!
Zac 2,14:
Grita de gozo y alborozo, Sión capital / pues vengo a morar dentro de ti / -oráculo de Yahvé-.

Rut 2,4:
Llegaba entonces Booz de Belén y dijo a los segadores: “Yahvé con vosotros.” Le respondieron: “Que Yahvé te bendiga.”
Vas a concebir en tu seno.
Is 7,14ss:
Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: Mirad una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel.
Mt 1,21ss:
José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer; porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
El será grande:
2 Sam 7, 12-14a:
Y cuando tu vida llegue a su límite y te acuestes con tus padres, confirmare después de ti a la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono de su realeza. Él constituirá una casa para mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Is 9,5:
Porque una criatura nos ha nacido, / un hijo se nos ha dado. / En su hombro traerá el señorío, / y llevará por nombre: / “Maravilla de Consejero”, / “Dios Fuerte”, / “Siempre Padre”, / “Príncipe de Paz”.
Mt 9,27ss:
Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: “¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!”.
Dn 7,14:
Le dieron poder; / honor y reino, / y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. / Su poder es eterno / y nunca pasará, / y su reino no será destruido.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti:
Hch 3,14-15:
Vosotros renegasteis del Santo y del Justo y pedisteis que os dejaran en libertad a un asesino. Matasteis al jefe que conduce a la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos; nosotros somos testigos de ello.
Mt 4,2ss:
Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes,…
Porque no hay nada imposible para Dios:
Gn 18,13-14:
Dijo Yahvé a Abrahám: “¿Por qué se ha reído Sara, pensando que ahora de vieja no puede parir ¿Hay algo difícil para Yahvé? En el plazo fijado volveré, al término de su embarazo, y Sara tendrá un hijo.
Jer 32,27:
Mira que yo soy Yhavé, el Dios de toda carne. ¿Habrá algo que me resulte extraordinario?

Notas exegéticas [11].
1,26 La representación de este acontecimiento se inspira en varios pasajes del Antiguo Testamento, en particular de la aparición del ángel a Gedeón Jue 6, 11-24 (comparar con el anuncio del nacimiento de Sansón Jue 13,2-7). La dignidad del niño evoca con alusiones a las promesas del Antiguo Testamento sobre todo a las hechas a David y su linaje.
1,26 Al sexto mes: de la concepción de Juan.
1,28 Cuando entró le dijo “Alégrate, llena de gracia”: “Alégrate” mejor que “Salve”. Llamada al júbilo mesiánico, eco de la llamada de los profetas a la Hija de Sión, y como ésta, motivada por la venida de Dios entre su pueblo; ver Is 12,6; So 3,14-14; Jl 2,21-27; Zac 2,14.9.9 – “Llena de gracia”, lit. “tú que has estado y sigues estando llena del favor divino”. Adicción: “Bendita tú entre las mujeres”, por influencia de 1,42.
1,33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin: las palabras del ángel se inspiran en varios pasajes mesiánicos del Antiguo Testamento.
1,34 María respondió al ángel: “¿Cómo será esto posible, si no conozco varón?”:La “virgen” solo está “desposada” (v.27) y no tiene relaciones conyugales (sentido semítico de “conocer”, ver Gn 4,1, etc.). Este hecho que parece contraponerse al anuncio de los vv. 31-33 trae la explicación del v. 35. Nada hay en el contexto que imponga la idea de un voto de virginidad.
1,35 El Espíritu Santo vendrá sobre ti: Le expresión evoca la nube luminosa, señal de la presencia de Yahvé, ver Ex 13,22ss; 19,16ss; 24,16ss. o las alas del pájaro como simbóliza el poder protector. Sal 17,8; 57,2; 140, 8 y creador Gn 1,2 de Dios. Comparar Lc 9,34. En la concepción de Jesús todo viene del poder del Espíritu Santo.

Notas exegéticas 2[12]:
26. Empieza un relato, no de anunciación (que dice lo que va a suceder y no admite réplica), sino de vocación (que expone una misión y pide consentimiento, como por ej., Jue 6,11-24.
En el sexto mes del embarazo de Isabel.
Por Dios o desde Dios, de parte de Dios.
De nombre: puede hacerse pesada la insistencia (v.27: “cuyo nombre…”, “y el nombre…”), pero en este relato todo tiene nombre, aunque el nombre sobre el que gravita al final la frase, es “María”, en realidad se trata de “poner nombre” al que va a venir y ya se anuncia (cf.v.31; y los “Nombres de Cristo” en los vs.32-33.35).
Nazaret, más bien que ciudad, era una pobre aldea, innominada en todo el Antiguo Testamento y en el Talmud, y despreciada por los habitantes de las aldeas vecinas (cf. Jn 1,46).
27. Una doncella: como en castellano clásico, una virgen. Al principio y al fin de la presentación, Lc insiste en un dato: María virgen concibió virginalmente.
Prometida: o que había sido dada a. También es posible: que había sido pedida en matrimonio por un varón… (entendiendo “por un varón como dativo agente, muy raro en el Nuevo Testamento.
Un varón: casi un marido. En los evangelios, el hombre adulto, en cuanto distinto de la mujer y de los niños, suele designarse por el vocablo griego anêr, que prácticamente equivale a marido, esposo.
De la estirpe de David: lit. de [la] casa de David, de la dinastía de David, de quien José era “hijo”.
El significado más probable de María es excelsa, elevada.
28.Salve: es más que el simple “¡alégrate!” helenístico, saludo tan trivial como nuestro “¡hola!” (el vocablo griego es el mismo de los soldados romanos burlándose ante Jesús: cf. Mt 27, 29; Mc 15,17-19; Jn 19, 3; sería demasiado fuerte traducirlo: “¡Alégrate, rey de los judíos!”). Es saludo religioso; por una parte, traduce el hebreo salôm, deseo de la paz (vida otal, plenitud de dones de Dios), y por otra, alude a Zac 9,9 (invitación a la alegría mesiánica ante el rey que viene de parte de Dios).
Sin artículo, sustituyendo el nombre propio, llena de gracia es el nombre de la doncella. Gracia, no con el significado profano de kharis (amabilidad, belleza), sino con el doble significado bíblico de: benevolencia divina, por la que Dios concede benignamente un don gratuito (un favor, una “gracia”). La forma gramatical griega es participio de perfecto (acción pasada cuyo efecto perdura) en voz pasiva teológica: María había sido transformada por la acción divina, “agraciada por Dios desde antes, y en ella estaba remansada la gracia”, preparándola para ser la madre del Mesías. El verbo griego kharitóo es causativo; en el Nuevo Testamento solamente aparece una vez (EF 1,6) referido a los cristianos que, gracias a Jesucristo, han entrado en el plan de Dios como objeto de su benevolencia divina, mediante “el perdón de las ofensas” (Ef 1,7); lo cual confirma que la plenitud de gracia de María está en función de su Hijo, de su maternidad divina. Este versículo de Lc, tal como lo ha entendido la Iglesia católica, funda la verdad de fe de la Inmaculada Concepción de María: no hubiera estado, ni sido “Llena-de-gracia”, santificada por la gracia, si la sombra de cualquier pecado la hubiera tocado. Orígenes confesó, al hablar de esta “fórmula nueva” de saludar a alguien: “no recuerdo haber encontrado esta expresión en otro lugar de la Escritura; nunca este saludo fue dirigido a un varón: “¡Salve, lleno de gracia!”; este saludo se reservó solo para María.
El Señor contigo: fórmula bíblica en los relatos de vocación y misión (cf.p.ej. Mt 28, 20: “Yo estoy con vosotros”, como promesa de ayuda divina especial para una tarea difícil.
30: No te dé miedo: cf.vs.12-13. El imperativo de presente equivale a: deja de temer, o no sigas temiendo.
Has hallado gracia…: explicación y consecuencia de “Llena de gracia” (v.28): Dios te mira favorablemente, Dios te acoge benévolo, has obtenido su favor, “eres grata a Dios”.
31.De los tres verbos griegos en futuro que aparecen en el texto, los dos primeros son predicciones, el tercero (al que pondrás por nombre: lit. y llamarás el nombre de él) es una orden. Que sea precisamente la madre quien ponga el nombre al niño es otra alusión a la concepción virginal.
Jesús: “Yahveh salva”. En el v.47, María lo llama “mi salvador”; y en 2,11, el ángel lo anuncia como salvador.
32-33: La traducción suprime tres “y” del texto griego.
Hijo del Altísimo: como en otras ocasiones semejantes, aunque en el tesxto griego falte el artículo se trata de alguien tan “determinado” y concreto que hemos de ponerlo en nuestra lengua; no es “un hijo cualquiera, sino el Hijo por excelencia, el unico Hijo (cf. el versículo siguiente: Isabel era “la estéril” por antonomasia, el ejemplo irrebatible de la incapacidad humana unida a la omnipotencia divina.
Su reino: o su reinado. Por los datos que dice el ángel, María se da cuenta de que concebirá y dará a luz verdaderamente al Mesías-rey, anunciado y esperado en Israel desde hacía siglos.
34.Con una expresión que, es una mujer desposada, es única en toda la Biblia, María pregunta, pero no con la duda escéptica de Zacarías (cf.v.18) o la de Abrahán y Sara (cf.Gn 17,17; 18, 10-14). Para que su compromiso no sea imprudente, se informa.
No conozco: eufemismo, por no tengo relación conyugal.
Marido: lit. varón; e.d. marido (“mi marido”: cf.v.27). Por otra parte, la forma verbal griega en presente indica permanencia y continuidad de ese estado de virginidad. En María, al ser transformada por la gracia (v.28), Dios había hecho surgir el anhelo de ser toda de Dios, el deseo profundo de virginidad; si María no tuviera ese deseo, su objeción  tenía réplica por parte del ángel: “Espera, dentro de poco podrás tener esas relaciones”. La afirmación de la concepción virginal de Jesús debida a la acción del Espíritu Santo, expresada en todos los Símbolos de la fe de la Iglesia, “excluye cualquier hipótesis de partenogénesis natural, y rechaza los intentos de explicar la narración lucana como explicitación de un tema judío, o como derivación de una leyenda mitológica pagana. La estructura del texto lucano no admite ninguna interpretación reductiva; su coherencia no permite sostener válidamente mutilaciones de los términos o de las expresiones que afirman la concepción virginal por obra del Espíritu Santo” (Juan Pablo II). Sobre el misterio de esa virginidad dijo san Ignacio de Antioquía: “La virginidad de María, y su dar a luz, lo mismo que la muerte del Señor, quedó oculta al “jefe de este mundo”; tres misterios clamorosos que se realizaron en el sosegado silencio de Dios.
35.El poder del Altísimo: como la nube cubría, envolvía, el santuario o la Tienda del Encuentro (Ex 40,34) María va a convertirse en el santuario del Dios hecho hombre.
Por eso también: porque Jesús va ser concebido virginalmente, porque no va a tener padre terreno.
El título Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento podía entenderse como apelativo simplemente mesiánico; pero, al final de estas frases de Lc, resena como afirmación de la filiación singular de Jesús. Para María, su concepción virginal es ya un signo revelador.
Este es sexto mes: lit. este mes sexto es para ella la llamada estéril. Por esta revelación divina conoce María el secreto que su prima Isabel no ha comunicado a nadie. Asu vez, antes que María pueda hablar con su prima, Isabel sabrá, de parte de Dios que María es “la madre del señor” (v.43).
Nada: lit. no… toda palabra (semitismo), es decir, ninguna palabra. No puede haber una “palabra” imposible para quien ahora mismo va a enviar al mundo su “Palabra” hecha carne humana. Según san Clemente de Roma “lo único imposible para Dios es mentir” (Cor 29,1).
38. Ojalá me suceda (lit. sea par amí, o hágase para mí): la forma gramatical no es el imperativo de Mt 6,10 (“hágase tu voluntad”), sino el optativo griego, modesta expresión cortés de un deseo. Con su entrega de fe y su obediencia amorosa, “la esclava” se convierte en “madre de mi Señor”. Hasta aquí llegaba la antigua Alianza; lo mejor del Antiguo Testamento se condensaba en aquella humilde hija de Sión; ahora empieza el Nuevo Testamento, cuya puerta es María.

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé[13]:
1,25-38: la cita de la Anunciación manifesta algunas verdades básicas sobre Cristo. Él es el Hijo de Dios concebido con una naturaleza humana por una virgen mediante el poder del Espíritu Santo. La Encarnación se realizó según el plan divino, que incluye el libre consentimiento de maría. Mediante su “sí” desinteresado, María se convirtió en modelo de fe, generosidad y completa conformidad con la voluntad santísima de Dios. Las palabras del saludo del ángel a María son la introducción del Avemaría. La Anunciación es el primer misterio gozoso del Rosario y también la base del ángelus.
1,28 Llena de gracia: el griego kecharitomene indica que María “ha estado y sigue estando” llena de la gracia de Dios, que es una condición más apropiada para er la Madre de Dios. Kecharitomene también nos lleva a la doctrina de la Inmaculada Concepción, que sostiene que María fe concebida sin la mancha del pecado original a través de la redención de su hijo. Reconocido durante largo tiempo en la tradición católica, esste dogma lo proclamo infaliblemente el papa Pío IX en Ineffabilis Deus.
1,31 Jesús: este nombre hebreo significa literalmente “el Señor (YHVH) salva”, que subraya la identidad de Cristo y su misión. Jesucristo –perfecto Dios y perfecto hombre- por su persona, su palabra y sus actos, es la plenitud de la revelación de Dios al pueblo, y su sacrificio de la cruz trae la salvación del mundo.
32.David su padre: aunque Cristo no era hijo natural de José, bajo la ley judía fue considerado su hijo y, por lo tanto, descendiente directo de David como su padre. Enseguida se habla de su pertenencia a la casa de Jacob: se refiere a todo el reino de Israel, que representa los doce hijos de Jacob, que se habían transformado en tierras de gentilkes por la conquista, el exilio. El nuevo reino fundado por Cristo sería obra del Espíritu Santo.
1,34: Esta declaración señala la virginidad de María. San Jerónimo y otros Padres de la antigüedad cristiana pensaban que María había hecho un voto de virginidad y expresa con estas palabras su perplejidad ante la noticia del ángel.. La encarnación es obra divina y va más allá de la comprensión humana.
1,35: Te cubrirá con su sombra: en griego episkiasei es la misma palabra que se utiliza en la Septuaginta para hablar de como Dios “cubrió” el Santuario y se estableció en Israel (epeskiazen, Ex 40,35). El ´termino aparece también en la Transfiguración (epeskiazen, Lc 9,34) y en la curación de Pedro (episkiasei: Hch 5,15). Las teofanías de nube y luz se utilizan a menudo en la Escritura para indicar el velo de la gloria de Dios.
1,37 Dios puede realizar obras que van más allá del dominio del poder humano. La fe de María reocnoce el poder infinito de Dios. Nosotros también reconocemos la omnipotencia de Dios en la misa cuando el sacerdote se dirige a Dios como “el Dios todopoderoso y eterno”.
1,38: Intacta de todo pecado, María se consagró completamente a su Hijo, y a su obra. “El Padre de las misericordias deseó que la encarnación fuera precedida por el asentimiento de su madre predestinada, para que como mujer formara parte de la venida de su muerte, y contribuyera también a la venida de su vida” (Concilio Vaticano II LG 56 y 61). María fue considerada de esta forma como la nueva Eva, como explica san Ireneo: “El nudo de la desobediencia de Eva se desató con la obediencia de María: lo que la virgen Eva ató con su incredulidad, María lo desató con su fe”.

Notas del Catecismo de la Iglesia Católica[14]
144 Obedecer (ob-audire) en la fe es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma. De esta obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La Virgen María es la realización más perfecta de la misma.
484 La Anunciación a María inaugura "la plenitud de los tiempos"(Ga 4, 4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es invitada a concebir a aquel en quien habitará "corporalmente la plenitud de la divinidad" (Col 2, 9). La respuesta divina a su "¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?" (Lc 1, 34) se dio mediante el poder del Espíritu: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti" (Lc 1, 35).
485 La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo (cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es "el Señor que da la vida", haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya.
486 El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es "Cristo", es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores (cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2, 1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos (cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38).
488 "Dios envió a su Hijo" (Ga 4, 4), pero para "formarle un cuerpo" (cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a "una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María" (Lc 1, 26-27):
«El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56; cf. 61).
489 A lo largo de toda la Antigua Alianza, la misión de María fue preparada por la misión de algunas santas mujeres. Al principio de todo está Eva: a pesar de su desobediencia, recibe la promesa de una descendencia que será vencedora del Maligno (cf. Gn 3, 15) y la de ser la madre de todos los vivientes (cf. Gn 3, 20). En virtud de esta promesa, Sara concibe un hijo a pesar de su edad avanzada (cf. Gn 18, 10-14; 21,1-2). Contra toda expectativa humana, Dios escoge lo que era tenido por impotente y débil (cf. 1 Co 1, 27) para mostrar la fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel (cf. 1 S 1), Débora, Rut, Judit, y Ester, y muchas otras mujeres. María "sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de él con confianza la salvación y la acogen. Finalmente, con ella, excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación" (LG 55).
490 Para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia" (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.
491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:
«... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).
492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor" (cf. Ef 1, 4).
493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.
494 Al anuncio de que ella dará a luz al "Hijo del Altísimo" sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 28-37), María respondió por "la obediencia de la fe" (Rm 1, 5), segura de que "nada hay imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 37-38). Así, dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención (cf. LG 56):
«Ella, en efecto, como dice san Ireneo, "por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar "el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva, llaman a María "Madre de los vivientes" y afirman con mayor frecuencia: "la muerte vino por Eva, la vida por María"». (LG. 56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4).
495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).
496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:
Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).
497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.
722 El Espíritu Santo preparó a María con su gracia . Convenía que fuese "llena de gracia" la Madre de Aquel en quien "reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente" (Col 2, 9). Ella fue concebida sin pecado, por pura gracia, como la más humilde de todas las criaturas, la más capaz de acoger el don inefable del Omnipotente. Con justa razón, el ángel Gabriel la saluda como la "Hija de Sión": "Alégrate" (cf. So 3, 14; Za 2, 14). Cuando ella lleva en sí al Hijo eterno, hace subir hasta el cielo con su cántico al Padre, en el Espíritu Santo, la acción de gracias de todo el pueblo de Dios y, por tanto, de la Iglesia  (cf. Lc 1, 46-55).
723 En María el Espíritu Santo realiza el designio benevolente del Padre. La Virgen concibe y da a luz al Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad única por medio del poder del Espíritu y de la fe (cf. Lc 1, 26-38; Rm 4, 18-21; Ga 4, 26-28).
2571 Habiendo creído en Dios (cf Gn 15, 6), marchando en su presencia y en alianza con él (cf Gn 17, 2), el patriarca está dispuesto a acoger en su tienda al Huésped misterioso: es la admirable hospitalidad de Mambré, preludio a la anunciación del verdadero Hijo de la promesa (cf Gn 18, 1-15; Lc 1, 26-38). Desde entonces, habiéndole confiado Dios su plan, el corazón de Abraham está en consonancia con la compasión de su Señor hacia los hombres y se atreve a interceder por ellos con una audaz confianza (cf Gn 18, 16-33).
2676 Este doble movimiento de la oración a María ha encontrado una expresión privilegiada en la oración del Avemaría:
“Dios te salve, María (Alégrate, María)”. La salutación del ángel Gabriel abre la oración del Avemaría. Es Dios mismo quien por mediación de su ángel, saluda a María. Nuestra oración se atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Dios ha puesto sobre su humilde esclava (cf Lc 1, 48) y a alegrarnos con el gozo que Dios encuentra en ella (cf So 3, 17)
“Llena de gracia, el Señor es contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel se aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La gracia de la que está colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia. “Alégrate [...] Hija de Jerusalén [...] el Señor está en medio de ti” (So 3, 14, 17a). María, en quien va a habitar el Señor, es en persona la hija de Sión, el Arca de la Alianza, el lugar donde reside la Gloria del Señor: ella es “la morada de Dios entre los hombres” (Ap 21, 3). “Llena de gracia”, se ha dado toda al que viene a habitar en ella y al que entregará al mundo.

Comentario exegético[15]
Texto.
Anunciación de Juan Bautista: se trata de un texto hagádico que sigue el esquema de las anunciaciones, semejante al empleado para Ismael (Gn 16,7-13), Isaac (17,1-21), Sansón (Jue 13,3-20) y Samuel (1 Sam 1): presentación de padres estériles; aparición de un personaje celestial y reacción de temor anteel mundo divino; el mensajero capacita para superar el temor y poder escuchar, y expone su anuncio del nacimiento del niño y del nombre que le ha de imponer; objeción por parte del destinatario o petición de señal, finalmente la mujer estéril concibe.
Anunciación de Jesús: con los mismos elementos para realzar el contraste entre Zacarías y María:
Gabriel: mensajero escatológico, del fin de los tiempos.
Pone en boca de la Hija de Sión (Sofonías 3,14-17; Joel 2,21-27; Zacarías 9,9), la promesa de Natán (1 Sam 7,5-16)y alude a la gloria de Dios que da sombra (Ex 40, 35; 1 Re 8,10; Ag 2,6-9) y a Abraham y Sara (Gn 18,14).
María: esclava aludiendo a la esteril Ana (1 Sam 1,11).




Comentario revista Homilética[16]
-Estructura:
vv.26-27: introducción, presentación de los personajes y las circunstancias.
vv.28-38a: tres anuncios del ángel y tres reacciones de María.
vv.38b: conclusión.
-Mensajes:
Ángel:
Triple refencia a María, a Jesús y a Isabel.
Punto centra: Jesús revestido de poder para quien nada es obstáculo.
María:
Evolución como signo y señal de nuestra propia experiencia de creyente, que debe ir a más: se preguntaba - ¿cómo será esto? – hágase en mí.
-Alegría: característica propia de la fe.

Comentarios patrísticos:
Beda. Homiklías sobre los Evangelios. 56[17]:
Gabriel significa “fuerza de Dios”. Con razón resplandece llevando ese nombre quien da testimonio de que dios va a nacer en la carne. Sobre ello, dijo el profeta en el salmo: “El Señor, fuerte y valeroso, el Señor valeroso en la guerra” (Sal 24, 8). En esta guerra, ciertamente, en la que [Cristo] vino a someter “los poderes del aire” (Ef 2,2) y a librar al mundo de su tiranía.
San Beda. Homilías sobre los Evangelios[18]:
“Entró el ángel donde ella estaba y le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Saludo tan inaudito para el uso humano como adecuado para la dignidad de santa María. verdaderamente estaba llena de gracia quien, por vaor divino, fue hecha la primera entre las mujeres y ofreció a Dios el más precioso don de su virginidad. De ahí que la que procura imitar la vida angélica mereciera gozar justamente de la visión y palabras del ángel.
San Jerónimo.Homilía sobre el evangelista Juan[19]:
¿Quieres saber como Aquél nació de la virgen y, después de darle a luz, esa madre continuó siendo virgen? Las puertas estaban cerradas pero Jesús pudo entrar a través de ellas (Jn 20,19.26). No hay duda alguna que las puertas estaban cerradas. Quien entró por aquellas puertas cerradas no era un fantasma ni un espíritu, sino realmente un cuerpo humano. […] Atribúyele también el poder de Dios el que este naciera de una virgen y el que esta virgen siguiera siendo virgen después del parto.

San Ambrosio. Exposición sobre el Ev. de Lucas[20]:
Reconoce a la Virgen en su conducta, reconoce a la Virgen en su modestia, reconoce a la Virgen en sus palabras, reconócela en el misterio.
San León Magno. Sermón[21].
El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, por el contrario, sobrepasa toda inteligencia y trasciende todos los ejemplos que se podrían tomar.
S.Juan de Ávila. Domingo I de Adviento[22]:
Envió Dios a un ángel que se llamaba Gabriel (Lc 1,26ss.), el mejor de los mensajeros. Aunque no sea San Gabriel el mejor de los serafines, es el mayor de los mensajeros de Dios. Ángeles y arcángeles son los que Dios envía con mensajes a sus negocios, y, según dicen los doctores, San Gabriel es el mayor de los ángeles.
A una ciudad de Galilea que se llamaba Nazaret. A una tierra pobre. Judá era tierra honrada; Galilea, baja y pobre.
A una virgen desposada con un varón que se llamaba José. Pues veis el Todopoderoso, Rey, Emperador, que podía tomar a quien quisiera de madre, y escogió a una pobre mujer y de un carpintero. […] Escogió Dios las cosas bajas.
María quiere decir en su lengua “mar de amargura”, y en otra, “princesa” o “estrella del mar”. Todo le viene bien a la Virgen María: fue [mar] de “amargura” en la pasión de su bendito Hijo, y “estrella” de los navegantes por este mar grande y espacioso de este mundo, “norte” de los pecadores y “princesa” de los serafines.
Día de grandísima alegría es hoy. Día de la alegría de las alegrías. Día de buenas nuevas. Día de todo nuestro bien. Si calláremos¸si fuéramos ingratos, si no diéremos gracias al Señor por este día, de traición seremos argüidos. Demos gracias al Señor por este tan gran bien que nos dio en este día, y a la Madre, por cuyas anos nos lo dio. Que si llegáis a un árbol muy hermoso y veéis una pera o manzana muy hermosa, decís: “¡Bendito el árbol que tal fructo dio!”. Cuando viéredes a Jesucristo en la hostia consagrada, cuando comulgáredes, cuando recibiéredes a nuestro Señor, dad gracias al Padre Eterno, que os lo dio; decid: “¡Bendicto sea el árbol que tal fructa dio, que es la Virgen bendictísima!”. Y darnos ha el señor gracia y gloria.
  
Misa de Niños
Monición de entrada:
Buenos días:
En medio del Adviento hoy tenemos la fiesta de la Inmaculada en la que con toda la Iglesia miramos a la Virgen María.
Porque ella nos ayuda a recibir a Jesús con el corazón.
Además hoy vamos a recibir la medalla que nos hará acordarnos de que ella es nuestra madre.

Señor, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase en el Adviento.  Señor, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase a preparar la Navidad. Cristo, ten piedad.
Tú que nos diste a María para que nos ayudase a esperarte.   Señor, ten piedad.

Peticiones.-
Te pedimos por el papa Francisco y la iglesia , para que como la Virgen María abra su corazón a ti. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por los chicos que en el Seminario, para que quieran mucho a nuestra madre.  Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por nuestro país, España, para que siempre haya trabajo, paz y mucho amor a ti y María. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por todas las mujeres, para que nadie les pegue ni insulte ni les haga sufrir.  Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por nuestras madres, para que siempre las queramos mucho. Te lo pedimos, Señor.
Te pedimos por nosotros, para que como la Virgen María nuestro corazón sea como un cristal limpio. Te lo pedimos, Señor.

Oración:
María, queremos felicitarte por tu fiesta. Hoy queremos felicitarte y además darte las gracias por nuestras madres. Porque ellas siempre tienen los ojos abiertos y llenos de amor, porque ellas tienen siempre las manos abiertas para abrazarnos y los oídos para escucharnos.
También porque ellas nos enseñan a ser niños educados y a rezar, hablándote como les hablamos a ellas y sintiendo que tu nos miras como nos miran ellas.
Gracias María por nuestras madres.

Homilía de niños[23].
-Les pedimos que busquen una serpiente que está en la iglesia.
-Cuando encuentran la serpiente en la imagen de la Inmaculada lo relacionamos con la primera lectura.
-Les preguntamos que describan la imagen y les explicamos el significado de cada elemento: las doce estrellas, la luna, el color blanco y azul y la serpiente.



[1] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. 
[2] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.
[3] García Viana, L.F. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 672.
[4] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. 
[5] Id.
[6] Quesson, Noel. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Colombia. 1988. Pgs. 240-243. En mercaba.org 

[7] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. 
[8] Ibidem.
[9] Fraile Yécora, Pedro. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 673.

[10] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009. Traducción Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[11] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2009.
[12] Iglesias González, M. Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[13] Biblia Didaje con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de www.vatican.va 
[14] Catecismo de la Iglesia Católica. www.vatican.va Notas tomadas de la Bíblia Didaje.
[15] García Fernández, Marta. Mateo. Guías de lectura del Nuevo Testamento Verbo Divino. Pamplona. 2015
[16] Badiola, J.A. (2019).  Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 673-674
[17] Merino Rodríguez, M. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1b. Evangelio según san Mateo (14-28). Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
[18] Ibidem.
[19] Ibidem.
[20] Ibidem.
[21] Ibidem.
[22] San Juan de Ávila. Obras completas. Nueva edición crítica. III. Sermones. BAC. Madrid. 2015.  Pg.883-885
[23] Homilética (2019/6). Sal Terrae. Pg. 761-763

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