jueves, 17 de junio de 2021

Domingo XII T.O. 20 junio 2021.

 


Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-41.

Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:

-Vamos a la otra orilla.

Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole:

-Maestro, ¿no te importa que perezcamos?

Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:

-¡Silencio, enmudece!

El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:

-¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?

Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:

-¿Pero quien es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!

 

Textos paralelos.

Mc 4, 35-41

Mt 8, 18.23-27

Lc 8, 22-25

Aquel día al atardecer les dijo:

 

 

-Pasemos a la otra orilla.

 

 

 Despidiendo a la gente, lo recogieron tal como estaba en la barca; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un viento huracanado, las olas rompían contra la barca, que estaba a punto de anegarse.

 

El dormía en la popa sobre un cojín.

 

Lo despiertan y le dicen:

 

 

-Maestro, ¿no te importa que naufraguemos?

 

 

 

 

 

Se levantó, increpó al viento y ordenó al mar:

 

-¡Calla, enmudece!

El viento cesó y sobrevino una calma perfecta.

 

Y les dijo:

-¿Por qué sois tan cobardes?, ¿aún no tenéis fe?

 

Llenos de miedo se decían:

-¿Quién es este, que le obedecen hasta el viento y el lago?

 

Viendo Jesús la multitud que lo rodeaba, dio orden de atravesar el lago.

 

 

 

 

Cuando subía a la barca lo siguieron los discípulos. De pronto se levantó tal tempestad en el lago, que las olas cubrían la embarcación;

 

 

 

mientras, él seguía durmiendo.

 

Se acercaron y lo despertaron diciendo:

 

-Señor, sálvanos, que nos hundimos.

 

Les dice:

-¡Qué cobardes y desconfiados sois!

 

Levantó, increpó a los vientos y al lago, y sobrevino una calma perfecta.

 

 

 

 

 

 

 

Los hombres decían asombrados:

-¿Qué clase de individuo es este, que le obedecen hasta los vientos y el lago?

Un día de aquellos subió él a una barca con los discípulos y les dijo:

 

-Vamos a cruzar a la otra orilla del lago.

 

Zarparon y, mientras navegaban, él se quedó dormido. Se precipitó un huracán sobre el lago, la barca se anegaba y peligraban.

 

 

 

 

 

Entonces fueron a despertarlo y le dijeron:

 

-Maestro, que nos hundimos.

 

 

 

 

 

Él se despertó e increpó al viento y al oleaje; cesaron y sobrevino la calma.

 

 

 

 Les dijo:

-¿Dónde está vuestra fe?

 

 

 

Sobrecogidos de estupor se decían:

-¿Quién es este que da órdenes al viento y al agua y le obedecen?

¿Cómo no tenéis fe?

Mt 8, 10: Al oírlo, Jesús se admiró y dijo a los que lo seguían: “Os aseguro, una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita”.

¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?

Mc 1, 27: Todos se llenaron de estupor y se preguntaban: “¿Qué significa esto? Es una enseñanza nueva, con autoridad. Hasta a los espíritus inmundos les da órdenes y le obedecen”.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén

4 35 La agrupación, en un mismo día, de parábolas y de cuatro milagros pone de relieve que la fuerza del Reino de Dios se manifiesta tanto en la enseñanza de Jesús  cuanto en sus actos. Por otra parte, en los capítulos 4 y 5 Jesús toma consigo a sus discípulos para transmitirles una enseñanza particular y desvelarles su poder al margen de la muchedumbre.

4 36 Otra traducción posible: “y había otras barcas con esta (barca)”.

4 37 El lago de Tiberíades conoce tempestades y borrascas repentinas, provocadas por el choque que los vientos procedentes del Mediterráneo con los que soplan desde el desierto sirio.

4 40 Var.: “¿Aún no tenéis fe?”. Se trata de la fe en Jesús y en el poder divino que opera en él.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino.

4, 35-6,6 Del discurso pasamos a la acción. Pero el esquema de velar y desvelar el misterio continúa. Si para captar la palabra hay que saber escuchar, para percibir la acción hay que saber mirar. Jesús manifiesta su poder enfrentándose con los grandes poderes adversos: el océano que representa el caos, el diablo que se apodera de un hombre, la enfermedad invencible, la muerte. Cuatro potencias nefastas, emparentadas en la mentalidad bíblica. También la acción prodigiosa de Jesús conserva un carácter bivalente, en cuanto que exige la fe para ser comprendida y provoca la resistencia de quienes no están dispuestos a aceptar las consecuencias.

4, 35-41 El mar es la criatura que se revuelve y se encrespa perturbando el orden de la creación, heredero de monstruos mitológicos. Jesús se pone en pie increpa al mar con una orden perentoria. El viento y el mar le obedecen.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

36 CON ELLA. con la barca; o con él (con Jesús). El texto griego no dice que las OTRAS BARCAS fueran acompañando la barca en la que iba Jesús.

37 Lit. y se hace una tempestad grande de viento, y las olas.  // SE INUNDABA LA BARCA, que, al no tener cubierta, no dejaba salida al agua que se acumulaba en ella.

38 Son datos de la humanidad del Hijo de Dios, que no es un superhombre; su cansancio después de un día de predicación, y su perfecto equilibrio psicológico: en plena tormenta duerme profundamente SOBRE EL CABEZAL, que servía, tal vez, de asiento al timonel.

39 ¡SILENCIO! lit. guarda silencio. ¡CÁLLATE!: orden enérgica, en imperativo de perfecto griego; algo así como: Quédate mudo.

41 EL MAR, tenido entre los judíos como morada de potencias maléficas, es exorcizado por Jesús, que lo trata, igual que el VIENTO, como a criatura a la que su Señor puede dar órdenes. HASTA EL VIENTO Y LA MAR LE OBEDECEN, como le obedecen los espíritus impuros (1, 27). Lo que todavía faltaba a los discípulos era la fe en Jesús; esa falta de fe era la tormenta peligrosa. // ¿QUIÉN ES ESTE? PORQUE…: o quizás: “¿Quién es este?, a quien hasta el viento…”.

 

Comentarios de los Santos Padres.

Todos los que navegáis en la barquichuela de la fe, todos los que sobrenadáis a través de las olas de este mundo en la navecilla de la Iglesia santa con Cristo, aunque el Señor duerma en piadoso descanso, vigila vuestra paciencia y perseverancia, y mantiene en pie el arrepentimiento y la conversión de los impíos; acercaos con ardor a Él, insistiendo con oraciones.

Orígenes. Homilía sobre el Ev. de Mateo 3, 3. II, pg. 119.

Cuando dispersa las olas del mar, se cumple lo de Habacuc: “Esparce las aguas – dijo – por el camino” (Ha 3, 10); cuando amenaza, el mar se calma, y se cumple lo que dijo Nahum: “Reprende al mar, y este se seca”.

Tertuliano. Contra Marción, 4, 20, 3. II, pg. 120.

¿Qué significa Cristo dormido en ti? Que te has olvidado de Cristo. Despiértale, pues; tráele a la memoria; despertar a Cristo es pensar en él… Tentación que nace, he ahí el viento; turbación que te viene, he aquí las olas. Despiértale a Cristo y hable contigo. “¿Quién es este, cuando así le obedecen los vientos y el mar?

Agustín. Sermón, 63, 2-3.

 

S. Juan de Ávila

Ya sabéis que lo que de presente tenemos lo sentimos más. Y si miráis el aprieto que de presente tenéis, y cómo el Señor no os saca de él, juzgaréis que el cuidado que el Señor tenía de vos lo ha ya perdido; y diréis lo que dijeron los apóstoles, en una grave tempestad de la mar, al Señor, que estaba durmiendo: Maestro, ¿no te da nada de que perecemos? (Mc 4, 38).

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