jueves, 16 de febrero de 2023

Domingo 7º T. O. 19 de febrero de 2023.

 


Lectura del libro del Levítico 19, 1-2.17-18.

El Señor habló así a Moisés:

-Di a la comunidad de los hijos de Israel: “Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

 

Comentario.

-La santidad:

Elemento clave de la experiencia religiosa y social de Israel.

Afecta a las relaciones:

Israelitas-Dios.

Israelitas-israelitas.

Israelitas-paganos.

Vinculada a la Alianza:

Yahvé eligió a Israel como su pueblo e hizo un pacto con él.

-La pureza:

Una de las dimensiones de la santidad.

Evitar contacto con animales, personas o cosas no permitidas.

 

Salmo responsorial

Sal 103 (102)

 

El Señor es compasivo y misericordioso. R/.

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor

y no olvides sus beneficios. R/.

 

Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa,

y te colma de gracia y de ternura.  R/.

 

El Señor es compasivo y misericordioso,

lento a la ira y rico en clemencia.

No nos trata como merecen nuestros pecados

ni nos paga según nuestras culpas. R/.

 

Como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos.

Como un padre siente ternura por sus hijos,

siente el Señor ternura por los que lo temen. R/.

 

Notas exegéticas.

Un pecador perdonado sube al Templo para ofrecer un "sacrificio de acción de gracias", durante el cual hace relato del favor recibido. Acompañado de una muchedumbre de amigos y parientes, a quienes invita a tomar parte en el banquete sacrificial, y asociarse a su acción de gracias. ¡Es un himno al amor de Dios! El Dios de la Alianza. Observemos el paso de la primera persona del singular "mi", "yo", a la primera persona del plural "nosotros", "nos"... En "aquel" pecador habla Israel. ¡La "remisión de los pecados" no es un acto individualista sino comunitario, desde aquellos tiempos! Profunda intuición de la solidaridad de cada pecador con el conjunto de los pecadores... Con "¡el pecado del mundo!"

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 16-23.

Hermanos:

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros. Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: “Él caza a los sabios en sus astucias”. Y también: “El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos”. Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.

Palabra de Dios.

 

Comentario.

-Redefine la santidad judía de la primera lectura.

-Santidad:

Vínculo con el espacio sagrado:

Templo de Jerusalén:

Espacios definidos en función de la clasificación de las personas.

Sumo Sacerdote, el más santo: único que podía acceder al espacio más santo.

Sacerdotes comunes – varones de Israel – mujeres – paganos (fuera).

Templo = comunidad de creyentes (ekklesía).

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-48.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el mando; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

 

Textos paralelos.

 Ojo por ojo.

Lv 24, 20: Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le causará a él la misma lesión que él haya causado al otro.

Dt 19, 21: No tengas piedad por él: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

No resistáis al mal.

Lc 6, 29: Al que te pegue en la mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica.

Is 50, 6: Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.

Al que te abofetee en la mejilla.

Hch 23, 2: El sumo sacerdote Ananías ordenó a sus ayudantes que lo golpeasen en la boca.

Rm 12, 17: A nadie devolváis mal por mal. Procurad lo bueno ante toda la gente. En la medida de lo posible y en lo que dependa de vosotros, manteneos en paz con todo el mundo. No os toméis la venganza por vuestra cuenta, queridos; dejad más bien lugar a la justicia, pues está escrito: Mía es la venganza, yo daré lo merecido, dice el Señor. Por el contrario, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber, actuando así amontonarás ascuas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal, antes bien vence el mal con el bien.

Al que quiera pleitear contigo.

Lc 6, 30: A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Dt 15, 7-8: Cuando haya entre los tuyos un pobre, entre tus hermanos, en una de tus ciudades, en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios; no endurezcas tu corazón ni cierres tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás tu mano y le prestarás a la medida de su necesidad.

A quien te pida da.

Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.

Lv 19, 18: No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Dt 23, 4: No se admite a la asamblea del Señor ningún amonita ni moabita; ni siquiera en su décima generación serán admitidos a la asamblea del Señor.

Dt 23, 7: No buscarás jamás su paz ni su bienestar mientras vivas.

Lc 6, 27-36: En cambio, a vosotros los que me escucháis, os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale, al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.

Amad a vuestros enemigos.

Hch 7, 60: Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente dijo: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y, con estas palabras, murió.

Rm 12, 20: Por el contrario, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; actuando así no amontonarás ascuas sobre tu cabeza.

Si 4, 10: Se como un padre para los huérfanos y como un marido para su madre. Así, serás como un hijo del Altísimo, y él te amará más que tu madre.

Seáis hijos de vuestro Padre.

Ga 4, 7: Así que ya no eres esclavo, sino hijo y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Hace llover.

Lc 3, 12: Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: “Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?”.

Si no saludáis más que a vuestros hermanos.

Lv 11, 44: Porque yo soy el Señor, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. No os volváis impuros con ninguno de esos bienes que se arrastran por el suelo.

Lv 19, 2: Di a la comunidad de los hijos de Israel: “Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo”.

Tb 12, 8: Más vale la oración sincera y la limosna hecha con rectitud que la riqueza lograda con injusticia.

Sed perfectos.

1 P 1, 16: Porque está escrito: Seréis santos, porque yo soy santo.

St 1, 4: Pero que la paciencia lleve consigo una obra perfecta, para que seáis perfectos e íntegros, sin ninguna deficiencia.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

5 39 Jesús alude a la llamada “ley del talión”. Al equiparar el castigo con el daño producido, la ley marcaba una restricción de la venganza (ver Gn 4, 23-24). Jesús con esta modificación, abre una etapa en la evolución de los comportamientos de la que ya hay algún eco en textos rabínicos. Nótese que todos los ejemplos propuestos (vv. 39-40) se refieren a daños personales. Jesús no prohíbe oponerse dignamente a los ataques injustos ni, mucho menos, combatir el mal en el mundo). Es manifiesto el giro voluntariamente paradójico del pensamiento.

5 43 La segunda parte de este mandamiento no se encuentra así en la Ley, ni podría encontrarse. Esta expresión, forzada de una lengua pobre en matices (el original arameo) equivale a: “No tienes porque amar a tu enemigo”. Encontramos, no obstante, en Si 12, 4-7 y en los escritos de Qumrán una detestación de los pecadores que no está lejos del odio, y en la que Jesús ha podido pensar.

5 44 (a) Adic.: “haced bien a los que os odien”.

5 44 (b) Adic.: “y por los que os maltraten”.

5 46 (a) El término traducido (misthós) es frecuente en Mt. En 10, 41-42 y 20, 8 tiene el sentido literal de salario, lo que es debido. En los cap. 5 y 6 se quiere ponder de relieve la oposición “recompensa de los hombres/recompensa de Dios”. Jesús advierte del peligro de una interpretación literal de este lenguaje antropomórfico, haciendo ver que la recompensa de Dios es soberana y que se basa en su bondad.

5 46 (b) Recaudadores de impuestos, a quienes el cargo, ejercido con extorsión, les granjeaba el desprecio público.

5 48 La perfección de los discípulos debe corresponder a la de Dios, cuya generosidad se extiende a malos y buenos. Lc 6, 36 no habla de perfección, sino de bondad.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

38 OÍSTEIS QUE SE DIJO: la mal llamada ley del talión no era una ley, sino un principio de equidad para no extralimitarse. “No es la canonización de una sed de venganza, sino, por el contrario, el principio del derecho en lugar del principio de la venganza. El principio fundamental de los hijos de Caín era (¡y es!) “Caín fue vengado siete veces, mientras que Lamek lo fue setenta veces siete” (Gn 4, 24). Contra este principio se levanta el de la correspondendicia: delito y castigo deben estar en equilibrio. “El derecho debe asegurarse, pero su realización no debe deformarse en venganza” (J. Ratzinger). De hecho, salvo rara excepción, los rabinos solían interpretar OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE no a la letra, sino calculando una compensación pecuniaria para el agraviado.

39 El cristianismo no es condescendiente con el mal ni renuncia a la justicia: la promueve con métodos evangélicos, y así la sobrepasa. // “Oponer resistencia” es devolver mal por mal; o, más probablemente aquí, llevar al adversario ante los tribunales. “Nuestros maestros enseñan: los que reciben ofensas y no las devuelven, los que son humillados y no responden, sino que obran por amor y se alegran en los castigos, son los que dice la Escritura (Jue 5, 31): ... como el brillar del sol en toda su potencia (BGit 4, 2). // AL MALVADO (mejor que al mal): al que es malo, al agresor, dejar que el mal reine sin trabas, no es cristiano. La bofetada EN LA MEJILLA DERECHA, si es algo más que realismo descriptivo, indica un corazón innoble (el agresor golpea puesto detrás del ofendido); o tal vez se trata de un signo del máximo desprecio en Oriente: golpe que se da con el dorso en la mano.

40 LA TÚNICA: vestido interior – camisa – en oposición a EL MANTO (capa o prenda exterior).

41 UNA MILLA: el vocablo griego mílion es un latinismo. Una milla romana, como medida de longitud, equivalía a mil pasos dobles: casi mil quinientos metros.

43 AMARÁS A TU PRÓJIMO: cf. referencias bíblicas en Mc 12, 31. TU PRÓJIMO, el cercano, el compatriota: es todo israelita. Cuando san Pablo cita este precepto, se ha ampliado el horizonte del AT, y prójimo de todos, especialmente los hermanos en la fe (cf. Gl 6, 10). La limitación ODIARÁS A TU ENEMIGO no aparece en el AT, sino en la literatura rabínica, p.ej. en Sifré Levítico 19, 18 (el mandamiento de no vengarse “se refiere a los hijos de tu pueblo; pero puedes vengarte y tener rencor a los otros”, e.d., a los no israelitas. Para un semita, odiar es “no amar”, “amar menos”, “posponer” (hebreo sn; compárese Mt 10, 37 y L 14, 26). Por otra parte, la forma verbal de futuro puede indicar la esfera de la “licitud”: puedes no amar, e.d., no es necesario que ames . ENEMIGO, en contraposición a “hermano” (v. 47), es el enemigo personal, en sentido más amplio, es el enemigo de la comunidad, el perseguidor de los creyentes. Textos de Qumrán – concretamente, la Regla de la Comunidad y la Regla de la Guerra – piden a los miembros de la secta odiar y perseguir a los enemigos implacablemente, “amar a los hijos de la luz y odiar a los hijos de la oscuridad” (p.ej. 1 QS, regla de la comunidad, columna 1,9-10; columna II, 4-10; columna IX, 21-22).

44 AMAD con amor de caridad (verbo griego agapâte; cf. 1 Jn 4, 8); no nos pide “tened afecto” o cariño (verbo griego phileîte), que podría ser una extorsión psicológica. // Un personaje célebre de nuestra literatura, Don Quijote, amplió oratoriamente estas palabras de Jesús: “El tomar venganza injusta, que justa no puede haber alguna que lo sea, va derechamente contra la santa ley que profesamos, en la cual se nos manda que hagamos bien a nuestros enemigos y que amemos a los que nos aborrecen, mandamientos que, aunque parece algo dificultoso de cumplir, no lo es sino para aquellos que tienen menos de Dios que del mundo y más de carne que de espíritu; porque Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que, que nunca mintió ni pudo ni puede mentir, siendo legislador nuestro, dijo que su yugo era suave y su carga liviana (11,30), y, así, no nos había de mandar cosa que fuese imposible el cumplirla.

45 PARA QUE OS PORTÉIS COMO HIJOS: lit. para que lleguéis a ser (en el sentido de mostrarnos, manifestaros): para que vean que sois verdaderamente hijos. // QUE HACE: menos probable: porque hace.  De nuevo Don Quijote (Cervantes por él) aprovechó estas palabras de Jesús: Dios “no falta a los mosquitos del aire ni a los gusanillos de la tierra ni a los renacuajos del agua, y es tan piadoso que hace salir su sed sobre los buenos y los malos y llueve sobre los injustos y justos”.

46 SI AMÁIS (con amor de caridad) únicamente A LOS QUE OS AMAN... // TENDRÉIS: en griego, la forma verbal está presente de indicativo con valor de futuro.

47 HERMANOS (Israelitas; o de la comunidad cristiana): algunos manuscritos leen amigos; y, en algún texto tardío se añade: QUE OS SALUDAN A VOSOTROS.

48 SED: lit. seréis. // PERFECTOS: la perfección bíblica está en la línea de la pertenencia exclusiva a Dios (19, 21). En Lc 6, 36 estas palabras están concretadas, con visión práctica y realista: “sed misericordiosos”.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

5, 42 Cristo relaciona la ayuda a los pobres con amarlo a Él directamente. El servicio a los necesitados serán el asunto del juicio final. (cf. Mt 25, 31). Cat. 1039, 2443.

5, 44 Seguir a Cristo requiere amar como Él ama, perdonando a todos los que nos causan daño o mal de algún modo. Cristo murió òr amor a todos, incluso cuando aún eran pecadores y enemigos (cf. Rm 5, 10). Que hace salir su sol sobre... injustos: podemos confiar en la providencia de Dios nuestro Padre para todas nuestras necesidades. Cat. 1825, 1933, 2608, 2828-2829, 2844.

5, 48 Cristo invita a todos a la perfección de la caridad. “Todos los fieles, de cualquier estado o condición están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (LG 40, 2). El medio para esta caridad consiste en vivir los mandamientos de Cristo, incluyendo sus palabras, consejos y acciones. Cat. 1693, 1668, 2013, 2842.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

1039 Frente a Cristo, que es la Verdad, será puesta al desnudo definitivamente la verdad de la relación de cada hombre con Dios. El Juicio final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante la vida terrena: “Todo el mal que hacen los malos se registra y ellos no lo saben” (S. Agustín, Sermón 18).

1825 Cristo murió por amor a nosotros cuando éramos todavía enemigos (Rm 5, 10). El Señor nos pide que amemos como Él hasta a nuestros enemigos, que nos hagamos prójimos del más lejano, que amemos a los niños y a los pobres como Él mismo.

1933 La enseñanza de Cristo exige incluso el perdón de las ofensas. Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos (cf. Mt 5, 43-44). La liberación en el espíritu del Evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al mal que hace en cuanto enemigo.

2608 Ya en el Sermón de la Montaña, Jesús insiste en la conversión del corazón: la reconciliación con el hermano antes de presentar una ofrenda sobre el altar, el amor a los enemigos y la oración por los perseguidores, orar al Padre “en lo secreto” (Mt 6, 6), no gastar muchas palabras, perdonar desde el fondo del corazón al orar, la pureza del corazón y la búsqueda del Reino. Esta conversión se centra totalmente en el Padre; es lo propio del hijo.

2844 La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos. Transfigura al discípulo configurándolo con su Maestro. El perdón es la cumbre de la oración cristiana; el don de la oración no puede recibirse más que en un corazón acorde con la compasión divina. Además, el perdón da testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado. Los mártires de ayer y de hoy dan este testimonio de Jesús. El perdón es la condición fundamental de la reconciliación de los hijos de Dios con su Padre y de los hombres entre sí.

1693 Cristo Jesús hizo siempre lo que agradaba al Padre. Vivió siempre en perfecta comunión con Él. De igual modo sus discípulos son invitados a vivir bajo la mirada del Padre “que ve en lo secreto” para ser “perfectos como el Padre celestial es perfecto” (cf. Mt 5, 47).

2013 “Todos los fieles cristianos, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (Concilio Vaticano II. LG, 40). Todos son llamados a la santidad: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48).

2842 Observar el mandamiento del Señor es imposible si se trata de imitar desde fuera el modelo divino. Se trata de una participación vital y nacida “del fondo del corazón”, en la santidad, en la misericordia y en el amor a nuestro Dios. Solo el Espíritu que es “nuestra vida” (Ga 5, 25) puede hacer nuestros los mismos sentimientos que hubo en Cristo Jesús. Así la unidad del perdón se hace posible, “perdonándonos mutuamente” “como” nos perdonó Dios en Cristo (Ef 4, 32).

 

Concilio Vaticano II

El Señor Jesús, Maestro divino y modelo de toda perfección, predicó a todos y a cada uno de sus discípulos, de cualquier condición que fueran, la santidad de vida, de la que Él es el autor y consumador; “Sed, pues, perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto” (Mt 5, 48). Él envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente y así amen a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu y con todas sus fuerzas, y se amen unos a otros como Cristo los amó. [...] El Apóstol los anima a que vivan “como conviene a los santos” (Ef 5, 3), se revistan “como elegidos de Dios, santos y amados, de ternura entrañable, de bondad, humildad, modestia y paciencia” (Col 3, 12) y produzcan los frutos del Espíritu para llegar a ser santos (cf. Gal 5, 22). Pero, como todos tropezamos muchas veces (cf. St 3, 2), tenemos siempre necesidad  de la misericordia de Dios y debemos orar cada día: “Perdónanos nuestras deudas” (Mt 6, 12).

Para todos, pues, está claro que todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad (cf. Pío XI, Rerum omnium). Esta santidad favorece, también en la sociedad terrena, un estilo de vida más humano. Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear todas sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia la vida de los santos.

Lumen gentium, 40.

 

San Agustín

Centraos, hermanos míos, en el amor que la Escritura alaba de tal manera que nada admite que pueda comparársele. Cuando Dios nos exhorta al amor mutuo, ¿acaso te exhorta a que ames solo a quienes te aman a ti? Este amor es un amor de compensación que Dios no considera suficiente. Él quiso que el amor llegase hasta los enemigos: amad a vuestros enemigos; haced el bien a quienes os odian y orad por quienes os persiguen, para ser hijos de vuestro Padre que está en los cielos, quiere hacer salir s sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos e injustos (Mt 5, 44-45). ¿Qué dices a esto?, ¿amas a tu enemigo? Quizá me respondas: “Mi debilidad me lo impide”. Ponte en marcha, haz por poder, sobre todo teniendo en cuenta que has de orar al juez al que nadie puede engañar y que ha de llevar tu causa. Interpela, pues, a ese juez allí donde ningún mensajero causa desconcierto, ningún magistrado se echa atrás ni se envía ningún abogado que pueda interceder por ti o decir palabras que tú no has aprendido, sin que el mismo Hijo único de Dios, igual al Padre, que se sienta a tu derecha como su asesor, tu mismo juez, te enseñará las pocas palabras que cualquier persona, por ignorante que sea, pueda retener y repetir; en ellas, por voluntad suya, radica la causa; te enseñó el derecho celeste, cómo has de orar. [...] Quizá digas: “Carezco de pecados”. Aunque te muevas con cuidado, hermano, mientras vivas corporalmente en este mundo, te encuentras en medio de tribulaciones y estrecheces y has de pasar por innumerables tentaciones: no podrás vivir sin pecado. [...] Si te pide perdón quien te hirió y se lo concedes a quien pecó contra ti, ya puedes decir confiado: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Pues si niegas el perdón a quienes te lo suplica, te verás desoído cuando lo supliques tú. Cerraste la puerta a quien te llamaba, la encontrarás cerrada cuando llames tú. Y si abres las entrañas de la misericordia a quien te suplica perdón, Dios te las abrirá a ti cuando se lo pidas a él. [...] Si no le has perdonado porque no te lo ha suplicado, no dudes de rezar la oración del Señor, recítala confiado y no golpees tu pecho por no haber perdonado a quien te pidió perdón.

Sermón 386. II, pgs. 835-837.

 

Los Santos Padres.

Porque no nos mandó simplemente amar a quienes nos aborrecen, sino también rogar por ellos. ¡Mirad por cuantos escalones ha ido subiendo y cómo ha terminado por colocarnos en la cúspide de la virtud! Contémoslos de abajo arriba. El primer escalón es que no hagamos por nuestra cuenta mal a nadie. El segundo, que si a nosotros se nos hace, no devolvamos mal por mal. El tercero, no hacer a quien nos haya perjudicado lo mismo que a nosotros nos hizo. El cuarto, ofrecerse uno mismo para sufrir. El quinto, dar más que lo que el ofensor pide de nosotros. El sexto, no aborrecer a quien todo eso hace. El séptimo, amarlo. El octavo, hacerle beneficios. El noveno, rogar a Dios por él. ¡He aquí la cima filosófica! De aquí también el espléndido premio que se le promete.

Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo, 18, 4. 1a, pg. 179.

 

San Juan de Ávila

Primum, todo sin mácula; muy cabal y perfecta cualquier cosa que hiciere el clérigo. Estole perfecti (cf. Mt 5, 48); etc. Sic ludeant vestra bona opera (cf. Mt 5, 16), etc. Y esto dijo particularmente de ellos. Primero, como dice Agustinus I de Civ. Dei, c. 7, la condición natural convida a ello, quia si miráis en ello, queréis el sayo cabal y la casa cabal; y también es afrenta decir a uno que es remendón. Y no solo eso, como las criaturas, cada una pretenbde su fin por el camino más perfecto que se puede. Decilde al sol que no dé tanta lumbre como puede, decilde a una piedra que baja de lo alto que baje rodando; si supiese hablar os dirían que no quiere sino por el más perfecto camino que pueden. Pues si por ley natural toda criatura busca la perfección, cuanto más hay que decir del clérigo: considera a la hormiga, indolente. (cf. Pr 6, 6). Y no solo por eso, pero porque servís a Dios le habéis de ser cabal en todo lo que hacéis en su servicio. Un platero, ¿qué perfecto que hace el joyel que se ha de poner en el cuello el rey. [...] Si hablásedes con el rey, ¿hablaríades como rezáis con Dios, unrato rezando, otro parlando? Y los aderezos, con que decís misa, tan poco limpios y aderezados, ¿ofrecerlo híades al rey? Ita de misa, de corporales, de vinajeras y lo demás. En todas las cosas echad sal de la discreción. Esto lo primero.

Plática a sacerdotes. I, pgs. 855-856.

Pues si la Ley del Evangelio añade carga sobre aquella, por demandar limpieza de corazón, y lo mesmo el imitar a Jesucristo, ¿quién podrá sobre esa carga? Y que añada sobre la Ley vieja, dice nuestro Señor: Oístes que está dicho: Diente por diente; sin embargo, yo os digo: No hagáis frente al malvado; yo también os digo: No jurar en absoluto (Mt 5, 38-39.34). Donde añade a la Ley, y pasa adelante a cosa más dificultosa, que es a la limpieza del corazón. Esta alejada la prudencia de la carne de Dios, y de aquí viene a no creer que se ha de entender ansí, y que son consejos aquellos, y que le bastan diez mandamientos, ansí mal entendidos a su modo, y decir mal de los predicadores, o a desmayar y desconfiar de poder seguir a Jesucristo y de salvarse. No hay duda sino que grande cosa pide Jesucristo para que vayamos al cielo y le agrademos; pide imitación de sus virtudes, limpieza de corazón; y que pide cumplimiento de una Ley santísima y purísima.

Lecciones sobre I San Juan (II). II, pg. 373.

Cuando dice No hagáis rente al que os hace mal (Mt 5, 39), ved aquí: que no me defienda yo, que no me defienda con intención de vengarme. Quien te tomare tu capa dásela, y la camisa. Quiere decir: que no la defendáis del arte que los mundanos la defienden.

Lecciones sobre I San Juan (I). II, pg. 187.

Pues en estas entrañas de misericordia quiere Dios que le parezcamos, y ansí nos lo manda (cf. Mt 5, 44-45). Para que seáis sus hijos, y le parezcáis a vuestro Padre celestial; que eso es ser sus hijos, parecerle.

Lecciones sobre I San Juan (II). II, pg. 445.

Esto quiere Dios que le parezcamos: en tener entrañas de misericordia. Y así nos dice: Quered bien a vuestros enemigos; hacé bien a quienes os hace mal, y orá por los que os persiguen y calunian: para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, y hace salir su sol sobre buenos y sobre malos, y llueve sobre justos e injustos (Mt 5, 44-45.48). San Lucas: Sed perfectos, así como vuestro Padre es perfecto. Sed misericordiosos, a semejanza de vuestro Padre, que está en los cielos (Lc 6, 36). Tened misericordia, a semejanza de vuestro Padre, que llueve en el campo del malo y da sol en la heredad del malo. Para convidallo a ser bueno, viendo que tiene Dios que, aunque le ofende, le hace mercedes; y diga: “Que lloviendo Dios en mi campo, ¿seré yo tan duro, que haré males a quien me hace bienes?”. Sacaremos de este evangelista que hemos de parecer a Dios en tener entrañas de misericordia.

Lecciones sobre I San Juan (I). II, pg. 319-320.

Fuego de amor infinito es Él, y cuanto uno más se llegare a Él, más encendido estará y más semejable en el amor; lo cual declara el Señor diciéndonos: Amad a vuestros enemigos (Mt 5, 44).

En la infraoctava del Corpus. III, pg. 643.

Y el mismo Señor dice: Si amáis a los que os aman... lo mismo hacen los infieles y los arrendadores (que entonces eran tenidos por gente que tenía poca cuenta con Dios). Sed perfectos... cf. Mt 5, 46-48) y haced obras que imiten a su bondad, de las cuales el mundo se admire, y den gloria a vuestro Padre, que está en los cielos (Mt 5, 16), por veros a vosotros, aunque andéis en el mundo como ellos andan, que no vivís según el mundo, mas en la vida sois celestiales.

En la infraoctava del Corpus. III, pg. 731.

Y si se usase entre señores a quien les da una bofetada parar el otro carrillo (cf. Mt 5, 39), y aborrecer los pecados, y tener por grandeza el obedecer las leyes de Cristo, sin falta los bajos ternían por honra lo que ven usar a los altos.

A un señor de estos reinos. IV, pg. 97-98.

Manda Dios: Quien en un carrillo te hiriere, vuélvele el otro (cf. Mt 5, 39), que quiere decir: Si te injuriare, no solo no te vengues de la injuria recebida, mas ten el corazón aparejado [dispuesto] para sufrir otra si te viniere; y si otra viniere, vuelve otro carrillo, que es aparejarte más; de manera que antes se canse el otro de te hacer mal que tú de sufrillo, porque mayor ha de ser la bondad tuya que la maldad ajena.

A un su devoto. IV, pg. 517.

Y de tal manera ofreció una maxila, que, siendo herido en una cara, quedó aparejado para tornar a sufrir en la otra maxila (cf. Mt 5, 39), y, siéndole quitada la vida, quedó aparejado a tornarla a padecer, si a la gloria del Padre y bien de los hombres conviniese, quedando siempre su amor vencedor sobre su dolor.

A una religiosa. IV, pg. 727.

 

San Oscar Romero.

Qué lejos está el liberador del odio, del resentimiento, de la venganza. El que podía desatar las fuerzas de la naturaleza y hacer añicos a los enemigos que lo han crucificado. El que podía liberarse haciendo polvo a sus perseguidores, no quiere violencia. Cuando un día Juan y Santiago al ver la ingratitud de los samaritanos que no le daban posada, le pedían permiso para pedir que lloviera fuego sobre aquella ciudad, Cristo les dice: "Ustedes no saben de qué espíritu son, el Hijo del Hombre no ha venido a perder sino a salvar, a dar su vida para salvación de los otros". Esta es la liberación cristiana. Los cristianos de la Iglesia tienen que ofrecer su colaboración a la liberación de nuestro pueblo pero a partir del amor, a partir del perdón.

Homilía del Viernes Santo. 24 de mayo de 1978.

 

Papa Francisco.

 Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En el Evangelio de este domingo (Mateo 5, 38-48) —una de esas páginas que mejor expresan la “revolución” cristiana— Jesús muestra el camino de la verdadera justicia mediante la ley del amor que supera la de la venganza, es decir «ojo por ojo y diente por diente». Esta antigua regla imponía infligir a los trasgresores penas equivalentes a los daños causados: la muerte a quien había matado, la amputación a quien había herido a alguien, y así. Jesús no pide a sus discípulos sufrir el mal, es más, pide reaccionar, pero no con otro mal, sino con el bien. Solo así se rompe la cadena del mal: un mal lleva a otro mal, otro lleva a otro mal... Se rompe esta cadena de mal, y cambian realmente las cosas. De hecho el mal es un “vacío”, un vacío de bien, y un vacío no se puede llenar con otro vacío, sino solo con un “lleno”, es decir con el bien. La represalia no lleva nunca a la resolución de conflictos. “Tú me lo has hecho, yo te lo haré”: esto nunca resuelve un conflicto, y tampoco es cristiano.

Para Jesús el rechazo de la violencia puede conllevar también la renuncia a un derecho legítimo; y da algunos ejemplos: poner la otra mejilla, ceder el propio vestido y el propio dinero, aceptar otros sacrificios (cf vv. 39-42). Pero esta renuncia no quiere decir que las exigencias de la justicia sean ignoradas o contradichas; no, al contrario, el amor cristiano, que se manifiesta de forma especial en la misericordia, representa una realización superior de la justicia. Eso que Jesús nos quiere enseñar es la distinción que tenemos que hacer entre la justicia y la venganza. Distinguir entre justicia y venganza. La venganza nunca es justa. Se nos consiente pedir justicia; es nuestro deber practicar la justicia. Sin embargo se nos prohíbe vengarnos o fomentar de alguna manera la venganza, en cuanto expresión del odio y de la violencia. Jesús no quiere proponer una nueva ley civil, sino más bien el mandamiento del amor del prójimo, que implica también el amor por los enemigos: «Amad a vuestro enemigos y rogad por los que os persiguen» (v. 44). Y esto no es fácil. Esta palabra no debe ser entendida como aprobación del mal realizado por el enemigo, sino como invitación a una perspectiva superior, a una perspectiva magnánima, parecida a la del Padre celeste, el cual —dice Jesús— «que hace surgir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» (v. 45). También el enemigo, de hecho, es una persona humana, creada como tal a imagen de Dios, si bien en el presente esta imagen se ve ofuscada por una conducta indigna.

Cuando hablamos de “enemigos” no tenemos que pensar en quién sabe qué personas diferentes y alejadas de nosotros; hablamos también de nosotros mismos, que podemos entrar en conflicto con nuestro prójimo, a veces con nuestros familiares. ¡Cuántas enemistadas en las familias, cuántas! Pensemos esto. Enemigos son también aquellos que hablan mal de nosotros, que nos calumnian y nos tratan injustamente. Y no es fácil digerir esto. A todos ellos estamos llamados a responder con el bien, que también tiene sus estrategias, inspiradas en el amor.

La Virgen María nos ayude a seguir a Jesús en este camino exigente, que realmente exalta la dignidad humana y nos hace vivir como hijos de nuestro Padre que está en los cielos. Nos ayude a practicar la paciencia, el diálogo, el perdón, y a ser así artesanos de comunión, artesanos de fraternidad en nuestra vida diaria, sobre todo en nuestra familia.

 

Papa Francisco. Audiencia.  Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente 4. El primer apostolado

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Seguimos con nuestras catequesis. El tema que hemos elegido es: “La pasión de evangelizar, el celo apostólico”. Porque evangelizar no es decir: “Mira, bla bla bla” y nada más; hay una pasión que te involucra completamente: la mente, el corazón, las manos, los pies… todo, toda la persona está involucrada con la proclamación del Evangelio, y por esto hablamos de pasión de evangelizar.  Después de haber visto en Jesús el modelo y el maestro del anuncio, pasamos hoy a los primeros discípulos, lo que han hecho los discípulos. El Evangelio dice que Jesús «instituyó a Doce — que llamó apóstoles—, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar» (Mc 3,14), dos cosas: para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar. Hay un aspecto que parece contradictorio: los llama para que estén con Él y para que vayan a predicar. Se podría decir: o una cosa o la otra, o estar o ir. En cambio, no: para Jesús no hay ir sin estar y no hay estar sin ir. No es fácil entender esto, pero es así. Tratemos de entender un poco cuál es el sentido con el que Jesús dice estas cosas.

En primer lugar, no hay ir sin estar: antes de enviar a los discípulos en misión, Cristo —dice el Evangelio— los “llamó” (cfr. Mt 10,1). El anuncio nace del encuentro con el Señor; toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. No se aprende en una academia: ¡no! Empieza por el encuentro con el Señor. Testimoniarlo, de hecho, significa irradiarlo; pero, si no recibimos su luz, estaremos apagados; si no lo frecuentamos, llevaremos nosotros mismos a los demás en vez de a él  —me llevo a mí y no a Él—, y todo será en vano. Por tanto, puede llevar el Evangelio de Jesús solo la persona que está con Él. Alguien que no está con Él no puede llevar el Evangelio. Llevará ideas, pero no el Evangelio. Igualmente, sin embargo, no hay estar sin ir. De hecho, seguir a Cristo no es un hecho intimista: sin anuncio, sin servicio, sin misión la relación con Jesús no crece. Notamos que en el Evangelio el Señor envía a los discípulos antes de haber completado su preparación: pocos después de haberlos llamado, ¡ya les envía! Esto significa que la experiencia de la misión forma parte de la formación cristiana. Recordemos entonces estos dos momentos constitutivos para todo discípulo: estar con Jesús e ir, enviados por Jesús.

Tras llamar a los discípulos y antes de enviarlos, Cristo les dirige un discurso, conocido como “discurso misionero” —así se llama en el Evangelio. Se encuentra en el capítulo 10 del Evangelio de Mateo y es como la “constitución” del anuncio. De este discurso, que os aconsejo leer hoy — solamente es una página del Evangelio—, extraigo tres aspectos: por qué anunciar, qué anunciar y cómo anunciar.

Por qué anunciar. La motivación está en cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar: «Gratis lo recibisteis; dadlo gratis» (v. 8). Son cinco palabras. ¿Pero por qué anunciar? Porque gratuitamente yo he recibido y debo dar gratuitamente. El anuncio no parte de nosotros, sino de la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito: encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir que somos amados y salvados. Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo; pero con el mismo estilo, es decir con gratuidad. En otras palabras: tenemos un don, por eso estamos llamados a hacernos don; hemos recibido un don y nuestra vocación es hacernos nosotros don para los otros; está en nosotros la alegría de ser hijos de Dios, ¡debe ser compartida con los hermanos y las hermanas que todavía no lo saben! Este es el porqué del anuncio. Ir y llevar la alegría de lo que nosotros hemos recibido.

Segundo: ¿qué anunciar? Jesús dice: «Id proclamando que el Reino de los cielos está cerca» (v. 7). Esto es lo que hay que decir, ante todo y siempre: Dios está cerca. Pero, nunca olvidemos esto: Dios siempre está cerca del pueblo, Él mismo lo dijo al pueblo. Dijo así: “Mirad, ¿qué Dios está cerca de las Naciones como yo estoy cerca de vosotros?”. La cercanía es una de las cosas más importantes de Dios. Son tres cosas importantes: cercanía, misericordia y ternura. No olvidar esto. ¿Quién es Dios? El Cercano, el Tierno, el Misericordioso. Esta es la realidad de Dios. Nosotros, predicando, a menudo invitamos a la gente a hacer algo, y esto está bien; pero no nos olvidemos que el mensaje principal es que Él está cerca: cercanía, misericordia y ternura. Acoger el amor de Dios es más difícil porque nosotros queremos estar siempre en el centro, nosotros queremos ser protagonistas, estamos más inclinados a hacer que a dejarnos moldear, a hablar más que a escuchar.  Pero, si ponemos en primer lugar lo que hacemos, los protagonistas seguiremos siendo nosotros. En cambio, el anuncio debe dar el primado a Dios: dar el primado a Dios, en el primer lugar Dios, y dar a los otros la oportunidad de acogerlo, de darse cuenta que Él está cerca. Y yo, detrás.

Tercer punto: cómo anunciar. Es el aspecto sobre el cuál Jesús se explaya más: cómo anunciar, cuál es el método, cuál debe ser el lenguaje para anunciar. Es significativo: nos dice que la forma, el estilo es esencial en el testimonio. El testimonio no involucra solamente la mente y decir alguna cosa, los conceptos: no. Involucra todo, mente, corazón, manos, todo, los tres lenguajes de la persona: el lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto y el lenguaje de la acción. Los tres lenguajes. No se puede evangelizar solamente con la mente o solamente con el corazón o solamente con las manos. Todo se involucra. Y, en el estilo, lo importante es el testimonio, cómo nos quiere Jesús. Dice así: «Yo os envío como ovejas en medio de lobos» (v. 16). No nos pide que sepamos afrontar a los lobos, es decir, que seamos capaces de argumentar, contraatacar y defendernos: no. Nosotros pensaríamos así: llegamos a ser relevantes, numerosos, prestigiosos y el mundo nos escuchará y nos respetará y ganaremos a los lobos: no, no es así. No, os mando como ovejas, como corderos, esto es lo importante. Si tú no quieres ser oveja, el Señor no te defenderá de los lobos. Arréglatelas como puedas. Pero si tú eres oveja, está seguro que el Señor te defenderá de los lobos. Ser humildes.  Nos pide que seamos así, mansos y con las ganas de ser inocentes, estar dispuestos al sacrificio; de hecho, el cordero representa esto: mansedumbre, inocencia, entrega, ternura. Y Él, el Pastor, reconocerá a sus corderos y les protegerá de los lobos. En cambio, los corderos disfrazados de lobos son desenmascarados y devorados. Escribía un Padre de la Iglesia: «Porque mientras somos ovejas, vencemos; aun cuando nos rodeen por todas partes manadas de lobos, los superamos y dominamos. Pero si nos hacemos lobos, quedamos derrotados, pues nos falta al punto mismo la ayuda del pastor. Como quiera que Él apacienta ovejas y no lobos» (S. juan Crisóstomo, Homilía 33 sobre el Evangelio de Mateo). Si yo quiero ser del Señor, debo dejar que Él sea mi pastor y Él no es pastor de lobos, es pastor de corderos, mansos, humildes, agradables con el Señor.

También sobre el cómo anunciar, llama la atención que Jesús, en vez de prescribir qué llevar durante la misión, dice qué no llevar. A veces, uno ve algún apóstol, alguna persona que se muda, algún cristiano que dice que es apóstol y ha dado la vida al Señor, y se lleva muchas maletas: pero esto no es del Señor, el Señor te hace ligero de equipaje y dice qué no llevar: «No os procuréis oro, ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón» (vv. 9-10). No llevar nada. Dice que no nos apoyemos en las certezas materiales, ir al mundo sin mundanidad. Esto es lo que hay que decir: yo voy al mundo no con el estilo del mundo, no con los valores del mundo, no con la mundanidad —que para la Iglesia, caer en la mundanidad es lo peor que puede suceder—. Voy con sencillez. Así se anuncia: mostrando a Jesús más que hablando de Jesús. ¿Y cómo mostramos a Jesús? Con nuestro testimonio. Y finalmente, yendo juntos, en comunidad: el Señor envía a todos los discípulos, pero nadie va solo. La Iglesia apostólica es enteramente misionera y en la misión encuentra su unidad. Por tanto: id mansos y buenos como corderos, sin mundanidad, e ir juntos. Aquí está la clave del anuncio, esta es la clave del éxito de la evangelización. Acojamos estas invitaciones de Jesús, que sus palabras sean nuestro punto de referencia.

 

Comentario al evangelio del domingo.

-Precepto del amor al prójimo:

Jesús la interpreta de modo exigente.

No se puede ejercer la violencia en ningún caso.

Alcanza al enemigo:

Fundamento: la relación con el Padre al que el cristiano ha de imitar.

 

ORACIÓN JUNIORS.

EXPERIENCIA.

Invoca el Espíritu Santo para que Él abra tu corazón a la Palabra de Dios y te conceda el don de la oración.

Mira el vídeo.

https://www.youtube.com/watch?v=L4xVavjz4To

Durante unos minutos piensa en las frases y háblale a Jesús sobre el vídeo.

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-48.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el mando; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

.

¿Qué dice el texto? Continuamos con el Sermón de la Montaña. Jesús profundiza en el mandamiento del amor, concretado con los mandamientos de la Ley de Moisés. Vivir estas enseñanzas, pensar como Jesús pensaba, no es posible por iniciativa propia, sino desde el encuentro con Él y la experiencia de la misericordia del Padre, que nos ama cuando realizamos buenas acciones y cuando desobedecemos su Ley.

¿Qué te dice? Vuelve a leerlo y concrétalo en tu persona.

COMPROMISO.

Márcate un plan de oración y de confesión. Con esta experiencia podrás vivir las enseñanzas de Jesús.

CELEBRACIÓN.

Reza el Padrenuestro, repitiendo la oración perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

 

GUIÓN MISA NIÑOS.

DOMINGO I DE CUARESMA. 26 de febrero de 2023.

 

Monición de entrada.-

Hola:

El miércoles empezamos la Cuaresma que terminará el domingo de Pascua.

La cuaresma son días para prepararnos como si fuéramos a empezar a ser cristianos.

Son los días para recordar nuestro bautismo.

Son los días para recordar cuando los judíos estuvieron en el desierto.

La misa de los domingos nos ayudará mucho.

 

 Señor ten piedad.-

Tú eres vencedor. Señor, ten piedad.

Tú eres bueno. Cristo, ten piedad.

Tú eres salvador. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.-

Jesús,  te pido por el Papa Francisco y el obispo Enrique. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la Iglesia, para que confíe en ti.  Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por las personas mayores que van a bautizase, para que les ayudes. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por los países que no tiene comida, para que les ayudemos. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por nosotros, para que estos días escuchemos más tus palabras. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.-

María, queremos darte las gracias porque hemos empezado la cuaresma y sabemos que nos vas a ayudar estos días.

 

GUIÓ MISSA D’INFANTS. DIUMENGE I T. QUARESMA.

 

Monició d’entrada.-

Hola:

Hem començat la Quaresma que acabarà el Diumenge de Pasqua.

La Quaresma son dies per preparar-nos com si començarem a ser cristians.

Són dies per recordar el nostre bateig.

Són dies per recordar als jueus quan van estar al desert.

La missa ens ajudarà molt.

 

 

Senyor, tingueu pietat.

Tu eres el guanyador. Senyor, tingueu pietat.

Tu eres el bo. Crist, tingueu pietat.

Tu eres el Salvador. Senyor, tingueu pietat.

 

Plegaries.-

Jesús, et demane pel Papa Francesc i el bisbe Enrique. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per l’església, perquè confie en tu. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane pels majors que van a batejar-se, perquè els ajudes. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane pels països que no tenen menjar, perquè els ajudem. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per nosaltres, perquè estos dies escoltem més les teues paraules. T’ho demane, Senyor.

 

 

Acció de gràcies.

Maria, volem donar-te les gràcies perquè hem començat la Quaresma i sabem que ens vas a ajudar aquestos dies.

 

 BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Riutort Mestre, P. Llibre del poble de Déu. Gorg. València. 1975.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Eucaristía. Verbo Divino.

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

www.vatican.va

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