viernes, 18 de septiembre de 2009

Domingo XXV. 20 de Septiembre de 2009


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 12. 17-20Se dijeron los impíos:«Acechemos al justo, que nos resulta incómodo:se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados,nos reprende nuestra educación errada;veamos si sus palabras son verdaderas,comprobando el desenlace de su vida.Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliaráy lo librará del poder de sus enemigos;lo someteremos a la prueba de la afrenta ypara comprobar su moderacióny apreciar su paciencia;lo condenaremos a muerte ignominiosa,pues dice que hay quien se ocupa de él.»

MEDITACIÓN
El libro de la sabiduría fue escrito en griego por un judío residente en Alejandría. En esta ciudad, merced a la diáspora o dispersión de los judíos por el mundo, vivía sumergido en una cultura ajena a Moisés y la Ley.
Alejandría era una ciudad pagana, orgullosa de su cultura y forma de vivir. Frente a ella un grupo de judíos tratan de ser fieles a la Ley de Moisés. Y no era fácil. Por una parte algunos de sus hermanos, fascinados por el helenismo y la forma de vida pagana, abandonan las enseñanzas de sus padres y por otra sus convecinos no los entienden. Ambos forman el grupo de los impíos. Son los que afirman: “embriaguémonos de vinos exquisitos y perfumes”, los que tratan de disfrutar al máximo.
Frente a los impíos se encuentran los judíos, los justos, quienes viven con el corazón puesto en Dios. Ellos constituyen una presencia incómoda, pues con su estilo de vida, echan en cara los pecados de los impíos. Por este motivo son perseguidos.
Y cabe preguntarse, hablamos mucho del “estilo de vida junior”, pero ¿realmente lo vivimos? ¿Cómo jóvenes somos una presencia incómoda en medio de la juventud porque vivimos de otra forma? ¿Sinceramente, en qué grupo nos encuadramos?

SALMO

Sal 53, 3-4. 5. 6 y 8
R/. El Señor sostiene mi vida.Oh Dios, sálvame por tu nombre,sal por mí con tu poder.Oh Dios, escucha mi súplica,atiende a mis palabras. R/.Porque unos insolentes se alzan contra mí,y hombres violentos me persiguen a muerte,sin tener presente a Dios. R/.Pero Dios es mi auxilio,el Señor sostiene mi vida.Te ofreceré un sacrificio voluntario,dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

MEDITACIÓN
4 lecturas.
Con Israel: la introducción al salmo sitúa la oración en un momento muy concreto en la vida del rey David. El joven se encuentra acosado por su enemigo, Saúl, el primer rey de Israel que teme le arrebate el trono, dada su popularidad. David huye y se refugia entre los extranjeros, pero éstos están dispuestos a venderlo (1 Sam 23, 19-28). De este modo el salmista expresa los sentimientos de David en estos versos, los cuales han sido recitados y releídos a lo largo de la historia de Israel, en particular en los tiempos de persecución, como la ocurrida en tiempos de los Macabeos (s.II a.C.). Pero sobre todo son los “Anawim”, los pobres, oprimidos por los poderosos, quienes personifican a este justo perseguido.
Con Jesús: de nuevo descubrimos en este salmo los sentimientos de Jesús ante la cruz. Así descubrimos la oración que bien pudo recitar en Getsemaní y en las horas previas a su muerte, depositando toda su confianza en Dios Padre, quien defiende es su auxilio y sostiene su vida.
Con nuestro tiempo: la vida es un combate. El enemigo es el mal contra quien debemos luchar con todas nuestras fuerzas. Él es una realidad presente en nuestro tiempo, una potencia contraria al hombre y a la mujer. Y ante esta realidad que encontramos cada día en las enfermedades, las guerras, las terribles hambrunas, los conflictos familiares,… tenemos una firme esperanza: Dios combate con nosotros, al lado del ser humano. La victoria de Dios, el Amor, el Bien, la Verdad está asegurada. Y así quien ora este salmo sabe que será escuchado y anuncia que dará gracias. El cristiano, cuando es coherente con el Evangelio, pasa por el calvario del salmista, del hombre y la mujer justos, pero lo pasa desde la confianza total puesta en quien asegura la victoria final contra el mal.
Con los juniors: muchos de los monitores y educadores sois jóvenes y no es fácil sintonizar con una oración que trata sobre el sufrimiento. Pero también es verdad que por ser jóvenes sois más sensibles a los ideales y las utopías, a luchar por lo imposible.
Así meditar este salmo nos ha de llevar a lanzarnos hacia la aventura de transformar el mundo, llenar la ciudad de alegría, conscientes de que éste proyecto conlleva sufrimiento.
Como bien han experimentado los hermanos que marcharon a Togo, los salesianos por su opción en favor de los perseguidos, han sufrido cuanto se relata en este salmo. ¿Cuál es el secreto para seguir luchando por África, siguiendo el Evangelio? La respuesta está en esta oración.

CARLOS G.VALLÉS
EL PODER DE TU NOMBRE
«¡Oh Dios, sálvame por el poder de tu nombre!».
Adoro tu nombre, Señor, tu nombre que mis labios no se atreven a pronunciar. Tu nombre es tu poder, tu esencia, tu persona. Tu nombre eres tú. Me alegra pensar que tienes nombre, que se te puede llamar, que puedes entablar diálogo con el hombre, que se puede tratar contigo con la confianza y familiaridad con que se trata con una persona querida. Al mismo tiempo, respeto el silencio de tu anonimato al ocultar tu nombre a los mortales y velar el misterio de tu intimidad con la sombra de tu transcendencia. Tu nombre está por encima de todo nombre, porque tu ser está por encima de todo ser.
Tu nombre está escrito en los cielos y lo pronuncian las nubes entre truenos. Lo dibujan los perfiles de montañas en la nieve y lo cantan las olas eternas del océano. Tu nombre resuena en el nombre de cada hombre en la tierra, y se bendice cada vez que un niño es bautizado. Toda la creación expresa tu nombre, porque toda la creación viene de ti y va a ti.
También yo, en mi pequeñez, soy un eco de tu nombre. No permitas que ese eco muera en silencio estéril.
«¡Sálvame, oh Dios, por el poder de tu nombre!».

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 16—4, 3
Queridos hermanos:
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.
Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.
¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra.No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

MEDITACIÓN
¿Qué centro junior queremos construir este curso?
Concluido el periodo vacacional y de descanso tras el campamento, los centros juniors reemprendemos un nuevo curso. Son éstos días para revisar el año anterior y programar el que se nos presenta ante nosotros.
Y una buena herramienta puede ser la Carta de Santiago, la cual estamos meditando en las misas de los domingos. En concreto el texto que nos propone la Iglesia para esta semana.
En la revisión del curso pasado y del momento en que nos encontramos es bueno analizar, con sinceridad y realismo, si en el equipo de educadores/monitores hay envidias, peleas y desorden.
Si así es la Palabra de Dios nos indica donde está la raíz de estos males: en las pasiones. Es decir, el deseo de poseer. Éste no es tanto dinero que hay poco en los centros, sino un reconocimiento por parte del pueblo o la parroquia, porque soy monitor/a junior, o por parte del centro junior y sus responsables, ofreciéndome el grupo que me gusta, con el que trabajaré muy bien este año porque me quieren mucho. También puede ser el poseer un cargo de responsabilidad como Jefe de Centro, de etapa, de nivel,… Seguidamente reflexionar sobre la sabiduría que viene de arriba, la del Evangelio, que nos lleva a construir la paz,… Ésta bien podría constituir un objetivo del equipo de educadores para este curso: ser comprensivos, dóciles,...

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 30-37En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: — «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:En «¿De qué discutíais por el camino?»Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:— «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:«El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

MEDITACIÓN
De nuevo encontramos la oposición entre la sabiduría del mundo y la sabiduría de arriba, el impío y el justo, los discípulos y Cristo o dicho con el lenguaje de nuestro tiempo, los valores de la sociedad y los valores de Jesús.
El ser humano quiere ser importante, que le sirvan, ser reina por un día, agasajado por todos. Estos son los valores humanos, estudiamos para tener una carrera donde manden poco de nosotros, nos esforzamos en el trabajo para ser reconocidos y nos asciendan.
Y sin embargo Jesús tiene otra mentalidad. Él, siendo el Señor y Dueño de todo, ha venido ha ocupar el último lugar, la cruz, y a servir, valorando a los niños, los que no cuentan, los criados.
También nosotros debemos comenzar el curso con esta actitud: servir, sin esperar ocupar los primeros lugares en el Centro.

REVISIÓN DE HECHOS DE VIDA
VER:
En nuestro tiempo continuar en los juniors no está bien visto. Eso lo sabemos muy bien. ¿Cuántas veces hemos escuchado de nuestros amigos y conocidos, pero aún sigues ahí, si te van a “comer el coco”?
Cada vez es más frecuente entre los jóvenes, los amigos, los compañeros de clase,… su extrañeza por seguir en la parroquia. Unas veces callan, otras son claros y te lo dicen a la cara o se sirven de palabras con doble sentido y burlonas para reírse de ti porque un curso más vas a seguir en la parroquia.
JUZGAR:
Esta actitud contraria no es algo nuevo de nuestros días. Les ocurrió también a los judíos que vivían en Alejandría. “Acechemos al justo, que nos resulta incómodo”, decían los contemporáneos al autor de la primera lectura. No es que el justo directamente ataque a quienes comparten su fe; es que su fe conlleva un estilo de vida que, por sí mismo, supone una denuncia frente a los demás. Sus valores, el amor a Dios, su conducta recta, les hace cuestionar la suya propia.
Así el justo, hoy diríamos, el monitor/educador junior, convencido de lo que hace, apasionado por Jesús, que trata de vivir el estilo de vida junior, se ve sometido a lo que a nadie gusta: la burla, la marginación, la persecución que puede llevar a la muerte social, a no contar por los demás o mirarle como un extraño.
Esto no es fácil soportarlo, máxime cuando el educador no es un ángel sino una persona con un corazón como el de los demás y así puede acabar adaptándose al sistema y aunque exteriormente cumpla como monitor (reuniones, sesiones con los niños, convivencias y campamentos,…), deja de ir a misa, de confesarse y lo más grave, comienza a pensar como los demás, dejándose llevar por las tres peligrosas “P”: el placer, el poder y el poseer. Es un joven más, sin unos valores diferentes, sin un amor profundo a Jesús, que sencillamente, porque está bien con su grupo, continúa con los juniors.
ACTUAR.
A la luz de la Palabra de Dios: ¿disimulo delante de los otros m fe? ¿en qué aspectos mi conducta se diferencia de los jóvenes que no son juniors? ¿qué busco en los juniors: satisfacciones o servir? ¿me apoyo en Dios para seguir dando testimonio del Evangelio, siendo junior?

ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN
1.Nos disponemos a escuchar la Palabra de Dios, para ello, encendemos una vela y colocamos cerca la Biblia, un reloj (las horas dedicadas a los juniors), la agenda, la campaña “la ciudat s’omplí d’alegria”.

2. Pedimos al Espíritu que nos acompañe en esta oración para que nos ayude a comprender lo que Jesús nos quiere transmitir.

3.Leemos el Evangelio del domingo.

4.Nos preguntamos: en el texto hay dos actitudes, la de Jesús y la de los apóstoles, así pues, ¿para Jesús la vida es para…? y ¿para los apóstoles?.

5. Seguidamente personalizamos: ¿nos identificamos con los Apóstoles? ¿en qué somos como ellos y en qué como Jesús?

6.Finalmente: ¿con qué actitudes debemos empezar el curso?

7.Permanecemos en silencio interiorizando lo meditado.

8.Nos colocamos en círculo, el consiliario o un educador pasa delante de nosotros con la cruz y nos arrodillamos. Otro gesto puede ser el pasar delante de todos, arrodillándonos ante ellos.

9.Terminamos rezando la oración junior.

HOJA PARA LA CELEBRACIÓN
Monición de entrada.
Bienvenidos, una vez más, al encuentro con el Señor. ¿Al encuentro? sí, porque venir a la Eucaristía, es querer encontrarnos con todo lo que el Señor dijo e hizo por el hombre.
Hoy, por ejemplo, Jesús nos indica que el servicio y la humildad, son características que hemos de llevar a cabo, y guardar sus amigos.
Muchas personas quieren ser siempre los primeros en todo. Pero, los cristianos, hemos de ser los primeros en ser generosos, en demostrar nuestra alegría, en buscar los últimos lugares, en servir a los demás.
Con alegría, unidos con todos los hermanos y hermanas del mundo entero, comencemos esta eucaristía.

Acto penitencial.

Tú, que siendo el Primero, ocupaste el último lugar en medio de la sociedad. Señor, ten piedad.

Tú, que siendo el Señor, viniste a servir a la humanidad. Cristo, ten piedad.

Tú, que siendo el Omnipotente, te hiciste un niño, el más pequeño entre los hombres. Señor, ten piedad.


Monición a las lecturas.

La ambición y la codicia, el afán desenfrenado de tener y de ser más que los demás, es fuente de discordia y lleva a perseguir al justo, a quien confía en el poder de Dios y se entrega a servir a los últimos. Precisamente en Evangelio de hoy veremos como los apóstoles también estaban enfrentados por ver quien es el más importante. Frente a ello el Justo se nos presenta como modelo de persona que confía en Dios y se da a los demás.
Gesto :

Excepcionalmente en la misa de niños, a fin de comenzar visualizando el evangelio del domingo, podemos colocar en un lado la cruz. Después de los ritos iniciales nos sentamos en el suelo, junto a ella, dejando la sede vacía. Esta puede ser colocada en otro lugar visible, a modo de trono. Si contamos con su presencia, además podemos entregarles frases como: “lo importante es tener un buen trabajo y mandar, hay personas que son superiores a los demás, disfruta y olvídate de Dios, el que quiera ser primero sea vuestro servidor, confío en Dios,…). Ellos han de colocarlos en el trono o la cruz. Puede servir de punto de partida: ¿dónde se tiene que colocar el sacerdote, en el trono o en la cruz?

Preces:

En este Año Sacerdotal pidamos por el Papa Benedicto, nuestro obispo Carlos, nuestro consiliario N. y todos los sacerdotes; para que nos animen, con su ejemplo y actitudes, a servir sin esperar recompensa. Roguemos al Señor.

Por todos los que han comenzado el colegio, por los profesores; para que crezcamos en sabiduría y aprovechemos el tiempo para llenarnos de sabiduría. Roguemos al Señor.

Por los seminaristas del Seminario Mayor que esta semana estarán de ejercicios espirituales; para que estos días sientan la cercanía de Jesús y les ayude a ser el día de mañana buenos sacerdotes, hombres que busquen servir a las parroquias, sin esperar ocupar los primeros lugares. Roguemos al Señor.

Por los padres y madres de familia, por aquellos que desempeñan los oficios más humildes, por los que cuidan a los enfermos; para que sientan la alegría de estar sirviendo a Jesús en los demás. Roguemos al Señor.

Por los que estamos aquí reunidos celebrando la Eucaristía, para que cada día promovamos la paz y la comprensión. Roguemos al Señor.



ORACIONES
Oración del monitor

Dame, Señor,
la sabiduría necesaria
para acoger a cada uno del grupo tal como es:
diferente de mí,
diferente de todos los demás,
singular y original ante ti.

Dame, Señor,
la sabiduría necesaria
para que acompañe
a cada miembro de mi grupo
a entablar contigo
ese diálogo íntimo
que tú esperas de él.

Dame, Señor,
la sabiduría necesaria
para ser compañero
de camino
sin hacer el camino por nadie,
sólo caminar con ellos
el trayecto de camino
que me toque
y calentar su corazón.

Dame, Señor,
la sabiduría necesaria
para no sentirme dueño
ni propietario de nadie …
Sólo soy una voz
que clama y proclama
que Tú eres el que viene
que Tú eres
el Señor resucitado.

Oración invocando
el Espíritu

Señor, que tu Espíritu sea
mi maestro interior
para que yo entienda
tus palabras
y gestos de salvación;
para que yo sea portador
de esa sabiduría que no da
el mundo, ni los sabios
sino el Espíritu.

Señor, hazme sensible
a la acción del Espíritu,
que a cada uno
le reparte su don
como quiere y cuando quiere.

Señor, que yo me deje mover
y remover por tu Espíritu
para descubrir su presencia
que siempre me precede
y siempre actúa
como el agua que empapa
y fecunda la tierra.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Domingo XXV T. Ordinario. Ciclo BSb 2, 12.17-20; Sal 53, 3-8; St 3, 16 - 4, 3; Mc 9, 30-37

“El Señor sostiene mi vida”, repetiremos en el Salmo de la Eucaristía de hoy. Es un grito de fe. Hay que poner a Dios como el único Absoluto: primero a todo y a todos. Sólo desde la primacía de Dios adquiere su justo orden el resto de las cosas: primero el hombre, y luego todo lo demás. Cuando los medios se convierten en fines, surgen los ídolos: la política, la música, el sexo, el bien estar, el dinero... Son simples medios que se convierten en fines en sí mismos, en absolutos, ocupando el lugar de Dios y, por tanto, aprisionando al hombre.
Estos “pequeños dioses” se convierten en tiranos que alteran el orden natural de la vida: ser y poseer, el dinero, el prestigio y la fama, el sexo deshumanizado son los ‘nuevos becerros de oro’ que se interponen entre el verdadero Dios y su criatura, para justificar, desde un “dios hecho con nuestras manos”, nuestras propias inconsecuencias y pecados.
En el Evangelio de hoy, los discípulos discutían sobre “quién es el más importante”. ¡Qué humanos aparecen, en esta ocasión, los discípulos de Jesús! Realmente, hemos convertido la vida en una carrera de obstáculos, en la que apartamos a los que nos estorban y pisamos a los que nos molestan. Se trata de llegar el primero, ser más que nadie, ponerse por encima de los demás. Parece que el lema en la carrera de la vida es ¡tonto el último!
La sabia enseñanza del Maestro, el Evangelio, invierte los valores de este mundo: “quien quiera ser el primero, que sea el último; quien quiera ser señor, que sea vuestro servidor”. Vivir en cristiano, hoy, supone romper muchos ídolos, destruir el molde de nuestro egoísmo para mirarnos en el espejo del Evangelio, que reclama poner todo al servicio del amor a Dios y a los hermanos. Aunque esto suponga ir contracorriente y ser incomprendido.
Jesús nos deja esta enseñanza evangélica con una imagen pedagógica llena de candidez y ternura: “quien acoge a un niño, a mí me acoge”. Jesús pone el primero a un niño y nos reclama la generosidad de un niño, que tiene el corazón generoso de dejar jugar a todos en la carrera de la vida e, incluso, ponerse a caminar al lado del que va más lento. ¡Quien quiera ser el primero, que corra en la vida con corazón de niño!

Alfonso Crespo, sacerdote

CRISTO, TU VOCACIÓN, TU DESTINO,
TU AMIGO.
Cada domingo, en la celebración eucarística, la Iglesia se encuentra con Cristo el Señor, escucha su palabra y se hace una sola cosa con él en la comunión. La Iglesia sabe que su vocación es Cristo, y que su destino es el de aquel a quien ella escucha y con quien comulga. Pues el Hijo de Dios se hizo hombre, la Palabra eterna habitó entre nosotros, para vivir, encarnada, lo que nosotros vivimos, sentir la debilidad que sentimos, llorar nuestras lágrimas, suplicar desde nuestras pobrezas, gritar de esperanza desde nuestros caminos sin salida.
Ésta es la oración de tu domingo: “Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder”. Son palabras que suben desde el corazón del justo perseguido, desde la soledad de Cristo, desde tu propia vida de comunidad creyente.
Considera y admira el misterio de tu comunión con Cristo en la oración. Tú y él pronunciáis las palabras del mismo salmo, compartís la misma fe, lleváis en el alma la misma esperanza. Tú y él experimentáis la misma salvación, hacéis la misma ofrenda voluntaria y expresáis el mismo agradecimiento. Tú y él hacéis la misma confesión y vais repitiendo con la sabiduría de la fe: “El Señor sostiene mi vida”.
Considera y admira el misterio de tu comunión con Cristo en la muerte. Tú y él entregados en manos de los hombres, sometidos a la prueba de la afrenta y la tortura, condenados a muerte ignominiosa. No es tu vocación la arrogancia de los poderosos ni el poder de los arrogantes. Tú, como tu Señor, conocerás la prueba a la que será sometida tu moderación y tu paciencia. Pues de muchas maneras, Cristo en nosotros, y nosotros en Cristo, hemos de morir: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán”. Nuestra comunión con Cristo en la muerte se ilumina desde la comunión con Cristo en la oración. Por eso nosotros y él guardamos en el corazón y vamos repitiendo las mismas palabras de fe: “Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida”.
Considera finalmente y admira, Iglesia santa, el misterio de tu comunión con Cristo en el servicio a los demás, pues del camino que ha seguido Cristo, cabeza de la Iglesia, no ha de apartarse la Iglesia, cuerpo de Cristo. Él, el primero en todo, se hizo el último de todos; él, el Señor de todos, se hizo siervo de todos. Él es nuestra vocación, nuestro destino, nuestro camino.
Hoy, Iglesia santa, cuerpo de Cristo, nos encontramos con él, le escuchamos a él, comulgamos con él.
Feliz domingo.
+ Fr. Santiago AgreloArzobispo de Tánger


DOS ACTITUDES MUY DE JESÚS

El grupo de Jesús atraviesa Galilea camino de Jerusalén. Lo hacen de manera reservada, sin que nadie se entere. Jesús quiere dedicarse enteramente a instruir a sus discípulos. Es muy importante lo que quiere grabar en sus corazones: su camino no es un camino de gloria, éxito y poder. Es lo contrario: conduce a la crucifixión y al rechazo, aunque terminará en resurrección.
A los discípulos no les entra en la cabeza lo que les dice Jesús. Les da miedo hasta preguntarle. No quieren pensar en la crucifixión. No entra en sus planes ni expectativas. Mientras Jesús les habla de entrega y de cruz, ellos hablan de sus ambiciones: ¿quién será el más importante en el grupo? ¿quién ocupará el puesto más elevado? ¿quién recibirá más honores?
Jesús «se sienta». Quiere enseñarles algo que nunca han de olvidar. Llama a los Doce, los que están más estrechamente asociados a su misión y los invita a que se acerquen, pues los ve muy distanciados de él. Para seguir sus pasos y parecerse a él han de aprender dos actitudes fundamentales.
Primera actitud: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y servidor de todos». El discípulo de Jesús ha de renunciar a ambiciones, rangos, honores y vanidades. En su grupo nadie ha de pretender estar sobre los demás. Al contrario, ha de ocupar el último lugar, ponerse al nivel de quienes no tienen poder ni ostentan rango alguno. Y, desde ahí, ser como Jesús: «servidor de todos»
La segunda actitud es tan importante que Jesús la ilustra con un gesto simbólico entrañable. Pone a un niño en medio de los Doce, en el centro del grupo, para que aquellos hombres ambiciosos se olviden de honores y grandezas, y pongan sus ojos en los pequeños, los débiles, los más necesitados de defensa y cuidado.
Luego, lo abraza y les dice: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí». Quien acoge a un "pequeño" está acogiendo al más "grande", a Jesús. Y quien acoge a Jesús está acogiendo al Padre que lo ha enviado. Un Iglesia que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a Dios. Una Iglesia que mira hacia los grandes y se asocia con los poderosos de la tierra está pervirtiendo la Buena Noticia de Dios anunciada por Jesús.


José Antonio Pagola
CATEQUESIS BENEDICTO XVI
San Pedro Damián
Queridos hermanos y hermanas:
Durante las catequesis de estos miércoles estoy tratando sobre algunas grandes figuras de la vida de la Iglesia desde sus orígenes. Hoy quiero hablar de una de las personalidades más significativas del siglo XI, san Pedro Damián, monje, amante de la soledad y, al mismo tiempo, intrépido hombre de Iglesia, comprometido en primera persona en la obra de reforma puesta en marcha por los Papas de aquel tiempo. Nació en Ravena en el año 1007 de familia noble, pero pobre. Al quedarse huérfano de ambos progenitores, vivió una infancia llena de dificultades y sufrimientos, a pesar de que su hermana Rosalinda se esforzó por hacerle de madre, y su hermano mayor, Damián, lo adoptó como hijo. Precisamente por eso se llamará después Pedro Damián. La formación se le impartió primero en Faenza y luego en Parma, donde, ya a los 25 años, lo encontramos comprometido en la enseñanza.
Junto a una buena competencia en el campo del derecho, adquirió una pericia refinada en el arte de la redacción —el ars scribendi— y, gracias a su conocimiento de los grandes clásicos latinos, se convirtió en "uno de los mejores latinistas de su tiempo, uno de los más grandes escritores del medioevo latino" (J. Leclercq, Pierre Damien, ermite et homme d'Église, Roma 1960, p. 172).
Se distinguió en los géneros literarios más diversos: cartas, sermones, hagiografías, oraciones, poemas, epigramas. Su sensibilidad por la belleza lo llevaba a la contemplación poética del mundo. Pedro Damián concebía el universo como una inagotable "parábola" y un espacio lleno de símbolos, a partir de los cuales es posible interpretar la vida interior y la realidad divina y sobrenatural. Desde esta perspectiva, en torno al año 1034, la contemplación de lo absoluto de Dios lo impulsó a alejarse progresivamente del mundo y de sus realidades efímeras, para retirarse al monasterio de Fonte Avellana, fundado sólo pocas décadas antes, pero ya famoso por su austeridad. Para edificación de los monjes, escribió la Vida del fundador, san Romualdo de Ravena, y al mismo tiempo se esforzó por profundizar en su espiritualidad, exponiendo su ideal del monaquismo eremítico.
Hay que subrayar inmediatamente un detalle: el eremitorio de Fonte Avellana estaba dedicado a la Santa Cruz, y la cruz será el misterio cristiano que más fascinó a Pedro Damián. "No ama a Cristo quien no ama la cruz de Cristo", afirma (Sermo XVIII, 11, p. 117) y se define a sí mismo: "Petrus crucis Christi servorum famulus", "Pedro servidor de los servidores de la cruz de Cristo" (Ep. 9, 1). A la cruz Pedro Damián dirige oraciones bellísimas, en las que revela una visión de este misterio que tiene dimensiones cósmicas, porque abraza toda la historia de la salvación: "Oh bendita cruz —exclama—, te veneran, te predican y te honran la fe de los patriarcas, los vaticinios de los profetas, el senado juzgador de los Apóstoles, el ejército victorioso de los mártires y las multitudes de todos los santos" (Sermo XLVIII, 14, p. 304). Queridos hermanos y hermanas, que el ejemplo de Pedro Damián nos impulse también a nosotros a mirar siempre a la cruz como al acto supremo de amor de Dios hacia el hombre, que nos ha dado la salvación.
Para el desarrollo de la vida eremítica este gran monje escribió una Regla, en la que subraya fuertemente el "rigor del eremitorio": en el silencio del claustro el monje está llamado a llevar una vida de oración, diurna y nocturna, con ayunos prolongados y austeros; debe ejercitarse en una generosa caridad fraterna y en una obediencia al prior siempre pronta y disponible. En el estudio y en la meditación cotidiana de la Sagrada Escritura Pedro Damián descubre los significados místicos de la Palabra de Dios, encontrando en ella alimento para su vida espiritual. En este sentido llama a la celda del eremitorio "locutorio donde Dios conversa con los hombres".
La vida eremítica es para él la cumbre de la vida cristiana, está "en el vértice de los estados de vida", porque el monje, ya libre de las ataduras del mundo y de su propio yo, recibe "las arras del Espíritu Santo y su alma se une feliz al Esposo celestial" (Ep. 18, 17; cf. Ep. 28, 43 ss). Esto es importante también hoy para nosotros, aunque no seamos monjes: saber guardar silencio en nosotros para escuchar la voz de Dios, buscar, por decir así, un "locutorio" donde Dios hable con nosotros: Aprender la Palabra de Dios en la oración y en la meditación es la senda de la vida.
San Pedro Damián, que fundamentalmente fue un hombre de oración, de meditación, de contemplación, fue también un fino teólogo: su reflexión sobre distintos temas doctrinales lo llevó a conclusiones importantes para la vida. Así, por ejemplo, expone con claridad y vivacidad la doctrina trinitaria utilizando ya, con la guía de textos bíblicos y patrísticos, los tres términos fundamentales, que después han sido determinantes también para la filosofía de Occidente, processio, relatio y persona (cf. Opusc. XXXVIII: PL CXLV, 633-642; y Opusc. II y III: ib., 41 ss y 58 ss). Sin embargo, dado que el análisis teológico del misterio lo lleva a contemplar la vida íntima de Dios y el diálogo de amor inefable entre las tres divinas Personas, saca de él conclusiones ascéticas para la vida en comunidad e incluso para las relaciones entre cristianos latinos y griegos, divididos en este tema.
También la meditación sobre la figura de Cristo tiene reflejos prácticos significativos, al estar toda la Escritura centrada en él. El mismo "pueblo de los judíos —anota san Pedro Damián—, a través de las páginas de la Sagrada Escritura, en cierto modo ha llevado a Cristo sobre sus hombros" (Sermo XLVI, 15). Cristo, por tanto —añade—, debe estar en el centro de la vida del monje: "A Cristo se le debe oír en nuestra lengua, a Cristo se le debe ver en nuestra vida, se le debe percibir en nuestro corazón" (Sermo VIII, 5). La íntima unión con Cristo no sólo implica a los monjes, sino a todos los bautizados. Aquí encontramos una fuerte invitación, también para nosotros, a no dejarnos absorber totalmente por las actividades, por los problemas y por las preocupaciones de cada día, olvidándonos de que Jesús debe estar verdaderamente en el centro de nuestra vida.
La comunión con Cristo crea unidad de amor entre los cristianos. En la carta 28, que es un tratado genial de eclesiología, Pedro Damián desarrolla una profunda teología de la Iglesia como comunión. "La Iglesia de Cristo —escribe— está unida por el vínculo de la caridad hasta el punto de que, como es una en muchos miembros, también está toda entera místicamente en cada miembro; de forma que toda la Iglesia universal se llama justamente única Esposa de Cristo en singular, y cada alma elegida, por el misterio sacramental, se considera plenamente Iglesia". Esto es importante: no sólo que toda la Iglesia universal está unida, sino que en cada uno de nosotros debería estar presente la Iglesia en su totalidad. Así el servicio del individuo se convierte en "expresión de la universalidad" (Ep. 28, 9-23).
Con todo, la imagen ideal de la "santa Iglesia" ilustrada por Pedro Damián no corresponde —lo sabía bien— a la realidad de su tiempo. Por esto no temió denunciar la corrupción que existía en los monasterios y entre el clero, sobre todo debido a la praxis según la cual las autoridades laicas conferían la investidura de los cargos eclesiásticos: muchos obispos y abades se comportaban como gobernadores de sus propios súbditos más que como pastores de almas, y a veces su vida moral dejaba mucho que desear. Por eso, con gran dolor y tristeza, en 1057 Pedro Damián dejó el monasterio y aceptó, aunque con renuencia, el nombramiento de cardenal obispo de Ostia, entrando así plenamente en colaboración con los Papas en la difícil empresa de la reforma de la Iglesia. Vio que no era suficiente contemplar y tuvo que renunciar a la belleza de la contemplación para contribuir a la obra de renovación de la Iglesia. Renunció así a la belleza del eremitorio y con valor emprendió numerosos viajes y misiones.
Por su amor a la vida monástica, diez años después, en 1067, obtuvo permiso para volver a Fonte Avellana, renunciando a la diócesis de Ostia. Pero la anhelada tranquilidad duró poco: ya dos años después fue enviado a Frankfurt con el intento de evitar el divorcio de Enrique IV de su mujer Berta; y de nuevo dos años después, en 1071, fue a Montecassino para la consagración de la iglesia de la abadía, y a principios de 1072 se dirigió a Ravena para restablecer la paz con el arzobispo local, que había apoyado al antipapa, provocando el interdicto sobre la ciudad. Durante el viaje de regreso a su eremitorio, una repentina enfermedad lo obligó a detenerse en Faenza, en el monasterio benedictino de Santa Maria Vecchia fuori porta, y allí murió en la noche entre el 22 y el 23 de febrero de 1072.
Queridos hermanos y hermanas, es una gran gracia que en la vida de la Iglesia el Señor haya suscitado una personalidad tan exuberante, rica y compleja, como la de san Pedro Damián, y no se encuentran con frecuencia obras de teología y de espiritualidad tan agudas y vivas como las del eremita de Fonte Avellana. Fue monje a fondo, con formas de austeridad que hoy podrían parecernos incluso excesivas, pero así hizo de la vida monástica un testimonio elocuente del primado de Dios y una llamada a todos a caminar hacia la santidad, libres de toda componenda con el mal. Se consumió, con lúcida coherencia y gran severidad, por la reforma de la Iglesia de su tiempo. Consagró todas sus energías espirituales y físicas a Cristo y a la Iglesia, permaneciendo siempre, como le gustaba definirse, "Petrus ultimus monachorum servus", "Pedro, último siervo de los monjes".

LA CARITAS IN VERITATIS EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS

1. ¿Sobre qué trata la Carta Encíclica Caritas in veritate?
Sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad.

2.¿Quién es testigo con su vida terrenal, su muerte y resurrección de la caridad en la verdad?
Jesucristo (1).

3. ¿Qué es la caridad en la verdad?
Es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad (1).

4.¿Qué es el amor?
El amor (caritas) es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz (1).

5.¿Dónde tiene su origen el amor?
En Dios, Amor eterno y Verdad absoluta (1).

6.¿Cuál es la relación entre la caridad y la verdad?
La defensa, propuesta y testimonio de la verdad son formas exigentes e insustituibles de la caridad. Ésta goza con la verdad. Amor y verdad nunca abandonan al hombre completamente, porque son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano (1).

7.¿Cuál es la relación de la caridad y la verdad con Cristo?
Jesucristo purifica y libera de nuestras limitaciones humanas la búsqueda del amor y la verdad y nos desvela plenamente la iniciativa de amor y el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la verdad (Jn 14, 6) (1).

8.¿Cómo se relacionan la caridad y la doctrina social de la Iglesia?
La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Ella es la síntesis de toda la Ley (Mt 22, 36-40), la que da verdadera sustancia a la relación personal con dios y con el prójimo. Ella es todo, porque todo proviene de la caridad de Dios, todo adquiere forma por ella, y a ella tiende todo. Es el don más grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra esperanza (2).

9.Ante el relativismo ¿qué afirma el Papa?
Es necesario unir no sólo a la caridad con la verdad, en el sentido señalado por San Pablo de la “veritas in caritate” (Ef 4, 15), sino también en el sentido, inverso y complementario, de “caritas in veritate”. Se ha de buscar, encontrar y expresar la verdad en la economía de la caridad, pero, a su vez, se ha de entender, valorar y practicar la caridad a la luz de la verdad (2).

10.¿Por qué es importante unir caridad y verdad?
Porque sólo en la verdad resplandece la caridad, ella es la luz que da sentido y valor a la caridad, una luz que es simultáneamente la de la razón y la de la fe, por medio de la cual la inteligencia llega a la verdad natural y sobrenatural de la caridad, percibiendo su significado de entrega, acogida y comunión (3).

11.¿Qué ocurre cuando se elimina la verdad de la caridad?
La caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se llena arbitrariamente. Es presa fácil de las emociones y las opiniones contingentes de los sujetos, una palabra que se abusa y se distorsiona, terminando por significar lo contrario (3).

12.¿De qué libera la verdad a la caridad?
De la estrechez de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales y de un fideísmo que mutila su horizonte humano y universal (3).

13.¿Qué mas aporta la caridad a la verdad?
Puesto que está llena de verdad, la caridad puede ser comprendida por el hombre en toda su riqueza de valores, compartida y comunicada. En efecto, la verdad es logos que crea diálogos y, por tanto, comunicación y comunión (4).




14.¿A qué lleva en el contexto actual vivir la caridad en la verdad?
A comprender que la adhesión a los valores del cristianismo, no es sólo un elemento útil, sino indispensable para la construcción de una buena sociedad y un verdadero desarrollo integral (4).

15.¿A qué lleva un cristianismo de caridad sin la verdad?
A confundirse con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales. De este modo, en el mundo no habría un verdadero y propio lugar para Dios (4).

16. ¿A qué es relegada la caridad sin la verdad?
Al ámbito de relaciones reducido y privado (4).

17.Luego, ¿qué es la caridad?
La caridad es amor recibido y ofrecido, es gracia (charis) (5).

18.¿Cuál es la relación de la Caridad con el Dios Trinitario?
Su origen es el amor que brota del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo. Es el amor que desde el Hijo desciende sobre nosotros. Es el amor creador, por el que nosotros somos; es amor redentor, por que el que somos recreados. Es el amor revelado, puesto en práctica por Cristo (Jn 13, 1) y derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (Rm 5, 5) (5).

19.¿A qué responde la doctrina social de la Iglesia?
A esta dinámica decaridad recibida y ofrecida. Es “caritas in veritate in resociali”, anuncio de la verdad del amro deCristo en la sociedad. Es servicio de la caridad, pero en la verdad (5).

20.¿Necesitan el desarrollo y el bienestar social de esta verdad?
Sí, necesitan aún más que se estime y dé testimonio de esta verdad. Sin verdad, sin confianza y amor por lo verdadero, no hay conciencia y responsabilidad social, y la actuación social se deja a merced de intereses privados y de lógicas de poder, con efectos disgregadores sobre la sociedad, tanto más en una sociedad en vias de globalización, en momentos difíciles como los actuales (5)

21.¿Qué criterios orientadores de la acción moral recuerda el Papa?
La justicia y el bien común.

22.¿Cuál es la relación entre la justicia y la caridad?
La caridad va más allá de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo mío al otro, pero nunca carece de la justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es suyo. Quien ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos. La justicia es inseparable de la caridad, intrínseca a ella. Es la primera vida de la caridad, su “medida mínima” (Pablo VI). Por un lado la caridad exige la justicia, el reconocimiento y el respeto de los legítimos derechos de las personas y de los pueblos. Por otro, la caridad supera la justicia y la completa siguiendo la lógica de la entrega y el perdón (6).

23.¿Cómo se promueve la ciudad del hombre?
La ciudad del hombre no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión.

24.¿Qué aporta a las relaciones humanas la caridad?
La caridad, manifestando siempre el amor de Dios en las relaciones humanas, otorga valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo (6).

25.¿Qué es el bien común?
Es el bien relacionado con el vivir social de las personas, el bien de todos nosotros. No es un bien que se busca por sí mismo, sino para las personas que forman parte de la comunidad social, y que sólo en ella pueden conseguir su bien realmente y de modo más eficaz (7).

26.¿Es importante desearlo?
Sí, pues es una exigencia de justicia y caridad. Así trabajar por el bien común es cuidad, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como polis, como ciudad (7)

27. ¿Por qué es importante el compromiso por el bien común?
Porque cuando está inspirado por la caridad tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político. Además forma parte de este testimonio de la caridad divina que, acutando en el tiempo, prepara lo eterno. La acción del hombre sobre la tierra, cuando está inspirada y sustentada por la caridad contribuye a la edificación de la ciudad de Dios (7).

28. ¿Por qué es importante la Encíclica Populorum progressio (1967) de Pablo VI?
Porque merece serconsiderada como la Rerum novarum de la época contemporánea que ilumina el camino de la humanidad en vías de unificación (8).

29.¿Cuál es el gran desafío para la Iglesia en un mundo en progresiva y expansiva globalización?
El amor en la verdad (caritas in veritate) (9).

30.¿Cuál es el riesgo de nuestro tiempo?
Es que la interdependencia de hecho entre los hombres y los pueblos no se corresponda con la interacción ética de la conciencia y el intelecto, de la que pueda resultar un desarrollo realmente humano (9).

31.¿Cómo podemos conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano y humanizador?
Con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe. El compartir los bienes y recursos, de lo que proviene el auténtico desarrollo, no se asegura sólo con el progreso técnico y con meras relaciones de conveniencia, sino conla fuerza del amor que vence al mal con el bien y abre la conciencia del ser humano a relaciones recíprocas de libertad y responsabilidad (9).

32.¿Qué no tiene y no pretende la Iglesia?
La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados (9).

33.¿Cuál es la misión de la Iglesia?
La misión de la iglesia es una misión de verdad. Sin verdad se cae en una visión empirista y escéptica de lavida, incapaz de elevarse sobre la praxis, porque no está interesada en tomar en consideración los valores con los cuales juzgarla y orientarla (9).

34.¿Qué exige la fidelidad al hombre?
Exige la fidelidad a la verdad, que es la única garantía de libertad y de la posibilidad de un desarrollo humano integral (9).

35.¿Qué hace la doctrina social de la Iglesia?
Abierta a la verdad, de cualquier saber que provenga, la doctrina social de la Iglesia la acoge, recompone en unidad los fragmentos en que a menudo la encuentra,y se hace su portadora en la vida concreta siempre nueva de la sociedad y los pueblos (9):


CARTA DE D. CARLOS OSORO
Comenzamos un nuevo curso. Entre todas las instituciones que comienzan su andadura, después de este tiempo de vacaciones, hay una que en la Iglesia sobresale entre todas por la tarea que desarrolla, ésta es el Seminario, nuestros Seminarios. Lugar de formación de los futuros sacerdotes.
Os pido a todos los cristianos que el Seminario esté en las entrañas de vuestro corazón y de vuestra vida: amad y quered el Seminario. Es un lugar necesario y único para hacer ese diseño que va a producir una belleza singular, como es la formación de los candidatos al sacerdocio. Allí acontece algo no fácil de describir, pues sucede lo que Jesús hizo con sus discípulos primeros: llamó a los que quiso para que estuvieran con Él, para enviarlos a predicar. Pero antes les pidió que estuvieran con Él, que tuviesen un tiempo de formación que fundamentalmente estaba destinado a desarrollar una relación de comunión y de amistad profundas con Él.
En nuestra Archidiócesis de Valencia, tenemos una riqueza singular para la formación de los sacerdotes. Una riqueza que viene marcada por la historia, por las necesidades y por santos pastores que han tenido un aprecio especial al ministerio sacerdotal. Dentro de esta riqueza en sus diversas formas, hay algo que es común y es lo que debe existir y debe ser todo seminario: un ambiente espiritual, un itinerario de vida, una atmósfera que favorece el proceso de formación de todos los que han sido llamados por Dios al sacerdocio, para que puedan llegar a ser, con el sacramento del Orden, una imagen viva de Jesucristo Cabeza y Pastor de la Iglesia.
Felicitamos a quienes llamados por el Señor, hoy como seminaristas, se reúnen en nuestra Archidiócesis de Valencia, para aprender a dar una respuesta personal a la pregunta fundamental de Cristo: “¿Me amas?” (Jn 21, 15). Y la respuesta de ellos, no puede ser otra que la que tuvieron los primeros, el don total de sus vidas. Gracias por vuestras vidas ¡Qué alegría da el que en este curso se hayan incorporado doce nuevos discípulos del Señor al Seminario Mayor y dieciséis más al Seminario Menor! Cuánto nos quiere el Señor. Pero estoy seguro de que hay muchos más jóvenes a los que el Señor está llamando. Os invito de corazón a discernir con coraje, valentía y decisión esa llamada.
A menudo me han preguntado qué se hace en el Seminario y la contestación más adecuada he visto que era esta: más que responder a lo que se hace, decir lo que se es. Siendo el sacerdote, según la Escritura y la Tradición, representante, delegado, manifestación de Jesucristo, y basándose su ministerio en una misión especial confiada por el Señor a la Iglesia, debemos buscar siempre la orientación y el paradigma en Jesucristo. En Él se da la figura radical de todo sacerdocio.
Por eso, no se puede asimilar el “oficio sacerdotal” en su esencia, significado y contenido, a otras profesiones “parecidas” o compararlo con ellas. El sacerdote ni es un asistente social, ni un formador de adultos o de jóvenes, ni un pedagogo terapéutico, ni un guía de jóvenes, ni un psicólogo, ni un crítico de la sociedad, ni un funcionario de asuntos religiosos y trascendentes o técnico en materias de teología.
Debemos encontrar lo que es el sacerdote en la persona de Jesucristo, de ahí estos años de preparación, de oración y estudio, de reflexión y meditación en el Seminario. Jesucristo es norma y prototipo del ministerio sacerdotal y por eso indagamos en su existencia y en su misión. Jesucristo fue el hombre para los otros, pero lo fue, en fórmula bíblica, siendo el hombre de Dios. ¡Qué maravilla formar hombres de Dios!
Y ahora me dirijo a vosotros seminaristas, os queremos acompañar toda la comunidad cristiana. El Seminario es un periodo importante de la vida de un futuro sacerdote. Es el tiempo propicio para crecer humana, cultural y espiritualmente. Todo debe estar organizado para vuestra futura misión pastoral: la oración, el recogimiento, el estudio, la vida comunitaria, el apoyo de los formadores. Podéis beneficiaros del hecho de que nuestros centros de formación son muy ricos en historia y están profundamente insertados en la vida de la Archidiócesis de Valencia.
La posibilidad de cursar los estudios teológicos en la ciudad de Valencia, en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, brinda una oportunidad singular de crecimiento y de apertura a las exigencias de la Iglesia universal. Aprovechemos estos años para testimoniar eficazmente el Evangelio en medio de los hombres de nuestro tiempo, respondiendo a las expectativas de la sociedad moderna. Hacen falta sacerdotes preparados y valientes, sin ambiciones ni temores, convencidos plenamente de la verdad del Evangelio y que su preocupación sea sobre todo anunciar a Jesucristo y en su nombre dispuestos a ayudar a las personas. Mantened la mirada fija en Jesucristo.
Sois gozo y esperanza para la Iglesia y para el mundo. Creed en la fuerza que tiene el ministerio sacerdotal. En virtud del sacramento vais a recibir todo lo que es un sacerdote. El sacerdote está llamado a ser imagen viva de Jesucristo Esposo de la Iglesia. De tal modo que cuando pronunciéis las palabras “yo” o “mi” (Yo te absuelvo o esto es mi cuerpo…), no lo haréis en vuestro nombre, sino en nombre de Cristo, in persona Christi, que desea y quiere servirse de vuestros labios y de vuestras manos, de vuestro espíritu de sacrificio y de vuestro talento. Los hombres esperan de vosotros una cosa: que seáis especialistas en promover el encuentro del hombre con Dios. Os lo aseguro, sois gozo y esperanza de la Iglesia y del mundo.
Con gran afecto, os bendice+ Carlos, Arzobispo de Valencia

TERESA DE CALCUTA
3 ª Semana
Escrituras:
Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano (1 Jn 4:21)

La Parábola del Buen Samaritano
Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?»
Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo». Le Dijo entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás».
Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?»
Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.
Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.
De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.
Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.
Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."
¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo». (Lc 10:25-37)

Palabras de la Madre:
.......“Por eso Jesús vino a este mundo, para proclamar las BUENAS NOTICIAS que DIOS ES amor, que Dios te ama y que quiere que nos amemos los unos a los otros como El nos amó.

.... Y ¿cómo amamos a Dios? Todos queremos amar a Dios. Pero ¿CÓMO lo hacemos? ¿Dónde está Dios? Sabemos que Dios está en todos sitios. Sabemos que Dios es un Padre amoroso. Sabemos que nos creó para amar y ser amados, para grandes cosas; no sólo para se un número, sino para hacer grandes cosas. Y aún hoy, Dios ama al mundo ¡A TRAVÉS DE NOSOTROS!.
Eso es el amor de Dios en acción......El otro día un hombre vino a nuestra casa de los moribundos; y vio a una de las hermanas limpiando el cuerpo de un hombre que estaba lleno de gusanos. Se lo estaban comiendo vivo. Cuando el hombre salía, vino hacia me y me dijo “ Vine sin Dios, llegué aquí vacío; Vine lleno de odio pero me voy lleno de Dios!. En la acción de la Hermana, ví el amor de Dios; vi a Dios amar a esa persona. Y esto es bello para ti y para mí.
Para cada uno de nosotros; para ti y para mí, lo primero es que amemos a nuestra familia. Puede que tengamos familiares sufriendo, solos, lisiados o con enfermedades mentales y no tenemos tiempo para sonreírles. El amor comienza en casa. Si quieres ser el amor de Dios en el mundo, comienza por tu propio hogar. Entonces, transmitirás el amor de Dios en todos aquellos con quienes estés.”

NOTICIAS JUNIORS
ASAMBLEA GENERAL
Como todos los años, con el inicio del nuevo curso Juniors celebraremos la Asamblea General. Será los días 3 y 4 de Octubre en Alzira y nos acompañará el Sr. Arzobispo de Valencia Monseñor Don Carlos Osoro.
Sin duda, la Asamblea General es el mejor momento para el encuentro de quienes creemos en el Siempre Unidos para seguir avanzando y compartiendo la alegría de ser jóvenes cristianos. La Asamblea Ees el momento de que los centros participen en las decisiones más importantes del movimiento. El 4 de Octubre se completará el proceso electroral para la elección del Presidente Diocesano para los próximos tres años. Por eso es responsabilidad de los Jefes de Centro asistir y representar a su centro en un momento tan importante para el movimiento.
Desde hace dos años os invitamos a participar en la sesión previa a la Asamblea, que este año tendrá lugar el sábado 3 de octubre, para debatir y reflexionar sobre algunos de los asuntos más importantes para el próximo curso.
En esta ocasión os convocamos a las 18:00 horas en el Colegio La Purísima de Alzira donde crearemos dos "Espais d´Acció", uno dedicado a revisar la figura del consiliario en los centros juniors y a preparar la trobada diocesana de consiliarios prevista en abril del 2010 i otro en el que el Equipo Diocesano de Familias os explicará cuál es el proceso para favorecer la participación de los padres en los centros y tratar de mejorarla a través de una serie de materiales y recomendaciones.
Además, habrá un tercer espacio dirigido a los Secretarios de Formación y Animación de las Zonas para trabajar la propuesta de las Nits Juniors de Vicarías previstas para este curso.
Aquí puedes descargar toda la documentación referente a la Asamblea. Recuerda que cada centro debe comunicar a la Oficina Dioceaana antes del 28 de Septiembre el número de educadores que va asistir y los que se quedan a comer. No se podrá garantizar la comida de aquellos que no esten apuntados.

CURSOS JEA
Un año más JEA continua preocupándose por la formación de los educadores y monitores del movimiento. Por eso, además de los cursos de formación básica de MTL y AJ, la Escuela oferta los cursos de formación permanente. Estos cursos tienen como finalidad la especialización y reciclaje de los monitores y educadores.
La temática de los cursos es muy variada: Animación litúrgica, educación en valores a través del juego, nuevos recursos para la animación, manipulador de alimentos... etc. Muchos de estos cursos están acreditados por el IVAJ.
Además, este año se oferta un curso sobre Doctrina Social de la Iglesia impartido por el Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas que nos permitirá profundizar en la Campaña de este curso.
Aquí puedes descargar el folleto con toda la información, ante cualquier duda llama a la Sede Diocesana o envía un correo a jea@juniorsmd.org

CALENDARIO ZONA MONTCABRER
He aquí las fechas aprobadas en las reuniones de la Secretaria de Formación (Sant Rafael, Ontinyent, 3 Sept) y el Consejo de Zona (Bocairent, 14 Sep):

Encontre de Monitors:
7 y 8 de Noviembre.

Marxa al Montcabrer (monitores y educadores):
28 de Noviembre.

Nadaletes:
Santa María. Entorno al 27 de Diciembre.

Encontre d’Educadors:
27 y 28 de Febrero.

Día Junior:
21 de Marzo.

Nit Jove:
28 de Mayo (pendiente de ser aprobado por el Consejo de Vicaría)

Jornadas Deportivas:
Pendiente de aprobar la fecha.

Oraciones de los jóvenes de la Vicaría con el Sr. Arzobispo:
11 de Diciembre.
14 de Mayo.

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