Lectura del
libro de Isaías 8, 23b-9,3
En otro tiempo,
humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha
llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los
gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en
tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló. Acreciste la alegría,
aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se
alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, el yugo de su
carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[1].
Percibió una luz cegadora.
Jn 8, 12: Jesús habló de nuevo diciendo: “Yo
soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida”.
Acreciste el regocijo.
Sal 126, 1-3:
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, / nos parecía soñar: la
boca se nos llenaba de risas, / la lengua de cantares. / Hasta los gentiles
decía: / “El Señor ha estado grande con ellos”. El Señor ha estado grande con
nosotros, / y estamos alegres.
Porque el
yugo que les pesaba.
Is 10,25-27: Dentro de muy poco mi
indignación se habrá completado, y mi furor llevará a su destrucción. El Señor
del universo agita el látigo contra él, como cuando castigó a Madián en la roca
del Horeb y alzó su bastón sobre el mar en el camino de Egipto. Aquel día, su
carga caerá de tus hombros y su yugo de tu cuello.
Is 14,25: Quebrantar a Asiria en mi
propia tierra, / pisotearla en mi montaña. / Se apartará de ellos su yugo / y
su carga de sus hombros.
Has roto.
Jue 7, 15: Al oír Gedeón el relato
del sueño y su interpretación, se postró. Volvió al campamento de Israel y
ordenó: “¡Levantaos, pues el Señor ha entregado en vuestras manos el campamento
de Madián!”
Notas
exegéticas[2].
8 23 Este versículo que, para las regiones del norte de Palestina,
contrapone un porvenir glorioso a un pasado de humillación, parece aludir a las
campañas de Teglatfalasar en Galilea y a la deportación del 732, ver 2 Re
15,29. En el oráculo que sigue, Isaías anuncia un “día de Yahvé” que traerá la
liberación a los deportados anuncia al mismo tiempo el reinado pacífico de un
hijo del linaje real, el Emmanuel de 7,14. La aparición del Mesías en Galilea
dará a esta profecía su plena realización, ver Mt 4,13-16. El “distrito de los
gentiles” (hebreo gelil haggôyim) designa a Galilea.
9 1 El contraste ultraje-honor (8, 23) es seguido por el contraste
oscuridad-luz. La oscuridad es símbolo de desgracia, ver 13,9-10, y más concretamente
de opresión (ver v.3 y la comparación explícita de 8, 22-23; 59, 9), de
cautiverio (42, 7; 49,9; Sal 107, 10,14) y de muerte (Job 10, 21-22; 15,22-24;
38, 17). La luz es símbolo de salvación (58, 8-10; 60, 1-20; Mi 7, 8; Sal
27,1). Pero el contraste con la oscuridad evoca aquí con más precisión la
salida del sol, con el que la mentalidad de la época y, en particular, los
rituales dinásticos comparaban el advenimiento de un rey (la aparición del
faraón en el trono era expresada en egipcio jeroglífico mediante la salida del
sol; se encuentra la misma imagen a propósito de David o de sus sucesores en 2
Sam 23,3-4; Sal 110, 3; el rey es comparado al sol Sal 72,5.17). Puede ser que
el advenimiento real descrito en los versículos 5-6 sea ya evocado aquí (ver
también la aparición de la gloria de Yahvé comparada con la salida del sol en
Is 60,1-2).
9 2 “el regocijo” haggîlâ “la gente no” haggôy lo
hebreo.
9 3 (a) Literalmente “el yugo de su carga”, ver 10,27 y 14,24. Según
el contexto, no se trata del yugo de la dinastía nacional, ver 1 R3 12,4.9,
sino de un yugo extranjero, ver Lv 26,213; Dt 28,48, etc., en este caso el de Asiria
(10,27; 14, 25), que se dejaba sentir en las provincias del norte.
9 3 (b) El recuerdo del “día de Madián” muestra que la victoria
anunciada por el oráculo se deberá a la intervención divina y no a la
importancia de las fuerzas humanas utilizadas, ver Jc 7-8 y en particular 7,2;
Is 10, 24-27; Sal 83, 10. Por otra parte, se trata de un recuerdo concerniente,
ver Jc 6,35, al conjunto de las provincias del Norte (Manasés, Aser, Zabulón,
Neftalí), salvo Efraín, ver Jc 8,1
Comentario.
Con la expresión “Galilea de los gentiles” el
profeta presenta la región donde hay mayor presencia de las religiones originarias
de los pueblos cercanos (fenicios y cananeos). Es a esta región excluida donde Dios
enviará la salvación expresada con terminología concreta: luz, gozo en la siega,
reparto del botín y liberación del yugo. Esta profecía se cumplirá con la
venida del Mesías, quien centrará su predicación en estas tierras (Mt 4,12).
Salmo responsorial
Salmo 26
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Textos
paralelos[3].
Yahvé es mi luz
Sal 18,29: Señor, tú eres mi
lampara; / Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
Sal 36,10: Porque en ti está la
fuente viva, / y tu luz nos hace ver la luz.
Sal 43,3: Envía tu luz y tu
verdad: / que ellas me guíen / y me conduzcan hasta tu monte santo, / hasta tu
morada.
Mi 7,8: No te alegres por
mi causa, enemiga mía, / pues si caí me levantatré; / si vivo en tinieblas, /
el Señor es mi luz.
Is 10, 17: La luz de Israel se
convertirá en fuego, / el Dios santo en llamas, / arderá y devorará en un día /
sus espinos y zarzas.
Morar en la Casa de Yahvé.
Sal 23,6: Tu bondad y tu
misericordia me acompañan, / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa
del Señor, / por años sin término.
Sal 42,3: Mi alma tiene sed de
Dios, del Dios vivo: / ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Creo que gozaré de la bondad de Yahvé.
Sal 116,9: Caminaré en presencia
del Señor / en el país de los vivos.
Sal 142,6: A ti grito, Señor, /
te digo: “Tú eres mi refugio / y mi lote en el país de la vida”.
Comentario[4].
Con Israel.
Este es un "salmo de confianza"...
Compuesto quizá en dos ocasiones. En su estado
actual, llama la atención el admirable ritmo de sentimientos: Afirmación
del credo "Dios es salvación". Esta salvación conlleva una
participación del hombre, un combate. Este valor tiene una fuente: la oración. Y
la vida con sus combates sigue su curso, ansiosa. Pero todo culmina de nuevo en
una certeza, apoyada en Dios. El hebreo es una lengua concreta: saboreemos las
imágenes. La muralla. Temblar. La carne
destrozada. Hacer pie. El despliegue del ejercito enemigo. La entrada en
batalla. Habitar en la casa de Dios,
etc...
Con Jesús.
Una vez más,
descubrimos que Jesús recitó este salmo. He aquí algunas alusiones conmovedoras: "Los malvados se acercan
para destrozar mi carne..." La flagelación, la pasión. "Falsos
testigos se levantaron contra mi..." (Mateo 26,59). "Habitar en la
casa del Señor..." "La única cosa que busco"... Buscad
primero el Reino de Dios (Mateo 6,33). "A quién temeré"... No temáis
pequeño rebaño (Lucas 12,32).
Con nuestro tiempo.
¿Cuál es "el
hoy de Dios"? Es el hoy del mundo, el hoy de la Iglesia, mi hoy,
familiar, profesional, etc... Este
salmo, hay que actualizarlo, meditarlo con este Aggiornamento. Tema de la esperanza. Una de las actitudes
espirituales que el mundo moderno
necesita más urgentemente es la esperanza. Tener confianza. Dar
confianza. Tener fe en el éxito. Luchar
por ello. La esperanza no es una virtud lenitiva y fácil: es una actitud de
valor y fortaleza. No es solamente una
virtud "humana", sino un "don del Espíritu", una
virtud teologal que se fundamenta en la
oración, en el deseo de intimidad con Dios... "¡La única cosa que busco!" ¿es esto cierto? Tema
de la crisis. El mundo está en crisis. La Iglesia está en crisis. La esperanza
que canta este salmista es ansiosa: el
miedo ronda las puertas... Se da la señal de batalla. Así traduce Paul Claudel este pasaje: "¡Si
me declaran la guerra, es ganancia para la
esperanza!... ¡Fuego! Yo grito: ¡hurra!". ¿Creemos, sí o no, que
Dios es nuestra defensa? ¿Querríais que yo temblara?"
Segunda
lectura.
Lectura de la
carta primera del apóstol san Pablo a los Corintios 1,10-13.17
Os ruego,
hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que digáis todos lo mismo y
que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y
un mismo sentir. Pues, hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay
discordias entre vosotros. Y os digo esto porque cada cual anda diciendo: “Yo
soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo”. ¿Está dividido
Cristo? ¿Fue crucificado Pablo? Pues no me envío Cristo a bautizar, sino a
anunciar el evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz
la cruz de Cristo.
Palabra de Dios.
Textos
paralelos[5].
Seáis unánimes en el hablar.
Rm 15,5: Que el Dios de la paciencia y del
consuelo os conceda tener entre vosotros los mismos sentimientos, según Cristo
Jesús.
Flp 2,2: Dadme esta gran alegría: manteneos
unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?
-Ef
4,5: Un Señor, juna fe, un bautismo.
Notas exegéticas[6]:
1 11 No se sabe a punto fijo quien era esta Cloe, probablemente una industrial
o comerciante de Éfeso, con personal formado por esclavos, libertos y hombres
libres.´
1 12 (a) Sea que Cefas (Pedro) hubiera visitado la iglesia de Corinto, ver
9,5, sea que sin haberla visto, algunos cristianos de aquella iglesia se
hubieran apoyado particularmente en su autoridad reconocida por todos.
1, 12 (b) Quizás se
apoyaban en Cristo conocido en su vida terrena, y en sus testigos directos, ver
Hch 1,21s; 10, 41, con preferencia a los demás, ver 1 Cor 9,1; 2 Cor 5,16ss; 11
5,23; 12,11; o bien tenían la pretensión de adherirse a Cristo sin intermediarios
humanos. O quizá ·Yo de Cristo” sea simplemente la respuesta de Pablo a los que
se apoyaban en tal o cual maestro humano.
1, 17 (a) A esta sabiduría humana (alusión a las
especulaciones del pensamiento y los artificios de la retórica) se opondrá la
sabiduría de Dios v.24 y 2 5ss.
1, 17 (b) Lit. “vaciar” (de su contenido) Pablo
desarrolla este punto en 2, 1-5
Comentario: .
La Palabra de
Dios a través de la carta del apóstol Pablo se dirige a una comunidad compleja
y marcada por los constantes conflictos: las cenas previas a la eucaristía
donde unos abundaban en alimentos y otros carecían de lo mínimo necesario; el
enorgullecimiento de quienes habían recibido determinados carismas; y la
división en grupos cuyos miembros guardaban una unión vital con quienes les
había bautizado. El apóstol centra su mensaje en la exclusiva vinculación
existencial con Cristo, la salvación por medio de su cruz y la unidad entre los
miembros de la comunidad.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 4, 12-23
Al enterarse
Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se
estableció en Cafarnaúm, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí,
para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: “Tierra de Zabulón
y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los
gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que
habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló”. Desde entonces
comenzó Jesús a predicar diciendo:
-Convertíos,
porque está cerca el reino de los cielos.
Paseando junto
al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que
estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo;
-Venid en pos de
mí y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos,
a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca
repasando las redes con Zebedeo, suyu padre, y los llamó. Inmediatamente
dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría
toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y
curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Palabra del
Señor.
Textos
paralelos[7].
Mc 1,14-15: Después de que Juan fue
entregado. Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: “Se
ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el
Evangelio”.
Lc 4, 14: Jesús volvió a Galilea con la
fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca.
Fue a residir a Cafarnaún.
Jn 4,1-3.43-45: Cuando supo Jesús que habían
oído los fariseos que Jesús hacía más discípulos que Juan y que bautizaba
(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), dejó Judea y partió de nuevo
para Galilea. […] Después de dos días, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús
mismo había atestiguado: “Un profeta no es estimado en su propia patria”.
Cuando l legó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto
todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos
habían ido a la fiesta.
Jn 13,54: Fue a su ciudad y se puso a
enseñar en su sinagoga.
¡Tierra de Zabulón…”.
Is 8, 23: ¡No habrá ya oscuridad para la
tierra que está angustiada! En otro tiempo humilló el Señor la tierra de
Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del
mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
Is 9, 1: El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande; / habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les
brilló.
1 Macabeos 5,14-15: Estaban todavía leyendo
las cartas, cuando otros mensajeros, con la ropa hecha jirones, llegaron a
Galilea con esta noticia: “Se han aliado los de Tolemaida, Tiro, Sidón y toda
la Galilea de los gentiles para acabar con nosros”.
Jn 7, 52: Ellos le replicaron: “¿También tú
eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.
El pueblo que habitaba en tinieblas.
Lc 1,79: Para iluminar a los que viven en
tinieblas y en sombra de muerte, / para guiar nuestros pasos por el camino de
la paz.
Jn 8, 12 ss.: Jesús les habló de nuevo
diciendo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida”.
Rm 2, 19: Te consideras guía de ciego, luz
de los que viven las tinieblas.
Convertíos.
Mt 3,1-2.: Por aquellos días, Juan el
Bautista se presenta en el desierto de Judea, predicando: “Convertíos, porque
está cerca el reino de los cielos”.
Dn 7,14: A él se le dio poder, honor y reino.
/ Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron, / Su poder es un poder
eterno, no cesará. / Su reino no acabará.
//Mc 1,16-20: Pasando junto al mar de
Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el
mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Venid en pos de mí y os haré
pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un
poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su
padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
// Lc 5, 1-11: Una vez que la gente se
agolpaba entorno a él para oír la palabra de Dios, estando él de pie junto al
lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla, los pescadores, que
habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas,
que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca,
sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabo de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro,
y echad vuestras redes para la pesca·”. Respondió Simón y dijo: “·Maestro,
hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu
palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan
grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas
a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una
mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se
hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echo a los pies de Jesús diciendo: “Señor,
apártate de mí, que soy un hombre pecador”. Y es que el estupor se había
apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían
recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran
compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: “No temas, desde ahora serás
pescador de hombres”. Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo,
lo siguieron.
Jn 1,35-42: Al día siguiente, estaba Juan
con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: “Este es el Cordero
de Dios”. Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se
volvió y, al ver que le seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?”. Ellos le
contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?”. El les dijo: “Venid
y veréis”. Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día;
era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)”. Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te
llamarás Cefas (que se traduce: Pedro).
Jn 10, 2: Pero el que entra por la puerta,
es pastor de las ovejas.
Os haré pescadores de personas:
Jn 21,3: Simón Pedro les dice: “Me voy a
pescar”. Ellos contestan: “Vamos también nosotros contigo. Salieron y se
embarcaron; y aquella noche no cogieron nada”.
2 Re 6,19: Los arameos descendieron contra
él y Eliseo suplicó al Señor diciendo: “Hiere a las gentes con una luz cegadora”.
Y quedaron deslumbrados conforme a la palabra del Señor.
Ez 47,10: Se instalarán pescadores a la
orilla; será un tendedero de redes desde Engadí hasta Engalín. Habrá peces de
todas las especies y en gran abundancia, como en el Mar Grande.
Mt 8,19: Se acercó un escriba y le dijo: “Maestro,
te seguiré adonde vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y
los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.
Mt 13,45: El reino de los cielos se parece a
un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y,
lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
Mt 19,27: Entonces dijo Pedro a Jesús: “Ya
ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido,
Notas exegéticas Biblia de Jerusalén[8].
4 12 “Entregado”, es decir, encarcelado (ver Lc 3,20) como se dice de Jesús (17,
22; 26,2; 27,2; 18,26). La elección del verbo (paradídomi) y su forma pasiva
sugieren que, si bien los hombres son los actores del drama, es Dios quien los
guía según sus designios (ver Hch 5,28).
4 13 (a) “Nazara”, forma muy rara atestiguada por excelentes autoridades: B Z
Orígenes k, ver Lc 4,16: la masa de testigos ha vuelto a la forma común “Nazaret”.
4 13 (b) Se trata del lago de Genesaret (ver Lc t5,1; 8, 22). Cafarnaún es
localizada generalmente al noroeste del lago.
4 16 Para precisar no solo el lugar sino el significado profético del
ministerio de Jesús desde sus inicios Mateo (solo él) cita Is 8,23-9,1, modificando
además profundamente el texto. Estas palabras caracterizan el conjunto de su
evangelio en Galilea. Jesús se dirige a las tribus del pueblo más amenazadas
por la “noche” pagana, como lo fue Israel por parte de los asirios. Así, su
ministerio entra en contacto con “todas las gentes” (28,19). Mientras que otros
se retiran al desierto (p.e. la gente de Qumrán o Juan Bautista) o concentran
su actividad en Jerusalén, Jesús, el Emmanuel anunciado por el profeta (Is 7,14;
8, 8-10), escoge la “Galilea de los paganos”, algo que Mateo evoca a lo largo
de su evangelio (ver 2,22; 3,13; 4,23-25; 28,16).
4 17 La Realeza de Dios sobre el pueblo elegido y a través de él sobre el
mundo, es el tema central de la predicación de Jesús, como lo era el del ideal
teocrático del Antiguo Testamento. Implica un reino de “santos” cuyo Rey
verdadero será Dios, porque su reinado será aceptado por ellos con conocimiento
y amor. Esta Realeza, comprometida por la rebelión del pecado, debe ser
restablecida por una intervención soberana de Dios y de su Mesías, Dn 2,28ss; y
13-14. Es esta intervención la que Jesús, después de Juan Bautista, 3,2 anuncia
como inminente 4, 17-23; Lc 4,43. Antes de su realización escatológica
definitiva en la que los elegidos virirán cerca del Padre en la alegría del
banquete celestial, u8, 11ss; 13, 43; 26, 29 el Reino aparece con comienzos
humildes 13, 31-33, misteriosos 13,11, impugnados 13,24-30, como una realidad
ya comenzada. Predicado en el universo por la misión apostólica Mt 10,7; 24,14;
Hch 1,3ss; será definitivamente establecido y devuelto al Padre, 1 Cor 15,24,
por el retorno glorioso de Cristo. Mt 16,27; 25,31, en el Juicio final, 13,37-43.47-50;
25,31-46. Entretanto se presenta como una gran gracia 5, 3; 18,3-4; 19,14.23-24,
y los abnegados 13,44-46; 19,12; Mc 9,47; Lc 9, 62; 18,29ss, rechazada por los
soberbios y los egoístas 21,31-32.43; 22,2-8; 23,13. Solo se entra en él cojn
la vestidura nupcial 22,11-13 de la vida nueva Jn 3,3-5; hay excluidos, Mt
8,12; 1 Cor 6, 9-10; Ga 5,21. Hay que velar para estar a punto cuando venga de
improviso, Mt 25,1-13
4 20 En el judaísmo del siglo I el verbo “seguir” (akoloutheo) denotaba
generalmente el respeto, la obediencia ty los numerosos servicios que los
discípulos de los rabís debían a su maestro. Al aplicar este término a Jesús y
a sus discípulos, Mt transforma su sentido en varios aspectos: 1, no es el
discípulo quien elige al maestro: la llamada viene de Jesús y es respondida
generalmente por una obediencia inmediata (4, 22; 9,9); 2 los discípulos siguen
a Jesús no solo como oyentes, sino como colaboradores, testigos del Reino de
Dios. 3: Mt subraya que la muchedumbre sigue a Jesús, indicando así que buscan
en él al maestro que no han encontrado entre los rabís oficiales de la sinagoga
(4,25; 8,1; 12,14; 14,13, et.), 4 en un segundo momento, Jesús procede a
criticar tal seguimiento, haciendo ver que significa mucho más de lo que habían
imaginado los discípulos y la muchedumbre: seguir a Jesús no es ni más ni menos
que cargar con su cruz (16, 24).
4 23 (a) Lit. el “Evangelio del Rino”, expresión propia de Mateo (9, 35;
24,14). Designa bien el anuncio de la llegada del Reino, o bien el
anuncio como tal, con todas las instrucciones prácticas de Jesús que el
evangelista vincula a él, e.d. todo el evangelio mateano.
4 23 (b) Las curaciones milagrosas son la señal preferente del advenimiento
mesiánico, ver 10,1, 7ss; 11,4ss
Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[9]:
12-17 Contra lo sugerido por el demonio, Jesús
comienza su apostolado con medios humildes, obediente al Padre.
13 Nazaret: lit. es la forma rara de Nazará.
Cafarnaún: al noreste del mar, e.d., del lago de
Genesaret, a poca distancia de la desembocadura del Jordán en el lago; pequeña
ciudad estratégica como nudo de comunicaciones. Cf. 2,14.
17 Lit.: … comenzó a predicar y decir. Jesús usa las mismas palabras
que el Bautista (cf. 3,2); la diferencia está en que Juan anunciaba el reino de
Dios (Mc 1,15) pensando en el juicio divino sobre el mundo, mientras que Jesús
lo proclamaba, especialmente, con la oferta de la misericordia y el perdón del
Padre a quien quisiera acogerlo.
19 Venid (lit. aquí, adverbio griego con valor
y forma griega de imperativo) detrás de mí: el primer mandamiento decía:
“No vayáis detrás de otros dioses” (Dt 6,14); Jesús dice: Venid detrás de
mí, y lo hace para vincularlos no precisamente a una nueva escuela de los rabinos,
sino a su persona, a la comunidad de vida con Él.
Pescadores de hombres: “congregadores” de hombres
para ofrecerles la salvación definitiva (cf. 13,47-50):
21 Reparando: o “poniendo en orden; o recomponiendo”.
Este verbo griego seusa en las cartas del NT para una tarea propia de los “pescadores
de hombres”: rehacer la armonía entre los creyentes en Jesús: cf. 1 Cor 1,10; 2
Cor 13,9.11; Gal 6,1; 1 Ts 3,10; Heb 13,21; 1 Pe 5, 10.
23 Toda Galilea; lit. en toda Galilea.
Enseñando…, predicando… y curando: así resume Mt, como en 9,35,
la actividad de Jesús es la misma que, en orden inverso, encomendará a los
suyos (cf. 10,17s; 28,20). Discursos y milagros, “obras y palabras” (Hch 1,1),
son también el esquema de Mt.
Del reino (se sobreentiende de Dios): el
contenido del Evangelio, de lo que se habla en el Evangelio, es el Reino de
Dios. Cf. Mc 1,15.
Notas exegéticas desde la Biblia
Didajé[10]:
4,17 Convertíos: el griego emplea la palabra matanoia,
que significa una conversión profunda del corazón acompañada de un apartamiento
del pecado. Cristo llamó a la gente a la conversión, a responder a Dios,
movidos por la gracia, y a alejarse del pecado para obtener así la justificación.
Reino de los cielos: esta frase, en lugar de “reino de Dios” es un
semitismo propio de Mateo. Este reino describe la felicidad eterna a la que
Dios llama a su pueblo. La misión de Cristo fue establecer este reino.
4, 18 Nacido en Betsaida, Andrés fue discípulo de
Juan el Bautista anters de convertirse en seguidor de Cristo, a quien también
llevó a su hermano Pedro. Según la tradición , predicó luego el Evangelio en Grecia
y fue crucificado en Patras en una cruz con forma de X en el año 60.
4 19 Ya en virtud de su bautismo, todos los cristianos estamos llamados a un discipulado
expresado en santidad y en evangelización. Pero Dios escoge personalmente a
hombres con una vocación especial para las sagradas órdenes. Al conferir los
sacramentos los obispos y los sacerdotes actúan en la persona de Cristo Cabeza
(in persona Christi capitis) de su Cuerpo Místico, la Iglesia.
4, 23-25 El poder sanador de Cristo era símbolo de su
divinidad y el cumplimiento de la profecía de Isaías del Siervo doliente.
Notas del Catecismo de la Iglesia
Católica[11]
1720 El
Nuevo Testamento utiliza varias expresiones para caracterizar la
bienaventuranza a la que Dios llama al hombre: la llegada del Reino de Dios (cf
Mt 4, 17); la visión de Dios: “Dichosos los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios” (Mt 5,8; cf 1 Jn 3, 2; 1 Co 13, 12); la entrada en el gozo del
Señor (cf Mt 25, 21. 23); la entrada en el descanso de Dios (Hb 4, 7-11): «Allí
descansaremos y veremos; veremos y nos amaremos; amaremos y alabaremos. He aquí
lo que acontecerá al fin sin fin. ¿Y qué otro fin tenemos, sino llegar al Reino
que no tendrá fin? (San Agustín, De civitate Dei, 22, 30).
1989 La
primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la
justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del Evangelio: “Convertíos
porque el Reino de los cielos está cerca” (Mt 4, 17). Movido por la gracia, el
hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la
justicia de lo alto. “La justificación no es solo remisión de los pecados, sino
también santificación y renovación del interior del hombre” (Concilio de Trento: DS 1528).
878 Por
último, es propio también de la naturaleza sacramental del ministerio eclesial
tener carácter personal. Cuando los ministros de Cristo actúan en comunión,
actúan siempre también de manera personal. Cada uno ha sido llamado
personalmente ("Tú sígueme", Jn 21, 22; cf. Mt 4,19. 21; Jn 1,43)
para ser, en la misión común, testigo personal, que es personalmente portador
de la responsabilidad ante Aquel que da la misión, que actúa "in persona
Christi" y en favor de personas : "Yo te bautizo en el nombre del
Padre ..."; "Yo te perdono...".
879 El
ministerio sacramental en la Iglesia es, pues, un servicio colegial y personal
a la vez, ejercido en nombre de Cristo. Esto se verifica en los vínculos entre
el colegio episcopal y su cabeza, el sucesor de san Pedro, y en la relación
entre la responsabilidad pastoral del obispo en su Iglesia particular y la
común solicitud del colegio episcopal hacia la Iglesia universal.
897
"Por laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros
del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues,
los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el
Pueblo de Dios y que participan a su manera de las funciones de Cristo,
Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo
el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo" (LG 31).
898
"Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios
ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios [...] A ellos
de manera especial corresponde iluminar y ordenar todas las realidades
temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas
lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y
Redentor" (LG 31).
899 La
iniciativa de los cristianos laicos es particularmente necesaria cuando se
trata de descubrir o de idear los medios para que las exigencias de la doctrina
y de la vida cristianas impregnen las realidades sociales, políticas y
económicas. Esta iniciativa es un elemento normal de la vida de la Iglesia: «Los
fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia;
por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad. Por tanto ellos,
especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara, no sólo de
pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia; es decir, la comunidad de los
fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe común, el Romano Pontífice, y de los
Obispos en comunión con él. Ellos son la Iglesia» (Pío XII, Discurso a los
cardenales recién creados, 20 de febrero de 1946; citado por Juan Pablo II en
CL 9).
900 Como
todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud
del Bautismo y de la Confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del
derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el
mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en
toda la tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio
de ellos los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado
de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia
(cf. LG 33).
901
"Los laicos, consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo, están
maravillosamente llamados y preparados para producir siempre los frutos más
abundantes del Espíritu. En efecto, todas sus obras, oraciones, tareas apostólicas,
la vida conyugal y familiar, el trabajo diario, el descanso espiritual y
corporal, si se realizan en el Espíritu, incluso las molestias de la vida, si
se llevan con paciencia, todo ello se convierte en sacrificios espirituales
agradables a Dios por Jesucristo (cf 1P 2, 5), que ellos ofrecen con toda
piedad a Dios Padre en la celebración de la Eucaristía uniéndolos a la ofrenda
del cuerpo del Señor. De esta manera, también los laicos, como adoradores que
en todas partes llevan una conducta sana, consagran el mundo mismo a Dios"
(LG 34; cf. LG 10).
902 De
manera particular, los padres participan de la misión de santificación
"impregnando de espíritu cristiano la vida conyugal y procurando la
educación cristiana de los hijos" (CIC, can. 835, 4).
1503 La compasión
de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de dolientes de toda
clase (cf Mt 4,24) son un signo maravilloso de que "Dios ha visitado a su
pueblo" (Lc 7,16) y de que el Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene
solamente poder para curar, sino también de perdonar los pecados (cf Mc
2,5-12): vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo; es el médico que los
enfermos necesitan (Mc 2,17). Su compasión hacia todos los que sufren llega
hasta identificarse con ellos: "Estuve enfermo y me visitasteis" (Mt
25,36). Su amor de predilección para con los enfermos no ha cesado, a lo largo
de los siglos, de suscitar la atención muy particular de los cristianos hacia
todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Esta atención dio origen a
infatigables esfuerzos por aliviar a los que sufren.
Comentario José Luis Sicre[12]
-Desconcierto:
Jesús inicia su
actividad colocándose en la fila de los pecadores para ser bautizado.
Después huye.
A continuación actúa
en la región menos imaginable.
Y repite al pie
de la letra la predicación de Juan el Bautista.
-Momento de actividad:
Después del
bautismo Jesús vuelve al desierto y se entera de que a Juan lo han metido en la
cárcel.
Se marcha a
Galilea, a Nazaret.
Después de un tiempo
(¿días, meses?) no considera Nazaret el sitio adecuado para la actividad que
pretende desarrollar y se traslada a Cafarnaún.
-Lugar de la
actividad:
Juan:
Predica su
mensaje en el desierto, el lugar donde se espera la manifestación de Dios.
Jesús:
Se retira a
Galilea:
Un rabino: “si
alguien quiere enriquecderse, que vaya al norte; si desea adquirir sabiduría,
que venga al sur”.
Nicodemo: “Indaga
y verás que de Galilea no sale ningún profeta” (Jn 7, 52).
En tiempos de
Jesús era una zona rica, importante y famosa (Flavio Josefo, Guerra III, 41-43).
204 pueblos
con un promedio de 500 habitantes: 365.000.
Solo en
Séforis y Tiberíades abundan los paganos, el resto son poblaciones judías.
Ventajas:
Moverse en una
región conocida y posibilidad de escapar fácilmente hacia el norte en caso de persecución.
Riesgos:
Es la zona más
politizada, con graves conflictos y tensiones entre los judíos y Roma.
Cafarnaún:
Población:
1.000 habitantes (pescadores, agricultores, comerciantes y artesanos).
Frontera entre
Galilea (Herodes Antipas) y los territorios de su hermano Filipo: cuenta con
una aduana y una guarnición romana de unos cien soldados.
La elección de
Galilea recuerda el texto de Isaías que anuncia la salvación a esta región
después de la invasión asiria del siglo VIII a.C.
Isaías:
Juan: preparad
el camino al Señor.
Jesús: una luz
admirable.
Se dirige a “los
que habitaban en tinieblas y en sombra de muerte”, la gente más despreciada y
olvidada (campesinos y pescadores), no a los poderosos que pueden cambiar el
mundo.
-Mensaje
inicial:
La fuerza recae
en la inminencia del Reinado de Dios, una buena noticia que exige conversión.
Mateo escribe
hacia los años 80 y quiere evitar el equívoco de creer que el fin del mundo
está cerca, subrayando la idea de conversión.
Insinúa el
contenido primario del mensaje de Jesús: el Reino de Dios y cómo formar parte
de él.
-Los primeros
discípulos:
Jesús busca a
unos muchachos que lo acompañen, difundan y continúen su obra, sin títulos de
las universidades de Jerusalén o Babilonia ni estudios con los mejores rabinos.
Basta que quieran seguirlo renunciando a todo.
Mateo sigue el
evangelio de Marcos.
Pedro: el
primer discípulo que terminará siendo el más importante.
Se encuentran
tirando el esparavel (anfiblestron) o red pequeña que se lanza con una mano.
No les invita a
seguirle, se lo ordena.
A Santiago y Juan
los encuentra remendando sus redes, una red de trasmallo, para lo que se
requiere un bote de cinco o seis metros y, al menos, cuatro o cinco personas. No
les invita a convertirse en pescadores, les llama y le siguen, dejando la
barca. Esta sugiere la diferencia social entre las dos parejas de hermanos. Los
cuatro siguen con radicalidad a Jesús.
-Galilea:
enseñanza y curaciones.
La enseñanza va
acompañada de la acción: recorre, enseña, proclama, cura.
La palabra explica
el misterio del Reino de Dios, los milagros lo anticipan.
Sinagoga:
Actitud
distinta a la de Juan Bautista, quien rehuía el espacio sagrado y obligaba a la
gente a acudir a él.
A diferencia de
Juan Jesús no bautiza.
Recorría
Galilea:
Supone esfuerzo,
sacrificio, pasar de 38ºC en el lago a pueblecitos nevados en invierno; llegar
a un lugar y tener que esperar horas hasta que la gente se reúna, o incluso
días, sin aparentemente hacer nada, sin un sitio donde reclinar la cabeza,
porque las casas no se prestan a acoger a cinco personas.
Mientras la
actividad del Bautista se limitaba a los judíos, la de Jesús abarca el norte
(Galilea), el este (Transjordania) e incluso territorio pagano (Decápolis:
Damasco, Filadelfia, Rafaná, Escitópòlis, Gadara, Hipos, Dión, Pela, Gerasa y
Canata, las cuales consiguen de Pompeyo en el año 63 a.C. que les permita una
confederación con fines comerciales y defensivos bajo el dominio directo del
gobernador romano de Siria). Las multitudes no acuden a ser bautizadas ni en busca
de milagros. Siguen a Jesús.
-Una nueva
imagen de Jesús:
El Jesús
humilde del bautismo, el que no usa el poder en beneficio propio ni busca la
gloria, muestra ahora su autoridad, su poder y su bondad universal.
Llama a cuatro
muchachos y lo siguen, renunciando incluso a la familia.
Cura toda clase
de enfermedades y tiene poder sobre demonios. Atiende a los paganos, venidos de
todas las regiones de alrededor.
Comentario Marta García Fernández[13]
-Segunda parte.
Proclamación del Reino con palabras y obras (Mt 4,12-16,20).
Se desarrolla
fundamentalmente en Galilea.
Todo el camino
está orientado de Galilea hacia Jerusalén.
Momentos:
Introducción
(Mt 5,12-22).
Discurso de la
Montaña (Mt 5-7) y relatos de curaciones (Mt 8-9).
Discurso
misionero (Mt 10) y relaciones positivas y negativas con Jesús (Mt 11-12).
Discurso de
las parábolas (Mt 13) y reacciones de los oyentes (Mt 14-16,20).
-Comienzo de la
predicación de Jesús en Galilea (Mt 4,12-22):
Preámbulo a la
predicación y misión de Jesús: presentación de las credenciales de Jesús como
Hijo de Dios.
El Jesús mateano
no aparece casi nunca solo sino siempre y desde el principio acompañado por sus
discípulos en vida y misión compartida.
El esquema de
partida (Mt 4,12-16) se asemeja al esquema de huida a Egipto (Mt 2,22-23).
Mateo busca
hacer más admisibles cosas que eran escandalosas para una mentalidad judía:
Perseguido.
Origen de
Nazaret o Galilea: por eso nace en Belén (Mt 2,5), huye a Egipto (2,15) y
regresa a Nazaret (2,23) y aporta citas de cumplimiento (Mt 1,22-23; 2,5-6;
2,11; 2,17-18; 2,23; 4,14-15).
Predicación a
los gentiles.
Comentarios patrísticos[14]:
Juan Crisóstomo. Homilías
sobre el Ev. de Mateo, 14,1
¿Por qué se
retira el Señor otra vez? Para enseñarnos a no arrojarnos temerariamente a las
tentaciones, sino a saber ceder y retirarnos. Porque no es una culpa no precipitarnos
voluntariamente al peligro, pero sí lo es no mantenernos firmes valerosamente
cuando nos encontremos en medio de él.
Cirilo de Alejandría. Fragmentos sobre el Ev. de
Mateo, 34.
Luz grande es Cristo nuestro Señor y la
luminosidad de la predicación evangélica, pero no lo era la ley, que se asemejaba
a una lámpara. Por eso siempre ardía una lámpara en el Tabernáculo, por la
pequeñez del brillo de la ley, que solo podía extender s propia luz a los
límites judíos. De aquí que los gentiles estuvieran en las tinieblas al no
tener esta lámpara luminosa.
Cromacio de Aquileya. Comentario al ev. de Mateo,
15,1.
Esto recordó en efecto el evangelista nuestro
pasaje según la frase del profeta, diciendo: “Al otro lado del Jordán,. en la
Galilea de los gentiles, el pueblo que habitaba en tinieblas”. ¿En qué
tinieblas = Sin duda, en el profundo error de la ignorancia. ¿Qué gran luz vio?
Aquella sin duda de la que está escrito: “Era la luz verdadera que ilumina a
todo hombre que viene a este mundo”.
Orígenes. Fragmentos sobre el Ev. de Mateo, 74.
El reino de los cielos no está en un lugar,
sino en una disposición. Pues “está dentro de nosotros” (Lc 17,21). Observa que
si Juan predica que el reino de los cielos se está acercando, Cristo Rey nos
entregará a Dios y al Padre.
Gregorio Magno. Homilías sobre los Evangelios. 5,2.
Mucho, por consiguiente, dejaron Pedro y
Andrés, puesto que ambos dejaron los deseos de poseer; mucho dejaron los que
con lo que poseían renunciaron también al deseo: tanto, pues, dejaron
siguiéndolo, cuanto pudieron desear no siguiéndolo. Por consiguiente, tampoco
nadie, al ver que algunos han dejado muchas cosas, diga dentro de sí mismo: Yo quiero
imitar a los que desprecian este mundo, pero no tengo qué dejar. Mucho dejáis,
hermanos, si renunciáis a los deseos terrenales, por insignificantes que sean
nuestras cosas exteriores, bástale al Señor, porque Él atiende al corazón, no a
la cosa, ni tiene en cuenta cuánto se le ofrece en sacrificio, sino con cuánto
sacrificio.
Jerónimo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 14,2.
Esta es la obediencia que Cristo nos pide: ni
un momento de dilación, por muy necesario que sea lo que pudiera retardar nuestro
seguimiento.
Gregorio Magno. Homilías sobre los Evangelios. 5,2.
El reino de Dios no es propiamente estimable
en precio; más, con todo, vale tanto cuanto tienes. En efecto, a Zaqueo le
costó la mitad de su hacienda, porque reservó la otra mitad para restituir
cuadriplicado lo que injustamente retenía; a Pedro y a Andrés les costó las
redes y la barca; a la viuda, los dos pequeños cornadillos; al otro, un vaso de
agua fresca,…; así que, como hemos dicho, el reino de Dios vale tanto cuanto
tienes.
San Jerónimo. Comentario
al evangelio de san Mateo. I, 4, 17[15]
Con razón
comienza el Señor a predicar después que Juan ha sido entregado. Cuando cesa la
Ley a continuación nace el Evangelio. Si el Salvador predica lo mismo que antes
había anunciado Juan el Bautista, muestra que es el Hijo del mismo Dios de quien
aquél es el profeta.
San Jerónimo. Comentario
al evangelio de san Mateo. I, 4, 17[16]
Estos son los primeros llamados a seguir al
Señor: pescadores e iletrados, son enviados a predicar, para que la fe de los
creyentes no se atribuyera a la elocuencia y a la ciencia sino al poder de
Dios.
Santa Teresa de Liseaux. Poesías. 5.[17]
Acuérdate,
Jesús, de que llamaste padre / al humilde José, quien, por orden del cielo /
sin que te despertases del maternal regazo, / te arrancó de la furia de un
mortal traicionero. / Verbo de Dios, acuérdate de aquel misterio extraño: /
¡Hiciste hablar a un ángel, al guardar tu silencio! / De tu lejano exilio / a
orillas del Nilo / ¡acuérdate!
San Oscar Romero. Homilía. 22 enero 1978[18].
Dios ha dado la vida a cada persona para una
vocación; no todos a la vocación ministerial, sagrada, la que yo tengo el honor
de tener. Pero la vocación que ustedes tienen, laicos: vocación del matrimonio,
vocación de la profesión, vocación de la situación económica, política, social;
el cargo político también es un lugar desde donde se puede servir a Dios.
Esta es la condición: convertirse. La
conversión es necesaria para que se realice la liberación que los pueblos
esperan. De allí que la Iglesia, predicando esta conversión, tiene que señalar
el reino opuesto al reino de Dios: el reino del pecado. Predicación que no
denuncia el pecado no es predicación de Evangelio; predicación que contenta al
pecador para que se afiance en su situación de pecado está traicionando el
llamamiento del Evangelio; predicación que no molesta al pecador sino que lo
adormece en su pecado es dejar a Zabulón y Neftalí en su sombra de muerte.
Predicación que despierta, predicación que ilumina como cuando se enciende una
luz y alguien está dormido, naturalmente que lo molesta pero lo ha despertado.
Esta es la predicación de Cristo: Despertad, convertíos. Esta es la predicación
auténtica de la Iglesia. Naturalmente, hermanos, que una predicación así tiene
que encontrar conflicto, tiene que perder prestigios mal entendidos, tiene que
molestar, tiene que ser perseguida. No puede estar bien con los poderes de las
tinieblas y del pecado.
Hay una inquietud inmensa, hermanos; el
llamamiento de la conversión ha despertado muchos corazones que estaban
dormidos en Zabulón y Neftalí, en el pecado, pensando que la Iglesia estaba
metiéndose en política, en otros campos que no son los suyos. Y han
comprendido, al fin, que no está haciendo más que predicar el reino de Dios, el
cual señala el pecado aunque el pecado se encuentre en la política y se
encuentre también en las situaciones económicas y demás situaciones de la
humanidad.
La Iglesia no puede menos que ser la voz
de Cristo, de decir: Convertíos porque el reino de Dios está cerca y el que lo
quiera aprovechar, no lo logrará si no es convirtiéndose, arrepintiéndose de su
pecado, acercándose a Dios. Este ha sido el clamor de la Iglesia en estos
últimos tiempos: la conversión. Por eso, queridos hermanos: Convertíos. Yo el
primero necesito conversión, todos necesitamos conversión porque el Apocalipsis
dice: El que es santo, santifíquese más; el que es justo, justifíquese más y,
naturalmente, el que está en pecado, póngase en gracia de Dios, renuncie a sus
injusticias, a sus egoísmos, a sus atropellos. Póngase amigo de Dios; el pecado
no lo quiere Dios.
Papa Francisco. Angelus.
22 enero 2017[19]:
Nosotros,
cristianos de hoy en día, tenemos la alegría de proclamar y testimoniar nuestra
fe, porque hubo ese primer anuncio, porque existieron esos hombres humildes y
valientes que respondieron generosamente a la llamada de Jesús. A orillas del
lago, en una tierra impensable, nació la primera comunidad de discípulos de
Cristo. Que la conciencia de estos inicios suscite en nosotros el deseo de
llevar la palabra, el amor y la ternura de Jesús a todo contexto, incluso a
aquel más dificultoso y resistente. ¡Llevar la Palabra a todas las periferias!
Todos los espacios del vivir humano son terreno al que arrojar las semillas del
Evangelio, para que dé frutos de salvación.
Papa Francisco. Angelus.
26 enero 2014[20]:
Partiendo de
Galilea, Jesús nos enseña que nadie está excluído de la salvación de Dios, es
más, que Dios prefiere partir de la periferia, de los últimos, para alcanzar a
todos. Nos enseña un método, su método, que expresa el contenido, es decir, la
misericordia del Padre. «Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el
camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado:
salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20).
Queridos amigos
y amigas, el Señor llama también hoy. El Señor pasa por los caminos de nuestra
vida cotidiana. Incluso hoy, en este momento, aquí, el Señor pasa por la plaza.
Nos llama a ir con Él, a trabajar con Él por el reino de Dios, en las
«Galileas» de nuestros tiempos. Cada uno de vosotros piense: el Señor pasa hoy,
el Señor me mira, me está mirando. ¿Qué me dice el Señor? Y si alguno de
vosotros percibe que el Señor le dice «sígueme» sea valiente, vaya con el
Señor. El Señor jamás decepciona. Escuchad en vuestro corazón si el Señor os
llama a seguirle. Dejémonos alcanzar por su mirada, por su voz, y sigámosle.
«Para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y
ninguna periferia se prive de su luz» (ibid., 288).
Misa de Niños
Monición
de entrada.-
Buenos días.
Hoy hemos venido porque Jesús quiere hablarnos
y nosotros queremos escucharle y tener nuestras palabras en el nuestro corazón.
Para eso Jesús nos ayudará, escuchando
nuestras oraciones y estando con nosotros en el pan y vino.
Señor,
ten piedad.
Tu tienes palabras de verdad. Señor, ten piedad.
Tú tienes palabras de amor. Cristo, ten
piedad.
Tú tienes palabras de vida. Señor, ten piedad.
Peticiones.-
Por el Papa Francisco, para que se sienta muy
querido por todos los que formamos la Iglesia. Te lo pedimos Señor.
Por los que siguen a Jesús y no son católicos,
especialmente los que viven en nuestro pueblo, para que cada día les ayudes a ser
tus amigos. Te lo pedimos Señor.
Por los maestros y los que nos enseñan, para
que les ilumines. Te lo pedimos Señor.
Por el Sínodo de Valencia, para que nos ayude
a ser tu familia en Valencia. Te lo pedimos Señor.
Por niños que están en los países de misión,
para que tengan libros, escuelas e iglesias. Te lo pedimos Señor.
Por nosotros, para que cada día intentemos
obedecer a Jesús. Te lo pedimos Señor.
Oración.
Virgen María, queremos darte las gracias por
las catequistas y las personas que nos hablan de ti, porque ellas nos ayudan a
ser cada día más amigos de Jesús.
[1] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[2] Ib.
[3] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[4] Quesson, Noel. 50 salmos
para todos los días. Paulinas. Colombia. 1988. En www.mercaba.org
[5] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[6] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[7] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019. Traducción Sagrada
Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[8] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[9] Iglesias González, M. Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid.
2017.
[10] Biblia Didaje con
comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos
copiados de www.vatican.va
[11] Catecismo de la Iglesia
Católica. www.vatican.va Notas tomadas
de la Bíblia Didaje.
[12] Sicre, J.L. El evangelio de
Mateo. Un drama con final feliz. Verbo Divino. Estella. 2019. Pgs.85 ss.
[13] García Fernández, M. Mateo.
Guías de lectura del Nuevo Testamento. Verbo Divno. Estella (Navarra).
2015. Pgs. 52 ss.
[14] Merino Rodríguez, M. La
Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1ª. Evangelio
según san Mateo (1-13). Ciudad Nueva. Madrid. 2006.
[15] Jerónimo. Comentario al
Evangelio de Mateo. Biblioteca Patrística. Ciudad Nueva. Madrid. 1999.
[16] Ib.
[17] Teresa de Lisieux. Obras
Completas. Monte Carmelo. Burgos. 2003.
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