miércoles, 23 de junio de 2010

27 de Junio. Solemnidad de San Pedro.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 12,1-11.
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de ejecutarlo en público, pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado a ellos con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:
-Date prisa, levántate.
Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió:
-Ponte el cinturón y las sandalias.
Obedeció, y el ángel le dijo:
-Échate la capa y sígueme.
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que da a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo:
-Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.
MEDITACIÓN
Herodes, nieto del rey Herodes el Grande ha logrado en el año 41 conseguir de los romanos todos los territorios que había obtenido su abuelo y con el fin de congraciarse con los judíos vavorece a los fariseos, persiguiendo a quienes en estos momentos son objeto de su ira: los cristianos. La persecución es selectiva y así detiene a dos de los dirigentes: Santiago y Pedro.
Por otra parte la liberación de Pedro se sitúa en el ambiente pascual, que da sentido a todo el relato, pues fueron en estas fechas cuando Cristo fue sepultado y liberado de las cadenas de la muerte. El Ángel del Señor es la presencia de Dios que liberó al igual que a Pedro, de noche, al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, exterminando a los primogénitos egipcios, de la misma forma que, nos relata el texto omitido, hiere días después a Herodes y lo acompañó durante su peregrinar por el desierto. Los gestos del apóstol evocan la disponibilidad que exigía la Pascua (se levantó, se puso el cinturón y la capa) y los verbos son los mismos que en la resurrección de Jesús.
Así Pedro como jefe de la Iglesia, el Nuevo Israel, revive la experiencia de salvación del Pueblo de Dios y como continuador de la obra de Jesús recorre el mismo camino: apresado, sepultado en la cárcel y encadenado, liberado por el Ángel del Señor, mientras la Iglesia permanece en oración.
De este modo la lectura nos invita a nosotros a revivir esta experiencia. En los momentos de sufrimiento y desánimo hemos de confiar en el Señor que enviará un ángel. Dios no ha dejado nunca a su Iglesia sola y ella siempre ha mantenido viva la esperanza en quien la libera de sus cadenas.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 33,2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R/. El ángel del Señor
librará a los que temen a Dios.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligirlo invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a él. R/.
MEDITACIÓN
Con Israel: de nuevo nos encontramos con un salmo alfabético, cuyos versos comienzan con una letra del alfabeto hebreo, siguiendo su orden. Es la oración de un pobre, un anawin que sabe que Dios hace feliz a quien nada tiene y todo lo recibe de Él.
Con Jesús: es la oración de Jesús, el pobre por excelencia y María, la humilde que proclama el Magníficat. Todas los versos podemos colocarlos en labios de Jesús tras resucitar y ser librado de sus ansias y angustias.
Con nuestro tiempo: escuchar al pobre, vivir la opción preferencial por los pobres no es una cuestión ideológica, es la opción de Dios. Los salmos nos hablan de ellos, son el eco de sus gemidos, expresan en oraciones las esperanzas, desánimos y sufrimientos de los millones de seres humanos que sufren el hambre, la guerra, la tortura, las enfermedades,... No es política, es hacer nuestros los sentimientos de Dios que él manifiesta en los salmos, en la Palabra de Dios.
Con los juniors: pongámosle rostro a este afligido: son los niños y niñas de Togo que van a recibir por segundo año la visita del movimiento junior, pero son también esas familias que tienen la nevera vacía, esa persona enferma que no tiene para pagarse las medicinas y que a pesar de ello sigue confiando en Dios, es el dolor de tantos estómagos vacíos, de tantas almas buenas que piden de nosotros compasión, es decir, sufrir con ellos con pasión y no ser fríos ante su dolor.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.
GUSTAD Y VED
Dejo que las palabras resuenen en mis oídos: «Gustad y ved qué bueno es el Señor». Gustad y ved. Es la invitación más seria y más íntima que he recibido en mi vida: invitación a gustar y ver la bondad del Señor. Va más allá del estudio y el saber, más allá de razones y argumentos, más allá de libros doctos y escrituras santas. Es invitación personal y directa, concreta y urgente. Habla de contacto, presencia, experiencia. No dice «leed y reflexionad», o «escuchad y entended», o «meditad y contemplad», sino «gustad y ved». Abrid los ojos y alargad la mano, despertad vuestros sentidos y agudizad vuestros sentimientos, poned en juego el poder más íntimo del alma en reacción espontánea y profundidad total, el poder de sentir, de palpar, de «gustar» la bondad, la belleza y la verdad. Y que esa facultad se ejerza con amor y alegría en disfrutar radicalmente la definitiva bondad, belleza y verdad que es Dios mismo.
«Gustar» es palabra mística. Y desde ahora tengo derecho a usarla. Estoy llamado a gustar y ver. No hay ya timidez que me detenga ni falsa humildad que me haga dudar. Me siento agradecido y valiente, y quiero responder a la invitación de Dios con toda mi alma y alegría. Quiero abrirme al gozo íntimo de la presencia de Dios en mi alma. Quiero atesorar las entrevistas secretas de confianza y amor más allá de toda palabra y toda descripción. Quiero disfrutar sin medida la comunión del ser entre mi alma y su Creador. El sabe cómo hacer real su presencia y cómo acunar en su abrazo a las almas que él ha creado. A mí me toca sólo aceptar y entregarme con admiración agradecida y gozo callado, y disponerme así a recibir la caricia de Dios en mi alma.
Sé que para despertar a mis sentidos espirituales tengo que acallar el entendimiento. El mucho razonar ciega la intuición, y el discurrir humano cierra el camino a la sabiduría divina. He de aprender a quedarme callado, a ser humilde, a ser sencillo, a trascender por un rato todo lo que he estudiado en mi vida y aparecer ante Dios en la desnudez de mi ser y la humildad de mi ignorancia. Sólo entonces llenará él mi vacío con su plenitud y redimirá la nada de mi existencia con la totalidad de su ser. Para gustar la dulzura de la divinidad tengo que purificar mis sentidos y limpiarlos de toda experiencia pasada y todo prejuicio innato. El papel en blanco ante la nueva inspiración. El alma ante el Señor.
El objeto del sentido del gusto son los frutos de la tierra en el cuerpo, y los del Espíritu en el alma: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza. (Gal 5,22). Cosecha divina en corazones humanos. Esa es la cosecha que estamos invitados a recoger para gustar y asimilar sus frutos. La alegría brotará entonces en nuestras vidas al madurar las cosechas por los campos del amor; y las alabanzas del Señor resonarán de un extremo a otro de la tierra fecunda.
«Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza siempre está en mi boca. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre».

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4,6-8.17-18.
Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén!

MEDITACIÓN:
Confieso que fue la experiencia más intensa vivida en la peregrinación a Roma que vivimos el pasado año. La meta fue alcanzada el lunes 3 de Agosto, cuando nos arrodillamos ante la tumba del Apóstol Pedro y allí celebramos la eucaristía presidida por D. Esteban. Pero aquella tarde del día 4 fue única. El edificio de la Basílica de San Pablo de Extramuros de una gran belleza, era entrar en la trascendencia, acompañados por el canto gregoriano de los monjes benedictinos. Y allí pude contemplar una tumba y unas cadenas, la del Apóstol Pablo. En el silencio de la oración, sentí llevar en mi corazón a mis centros juniors de Montaverner y Alfarrasí, a mi Zona Montcabrer y me sentí impregnado del Apóstol. Allí en aquella tumba había estado sepultado, allí había alcanzado la meta, la corona merecida, quien había llevado las cadenas por Cristo. Y Pablo seguía vivo y su pasión por el Evangelio.
Quienes compartimos aquellos días podemos evocar la tarde en la que nos entramos en esta Basílica, la que la ciudad de Roma dedica a San Pablo. Todos podemos contemplar su figura, modelo del educador, pues Él escuchó la llamada de Cristo y le siguió como apóstol suyo, construyendo la Iglesia y transformando la sociedad con un mensaje íntegro, impregnado de Cristo.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16,13-19.
En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:
-¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?
Ellos contestaron:
-Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
El les preguntó:
-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió:
-¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
-Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo
MEDITACIÓN
El evangelio de la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo coincide en su mayor parte con el del domingo pasado. Por eso nos detenemos en las últimas frases. En ellas descubrimos a Pedro como continuador de la obra de Cristo, quien la define sirviéndose de tres metáforas: la piedra, las llaves y atar y deseatar. La primera convierte a Pedro en la roca sobre la que se asienta la Iglesia pero también en la piedra de escándalo, pues su destino está unido al de Cristo que es la piedra angular rechazada, ante la cual la muerte no tiene poder. Las llaves es una prerrogativa mesiánica, representan la autoridad del Apóstol, verdadera y plena y atar y desatar significa la potestad para interpretar auténticamente la ley y para expulsar y admitir en la comunidad eclesial.
Así pues Pedro es otro Cristo, su destino está unido a Él y por la sucesión apostólica en la Iglesia esta es la identidad y misión del Papa.

ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
¿Qué es lo que me mueve a seguir como educador junior o como cristiano? o dicho de otro modo ¿por qué soy junior? Hoy te invito a hacerte esta pregunta, buscar en tu corazón la raíz, la causa primera que te mueve cada semana a ir a las reuniones, a animar a los niños el sábado y participar de la eucaristía el domingo. A continuación pregúntate: ¿cómo me siento en la Iglesia? ¿me aporta algo el Papa, su persona y su mensaje?, ¿cómo me he sentido cuando me he encontrado con él en el V Encuentro Mundial de las Familias de 2006, la peregrinación junior a Roma de 2009, las Jornadas Mundiales de la Juventud,...?
Reflexión.-
Compara tus respuestas con las que da Pedro y Jesús. ¿Quién es Jesús para Pedro? ¿Quién es Pedro para Jesús?
Compromiso.-
El Papa es el sucesor de Pedro y por tanto en este mundo tiene su misma autoridad, es el Vicario de Cristo. Trata de sentir y valorar su persona.
Celebración:
Ora por el Papa.

ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

EXPERIENCIA:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia abierta, vela y cartel.

Signo de esta semana: un cuadro del Papa, una piedra y unas llaves antiguas.

Preparación:

Proclamación del Evangelio: proclamamos el Evangelio.

REFLEXIÓN:

Interiorización: ¿Qué valor tiene el Papa en mi vida? ¿conozco sus iniciativas y enseñanzas? ¿como desea Jesús que valore al Papa?

COMPROMISO:

Gesto: sobre la piedra grande depositamos cada uno una piedrecita, como signo de que nuestra vida se apoya en la enseñanza del Papa. O bien colocamos la pañoleta.

CELEBRACIÓN:

Oración final: cada uno hace espontáneamente una oración por el Papa.


Oración.


Dios y Padre nuestro, que has preparado el camino al sucesor de Pedro;
en este tiempo de gracia, ayúdanos a orar con fervor y a acoger en el amor
a Benedicto XVI, el Papa que Tú has querido darnos.
Unidos en oración, queremos que le concedas el espíritu del Evangelio para que,
imitando a Jesús, el Buen Pastor, sirva con fidelidad a tu pueblo.
Haz que, supliendo Tú la pobreza de sus fuerzas,
sea valiente y fiel pastor de su rebaño-tu rebaño-,siguiendo en todo momento
las inspiraciones del Espíritu Santo.
Otorga al Papa Benedicto XVI, como él mismo desea,
que desempeñe su ministerio “petrino”, al servicio de la Iglesia,
con humilde abandono en las manos de tu Providencia.
Que los Cardenales de tu Santa Iglesia, Señor, le sostengan
con la oración y con la colaboración constante, sapiente y activa.
Que los obispos estén a tu lado con la oración y con el consejo, para que pueda ser
verdaderamente el “Siervo de los siervos de Dios”.
Que tus sacerdotes, en los cuales piensa ya el nuevo Papa
“con gran afecto”, le quieran con gran cariño
y le apoyen con su trabajo esforzado y con su entrega fiel.
Que todos tus fieles, Señor y Padre nuestro, amen al Vicario de Cristo,
siendo dóciles a sus enseñanzas e intentando ser buenos testigos de Cristo resucitado,
en medio del mundo en el que viven.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad Beatísima por intercesión
de la Santísima Virgen, en cuyas manos pone el Papa Benedicto XVI
el presente y futuro de su persona y de la Iglesia,
concédele la gracia de hacer realidad su promesa de fidelidad incondicional,
sirviéndote sólo a Ti y dedicándose totalmente a la Iglesia.
De esa manera, se cumplirá su deseo de que la luz de Cristo
resplandezca ante todos los hombres y mujeres de hoy,
especialmente, ante “los pobres y pequeños”. Amén


http://www.conferenciaepiscopal.es/vaticano/papa/oraciones.htm

GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
Aunque la fiesta de San Pedro y San Pablo es el martes nosotros hoy la celebramos porque son los apóstoles más importantes de la Iglesia. San Pedro es el primero de ellos y San Pablo el gran misionero que amaba tanto a Jesús que murió por Él. Además hoy recordamos al Papa Benedicto y rezamos por él, pues es el sucesor de San Pedro.

Señor, ten piedad.
Tú que elegiste a San Pedro para darle las llaves. Señor, ten piedad.
Tú que le pediste a San Pedro que gobernase la Iglesia. Cristo, ten piedad.
Tú que siempre le quisiste y le ayudaste en los momentos difíciles. Señor, ten piedad.

Monición Primera lectura.-
En la Primera Lectura vamos a escuchar como Dios no dejó sólo a san Pedro. Herodes lo metió en la cárcel y cuando estaba encadenado a dos soldados recibió una visita misteriosa.

Monición Segunda lectura.-
San Pablo nos va a contar lo que sentía días antes de morir por Jesús. Él fue una persona que amaba muchísimo a Jesús y dedicó muchas horas a anunciar el Evangelio hasta morir por Él.

Monición evangelio.-
Hola soy Pedro. ¿Os acordáis del evangelio del domingo pasado? Sí, cuando nos preguntó Jesús qué era lo que la gente pensaba de él y quién era para nosotros. Pues bien, recordad que yo le respondí muy bien. Hoy vamos a escucharlo de nuevo, esta vez contado por el evangelista san Mateo y además estad atentos para saber lo que Jesús me va a dar.

Homilía.-
Tomamos como punto de partida las llaves: ¿para qué sirven? ¿quiénes son los que tienen las llaves? Si en la Iglesia hay un cuadro de San Pedro les pedimos que busquen a un santo que lleva en sus manos unas llaves.
También les mostramos una fotografía del Papa Benedicto XVI y les hablamos de él.
Peticiones.-

Para que Jesús ayude al Papa a enseñarnos el Evangelio. Roguemos al Señor.

Para que Dios escuche las oraciones que cada día le dirige el Papa Benedicto. Roguemos al Señor.

Para que Dios envíe misioneros a las tierras donde no conocen a Jesús. Roguemos al Señor.

Para que los cristianos queramos mucho al Papa. Roguemos al Señor.


Para que todas los cristianos estemos cada día más unidos con el Papa. Roguemos al Señor.

Para que los que han muerto estén con San Pedro y San Pablo. Roguemos al Señor.

Ofrendas.-
Te ofrecemos esta piedra, que representa al Apóstol Pedro.
Te ofrecemos estas llaves, que significan la autoridad del Papa.
El Pan y Vino nos recuerda tu presencia gracias a estar unidos al Papa por los sacerdotes y el obispo.

Oración:
Jesús,
te pedimos que ayudes al Papa
para que sea valiente y fiel pastor
que escuche lo que el Espíritu Santo
le habla a su corazón.
Que los obispos estén a su lado
con la oración y consejo.
Que los sacerdotes
le quieran con gran cariño
y sean dóciles a sus enseñanzas.
Que todos le queramos
y recemos por él todos los días.


JÓVENES EJEMPLARES:
SAN LUIS GONZAGA (21 de Junio)
En el número anterior descubríamos al patrono de la juventud africana, San Carlos Luanga. El mismo mes la Iglesia celebra al que es el patrono de toda la juventud, san Luis Gonzaga.
Ella se llamaba Maria Tana, pertenecía a la nobleza del ducado de Sabaya, muy jovencita fue enviada a la corte de los Valois en París donde se ganó la estima de la hia del rey Enrique II, Isabel. Cuando la joven princesa contrajo matrimonio con el rey Felipe II marchó con ella a Madrid. Y allí se conocieron. Él, don Ferrate, poseía el castillo de Castiglione. La pareja abandonó la corte de los Austrias para regresar al hogar paterno y allí nacieron siete hijos, entre ellos Luis, en 1568. El drama marcó la vida de ellos: tres murieron muy jóvenes, uno fue apuñalado, otro lo matará un tiro de arcabuz entre los brazos de su madre, herida con siete puñaladas, otro será un tirano y homicida y otro de sus hermanos será odiado por los súbditos. Pero Dios es capaz hacer centellear una estrella en medio de la oscura noche.
El noble niño vive, a pesar de la violencia que reinaba a su alrededor, una infancia feliz, instruyéndose en la oración, el amor a los pobres y la guerra. Con cinco años acompaña a su padre al campamento militar de las tropas españolas situado a las orillas del río Po, en espera de atacar Túnez. Tras el triunfo su padre marcha a Madrid.
Y Dios comenzó a trabajar aquel joven. Con tan solo diez años ha realizado una confesión general y ha hecho en silencio voto perpetuo de virginidad, pasando largas de oración. El 22 de Julio de 1580, tras entrevistarse con San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, recibe la Primera Comunión. Dos años más tarde con su familia marcha a Madrid, donde es nombrado “menino” del Príncipe de Asturas D. Diego. Allí conoce al padre Fernando Paternó, jesuita, llevando una vida de penitencia. El 15 de Agosto de 1583 en la iglesia del Colegio Imperial de Madrid, después de celebrar la misa y comulgar, ora ante la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo y escucha una voz, invitándole a ingresar en la Compañía de Jesús. Ese mismo día pide consejo a su confesor, el Padre Paterno y lo comunica a su madre. Ésta se lo anuncia a su padre, quien responde amenazándole con azotarle y proponiéndole buscase otra orden donde conseguir dignidades eclesiásticas. Su respuesta fue: es una de las razones por las que he escogido la Compañía, cerrar de una vez la puerta a la ambición. El padre lo intenta mediante el General de los Observantes de San Francisco, un obispo,... Finalmente un día, enfermo de gota, pidió al gobernador de la ciudad fuese a ver a su hijo Luis, quien se encontraba en su habitación, arrodillado ante un crucifijo y azotándose sin piedad. Éste se lo comunicó, rompiendo las resistencias del padre. Luis renunció al principado y marchó a Roma, donde llegó el 19 de noviembre de 1585, presentándose al Padre General, Claudio Acquaviva. En los primeros días recibe la visita de cardenales y del Papa Sixto V. El 25 de noviembre entra en San Andrés del Quirinal y allí se desprende de todos los vestidos que traía (dos abrigos, dos sotanas, dos jubones,...), vistiendo como los demás y entregándose a la oración.
Tras dos años de noviciado pasó dos meses en el Gesú, ocupándose de los oficios más humildes y tres en Nápoles, estudiando metafísica. El 27 de noviembre de 1587 hizo los votos del bienio, ingresando en el Colegio Romano. La muerte de su padre le llevó de nuevo al hogar familiar con el fin de pacificar las tensiones en el seno de su familia, residiendo en un cuchitril debajo de la escalera del Colegio de Milán. De regreso a Roma ocupó un cuartucho encima de la escalera. A finales de 1590 y principios de 1591 la peste asoló la ciudad. El padre Acquaviva creó un pequeño hospital junto a su residencia, siendo asistidos los apestados por los jesuitas. Luis Gonzaga se movilizó. Acudió a todos los hospitales, escribió a su madre y hermano pidiéndoles ayuda. Pero el número de muertos aumentaba, alcanzando los 60.000. El 3 de marzo se encontró con un apestado en medio de la calle, se lo echó encima y lo llevó al hospital. Aquel mismo día enfermó.
“Deseo ser desatado de este cuerpo y estar con cristo”. En la medianoche del 20 al 21 de Junio de 1591, abrazado al crucifijo entregó su alma.

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