martes, 8 de septiembre de 2020

Domingo XXIV T. O. 13 de septiembre de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro del Eclesiástico 27, 30-28,7 

Rencor e ira también son detestables, el pecador los posee. El vengativo sufrirá la venganza del Señor que llevará cuenta exacta de sus pecados. Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados. Si un ser humano alimenta la ira contra otro, ¿cómo puede esperar la curación del Señor? Si no se compadece de su semejante, ¿cómo pide perdón por sus propios pecados? Si él, simple mortal, guarda rencor, ¿quién perdonará sus pecados? Piensa en tu final y deja de odiar, acuérdate de la corrupción y de la muerte y se fiel a los mandamientos. Acuérdate de los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo; acuérdate de la alianza del Altísimo y pasa por alto la ofensa.

 

Textos paralelos.

Perdona la ofensa a tu prójimo.

Mt 6, 12: Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

Y cuando reces, tus pecados te serán perdonados.

Mt 5, 23-24: Si mientras llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene queja de ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después ve a llevar tu ofrenda.

Si 6, 14-15:

¿Cómo pide perdón por sus propios pecados?

Mt 18, 23: Te digo que no siete veces, sino setenta y siete.

Recuerda la corrupción y la muerte.

Si 7, 36: En todas las acciones piensa en el desenlace y nunca pecarás.

Si 38, 20: Recuerda su ley, que es la tuya: el ayer, hoy tú.

Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto la ofensa.

Ex 23, 4-5: Cuando encuentres extraviados el toro o el asno de tu enemigo, se los llevarás a su dueño. Cuando veas el asno de tu adversario caído bajo la carga, no pases de largo; préstale ayuda.

 

Notas exegéticas.

28 3 Es decir, la curación espiritual por el perdón de los pecados. Se puede observar la calidad moral de esta doctrina, que prepara las exigencias del NT.

 

Comentario.

-Ámbito teológico:

Pecador: rencor, ira y venganza.

-Eclesiástico:

Se acerca al tono de la enseñanza de Jesús sobre el perdón.

Perdonar a otro es condición para recibir el perdón divino (cf. Mc 11, 25).

Negarse a la misericordia hace improbable la recepción de la misericordia divina (cf. Mt 18, 23-35).

Para Ben Sira, el autor, los pecados son castigados antes de la muerte.

-En el judaísmo del siglo II a.C., cuando escribe el Sirácida, ya mantenía el perdón poniéndolo en relación con el perdón divino. Pero incluso desde una perspectiva humanista y no creyente, el perdón deberá estar presente en una humanidad justa y equilibrada.

 

Salmo responsorial

Sal 102, 1-4.9-12

 

R/. El Señor es compasivo y misericordioso,

lento a la ira y rico en clemencia.

 

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa,

y te colma de gracia y de ternura. R/.

 

No está siempre acusando

ni guarda rencor perpetuo;

no nos trata como merecen nuestros pecados

ni nos paga según nuestras culpas. R/.

 

Como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre los que lo temen;

como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

 

 Textos paralelos.

Él, que todas tus culpas perdona.

Ex 15, 26: Si obedecéis al Señor, vuestro Dios, haciendo lo que él aprueba, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no os enviaré las enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que te cura.

Rescata tu vida de la fosa.

Sal 41, 13: Tú me has conservado mi integridad, / me establecerás en tu presencia para siempre.

Jb 42, 10: Cuando Job intercedió por sus compañeros, el Señor cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones.

Tu juventud se renueva como la del águila.

Is 40, 31: Pero los que esperan en el Señor / renuevan sus fuerzas, / echan alas como águilas, / corren sin cansarse, / marchan sin fatigarse.

No se querella eternamente.

Sal 145, 8: El Señor es clemente y compasivo, / paciente y misericordioso.

Jr 3, 12: Ve y proclama este mensaje / hacia el norte: / Vuelve, Israel, apóstata /  – oráculo del Señor – , que no os pondré mala cara, / porque soy leal / y no guardo rencor eterno – oráculo del Señor –.

Is 52, 16: No estaré en pleito perpetuo / ni me irritaré por siempre, / porque ante mí sucumbirán el espíritu / y el aliento que yo he creado.

No nos trata según nuestros yerros.

Jon 4, 2: ¡Ah, Señor, ya me lo decía yo cuando estaba en mi tierra! Por algo me adelanté a huir a Tarsis; porque sé que eres “un Dios compasivo y clemente, paciente y misericordioso”, que te arrepientes de las amenazas.

Jl 2, 12: Pues ahora – oráculo del Señor –, / convertíos a mí / de todo corazón, con ayuno, / con llanto, con luto. / Rasgad los corazones / y no los vestidos; / convertíos al señor Dios vuestro; / que es compasivo y clemente, / paciente y misericordioso, / y se arrepiente de las amenazas.

 

Notas exegéticas.

103 8 Son los atributos del nombre de Yahvé, revelados a Moisés, Ex 34, 6, que todo el salmo desarrolla acentuando la misericordia y la bondad, preparando así 1 Jn 4, 8

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 14, 7-8

Hermanos:

Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor. Pues para esto murió y resucitó Cristo, para ser Señor de muertos y vivos.

 

Textos paralelos.

 Tampoco nadie muere para sí mismo.

Rm 8, 10-11: Pero vosotros no seguís el instinto, sino el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu del Mesías, no le pertenece. Pero si el Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo muera por el pecado, el espíritu vivirá por la justicia. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de la muerte dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en vosotros.

Lc 20, 38: No es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

Ga 2, 19-20: Por medio de la ley morí a la ley para vivir para Dios. He quedado crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí.

 

Comentario.

-Este texto cierra la lectura litúrgica de la carta a los Romanos.

-Brevísima afirmación paulina que tiene por finalidad completar el argumentario de la exhortación a actuar en conciencia y respetar la conciencia de los demás.

-Conceptos:

Expropiación: pertenencia a Cristo por el bautismo.

Rescate: el Señor Jesús nos ha comprado, ha pagado nuestra libertad con su sangre.

Señorío de Cristo: exaltado, después de su abajamiento hasta la muerte, Jesús se ha constituido en el Señor de todo, de vivos y muertos.

-Controversia entre los débiles y fuertes de la comunidad cristiana de Roma:

En ocasiones la vida comunitaria está condicionada por el juzgar a los otros y el despreciar sus opiniones.

Ante ello: actitud existencial de la “auto-expropiación”, fijando la mirada en el Señor.

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:

-Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?

Jesús le contesta:

-No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con los criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones y que pagara así. El criado arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el Señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a sus verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.

 

Textos paralelos.

// Lc 17, 4: Si siete veces al día te ofende y siete veces vuelve a ti diciendo que se arrepiente, perdónale.

// Mt 6, 12: Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

¿Cuántas veces tengo que perdonar?

Lc 23, 34: Te digo Pedro que no cantará hoy el gallo antes de que hayas negado que me conoces.

Gn 4, 24: Si  la venganza de Caín valía por siete, / la de Lamec valdrá por setenta y siete.

El Reino de los Cielos es semejante a un rey.

Mt 25, 19: Pasado mucho tiempo se presentó el amo de los criados para pedirles cuentas.

Movido a compasión el señor de aquel siervo.

Lc 7, 42a: Supongo que aquel a quien le perdonó más.

Que le debía cien denarios.

Mt 24, 49: Se pone a pegar a los compañeros, a comer y beber con los borrachos.

Entonces fue y lo metió en la cárcel.

Rm 13, 7: No tengáis deudas con nadie, si no es la del amor mutuo. Pues el que ama al prójimo tiene cumplida la ley.

Siervo malvado, yo te perdoné a ti.

Mt 22, 7: El rey se encolerizó y, enviando sus tropas, acabó con aquellos asesinos e incendió su ciudad.

¿No debías tú también compadecerte?

Mt 5, 7: Dichosos los misericordiosos, / porque los tratarán con misericordia.

Mt 7, 3: ¿Por qué te fijas en la mota en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga del tuyo?

Lo entregó a los verdugos.

Mt 8, 29: ¡Hijo de Dios! ¿qué tienes con nosotros? ¿Has venido antes de tiempo para atormentarnos?

Mt 5, 26: Te aseguro que no saldrás hasta haber pagado el último céntimo.

Si no perdonáis de corazón.

Mt 6, 12-14: Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes sucumbir a la prueba y líbranos del maligno.

Lc 23, 34: Jesús dijo: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”. Se repartieron su ropa echándola a suerte.

 

Los dichos de Jesús.

Q 17, 3-4

3 Si tu hermano peca [contra ti], repréndele; y si [se arrepiente], perdónale.

4 Y si peca contra ti siete veces al día, perdónale siete veces.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

18 21 A ejemplo de Dios y de Jesús Lc 23, 34 y como lo hacían ya entre sí los israelitas, Lv 19, 18-19, los cristianos deben perdonarse mutuamente, pero “el prójimo· se extiende a todo hombre, incluidos aquellos a los que hay que devolver bien por mal. Así el amor cubre multitud de pecados. Pr 10, 12 citado por 4, 20.

18 22 Otros entienden “hasta setenta y siete veces”.

18 24 Unos trescientos mil euros oro: suma escogida a propósito como exorbitante.

18 28 Unos cincuenta céntimos de euro oro.

18 32 Este elemento de la parábola recuerda los términos en que se expresa la quinta petición del Padre Nuestro.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

21 SE ACERCÓ PEDRO A DECIRLE: lit. habiéndose acercado el Pedro dijo a él. // La pregunta lit. es: ¿Cuántas veces pecará contra mi el hermano de mí y perdonaré a él? // HERMANO cf. 15. La parábola prolonga en cierto sentido la enseñanza anterior sobre el perdón: el perdón fraterno ha de ser a imagen y semejanza del perdón de Dios, que no lleva cuenta de las veces que perdona.

22 SETENTA Y SIETE. mejor que setenta veces siete.

23 UN REY: lit. un hombre (que es) rey. // El término lit. esclavo (s), que aparece repetidamente en la parábola, equivale a FUNCIONARIOS, empleados regios, casi ministros del gobierno.

24 DIEZ MIL TALENTOS: cantidad de dinero desorbitante (25, 15); equivale a nuestra expresión: “una millonada”, algo que es imposible pagar.

25 QUE LO VENDIESEN: la orden completa añadiría: “como esclavos”.

26 Lit. cayendo pues, el esclavo se postraba [ante] él diciendo.

28 COMPAÑEROS (como en los vs. siguientes): lit. co-esclavos o cosiervos; altos funcionarios reales. // CIEN DENARIOS (la palabra griega dênárion es un latinismo; del latín denarius vine también nuestra palabra dinero): un denario era el jornal diario de un trabajador ocasional en el campo (cf. 20, 2); aquí, CIEN DENARIOS tiene el matiz de “una cantidad ridícula” comparada con “la millonada” que debía el anterior. // SI ES QUE DEBES ALGO: lo que me debas, sea lo que sea; con un dejo de ironía, Jesús pinta al acreedor ni siquiera seguro de la cantidad que le debe el compañero.

29 CAYENDO [AL SUELO]: algunos manuscritos añaden, concretando: “a sus pies”.

35 DE CORAZÓN: lit. desde los corazones de vosotros.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

18, 22 El perdón siempre está disponible para cualquier persona que es´te arrepentida de sus pecados y tenga propósito de enmienda, es decir, la intención de no cometer un pecado en el futuro. El perdón de nuestros pecados también depende de nuestra voluntad de perdonar a los que nos hayan ofendido. Esta voluntad de perdonar debe ser incondicional y habitual (siete es el número bíblico de la totalidad y la integridad). Cat. 982, 2227 y 2845.

Comentario.

-Continuación del evangelio del domingo anterior y final del discurso comunitario.

-Anterior a la sección narrativa (Mt 19-22) con diversos temas que culminan con la entrada de Jesús en Jerusalén (Mt 21, 1).

-Perícopas:

Diálogo con Pedro: el perdón sin límites.

Parábola del siervo sin entrañas:

Prólogo: título.

Tres escenas:

Diálogo entre el rey y su siervo.

Diálogo entre el siervo y el compañero.

Diálogo entre el rey y su siervo.

Conclusión: corolario, la enseñanza del relato.

 

San Jerónimo.

23 Por eso el Reino de los cielos se parece… Es común en Siria y especialmente en Palestina agregar parábolas a cualquier conversación de modo que lo que el auditorio no puede retener por una simple instrucción, lo retenga por la comparación y los ejemplos. Si alguno de entre nosotros cometiera un adulterio, un homicidio, un sacrilegio, crímenes de más de diez mil talentos, por sus ruegos les serán perdonados siempre que él perdone faltas más leves; en cambio, si somos implacables con el que nos ha hecho una ofensa y por una palabra incisiva tenemos discordias interminables, ¿no nos parece que con justicia deberían meternos en la cárcel y siguiendo el ejemplo de nuestra conducta nos sea negado el perdón por nuestras faltas más graves?

35 Lo mismo hará…Sentencia temible si el juicio de Dios se acomoda y cambia de acuerdo a las disposiciones de nuestro espíritu. Si no perdonamos una pequeñez a nuestros hermanos, las cosas grandes no nos serán perdonadas por Dios.

 

San Agustín.

No te hastíes de perdonar siempre al que se arrepiente. Si no fueras también tú deudor, podrías ser impunemente un severo acreedor, pero si tienes un deudor, tú que eres también deudor y de quien no tiene deuda alguna, pon atención a lo que haces con el tuyo. Lo mismo hará Dios con el suyo.

Si te alegras cuando se te perdona teme el no perdonar.

Su corazón se alegró cuando le fue perdonada la deuda, pero no de manera que temiera al nombre del Señor su Dios.

¡Cuánto hemos de temer, hermanos, si tenemos fe, si creemos en el evangelio, si no creemos que el Señor es un mentiroso! Temamos, prestemos atención, tomemos precaución, perdonemos. ¿Pierdes acaso algo de aquello que perdonar? Otorgas perdón, no dinero.

Si te apena otorgar dinero al indigente, otorga el perdón al que se arrepiente.

¿Qué pierdes, si lo das? Sé lo que pierdes, sé lo que dejas; lo veo, pero lo abandonas para tu bien. Abandonas la ira, la indignación, alejas de tu corazón el odio hacia tu hermano.

Esté en vela la corrección, pero no dormite la benevolencia. Suaviza de vez en cuando la corrección con mansedumbre, pero haz la corrección. Una cosa es eliminarla por negligencia y otra suavizarla con la mansedumbre. Esté en vela la disciplina: perdona y castiga.

 

Sermón 114 A. 2-5-

 

San Juan de Ávila.

Considerad, pues, a vos y considerad a Cristo y los bienes de él recebidos, y engendrarse ha en vuestro corazón un limpio y fortísimo amor con todos los prójimos, que ningún trabajo que por ellos pasáredes, y ningunos males que ellos os hagan, os lo puedan quitar; mas, ardiendo este amor como viva llama, vencerá siempre los males que hicieron con bienes que él haga. Y mirando que no los amáis por ellos, no los dejaréis de amar por las malas obras de ellos; mas considerando a Cristo en ellos, aunque os veáis desechada, no os airaréis; aunque recibáis mal por bienes, no os enrojaréis, porque los ojos que ternéis puestos en Cristo, por cuyo amor los amáis, os darán tanta luz que en ninguna cosa que los prójimos hagan sentiréis tropiezo.

Y este es el amor y respeto que a los prójimos habéis de tener, fundado en vos y fundado en Cristo. Y el que de estas fuentes no nace es muy flaco y luego se cansa. Y como casa edificada sobre movediza arena, a cualquier combate y ocasión da consigo en el suelo.

Audia filia (I). La Sagrada Escritura. OC I. Pgs. 474-475.

 

Si yo, siendo rey, te perdoné tan grande deuda: diez mil talentos; de igual a igual, siervo a siervo, ¿no perdonará cien dineros? No había misericordia de igual a igual, pues la hobo mayor con menor y en deudas grandes, y de que poca gente hace misericordia.

Dios nos perdona grandes deudas que son nuestros pecados y no ha menester Dios retorno de las buenas obras que nos hace; mas halo menester el prójimo, hanlo menester sus hijos. Tenéis un hijo en Salamanca; viene aquí un hombre de Salamanca, venís vos y lleváislo a vuestra casa y hacéisle mil servicios y regalos. ¿Por qué lo hacéis? “Porque tengo un hijo en Salamanca, y porque esto que yo hago con este hombre que lo haga él allá con mi hijo”. Si este hombre allá no hiciese otro tanto con vuestro hijo, terníades razón de quejaros de él. Las obras que Dios nos hace y el perdón de nuestros pecados que nos da, es con obligación y cargo que hagamos otro tanto con sus hijos, que son los prójimos.

Lecciones sobre 1 San Juan (l). Lección 23. OC II. Pg. 316.

Entended que las mercedes que Dios os hace son para que las gratifiquéis en vuestros prójimos, midiéndolos con la misma medida que fuistes medido de Dios. Y si ansí no lo hiciéredes, mediros ha Dios con la mesma medida que vos midiéredes a vuestros hermanos. ¡Justa justicia de Dios, de la cual dice David: Los cielos cantaron la justicia! (Sal 96, 6). Porque será tan justa y tan divina, que ellos y todas las cosas la aprobarán, y se tornarán lenguas para cantar. Si vos no queréis perdonar a vuestro prójimo, ¿cómo esperáis que os perdonará Dios? Si sois desabridos con él, ¿cómo esperáis que os consuele Dios?

Lecciones sobre 1 San Juan (II). Lección 22. OC II. Pg. 444

“El que dijere / a su prójimo / loco o necio, / no por castigallo / mas por injuriallo, / digno es / del fuego del infierno”. / Y, pues esto es así, / mira por ti / y ten caridad, / como Dios lo manda, / y ternás sana tu alma / de esta enfermedad; / porque quien ama / no quiere mal, /  ni sabe injuriar, / ni herir ni matar, / mas antes sufrir / sin volver mal por mal, / mas perdonar / de buena voluntad. / Y si aquesto / te parece recio, / más te parecerá / cuando Cristo te dirá: / “Vete al infierno / pues heciste mal / yo quieres perdonar. / Allí será el temblar.

Tratados menores. Doctrina cristiana. OC II. Pg. 817

Aunque no fuera sino por la reverencia de ellas, no le habías de tratar así. Porque sea castigo a los desagradecidos y ejemplo a mis criados, échenlo en la cárcel y entréguenlo a los atormentadores, y esté allí hasta que pague el postor cornado [moneda que circuló en Castilla desde Sancho IV hasta Isabel la Católica]. ¿Habéis oído? Dice Jesucristo. ¡Qué palabras! De esta manera que habéis oído, hará mi Padre celestial a todos vosotros si no perdonare cada uno de corazón a su prójimo? (Mt 18, 23-35). Consolado nos habéis y espantado. ¡Qué consuelo para adeudados y qué espanto para nuestra dureza! En ver vuestra misericordia nos hemos consolado y en ver vuestra dureza nos hemos espantado. – ¿Quién es este rey? – Dios. – ¿Sus criados? – Nosotros. Los talentos son hacienda, letras y ánima, etc.; aquello en quien tienes habilidad para servir a Dios, aquello es talento. ¿Tienes lengua? Entiende en hacer amistades. ¿Tienes lengua? Enseña al que no sabe. ¿Tienes hacienda? Provee al necesitado. No hay hombre que haya recebido de Dios talento.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25. Domingo 21 después de Pentecostés. OC III. Pg. 300.

–¿Cómo lo que una vez perdonáis, castigáis? – Cuando después que te ha castigado Dios, digo perdonado, haces un pecado, por la circunstancia del desagradecimiento del perdón, parece que vuelven todos los pecados perdonados. Ansí hará mi Padre celestial, dice Jesucristo, si no perdonáredes uno a otro de corazón. (cf. Mt 18, 32-35). Plega a Dios que nadie esté en tan gran pecado como éste, y si pecado hubiéremos de hacer, no sea éste.

– ¿Allí tan manso y aquí tan bravo? – No hay quien tan barato venda y tan caro compre como Dios. Si miras lo que te da y lo que te pide, no te pide sino: “¿Cómo yo te trato a ti, trata a tu prójimo”, y en esto es muy escrupuloso.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25. Domingo 21 después de Pentecostés. OC III. Pgs. 304-305.

El evangelio de hoy también habla de caridad. ¿No fuera razón, pues yo hube misericordia de ti, la hicieras tú a tu prójimo? (cf. Mt 18, 33); ¿No fuera bueno, pues yo te quiero bien, quieras tú bien a tu prójimo? Si esta ley guardáis, guardalla ha Dios de vos. Guarda Dios tanto esta ley, que el bien que os hace quiere lo hagáis a vuestro prójimo; ni en el cielo ni en la tierra la deja de guardar. Cuando uno fuere más alto delate de Dios, tanto es más bajo con sus prójimos; cuando es más privado [de privanza o primer lugar en la gracia y confianza de un príncipe o alto personaje, rae.es] con Dios, entonces queda hecho esclavo de sus prójimos. No como en las cortes, que, si uno es privado del rey, súbese a lo alto y olvídase de los pequenos.

Ciclo temporal. Sermones de tiempo. 25. Domingo 21 después de Pentecostés. OC III. Pg. 298.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Guijarro, S. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Sígueme. Salamanca. 2014.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999.  

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae. 2020/5.

 

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