jueves, 19 de agosto de 2021

Domingo XXI T. O. 22 de agosto de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Josué 24, 1-2a.15-17.18b.

En aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los magistrados. Y se presentaron ante Dios. Josué dijo a todo el pueblo:

-Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quien queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor”.

El pueblo respondió:

-¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos por los que atravesamos. También nosotros serviremos al Señor, ¡porque él es nuestro Dios!

 

Textos paralelos.

 Nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto.

Ex 13, 3: Y Moisés dijo al pueblo: Acuérdate siempre de este día, en que habéis salido de Egipto, de la esclavitud, cuando con mano fuerte os sacó de allí el Señor.

Dt 5, 6: El Señor dijo: Yo soy el Señor, tu Dios. Yo te saqué de Egipto, de la esclavitud.

 

Notas exegéticas.

24 Tres partes: 1º, Josué propone a la fe de los asistentes las intervenciones de Yahvé en favor de Israel, vv. 2-13; ver las confesiones de fe del Dt 6, 1-24 y 26, 5-9; 2ª, la asamblea se pronuncia por Yahvé y contra los dioses extranjeros, vv. 14-24; 3ª, se concluye la alianza y se pone su ley por escrito, vv. 25-28. – Este capítulo se añadió durante o después del destierro, pero la tradición que representa es antigua. La fe en Yahvé, traída por el grupo que dirige Josué, es propuesta por él a otros grupos que no han oído hablar de ella todavía. Estos no han estado en Egipto y no se han beneficiado de los prodigios del Éxodo ni de la revelación del Sinaí; sin embargo, no son cananeos y tienen un origen común con el grupo de Josué: se trata de las tribus del norte, que con este pacto aceptan la fe en Yahvé y llegan así a formar parte del pueblo de Dios.

24 1 Ver 8, 30-35. Siquén era, por su posición central, un lugar apto para la reunión de las tribus, ver también 1 R 12, y, por su pasado, un escenario predestinado para la conclusión de este pacto religioso: allí había levantado Abrahán un altar, Gn 12, 6-7, allí había adquirido Jacob derechos, Gn 33, 18-20, y escondido los ídolos traídos de Mesopotamia, Gn 35, 2-4.

 

Comentario.

-Tratados políticos del Antiguo Oriente:

Varios de ellos aparecen en esta narración:

Yahvé: soberano que establece la alianza.

Prólogo histórico: nos sacó a nosotros y a nuestros padres de Egipto:

Motivo por el que se pide al pueblo lealtad y obediencia.

-Contexto:

Final de la conquista de Israel.

Reunión de las tribus en Siquén, lugar donde antes de la reunificación del culto en Jerusalén, existía un santuario.

-Josué recita la lista de acontecimientos en los que Dios benefició a Israel:

Israelitas: Dios / dioses del este del Éufrates y Canaán = opción fundamental.

-Contexto histórico del autor:

Exilio de Babilonia: pide a los desterrados vivan en lealtad a Yahvé.

 

Salmo responsorial

Salmo 33, 2.3.16-23.

 

Gustad y ved qué bueno es el Señor. R/.

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

 

Los ojos del Señor miran a los justos,

sus oídos escuchan sus gritos;

pero el Señor se enfrenta con los malhechores,

para borrar de la tierra su memoria. R/.

 

Cuando uno grita, el Señor lo escucha

y lo libra de sus angustias;

el Señor está cerca de los atribulados,

salva a los abatidos. R/.

 

Aunque el justo sufra muchos males,

de todos los libra el Señor;

él cuida de todos sus huesos,

y ni uno solo se quebrará. R/.

 

La maldad da muerte al malvado,

los que odian al justo serán castigados.

El Señor redime a sus siervos,

no será castigado quien se acoge a él. R/.

 

 Textos paralelos.

Yahvé está cerca de los desanimados.

Sal 51, 19: Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y triturado, tú, Dios, no lo desprecias.

Mt 11, 29-30: Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy tolerante y humilde, y os sentiréis aliviados. Pues mi yugo es blando y mi carga es liviana.

Cuida de todos sus huesos, ni uno solo se romperá.

Jn 19, 36: Esto sucedió de modo que se cumpliera la Escritura: No le quebrarán ni un hueso.

 

Notas exegéticas.

34 Salmo penitencial “alfabético”, ver Pr 31, 10 (pero el orden de las estrofas está alterado): acción de gracias, vv. 2-11, e instrucción, en el sentido de los Proverbios, sobre la suerte de los justos y de los malvados, vv. 12-23.

 

Tres lecturas.

Con Israel:    Salmo alfabético. Cada versículo comienza con una letra del alfabeto hebreo. ¿De quién habla este salmo? ¿Qué categoría es invitada a dar gracias? Los "pobres", los "Anawim". "Oiganlo y alégrense hombres humildes". Sí, los "desgraciados", los "humildes", los "corazones que sufren", son proclamados "dichosos", ¡en tanto que los ricos son tildados de "desprovistos"!

Con Jesús:    El evangelista San Juan cita explícitamente este salmo cuando al explicar que se atravesó el costado de Jesús en la cruz en lugar de romperle las piernas como se hizo con los otros crucificados dice: "esto sucedió para que se cumpliera la escritura que dice: no le romperán ni uno solo de sus huesos" (Salmo 33,21; Juan 19,36)

Con nuestro tiempo:  Promesas de felicidad. Quien quiere ser feliz debe "huir del mal", "practicar el bien", "adorar a Dios", "buscar a Dios". ¡Ingenuidad! dirán ciertos espíritus fuertes. ¡Y si esto es verdad! ¡Si los únicos felices son aquellos de quienes habla el salmo! Hagamos la experiencia.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21-32.

Hermanos:

Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo; las mujeres, a sus maridos, como el Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestros mujeres como Cristo amó a su Iglesia: él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”. Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Textos paralelos.

 Las mujeres a sus maridos, como el Señor.

Col 3, 18: Mujeres, someteos a los maridos, como pide el Señor.

1 P 3, 1-6: Lo mismo vosotras, mujeres, someteos a vuestros maridos, de modo que, aunque algunos no crean el mensaje, por la conducta de sus mujeres, aun sin palabras, queden ganados al observar vuestro proceder casto y respetuoso. No consista vuestro adorno en lo exterior: cabellos trenzados, joyas de oro, trajes elegantes; sino en lo íntimo y oculto: en la modestia y serenidad de ánimo incorruptible. Eso es lo que estima grandemente Dios. Así se adornaban en otros tiempos las santas mujeres que esperaban en Dios y se sometían a sus maridos. Como Sara, que obedecía a Abrahán llamándolo señor. Obrando bien y no cediendo a ninguna intimidación, os hacéis hijas de ella.

Como Cristo es cabeza de la Iglesia.

1 Co 11, 3: Pero quiero que comprendáis que el Mesías es cabeza de todo varón, el varón es cabeza de la mujer y Dios es cabeza del Mesías.

Ef 1, 22-23: Todo lo ha sometido bajo sus pies, lo ha nombrado cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo y se llena del que llena de todo a todos.

Maridos, amad a vuestras mujeres.

Col 3, 19: Maridos, amad a vuestras mujeres y no las irritéis.

1 P 3, 7: Lo mismo vosotros, maridos, que convivís con ellas, tened consideración en conciencia con la condición más delicada de las mujeres, y estimadlas como coherederas de la gracia de la vida. Así no estorbaréis vuestras oraciones.

Ef 5, 2: Proceded con amor, como Cristo os amó hasta entregarse por vosotros a Dios como ofrenda y sacrificio de aroma agradable.

Tt 2,14: Él se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad, para adquirir un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

Ef 3, 5-7: En generaciones pasadas no se dio a conocer a los hombres; ahora en cambio se ha revelado a sus santos apóstoles y profetas inspirados. Consiste en esto: que por medio de la buena noticia los paganos comparten la herencia y las promesas de Jesucristo, y son miembros del mismo cuerpo. Y yo soy su ministro por dond e la gracia de Dios, otorgada según la eficacia de su poder.

Presentársela resplandeciente a sí mismo.

Rm 6, 4: Por el bautismo nos sepultamos con él en la muerte, para vivir una vida nueva, lo mismo que Cristo resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre.

Ez 16, 9: Te bañé, te limpié la sangre y te ungí con aceite.

Col 1, 22: Ahora, en cambio, por medio de la muerte de su cuerpo de carne, os han reconciliado y os han presentado ante él: santos, intachables, irreprochables.

2 Co 11, 7: Nuestra esperanza acerca de vosotros es firme, pues sabemos que como compartís nuestros sufrimientos, así compartiréis nuestro consuelo.

Santa e inmaculada.

Ap 19, 7-8: Hagamos fiesta alegre dándole gloria, porque ha llegado la boda del Cordero y la novia está preparada. La han vestido de lino puro resplandeciente (el lino de las obras buenas de los santos).

Ap 21, 2: Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajando del cielo, de Dios, preparada como novia que se arregla para el novio.

Ap 21, 9-11: Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas plagas y me habló así: Ven que te enseñe la novia, la esposa del Cordero. Me trasladó en éxtasis a una montaña grande y elevada y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, de Dios, resplandeciente con la gloria de Dios. Brillaba como piedra preciosa, como jaspe cristalino.

Pues somos miembros de su cuerpo.

1 Co 12, 12: Como el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos , forman un solo cuerpo así es Cristo.

Por eso dejará el hombre a su padre.

Gn 2, 24: Por eso un hombre abandona padre y madre, se junta a su mujer y se hacen una sola carne.

Mt 19, 5: Y dijo: por eso abandona un hombre a sus padres, se junta a su mujer y los dos se hacen una sola carne.

1 Co 6, 16: O ¿no sabéis que quien se une a una prostituta se hace un cuerpo con ella? Pues se dice que formarán los dos una sola carne.

Lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.

Rm 16, 25: Al que puede confirmarnos según la buena noticia y la proclamación de Jesús como Mesías, según el secreto callado durante siglos.

 

Notas exegéticas.

5 21 Efesios retoma la exhortación de Col 3 sobre las nuevas relaciones interpersonales, pero introduce en ella un desarrollo característico sobre la unión de Cristo y de la Iglesia que confiere al capítulo una dimensión totalmente nueva,

5 23 Los vv. 23-32 establecen un paralelo entre el matrimonio humano y la unión de Cristo con la Iglesia. Los dos términos de comparación se aclaran mutuamente: a Cristo se le puede llamar esposo de la Iglesia, porque es su cabeza y la ama como a su propio cuerpo, como sucede entre marido y mujer. Una vez expuesta esta comparación, ofrece de rechazo un modelo ideal del matrimonio humano. El simbolismo empleado hunde sus raíces en el AT, donde Israel aparece con frecuencia como esposa de Yahvé, Os 1, 2.

5 26 El bautismo exige, para su plenitud, el acompañamiento de la proclamación de la palabra, concretada en la evangelización del ministro y la profesión de fe del bautizado.

5 27 Según las costumbres del antiguo Oriente, la novia, después de bañada y adornada, era presentada a su prometido por los invitados a la boda. En el caso místico de la Iglesia, Cristo es quien lava a su prometida de toda mancha con el barro del bautismo (nótese la mención expresa de una fórmula bautismal) para presentársela a sí mismo, ver 2 Cor 11, 2.

5 30 Adicción (Vulgata): “de su carne y de sus huesos”.

5 32 En el texto del Génesis, el autor descubre una prefiguración profética de la unión de Cristo y de la Iglesia, “misterio” largo tiempo oculto, y ahora manifestado, al igual que el “misterio” de la salvación de los gentiles.

 

Comentario.

-Contexto social, cultural y religioso de la carta:

Siglo I:

Sometimiento de la mujer al marido.

-Carta a los Efesios:

Reflexión sobre la Iglesia y su relación con Cristo.

Texto eclesiológico y cristológico.

Cristo = cabeza – Iglesia = cuerpo.

Imágenes:

Sumisión y amor: armonía / contradicción.

Amor:

Palabra más repetida.

Amor de Cristo a su Iglesia mediante la imagen del amor del esposo a la esposa.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60-69.

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:

-Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:

-¿Esto os escandaliza? ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen.

Pues Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede”.

Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce:

-¿También vosotros queréis marcharos?

Simón Pedro le contestó:

-Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

 

Textos paralelos.

 Es duro este lenguaje.

Jn 3, 11: Te lo aseguro: hablamos de lo que sabemos, atestiguamos lo que hemos visto, y no aceptáis nuestro testimonio.

Jn 1, 48: Le pregunta Natanael: ¿De qué me conoces? Jesús le contestó: Antes de que te llamara Felipe, te vi bajo la higuera.

Cuando veáis al Hijo del hombre.

Mt 8, 20: Le contestó: Las zorras tienen madrigueras, los pájaros tienen nidos, pero este Hombre no tiene donde recostar la cabeza.

Jn 12, 32: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

El espíritu es el que da vida.

Jn 20, 27: Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Desde aquel momento el discípulo la llevó a su casa.

1 Co 15, 45: Así está escrito: el primer hombre, Adán, se convirtió en un ser vivo, el último Adán se hizo un espíritu que da vida.

2 Co 3, 6: Que nos capacitó para administrar una alianza nueva: no de puras letras, sino de Espíritu; porque la letra mata, el Espíritu da vida.

Jn 3, 11: Te lo aseguro: hablamos de lo que sabemos, atestiguamos lo que hemos visto, y no aceptáis nuestro testimonio.

Jn 12, 49-50: Porque yo no hablé por mi cuenta; el Padre que me envió me encarga lo que he de decir y hablar. Y sé que su encargo es vida eterna. Lo que digo lo digo como me lo ha dicho el Padre.

Hay entre vosotros algunos que no creen.

Jn 1, 48: Le pregunta Natanael: ¿De qué em conoces? Jesús le contestó: Antes de que te llamara Felipe, te vi bajo la higuera.

Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí.

Jn 6, 44: Nadie puede acudir a mí si no lo arrastra el Padre que me envió; y yo lo resucitaré el último día.

Jesús dijo entonces.

// Mt 16, 16 p

Mt 16, 15-16

Mc 8, 29

Lc 9, 20

Jn 6, 67-69

Les dice:

 

 

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

 

Respondió Simó Pedro:

 

Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Él les preguntó a ellos:

 

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

 

Respondió Pedro:

 

 

-Tú eres el Mesías.

Les preguntó:

 

 

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

 

Respondió Pedro:

 

 

-Tú eres el Mesías de Dios.

Así que Jesús dijo a los doce:

 

-¿También vosotros queréis marcharos?

 

Le contestó Simón Pedro:

 

-Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú dices palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios.

 

Tú tienes palabras de vida eterna.

Dt 8, 3: Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná – que tú no conocías ni conocieron tus padres – para enseñarte que el hombre no vie solo de pan, sino de todo lo que sale de la boca de Dios.

Hch 7, 38: Este es el que en la asamblea, en el desierto, trataba con el ángel que le había hablado en el monte Sinaí a él y a nuestros padres; el que recibió palabras de vida para comunicárnoslas.

Hch 3, 14: Vosotros rechazasteis al santo e inocente, pedisteis que os indultasen a un homicida.

Yo os he elegido.

Jn 13, 18: No hablo de todos vosotros, pues sé a quienes he escogido. Pero se ha de cumplir aquello de la Escritura: El que compartía mi pan me ha echado la zancadilla.

Hablaba de Judas.

Jn 13, 2: Durante la cena, cuando el diablo había sugerido a Judas Iscariote que lo entregara.

Jn 13, 27: Detrás del bocado entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que has de hacer hazlo pronto.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén

6 60 Aquí se reanuda el diálogo sobre Jesús-Sabiduría interrumpido por la inserción de la sección propiamente eucarística. El escándalo de los discípulos obedece a que Jesús ha afirmado haber bajado del cielo. Jesús responde anunciando su ascensión, que probará su verdadero origen.

6 62 Frase inacabada. Al mismo tiempo que constituye el escándalo supremo, la cruz aparece a los ojos de la fe, como la vuelta del Hijo en la gloria que era suya antes de la creación. Así, las palabras pronunciadas previamente adquirirán todo su sentido a la luz de la glorificación de Jesús y del don del Espíritu que deriva de ella. A través de la condición terrena de Jesús y de su cruz es necesario discernir su gloria y reconocer la verdad y el poder de sus palabras y de sus gestos. Si los vv. 51-58 forman parte íntegra del discurso se entenderá que es necesario haber descubierto la gloria de Jesús para reconocer el poder de la vida de la eucaristía.

6 63 (a) Al oponer carne y espíritu, Jn no está distinguiendo dos partes de la persona, sino que describe dos formas de vivir. La carne es el ser humano entregado a sí mismo y a los límites de sus posibilidades: no puede por sí mismo percibir el sentido profundo de las palabras y de los signos de Jesús, ni creer. El espíritu es el poder de vida que ilumina al hombre, le abre os ojos y le permite discernir la Palabra que se expresa en Jesús.

6 63 (b) Las palabras de Jesús respecto del pan celestial manifiestan una realidad divina que solo el Espíritu puede hacernos comprender y que es fuente de vida para el hombre.

6 64 Anuncio de la traición de Judas. En Jn Jesús preside su propia Pasión, conoce su Hora y la precede.

6 69 Es decir: el enviado y elegido de Dios, consagrado y unido a él de modo eminente, el Mesías. Variante: “tú eres el Cristo, el Hijo de Dios”, o “el Hijio de Dios vivo”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

60 El comentario de los oyentes suena así literalmente: dura es la palabra esta, quién puede a ella oír.

61 EN SU INTERIOR: lit. en sí mismo, es decir, sin que nadie le informara; o: al tener conciencia de que… En los vs. siguientes Jesús no retracta nada de lo que ha dicho, pero explica: él se dará en alimento y bebida, aunque en la forma de existencia propia de su dimensión divino-humana de resucitado.

62 Falta la apódosis[1]. La frase completa podría ser: “Si descubrierais la gloria del Hijo, si entendierais que se trata de la carne glorificada del Hijo, ¿qué pensaríais?, o “… ¿qué dificultad habría?”.

63 Recordemos que la tradición judía pensaba que el alimento que Moisés trajo del cielo era la Ley, más bien que el maná (cf. Pr 9, 4-6 y Sal 119). La Eucaristía recibida con fe – que, gracias al Espíritu de Jesús nos hace captar las realidades “espirituales”, no como la “carne” (el conocimiento meramente natural) – nos hace compartir la vida del Hijo. Las palabras de este, “como él mismo dice por san Juan, son espíritu y vida. Las cuales sienten las almas que tienen oídos para oírlas, que, como digo, son las almas limpias y enamoradas; que las que no tienen el paladar sano, sino que gustan de otras cosas, no pueden gustar el espíritu y vida de ellas, antes les hace sinsabor. Y por eso, cuanto más altas palabras decía el Hijo de Dios, tanto más algunos se desabrían por su impureza, como fue cuando predicó aquella tan sabrosa y amorosa doctrina de la Sagrada Eucaristía, que muchos de ellos volvieron atrás” (san Juan de la Cruz). No hay contradicción con el realismo de los vs. 51-58, ya que precisamente las palabras de Cristo son las que transforman el pan eucarístico en su carne glorificada: “En la consagración actúan las palabras mismas del Señor y Salvador; pues el sacramento que recibes (en la eucaristía) se hace por la palabra de Cristo” (san Ambrosio).

66 DESDE ENTONCES: o por aquello. // ATRÁS: lit. a lo de atrás, a la vida de antes.

69 ¿A QUIÉN VAMOS A IR? “¡Pobres nosotros! ¿Y dónde iremos, o qué buscaremos fuera de Cristo? ¿Podremos hallar quizá otro tal Señor, otro tan dulce compañero y amigo para trabajos y descansos? ¿Dónde otro que sea tan manso en perdonar, tan hermoso para mirar, tan sabio para aconsejar, tan bueno para amar? ¿Adónde otro que muera por mí con tantos dolores y amores y que esté ahora con voluntad de tornar a morir, si yo hubiese menester otra muerte? ¡Oh cuan verdad dijo san Pedro: ¿A dónde iremos, tú tienes palabras de vida eterna?” (san Juan de Ávila). San Ignacio de Antioquía dijo lo mismo con más brevedad: “¿Cómo podríamos vivir sin Él?” (A los Magnesios, 9, 2). // Y POR ESO: Los verbos griegos, en tiempo gramatical de perfecto, vienen a decir: “Nosotros estamos en posesión de la fe de que tú eres….”. Creer y saber, fe y conocimiento, van unidos, casi son idénticos. Juan suele anteponer la fe al conocimiento; la fe es condición para poseer la vida (v. 47), y la vida eterna es “conocimiento” (17, 3). Lo dice frecuentemente san Agustín: “Entender es premio de la fe; por consiguiente, no busques entender para luego creer, sino cree para que entiendas”, “creyendo te haces capaz de entender”; “creemos para conocer, no conocemos para creer”; “el hombre, si no va por delante la fe no podrá seguir una vida buena”; “sin fe, ningún mortal fue justo, ni lo es, ni lo podrá ser nunca”, etc. Por su parte, Benedicto XVI escribió: “El creer no suprime el pensar, y tampoco necesita poner entre paréntesis la experiencia de nuestro tiempo. Por el contrario, solamente la fe da al pensamiento su apertura y su significado a la experiencia”. // EL SANTO DE DIOS: cf. Hch 3, 14.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

6, 60-71 La multitud (e incluso algunos discípulos de Cristo) pensaba que sus enseñanzas eran demasiado difíciles de aceptar y decidió abandonarle en lo que parecía ser la mayor deserción de seguidores durante su vida pública. Simón Pedro habló por los discípulos proclamando su fidelidad a Cristo y su creencia en su identidad como el “Santo de Dios” incluso aunque no entendieran perfectamente sus enseñanzas. Al hacer esto, realizó la afirmación fundamental para creer en Cristo: solo él tiene palabras de vida eterna. Cat. 438-440, 1336.

6, 63 La razón humana puede hacer muchas cosas, pero no puede penetrar y acoger la revelación de Dios, sin fe suficiente. La intervención del Espíritu Santo es necesaria para aceptar los misterios de la fe, y es el mismo Espíritu Santo el que hace fructífera nuestra oración. Cat. 1769 y 2766.

6, 66 Cabe recalcar como Cristo, aquí y a través de su discurso, no intentó reformular sus palabras para clarificar cualquier malentendido. Esto indica que no estaba hablando metafóricamente; se refería a su cuerpo y sangre como comida y bebida reales. También sería inequívoco al instituir el sacramento de la Eucaristía en la Última Cena. Cat. 1339.

 

Comentarios de los Santos Padres.

También dice lo que hay que entender por “Espíritu”: “Las palabras que yo os he dicho son Espíritu y vida”. Así, al establecer que sus palabras dan vida, porque el Verbo es Espíritu y vida, precisó que sus palabras son carne, porque también el Verbo se hizo carne. El Verbo debe ser considerado como necesario para tener la vida, y debe ser devorado con el oído y rumiado con la mente y digerido con la fe.

Tertuliano. Sobre la resurrección de los muertos, 37, 1-3. 4a, pg. 341.

Para enseñarnos que aun el mismo creer es don y no merecimiento, dice: “Os digo que nadie puede venir a mí si no le ha sido dado por mi Padre”. Haciendo memoria de lo que antecede, hallaremos el lugar del Evangelio donde había dicho: “Nadie viene a mí si mi Padre no le trae”. Violencia es esta que se hace al corazón, no a la carne. ¿De qué te admiras? Cree, y vienes; ama y eres traído. No juzgues que se trata de una violencia gruñona y despreciable; es dulce, suave; es la misma suavidad lo que te atrae. Cuando la oveja tiene hambre, ¿no se la trae mostrándole hierba? Y me parece que no se la empuja; se la sujeta con el deseo.

Agustín. Sermones, 131, 2. 4a, pg. 341.

Amós es expulsado de Samaría. Y todo esto, te pregunto, ¿por qué? Porque eran cirujanos espirituales que cortaban los vicios de los pecadores y exhortaban a la penitencia. El apóstol Pablo dice: “Me he hecho enemigo vuestro por deciros la verdad”. Y, porque las palabras del Salvador parecían duras, muchos de sus discípulos le volvieron la espalda.

Jerónimo. Cartas, 40, 1. 4a, pg. 343.

Tiene poca importancia que algunos, Figelo, Hermógenes, Fileto e Himeneo, hayan abandonado a su Apóstol (2 Tm 1, 15): el mismo que entregó a Cristo fue uno de los apóstoles. ¿Nos vamos a admirar de que sus iglesias sean abandonadas por algunos, cuando todas esas cosas que padecemos a ejemplo de Cristo mismo demuestran que somos cristianos? “De entre nosotros – dice la escritura – salieron, pero no eran de los nuestros; si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido, ciertamente, con nosotros (1 Jn 2, 19).

Tertuliano. Prescripción contra los herejes, 3, 9-13. 4a, pg. 343.

“Tú tienes palabras de vida eterna”, no duras, como dicen ellos, sino las que levantan a lo más excelso de todo, es decir, a la vida inalcanzable, eterna, limpia de toda corrupción.

Cirilo de Alejandría. Comentarios al Ev. de Juan, 4, 4. 4a, pg. 344.

 

San Agustín

Coman, por tanto, quienes lo comen y beban los que lo beben; tengan hambre y sed; coman la Vida, beban la Vida. Comer esto es rehacerse; pero de tal modo te rehaces, que no se deshace aquello con que te rehaces. Y beber aquello, ¿qué cosa es sino vivir? Cómete la vida, bébete la vida; tú tendrás vida sin mengua de la vida. Entonces será esto, es decir, el cuerpo y la sangre de Cristo será vida para cada uno, cuando se coma espiritualmente lo que en este sacramento se toma visiblemente, y se beba espiritualmente lo que significa. Porque se lo hemos oído decir al Señor: El espíritu es el que da vida, la carne no aprovecha nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y vida. Pero hay entre vosotros, dice, algunos que no creen (Jn 6, 64-65). Eran los que decían: ¡Cuán duras palabras son estas!, ¿quién las puede aguantar? (Jn 6, 62). Duras, sí, más para los duros; es decir, son increíbles, mas para los incrédulos.

Sermón 131, 1. II, pg. 1174.

 

San Juan de Ávila

El primer nacimiento es de deshonra; el segundo es de honra. El primero de vileza; el segundo, de nobleza. El primero de pecado; el segundo, de justificación de pecados. El primero, de carne que mata; el segundo, de espíritu que aviva (cf. Jn 6, 63). Por el primero somos hijos de hombres, por el segundo, hijos de Dios.

Audi, filia (II). OC I, pg. 753.

El primero de pecado; el segundo de justificación de pecados. El primero, de carne que mata (cf. Jn 6, 64); el segundo, de espíritu que aviva.

Audi, filia (I). OC I, pg. 511.

¿Dónde iremos, dijo san Pedro a Cristo, que palabras de vida eterna tienes? (Jn 6, 68). ¿Dónde iremos, que fuente de vida tienes, y tú solo la tienes? ¿Dónde iremos, alegre luz, sin la cual hay tinieblas? ¿Dónde, pan vivo, sin el cual hay hambre mortal? ¿Dónde, firmísimo amparo, sin el cual la seguridad está en peligro? En fin, ¿dónde irá la oveja, estando en toda parte cercada de lobos, si el pastor la desabriga y alanza de sí?

Audi, filia (II). OC I, pg. 659.

¿Dónde iremos, dijo san Pedro a Cristo, que palabras de vida tenéis? (Jn 6, 69). ¿Dónde iremos, Señor, que fuente de vida tienes, y tú solo la tienes?

Audi, filia (I). OC I, pg. 441.

Las palabras de Dios son de sapientísimo, y no las puede nadie estimar; sino aquel que las pone por obra: que las oye para guardarlas. Que también había en aquel tiempo, cuando Cristo predicaba, quien dijese: “Muy estrecho nos pone el camino del cielo: durus est hic sermo (Jn 6, 61)”. Dijeron los judíos a Cristo (San Juan lo cuenta).

Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg. 182.

Dirá el otro: “Padre, yo no hurto, yo no tomo la mujer al otro, yo no levanto falsos testimonios, yo no hago dioses ajenos: ¿qué me falta! – Con todo eso os podéis ir al infierno con los fariseos. Dice San Pablo: El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve para nada (Jn 6, 64). – “Sí, pero los mandamientos de Dios tienen cuerpo y ánima como nosotros”. El hombre que no tiene ánima está muerto. ¿Qué vale? – Nada. – Dice Hugo de Santo Victo: Toda mi vida es tu vida y tu amor. El ánima que no tiene amor, puesto caso que tenga la substancia de los mandamientos, que los haga: como le falte el amor, no cumple en intención con que Dios lo mandó. Muerta está: que aunque tiene el cuerpo de los mandamientos, no el espíritu que da vida.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg. 161.

Lo principal de la nueva ley es el amor: que la gracia del Espíritu Santo infundida en el corazón del cristiano, el fructo que hace es que procede en amor. Aquello es lo que Dios infunde en el ánima. Sant Pablo ad Romanos: La ley del Espíritu vivificador me ha liberado por medio de Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que era imposible para la ley, a causa de la fragilidad humana, lo realizó Dios enviando a su propio Hijo con una naturaleza semejante a la del pecado; es más, se hizo sacrificio de explicación por el pecado y dictó sentencia contra él a través de su propia naturaleza mortal, para que así no vivamos según nuestros apetitos desordenados, sino según el Espíritu, y cumplamos la ley en plenitud” (Rm 8, 2-4). Y en otra parte dice el mesmo Apóstol: La carne no sirve para nada, el Espíritu es quien da la vida (Jn 6, 64).

Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg. 333.

El que guarda su palabra. – Porque algunos podrían cumplir el cuerpo de los mandamientos, sin tener el alma de ellos, que es la caridad, o amor de Dios o del prójimo; lo cual todo no aprovecha, porque la carne no sirve para nada (Jn 6, 64).

Lecciones sobre 1 San Juan (I). OC II, pg. 365.

Gente grosera y tosca, sin fe y sin prudencias; que ya que ellos se engañaban en la manera de entender, preguntáranle al Señor, y dijérales que no entendía Él que había de comer su carne sagrada así a bocados y a tajadas como la carne de un animal, que la cortan en la carnicería. Fueronse del Señor, porque les parecía que esta doctrina es dura (Jn 6,6), ¡y éranlo ellos! Porque San Pedro, como tenía lumbre del Señor, siendo preguntados los apóstoles por el mismo Señor: ¿Y vosotros queréis también iros como estos?, respondió: ¿A quién iremos, que tienes palabras de vida eterna? (cf. Jn 6, 68). Tanto va en disposición de quien recibe la doctrina que por una palabra de este divino pan es de tan alto misterio, que sin lumbre de Espíritu Santo no se puede creer. Que por ésta dijo el Señor: Ninguno puede venir a mí si mi Padre no le trujere (Jn 6, 44). Enseñó el celestial Padre al bienaventurado San Pedro allá dentro de su corazón la verdad de la fe, y con aquella lumbre creía quién era nuestro Señor y ser verdad todo lo que decía, ahora lo entendiese, ahora no, como ha de hacer el verdadero creyente.

Santísimo Sacramento. OC III, pg. 751.

¡Ay de nosotros hermanos, que hay muchos entre nosotros que ni precian este sacratísimo Pan ni tienen gana de comer! Y si lo comen, van tan mal aparejados, que siendo Él bastante en henchir todos los deseos del hombre, se quedan tan vacíos que dicen: Seca está nuestra ánima; no ven nuestros ojos sino maná (Nm 11, 6). Si fuera aquel maná pasado, aunque fuera cumpla, tenía su excusa con decir: “Otros manjares hay con que vivamos; no es mucho que tengamos aquéste en poco y deseemos los otros”. Mas, ¡pobre de mí!, ¿adónde iremos, Señor, que tú solo das la vida? (cf. Jn 6, 69), y tu cuerpo es manjar de vida, y sin él no hay sino muerte y tinieblas? Y por eso de los tales se cumple muy bien lo que la Escriptura dice: El ánima de ellos abominó todo el manjar, y acercándose a las puertas de la muerte (cf. Sal 106, 18). No es cosa peligrosa tener fastidio de un manjar y apetito de otro; mas tener abominación de todo manjar, hace llegar a las puertas de la muerte, porque sin comer no se puede vivir. Desengañaos; un manjar es aqueste que Dios nos ha dado; mas tiene virtud de todos manjares; y quien de solo este tiene fastidio, bástale para morir pues que fuera de él no hay manjar que dé vida.

Santísimo Sacramento, OC III, pg. 757.

¡Pobres de nosotros! ¿y dónde iremos o qué buscaremos fuera de Cristo? ¿Podremos quizá hallar otro tal Señor, otro tan dulce compañero y amigo para trabajos y placeres? ¿Dónde otro que tal sea tan manso para perdonar, tan hermoso para mirar, tan sabio para aconsejar, tan bueno para amar? ¿Adónde otro que muera por mí con tantos dolores y amores y que esté agora de voluntad de tornar a morir, si yo hubiere menester otra muerte? ¡Oh cuán gran verdad dijo San Pedro!: ¡Adónde iremos, Señor, que palabras de vida eterna tienes! (Jn 6, 69). Hermano, bien estamos por Cristo adonde Él por su misericordia nos puso. No queramos probar a qué sabe estar sin Cristo, que es cosa muy amarga y se paga con más que setenas[2]. Miremos a sus trabajos que por nosotros sufrió, y con ellos consolemos los nuestros, y por ellos le pidamos gracia y favor, y sernos ha dada, con la cual venceremos mundo, carne y demonio, y nosotros viviremos en Dios, pues Él murió por matar nuestra muerte y darnos su vida.

A un devoto. OC IV, pg. 273.

 

Comentario Homilética

-Séptimo diálogo de Jesús en el Discurso del pan de vida.

-Juan 6:

Termina con unos versículos siniestros, no recogidos por el texto litúrgico: “Uno de vosotros es un diablo”:

Judas: ser discípulo de Jesús no garantiza nada.

-Estructura:

Vv. 60-66:

V. 60: reacción final de “muchos discípulos” ante el discurso: rechazo.

Vv. 61-65: palabras de Jesús.

V. 66: consumación de este rechazo.

Vv. 67-69:

V. 67: interpelación a los Doce.

Vv. 68-69: manifestación de fe de los Doce por parte de Pedro.

-Encrucijada que pide una decisión:

Dureza de las palabras de Jesús, murmuración, escandalizarse, no creer, volver atrás, no andar con Jesús / Pedro: palabras de vida eterna, creer, saber, reconocimiento de la identidad de Jesús.

-Palabra – espíritu – vida:

Palabra de Dios:

No es una ideología, tradición o teoría.

Es Espíritu: un modo de conducirse por la vida y de optar.

 

MISA DE NIÑOS. XXII T.O.

Monición de entrada.

Buenos días:

Cada domingo venimos a misa para acordarnos de Jesús y contar lo que Él hizo.

Somos Iglesia, la familia de Jesús, que quiere hacerle caso y vivir como Él nos enseñó.

Y así enseñarlo a las personas que no conocen a Jesús.

 

 Señor, ten piedad.

Porque a veces nos olvidamos de los mandamientos de Dios. Señor, ten piedad.

Porque a veces no queremos a Jesús con todo el corazón. Cristo, ten piedad.

Porque a veces vemos a misa sin poner el corazón. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que estés siempre en su corazón. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que sepa guardar lo que ha recibido de ti y renunciar a lo que le aparta de ti.  Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que se enfadan por haber cambiado la misa y algunas leyes de la Iglesia, para que lo entiendan y acepten. Te lo pedimos, Señor.

-Por los jóvenes, para que sean escuchados. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que vivamos la misa como un acto de amor y no como una obligación. Te lo pedimos, Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María, te damos gracias porque nos enseñas a querer a Jesús no de palabra, sino con el corazón.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D.  DOMINGO XVI T.O.

EXPERIENCIA.

-Cierra los ojos, toma conciencia de tu respiración: ¿cómo es? Y tú corazón: ¿cómo late?

-Pon la mano cerca de él, siente su latido: es la vida que fluye en tu interior y permite estés leyendo esto.

-Mira el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=C9rhyv28DIo&t=48s

-Es la vida que fluye en las corrientes de vida de las personas.

-¿Qué más te sugiere el vídeo?

-¿Y estas palabras tomadas de él: hambre, compartir mesa, recordar, entrega, tragarnos a Jesús y bendecir?

 

REFLEXIÓN.

Lee el evangelio de este domingo.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60-69.

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:

-Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:

-¿Esto os escandaliza? ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen.

Pues Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede”.

Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce:

-¿También vosotros queréis marcharos?

Simón Pedro le contestó:

-Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

 

El texto forma parte del final del discurso del Pan de Vida, leído en los domingos anteriores. Ante Jesús no valen las medias opciones. Hay que responder sí o no.

Imagina la escena, píntala en tu mente, fíjate en los personajes, los gestos y el tono de las palabras.

Toma conciencia de estar ante Jesús: Él habita en tu corazón y desde allí te pregunta: “¿También, tú quieres marcharte?”.

Seguramente no te has marchado ni alejado de Él de manera formal, pero ¿qué es lo que te impide aceptarle tal como es, creer en Él y en sus palabras?

Los doce dudaron, pero al final Pedro, en nombre de ellos respondió: “Señor, ¿a quién vamos a acudir?Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

Repite en tu interior: “Señor, ¿a quién voy a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.

 

COMPROMISO.

Durante esta semana repite estas palabras y entra una iglesia y comulga. Si hace tiempo que no lo has hecho o tienes conciencia de pecado mortal,  busca al sacerdote y acoge el sacramento del perdón, recibe el Pan de Vida.

 

CELEBRACIÓN.

Entra en https://www.youtube.com/watch?v=wFiRJvPaXoQ

Es la capilla de adoración del Santísimo 24 horas ubicada en la parroquia Inmaculada Concepción de Buenos Aires (Argentina). Permanece en silencio, acercándote a Cristo quien desde allí te mira. Contémplalo, háblale.

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va

Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

http://www.quierover.org

https://www.juniorsmd.org

http://www.vatican.va/content/vatican/es.html



[1] Apódosis: 2. Retórica.  Segunda parte del discurso, en que se completa o cierra el sentido que queda pendiente en la prótasis (primera parte del discurso). www.rae.es

[2] Pagar a alguien con las setenas: sufrir un castigo superior a la culpa. Setena: pena que obligaba a pagar el séptuple de una cantidad determinada. www.rae.es

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