jueves, 5 de noviembre de 2020

Domingo 32 Tiempo Ordinario. 8 de noviembre de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Radiante e inmarcesible es la sabiduría, la ven con facilidad los que la aman y quienes la buscan la encuentran. Se adelanta en manifestarse a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa, pues la encuentra sentada a su puerta. Meditar sobre ella es prudencia consumada y el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones. Pues ella misma va de un lado a otro buscando a los que son dignos de ella: los aborda benigna por los caminos y les sale al encuentro en cada pensamiento.

 

Textos paralelos.

 La sabiduría es radiante e inmarcesible.

Pr 8, 17: Yo amo a los que me aman, / los que madrugan por mí me encuentran.

Si 6, 27: Rastréala, búscala y la alcanzarás; / cuando la poseas, ya no la sueltes.

Se deja ver fácilmente por aquellos que la aman.

Mt 7, 7-11: Pedid y os darán, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; pues quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama le abren. ¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra?, ¿o si le pide pescado, le da una culebra? Pues si vosotros, con lo malo que sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más dará vuestro Padre del cielo cosas buenas a los que se las pidan!

Se adelanta a manifestarse a los que la desean.

Si 6, 36: Observa quien es inteligente, y madruga para visitarlo, / que tus pies desgasten sus umbrales.

Si 39, 5: Se propone madrugar por el Señor, su creador, y reza delante del Altísimo, / abre la boca para suplicar pidiendo perdón de sus pecados.

Pues ella misma va buscando a los que son dignos.

Pr 1, 20-21: La sensatez pregona por las calles, / en las plazas levanta la voz

Pr 8, 2-23: La sensatez pregona, / la Prudencia levanta la voz, / en puestos elevados junto al camino, / plantada en medio de las sendas, / junto a las puertas, a la boca de la ciudad, / en los accesos a los portales grita: / A vosotros, caballeros, os pregono / y dirijo la voz a los plebeyos; / los incautos, aprended sagacidad; / los necios, aprended a tener juicio. / Escuchad, que hablo sin rodeos, / abro los labios con sinceridad; / mi paladar repasa la verdad / y mis labios aborrecen el mal; / todas mis palabras son justas, / ninguna es desatinada ni tortuosa; / son claras para que el que entiende / y rectas para el que comprende. / Recibid mi corrección y no plata, / un saber más precioso que el oro; / porque la sensatez vale más que los corales / y ninguna joya se le puede comparar. / Yo, Sensatez, soy vecina de la Sagacidad / y consigo el trato de Reflexión / (odiar el mal es respetar al Señor). / Orgullo y soberbia, mal camino y boca falsa, / los detesto. / Son míos el consejo y el acierto, / son míos la prudencia y el valor. / Por mí reinan los reyes / y los príncipes dan decretos justos, / por mí gobiernan los gobernantes / y los nobles dan sentencias justas. / Yo amo a los que me aman, / los que madrugan por mí me encuentran. / Yo traigo riqueza y gloria, / fortuna sólida y justicia; / mi fruto es mejor que el oro puro, / mi renta vale más que la plata. / Camino por la vía de la justicia / y sigo las sendas del derecho, / para legar riquezas a mis amigos / y colmar sus tesoros. / El Señor me creó como primera de sus tareas, / antes de sus obras; / desde antiguo, desde siempre fue formada, / desde el principio, antes del origen de la tierra.

Is 65,1-2: Yo ofrecía respuesta / a los que no preguntaban, / salía al encuentro / de los que me buscaban; / decía: “Aquí estoy, aquí estoy· / al pueblo que no invocaba mi nombre. / Tenía mis manos extendidas / todo el día hacía un pueblo rebelde, / que andaba por el mal camino, / siguiendo sus antojos.

Is 65, 24: Antes de que me llamen / yo les responderé, / aún estarán hablando / y los habré escuchado.

Se les muestra benévola por los caminos.

Si 15, 2: Ella le saldrá al encuentro como una madre / y lo recibirá como la esposa de la juventud.

1 Jn 4, 10: En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para expiar nuestros pecados.

 

Notas exegéticas.

6 12 La palabra “sabiduría” designa ahor ano tanto una doctrina (v.9) cuanto la verdad divina que brilla a través de aquella y que solicita al hombre interiormente.

 

Comentario.

-Bella reflexión sobre la sabiduría:

Nos habla de Dios y su presencia gratuita en la vida humana.

Iniciativa del encuentro entre la humanidad y la sabiduría:

La sabiduría.

Expresión de la iniciativa salvífica de Dios.

Dimensión humana:

Búsqueda de la sabiduría, amor, deseo.

Estas iniciativas humanas representan movimientos paralelos humanos que preparan para acoger la sabiduría.

Anclado en la vida práctica y la experiencia religiosa / afán de instrucción.

 

Salmo responsorial

Salmo 63 (62), 1-8

 

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. R/.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua.  R/.

¡Como te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida

te alabarán mis labios. R/.

 

Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

 

En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo. R/.

 

Textos paralelos.

 De David. Cuando estaba en el desierto de Judá.

1 S 22-24: David marcho de allí a esconderse en el refugio de Adulán. Cuando se enteraron sus parientes y toda su familia, fueron allá. Se le juntaron unos cuatrocientos hombres, gentes en apuros o llena de deudas o desesperados de la vida. David fue su jefe De allí marcho a Mispá, de Moab, …

 Dios, tú mi Dios, yo te busco.

Sal 36, 8-10: ¡Qué inapreciable es tu lealtad, oh dios! / Los humanos se acogen / a la sombra de tus alas, / se nutren de la enjundia de tu casa, / les das a beber del torrente de tus delicias; / porque en ti está la fuente viva, / y a tu luz vemos la luz.

Mi ser tiene sed de ti.

Sal 42, 2: Como ansía la cierva corrientes de agua, / así mi alma te ansía, oh Dios. / Mi alma está sedienta de Dios, / del Dios vivo: / ¿cuándo entraré a ver / el rostro de Dios?

Así como te veía en el santuario.

Sal 143, 6: Extiendo hacia ti las manos / y la garganta como tierra reseca.

Mis labios te alabarán jubilosos.

Sal 36, 9: Se nutren de la enjundia de tu casa, / les das a beber del torrente de tus delicias.

 

Notas exegéticas.

63 1 Este salmo ha sido aplicado a David errante por el desierto. Quizá ha sufrido retoques en función de esta relectura.

63 2 Versiones: “por ti madrugo”.

 

 

 

 

Tres lecturas del salmo.

Con Israel:

Las cuatro primeras estrofas cantan la alegría de un huésped del Señor, feliz por visitar a Dios en su casa, su templo, y de habitar allí como un levita.

Se canta aquí la alegría de la intimidad con Dios y de la meditación: Tú eres mi Dios, te busco, tengo sed de ti, etc.

En las dos últimas estrofas ya no se tutea más a Dios. Son la evocación del combate escatológico que acabará con el mal de la tierra.

Con Jesús:

Por la noche pienso en ti… Te busco desde el alba…:

“Al amanecer, aún en plena oscuridad, Jesús se levantó, salió y se dirigió a un lugar desierto para hacer oración” (Mc 1, 35).

Quedaré satisfecho como el que disfruta de un banquete delicioso:

Él hizo esta comida para que participáramos de su pan y su copa de bendición: “tomad… comed… Tomad… bebed”.

Me acuerdo de ti:

“Haced esto en memoria mía?”

 Tu amor vale más que la vida:

“Como el Padre me amó también yo os he amado”.

Él ha venido a introducirnos en la intimidad con el Padre.

Con nuestro tiempo.

El salmo 62 expresa la oración de un hombre muy avanzado en el camino de la oración.   

En el contexto materialista del mundo a fuerza de recitar y repetir las palabras ardientes del salmo nuestros corazones se transformarán poco a poco y acabarán por arrastrar lo profundo del corazón.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18.

No queremos que ignoréis hermanos, la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza. Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto. Esto es lo que os decimos apoyados en la palabra del Señor: nosotros, los que quedemos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que hayan muerto; pues el mismo Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar; después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos entre nubes al encuentro del Señor, por los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

 

 

Textos paralelos.

Para que no os entristezcáis.

Ef 2, 12: Que entonces vivíais sin Mesías, excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a la alianza y sus promesas, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Col 1, 27: A los cuales quiso Dios dar a conocer la espléndida riqueza que significa ese secreto para los paganos: Cristo para vosotros, esperanza de gloria.

Si creemos que Jesús murió y resucitó de la misma manera Dios.

Rm 1, 4: A partir de la resurrección, establecida por el Espíritu Santo Hijo de Dios con poder.

Rm 8, 11: Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de la muerte dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en vosotros.

Rm 10, 5: Refiriéndose a la justicia de la ley, Moisés escribe: el que la cumpla vivirá por ella.

Se llevará consigo a quienes murieron en Jesús.

1 Cor 15, 23: Cada uno en su turno: la primicia es Cristo, después, cuando él vuelva, los cristianos.

1 Cor 15, 51: Os comunico un secreto: no todos moriremos, pero todos nos transformaremos.

El mismo Señor bajará del cielo con clamor.

2 Ts 1, 7: Pretendiendo ser doctores de la ley, sin saber lo que dicen ni entender lo que dogmatizan.

Mt 24, 30-31: Entonces aparecerá en el cielo el estandarte del Hijo del Hombre. Todas las razas del mundo harán duelo y verán al Hijo del Hombre llegar en las nubes del cielo, con gloria y poder. Despachará a sus ángeles a reunir, con un gran toque de trompeta, a los elegidos de los cuatro vientos, de un extremo a otro del cielo.

Entonces, los que murieron siendo creyentes.

1 Co 15, 32: Si por motivos humanos luché con las fieras en Éfeso, ¿de qué me sirvió? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.

Jn 14, 2-3: En casa de mi Padre hay muchas estancias; si no os lo habría dicho, pues voy a prepararos un puesto. Cuando vaya y os lo tenga preparado, volveré a llevaros conmigo, para que estéis donde yo estoy.

Jn 17, 24: Padre, los que me confiaste, quiero que  estén conmigo, / donde yo estoy; para que contemplen mi gloria; / la que me diste, porque me amaste antes de la creación del mundo.

Después nosotros, los que vivamos.

Dn 7, 13: Seguí mirando, y en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo una figura humana, que se acercó al anciano y fue presentada ante él.

 

 

Notas exegéticas.

4 13 (a) Respondiendo a inquietudes o dudas de algunos convertidos, que consideraban desfavorecidos a los difuntos, porque iban a estar ausentes en la venida del Señor, Pablo reafirma la enseñanza fundamental sobre la resurrección de los muertos, con el fin de afianzar la fe y la esperanza de todos.

4 13 (b) Lit.: “los que se han acostado, dormido”. El eufemismo, muy natural, es corriente en el AT y en el NT, como asimismo entre los griegos. Igualmente la resurrección es un “despertar”. Otra traducción posible del final del v. 14: “los que murieron; por Jesús, Dios los llevará consigo.

4 14 La frase parece rota. Se esperaría: “… de la misma manera creemos que Dios…”.

4 15 (a) Es difícil precisar el alcance de esta “palabra” (ver quizá Mt 24 que debe compararse con los vv. 15-17). Quizá sea simplemente un recurso a la autoridad del Señor; ver Dn 7, 1-13.16.

4 15 (b) Los que todavía estén con vida en el día de la Parusía, entre los cuales se coloca Pablo por hipótesis, expresando un deseo, pero no una certeza.

4 16 La voz de la trompeta, las nubes (características de las teofanías, ver Ex 13, 22) son rasgos de la literatura apocalíptica.

4 17 (a) Omitido: “los que quedemos”.

4 17 (b) Para esta descripción, Pablo es deudor de las imágenes tradicionales de la apocalíptica judía. La voz, la trompeta, la bajada del cielo y las nubes son expresiones características. Se trata del revestimiento literario de una determinada concepción del mundo y de sus relaciones con Dios. Su alcance ha de ser valorado desde el plano del símbolo, no desde la realidad histórica. La escena está inspirada en la teofanía del Sinaí de Ex 19, 9-25. En efecto, ya en el judaísmo, la ultima venida de Dios debería ser semejante a su primera manifestación solemne.

4 17 (c) Los muertos serán los primeros en responder a la señal, resucitando. Se les unirán los que sobrevivan y todos juntos serán llevados al encuentro del Señor; luego le escoltarán en el juicio que inaugura su reino sin fin. Lo esencial es el rasgo final: vivir siempre con él. En esto consiste la salvación, la gloria, el reino que Jesús concede a los que ha elegido.

 

Comentario.

-Texto exhortativo de la primera carta a los Tesalonicenses dedicado a la suerte de los difuntos.

-Ante las numerosas dificultades que Pablo encuentra para poder visitar personalmente a los Tesalonicenses envía a Timoteo, preocupado por saber cómo camina la comunidad que ha tenido que dejar en medio de la tribulación.

-A su regreso de Tesalónica Timoteo le informa que:

Los hermanos perseveran en la fe y en el amor.

Tienen interrogantes por lo que se refiere a la esperanza, concretamente a cerca del destino de los que han muerto.

-Respuesta paulina al interrogante:

Distinción en la forma de afrontar la muerte:

Los que no creen: viven la muerte sin esperanza.

Los que creen:

Fundamentados en el misterio de la muerte y resurrección de Jesús.

Lo que creemos es lo que esperamos.

Imágenes apocalípticas tomadas del Antiguo Testamento:

Exhorta a confiar en la Venida del Señor.

Jesús acompaña la vida de los creyentes mientras vivimos en espera de su venida definitiva.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola:

-Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar la lampara, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron aluzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!” Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

 

Textos paralelos.

Lc 12, 35-38: Tened la cintura ceñida y encendidos los candiles. Imitad a unos que aguardan a que el amo vuelva de una boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los criados a quienes el amo, al llegar, los encuentre velando: os aseguro que se ceñirá, los hará recostarse a la mesa y les irá sirviendo. Y si llega al segundo o al tercer turno de vela y los encuentra así, dichosos ellos.

Mas a medianoche se oyó un grito.

1 Ts 4, 15: Acerca de los difuntos quiero que no sigáis enla ignorancia, para que no os aflijáis como los demás que no esperan.

Se levantaron y dispusieron sus lámparas.

Pr 13, 9: La luz de los honrados es alegre, / la lámpara de los malvados se apaga.

Jb 18, 5: La luz del malvado se apaga / y no brilla la llama de su hogar.

Llegaron las otras vírgenes.

Lc 13, 25: Apenas se levante el amo de casa y cierre la puerta, os pondréis por fuera a golpear la puerta, diciendo: Señor, ábrenos, él os contestará. No sé de donde venís.

Os aseguro que no os conozco.

Mt 7, 23: Y yo entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, malhechores.

Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.

Mt 24, 42: Así pues, velad porque no sabéis el día que llegará vuestro Señor.

Mc 13, 33: ¡Atención, estad despiertos, porque no conocéis el día ni la hora!

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

25 Esta parábola, como la precedente, se refiere al retraso del Señor. Sin embargo, no subraya la mala conducta de los siervos (como la anterior), sino el deber de estar preparado cuando suene el grito que anuncia la llegada del esposo. Las muchachas son necias o prudentes, como los que construyen sobre roca o bien sobre arena (7, 24-27).

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

25 1-13 La era mesiánica presentada en la imagen de una fiesta de bodas, aparece también en 9, 15; 22, 1-14; cf. Ap 19, 7-9; el encuentro de Cristo-esposo y la Iglesia-esposa. Mientras llega ese encuentro cada cristiano, y toda la Iglesia, debe estar vigilante.

1 DIEZ DONCELLAS QUE forman el cortejo de la novia. // ANTORCHAS: o teas, más exacto que “lámparas”. // AL ENCUENTRO DEL ESPOSO: varios manuscritos importantes, y varios escritores de la Iglesia antigua leyeron: “del esposo y de la esposa”.

5-6 COMO SE RETRASABA EL ESPOSO: ¿De quién, pues, fue la “culpa” de que les entrara SUEÑO A TODAS? // SE DURMIERON: lit. en imperfecto (puede indicar un sueño prolongado). // HUBO UN GRITO: lit. grito ha habido (tiempo verbal griego de perfecto, en vez de aoristo).

9 EL ACEITE puede simbolizar varias cosas. San Agustín veía en este caso la caridad; según él, las “cinco necias” se olvidaron de proveerse de caridad; fueron al encuentro del esposo con el corazón vacío, como quien va a una boda cualquiera. Para otros intérpretes el aceite = las buenas obras. La respuesta de las “cinco sensatas”, sería egoísta si solo se tratara de aceite material, pero tiene un sentido profundo: se trata de salvación o condenación personal¸ y nadie puede presuponer QUE… OS [LO] COMPRÉIS: ¿a estas horas? Recordemos que el día para los judíos “comenzaba” al ponerse el sol.

10 BANQUETE: lit. bodas. // Y SE CANDÓ (lit. fue cerrada con llave) LA PUERTA: es el dato más dramático de toda la parábola.

11-12 A un cristiano no lo salva automáticamente el hecho de pertenecer a la Iglesia, comunidad de salvación, ni el estar invitado a la boda celeste.

 

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

25, 1-13 La imagen de Dios esposo se emplea en el Antiguo Testamento para describir la relación de alianza entre Dios y su pueblo (ver Oseas 2, 4-25; Ezequiel 16, 23; Jeremías 2-3). En este pasaje de Mateo, Jesús, el Señor, aunque asume el papel de esposo escatológico; sin embargo, de un modo original con respecto a la imagen del Antiguo Testamento, los fieles creyentes ocupan ahora el lugar de vírgenes acompañantes de la esposa, que aguardan la llegada del Esposo. Catecismo de la Iglesia Católica 672, 796 y 1618.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

San Jerónimo.

25. 1.2. Por eso el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes. Estas diez vírgenes abarcan a todos los hombres que parecen creer en Dios y se jactan de su conocimiento de las Sagradas Escrituras, tanto miembros de la Iglesia como judíos y herejes. Todos son llamados vírgenes porque se glorían del conocimiento del Dios único y su espíritu no ha sido violado por múltiples idolatrías. Tienen aceite las vírgenes que unen a la fe el ornamento de las obras; no tienen aceite las que parecen profesar la fe en el Señor pero descuidan la práctica de las virtudes.

5. Como el esposo se hacía esperar. Pues el tiempo que transcurre entre la primera y la segunda venida del Señor no es breve. Todas se adormecieron, es decir, murieron, pues la muerte de los santos es llamada sueño. En consecuencia se dice también se durmieron, porque después serán despertadas.

6. A media noche. De pronto, como en plena noche, cuando todos están tranquilos y el sueño es más pesado, resonarán el clamor de los ángeles y las trompetas de las Virtudes que lo preceden anunciando la venida de Cristo. Digamos algo que tal vez pueda ser útil al lector. Según la tradición judía, Cristo vendrá a media noche, como en el tiempo de los egipcios, cuando se celebró la Pascua y vino el exterminador, pasó el Señor sobre las casas y los postes de nuestros dinteles fueron consagrados por la sangre del cordero. Por eso, pienso, se ha mantenido la tradición apostólica de que en la vigilia pascual no está permitido despedir antes de la media noche al pueblo que espera la venida de Cristo.

7. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y prepararon sus lámparas. Todas las vírgenes se levantaron y prepararon cada una su lámpara, es decir los sentidos, en los que recibían el aceite de la ciencia para alimentar las obras virtuosas que brillarían ante el verdadero juez.

8. ¿Podríais darnos un poco de aceite…? Al lamentarse de que sus lámparas se apagan muestran que ellas brillan todavía un poco y, sin embargo, no tienen la luz indeficiente ni las obras que permanecen para siempre. Si alguien, pues, tiene un alma virginal y es amante de la pureza no debe contentarse con la mediocridad que pronto se marchita, se seca en cuanto aparece el calor, sino que debe buscar las virtudes perfectas para tener la luz eterna.

9. No va a alcanzar para nosotras y para vosotras. Esta respuesta no está inspirada por la avaricia sino por el temor. Cada uno recibirá la recompensa por sus propias obras y en el día del juicio las virtudes de unos no podrán remediar los vicios de los otros. Y, como en los tiempos de la cautividad de Babilonia Jeremías no pudo ayudar a los pecadores y se le dice: No ores por este pueblo (Jeremías 7, 16), así será terrible aquel día en el que cada uno tendrá que preocuparse por sí mismo.

Id, mejor, donde se vende y compradlo para vosotroas. Este aceite se vende, se compra a gran precio y se adquiere con mucho esfuerzo. Según nos parece, consiste en las limosnas, la práctica de todas las virtudes y los consejos de los maestros.

10. Llegó el esposo. Habiendo pasado ya el tiempo de comprar y llegado el día del juicio, no hay lugar para la penitencia como dice el salmista: “¿Quién te alabará en el infierno?”. Ya no es posible hacer nuevas obras sino que se verán obligados a dar cuenta de las de su pasado.

Llegó el esposo. Después del día del juicio ya no hay lugar para las obras de bien y de justicia.

Señor, Señor, ábrenos. Excelente profesión de fe es, ciertamente, este título del Señor y su repetición es prueba de su fe. Pero ¿de qué sirve invocar con la voz al que se niega con las obras?

Os aseguro que no os conozco. El Señor conoce a los qué son suyos y a quien lo ignora, él lo ignora (2 Tm 2, 19). El Señor no conoce a los que obran la iniquidad. aunque sean vírgenes y se gloríen de serlo en los dos sentidos: la pureza del cuerpo y la profesión de la verdadera fe; sin embargo, porque no tienen el aceite de la ciencia, les basta como castigo el ser ignorados por el esposo.

13. Vigilad entonces. Siempre te advierto, prudente lector, que no des tu asentimiento a las interpretaciones supersticiosas y que son dadas brevemente según el gusto de los que las imaginan, sino considera lo que precede, los textos intermedios y lo que sigue y relaciona todo lo que está escrito. De aquí que cuando agrega: Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora, comprendamos que todo lo que ha dicho sobre los dos que estaban en el campo y los dos que estaban moliendo (Mt 24, 40-41), sobre el padre de familia que confió sus bienes a un servidor (Mt 24, 45), y sobre las diez vírgenes (Mt 28, 1-2), son parábolas premonitoras, a fin de que, dado que nosotros, los hombres, ignoramos el día del juicio, nos preparemos cuidadosamente la luz de las buenas obras, no sea que el juez venga sin que nos demos cuenta.

 

San Agustín.

Aquellas vírgenes simbolizan las almas. En realidad no eran solo cinco, pues eran símbolo de millares de ellas. Además, ese número cinco comprende tanto varones como mjures, pues ambos sexos están representados por una mujer, es decir, por la Iglesia. Y a ambos sexos, esto es, a la Iglesia, se la llama virgen: Os he desposado con un único varón para presentaros a Cristo cual virgen casta (2 Cor 11,2).

Pocos poseen la virginidad de la carne, poro todos deben poseer la del corazón. La virginidad de la carne consiste en la pureza del cuerpo; la del corazón en la incorruptibilidad de la fe.

Luego las cinco vírgenes simbolizan las almas que han de entrar en el reino de Dios.

Y no carece de motivo el que se haya elegido el número cinco, porque cinco son los sentidos del cuerpo conocidísimos de todos. Cinco son las puertas por las que las cosas entran al alma mediante el cuerpo; o por los ojos, o por el oído, o por el olfato, o por el gusto, o por el tacto; por uno de ellos entra cualquier cosa que apetezcas desordenadamente.

Es preciso que te encuentres dentro de aquellas vírgenes. Entonces no temerás las palabras: “Que nadie entre”. Así se dirá y se hará, pero una vez que hayas entrado tú. Nadie cerrará la puerta ante tus narices; mas cuando hayas entrado, se cerrarán las puertas de Jerusalén y se asegurarán sus cerrojos.

¿Quiénes son las vírgenes necias? También ellas son cinco. Son las almas que conservan la continencia de la carne, evitando toda corrupción, procedente de los sentidos que acabo de mencionar. Evitan ciertamente la corrupción, venga de donde venga, pero no presentan el bien que hacen los ojos de Dios en la propia conciencia, sino que intentan agradar con él a los hombres, siguiendo el parecer ajeno. Van a la caza de los favores del populacho y, por lo mismo, se hacen viles, cuando no les basta su conciencia y buscan ser estimadas por quienes las contemplan. Evidentemente no llevan el aceite consigo, aceite que es el hecho de gloriarse, en cuanto que procura brillo y esplendor.

Las necias encienden ciertamente sus lámparas; pare ce que lucen sus obras, pero decaen en su llama y se apagan, porque no se alimentan con el aceite interior.

Mas he aquí que el esposo ha de venir; todas se levantarán, pero no todas han de entrar. Faltarán las obras a las vírgenes necias, por no tener el aceite de la conciencia, y no encontrarán a quién comprar lo que solían venderles los aduladores.

Cuando se alejan con el corazón, cuando piensan en tales cosas, cuando dejan de mirar a la meta y volviéndose atrás recuerdan sus méritos pasados, es como si fueran a los vendedores; pero entonces ya no encuentran a los protectores, ya no encuentran a quienes las alababan entonces y las estimulaban a hacer el bien, no por la fortaleza de la buena conciencia, sino por el estímulo de la lengua ajena.

Comentario al salmo 147, 10-11. Pg. 1531.

 

San Juan de Ávila.

Cuando queremos decir una cosa con mucho afecto, la decimos dos veces, como las doncellas locas. Domine, Domine, aperi nobis (Mt 15, 11).

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 17. OC II. Pg. 266.

Encareciónos antes San Juan esta gracia y merced que el Señor nos hizo en tomarnos por hijos. Podía alguno decir: “Pues, ¿cómo hace el mundo tan poco caso de nosotros, siendo hijos de Dios?”. A esto dice San Juan: “no os espantéis; porque el mundo no nos conoce, y no conociéndonos, no es mucho tenernos en poco. Y ¿sabéis por qué no nos conoce? Porque no conoce a Dios, que es nuestro Padre. Y el conocer tómase por estimar y hacer bien, que es manera de hablar de la Escriptura. Como se dice de las virgines fatuas: No os conozco (cf. Mt 25, 12).

Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 17. OC II. Pg. 418.

Así, quiso que la palabra poderosa suya se predicase en semejanzas y bajas comparaciones; y así esta palabra, por la cual tanto nos quiso encomendar que velásemos, predicónosla en una semejanza, y así nos dice en el Evangelio: Semejante es el reino de los cielos a diez vírgines (Mt 25, 1-13). – ¿Qué es el reino de los cielos? – Es la gloria; la cristiandad se llama reino de los cielos. Y porque hemos de ser semejantes a los que están en el cielo, hemos de hacer la volutnad de Dios como ellos, y hemos de vivir como ellos, y hemos de ser como ellos, en las costumbres. Semejante es el reino de los cielos – la cristandad a diez vírgines, cinco eran de ella [s] cuerdas y cinco locas; y parece que esperaban un día que habían de ir a ciertos desposorios para salir a recebir a un desposado. Ellas eran las que estaban desposadas con él. – ¿Quién son? La cristiandad, a las cuales dijo el esposo: “Mirad que estéis aparejadas para entrar conmigo en las bodas, que yo verné”. – ¿Qué ha de ser el aparejo que han de tener? – Parece que el esposo era amigo de lumbre; quiere que le aguarden con luz. Catad ahí el aparejo. Las cinco metieron provisión, tomaron aceite en sus alcuzas; las otras cinco no se curaron de tomarlo. A media noche, cuando el sueño era más profundo, suena una gran voz, que debía de ser de trompeta. Despiertan todas. – ¿Qué es? – Poderosa voz de virtud. Vienen las cuerdas muy galanas, muy compuestas con sus lámparas encendidas, muy proveídas de aceite. Vienen las necias, las que no habían sabido conocer su locura, hasta que fue menester la cordura, y hállanse burladas.  

Lo que no allegaste en la mocedad, ¿cómo lo hallarás en la enfermedad? Lo que no ganaste, lo que no sembraste, ¿cómo lo cogerás? Piger dixit, etc. No quieren trabajar por el frío; él mendigará el verano (cf. Prov 20, 4). Dénoslo a entender Dios. Hermano, ¿cómo se pasan nuestros días?, ¿en qué gastamos nuestro tiempo? ¿IUr a la plaza? ¿Volver a comer? ¿Tornar a la plaza y tornar a cenar? Catad que nos es dado este tiempo para que alleguemos en él; catad que sí aquí no allegamos, que si en esta vida, que nos es dada para ganar, no allegamos, mendigaremos en la otra. Si acá no tomamos olio, en la otra vida no ternemos luz. El esposo es amigo de la luz, ¿y qué tales nos hallaremos si nos halla a escuras? No nos veamos, Señor, por tu bondad y por quien tú eres, en tanto trabajo. No nos venga tan grande daño; no pase por nosotros tan grande engaño, que nos hallemos desproveídos, y que nos hallemos sin lumbre, y perdamos de entrar con el esposo. Mendigará el que no se proveyere, y no hallará quien le dé aceite. “Andad, que lo que tenemos es tasado; no es razón que, por daros a vosotras, nos quedemos nosotras sin él. Andad, buscá”. No oigan nuestras orejas tal palabra, por tu misericordia. ¡Desdichada de aquel ánima cuyas orejas tal han de oír! ¿No es razón de velar, no es razón de estar siempre proveídos? “Andá, no tenemos para las nuestras y vuestras lámparas”.

Ciclo santoral. Sermones de Santos. 10. Santa Catalina. OC III. Pgs. 1074-1075.

Está esta semana muy recogido para recebir el Espíritu Santo. Está con cuidado. Mira aquellos criados que estaban esperando a su señor cuando viniese de las bodas (Lc 12, 36). No seas como aquellas vírgenes locas y necias (cf. Mt 25, 2ss), no estés dormido ni emborrachado en cosas de este mundo; mas imita a las vírgenes prudentes en el cuidado y ornato y en tener aceite de misericordia para ti primero, teniendo mucha cuenta con tu ánima y reformación de tu corazón. Busca estos días el rincón y guárdalo.

Ciclo temporal. Sermones del Espíritu Santo. 27. Domingo infraoctava de la Ascensión. OC III. Pg. 329.

¿No son ambos religiosos? ¿No están ambos en una cama, en un reposo, en una contemplación? – Pero si dentro tenían envidia, si deseo de honra, si malquerencia, y si el corazón carcomido, si no aman a Dios sobre todas las cosas, e si están sin el olio dentro en el corazón, sin blandura, sin misericordia para con los prójimos, lámparas son sin aceite (cf. Mt 25, 3) los contemplativos sin caridad. Los que estarán en la atahona [molino de harina cuya rueda se mueve con caballería] (Mt 24, 41) son los que andáis tan llenos de ocupaciones y tan olvidados de vosotros mismos, que no tenéis cuenta con vuestras ánimas y olvidáis las conciencias, como si no hubiese Dios y como si no tuviésedes ánimas. Dende la mañana entienden en la hacienda, en el pleito, en la ganancia, en el cómo será esto y cómo aquello.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. Domingo I de Adviento. OC III. Pg. 32.

Pero ¡no se hace nada! Habíamos de estar los ojos tan largos esperando para recibirle, con nuestras lámparas encendidas, con mucho aceite, como buenas vírgines. Ecce Sponsus veni, exite obviam ei (Mt 25, 6). Cuando el rey viene a alguna ciudad, no oiréis otra cosa por doquiera que vais sino: “El rey viene”. Si vas por esta calle: “El rey viene”; si por la otra, “El rey viene”. Y viene Jesucristo cinco mil veces cada día, desde el cielo a la tierra, tantas veces como misas se dice en todo el mundo, ¡y estaisos tan tibios que, si viene a mano, por no dejar de dormir o otra cosa que no pese una paja, no vienes a verlo a la Iglesia!

Ciclo temporal. Sermones del Santísimo Sacramento. 41. En la Infraoctava del Corpus. OC III. Pg. 557.

Las doncellas locas por eso no fueron, porque aguardaron a proveerse tarde dde lo que habían de proveer temprano. Era menestar tener proveído de aceite, y acordaron a la media noche a decir: Daca aceite. A la burla agora acordáis; proveyérades os con tiempo. Van a llamar a la puerta del esposo y díceles: En verdad que no os conozco (cf. Mt 25, 8ss). No es tiempo aquél de socorro. Ya es tarde. Lo que no allegase en la niñez, ¿cómo lo hallarás en la vejez? ¿Quién guarda allá? Lo que en esta vida no se pide a Dios, ¿en otra como se hallará? Si no queréis el día del juicio oír: No os conozco, pedildo ahora. dad a nuestro Señor Dios la gloria antes que anochezca, antes que os veáis cercados de las tinieblas de la justicia de Dios; dad gloria a este Señor, y si le habéis ofendido; pedilde perdón; dad a vos deshonra, que habéis sido malo, que habéis sido traidor y desobediente; y a la que os ha hecho y hace mil cuentos de bienes, antes que anochezca, llamemos a nuestra Madre y supliquémosle se acuerde agora para entonces.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. Domingo I de Adviento. OC III. Pg. 21-22.

Señor, criásteisla vos, habéisla dado la vida hasta esta hora; sabéis vos muy bien quien es, y hasta sus más secretos pensamientos son a vos manifiestos; sabéis lo que ha de hacer, sabéis cuándo ha de morir; sabéis si la habéis de echar en el infierno y llevar al cielo, ¿y preguntáis quien es aquella? Declaradnos, Señor, esta vuestra pregunta, porque parece es semejable a la respuesta terrible que daréis a las vírgines locas: En verdad os digo que no os conozco (Mt 25, 12).

Ciclo temporal Sermón del Santísimo Sacramento. Víspera del Corpus. OC III: Pg.455.

Las vírgenes locas no son conocidas de Dios porque no llevaban la unción del olio de su santísima gracia en los vasos de la conciencia (cf. Mt 25, 12), y hermoseadas con otras obras, y faltas de caridad. Y porque así como por la faz conocemos a uno, y la conciencia no buena no es agradable a los ojos de Dios, dícese que Dios no conoce la tal persona, porque no aprueba la conciencia, de la cual está ausente la hermosura de la celestial gracia.

Ciclo santoral. Sermones de Nuestra Señora. Asunción de María. OC III. Pg. 936,

Fuego del cielo venga sobre la hacienda si por entender en ella se ha de perder el ánima y cuerpo para siempre. Nam quid prodest honini, etc. (cf. Mt 25, 41), y aquella: Nescio, vos. Et clausa est ianua (Mt 25, 12.10; Lc 13, 25).

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. Domingo 19 después de Pentecostés. OC III: Pg. 290.

Tinieblas exteriores se llaman, porque no habrá Dios apra los consolar, sino para los castigar. Ideo, candente igne, non videbit lucem, etc. (Mt 22, 13). Ibi erit fletus, etc.: que llorarán porque nacieron, porque pecaron, porque no conocieron el tiempo que les fue dado para alcanzar misericordia. Rechinarán y regañarán con los dientes, porque no remediaron con tiempo tan gran mal, pues pudieron y fue en su mano. Y entonces, aunque quieras, no podrás, etc.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. Domingo 19 después de Pentecostés. OC III. Pg. 296.

Vigilate itaque. Palabras son tomadas del evangelio de San Mateo, capítulo 23. En romance dicen: Velad (Mt 25, 13). Pues que así es; pues que se pasa, velad. Dum medium silentium tenerent onmia, et nox esset. A la medianoche, en lo más profundo del sueño, de las reales sillas dice el Sabio que vino la Palabra omnipotente de Dios (cf. Sab 18, 14-15). A la media noche, cuando dormimos, cuando más fuerza tiene el sueño, en lo profundo de la obscuridad, envió Dios su palabra.

Ciclo santoral. Sermones de santos. Santa Catalina. OC III. Pg. 1073.

Vivid en un santo recelo, si habéis de poner en guarda lo que nuestro Señor os ha dado; si habéis de ganar cinco talentos con los cinco que os dieron (cf. Mt 25, 14ss); si habéis de tener óleo en vuestra lámpara (cf. Mt 25, 1ss), no unos pocos años, sino hasta que suene la voz de la muerte en vuestras orejas: ¡El Esposo viene, salidlo a recebir!

A una monja, hija suya espiritual. OC IV. Pg. 548.

Así que, señor, ejercítese vuestra merced en esta consideración; haga cuenta que oye aquella voz: Ecce sponsus venit! Deus ester venit! (Mt 25, 6), y enciérrese dentro de su corazón y ábralo para recebir aquello que de tal relámpago suele venir. Y pida al mesmo Señor que, por aquella mesma bondad que tal merced le hizo de ponerse en sus manos, por aquella mesma le dé sentido para saber estimarlo, reverenciarlo y amarlo como es razón. Importúnele que no permita Él que esté vuestra merced en presencia de tal Majestad y sin reverencia, y temor y amor.

A un sacerdote. OC IV. Pg. 42.

Sea, pues, la primera regla de su vida esta, que, en recordando de noche del sueño, le parezca que oye en sus orejas aquella voz: Ecce sponsus venit, exite obviam ei! (Mt 25, 6). Y puede haber de recibir a un amigo, especialmente si es gran señor, tiene suspenso y cuidadoso al que lo ha de recebir, ¿cuánto más razón es que del todo nos ocupe el corazón este Huésped que aquel día hemos de recebir, siendo tna alto y tan a nosotros conjunto, que es adorado de ángeles y hermano nuestro? Y con esta consideración rece sus Horas, y después póngase de reposo y espacio, a lo menos por hora y media, a más profundamente considerar quien es el que ha de recebir, y espántese de que un gusano hediondo haya de tratar tan familiarmente a su Dios, y pregúntele: Señor, ¿quién te ha traído a manos de un tal pecador y otra vez a destiello y portal y pesebre de Betlem? (cf. Lc 5, 8).

A un sacerdote. OC IV. Pg. 49.

No conviene fatigar la cabeza con el recogimiento, porque este negocio es de pura gracia del Señor. Paréceme que antes de la oración de vuestra merced lea algún libro que trate de lo que quiere después pensar, porque con esto se recoge un poco el corazón. Y es mal hecho dejar la comunión, aunque falte la devoción, como quien se quiere llegar al fuego si no etá caliente. Nunca pase de ocho días, y si hubiere alguna necesidad o mucha hambre de Él, recíbale alguna vez en la semana. El aparejo ha de ser la buena orden que tenga en toda la vida y semana, según uno decía, que nunca hacía particular preparación para comulgar, porque cada día hacía todo lo que podía. Mas bien será que haya más templanza en la cena la noche antes y particular pensamiento de esta palabra: Ecce sponsus venit (Mt 25, 6); ecce Rex tuus venit tibi (Mt 21, 5); praeopara in occursum Dei tui (cf. Sal 58, 6). Y Cristo sea tu luz.

A un desconsolado porque no hallaba la paz que quería. OC IV. Pg. 394.

Otro hará esas cosas o vuestra merced otra vez. nunc, domie mi, te ipsum rege, inspice, et vias tuas diligenter scrutare, et quia parum habes olei, responde petentibus: Ne forte non sufficiat nobis et vobis? (cf. Mt 25, 9). Y con este temor religioso, aun en lo bueno, y con llamar a nuestro Señor ex corde, y con que no pierda su estudio, podrá agora pasar este paso peligroso sin lesión. Lo cual conceda Cristo por su sangre.

A un caballero que fue a estudiar a Salamanca. OC IV. Pg. 489.

¡El Altísimo quiere venir a ti! Abrimos luego a quien llama [a] nuestra puerta, y veces hay que por nuestro mal, ¡y dejamos estar nuestro Señor llamando a la puerta de nuestro corazón para entrar cargado de bienes, y hacemos sordos y no le queremos abrir! Justicia terná el día postrero en cerrar Él la puerta de su misericordia y decir: No os conozco, a los que llamaren: Señor, Señor, ábrenos (Mt 25, 11s). Pues no es mucho que desprecie entonces al que agora le desprecia a Él.

A una señora. OC IV. Pg. 219.

Nuestros pecados son muchos; nuestra flaqueza grande, nuestros enemigos, fuertes, astutos y muchos, y que mal nos quieren, lo que en ello nos va es perder o ganar a Dios para siempre. ¿Por qué entre tantos peligros estamos seguros y entre tantas llagas sin dolor de ellas? ¿Por qué no buscamos remedio antes que anochezca y se cierren las puertas de nuestro remedio, cuando las doncellas locas den voces y les sea dicho: No os conozco? (Mt 25, 12).

A un señor de estos reinos. OC IV. Pg. 90.

Las doncellas locas, doncellas eran; mas por no tener óleo en sus vasos, oyeron de la boca del Señor aquella terrible palabra: En verdad os digo que no os conozco (Mt 25, 12). ¿Y que es el vaso, sino el corazón? ¿Y qué el óleo, sino el espíritu de la verdad, que mantiene y ceba las buenas obras, si buenas han de ser delante de Dios?

A una señora. OV IV. Pg. 187.

 

Comentario del padre José Luis Sicre.

-Cuando se celebraba una boda un grupo de muchachas acompañaba al novio a recoger a la novia para la ceremonia.

-Conclusión de la parábola:

Desconcertante:

“Estad en vela, porque no sabéis el día ni la hora”.

Ninguna de las diez ha velado, todas se quedaron dormidas.

-Líneas de interpretación:

Concede especial importancia al aceite:

Imagen de la fe, del fervor, las buenas obras.

Concede especial importancia a estar preparados ya:

Parece más exacta.

Actualización:

Diez periodistas acuden a Barajas para informar de la visita del presidente de Estados Unidos. Llega con retraso, de madrugada, se anuncia que la rueda de prensa será en un hotel de la sierra de Guadarrama. Unos llevan los depósitos llenos de gasolina, otros casi agotados. Mientras van a la gasolinera, se retrasan y ya no son admitidos.

Las dos interpretaciones se complementan:

Lo importante es estar preparados.

¿En qué consiste la preparación?

En llevar aceite de repuesto.

¿Y qué es el aceite?

Mateo lo aclarará dentro de poco.

-Detalles:

La figura del novio recuerda que Jesús, al hablar del ayuno, se presenta como el novio (Mt 9, 15).

Su tardanza se expresa con el mismo verbo que utiliza el criado malo en la parábola anterior.

El novio que tarda es Jesús:

Indirecta a los cristianos escépticos que ponían en duda su vuelta.

 

Comentario Homilética

-Corazón del Discurso Escatológico (Mt 24-25), pórtico de entrada al relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús (Mt 26-28).

-Trío de parábolas sobre la vigilancia:

El ladrón (24, 42-44).

El mayordomo (24, 45-51).

Las doncellas (25, 1-13).

Prepara:

La parábola final de los talentos (25, 14-30).

Gran visión del Juicio Final (25, 31-46) o final del discurso.

Sitúan a los oyentes ante una disyuntiva:

Dos comportamientos: uno acertado y otro equivocado.

-Aceite de las doncellas:

Desde la panorámica del Juicio Final: las obras de misericordia.

-Reflexión sobre el comportamiento que se deriva de nuestra ve:

Carta de Santiago: una fe sin obras es una fe muerta.

-Estructura:

Sigue el triple paso típico de un relato dramático:

1-5: exposición (antecedentes).

6-9: corazón (tensión narrativa).

10-12: escena final (conversación entre las doncellas necias y el novio).

13: estribillo que ya leímos en 24, 42.

-Vigilia y sueño:

Getsemaní (Mt 26, 36-46).

-Lenguaje sugerente:

Lámpara: vida de cada uno, proyecto personal de vida.

Aceite: opciones y compromisos que alimentan dicha vida.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Sicre, J.L. El evangelio de Mateo. Un drama para ser feliz. Verbo Divino. Estella. 2019.

Homilética. Sal Terrae. 2020/5.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

 

 

 

Monición de entrada.

Los sábados por la tarde o los domingos vamos a misa esperando el día en el que Jesús vuelva.

En la misa cuidamos de todo lo que Jesús nos ha dado: el ser buenos niños y niñas, el enseñarnos a portarnos bien, a rezar, a cuidar de la naturaleza.

Y otras muchas cosas que él nos da.

 

Señor, ten piedad.

Porque nos cuesta ayudar en casa. Señor, ten piedad.

Porque nos cuesta ayudar a los compañeros de clase. Cristo, ten piedad.

Porque nos cuesta ayudar a los amigos. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Para que la Iglesia nos ayude a que la semilla que recibimos en el bautismo crezca. Te lo pedimos Señor.

-Para que las niñas, las chicas y las mujeres tengan las mismas oportunidades que los niños, chicos y hombres. Te lo pedimos Señor.

-Para que quienes mandan en los países hagan que lo que hay en la tierra sea para todos y no para unas pocas personas. Te lo pedimos, Señor.

-Para que ayudemos a las personas que están cerca de nosotros. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María, te damos gracias por todo lo que nos ha dado Jesús, sobre todo que nos quiere mucho. Por nuestras mamás y papás, abuelos, hermanos, primos. Por la casa que tenemos, el colegio donde vamos y la iglesia en la que estamos.

 

 

No hay comentarios: