miércoles, 23 de marzo de 2022

Doming 4º T. Cuaresma. 27 marzo 2022.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de Josué 5, 9a.10-12.

En aquellos días, dijo el Señor a Josué:

-Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto.

Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. Al día siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese día, panes ácimos y espigas tostadas. Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

 

Textos paralelos.

El maná cesó desde el día siguiente.

Ex 16, 4: El Señor dijo a Moisés: Yo os haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o no.

Ex 12, 6: Lo guardaréis hasta el día catorce del mes; y entonces toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer.

Jos 4, 19: El pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero y acampó en Guilgal, al este de Jericó.

Lv 2, 14: Si haces una ofrenda de primicias al Señor, esta será de granos de espigas tiernas, tostados y machacados.

 

Notas exegéticas.

5 10 Esta fecha (la de la Pascua de Ex 12, 6) ha sido preparada por Jos 4, 19. La fiesta se celebraba en la llanura de Jericó y no en el santuario de Guilgal, lo que se adecua a su carácter familiar (Ex 12, 1-11).

5 11 La mención de las espigas tostadas en el marco de la Pascua es propia de este texto. En otros lugares se habla de ellas como ofrendas de las primicias (Lv 2, 14).

5 12 La comida de ázimos y espigas tostadas, señal de la entrada de Israel en país agrícola, tomaba carácter religioso a causa de la Pascua y exigía la circuncisión. La cesación del maná significaba el fin del período del desierto.

 

Comentario Homilética.

-Pascua:

Período nómada de la vida de los antepasados de Israel.

Rito de pastores.

Momento de abandonar los pastos de invierno.

Fiesta familiar.

Centro: ofrenda de uno de los animales del rebaño para obtener la protección divina durante el desplazamiento.

Signo de unidad entre los miembros del clan y con Dios.

-Celebración de los panes ácimos:

Quizá en la época sedentaria de Israel.

Fiesta agraria.

Comienzo de la siega.

-Pascua:

Se unieron las dos celebraciones.

Asociada a la historia de la salvación.

-Josué 5:

Celebra la entrada en la tierra prometida.

Fruto de una larga reflexión de Israel que culmina después del exilio, cuando surge el Pentateuco tal como lo conocemos.

-Contexto:

Previo: circuncisión del pueblo.

-Rito:

No menciona la consumición del cordero.

Panes ácimos y espigas tostadas.

-Cese del maná:

Comienzo de la vida agrícola y sedentaria.

 

Salmo responsorial

Salmo 34 (33), 2-7 (R.: 9a).

 

Gustad y ved que bueno es el Señor. R/.

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,

ensalcemos juntos su nombre.

Yo consulté al Señor, y me respondió,

me libro de todas mis ansias.  R/.

 

Contempladlo, y quedaréis radiantes,

vuestro rostro no se avergonzará.

El afligido invocó al Señor,

él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

 

Textos paralelos.

Contempladlo y quedaréis radiantes.

Ex 34, 34-35: Cuando Moisés acudía al Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le había mandado. Los israelitas veían la cada radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.

2 Co 3, 7: Pues si el ministerio de muerte, con sus letras grabadas en piedra, se realizó con gloria, hasta el punto de que los israelitas no podían fijar la mirada en el rostro de Moisés, por el resplandor transitorio, de su rostro.

Gustad y ved que bueno que es Yahvé.

1 Pe 2, 3: Si es que habéis gustado qué bueno es el Señor.

 

Notas exegéticas.

34 Salmo penitencial “alfabético”, ver Pr 31, 10 (pero el orden de las estrofas está alterado): acción de gracias, vv. 2-11, e instrucción en el sentido de los Proverbios, sobre la suerte de los justos y de los malvados, vv. 12-23.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21.

Hermanos:

Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo. Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.

 

Textos paralelos.

 El que está en Cristo es una nueva creación.

Is 43, 18-19: No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo.

Todo proviene de Dios.

Rm 5, 10: Pues, si siendo enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, con mayor razón, ya reconciliados, nos salvará su vida.

En nombre de Cristo os suplicamos.

Is 53, 5: Él, en cambio, fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Sobre él descargó el castigo que nos sana y con sus cicatrices nos hemos curado.

Reconciliaos con Dios.

Rm 8, 3: Lo que no podía la ley, por la debilidad de la condición carnal, lo ha hecho Dios enviando a su Hijo, asemejado a nuestra condición pecadora para entendérselas con el pecado; en su carne ha condenado el pecado.

Cristo, que no conoció pecado.

Ga 3, 13: Cristo, sometiéndose a la maldición, nos rescató de la maldición de la ley; como está escrito: Maldito el que cuelga de un leño.

Lo hizo pecado por nosotros.

1 Jn 3, 5: Y sabéis que aquél apareció para quitar los pecados y él no tuvo pecado.

Viniésemos a ser justicia de Dios en él.

1 P 2, 24: Nuestros pecados él los llevó en su cuerpo al madero, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus cicatrices nos curaron.

 

Notas exegéticas.

5 17 (a) El centro de esta “nueva creación”, que afecta a todo el universo, es aquí y en Ga 6, 15, el “hombre nuevo” creado en Cristo para una vida nueva de justicia y santidad. Compárese el nuevo nacimiento del bautismo, Rm 6, 4.

5 17 (b) Lit.: “las (cosas) antiguas han desaparecido, mirad, han surgido (cosas) nuevas. Var.: “todas las (cosas) son nuevas.

5 18 La palabra “reconciliación” podía evocar entre los corintios un recuerdo histórico preciso. Con ocasión de la reconstrucción de la ciudad, Cesar había proclamado, en Grecia y en todo el Imperio, una reconciliación que acogiese a personas de pasado dudoso y pudiesen beneficiarse de una amnistía. Aquí la imagen es aplicada a Cristo. Pero el v. 21 indica lo mucho que costó a Dios esta reconciliación: “A Cristo… lo hizo pecado por nosotros”.

5 21 Dios hizo a Cristo solidario de la humanidad pecadora para hacer a los hombres solidarios de su obediencia y su justicia. Puede ser que aquí “pecado” se tome en el sentido de “sacrificio-víctima por el pecado”, puesto que la misma palabra hebrea hat ta‘t puede tener esos dos sentidos. Entre el tiempo de la venida de Cristo al mundo y el de su vuelta discurre un tiempo intermedio, que es el “día de salvación”. Tiempo apto para la conversión, concedido para la salvación del “Resto” y de los gentiles. Aun siendo de duración incierta este tiempo de peregrinación debe ser considerado como breve, lleno de tribulaciones y de sufrimientos que preparan la gloria futura. Se aproxima el fin, así como el día de plenitud de luz; hay que velar y emplear bien el tiempo que resta para salvarse y salvar a los demás, dejando a Dios el cuidado de la venganza postrera.

 

Comentario Homilética.

-Cristo:

Novedad absoluta.

Un antes y un después de la historia de la humanidad.

Separa lo antiguo de lo nuevo.

Centralidad en las personas de la que Pablo es testigo.

-Vida nueva:

Prometida por las filosofías y propuestas de todo tipo (esoterismo, culto a los astros) que procedentes de Oriente entraban por los puertos de Corinto.

No es una creencia ocultista ni un sometimiento a los astros.

Capacidad de escuchar a Dios y actuar en libertad y responsabilidad.

Vivir un modo nuevo en el mundo / enfrentarnos al mundo.

Experiencia del perdón de Dios / sentimiento de culpabilidad.

Obra de Dios en su Hijo / esfuerzo sobrehumano.

-Pablo:

Ministro de reconciliación.

Pide a los corintios que se reconcilien con Dios:

No es una imposición.

Abran el corazón y no se cierren.

Fundamento: “a Jesús, que no conoció el pecado, Dios lo hizo pecado para que todos alcanzáramos la salvación”.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32.

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

-Este acoge a los pecadores y come con ellos.

Jesús les dijo esta parábola:

-Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado.

 

Textos paralelos.

Todos los publicanos y los pecadores.

Ex 34, 6-7: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel, que conserva la misericordia hasta la primera generación, que perdona culpas, delitos y pecados, aunque no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos.

Os 11, 8-9: ¿Cómo podré dejarte, Efraín; entregarte a ti, Israel? ¿Cómo dejarte como a Admá, tratarte como a Seboín? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas. No ejecutaré mi condena, no volveré a destruir a Efraín, que soy Dios y no hombre, el Santo en medio de ti y no enemigo devastador.

Os 2, 21: Aquel día haré en su favor una alianza con los animales salvajes, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra. Arco y espada y armas romperé en el país, y los haré dormir tranquilos.

Lc 6, 36: Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.

Acoge a los pecadores.

Mt 9, 10-13: Estando Jesús en la casa, sentado a la mesa, muchos recaudadores y pecadores llegaron y se sentaron con Jesús y sus discípulos. Al verlo, los fariseos dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro maestro con recaudadores y pecadores? Él lo oyó y contestó: Del médico no tienen necesidad los sanos, sino los enfermos. Id a estudiar lo que significa misericordia quiero y no sacrificios. No vine a llamar a justos, sino a pecadores.

Partió hacia su padre.

Is 58, 7: Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne.

Jr 3, 12: Ve y proclama este mensaje hacia el norte: Vuelve, Israel, apóstata – oráculo del Señor –, que no os pondré mala cara, porque soy leal y no guardo rencor eterno – oráculo del Señor –.

Se conmovió, corrió.

Is 49, 14-16: Decía Sión: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. – ¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

Jr 31, 20: ¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión – oráculo del Señor –.

Ponedle un anillo en el dedo.

Za 3, 4: Josué estaba vestido con un traje sucio, en pie delante del ángel. Este dijo a los que estaban allí delante: Quitadle el traje sucio. Y a él le dijo: Mira, aparto de ti la culpa y te visto de fiesta. Y añadió: Ponedle en la cabeza una diadema limpia. Le pusieron la diadema limpia y lo revistieron.

Todo lo mío es tuyo.

Jn 17, 10: Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío: en ellos se revela mi gloria.

Celebrar una fiesta.

Jn 1, 14: La Palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

15 Lc tiene varias parábolas bastante desarrolladas que son exclusivas del tercer evangelio. Las parábolas de Mc se refieren sobre todo a la naturaleza y la venida del reino. Las que son propias de Mt conciernen en gran parte bien al juicio final, bien a las relaciones fraternas dentro de la comunidad. Las parábolas de Lc se ocupan de los individuos y de la moral personal; en el primer plano de ellas hay a menudo un antagonista cuyo soliloquio resulta ser lo que determina el relato.

15 1 Como en 5, 30 y 7, 34, estos recaudadores de impuestos son mencionados junto con los pecadores públicos, condenados por los fariseos.

15 12 Esta petición no es algo inaudito (ver Si 33, 20-34), pero su legitimidad es discutida por los historiadores. El joven reconocerá más tarde que ha pecado contra su padre pero no se precisa la naturaleza de su falta.

15 13 “Como un libertino” o quizá mejor: “una vida desordenada”. El término de Lc (asotos) es poco preciso. La traducción “libertino” se basa en el v. 30, ¿pero no exagera quizá el hijo mayo?

15 15 Para un judío era el colmo de la degradación, pues el puerco era un animal impuro.

15 16 Lit.: “y nadie le daba”.

15 17 Jesús no idealiza los sentimientos del desgraciado. La parábola no se centra en la conversión del hijo, sino en el amor del padre.

15 20 La prisa (“corrió”) es una actitud excepcional en un oriental. Como todo el v. y su continuación, expresa el amor del padre. Los besos de este son signo de su perdón.

15 21 Adic.: “trátame como a uno de tus jornaleros”, ver v. 19. Pero el texto breve, mejor atestiguado, pone mejor de relieve la prisa del padre y hace que su acogida evite al hijo una degradante humillación.

15 22 El anillo era signo de autoridad y las sandalias formaban parte del atuendo del hombre libre, por oposición al del esclavo.

15 25 A la actitud misericordiosa del padre, que simboliza la misericordia divina, se opone en el hijo mayor la actitud de los fariseos y de los escribas, que se jactaban de ser “justos porque no dejaban de cumplir ningún mandamiento de la Ley”.

15 29 Estas palabras parecen justas, pero responden a la seguridad que tenían los fariseos de cumplir todas las exigencias de la ley.

15 31 Se trata de una alegría esencial, de una invitación a ir más allá de las normas jurídicas para abrirse al amor.

15 32 El padre corrige la expresión de desprecio “ese hijo tuyo” por “este hermano tuyo”, reconduciendo así la fraternidad.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

15 Al escándalo de los fariseos (v. 2) no responde Jesús con tesis de cátedra, sino con tres parábolas (cf. Mc 4, 2) que son joyas de la literatura universal, y autorretrato del corazón de Jesús – misericordia del Padre con los pecadores –. Jesús hace lo que hace le Padre, que actúa así con los pecadores arrepentidos: no aprueba el envilecimiento en que cae el pecador, pero sigue teniendo para él los brazos abiertos, lo acepta y lo comprende más que el pecador a sí mismo. La lección central en las tres parábolas es: la alegría de Dios por el reencuentro (vs. 7.10.32). En Dios “sucede” algo así como lo que sucede en el corazón de un padre humano: entre varios hijos fieles y uno descarriado, su preocupación primordial es conseguir el retorno del descarriado, y su alegría al recobrarla es tanto mayor cuanto mayor fue su disgusto al perderlo.

1-2 LOS PECADORES: los de vida irregular (cf. 18, 11: adúlteros, defraudadores, etc.) y los que ejercían una profesión considerada de mala fama (curtidores, marineros, camelleros, etc.). La murmuración de LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS delata otro misterio del corazón humano: ¿Por qué a aquellos hombres religiosos les molestaba tanto la misericordia, por qué el amor de dios provocaba en ellos juicios de condena? ¿Se consideraban, tal vez, “merecedores” exclusivos del amor de Dios.

11-12 El protagonista de esta parábola, también peculiar de Lc, es el padre. No los hijos, pues el pródigo no es modelo ni de arrepentimiento (da la impresión de que se arrepiente solo por el hambre, no por amor al padre, v. 17), y el hermano mayor no sirve al padre con el corazón de hijo, sino de esclavo. Los dos “se han perdido” para el padre, que tiene que “salir” a su encuentro (vs. 20 y 28). El diálogo final va directamente para los fariseos, pagados de sí mismos y despreciadores de los demás.

13 “Recoger” es convertir en dinero, o vender. // MARCHÓ… LEJANO: en expatriarse, en irse lejos del padre, consiste propiamente le pecado del pródigo. Al marchar él, el padre se quedó sin los dos hijos. // COMO UN PERDIDO: el adverbio que usa el texto griego proviene de una adjetivo que significa “insalvable” o “que no salva” (el dinero, etc.); el sustantivo correspondiente es nuestro vocablo desenfreno o libertinaje.

15 FUE A ARRIMARSE. lit. habiendo ido se adhirió. // QUE LO ENVIÓ…: lit. y envió a él. // Si para un judío los CERDOS eran animales impuros según la Ley (Lv 11, 7), quiere decir que el pródigo vivió como apóstata de la religión.

16 DESEABA: o hubiera deseado. Algunos manuscritos, en vez de HARTARSE dicen llenar su estómago. NADIE LE DABA: puede entenderse: no le daban permiso, no le permitían comerlas.

17 ENTRANDO EN RAZÓN: lit. a él mismo empero volviendo (semitismo), reflexionando en su interior.

18 ME LEVANTARÉ PARA IR A: lit. habiéndome levantado iré (semitismo: me pondré en camino) al padre de mí y diré a él. // CONTRA TI (lit. ante ti, en tu presencia) es expresión targúmica. Hoy diríamos directamente: “ofendí a Dios al ofenderte a ti”.

19 TENME POR… (lit. hazme como…): había perdido los derechos que tenía como hijo, y no sospechaba que el padre no iba a rebajarlo al nivel de criado; seguía siendo “este hijo mío” (v. 24).

20 LE DIO UN VUELCO EL CORAZÓN: lit., en un solo vocablo griego, se conmovió-en-las-entrañas. // CORRIÓ A… BESARLO INSISTENTEMENTE: lit. , habiendo corrido cayó sobre el cuello de él y besó-mucho a él.

21 EMPEZÓ A DECIRLE: el aoristo del texto griego es ingresivo.

22 LA TÚNICA MEJOR ES, en el texto griego, la túnica primera, la principal. // PONEDLE UNA SORTIJA…: lit. dad anillo (¿sortija?) para la mano (¿el dedo?) de él y calzado para los pies.

23 HAGAMOS UN GRAN BANQUETE: lit. comiendo banqueteemos (cf. 12, 19).

25 MÚSICA (¿de un instrumento musical determinado?) Y CANTOS (lit. y coros: ¿de danzantes?, ¿de cantores?), tal vez sea endíadis (repetición de un único concepto mediate dos términos coordinados): “la música del baile”, o “los coros que cantaban”.

28 MONTÓ EN CÓLERA. sufrió un ataque de celos, a la manera de Caín frente a Abel (Gn 4, 5). // SALIÓ Y LE SUPLICABA: ¿Cuál de los hijos estaba más lejos del padre? También el mayor seguía distante; también el padre tuvo que salir a su encuentro. El tiempo verbal griego (imperfecto) da a entender que “le suplicaba con insistencia”, “le suplicaba repetidas veces”.

29 LLEVO SIRVIÉNDOTE: el verbo griego es el propio de los esclavos; así, al decir “llevo trabajando para ti como esclavo”, reconoce implícitamente: “no me considero hijo”. // MIS AMIGOS: apelativo exagerado; a lo más, compañeros de diversión; difícilmente podía vivir la verdadera amistad, ni la fraternidad, quien no vivía la filiación.

30 El hijo mayor aún no está convertido: sigue resentido y acusa al padre. ¿Por qué dice despectivamente ESE HIJO TUYO, en vez de decir “este hermano mío”? El padre lo corrige (v. 32): no se trata solo de “este hijo mío”, sino de “este hermano tuyo”. // MATAS: lit. mataste.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

15, 1 Compartir la comida era un signo de amistad y reconciliación. Cristo aprovecha esta comida para demostrar que su misión es la de llamar a los pecadores al arrepentimiento. Cat. 937, 589, 545.

15, 11-32 Este pasaje lleva al corazón del Evangelio: la ilimitada misericordia de Dios revelada a través de Cristo (cat. 1846-1848). La parábola del hijo prodigo es también la del padre misericordioso y, quizá más en profundidad, la de los dos hermanos. El tema de los dos hermanos (Caín-Abel, pasando por Isaac-Ismael, Jacob-Esaú, o José y sus doce hermanos) desemboca en la fraternidad que se da entre dos pueblos: el elegido (Israel: el hijo mayor) y el resto de los pueblos paganos (los gentiles: el hijo menor). Ambos viven una filiación y responden de modos diversos a la elección de uno y al amor incondicional del Padre a ambos. La parábola pone de relieve la gran misericordia y perdón de Dios. Cat. 1436-1439, 2838-2839)

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

589 Jesús escandalizó sobre todo porque identificó su conducta misericordiosa hacia los pecadores con la actitud de Dios mismo con respecto a ellos. Llegó incluso a dejar entender que compartiendo la mesa con los pecadores los admitía al banquete mesiánico.

545 Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: “No he venido a llamar a justos sino a pecadores” (Mc 2, 17). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos y la inmensa “alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta” (Lc 15, 7). La prueba suprema de este amor será el sacrificio en su propia vida “para remisión de los pecados” (Mt 26, 28).

1846 El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores.

1439 El proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en la parábola llamada “del hijo pródigo”, cuyo centro es “el padre misericordioso”: la fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna; la miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre, el camino del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría del padre: todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, pura, digna, llena de alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia, que es la Iglesia. Solo el corazón de Cristo, que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

 15, 1-32 En esta sección se reúnen las tres parábolas llamadas de la misericordia y otras dos sobre el uso de los bienes. La tercera la solemos llamar “del hijo pródigo” y mejor sería llamarla “del padre amoroso”.

15, 11 Aquí Jesús está cumpliendo algo que lo dijo (10, 22): está revelando al padre. La paternidad humana es reflejo de Dios y por eso sirve.

15, 20 El padre no lleva el asunto por vía legal (Dt 21, 20), sino que se deja llevar del afecto paternal: para hacerlo comprender.

15, 24 Es un revivir: no la simple vuelta, sino el arrepentimiento y el perdón (Jr 3, 14).

15, 24-32 El hermano mayor tiene que aceptar la misericordia del padre y reconciliarse con su hermano arrepentido. Paternidad engendra fraternidad.

 

Comentarios de los Santos Padres.

Dime, fariseo, ¿por qué murmuras al ver que Cristo no desprecia el estar con publicanos y pecadores, sino que decididamente les proporciona los medios de salvación? Para salvar a las personas, se anonadó a sí mismo, se hizo como nosotros, y se revistió a sí mismo de la pobreza humana.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 106. III, pg. 335.

Cuando algunos sean llamados a la conversión, aunque tengan mala reputación, nosotros debemos más bien alegrarnos y no dejarnos arrastrar por la irritación odiosa hacia ellos.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 107. III, pg. 340.

Tuvo dos hijos, es decir, dos pueblos: judío el uno y gentil el otro; al pueblo judío le hizo más adulto por el conocimiento de la Ley, al pueblo gentil más joven por la necedad del paganismo.

Pedro Crisólogo, Sermón, 5, 2. III, pg. 341.

El que no sabe saciarse con el alimento que no se corrompe, siempre estará hambriento.

Ambrosio. Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 215. III, pg. 343.

Se te arroja al cuello para levantarte porque estás caído, y para hacerte volver hacia el cielo, con el fin de que allí tú, que estás cargado de pecados e inclinado hacia todo lo terreno, busques a tu Creador. Cristo se lanza a tu cuello para quitar de él el yugo de la esclavitud y poner sobre él su yugo suave.

Ambrosio, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 229-230. III, pg. 344.

 

San Agustín

El hombre que tuvo dos hijos es Dos que tuvo dos pueblos. el hijo mayor es el pueblo judío; el menor, el gentil. La herencia recibida del padre es la inteligencia, la mente, la memoria, el ingenio, y todo aquello que el Señor nos dio para que le conociésemos y alabásemos. Tras haber recibido este patrimonio, el hijo menor se marchó a una región lejana. Lejana, es decir, hasta olvidarse de su Creador. (…) Aquí se alimentaba de bellotas que son, a nuestro parecer, las doctrinas mundanas, que alborotan, pero no nutren. (…)

Sermón 112 A, 1-5. I, pgs. 340-341.

 

San Juan de Ávila

Es llamado príncipe de este mundo (Jn 12, 31); porque rige y manda a los malos. El cual asítrata a los suyos que ni aun de manjares de puercos los harta; mas, como otro Adonibecec, les tiene cortados los cabos de los pies y las manos, para hacer cualquier bien, y puestos debajo de la mensa, para que coman, no de plato entero, mas de migajas que le sobran a él (cf. Jue 1, 6-7). Hambrientos los tiene de presente, y después llevará consigo a donde haya entera hambre y tormentos; porque él otra cosa no puede dar. Tal es su tratamiento que bastaba, si los mundanos en ello mirasen, para salirse de la compañía del demonio y del mundo, y allegarse a Dios; como hizo el hijo pródigo que, de verse en oficio tan vil, y que de manjar de puertos aun no se hartaba, cobró seso y consejo para ver qué diferencia iba de estar en la casa de su padre o en la casa del mundo, y dejó el mal que tenía, y fuese a su padre, pidiéndole misericordia, y hallóla (cf. Lc 15, 16ss).

Audi, filia (II), 98. I, pg. 750.

No cese el hombre de buscar el perdón, que, si en la demanda porfía, el Padre de las misericordias saldrá al encuentro a su hijo pródigo, y se lo dará y le vestirá con celestial ropa de gracia, y se holgará de ver ganado a su hijo por la penitencia, que estaba perdido por el pecado (cf. Lc 15, 20-24).  

Audi, filia (II), 20. I, pg. 581.

Decís: Hágase tu voluntad; pensad cómo hicisteis la voluntad del demonio y buscastes las bellotas de los puertos (cf. Lc 15, 16). Pedís al Señor que os perdone; pensad cuán poco perdonáis a vuestros prójimos. Pedís que no seáis vencido en la tentación, y vos os dejáis vencer muchas veces, etc.

Diálogos inter confessarium et paenitentem. II, pg. 780.

Item, porque a los pecadores no les es vedado el orar, antes concedido y mandado y con esta oración enseñó Nuestro Señor Jesucristo a orar a todo el bueno: buenos y malos. Item, el hijo pródigo, que representa un pecador sin gracia, dijo: Padre, pequé en el cielo y delante de ti (Lc 15, 18); y otros lugares en la Sagrada Escritura donde los pecadores llaman padre a Dios, aunque le han ofendido.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 137.

Un solo hijo pródigo fue el perdido y el recibido con tantas misericordias, con tantas fiestas y regocijos (cf. Lc 15, 22-24). Con un solo hijo hace el padre tantos regocijos; y con sola o por sola una oveja y una dracma. Para consuelo del hombre, y para que entienda el gran cuidado que Dios tiene, no solamente de todos los hombres en general, sino de él en particular; y que así como de él en particular tiene este cuidado, así le tiene en particular este amor, y por él en particular se hizo aquella obra, y él en particular está obligado a agradecerla y tenerla por propia. Por eso el Apóstol habla con este lenguaje: Amóme a mí, y entregóse a la muerte por mí. Quiere decir: de mí en particular se acordó; por mí en particular rogó, y a mí en particular lavó con sangre.

Lecciones sobre la epístola a los Gálatas. II, pg. 56-57.

¿No sois vos aquel amorosísimo padre que con tanta alegría y regocijo recibió al hijo perdido (Lc 15, 32), ¡y tan perdido!?

Oraciones. II, pg. 1004.

Iste peccatores recipit, etc. (Lc 15, 2). Estas palabras, que darán fundamente a nuestro sermón, con el ayuda y favor del Espíritu Santo, son tomadas del evangelio de la dominica tercera de Pentecostés; son palabras dichas de unos malos hombres; dijéronse a Jesucristo, acusándole que era mal hombre. Tomárselas hemos de la boca para entenderlas como se han de entender, porque algunas veces decían unas sentencias del Espíritu santo, aunque eran malos.

Domingo III después de Pentecostés. III, pg. 242.

Hasta que vino aquel verdadero samaritano Cristo, que quiere decir guarda, y hizo medicina para este herido. No dice el texto que descendió por el mesmo camino del herido, sino, haciendo camino, vino al herido. Allegóse, tomando carne semejante a la nuestra pecadora, llegóse conversando con heridos de pecados; tanto, que le reprendía n los fariseos, ya en casa de un publicano, ya en casa de un cambiador, ya con la Madalena, ya con la mujer adúltera y, al fin, con los ladrones (Lc 15, 2). Así había de ser, que el que venía para curarnos no hubiese asco de nuestras llagas. Allegóse por sacramentos.

Domingo XII después de Pentecostés. III, pg. 271-272.

Justicia justísima es que, si el ciego quiere ir delante dele que sabe el camino muy bien y le quiere guiar, que tropiece y se descalabre. Y el hijo mozo que pidió la parte de su hacienda a su padre y quiso regirse por sí, perdióla muy presto, y aun a sí mismo con ella, y de hijo muy honrado y abastado en la casa de su padre, vino a ser guarda de puercos y a no hartarse aun de lo que ellos comían (cf. Lc 15, 16). No le dañara ser mozo ni su poca experiencia si quisiera vivir debajo del regimiento de su padre.

Santísimo Sacramento. III, pg. 749-750.

Hijos pródigos, que guardan los puercos de los demonios y aun no se hartan de lo que comen los puercos (cf. Lc 15, 16).

Santísimo Sacramento, III, pg. 758.

Y para más memoria, es bien, si hubiere caído en alguna cosa grave o dudosa, para preguntalla, que luego que caiga la escriba y la guarde, y el domingo por la mañana se confiese por la misma orden que se examinó y reciba el santísimo Sacramento, para que, por la virtud del santísimo cuerpo y sangre de Cristo metido dentro de sus entrañas, alcance su gracia y amor. Antes que le reciba, diga esta preparación, hiriendo sus pechos: Pater, peccavi incaelum et contra te, et non sum dignus vocari filuus tuus… (cf. Lc 15, 17-10).

A un discípulo. IV, pg. 743.

 

San Oscar Romero.

Yo le invito, hermanos, a que en sus hogares o en una Iglesia, en un lugar silencioso, lean esa parábola pero pensando en ustedes mismos y pensando: ¿cuántas veces se ha realizado en mi vida la locura de haber dejado a Dios, la ilusión de querer encontrar la dicha allá lejos del padre, y, tal vez, mientras se tiene dinero, mientras se tiene salud, mientras lo pueden explotar a uno, hay amigos y le ofrecen todo, pero cuando todo eso se acaba, eso que llamábamos el todo, mi dinero es mi Dios, mi dinero, mi poder, los idólatras, cuando caen en la cuenta que no estaba adorando más ídolos y caen en un despertar duro ante la realidad? ¡Ah! no era dios.

¡Ah! el dinero no podía darme todas las satisfacciones. ¡Ah! no puede hacer todo lo que yo quería con el poder. ¡Qué insensatos nos sentimos! Nos parecemos el hijo pródigo en ese momento, queriendo comer el maíz que le tiran a los cerdos. Sentía al hijo pródigo que los cerdos eran más felices que él, ellos comían y a él no le daban ni siquiera las algarrobas de los cerdos. Y por vergüenza de no comer en la misma canoa con los cerdos, quitaba de escondidas unas mazorcas, unas algarrobas; allá escondido, como un cerdo avergonzado, comiéndose su propia miseria.

¿Quién no ha sentido realizarse en su vida después del pecado este asco, este sentirse cerdo, sentirse vacíos, sentirse sin Dios, sin nada, sin amigos?

Homilía 16 marzo 1980.

 

Comentario Homilética.

-Parábolas de la misericordia:

De la alegría de Dios.

Oveja perdida (15, 5-7), dracma perdida (15, 8-10) e hijo pródigo (15, 11-32).

Le sigue la parábola del administrador infiel (16, 1-8):

Parábolas de la misericordia: dirigidas a los fariseos y escribas.

Parábola del administrador infiel: dirigida a los discípulos.

-Estructura:

Crescendo narrativo.

Presentación de la escena con dos tipos de personajes (vv. 1-3):

Pecadores: se acercan a Jesús y le escuchan.

Fariseos y escribas: murmuran de Jesús y le critican.

Situación del hijo más joven (vv.11-20a).

Reacción del Padre ante la llegada del hijo y celebración de la fiesta (vv. 20b-24).

Reacción del hijo y enseñanza del padre (vv. 25-32).

 

MISA DE NIÑOS. DOMINGO V T. CUARESMA.

Monición de entrada.

Buenos días:

Cada domingo venimos a misa porque Jesús quiere estar con nosotros.

Pero nos puede pasar una cosa que a Jesús no le gusta.

Que nos sintamos mejores que los niños que no vienen.

Por eso hoy en misa Jesús nos contará una historia.

En ella nos dirá que Dios es bueno y quiere a todos.

Y nosotros no tenemos que mirar mal a los niños que no vienen a misa.

Ni a los niños que no quieren recibir la primera comunión.

 

Señor, ten piedad.

Tú que no castigas. Señor, ten piedad.

Tú que nos amas. Cristo, ten piedad.

Tú que nos das la vida Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, para que siga enseñándonos a querer a todos y no sentirnos mejores que los que no quieren a Dios. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que acoja a todas las personas. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que vivimos en España, para que no hablemos mal de los demás. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que están en la cárcel, para que cuando salgan de ella no se les mire mal, sino que se les ayude. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros para que no acusemos, sino que seamos comprensivos. Te lo pedimos, Señor.

 

Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por las palabras que nos ha dicho Jesús. Gracias por enseñarle a perdonar y a querer a todas las personas.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D. DOMINGO IV T.C.

EXPERIENCIA.

Prepara tu lugar de oración: una cruz, una estampa de la Virgen María, la Biblia y una pequeña vela encendida.

Descálzate, no de forma real, sino simbólica. Es decir, toma conciencia de que has entrado en un lugar y un tiempo sagrado, distinto al que te ha precedido. Estás ante Dios, que es el Sagrado, el Otro, el que no es material.

Cierra los ojos y sígnate, tomando conciencia de hallarte en unas coordenadas diferentes.

Inspira y expira, pidiendo a Cristo te envíe el Espíritu Santo para poder escuchar al Padre.

Permanece en silencio unos minutos.

¿Dónde te gustaría volver en estos momentos? ¿A qué lugares del pasado? Visualízalo, con las personas con las que te gustaría reencontrarte. ¿Cómo te sientes?

¿Y del presente? ¿Con quién te gustaría estar ahora? ¿Qué sientes? Imagínate con esa persona o esas personas, el lugar, las acciones, las miradas, las palabras. Toma conciencia de tus sentimientos.

Mira el vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=mQTBQ_jEE5U

¿Qué significa volver?

¿De dónde vuelven y a dónde vuelven?

 

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32.

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

-Este acoge a los pecadores y come con ellos.

Jesús les dijo esta parábola:

-Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado.

 

¿QUÉ DICE? La perícopa o fragmento de este domingo tiene dos partes: en la primera nos presenta una situación vivida por Jesús, quien participa de una comida con publicanos y pecadores, mientras él habla ellos le escuchan y los fariseos y escribas critican su comportamiento; la segunda es la parábola del Padre misericordioso, donde retrata, por una parte a los publicanos y pecadores, el hijo menor, y por otra a los fariseos y escribas, el hijo mayor. Pero el centro no se encuentra en ambos, sino en el Padre, quien no permanece impasible, sino a pesar de que tanto un hijo como el otro no lo conocen y lo consideran amo y no padre, tirano y no padre, sale en su busca. Los dos vuelven a casa, los dos tienen una imagen falsa del padre y por los dos el padre sale y entra en su búsqueda para lograr la conversión, es decir, que cambien de mentalidad y le descubran como padre bueno, compasivo y misericordioso y desde él se descubran a sí mismos como hijos y hermanos, liberándose de la también falsa imagen de sí mismos como jornaleros de un frío propietario. Lee de nuevo el texto sirviéndote de la composición de lugar, esto es, entrando en la escena y representando a los dos hijos, a modo de “role playing”.

¿QUÉ TE DICE?  Quédate con la frase que más te llame la atención, repítela en silencio durante unos minutos. ¿Cuándo has actuado como hijo menor?, ¿cuándo como hijo mayor? ¿En qué lugar te encuentras ahora: en la Iglesia pero con la imagen de un Dios que premia y castiga, fuera de la iglesia, de vuelta a la Iglesia? ¿Cómo juzgas al resto del equipo de monitores o catequistas, a los niños, a los que van a la parroquia y los que solo se acercan con motivo de una celebración familiar, social o festiva? Céntrate en la figura del Padre, sus gestos, sus palabras, dirigidas a ti. Contémplalo en toda su misericordia. Recuerda tu vida, tus pecados, tus abandonos. Siempre ha estado a la puerta esperándote. Cuando te fuiste, antes de cerrar la puerta, como afirmaba el Papa Francisco, te dijo: “la llave siempre estará puesta fuera”. Él nunca se cierra por dentro.

 

COMPROMISO.

¿Y tú, a quién has cerrado la puerta por dentro? Proponte abrirle o abrirles de nuevo la puerta, para que cuando quieran regresen a tu corazón. Nunca podemos obligar a quienes se han ido de nuestra vida que regresen, eso sería privarles de su libertad y convertirlos en nuestros esclavos sumisos. Pero sí podemos no cerrar la puerta y cuando pase la vea siempre abierta.

 

CELEBRACIÓN.

Escucha esta canción. Se dirige a María, pero también a Dios, quien es madre y padre. Sería bueno visitar un sagrario y, con los auriculares, escucharla.

https://www.youtube.com/watch?v=7XGTciGU8Bw

Cuantas veces, siendo niño, te recé,

con mis besos te decía que te amaba,

poco a poco, con el tiempo alejándome de ti,

/ por caminos que se alejan me perdí. / (2)

 

HOY HE VUELTO, MADRE, A RECORDAR

CUANTAS COSAS DIJE ANTE TU ALTAR,

Y AL REZARTE PUEDO COMPRENDER

/ QUE UNA MADRE NO SE CANSA DE ESPERAR. / (2)

 

Al regreso me encendías una luz,

sonriendo desde lejos me esperabas,

en la mesa la comida aún caliente y el mantel,

/ y tu abrazo en mi alegría de volver. / (2)

ESTRIBILLO.

 

Aunque el hijo se alejara del hogar,

una madre siempre espera su regreso,

que el regalo más hermoso

que a los hijos da el Señor,

/ es su madre y el milagro de su amor. / (2)

ESTRIBILLO.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae.  

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

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