miércoles, 2 de diciembre de 2020

Domingo 2 Tiempo de Adviento. 6 de diciembre de 2020.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías 40, 1-5.9-11

“Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios –; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”. Una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y verán todos juntos – ha hablado la boca del Señor –”. Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: “Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con su poder y con su brazo manda. Mirad, viene con él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él mismo a las ovejas que crían.

 

Textos paralelos.

Consolad, consolad a mi pueblo.

Is 52, 7-12: ¡Qué hermosos son sobre los montes / los pies del heraldo que anuncia la paz, / que trae la buena nueva, / que pregona la victoria, / que dice a Sión: “Ya llega tu Dios”! / Escucha: tus vigías gritan, / cantan a coro, / porque ven cara a cara / al Señor, que vuelve a Sión. / Romped a cantar a coro, / ruinas de Jerusalén, Y/ que el Señor consuela a su pueblo, / rescata a Jerusalén. / El Señor desnuda su santo brazo / a la vista de todas las naciones, / y verán los confines de la tierra / la victoria de nuestro Dios. / ¡Fuera, fuera! Salid de allí, / no toquéis nada impuro. / ¡Salid de ella, purificados, / portadores del ajuar del Señor! / No saldréis apresurados / ni os iréis huyendo, / pues en cabeza marcha el Señor, / y en la retaguardia, el Dios de Israel.

Una voz clama.

Mt 3, 3: Es lo que había anunciado el profeta Isaías “Una voz clama en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad su calzada”.

Ml 3, 1: Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el santuario el Señor que buscáis; el mensajero de la alianza que deseáis, miradlo entrar – dice el Señor de los ejércitos –.

Ml 3, 23-24: Y yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra.

Abrid en el desierto.

Si 48, 10: Está escrito que te reservan para el momento / de aplacar la ira antes de que estalle, / para reconciliar a padres con hijos, / para restablecer las tribus de Israel.

Lc 1, 76: Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, / porque caminarás delante del Señor, / preparándole el camino.

Is 45, 2: Yo iré delante de ti / allanándote cerros; / haré trizas las puertas de bronce, / arrancaré los cerrojos de hierro.

Lc 3, 4-6: Como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Una voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas. Todo barranco se llenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará, y verá todo mortal la salvación de Dios”.

Una calzada recta a nuestro Dios.

Ba 5, 7: Dios ha mandado abajarse / a los montes elevados / a las colinas perpetuas, / ha mandado llenarse a los barrancos / hasta allanar el suelo, / para que Israel camine con seguridad / guiado por la gloria de Dios.

Lo escabroso se vuelva llano.

Ex 24, 16: Y la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube.

Is 35, 2: Como flor de narciso florecerá, / desbordado de gozo y alegría; / tiene la gloria del Líbano, / la belleza del Carmelo y del Sarón; / ellos verán la gloria del Señor, / la belleza de nuestro Dios.

Is 58, 8: Tras las jambas de la puerta / colocabas tu emblema; / prescindiendo de mí, te desnudabas, / subías al lecho y hacías sitio; sacabas partido de tus amantes, / con los que te gustaba acostarte; / mirando el falo, / fornicabas con ellos sin cesar[1]

Is 60, 1: ¡Levántate, brilla, / que llega tu luz; / la gloria del Señor / amanece sobre ti!

Is 1, 20: Si rehusáis y os rebeláis, / la espada os comerá. / Lo ha dicho el Señor.

Is 58, 14: Entonces el Señor será tu delicia. / Te pondré a caballo / de las alturas de la tierra, / te alimentaré con la herencia / de tu padre Jacob / – ha hablado la boca del Señor.

Vedlo, su salario le acompaña.

Is 62, 11: El Señor envía un pregón / hasta el confín de la tierra: / Decid a la ciudad de Sión: / Mira a tu Salvador, que llega, / el premio de su victoria lo acompaña, / la recompensa lo precede.

Como pastor pastorea su rebaño.

Ez 34, 1-2a: Me dirigió la palabra el Señor: “Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel.

Dt 32, 11: Como el águila incita a su nidada / revolando sobre los polluelos, / así extendió sus alas, los tomó / y los llevó sobre sus plumas.

Lc 15, 5: Al encontrarla, se la hecha a los hombros contento.

 

Notas exegéticas.

40 (a) Este es el título que se da a la segunda parte del libro de Isaías, ver cap. 40-55, inspirándose en los primeros versículos. La “consolación” es en efecto el tema principal de estos capítulos. Se atribuye este libro al “Segundo Isaías”, un profeta anónimo del fin del Destierro.

40 (b) Esta cantata a varias voces sirve de obertura al libro: la esclavitud del pueblo ha concluido; se prepara un nuevo Éxodo bajo la guía de Dios. Este tema, que impregna todo el libro, volverá en la conclusión de 55, 12-13.

40 2 Jerusalén ha estado sujeta a la “milicia” de un mercenario o esclavo; ha pagado el doble de su falta, como un ladrón, ver Ex 22.

40 3 (a) El profeta deja deliberadamente en el anonimato y el misterio esta voz que obedece la orden del v. 2. Los evangelistas citando el texto según los LXX (“Voz que clama en el desierto”), lo han aplicado a Juan el Bautista, que anunciaba la próxima venida del Mesías.

40 3 (b) Hay textos babilónicos que hablan en términos análogos de caminos procesionales o, triunfales preparados por el dios o por el rey victorioso. Aquí es el camino por el que Yahvé conducirá a su pueblo a través del desierto en un nuevo Éxodo. Ya Is 10, 25-27 había evocado los prodigios del Éxodo como prenda de la protección divina. Los profetas del Destierro amplían este tema. Como antaño, Dios va a venir a salvar a su pueblo, Jr 16, 14-15 (que vuelven sobre Ex 19, 4). El primer Éxodo, con sus prodigios, el paso del mar Rojo, el agua milagrosa, la nube luminosa, la marcha por el desierto, se convierten a la vez en tipo y prenda del nuevo Éxodo, de Babilonia a Jerusalén. Sobre este tema del Éxodo ver asimismo Os 2, 16.

40 11 Es el tema del buen pastor, formulado por Jr 23, 1-6, desarrollado por Ez 34, y continuado por Jesús, Mt 18, 12-14; Jn 10, 11-18.

 

Comentario.

-Comienzo de la predicación del profeta anónimo al que llamamos segundo Isaías.

-Mensaje de consuelo al pueblo:

Vive en el exilio de Babilonia.

Se anuncia el fin del sufrimiento y el comienzo de la redención.

Responden a las lamentaciones que el pueblo de la ciudad de Jerusalén entonaba en las ruinas del Templo (Lamentaciones, 1; 2, 13).

El crimen de Israel, los pecados que llevaron el exilio, ya han sido pagados con una doble paga (Ex 22,4-9; Jer 16, 18).

-Retorno de Israel:

No se está hablando solo de elementos geográficos.

Nueva experiencia en la vida de Israel:

Se revelará la gloria de Dios como en el primer éxodo: mar Rojo (Ex 14, 17) y Sinaí (Ex 19).

-Profeta:

Heraldo de Sión.

El que anuncia las buenas noticias al inaugurar una nueva etapa en la Historia de la Salvación:

La llegada del Señor con el poder de su brazo.

Como un pastor.

 

 

 

Salmo responsorial

Salmo 84 (83), 9-14.

 

Muéstranos, Señor, tu misericordia

y danos tu salvación. R/.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:

“Dios anuncia la paz

a su pueblo y a sus amigos”. R/.

 

La salvación está cerca de los que lo temen,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

 

La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,

y la justicia mira desde el cielo. R/.

 

El Señor nos dará la lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,

y sus pasos señalarán el camino. R/.

 

Textos paralelos.

 No recaerán en la torpeza.

Ex 24, 16: La gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube.

Ez 11, 23: La gloria del Señor se elevó sobre la ciudad y se detuvo en el monte, al oriente de la ciudad.

Ez 43, 2: Vi la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria.

Su salvación se acerca a sus adeptos.

Jn 1, 14: La palabra se hizo hombre / y acampó entre nosotros. / Contemplamos su gloria, / gloria como de Hijo único del Padre, / lleno de lealtad y fidelidad.

Amor y Verdad se han dado cita.

Sal 89, 15: Justicia y Derecho sostienen tu trono, / Lealtad y Fidelidad se presentan ante ti.

Sal 97, 2: Nubes y nubarrones lo rodean, / Justicia y Derecho sostienen tu trono.

Is 45, 8: Cielos, destilad el rocío; / nubes, derramad la victoria; / ábrase la tierra y brote la salvación, / y con ella germine la justicia: / yo, el Señor, lo he creado.

Yahvé mismo dará prosperidad.

Sal 67, 7: La tierra ha dado su cosecha: / nos bendice Dios, nuestro Dios.

Za 8, 12: Sembrarán tranquilos, / la cepa dará su fruto, / la tierra dará su cosecha, / el cielo dará su rocío; / todo se lo legó / al resto de este pueblo.

Is 58, 8: Entonces romperá tu luz / como la aurora, / en seguida te brotará la carne sana; / te abrirá camino tu justicia, / detrás irá la gloria del Señor.

 

Notas exegéticas.

85 Este salmo promete a los repatriados la paz mesiánica anunciada por Isaías y Zacarías.

85 10 (a) “sus adeptos”, lit. “los que le temen”.

85 10 (b) La Gloria de Yahvé, Ex 24, 16, que había abandonado el templo y la ciudad santa, Ez 11, 23, volverá al Templo restaurado, Ez 43, 2; Ag 2, 9.

85 11 Los atributos divinos personificados vienen a instaurar el reinado de Dios en la tierra y en los corazones de los hombres.

85 14 La justicia divina abre el camino: ella es la condición de la paz y de la felicidad.

 

Tres lecturas.

Con Israel: la situación que dio origen a este salmo es el regreso de los deportados de Babilonia, considerado como un acto de perdón de Dios. Después del entusiasmo por el retorno el pueblo sufre la decepción de lo cotidiano: reconstrucción del Templo y hostigamiento de los enemigos.

Con Jesús: cuando Jesús recitaba este salmo, debía pensar que Él era en persona, la realización perfecta de lo esperado y deseado en este salmo.

Con nuestro tiempo: así como Israel recordaba los beneficios que Dios le había hecho en el pasado nosotros también, en los días de prueba, debemos recordar las gracias que han marcado nuestra vida.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3, 8-14

No olvidéis una cosa, queridos míos, que para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión. Pero el Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella quedará al descubierto. Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo, ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del Día de Dios! Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados. Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia. Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.

  

Textos paralelos.

 No se retrasa el Señor en su cumplimiento.

Sal 90, 4: Para ti mil años son un ayer que pasó, / una vela nocturna.

Si 35, 19: Mientras le corren las lágrimas.

Lc 18, 7: Pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos si gritan a él día y noche?, ¿les dará largas?

Ha 2, 2-3: El Señor me respondió: / - Escribe la visión, grábala en tablillas, / de modo que se lea de corrido: / la visión tiene un plazo, / jadea hasta la meta, / no fallará; aunque tarde, espérala, / que ha de llegar sin retraso.

No quiere que algunos perezcan.

Rm 2, 4-5: ¿O despreciáis su tesoro de bondad, su paciencia y aguante, olvidando que su bondad quiere conducirte al arrepentimiento? Con tu contumacia y tu corazón impenitente te acumulas cólera para el día de la cólera, cuando se pronunciará la justa sentencia de Dios.

1 P 3, 20: Los que un tiempo no creían, cuando la paciencia de Dios daba largas y Noé fabricaba el arca, en la cual unos pocos, ocho personas, se salvaron atravesando el agua.

Entonces los cielos se desharán.

Mt 24, 43: Y sabéis que, si el amo de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría velando para que no le abran un boquete en la pared.

1 Ts 5, 2: Pues vosotros sabéis exactamente que el día del Señor llegará como ladrón nocturno.

Se disolverán.

Mt 24, 29: Inmediatamente después de esa tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no irradiará su resplandor; las estrellas caerán del cielo y los ejércitos celestes temblarán.

Ap 20, 11: Vi un trono grande y blanco y a uno sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo sin dejar rastro.

Ap 21, 1: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra han desaparecido, el mar ya no existe.

Afincados en vuestra santa conducta.

Hch 3, 19-20: Arrepentíos y convertíos para que se os borren los pecados, y así recibáis del Señor tiempos favorables y os envíe a Jesús, el Mesías predestinado.

El momento en que los cielos se disolverán.

Is 34, 4: El cielo se enrolla como un pliego / y se marchitan sus pámpanos, / como se alacian[2] los pámpanos, / como se alacia la hoja de higuera.

Is 65, 17: Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo / y una tierra nueva; / de lo pasado no hay recuerdo / ni venga pensamiento.

Is 66, 22: Como el cielo nuevo y la tierra nueva, / que voy a hacer, durarán ante mí / – oráculo del Señor –, así durará vuestra estirpe / y vuestro nombre.

Ap 21, 1: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra han desaparecidos, el mar ya no existe.

Ap 21, 27: No entrará en ella nada profano, ni depravados ni mentirosos; solo entrarán los inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Is 60, 21: En tu pueblo todos será justos / y poseerán por siempre la tierra: / es el brote que yo he plantado, / la obra de mis manos, para gloria mía.

Rm 8, 19: La humanidad aguarda expectante a que se revelen los hijos de Dios.

Esforzaos porque él os encuentre en paz.

Judas 1, 24: Al que puede custodiaros sin tropiezos y presentaros ante su gloria sin mancha y gozosos.

1 Tm 1, 15-16: Este mensaje es de fiar y digno de ser aceptado sin reservas: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me tuvo compasión, para empezar conmigo a mostrar toda su paciencia, dando un ejemplo a los que habrían de creer y conseguir vida eterna.

 

Notas exegéticas.

3 10 “se consumirá”, corr.: “será descubierta” griego. – Esta destrucción del mundo por el fuego es tema corriente entre los filósofos de la época grecorromana, como en los apocalipsis judíos o algunos documentos de Qumrán, ver 1 Co 3. 15; Dn 7, 9

 

Comentario.

-Segunda carta de san Pedro:

Contexto literario, social y teológico propios:

Comunes a 1 Pedro: la esperanza en medio de las tribulaciones.

Carácter apologético:

Defensa de la primitiva escatología cristiana frente a quienes ridiculizaban la esperanza en la venida de Jesucristo.

Paciencia de Dios:

Pedagógica, teológica y pastoral.

No quiere que nadie se pierda.

Quiere que todos accedan a la conversión.

Contenido y vocabulario apocalíptico:

El “Día del Señor”:

Antiguo Testamento.

Dios juzga la historia.

Inesperado y terrorífico.

Los cielos se derrumban y la tierra queda al descubierto.

Frase principal: esperamos los cielos nuevos y una tierra nueva, donde habite la justicia.

Permanecer intachables e irreprochables.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8

Comienza el evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”; se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:

-Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

 

Textos paralelos.

 

Marcos 1, 1-8

Mt 3, 1-12

Lc 3, 1-18

Comienza el evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”;

 

 se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.

 

 

Y proclamaba:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Por entonces se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea proclamando:

 

 

-Arrepentíos, que está cerca el reinado de Dios.

 

Es lo que había anunciado el profeta Isaías:

Una voz clama en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad su calzada.

 

 

 

 

 

El tal Juan llevaba un vestido de pelo de camello, se ceñía un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudían a él de Jerusalén, de toda la Judea y de la comarca del Jordán, y se hacían bautizar por él en el Jordán confesando sus pecados.

 

Al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizase, les dijo:

-¡Raza de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina? Dad frutos válidos de arrepentimiento y no os imaginéis que basta deciros: Nuestro padre es Abrahán; pues os digo que de esas piedras puede sacar Dios hijos para Abrahán. El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca frutos buenos será cortado y arrojado al fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo os bautizo con agua en señal de arrepentimiento. Detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no tengo derecho a llevarme sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Ya empuña el bieldo para aventar su era: el trigo lo reunirá en el granero, la paja la quemará en un fuego que no se apaga.

El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, tetrarca de Galilea Herodes, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconída y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás,

 

 la palabra del Señor se dirigió a Juan hijo de Zacarías en el desierto. Recorrió toda la cuenca del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados,

 

como está escrito en el libro del profeta Isaías:

Una voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas. Todo barranco se rellenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará, y verá todo mortal la salvación de Dios.

 

A las multitudes que habían salido a que los bautizara les decía:

 

 

 

 

 

 

-¡Camada de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina? Dad fruto válido de arrepentimiento y no os pongáis a deciros: Nuestro padre es Abrahán; pues os digo que de esas piedras puede sacar Dios hijos de Abrahán. El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca frutos buenos será cortado y arrojado al fuego. Entonces le preguntaba la multitud:

-¿Qué hemos de hacer?

Les respondía:

-El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; otro tanto el que tenga comida.

Fueron también algunos recaudadores a bautizarse y le preguntaban:

-Maestro, ¿qué hemos de hacer?

Él les contestó:

-No exijáis más de lo que está ordenado.

También los soldados le preguntaban:

-Y nosotros, ¿qué hemos de hacer?

Les contestó:

-No maltratéis ni denunciéis a nadie y contentaos con vuestra apaga.

Como el pueblo estaba a la expectativa y todos discurrían por dentro si sería Juan el Mesías, Juan se dirigió a todos:

-Yo os bautizo con agua; pero está para llegar el que tiene más autoridad que yo, y yo no tengo derecho a desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Ya empuña el bieldo para aventar su era: el trigo lo reunirá en el granero, la paja la quemará en un fuego que no se apaga.

Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena noticia.

 

Voy a enviar a mi mensajero delante de ti.

Ml 3, 1: Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el santuario el Señor que buscáis; el mensajero de la alianza que deseáis, miradlo entrar – dice el Señor de los ejércitos –.

Voz del que clama en el desierto.

Is 40, 3: Una voz grita: En el desierto / preparad un camino al Señor; / allanad en la estepa / una calzada para nuestro Dios.

Jn 1, 23: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Allanad el camino del Señor (según dice el profeta Isaías).

apareció Juan.

Lc 3, 3: Recorrió toda la cuenca del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados.

Proclamaba: “Detrás de mí…”.

Jn 1, 27: Que viene detrás de mí; y yo no soy quién para soltarle la correa de la sandalia.

Yo os he bautizado con agua.

Jn 1, 26: Juan les respondió: Yo bautizo con agua. Entre vosotros está uno que no conocéis.

Jn 1, 33: Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.

Hch 1, 5: Que Juan bautizó con agua, vosotros seréis bautizados dentro de poco con Espíritu Santo.

Hch 1, 16: Queridos hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo profetizó por medio de David acerca de Judas, el que guió a los que arrestaron a Jesús.

 

Los dichos de Jesús.

Q 7 Dijo a la (gente que venía a) ser bauti(zada): raza de víboras, ¿quién os advirtió para huir de la cólera que se acerca?

8 Dad, pues, un fruto digno de conversión y no os gloriéis diciendo en vuestro interior: Tenemos por padre a Abrahán. Porque os digo que Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abrahán.

9. Ya está puesta el hacha junto a la raíz de los árboles. Y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

16b Yo os bautizo (con) agua, pero el que viene detrás de mí es más fueerte que yo. Yo no soy digno de (quitarle) las sandalias. Él os bautizará con Espíritu (santo) y fuego.

17 Tiene su bieldo en la mano y aventará su parva, y reunirá el trigo en su granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

1 1 (a) Transcripción de una palabra griega que significa “Buena Nueva·; es la venida, en la persona de cristo del reinado de Dios que va a reemplazar al de Satán, causa de todos los males que se abaten sobre el mundo. Después de Cristo, sus discípulos proclamarán el evangelio al mundo entero. Creer en el evangelio exige arrepentimiento y renuncia. Predicada primero, y luego puesta por escrito poco a poco, esta Buena Nueva ha quedado fijada en nuestros cuatro evangelios canónicos. Término técnico en Mc y Mt que se transcribe siempre por “Evangelio”, no es utilizado por Lc, que prefiere el verbo derivado de él, tomado de Is 61, 1 y que se traduce mejor por “anunciar la Buena Nueva”.

1 1 (b) Transcripción de una palabra giega que significa “Ungido”. Se aplica ante todo a aquel que ha recibido la unción real. Los dos títulos de “Cristo” y de “Mesías” son equivalentes.

1 1(c) Este título no indica una filiación de naturaleza, sino simplemente una filiación adoptiva que expresa una protección de Dios sobre el hombre a quien declara “hijo suyo”, especialmente sobre el rey a quien ha elegido. – Omisión: “hijo de Dios”.

1 4 (a) Este verbo (Kerysso) empleado con frecuencia para el anuncio público del Evangelio sirve para publicar los actos que Dios realiza a través de Jesús y designa la predicación pública del propio Jesús y de sus enviados. Aquí y en el v.7 sugiere que Juan está encargado de una misión divina en favor de todo el pueblo: por su predicación se cumplen las profecías.

1 4 (b) La palabra “bautismo”, empleada en el NT con referencia a la actividad de Juan y al bautismo cristiano, está emparentada con las que designan los baños o abluciones practicadas en el judaísmo para la purificación de las impurezas rituales. Desde finales del s. I está atestiguado un rito de inmersión para la integración de los prosélitos en el judaísmo. Y en la época de Juan había movimientos religiosos caracterizados por esta práctica. Es el caso de la comunidad de Qumrán, donde los baños diarios, reservados a los miembros profesos, expresaban su ideal de pureza, sin suplir, naturalmente la necesaria conversión interior, en espera de una purificación radical en el futuro (Regla de la comunidad). El bautismo de Juan diverge: es ofrecido a todos, quien bautiza es Juan y solo se recibe una vez como preparación última al juicio, al bautismo del final de los tiempos. Su condición esencial es la conversión o el arrepentimiento y tiene por finalidad el perdón de los pecados, esperado en ese mismo memento, o más probablemente como don del Reino de Dios anunciado (cf. las promesas de purificación de Israel: Is 1, 16).

1 5 El verbo exomoloéo parece indicar que los pecados se reconocían de palabra y no simplemente mediante un gesto. En el judaísmo de la época, la confesión de los pecados era practicada en determinadas circunstancias (con ocasión de las liturgias de explicación o de renovación de la alianza (Jubileos, Regla de Qumrán, Documento de Damasco). Expresa la vuelta a Dios para obtener su perdón.

1 6 Variante: “Juan llevaba un vestido de piel de camello y un cinturón de cuero a sus lomos”, ver Mt 3, 4.

1 7 La expresión “detrás de mí” es indicativa de rango, como ocurre en un cortejo. Resalta el contraste entre Juan y Jesús: el que viene detrás es en realidad “más fuerte”. La fuerza, atributo del Mesías, se manifestará en lucha de Jesús contra Satán. Por el contrario, quien viene delante es en realidad un siervo: poner o quitar las sandalias era una tarea de esclavo.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

[EVANGELIO] DE MARCOS: el encabezamiento, en este y en los otros evangelios, data probablemente del s. II y es, por lo tanto, posterior al texto. Si lo que llamamos “ cuatro Evangelios” se considera como cuatro variantes del único Evangelio, puede traducirse el encabezamiento: “[Evangelio] según Marcos” (o según Mateo, o Lucas, o Juan); pero en el griego del período helenístico la preposición kata en los títulos de escritos se usaba en vez del genitivo de autor (=de N.N.).

1 Este versículo es, propiamente, el título original de Marcos. COMIENZO (quizás en el sentido de “primera exposición”, “rudimentos”) DEL EVANGELIO – de “la noticia” de la predicación – acerca DE JESUCRISTO (cf. Mt 1, 16: en la persona de Jesucristo, más que en su mensaje, está la novedad de la buena noticia que predica el evangelista). En pocas palabras queda indicada la finalidad de Mc: poner progresivamente ante los ojos del lector a Jesús el Mesías (=JESUCRISTO), HIJ DE DIOS; esa revelación tuvo comienzo en el ministerio del Bautista (vs. 4ss), y culminó en la exclamación de un pagano en el momento en que Jesús aparecía como “Hijo del Hombre” en el sufrimiento (15, 39).

2-3 Mc, a diferencia de Mt y Lc, empieza directamente con la actividad de Juan el Bautista: la salvación profetizada en el AT, y preparada a las inmediatas por Juan (vs. 4, 7s), llega plenamente con Jesús (vs. 14-15), es confirmada por la actividad apostólica de los discípulos (3, 14; 6, 12), y llevada hasta el confín de la tierra por la Iglesia (13, 10; 14, 9; 16, 15s.20). // VOZ… QUE GRITA: en los siglos IV-V escribió san Máximo de Turín: “No dijo solamente… “una voz”, sino “la voz de uno que grita”, es decir, una voz que entre en los oídos para conseguir la fe, un grito que sacuda los corazones; la voz predicará el Reino, el grito amenazará con el Juicio”.

4 BAUTIZANDO: algunos manuscritos anteponen el artículo, lo que daría: “Juan el bautizador”, Juan el que bautizaba. // EL DESIERTO de Judea: cf. Mt 3, 1. // PREDICANDO: proclamando, anunciando a la manera de un heraldo en nombre del emperador. // BAUTISMO: baño o rito de inmersión, símbolo visible de purificación interior, signo externo DE ARREPENTIMIENTO.

6 VESTIDO CON PELOS DE CAMELLO: Mt 3, 4 ofrece este dato de forma más inteligible: su vestido estaba hecho de pelos (e.d., de piel) de camello. // SALTAMONTES: la Misná (Hull III, 7) permite comer los saltamontes “que tienen cuatro patas y cuatro alas… y cuyas alas cubren la mayor parte del cuerpo”, también en Qumrán existían normas para comer los saltamontes “metidos en fuego o en agua cuando aún están vivos” (Documento de Damasco col. XXII; 14-15). // MIEL DEL CAMPO: ¿era hidromiel[3]?; ¿o el mosto (tîros), bebida regular en Qumrán?

7 ANTE ÉL QUE… DESATAR: lit. del que no soy digno de, habiéndome agachado, desatar (menester propio de esclavos).

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

1, 1 El Evangelio es la buena noticia confiada a la Iglesia para que la dé a conocer a todo el mundo. Cat. 422, 515, 571 y 763.

1, 4 Con Juan Bautista se cumple la profecía de Isaías del predicador en el desierto, que llama a la gente para que prepare el camino para su Salvador (Is 40, 3). Juan es considerado el último y el más grande de los profetas. La vida austera de Juan, basada en la oración y la penitencia, lo convierte en un fuerte testigo de la venida del Señor. Juan, sin embargo, se considera indigno incluso a ser relacionado con el Mesías. Aunque el bautismo de Juan era “de penitencia” más que sacramental, llamaba a la conversión y señalaba al definitivo Bautismo de Cristo, que perdonaría los pecados por medio del Espíritu Santo. Cat 523 y 719-720..

1, 6 La vestimenta de Juan nos recuerda al profeta Elías, que vestía túnica de piel de camello y un cinto de cuero. El profeta Malaquías había predicho que Elías volvería a anunciar la llegada del Salvador (Mal 4, 1-5). Cristo identificó a Elías con Juan el Bautista en el sentido de que el “espíritu” de Elías descansaba sobre él. Estaba colmado del Espíritu Santo, que hizo que Juan se asemejase a Cristo. La santidad de Juan era, en sí misma, una preparación para el Señor. Cat. 719.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

El Señor desea abrir en vosotros un camino por el que pueda penetrar en vuestras almas y hacer su viaje… El camino por el que ha de penetrar la palabra de Dios consiste en la capacidad del corazón humano. El corazón del hombre es grande, espacioso y capaz, como si de un mundo se tratara…. Mira que el corazón humano no es algo pequeño, al caber tantas cosas. Comprende que su grandeza no reside en las dimensiones físicas, sino en la fuerza de su pensamiento, capaz de abarcar el conocimiento de tantas verdades… Prepara un camino al Señor mediante una conducta honesta, y con acciones irreprochables allana tú el sendero, para que la Palabra de Dios camine en ti sin obstáculo.

Orígenes. Homilías sobre el Ev. de Lucas, 21, 5-7.

El evangelio, en primer lugar, se refiere a aquél que es cabeza de todo el cuerpo de los salvados, es decir, de Cristo Jesús, como dice Marcos: “Comienzo del evangelio de Jesucristo”. Así, el “comienzo del evangelio” (en cuanto que tiene unas dimensiones, principio, continuación, medio y fin) se refiere o a todo el Antiguo Testamento, del que Juan es figura, o a la conexión existente entre el Nuevo y el Antiguo Testamento, cuya parte final de este último está representada precisamente por Juan.

Orígenes. Comentario al Ev. de Juan, 1, 13, 79-82.

Al final de la Antigua y al principio de la Nueva Alianza está un bautismo. Porque Juan era el iniciador – sin que hubiera otro mayor entre los nacidos de mujer –, el último de los profetas: “Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan”. También es el comienzo de los sucesos del Evangelio: “Comienzo del Evangelio de Jesucristo”, dice, y a continuación: “Estaba Juan bautizando en el desierto”.

Cirilo de Jerusalén, Las catequesis, 3, 6.

Con toda claridad, coloca el comienzo del evangelio en las palabras de los santos profetas, e indica desde el principio que Aquel que ellos han reconocido como Señor y como Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien les prometió enviar un mensajero delante de él; y este era Juan que “en el Espíritu Santo y en el poder de Elías” gritaba en el desierto.

Ireneo de Lyon. Contra las herejías, 3, 10, 6.

Le llamó su mensajero por las maravillas que habría de realizar y por su ministerio profético, en virtud del cual ha promulgado la voluntad divina.

Tertuliano, Contra los judíos, 9, 23.

¡Fijaos lo que dijo! No mencionó únicamente yo soy una voz, sino la voz del que grita; o sea, una voz que penetre los oídos a fin de conseguir la fe, un grito que golpee los corazones; la voz predicará el reino, el grito conminará al juicio.

Máximo de Turín. Sermón, 6, 1.

El bautismo de Juan no consistió tanto en el perdón de los pecados, cuanto en ser un bautismo de penitencia con miras a la remisión de los pecados, es decir, la que habría de venir después por medio de la santificación de Cristo.

Jerónimo. diálogo con los luciferianos, 7.

Juan Bautista tuvo una santa madre y era hijo de un pontífice, y, sin embargo, ni el cariño de la madre ni las riquezas del padre fueron bastantes a determinarlo a vivir en casa de sus padres con riesgo de su castidad. Allí viví en el yermo y, con ojos que echaban menos a Cristo, ninguna otra cosa se dignaba mirar. Su vestido era áspero; su cinto de piel; su manjar, langostas y miel silvestre; todo acomodado a la virtud y a la continencia. Los hijos de los profetas, que son los monjes que leemos en el Antiguo Testamento, se construían pobres chozas junto a las corrientes del Jordán, huían del bullicio de las ciudades y se alimentaban con tortas de cebada y hierbas agrestes. Mientras permanezcas en tu patria, ten tu celda por un paraíso o vergel, del que cortes los frutos varios de las Escrituras. Esas sean tus delicias, del abrazo de ellas goza.

Jerónimo. Carta a Rústico, 125, 7.

Como precursor de quien tantas cosas antiguas venía a destruir: el trabajo, la maldición, la tristeza, el sudor, tenía que llevar en sí mismo algunas señales de este don divino y estar por encima de la maldición primera del paraíso. Así, Juan, ni aró la tierra, ni abrió surcos en ella, ni comió el pan con el sudor de su frente. La mesa la tenía siempre puesta; aun era más fácil que su mesa su vestido, y más que su vestido su casa, y es que no necesitaba ni de techo, ni de lecho, ni de mesa, ni de nada semejante, sino que llevaba en carne humana, una especie de vida de ángel. Por ello llevaba también un manto de pelos, enseñando por sola su figura a apartarse de las cosas humanas y a no tener nada de común con la tierra, sino volver a aquella primera nobleza en que se hallara Adán antes de que necesitara mantos y vestidos.

Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 10, 4.

De igual manera que Juan fue el precursor del Señor, así también su bautismo fue previo al bautismo del Señor.

Jerónimo. Diálogo contra los luciferianos, 7.

Aquí establece una comparación entre la ley y el Evangelio. Y dice también: “Yo os bautizo con agua”, esto es la ley, “pero él os bautizará con Espíritu Santo”, esto es, el Evangelio.

Jerónimo. Comentario al Ev. de Marcos, homilía 2.

No puede llamarse bautismo perfecto, sino en virtud de la cruz y de la resurrección de Cristo.

Jerónimo. Diálogo contra los luciferianos, 7.

 

San Agustín.

Observa que Juan es la voz. ¿Qué es Cristo sino la Palabra? Primero se envía la voz para que luego se pueda entender la palabra. ¿Qué Palabra? Escucha lo que te muestra con claridad: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo fue hecho por ella y sin ella nada se hizo. Si todo, también Juan. ¿Por qué nos extrañamos de que la Palabra haya creado su voz? Mira junto al río una y otra cosa: la voz y la Palabra, Juan es la voz, Cristo la Palabra.

Todo hombre que anuncia la Palabra es voz de la Palabra.

Envió a los patriarcas, a los profetas; envió a tan numerosos y grandes pregoneros suyos. La Palabra que permanece envió las voces y después de haber enviado delante muchas voces, vino la misma Palabra en su voz, en su carne, cual en su propio vehículo. Recoge, pues, como en una unidad, todas las voces que antecedieron a la Palabra

 

San Juan de Ávila.

Y mírese cuán mal y deshonestamente se pinta la imagen de San Juan Baptista, dejándole desnudos los brazos y piernas y poniéndole un pellejo entero de camello con su cabeza, no entendiendo que en el Evangelio dice que habebat vestimentum de pilis cameli, que era vestido de penitencia y no de pieles.

Tratados de reforma. Lo que se debe avisar a los obispos. 11. OC II. Pg. 517.

-No soy, dice San Joán, el que pensáis. – Pues, ¿quién sois? – Aquel de quien profetizó Esaías: Vox clamantis in deserto; y mi oficio, mi honra y mi dignidad y mi ser este es; yo no soy el Mesías, sino voz del Señor que quiere venir a vosotros, aparejad la casa para el Señor.

¡Pobre de mí y de otros como yo, que tenemos el oficio de San Joán y no tenemos su santidad! Labia sacerdotes custodiunt scientiam et legem requirunt ex ore eius (cf. Mal 2, 7). El sacerdote, el predicador, ángel; quia angelus significat nuntius, y el predicador es mensajero de Dios y hablaos Dios por su boca. Somos mensajeros de Dios, aposentadores de la persona real, y no sé si por no saber nosotros representar este oficio o por qué, los oyentes no nos miran con más de con ojos e carne y no miran más de esto exterior. Que si el predicador se llorase primero por indigno de tal oficio y suplicase a Dios que les diese gracia para venir a los sermones y dijesen: “A Dios voy a oír”, y os parejásedes para oír bien la palabra de Dios; que, aunque las predica un hombre pecador y miserable como yo, palabras son de Dios, que no suyas, y en nombre de Dios os las dice.

Yo no soy San Joán Baptista; mas, por ser predicador, tengo su oficio, y os digo de parte de Dios y en nombre suyo que aparejéis vuestras ánimas. Quiere Dios venir a morar en cada uno de los que estáis aquí.

Vox clamantis in deserto, etc. (Jn 1, 23). Agora estaba pensando que no sé si este sermón ha de ir en balde, con otros. Sois tan enemigos de huéspedes, que aunque os digan que aparejéis vuestra casa, que quiere Dios venir a ella, no sé si lo habéis de querer hacer.

 

Comentario exegético.

El prólogo del evangelio de Marcos estrictamente hablando abarca los 13 primeros versículos. Razones para esta delimitación son la localización del desierto (2.4.12) y las alusiones al Espíritu (8.10.12), pero, particularmente que los vv. 1-13 se desarrollan en off, en el nivel del discurso, como en privado, para el lector. A partir del v. 14 la historia se torna pública, abierta a destinatarios del mundo de la historia.

El narrador de esta historia nos ofrece el título de su libro y la peussta en marcha de la narración. Se nos mencionan lugares que serán importantes en la historia, como el desierto, el río Jordán, el camino, la región de Judea, Jerusalén, Galilea… y algunos de los personajes fundamentales: Jesús, el protagonista; sus grandes aliados, la voz del cielo y el Espíritu Santo, que sugieren la presencia visible e invisible de Dios; Satanás, su antagonista y Juan Bautista, cuya función será anticipar rasgos relacionados con el profetismo de Jesús.

Marcos titula su libro con el nombre y atributos de su protagonista Así no solamente orienta al lector sobre el contenido, que en su caso se refiere a una persona, sino que en él sintetiza obra y personaje expresando su identidad en una sola frase. En el título está todo lo que Marcos piensa sobre Jesús.

El título incluye a los que vienen del mundo judío y a los que proceden del paganismo. Mesías no decía gran cosa a un pagano, en cambio en los judíos sugería todo un mundo. Hijo de Dios, por su parte, evocaba mucho para los gentiles del mundo grecorromano y, de modo diferente, también para los judíos, como muestra Salmo 2, 7: tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.

Marcos parece indicar que para conocer la identidad de Jesús es preciso comprender lo que significa Mesías y su relación con su Padre Dios.

La cita profética sitúa a los protagonistas que vienen a continuación, Juan y Jesús, en una historia más amplia hacia detrás y hacia delante. En lugar de proponer, como hacen otros evangelios, una genealogía del personaje, el narrador pone una palabra de un profeta como el suelo en el que se enraízan sus personajes y su historia. La cita es una condensación de un texto de Isaías, Malaquías y Éxodo 23, 30, constituida por unas breves frases, coincidentes en la dirección que va del presente (apostello, boontos) al futuro, pero de una manera indeterminada.

La profecía según Malaquías se encuentra en un contexto de expectativas escatológicas, en el que se acentúa el universalismo de Israel. El mensajero guía y prepara a los creyentes en el día final, el día de Yhwh. Pero en el Éxodo el mensajero se refiere al guía y protector de Israel durante la marcha en el desierto hacia la tierra prometida. E Isaías 40, 3 es el comienzo vocacional del llamado Libro de la Consolación, del Segundo Isaías.

 

Comentario Homilética

-Texto inicial del evangelio de Marcos.

-Versículo 1:

Título de la obra.

Comienzo:

La primera palabra de la Biblia (Gn 1,1).

Nueva creación inaugurada por Jesús.

Inicio que tiene que continuar.

Evangelio:

La Buena Noticia que trae Jesús es Jesús:

Salvador de Dios en la historia.

Jesús = “Dios salva”.

Títulos principales:

Mesías.

Hijo de Dios.

-Estructura ternaria:

Introducción (v. 1).

Presentación de Juan el Bautista, en continuidad con la experiencia profética (vv. 5-6).

Conclusión: anuncio de Juan (vv. 7-8).

-2 bautismos:

Presente.

Futuro.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Robinson, Jame M.; Hoffmann Paul y John S., Kloppenborg. El Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). I. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Marcelo Merino Rodríguez, dr. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Mercedes Navarro Puerto. Marcos.Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

 

 

Monición de entrada.

Este domingo es el tercero. El domingo de la alegría.

La alegría que es la felicidad porque la Navidad está cerca y Jesús va a nacer.

La alegría porque cada vez que venimos a misa Jesús nace en el altar.

Y cuando tomemos la primera comunión entrará en nuestro corazón.

Así que vamos a encender la tercera vela, la que nos dice: estad alegres y contentos.

 

Señor, ten piedad.

Tú nos hablas en misa. Señor, ten piedad.

Tú vives en la iglesia. Cristo, ten piedad.

Tú estás en la comunión. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco y la Iglesia, para que con las cosas buenas enseñemos a las personas que Jesús está en la Iglesia. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que mandan para que hagan que ningún niño sufra hambre. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que sufren, para que sientan que no están solos, que te tiene a ti, a su familia y a la Iglesia. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que hagamos que quienes nos quieren estén alegres. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María, te damos gracias porque nos enseñas a ser niñas y niños alegres, que quieren mucho a Jesús y a las personas.



[1] Se trata del culto a Baal, en altozanos coronados de árboles sagrados, quizá con prostitución sacra. Son ritos de fecundidad. Biblia del Peregrino.

[2] Marchitar. cf. www.rae.es

[3] Agua mezclada con miel. www.rae.es

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