martes, 4 de enero de 2022

Bautismo del Señor. 9 de enero de 2022.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Isaías 40, 1-5.9-11.

“Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios –; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se h cumplido su servicio y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”. Una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos juntos – ha hablado la boca del Señor –“. Súbete a un monte elevado, heraldo de Sion; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: “Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él mismo a las ovejas que crían”.

 

Textos paralelos.

 Consolad, consolad a mi pueblo.

Is 52, 7-12: ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del heraldo que anuncia la paz y trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión “Ya reina tu Dios”! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sion. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén. El Señor desnuda su brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios. ¡Fuera, fuera! Salid de allí, no toquéis nada impuro. ¡Salid de ella, purificaos, portadores del ajuar del Señor! No saldréis apresurados ni os iréis huyendo, pues en cabeza marcha el Señor y en la retaguardia, el Dios de Israel.

Una voz clama.

Mt 3, 3: Es lo que había anunciado el profeta Isaías: Una voz clama en el desierto. Preparad el camino al Señor, allanad su calzada.

Ml 3, 1: Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el santuario el Señor que buscáis; el mensajero de la alianza que deseáis, miradlo entrar – dice el Señor de los ejércitos –.

Ml 3, 23-24: Y yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra.

Abrid en el desierto.

Si 48, 10: Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel.

Un camino a Yahvé.

Lc 1, 76: Y a ti niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque caminarás delante del Señor, preparándole el camino.

Is 45, 2: Yo iré delante de ti allanándote cerros; haré trizas las puertas de bronce, arrancaré los cerrojos de hierro.

Trazad en la estepa.

Lc 3, 4-6: Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus sendas.

Ba 5, 7: Dios ha mandado abajase a los montes elevados y a las colinas perpetuas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad guiado por la gloria de Dios.

Se revelará la gloria de Yahvé.

Ex 24, 16: Y la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días.

Is 35, 2: Como flor de narciso florecerá, desbordando de gozo y alegría; tiene la gloria del Líbano, la belleza del carmelo y del Sarón; ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios.

Is 58, 8: Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino tu justicia, detrás irá la gloria del Señor.

Is 60, 1: ¡Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!

Is 1, 20: Si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor.

Is 58, 14: Entonces el Señor será tu delicia. Te pondré a caballo de las alturas de la tienda, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob – ha hablado la boca del Señor –.

Vedlo, su salario le acompaña.

Is 62, 11: El Señor envía un pregón hasta el confín de la tierra: Decid a la ciudad de Sión: Mira a tu Salvador, que llega, el premio de su victoria lo acompaña, la recompensa lo precede.

Como pastor pastorea su rebaño.

Ez 34, 11-12: Así dice el Señor: Yo mismo buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones.

Dt 32, 11: Como el águila incita a su nidada revolando sobre los polluelos, así extendió sus alas, los tomó y los llevó sobre sus plumas.

Lc 15, 5: Al encontrarla, se la echa a los hombres contento.

 

Notas exegéticas.

40 (a) Este es el título que se da a la segunda parte del libro de Isaías, inspirándose en los primeros versículos. La “consolación” es en efecto el tema principal de estos capítulos. Se atribuye este libro al “Segundo Isaías”, un profeta anónimo del fin del destierro.

40 (b) Esta cantata a varias voces sirve de obertura al libro: la esclavitud del pueblo ha concluido; se prepara un nuevo Éxodo bajo la guía de Dios. Este tema, que impregna todo el libro, volverá en la conclusión de 55, 12-13.

40 2 Jerusalén ha estado sujeta a la “milicia” de un mercenario o esclavo; ha pagado el doble de su falta, como ladrón.

40 3 (a) El profeta deja deliberadamente en el anonimato y el misterio esta voz que obedece la orden del v. 2. Los evangelistas citando este texto según los LXX (“Voz que clama en el desierto”), lo han aplicado a Juan el Bautista, que anunciaba la próxima venida del Mesías.

40 3 (b) Hay textos babilónicos que hablan en términos análogos de caminos procesionales o, triunfales preparados por el dios o por el rey victorioso. Aquí es el camino por el que Yahvé conducirá a su pueblo a través del desierto en un nuevo Éxodo. Ya Is 10, 25-27 había evocado los prodigios del Éxodo como prenda de la protección divina. Los profetas del Destierro amplían este tema. Como antaño, Dios va a venir a salvar a su pueblo (Jr 16, 14-15 e Is 63, 9 (que vuelven sobre Ex 19, 4). El primer éxodo con sus prodigios (Mi, el paso del mar rojo, Is, el agua milagrosa, la nube luminosa, la marcha por el desierto, se convierten a la vez en tipo y prenda del nuevo Éxodo de Babilonia a Jerusalén. Sobre este tema del Éxodo, ver asimismo Os 2, 16).

40 11 Es el tema del buen pastor, formulado por Jr 23, 1-6, desarrollado por Ez 34, y continuado por Jesús.

 

Salmo responsorial

Salmo 104 (103) 1-4.24-25.27-30.

 

Bendice, alma mía, al Señor:

¡Dios mío, qué grande eres! R/.

¡Dios mío, qué grande eres!

Te vistes de belleza y majestad,

la luz te envuelve como un manto.

Extiendes los cielos como una tienda. R/.

 

Construyes tu morada sobre las aguas;

las nubes te sirven de carroza,

avanzas en las alas del viento;

los vientos te sirven de mensajeros,

el fuego llameante, de ministro. R/.

 

Cuántas son tus obras, Señor,

y todas las hiciste con sabiduría;

la tierra está llena de tus criaturas.

Ahí está el mar: ancho y dilatado,

en él bullen, sin número,

animales pequeños y grandes. R/.

 

Todos ellos aguardan

a que les eches comida a su tiempo:

se la echas, y la atrapan;

abres tu mano, y se sacian de bienes. R/.

 

Escondes tu rostro, y se espantan,

les retiras el aliento, y expiran

y vuelven a ser polvo;

envías tu espíritu, y los creas

y repueblas la faz de la tierra. R/.

 

 

Textos paralelos.

Gn 1,1: Al principio creó Dios el cielo y la tierra.

Hch 17, 28: En él vivimos y nos movemos y existimos, como dijo uno de vuestros poetas: pues somos de su raza.

Te arropa la luz como un manto.

Gn 1, 3: Dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió.

Sal 19, 2: Los cielos proclaman la gloria de Dios, pregona el firmamento la actividad de sus manos.

Gn 1, 6-7: Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda, de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue.

Levantas sobre las aguas tus moradas.

Am 9, 6: Que construye en el cielo su escalinata y cimenta su bóveda sobre la tierra; que convoca las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra, se llama El Señor.

Te sirven las nubes de carroza.

Sal 68, 5: Cantad a Dios, tañed en su honor, apisonad un camino al que cabalga en la estepa; en nombre del Señor, regocijaos.

Tomas por mensajeros a los vientos.

Hb 1, 7: Y a los ángeles les dice: Hace de los vientos sus ángeles, de las llamas de fuego sus ministros.

¡Cuán numerosas son tus obras, Yahvé!

Sal 8, 2: ¡Señor, dueño nuestro, qué ilustre es tu nombre en toda la tierra! Quiero servir a tu majestad celeste.

Pr 8, 22-23: El Señor me creó como primera de sus tareas, antes de sus obras; desde antiguo, desde siempre fui formada, desde el principio, antes del origen de la tierra.

Si escondes tu rostro, desaparecen.

Jb 34, 14-15: Si decidiera por su cuenta retirar su espíritu y su aliento, expirarían todos los vivientes y el hombre tornaría al polvo.

Gn 3, 19: Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron, pues eres polvo y en polvo te convertirás.

Qo 12, 7: Y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.

Retornan al polvo que son.

Sal 90, 3: Tú devuelves el hombre al polvo, diciendo: ¡Volved, hijos de Adán!

Gn 1, 2: La tierra era un caos informe, sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

Gn 2, 7: Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo.

Renuevas la faz de la tierra.

Hch 2, 2: De repente vino del cielo un ruido, como de viento huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban.

 

Notas exegéticas.

104 Este himno sigue el mismo orden que la cosmogonía de Gn 1.

104 3 Se trata de las aguas superiores, situadas encima del cielo. La morada divina está por encima de todo.

104 4 Targum destruye la imagen: “Hace a sus mensajeros rápidos como el viento y a sus ministros fuertes como el fuego”.

104 30 El espíritu de Dios interviene en el origen del ser y de la vida.

 

Segunda lectura.

Lectura del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14; 3, 4-7.

Querido hermano:

Se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobra, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras. Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna.

 

Textos paralelos.

Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a toda persona.

Tt 3, 4: Pero cuando apareció la bondad de nuestro Dios y Salvador y su amor al hombre.

1 Tm 1, 1-2: De Pablo, apóstol de Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, hijo suyo engendrado por la fe: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús Señor nuestro.

2 Tm 2, 10: Pero todo lo sufro por los elegidos de Dios, para que, por medio de Jesucristo, también ellos alcancen la salvación y la gloria eterna.

Sal 130, 8: El redimirá a Israel de todos sus delitos.

Él se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad.

Rm 3, 24: Pero son absueltos sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.

Ex 19, 5: Por tanto, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, entre todos los pueblos seréis mi propiedad, porque es mía toda la tierra.

Dt 7, 6: Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.

Ef 5, 25: Hombres, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella.

Mas cuando se manifestó la bondad de Dios.

Rm 3, 25: Dios los destinó a ser con su sangre instrumento de expiación para los que creen. Dios mostraba así su justicia cuando pacientemente pasaba por alto los pecados de antaño.

1 Co 6, 11: Algunos, antes, erais de esos; pero habéis sido lavados y consagrados y absueltos por la invocación del Señor nuestro Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Tt 2, 11: Se ha manifestado la gracia de Dios que salva a todos los hombres.

1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol del Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo nuestra esperanza.

2 Tm 1, 9: Él nos salvó y llamó con una vocación santa, no por mérito de obras nuestras, sino por su designio y gracia, que se nos concede desde la eternidad en nombre de Jesús.

Ef 5, 26: Para limpiarla con el baño del agua y la palabra, y consagrarla.

Jn 3, 3: Jesús le respondió: Te aseguro que, si uno no nace de nuevo, no puede ver el reinado de Dios.

Jn 3, 5: Le contestó Jesús: Te aseguro que, si uno no nace de agua y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Jn 3, 8: El viento sopla hacia donde quiere: oyes su rumor, pero no sabes de donde viene ni adónde va. Así sucede con el que ha nacido del Espíritu.

La renovación operada por el Espíritu Santo.

Rm 6, 4: Por el bautismo nos sepultamos con él en la muerte, para vivir una vida nueva, lo mismo que Cristo resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre.

Rm 5, 5: Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón con el don del Espíritu Santo.

Rm 7, 6: Pero ahora, emancipados de la ley, al morir para el que nos tenía presos, servimos con un espíritu nuevo, no según un código caduco.

Ef 4, 23: Renovaos en espíritu y mentalidad.

Justificados por su gracia.

1 Tm 1, 1: De Pablo, apóstol de Mesías Jesús por disposición de Dios salvador nuestro y de Jesucristo nuestra esperanza.

Rm 3, 24: Pero son absueltos sin merecerlo, generosamente, por el rescate que Jesucristo entregó.

Rm 8, 17: Si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios, coherederos con Cristo; si compartimos su pasión, compartiremos su gloria.

Rm 8, 24: Con esta esperanza nos han salvado. Una esperanza que ya se ve, no es esperanza; pues, si ya no lo ve uno, ¿a qué esperarlo?

 

Notas exegéticas.

2 11 La gracia, misericordia eficaz de Dios y su bondad, su amor de os hombres se han “manifestado”, como preludio de “la Manifestación”. De nuevo dos exposiciones muy densas de la obra de salvación, de sus efectos y exigencias. La liturgia de la Navidad utiliza estos dos pasajes.

2 13 Clara afirmación de la divinidad de Cristo; al “Salvador” también se le llama el “gran Dios”.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 15-16.21-22.

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

-Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:

-Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me complazco.

 

Textos paralelos.

Como la gente andaba expectante.

Jn 1, 19-20: Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle quien era. Él confesó sin reticencias, confesó que no era el Mesías.

Jn 3, 28: Esto sucedía en Betania, junto al Jordán, donde Juan Bautizaba.

Hch 13, 25: Hacia el fin de su carrera mortal dijo: No soy el que pensáis; detrás de mí viene uno al que no tengo derecho a quitarle las sandalias de los pies.

Jn 1, 26-27: Juan respondió: Yo bautizo con agua. Entre vosotros está uno que no conocéis, que viene detrás de mí; y yo no soy quien para soltarle la correa de la sandalia. Esto sucedía en Betania, junto al Jordán, donde Juan bautizaba.

Jn 1, 33: Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.

Mc 1, 9-11

Mt 3, 13-17

Lc 3, 21-22

 

 

 

Por entonces vino Jesús de Nazaret de Galilea

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

y se hizo bautizar por Juan en el Jordán.

 

En cuanto salió del agua, vio el cielo abierto y al Espíritu bajando sobre él, como una paloma. Se oyó una voz del cielo:

 

 

-Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto.

 

 

 

Por entonces fue Jesús desde Galilea al Jordán

 

y se presentó a Juan para que lo bautizara.

 

Juan se lo impedía diciendo:

-Soy yo quien necesito que me bautices tú, ¿y tú acudes a mí?

Jesús le respondió:

-Ahora cede, pues de este modo conviene que realicemos la justicia plena.

Ante esto acaeció.

 

Jesús se bautizó:

 

 

salió del agua y al punto se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él; se oyó una voz del cielo que decía:

 

-Este es mi Hijo querido, mi predilecto.

Mientras todo el pueblo se bautizaba,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 también Jesús se bautizó;

 

y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó sobre él el Espíritu Santo en figura corpórea de paloma y se oyó una voz del cielo:

 

 

 

-Tú eres mi hijo querido, mi predilecto.

Cuando se abrió el cielo.

Jn 1, 32-34: Juan dio este testimonio: Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma y se posaba sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar em había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.

Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado.

Sal 2, 7: Voy a recitar el decreto del Señor: Me ha dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

3 15 O “el Mesías”, es decir, el Ungido (de Dios): el griego christos equivale al hebreo: masîah (ungido). Los judíos conferían a este título un sentido nacional y político (lo mismo en 22, 67). La traducción “Cristo” refleja la novedad cristiana del título.

3 16 (a) Gesto de esclavo que un judío de entonces no podía exigir a un siervo compatriota, pues también este formaba parte del pueblo elegido.

3 16 (b) Aquí, como en Hch 1, 5, Lucas opone el bautismo de agua (o “con agua), practicado por Juan Bautista, al bautismo “en Espíritu Santo”, que será inaugurado en Pentecostés. Esto hace pensar que, en Lc, la preposición “en” no debería traducirse “con”, pues el Espíritu no es un instrumento, sino una presencia activa. – En estas palabras, Lc percibe probablemente un anuncio de Pentecostés; en efecto, narrará la venida del Espíritu en forma de lenguas de fuego. Para Lc significaría la acción purificadora del Espíritu.

3 21 (a) Al recibir el bautismo de Juan, Jesús entra a formar parte del movimiento de conversión de su pueblo. Con ocasión de este hecho público, recibe una misteriosa revelación que será el punto de partida de su predicación, como lo fue para los profetas su vocación: es el profeta sobre el que reposa el Espíritu, el Hijo de Dios, el Mesías anunciado en el AT.

3 21(b) La oración de Jesús es un tema predilecto de Lucas.

3, 22 Variante: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”, sospechosa de armonización con Mt y Mc. La literalidad probablemente original de la voz del cielo en Lucas no hace referencia a Is 42 como en Mt y Mc, sino al Sal 2, 7; más bien que reconocer en Jesús al “Siervo”, le presenta como el Rey-Mesías del Salmo, entronizado en el Bautismo para establecer el Reino de Dios en el mundo.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

15 EN SU INTERIOR: lit. en los corazones de ellos.

21-22 En la narración del bautismo, a Lc le ha llamado la atención un dato: la oración de Jesús, hecho que se repetirá en todos los grandes acontecimientos de su vida terrena. // EN FIGURA CORPORAL. Mt 3, 16: COMO desciende, suavemente, UNA PALOMA (Lc 3, 22 amplifica con más realismo); esa paloma, ¿simbolizaba a Israel (escritos rabínicos?, ¿al Espíritu divino, que actúa en la “nueva creación” (cf. Gn 1, 2). // TÚ ERES… ME COMPLAZCO: Mc 1, 11: lit. tú eres el hijo de mí, el (hijo) querido. “El hijo querido” equivale a “el únicamente querido”, e.d., “el hijo único”. De este apelativo no está ausente, ni siquiera en esta ocasión, un trasfondo de sacrificio y de muerte; el sacrificio de Isaac – “el hijo querido” –, que tanto influyó en la literatura rabínica, posiblemente tiene algo que ver con estas palabras. EN TI ME COMPLAZO: el tiempo verbal griego es aoristo, a modo de perfecto estativo hebreo: “Me agradé en ti y mi agrado permanece, por eso te elegí”.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

3, 16 Juan aclaró que él no era el Mesías, que tendría la capacidad divina para perdonar los pecados. Señaló también que su propio bautismo era simbólico y, por tanto, prefiguraba el bautismo instituido por Cristo, que implicaría la gracia santificadora del Espíritu Santo. Cat. 696.

3, 21-22 El bautismo de Cristo confirmó su divinidad y reveló explícitamente por primera vez las tres personas de la Trinidad. También inauguró la reconciliación de Dios con la humanidad ya que su bautismo demostró que él se identificaba con la humanidad pecadora aunque él no tuviera pecado. Cristo, aunque sin pecado, tomaría sobre sí los pecados del mundo para nuestra salvación. La venida del Espíritu Santo sobre Cristo es significativa, ya que la misión del Hijo y del Espíritu se conjugan siempre. En este pasaje vemos otro detalle que Lucas muestra a menudo: Cristo oraba frecuentemente para prepararse ante las decisiones importantes y los acontecimientos de su misión. Cat. 535-536, 608, 743, 2600.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

696, 535-536, 608, 743, 2600.

696 El fuego. Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. El profeta Elías que “surgió (…) como el fuego y cuya palabra abrasaba como antorcha (Si 48, 1), con su oración atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del monte Carmelo, figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías” (Lc 1, 17), anuncia a Cristo como el que “bautizará en el Espíritu Santo y el fuego” (Lc 3, 17), Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido” (Lc 12, 49). En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él. La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo. “No extingáis el Espíritu” (1 Ts 5, 19).

535 El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba “un bautismo para el perdón de los pecados” (Lc 3, 3). Una multitud de pecadores, publicanos y soldados, fariseos y saduceos y prostitutas viene a hacerse bautizar por él. “Entonces aparece Jesús”. El bautista duda, Jesús insiste y recibe el bautismo. Entonces el Espíritu Santo, en forma de paloma, viene sobre Jesús, y la voz del cielo proclama que él es “mi Hijo amado” (Mt 3, 13-17). Es la manifestación (“Epifanía” de Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios.

536 El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente. Se deja contar entre los pecadores: es ya “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29); anticipa ya “el bautismo” de su muerte sangrienta. Viene ya a cumplir la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a “posarse” sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, “se abrieron los cielos” (Mt 3, 16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación.

608 Juan Bautista, después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores, vio y señaló a Jesús como el “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Manifestó así que Jesús es a la vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al matadero y carga con el pecado de las multitudes, y el cordero pascual símbolo de la redención de Israel cuando celebró la primera Pascua. Toda la vida de Cristo expresa su misión: “Servir y dar su vida en rescate por muchos”.

743 Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.

2600 El Evangelio según san Lucas subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de la oración en el ministerio de Cristo. Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo (Lc 3, 21),…

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

3, 1-20 Juan es introducido con la fórmula profética tradicional: denuncia pecados y propone enmiendas específicas. Pero es un profeta único: no uno en la serie anunciada (Dt 18, 5), sino anunciado por Isaías 40, 3-5. A los que acuden Juan no les pide que se aparten del mundo, sino que cumplan con justicia su respectivo oficio: no abusar, no extorsionar, compartir. Además de profeta Juan es heraldo de buenas noticias (cf. Is 40, 9), por sus últimas palabras, anunciando la proximidad del Mesías.

3, 21-22 Jesús recibe el doble testimonio del Espíritu y del Padre. Testimonio, por autoridad y contenido, muy superior al del Bautista. El Espíritu se manifiesta en imagen (la paloma del arca Gn 8, 12 o el amor Cantar de los cantares 2, 10), el Padre es la voz (Jn 12, 28.30). El testimonio del Padre sobre el Hijo ha de orientar e iluminar la entera narración que sigue.

 

Comentarios de los Santos Padres.

Si Juan no hubiera sido para consigo mismo como un valle, no habría estado lleno de gracia; y así, para manifestar lo que era, dijo: “Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de su calzado” (Mc 1, 7).

Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 1, 20, 4. III, pg. 115.

Nuevamente ofrece otro argumento, diciendo: “En verdad, yo os bautizo con agua, pero Él os bautizará en el Espíritu Santo”. Este es el mayor argumento para convencer y probar que Jesús es Dios y Señor. En efecto, es propio de la sustancia única que se encuentra por encima de todas las cosas el poder infundir el Espíritu en los hombres y hacer que participen de la naturaleza divina a los que se acercan a ella. Ahora bien esto se encuentra en Cristo, no como algo que ha recibido o se le ha comunicado, sino como algo propio que pertenece a su misma sustancia. Realmente bautiza en el Espíritu Santo.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 3, 10. III, pg. 115.

Descendió el Espíritu Santo sobre el Salvador en forma de paloma, que es el ave de la dulzura, símbolo de la inocencia y de la sencillez. También a nosotros se nos ha mandado imitar “la inocencia de las palomas” (Mt 10, 16). Así es el Espíritu Santo: puro, veloz, que se eleva a las alturas.

Orígenes, Homilías sobre el Ev. de Lucas, 27, 5. III, pg. 118.

Para que aprendamos el poder mismo del santo bautismo, y cuánto ganamos al aproximarnos a semejante gracia, él mismo comienza bautizándose, y una vez bautizado, ruega para que tú, querido, aprendas que la oración continua es lo más adecuado para los que han sido considerados dignos del santo bautismo una vez.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 3, 21. III, pg. 119.

Si deseas el testimonio del Padre, lo has oído de Juan: ten confianza en aquel a quien Cristo se ha confiado para ser bautizado, ante el cual el Padre ha acreditado al Hijo con su voz venida del cielo.

Ambrosio, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 2, 94. III, pg. 120.

 

San Agustín

Si vino a mostrarnos el camino de la humildad y a hacerse él mismo ese camino, era necesario que practicase la humildad en toda circunstancia de su vida. Así él quiso otorgar autoridad a su bautismo, para que nosotros, sus siervos, comprendiésemos con cuánta ansia se debe correr al bautismo del Señor, si él no tuvo a menos recibirlo de manos de un siervo suyo. (…) El bautismo vale tanto como vale aquel en cuyo nombre se confiere, y no tanto cuanto vale quien, como ministro, lo otorga. Era un bautismo santo, porque era conferido por un santo, pero siempre hombre; aunque un hombre que había recibido del Señor la gracia extraordinaria de preceder al juez, indicarlo con el dedo, cumpliendo así la profecía: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor (Jn 1, 23). El bautismo del Señor, en cambio valía tanto cuanto el Señor: era, por tanto, un bautismo divino, porque el Señor es Dios.

Comentario sobre el evangelio de San Juan, 5, 3-6. I, pg. 232 y 234.

 

San Juan de Ávila

Como dice San Agustín, que, como Cristo solo descendió del cielo, solo Cristo sube al cielo (Sermón 91). Y conforme a esta sentencia, dice San Mateo que siendo Cristo baptizado le fueron abiertos los cielos (Mt 3, 16).

En la infraoctava del Corpus, OC III, pg. 697.

Acordarse de Cristo, mirando qué obró en la tierra del Jordán, donde fue bautizado para nuestro provecho y le fueron abiertos los cielos (Mt 3, 16), no para Él, que abiertos le estaban, mas para nosotros, a quien por Adán estaban cerrados. Y porque se nos abrieron por Cristo, dice el Evangelio que le fueron los cielos abiertos, porque aquél se dice hecha una merced por cuyo amor se hace, aunque él no llevase parte de ella. Pues mirando… A quien mira que por Cristo le son los cielos abiertos y que por el santo bautismo es tomado por hijo de Dios, osa esperar como hijo la herencia del cielo viviendo en obediencia de los mandatos de Dios.

A un señor de estos reinos, OC IV, pg. 92.

Mas mirad, que cuan grandes fueron estas mercedes, así fue grande la tribulación que tras ellas el Señor envió, cuya costumbre es enviar hiel después de la miel y probar a sus amigos tentándolos, como hizo a Abraham (cf. Gn 22). Del Señor leemos que en su santo baptismo fue declarado por la voz celestial por Hijo carísimo del Eterno Padre (Mt 3, 17), mas tras este favor se siguió ser llevado al desierto a ser tentado por el enemigo (Mt 4, 1). No se engañe nadie ni se detenga por seguro porque sea recreado del Señor con mercedes y consolaciones, ahora sean espirituales, ahora corporales. Menester es entender muy bien este negocio; y por no lo haber hecho así, han venido desastres no pequeños a muchos que, holgándose con lo próspero, dijeron lo que David: Yo dije en mi abundancia: no seré movido para siempre (Sal 29, 7).

 

San Oscar Romero.

Que cada salvadoreño haga honor, no solamente a su compromiso político, concreto, sino a su compromiso de cristiano para que sea de verdad, desde la fuerza salvadora de Cristo, un elemento vivo en la salvación de su propio país. Homilía 13 enero 1980.

 

Comentario Homilética.

-Estructura:

Vv. 15-16: dudas del pueblo y declaración de Juan.

Vv. 21-22: Jesús (bautismo, oración, apertura del cielo, descenso del Espíritu Santo, voz de Dios).

 

MISA DE NIÑOS. BAUTISMO DEL SEÑOR.

Monición de entrada.

Buenos días:

Hace unos días vinieron los Reyes Magos a nuestro pueblo.

Y nos acordamos de la visita que hicieron a Jesús.

Este domingo vamos a acordarnos de cuando Jesús se bautizó.

Él lo hizo siendo mayor, no como nosotros que nos bautizamos cuando somos niños.

Y en su bautismo veremos que pasaron unas cosas muy grandes.

Estemos atentos a la misa y pongamos el corazón muy cerca de Jesús.

 

 Señor, ten piedad.

Tú que fuiste bautizado por Juan.  Señor, ten piedad.

Tú que recibiste el Espíritu Santo. Cristo, ten piedad.

Tú que eres el Hijo más querido de Dios Padre.  Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que siempre se sienta querido por ti. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que hemos sido bautizadas, para que hagamos el bien a nuestra familia, amigos y todos los que nos piden ayuda. Te lo pedimos Señor.

-Por los padres cristianos, para que ayuden a sus hijos a conocerte. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que sufren, para que te abran las puertas del corazón Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que seamos como Jesús.  Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por hablarle a Jesús de Dios. Porque así le ayudaste a buscar a su Padre, Dios, y escucharle en el bautismo.

 

MISA DE NIÑOS. II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO.

Monición de entrada.

Buenos días:

Ya ha pasado la Navidad, han venido a nuestro pueblo los Reyes Magos y se han terminado las vacaciones.

Además ya no estamos en el tiempo de Navidad, sino en el tiempo Ordinario.

Por eso el sacerdote ha cambiado el color blanco de la estola y casulla por el verde.

Y en el Evangelio nos contará que Jesús y su madre María fueron a una boda.

Allí convirtió el agua en vino.

Y aquí en misa Jesús nos invita también a una boda.

No convierte el agua en vino sino que hace un milagro más grande.

Convierte el pan en su cuerpo y el vino en su sangre.

Que esta fiesta nos llene de alegría y paz.

 

 Señor, ten piedad.

Porque a veces no nos preocupamos de los demás.  Señor, ten piedad.

Porque a veces no ayudamos a los amigos que nos piden ayuda. Cristo, ten piedad.

Porque a veces pasamos cuando algún compañero está pasándolo mal.  Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que le ayudes a seguir haciéndonos felices. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que escuche a las personas que la necesitan. Te lo pedimos Señor.

-Por los cristianos para que nos queramos y estemos unidos. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que están enfermas, para que tengan personas que les cuiden Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, invitados a la fiesta de Jesús, para que consolemos a las personas que están tristes.  Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por pedirle a Jesús que ayudase a los novios. Y gracias porque estás pidiéndole a Jesús que nos ayude.

 

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. BAUTISMO DEL SEÑOR.

EXPERIENCIA.

Realiza la señal de la cruz en la frente, los labios y el corazón.

Toca tu cabeza con las dos manos. Acaríciala, descansa en las manos la cabeza.

Traza la señal de la cruz en la crisma, la parte superior de la cabeza.

Piensa en el cerebro, ese bosque de millones de neuronas, donde se halla la conciencia de ti mismo, tus recuerdos, tus deseos, ilusiones, fracasos, la capacidad para percibir el mundo exterior y sentirte único y diferente, para organizar tu organismo, el motor que mueve todos los órganos.

Entra en internet y mira este vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=tgyaU5IHXRs

¿Las personas que nos muestra en qué se parecen a tu vida?

Trata de reproducirlo pero con imágenes de tu vida.

 

REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 15-16.21-22.

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

-Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:

-Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me complazco.

Pide a Dios la gracia del Espíritu Santo para que te conceda escuchar interiormente la voz del cielo.

Imagina la escena: el río Jordán, las gentes, el Bautista, Jesús sumergido por Juan en las aguas, surgiendo de estas, sus gestos en silencio, orando, los cielos abiertos, la paloma, la voz.

¿De qué trata el evangelio de este domingo? ¿en cuántas partes se divide?, ¿cuáles son los verbos que van vertebrando el fragmento?

Repite las palabras del Padre de forma repetitiva y pausada durante unos minutos. ¿Qué te dice?

Tu vida también está enmarcada por rostros, miradas, caminos, ilusiones, cargas, preocupaciones, afanes, mensajes, trabajos y proyectos.

Todo esto tiene un hilo que impide termines desparramado y desvertebrado: es la vida de un hijo de Dios a quien Él Siempre Ama.

 

COMPROMISO.

Durante los próximos días mira a las personas que caminan contigo con sus heridas interiores y exteriores, grandezas y miserias, como hijos de Dios. Cuando te surja un pensamiento crítico hacia alguien, detén la espiral y repite esta frase, como si proviniese de Dios: ya, pero es mi hijo.

 

CELEBRACIÓN.

 Si te es posible acércate a la iglesia parroquial donde fuiste bautizado, busca la pila bautismal y dale gracias a Dios por este sacramento que te abrió las puertas a los otros, reza por el sacerdote o diácono que te bautizo, tus padres y padrinos, tu familia. Si no es posible busca la pila en una iglesia y reza recordando el bautismo y agradeciéndole a Dios haberte tomado como hijo.

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Homilética. Sal Terrae. Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.http://www.quierover.org

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

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