martes, 11 de mayo de 2021

Ascensión del Señor. 16 de mayo de 2021.

 




Primera lectura.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino “aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo, dentro de no muchos días.

Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:

-Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?

Les dijo:

-No os toca a vosotros conocer los tiempos o mementos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de la tierra”.

Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

-Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando el cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo volverá como lo habéis visto marcharse al cielo.

 

Textos paralelos.

El primer libro lo dediqué, Teófilo, a todo lo que Jesús hizo.

Lc 1, 1-4: Puesto que muchos emprendieron la tarea de contar los sucesos que nos han acontecido, tal como nos lo transmitieron los primeros testigos presenciales, puestos al servicio de la palabra, también yo he pensado, ilustre Teófilo, escribirte todo por orden y exactamente, comenzando desde el principio; así comprenderás con certeza las enseñanzas que has recibido.

Hch 1, 22: Desde el bautismo de Juan hasta que nos fue arrebatado, uno tiene que ser con nosotros testigo de su resurrección.

Después de haber dado instrucciones.

Mt 28, 19-20: Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizadlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enseñadlos a cumplir cuanto os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Lc 24, 49: Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza.

Alos apóstoles que él había elegido.

Lc 24, 51:Y mientras los bendecía se separó de ellos y era llevado al cielo.

1 Tm 3, 16: Grande es, sin duda, el misterio de nuestra religión: Se manifestó corporalmente, lo garantizó el Espíritu, se apareció a los ángeles, fue proclamado a los paganos, fue creído en el mundo y exaltado en la gloria.

Después de su pasión, se presentó dándoles pruebas de que vivía.

Hch 10, 40-41: Pero Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se apareciese, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él después de resucitar de la muerte.

Hch 13, 31: Y se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén. Ellos son hoy sus testigos ante el pueblo.

Dejándose ver durante cuarenta días.

Mt 28, 10: Jesús les dijo: No temáis; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea, donde me verán.

Lc 24, 42-43: Le ofrecieron un trozo de pescado asado. Lo tomó y lo comió en su presencia.

No vayáis a Jerusalén.

Lc 24, 49: Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza.

Hch 2, 33: Exaltado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado. Es lo que estáis viendo y oyendo.

Aguardad la promesa del Padre.

Ga 3, 14: Así la bendición de Abrahán, por medio de Cristo Jesús se extiende a los paganos, para que podamos recibir por la fe el Espíritu prometido.

Ef 1, 13: Por él, también vosotros, al escuchar el mensaje de la verdad, la buena noticia de vuestra salvación, creísteis en él y fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido.

Seréis bautizados con Espíritu Santo.

Hch 11, 16: Queridos hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo profetizó por medio de David acerca de Judas, el que guio a los  que arrestaron a Jesús.

Lc 3, 16: Juan se dirigió a todos: Yo os bautizo con agua; pero está para llegar el que tiene más autoridad que yo, y yo no tengo derecho a desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

No os toca a vosotros conocer el tiempo.

Dn 2, 21: Él cambia tiempos y estaciones, destrona y entroniza a los reyes. Él da sabiduría a los sabios y ciencia a los expertos.

Mt 24, 36: En cuanto al día y a la hora, no los conoce nadie, ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solo los conoce el Padre.

1 Ts 5, 1-2: Acerca de fechas y momentos no hace falta que os escriba; pues vosotros sabéis exactamente que el día del Señor llegará como ladrón nocturno.

Cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros.

Is 32, 15: Hasta que se derrame sobre nosotros un aliento de lo alto; entonces el desierto será un vergel, el vergel contará como un bosque.

Recibiréis una fuerza que os hará ser mis testigos.

Lc 24, 47-48: Que en su nombre se predicará penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de ello.

Hasta los confines de la tierra.

Mt 28, 19: Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos, consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Fue levantado en presencia de ellos.

2 R 2, 11: Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el torbellino.

Una nube lo ocultó a sus ojos.

Lc 24, 50-51: Después los sacó hacia Betania y, alzando las manos, los bendijo. Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y era llevado al cielo.

Mc 16, 19: El Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Jn 20, 17: Le dice Jesús: Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.

Mientras ellos estaban mirando fijamente al cielo.

Rm 10, 6: En cambio, la justicia que procede de la fe suena así: No digas por dentro: ¿quién subirá al cielo (a saber, para hacer bajar al Mesías)?

Ef 4, 8-10: Por eso se dice: Subiendo a lo alto llevaba cautivos y repartió dones a los hombres. (Lo de subió ¿qué significa sino que bajó a lo profundo de la tierra?). El que bajó es el que subió por encima de los cielos para llenar el universo.

Se presentaron de pronto dos hombres.

1 P 3, 22: Que subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios, y se le han sometido ángeles, potestades y dominaciones.

Lc 24, 4: Estaban desconcertadas por el hecho, cuando se les presentaron dos personajes con vestidos refulgentes.

Volverá como lo habéis visto marchar.

Hch 3, 20: Y así recibáis del Señor tiempos favorables y os envíe a Jesús, el Mesías predestinado.

Za 14, 4: Aquel día asentará los pies sobre el Monte de los Olivos, a oriente de Jerusalén, y lo dividirá por el medio con una vega dilatada de levante a poniente: la mitad del monte se apartará al norte, la otra mitad hacia el sur.

 

Notas exegéticas.

1 1 El evangelio de Lucas.

1 2 (a) Se subraya la acción del Espíritu en los comienzos de la misión de los apóstoles como en los comienzos del ministerio de Jesús.

1 2 (b) El texto occidental no menciona aquí la Ascensión.

1 3 (a) Este texto parece no avenirse al evangelio de Lucas. Aquí hay una separación de cuarenta días entre la resurrección y la ascensión. Este espacio de tiempo puede entenderse como una duración tipo de la iniciación a la enseñanza del Resucitado o como el tiempo límite para sentar las bases de la autoridad de los primeros testigos.

1 3 (b) El Reino de Dios será el gran tema de la predicación de los apóstoles, como lo había sido de la predicación de Jesús.

1 4 Para Lucas Jerusalén es el centro predestinado de la obra de la salvación, el punto terminal de la misión terrestre de Jesús y el punto inicial de la misión universal de los apóstoles.

1 5 El bautismo en el Espíritu anunciado ya por Juan el Bautista y prometido aquí por Jesús, se inaugurará con la efusión de Pentecostés. Los apóstoles seguirán administrando el bautismo de agua como rito de iniciación al Reino mesiánico, pero lo conferirán “en el nombre de Jesús”; y por la fe en la obra realizada por Cristo, dispondrá en lo sucesivo del poder eficaz de perdonar los pecados y de dar el Espíritu Santo. Se ve aparecer por otra parte, y en conexión con este Bautismo cristiano de agua, otro rito, el de la imposición de manos, que se ordena a una comunicación visible y carismática del Espíritu, análoga a la de Pentecostés; rito que está en el origen del sacramento de la Confirmación. Al lado de estos sacramentos cristianos, siguió practicándose por algún tiempo y por algunos fieles, imperfectamente instruidos, el bautismo de Juan.

1 6 (a) Hch 1 6 reanuda el hilo del relato interrumpido en Lc 24, 49.

1 6 (b) El establecimiento del Reino mesiánico se les representa aún a los apóstoles como una restauración temporal de la realeza davídica.

1 7 Insertando su plan de salvación en la historia humana, Dios ha dispuesto desde toda la eternidad “su tiempo y su momento”: primero, el tiempo de la preparación y de la paciencia; luego, en la “plenitud de los tiempos” el momento escogido para la venida de Cristo, que inaugura la era de la salvación; después el tiempo que transcurre hasta la Parusía; finalmente precedido por los “últimos días”, el “Día” escatológico, y el Juicio Final.

1 8 (a) El Espíritu, tema especialmente predilecto de San Lucas, ante todo aparece como un poder enviado de junto a Dios por Cristo para la difusión de la Buena Nueva. El Espíritu otorga los carismas, que garantizan la predicación: don de lenguas, de milagros, de profecía, de sabiduría, comunica fuerza para anunciar a Jesucristo, a pesar de las persecuciones y para dar testimonio de él, ver nota siguiente, finalmente interviene en las decisiones de capital importancia: admisión de los gentiles en la Iglesia, supresión para ellos de observancias legales, misión de Pablo a través del mundo gentil (texto Occidental). Pero los Hechos conocen también el don del Espíritu recibido en el bautismo y que concede el perdón de los pecados.

1 8 (b) La misión esencial de los apóstoles es dar testimonio de la resurrección de Jesús y también de toda su vida pública.

1 8 (c) La misión de los apóstoles se extiende al universo. Las etapas aquí señaladas dibujan, a grandes rasgos, el esquema geográfico de los Hechos: Jerusalén, que era el punto de llegada del Evangelio, es ahora el punto de partida.

1 9 La nube forma parte del marco de las teofanías[1] del Antiguo Testamento. Es característica de la Parusía[2] del Hijo del hombre.

1 11 El glorioso advenimiento de la Parusía.

 

Comentario.

-Prólogo (v. 1-3):

Dirigido a Teófilo, ¿un mecenas interesado por el cristianismo?

Finalidad:

Los lectores reconozcan la continuidad con el relato del evangelio.

Interés teológico:

Lo que viene a continuación no puede ser separado de la vida de Jesús.

-Comida del Resucitado (v.4-8):

Se repite la promesa de la venida del Espíritu:

Anunciada en Lc 24, 49.

Judaísmo:

Venida del Espíritu: tiempos escatológicos.

Recorrido geográfico de la misión:

Libro de los Hechos.

La iglesia hereda el encargo de Isaías a Israel:

Is 49, 6: “Que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”.

Sin restaurar el pasado, sino abriéndose a un futuro inédito.

-Ascensión (v. 9-11):

Acontecimiento bisagra entre Lucas y Hechos.

Lucas lo cuenta dos veces:

Lc 24, 50-53:

Jesús se separa de los suyos.

Estos regresan a Jerusalén alabando a Dios.

Concluye la vida de Jesús.

Hechos 1, 1-11:

Jesús “sube al cielo” confiando a los apóstoles una misión:

Ser testigos hasta el confín de la tierra.

Se inicia la aventura de la Iglesia en el mundo.

Jesús se eclipsa para dar lugar a los testigos del Evangelio.

Salmo responsorial

Salmo 47 (46), 1-2.6-9

 

Dios asciende entre aclamaciones;

el Señor, al son de trompetas. R/.

Pueblos todos, batid palmas,

aclamad a Dios con gritos de júbilo;

porque el Señor altísimo es terrible,

emperador de toda la tierra.  R/.

 

Dios asciende entre aclamaciones;

el Señor al son de trompetas:

tocad para Dios, tocad;

tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

 

Porque Dios es el rey del mundo:

tocad con maestría.

Dios reina sobre las naciones,

Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

 

Textos paralelos.

Sube Dios entre aclamaciones.

So 3, 14-15: ¡Grita, ciudad de Sión; lanza vítores, Israel; festéjalo exultante, Jerusalén, capital! Que el Señor ha expulsado a los tiranos, ha echado a tus enemigos; el Señor dentro de ti es el rey de Israel y ya no temerás nada malo.

Nm 23, 21: No descubre maldad en Jacob ni encuentra crimen en Israel; el Señor, su Dios, está con él y él lo aclama como a rey.

Sal 24, 7-10: ¡Portones, alzad los dinteles! que se alcen las antiguas compuertas: que va a entrar el Rey de la Gloria. - ¿Quién es ese Rey de la Gloria? – El Señor, héroe valeroso, el Señor, héroe de la guerra. – ¡Portones, alzad los dinteles! alzad las antiguas compuertas: que va a entrar el Rey de la Gloria. – ¿Quién es el Rey de la Gloria? – El Señor de los Ejércitos, él es el Rey de la Gloria.

Sal 68, 19: Subiste a la cumbre llevando cautivos, recibiste como tributo hombres, incluso rebeldes; y te instalaste, Señor Dios.

Sal 89, 16: Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, Señor, a la luz de tu rostro.

Sal 98, 6: Con clarines y al son de trompetas vitoread ante el Señor y Rey.

Reina Dios sobre todas las naciones.

Jr 10, 7: Tú lo mereces, Rey de las naciones; entre todos sus sabios y reyes, ¿quién hay como tú?

Sal 72, 11: Así son los malvados: siempre seguros acumulan riquezas.

 

Notas exegéticas.

47 Himno escatológico, el primero de los “salmos del Reino”; desarrolla la aclamación “Yahvé es Rey”. El Rey de Israel sube al templo con un cortejo triunfal, en medio de aclamaciones rituales. Su gobierno se extiende a todos los pueblos, que vendrán a sumarse al pueblo elegido.

47 7 “nuestro Dios”, griego, “Dios” hebreo.

 

Tres lecturas.

Con Israel:  Uno de los días de la "fiesta de los Tabernáculos", Jerusalén festejaba a "su rey" Dios. Se partía de la parte baja, de la fuente de Sión en el fondo del valle del Cedrón, luego la procesión subía, "se elevaba" hasta la colina de Sión dominada por el Templo. En una especie de "mimo" simbólico, se hacía el simulacro de entronizar a Dios en su realeza, "en su trono sagrado". Dios, estaba allí, en medio de su pueblo regocijado que lo aclamaba: esta dinámica realizaba lo que ella significaba, la ceremonia no daba la realeza a Dios porque Yahveh es Dios desde siempre... Pero sí actualizaba esta realeza, ya que, por la celebración misma, Dios reinaba, de hecho, sobre este pueblo.

Con Jesús: ¡Era un anuncio profético! Lo que jamás se había realizado humanamente, llegó a ser realidad misteriosa con Jesucristo. El Verbo "Dios se eleva", Dios sube, presente en el corazón de este salmo esperaba su plena realización. La Iglesia desde el comienzo, tomó este verbo "subir" para aplicarlo a la Ascensión de Jesús resucitado en la gloria del Padre. Más allá de la palabra, es "la realeza universal de Dios" que quería celebrar este salmo, y que también canta la fiesta de la Ascensión.

Con nuestro tiempo:  Dios, el gran rey... el Altísimo... El adorable... Un día, un día escatológico seremos deslumbrados por esta grandeza divina. Ahora, Dios es extrañamente discreto e invisible. Pero nada impide que anticipemos este día... Desde hoy.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23

Hermanos:

El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y “todo lo puso bajo sus pies·, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.

 

Textos paralelos.

 Al Padre de la gloria.

Ef 3, 14: Por eso doblo las rodillas ante el Padre.

Ef 3, 16: Para que os conceda por la riqueza de su gloria: fortaleceros internamente con el Espíritu.

Para conocerle perfectamente.

1 Jn 5, 20: Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Estamos con el Verdadero y con su hijo Jesucristo. Él es el Dios verdadero y vida eterna.

Ilumine los ojos de vuestro corazón.

2 Co 4, 6: El mismo Dios que mandó a la luz brillar en la tiniebla, iluminó vuestras mentes para que brille en el rostro de Cristo la manifestación de la gloria de Dios.

 

Notas exegéticas.

1 17 Este “espíritu” designa lo que hoy entendemos por “gracia” (actual).

1 18 Las acepciones morales y espirituales de “corazón” en el AT siguen vigentes en el NT. Dios conoce el corazón. El hombre ha de amar a Dios de todo corazón. Dios ha depositado en el corazón del hombre el don de su Espíritu. También Cristo habita en el corazón. Los corazones sencillos, rectos, puros, están abiertos sin limitaciones a la presencia y acción de Dios. Y los creyentes tienen un solo corazón y una sola alma.

1 21 Nombres de las potencias cósmicas frecuentes en la literatura judía apócrifa. Sin someter a crítica la existencia de esos seres celestes, Pablo se limita a encuadrarlos bajo el dominio de Cristo. Al asociarlas con los ángeles de la tradición bíblica y con el don de la Ley, las integra en la historia de la salvación, con una calificación moral cada vez más peyorativa, que concluye convirtiéndolas en potencias demoniacas.

1 23 A la Iglesia, cuerpo de Cristo, se le puede llamar plenitud, ver también en el sentido de que abarca todo el mundo nuevo, que participa, en cuanto marco de la humanidad de la regeneración universal bajo la autoridad de Cristo, Señor y Cabeza. La expresión adverbial “todo en todo” intenta sugerir una amplitud ilimitada.

 

Comentario.

-Oración:

Contenido teológico denso.

Deseo de bendición para los destinatarios:

“Os dé” y “os ilumine Dios”, el Padre de nuestro Señor Jesucrito.

Se derrama sobre los creyentes:

Llamados a conocer a Dios y sus designios.

-Resurrección:

Acción de Dios y de su poder / milagro.

Cristo: por encima, más allá, vencedor de los poderes cósmicos.

-Creyente:

No es esclavo de ningún dios menor.

No está sometido al servicio de potestades impersonales, el azar, la necesidad o el destino cruel.

-Iglesia:

Ha recibido cuanto Dios ha sometido a los pies de Cristo.

Participa, se alegra y hace presente la salvación de Cristo.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

 En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:

-Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en mis manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos.

Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

 

Textos paralelos.

 Mt 28, 18-20: Jesús se acercó y les habló: Me han concedido plena autoridad en el cielo. Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enseñadlos a cumplir cuanto os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Proclamad la Buena Nueva a toda la creación.

Col 1, 23: Con tal de que permanezcáis cimentados y asentados en la fe, sin desplazaros de la esperanza que conocisteis por la buena noticia, proclamada en toda la creación bajo el cielo. Yo, Pablo, soy su ministro.

Estos son los signos que acompañarán.

Hch 1, 8: Pero recibiréis fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.

Mt 10, 1: Y llamando a sus doce discípulos, les confirió poder sobre espíritus inmundos, para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.

Echarán demonios.

Lc 10, 19: Mirad, os he dado poder para pisotear serpientes y escorpiones y sobre toda la fuerza del enemigo, y nada os hará daño.

Hch 28, 3-6: Mientras Pablo recogía un haz de leña y la arrimaba al fuego, una víbora, ahuyentada por el calor, se agarró a la mano de Pablo. Cuando los nativos vieron el animal colgando de su mano, comentaban: Mal asesino tiene que ser este hombre, que se hay salvado del mar y la justicia divina no le deja vivir. Pero él sacudió el animal en el fuego y no sufrió daño alguno. Ellos esperaban que se hinchase o cayese muerto de repente. Tras mucho esperar y, viendo que no le sucedía nada de particular, cambiaron de opinión y decían que era un dios.

Impondrán las manos sobre los enfermos.

1 Tm 4, 14: No descuides tu carisma personal, que te fue concedido por indicación profética al imponerte las manos los ancianos.

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo.

Lc 24, 50-53: Después los sacó hacia Betania y, alzando las manos, los bendijo. Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y era llevado al cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén muy contentos. Y pasaban el tiempo en el templo bendiciendo a Dios.

Hch 1, 3:Se les había presentado vivo, después de padecer, durante cuarenta días, con muchas pruebas, mostrándose y hablando del reinado de Dios.

Hch 2, 33: Exaltado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado. Es lo que estáis viendo y oyendo.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

15-16 En pocas palabras aparecen: a) la necesidad de la iglesia y de su misión evangelizadora. b) La catolicidad cualitativa de la Iglesia, el “derecho” y el “deber” de ir a todos los pueblos de la tierra. // TODA LA CRACIÓN: o todo el mundo, el universo; si se entiende como sinónimo de “todas las criaturas”, es posible traducir todos los hombres (toda la humanidad), pues el plural arameo “criaturas” se usa con el significa de “hombres”. // EL QUE CREA…: para la salvación son necesarios: a) La fe (respuesta de adhesión íntegra al Evangelio proclamado). b) El bautismo, puerta de la Iglesia.

17 EN MI NOMBRE: valiéndose de mi nombre, utilizando (invocando) mi nombre.

29 LA PREDICACIÓN (lit. la palabra): la proclamación del Evangelio. // SIGNOS PRODIGIOSOS… ACOMPAÑABAN esa predicación.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

16, 15 En este envío, Cristo manda a sus discípulos predicar a todas las naciones y ofrecerles los sacramentos de su salvación, refiriéndose específicamente al bautismo. Otros actos milagrosos de los discípulos proporcionarían más indicios de que el poder de Cristo estaba actuando a través de ellos. Cat. 75, 748, 1507. El mandato de Cristo a sus apóstoles era universal, es decir, llevar el mensaje del Evangelio al mundo entero. Al dar esta instrucción, les prometió la asistencia del Espíritu Santo, que les daría la fuerza y guía para cumplir esta misión. El mandato dado a los apóstoles sigue siendo la tarea principal de la Iglesia, la cual es guiada por los obispos – los sucesores de los apóstoles – junto con sus sacerdotes y diáconos, como colaboradores en el ministerio. Los laicos están llamados a participar en esta misión apostólica hablando y viviendo en fidelidad a Cristo y a su Iglesia dentro de su estado de vida. Cat. 888-889, 897-900, 977.

16, 16 Al asignar su misión a los apóstoles, Cristo vinculó el perdón de los pecados con el bautismo y la fe. La fe es esencial para la salvación, y el Bautismo es el sacramento de la fe. Siguiendo las palabras de Cristo, la Iglesia ha enseñado siempre que el bautismo es necesario para la salvación “en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad el sacramento” (CEC 1257). Solo dentro de la Iglesia, sacramento de salvación fundado por Cristo, los fieles pueden encontrar a Cristo en la forma más plena posible ofrecido por los sacramentos. Cat. 161, 183, 1223, 1253-1257.

16, 17s. Los signos realizados por Cristo y sus discípulos proporcionan pruebas del reino de Dios y de la fuerza curadora de Cristo, que trabaja por medio de sus ministros. Los discípulos fueron capaces de realizar tales trabajos porque actuaban en su nombre. Cat. 670, 434, 1673, 699. “Los milagros de Cristo y de los santos, las profecías, el crecimiento y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y estabilidad “son signos certísimos de la Revelación divina, adaptados a la inteligencia de todos”, motivos de credibilidad que muestran que “el asentamiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu” (Concilio Vaticano I. Dei Filius 3: DS 300-3010; cf. Mc 16, 20; Hb 2, 4) sino que más bien es bastante razonable. Cat. 434, 670, 699, 1507 y 1673.

16, 20 Después de que Cristo ascendiese al cielo, los discípulos continuaron la misión para la que habían sido enviados. Cat. 2, 156, 659 y 670.

 

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

Comentarios de los Santos Padres.

Los apóstoles salieron por el mundo y anunciaron a las naciones la misma doctrina y la misma fe. En cada ciudad establecieron iglesias, de las que desde ese momento las restantes iglesias tomaron el esqueje de la fe, la semilla de la doctrina y la toman todos los días para poder ser ellas mismas iglesias. Por ello, estas han de ser consideradas como apostólicas, puesto que son retoños de las Iglesias apostólicas.

Tertuliano. Prescripción contra los herejes, 20, 4-9. 2, pg. 316.

A los apóstoles se les dijo: “Me serviréis de testigos en Jerusalén y en toda la Judea y Samaría y hasta el fin de la tierra” (Hch 1, 8), pero no como si solos los presentes hubiesen de cumplir esa misión tan grande. También parece que a ellos solos se les dijo: “He aquí que estoy con vosotros hasta el fin del mundo”. Pero, ¿quién no entenderá que la promesa mira a toda la Iglesia, que ha de durar hasta la consumación del mundo, mientras unos mueren y otros nacen?

Agustín. Carta a Hesiquio, 199, 12, 49. 2, pg. 316.

La fe católica es dada a conocer a los fieles por medio del Símbolo, para que se aprenda de memoria en la medida en que puede ser resumida en pocas palabras. De este modo, los que comienzan y son todavía como niños de peco, tras haber renacido en Cristo, y no han sido aún fortalecidos por el conocimiento y la explicación muy detallada y espiritual de las Santas Escrituras, pueden resumir su fe en pocas palabras.

Agustín. La fe y el Símbolo de los Apóstoles, 1, 1. 2, pg. 316.

Estos carismas o regalos se han concedido primero a nosotros, los Apóstoles, puesto que habríamos de predicar el Evangelio a todas las gentes, y después se han concedido por necesidad a quienes han creído por nuestro ministerio, y esto no para utilidad de los que hagan tales cosas, sino para utilidad de los infieles, para que a quienes no persuadan las palabras, les doblegue el poder de tales prodigios y les llene de vergüenza.

Anónimo. Constituciones Apostólicas, 8, 1. 2, pg. 317.

Muere, pero vivifica y destruye la muerte con la muerte. Es sepultado, pero resucita. Desciende a los infiernos, pero asciende a las almas y sube a los cielos y vendrá “a juzgar a los vivos y a los muertos”, y a examinar discursos como los tuyos.

Gregorio Nacianceno, Discurso teológico, 29, 20. 2, pg. 319.

Lo que fue visible a nuestro Redentor ha pasado a los sacramentos. Y, para que la fe fuese más excelente y firme, la visión ha sido sustituida por una enseñanza, cuya autoridad, iluminada con resplandores celestiales, ha aceptado los corazones de los fieles.

León Magno, Sermón, 74, 1-2. 2, pg. 320.

 

San Agustín.

Ved cuán grande fue la condescendencia de nuestro Señor. Quien nos hizo descendió hasta nosotros, puesto que habíamos caído de él. Mas, para venir a nosotros, él no cayó, sino que descendió. Por tanto, si descendió hasta nosotros, nos elevó. Nuestra Cabeza nos ha elevado ya en su cuerpo, adonde está él le siguen también sus miembros. Él es la Cabeza, nosotros los miembros. Él está en el cielo, nosotros en la tierra. ¿Tan lejos está de nosotros? De ningún modo. Si te fijas en el espacio está lejos; si te fijas en el amor está con nosotros.

(…) Él nos dará lo prometido; tenemos esa certeza porque nos dejó una garantía. Escribió el evangelio; nos dará lo prometido. Más es lo que nos ha dado. ¿Acaso vamos a pensar que no nos dará la vida futura quien ya nos dio su muerte?... Caminemos confiados hacia esa esperanza porque es veraz quien hay hecho la promesa; pero vivamos de tal manera que podamos decirle con la frente bien alta: “Cumplamos lo que nos mandaste, danos lo que nos prometiste”.

Sermón 395. I, pg. 610.

 

S. Juan de Ávila

Tiene este mal la soberbia, que despoja el ánima de la verdadera gracia de Dios y, si algunos bienes le deja, son falsificados para que no agraden a Dios y sean ocasión al que los tiene de mayor caída. Leemos de nuestro Redemptor que, cuando apareció a sus discípulos el día de su ascensión, primero les reprendió la incredulidad y dureza de corazón (Mc 16, 14-15), y después los mandó ir a predicar, dándoles poder para hacer muchos y grandes milagros, dando a entender que a quién Él levanta a grandes cosas, primero le abate en sí mesmo, dándole conocimiento de sus proprias flaquezas para que, aunque vuelen sobre los cielos, queden asidos a su propia bajeza, sin poder atribuir a sí mismos otra cosa sino su indignidad.

Audi, filia (I), 24. OC I, pg. 487.

Y si, por decir, la Escritura que somos justificados por la fe, se hobiesen de echar fuera los sacramentos, también se podría echar fuera la fe, pues dice que se da la salud y limpieza por el santo baptismo. Mas el Señor entrambas cosas junta diciendo: Quien creyere y fuere baptizado, aquí será salvo (Mc 16, 16).

Audi, filia (II), 44, 7. OC I, pg. 631.

-¿Quién sabe cómo verná este día? – Solo Dios. - ¿No hay alguna señal? - ¿Para qué queréis señal? San Hierónimo y San Gregorio dicen que en sus tiempos había muchas señales. En este nuestro tiempo grande paso se ha dado para este día. Será predicado este evangelio en la redondez de la tierra (Mt 24, 14). Esta codicia del dinero de las Indias, ¿pensáis que es en balde? No lo ha Dios por dinero; por estotro anda Dios: Predicades el Evangelio (cf. Mc 16, 15), que cumpliendo se anda ya.

Domingo I de Adviento, 13. OC III, pg. 26-27.

Aquella Iglesia que cree y tiene la Escritura divina, y que tiene y confiesa haber sacramentos por los cuales se da la gracia, aquella tiene señales de la verdadera Iglesia. Porque la que dice que no hay Escritura o que la gracia se da por la fe sola, y no los sacramentos, no es agua en cántaro ni tiene la señal que dio Cristo, y la que dijo cuando dijo: Quien bien creyere y fuere baptizado, será salvo (Mc 16, 16). No creer solo, no baptismo solo; fe y sacramentos bien recibidos y obras es menestar para ser salvos.

Jueves Santo, 12. OC III, pg. 411.

Experimentarías como tienes fuerza para sufrir aires y vientos de persecuciones, sol de tentaciones carnales, heladas de las que causan los demonios; y beberías ponzoña y no morirías con ella (cf. Mc 16, 18), porque aquel fuerte amor de Jesucristo nuestro Señor a los que con porfía le buscan, de tal manera enseña al ánima, que puede decir con San Pablo: Yo sé abundar y sé padecer pobreza; ser humillado y ser ensalzado en todas cosas y en todo lugar me sé haber bien, y este amor que así enseña, hace al ánima tan robusta, que puede decir: todas las cosas puedo en Aquel que me conforta (cf. Flp 4, 12-13). ¿Qué se puede comparar con el alegría y riquezas de aquesta salud? ¿Qué trabajo puede ser grande, saliendo tan precioso fruto de él?

Santísimo Sacramento, 54. OC III, pg. 705.

 

Comentario Homilética

-Versículos finales del evangelio de Marcos:

No pertenecen al evangelio original que termina en Mc 16, 8.

Canónicos desde siempre.

Parte del final largo de Marcos.

Insistencia:

Proclamación del Evangelio.

Signos que la acompañan.

-Forma parte de la perícopa 16, 9-20.

-Estructura ternaria:

vv. 15-18: envío en la fe y signos que acompañan a la fe.

v. 19: partida de Jesús al cielo.

v. 20: reacción discipular: obediencia y fidelidad gracias a una nueva presencia de Jesús:

-Triple inclusión:

Proclamar (vv. 15 y 20) – todos los sitios (vv. 15 y 20) – signos (vv. 17 y 20).

 

MISA DE NIÑOS. ASCENSIÓN DEL SEÑOR.

Monición de entrada.

Buenos días.

Hoy es la fiesta de Pentecostés, que quiere decir, los cincuenta días después del domingo de Pascua.

Hoy Jesús envió el Espíritu Santo.

Él fue quien estuvo con los profetas y con los apóstoles.

Y Él es el que nos habla al corazón para que escuchemos a Jesús.

 Señor, ten piedad.

Que tu Espíritu Santo nos cambie. Señor, ten piedad.

Que tu Espíritu Santo nos limpie. Cristo, ten piedad.

Que tu Espíritu Santo nos haga nuevos. Señor, ten piedad.

Peticiones.

-Por el Papa Francisco para que el Espíritu Santo le ayude. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que esté atenta a lo que pasa en la tierra. Te lo pedimos Señor.

-Por todos los países, para que el Espíritu Santo abra su corazón al mensaje de Jesús. Te lo pedimos, Señor.

-Por nuestro mundo, para que no perdamos la ilusión de que puede ser mejor. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros para que ayudados por el Espíritu Santo demos ejemplo de que somos amigos de Jesús. Te lo pedimos Señor.

 Acción de gracias.

Virgen María, cuando el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles tú estabas con ellos. Queremos darte gracias porque también este domingo estás con Jesús y nosotros.

 

EXPERIENCIA.

Mira el vídeo   https://www.youtube.com/watch?v=npxZruoXawk

¿Qué imágenes recuerdas?

Piensa en ellas. Puedes volver a visualizar el vídeo.

 

REFLEXIÓN.

Lee el evangelio de este domingo.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

 En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:

-Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en mis manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos.

Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

 

 Lee pausadamente el texto.

Ahora vuelve al vídeo, escucha la música mientras lees el texto.

Abre los ojos, mira el vídeo pensando en las palabras de Jesús: “Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación”.

¿Qué te pide en estos momentos Jesús?

¿Qué le dices a Jesús? ¿Estás dispuesto o dispuesta a llevar el evangelio?

 

COMPROMISO.

Tradúcelo en una acción concreta. El camino que Jesús te marca es el anuncio del evangelio con tu forma de vivir cristiana.

 

CELEBRACIÓN.

Escucha la canción Llamados de los Juniors Patriarca de San José de Valencia.  https://fb.watch/5q9QUjm8Rn/

 

 BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va

Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

http://www.quierover.org

https://www.juniorsmd.org

http://www.vatican.va/content/vatican/es.html



[1] Teofanía: 1. Manifestación de la divinidad de Dios. www.rae.es

[2] Parusía: 1. Advenimiento glorioso de Jesucristo al fin de los tiempos. Ib.

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