martes, 22 de junio de 2021

Domingo XIII. 20 de junio de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no ha hecho la muerte, ni se complace destruyendo a los vivos. Él todo lo creó para que subsistiera y las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo reina en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre incorruptible y lo hizo a imagen de su propio ser; mas por envida del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los de su bando.

 

Textos paralelos.

 Dios no hizo la muerte.

Sb 2, 23-24: Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo y los de su partido pasarán por ella.

Sb 11, 23-12, 1: Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. Y ¿cómo subsistirán las cosas si tú no lo hubieses querido? ¿Cómo conservarían su existencia si tú no las hubieses llamado? Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. Todos llevan tu soplo incorruptible.

Ez 18, 32: Pues no quiero la muerte de nadie – oráculo del Señor – ¡Convertíos y viviréis!

Ez 33, 11: Pues diles: Por mi vida – oráculo del Señor –, juro que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva. ¡Convertíos, cambiad de conducta, malvados, y no moriréis, casa de Israel!

Dios creó al hombre para la inmortalidad.

Sb 1, 13: Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes.

Sb 3, 4: La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad.

Lo hizo a imagen de su mismo ser.

Gn 1, 26: Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.

2 P 1, 4: Con ellas nos ha otorgado las promesas más grandes y valiosas, para que por ellas participéis de la naturaleza divina y escapéis de la corrupción que habita en el mundo por la concupiscencia.

La muerte entró en el mundo por envidia del diablo.

Gn 3, 3: ¡No! Podemos comer de todos los árboles del jardín; solamente del árbol que está en medio del jardín nos ha prohibido Dios comer o tocarlo, bajo pena de muerte.

Rm 5, 12: Que el pecado no reine en vuestro cuerpo mortal haciendo que os sometáis a sus deseos.

 

Notas exegéticas.

1 13 El autor considera a la vez la muerte física y la muerte espiritual, ligadas mutuamente: la causa de la muerte es el pecado, y para el hombre pecador, la muerte física es también la muerte espiritual y eterna. El autor remite al relato de Gn 2-3 para deducir de él las intenciones del Creador: el hombre ha sido creado para la inmortalidad y nada puede frustrar en la creación la voluntad divina; por el contrario, “las criaturas” ayudan a la salvación del hombre. San Pablo, Rm 5, 12-21, volverá sobre esta doctrina de la muerte introducida por el pecado, contraponiendo al primer Adán pecador el nuevo Adán salvador.

1 14 (a) Lit.: “para ser” Dios, “el que es”, Ex 3, 14, ha creado todas las cosas para que “sean”, para que tengan una vida real, consistente, duradera.

1 14 (b) Lit.: El “abismo”, lit. “Hades” – El Seol de los hebreos, Nm 16, 33 – no representa aquí la mansión de los muertos, sino el poder de la Muerte, personificada, ver Mt 16, 18.

1 15 El que practica “la justicia” (ver 1, 1) tiene asegurada la inmortalidad. Algunos manuscritos latinos añaden: “pero la injusticia es la adquisición de la muerte”. Esta adición, mal atestiguada, no parece representar el texto original.

 

Comentario.

-Libro de la Sabiduría:

Fruto del judaísmo de la diáspora.

En griego.

Año 50 a.C.

Diálogo apologético con el mundo helenista.

Rechazo de la idolatría reinante en Egipto.

Diálogo con el mundo cultural que rodea a la comunidad judía de Alejandría (Egipto).

Trasfondo:

Génesis 1, 3.

Fidelidad del autor a la fe tradicional de Israel – apertura al nuevo ámbito cultural.

-Inmortalidad-incorrupción:

Frente a la muerte.

Don de Dios que se da a los que han llevado una vida virtuosa / antropología dualista (cuerpo-alma).

Don-recompensa / cualidad humana.

De Dios viene la vida.

Comunión con Dios aquí y después de la muerte.

-Incorrupción:

= Inmortalidad.

Proviene de la creación al surgir el hombre y la mujer como imagen de Dios.

Estar junto a Dios para siempre.

Mediante la obediencia a la Ley.

-Diablo:

 

Salmo responsorial

Salmo 30 (29), 2.3-6.11-12

 

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. R/.

Ten ensalzaré, Señor, porque me has librado

y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, sacaste mi vida del abismo,

me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.  R/.

 

Tañed para el Señor, fieles suyos,

celebrad el recuerdo de su nombre santo;

su cólera dura un instante;

su bondad, de por vida;

al atardecer nos visita el llanto;

por la mañana, el júbilo. R/.

 

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;

Señor, socórreme.

Cambiaste mi luto en danzas.

Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

 

Textos paralelos.

Tú, Yahvé, sacaste mi vida del Seol.

Nm 16, 33: Ellos [Coraj y su gente] con todos los suyos bajaron vivos al abismo; la tierra los cubrió y desaparecieron de la asamblea.

1 S 2, 6: El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta.

Cantad para Yahvé los que le amáis.

Sal 7, 18: Yo confesaré la justicia del Señor, tañendo en honor del Señor Altísimo.

Recordad su santidad con alabanzas.

Sal 97, 12: Festejad, justos, al Señor, dad gracias a su nombre santo.

Un instante dura su ira.

Is 54, 7-8: Port un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con lealtad eterna te quiero – dice el Señor, tu redentor.

Por la tarde visita de lágrimas.

Jb 14, 13: ¡Ojalá me guardaras en el Abismo, escondido mientras pasa tu cólera, y fijaras un plazo para acordarte de mí!

Sal 17, 15: Y yo, por mi inocencia, veré tu rostro, al despertar me saciaré de tu semblante.

Has cambiado en danza mi lamento.

Jr 31, 13: Entonces la muchacha gozará bailando y los ancianos igual que los jóvenes; convertiré su tristeza en gozo, los consolaré y aliviaré sus penas.

Is 61, 3: Para cambiar su ceniza en corona su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala.

Por eso mi corazón te cantará sin parar.

Sal 126, 1: Cuando cambió el Señor la suerte de Sión creíamos soñar; se nos llenaba de risas la boca, la lengua de júbilo.

Sal 126, 6: Al ir iba llorando llevando la bolsa de semilla; al volver vuelve cantando llevando sus gavillas.

Est 9, 22: Por ser los días en los cuales los judíos quedaron libres de sus enemigos y el mes en que se les cambió la tristeza en alegría y el luto en fiesta. Que los declararan días festivos, que se hicieran regalos y dieran también a los pobres.

 

Notas exegéticas.

30 1 Se trata probablemente del palacio real (así griego, ver 2 S 5, 6.12), pero el arameo entendió “casa” como Templo (1 R 8, 63) y la liturgia judía utilizó este salmo para la Hanuká, fiesta de la dedicación del altar del templo (1 M 4, 52-59).

30 6 Lit. “Por la tarde pernoctan las lágrimas”.

 

Tres lecturas.

Con Israel:    Este es un salmo de "todah", de "jubilosa acción de gracias", de "eucaristía". El verbo "dar gracias" aparece tres veces, y es la palabra final del salmo. El vocabulario de alegría es abundante: "fiesta" (2 veces), "exaltar", "gritos de alegría", "felicidad", "danza", "vestido de fiesta".

Con Jesús:    La Iglesia nos hace cantar este salmo el domingo después de Pascua (y en los maitines del sábado santo). Lo que es apenas una imagen, para Israel, es una realidad maravillosa para Jesús

Con nuestro tiempo:       Creemos que Dios envió a su Hijo, para curar la humanidad herida por el pecado... Creemos que nuestra limitación no es absoluta, sino que desemboca en el espíritu mismo de Dios... ¡Creemos que la muerte se transforma en vida, y nuestro duelo y decrepitudes en danza! "Este es el sentido de la vida humana. ¡Vamos, no hacia la muerte, sino hacia la plenitud de vida en Dios!

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 8, 7.9.13-15.

Hermanos:

Lo mismo que sobresalís en todo – en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os hemos comunicado - , sobresalid también en esta obra de caridad. Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En este momento, vuestra abundancia remedia su carencia, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad. Como está escrito: “Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba”.

 

Textos paralelos.

Se muy bien que sobresalís en todo: en fe, en palabra, en conocimiento.

1 Co 1, 5: Pues por él os habéis enriquecido en todo, con toda clase de palabras y de conocimiento.

Solo quiero comprobar la sinceridad de vuestra fe.

1 Co 7, 6: Lo digo como concesión, no como obligación.

2 Co 9, 7: Cada uno aporte lo que en conciencia se ha propuesto, no a disgusto ni a la fuerza, que Dios ama al que goza dando.

Flp 1, 8: Dios es testigo de cómo os añoro con el cariño entrañable de Cristo Jesús.

Flp 1, 14: Mientras que la mayoría de los hermanos que confían en el Señor, con mi prisión cobran ánimos para anunciar el mensaje sin temor.

Siendo rico, se hizo pobre por vosotros.

Mt 4, 3: Se acercó el tentador y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.

Mt 8, 20: Jesús le contesto: “Las zorras tienen madrigueras, los pájaros tienen nidos, pero este Hombre no tiene donde recostar la cabeza”.

Flp 2, 6-7: El cual a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres y mostrándose en figura humana.

Vuestra abundancia remedia su necesidad.

Rm 15, 26-27: Pues los de Macedonia y Acaya han decidido solidarizarse con los cristianos pobres de Jerusalén. Lo han decidido como era su obligación: pues, si los paganos se beneficiaron de sus bienes espirituales, es justo que ellos los socorran en los materiales.

Reine la igualdad.

Ex 16, 18: Y al medirlo en el celemín, no sobraba al que había recogido más, ni faltaba al que había recogido menos: había recogido cada uno lo que podía comer.

 

Notas exegéticas.

8 7 Var.: “caridad hacia nosotros que nos une a vosotros”.

8 9 (a) O también: “la gracia”.

8 9 (b) Cristo se hizo “pobre” aceptando el radical empobrecimiento de una muerte degradante en la que fue despojado de todo. Aunque no tenía pecado, aceptó el castigo aplicado a los pecadores, 2 Co 5, 21. Su “riqueza” es su posesión del favor de Dios, su comunión con el Padre. El mismo contraste entre la vida de Jesús tal como fue y como podría haber sido aparece en Flp 2, 6-7. – Nótese la motivación de los comportamientos cristianos por el ejemplo de Cristo, característica de la moral paulina: Rm 14, 8.

8 14 (a) Pablo no pide a los corintios más que lo superfluo, mientras que los cristianos de Macedonia, en su “extrema pobreza”, han dado “por encima de sus posibilidades”. Ver Mc 12, 14-44. Pero presentándoles el ejemplo de Cristo, v. 9, Pablo les invita discretamente a imitar la generosidad de sus hermanos macedonios.

8 14 (b) Ya sea en bienes materiales, en el caso de un posible cambio de situaciones en el futuro, ya en bienes espirituales ahora.

 

Comentario.

-Después de alabar a los corintios por los dones en los que sobresalen les pide que sobresalgan en la caridad.

-Petición real de ayuda a la comunidad de Jerusalén:

Jerusalén:

Tierra pobre, con pocos recursos materiales.

Los peregrinos cuando subían al Templo debían ayudar a los pobres de la ciudad.

Argumento:

Jesús ejemplo de generosidad.

Abajamiento, vaciamiento de sí mismo para enriquecernos.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43.

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

-Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva.

Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: “Con solo tocarle el manto curaré”. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que todo su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:

-¿Quién me ha tocado el manto?

Los discípulos le contestaban:

-Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”.

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. Él le dice:

-Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad.

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

-Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:

-No temas; basta que tengas fe.

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:

-¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida.

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la tomó de la mano y le dijo:

-Talitha qumi.

(Que significa: “Contigo hablo, niña, levántate”).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

 

Textos paralelos.

 

Mc 5, 21-43

Mt 9, 18-26

Lc 8, 40-56

Jesús atravesó, de nuevo en barca, a la otra orilla, y se reunió junto a él una gran multitud.

 

Estando junto al lago, llega un jefe de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo se echa a sus pies y le suplica insistentemente:

 

-Mi hija está en las últimas. Ven y pon las manos sobre ella para que se cure y conserve la vida.

 

 

Se fue con él. Lo seguía una gran multitud que lo estrujaba.

 

Había una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias; había sufrido mucho a manos de médicos, se había gastado la fortuna sin mejorar, antes empeorando. Oyendo hablar de Jesús, se mezcló con la multitud, y por detrás le tocó el manto.

 

Pues pensaba: “Con solo tocar su manto, me curaré”.

 

 

Al instante la fuente de sangre se restañó, y sintió en el cuerpo que estaba curada de la dolencia.

 

Jesús, consciente de que una fuerza había salido de él, se volvió entre la gente y preguntó:

-¿Quién me ha tocado el manto?

 

Los discípulos le decían:

-Ves que la gente te está apretujando ¿y te preguntas quien te ha tocado?

 

 

El miraba en torno para descubrir a la que lo había hecho.

 

 

La mujer, asustada y temblando, pues sabía lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le contestó con toda la verdad. él le dijo:

 

 

 

-Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y sigue sana de tu dolencia.

 

 

Aún estaba hablando, cuando llegan los enviados del jefe de la sinagoga para decirle:

-Tu hija ha muerto. No importunes al Maestro.

 

Jesús, entreoyendo lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga:

 

-No temas, basta que tengas fe.

 

 

No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan.

 

Llegan a casa del jefe de la sinagoga, ve el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar.

 

Entra y les dice:

 

 

 

 

 

 

-¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La niña no está muerta, sino dormida.

 

Se reían de él.

 

 

Pero él, echando afuera a todos, tomó al Padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la niña.

 

Agarrando a la niña de la mano, le dice:

 

“Talitha qum” (que significa: “Chiquilla, te lo digo a ti, levántate”).

 

Al instante la muchacha se levantó y se puso a caminar.

 

(Tenía doce años).

 

 

 

 

Quedaron fuera de sí del asombro.

 

 Les encargó encarecidamente que nadie lo supiese

 

y les dijo que la dieran de comer.

 

 

 

 

 

 

 

Mientras les explicaba eso, se le acercó un funcionario, se postró y le dijo:

 

 

 

-Mi hija acaba de morir. Pero ven, pon la mano sobre ella, y recobrará la vida.

 

 

 

Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.

 

 

Entre tanto, una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto.

 

 

 

 

 

 

Pues se decía: Con solo tocar su manto, me curaré.

 

 

 

 

 

 

 

Jesús se volvió y al verla dijo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Ánimo hija! tu fe te ha curado.

Al instante la mujer quedó curada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús entró en casa del funcionario y, al ver a los flautistas y el barullo de la gente, dijo:

 

 

 

-Retiraos; la muchacha no está muerta, sino dormida.

 

 

Se reían de él.

 

 

Pero, cuando echaron a la gente, entró él,

 

 

 

la agarró de la mano

 

 

 

 

 

 

 y la muchacha se levantó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El hecho se divulgó por toda la comarca.

Cuando volvió Jesús, lo recibió la gente, pues todos lo estaban esperando.

 

 

En esto se acercó un hombre, llamado Jairo, jefe de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entras en su casa,

 

 

 

 

pues su hija única, de doce años, estaba muriéndose.

 

Mientras caminaba, la gente lo apretujaba.

 

 

Una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias y que había gastado en médicos su entera fortuna sin que ninguno lo curara, se le acercó por detrás y le tocó la orla del mando.

 

 

 

 

 

 

 

Al punto se le cortó la hemorragia.

 

 

 

Jesús preguntó:

 

 

 

-¿Quién me ha tocado?

 

 

Y, como todos lo negaban, Pedro dijo:

-Maestro, la multitud te cerca y te estruja.

 

Pero Jesús replicó:

-Alguien me ha tocado, pues yo he sentido una fuerza salir de mí.

 

 

Viéndose descubierta, la mujer se acercó temblando, se postró ante él y explicó delante de todos por qué lo había tocado y cómo se había curado inmediatamente. Jesús le dijo:

 

-Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz.

 

 

 

Aún estaba hablando, cuando llega uno de casa del jefe de la sinagoga y le anuncia:

-Tu hija ha muerto, no molestes a tu maestro.

 

Lo oyó Jesús y respondió:

 

 

 

-No temas; basta que creas y se salvará.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrando en la casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan, Santiago y los padres de la niña. Todos lloraban haciendo duelo por ella. Pero él dijo:

 

-No lloréis, que no está muerta, sino dormida.

 

 

Se reían de él, pues sabían que estaba muerta.

 

Pero él,

 

 

 

 

agarrándola de la mano, le ordenó:

 

-Niña, levántate.

 

Le volvió el aliento

 

y se puso en pie en seguida.

 

 

 

 

El mandó que le dieran de comer.

 

Sus padres quedaron estupefactos y

 

él les encargó que no contaran a nadie lo sucedido.

Él estaba en la orilla del mar.

Mc 2, 13: Salió de nuevo a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él y les enseñaba.

Había gastado sus bienes sin encontrar alivio.

Tb 2, 10: Yo no sabía que en la tapia, encima de mí, había un nido de gorriones; su excremento caliente me cayó en los ojos y me formaron nubes. Fui a los médicos a que me curaran; pero cuantos más ungüentos me daban, más vista perdía, hasta que quedé completamente ciego. Estuve sin vista cuatro años. Todos mis parientes se apenaron por mi desgracia y Ajicar me cuidó dos años, hasta que marchó a Elimaida.

Él le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado”.

Mt 8, 10: Al oírlo, Jesús se admiró y dijo a los que lo seguían: “Os aseguro, una fe semejante no he encontrado en ningún israelita”.

Después de echar fuera a todos.

Hch 9, 40: Pedro hizo salir a todos, se arrodilló y rezó, después, vuelto hacia el cadáver, ordenó: “Gacela, levántate”. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.

Tomó entonces la mano de la niña.

Mc 9, 27: Pero Jesús, agarrándolo de la mano, lo levantó y el chico se puso en pie.

Les insistió en que nadie lo supiera.

Mc 1, 34: Él curó a muchos enfermos de dolencias diversas, expulsó muchos demonios, y no les permitió hablar, porque lo conocían.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén

5 25 Sobre el procedimiento de inserción de un relato en otro, véase 3, 20. En estos dos relatos de milagros Mc insiste en la fe y en la salud/salvación obtenida mediante contacto físico con Jesús. Por otra parte, los dos milagros son secretos: el primero por la propia naturaleza de las cosas; el segundo, por voluntad de Jesús.

5 30 Esta fuerza es concebida como un efluvio físico que obra las curaciones por medio del contacto.

5 33 Además de su carácter humillante, esta enfermedad ponía a la mujer en estado de impureza legal.

5 35 Alguien podía pensar que el poder de Jesús acaba en las fronteras de la muerte. De ahí la llamada a la fe. Con esta reflexión Mc pretende sugerir que el poder de Jesús es una fuerza de resurrección.

5 37 Los mismos que serán testigos privilegiados de la Transfiguración y de la agonía.

5 41 (a) Estas palabras son arameas, lengua que hablaba Jesús.

5 41 (b) Otra traducción posible: “Despierta”, que se correspondería con el previo “está dormida”. Los términos griegos para expresar la resurrección de los muertos evocan imágenes de sueño y de despertar (egeirein: “despertar” o “hacer levantarse”: anistanai: “poner de pie”.

5 43 El secreto, difícil de guardar en tales circunstancias pone de relieve que este relato solo podía ser bien entendido después de la resurrección de Jesús.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

22 UNO DE LOS ENGARGADOS DE LA SINAGOGA (un “arquisinagogo”): que cuidaba el desarrollo del culto sinagogal (cf. Lc 8, 41); o personaje importante en la comunidad. JAIRO es nombre hebreo: “(Dios) hará brillar”, “Dios ilumine”.

23 QUE VENGAS A PONER… (lit.: que habiendo venido pongas…): sobre la imposición de manos cf. 1 Tm 4, 14. PARA QUE SE CURE: o para que se salve.

25 Era un caso de impureza legal, según Lv 15, 25. // TENÍA HEMORRAGIAS: lit. estaba en flujo de sangre.

27 El ingenio barroco de B. Gracián comenta: “Otros médicos tocan al enfermo para curarlo; aquí el enfermo toca al médico para sanar”. Pero hay diversas formas de “tocar” a Jesús, como se ve en el v. 31: unas llevan a la curación, otras no.

29 SE LE SECÓ…: lit. se secó la fuente de la sangre de ella. // SU CUERPO: lit. el cuerpo.

32 AQUELLO: lit. esto.

34 TE HA SALVADO: o te ha curado.

36 Como en la curación anterior (v. 34) de nuevo aparece la fe en el centro del milagro.

37-38 QUE NADIE LO ACOMPAÑE: frente a Jesús, que intenta evitar la publicidad, (EL) ALBOROTO de plañideras a sueldo; en Oriente medio él dolor y la alegría tienen que ser sonoros (Gomá). A los profesionales de la tristeza ahora les toca reír se de Jesús.

41 SIGNIFICA: lit. es. // PEQUEÑA: lit. la chiquilla (ejemplo de vocativo semítico, como en el v. 8). Jesús vence a la muerte con una expresión cariñosa, aparentemente normal. // DESPIERTA: tras el verbo griego egeíreîn (despertar, levantar del sueño) puede estar el verbo qwm, que en arameo y hebreo era también el término específico del judaísmo para expresar la resurrección.

42 DE UNO A OTRO: este giro intenta dar el colorido descriptivo de la preposición perí (“en torno a”) en el verbo griego periepátei. // DE MODO QUE QUEDARON ASOMBRADOS… lit. y quedaron asombrados enseguida con asombro grande (la palabra griega traducida por “asombro” es, lit. “éxtasis”: no era para menos, siendo una “revivificación” para la que es necesario el poder divino.

43 La narración acaba con el detalle humano de Jesús: mientras los padres quedan pasmados y sin reaccionar, él se da cuenta de que la niña lleva horas sin comer.

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

5, 21-43: Dos relatos de curación, uno encajado en el otro, como lo transmite ya la tradición oral. Ambos casos se relacionan con la vida y la fecundidad: la mujer padece en “la fuente de la sangre” (Lv 12, 7; 20, 18), la muchacha ha cumplido doce años, es apenas núbil. Las dos están apartadas de la vida social: la muchacha obviamente por la enfermedad y la muerte, la mujer por una enfermedad que la tiene durante años en estado constante de impureza. Las dos se incorporan plenamente a la sociedad: la muchacha caminando y comiendo, la mujer confesando públicamente lo hecho a escondidas.

5, 27-28 El contacto era contaminante. Pero la mujer, siguiendo creencias populares, considera a Jesús como cargado de un fluido terapéutico que se descarga y transmite por contacto.

5, 37-40 Conocida es la relación sueño-muerte en muchas culturas, también en el AT: el sueño eterno (Jr 51, 39.57), el sueño de la muerte (Sal 13, 4), sin despertar (Job 14, 12). Jesús juega con la ambigüedad.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

5, 21-43 Cristo hacía milagros no para satisfacer la curiosidad de la gente sino para dar testimonio de su divinidad, para fortalecer la fe de sus seguidores. Al devolver a la joven fallecida a la vida, Cristo ofreció un signo y un anuncio de la resurrección de los muertos, así como su propia resurrección. El poder de la fe se ha manifestado especialmente en la curación de la hemorroisa; al tocar el borde de su manto, sacó poder del Señor. Dios nos concederá todo lo pidamos con fe y confianza si es lo mejor para nuestro crecimiento en la fe y la santidad. Si Dios no nos concede nuestra petición, es porque nos tiene reservado una bendición mayor para nuestro beneficio. Cat. 548, 994 y 2616.

5, 23 Las curaciones milagrosas de Cristo estaban acompañadas frecuentemente por signos y gestos. Aquí el gesto de la imposición de las manos se asocia con la curación y se conserva actualmente en el sacramento de la unción de los enfermos; la imposición de manos es también un signo de concesión del Espíritu Santo y por tanto, se utiliza en el sacramento del orden sacerdotal y en la confirmación. Cat. 699, 1288-1289, 1504, 1597.

5, 29 La condición crónica de la mujer conllevaba que ella y todo lo que tocase quedaba impuro bajo la Ley mosaica. Esto la impedía participar en el culto público. En este caso, sin embargo, fue precisamente por tocar la vestidura de Cristo por lo que quedó curada y purificada. Cat. 2616.

5, 43 La práctica de Jesús de ocultar su identidad de Mesías o de Hijo de Dios podría haber estado motivada por el deseo de evitar ser confundido con un rey terrenal o que la gente se concentrara únicamente en la curación física. Esta practica a veces se denomina “secreto mesiánico” (Cat. 1505).

En este enlace se puede consultar el catecismo íntegro.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

 

Comentarios de los Santos Padres.

La hemorroísa había gastado todo lo que tenía en médicos. Teniendo hambre y sed, su alma había perecido dentro de ella. Mas aunque había perdido todo lo que poseía, esto es la iglesia congregada de las naciones, puesto que su alma había perecido, clamó al Señor cuando estaba atribulada. El tacto del vestido del Señor fue el clamor de una persona.

Jerónimo. Comentario al Salmo, 106, 5. II, pg. 129.

Lo mismo que esta mujer fue testimonio claro de la divinidad del Señor, también Él fue testimonio de la fe de ella. La mujer le entregó su fe y a cambio como recompensa, Él le concedió la curación.

Efrén de Nisibi. Comentario al Diatessaron, 7, 1-2. II, pg. 130.

Le toca la fe de unos pocos, le presiona la muchedumbre.

Agustín. Sermón, 62, 6. II, pg. 131.

Alguien podría preguntar, diciendo: ¿por qué son siempre elegidos estos tres, y los demás dejados aparte? Pues también cuando se transfiguró en el monte, tomó consigo a estos tres. Así, pues, son tres los elegidos: Pedro, Santiago y Juan. En primer lugar, en este número se esconde el misterio de la Trinidad, por lo que este número es santo de por sí. Pues también Jacob, según el Antiguo Testamento, puso tres varas en los abrevaderos (Gn 30, 38). Y está escrito en otro lugar: “El esparto triple no se rompe” (Qo 4, 12). Por tanto, es elegido Pedro, sobre el que ha sido fundada la Iglesia, Santiago, el primero entre los apóstoles que fue coronado en le martirio, y Juan, que es el comienzo de la virginidad.

Jerónimo, Comentario al Ev. de Marcos, Homilía 3. II, pg. 133.

Dice, pues, Jesús: “Talitha kumi” que significa: “Niña, levántate para mi”. Si hubiera dicho: “Talitha kum”, significaría: Niña, levántate; pero como dijo “Talitha kumi”, esto significa, tanto en lengua siria como en lengua hebrea: “Niña, levántate para mí”·. “Kumi” significa: “Levántate para mí”. Observad, pues, el misterio de la misma lengua hebrea y siria. Es como si dijese: niña, que debías ser madre, por tu infidelidad continúas siendo niña. Lo que podemos expresar de este otro modo: porque vas a renacer, serás llamada niña. “Niña, levántate para mí”, o sea, no por tu propio mérito, sino por mi gracia. Levántate, por tanto, para mí, porque serás curada por tus virtudes.

Jerónimo. Comentario al Ev. de Marcos, homilía, 3. II, pg. 134.

Siempre que resucitó a algún muerto, ordenó que le dieran de comer, para que no pensaran que la resurrección era un engaño. Por esta razón, después de la resurrección de Lázaro, se describe como lo festejó con el Señor.

Jerónimo. Contra joviano, 2, 17. II, pg. 134.

 

S. Agustín.

Quizá pienses en tu interior: “¡Dichosos los que merecieron acoger a Cristo como huésped! ¡Si yo hubiera estado allí! ¡Si hubiera sido, al menos, uno de aquellos dos a los que encontró en el camino!”. Tú sigue el camino, y Cristo será tu huésped.

San Agustín. Sermón 239, 6-7. II, pg. 1012.

 

S. Juan de Ávila

Cuando tocó la mujer que padecía flujo de sangre, tocó a nuestro Señor en la fimbria de la vestidura. Iba mucha gente con nuestro Señor, y dice el Señor a San Pedro: Petre, quis me tetigit? Respondió San Pedro: Vides Domine quia turbae te comprimunt et dicis: Quis me tetigit? (Mc 5, 30-31). Estos malos cristianos son los que aprietan el cuerpo de Jesucristo. ¿Cuál es el cuerpo de Jesucristo? Los que están en gracia. ¿Sabéis de qué sirven esotros? De apremiar el cuerpo de Jesucristo. Vos autem estis corpus Christi (1 Co 12, 27). Los que tienen gracia son miembros de este cuerpo; los que no tienen más de fe, son espinas.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). Lección 15. II, pg. 243.

Acordaos que cuenta el santo Evangelio que, yendo el Señor a resucitar una moza difunta, acompañado de mucha gente, se llegó por detrás de Él una mujer enferma, por tiempo de doce años, que había gastado su hacienda en curarse, y lo que había sacado de la cura era que, siendo primero rica y enferma, quedó enferma y pobre y sin esperanza de humano remedio; mas hallólo en Jesucristo nuestro Señor, diciendo en su corazón: Si yo pudiese llegar y tocar el cabo de la vestidura de aqueste Señor, confío en Él que luego alcanzaría salud; llegó y tocó, y en tocando fue sana, correspondiendo al corazón de la buena mujer la misericordia de Cristo, el cual preguntó a los que allí iban: ¿Quién me tocó? Y respondió San Pedro: Maestro, apriétate la muchedumbre de la gente, y tú dices: ¿Quién me tocó? A lo cual respondió el Señor dando a entender que no llamaba Él tocarle al apretón: Alguno me tocó, que yo he sentido salir virtud de mí (Mc 5, 21-34).

¡Oh si tanta merced nos hiciese mañana aqueste Señor en la procesión, que hubiere algunos corazones deseosos de salud, devotos del Señor, confiados de su misericordia, que fuesen curados de Él! Pues que han de ir mañana con Él muchos que están enfermos en sus ánimas, no hay que dudar. Unos llevarán enfermedades de pecados mortales – líbrenos de ellos la misericordia de Dios! –; otros veniales, otros malas inclinaciones y malas costumbres, que por ventura les han durado doce años como a la otra mujer la enfermedad del cuerpo, y aun puede ser que más. Y llegará cerca de nos el Médico omnipotente con gran voluntad de curarnos, y rogándonos con la cura, y aun pagándonos porque nos queramos curar y por no haber quien le toque, como le tocó la otra mujer, acabada la procesión y echada nuestra cuenta, hallamos que nos traemos a casa nuestros pecados y malas inclinaciones tan enteros como se estaban de antes; y plega a Dios no volvamos peores que fuimos.

¿Sabéis hermanos, qué es tocar al Señor para alcanzar salud de Él? Creerlo con la fe católica, conocer las propias culpas, pesarle de haberlas hecho, proponer la enmienda y la confesión , tener confianza que, por las llagas que padeció Jesucristo nuestro Señor en su cuerpo sangrado, manos y pies – que es lo postrero de su vestidura –, recibirá perdón de sus pecados y salud de sus llagas y, saliendo a la procesión malo y enfermo, tornará justificado y con salud de su alma.

Víspera del Corpus, 42-44. III, pg. 505-506.

Algunas veces el que era enfermo y rico se queda enfermo y pobre y aun más enfermo que antes; que por eso leemos que acaeció así a la mujer de doce años enferma (Mc 5, 25), para que entendamos que no es ella sola a quien esto acaece.

Santísimo Sacramento, 31. III, pg. 710.

–Padre, aún más mal siento, que no solo siento esas pasiones que decís, mas continuamente de mí, como de una fuente, sale un flujo de faltas y pecados. – Pues buen remedio, hermano, buen remedio. Acuérdate de aquella enferma que, teniendo el flujo de la sangre, por la cual significan los pecados, en tocando a la ropa del Señor se reclinó (cf. Mc 9, 20). Llega tú, no a la ropa solo, mas a su carne y sangre; y no la toques solo, mas recíbelo dentro de ti y dale aposento en tus entrañas, y verás cómo se reclina el fruto de tus pasiones.

Santísimo Sacramento, 2. III, pg. 796.

Baste ya, señora, basta ya la fiesta que a la carne se ha hecho; enjugue ya sus ojos, poruqe no se pase el tiempo en llorar muerte, pues le es dado para que gane la vida. Acuérdese que el Señor echó fuera de la casa a los que lloraban a una moza muerta, diciendo: Que no era muerta, sino que dormía (cf. Mc 5, 39); porque entre cristianos el morir no es sino dormir, hasta el día del despertar a tomar nuestros cuerpos para reinar con Cristo en cuerpo y en ánima. Y piense vuestra merced que por quien llora no está muerto, sino duerme, y sueño de paz; pues vivió y murió como buen cristiano.

A una señora viuda. IV, pg. 422.

 

Comentario Homilética

-Episodio anterior de la visita de Jesús a su pueblo.

-Técnica del “emparedado”:

Un episodio en mitad de otro.

-Jesús continúa haciendo presente el Reino de Dios:

Salud y vida – incomprensión y rechazo.

-Episodios:

Resucitación de la hija de Jairo (vv. 21-24.35-43).

Curación de la hemorroísa (vv. 25-34).

-Protagonistas:

Personaje femenino:

Mujer:

12 años sufriendo.

Excluida por ser considerada impura.

Niña:

12 años de vida.

Edad núbil: comienza a ser excluida durante la menstruación.

Jesús: “¡levántate!”

 

Progresión:

Mucha muchedumbre – muchedumbre.

-Temas:

Salvación.

Fe-crecer.

Fuerza de Jesús.

-Escenarios:

En medio de la multitud: mujer.

Casa: niña.

 

MISA DE NIÑOS. XIII T.ORDINARIO.

Monición de entrada.

Buenos días.

A veces pensamos que Jesús es como un mago.

Le pedimos una cosa, tocamos una medalla o un santo y enseguida tenemos lo que le hemos pedido.

Pero no es así. La misa nos ayudará a ver que estamos engañados.

Y a saber rezarle como a él le gusta.

 

 Señor, ten piedad.

Tú que nos curas. Señor, ten piedad.

Tú que nos devuelves la vida. Cristo, ten piedad.

Tú que nos salvas. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Para que el Papa Francisco siga siendo la mano de Jesús que con sus palabras nos levanta cuando estamos tristes. Te lo pedimos Señor.

-Para que la Iglesia  cada día sea más familia, signo de Jesús que se hizo pobre por amor.  Te lo pedimos Señor.

-Para que la fe de los amigos de Jesús se limpie y busque más hacer lo que Él nos pide que Jesús haga lo que nosotros queremos. Te lo pedimos, Señor.

-Para que sepamos compartir nuestras cosas con las niñas y niños que tienen menos que nosotros. Te lo pedimos, Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María, queremos darte las gracias porque cuando estamos tristes nos levantas y nos ayudas a no quedarnos en casa jugando solos, sino a salir a la calle para estar con los amigos.  

 

Monición de entrada.

Buenos días.

Somos la familia de Jesús en nuestro pueblo que viene a escuchar la Palabra de Dios.

Ella es alimento para nuestra vida.

 

 Señor, ten piedad.

Porque a veces no escuchamos tu palabra con atención. Señor, ten piedad.

Porque a veces no nos fiamos de tu palabra. Cristo, ten piedad.

Porque a veces no la queremos escuchar. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco siga enseñándonos la palabra de Dios de manera que la entendamos. Te lo pedimos Señor.

-Por los que no se fían del Evangelio, para que se den cuenta que es palabra de Dios que nos hace felices. Te lo pedimos Señor.

-Por los que no quieren obedecer a los obispos, para que reconozcan que están equivocados Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que la palabra de Dios cambie nuestra manera de vivir. Te lo pedimos, Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María, queremos darte las gracias por Jesús, a quien tú siempre quisiste, aunque en tu pueblo no lo querían. Ayúdanos a fiarnos de lo que Él nos enseña en los evangelios.

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D.  DOMINGO XIII T.O.

EXPERIENCIA.

Antes de ver el vídeo piensa en imágenes que te sugieran: Sano, saludable y  sostenible.

Entra en este enlace y mira: https://www.youtube.com/watch?v=mbtZPGaH_zs  

¿Qué dos palabras faltan?

¿Dónde puedes encontrarlas?

 

 

REFLEXIÓN.

Lee el evangelio de este domingo.

X Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43.

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

-Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva.

Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: “Con solo tocarle el manto curaré”. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que todo su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:

-¿Quién me ha tocado el manto?

Los discípulos le contestaban:

-Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”.

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. Él le dice:

-Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad.

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

-Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:

-No temas; basta que tengas fe.

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:

-¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida.

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la tomó de la mano y le dijo:

-Talitha qumi.

(Que significa: “Contigo hablo, niña, levántate”).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Después de leer el texto permanece en silencio dos minutos, sin pensar en nada, dejando que la semilla repose en tu interior.

Toma uno de los dos milagros, vuélvelo a leer.

Dibuja en tu interior la escena, imagínala contigo en ella, como observador, Pedro, la mujer o la niña.

Visualiza la escena a cámara lenta, fijándote en los gestos de Jesús, en sus ojos, su mirada, sus labios.

En estos momentos ¿por dónde vas perdiendo la vida? ¿qué te hace estar inmóvil, postrado, sin ganas, de bajón?

 

COMPROMISO.

Abre las manos, con las manos díselo a Jesús.

Piensa en quién de tu entorno necesita tu presencia, una visita, un WhatsApp preguntándole como le va, un me gusta, o mejor, un quedamos para charlar. Proponte levantar a alguien de tu alrededor. Hay muchas personas invisibles cerca de nosotros que necesitan alguien que las visibilice y les hagas sentir que no son algo, sino alguien.

 

CELEBRACIÓN.

Repite en tu interior la palabra aramea de Jesús a la niña “Talitha qumi”. Cierra los ojos o mira un rostro de Jesús. Desde la situación en que te encuentras Jesús te levanta, “Levántate para mí”, te dice. Él te necesita, no quiere que estés muerta o muerto, te necesita para levantar a otras personas.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

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Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

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San Juan de Ávila. Obras Completas i. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

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San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Francisco. Fratelli Tutti. www.vatican.va

Mercedes Navarro Puerto. Marcos. Guía de lecturas del Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino. Estella. 2006.

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Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.

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