jueves, 11 de marzo de 2021

Domingo 4º de Cuaresma. 14 de marzo de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de las Crónicas 36, 14-16.19-23.

En aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo. Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías: “Hasta que tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años”. En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:

-Así dice Ciro, rey de Persia: el Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!

 

Textos paralelos.

Les envió al principio avisos por medio de sus mensajeros.

Hb 1, 1: Muchas veces y de muchas formas habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas.

Despreciaron sus palabras.

Mt 23, 34-36: Mirad, para eso os estoy enviado profetas, doctores y letrados: a unos los matáis y crucificáis, a otros los azotáis en vuestras sinagogas y los perseguís de ciudad en ciudad. Así recaerá sobre vosotros toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías,  hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el atrio y el altar. Os aseguro que todo recaerá sobre esta generación.

Incendiaron el templo de Dios.

2 Re 25, 14: También llevaron las ollas, palas, cuchillos, bandejas y todos los utensilios de bronce que servían para el culto.

En el año primero de Ciro.

Esd 1, 1-3: El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro de Persia a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: “Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que entre vosotros pertenezcan a ese pueblo, que su Dios lo acompañe y suba a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo de Dios, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén”,

 

Notas exegéticas.

36 14 Juicio general sobre la infidelidad del pueblo que causa la ruina de Judá. El Cronista se une aquí a Jeremías y Ezequiel.

36 22 Estos dos últimos vv. reproducen el comienzo de Esdras. Pero la utilización de este texto como conclusión cambia su sentido. El anuncio de una labor penosa se convierte aquí en un grito de triunfo sobre la restauración del Templo, por lo que se afirma la perennidad de las instituciones davídicas.

 

Comentario.

-Texto que cierra el libro de Crónicas.

-Fin del reino de Judá:

Reinado de Sedecías, que se negó a escuchar al profeta Jeremías.

Infidelidades:

Rey, sacerdotes y pueblo.

Provoca la ruina de Jerusalén:

Dios va a castigar a Judá por medio de los babilonios:

Grandes imperios:

Instrumentos que Dios utiliza para castigar las infidelidades de Israel.

-Cumplimiento de la profecía de Jeremías:

Jeremías 25, 11.

Teología de la retribución.

-Final del libro:

Retoma el comienzo de Esdras 1, 1-3.

Anuncia la restauración del templo y el retorno de los exiliados.

El rey persa Ciro:

Derrotó a los babilonios y dio la libertad a los judíos.

Instrumento de Dios para liberar a su pueblo (v. 23).

Bendición para el pueblo: “Dios está con él” (v. 23).

-Dominio persa:

Respetuoso con las costumbres y creencias religiosas de los pueblos que formaban parte del imperio.

Reconstrucción del Templo.

Centro de la vida del pueblo: Ley y culto.

Comienza el judaísmo del segundo Templo:

Jesús y los cristianos de origen judío crecieron en él.

 

Salmo responsorial

Salmo 137 (136), 1-6

 

Que se me pegue la lengua al paladar

si no me acuerdo de ti. R/.

Junto a los canales de Babilonia

nos sentamos a llorar

con nostalgia de Sión;

en los sauces de sus orillas

colgábamos nuestras cítaras. R/.

 

Allí los que nos deportaron

nos invitaban a cantar;

nuestros opresores, a divertirlos:

“Cantadnos un cantar de Sión”. R/.

 

¡Cómo cantar un cántico del Señor

en tierra extranjera!

Si me olvido de ti, Jerusalén,

que se me paralice la mano derecha. R/.

 

Que se me pegue la lengua al paladar,

si no me acuerdo de ti,

si no pongo a Jerusalén

en la cumbre de mis alegrías. R/.

  

Textos paralelos.

 A orillas de los ríos de Babilonia.

Ez 3, 15: Llegué a los deportados de Tel-Abib (que vivían a orillas del río Quebar), que es donde ellos vivían, y me quedé allí siete días abatido en medio de ellos.

Lm 3, 48: Lloramos arroyos de lágrimas por la ruina de la capital.

Colgábamos nuestras cítaras.

Is 24, 8: Cesa el alborozo de los panderos, se acaba el bullicio de los que se divierten, cesa el alborozo de las cítaras.

Allí mismo nos pidieron.

Jr 25, 10: Haré cesar la voz alegre y la voz gozosa, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido del molino y la luz de la lámpara.

Lm 5, 14: Los ancianos ya no se sientan a la puerta, los jóvenes ya no cantan.

Si me olvido de ti, Jerusalén.

Jr 51, 50: Los que evitasteis su espada, marchad sin deteneos, invocando desde lejos al Señor, recordando a Jerusalén.

Si no exalto a Jerusalén.

Sal 122, 1: ¡Qué alegría cuando me dijeron “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Notas exegéticas.

137 Este salmo evoca el recuerdo de la caída de Jerusalén el año 587 y del destierro en Babilonia.

137 3 “nuestros raptores” solelenû Targum; hebreo tolalenû ininteligible.

137 5 “se me seque” tikehas conjunción: “olvide” tiskah hebreo (que al parecer ha tratado adrede de suavizar esta maldición).

 

Tres lecturas.

Con Israel:    Este es uno de los más bellos poemas de la literatura universal: quizá jamás el amor apasionado por la patria haya sido cantado con acentos de tanta nostalgia y tanta violencia. Lo confesamos abiertamente: este salmo nos desconcierta, a tal punto que quisiéramos suavizarlo y conservar tan sólo las cuatro primeras estrofas. El deseo salvaje de represalia que alientan las dos últimas estrofas es a menudo puesto entre paréntesis, cuando se canta este salmo en público: es difícil "orar" con estas dos últimas estrofas... Por esto, para no impresionar, se suprime. Se reconoce en ellas la ley del Talión: "ojo por ojo, diente por diente" (Génesis 4,23 - Éxodo 21,23-25 - Levítico 24,18-21). Este salmo es una forma de súplica, utilizada probablemente cada año, el día del "duelo  nacional" que Israel celebraba con ocasión del aniversario de la destrucción de Jerusalén  por los ejércitos de Nabucodonosor, en el 587. El profeta Jeremías, que vivió en carne propia el sitio de 18 meses, lo describe en todo su horror, fechando minuciosamente el comienzo y el fin del drama (/Jr/39/01-10). La catástrofe nacional estaba presente en todas las mentes cuando se cantaba este salmo: el Templo incendiado a la par que los palacios reales y las casas de las ciudades... Destrucción sistemática, a golpe de pico, de todas las murallas (como se puede ver hoy en los bajos relieves caldeos en el museo de Louvre) ...  "El rey de Babilonia hizo degollar a los hijos de Sedecías en presencia de éste y luego les arrancó los ojos..." (Jeremías 39,6-7). Finalmente, deportación masiva de toda la población... Un exilio que duró más de 50 años y durante el cual Jerusalén fue tan sólo un montón de ruinas. Estos son los hechos que dieron origen a este salmo candente y violento.

Con Jesús: ¿Podemos imaginar que Jesús recitara este salmo? Sin duda alguna, pero lo hacía a su manera. Y ésta para nosotros hoy día, la única forma de recitarlo con El. ¡Jamás pactar con el mal! Jesús profirió palabras violentas para recordarnos la fidelidad a toda prueba: "A cualquiera que haga caer en pecado uno de estos pequeños que creen en Mí, más le valiera que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello" (Mateo 18,6). "Si tu mano o tu pie te inducen al pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti" (Mateo 18,8).

Con nuestro tiempo:   Querer apasionadamente la destrucción del mal. So pretexto de tolerancia, nos  quedamos mudos. Babel, el nombre peyorativo de Babilonia, es la "anti-ciudad", la  "anti-paz", símbolo de violencia, de dominación y de opresión injusta por la fuerza... En  tanto que Sión, el nombre amoroso de Jerusalén es "la ciudad-tipo", el lugar de la paz, el  símbolo de la comunión entre los hombres... En nuestro mundo actual, existen "Babilonias" de impiedad contra Dios y de injusticia contra los hombres: este salmo nos alienta a orar y actuar para que el mal sea extirpado de la humanidad y ante todo de nuestro propio corazón. No, no me instalaré en el exilio. La mayor tentación de los judíos deportados, fue la de plegarse al paganismo babilónico e instalarse en el exilio. La gran tentación del hombre es instalarse aquí abajo.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10.

Hermanos:

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo – estáis salvados por pura gracia –; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.

 

Textos paralelos.

 Pero Dios, rico en misericordia.

Rm 1, 18: Desde el cielo se revela la ira de Dios contra toda clase de hombres impíos e injustos que cohíben con injustica la verdad.

Rm 2, 8: A los que por egoísmo desobedecen a la verdad y obedecen a la injusticia, ira y cólera.

Movido por el gran amor que nos tenía.

Ex 34, 6: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel.

Estando muertos a causa de nuestros delitos.

Rm 8, 8: Y los que siguen el instinto no pueden agradar a Dios.

Col 2, 13: Vosotros estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión carnal; pero os ha vivificado con él, perdonándoos todos los pecados.

Nos hizo sentar en los cielos.

Col 2, 12: Que consiste en ser sepultados con él en el bautismo y en resucitar con él por la fe en el poder de Dios, que lo resucitó a él de la muerte.

Col 3, 1-4: Por tanto, si habéis resucitado con Cristo, buscad lo de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios, aspirad a lo de arriba, no a lo terreno. Pues habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces vosotros apareceréis gloriosos junto a él.

De este modo puso de manifiesto.

Rm 8, 11: Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de la muerte dará vida a vuestros cuerpos morales, por el Espíritu suyo que habita en vosotros.

La sobreabundante riqueza.

Rm 1, 16: Yo no me avergüenzo de la buena noticia que es una fuerza divina de salvación para todo el que cree – primero el judío, después el griego –.

Para que nadie se gloríe.

Rm 3, 27: ¿Dónde, pues, queda el orgullo? Queda excluido: ¿Por qué ley?, ¿de las obras? Nada de eso, por la ley de la fe.

1 Co 1, 29: Y así nadie podrá engreírse frente a Dios.

2 Co 8, 17: Y al aceptar mi ruego, de buena gana y con toda diligencia se puso en camino hacia vosotros.

 

Notas exegéticas.

2 5 (a) Nosotros, es decir, los paganos, vv. 1-2, y los judíos conjuntamente, v. 3. La frase interrumpida por la digresión del v. 3 prosigue aquí.

2 5 (b) “con Cristo”; variante: “en Cristo” – “por gracia”; var. (Vulgata): “por cuya gracia”.

2 6 Aquí y en Col 2, 12; 3, 1-4, son consideradas como realidades ya conseguidas (verbos en pretérito) la resurrección y el triunfo celeste de los cristianos, mientras Rm 6, 3-11; 8, 11-17, los mira más bien como futuros (verbos en futuro). Esta escatología realizada es una de las características de las Epístolas de la Cautividad.

2 7 Lit. “en los eones venideros”.

2 10 Lo mismo que la salvación, la nueva vida que de ella deriva y las obras que la expresan proviene de la gracia soberana de Dios. Al cristiano compite discernir y realizar lo que “dispuso Dios”. Los vv. 8-10 recogen en algunas frases incisivas la predicación de la gracia de Dios desarrollada en Romanos y Gálatas. Pero el tema de la justificación, que constituye la base argumentativa de estas epístolas, no entra en las perspectivas de Efesios.

 

Comentario.

-Efesios y Colosenses:

Corpus Paulino: líneas principales de la teología de Pablo:

Cristo es quien salva.

La salvación es un don, no mérito que consigue cada uno individualmente por su esfuerzos y logros.

Segunda generación de cristianos.

-Dios rico en misericordia:

Relación misericordia-amor.

Muertos por el pecado.

Cristo nos ha hecho vivir con él, resucitados y partícipes de su gloria.

Salvación por la pura gracia:

No por el cumplimiento de la Ley (Romanos y Gálatas).

Don de Dios.

Gratuidad.

Por la fe, no por las obras.

Hacer el bien, no para justificarnos a nosotros mismos, sino porque nosotros participamos de la obra permanente de la creación.

Cristología – Creación – Soteriología (salvación): unidas.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21.

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

-Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Él que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

 

Textos paralelos.

 Y, del mismo modo que Moisés.

Jn 1, 18: Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.

Nm 21, 4-9: Desde el monte Hor se encaminaron hacia el Mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado por el camino, y habló contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos has sacado de Egipto, para morir en el desierto? NO tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo”. El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpiente”. Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: “Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado”.

Sb 16, 5-7: Pues cuando les sobrevino la terrible furia de las fieras y perecían mordidos por serpientes tortuosas, tu ira no duró hasta el final; para que escarmentaran, se les asustó un poco, pero tenían un emblema de salud como recordatorio del mandato de tu ley; en efecto, el que se volvía hacia él sanaba, no en virtud de lo que veía, sino gracias a ti, Salvador de todos.

Para que todo el que crea tenga en él vida eterna.

Jn 1, 21: Le preguntaron: “Entonces, ¿eres Elías?”. Respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?”. Respondió: “No”.

Jn 12, 32: Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.

Porque tanto amó Dios al mundo.

1 Jn 4, 9: Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que vivamos gracias a él.

Gn 22, 2: Dios dijo: “Toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré”.

Gn 22, 13: Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abrahán se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.

Que entregó a su Hijo unigénito.

Mt 21, 37: Finalmente les envió a su hijo.

Rm 8, 32: El que no reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a regalar todo lo demás con él?

Dios no ha enviado a su Hijo al mundo.

Jn 1, 1: Al principio ya existía la Palabra y la Palabra se dirigía a Dios y la Palabra era Dios.

Jn 4, 34: Jesús les dice: “Mi sustento es cumplir la voluntad del que me envió y dar remate a su obra”.

Sino para que el mundo se salve por él.

Jn 1, 9: La luz verdadera que ilumina a todo hombre estaba viniendo al mundo.

Jn 12, 47: Al que escucha mis palabras y no las cumple yo no lo juzgo; pues no he venido a juzgar al mundo, sino a salvarlo.

2 Co 5, 19: Es decir, Dios estaba, por medio de Cristo, reconciliando el mundo consigo, no apuntándole los delitos, y nos confió el mensaje de la reconciliación.

Hch 4, 12: Ningún otro puede proporcionar la salvación; no hay otro nombre bajo el cielo concedido a los hombres que pueda salvarlos.

El juicio consiste en que la luz vino al mundo.

Jn 1, 18: Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.

Jn 2, 23: Estando en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él al ver las señales que hacía.

Jn 1, 9: La luz verdadera que ilumina a todo hombre estaba viniendo al mundo.

Jn 8, 12: Yo soy la luz del mundo, quien me siga no caminará en tinieblas, antes tendrá la luz de la vida.

Pues todo el que obra el mal.

Jb 24, 15-17: Al alba se levanta el asesino para matar al pobre y al indigente; de noche ronda el ladrón. El adúltero acecha el crepúsculo diciéndose: “Nadie me verá” y se emboza la cara. A oscuras penetra en la casa. Durante el día se encierran, no quieren nada con luz; a oscuras penetra en las casas. La mañana es oscura para ellos, acostumbrados a los miedos de las tinieblas.

Para que nadie censure sus obras.

Jn 7, 7: El mundo no puede aborreceros; a mí me aborrece porque les echo en cara que sus acciones son malas.

Pero el que obra la verdad.

Para que quede de manifiesto.

Ef 5, 13: Todo lo que se expone a la luz queda patente.

Jn 8, 32: Entenderéis la verdad y la verdad os hará libres.

1 Jn 3, 19: Pues, aunque la conciencia nos acuse, Dios es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

3 14 En Daniel 7, 13-14 el Hijo del hombre sube junto a Dios para recibir allí la investidura regia. Para Juan, el Hijo del hombre debe ser elevado en la cruz, pero esto es el primer paso que debe llevarle a Dios en la gloria, donde reinará después de destrozar al Príncipe de este mundo. Al subir al cielo, el Hijo del hombre no hará sino retornar a su lugar propio, recobrar la gloria que tenía antes de la creación del cosmos. Es en esta línea de pensamiento como se puede comprender el paralelo entre 3, 14-15 y N 21, 4-9. Los hebreos debían mirar a la serpiente de bronce puesta por Moisés sobre una señal para que Dios les perdonara su pecado y pudieran seguir con vida. Así, el hecho de que el Hijo del hombre sea elevado en la cruz será lo que permitirá reconocer que él podía atribuirse el Nombre divino “Yo soy”, y por tanto el hombre podrá evitar el morir en razón de los pecados. Creer en el Hijo del hombre elevado es creer en el nombre del Hijo, Unigénito de Dios, es, por tanto, creer en el amor del Padre que ha sacrificado a su propio Hijo para que nosotros nos salvemos. Si no se cree en que el Hijo del hombre es el Unigénito, ¿cómo reconocer el amor del Padre para con nosotros? El peor de los pecados es no creer ya en el Amor.

3 15 La sección 3, 16-21 tiene su paralelo en 12, 46-50, pero parece de redacción más reciente. Un mismo tema joánico se ha desarrollado en dos perspectivas diferentes. Esta sección desarrolla una cristología elevada; la otra, que glosa a Dt 18, 15.18, presenta simplemente a Cristo como nuevo Moisés.

3 18 Para el judaísmo y muchos textos neotestamentarios, el juicio final es esperado para el fin de la historia. Para Jn el juicio tiene ya lugar cuando el hombre se encuentra en presencia de Jesús (especialmente de su cruz) y rechaza la revelación.

3 19 Una división entre los humanos tiene lugar en función de la acogida o del rechazo. La revelación desenmascara a la persona que hace el mal. La exposición de su conducta a la luz constituye en sí misma el juicio o la condena de quien rechaza a Dios.

3 21 Giro típicamente hebreo (asâ ‘emet). Para los judíos esta verdad se manifiesta en la Ley. Para Jn obrar la verdad significa cumplir la voluntad de Dios, tal como haya podido recibirse, lo cual dispone a creer en la revelación transmitida en Jesús y a practicar esa fe. Por otra parte, y a tenor del mencionado giro hebreo, al expresión “obrar la ley” podría equivaler más genéricamente a “mantenerse en la lealtad” a Dios.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

14 AQUELLA SERPIENTE (lit. la serpiente): “Una serpiente no podía matar ni dar vida, pero cuando Israel la miraba creía en aquél que había ordenado a Moisés que la hiciera, y él los cura” (Mekiltá Éxodo, 27, 10). // ELEVADO: es elevado (en cruz), y exaltado (en la resurrección y ascensión). en arameo targúmico, yslq puede significar morir y también ser levantado, física o espiritualmente (Díez Macho).

15 EN ÉL. gramaticalmente puede ir unido a CREE o a TENGA.

16-21 Muy en el estilo de Juan, la conversación no concluye, sino que deriva hacia reflexiones meditativas del evangelista: la redención tiene su fuente en el amor de Dios a los hombres, y la realiza el Hijo entregando su vida: su finalidad es salvar; pero el hombre puede permanecer en la oscuridad y no creer en el Hijo.

16 DE TAL MANERA AMNÓ DIOS … QUE ENTREGÓ A SU HIJO: La admiración de santa Teresa: “Bendito seáis por siempre, Señor mío, que tan amigo sois de dar que no se os pone cosa por delante”, venía de siglos: “El que a su propio Hijo no lo perdonó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo, junto con él, no va también a regalarnos todo?” (Romanos 8, 32). “Dios ha dado al hombre la tierra, el mar, y cuanto hay en ellos. Pero después de todo esto, se dio a sí mismo: De tal manera amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo unigénito para la vida de este mundo. Así, pues, ¿qué cosa grande hará un hombre si se ofrece a Dios, cuando el mismo Dios se ofreció antes a él” (Orígenes). // EL MUNDO: en los escritos de san Juan es palabra polivalente: puede significar el universo (lo que un judío llamaría “el cielo y la tierra”), o la humanidad , el género humano; y este segundo significado se desdobla en dos: el conjunto de seres humanos, objeto del amor salvador de Dios (así en este pasaje), o el mundo malo, es decir, los seres humanos que, como seres libres, rechazan creer en Jesús, revelador del Padre (cf. 1 Jn 2, 15-17; compárese con el término mundo en el lenguaje de san Pablo (1 Cor 3, 19).

17 CONDENAR: lit. juzgar, en sentido peyorativo. Lo mismo que en otros textos de Jn, como en: v. 18, 7, 51, 18,31.

18-21 El misterio de la incredulidad de los hombres está en que, al no aceptar a Cristo, el mensaje del Evangelio se les convierte en motivo de condenación; el incrédulo se condena a sí mismo. Los tiempos gramaticales de los verbos indican, conforme al pensamiento de Jn, que la vida y la condenación eternas comienzan ya ahora, según que uno se decida en favor o en contra de Jesús. Esta decisión adelanta al tiempo presente la sentencia del juicio futuro (que Jn admite como tal: 5, 27-29).

18 EL NOMBRE que tiene Jesús en los escritos de san Juan es “el Hijo”.

19 EN ESTO SE BASA LA CONDENA: lit. este, ahora bien, es el juicio (se entiende: el juicio condenatorio). Jesús no condena; son los hombres quienes, al no aceptar las palabras de Jesús, convierten el juicio (krísis) en sentencia condenatoria (katákrisis); cf. 12, 48. // SUS OBRAS: no creer en Jesús es “las obras malas”; la fe en Jesús es “las obras buenas”.

21 Obrar la verdad” es aceptar la revelación de Cristo – condición para “ir a la luz” –, asimilarla, “hacerla propia” en un proceso de crecimiento en la fe, y actuar conforme a ella.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

3, 14 En el desierto, los israelitas que habían sido mordidos por serpientes venenosas evitaban la muerte al mirar fijamente a la serpiente de bronce que Moisés “elevó” y colocó en un estandarte (Números 21, 4-9). Ese acontecimiento prefiguró el sacrificio de Cristo, que fue “elevado” en una cruz para salvar a la humanidad. Cat. 2130.

3, 16 El acto que realizó Dios de mandar a su Hijo unigénito para nuestra redención y para otorgarnos vida eterna fue fruto de su amor supremo. De hecho, Dios Padre nos entregó a Cristo en la Encarnación precisamente para revelar su grandísimo amor. Aquellos que rechazan este regalo de Cristo, de amor y redención, se privan a sí mismos de la vida eterna. Aquellos que eligen caminar bajo la luz de Cristo obtendrán la felicidad en esta vida y vida eterna en la siguiente. Cat. 219, 444, 454 y 458.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

Habiendo dicho a los hombres que el bautismo es la mayor de las gracias que les ha sido concedida, añade cuál es la causa de ello, que consisten en otra gracia no menor, a saber, la de la cruz… Estos dos beneficios son los que, de un modo especialísimo, revelan el inefable amor de Dios por nosotros: que sufrió por sus enemigos y que, tras haber muerto por ellos, les otorgó una completa remisión de los pecados mediante el bautismo.

Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Juan, 27, 1. Pg. 194.

El Señor conduce con arte admirable de magisterio celestial a un maestro de la ley mosaica, llevándolo al sentido espiritual de esa ley al recordar una historia antigua, que le explica como figura de su pasión y de la salvación humana.

Beda. Homilías sobre los Evangelios. 2, 18. Pg. 194.

Con razón el Señor mandó que las heridas de los enfermos se curaran levantando una serpiente de bronce…. Por tanto, el mundo fue crucificado en sus seducciones y por eso fue levantada no una serpiente verdadera sino de bronce, porque el Señor asumió la forma de pecador ciertamente en la realidad del cuerpo, pero sin la realidad del pecado, de modo que mediante la fragilidad de la debilidad humana simulando a la serpiente al deponer los despojos de la carne pudiera destruir las astucias de la serpiente.

Ambrosio. El Espíritu Santo. 3, 8, 50. Pg. 195.

La cruz se levanta y se alza sobre la tierra, que hasta poco antes había mantenido oculta por la envidia. La cruz se levanta no para recibir gloria alguna (Cristo clavado en ella es la mayor gloria), sino para glorificar a Dios y ser proclamado por ella.

Andrés de Creta. Homilía sobre la exaltación de la santa cruz, 11. Pg. 195.

Con esto Dios anunciaba un misterio por el que había de destruir el poder de la serpiente, que fue autora de la transgresión de Adán.

Justino Mártir. Diálogo con el judío Trifón, 94, 2.5. Pg. 196.

Por las palabras: “Tanto amó Dios al mundo” se pone de relieve la grandeza y la intensidad de ese amor. Grandísima era, en verdad, e infinita la distancia entre Dios y el mundo. El inmortal, sin principio e infinitamente grande, nos amó a quienes estamos hechos de tierra y cenizas, cargados de innumerables pecados, porque continuamente le ofendemos.

Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Evangelio de Juan, 27, 2-3. Pg. 197.

Alabemos, pues, que nada al Hijo, venerando su sangre, que expía nuestros pecados. Sin haber perdido nada de su divinidad, me salvó; como médico se inclinó sobre nuestras heridas malolientes.

Gregorio Nacianceno. Himnos dogmáticos. 2. Pg. 198.

Si el Padre no nos hubiese entregado la vida, no tendríamos vida. Si la vida misma no hubiese muerto, no se hubiese dado muerte a la vida.

Agustín. Sermones, 265b, 51. Pg. 199.

El médico en cuanto tal viene a curar al enfermo. Quien se niega a observar las prescripciones del médico se da muerte a sí mismo.

Agustín. Tratado sobre el Ev. de Juan, 12, 12. Pg. 199.

De nuevo el Señor revela con claridad que nuestros errores y fallos dependen de nosotros.

Clemente de Alejandría. Stromata, 2, 69, 1-2. Pg. 201.

La causa del castigo de los hombres es que no quisieron abandonar las tinieblas para acogerse a la luz… Así afirma: “Si yo hubiera venido para pedirles cuentas de sus obras y castigarlos, abrían podido decir: por eso nos hemos alejado. Pero he venido para librarlos de las tinieblas y llevarlos a la luz”. ¿Cómo tener piedad de hombres que rechazan ir de las tinieblas a la luz?

Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Juan, 28, 2. Pg. 201.

Si quienes son adoradores del Dios verdadero viven entregados a los vicios, serán despreciados y acusados por todos.

Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Juan, 28, 2. Pg. 203.

Muchos hay que aman sus pecados y muchos también que los confiesan. Quien confiesa y se acusa de sus pecados hace las paces con Dios. Dios reprueba tus pecados. Si tu haces lo mismo, te unes a Dios. Es preciso que aborrezcas tus obras y que ames en ti la obra de Dios. Cuando empiezas a detestar lo que hiciste, entonces empiezan tus buenas obras, porque repruebas las tuyas malas. El principio de las buenas obras, es la confesión de las malas. Practicas la verdad y vienes a la luz. ¿Qué es practicar tu verdad? No halagarte, ni acariciarte, ni adularte a ti mismo, ni decir que eres justo, cuando eres inicuo. Así es como empiezas tú a practicar la verdad; así es como vienes a la luz, para que se muestran las obras que has hecho en Dios.

Agustín. Tratado sobre el Ev. de Juan, 12, 13-14. Pg. 203.

 

San Agustín.

Tomó, pues, la muerte y la suspendió en la cruz. De esta manera los mortales son librados de la muerte. El Señor recuerda lo que aconteció en figura a los antiguos. (…). Gran misterio es este; quienes lo han leído, lo conocen. Por tanto, óiganlo ahora quienes no lo han leído, o lo han olvidado después de haberlo leído u oído. (…) ¿Qué son las serpientes que muerden? Los pecados de la carne mortal. ¿Qué es la serpiente levantada en alto? La muerte del Señor en la cruz. La muerte fue simbolizada en la serpiente porque procede de ella. La mordedura de la serpiente es mortal, la muerte del Señor es vital. Se mira a la serpiente para aniquilar el poder de la serpiente. ¿Qué es esto? Se mira a la muerte para aniquilar el poder de la muerte. (…) Ten siempre en tu presencia lo que no quieres que esté en la presencia de Dios. Porque si echas a la espalda tus propios pecados, Dios volverá a ponerlos ante tus ojos cuando ya la penitencia sea infructuosa. Corred, no sea que os sorprendan las tinieblas.

Comentarios sobre el evangelio de San Juan, 10, 4-8. Pg. 311.

 

San Juan de Ávila.

Mirad, pues, doncella, a este hombre, porque no puede escapar de la muerte quien no lo mirare, porque así como alzó en un palo Moisés la serpiente en el desierto, para que los heridos mirándola viviesen, y quien no la mirase muriese, así quien a Cristo puesto en el madero de la cruz no mirase, morirá para siempre. (…) Mira, hombre, la haz de tu Cristo, y si quieres que mire yo a su cara para perdonar él, mira tú a su cara, para pedir perdón por él. En la cara de Cristo nuestro mediador se junta la vista del Padre y la nuestra. Allí van a parar los rayos de nuestro creer y amar, y los rayos de su perdonar y hacer mercedes.

Audia, filia (I). Hermosura del alma, 31. OC I. Pg. 528.

Porque, así como alzó en un palo Moisén la serpiente en el desierto, para que los heridos, mirándola viviese, y quien no la mirase muriese, así, quien a Cristo puesto en el madero de la cruz no mirase con fe y con amor, morirá siempre.

Audia filia (II). Cap. 112, 2. OC I. Pg. 776.

Mucha razón tiene Dios de quejarse, y sus pregoneros para reprehender a los hombres, de que tan olvidados estén de esta merced, digna que por ella se diesen gracias a Dios de noche y de día. Porque, como dice San Juan, así amó Dios al mundo que dio su unigénito Hijo, para que todo hombre que creyere en él y le amare no perezca, mas tenga la vida eterna. Y en esta merced están encerradas las otras, como menores en la mayor y efectos en causa. Claro es que quien dio el sacrificio contra los pecados, perdón de pecados, dio cuanto es de su parte; y quien el Señor dio, también dio el señorío; y, finalmente, quien dio su Hijo, y tal hijo, dado a nosotros y nacido para nosotros, no nos negará cosa que necesaria nos sea.

Audi, filia (II). Cap. 19, 1. OC I. Pg. 578.

Y si a todas estas cosas estás sordo, no es razón que lo estés a las voces que Dios te da en el Evangelio, diciendo: En tanta manera amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que creyere en Él no perezca, mas alcance vida eterna. Todas estas son las señales de amor, y esta más que ninguna de todas ellas, como escribe aquel muy amado y amador de Dios, su evangelista san Juan diciendo: En este hemos conocido el amor que dios nos tiene, que nos dio a su Hijo para que vivamos por él (1 Jn 4, 9).

Tratado del amor de Dios, 3. OC I. Pg. 953.

No alcanza ningún entendimiento angélico qué tanto arda este fuego ni hasta dónde llegue su virtud. No es el término hasta donde llegue solamente la muerte y la cruz; porque si, como le mandaron padecer una muerte, le mandaran millares de muertes, para todo tenía amor (cf. Jn 3, 17). Y si lo que le mandaron hacer por la salud de todos los hombres, le mandaran hacer por cada uno de ellos, así lo hiciera por cada uno como por todos. Y si, como estuvo aquellas tres horas penando en la cruz, fuera menester estar allí hasta el día del juicio, amor había para todo, si nos fuera necesario. De manera que mucho más amó que padeció; muy mayor amor le quedaba encerrado en las entrañas de lo que nos mostró acá de fuera en sus llagas.

Tratado del amor de Dios, 7. OC I. Pg. 962.

Responde san Juan: Amaron más los hombres las tinieblas que la luz, porque eran sus obras malas; y todo aquel que mal hace, aborrece la luz (Jn 3, 19-20). De manera que, porque el Señor y su doctrina encaminaban a toda verdad y virtud, y ellos amaban la mentira y la maldad, no lo podían oír ni mirar; ni quisieran que hobiera luz ejemplo de perfecta vida, en comparación de la cual era condenada la suya por mala. Y de la raíz de esta voluntad, así depravada, salió el fruto de negar y matar al celestial médico, que los venía a curar.

Audi, filia (II), cap. 48, 1. OC I. Pg. 638.

¿Qué justicia es que haga yo pecados y pague Jesucristo? La justicia nació de la misericordia de Dios. Dice David: Todos los caminos de Dios son misericordia y verdad (Sal 24, 10); primero misericordia y luego verdad.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 6. OC II. Pg. 150.

Con ser la verdad una cosa tan alta y tan santa, tan hermosa y provechosa para el hombre, vemos que no faltan hombres, ni han faltado, más aficionados a la mentira que a la verdad, y se andaban perdidos tras los engaños: aficionados a las tinieblas y aborrecedores de la luz. De estos se queja Cristo: Lux venit in mundum, et dilexerunt homines magis tenebras quam lucem (Jn 3, 19).

Lecciones sobre la Epístola a los Gálatas 4, 16. 45. OC II. Pg. 84.

De manera que, porque el Señor y su santa doctrina encaminaban a toda verdad y virtud, y ellos amaban la mentira, la gloria vana y maldad, no lo podían ioír ni mirar, ni siquiera que hubiera luz de doctrina que descubriera la santidad falsa de ellos; ni ejemplo de perfecta vida, en comparación de la cual la vida de ellos era condenada por mala.

Tratados de reforma, 7. OC II. Pg. 527.

Ansí como Moisén puso la serpiente encima del palo en el desierto, ansí conviene también que el hijo de la Virgen sea puesto en una cruz, para que todo aquel que lo mirare no se pierda, sino tenga vida eterna (cf. Jn 3, 14). Para esto vine al mundo, para dar vida al mundo, dice en otra part Jesucristo (cf. Jn 10, 10). Si estás muerto, vete a Cristo, que Él es el manjar que te resucitará y dará vida. Sírvete de tu fe en esto que Jesucristo sólo es tu arrimo, tu esfuerzo, tu remedio, tu vida, tu confianza, quien te rige, te gobierna, te da ser y te sustenta. Échate a sus pies; dile: “Señor mío, ¡cuántos milagros heciste en este mundo, cuántos muertos resucitaste, cuántos cojos sanaste, a cuántos ciegos diste lumbre, a cuántos sordos diste oídos!, ves aquí un muerto, que no tiene más que la lengua de vivo; aplica en mí lo que padeciste; ayuda a mi flaqueza; alumbra mis ojos; haz que oigan mis oídos tus palabras de vida; despierta mi ánima a tan profundo sueño; haz con mi corazón que oigan tus palabras; da gusto a mi paladar, y haz que pierda el sabor que toma de los pecados.

49. En la Infraoctava del Corpus, 12. OC III. Pg. 640-641.

Por la salud de sus vasallos nace pobre, y llora, y pasa trabajos, y derrama su sangre: posuit animam suam pro ovibus suis, pro nobis omnibus tradidit illum[1] (cf. Jn 10, 15; 3, 16). Ninguno se podía salvar sino naciendo y muriendo Él. Y así mirad que debéis a Jesucristo, que, si os son perdonados todos vuestros pecados, por él os son perdonados; y si tenéis gracia, por Él os la dieron: si tienen merecimiento y valor vuestros trabajos, por Jesucristo nuestro Señor es.

5. Epifanía, 4. OC III. Pgs. 81-82.

¿Qué sienten vuestras orejas cuando oís decir: Ansí amó Dios al mundo, que dio un Hijo que tenía, y sabiendo que le había de costar la vida lo que había de nacer por el mundo? ¡Que sea yo amado de Dios! ¡Que parezca tan bien mi ánima a Dios, que le es tan preciosa, que, porque no se pierda, envió a su único Hijo que muriese por ella!

31. Lunes de Pentecostés, 8. OC III. Pg. 380.

Grande gloria fue esta de Dios, y muy ilustre parécese su perfección y bondad, pues amó tanto al mundo, que le diese su unigénito Hijo (Jn 3, 16) para remedio de él, y que lo entregase a muerte para que los pecadores fuesen justificados, y los enemigos reconciliados, y los que estaban desheredados del cielo recobrasen la herencia perdida. ¿Quién dirá que estos beneficios pueden crecer, ni que hay más amor que enseñar a los hombres, ni que hay más que pedir ni desear?

53. En la Infraoctava del Corpus, 26. OC III. pg. 697.

Decirlo he, Señor; ¡bendígante los cielos y la tierra! ¡Yo haré que feo ames y hermoso te parezca”. No hay más, fue casamiento por amores. Quísonos bien el Padre, que tal casamiento y el Hijo nos dio. Sic Deus dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret (cf. Jn 3, 16). Quísonos bien el Padre, quísonos bien el Hijo, que tal consintió; quísonos bien el Espíritu Santo, que tal ordenó.

65 (1). Anunciación de Nuestro Señor, 22. OC III. Pg. 873.

Señor, cosa recia dicir a un ladrón: el juez viene. Huirá como hizo Adam, que, en oyendo la voz del Señor, echó a huir. Señor, ¿a qué venís? El mesmo lo dice por san Juan: Non enim misit Deus filium in mundum ut iudicet mundum, sed ut salvetur mundus per ipsum[2].

2. Domingo III Adviento, 8. OC III. Pg. 38.

No envió Dios al mundo a su Hijo para juzgar y condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él (Jn 3, 17). Gana lo debe de tener, pues que tal pieza envía; gana tiene de esa joya, pues que tanto precio da por ella. Por vuestra vida, que los que sabéis latín leáis este capítulo. Paréceme que son las más dulces que hay en el Evangelio.

31. Lunes de Pentecostés, 6. OC III. Pg. 379.

Esta locura y presumpción, esta confianza en nuestras fuerzas nos tiene echados a perder. Al fin perdióse el hombre por la honra, y vino a ser más bajo que la bestia. Y en la séptima edad, desde que los hombres eran tratados como bestias de los pecados, envía Dios al Salvador de los perdidos, no para que los juzgue y los castigue – non enim misit Deus Filium suum, etc. –, para que el mundo sea salvo, sea remediado (cf. 3, 17).

31. Lunes de Pentecostés, 16. OC III. Pg. 382.

¿Por qué lo hacen ansí? Vino la luz al mundo. ¡Sea Dios bendito por ello! ¿Quien es la lumbre? Jesucristo; la palabra de Dios es la lumbre con que habéis de mirar vuestra ánima si está buena o mala; y amaron las tinieblas más las tinieblas que la lumbre. Dios os guarde de hombre que lo vais a llamar cuando está durmiendo, porque le hace mal el dormir, y le ponéis un hacha delante los ojos y la apaga para dormir más a su placer.

28. Domingo infraoctava de la Ascensión, 24. OC III. Pg. 344.

Dejáislo olvidar, porque os escuece la luz de la doctrina; no queréis que se os acuerde adrede, por no pasar un mal rato; háceste olvidadizo de quién eres. Es el mayor mal que hay el mundo; Dios, por quien Él es, lo remedie. Por esto se dijo: Amaron los hombres más las tinieblas que la luz (Jn 3, 19); abrazaron más el olvido de sí propios que el acordarse de quién son.

48. Día 2 de la Octava del Corpus, 6. OC III. Pg. 630.

Y más: ¿queréis ver si estáis mal o bien con ella? Mirad la tercera condición del alba, que es ser enemiga de las tinieblas. Ya sabéis que estas tinieblas son aquellas de las cuales es escripto: Via impiorum tenebrosa[3] (Proverbios 4, 19), y: Dilexerunt homines magis tenebras quam lucem (Jn 3, 19). En buen romance: “Los pecados, estos son los que nuestra Señora aborrece sobre todas las cosas”.

61. Natividad de la Virgen, 11. OC III. Pg. 820.

Y como uno que está dormido y no quiere que le recuerden, apaga la lumbre que le ponen ante los ojos y se enoja con quien se la puso, así estos, dignos de ser llorados con lágrimas de sangre del corazón, han hecho concierto con el pecado e infierno, y pésales tanto de quien los quiere apartar de sus malos caminos, que ni querrían que hubiese verdad ni justicia, honestidad ni vergüenza, ni aun quien la dijese. Viven en tinieblas; y todo hombre que hace mal, aborrece la luz y no quiere venir a ella – dice san Juan – porque no parezcan sus grandes maldades (cf. 3, 20). ¡Oh engañados hombres y desdichados.

60. Natividad de la Virgen, 20. OC III. Pg. 810.

Y por no saberse vuestra merced aprovechar de la consolación que trae esta nueva, viene a de ser hollada[4] de la desconsolación que tan demasiadamente la aflige, quitando los ojos de este Señor puesto en cruz, para que todo hombre que con ojos de fe y de mor le mirare, no perezca (Jn 3, 15), y poniéndolos en sí misma y en sus obras, que es una vereda tan sin consuelo, que ningún hombre que por ella caminó a solas, puede tener paz ni consuelo.

A una señora afligida con trabajos corporales y tristezas espirituales. OC IV. Pgs. 225-226.

¡Oh abismo de infinita bondad, del cual tan dádiva sale el mundo que así lo ames, que des a tu unigénito Hijo, para que todo hombre que cree en Él y le ama no perezca, mas tenga la vida eterna (cf. 3, 16). Alábente los cielos con todo lo que en ellos está, y la tierra y la mar con todo su arreo, porque tú, tan grande, has amado grandemente a los que eran dignos de desamor[5].

A unas mujeres devotas que padecían trabajos. OC IV. Pg.264.

¡Oh bondad sin término, y cuán sin término nos amaste, cuando tanto amaste al mundo que diste a tu único Hijo para que todo hombre que en Él creyere se salve! (cf. Jn 3, 16). Y siendo tú el injuriado y quejoso, rogaste al injuriador con amistad; y porque esta no se podía hacer sin que la injuria a ti hecha se satisficiese, tú mesmo diste al culpado con que pagase, para que viese que de verdad tenías ganas de su amistad, pues de balde le perdonabas y tan a tu cosa le dabas con que te pagase.

Para la villa de Utrera. OC IV. Pg. 367.

Mas, ¡oh Señor!, ¿y quién osará quejarse de ti porque lo tratas con rigor, pues luego le atapas la boca con que así amaste al mundo, que a tu Unigénito diste (cf. Jn 3, 16), para que a poder de trabajos, dolores y muerte que de Él cargase, el mundo evitase los del infierno y gozase del cielo?

A un caballero amigo suyo. OC IV. Pg. 550.

 

Papa Francisco. Fratelli tutti (propuesta de la revista Homilética)

115.En estos momentos donde todo parece diluirse y perder consistencia, nos hace bien apelar a la solidez que surge de sabernos responsables de la fragilidad de los demás buscando un destino común. La solidaridad se expresa concretamente en el servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás. El servicio es «en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». En esta tarea cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas».

 

Comentario Homilética

-Continuación del evangelio anterior.

-Segunda parte de la conversación de Jesús con Nicodemo (Jn 3, 1-21):

Nacer de nuevo:

Motivo central de la conversación.

Creer en Jesús para alcanzar vida eterna: fe.

-Le sigue:

Mención al ministerio del Bautista (Jn 3, 22).

Último testimonio del Bautista sobre Jesús (3, 23-36).

Temática del evangelio de hoy (3, 27.31.36).

-Partes:

La fe en Jesús (vv. 14-18):

Enviado por Dios para salvar al mundo.

Por medio de él se alcanza la vida eterna.

Origen: el amor de Dios al mundo.

Juicio que la venida de Jesús provoca (vv. 19-21):

Luz / tinieblas.

Obras según Dios / obras malas.

 

MISA DE NIÑOS. DOMINGO V TIEMPO DE CUARESMA.

Monición de entrada.

Hola:

Estamos ya casi en Semana Santa, porque cuando volvamos a misa será Domingo de Ramos.

En la primera lectura, un amigo de Jesús, que se llama Jeremías, nos dirá que Dios nos perdona y no se acuerda de nuestros pecados.

Nosotros le contestaremos pidiéndole que cambie nuestro corazón.

 Señor, ten piedad.

Tú que aprendiste a ser obediente. Señor, ten piedad.

Tú que cuando nos confesamos quitas nuestros pecados. Cristo, ten piedad.

Tú que en la cruz nos acercas a Dios. Señor, ten piedad.

Homilía:

La botella con los propósitos.

Les mostramos una espiga de trigo, una cruz y cinco frases: “Si el grano de trigo no caer en tierra y muere da mucho fruto”, “Si el grano de trigo cae en el suelo no sirve para nada”, “El que quiera seguirme que se porte mal”, “El que quiera seguirme que cargue con una mochila”, “El que quiera seguirme que cargue con su cruz”.

Les explicamos las frases, relacionándolas con el trigo y la cruz.

Peticiones.

-Por el Papa Francisco le ayudes cada día a cargar con la cruz. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que quieren conocer a Jesús, para que les ayudemos. Te lo pedimos Señor.

-Por las personas que este año han ayudado a las personas enfermas de coronavirus, para que les ayudes mucho. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas están solas, para que no se sientan solas. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros para que pensemos como ayudar a las personas que nos quieren o viven en nuestro pueblo. Señor.

 Acción de gracias.

Virgen María hoy domingo estamos en la semana en la que te llamamos Virgen de los Dolores y en las iglesias se rezan los siete dolores. Te damos gracias porque nos diste un gran ejemplo.

 

 

EXPERIENCIA.

Mira el vídeo de un amanecer en Benicàssim las veces que necesites hasta que toque tu corazón: https://www.youtube.com/watch?v=rZyG6PR-vhE.

¿Qué te sugiere la palabra amanecer?

Piensa en palabras relacionadas con amanecer. ¿Con cuál te quedas?

El amanecer viene después de la noche. En el mar a diferencia de la tierra todo esta a oscuras. Cuando no había luz eléctrica, los faros era la única luz que veían los marineros. ¿Qué palabras te sugieren oscuridad?

Aplícalo a tu vida: ¿cuándo has sentido la noche en tu corazón: la muerte de una persona querida, la ruptura de una amistad, un fracaso en los estudios, la profesión, el deporte,…?

¿Quiénes estuvieron allí para ayudarte? Piensa en ellos, fueron los rayos de un nuevo amanecer que Dios te envió?

Vuelve a mirar el vídeo: ¿Quiénes son los que encandilan y atraen a los demás?, ¿por qué son?, ¿qué son?, ¿cómo nos ayudan?, ¿qué han descubierto?, ¿qué implica vivir en la luz?,  ¿a qué nos invita el locutor?

 

REFLEXIÓN.

Mira de nuevo el vídeo, sin sonido.

Recógete y, en silencio, busca en internet un rostro de Jesús. Míralo, siente su mirada.

Imagínate a Jesús hablando con Nicodemo en mitad de la noche.

Pídele por llegar a un conocimiento de Jesús desde tu corazón, de su bondad, su compasión, su serenidad, su luz que irradia desde hace más de 2.000 años.

Lee el texto. Es preferible que lo busques en la Biblia, con pausa, silencio, solemnidad.

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21.

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

-Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Él que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

¿Quiénes son los personajes?, ¿qué sienten?, ¿qué hacen?, ¿cómo actúa Jesús?, ¿cómo debía sentirse?, ¿qué dice?, ¿cómo te sientes? Cuéntaselo.

Deja que alguna frase te toque el corazón, repítela varias veces, la que más te ha gustado, repítela el tiempo que necesites, después si lo deseas puedes pasar a otra. Se trata que las frases, las palabras de Jesús, se conviertan en rayos de luz para ti. “No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente”, escribió san Ignacio de Loyola. Es decir, no es necesario que termines hasta el final, si con lo que estás rezando sientes la presencia de Jesús, gustas de Él.

Cuéntale el vídeo, lo que te ha gustado, lo que has aprendido, háblale de quienes han sido comprensivos contigo, aquellas personas que no les gustaba lo que hacías, porque no era lo correcto, pero a pesar de ello no te volvieron la espalda, sino que siguieron a tu lado. Las que estuvieron ahí como la serpiente de bronce, cuando después de una mala acción, sintiendo la mordedura de la culpabilidad, te sanaron con su presencia, con un abrazo, con unas palabras. Háblale de ello a Jesús.

 

COMPROMISO.

El que Jesús y tú habéis acordado o mirar todos los días la cruz, incluso buscar una pequeña y llevarla siempre en el bolsillo. Puede ser la que recibiste con el rito de la Cruz al finalizar el tiempo de Experiencia. Búscala, tómala en tus manos y llévala siempre contigo. No es solo para que la cuelgues en la habitación o la guardes, sino para que la tengas siempre cerca. Ella te ayudará en los momentos de desánimo y cansancio”.

CELEBRACIÓN.

Mira la cruz. Y escucha la canción de MartínValverde “Nadie te ama como yo”, puedes verla aquí https://www.youtube.com/watch?v=Rfby6ujwKBU

 

ANEXO 1.


TEMA 2O. PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS.

 

Síntesis del tema.

Jesús murió en la cruz para salvarnos. Él dio la vida por nosotros.

Con su amor hasta el extremo, Jesús reconcilia con el Padre a todos los hombres y les abre a la Vida divina.

Tema.

El jueves por la noche, después de la Última Cena, Jesús fue a orar a un lugar tranquilo llamado el Huerto de los Olivos.

Estaba muy triste porque sabía que lo maltratarían y le darían muerte. De rodillas oraba así: “¡Abba! (Padre), Tú lo puedes todo, aparta de mí este sufrimiento. Pero no sea lo que yo quiero sino lo que Tú quieres” (Marcos 14,36).

Mientras estaban allí, unos hombres con espadas y palos detuvieron a Jesús. Fue interrogado y juzgado injustamente. Los soldados romanos golpearon a Jesús con látigos, le pusieron una corona de espinas, le pegaron bofetadas y le escupieron en la cara. Luego Poncio Pilato, gobernador romano, mostró a Jesús al pueblo para que se compadeciera de Él, pero ellos gritaban: ¡Crucifícalo! Y se lo entregó para que lo crucificaran.

El viernes por la mañana lo llevaron a un monte llamado Calvario. Clavaron a Jesús en una cruz entre dos ladrones. Todos se burlaban. Él decía: “Padre, perdónalos porque no saben o que hacen” (Lucas 23,34). Al pie de la cruz estaban María, su Madre, y Juan, el discípulo amado.

Llegado el mediodía, el cielo se oscureció. Jesús dio un fuerte grito y exclamó: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23, 46). E inclinando la cabeza, Jesús murió. Al ver esto un centurión romano dijo: “Verdaderamente Este era Hijo de Dios” (Mateo 27,54).

Ahora se cumple lo que Jesús había anunciado:

El Hijo del hombre va a ser entregado y lo matarán

(Marcos 9,31)

Oración.

Jesús, ¿Cómo has podido acabar en la Cruz?

Tú ha amado a todos, has curado a los enfermos,

has perdonado a los pecador se... En la entrega de tu vida

en la Cruz, vemos el amor de Dios por todos los hombres.

Te damos gracias porque tu Sacrificio

nos muestra cuánto nos amas. Y nosotros,

¿qué podemos hacer por Ti?

Frase de síntesis final.


Jesucristo, por nuestra causa, fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado.


 Preguntas:
-¿Para qué murió Jesús?

-¿Qué le ocurrió en el Huerto de los Olivos?

-¿Cómo fue el interrogatorio que sufrió?

-¿Qué dijo Jesús desde la cruz?

 

ANEXO 2.


EN CLAVE JUNIORS:

-Rasgos de Identidad. Pg. 50. El rito de la entrega de la Cruz.

-Rasgos de Identidad. Pg.70. El rito de la entrega de la Cruz en Experiencia y su relación con la Ley Juniors y el Principio de Vida Juniors “Defender la justicia y luchar por un mundo nuevo”.

-Manual de Ritos Juniors. Rito de la Entrega de la Cruz: pgs. 5, 14-16.

-Manual de Formador de Educadores. Pg. 132. Sesión final. En la celebración los educadores han de formar una cruz con las velas que han tomado en las manos.

-Manual de Espiritualidad Juniors. Pg. 41. Rito de la entrega de la cruz.

-Manual de Espiritualidad Juniors. Pg. 93. La cruz y el 4º Principio de Vida Juniors.

-Proyecto Educativo Juniors M.D.:

Libro 5º. Experiencia II. La tienda del cielo. Pg. 93. Actividad de Cuaresma.

Libro 5º. Experiencia II. Jesús nos enseña a orar. Pg. 99. Actividad de preparación del rito de la Cruz.

Libro 7º. Estilo de Vida II. Pg. 92. El estilo de vida de Jesús. “Si llevas una cruz, no la escondas. Lleva siempre la verdad de lo que eres por delante” (Diez Mandamientos para la “buena” diversión): Diez mandamientos para la “buena” diversión: 1º. Controla en todo momento tus cinco sentidos. 2º. No mortifiques tu cuerpo con excesos cargantes. 3º. Te lo pasarás bomba y el domingo Dios no te echará de menos. 4º. Harás que los que están cerca se lo pasen bien. 5º. Respetarás a los que no están tan cerca para que puedan ejercer sus derechos [por ejemplo dormir]. 6º. El sexo propio y ajeno no es un juego, aunque esté a mano y conozcas las reglas de los que lo han convertido en un juego. 7º. Gasta lo justo. Ni siquiera hay que fundir la paga. 8º. Si llevas una cruz, no la escondas. Lleva siempre la verdad de lo que eres por delante. 9º. No desees nada de lo que sabes que no necesitas. Nada. No lo necesitas. 10. Si después de “divertirte.

Libro 9º. Estilo de Vida IV. El camino de la Cuaresma. Pg. 79.

Libro 9º. Estilo de Vida IV. Cuaresma. Pg. 89.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

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[1] Dio su vida por sus ovejas; lo entregó por todos nosotros. Traducción editor.

[2] No envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Ib.

 

[3] El camino de los impios es tenebroso.

[4] Hollar: 3. Abatir, humillar, despreciar. www.rae.es

[5] Arreo: 1. Atavío, adorno. Ib.

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