martes, 18 de mayo de 2021

Domingo de Pentecostés. 23 de mayo de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividía, postrándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:

-¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua.

 

Textos paralelos.

 Al llegar el día de Pentecostés.

Ex 23, 14: Tres veces al año vendréis en romería.

De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento.

Hch 4, 31: Al terminar la súplica, tembló el lugar donde estaban congregados, se llenaron de Espíritu Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza.

Jn 3, 8: El viento sopla hacia donde quiere: oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así sucede con el que ha nacido del Espíritu.

Sal 104, 30: Envías tu aliento y los recreas y renuevas la faz de la tierra.

Sal 33, 6: Por la palabra del Señor se hizo el cielo, por el aliento de su boca sus ejércitos.

Jn 20, 22: Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

Entonces quedaron todos llenos de Espíritu Santo.

Hch 1, 5: Que Juan bautizó con agua, vosotros seréis bautizados dentro de poco con Espíritu Santo.

Lc 1, 15: Será grande a juicio del Señor; no beberá vino ni licor. Estará lleno de Espíritu Santo desde el vientre materno.

Hablar diversas lenguas.

Hch 1, 8: Pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.

Residían en Jerusalén hombres piadosos.

Mt 28, 19: Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Col 1, 23: que por medio de él todo fuera reconciliado consigo, haciendo las paces por la sangre de su cruz entre las criaturas de la tierra y las del cielo.

Cada uno les oía hablar en su propia lengua.

Gn 11, 7-9: Vamos a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo. El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y dejaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.

Les oigamos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

1 Co 14, 23: Supongamos que se reúne la iglesia entera y todos os ponéis a hablar en lenguas arcanas: si entran algunos particulares y no creyentes, ¿no dirán que estáis locos?

 

Notas exegéticas.

2 1 (a) Es decir, concluido ya el período de cincuenta días entre la Pascua y Pentecostés. Pentecostés, que primeramente fue fiesta de la siega se había convertido también en fiesta de la renovación de la Alianza, ver 2 Cro 15, 10-13; Jubileos 6, 20; Qumrán. Este nuevo valor litúrgico pudo inspirar la escenificación de Lucas, que evoca la entrega de la Ley en el Sinaí.

2 1 (b) No la asamblea de los ciento veinte de 1, 15-26, sino el grupo apostólico presentado en 1, 13-14.

2 2 (a) Hay afinidad entre el Espíritu y el viento: la misma palabra significa “espíritu” y “soplo”.

2  2 (b) Probablemente la misma vivienda que en 1, 13-14, lugar de reunión y de oración del grupo apostólico.

2 3 La forma de las llamas se relaciona aquí con el don de lenguas.

2 4 Según uno de los aspectos, vv. 4.11.13, el milagro de Pentecostés es afín al carisma de la glosolalia, frecuente en los comienzos de la Iglesia. Sus antecedentes se hallan en el antiguo profetismo israelita. Ver Joel 3, 1-5.

2 5 “hombres piadosos”. El texto occidental: “los judíos que residían en Jerusalén eran hombres venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”. Los demás textos combinan “hombres piadosos” y “judíos”.

2 6 La glosolalia utilizaba palabras en lenguas extranjeras para cantar las alabanzas de Dios. Lucas ve en este hablar en todas las lenguas del mundo la restauración de la unidad perdida en Babel, símbolo y anticipación maravillosa de la misión universal de los apóstoles.

2 11 (a) Los “prosélitos” son los que, sin ser judíos de origen, han abrazado la religión judía y aceptado la circuncisión, constituyéndose así en miembros del pueblo elegido. “Judíos” y “prosélitos” no son, pues, nuevas denominaciones de pueblos: son palabras que califican a los que se acaba de enumerar.

2 11 (b) Esta enumeración de los pueblos del mundo mediterráneo que en conjunto se describe de este a oeste y de norte a sur, sin duda se inspira en un antiguo calendario astrológico, conocido por otros documentos, en los que los pueblos se hallaban relacionados con los signos del zodiaco y enumerados por su orden. Lucas pudo haber adoptado como una descripción cómoda de la oikumene de entonces. No se explica bien la mención de Judea y ha suscitado desde la antigüedad varios intentos de corrección.

 

Comentario.

-Diversos autores del NT:

Después de la muerte de Jesús sus seguidores se volvieron a reunir bajo el impulso y la experiencia del encuentro con el Resucitado:

Les dio el poder del Espíritu para continuar su obra de proclamar la llegada del Reino.

Inicio de la Iglesia:

Presencia y poder de Dios (Resucitado y Espíritu) / iniciativa humana.

-Hechos:

Narración de la experiencia espiritual y carismática de la llegada del Espíritu a la Iglesia naciente.

-Durante la fiesta judía de las Semanas:

50 días después de la Pascua.

Don de la Ley en el Sinaí.

Qumrán: renovación de la Alianza.

-Signos que acompañan la venida del Espíritu:

Viento y fuego.

-Pentecostés:

Mundialización del Evangelio anunciada en 1,8.

Representa a la Iglesia como una comunidad universal que trasciende lenguas y culturas.

Reverso del relato de la torre de Babel (Gn 11, 1-9):

Derrota de Babel y surgimiento de la Iglesia como comunidad universal.

 

Salmo responsorial

Salmo 104 (103) 1ab.24ab.29b-31.34

 

Envía tu Espíritu, Señor,

y repuebla la faz de la tierra. R/.

Bendice, alma mía, al Señor:

¡Dios mío, qué grande eres!

Cuántas son tus obras, Señor;

la tierra está llena de tus criaturas.  R/.

 

Les retiras el aliento, y expiran

y vuelven a ser polvo;

envías tu espíritu, y los creas,

y repueblas la faz de la tierra. R/.

 

Gloria a Dios para siempre,

goce el Señor con sus obras;

que le sea agradable mi poema,

y yo me alegraré con el Señor. R/.

 

Textos paralelos.

¡Cuán numerosas tus obras, Yahvé!

Sal 8, 2: ¡Señor dueño nuestro, que ilustre es tu nombre en toda la tierra! Quiero servir a tu majestad celeste.

Pr 8, 23-31: Desde antiguo, desde siempre fui formada, desde el principio antes del origen de la tierra; no había océanos cuando fui engendrada, no había manantiales ni hontanares; todavía no estaban encajados los montes, antes de las montañas fui engendrada; no había hecho la tierra y los campos ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del océano, cuando sujetaba las nubes en la altura y reprimía las fuentes abismales (cuando ponía su límite al mar, y las aguas no traspasan su mandato); cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba disfrutando cada día, jugando todo el tiempo en su presencia, jugando con el orbe de su tierra, disfrutando con los hombres.

Si escondes tu rostro desaparecen.

Jb 34, 14-16: Si decidiera por su cuenta retirar su espíritu y su aliento, expirarían todos los vivientes y el hombre tornaría al polvo. Si eres inteligente, escúchame, presta oído a mis palabras.

Gn 3, 19: Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás.

Qo 12, 7: Y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.

Sal 90, 3: Tú devuelves al hombre al polvo, diciendo: ¡Volved, hijos de Adán!

Gn 1, 2: La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

Gn 2, 7: Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo.

Hch 2, 2: De repente vino del cielo un ruido, como un viento huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban.

Gloria a Yahvé por siempre.

Gn 1, 31: Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana, el día sexto.

¡Qué le sea agradable mi poema!

Sal 7, 18: Yo confesaré la justicia del Señor, tañendo en honor del Señor altísimo.

 

Notas exegéticas.

104 Este himno sigue el mismo orden que la cosmogonía de Gn 1.

 

Tres lecturas.

Con Israel:   El autor de este salmo ha "copiado", purificando de toda idolatría un himno egipcio en honor de Aton-Ra, el dios sol, compuesto por Amenofis IV. Vació, grosso modo, su lenguaje en el molde de los seis días del Génesis, introduciendo un gran optimismo ante la naturaleza... Poniendo en guardia finalmente ante el "mal" que la libertad humana puede hacer, y que finalmente debe desaparecer.

Con Jesús:  Imaginemos a Jesús. "el hombre-Dios, que vino a vivir en medio de los seres que había creado, paseándose en sus dominios, en su obra maestra, mirando el mar, el sol, los animales, los seres vivientes. ¡las parábolas nos hablan de muchos de ellos!

Con nuestro tiempo:   Debemos descubrir constantemente la belleza, la fecundidad, el poder de la creación: a fuerza de vivir entre estas maravillas, nos habituamos a los paisajes, a los bosques, a las flores... No somos sensibles a su mensaje.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13,3b-7.12-13.

Hermanos:

Nadie puede decir: “Jesús es Señor”, sino por el Espíritu Santo. Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo espíritu.

 

Textos paralelos.

 Nadie puede decir: “¡Jesús es Señor!”.

Hch 2, 21: Todos los que invoquen el nombre del Señor se salvarán.

Hch 2, 36: Por tanto, que toda la Casa de Israel reconozca que este Jesús que habéis crucificado, Dios lo ha nombrado Señor y Mesías.

Rm 10, 9: Si confiesas con la boca que Jesús es Señor, si crees de corazón que Dios lo resucitó de la muerte, te salvarás.

Flp 2, 11: Y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor!

A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu.

Hch 1, 8: Pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.

1 Co 12, 28: Dios los dispuso en la Iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después milagros, después carismas de curaciones, de asistencia, de gobierno, de lenguas diversas.

1 Co 12, 30: ¿Tienen todos carismas de curaciones?, ¿hablan todos lenguas arcanas?, ¿son todos intérpretes?

Rm 12, 6-8: Usemos los dones diversos que poseemos según la gracia que nos han concedido: por ejemplo, la profecía regulada por la fe, el servicio, para administrar; la enseñanza, para enseñar; el que exhorta, exhortando; el que reparte, con generosidad; el que preside, con diligencia; el que alivia, de buen humor.

El cuerpo humano, aunque tiene muchos miembros, es uno.

Rm 12, 4-5: Es como en un cuerpo: tenemos muchos miembros, no todos con la misma función; así, aunque somos muchos, formamos con Cristo un solo cuerpo, y respecto a los demás somos miembros.

Ef 4, 4-6: Uno es el cuerpo, uno el Espíritu, como es una la esperanza a que habéis sido llamados, uno el Señor, una la fe, uno el bautismo, uno Dios, Padre de todos, que está sobre todos, entre todos, en todos.

Porque hemos sido todos bautizados en un solo Espíritu.

Ga 3, 28: Ya no se distinguen judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, pues con Cristo Jesús todos sois uno.

Col 3, 11: En la cual no se distinguen griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro y escita, esclavo y libre, sino que Cristo lo es todo para todos.

Flm 1, 16: Y no ya como esclavo, sino mejor que esclavo: como hermano muy querido para mí y más aún para ti, como hombre y como cristiano.

 

Notas exegéticas.

12 4 Pablo pone los carismas en paralelo con los “ministerios” (servicios) y la “diversidad de actuaciones” y atribuye el conjunto de esta animación eclesial no solo al Espíritu, sino también al Señor (Jesús) y a Dios (Padre). Anuncia ya los grandes temas de la parábola del cuerpo: la diversidad y la unidad (oposición entre “diversidad de” y “un mismo”).

12 6 Nótese la presentación trinitaria del pensamiento.

12 12 (a) Aunque utilice el apólogo clásico que compara a la sociedad con un cuerpo que teniendo miembros diversos es uno, Pablo no se inspira en él para su doctrina sobre el cuerpo de Cristo. Esta brota más bien de su peculiar modo de entender el amor como la base de la existencia cristiana. En efecto, él veía a los creyentes como partes de una unidad orgánica, y el cuerpo humano le brindaba una imagen perfecta de la diversidad articulada en la unidad. Él designa aquí a “Cristo” como la realidad que corresponde a ese hombre nuevo. Como cuerpo suyo, la Iglesia es la presencia física de Cristo en el mundo en la medida en que prolonga su ministerio. Esta doctrina, de tan gran realismo, que ya aparece en 1 Co, se repite y amplía en las epístolas de la cautividad. Es cierto que la reconciliación de los hombres, que son miembros de Cristo, se realiza siempre en el Cuerpo de Cristo crucificado según la carne y vivificado por el Espíritu. Pero la unidad de este cuerpo que reúne a todos los cristianos en el mismo Espíritu y su identificación con la Iglesia adquieren mayor relieve. Así personalizado este cuerpo tiene en adelante a Cristo por cabeza, por la influencia sin duda de la idea de Cristo Cabeza de las potestades. Finalmente llega hasta englobar en cierto modo todo el universo reunido bajo el dominio del Kyrios.

12 12 (b) Como el cuerpo humano da unidad a la pluralidad de los miembros, así Cristo, principio unificador de su iglesia, da unidad a todos los cristianos en su Cuerpo.

12 13 Literalmente este versículo es un paréntesis: no forma parte del relato-parábola, sino que ofrece una explicación teológica que remite al bautismo y a la eucaristía. El primer miembro es paralelo de 10, 2: todos quedaron vinculados a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. “Bebieron la misma bebida espiritual” era una alusión a la eucaristía.

 

Comentario.

-Comunidad cristiana de Corinto:

Famosa por sus dones y carismas:

Don del Espíritu Santo / inteligencia superior, escuelas filosóficas, acciones mágicas.

-Pablo:

Recoloca a los oyentes:

Fe: acoger el don del Espíritu Santo para hacer la profesión de fe en Cristo.

Vincula los dones con el Espíritu Santo y la diversidad, que revela la riqueza insondable de Dios:

Divisiones, odios, injusticias: no proceden de Dios.

El Espíritu Santo solo actúa para buscar el bien.

Cuerpo:

Corporeidad:

Muchos miembros distintos y necesarios.

Nadie puede despreciar a nadie.

Corporatividad:

Iglesia: cuerpo místico de Cristo, su cabeza.

Si un miembro sufre, todos sufren.

Dones: repartidos por el Espíritu Santo para edificar ad intra y ad extra (la humanidad).

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-Paz a vosotros.

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

 

Textos paralelos.

 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana.

Mc 16, 14-18: Por último se apareció a los once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obstinación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado de la muerte. Y les dijo: Id por todo el mundo proclamando la buena noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se curarán.

Lc 24, 36-49: Estaban hablando de ello, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con vosotros. Espantados y temblando de miedo, pensaban que era un fantasma. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados?, ¿por qué se os ocurren esas dudas? Mirad mis manos y mis pies, que soy el mismo. Tocad y ved, que un fantasma no tiene carne y hueso, como veis que yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y, como no acababan de creer, de puro gozo y asombro, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Le ofrecieron un trozo de pescado asado. Lo tomó y lo comió en su presencia. Después les dijo: Esto es lo que os decía cuando todavía estaba con vosotros: que tenía que cumplirse en mí todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos. Entonces les abrió la inteligencia para que comprendieran la Escritura. Y añadió: Así está escrito: que el Mesías tenía que padecer y resucitar de la muerte; que en su nombre se predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de ellos. Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza.

La paz con vosotros.

Jn 14, 27: La paz os dejo, os doy mi paz, y no os la doy como la del mundo. No os turbéis ni os acobardéis.

Jn 16, 33: Os he dicho esto para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo pasaréis aflicción; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo.

Lc 24, 16: Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerlo.

Los discípulos se alegraron de ver al Señor.

Jn 15, 11: Os he dicho esto para que participéis de mi alegría y vuestra alegría sea colmada.

Jn 16, 22: Así vosotros ahora estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría.

Como el Padre me envió también yo os envío.

Jn 17, 18: Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo.

Mt 28, 19: Por tanto, id a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautizándolos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Mc 16, 15: Y les dijo: Id por todo el mundo proclamando la buena noticia a toda la humanidad.

Dicho esto, sopló y les dijo.

Lc 24, 47: Que en su nombre se predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén.

Hch 1, 8: Pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo.

Jn 1, 33:Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquel sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.

A quienes les perdonéis los pecados.

Mt 16, 19: A ti te daré las llaves del reino de Dios: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo; lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Mt 18, 18: Os aseguro que lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén

20 19 Saludo ordinario de los judíos. Este saludo se repite en el v. 21, indicio quizá de una inserción más tardía de los vv. 20-21a, bajo la influencia del relato paralelo de Lc.

20 20 Lc 24, 39 tiene una perspectiva más apologética. Aquí se trata de poner de relieve la continuidad entre el Jesús que ha sufrido y el que está para siempre con ellos. El Señor glorioso de la Iglesia no es otro que el Señor crucificado.

20 22 El soplo de Jesús simboliza al Espíritu (en hebreo: soplo) principio de vida. Igual verbo raro que en Gn 2, 7. Cristo resucitado da a los discípulos el Espíritu que realiza como una re-creación de la humanidad. Poseyendo desde ahora este principio de vida, el hombre ha pasado de la muerte a la vida y no morirá jamás. Es el principio de una escatología ya realizada. Para Pablo (al menos en sus primeras cartas) esta re-creación de la humanidad no se producirá hasta la vuelta de Cristo. Jn hace suya la fórmula tradicional que es necesario entender, en la medida de lo posible, en el marco de su propia teología: los discípulos perdonarán o retendrán los pecados en la medida en que prolonguen la misión de Jesús en el mundo. Las tradiciones católica y ortodoxa piensan que el poder de perdonar los pecados incumbe a los miembros del colegio apostólico, al que se encomienda, en comunión con Jesús, la tarea pastoral. Para la tradición reformada este poder y esta tarea pastoral compiten a todos los discípulos, es decir, a los creyentes de todos los tiempos, y no a Pedro en particular o a un determinado orden sacerdotal. Escuchando su testimonio, los hombres creerán (serán perdonados sus pecados) o se escandalizarán (se juzgarán a sí mismos; sus pecados les serán retenidos).

 

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

19 ESTANDO CANDADAS… LAS PUERTAS… LLEGÓ…: el cuerpo glorioso y “espiritualizado” de Jesús queda fuera de las leyes físicas del mundo material.

20 LES ENSEÑÓ… las heridas de LAS MANOS Y DEL COSTADO, signos de identificación; el resucitado es el mismo que fue crucificado. Y las huellas transfiguradas del sufrimiento anterior ya no causan tristeza.

21-22 Para la impresión de que resurrección, ascensión, venida del Espíritu y misión de la Iglesia sucedieron en el mismo día, cf. Lc 24, 51. // ME ENVIÓ: el tiempo verbal griego (perfecto*) equivale a “me envió y continúo siendo su enviado”. // SOPLO: como en una nueva creación, es necesario “el aliento” (el espíritu) de Dios. // ESPÍRITU SANTO: aliento divino, dador de vida sobrenatural, como el soplo que infundió vida al primer hombre (cf. Gn 2, 7). Sin duda hay que sobrentender dos artículos determinados en el texto griego (“el Espíritu el Santo”), usados por Jn otras veces. Jesús les comunica el Espíritu Santo, primeramente para suscitar y reafirmar en ellos la fe en su resurrección (para que vean, e.d., para que crean); y luego, para hacer que otros vean, quitando la ceguera del pecado.

12 Es verdad de fe definida que las palabras de Jesús en estos versículos “hay que entenderlas de la potestad de perdonar y de retener los pecados en el sacramento de la penitencia” (DS 1703 y 1670). “Atar (retener) y desatar” se aplican aquí, concretamente, a los pecados.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

20, 19-23 Cristo tiene un cuerpo glorificado con las marcas de la crucifixión en una forma gloriosa como signo de rotunda victoria. Los cuerpos de los justos serán glorificados del mismo modo en el juicio final. Cat. 645, 659, 1042 y 1060.

20, 22-23 Inmediatamente después de la Resurrección, el último signo de la victoria sobre el pecado y la muerte, Cristo instituyó el sacramento de la penitencia y la reconciliación otorgando a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados en su nombre. Soplando sobre los Apóstoles – denominado a veces como “El Pentecostés de Juan” – fue un presagio de la venida del Espíritu Santo. Por lo tanto, ellos recibieron el Espíritu Santo de Cristo y así están facultados para actuar en su  nombre. Para los Apóstoles, los primeros sacerdotes ordenados, el poder de perdonar los pecados fue una parte vital en su papel de santificar al pueblo. Al enviarlos al mundo, Jesús les mandó continuar su misión de curación espiritual a través de los sacramentos del Bautismo y la Penitencia. Creer en el perdón de los pecados es una declaración esencial del Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea, que se rezan en la liturgia de la Iglesia. Cat. 730, 858, 976-980, 1287, 1485-1488.

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

Era de noche, más por la tristeza que por la hora. Era noche para las mentes obscurecidas por la sombría nube de la tristeza y la pesadumbre, porque, aun cuando la noticia de su resurrección les había dado una tenue claridad, sin embargo el Señor todavía no había brillado con todo el resplandor de su luz.

Pedro Crisólogo, Sermones, 84, 2. IVb, pg. 451.

Yo os envío no con la autoridad del que manda, sino con todo el afecto con que yo os amo. Os envío a soportar el hambre, a sufrir el peso de las cadenas, la aspereza de la cárcel, a sobrellevar toda clase de penas, a sufrir una muerte execrable[1] por todos: todas las coas que la caridad, no el poder, impone a las almas humanas.

Pedro Crisólogo. Sermones, 84, 6. IVb, pg. 457.

Cristo envía a los discípulos lo mismo que el Padre le había enviado a Él, para que mediante estas palabras comprendieran la misión que les encomendaba, es decir, la de llamar a los pecadores a la penitencia, curar, en el cuerpo y en el espíritu, a los que estaban enfermos, y en el reparto de las cosas, no buscar ciertamente la propia voluntad, sino la voluntad de aquellos a los que eran enviados y, en la medida de lo posible, salvar con su enseñanza al mundo. Y no es difícil saber cuánto se prodigaron los santos apóstoles en todo: basta leer los Hechos de los Apóstoles y los escritos de san Pablo.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Juan, 12, 1. IVb, pg. 457.

Los discípulos de Cristo recibieron el Espíritu en tres ocasiones: antes de que Cristo fuera glorificado en la pasión; después de haber sido glorificado por la resurrección, y después de la ascensión del cielo. La primera manifestación era difícilmente reconocible; la segunda era más expresiva, la de hoy es más perfecta.

Gregorio Nacianceno, Discurso sobre Pentecostés, 41, 11. IVb, pg. 458.

 

San Agustín.

Todos los hombres, cuando hacen un negocio y difieren el pagar, la mayor parte de las veces reciben o dan unas arras, que dan fe de que luego llegará aquello a lo que anteceden como garantía. Cristo nos dio las arras del Espíritu Santo; él, que no podía engañarnos, nos otorgó la plena seguridad cuando nos entregó esas arras, aunque cumpliría lo prometido, aun sin habérnoslas dejado. ¿Qué prometió? La vida eterna, dejándonos las arras del Espíritu. Tenemos, pues, las arras; tengamos sed de la fuente misma de donde manan las arras. Tenemos como arras cierta rociada del Espíritu Santo en nuestros corazones, para que si alguien advierte este rocío, desee llegar hasta la fuente. ¿Para que tenemos, pues, las arras sino para no desfallecer de hambre y sed en esa peregrinación? Si reconocemos ser peregrinos, sin duda sentiremos hambre y sed. Quien es peregrino y tiene conciencia de ello desea la patria y, mientras dura su deseo, la peregrinación le resulta molesta. Si ama la peregrinación, olvida la patria y no quiere regresar a ella. Nuestra patria no es tal que pueda anteponerse alguna otra cosa. Nosotros hemos nacido peregrinos lejos de nuestro Señor que inspiró el aliento de vida al primer hombre. Nuestra patria está en el cielo, donde los ciudadanos son los ángeles. Desde nuestra patria nos han llegado cartas invitándonos a regresar, cartas que se leen a diario en todos los pueblos. Resulte despreciable el mundo y ámese al autor del mundo.

Sermón 378. *, pg. 665.

 

 

S. Juan de Ávila

¿Qué hace que me siento con gran flaqueza? Busca remedio donde os vino la llaga; buscad la gracia de Dios: Él os la dará, que él dio la ley de la gracia para cumplirla: Gavisi sunt discipuli, viso domino[2] (Jn 20, 20).

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 10. OC II, pg. 189.

Todos estos tienen por oficio encaminar las ánimas para el cielo. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos[3] (Jn 20, 21). Y, por tanto, yo saco la conclusión que han de ser ejemplares, y que, si no lo son, se perderán; porque, si el rey criase un capitán, no satisfaría si fuese soldado. Ideo vos estis lux mundi, sal terrae[4].

Plática: 6. A sacerdotes, 5. OC I, pg. 852.

Y luego tras este preámbulo, podrá decirles cómo el fin del sacerdote es sacar almas de pecado, y que para esto Cristo le instituyó en la Iglesia, según aquello de San Juan, capítulo 20, como el Padre me envió, así os envío a vosotros. Y pues Cristo fue enviado a sacar almas de pecado, así también ellos son enviados.

Siete nuevos escritos. Para el sermón a los clérigos. OC II, pg. 1044.

Que hallaréis en la Santa Madre Iglesia de tradiciones que no están escriptas en los Evangelistas, como es la forma de consagrar. Por eso nos dijo nuestro Señor: “Allá os doy mi Espíritu Santo” (cf. Jn 20, 20); y donde se infunde este Espíritu Santo y la práctica que procede del Espíritu Santo, habla Dios y es tradición de Dios. Y por eso, lo que los santos Padres, alumbrados por el Espíritu Santo, ordenaron, es ordenado por Dios; y por eso se escribió poco, porque lo remitió a aquellos que fuesen ayuntados[5] en el Espíritu Santo.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg. 334.

Dijo por San Joan: Sicut misit me Pater, et ego mittam vos (Jn 20, 21). El corazón ardiendo en celo de la hora del Padre y de la salvación de las ánimas le trajo al mundo. Y aquel fuego del celo de la casa de Dios quemó todo el aparato mundano, que pesado con justas balanzas, no es sino pajas y donde hay fuego de amor de Dios, luego son quemadas con gran ligereza.

A un obispo de Córdoba. OC IV, pg. 603.

Sicut me misit[6] (cf. 20, 21). No fue desamor de mi Padre, ni mío, enviaros a predicar mi nombre, poneros a fuerza e violencia del mundo. Para tan gran hecho gran ayuda. Accipite Spiritum Sanctum[7] (Jn 20, 22). Extrañan largueza, que aquél poder que hasta aquel punto ante Dios quería dar a entender que Dios le tenía, no usó de él: que un hombre pueda abrir e cerrar el cielo.

Martes de Pascua, 1. OC III, pg. 227.

Item, el mismo Señor dijo a sus apóstoles, cuando instituyó el sacramento de la penitencia: Cuyos pecados perdonáredes, son perdonados (Jn 20, 23), etc. Y, por consiguiente, se da gracia y justicia por este sacramento, pues no puede haber perdón de pecados sin que se dé la gracia, la cual es significada y contenida en todos los siete sacramentos de la Iglesia; y se da a quien bien los recibe, y con mayor abundancia que la disposición de quien los recibe, por ser obras privilegiadas, que por la misma obra que son, dan gracia. Por lo cual debe ser en gran manera reverenciados y usados, como la Iglesia católica lo cree y nos lo enseña.

Audi, filia (II), 44, 8. OC I, pg. 631.

Si queréis confesar los pecados veniales por las claves del sacramento son perdonados, porque son pecados. Nuestro Señor dijo: Los pecados que perdonáredes serán perdonados (Jn 20, 23)., pecados también se entienden los veniales, y es materia voluntaria.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 7. OC II, pg. 165.

Mirad que dijo Dios a los sacerdotes: Cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados (Jn 20, 23). Dice el confesor: “Yo te absuelvo de todos pecados”. Asíos a esa palabra: que veis ahí los remedios que Dios dejó para los que le ofendieren.

Lecciones sobre 1 San Juan (I), 24. OC II, pg. 339.

Por el pecado venial no se quita la amistad con Dios; y si pecastes mortalmente, remedio hay. ¿Quebrantastes la palabra de la castidad, la de no jurar? Palabra hay con que se suelde y remedie. ¿Qué palabra? Arrepentíos y confesaos, y con esta palabra se remediará el mal de la otra. Conviene a saber: Quorum remiseritis peccata[8] (Jn 20, 23). Que, si por pecar habéis de perder el esperanza, San Pedro pecó y David. Levantaos, que Dios os da la mano.

Lecciones sobre 1 San Juan (II), 24. OC II, pg. 456.

Y a quien le pareciere pequeña la autoridad de ellos, oiga la palabra de Cristo nuestro Redemptor, que dice: Cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados; y los que retuviéredes, serán retenidos (Jn 20, 23). En las cuales palabras instituyó el santísimo sacramento de la Penitencia, por el cual son perdonados a los que vienen dispuestos, no solo los mortales, mas aun los veniales; que muy mal se engañaron lso que pensaron que los pecados veniales no son materia del santísimo sacramento de la Penitencia. Si dijeran que no son materia necesaria, acertarán en ello, mas si se confiesan verdaderamente obran en ellos las llaves y la verdad de este santísimo sacramento; de manera que se comprehenden en aquellas palabras de Cristo nuestro Señor, cuyos pecados perdonáredes, serán perdonados, aunque no se digan veniales.

Santísimo Sacramento, 6. OC III, pg. 657.

A quien perdonáredes sus pecados, serles han perdonados, etc. (Jn 20, 23). - ¿Y, qué es confesión? - ¿Qué cosa? ¿Qué estando tú muerto y en pecado, si vas al sacerdote y le dices tus pecados, y pides perdón a Dios de ellos y te arrepientes, luego te serán perdonados, y quedas en paz con Dios y no te demandará su justicia que le pagues; y de esta manera la confesión resucita los muertos. Con venir tú a los pies del confesor, habiendo hecho lo que en ti es, aunque no traigas todo el arrepentimiento que fuera razón por virtud del sacramento vuelves de muerte a vida, y allí te dan el arrepentimiento que basta para que tus pecados puedan ser perdonados.

Octava del Corpus, 7. OC III, pg. 784.

Diga misa cada día, aunque no sienta devoción, y confiese a más tardar de tres a tres días, con profundo conocimeinto de sus males y crédito que son muy más y mayores que él conoce, y con entera fe y devoción en este sacramento, por la palabra del Señor: Quorum remiseritis peccata, etc. (Jn 20, 23), y si Dios le da luz con que se conozca y fe para esta palabra, serle ha este sacramento grandísima dulcedumbre y seguridad. Si alguna persona le importunare mucho que la confiese, hágalo con aquel aparejo como cuando va a decir misa; y no querría que fuesen mujeres ni que fuesen muchos, sino a alguna cosa particular que parezca mandarla Dios.

A un predicador. OC IV, pg. 39.

 

Comentario Homilética

-Primera parte de la segunda aparición de Jesús resucitado, después de la aparición a María Magdalena.

-A continuación: Tomas y primera conclusión del evangelio.

-Pentecostés:

Hch 2, 1-11: modelo diferente de la llegada del Espíritu Santo.

Comunidades paulinas: sacramental.

Todos los relatos coinciden en:

Fuerza especial.

Capacitación para la misión y la vida cristiana que el Espíritu obra en la comunidad.

-Partes:

Introducción narrativa:

Situación inicial (v. 19): cuándo, dónde, quiénes, cómo, …

1ª: intervención de Jesús con palabras y gestos (19b-20a).

2ª: reacción de los discípulos o corazón del texto(v. 20b).

3ª: segunda intervención de Jesús con palabras y gestos (vv. 21-23).

-Efectos de Jesús resucitado en los discípulos:

A nivel interior: miedo a la alegría.

A nivel exterior: de estar cerrados a ser enviados.

-Gestos de Jesús:

A nivel exterior: mostrar sus manos y costado.

A nivel interior: exhalar su aliento.

-Paz a vosotros:

2 veces.

Saludo pascual que se convierte en don del Resucitado.

-Añadidos:

Envío y don del Espíritu Santo: Pentecostés joánico.

 

 

MISA DE NIÑOS. SANTÍSIMA TRINIDA.

Monición de entrada.

Buenos días.

Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad.

Cada vez que rezamos lo hacemos al Padre, por Jesús, el Hijo, en el Espíritu Santo.

Y así hoy decimos que creemos que Dios es uno familia de tres personas.

Y los tres nos quieren por igual, muchísimo.

 

 Señor, ten piedad.

A ti, Hijo de Dios vivo. Señor, ten piedad.

A ti, cara del Padre. Cristo, ten piedad.

A ti, que tienes el Espíritu Santo. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco. Te lo pedimos Señor.

-Por todos los cristianos que creemos en la Santísima Trinidad. Te lo pedimos Señor.

-Por los judíos y musulmanes que creen en Dios. Te lo pedimos, Señor.

-Por las personas que no creen en Dios Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros que rezamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Te lo pedimos Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María, tu eres la hija de Dios Padre, la madre de Dios Hijo y la esposa de Dios Espíritu Santo, hoy queremos darte gracias porque en esta familia también contáis con cada uno de nosotros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EXPERIENCIA.

Mira el vídeo   https://www.youtube.com/watch?v=mcBpImsrnRk

Al principio aparecen rostros tristes. ¿A quién o quiénes te recuerdan?

Después rostros de personas alegres: ¿por qué lo están?

¿Quiénes son los protagonistas? ¿los sacerdotes o los laicos, es decir, los que no son sacerdotes, religiosas o religiosos?

REFLEXIÓN.

Lee el evangelio de este domingo.

X Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-Paz a vosotros.

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Lee pausadamente el texto.

Imagina la escena: la casa, los discípulos, Jesús, el soplo.

Entra dentro de tu corazón, repite las palabras de Jesús: “Recibe el Espíritu Santo”. Este lo recibiste o recibirás en el sacramento de la confirmación. Si bien él está ya en tu corazón.

Respira y acompasa tu respiración con las palabras de Jesús.

¿Por qué las personas del vídeo trabajan por los demás?

Es el Espíritu quien les impulsa.

Respira tomando conciencia de la respiración. Él es el aire de tu alma. El que impulsa a creer en Jesús y vivir según sus enseñanzas, a amar a Dios y a los demás anunciando el Evangelio.

COMPROMISO.

Jesús te lo ha dado todo, ¿qué estás dispuesto a darle tú?

CELEBRACIÓN.

Recuerda en la oración las personas que te han hablado de Jesús y los momentos en los que tú has sido apóstol, enviada o enviado de Cristo como educadora o educador Juniors, catequistas, en Cáritas, en la parroquia. Agradécele a Jesús haberte elegido y haber tenido la oportunidad de hacer algo por los demás.

Escucha la canción El Espíritu del Señor sobre mí. https://www.youtube.com/watch?v=4UYpCfZ22JA

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 4a. Evangelio según san Juan (1-10). Ciudad Nueva. Madrid. 2012.

San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va

Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

Homilética. Sal Terrae. 2020/6.

Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

http://www.quierover.org

https://www.juniorsmd.org

http://www.vatican.va/content/vatican/es.html



[1] Execrar: 1. Condenar o maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas. 2. Vituperar o reprobar severamente. 3. Aborrecer (//tener aversión).

[2] Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Trad. Biblia CEE.

[3] Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Trad. Biblia CEE.

[4] Port eso vosotros sois la luz del mundo, la sal de la tierra. Trad. editor.

[5] Ayuntar: 2. Añadir. www.rae.es

[6] También os envío yo. Trad. Biblia CEE.

[7] Recibid el Espíritu Santo. Ib.

[8] A los que perdonéis los pecados. Trad. del editor.

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